Los de El Plural, que es un periódico digital hecho por buenos amigos, han sacado una reseña del acto de presentación del libro sobre la izquierda, que está en el enlace, con lo cual, además de darme un poco de pote, quedará claro que no exageré el otro día cuando dije que estuvo muy bien. Estos de El Plural son buena gente y el periódico tira. Pero tienen un problema con los comentarios. Se les cuelga ahí una manga de energúmenos que son como el partido de la porra, que sólo van a insultar de la forma más soez y a hacer imposible cualquier debate mediante agresiones y provocaciones. Una táctica frecuente de la extrema derecha. Me recuerdan a los agentes provocadores franquistas que iban a reventar las asambleas democráticas de estudiantes durante la dictadura.
Lo mismo le ha pasado al blog de Manuel Rico, periodismoincendiario que, como ha tenido tanto éxito, se le han echado encima los chulos de la partida de la porra, los trolls, a insultar y provocar a mansalva y ha tenido que habilitar un sistema de moderación de comentarios.
En algún momento postearé algo sobre los comentarios anónimos. El anonimato en estas lides es algo moralmente dudoso. Ningún ordenamiento jurídico civilizado admite las denuncias anónimas. Sin embargo, en la red, el insulto, la agresión anónimas son muy frecuentes. No sé si es el precio que hay que pagar por defender la libertad o, simplemente, que el personal es muy ruin. Pero es un fenómeno curioso que afecta tanto a la derecha como a la izquierda. Además, los insultadores se parecen mucho, tanto por los términos que emplean, como por la estupideces que dicen. Lo olvidaba: la imagen es uno de los famosos grabados de Jacques Caillot, gran artista del siglo XVII, que nos dejó una amplia galería de tipos deformes y contrahechos, así como de personajes de la commedia dell'arte y fue un gran precedente de Goya en su denuncia sin compromisos de la guerra.