En El Plural Ventura Haba pone a caldo al PP y al señor Acebes por acusar al pensamiento progre e izquierdista de la violencia en las aulas, a causa de su relativismo moral. ¿De qué sonará esto del "relativismo moral"? De la sempiterna prédica del clero, encantado de explayarse sobre la corrupción del siglo. Debemos estar siempre ojo avizor, como en la ilustración de Castelao, de 1912, llamada Hai que casarse, para restaurar el orden natural de las cosas. El relativismo moral supone que todos los sistemas de creencias y valores son igualmente respetables y que ninguno puede imponerse sobre los demás. En Occidente esto pasa por ser una máxima admitida generalmente desde que se aceptó la separación entre la Iglesia y el Estado, estableciéndose la libertad religiosa, bajo un ordenamiento jurídico común que, por supuesto, ya incorporaba un mínimo de propósito moral, pero amparaba a todas las creencias sin discriminación.
Ya se ha roto uno de los eslabones de la cadena pensamiento de izquierda - relativismo moral - violencia en la escuela, en concreto el relativismo moral; queda por ver la relación entre pensamiento de izquierda y violencia en las aulas. Y puede hacerse con toda comodidad porque, quien presuponga que existe alguna, en verdad, no sabe lo que dice. La violencia escolar es un fenómeno global en los países desarrollados con independencia de qué pensamiento esté en el poder. Culpar al PSOE de la violencia escolar es como culparlo de la sequía: algo absurdo.
La violencia en las aulas tiene una etiología complicada porque en ella intervienen factores como la obligatoridad de la educación, el acceso a las nuevas tecnologías, el mestizaje social y otros. Quede claro que quien no sabe disgnosticar un mal tampoco dará con su remedio.