La organización Reporteros sin fronteras ha hecho público su informe de 2006 sobre la libertad de prensa en el mundo, según el cual, de 168 países clasificados, España hace el número 42. ¿Increíble? Está en el informe y, si alguien no se lo cree, que pinche aquí.
No sé qué dirán los periódicos de papel, si dicen algo, ya que esas noticias no son de su agrado. Informan de mil amores sobre otros desastres españoles (costas sucias, escuelas cutres, universidades birrias, cárceles esquerosas, etc), pero los propios deben de pesarles demasiado. Sin embargo, cabe sostener que ese lugar de España en la jerarquía mundial de libertad de prensa no es real. Me niego a hacer comparaciones con los 41 países que hay por delante. Basta con leer la prensa española, es una de las más libres del mundo. Entonces ¿qué sucede? Que estos Reporteros aplican una metodología errónea, al menos para España. Errónea en los criterios que emplean y equivocada en la muestra de que se valen.
Los criterios son asesinatos, encarcelamientos, agresiones, amenazas, etc a periodistas; o censuras, embargos, registros, presiones, etc, contra medios. En España no pasa nada de eso; o sea, nº 1. El que diga que sucede en el País Vasco confunde los actos ilegales con la violencia legítima del Estado de derecho. La represión de prensa que se da en el PV gustará más o menos (a mí no me gusta nada) pero es legítima y no reduce la libertad de prensa. Al contrario, puesto que trata de proteger a los periodistas que antes vivían amenazados por la ETA.
Y lo mismo sucede con la muestra. La organización, según dice, pasa cuestionarios a 14 asociaciones de defensa de la libertad de expresión, a su red de 130 corresponsales y a periodistas, investigadores, juristas o militantes de los derechos humanos. Mira que preguntar a los periodistas... ¿Por qué no preguntan a la gente de la calle? A Zola, la publicación de su famosa carta al presidente de la República en L'Aurore le costó un procesamiento y el exilio. A un periodista en España que dice que el PSOE puede haber cometido el atentado del 11-M o a otro que llama nazi al juez Garzón no les pasa nada, como debe ser. Si esto no es libertad de prensa, la libertad de prensa ¿qué es?
Hoy es día español en el Parlamento Europeo (PE). Se nota en que vamos allí en plan bronca, pegados entre nosotros y hasta hemos conseguido dividir a la cámara. El PPE, grupo mayoritario, apoya al PP español y el PSE, al PSOE. Esto para quien diga que lo de las dos Españas está enterrado. ¿Enterrado? En realidad comparecen tres, si se me permite la licencia de considerar a los de Batasuna como españoles, al menos de momento. Supongo que estos, recios nacionalistas, respetarán la leyenda del árbol Malato, incorporada en algún vetusto fuero e inmortalizada por Mamerto Seguí en el curioso cuadro de la derecha: los hombres de armas de las merindades vizcainas se comprometían a seguir a su señor a su propia costa hasta el límite del árbol Malato, sito en Lujaondo. Si se quería que fueran más allá, era menester pagarles. Así que, para llegarse a Estrasburgo, doble dieta, supongo. Aunque a lo mejor van gratis porque los jueces españoles están esquilmándolos y porque en Estrasburgo se juegan los sacrosantos destinos patrios.
Lo que no se entiende es el robo de las armas. Supuesto que hayan sido los etarras, si esperaban conseguir algo del Europarlamento (ignoro qué, fuera de buenas palabras), se pueden despedir. Hay quien dice que es seguro que han sido ellos porque ¿quién iba a robar 350 pipas? Cualquier banda de las muchas que hay en Europa, dedicadas a una amplia e imaginativa serie de delitos. También hay quien dice que seguro que no han sido ellos porque, si lo que quieren es reventar el proceso de paz, lo lógico sería descerrajar dos tiros a alguien. Eso es "etalogía", y lo dejo a los especialistas en tan abstrusa ciencia.
A mi modesto entender, lo esencial es que no hagamos demasiado el ridículo en la cámara, ante la que no estamos presentando el conflicto vasco, sino el conflicto español. Hace falta ser berzas.