¡Victoria! ¡Rocroi vengado! Antes de un año se podrá usar la españolísima ñ en los dominios punto es. Sorprendente que la señora Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno, se desplace a un congreso de periodistas jóvenes un sábado por la mañana a anunciar con fanfarria tal trivialidad. Y no; eso es lo que El País decidió destacar en titular. La vicepresidenta fue a algo más substancioso, también expuesto en la noticia, aunque no con tanta relevancia, a explicar que se han facilitado y abaratado los trámites para la creación de dominios, y a anunciar que antes de un año tendrán banda ancha todos los municipios de más de 250 habitantes. Mis aplausos en ambos casos, aunque me dé la impresión de que esa cifra que maneja de un 60% de hogares españoles con acceso a la red en 2007 sea un poco exagerada. Como voluntarista me parece su pretensión de situar a España en el "pelotón de cabeza europeo". En 2005, el acceso a internet de hogares en España era del 36%, por debajo del 39% de Estonia. En cuanto al "pelotón etc", encabezado por Islandia, con el 84%, y Holanda, con el 78% pues, en fin...Las cifras son del Eurostat de este año.
Y lo de la ñ, pues más en fin. ¿Va en serio esto de colgar la esencia patria de una letra? Y, ¿desde cuándo? Porque, que yo recuerde, cuando las placas de los coches llevaban la inicial de la provincia, cuatro cifras y una o dos letras, al llegar el turno a la ñ, la autoridad se la saltó, seguramente para ahorrarse la tilde. Esta repentina literalatría es pintoresca. Las letras van y vienen en las lenguas sin que ello, en principio, afecte a la conciencia nacional. Piezas importantes de la literatura española, como El libro del buen amor, del siglo XIV, usaban mucho la cedilla que ha acabado desapareciendo. Se dirá que eso era cuando la lengua estaba formándose pero que ahora, ya madura, debe quedarse como está. Pero, si se dice eso, me parece, se dice una tontería. La ñ es menos representativa de lo español que las corridas de toros. (Arriba, la cogida de Cúchares, dibujo de Chaves, 1887). Por lo demás, si no me equivoco, la ñ existe también en gallego.
No me mueve animadversión hacia la ñ, el Señor me libre, aunque me malicie que no es práctico empeñarse en mantenerla en las denominaciones internacionales si eso dificulta los intercambios y las posibilidades de acceso de extranjeros cuyo teclado carezca de ñ. Espero que no. Simplemente, me parece una alharaca más de ese nacionalismo bombástico español que sólo se ocupa de la fachada pero no del interior de la casa.
DE DERROTA EN DERROTA HASTA LA DERROTA FINAL.
Dudo mucho de que el señor Bush dé crédito al señor Bush cuando dice en sus charlas semanales que los EEUU sólo se irán del Irak dejando tras de sí la victoria. Eso es lo que Kissinger le dice que diga, mas él sabe que la guerra está perdida, porque una guerra que no puede ganarse, está perdida . Pero no lo va a decir a tres semanas de las elecciones legislativas de mid term que pintan negro para los republicanos. Con un 60-65% de la población pensando que la guerra del Irak fue un error, decir ahora que, además, está perdida equivale a una derrota electoral en noviembre que daría a los demócratas la mayoría en las dos cámaras cosa que, al menos en el Senado, no pasaba desde 1994.
Eso es lo que lleva a la absurda situación de considerar éxito un país destruido, fragmentado, controlado por las guerrillas sectarias, sin gobierno efectivo, sin ley, sin orden público y (literalmente) sin sitio ya en los cementerios. He aquí un parecido notable entre el gobierno de Bush y el español de marzo de 2004: también aquel está empeñado hacer ver al electorado que lo negro es blanco y que una guerra ilegal, que ya se ha perdido, es una victoria. Más o menos como tratar de endosar el 11-M a Josu Ternera.
Está claro quién puede sacar a los yankies del Irak: los electores yankies. No estoy diciendo que vayan a hacerlo, porque el comportamiento de los electorados no puede predecirse con la exactitud de las mareas, pero es altamente probable. Una mayoría demócrata en el Congreso, elegida sobre una plataforma de retirada (si los demócratas consiguen elaborarla) del Irak, exigirá a Bush un calendario de salida que éste se resistirá a aceptar, aunque tendrá que hacerlo al final.
Porque esa guerra inicua y pirata, iniciada y mantenida con mentiras, ya está perdida.