dilluns, 30 d’octubre del 2006

ESTO SÍ QUE ES BULLSHIT.

O sea, la ñorda, la cagada, la ocupación del Irak: todos los días se destruyen propiedades, infraestructuras, mueren mujeres, niños, civiles, policías, soldados, todo Cristo (menos los criminales que empezaron este desastre), hay ya cerca de 1.200.000 desplazadxs, el país sumido en el caos y la guerra civil, a un coste de 300.000 millones de dólares. La ilustración es un dibujo del aduanero Rousseau llamado La guerra. Ya sé que hay un cuadro más acabado, pero también más ingenuo, más en su estilo y, por lo tanto, más blando.

La cuestión no es cómo se justifica la guerra pirata que los dos estrategas, Bush y Blair, han perdido ya, ni cómo se presenta a la opinión pública, que está al cabo de la calle. La cuestión es cómo salen del embrollo sin dejarse la pelambre en la gatera. No debe de quedar nadie en el planeta, salvo el señor Aznar, que no piense que lo de las Azores fue una cagada. Algunos, además, creemos que también un crimen, y nos gustaría ver a los tres responsables ante un tribunal penal internacional.

Piensan en el InSurGente que Blair, al que llaman fantoche, será el primero en caer. Desde luego, ese tiene fecha de caducidad. Se le han “sublevado” los generales, diciéndole que hay que salir del Irak y de Afganistán cuanto antes. La semana que viene hay debate en los comunes sobre el Irak, el primero en dos años y habrá fuegos artificiales. Pero los apuros del señor Blair son nada comparados con los que tiene por delante el señor Bush, el hombre a quien Dios ordenó invadir el Irak pues, al parecer, charla con él de vez en cuando. Y dice que ha dejado el alcohol.

En 9 días, elecciones legislativas mid term (la Cámara de Representantes entera y un tercio del Senado) y las encuestas son pura dinamita. Según la de anteayer, de Newsweek, los demócratas sacan 12 puntos de ventaja a los republicanos. El 64% de la población es -ahora- contrario a la guerra del Irak y otro 64% cree que el señor Bush está haciéndolo mal. O sea, esto pinta como que los demócratas van a barrer el 9 de noviembre y seguramente a recuperar el control de una y quizá las dos cámaras legislativas. Incidentalmente me gustaría recordar la importancia de ciertas normas políticas tradicionales, como la estricta división de poderes. La mayoría republicana en el Congreso conjuntamente con una presidencia también republicana ha pervertido hasta tal punto el Estado de derecho en los EEUU que hace unos días el Parlamento dio el visto bueno a una ley que, se diga lo que se quiera, legaliza la tortura en el caso de los llamados "enemigos combatientes". Esto es, una depravación.

Todos recordamos cómo el señor Bush, aconsejado por el lumbrera señor Kissinger, viene diciendo que hay que sostenella y no enmendalla hasta la victoria final. Tratando de salvar los muebles, aquel dice ahora que él jamás dijo que había que sostenella (stay course). Ya le vale al menda. Saco la noticia del Spiegel, que no sale de su germánico asombro y dice que, de inmediato, la blogosfera se ha puesto en pie de guerra y ya hay más de 110 videos colgados en You Tube sobre el asunto. Aquí hay uno que se llama precisamente Stay the Course y es impresionante.

Obviamente, el cachondeo es excesivo hasta para el señor Bush. Todavía tiene éste algo que aprender de su amigo el señor Ansar, capaz de afirmar sin inmutarse que él jamás dijo lo que dijo ni hizo lo que hizo. Así que aquel concedió una entrevista a la National Review para ver de arreglar el entuerto, cosa que pensó hacer diciendo que "Todo eso de sostenella (stay the course)...sostenella significa que vamos a ganar". Como de Aznar, ¿eh?

Y, para rematar la cagada, el Vicepresidente Cheney ha aclarado en un lugar perdido de Dakota del Norte que los EEUU no torturan y que él no considera que sea tortura la práctica del Waterboarding que, según unos, es la bañera y, según otros, la asfixia de los detenidos mediante toallas mojadas, sin llegar a matarlos. Supongo que también se puede decir que atar a un hombre por los pulgares al modo representado el terrible cuadro del muralista mexicano David A. Siqueiros no es tortura. Estaba el asunto mal y se ha puesto peor porque al debate sobre si Bush dijo o no lo que todo el mundo le ha oído decir cientos de veces se añade la interesante cuestión de si los EEUU torturan o no. Y cuando el Vicepresidente de la República dice que la tortura no es tortura, ¿qué juicio espera de la Humanidad, salvo, como siempre, el señor Aznar?