dilluns, 18 de març del 2019

Una feliz coincidencia

Después de la fiesta de la democracia del sábado, de retorno a casa en la romería indepe de los domingos, me encontré esta entrevista que me había hecho unos días atrás Roger Graells Font con fotos, fabulosas, por cierto, de Albert Salamé. Mil gracias a ambos. Em trec el barret, sobre tot pels vostres ànims lingüístics. 

Grata coincidencia. La entrevista habla de la iniciativa política y la confrontación pacífica con el Estado. Pues bien, ahí mismo está. Para las autoridades españolas, entre Atocha y Cibeles pasearon holgadamente 18.000 almas. Contando solo seguramente las que vayan a salvarse, el ABC las veía, literalmente, "con cuentagotas". Levantaban constancia fehaciente de lo que ya habían vaticinado: cuatro gatos y con cuentagotas. Por eso ninguno se molestó en informar sobre la convocatoria antes, ni hora, fecha, lugar o motivo. Carece de sentido informar sobre un no-acontecimiento, al estilo de los no-referéndums de M.Rajoy.

Aun así, desde diversas tribunas públicas, en medios o sermones de los medios o doctrina tertuliana, se avisó seriamente a los responsables de esta raquítica concentración ahogada en la amarga conciencia de su insignificancia. No todo el monte es orégano. Si no se respetara el derecho de protesta, ¿cómo iban los indepes a protestar? Es evidente que tienen el entendimiento trastornado. Para volverlos a su sano juicio algunos líderes de firme voluntad prometen prohibir las manifestaciones en las que se proteste contra la prohibición de las manifestaciones. Den ustedes gracias a los dioses de que no están ya entre barrotes, como sus representantes. El Estado de derecho no solo se defiende en las alcantarillas, según inspirada doctrina de Felipe González, sino también en las mazmorras. 

Y luego viene el asunto de las relaciones del independentismo con la izquierda española que tantas suspicacias despierta. Lo del PSOE está ya claro. Es partido de izquierda, según propia afirmación, pero radicalmente contrario a la independencia de Catalunya o a la mera consideración del derecho de autodeterminación que no es un derecho y, de ser algo, solo puede ser un auto de terminación. Porque la autodeterminación corresponde al pueblo español, del que el catalán es parte tan inseparable como la trompa del elefante. La diferencia entre esta concepción y la de toda la derecha/búnker está en el animal, pues esta habla del cuerno del rinoceronte.

Lo de Podemos es similar, aunque más deliberadamente embrollado. No hay oposición a la independencia de Catalunya ya que no se considera esa posibilidad. Cuando España sea un Estado plurinacional como un rico mosaico, todas las naciones en él contenidas estarán tan felices que olvidarán el señuelo de la independencia. Es lo que se llama ganarse a los catalanes por seducción. En cuanto a la autodeterminación, Podemos es más avanzado que el vetusto PSOE y reconoce su conveniencia siempre que sea pactado con el Estado. O sea, tampoco quiere referéndum, pero se nota menos que con el PSOE. Ya veremos quién se lleva más votos españoles.

En definitiva, solidarias con el independentismo catalán hay algunas organizaciones de la izquierda española, revolucionarias, comuneras, republicanas, nacionalistas, pero, si no ando equivocado, son muy minoritarias y, con excepciones, extraparlamentarias. Esto no quiere decir nada crítico. Solo pretende dejar en claro la llamada "doctrina Sinatra", que se aplicó en tiempos de la disolución del imperio soviético: My own way, esto es, cada cual para sí mismo. El republicanismo catalán no puede tener más que una relación solidaria con el del resto del Estado y en modo alguno de integración o dependencia. El himno de Andalucía pide a los andaluces que se levanten "por Andalucía libre, España y la humanidad". ¿No pueden los catalanes ahorrarse el intermedio de España? ¿Por qué no? Por experiencia histórica y percepción lógica, el independentismo catalán ha de aplicar la doctrina Sinatra.

Ayer, Pedro Sánchez encontró un rato para tomar nota de la manifa del Paseo del Prado, afirmando que, mientras el PSOE gobierne, no habrá independencia de Catalunya. Lo mismo que decía Cánovas del Castillo de Cuba que nunca sería independiente. Se entiende que lo diga, pues está ya hablando en precampaña electoral y piensa en los votos castizos. No se los va a dejar a los tres mosqueteros, Athos/Abascal, Porthos/Casado y Aramis/Rivera. Él, el D'artagnan de legendarias proezas, como salir vivo de una defenestración ordenada por la malvada Lady de Winter Díaz. Ni independencia, ni autodeterminación, ni referéndum. Nada.

Hasta el día siguiente a las elecciones del 28 A. Ahí será el llanto y el crujir de dientes. 

diumenge, 17 de març del 2019

En el corazón de la bestia

(N.B.: el cartel que más me gustó ayer en la manifa de Atocha/Cibeles, fue el que rezaba: Hemos venido a despedirnos. Genial. Ras i curt i català, aunque en castellano. Pero es peligroso porque, dicho eso, el resto del post sobra. Hemos venido a despedirnos. Passi-ho be. Chau). 

No obstante, haremos de cronistas de la jornada de ayer.

Fuimos a Bruselas un frío mes de diciembre de 2017 a pedir la libertad de presas y exiliados. Éramos 60.000.

Ayer fuimos a Madrid. Mejor tiempo, menor distancia. Asistencia duplicada. 120.000. A seguir pidiendo la libertad de presos y exiliadas, a defender la causa por la que fueron detenidos, la de la autodeterminación y, en el ánimo de la inmensa mayoría de quienes estábamos allí, la independencia de Catalunya.

E iremos a donde haga falta. Siempre pacífica, alegremente. Y siempre pagándonoslo de nuestro bolsillo. Porque nuestra causa es justa. Cuando un pueblo se pone en marcha, no puede parar. Y  somos el pueblo, que estamos movilizados, los que hemos venido a Madrid, mostrando el camino a nuestros dirigentes democráticamente electos y todavía en libertad. Nosotros somos el pueblo. Jóvenes, viejos, en madurez y vigor, trabajadores, profesionales, parejas, matrimonios, familias enteras, funcionarias, agricultores, moteros (ahí, ahí, mis escamots motards), estudiantes, jubiladas, heteros y homosexuales, nativas, inmigrantes, refugiados, católicas, agnósticas, ateos, vegetarianas, plusmarquistas, pequeño-burgueses, solteros, divorciadas, raperos, escritoras, promesas de futuro, nostálgicos del pasado, actrices, cocineros, poetas, contables, propietarias, inquilinos, enfiteutas, herederos, manirrotos, ludópatas, aparceras, sanos, enfermas, prestamistas, bomberos, paletas, jueces...  Lo dicho, el pueblo es como la flecha lanzada al aire. No puede parar hasta llegar al blanco. Y no pararemos hasta conseguirlo. 

Las reacciones de la bestia, las que eran de esperar. O más, porque a cada nueva marcha, se siente más acorralada, más ofuscada y es más agresiva. Ya han sacado dos veces al mentecato heredero de Franco a amenazar a sus súbditos, mientras las cloacas del Estado, que no son otra cosa que el Estado de las cloacas, lo inundan todo con su fétido olor, desde las sacristías a las universidades, desde el Parlamento a las redacciones de los medios, pasando por los tribunales de justicia y los cuartos de banderas, que vienen a ser lo mismo.

El comportamiento de la bestia acorralada es recurrente, en bucle, circular, como las pescadillas que se muerden la cola. En los márgenes, a medio camino entre los "tontos berrendos en idiota" que decía el poeta Alberti, y los grupos de fachas delincuentes más o menos de Vox, amparados por los policías para insultar y provocar a los manifestantes, matones y energúmenos de la Españorda unagrandelibre.

A continuación las izquierdas oficiales, desaparecidas, aterrorizadas de que se las relacione con la peste secesionista, con lo que perderían votos a porrillo.  La alcaldesa de Madrid, tan hospitalaria y tan roja, no apareció ni a dar la bienvenida, a lo que obliga la cortesía, salvo que seas tan oportunista como la Colau de Barcelona que, diciendo ser de izquierdas, obedece las órdenes de Madrid con fidelidad canina. Podemos, callado, y menos mal porque como hable, te enjareta el tocomocho teórico del internacionalismo, su convicción de que todo nacionalismo es una enfermedad, excepto el suyo porque no es nacionalista. Ni un solo nacionalista español, de derechas, izquierdas o centro pivotal, es nacionalista. Los nacionalistas son siempre los otros, especie de pobres de espíritu a los que hay que curar, mientras que el independentismo no es otra cosa que un proyecto de la podrida burguesía catalana. Ayer, 120.000 podridos burgueses catalanes llenamos el paseo del Prado y la Cibeles.  IU enmendó su yerro unas horas antes y se solidarizó a tiempo con los indepes catalanes, para no caer en la miseria y distinguirse del zombie Llamazares, cuyo comunismo tiene el pedigrí de Covadonga.

El PSOE, a su vez, ya ha aclarado que jamás hablará de autodeterminación y, si nos ponemos chulos,  Pedro Sánchez, cuyas luces son tan escasas como sus escrúpulos a la hora de mentir, nos echa encima más jueces, más tribunales, más embustes y engaños, mientras ocupa el lugar de la derecha. A su vez, esta pide la prohibiciòn sin más de manifestaciones secesionistas y las demás que le molesten y echándose más a la derecha, reclama ya la dictadura,  como VOX, o sea, los fachas. Y ya estamos en donde empezamos, en bucle. Abren las provocaciones de los fascistas y ellas cierran. La autodeterminación les pasará por encima como un tornado pacífico por un huerto.

Los madrileños, gente feliz, sin enterarse, porque los medios no informan, pues se limitan a ignorar todo lo que molesta al gobierno de turno. En la TVE ni una imagen en directo de la manifa. Todo valoraciones y análisis de "periodistas" a sueldo, cuya coincidencia con la realidad es perfectamente casual. Los medios manipulan, engañan y falsean, y las autoridades, todas, peperas socialistas o podemitas (que también pillan cacho en algunas administraciones) mintiendo, tratando de crear una realidad paralela, como hacen en el juicio farsa. La corrupción de la bestia tiene la dictadura en su horizonte y su función será justificarla.

Por eso, es muy de agradecer el apoyo y solidaridad que hemos recibido de otros pueblos del Estado. De los 500 autobuses que llegaron a Madrid, 360 eran catalanes. El resto de otros lugares. Emocionante, solidario, conmovedor, pero muy escaso. Así que, visión realista de las cosas y sin engañarse, que es fórmula segura para la derrota. Todo lo que la solidaridad de otros pueblos del Estado puede aportar a Cataluña empieza y acaba en lo simbólico. La izquierda española es contraría a la independencia, a la autodeterminación, en muchos casos, como el ministro de Asuntos Catalanes, Borrell, directamente catalanófoba y está deseando cabalgar sobre el 155. Hágalo y será lo último que haga en este mundo traidor en el que, según Campoamor, otro poeta, nada es verdad o mentira sino todo del color del cristal con que se mira. Sobre todo si lo hacen los franquistas, como Casado, Rivera o Abascal, o sus sometidos, como Sánchez o Iglesias. 

Por supuesto, aunque cualitativamente poco relevante, la solidaridad es hermosa y la agradecemos de mil amores. Recabarla, además, y desde luego, conseguirla, ha sido un gran acierto táctico por el que hay que felicitar a la principal organizadora, la ANC. Algo mutuamente beneficioso: a nosotros nos viene muy bien comprobar que no estamos solos o somos unos raros, como sostienen los unionistas, y que tenemos amigos, aunque no sean muchos A estos también les viene bien aparecer en lucha junto al pueblo catalán. Ganan en visibilidad y consideración de los sectores sociales más progresistas.

Es de buena educación agradecer. La hospitalidad de Madrid, maravillosa, y la sinergia revolucionaria que de aquí se seguirá, muy provechosa y prometedora. Pero no hay que confundirse: la tarea ha sido siempre fundamentalmente nuestra, a veces en condiciones de muy amarga soledad. Dispuestos a compartir experiencias con quien las precise, pero sin olvidar que son nuestras, en nuestro contexto y que tienen un elemento de singularidad único. Somos solidarios con todas las luchas populares. ¿Cómo vamos a ignorar que el sórdido "¡A por ellos!" se ha convertido en un cálido "¡Con ellos!"? Pero la liberación de Catalunya es y seguirá siendo obra esencialmente de los catalanes. Lo cual no obsta para que tengamos a orgullo nuestra desinteresada aportación a la libertades de los otros pueblos del antiguo imperio, hoy Estado español, empeñado en destruirse para siempre por su estúpida obsesión por oprimir a las naciones no castellanas.


dissabte, 16 de març del 2019

En carretera. Donec Perficiam

En 2017, en el largo viaje de Madrid a Bruselas, a partir de la frontera con Francia, la carretera era una fiesta catalana. Encontrabas todo tipo de vehículos con banderas, emblemas, carteles independentistas. En las estaciones de servicio, nos juntábamos en clima de alborozo, sabedores de que llenaríamos Bruselas. También es verdad que hicimos la mayor parte del viaje de día, mientras que ahora estamos otra vez en la carretera y es de noche. La mayoría de las estaciones de servicio, pasada la raya catalana, está cerrada, pues es ya casi madrugada. En las escasas abiertas, en esta de Los Monegros, por ejemplo, hay muy poca gente, aunque la poca que hay es catalana. Solo que, a diferencia de 2017, no vamos exhibiendo símbolos o banderas y eso que ahora tenemos uno sobrevenido, el amarillo, muy visible. Nos reconocemos, pero no exteriorizamos grandes alegrías.

Estamos en territorio hostil. Se trata de llegar a Madrid sin caer en broncas por el camino.

Leo en elMón.cat un estupendo reportaje sobre los preparativos de la manifa de hoy.  Los voluntarios de la ANC ultimando detalles para que, como es costumbre, salga todo perfecto. Al parecer, la policía española no está poniendo dificultades ni hostigando, como tiene por costumbre. Ya veremos de mañana qué hacen los picoletos en las carreteras de acceso a la capital, cuando empiecen a llover autobuses repletos de catalanes. Son los del "¡A por ellos!" que ahora estarán gritando: "¡qué vienen los polacos!" Especialmente tierna la observación del reportaje sobre los grupos de catalanes que deambulaban ya el viernes por las tarde por la capital con algún símbolo amarillo y el GPS en el móvil. Sin duda reconfortados al reconocerse mutuamente.

Dice asimismo el reportaje que los madrileños ignoran la manifa que se avecina. Es la costumbre. No la ignoran, propiamente hablando. Simplemente, los medios se la ocultan. Todos. Me decía el otro día el periodista Manchón en "Tot es mou", de TV3 que TVE estaba transmitiendo el juicio/farsa franquista (bueno, eso no lo decía, claro) por el canal 24 horas, tratando de dejarme por mentiroso. Según he sabido, este canal, que no lo ve nadie, además transmite pero sin conexión con España. De forma que, de haber algún mentiroso aquí, es él. Los madrileños no saben prácticamente nada de Catalunya porque la basura de medios de la capital, todos, los impresos y los audiovisuales, ocultan, manipulan y tergiversan la información. Así que la manifa de hoy va a ser una gran sorpresa para muchos.

No para todos. La ignorancia popular es también alimentada a propósito por la izquierda española, incapaz de entender la cuestión y asociada íntima de la derecha en la explotación colonial de Catalunya. La irrisión con que los periodistas más reaccionarios (sean de derechas o de izquierdas) hablan de los "lacitos", cuyo significado ignoran, no solo demuestra su falta de sensibilidad sino, también de inteligencia y coraje para afrontar la crisis de conciencia nacional en la que viven con la estólida satisfacción con que las ranas habitan las charcas.

IU, por fin, ha tenido el arresto de solidarizarse con la manifa de hoy y pedir la libertad de los presos políticos, cosa que los fariseos de Podemos aún no ha hecho. No podía faltar Llamazares -que se cree don Pelayo revivido- criticando acerbamente el gesto pues, como buen facha español (aunque vaya de comunista) cree que la lucha del pueblo por su liberación, en realidad, es una conspiración de la corrupta burguesía catalana solo para fastidiarle a él.

Hoy seremos más que en Bruselas. Cien mil o doscientos mil corruptos burgueses, para que rabie Llamazares. Llegan 500 autobuses: 360 de Catalunya y el resto, de otras tierras del Estado. Diez AVES llenos. Docenas de vuelos. Incontables autos. Contamos con el apoyo de una cincuentena de grupos de izquierda (de verdad) española. Por supuesto, no del PSOE, no de Podemos y no de Llamazares (por fortuna), lo cual redundará en beneficio de la claridad de la causa.

Lo dicho, hasta que lo consigamos.

divendres, 15 de març del 2019

Facin la seva feina

Equivocarse no es la palabra. Es un eufemismo. Sabían lo que hacían. Enmerdar. Les ha salido el tiro por la culata y han quedado finolis y con un plan hecho trizas. El plan de provocar la violencia para hacer un escarmiento.

Las acusaciones públicas (la privada está en Babia) ruegan ahora porque el tribunal dé por inexistente la violencia que se han inventado y llevan un mes tratando de demostrar infructuosamente. Porque, si se da la violencia por probada, después de la declaración de Trapero, las responsables serían las autoridades españolas. Habría que buscar a los rebeldes entre jueces y fiscales. El proceso reventado.

Salvo si preguntan a El País, para quien La confesión de Trapero apuntilla a Puigdemont. Aparte del infantil deseo de que, por favor, alguien acabe de una vez con esta pesadilla de la República, el Consell, Puigdemont y demás entes malignos, el titular haría las delicias de cualquier de-constructor: tono ominoso, ya encabezado por el término "confesión", con una carga moral absolutamente ajena a una "declaración" o "deposición", que es lo que ha habido. No una acusación que pruebe nada de Puigdemont. La absoluta españolidad del enunciado, propio de la raza que considera las corridas de toros un "bien cultural" o "espiritual", vaya usted a saber, aparece en el verbo "apuntillar". Imagínense, el subconsciente del personal: primero han toreado y luego apuntillado a Puigdemont. Qué más quisieran ellos.

Para la brigada Arriba España la explosión del proceso por obvia inexistencia de causa constituye una prueba de que Puigdemont está acabado y, con él, se entiende, ese delirio de la independencia de Catalunya. ¿Cómo llega el famoso rotativo, ejemplo que fue un día de mentes preclaras, a justificar el monumental ridículo de este proceso?

Lo de "monumental ridículo" es un understatement. Farsa burlesca, teatro del absurdo, astracanada sin paliativos. Y seguiremos quedándonos cortos. Veamos:

1) ante la inexistencia patente de otra violencia real que la de los cuerpos y fuerzas etc,
2) se pasa a "violencia programada" o "potencial" a cargo de los 17.000 Mossos armados.
3) Armados y a las órdenes de los secesionistas, según declaraciones anteriores de españoles.
4) Trapero, sin embargo, advirtió al Govern de que los Mossos harían cumplir la ley española.
5) Los Mossos no estaban a las órdenes políticas del Govern.
6) Tenían un plan de detener al Govern en pleno si la fiscalía o un juez así lo ordenaban.
7) Esas órdenes no se dieron.
8) Trapero cumplió con su deber de obediencia a la legalidad española.
9) Y Puigdemont también cuando contestó a las advertencias de Trapero "cumpla con su deber".
10) Al decir que ambas partes se equivocaron con los Mossos, Trapero no es justo con Puigdemont.

El conflicto es político. El político asume su responsabilidad y ordena al funcionario que cumpla con su deber. ¿En dónde está la falta? ¿En dónde el reproche? Obviamente, en el hecho de que quienes estaban obligados a emitir las órdenes por cuyo supuesto incumplimiento acusan ahora a doce personas, no las emitieron.

Así que, menos mal que no hubo violencia alguna. 

Ahora toca terminar cuanto antes, absolver con todos los pronunciamientos favorables y rogar a Sant Ramon de Penyafort que los de VOX no se querellen contra la fiscalía y un puñado de jueces por no haber defendido la legalidad de la Patria española. 

Pongan nombre a esto.

dijous, 14 de març del 2019

No avanzar es retroceder

El meu article d'ahir a elMón.cat, El tigre de paper espanyol

Me gusta la metáfora, antigua comparación china, adoptada por Mao Tse-tung para referirse a todos, a los reaccionarios y a los EEUU. En 1946, en efecto, los gringos eran una amenaza para la China, habiendo aplastado unos meses antes al Japón con la bomba atómica. Así que, si los EEUU con su bomba atómica eran tigre de papel para la China, España, sin bombas, lo es para Catalunya. Mao demostraba su afirmación sosteniendo que las guerras las ganan los pueblos; no las bombas. La voluntad del pueblo prevalece. 

Ayer, Salvador Cardús publicaba el siguiente atinado tuit: "la gent del tribunal, Fiscalia i Advocacia (la del Estat, suposo), no poden entendre que (gairebé) tot el país estava disposat a col.laborar amb el 1-O. A pagar el referèndum, o a deixar de cobrar. Cosa que és el que s'evidencia al judici". O sea, el pueblo. Y no, los juzgadores no lo entienden. No saben qué es un pueblo de ciudadanos libres, críticos, movilizados con un doble objetivo común: liberar a los presos políticos y alcanzar la independencia.

El desconcierto provocado por la candidatura de Puigdemont a las europeas que, probablemente, tendrá un apoyo masivo, no ayudará a los jueces ni a los gobernantes españoles a entender lo que está pasando: toda Europa ve que España es un tigre de papel.

Aquí el texto en castellano.

El tigre español de papel

Todos los caminos conducen a la independencia. Pero unos son más largos que otros, o más escarpados, o más peligrosos. No es lo mismo llegar paseando por dulces prados, que vadeando ríos crecidos. No es igual caminar seguro, sin miedo a sorpresas, que ir mirando si te saldrán bandidos más o menos uniformados al paso. Tampoco lo es ir del brazo con aliados y amigos, que con gente que te abandonará a la primera dificultad.

Iñaki Anasagasti, que es hombre de palabra y memoria, ha recordado cómo, cuando los vascos negociaban con Madrid, los españoles siempre les decían que con ellos no había problema, pues no son muy grandes, pero que Catalunya es otra cosa: más grande, con un peso considerable en la economía y demografía de España, un pueblo, una verdadera nación.

Eso ya no lo discuten ni los zombies del hispánico imperio que vuelven por la querencia fascista, al estilo de VOX, la disfrazan de angloliberalismo al de C's o siguen fieles a la roña imperial y la cabra de la legión, como el PP. Los tres picos de este tricornio de charol asesino se suman a los serviles chambelanes reales del PSOE, horrorizados de que la inevitable República catalana ponga al descubierto la basura de una monarquía indigna, edificada sobre un millon de muertos y cuarenta años de tiranía de unos militares delincuentes.

Y hasta la seudoizquierda española, IU, y su hermano menor, Podemos, enmudecen y hacen la vista gorda cuando la continuada injusticia del Estado/nación español con Catalunya salta a la calle, con la manifa del próximo día 16 de marzo en Madrid. Queda ya claro que los famosos "republicanos" españoles tan felices de besar el suelo que pisan los Borbones, incluyen a todos los políticos españoles con más de veinte seguidores: PSOE, PP, C's, VOX, Podemos e IU. Todos ellos se quedarán en casa el próximo 16 de marzo, especialmente los "izquierdistas" porque, si se les ocurre mostrar alguna simpatía, luego no los votarán. Quizá alguno salga con la cuadrilla por ver si pueden practicar el "¡a por ellos!" con los catalanes que se separen del grueso de la manifa.

Justo es reconocer que habrá incorporaciones de muchas organizaciones izquierdistas españolas de buena voluntad que defienden el derecho de autodeterminación de los catalanes. Y así se hace. Es una satisfacción comprobar que no todo está corrompido en el corrupto régimen español. Pero es una satisfacción moderada a la vista de la escasa magnitud de la solidaridad. Muy buena gente, movida por nobles sentimientos, pero muy poca.

Y eso es determinante para entender las relaciones reales entre la izquierda catalana y la española. No perdemos nada ninguno reconociendo los hechos en su auténtica dimensión: la República catalana independiente es un hecho; ha sido proclamada, tiene mayoría y, si no alcanza la perfección jurídico-política, es porque un acto permanente de abuso de fuerza, de injusticia y tiranía de la mayoría española lo impide. La República y la independencia de Catalunya no dependen de la solidaridad de los republicanos españoles, sino que ha sido y será obra de los catalanes solos.

Es al revés: la existencia de una hipotética y muy deseable República española sí depende decisivamente de que los catalanes tengamos la nuestra. Carece, pues de sentido, que algunos independentistas catalanes sostengan que, para alcanzar la libertad y la independencia catalanas sea necesario "ensanchar" la base en Catalunya (incluyendo a quienes no quieren la independencia) o sellar alianzas con unas imaginarias izquierdas españolas que no solamente no los acompañarán hasta el final sino que, como está viéndose, los apuñalarán en la primera vuelta del camino.

El día 16 en Madrid, si los españoles miran por la ventana a la calle en vez de la televisión que les come el tarro, verán que la república catalana es inevitable. No la pararán ni el ejército (hoy trasto inútil), ni los tribunales (corros de monaguillos del poder), ni los medios a sueldo de la oligarquía. Solo puede frenarla (no impedirla) el síndrome de Estocolmo de algún sector independentista de glorioso pasado y penoso presente, incapaz de ver que el tigre español es de papel.

dimecres, 13 de març del 2019

Horror vacui

Hay una naturaleza en la Naturaleza que contradice la refutación de Pascal, y de mil Pascales, del horror de la Naturaleza al vacío. Esa naturaleza es la naturaleza humana, que aborrece el vacío. Es un dogma en todas las artes. La famosa página en negro a la muerte de Yorick en la novela de Laurence Sterne, Tristram Shandy es una de las muchas genialidades del texto. Y una excentricidad de gran audacia. Piénsese en los medios, todos con pánico al vacío. Una pantalla de TV fundida en negro. Una radio muda. Son las artes, son los medios ¿y no había de serlo la política, que es arte y medio al mismo tiempo?

La decisión abstencionista de la CUP ha dejado un hueco, un vacío. Sus votantes, forzados a abstenerse, al voto nulo o a otro partido. Horas ha tardado el vacío en empezar a colmarse. Poble Lliure (que también participa en el Consell) apunta a una candidatura "rupturista" el 28-A. No ando muy cierto qué quiera decir "rupturista". Suena a ruptura de la ruptura, y algo complicado. Pero, sea o no rupturista, antes de nada, es. Se ha llenado el vacío. Esto será más o menos posible por razones logísticas, pero es un colmado de vacío político.

Si la candidatura se consolida, muchas cosas van a moverse en el ámbito indepe y en el cupaire en concreto. Y con consecuencias imprevisibles. Lo anuncia, en tono agrio, la CUP, que avisa a Poble Lliure de que sus relaciones "se verán afectadas". Solo cuando el asunto tiene mucho fondo se sueltan semejantes perogrulladas y, encima, en tono amenazante. Don Perogrullo amenazador. Dense de antemano las relaciones por "afectadas", ¿y qué? ¿Habrá condena pública, anatema, controversia sobre quién representa verdaderamente el espíritu de la CUP?

Puede ser y es bastante indiferente. Más merece la pena especular con las reacciones de electores y elegibles al hecho de que una candidatura haya colmado un vacío. Bastaba con pasearse por tuiter: abstencionistas a la fuerza. Trasvases de votos a la desesperada. Una efervescencia que se intensificará con la nueva candidatura, que abrirá opciones.

La imagen del abrazo de Artur Mas y David Fernández  con motivo del 9-N de 2014 tiene mucha fuerza simbólica. Y continúa teniéndola, aunque sus protagonistas hayan sido maltratados posteriormente y de muy diferente modo por las peripecias humanas. Es el símbolo de la transversalidad de la revolución catalana, su diadema republicana (si tal cosa existe) en la que es impensable que falte alguna pieza.

Si se permite una debilidad personal, a Palinuro le gustaría ver a David Fernández y Antonio Baños  de diputados en Madrid, y una candidatura "rupturista" bien podría incorporarlos. Una presencia de "antisistemas" en el Congreso español permitiría aclarar esa acusación de la izquierda española a la independentista catalana de estar embelleciendo a la corrupta burguesía propia por la muy innoble razón de que es la propia. 

Poble Lliure enarbola un programa indepe radical y formula una crítica feroz a los que considera "partidos reformistas" catalanes. Justamente esa es la mejor garantía de que se vigilará la unidad de acción del bloque independentista, cuya fuerza viene dada porque eexpresa todo el arco político y social catalán. Sin exclusiones. El programa máximo equilibrará posibles tendencias a conformarse con el programa mínimo. 

Frente a la CUP, Poble Lliure dispone de un argumento clásico, dictado por la experiencia de siglos: para censurar, hay que implicarse. No es un tropo, sino la enésima versión de la dualidad de la trinchera y la torre de marfil. 

dimarts, 12 de març del 2019

Gobernar bajo (o)presión

No hacía falta enviar cuadrillas de vigilantes a los pueblos y ciudades de Catalunya contra el desvergonzado color amarillo. No era preciso imponer la ley del cutter en las calles. Bastaba con convocar elecciones y pedir la intervención de la Junta Electoral Central, órgano al que pertenecen dos de los jueces que están juzgando a aquellos por los que los otros ponen los lazos amarillos que ahora prohíben. Curiosamente, entre sus miembros, si no yerro, no hay ni un catalán. Tampoco importa mucho porque, de quererlo, habrían encontrado alguno al que los símbolos amarillos pusieran tan amarillo como a sus colegas.

Probablemente esta requisitoria será legal. Al fin y al cabo, esta cuadrilla hace las leyes a la medida de sus conveniencias. Desde luego, no es justa y es de esperar que la Generalitat responda políticamente como se merece Y, por supuesto, es inepta, porque provocará un florecimiento amarillo en todo lo que no sean instituciones públicas, que es mucho, porque en Catalunya prevalece la sociedad civil. Hace unos cien años, un dirigente moderado de la Lliga decía algo así como (no pongo comillas porque cito de memoria): si quisiéramos conseguir la secesión deberíamos propiciar que las autoridades españolas se comportasen como lo hacen.


Y así siguen hoy. ¿Resultado? Los herederos de la Lliga han comprendido que el Estado cumple ciegamente su destino y, por tanto, se han hecho secesionistas, también llamados independentistas. Y no solo lo dicen, sino que lo hacen. Este es el aspecto determinante de la revolución catalana, que es de toda la sociedad. No de un partido o una clase, sino de todos (o muchos) y todas. Y así seguirá siendo por la dinámica propia de la nación catalana que, como la flecha en el aire, tiene que alcanzar la diana. Algo simple: no es un desvarío de iluminados, ni una conjura de interesados o una obra de partido. Es un movimiento popular de abajo arriba y poderoso, porque se da en una sociedad fuertemente articulada.
  
A esta prohibición, seguirán otras de la misma fuente que ya actuó con idénticos designios en las elecciones de 21 de diciembre de 1917 sin evitar el triunfo independentista. Así que ahora, las injerencias serán mayores. La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals está en el punto de mira de este blocao unionista disfrazado de neutralidad como el que se pone una máscara veneciana. Empezarán con el lenguaje. Anatematizada la expresión "presos políticos", a continuación caerá "presos independentistas" porque, dicen, no están presos por ser independentistas sino por ser presuntos delincuentes (o ni presuntos, según alguna ministra) de derecho común. Habrá que llamarlos a secas "presos" o uno a una por sus apellidos. En las tertulias, ojo con lo que se ve y dice. ¡Ah! Cuidado con los medios privados, los digitales sobre todo, que dan noticias sacadas de las redes en donde es menester poner orden.

Una intervención en toda regla mientras se revisan febrilmente normas y reglamentos, doctrina y jurisprudencia a porrillo para descabalgar de las listas a los presos y presas políticas. Entre tanto, en el campo indepe, la habitual trifulca sobre si llevar a las presas políticas en cabecera de listas no será supeditar la estrategia a su condición y desviarse del objetivo. Verdaderamente hay debates que podíamos ahorrarnos. Como si no supiéramos hacer dos cosas al mismo tiempo. Y veinte. Las presas políticas son parte de la estrategia, como todo lo demás. Tenemos listas, candidaturas, instituciones dentro y fuera, mantenemos la iniciativa en todos los campos, tomamos decisiones, mantenemos en jaque a la administración central, sin darle excusa para aplicar el 155, la acción exterior es tan importante como la interior.

No ir a Madrid es un error. No hablar con una sola voz en representación de todos los sectores políticos y sociales independentistas (y hasta algún free rider) es un error. Pero se hará de necesidad, virtud. Se supone que el bloque indepe actuará unido en el Congreso. La eficacia de su acción dependerá de la correlación de fuerzas. 

Pero, además, el resultado de las elecciones tendrá la correspondiente lectura catalana que, a su vez, influirá sobre las subsiguientes municipales en las que hay una diversidad casi laberíntica. La lectura, sin embargo, será sencilla, una vez que, autoinmolada la CUP, será la competencia por la hegemonía entre los dos sectores tradicionales del catalanismo, la izquierda y la derecha que es ahora tan independentista como la izquierda y los así llamados "antisistema". El resultado puede ser el equilibrio o dar ventaja a una parte sobre la otra. Lo que suceda después dependerá en buena medida de cuál sea la parte hegemónica.

El Estado sigue sin oferta alguna para Catalunya salvo la represión y la procrastinación más desvergonzada. Pero esa situación asfixia la acción de la Generalitat en la medida que esta tiene el compromiso de cumplimiento del mandato del 1-O.

Y a ello habrá de enfrentarse el independentismo, sea cual sea el sector hegemónico. 

dilluns, 11 de març del 2019

Liderazgo

Pues claro, hombre. Y hay quien dice sorprenderse. Toma cuerpo la comparación que Palinuro suele establecer en términos livianos con De Gaulle y Pimpinela Escarlata. Del primero trae el MHP Puigdemont la legitimidad universalmenente reconocida para representar el país ocupado; es su símbolo exterior. De Pimpinela, la flexibilidad, la audacia y la inventiva. Calíbrese la importancia de que uno de los diputados del próximo Parlamento europeo sea el presidente de la República catalana, fugado para el Estado español y exiliado  político para todo el mundo.

A pesar de lo anterior, Puigdemont hizo lo que pudo por conseguir lista única indepe a todas las elecciones, al tiempo que dejaba clara la correspondiente posición en la política española. Ni jirones quedan de la bruma de sospechas sobre la integridad del independentismo burgués. Para dejarlo bien claro, en un gesto tan infrecuente como encomiable, se ofreció de segundo en una lista unitaria al Parlamento europeo, por detrás de Junqueras. No sé qué más puede pedirse en términos de hechos; no de palabras.

Resultado: en estos momentos, Puigdemont simboliza el independentismo en versión exterior por encima de los partidos, por estar tan abierto a la unidad con ERC como con la CUP. Duran acaba de expresarlo con clarividencia: "siempre creí que Puigdemont era más de la CUP que de CiU" Clarividencia, no originalidad, pues esa pinza JxC/CUP era evidente. Lo dijo Valtonyc: Puigdemont es un anarquista. Caramba con el rapero. También se anunciaba ya en el famoso abrazo de Mas y David Fernández. Y es que no es un asunto de personas, sino de clase. La burguesía, ahora, sí es independentista. Y eso toca muchas convicciones e intereses muy arraigados.

Así, quienes quedan mal parados son ERC y CUP. El caso de ERC es particularmente dramático porque tiene elementos personales y colectivos difíciles de tratar, sobre todo los primeros. Ayuda a entenderlo recordar la máxima heracliteana de que el carácter es el destino del ser humano.

¿Cuál es la explicación? Que tanto ERC como CUP son partidos o agrupaciones de tales, con dinámica de partidos, aunque de organización y funcionamiento interno distintos. Pero partidos con horizontes y costumbres de partidos. ERC busca alianzas fuera de Catalunya, tanto en las europeas como en las legislativas, pero dentro del Estado español. Esto es más o menos compatible con la concentración en la tarea de cumplir el mandato del 1-O, que sigue siendo la primordial. Poco lo es, en principio, tejer alianzas fuera y no en Catalunya, dando la impresión de que prevalece la participación en el sistema español sobre la República catalana. Es escasamente explicable por vía inercial y, aunque se considere oportuno como táctica electoral, quizá no lo sea tanto.

La CUP no parece haber dado una explicación satisfactoria a su "no" a participar el 28A o yo me la he perdido. He leído unas confusas reflexiones sobre la necesidad de recogerse y concentrarse en el ámbito municipal. La decisión no es compatible con la primacía de lo nacional. Porque el argumento de que la representación catalana en Madrid no lleva un auténtico proyecto rupturista (o algo así), no solo es injusto con los otros partidos indepes, sino ilógico. En principio, la CUP habría de pensar que su presencia en el Parlamento español sería garantía de la autenticidad del proyecto. Más bien cabe sospechar que el "no" viene arrastrado por una tradición partidista de las banderas de nuestros padres, con escasa atención a lo crítico y, sobre todo, insólito, de la situación. No se han atrevido a encarar los nuevos tiempos en los nuevos terrenos

Puigdemont también es de partido. Si y no. A estas alturas eso importa ya poco, sobre todo, dado el galimatías en que su liderazgo tiene a la constelación de la derecha independentista. El grito de alarma de los medios unionistas de que Puigdemont aboca al cisma al PDeCat, aparte de delatar la obsesión por dividir a los indepes, indica desesperación ante una batalla de antemano perdida. Aunque felicitándose por lo que consideran el fraccionamiento del adversario, los medios temen una intensificación del independentismo enemigo de componendas. La CUP no se presenta. Sus electores quedan en libertad. Cada cual hará el vaticinio que le cuadre, pero uno de ellos es que el voto cupaire irá mayoritariamente a JxC. Tanto por lo claro de las posiciones de estos como por la ambigüedad que embarga la candidatura de ERC, cuyos electores se preguntan si votan a un partido exclusivamente independentista u otro con un plan B de imbricación en la política española mientras la catalana se encuentra en standby.

Con todo y con eso, no puede quedar duda alguna de que, sean como sean las candidaturas y sean cuales sean los resultados, la unidad de acción se mantendrá a toda costa.

diumenge, 10 de març del 2019

¡Que vienen los pictos!

Los historiadores contemporáneos, o sea, los periodistas, únicos que van a la veloz par con los hechos, se regocijan con los periodos pre-electorales porque son de muy sustancioso comentario. Hay que hacer las candidaturas, las listas, las coaliciones y a toda velocidad porque en política rige un único plazo para todo: el último minuto.

Aquí está la CUP debatiendo hoy a calzón quitado (momento que algún ilustrado aprovechará para recordar que reúne a los sans-culottes de la revolución catalana) si se presenta o no a las elecciones del país vecino. Será un debate muy ilustrativo y de su resultado están todos muy pendientes, aunque disimulen. Como es conocida la posición de Palinuro a favor de 1) presentarse a las elecciones; 2) en candidatura única indepe, me ahorraré toda pretensión de falsa objetividad. Sería muy buena noticia que la CUP se presentara y lo hiciera en coalición con otra u otras fuerzas indepes. Cuanta mayor unidad, mejor. No parece una idea complicada. Si hasta Dios es único, aunque también tres personas en unión hipostática, ¿como no lo serán los mortales? Por lo demás, no tengo duda alguna de que, sea cual sea la decisión de la CUP, será la que juzgue mejor para el objetivo de la independencia.

La Crida ha avalado a Jordi Sánchez para encabezar la candidatura de JxC por Catalunya como diputado por Barcelona. Otro ámbito en efervescencia. Los medios unionistas especulan con que Sánchez es de ánimo dialogante, cosa obvia, aunque no en el sentido que ellos dan. Por lo demás saben que el independentismo burgués es tan radical como la CUP. Nada de "diálogo" con Madrid. Posición de bloqueo. Los medios madrileños contemplan el aterrizaje de los indepes catalanes con el temor de las legiones romanas cuando bajaban los temibles pictos de la Catalonia; perdón, quiero decir Caledonia.

Por eso ven con tan buenos ojos los afanes de ERC por encontrar aliados fuera del bloque estrictamente indepedentista. Una actividad que recuerda la visita al mercado del barrio,en busca de las mejores ofertas. En el exterior, ERC desdeña la alianza con las formaciones burguesas y se junta con las izquierdas vasca y gallega. En el interior, anda en diferentes escarceos con otras fuerzas en el claroscuro que hay entre el independentismo y el autonomismo. El prolífico y confuso mundo de Podem, Comuns y aledaños mejor o peor avenidos, dispuestos a buscar más grados de distinción entre el autonomismo y el independentismo que los de mestizaje en la Cuba española. Comunistas de Catalunya quieren una coalición con ERC y los soberanistas que, si no entiendo mal, son escindidos de los Comuns o de Podem.

Aunque el unionismo (y una parte del independentismo) vea en estas tentativas y propuestas una esperanza de ruptura de la unidad y relajamiento de la voluntad indepe, no hay tal ni mucho menos. En el independentismo se da la posibilidad de la doble militancia que la Crida ha proclamado. Verdad es que ERC la ha rechazado, pero será para sus militantes y en la medida en que pueda controlarlos. El pincipio de doble militancia, como todos los de libertad, rompe barreras. Aumenta el empoderamiento de los electores y militantes frente a los partidos.

Lo acepte o no, ERC practicará de hecho la doble militancia en cualquier forma de coalición con sectores "soberanistas". De un lado, seguirá formando parte del bloque independentista, pues ese es un camino de no retorno y, de otro, forjará alianzas externas con fuerzas no estrictamente indepes pero tampoco contrarias a la independencia, o sea, neutras, epicenas. En caso de darse algún conflicto, el bloque independentista ejercerá mayor fuerza de atracción que el neutral, que habrá de cruzar por fin el Rubicón. No es mala figura: dejarse llevar por la fatalidad al final que secretamente se deseaba pero no se se osaba verbalizar.

En definitiva, los pictos llegan, unidos o por tribus; pero llegan a poner en peligro la paz del imperio. Porque la constitución de una minoría de bloqueo en el Parlamento español, amparada en la Constitución de la que tanto alardean sería una formidable palanca para forzar una salida negociada a este desbarajuste provocado por la contumaz pretensión castellana de negar la condición nacional de Catalunya y tratarla como una colonia.

La Llorona

Recordando el post de ayer sobre la jornada feminista del 8M, Somos unas antiguas Palinuro cayó e la cuenta de que había intentado racionalizar el tema, darle una perspectiva histórica, narrar sus dificultades y los todavía ingentes obstáculos a que se enfrenta. Todo muy justo. Pero, ¿por qué se sigue de aquí que haya de defenderse este movimiento? ¿Qué promesas encierra en su seno que justifiquen una tan gran alteración de las pautas culturales dominantes? Hay programas que racionalizan el futuro previendo cómo será la vida cuando las mujeres alcancen la igualdad real. Pero el futuro es imprevisible y tanto da verlo a la luz de la razón como de los sentimientos. Ahí estaba la carencia del post: no hablaba de sentimientos. Así que, para enmendar la omisión, busqué esta secuencia de la pelicula Frida, (2002), de Julie Taymor. Vean mujeres (y algunos hombres):




Salma Hayek, Chavela Vargas, Frida Kahlo, Diego Ribera (en efigie), Trotsky y Ramón Mercader. El sentimiento y la razón. La vida y la muerte. Las mujeres y los hombres.

Ya; que estoy pasándome. No más que quienes auguran la paz y armonía universales cuando gobiernen las mujeres; o quienes ven un gobierno de brujas; o quienes dicen que algún día se alcanzará la "verdadera" igualdad.

Salma, Chavela, Frida; o, en orden cronológico real, Chavela, Frida, Salma. Y La Llorona. Con Ribera comienza el sufrimiento, y con Trotsky y Mercader llega a su paroxismo racional.

Este Ribera se autorretrató como niño formal, con paraguas y canotier, por delante de Frida, ya mujer, de la mano de la calavera Catrina en el famoso mural de la Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, por si alguien quiere ver al repipi mozalbete. La calavera Catrina es mujer, dama incluso, lleva un aparatoso sombrero y luce de fular la serpiente emplumada, símbolo casi ctónico de México. Y muy lógico, porque simboliza la unión del cielo y la tierra

dissabte, 9 de març del 2019

Somos unas antiguas

El éxito de la movilización de ayer ha generado asombro en los medios. Asombra, en realidad, que no lo previeran. El movimiento feminista es mucho más sólido y profundo de lo que se ve en las peripecias y conflictos cotidianos, violencia machista, discriminación, fetichización, etc. Es sólido y profundo porque es antiguo.

En estos días se han escuchado propósitos y despropósitos sobre el sufragio femenino en España en 1933 que, entre otras cosas, se pagó con la pérdida del derecho de sufragio de todos, hombres y mujeres, durante cuarenta años. Hace 101 años, en 1918, la Representation of the People Act reconocía el sufragio universal masculino (21 años de edad) y femenino (30 años) en el Reino Unido. Dos años después, la 19ª enmienda de la Constitución de los EEUU establecía el sufragio universal femenino. Hace cien años. Y la historia había empezado antes, a fines del siglo XIX, concretándose en diversos lugares, como Nueva Zelanda, Australia, Finlandia, etc. Los británicos equipararían derechos masculinos y femeninos en 1928.

Viene de antiguo y queda mucho, muchísimo, por caminar: varios países europeos (Suiza, San Marino, Mónaco, etc) solo reconocieron el sufragio femenino en la segunda mitad del siglo XX. Y Arabia Saudita acaba de hacerlo, como quien dice, en 2015.

Estamos hablando del más elemental de los derechos, el de votar. Los otros no andan mejor. Y, a pesar de eso, las reacciones están siendo bestiales. El patriarcado contraataca con ferocidad valiéndose de una eficacia terrible, que son las propias mujeres. Desde el momento en que el feminismo es, por necesidad, un conflicto de géneros, el apoyo al patriarcado de sectores de mujeres complica extraordinariamente la situación. Y eso permite que puedan formularse auténticos delirios, como el que encierra la expresión feminazi por el cual se vincula el feminismo con el nazismo, una filosofía y política que reservaba a las mujeres "las tres K", Kitchen, Kirche, Kinder (cocina, iglesia e hijos). Es difícil imaginar algo más idiota.

Pero eso mismo revela que la lucha es descarnada y nada puede darse por ganado. Además, cuanto más se avanza, más cuesta avanzar.

Hay un acuerdo general, al menos en Occidente, sobre la igualdad de género como principio. También respeto por el feminismo en cuanto agente de ese principio y a excepción de los más machirulos del lugar. Pero, ¿qué pasa con las instituciones? En este siglo, el caso de discriminación más escandaloso es el de la iglesia católica, como siempre, un muro contra todo progreso, con tanta cerrazón que raya en la misoginia. La definición del Papa de que el feminismo es el machismo con faldas es tan misógina y brutal que solo queda esperar que no la haya dicho ex-cathedra. Porque, ¿cómo justificar hoy la exclusión de las mujeres del clero sin manosear la voluntad divina? Pueden ya las mujeres servir en los ejércitos del rey ¿y no servirán en el de Dios?

Lo que queda es escarpado. Hay que feminizar la cultura. "Remasterizar" las lenguas, que tienen el patriarcado y el machismo inserto en las mismas estructuras lingüísticas. Solo la literatura es un piélago de cuestiones. Si se repasa con perspectiva de género no sé si quedaría alguna obra. La mujer de Putifar, responsable indirecta del destino del pueblo elegido, seguirá sin tener nombre por los siglos de los siglos. Todos los personajes femeninos creados por hombres: Fedra, Antígona, Electra, Ofelia, Desdémona, doña Inés, Margarita, Bovary, Karenina, Ozores, perpetúan la subalternidad. Y los personajes reales, incluso cuando han destacado en un mundo hostil: Lucrecia, Juana de Arco, Christine de Pizan, Mary Wollstonecraft, Olympe de Gouges, Marie Curie, etc, han arrastrado los hándicaps de género.

Abrigo la esperanza de que el feraz venero de la literatura caballeresca no sufra igual descalabro. Es verdad que la obligación del caballero de proteger a su dama suena a patriarcal y machista. Salvo que se entienda que, en los lances del amor, como en todos los lances, el caballero exigirá siempre igualdad que implica la misma libertad de que él goza. Es el contenido de la acertadísima intervención de don Quijote, espejo de caballerías, en el episodio de Grisóstomo y la bella Marcela, primer manifiesto rotundamente feminista en literatura que conozco. 

Todo esto es muy antiguo. Por eso es tan fuerte.

Manifa 16M. La autodeterminación no es un delito

Un video del meu amic, el cineasta Hector Suñol qui em autoritza a compartir-ho, cosa que faig encantat. És una bella peça. Per continuar, només has de clicar la fletxa de "share".

divendres, 8 de març del 2019

El retroproceso

El meu article a elMón.cat dimecres, titulat Un pseudojudici en una pseudodemocràcia. Com que l'única novetat ha estat la inenarrable narració de la secretària judicial en un fantasmagòric retaule de Maese Pedro, ja tractada en un post anterior la peça manté la seva actualitat.

Per cert, què em diuen del terme "retroprocés"? Pas mal, hein?

Aprofito l'ocasió per donar el meu suport a la vaga feminista d'avui i recordar que el feminisme és l'avantguarda de la humanitat. D'aquí l'aparició de VOX, el partit del patriarcat més agressivament masclista.

Aquí el text castellà:

Un seudojuicio en una seudodemocracia

El juicio/farsa del 1-O sigue su agitado curso y ha conseguido ya dejar clara su naturaleza a los ojos de la ciudadanía y la opinion pública mundial: doce personas de paz están siendo juzgadas por delitos inventados, con pruebas falsas y amañadas por las distintas policías, con una fiscalía incompetente que no se esfuerza pues sabe que la sentencia está ya escrita, ante unos jueces parciales, sumisos al poder político, que quiere altas condenas para escarmiento futuro y con la guinda de que forma parte del proceso como acusación un partido, Vox, cuyo miembros estarían en la cárcel en cualquier país del mundo por fascistas.

Es tal la arbitrariedad y el disparate jurídico que el proceso ha dado la vuelta y, si bien los encausados siguen siendo los doce independentistas, en realidad es el Estado español el que está siendo acusado por no respetar los derechos fundamentales de la ciudadanía, ni la división de poderes, ni la independencia del judicial.

En las comparecencias como testigos de las distintas autoridades del Estado ha habido dos claros momentos, según la jerarquía de quienes hablaban: el de los amnésicos y el de los embusteros. Los amnésicos son las máximas autoridades del momento, el presidente y la vicepresidenta del gobierno y el ministro del interior. Ninguno de ellos tomó decisión alguna en relación con los hechos, tampoco recordaba nada de lo que pudo pasar e ignoraba quién dio las ódenes de cargar (si es que hubo cargas) y de dejar de cargar. Ninguno de ellos, por tanto, tenía responsabilidad alguna. El tribunal protegió celosamente el no-derecho de los testigos a mentir, acotó el campo de maniobra de la defensa y dio una prueba más de servilismo gubernamental ayudando a construir la interpretación de que, en aquellos momentos de crisis, el país se regía solo pues el máximo gobernante, M. Rajoy (a) Sobresueldos, estaba muy ocupado con otros asuntos, fáciles de imaginar.

Tras los amnésicos, los embusteros, los jefes de policías o el delegado del gobierno. Estos sí reconocen haber tomado decisiones, para combatir el supuesto delito que ahora cuesta tanto probar: la violencia, el tumulto, el alzamiento, la rebelión, cosas que no sucedieron y, como no sucedieron, solo pudieron invocarlas, pero no demostrarlas, mintiendo, por tanto en toda la línea. Estaban seguros, sin embargo de que las órdenes que dieron, las decisiones que tomaron, no produjeron heridos, a pesar de las decenas de vídeos que prueban lo contrario; si hubo heridos, fueron algunos contusos y, desde luego, no hubo cargas policiales. El reino de la mentira y la impunidad más absoluta para unos testigos que no solo mienten, sino que niegan la verdad paladina grabada en vídeos, aunque con la ayuda del presidente del tribunal, que impide que se vean. La mentira oficial fue luego remachada por Pérez de los Cobos, exmiembro de Fuerza Nueva y responsable del "operativo" policial del 1-O. El único que sabe de qué miente porque él sí participó en una rebelión violenta y armada, la Tejerada de 1981, a pesar de lo cual sigue formando parte de este Estado delictivo.

Unidad de acción de los amnésicos y los embusteros. Si Rajoy afirma que no hubo referéndum, es lógico que sus subordinados no vieran violencia ni cargas policiales contra un referéndum inexistente. Y los mil heridos atendidos en los hospitales habrán salido de un cuento chino o de una novela de ciencia-ficción, como, según Grande Marlaska, ministro del Interior socialista que estaría con VOX si la actitud de este hacia la diversidad fuera menos bestial, fue el llamado "cerco" a la consejería de Hacienda de la Generalitat.

Claro que no es juicio, sino una farsa inquisitorial para disfrazar de procedimiento jurídico una pura persecución persecución política, impropia de un Estado de derecho y democracia.

Todo encaja porque, a pesar de que el ministro de Asuntos Catalanes, el catalanófobo Borrell, está despilfarrando recursos públicos en un gigantesco aparato de propaganda para convencer al mundo de que España es una democracia y un Estado de derecho, la evidencia cotidiana demuestra que es falso. Obviamente, si fuera cierto, no sería necesario andar predicándolo por ahí, ni pagar sumas astronómicas a gentes sin escrúpulos, escritoras de libros de encargo , ni contratar mindundis ideológicos, profesoress universitarios dispuestos a predicar las mentiras oficiales a tantos euros la mentira.

Porque mentira es. España no es ni puede ser una democracia y un Estado de derecho mientras haya presos y exiliados políticos, mientras la policia actúe ilegalmente, los tribunales dicten la "justicia" del poder político, no haya separación de poderes y se vulneren los derechos fundamentales de los ciudadanos.

dijous, 7 de març del 2019

Que siga el espectáculo

El esperpento continúa. Y procede por hitos. Tres gruesos han sido los últimos. Dos cómico-burlescos y otro trágico-siniestro.

El primero cómico, a cargo del virrey Millo y la fábula del fairy. A falta de prueba alguna de la violencia, los tumultos, las hordas salvajes con el cuchillo en los dientes que decían haber oído que alguien había comentado, acaban presentado como pruebas, no lo que fue, sino lo que habría podido haber sido en caso de que algón probo y angelical funcionario hubiese resbalado en un artero charquito de fairy al cumplir con su deber. Antes de empezar a reír y mandar a quien esto dice en sede judicial a freír puñetas (por ejemplo, las de los jueces), conviene recordar que aquí se juega el destino de doce personas a las que el Estado trata de castigar severamente como medio de amedrentamiento de un pueblo que, en contra de lo que el poder supone, no aceptará castigo alguno. 

El otro hito cómico-burlesco, el de la secretaria judicial. Los fariseos del lugar se apiñan a pedir respeto a los sufrimientos de esta ciudadana privada que temía por su vida. Bueno, con todo el respeto que todos merecemos, por cierto, la peripecia se perfila como la Pimpinela Escarlata o Scaramouche o comedia de capa y espada. Nadie falta al respeto a la buena señora por no creer en su buena fe. Porque, aparte de sus miedos y angustias personales, vino acusando falsamente a una enemiga política. Sí, enemiga porque la tal secretaria está en la órbita de organizaciones ultraderechistas. No tiene más importancia ya que aquí todo el mundo, excepto el muerto, pertenece a algún partido político. Pero conviene saberlo para sazonar el testimonio de la angustiada secretaria que llegó a pedir un helicóptero. Considerando no solo la angustia, sino también su ideología tan real como su angustia,  debe sopesarse qué importancia pueda tener este melodrama en el destino de unas personas para las que se piden decenas de años de prisión. Decenas de años de prisión porque alguien que dice tener miedo y es tu enemiga política, te acusa de estar en donde no puede probar que estuvieras. 

Los testigos están obligados a decir la verdad, so pena de incurrir en delito. El juez Marchena haría un favor explicando a la audiencia en qué distingue él la verdad de la mentira.

El episodio trágico-siniestro es muy siniestro. El presidente olvidó preguntar a de los Cobos por su procesamiento, aunque era algo de dominio común. Luego enmendó y empeoró el asunto al dejar claro que enmendaba porque, siendo de dominio común, todo el mundo había detectado -y juzgado- la omisión. Es el arrepentimiento de segunda categoría, por temor al castigo, el que la iglesia llama "dolor de atrición". Pero un juez como Dios manda, sin duda católico, ha de tener dolor de "contrición", dolor por haber ofendido a Dios o a la diosa Justicia. Pero, ya desde el comienzo de la testifical, el presidente gobernaba la nave poniendo rumbo al puerto de la derecha, favoreciendo los delirios de las acusaciones y su evidente afán de venganza y entorpeciendo la tarea de la defensa, empezando, por cierto, por el inhumano trato físico a los procesados.

En cuanto a de los Cobos, es increíble que pueda aceptarse testimonio alguno válido de semejante sujeto con semejante pasado. El caso es que había sido llamado y era testimonio obligado por ocupar  la direccción del "operativo". Así que la pregunta habría de ser: ¿quién puso al frente del operativo a un simpatizante con el 23 y procesado por torturas en el país Vasco? M. Rajoy, el de los sobresueldos; el mismo que puso al hermano del coronel, ya general, claro, y mañana archipámpano de las Indias, al frente del Tribunal Constitucional, para prestigiarlo. 

Y este individuo, que también miente sobre el 1-O, aunque lo haga con más "competencia técnica", es el principal testigo de cargo, en comandita con la acusación popular, compuesta por camaradas de un partido fascista, también en el espíritu del 23-F. Este es un juicio del franquismo político e institucional en contra del único movimiento que realmente ha cuestionado y puesto de relieve el inicuo régimen del 78 y lo ha combatido con eficacia. 

Por eso la ataca la derecha y lo ignora la izquierda españolas.

dimecres, 6 de març del 2019

El mentidero se anima

El juicio-farsa tuvo ayer una jornada vivaz. Los medios españolistas, como El País, titulan hoy encantados que las defensas empiezan a ponerse nerviosas, a cuenta de las declaraciones de Nieto, Millo y Pérez de los Cobos, a las que atribuye mucho crédito y peso por lo técnico, documentado, etc. No es opinión universalmente compartida. Otros opinan que las declaraciones de Nieto y Millo fueron un desastre para el bloque unionista y la causa de achacar violencia a las procesadas. Ninguno de los dos aportó prueba alguna y suss fuentes solían ser comentarios, observaciones, seguramente chascarrillos. De otro modo es imposible entender que Millo sacara la patraña del Fairy y dejara ya el juicio visto para sentencia de la corrala o algún concurso televisivo.

Los dos, Nieto y Millo, trataron de salvar a sus jefes sin pringarse mucho ellos. El resultado fue un pastiche de conjeturas, titubeos, enmiendas e incapacidad para citar un solo hecho concreto que probara lo que decían. El tribunal continuó ayudando a la tarea, no permitiendo el acceso a documentos probatorios.

Bueno, pero eso fueron los políticos. Llegó luego la hora de los técnicos. Declaraba Pérez de los Cobos, un experto en represión, toda una vida, desde mozalbete, dedicada a la causa de la España imperial. Estuvo al frente del "operativo" del 1-O. O sea, por primera vez comparece, como testigo, el protagonista directo de los hechos, el que dio las órdenes. Nada de política; estricta competencia técnica en el mantenimiento del orden y cumplimiento de la ley con métodos democráticos.

En la primera parte de su declaración pareció que se había equivocado de juicio ya que fue un ataque en toda regla a la actuación del mayor Trapero, al que se sigue causa asimismo, pero en la Audiencia Nacional. Y ya veremos si no llevan a los monjes de Montserrat a alguna jurisdicción eclesiástica ya que, según sostiene el cardenal Cañizares, el independentismo catalán es un pecado contra el Espíritu Santo. De los Cobos se quedó en esta tierra, echando basura sobre Trapero, a quien vino a acusar poco menos que de haber organizado él el referéndum. Le quedó poco tiempo para negar la violencia policial y atribuírsela a los votantes, como hicieron con escasa fortuna los otros declarantes. Nieto y Millo negaron sin más las cargas y violencia policiales basados en el principio del esse est percipi, al revés, lo que no es percibido, no es. Y, como no es posible visionar videos, la violencia no existió y la que existió fue exquisitamente proporcionada, íncluso mínima. Como si dijeran que fue pantagruélica. No había modo de comprobarlo.

Pero llega el técnico y prueba la afirmación de que la violencia policial no existió, fue mínima y proporcionada. Lo hace rememorando las escenas de todos conocidas de la policía irrumpiendo en los colegios electorales, muchas veces por la fuerza, sí, pero respetando las personas. Iban por las urnas, las cogían y se las llevaban, pero no detenían a nadie.

En efecto, ese aspecto de la represión centrada en el secuestro violento de las urnas, en su usurpación, reside la fuerza simbólica de este acto, la materialización cruda de la negación del derecho de sufragio a los ciudadanos.

Pero eso no fue violencia, dictamina fríamente el técnico, capaz de ver violencia en un cono volador, ya que la policía actuó con intervención mínima. Si hubiera cargado, habría desalojado los locales. Aparentemente, tiene razón. Todos recordamos que, con fuerza o sin ella, la policía se llevó las urnas y solo las urnas. Pero es una razón falsa. En los colegios había miles, decenas de miles de personas. ¿Qué iban a hacer? ¿Dispersarlas con gases? ¿Detenerlas a miles? ¿Y en dónde las metían? ¿Y cómo procesaban luego a miles de ciudadanos? Mienten siempre como bellacos. Aplicaron toda la violencia que pudieron y mientras pudieron. Actuaron como comandos en territorio enemigo, repartiendo estopa para abrirse paso. Aflojaron solo cuando vieron las consecuencias. Nunca estuvo justificada la violencia policial el 1-O y menos puede estarlo hoy en un tribunal.

Claro que esto no es un tribunal en el estricto sentido del término, sino un órgano judicial al servicio de la línea política nacional, fijada en su momento, por el jefe del Estado, Felipe VI. Jurídicamente no se tiene de pie. Políticamente, tampoco. 


dimarts, 5 de març del 2019

El proceso existencialista

Que el proceso del 1-O es una farsa ya lo sabe todo el mundo. Le han caído todos los epítetos posibles, "surrealista", "kafkiano", "inquisitorial". En un acertado artículo, Oriol Izquierdo afirma que Rajoy es un idiota en sentido flaubertiano y lo compara acertadamente con los inimitables Buvard y Pécuchet. De acuerdo, en el entendimiento de que Rajoy es la suma de ambos.

Y el logro final:  ya no es un juicio a los encausados, ni siquiera a los independentistas; es un juicio al Estado español en el que este trata de salir airoso de la imagen de ineficiencia, incompetencia, malevolencia, ilegalidad y arbitrariedad que sus servidores están dando.

La comparecencia ¡como testigos! de los tres mandos principales directamente relacionados con la materia, Rajoy, Sáenz de Santamaría y Zoido dejó meridianamente claro que los gobernantes no tomaron las decisiones que llevaron a los hechos que se juzgan ni tienen la más remota idea de quién pudo tomarlas. Una clase práctica de varias horas acerca de uno de los postulados básicos del existencialismo: el hombre es libre y en cada momento ha de adoptar decisiones de cuyas consecuencias será luego responsable. Salvo que se sea gobernante español, en cuyo caso se cobra pero no se adoptan decisiones, con lo cual no hay responsabilidad que valga. Es más, en un alarde de idiotismo flaubertiano, Rajoy afirmó en cierta ocasión que no era obligatorio tomar decisiones y, además, no tomar una decisión precisamente es una decisión. Y una decisión que tampoco acarrea responsabilidad porque es una no-decisión. Definitivamente, el reino de España estaba por entonces en manos de auténticos irresponsables en todos los sentidos del término.

Ayer, el proceso intensificó su nota existencialista con la declaración de José Antonio Nieto, exnúmero 2 de Interior. Este sujeto, a diferencia de sus superiores, que solo se hablaban con vírgenes, ya se hizo humano y admitió haber adoptado algunas decisiones. Por fin había alguien que sabía algo de algo. Pero era un saber falso, tramposo, hipócrita, tratando de soslayar la responsabilidad, la encarnación misma del "hombre de mala fe" sartreano, el que miente y trata de ocultar sus fines no confesables con grandes proclamas. La mala fe quedó patente cuando, ante las preguntas de la defensa, el tal número dos de Interior se vio obligado a desdecirse del relato que él mismo había dibujado a preguntas de las acusaciones, a reconocer que no había habido violencia, que no había efectivos heridos, que cuanto había contado antes era no era hecho cierto, sino su opinión, y le hicieron insinuar con toda la mala fe del mundo que los heridos por las cargas eran falsos, y afirmar rotundamente y contra toda evidencia que no había habido cargas y que la violencia que se empleó fue proporcional y la mínima posible. Eso no es mentir estrictamente. Es no decir la verdad, típica muestra de la mala fe.

Hoy comparece Pérez de los Cobos, el que dirigió todo el llamado "operativo" de los piolines, el que se preseentó de camisa azul el día de la Tejerada para ponerse al servicio de la Patria. Sigue el existencialismo. Ahora toca la náusea.

Pasado y presente

En el libro del filólogo austriaco Anton Sieberer, Katalonien gegen Kastilien, que estoy traduciendo, y espero ver pronto publicado, el capítulo dedicado a la revolución catalana del 6 de octubre de 1934 termina así:

"La revolución catalana del 6 de octubre no fue solo una derrota sino, también, una enorme desgracia. Y, a pesar de todo, dicen los seguidores de Companys, este hizo lo único correcto. Si hubiera procedido contra los exaltados, que actuaban por su cuenta, habría aparecido ante la opinión pública como el traidor, el que atacaba por la espalda a los verdaderos revolucionarios catalanes e impedía así su triunfo. De esta derrota, Estat català saldría moralmente fortalecido y la moderada Esquerra quedaría fuera del combate futuro. Companys sabía que no había posibilidad de ganar, afirman sus seguidores. Solo podía elegir entre una derrota vergonzosa u otra honrosa que abriera el camino al futuro.

El tiempo ha dado la razón a Companys. Tras la instrucción y la prisión vino la resurrección política al poder y a la gloria. Había sido una terrible derrota. En la prisión le acompañaba la convicción de los catalanes de que actuó como un verdadero revolucionario, pero fue víctima de unos ciegos compañeros de partido. En España, la gente admira a los mártires políticos. En las elecciones cuentan mucho más dos prisioneros simpáticos que el mejor programa.

El 6 de octubre no es solamente una muy mala fecha en el calendario del catalanismo. Los acontecimientos de aquel día siguen sin estar del todo claros. Hemos reproducido la interpretación de Esquerra. Que sea completamente cierta o no escapa a nuestra capacidad de juicio, pero también a la de la mayoría de los catalanes. Algo es seguro: que la revolución no fracasó tan rápidamente porque no encontrara eco en el pueblo catalán. Las verdaderas razones fueron las rencillas internas y una asombrosa falta de organización".

Esto se escribió y publicó en 1936.

dilluns, 4 de març del 2019

Más rebeldía

¿Hay algo más rebelde que negarse a disolverse? ¿Algo más agresivo que querer ser? El Parlament considera la posibilidad de blindarse frente a una disolución vía 155, que es como se llama hoy el caballo de Pavía. A su favor, cita el art. 16.1 del vigente Estatuto de Extremadura, según el cual la Asamblea es inviolable y no podrá ser disuelta salvo en los supuestos previstos en el presente Estatuto. Y no prevé ninguno salvo la voluntad del presidente de la Junta. "¡Ah! exclaman los unionistas de todo venero, ¡es que Extremadura no es Catalunya!". No quiere decir nada y lo dice todo. Como lo de "Escocia no es Catalunya". En resumen: Catalunya es lo que a nosotros nos dé la gana, o sea, España.

Claro que Catalunya no es Extremadura. Por eso se blinda frente al 155, lo cual plantea el curioso problema de cómo sea eso posible. El 155 es un estado de excepción de hecho que, según entiende el gobierno (otra cosa es que sea así), le da potestad para anular actos de todo tipo de la administración autonómica, incluidas sus decisiones parlamentarias. Y eso es lo que el Parlament se apresta a considerar, cosa impensable en la Asamblea extremeña. Así que grande es el descubrimiento de que Extremadura no es Catalunya.

Si, llegado el momento, el 155 anula la decisión del Parlament de anular el 155, entraremos en un terreno puramente político. Veremos cuánto tiempo tarda el gobierno en judicializarlo como, según se queja, hacía el gobierno anterior. En cuanto el Parlament se niegue a disolverse con el 155, se habrá declarado en rebeldía. Podemos prever la imagen: cuando entre la fuerza pública a disolver, los diputados unionistas (PSC, C's, PP y la incógnita comuns) saldrán por su propio pie, ya disueltos, si es que llegaron a entrar. A los otros habrá que sacarlos en volandas, a la sillita de la reina o con métodos más expeditivos, pero siempre con resistencia pacífica a la disolución.  Luego, se cerrará el Parlament, cosa tampoco tan insólita: Franco lo tuvo cerrado cuarenta años de intenso diálogo con los catalanes. Pero los diputados/as disueltos allí seguirán sentados y habrá que hacer algo con ellas. Por ejemplo, procesarlos.

Ya tienen trabajo los jueces. Como ahora, tendrán que ponerse frenéticamente a buscar alguna violencia que no sea la suya y, como ahora, tendrán que inventársela o, también como ahora, convertir en ajena la violencia propia, o sea reputar violentas a las víctimas y víctimas a los violentos. Y si eso ya es difícil ahora, con unas decenas de diputados/as pacíficas y sin una maldita vidriera rota, es imposible. Los diputados ayudarían mucho a esta peculiar justicia hispana si salieran del Parlamento pegando tiros, como los Dalton de OK Corral. Eso lo bordaría Llarena; pero no hay esperanzas. La revolución catalana es no violenta. Es una rebeldía pacífica. Rebeldía como suma de desobediencia, resistencia, manifestación y protesta pacíficas. 

Denle todas las vueltas que quieran: votar no es delito. Autodeterminarse no es delito. Rebelarse pacíficamente contra la injusticia no es delito. Los convierte en delito un Estado que solo se sostiene prohibiendo el ejercicio de derechos fundamentales, individuales y nacionales.

La justicia administrada por ese Estado no puede ser justa. 










diumenge, 3 de març del 2019

El tiempo a destiempo

Los de El País son tan inasequibles al desaliento como la guardia de Franco. Lleva el diario anunciando el fin del independentismo desde el minuto uno. Todas las semanas una escisión, un enfrentamiento. Cada quince días se rompía la unidad del bloque independentista. Es una magnífica historia de lo que podría llamarse periodismo desiderativo, que no cuenta lo que pasa, sino lo que quiere que pase. Ahora toca poner punto final al gobierno de la Generalitat, cuenta habida de que no tiene cuentas, presupuestos. En esas condiciones es obligado disolver y convocar. Cita en su apoyo la máxima autoridad que cabe citar: el mismo Torra. Sin presupuestos no se puede gobernar. O sí. Todo depende de las perspectivas, no de las frases.

El que ha disuelto y convocado por no tener presupuestos es el gobierno español. Y, más atrás, quienes están desunidos y enfrentados entre sí son los unionistas. Es lo que tiene el periodismo desiderativo o creativo, que se olvida de informar sobre los acaeceres molestos. El govern lo es de una República que está haciéndose, así que se impone la máxima flexibilidad para adaptarse a los cambios en la situación. Lo importante ahora no son los presupuestos, sino las elecciones del 28 de abril y la sentencia del Tribunal Supremo. En Catalunya se hace política; en España, burocracia. Solo cuando nos hayamos contado el 28 de abril, cuando concluya el juicio/farsa del 1-O se tomarán decisiones políticas de calado. Con o sin elecciones.

A las elecciones españolas de cabeza, por acuerdo general al que es de esperar se sume la CUP. Y, de ser posible, lista única. De no serlo, listas separadas con compromiso de acción posterior común. No hay motivo para repetir historias amargas y recordar experiencias infelices.  Estamos en otra pantalla. ERC sigue siendo ERC; pero JxC, la Crida, no son la Lliga, ni Puigdemont o Mas son Cambó. Los tiempos han cambiado. Y, con los tiempos, las gentes.

 La nación se ha encontrado a sí misma. Y manda por encima de otras consideraciones.