dijous, 15 de novembre del 2018

Comprar el independentismo

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado Canviar l'independentisme. Versa sobre este lamentabilísimo episodio de la izquierda española chantajeando al independentismo para que le firme sus presupuestos olvidándose de los presos/as políticas y las exiliadas/exiliados. Para medir la categoría intelectual y moral de esta izquierda basta considerar dos datos:

1º) para Sánchez y el PSOE es incomprensible que los indepes rechacen los presupuestos y dos mil doscientos millones de pavos por unos presos políticos que, además, no existen porque son políticos presos que, según la vicepresidenta del gobierno, están en la cárcel por haber cometido delitos;

para Iglesias y Podemos es lamentable, es una vergüenza, es ignominioso que haya presos políticos en España (han tardado un año en expresarse en estos términos) pero ello no puede ser óbice para aceptar unos presupuestos sociales que van a beneficiar a los sectores menos favorecidos, para privarlos de dos mil doscientos millones de euros.

¿Es de izquierda poner precio a la dignidad de las personas?

Aquí el texto en castellano:

Objetivo: romper el independentismo

El Tribunal de cuentas, ese órgano aun más desprestigiado que el Tribunal Supremo (que ya es decir), ha impuesto unas penas confiscatorias a Mas, Rigau, Ortega, Homs y otros. Un tribunal compuesto por paniaguados de un régimen corrupto, nombrados por el partido que más ha robado en la historia de este país osa pedir cuentas a unas personas honradas por cumplir un mandato democrático.Una magistrada que fue ministra de Aznar en cuyo gobierno, entre otras joyas, había un vicepresidente que hoy está en la cárcelo por ladrón, fiscaliza el comportamiento de personas que probablemente son mucho más intachables que ella.

Lo que esta inicua persecución política demuestra es que, como siempre, el Estado español está en guerra contra Catalunya. Guerra de exterminio con la que pretende terminar con el independentismo. Guerra del Estado. Para lo cual utiliza todos los recursos, legales e ilegales. Y, por supuesto, la ayuda impagable que le prestan sus gentes en Catalunya, los sucursalistas y los quintacolumnistas; los que ya se han entregado y los que sueñan con entregarse.

Y este recrudemiento de la guerra anticatalana tiene lugar con un gobierno que venía a dialogar, a arrinconar la política meramente represiva del PP, para sustituirla por otra de negociación. Pura propaganda. Su intención es tan persecutoria y autoritaria como la de la derecha. Lo que el gobierno del PSOE llama “normalidad” es una situación en la que la Generalitat no desborda el marco legal autonómico, se olvida de los presos y exiliadas políticos y presta su aprobación a las cuentas del Estado que los dos partidos de la sedicente izquierda española necesitan para poder seguir gobernando.

A fin de conseguir su objetivo de doblar el brazo al independentismo y obligarlo a firmar los PGE, el gobierno no tiene inconveniente en recurrir a su socio de la “verdadera” izquierda, Podemos, por si consigue engañar a los dirigentes de ERC o de JxCat. Lo intentó -y sigue intentándolo- haciendo un llamamiento hipócrita a la sensibilidad de la izquierda respecto a la condición de las clases subalternas y sus mejoras materiales. ¿Acaso estas mejoras materiales (por lo demás muy problemáticas) no merecen el apoyo sin reservas de quien dice ser de izquierdas? ¿No deben prevalecer sobre cuestiones “nacionales” e identitarias? Hasta cuantifican el chantaje: Catalunya perderá 2.200 millones de euros si no aprueba los PGE.

Sin embargo, sea cual sea la intensidad de la ofensiva de la izquierda española, esos presupuestos no se pueden aprobar. Por un asunto de principios y de ddignidad. La lucha por la libertad de los presos políticos no tiene precio y señalar uno debiera ser motivo suficiente para declarar a Iglesias persona tan poco grata en Cataluña como el rey. En el fondo, estos presupuestos tratan de fortalecer la monarquía al dar estabilidad y posibilidades a los del “¡a por ellos!”, que constituyen la guardia real.

Por eso el “no” es nuestra fuerza, porque descansa en una actitud de principios y solidaridad con unos dirigentes injustamente encarcelados hace más de un año. Pero, sobre todo, porque corona la unidad de la acción, que es el recurso más importante del independentismo. De ahí que el nacionalismo español quiera romperla a toda costa, desde el ABC hasta los de Podemos, pasando por Ada Colau.

Pero no lo conseguirá. El mvimiento ya ha pasado el momento en que un chantaje tan penoso como este podía hacerle alguna mella. Todos los intervinientes han superado un punto de no retorno, sin camino de vuelta: las personas embargadas han perdido su patrimonio; las encarceladas unos años de su vida que nadie les devolverá; las exiliadas, convivencia familiar y oportunidades vitales. Es un todos a una de la gente y de la tierra. Eso es lo que los estrategas españoles de los PGE, especialmente los que dicen que son de izquierdas, no entenderán jamás porque ellos no hacen política sino que la política, la mala política, los hace a ellos.

Es nuestra negación la que amenaza sus privilegios. Nuestra fuerza es la amenaza y la amenaza tiene fuerza si se cumple..

Mañana, en Argentona

En un ciclo de la benemérita asociación Argentona Cultura i Debat, y en el Saló de pedra, una xerrada sobre el siempre interesante tema del título. Que, por cierto, trae una curiosa errata que probablemente refleje lo que Freud llamaría un "acto fallido", en donde se delata el subconsciente. El título del libro es España quedó atrás, en pasado. Aquí viene en presente, España queda atrás. No está mal; da para una pequeña reflexión sobre el misterio del tiempo, cuando se descubre que el pasado puede ser presente y el presente mirarse en el pasado. Y el misterio del espacio, el otro apriori kantiano, que, en el tiempo presente, toma dimensiones insospechadas. Por ejemplo, el título podría ser, por qué no, España queda lejos. Interesante, ¿eh?

Pues eso, nos vemos en Argentona, en el fondo, para debatir sobre el futuro, que es lo que de verdad importa. 


dimecres, 14 de novembre del 2018

La justicia en huelga

Finalmente, el estamento judicial ha estallado. Bajo la forma de huelga, en la que confluyen agravios de todo tipo, desde la falta de medios al maltrato administrativo y la inseguridad jurídica en las promociones, traslados, nombramientos. Ver las togas en las calles no es un espectáculo frecuente ni tampoco tranquilizador. Es el poder judicial el que se declara en huelga el 19 de diciembre. Cada una de esas togas es en sí misma el poder judicial. No una parte, sino todo él.

Así que, efectivamente, huelga de la justicia. 

Los hechos que nos han traído hasta aquí son los dos procesos judiciales que hoy tienen en vilo al país: el proceso de la Gürtel y el del 1-O. El primero, un azaroso procedimiento jurídico lleno de sobresaltos, trampas, maquinaciones e intervenciones del gobierno del PP y el partido que, sin embargo, ha salido adelante de modo ejemplar con las garantías del debido proceso y sigue produciendo todo tipo de noticias. El segundo, una causa general política contra el independentismo disfrazada de farsa judicial que no se tiene de pie y ha hundido el escaso prestigio que aún pudiera tener la justicia española en el exterior.

Entre medias de estos dos cabos de tormentas, el Consejo General del Poder Judicial como cuarto de banderas del gobierno de turno para garantizar que los tribunales apliquen la justicia del príncipe. Solo en una ocasión han osado los jueces desobedecer las órdenes del mando y ha sido para obedecer las de otro superior: la banca. Todo lo demás, la casa de Tócame Roque que, como se sabe, estaba cabe el Tribunal Supremo y el de Cuentas, otro que tal. O, para que no me acusen de antiguo, un episodio de The walking dead o una kermesse de transformers. 

El cabildeo entre el CGPJ, el Tribunal Supremo, el de Cuentas y los dos partidos dinásticos, que de todo sacan tajada, ha dejado el poder judicial por debajo de toda sospecha. Por eso está en la calle, en huelga, para reivindicarse. Estos otros, que se intercambian favores, mercedes, turnos, que obedecen directrices políticas, que se pliegan a intereses económicos, no pueden ponerse en huelga porque no trabajan, si por trabajo de juez se entiende hacer justicia. 

Piulades republicanes

Un gran vídeo el de Gavà Televisió; breve, claro y completo. Enhorabuena a los/as que lo han hecho. Nos han sacado a los tres, Jaume Alonso-Cuevillas, Elpidio José Silva y un servidor, largando cada uno nuestro tema. Jaume, dando confianza en el procés, Elpidio arremetiendo contra el Tribunal Supremo y Palinuro, siempre práctico, presentando nuestro proyecto de Xarxa Republicana para ponerla al servicio del Consell de la República. Hay que aprovechar las circunstancias.

La ANC organiza cada 11 de mes una Piulada a la fresca. Son almuerzos independentistas al aire libre, en los que se tratan los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa, como decía Juan de Mairena, o sea, lo que pasa en la calle, en la brillante traducción de su alumno Pérez. Y muy bien decidido el objetivo porque ¡menudo trajín hay hoy en la calle en España! Para centrar el asunto nos invitaron a los tres y yo aproveché para aprender muchas cosas de los dos comensales con quienes tuve el honor y el placer de sentarme. Pero sobre todo aprendí determinación, integridad, firmeza, claridad en los principios. Mi respeto y admiración para ambos. 

Hubo, al parecer, doscientos participantes y bastantes no pudieron entrar al estar completo el aforo. Me malicio que algo ayudará a la afluencia el buen tiempo y el excelente almuerzo. Imagino que invitar a la gente a comer tiene mejor acogida que invitarla a ayunar. Pero, no sé yo. Con el ánimo y la voluntad que allí se detectaba estoy seguro de que, si se trata de hablar de la República Catalana y cómo hacerla avanzar, todas/todos los allí presentes acudiríamos a compartir un arenque ahumado. 

dimarts, 13 de novembre del 2018

De la farsa judicial al expolio

Sigue la guerra del nacionalismo español contra Catalunya. No hay día en que no se ataque al independentismo desde algún frente: políticos falangistas como Rivera, falangistas políticos como Abascal, militares más o menos excedentes, delincuentes callejeros al servicio del falangismo, funcionarios de la policía, ministros, tribunales de justicia, órganos de la administración, tribunales económicos. Todo vale en contra de Catalunya. Consigna: hacer el mayor destrozo que se pueda. Atacar sin descanso. Hacer escarmiento ejemplar. Corren rumores de que se pretende meter más independentistas en la cárcel.

Y todo eso con un gobierno de izquierda, aliado a un partido de más izquierda. Gentes que criticaban la política represiva del PP y su judicialización del procés pues, decían, siendo el conflicto político, debería tener soluciones políticas, no penales. Gentes del "diálogo" y la "negociación". Gentes sin escrúpulos que pretenden pasar por encima de la dignidad un pueblo, pidiendo con todo descaro a los gobernantes catalanes que ignoren la agresión a su país y aprueben unos PGE para garantizar la estabilidad política de los agresores,

Que la causa general contra el independentismo es una farsa judicial escandalosa ya lo sabe todo el mundo. El abuso y la iniquidad resultarán aun más evidentes en el curso de una vista que, a tenor de la instrucción, promete ser un cúmulo de atropellos y violaciones de los derechos de los acusados y los principios elementales de la justicia. 

Para intensificar el ataque del Estado a Catalunya, los dos principales partidos dinásticos se han repartido el Consejo General del Poder Judicial. Así se garantiza que los  jueces aplican diligentemente la "justicia" del gobernante. 

Esta es la realidad de un Estado beligerante cuyos representantes ponen el grito en el cielo cuando el presidente Torra habla de "atacar al Estado injusto". Como si en Catalunya hubiera otra posibilidad que defenderse atacando. 

Como si hubiera otra salida que la unilateral.

A los tribunales de justicia en su persecución a Catalunya se une ahora este adefesio, este remedo de tribunal, compuesto por paniaguados del bipartidismo, parientes, amigos y subordinados de los políticos con el encargo de atacar al independentismo por la vía económica. Este órgano es un paradigma de incompetencia (o complicidad), pues no ha revelado ningún escándalo de financiación ilegal y corrupción de partidos, que está obligado a vigilar. Es también un órgano corrupto en el que cien de setecientos funcionarios son familiares de los magistrados y al que hasta el Tribunal Supremo (que tampoco es un ejemplo de transparencia) ha tenido que llamar la atención por no cumplir sus deberes de fiscalización.

Salvo que se trate de independentistas catalanes. En ese caso, el tribunal de cuentas actúa con dureza y rapidez en una causa tan arbitraria e injusta como las que se inventa el Tribunal Supremo. Pero hay más y en el terreno simbólico: es increíble, verdaderamente increíble, que unas personas nombradas por el partido más corrupto de la historia moderna del país, que ha robado decenas de millones de las arcas públicas, pidan cuentas exageradas a quienes han tenido un comportamiento intachable y han posibilitado que se materializara el mandato democrático del pueblo.

Que una persona como Margarita Mariscal de Gante, ministra que fue en un gobierno cuyo vicepresidente está hoy en la cárcel por ladrón, persiga a los adversarios políticos de sus jefes muestra no ya que España no es un Estado de derecho, sino que es un Estado de delincuentes sin escrúpulos que abusan del poder que detentan para aniquilar a sus adversarios políticos, metiéndolos en la cárcel, arruinándolos de por vida. Como sea.

No lo conseguirán, claro, pero es bueno que se sepa qué calaña de individuos gobierna España.

dilluns, 12 de novembre del 2018

La policía política del Estado de derecho

La imagen de España como Estado de derecho, el mirífico relato oficial de lo que ha quedado de la transición, recibe un golpe demoledor tras otro. El país tiene presos/as y exiliadas políticas (como casi siempre en su historia) pero presume de ser eso, un Estado democrático de derecho homologable con otras "democracias defectuosas", como Francia, los EEUU, Alemania. No es orgullo lo que falta en el imperio. ¡Quién iba a decir a los españoles que acabarían dando lecciones de democracia a los EEUU! ¡El 98, por fin, vengado!

Ese Estado de derecho lleva decenios gobernado a distintos niveles bajo el imperio de la ley por un partido declarado asociación de malhechores por los jueces.Las puertas giratorias han acabado siendo los tornos de las prisiones. Es un Estado de derecho gestionado por delincuentes procesados y condenados por los tribunales de justicia. 

Y ¡qué justicia! Para asegurarse de que el desastre del Poder Judicial se perpetúa, los dos principales partidos dinásticos se han repartido su órgano de gobierno, el Consejo General del Poder Judicial, que preside el presidente del Tribunal Supremo. El modo de demostrar la independencia del poder judicial, que numerosos órganos internacionales niegan, consiste en que los dueños de los poderes ejecutivo y legislativo decidan el órgano de los jueces y quién lo preside. 

El gobierno del PSOE mantiene una actitud de beligerancia frente al independentismo catalán, heredada del anterior e, incluso, intensificada. Ha convertido el ministerio de Asuntos Exteriores en ministerio de Asuntos Catalanes, dedicado en lo esencial a la propaganda del Estado español en el exterior. La humilde intención del ministro Borrell es contrarrestar la hegemonía del relato independentista y, de paso, acabar con la "leyenda negra". De momento, y mientras tenga presos políticos, cada vez será más negra.

El Estado de derecho de la doctrina oficial también es compatible con la existencia de la policía política. Ya hace falta tener tragaderas. Esa policía política, según parece, es una de las tres cabezas de la hidra de los fondos reservados, que nutren asuntos de crimen organizado, terrorismo y, desde la llegada del PP, cuestiones políticas civiles. Innecesario decirlo, los fondos reservados, más y mejor conocidos como "fondos de reptiles", son dineros secretos. Y siempre que hay secreto y hay dinero, hay todo tipo de delitos. Quién los cometa es otro asunto. Los GAL del PSOE los llevaron a su máxima expresión. Pero venían de antes, del "Batallón Vasco-Español" y delirios de ese tipo. 

Y siguieron después, como bien se ve en la loca academia de la policía política del PP. Cuando Fernández Díaz e Ignacio Cosidó ocuparon el ministerior del Interior como ministro y director general de la policía, Palinuro consideró que aquel caía en manos de dos psicópatas. Y, más o menos, los resultados avalan el diagnóstico. Una policía política dedicada a encubrir los delitos de su partido y fabricarlos para destruir al adversario y a espiar a todo el mundo. El objetivo principal de este montaje policial de guerra sucia fue Catalunya y sigue siendo, aunque los policías hayan sido sustituidos por los jueces, tan políticos como los policías. 

España no es un Estado de derecho. Si su izquierda es o no izquierda, que cada cual lo juzgue sin olvidar que esgrime ventajas materiales para pasar por encima de la dignidad de un pueblo que reclama la libertad de sus dirigentes políticos democráticamente elegidos e injustamente encarcelados.

diumenge, 11 de novembre del 2018

Rapsodia carmesí

El independentismo catalán tiene propiedades alucinógenas. Este titular de El Confidencial es una buena prueba. Sobre todo porque está en la sección de "noticias" y no en la de fábulas.

No es necesario detenerse en la arrogancia que encierra el verbo "regalar" y que vaya usted a saber quién lo empleó. Siendo así, además, que eso de "regalar" no siempre tiene buena fama, desde el temo a los griegos hasta cuando traen regalos. El poeta se quedaba corto. Debiera decir, especialmente cuando traen regalos. ¡Pues menudos son los griegos!

Pero, bah, seamos serios. ¿Tiene un regalo Iglesias para Puigdemont? ¿Cuál? Una foto, nos informa el diario. ¿Sí? A cambio ¿de qué? De que Puigdemont apruebe los presupuestos generales de España que este gobierno español de izquierda asegura necesitar. O sea: primero, la aprobación de los PGE y, luego, la foto, el regalo. 

Pero eso no es un regalo. Es un pago. 

Habiendo ido el de Podemos a Lledoners con el mismo propósito de que Junqueras le bendijera estos PGE tan sociales y cosechado la negativa correspondiente; habiendo Junqueras sostenido esa misma negativa frente al frente español de empresarios, sindicalistas y otras andaduras de la existencia, ¿de dónde sale la presunción de que Puigdemont aceptará aprobar unos presupuestos que los demás independentistas rechazan?

De la desesperación. Y de la ignorancia. 

De no darse cuenta de que en Catalunya la gente se ha jugado mucho y hemos alcanzado y pasado un punto de no retorno. No hay camino atrás. Es República sí o sí, y esto va en serio. Catalunya va en serio.

No como España gobernada por reypublicanos que se sienten encantados con un rey y se fotografían cayéndole simpáticos y sosteniendo después que hay que separar lo político de lo personal, como si lo personal no fuera político. Como si él hubiera ido a una fiesta de La Razón a enseñar las fotos al rey si no fuera un dirigente político.

No, no como España, gobernada durante años por un partido que es una asociación de malhechores. No como España, en donde los tribunales cambian sus sentencias al gusto de los poderosos. No como España que presume de ser un Estado democrático de derecho con presos políticos a base de negar que lo sean, no que deje de haberlos. No como España, en donde los partidos políticos, de los que dependen el legislativo y el ejecutivo, también se reparten el judicial y a eso lo llaman "división de poderes". No como en España, gobernada por una oligarquía neofranquista.

No, no como en España.

¡Ah! ¿Y ustedes creen que Puigdemont necesita una foto con Iglesias? ¿Para qué?

Hoy, bolo en Vilanova i la Geltrú


Estos cómicos de la legua aparecen do menos los esperas. Allá van esas compañías de goliardos transhumantes en sentido estricto pues buscan el humus de la humana subsistencia. Y, recuérdese, no solo de pan vive el hombre. La itinerancia es esencial al teatro, que se nutre de la vida. Y esta solo se encuentra en los caminos, transitados por las troupes de comediantes, a veces  en suntuosos carruajes repletos de arlequines para solaz del Rey Sol, a veces en desvencijados vehículos que llevan un Zampanò, capaz de romper cadenas con los pectorales, para asombro de chicos y grandes.


La compañía blanc i negre, dirigida por mi amigo Marcel Vilarós, aparece de nuevo de bolos en Vilanova i la Geltrú el próximo domingo con la obra de Marcel, El meu avi va anar a Cuba, en donde Palinuro tiene una breve aparición como general Valeriano Weyler. Y allí irá él, a recitar su papel con el mismo entusiasmo con que el barón de Sousignac, más conocido como Capitán Fracassa interpretaba el de Matamoros en la obra de Gautier. También Sousignac iba a donde la compañía de comediantes a la que se había unido le ordenaba. Como Palinuro con la de Marcel. El general sabe cumplir con su deber.

Nos vemos en Vilanova i la Geltrú, en el Teatro Principal a las 19:00 y deséennos molta merda.

dissabte, 10 de novembre del 2018

No saben lo que hay en Catalunya

La noticia es de hace unos días, pero viene muy bien para ilustrar la situación de "normalidad" que Sánchez sostiene se vive en el país. Menos de una semana después la misma vicepresidenta Calvo que desmentía los delitos en boca de Sánchez los pone en la suya en el Senado y responde airada a un senador del PDeCat que sus compañeros están en prisión preventiva por haber cometido delitos. Así, a la brava. Ni presunción de inocencia ni gaitas. Han cometido delitos. Lo sabe todo el mundo y los jueces así lo certificarán. Quizá no el de rebelión, pero sí otros igualmente nefandos. Los jueces decidirán.

Que para eso los ponemos nosotros. En una muestra de salud de la división de poderes, PSOE y PP negocian la composición del Consejo General del Poder Judicial y tratan de influir en la del Tribunal Supremo con jueces de su obediencia política. La pregunta es: ¿a dónde querrán llegar con eso?

Aquí, lo de menos es ya si las componendas tienen o no éxito, sino como saldremos de esta astracanada. Un gobierno dizque democrático y partidario de una solución política a la llamada cuestión catalana prosigue con la persecución política y causa general contra el independentismo disfrazada de farsa judicial que inició su antecesor.

Una farsa judicial es lo único que ofrece el Estado frente a un movimiento independentista que, habiendo proclamado la república catalana independiente, actúa como si lo fuera. En los actos parlamentarios y gubernativos así como la acción exterior del Consejo de la República toma cuerpo esa república independiente de hecho hasta que llegue a un punto de ruptura con el Estado.  

Según se han puesto las cosas, la ruptura es inevitable. La cuestión es cómo minimizar los costes. Para todo el mundo.

divendres, 9 de novembre del 2018

Ser republicano

Aquí mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado Catalanes, catalans: “un esforç més si voleu ser republicans”, descarado refrito de la famosa frase del divino marqués en la Filosofía del tocador: "Français, encore un effort si vous voulez être républicains!" y un alegato a favor de la unidad. 

Poco más que decir. El Ayuntamiento de Mataró ha aprobado una moción pidiendo la abolición de la monarquía por caduca y antidemocrática, los términos de la parlamentaria hace unos días que JxCat lleva ahora al Congreso mientras los estudiantes de las universidades de Madrid, piden un referéndum monarquía-República. Aquí se levanta el personal contra la monarquía por lo territorial y lo corporativo. Solo faltan los clérigos. Y a saber qué harán los de Montserrat. 

Nadie quiere al rey. Los catalanes han encontrado una cabeza de turco y van a reprobarlo de nuevo por la felonía de las empresas. Los españoles, un chivo expiatorio y lo van a torrar a referéndum lento. 

¿Puede una dinastía hundirse en el ridículo? Preparao no estaba preparao.

Aquí la versión castellana:

Marqués de Sade, en La filosofía en el tocador.

Solo hemos cambiado el sujeto. El esfuerzo es lo importante. ¿Qué esfuerzo? El supremo, el de la unidad. El que anima un clamor de la sociedad, que apunta a un único objetivo estratégico. Este tren solo tiene una estación términi. No puede pararse y mucho menos retroceder. Solo puede llegar a término o descarrilar antes. La unidad, que distribuye y equilibra las cargas, garantiza la llegada al punto final.

Se ha dicho muchas veces y merece repetirse: la unidad es la base y el escudo del independentismo, aquel sobre el que concentra sus ataques el enemigo. Si por hacer prevalecer otras consideraciones se abandona el escudo, el daño será para todo el movimiento.

¿Hasta cuándo?

La política española es un galimatías caracterizado por la inestabilidad parlamentaria, la inoperancia de las instituciones y el desprestigio del poder judicial. En ese galimatías se toman decisiones frente a la mayor crisis constitucional del país en decenios. Llamar a esto un Estado de derecho es jugar inútilmente con la buena fe de la gente por cuanto toda Europa contempla el descrédito de la justicia española y conoce la calidad de los medios. El juicio europeo sigue en la línea de la “leyenda negra” que Borrell está empeñado en refutar, mientras acalla el clamor de los presos políticos en las cárceles del Estado.

La cuestión es, en efecto, cuánto aguantará el gobierno de Sánchez, con una minoría parlamentaria llamativa, una oposición montaraz, un aliado tibio que más parece un semiconductor y un endemoniado problema catalán que no entiende, no sabe cómo resolver, pero sí sabe que no por la violencia pues esa es la línea roja europea.

En estas condiciones, la situación ideal para el gobierno, es decir, el Estado, es la inacción. Mientras las cosas sigan como están, en el orden declarativo, así pueden seguir hasta el fin de los tiempos.

Pero la presión del movimiento, la referencia al mandato del 1-O, la lucha por la liberación de los presos políticos no se detienen y obligan a la Generalitat a recuperar aquello que, por lo demás, nunca ha perdido, esto es, la iniciativa política. El planteamiento de nuevas medidas que aproximen el punto de ruptura con el Estado.

El realismo obliga a tomar en consideración las cuestiones políticas del reino de España, especialmente las que inciden sobre asuntos catalanes, por ejemplo, las decisiones de los tribunales, los procesos, etc. Pero sin olvidar que esa incidencia en asuntos catalanes se basa en la fuerza bruta, no en el libre consentimiento de los ciudadanos, a los que se niega la voz. Por ejemplo, está muy bien indignarse con la desmesura de las peticiones fiscales en la causa general contra el independentismo y también augurar que no se reconocerá decisión alguna que no sea la libre absolución. Pero también lo está pantear la batalla mucho antes, pidiendo no la absolución de los injustamente procesados, sino la nulidad del procedimiento por ser un acto de persecución política disfrazado de farsa judicial.

Por tanto, sí, tomar en consideración los avatares del reino vecino (una tragicomedia) pero sin perder de vista el objetivo estratégico propio, la dinámica propia de la revolución catalana. Todo lo cual obliga a actuar como la República independiente de hecho que es Catalunya, transitoriamente sometida a otro Estado por derecho de una lejana conquista.

En el ejercicio de esta soberanía de facto, amparada y sostenida por la unidad de acción, se multiplicarán los conflictos con el Estado en muy variados niveles. Si todos reconocen la prevalencia de la acción unida, sin transacción, el Estado agotará tarde o temprano su capacidad represiva y se sentará a negociar.

Encara un esforç si voleu ser republicans.

El domingo, bolo en Vilanova i la Geltrú




Estos cómicos de la legua aparecen do menos los esperas. Allá van esas compañías de goliardos transhumantes en sentido estricto pues buscan el humus de la humana subsistencia. Y, recuérdese, no solo de pan vive el hombre. La itinerancia es esencial al teatro, que se nutre de la vida. Y esta solo se encuentra en los caminos, transitados por las troupes de comediantes, a veces  en suntuosos carruajes repletos de arlequines para solaz del Rey Sol, a veces en desvencijados vehículos que llevan un Zampanò, capaz de romper cadenas con los pectorales, para asombro de chicos y grandes.


La compañía blanc i negre, dirigida por mi amigo Marcel Vilarós, aparece de nuevo de bolos en Vilanova i la Geltrú el próximo domingo con la obra de Marcel, El meu avi va anar a Cuba, en donde Palinuro tiene una breve aparición como general Valeriano Weyler. Y allí irá él, a recitar su papel con el mismo entusiasmo con que el barón de Sousignac, más conocido como Capitán Fracassa interpretaba el de Matamoros en la obra de Gautier. También Sousignac iba a donde la compañía de comediantes a la que se había unido le ordenaba. Como Palinuro con la de Marcel. El general sabe cumplir con su deber.

Nos vemos en Vilanova i la Geltrú, en el Teatro Principal a las 19:00 y deséennos molta merda.

dijous, 8 de novembre del 2018

El desbarajuste

Ahí queda eso, irresponsables. Los partidos independentistas ¿son como el rey, irresponsables? Pues más o menos. Si el rey (los dioses lo impidan) cometiere un delito no respondería por él. Vaya. Y ¿qué delito habrán cometido los indepes para alcanzar la beatífica pero muy reprobable condición de irresponsables?

Negarse a aprobar a Sánchez sus presupuestos. A Sánchez y a Iglesias aunque este, tras su peregrinación a Lledoners, haya reaccionado con menos iracundia que su aliado y hasta parezca resignarse a unas elecciones anticipadas que para él pintan mal.

Y ¿negarse a aprobar los PGE de Sánchez es delito? Desde el punto de vista de Sánchez y los suyos, sí; desde el punto de vista del código penal, no. Así que, de irresponsables, nada. 

Bueno, razonan las preclaras mentes monclovitas, no se trata de la irresponsabilidad penal, sino de la psicológica. Los indepes son irresponsables en el sentido en que se dice que un niño travieso o un adulto tocado son irresponsables. 

Es diplomacia de Estado. Los indepes pueden elegir libremente entre ser tratados como delincuentes, como niños o como locos. Se llama libertad de elección y es la base misma del neoliberalismo, no crean. 

Que un partido lleve más de veinte años funcionando como una organización criminal; que otro partido lleve otros tantos funcionando localmente como banda institucional al estilo del viejo PRI; que la casa real esté hasta las cejas de corrupción pero los tres partidos dinásticos, PP, PSOE y C's impidan que se nombre una comisión de investigación; que la Iglesia se haya apropiado fraudulentamente de propiedades que exceden en mucho su riqueza antes de la primera desamortización; que los tribunales de justicia, del primero al último, den un espectáculo de incompetencia, iniquidad y ridículo; que la vicepresidenta del gobierno diga que la democracia española está entre las más reputadas del mundo teniendo presos políticos y los niegue llamándolos delincuentes...

Eso ¿no es irresponsabilidad? 

Para el independentismo catalán los avatares del Parlamento español tienen una importancia secundaria, pero serían verdaderamente irresponsables en todos los sentidos imaginables si aprobaran unos presupuestos para continuar con semejante desbarajuste. Aquí los únicos responsables son los/las indepes catalanes; lo son psicológicamente pues saben lo que hacen y políticamente pues rinden cuentas ante su electorado y aplican su mandato.

El domingo, bolo en Vilanova i la Geltrú

Estos cómicos de la legua aparecen do menos los esperas. Allá van esas compañías de goliardos transhumantes en sentido estricto pues buscan el humus de la humana subsistencia. Y, recuérdese, no solo de pan vive el hombre. La itinerancia es esencial al teatro, que se nutre de la vida. Y esta solo se encuentra en los caminos, transitados por las troupes de comediantes, a veces  en suntuosos carruajes repletos de arlequines para solaz del Rey Sol, a veces en desvencijados vehículos que llevan un Zampanò, capaz de romper cadenas con los pectorales, para asombro de chicos y grandes.


La compañía blanc i negre, dirigida por mi amigo Marcel Vilarós, aparece de nuevo de bolos en Vilanova i la Geltrú el próximo domingo con la obra de Marcel, El meu avi va anar a Cuba, en donde Palinuro tiene una breve aparición como general Valeriano Weyler. Y allí irá él, a recitar su papel con el mismo entusiasmo con que el barón de Sousignac, más conocido como Capitán Fracassa interpretaba el de Matamoros en la obra de Gautier. También Sousignac iba a donde la compañía de comediantes a la que se había unido le ordenaba. Como Palinuro con la de Marcel. El general sabe cumplir con su deber.

Nos vemos en Vilanova i la Geltrú, en el Teatro Principal a las 19:00 y deséennos molta merda.

dimecres, 7 de novembre del 2018

La seguridad jurídica del mercado, amigo

Ayer, en un ejemplo más de circunspección, discreción, buen hacer, profesionalidad y eficiencia, el TS puso fin a una bochornosa zapatiesta con una decisión que ha provocado indignación hasta en el PP, partido que lleva el apellido de un banco. 

Es posible que la sentencia, cuando se conozca, sea jurídicamente irreprochable, aunque lo ajustado de la votación, 15-13, con voto de calidad ejercido, autoriza a suponer que no será así. En cualquier caso, no es cuestión de leerse todos los interminables relatos que fabrican sus señorías en su apelmazada prosa. Aunque fuera jurídicamente sostenible, es profundamente inmoral. La oleada de indignación popular es patente y, si la justicia se administra en nombre del pueblo, no puede administrarse en contra del pueblo, ya que el masoquismo es una enfermedad de las élites. 

Solamente la banca ha celebrado la decisión del alto tribunal de los expressos europeus, argumentando que "preserva la seguridad jurídica del mercado". Curioso lenguaje, curiosa expresión. Considérese bien y dígase si un fallo contrario (paganos, los bancos) no preservaría igualmente la seguridad jurídica del mercado. Si se responde que no, arguméntese el porqué.

¿Entonces? Obvio: la sentencia preserva etc., etc., porque falla a favor de la banca. 

Hasta aquí el alma crítica, feliz de haber descubierto el juego de la banca, de haber revelado la injusticia de la decisión y así motivado algún tipo de acción colectiva de protesta.

El alma crítica es cándida. La razón de la banca está clarísima. Pero hay más: ¿por qué el fallo a favor de la banca preserva la seguridad jurídica de los mercados, lo que quiere decir que el fallo contrario no lo haría? Exactamente ¿por qué?

¿Hay otra razón que porque la banca está en situación de alterar esa "seguridad jurídica" y los clientes no? 

La razón de la banca no es una razón; es una amenaza.

Avui a Manresa, amb el Cosmògraph

Organizada por el Col.legi de Periodistes de Catalunya, demarcació Catalunya Central y las otras entidades que figuran en la ilustración, segunda edición del Cosmògraf, dedicada a reflexionar desde perspectiva multidisciplinar sobre cuestiones graves y perennes y otras pasajeras pero no menos graves. Hay un programa de actividades de una abarrotada semana bien interesante. 

Palinuro interviene en la primera sesión con el gran Quico Sallés. Quin privilegi! El tema que nos ocupará será la curiosa pregunta "revolta i/o transformació?" que se abre a tantas interpretaciones. Por ejemplo, ¿por qué he de elegir? Quiero las dos, revuelta y trasformación. Pero las dos juntas, ¿no son redundantes? ¿Puede haber revuelta sin transformación? Según Lampedusa, sí. ¿Y transformación sin revuelta? Ahí hay tela. Y no digamos si osamos substituir la revuelta por la rebelión. En el tiempo del dies irae.  

Nos vemos en el Espai Plana de l'Om, plana de l'Om, a les 20:00 avui. 

dimarts, 6 de novembre del 2018

La República es el fin; la unidad, el único medio

La obsesión del bando nacional-español es romper la unidad del independentismo. Al coste que sea. Para ello recurre a todos sus agentes, desde los quintacolumnistas hasta los engatusadores, pasando por los realistas, pragmatistas y derrotistas. 

Ayer mismo lo señalaba Palinuro en el post La ruptura, comentando una de esas noticias en las que se da cuenta del enfrentamiento a muerte entre los dos máximos dirigentes indepes, Junqueras y Puigdemont, que se hacen mutuo vudú y acabarán fatal y trágicamente con la unidad del movimiento. Para fastidiar la noticia hoy Puigdemont y Junqueras escenifican la unidad de acción. Y nada menos que la estratégica. Un descaro. ¿Qué se habrán creído estos dos para torcer el hado? Pues sí, se han creído mucho. Se han creído que pueden conseguir un viejo anhelo de la nación catalana: la independencia en forma de república. Se lo han tomado muy en serio y han concentrado sus indudables capacidades en encontrar un camino nuevo, creándolo, a la República. Efectivamente, de ellos puede decirse, como el Julio César de Shakespeare sobre Casio: "Piensa demasiado. Estos hombres son peligrosos".  

Y tanto. Los apoya la gente. Y no solo los apoya, sino que los impulsa. Los dos dirigentes evidencian la unidad estratégica de acción porque la gente lo exige. Y no hay otra. La no unidad no es una opción. La desunión es el fracaso y un fracaso con efectos retroactivos a los tiempos del franquismo que son los actuales en España. 

¿Por qué quiere todo el sistema político de la IIIª restauración borbónica romper la unidad del independentismo? Porque tampoco tiene otra opción. Sabe que no puede ganar en Catalunya salvo que, como dice Tácito, la convierta en un desierto y lo llame "paz." O "normalidad."

Mañana, a Manresa, amb el Cosmògraf

Organizada por el Col.legi de Periodistes de Catalunya, demarcació Catalunya Central y las otras entidades que figuran en la ilustración, segunda edición del Cosmògraf, dedicada a reflexionar desde perspectiva multidisciplinar sobre cuestiones graves y perennes y otras pasajeras pero no menos graves. Hay un programa de actividades de una abarrotada semana bien interesante. 

Palinuro interviene en la primera sesión con el gran Quico Sallés. Quin privilegi! El tema que nos ocupará será la curiosa pregunta "revolta i/o transformació?" que se abre a tantas interpretaciones. Por ejemplo, ¿por qué he de elegir? Quiero las dos, revuelta y trasformación. Pero las dos juntas, ¿no son redundantes? ¿Puede haber revuelta sin transformación? Según Lampedusa, sí. ¿Y transformación sin revuelta? Ahí hay tela. Y no digamos si osamos substituir la revuelta por la rebelión. En el tiempo del dies irae.  

Nos vemos en el Espai Plana de l'Om, plana de l'Om, a les 20:00 divendres. 

dilluns, 5 de novembre del 2018

La ruptura

Toque de ruptura en el cuartel; de rompan filas, que vienen los nuestros. Comienza la izquierda muy y mucho española rompiendo con la catalana a cuenta de los PGE y, por supuesto, de la continuidad de su gobierno. Ahí la tienen ustedes llamando a aquella a capítulo por no priorizar la cuestión social frente a la nacional que, con una falta de sensibilidad apabullante, personifican en los "presos del 'procés'". Se valen para ello del rompedor Iglesias y su supuesta mejor sintonía con los indepes de ERC. El mismo que finge ignorar que sus equivalentes catalanes, la CUP, anteponen lo nacional a lo social. Y si, encima, se personifica en presos/as, exiliadas/os, embargados/as, perseguidas/perseguidos, ya ni te cuento. Menos mal que existe tuiter con su fabulosa capacidad para sintetizar cuestiones enredadas y revueltas con la belleza de la ironía poética. Disculpad @PSOE @ahorapodemos q nuestra protesta paralice vuestros presupuestos, pero vuestra justicia carcelera paraliza nuestro parlament, dice el tuitero #Revoluc1-O "4K. Innecesario añadir nada, salvo que, una vez más se comprueba que Catalunya ha destruido la izquierda española.

¿Y qué decir de la ruptura dentro del independentismo? Ahí tienen ustedes a Junqueras y Puigdemont que llevan un año sin hablarse, así como los otros dirigentes indepes encarcelados o en el exilio que tampoco están en lo que los ingleses llaman speaking terms y hasta se miran por el rabillo del ojo, de todo lo cual deduce El Confidencial que las cosas están que arden en el interior del independentismo. Una conclusión normalita que se confunde con un deseo: el independentismo se rompe. Ese es el sueño y la única posibilidad del unionismo. No imponerse él, sino que el otro se rompa. Y eso es justamente lo único que el independentismo no va a hacer. Porque no puede. Los tres sectores, el burgués, el izquierdista y el "antisistema" (para entendernos) están condenados a entenderse, so pena de la desaparición por aniquilación del conjunto del movimiento. 

La ruptura del independentismo es una quimera. Su realización, una entelequia en el sentido filosófico del término. Pero, para alcanzar esa perfección del ser, la independencia necesita otra ruptura. La ruptura de la República catalana con el Estado. Esta tercera ruptura, que todos tratan de postergar, excepto el sector más faccioso de la derecha en torno a Vox y C's, es el punto crucial de toda la historia. 

La ANC lleva un mes planteando la necesidad de esta ruptura mediante decisiones y declaraciones que den cuerpo a la República catalana en la táctica de la dualidad de poderes de hecho en España. Por eso reclama que la Generalitat publique la Declaración de Independencia aprobada el 27 de octubre en el DOGC y en el BOPC. La Assemblea tiene formulado asimismo un plan estratégico que concluye en que la única vía realista a la independencia es la unilateral. Pero, al mismo tiempo, considera que la estrategia de ruptura debe ser unánime de instituciones, partidos, asociaciones civiles, organizaciones populares, asociaciones sprofesionales. Sin duda una propuesta que coincide con el espíritu unitario suscitado con las peticiones fiscales y una que, una vez aplicada, provocará consecuencias imprevisibles. 

También son imprevisibles las consecuencias de no ir a la ruptura. El mantenimiento del statu quo es también una ruptura de consecuencias imprevisibles. Ni esas personas deben estar en la cárcel o el exilio ni se puede seguir negando a los catalanes el derecho de autodeterminación.

La ruptura puede llamarse, si se quiere, "fracaso del sistema."

diumenge, 4 de novembre del 2018

El fracaso del socialismo franquista

El gobierno puede rechazar lo que le dé la gana. Como si rechaza que la tierra sea redonda. La mayoría parlamentaria que lo llevó al poder en la moción de censura se ha esfumado. Los diputados independentistas no le votarán los presupuestos y, si los de Podemos tuvieran algo de dignidad, tampoco lo harían ellos, a pesar de haberlos negociado y considerarlos casi un hijo suyo. Y no porque el gobierno socialista catalanófobo se haya comportado con Catalunya peor que el PP, sino porque, al ver que corrían peligro, intentó salvarlos negociando con los peperos y ceseros, mostrando la estofa de pragmatismo franquista típica de Sánchez. Para mantenerse en el poder se cambia de aliados y principios igual que de calcetines.

Alarmado por el ridículo que estaba haciendo Podemos en su apoyo a estos socialistas de pacotilla, intentó salvar las cuentas del Estado (seguramente por encargo del PSOE) y fue a Lledoners a engañar a Junqueras con demagogia vallecana: las banderas son cosa sin importancia a la hora de que la gente modesta/humilde/pobre mejore su situación. Y se lo van a decir a uno que lleva un año en la cárcel por su lucha por su bandera. Como si Junqueras fuera engañable por estos nouveau nés tan narcisistas y pretenciosos como ignaros. Cuando Iglesias cosechó el esperable "no", salió echando la patata caliente al gobierno, afirmando que había cumplido su trabajo y que aquel hiciera el suyo. Todavía sobrado en su presunción, dejó caer que podría ir a visitar a Puigdemont en Bruselas, como queriendo decir que hablaría con el jefe de Junqueras, porque estos "izquierdistas" educados en la tradición franquista entienden la vida así, jerárquicamente. Cuando Puigdemont lo invitó, pero dejó claro que no se votarían los presupuestos, la visita dejó de tener sentido, e Iglesias se calló, cosa rara. Desde entonces, corrido, se han mantenido en silencio.

Mientras su aliado del gobierno intentaba salvar los PGE echando mano a la derecha. Si C's los apoyara, la posición de Podemos sería insostenible al encontrarse en la alianza PSOE-Podemos-C's, que rechazó indignado en diciembre de 2015, lo que permitió que la derecha siguiera saqueando el país. Sería imposible encontrar políticos más incompetentes de no ser porque ya están los socialistas, aunque méritos hacen un rato largo. Basta escuchar las necedades de izquierdismo bananero de Pablo Echenique contra el independentismo catalán.

Los socialistas, actúan como un combinado de izquierdismo acartonado, clientelar, corrupto y pragmatismo sin principios típicamente franquista. Sánchez debe su puesto a los votos indepes pero, creyendo que estos se le daban por ser él quien es y que se le seguirían dando, pues no tienen otro remedio, ni se dignó hablar con ellos. Pero los indepes no lo habían votado a él de quien, en el fondo, no se fían y hacen bien porque el payo no es de fiar, sino que habían votado para librarse del corrupto M. Rajoy (a) el de los Sobresueldos. Ni los socialistas ni los de Podemos lo entendieron y por eso esperaban esos votos a pesar de haber seguido (los dos) con la misma política represiva de los francopeperos. 

Ahora ya saben lo que hay. Catalunya no votará los PGE ni nada que dé apoyo a un gobierno de la "izquierda" socialista y su aliado de Podemos quien actúa con el mismo desprecio del Estado de derecho que el PP. Alguien me dirá que exagero, metiendo en el mismo saco a los sociofranquistas del PSOE y los neocomunistas de Podemos, pero están muy bien metidos. Los de Podemos elevan alguna tímida crítica a los excesos de una judicatura prevaricadora y corrupta al servicio del gobierno, pero callan de inmediato y dejan hacer como  si su vieja cursilería de "asaltar los cielos" no los obligara a situarse sin reservas junto a quienes sufren persecución e injusticia, esto es, los independentistas catalanes y a hacer suya su causa.

Y no al revés. Ellos y una recua de otros seudoizquierdistas españoles cuyas simpatías por el independentismo catalán se reducen a que este les saque la castañas del fuego y les traiga su republiquita en España, tratan de parasitar la revolución catalana y aprovecharse de ella. Y a veces lo consiguen, como cuando los infelices (y no tan infelices) de ERC se tragan las ruedas de molino de los de Podemos en su teórica oposición a la derecha española, sin entender que esa oposición es falsa  siempre que la derecha recuerda que es "española". Como los de Podemos, antes españoles que izquierdistas.

El gobierno del  PSOE, un partido dinástico, antirrepublicano y catalanófobo, tiene los días contados si los independentistas catalanes no se arrugan y le votan en contra, ignorando las mentiras, demagogias y falacias de Podemos. Tendrá que dimitir y convocar elecciones, dejando en evidencia lo que Palinuro lleva años diciendo: la política española se decide en Catalunya. 

Que el PSOE, como buen partido franquista, crea que la política es solo el arte de mentir no debiera afectar a Podemos, pero, al tratarse de Catalunya, no hay remedio: toda la política española se decide en Catalunya, pero se decide en contra de Catalunya. 

El gobierno socialfranquista tendrá que convocar elecciones o evitarlas formando una unión sagrada nacional con el PP y C's o C's y Podemos. 

Pero eso sería ya más difícil de distinguir de una dictadura de lo que es el actual régimen de políticos ladrones, criminales y corruptos, parlamentarios analfabetos, jueces prevaricadores, policías delincuentes, medios pagados, curas pederastas, militares golpistas y banqueros estafadores. 

Lo de siempre en España.

dissabte, 3 de novembre del 2018

¿Qué esperaban?

Una oleada de indignación ayer al conocerse las peticiones fiscales. En la izquierda española, consternación; en el independentismo, furia. Y eso sin atender a las peticiones de Vox, que no exigen la pena de muerte porque no es legal, pero sí pena de muerte civil.

Realmente, ¿qué esperaban? ¿Entretenernos con la rebajita de la abogacía del Estado? La han aprovechado los de C's para enseñar los colmillos y pedir elecciones anticipadas. O quizá fueron los del PP. Son lo mismo. 

¿Qué se esperaba? Cuando se dice que este es un proceso político contra el independentismo disfrazado de farsa judicial, ¿qué es lo que no se entiende?

El Estado se siente amenazado y, ante la amenaza, responde movilizando todos sus poderes. O casi todos. Falta el militar abierto. Sus poderes más obvios son el gobierno, el Parlamento y los jueces. Tiene otros, en los medios, la banca, etc.  El poder judicial es un poder del Estado. Administra justicia en nombre del Estado (o del rey, que lo simboliza) y, si el Estado se siente amenazado y en contra de otra parte, administra la justicia en nombre e interés del Estado y en contra de la parte. Administra la justicia de la parte fuerte contra la débil y esta sufre la "justicia" del enemigo. 

Conclusión: las peticiones, con ser disparatadas, no son absurdas. Lo absurdo es el proceso en sí. Aunque las peticiones fueran simbólicas, de unas horas o una semana de servicios sociales, serían absurdas. Estos ciudadanos y ciudadanas no han hecho nada delictivo. Han cumplido escrupulosamente un mandato popular democrático. 

Es un proceso inquisitorial y lo sería aunque la causa hubiera sido gestionada con competencia jurídica, porque el punto de partida, el origen del hecho reprochable, no es reprochable, sino puramente ideológico. La pena es personal, pero el objetivo es amedrentar a una sociedad, acallarla por el miedo. Una técnica muy frecuente en España en manos de la derecha a la que ahora se ha unido de modo entusiasta el PSOE. 

La lucha del Estado contra la nación catalana es una lucha por la supervivencia como Estado. Por fin se confiesa claramente. Y en la lucha por la supervivencia vale todo. Desde que el rey llame a los empresarios catalanes para que abandonen Catalunya hasta que el mismo mozo saque a su primogénita a hacer el ganso en una ceremonia que, en sí, es una gansada. ¿O no es una gansada celebrar tan contentos el 40 aniversario de una Constitución que una gran mayoría cuestiona y quiere reformar? Sí, esa misma Constitución que los gobiernos blanden como si fuera una Tizona, lista para volver a la España del Cid. 

Vale todo. Hasta que un poder judicial al servicio de la política "nacional" administre la justicia en nombre de la tiranía. Porque este es el momento en que el Parlament ha reprobado al monarca. Felipe VI no es rey de Catalunya por libre voluntad de los catalanes. 

Entonces, ¿por qué lo es? Por derecho de conquista que los indepes tratan de revertir democrática y pacíficamente y el Estado de mantener a costa de la justicia y con obvia violación de los derechos más elementales de los presos/as políticas, los y las representantes independentistas democráticamente elegidos.

Sí, hay una cuestión española, hay un problema. Pero el sentido común más elemental dice que los problemas políticos, sobre todo de esta envergadura, no se resuelven metiendo a la gente en la cárcel.

¿No les da vergüenza basar su poder en la persecución y la represión?