diumenge, 21 d’octubre del 2018

Días inquietos

Sánchez tiene horas para dar respuesta al requerimiento explícito de los independentistas e implícito de Podemos de "hacer un gesto" en relación con los presos políticos y el referéndum de autodeterminación. Por gesto solo cabe entender la liberación de aquellas, cuando menos, en pleno uso de sus derechos. Y la anulación de este esperpento judicial. 

Tengo la impresión de que Sánchez no lo ve del todo así y, por tanto, no hará nada, esperando que los indepes le voten los presupuestos porque sí. Y puede pasar. De no ser  porque sí, por alguna otra razón "negociada". Y ya con los presupuestos aprobados, la izquierda española procedería a la restauración del Estado del bienestar, desmantelado a modo por el PP. Pero es de suponer que, fieles a su palabra, los indepes no votarán los PGE.

Sin PGE, el gobierno  puede prorrogar los anteriores, pero difícilmente con las manos atadas y un compromiso adicional que ha contraído en Europa de hacer un recorte considerable. Así que, a lo mejor, se ve forzado a convocar elecciones. De haber elecciones, el resultado más verosímil es aumento del PSOE, mantenimiento de la derecha y descalabro de Podemos. 

En Catalunya, siempre en su dinámica propia, esta cuestión de la votación de los presupuestos convive con otras que es preciso considerar. Nadie imagina que los PGE puedan votarse favorablemente. Se da por descontado salvo el caso de que, en efecto, el "gesto" del gobierno trastorne el terreno de juego. La dinámica del movimiento independentista está ganando la calle y presionando a las instituciones. Estas, olfateando peligro, deciden blindarse frente a tormentas posibles, para mantener la unidad de acción. En el govern tal cosa es fácil, en el Parlament, no tanto. 

La presión, emanada sobre todo de los CDR y la CUP, se hace en nombre del mandato del 1-O de implementación de la República con el que todos están comprometidos. Está claro que el camino  de esa implementación lleva a la confrontación directa con un Estado para el cual cuestionar la monarquía en un parlamento es inadmisible. Una confrontación inevitable, tanto por el incremento de la acción en la calle como por el de la represión del Estado. Y que se materializará en el momento en que las instituciones catalanas desobedezcan al Estado como parece estar pidiendo la gente.

dissabte, 20 d’octubre del 2018

Último trabajo de Hércules

Pues,Señor, siguiendo con la fábula de ayer, (Prometeo, Hércules y Júpiter), que salió al paso, hete aquí que Hércules abandona el Cáucaso del tormento y comunica a Júpiter que deberá liberar a Prometeo si quiere que este le confíe el nombre del deicida o le apruebe los presupuestos.

Muy bien, pero el trabajo que anuncia Iglesias, ¿en qué consistió, fuera de verse con todos los presos políticos? En nada. Fue a la cárcel a pedir el sí de los independentistas a los PGE sin ofrecer contraprestación alguna sino simplemente la común camaradería en el ideario de la izquierda universal. Y salió de la cárcel como había entrado: con un "no" si no hay contraprestaciones. Según él, esto es hacer el trabajo, lo cual lo empodera para decir al gobierno que ahora le toca a él. Pero le toca ¿qué? ¿Hacer el mismo trabajo que Iglesias, o sea, nada? ¿U ofrecer una contraprestación concreta? De ser así, las malas lenguas, incluidas las del gobierno, dirán que en efecto Iglesias hizo un trabajo: el del enemigo. 

El cambio de doctrina de Podemos es obvio. Ya no se habla  de la mejora vida de la gente (aquello de la derecha también de "los problemas reales de la gente"), ni de salarios, ni de alquileres, ni de beneficios aquí y acullá, ni del carácter social de los PGE que, según algún especialista, tampoco son tan sociales. 

Se habla de la cuestión nacional. El truco de ignorar la cuestión nacional disfrazándola de social no funciona.  La aseveración de Borrell de que, al final, los indepes aprobarán los PGE a pesar de sus "bravatas" pone el asunto en los términos de matonismo habituales en el pájaro, pero no ayuda nada. Todo depende de un gesto en la cuestión nacional, no de las cuentas públicas. Y el único "gesto" que cabe con las presas políticas y los exiliados/as es su liberación y la anulación de esta farsa judicial en la que se pretende condenar a unas gentes por delitos imaginarios. 

La liberación de los presos políticos es, asimismo, la antesala de la negociación de un referéndum pactado. Esa es la cuestión que ha acabado imponiéndose, a pesar de los denodados esfuerzos de Podemos por ignorarla y evitarla, aplazándola a un futuro lejano de casi imposible acuerdo mayoritario en el Parlamento español a favor del tal referéndum. Milagrosamente ha resultado que esa mayoría está hoy segura si el PSOE une sus votos a los de Podemos, ERC, JxCat, PNV, Bildu. Si quieren, mañana puede convocarse un referéndum pactado, vinculante, con mediación exterior. 

Lo que sucede es que el voto del PSOE será negativo. Y ahí es donde Podemos podría comprender por qué la izquierda catalana es independentista y antepone la cuestión nacional a la social. Y por qué su posición, la de Podemos, es tan difícil, por no decir imposible: queda reducido a la nada en Catalunya si acentúa la vertiente españolista/antiindependentista, pero corre peligro de ser barrido en las urnas en España si muestra proclividades negociadoras con el independentismo, por tibias que sean. 

Un proyecto para España, pide a Podemos Carolina Bescansa. Cosa que materializa de inmediato acaudillando un movimiento feminista con base en Galicia. 

Un proyecto para España sí que es trabajo para Hércules. Que lo hará encantado, pues es el fundador de la monarquía española, como es evidente.

divendres, 19 d’octubre del 2018

Prometeo, Hércules y Júpiter

Aquí mi artículo del martes pasado en elMón.cat, titulado El poder, ¿para qué se quiere? Fue capricho del destino que, después de publicado, se produjera la noticia de la visita de Iglesias a Junqueras, abundantemente tratada en los medios, pero no en el artículo.

Para compensar, relato una variante de la leyenda de Prometeo que me vino a la memoria. Estando el titán encadenado en el Cáucaso y sufriendo el horrible tormento, acertó a pasar Hércules por allí con un recado de Júpiter todopoderoso, quien lo había condenado y aherrojado por entregar el fuego a los hombres. El recado era que el del rayo liberaría a Prometeo si este le delataba el nombre de quien estaba destinado a destronarlo. Según otros, fue una treta de Prometeo, más rico que Ulises en recursos, quien, aprovechando el paso del infeliz Hércules, lo mandó al olímpico a decirle que, si lo liberaba, le diría el nombre del pretendido deicida. A los efectos, da igual. Ninguno de los dos recurrió a Mercurio, mensajero habitual, del que no se fiaban. Preferían a Hércules, hijo de Júpiter.

Solo queda advertir que cualquier parecido entre los tres seres míticos y Sánchez, Iglesias y Junqueras es mera coincidencia. 

Aquí la versión castellana

El poder, ¿para qué se quiere?


El conflicto España-Catalunya versa sobre el poder, su adquisición y su uso. Como siempre en política. Al margen de otras consideraciones, las relaciones de las dos entidades son jerárquicas. El Estado español detenta todo el poder con las limitaciones propias de los usos del Estado democrático de derecho y el contexto internacional.

La aspiración del independentismo gobernante en Catalunya, o semigobernante, pues la pérdida de la mayoría absoluta parlamentaria lo hace peligrar en el mando, es reforzar su poder a fin de gestionar sus recursos y gobernarse por sus leyes. Quiere el poder necesario para ser independiente. No lo tiene y la prueba es que, a pesar de haber declarado su independencia, no es capaz de hacerla efectiva pues no controla su propio territorio.

Por eso, ambas entidades, Estado y Generalitat se encuentran en conflicto. El problema del primero es la proporcionalidad; el del segundo la resistencia. El Estado dispone de una maquinaria cuya capacidad de overkill es contraproducente. Responder al proceso independentista encarcelando durante un año sin juicio a sus dirigentes o forzándolos al exilio no solo no resuelve el problema sino que es el principal obstáculo para resolverlo.

A su vez, la Generalitat independentista ejerce una parcela de poder sometida al control del jerárquicamente superior. Este trata de conseguir la aceptación del sometido de buen grado pero, si lo cree necesario, recurre a la coerción. La Generalitat esgrime una pretensión de legitimidad democrática de raíz y mantiene su reividicación independentista, esperando obligar al Estado a aceptarla a través de un referéndum pactado. Tal cosa es perfectamente posible en otros países democráticos, como el Canadá y el Reino Unido. No así en España que no es un Estado democrático de derecho, cual pretende, sino un régimen autocrático, heredero de una dictadura sanguinaria y disfrazado de democracia con una Constitución cuya función es la de una hoja de parra.

En estas condiciones, el independentismo, que juega en desventaja, tiene que hacer valer todas sus oportunidades, o aceptar la perpetuación del sometimiento a los designios de un Estado concebido no solo al margen sino en contra de Catalunya. El episodio que se abre con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) es el mejor banco de pruebas imaginable de lo que se dice.
Los hechos quieren que el Estado dependa del voto favorable independentista para el cumplimiento de sus funciones. En consecuencia, la Generalitat dispone de un poder significativo para conseguir sus objetivos. El conflicto se hace patente y hasta se agudiza pues, lejos de buscar diálogo con el independentismo, el Estado intensifica su hostilidad judicial en todos los frentes, como se ve con laa persecución al conseller Buch, el procesamiento del Mayor Trapero y el recurso de inconstitucionalidad por la declaración del Parlament contra Felipe VI. En el orden retórico y declamatorio, el gobierno presiona al independentismo con demagogia y chantaje a través de los PGE, haciendo ver que antepone una consideración identitaria al bienestar de todos los españoles, catalanes incluidos, quieran o no.

¿Qué hará la Generalitat? Si nos atenemos a la experiencia, claudicar y apoyar los PGE de la seudoizquierda española en la situación colonial que se vive en Catalunya, sacando quizá alguna tajada menor en inversiones que solo hará más patética la sumisión. Si tal cosa sucede no solo se habrá cedido en la muy simbólica cuestión de los presos (lo que facilitará que el Estado siga encarcelando arbitrariamente a independentistas) sino también en la del referéndum de autodeterminación. Porque si el unionismo pretende justificar la existencia de los presos por la división de poderes no puede también justificar la falta de negociación de un referéndum de autodeterminación sino es por la negación arbitraria y sin argumentos propia de la relación colonial que quiere conservar en Catalunya.

Los partidos independentistas disponen excepcionalmente de una palanca de poder eficaz frente al Estado a base de negar su aprobación a los PGE. La disyuntiva en consecuencia es simple: o bien la emplean, recordando que el poder solo es eficaz si pasa de la amenaza a los hechos, o bien renuncian a ella y asumen sus consecuencias. Y la primera de todas es que la dirección del movimiento independentista pasará definitivamente a la gente en la calle, cuenta habida de que los partidos incumplen el mandato del 1-O.

dijous, 18 d’octubre del 2018

Avui, xerrada de Palinuro a La Mercè, Girona

Recién llegados a la ciudad y ya parece que hubiéramos vivido aquí toda la vida. Saludos por la calle y referencias en los medios. Hay que familiarizarse con las costumbres del lugar y las formas de trato. No es lo mismo un visitante que viene de paso que unos nuevos vecinos que se incorporan al normal discurrir de la vida: en dónde se compra el pan, cómo se lleva a los niños al colegio, qué farmacias están de guardia, hasta dónde llegan las líneas de autobuses, qué horarios tienen los museos, cómo se piden libros en la biblioteca, qué tiendas tienen mejores rebajas, cómo funcionan las oficinas administrativas, en dónde hay una comisaría de policía, qué equilibrio hay entre los tres sectores humanos de peatones, ciclistas y conductores, por dónde se sale mejor para ir a la playa, cuándo cierra correos... Una ciudad es un aprendizaje.

Con momentos de "socialización" que dicen los anglosajones. Quienes no tenemos mascotas (y no por falta de ganas, sino por avatares de la existencia), hemos de pegar la hebra con los vecinos utilizando otros medios distintos de sacar al perro a sus necesidades en el parque. Por ejemplo, reuniéndonos ocasionalmente a modo de tertulia en algún lugar. En esta ocasión, hoy, en el auditorio del Centre Cultural la Mercè, un lugar muy adecuado para hablar de las cuestiones que nos preocupan en la vida diaria tan aventurada que nos toca vivir.

Nos vemos a las 7:30 de hoy, que es como se traduce al castellano los dos quarts de vuit del vespre. Dos quarts de vuit del vespre, ¿a que parece un trozo de una receta de cocina? Dos hojas de laurel en las lentejas. Hay que tomarse las cosas con dos pizcas de humor. 

Al final, nos echan

Tendría gracia que nos echaran de la UE por déficit democrático. Después de la tabarra que dio la generación del 98 con el Zurück zu Europa. Luego de fabricarnos las credenciales de Estado democrático de derecho, dejamos patente que estas no se correspondían con la realidad.

El ministro de Asuntos Catalanes, poseído de la santa misión de limpiar el nombre de España, ha abierto otro frente de lucha por el honor nacional. Toma represalias por unas declaraciones del presidente del Parlamento de Flandes en su condición de tal. Lo grave es esa oficialidad del acto y nos explica, como si fuéramos tontos, que si las hubiera hecho tomando una sidrina en un chigre, él no hubiera intervenido con su ánimo jupiterino. El episodio tiene la gracia acostumbrada de los modos del ministro, consistentes en prohibir hablar a quien acusa a España de prohibir hablar.

Muy mal se lleva en España que los parlamentos hablen y actúen como parlamentos, esto es, lugares en los que se habla y por eso se llaman parlamentos. En los parlamentos, además, se puede hablar de todo. "De todo no", piensa el ministro, "no se puede hablar mal de España" porque eso es dar páabulo a la Leyenda Negra que él ha venido a erradicar. "Por mucho menos de lo que ha dicho este presidente", habrá pensado, "tenemos nosotros a la presidenta Forcadell entre rejas".

Sí, muy castizo y gracioso, pero a ver si se cumplen las amenazas y los europeos vuelven a dejarnos solos con estos energúmenos.

Recuérdese, España no tiene historia. Es siempre igual a sí misma. 

Los presupuestos, la izquierda y Catalunya



Vaya, al final la cosa se complicó en el programa de TV3, Tot és mou. La política se lo comió todo y no hubo ocasión de hablar de la representación de El meu avi va anar a Cuba en Lledoners el pasado 13 de octubre. A la paciencia de Marcel Vilarós, el autor, me encomiendo. Yo mencioné la función teatral en la prisión y hablé de Junqueras, pero debo de carecer de tirón. En todo caso, el debate se alejó de la ficción teatral y se centró en la realidad del drama cotidiano de un país que dice ser una democracia mientras tiene gente presa y exiliada por razones políticas.


Porque, de todo el barullo de declaraciones y contradeclaraciones de ayer, algo queda muy claro. Lo ha estado siempre, pero nunca tan crudamente.

En el Estado español hay dos conflictos, uno general, de clases y otro específico nacional en Catalunya. La izquierda española se interesa exclusivamente por el primero e ignora y menosprecia el segundo, al que quiere sustituir por su presencia sucursalista en Catalunya. Como esta no agota el juego político, lleva su arrojo o desfachatez a pedir a la izquierda independentista catalana que soslaye el independentismo y se integre en el más amplio conflicto de clases. Que, por supuesto, también es nacional; nacional español. Hay un problema de incomprensión que es tanto más irresoluble cuanto que es voluntaria.

dimecres, 17 d’octubre del 2018

Un chantaje de 900 €

El sector de "izquierda" del 155 anda desesperado. Ve que, si los indepes catalanes no ceden a sus intereses, se quedan si presupuestos, sin gobierno, sin escaños, sin poltronas, sin... Por eso han enviado al segundo jefe del bloque carcelero, Iglesias, (ya que enviar al primero, Sánchez, sería ridículo hasta para ellos) a presionar y chantajear a los presos políticos catalanes. Él no dice "políticos presos", como Sánchez; dice "presos", a secas porque, ya se sabe, es equidistante.

Hacía tiempo que no escuchaba un discurso tan repugnante, tan falso y odioso. Para el líder asaltacielos es normal que el secretario general de Podemos visite al "jefe" de ERC Junqueras. Tan normal no será cuando lleva un año sin hacerlo; ni a él ni a ningún otro preso político excepción hecha de Cuixart, al que visitó en junio (cuando llevaba nueve meses encarcelado) y porque se lo dijo Torra, a quien acaba de ver. En efecto, es normal visitar a estos presos. Sería de desear que no estuvieran en la cárcel, añade, con la misma fuerza de convicción con que yo desearía que el Sahara fuera un vergel y haciendo por ello tanto como yo por el Sahara: nada.

¿Normal que el SG de un partido visite a los presos políticos catalanes? ¿Cuántos han ido? ¿Todos pueden hacerlo cuando quieran o este tiene enchufe porque va en misión extorsionadora? En todo caso, la cuestión no es esta, aunque él le dé una importancia desorbitada. La cuestión es qué va a decir a los presos políticos catalanes.

Y aquí es donde el discurso de este tipo desciende literalmente a lo más abyecto. Va a hacerles chantaje expreso: sí, hay otros problemas políticos (dice, sin especificar cuáles son), que requieren atención, pero él no imagina que un líder de izquierda, una fuerza de izquierda, impida que los catalanes cobren 900 € al mes o puedan pagar el alquiler.

Así, descarnado, crudo, tal cual: la dignidad de los catalanes, su libertad, su lucha por la República y la independencia por 900 € al mes que, esperemos sean más reales que los 200 millones que con igual repugnante fin ofreció Sánchez hace unos días para retirarlos acto seguido. 

Iglesias ha dado pruebas suficientes de entender tanto Catalunya como Aznar. Puede que hasta menos. Pero, con esta perentoria y acogotadora exigencia de que los catalanes olviden el 1-O (del que él no habla), los insultos, las provocaciones de los fascistas (de cuyo despertar ha acusado a los independentistas, a quienes considera a"estafadores"), el 155 (frente al que ha callado y, en el fondo, apoyado) y aprueben sus presupuestillos, añade a su radical incomprensión españolista un desprecio y un insulto aun más españolistas.

No creo que haya un solo independentista catalán capaz de aprobar este chantaje. Ignoro si lo harán los representantes. Espero que no. Y, si lo hacen, probablemente será lo último que hagan. Que con presas, exiliadas políticas, embargados, apaleados y procesados a centenares (y los que siguen siendo perseguidos y procesados) se nos pida que aprobemos unos PGE para que el "verdadero" patriotismo español se asegure los escaños, mientras Catalunya sigue machacada (ya se sabe, son "otros problemas políticos") raya en el sarcasmo. 

Además, la mala fe de estos carceleros de "izquierda" es evidente. ¿Quieren unos PGE con el voto de los independentistas? Muy sencillo. Como, según dicen, los carceleros no pueden presionar a la fiscal a la que han nombrado ni soltar a los rehenes políticos, comprométanse a celebrar un referéndum pactado a fecha fija en tres o cuatro meses, legal, vinculante y con mediación internacional.

¿No es eso lo que Podemos dice que quiere como solución para Catalunya, esto es un referéndum pactado? Pues esta es la ocasión. De proponerlo a cambio de los PGE, saldría sin problema alguno con el voto favorable del PSOE, Podemos, ERC, PdeCat, PNV, Bildu, cuando menos. Triunfo seguro de la razón, PGE aprobados y solución del contencioso catalán en marcha.

¡Un momento! No se puede contar con los 84 votos del PSOE. Al contrario, este partido votará en contra y no habrá solución referendaria.

Pero ahora no es porque "no pueda" a causa de la "división de poderes" etc. Es porque no quiere, porque no le da la gana. Punto. Y Podemos no hace nada por convencerlo. Y no lo hace porque, en el fondo, tampoco quiere un referéndum cuyo probabilísimo resultado positivo lo condenaría a la nada histórica.

A cambio, los indepes catalanes tienen que votar uns PGE porque sí, porque deben someterse a la superioridad castellana, porque son unos colonizados a los que encarcelamos, embargamos y perseguimos cuando nos da la gana. 

Ese es el chantaje que lleva Iglesias a Lledoners en donde reside la llama de libertad y la dignidad de Catalunya. Para apagarla en nombre de España.

Hoy, Palinuro en "Tot és mou" en TV3

¡Qué nervios! Nada menos que a la tele catalana, esa tele adoctrinadora famosa por ser reconocida en toda Europa como la más objetiva, plural y menos manipuladora de España. Se quedaba corto M. Rajoy (¿lo recuerdan?) cuando decía que "los catalanes hacen cosas". Els catalans fan coses, diría Aznar en la intimidad. ¿Cómo cosas? Milagros, milagros como este: convertir la manipulación en objetividad, algo más difícil, con todos los respetos, que hacer vino del agua.

En fin, tengo entendido que interesa saber cómo fue la representación de El meu avi va anar a Cuba, de Marcel Vilarós en la prisión de Lledoners el 13 de octubre. Pues estupendamente y una honra representarla ante los internos, incluidos los presos políticos. Una gran experiencia. Según mis noticias, Palinuro aparecerá sobre dos quarts de sis. Desperta ferro!

dimarts, 16 d’octubre del 2018

Sigue la normalidad

La normalidad del diálogo y las soluciones políticas que en la realidad es más persecución y más hostigamiento judicial. Efectivamente, la normalidad en Catalunya. El gobierno no puede parar la "judicialización" que venía a terminar. Sus doctrinas de manual revelan su mala fe. Si la fiscal general nombrada por el gobierno no depende del gobierno, el gobierno depende de la fiscal general. Que gobierne la fiscal general y pida galeras para los líderes independentistas. 

PSOE y Podemos acaban de redactar los presupuestos probablemente más sociales de los últimos años. Para aprobarlos necesitan los votos de los indepes. Y se han lanzado a conseguirlos. Han enviado ya el proyecto a Bruselas, para presionar con fastos exteriores, proclaman que los "verdaderos patriotas" son quienes aprueban sus cuentas porque el "verdadero patriotismo" es mejorar la vida de la gente, no anteponer las banderas a las necesidades populares, etc., etc,, el argumentario está bien trabajado y consiste en castigar el hígado de la izquierda independentista en su autoconciencia de izquierda. 

Pero las presas políticas siguen presas y ya se van conociendo las peticiones de la fiscalía, con sobresalto de las buenas conciencias por lo desmesurado de las penas; como si cualquier pena que se pida en esta farsa judicial no fuera desmesurada. Y los exiliados siguen exiliados; y los embargados, embargados; y los cientos de procesados, procesados.

¡Lo que ha llovido desde la venganza catalana de ayer a la normalidad catalana de hoy!

Esa normalidad está basada en un hostigamiento permanente al independentismo, un acoso continuo, una fiscalización agotadora. Una guerra sin cuartel contra Catalunya, su lengua y su cultura. 

He leído que el presidente Torra no descarta abrir las cárceles si las sentencias son duras, o "ejemplares", como pide la derecha. No se le oculta que abrirlas así es para entrar en ellas. Todos los futuros son posibles. He leído muchas otras cosas. Y he visto muchas más. Una sociedad movilizada en lucha por la libertad de sus dirigentes democráticos encarcelados injustamente y el logro de la independencia.  Eso no se puede ignorar y requiere una respuesta desde la izquierda que no sea utilizar el gasto social como moneda de cambio.

¿Que los indepes pueden tomarse en serio la pretensión del gobierno de no poder dar órdenes a la fiscal general? Algunos, incluso, parecen insinuarlo. No hay inconveniente. Asi se demuestra la sinceridad e integridad del independentismo. Quizá el gobierno pueda corresponder. Aceptemos que presionar a la fiscal general no esté en su mano y, por tanto, tampoco lo esté liberar a los presos políticos. Pero lo que sí está en su mano absolutamente es comprometerse a pactar un referéndum de autodeterminación vinculante, con mediación internacional y en breve plazo.

¿O el independentismo va a votar unos PGE de un gobierno que también se niega a pactar un referéndum, pudiendo pactarlo?

He visto también a la ministra Carmen Calvo en una televisión, perpleja de que alguien postule el derecho de autodeterminación. Y absolutamenete pasmada de que los indepes catalanes se obstinen en hacer lo que no conviene ni interesa a Catalunya según las concepciones de la ministra. 

Creo imposible explicar a esta señora que el derecho a decidir de un pueblo incluye el derecho a decidir mal.

dilluns, 15 d’octubre del 2018

De la demagogia y el chantaje

El intento de venganza del Estado español es evidente. Pero no en la desmesura de las penas solicitadas en el proceso del 1O. Eso se daba por supuesto, cuenta habida del franquismo de la judicatura. Se nota en el intento de seguir adelante con una farsa judicial que el sentido común y la dignidad obligan a anular de raíz. 

Por eso independentismo catalán en el Congreso, ERC y los diputados de JxCat, vinculan su apoyo a los presupuestos a la liberación de los presos políticos. Cómo se produzca esta no es algo que les incumba: como quiera el gobierno, quien, a su vez, jura tener las manos atadas por la división de poderes, propia del Estado de derecho y afirma que los independentistas piden “algo imposible” al exigir que la Fiscalía retire las acusaciones. Esto no es cierto en sí mismo, pues el gobierno puede pedir tal cosa. Algo distinto es que quiera. Y, al disfrazar su negativa de imposibilidad, deja bien clara su mala voluntad. La misma que la del gobierno anterior al incitar la actuación de fiscales y jueces sin miramiento alguno por la división de poderes. Mientras haya presos políticos, la situación no podrá normalizarse ni podrá contarse con los votos independentistas. Hablar de “normalidad” de la situación política en Catalunya con una farsa judicial en marcha en España incoada por unos jueces franquistas, con presos y presas políticas en violación de sus derechos, con exiliadas y exiliados políticos, resulta inaceptable. Admitir algo así equivale a dar por buena la situación colonial de Catalunya y perpetuar el franquismo en España.

Por este motivo, el bloque izquierdista ha pasado al ataque contra el independentismo catalán. A través de la demagogia y el chantaje. La demagogia gira en torno a las previsiones de cumplimiento del proyecto de PGE que, aun siendo moderadas, son muy favorables a las clases más perjudicadas, por eso el PSOE vuelve a la consabida argumentación del patriotismo “de verdad”, una tecla que encanta a los "izquierdistas" de Podemos, que siempre hablan del "patriotismo verdadero" frente al de los "vendepatrias" de la derecha y los "identitarios" independentistas; o nueva fórmula de la equidistancia. Sin embargo, las medidas no son de aplicación inmediata y eficaz. Al contrario, precisamente por tocar aspectos muy sensibles de la política económica probablemente tropezarán con todo tipo de obstáculos e impedimentos de las derechas que prolongarán su ejecución. Es decir, se trata de unas expectativas generadas por unas medidas cuya ejecución no está en modo alguno garantizada, alimentadas por el patriotismo "verdadero".

El chantaje es muy evidente y se basa en una opción aparentemente cruda: ¿preferís la bandera a las mejoras sociales? A primera vista, una opción que delata el carácter de clase (burguesa) propio del independentismo, como Podemos venía denunciando desde tiempo atrás. El llamamiento se hace especialmente a los diputados de ERC, en cuya conciencia izquierdista se confia para enfrentarla a  una burguesía nacionalista interesada en las políticas neoliberales de recortes.

No podía hacerse a la CUP, el otro sector izquierdista del independentismo porque, al carecer esta formación de diputados en el Congreso, tanto da que apoyen o no los PGE. Sin embargo es precisamente la CUP la que, al haber discutido las relaciones entre la cuestión social y la nacional, mejor podría explicar a Podemos el porqué de la primacía concedida al principio nacional sobre el social. Catalunya necesita administrar sus recursos y hacerlo a través de un Estado propio que proteja las decisiones sociales adoptadas. Mientras siga siendo parte del Estado español ninguna política social por progresista que sea podrá estar segura pues, en cualquier momento, ganará las elecciones un partido nacional español que revierta las políticas sociales, las culturales y de otro tipo.

Esta cuestión del Estado entra de lleno en la justificación que Podemos realiza del Estado español al apoyar políticas reformistas presupuestarias que no está siquiera en condiciones de garantizar. El desencuentro muestra que el ámbito nacional en el que se mueven las corrientes izquierdistas en España es distinto. El PSOE y Podemos en el ámbito nacional español; el independentismo catalán, en especial la izquierda de ERC y la CUP, en el ámbito catalán. No puede haber contacto.

Disfrazar la continuidad de la clamorosa injusticia de los presos políticos y la opresión colonial catalana con trinos sobre el "carácter social" de los PGE de la monarquía española es una argucia a la altura de la política española y las falacias de Podemos. Los primeros  cuantifican el precio de la dignidad del pueblo catalán con unos millones de euros; los segundos con palabrería sobre el problemático,carácter "social" y "progresista" de los PGE.

Y los dos son colonos españoles.

diumenge, 14 d’octubre del 2018

¿No ven que esto no se puede parar?

Unos querían asaltar los cielos en nombre de la revolución y se quedaron en los pasillos del Congreso, trajinando papeles. Otros quieren subirse a las más elevadas montañas en nombre de la libertad y han coronado 18 cumbres, incluida la más alta de Catalunya, designadas personalmente por las presas y exiliados políticos. Y no haya temor: Palinuro no se dejará llevar por su exaltado carácter a hablar de la naturaleza mágica de las montañas; mágica y sagrada. 

Es la escalada por la libertad de cada uno/a de los presos y exiliadas políticas, por la independencia y la República. La idea dominante en los mensajes que se les han enviado es que no se normalizará la injusticia y que no se detendrán. 17.850 personas se han machacado un sábado escalando peñas con una media de 1.100 metros, en algunos casos con tiempo desapacible para reivindicar su república. Hace unas semanas unas siete mil personas de 150.000 se pronunciaron en un referéndum sobre la República en Vallecas. Cierto, proporcionalmente es más, pero en Catalunya habían de hacerse kilómetros escarpados mientras que en Madrid bastaba con desplazarse dando un paseo en una agradable mañana por calles bien asfaltadas.

No se entiende cómo siguen los unionistas pensando que cabe detener este movimiento. Ya no hablo de revertirlo, sino de detenerlo. Es toda una sociedad en marcha. Carod Rovira lamenta que no haya nadie al timón en este momento, pero, al margen de que eso sea discutible, la cuestión es si el movimiento no se dirige solo por la iniciativa colectiva popular. Hace poco también Puigdemont decía que quien quiera saber hacia dónde se va, que mire lo que hace la gente. Y está bien claro.

La izquierda no sabe qué hacer. El PSOE teme -y teme bien- que insistir en la represión, con o sin jueces, lleve a un conflicto mayor que obligue a medidas excepcionales, imposibles de justificar en el exterior. Podemos plantea una política regeneracionista española y se obstina en ignorar el independentismo catalán, al igual que hacen los medios, porque no lo entiende. Y no lo entenderá nunca porque el independentismo niega aquel planteamiento al negar la legitimidad al Estado español que Podemos no discute y su forma monárquica en especial, también aceptada aunque a regañadientes.

A cambio de estas incomprensiones los morados se afanan en generar un ente de sinrazón. un patriotismo de izquierda español, un oxímoron  que, en el fondo, no se diferencia del patriotismo colonial castellano de siempre.

Catalunya es la mayor crisis constitucional de España desde 1978. Para la izquierda española, una catástrofe, pues no puede articular una relación racional con el independentismo catalán transversal. Fuera de los ridículos anatemas de la tapadera del 3% de la corrupta burguesía recortadora catalana, la izquierda no tiene en el fondo ninguna razón de izquierda para no entenderse con el independentismo en una fórmula referendaria y respaldar la vía unilateral catalana si el nacionalismo castellano no deja otra salida. 

Toda la política española gira en torno a Catalunya. Si no hay referéndum pactado, solo cabe detener el independentismo catalán deteniendo la política española y demostrando que España no es un Estado de derecho.

Las musas del teatro en Lledoners

Iba a poner Talia en Lledoners, pero recordé que el teatro tiene dos musas, Talia, la de la comedia y Melpómene, la de la tragedia. Y como El meu avi va anar a Cuba es una tragicomedia, debería titular con las dos y me pareció pedante. Así que quedaron las musas.

Porque, en efecto, representamos la obra de Marcel Vilarós ante los internos del Centre Penitenciari de Lledoners, entre ellos, los presos políticos. Lo hicimos con aplauso de público. Un honor y una ocasión única para vivir la prisión desde dentro y tener una idea de cómo la viven los internos. Una satisfacción departir con ellos y comprobar en directo el fuerte estado de espíritu de los presos indepes. Vamos, que si los de fuera escalan cimas de montañas, los de dentro, las escalan de ánimo. 

En las fotos, de izquierda a derecha, el asesor histórico (porque la obra tiene un fondo histórico real), los cuatro fantásticos actores, pilares de la obra (un aplauso para Anna Vendrell, de fabulosa versatilidad), el general Valeriano Weyler y el autor de la obra, en la foto de la izquierda; y la esposa del general en la de la derecha. ¿A que están todos/as radiantes? Prueba de que, como se lee en los Hechos de los Apóstoles, 20: 35, "mejor es dar que recibir". Los bártulos en primer plano, todo lo que la compañía fue autorizada a pasar: las vestimentas. En el escenario, dos sillas y una mesa. El resto, el teatro. Talia y Melpómene.

La obra habla de Cuba y Catalunya o, con un neologismo, Cubalunya, que suena un poco como el Sóngoro cosongo. 

dissabte, 13 d’octubre del 2018

El día de la cabra

He perdido la cuenta de los nombres que ha tenido el 12 de octubre a lo largo de la historia, según los regímenes políticos. Ha sido día de la Hispanidad, día de la Raza, día Nacional, como es ahora mismo, en el minimalismo españolista actual. Siempre fue, además, día de la Virgen del Pilar, Matrona de Zaragoza, de la Guardia Civil y Capitana General del Ejército español por RD de 1908. No se crea que la manía de otorgar distinciones policiales, militares, guerreras, tan acordes con su condición, se limita a las extravagancias de las autoridades actuales. Viene de antes. Y lo mismo sucede con el correspondiente desfile que, además, durante años, se llamó "Desfile de la Victoria", prueba del ánimo conciliador de la Dictadura.

Los efectivos que desfilan entre fervorosos vivas y mueras del público nacional han sido pruebas de la modernización de las invencibles FFAA españolas. Desaparecieron los pintorescos moros de la "guardia mora" de Franco, que parecían sacados de El ladrón de Bagdad. Todos los cuerpos y armas desfilan con uniformes nuevos y relucientes y armamentos de última generación.

La única que sigue fiel a sí misma, con el relevo lógico que ordena la madre naturaleza, es la cabra, mascota de la legión, símbolo de su espiritu, ese que se condensa en la castellana expresión de "estar como una cabra" o en el lema de la Universidad Nacional Autónoma de México, tomado de José Vasconcelos, "por mi raza hablará el espíritu" y convertido ahora, more hispano, en "por mi cabra hablará el esspíritu".

El rey de España saluda al animal para olvidar la amarga felonía de sus súbditos catalanes, que reniegan de él y de la institución que tan dignamente representa. Ese episodio ensombrece la celebración de la gloria hispana y atribula de tal modo a los mandatarios del régimen que les hace perder la cabeza al punto de que un republicano de toda la vida como Pedro Sánchez, perdió de vista su condición de plebeyo y se situó a la par con la pareja real con la suya, como si fueran familia de la dinastía. 

Un divertido traspiés protocolario en el que se centraron los medios, dejando menos espacio a tratar qué respuesta darán el gobierno y el Estado ante la osadía infinita del Parlament. La encendida indignación de Sánchez en su primera reacción que, ya se sabe, es la sincera, se ha visto moderada por consideraciones de conveniencia. Tras invocar el Tribunal Constitucional, repara en que no siendo proposición de ley, no ha lugar a recurrir. Le echa una mano Alberto Garzón, poniéndose aparentemente  crítico con él y acusándolo de extralimitarse pues, dice, al fin y al cabo, la declaración del Parlamento catalán es "política". Quiere decir, "de pacotilla" ya que él tampoco está dispuesto a admitir que la petición de abolición de la monarquía vaya adelante.

Por eso, más sereno, Sánchez habla de otro tipo de acciones ya que el Parlament no tiene competencia para determinar la forma del Estado en España. Esta brillante idea, seguramente, se la ha soplado su vicepresidenta Calvo, profesora de derecho constitucional para quien en Escocia no hubo un referéndum pactado y, además, en el mundo ya se ha abandonado la idea de que lo mejor para garantizar la libertad de expresión es no aprobar ley alguna que la regule y que, para atender a los posibles daños que se produzcan, ya está el código penal.   

Por descontado, todo esto son pamemas con las que se trata de restar importancia a la reprobación parlamentaria de la monarquía, que la tiene y mucha. Claro que la declaración es un acto político. Un acto político en sede parlamentaria que es en donde se hace la política. Sede parlamentaria republicana, incompatible con un régimen caduco, antidemocrático y... caprino.

No importa. El gobierno tragará lo que sea y hará lo posible por no antagonizar más a los indepes. Naturalmente que el Parlament no es competente ni por asomo para decidir si España es o debe ser una monarquía o una república soviética. No lo es dentro del marco legal que el gobierno dice respetar a toda costa. Pero Catalunya está gobernada por una mayoría empeñada en romper ese marco legal pacífica y democráticamente y, en consecuencia, considera que sí, que el Parlament catalán es soberano y puede pronunciarse sobre la jefatura del Estado. 

Frente a esto solo se puede responder con el caballo de Pavía en forma de 155, cual urge la derecha una en intención y trina en formación o callarse y mirar el paisaje, como aconseja Podemos, socio del gobierno, que prefiere quedar en la penumbra en este incómodo episodio de monarquía-república. Y el gobierno parece haber decidido un curso intermedio y mixto: entre la violencia y la negligencia, unas clasecitas acerca de las competencias de los órganos constitucionales en el ordenamiento español.

Es de esperar que le duren lo suficiente para aprobar los presupuestos generales, para lo que necesita los votos de uno de los dos partidos independentistas, razón por la cual ha decidido no ponerse amenazador sino solo aleccionador. Y este va a ser el momento de la verdad para todo el mundo. Los indepes, en principio, votarán en contra de loss presupuestos si no se libera a los presos políticos. La coalición de la izquierda, contraria a la liberación, argumentará que si los indepes rechazan las cuentas, irán contra políticas sociales que harían justicia a las clases populares. 

Cabe formular este dilema más claramente: si los indepes deben apoyar medidas de una incierta justicia social general al precio de tolerar la injusticia cierta que está cometiéndose contra seres humanos concretos con nombres y apellidos, privados de sus derechos durante un año, de momento. La única forma que tienen los indepes de que el gobierno y el Estado se tomen en serio su caso es votar contra los presupuestos.

Hoy, Palinuro en Lledoners

Bueno, Palinuro haciendo de general Valeriano Weyler en la obra de Marcel Vilarós, el meu avi va anar a Cuba, que, por cierto, es una lindísima habanera. Las habaneras siguen siendo populares en Catalunya, tierra de indianos, dados a la nostalgia.

Además de la autoría de Marcel, la obra tiene música de Aleix Vives, escenografía de Paco Márquez y un elenco de ensueño, con Anna Vendrell, Eduard Serra, David Pruna i Raquel Cros. Mi papel es un mero cameo; pero lleno de honor y bambolla patria.

El asesoramiento histórico, de Víctor Camprubí que ha tenido muy en cuenta los estudios de Oriol Junqueras sobre la guerra de Cuba. Será un honor representar ante él a este dechado de sabiduría militar y esforzado luchador por la unidad de la patria de ambos hemisferios y de los grandes expresos europeos.

Como, por razones penitenciarias, no se espera la masiva afluencia de público que la obra merece (al menos por razones penitenciarias teatrales) dejo aquí para documentación el enlace al libro que contiene la pieza, obra de Marcel Vilarós y Victor Camprubí, a quien siempre se me olvida preguntar si tiene algún parentesco con Zenobia Camprubí. Los asesores históricos me impresionan desde mi infancia. Conservo un álbum de fotos de Cifesa, allá por los años 40 o 50 del rodaje de una película histórica al estilo de Reinar después de morir (aunque no sea ella) en la que mi abuelo Armando, muy aficionado al teatro y dramaturgo él mismo, ejercía tan noble menester. Allí se le ve en ámbito campestre entre actores y actrices ataviadas a la moda del siglo XVII, con una chaqueta, una corbata, un cuello duro, pantalón de raya, zapato de charol y un sombrero canotier, única concesión el ambiente veraniego farandulero.

Si no nos vemos, deséenme molta merda.

divendres, 12 d’octubre del 2018

La normalidad nuestra de cada día

La reprobación del rey; la abolición de la monarquía por caduca y antidemocrática. Bueno, bueno, chico, ponlo en la sección de ecos de sociedad, detrás de tribunales.

No van a creerlo, pero lo juro: ningún periódico de Madrid trae destacada en primera esta noticia. No la dan o la llevan al fondo de la página y hablando de las "medidas legales" de Sánchez ante esa "inaceptable" decisión del Parlament. La noticia es una no noticia. Lo que pasa no pasa. Todo normal. España, país en el que la vicepresidenta del gobierno y profesora de derecho constitucional dice que en Escocia no hubo un referéndum pactado. Es como Rajoy: lo que no le gusta, no existe. El Parlament no existe. Pero las reacciones ya traicionan los nervios.

Sánchez afirma que tomará medidas legales ante la demasía del Parlament. El habitual galimatías. ¿Qué quiere decir "medidas legales"? ¿Es que puede tomarlas ilegales? Sin duda, pero no lo diría.  Quiere decir medidas jurídicas y, concretamente, judiciales; pero le fastidia reconocerlo, porque es hacer lo que hacía la banda del PP, "judicializar". El Periódico ya avisa de que pretende meter en danza al obediente Tribunal Constitucional. Lo mismito que el PP. 

Los de Podemos, en una situación chunga. La moción antimonárquica es de los Comuns, o sea los Podemos (o parte de ellos/as) en Catalunya. Y el gobierno central, con el que pactan presupuestos, la lleva al Constitucional. Claro, lo mejor es hacer como los medios, callar. Pero callar sobre la monarquía en Catalunya es callar sobre la monarquía en España y, por tanto, sobre la República. Demasiado callar. Así, Garzón sale al paso de las "medidas legales" de Sánchez y lo compara con el PP , restando importancia a la declaración del parlamento, sosteniendo que es un acto político e implicando con ello que carece de eficacia y es simbólico. Razonando como el TC, pero sin reconocerlo. 

En efecto, es la normalidad misma. Todos los días dos o tres parlamentos del mundo deciden reprobar al jefe del Estado y pedir la abolición de su forma política (la monarquía) por caduca y antidemocrática. Lo más normal de la vida. Rutina. Por eso los medios no informan sobre él. No merece la pena.

La derecha, ya se sabe, pide la aplicación del 155, el cierre del Parlament, la abolición de la autonomía y, si nos descuidamos, formar una cuerda de presos independentistas desde la Plaça de Sant Jaume hasta el Valle de los Caídos. El problema de esta gente es el de Pedro y el lobo. Está dispuesta a sacar los tanques (si funcionan, con permiso de Gila y Berlanga) a nada que un diputado sea zurdo. Y ya nadie le hace caso. Cosa imprudente pues es gente peligrosa. 

El pasmo general lo ha provocado la CUP con su abstención. Es la enésima prueba de que el personal que debiera estar más informado, no tiene ni idea de lo que pasa en Catalunya. La CUP se abstiene porque el Parlament toma una medida en relación con un rey extranjero en un país extranjero. Espero que los cupaires no lleven su sentido del humor a denunciar al Parlament por injerencia en los asuntos internos de otro país. Era una abstención fácil. ¿La hubieran mantenido si con ella el Parlament volviera a no reprobar la monarquía? Con todo, la abstención es un puntazo de seriedad que se hará visible cuando los dos partidos indepes mayoritarios necesiten sus votos para medidas que los Comuns no aprueben. 

Esta es la normalidad. Si el TC admite el recurso y suspende la decisión del Parlamento, ya tenemos otro conflicto abierto. Y también lo tendremos si el TC se inhibe y dice que eso es soberanía parlamentaria porque, a continuación, el movimiento social indepe se movilizará para exigir la materialización de la abolición de la monarquía en Catalunya y su substitución por una República que el Estado español no puede admitir.

Va siendo hora de que se enteren. Así como una inmensa mayoría de la población catalana no queremos al rey, el movimiento independentista no es solo cosa del gobierno o del juego parlamentario. Ni siquiera de los presos y exiliados/as, con todo y ser esenciales. Es cosa de la gente, de la ciudadanía. La ciudadanía manda con una capacidad de autoorganización que el Estado español no puede controlar y mucho menos reprimir, salvo por medios cuya aplicación pondría de inmediato a España fuera del círculo de los Estados civilizados, como ya estuvo a punto de hacerlo la salvaje represión del 1O. 

Mañana, Palinuro en Lledoners

Bueno, Palinuro haciendo de general Valeriano Weyler en la obra de Marcel Vilarós, el meu avi va anar a Cuba, que, por cierto, es una lindísima habanera. Las habaneras siguen siendo populares en Catalunya, tierra de indianos, dados a la nostalgia.

Además de la autoría de Marcel, la obra tiene música de Aleix Vives, escenografía de Paco Márquez y un elenco de ensueño, con Anna Vendrell, Eduard Serra, David Pruna i Raquel Cros. Mi papel es un mero cameo; pero lleno de honor y bambolla patria.

El asesoramiento histórico, de Víctor Camprubí que ha tenido muy en cuenta los estudios de Oriol Junqueras sobre la guerra de Cuba. Será un honor representar ante él a este dechado de sabiduría militar y esforzado luchador por la unidad de la patria de ambos hemisferios y de los grandes expresos europeos.

Como, por razones penitenciarias, no se espera la masiva afluencia de público que la obra merece (al menos por razones penitenciarias teatrales) dejo aquí para documentación el enlace al libro que contiene la pieza, obra de Marcel Vilarós y Victor Camprubí, a quien siempre se me olvida preguntar si tiene algún parentesco con Zenobia Camprubí. Los asesores históricos me impresionan desde mi infancia. Conservo un álbum de fotos de Cifesa, allá por los años 40 o 50 del rodaje de una película histórica al estilo de Reinar después de morir (aunque no sea ella) en la que mi abuelo Armando, muy aficionado al teatro y dramaturgo él mismo, ejercía tan noble menester. Allí se le ve en ámbito campestre entre actores y actrices ataviadas a la moda del siglo XVII, con una chaqueta, una corbata, un cuello duro, pantalón de raya, zapato de charol y un sombrero canotier, única concesión el ambiente veraniego farandulero.

Si no nos vemos, deséenme molta merda.

Solo por presumir: la foto és del meu amic Joan Safont.

Hoy, Palinuro en la feria del cómic de Girona

En el día de la Raza, nada menos. Feria del cómic y el manga, en el palacio de exposiciones de Girona. Todos los datos del acontecimiento, aquí. El personal se preguntará qué pinta Palinuro en una feria de cómics. En primer lugar es muy aficionado a este género, del que disfruta desde antes de que se llamara "cómic" y se llamaba TBO. Por cierto, un nombre inventado en Catalunya. Con todo, sin duda, estará algo anticuado. Por eso agradece mucho la invitación, porque le permitirá ponerse al día. 

En segundo lugar porque, con muy buen tino, los organizadores lo han puesto en una mesa redonda que se celebrará el viernes, 12, a las 18:00 con el título La sátira en el cómic. La fina línea de la libertad de expresión. Ahí ya se siente Palinuro algo más a gusto. No es que ignore todo sobre los cómics actuales ya que, por razones familiares, tiene trato frecuente con Lobezno y los superhéroes Dead Pool, Coloso, Ajax, etc. Pero no se sentiría con fuerzas para tratar de tan extraño mundo. Sí, en cambio, del más sórdido de los permanentes intentos del eterno inquisidor que hay en todo poder de encontrar alguna justificación para la censura y la limitación de la libertad de expresión. 

Será un placer verse en esta genial feria. 

dijous, 11 d’octubre del 2018

Las elecciones que nadie dice querer

Aquí mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado, de cabeza a las elecciones; de elecciones que todo el mundo dice que no convienen, pero nadie hace nada por evitar. El martes fue un día nefasto y ayer, miércoles, de duelos y quebrantos, pero no culinarios, como en el Quijote, sino de amargas, contenidas y recíprocas reconvenciones entre los líderes. Mientras la gente trataba de salir del estupor producido por algo que, no por esperable, es menos descorazonador: que, cuando todo parece ir sobre ruedas, un insignificante incidente, un desacuerdo formal, puede dar al traste con el trabajo y el sacrificio de miles y miles de personas.

Durante todo el día se oyeron voces que apuntaban a la necesidad de recomponer la unidad de acción y continuar haciendo "eficaz" el gobierno. Sería estupendo que se cumplieran estos deseos, pero no puede olvidarse que el voto conjunto de ERC-PSC y la negativa de los Comuns/Podem a votar en contra del rey presentan un panorama desalentador. Los medios madrileños ya cantan victoria y, en solo unas horas, creen haber restablecido la "normalidad" en Catalunya. La normalidad autonómica se entiende.

La verdad, no se me ocurre cómo en las circunstancias actuales cabe recomponer la unidad de acción. Es más, aunque esa unidad se recompusiera, no estoy seguro de que pudiera evitar unas elecciones que todos dicen no querer.

Aquí la versión castellana.


De cabeza a elecciones.
                                                                                             
Ayer, después de las habituales tensiones suspensiones y crispaciones, la mesa del Parlament dio el paso decisivo y dejó sin derecho de voto a los cuatro diputados de JxCat, Puigdemont, Rull, Turull y Sánchez. Ese gesto en la hora 25 de esta aventura, cuando se anunciaban votaciones trascendentales en la Cámara, resolvía un “cuadrilema”:

Primera opción: todos obedecían al juez Llarena y a los letrados del Parlament, con lo que se mantenía la mayoría absoluta independentista en el Parlamento hasta el próximo choque con el Estado, que sería la misma tarde. Opción descartada por JxCat.

Segunda opción: se desobedecía, abriendo un panorama incierto a plazo inmediato, pues habría que saber cuál sería la reacción del gobierno y de sus comisarios políticos, los jueces. Opción igualmente descartada. Opción descartada por ERC.

Tercera opción: unos obedecían y otros, no, con lo que se perdía la mayoría absoluta del Parlament y podían tambien perderse votaciones importantes, como ha sucedido. Fue la opción elegida por ambas formaciones independentistas y cristalizada en la mesa en una votación conjunta ERC y PSC..

Cuarta opción: ir a elecciones anticipadas. Opción no considerada pero que los hechos quizá obliguen a tomar en cuenta.

Balance general de la jornada, negativo. No del todo porque eso solo sucede con la muerte, pero con una clara advertencia del riesgo que corre el independentismo de acabar convirtiendo un victoria posible en una probable derrota. ¡Y qué derrota!

Carece de sentido escarbar en los juicios de intenciones de las partes. También eso es utilizado por el enemigo con toda eficacia. Al tiempo que se votaba por la tercera opción, Oriol Junqueras publicaba un tuit en el que instaba a mantener la mayoría parlamentaria absoluta a toda costa: “L'acord aprovat pel ple el dia 2 d'octubre ni ens suspen ni ens substitueix i permet garantir els nostres drets com a diputats. Per sobre de tot hem de preservar la majoria independentista, no ens podem permetre posar en risc la gesta del 21D” En el objetivo coincidimos todos; no en los medios. Pero los medios pueden condicionar el objetivo hasta el punto de hacerlo imposible..

Todos queremos preservar la mayoría parlamentaria y, con esta intención, la negativa de JxCat puede entenderse como un chantaje: mayoría parlamentaria bajo nuestras condiciones. Pero lo mismo cabe decir de la de ERC: mayoría parlamentaria sin condiciones. La primero puede poner al Parlamento en confrontación total con el Estado. Lo segundo evita la confrontación momentáneamente al precio de seguir aceptando la imposición española y continua aplazando lo que cada vez se ve como más evidente ruptura con el Estado.

Entre tanto se han perdido ocasiones de hacer votacioness trascendentales, como el apoyo parlamentario a la autodeterminación y la reprobación de Felipe VI. Cuestiones de fondo que vienen a hacer más lamentable la terrible pérdida de imagen que el independentismo, incapaz de mantener su actvo más poderoso, la unidad, ofreció ayer.
Las reacciones en las redes y fuera de ellas han sido tumultuosas y con recriminaciones muy amargas. Es difícil admitir que una unidad que se ha mantenido contra viento y marea en momentos trágicos se rompa por una cuestión de procedimiento. Pero es lo que hay y ello obliga a extraer las consecuencias pertinentes.

La primera de todas, que la desunión no se convierta en hostilidad.

La segunda, que si no hay una recomposición inmediata de la unidad de acción y la debilidad parlamentaria del independentismo se acentúa (por ejemplo, con la retirada de los votos de la CUP) la convocatoria de elecciones nuevas no será una opción, sino una decisión inevitable, dado que el presidente Torra no podrá seguir contando con mayoría parlamentaria..

Y, llegados aquí, quizá sea lo mejor: unas elecciones en las que las listas de partidos compitan con una de vocación nacional.

Mañana, Palinuro en la feria del cómic, en Girona

En el día de la Raza, nada menos. Feria del cómic y el manga, en el palacio de exposiciones de Girona. Todos los datos del acontecimiento, aquí. El personal se preguntará qué pinta Palinuro en una feria de cómics. En primer lugar es muy aficionado a este género, del que disfruta desde antes de que se llamara "cómic" y se llamaba TBO. Por cierto, un nombre inventado en Catalunya. Con todo, sin duda, estará algo anticuado. Por eso agradece mucho la invitación, porque le permitirá ponerse al día. 

En segundo lugar porque, con muy buen tino, los organizadores lo han puesto en una mesa redonda que se celebrará el viernes, 12, a las 18:00 con el título La sátira en el cómic. La fina línea de la libertad de expresión. Ahí ya se siente Palinuro algo más a gusto. No es que ignore todo sobre los cómics actuales ya que, por razones familiares, tiene trato frecuente con Lobezno y los superhéroes Dead Pool, Coloso, Ajax, etc. Pero no se sentiría con fuerzas para tratar de tan extraño mundo. Sí, en cambio, del más sórdido de los permanentes intentos del eterno inquisidor que hay en todo poder de encontrar alguna justificación para la censura y la limitación de la libertad de expresión. 

Será un placer verse en esta genial feria. 

dimecres, 10 d’octubre del 2018

El cielo se nos cae encima

Los lectores de Astérix lo saben: a los irreductibles galos de la aldea solo les asustaba que el cielo les cayera sobre la cabeza. Y un buen día, allá por 2005, en el número 33 de la serie, dibujado y escrito ya solo por Uderzo, el cielo les cayó encima. Lo mismo pasó al bloque independentista ayer. Pero así como el número de Astérix es bastante aburrido, el episodio del voto de la mesa del Parlament crea una situación extraordinariamente viva y tensa. El voto vino a zanjar un "cuadrilema". A Palinuro se le ocurrió subir una encuesta a Tuiter con cuatro opciones: a) obedecemos ahora y aplazamos el choque unas horas. b) desobedecemos y esperamos la reacción. c) dejamos todo como está y perdemos votaciones. d) vamos a elecciones. La última vez que la miré llevaba 6.865 votos que se distribuían así: a) 6%. b) 57%.- c) 4%.- d) 33%. La desobediencia parece lo más cercano al mandato del 1O y es el 57%, quizá el posible apoyo alectoral a la independencia. Al menos en tuiter.

En la última manifestación independentista se afeó a un puñado de radicales que proporcionaran al enemigo las imágenes que necesita para vilipendiar (como diría Borrell) el independentismo. Mira por donde, las imágenes y más que imágenes, las portadas de los principales medios españoles, las han dado los indepes no radicales. Y si, a eso se añade el voto conjunto ERC-PSC, las imágenes se oscurecen.

El resultado inmediato de este desencuentro es que el Parlamento ha desautorizado todo el programa de gobierno de Quim Torra y ha tumbado dos decisiones de alto contenido simbólico: la reprobación del Rey y la afirmación de la autodeterminación. Ayer la República tropezó con la monarquía y se deshizo como un azucarillo, pues una República que no reprueba al rey que detenta su poder no es tal. Es verdad que, como premio de consolación se aprobó pedir al gobierno un referéndum pactado sin fecha. O sea, ad calendas graecas.

Todo eso choca con el ánimo de la calle, más propicio a cumplir el mandato del 1O. Supongo que en las próximas horas o días habrá movimientos significativos más o menos previsibles o imprevisibles. La pérdida de la mayoría absoluta es una catástrofe que no hay forma de disimular por más eficacias y "normalidades" que se invoquen. Este es un juego de suma cero: lo que tú pierdes, lo gana el contrario. Por eso estamos en portada de El País, alegre como unas castañuelas: el Parlament rechaza reprobar al Rey y la autodeterminación.Nunca hubieran soñado tanto.

La historia lo admite todo, lo procesa todo: parlamentos grandes, como el inglés de mediados del siglo XVII o el francés de 1789, y parlamentos pequeños como el alemán de marzo de 1848 y el de Catalunya ahora mismo, solo que les dedican interpretaciones y valoraciones distintas. En los dos primeros, los parlamentos cortaron la cabeza al rey; en los dos segundos, el rey cortó la cabeza al Parlamento. 

Mi fe en la capacidad y flexibilidad políticas de los dirigentes independentistas es grande, pero no se me ocurre de qué modo pueda recomponerse una unidad de acción independentista parlamentaria. Dado el grado de polarización ideológica del Parlament, la única mayoría ideológicamente coherente y viable es la que hubo hasta ayer. Ahora no es que haya otra; es que ni esa hay porque, aunque ERC tuviera nostalgia del tripartito (cosa harto inverosímil), los números no dan. 

Y, si hemos de andar a elecciones, con todos mis respetos, lista única.