dilluns, 16 de juliol del 2018

Borbonia

Toca juzgar al rey emérito. Toca juzgar su reinado. Por eso los poderosos se resisten como gato panza arriba a apear el mando. Porque saben que los van a juzgar. Y no suelen salir bien parados. Precisamente en estos días, la fundación de su nombre abre al público los papeles, el archivo de Felipe González. Es de suponer que debidamente expurgados de forma que quizá sea preciso esperar veinticinco años hasta saber qué pasó realmente con los GAL.

En el caso de la Monarquía, el juicio al rey está ya hecho hace mucho por la opinión pública y es devastador. El rey lleva el sobrenombre de su primer velero, Bribón. De reseñar el cortesanísimo comportamiento de los medios de comunicación, todos a una al quite y a encubrir las bribonadas del sujeto. Episodios ha habido en su vida que requerirían un Valle Inclán que retrató la de su tatarabuela Isabel II. Isabel es el nombre que acompaña a las dos Españas, la ascendente de la Iª y la desfalleciente de la IIª. 

Comienza una batalla mediática, política, con ambición de convertirse en judicial, por llevar al ciudadano Juan de Borbón ante los tribunales. A la defensa acuden prestos los tres partidos dinásticos PP, PSOE, C's y todos los medios de comunicación impresos y audiovisuales así como algunos digitales. Encabeza la cruzada por el trono y el altar el siempre fiel ABC que, en recuerdo de sus mejores tiempos, se inventa una encuesta con un 70% de ciudadanos en España dispuestos a dejarse matar por su rey que tanto lo merece. En contra, una alianza de la escasa izquierda republicana con el más escaso republicanismo muy fraccionado.

Más complejo es el juicio a la Monarquía, que ya afecta al sucesor. Una ministra del gobierno Sánchez ha señalado que el hijo no hereda los posibles pecados del padre y tampoco de la hermana y el cuñado. Sin duda, pero la Monarquía está tocada en todos sus flancos. La corte es un patio de monipodio con una autoridad moral nula. El ejercicio del monarca, perfectamente anodino. El incumplimiento de su función como árbitro y moderador de las instituciones, clamoroso. 

El desastre definitivo de la institución fue el discurso del tres de octubre de 2017 en el que el rey se alineó incondicionalmente con una de las partes del conflicto, respaldando su agresiva política de represión y, por ello mismo, alentando su intensificación. En esa amenazadora arenga perdió Felipe VI el poco recurso que le quedaba a una hipotética legitimidad. 

Catalunya triunfante será republicana. La insistencia de Torra en que el Borbón se disculpe por el discurso de marras y, por tanto, por el 1-O, le da la base para poco menos que declarar Catalunya entera tierra libre de Borbones. El rey tiene el extraño privilegio de ser persona non grata en algunos municipios catalanes. Un poco más y consigue que lo declare persona non grata el Parlament.

Otra cosa será el destino de la Monarquía en España. Pero eso es algo que habrán de decidir los españoles cuando se decidan a decidir algo.  

diumenge, 15 de juliol del 2018

Venga, que ya queda poco

Ayer, mientras se daba esta impresionante manifestación en Barcelona, estaba en Reus, en un acto para conmemorar el 1-0. La coincidencia fue un fastidio. Me consta que se consideró la posibilidad de aplazar, pero había tanta gente ya comprometida desde mucho antes que se vio no era posible. Concurrió más de una docena de participantes en aquel referéndum: funcionarios, bomberos, abogados, abuelos, etc y también un excelente grupo musical (Estrela Roja), de Valencia. Hubiera sido mucho trastorno.

De no haber sido por estaa circunstancia, nos habríamos desplazado a Barcelona, a la impresionante concentración. "Decenas de miles" dice El País. Cien mil, según la Guardia Urbana. Doscientos mil, según los organizadores. En todo caso, una marea humana para reclamar la libertad de los presos políticos y el retorno de las exiliadas.

Por descontado, la concentración de Reus también fue un éxito. Acudió mucha gente y los relatos de los protagonistas del 1-O tuvieron enorme interés. Se celebraba además que el parque en el que tenía lugar el acto se llamaría parque del 1-O. La actuación de los musicantes de Valencia fue magnífica. Nos hicimos unas fotos juntos y, en cuanto las consiga, pues se las quedaron ellos, subiré alguna. 

La manifa de Barcelona es el sello con que se cierra esta semana tan importante. Ayer mismo, por cierto, también salieron cientos de personas, como todas las semanas, en Pamplona en demanda de la libertad de los muchachos de Altsasu, otros presos políticos. Con Pablo Hasel y Valtonyc, España ha vuelto a convertirse en un país con presos y exiliados políticos, como en los tiempos del genocida Franco. 

Sostengo que es justamente este hecho, así como la existencia de presas y exiliados políticos, el incremento de la represión indiscriminada del Estado, etc, los que, aunque parezca mentira, muestran la debilidad de aquel y anuncian su pronta caída.

El director del grupo musical valenciano proclamó que es necesaria la disolución de España. Confieso que nunca lo habí oído en público tan claramente. Y me fascinó porque coincide con lo que vengo sosteniendo hace algún tiempo: que el Estado español es irreformable. Pero la lógica consecuencia de esto la ha formulado el músico valenciano. Me adhiero.

Y, mientras llega esa disolución -inevitable, según Deulofeu y en mi modesta opinión- quizá podríamos ir alejándonos de la dependencia mediática de España. Costará a causa de la tradición y la costumbre, pero hemos de ir acostumbránonos que los asuntos españoles no son más "nuestros" que los franceses o los alemanes. Costará, pero es así. 

Los jueces alemanes ya han demostrado que los españoles no pasan de ser correveidiles de los gobernantes de turno. En otro país, esto hubiera provocado una crisis en la judicatura y en el gobierno. Pero no España, porque ambas instancias saben de sobra que el poder judicial español es una farsa al servicio del poder. España es irreformable y un Estado fallido, como se muestra por el hecho de que 40 años después de la muerte del dictador genocida, el país siga en manos de franquistas, de obediencia estricta, como los ladrones del PP o de obediencia laxa, como los del PSOE. 

Por tanto, poco puede preocuparnos ya de los sucesos de España, salvo, claro está los que puedan servir para arremeter contra Catalunya. Bastante tenemos con nuestro Estado, con la República Catalana en los próximos tiempos. Después de que el lunes Sánchez diera el consabido portazo castellano a las pretensiones catalanas formuladas por Torra y que el miércoles los alemanes dejaran en ridículo a Llarena, se abría un tiempo nuevo que la manifa de ayer ha venido a poner en marcha.

Con Puigdemont en libertad, se ofrece ahora un amplio terreno en el que articular las políticas propias de la República Catalana, destinada a consolidarse ignorando la manifiesta inoperancia del Estado español. En este periodo es lógico que las distintas fuerzas políticas del movimiento indepe tengan divergencias tácticas con vistas al objetivo estratégico común, la independencia en forma de República. Los medios españolistas -prácticamente todos- tratan, como siempre, de encizañar el campo indepe y de colocar sus mentiras sobre la fractura de la unidad. Puras falsedades. 

Desde ahora hasta la sentencia del Supremo alemán si hay recurso de Puigdemont, se da un tiempo para que el independentismo actúe al margen del surgimiento del nacionalismo español. El debate es complicado y hemos de llevarlo con mucho cuidado y mucha atención. Porque, aunque moribundo tras el inútil relevo de Rajoy por Padro Sánchez, el Estado sigue teniendo muchos recursos y el firme ánimo de hacer naufragar el proceso independentista, aunque sea al precio de hundir (más) España. Como señala El Confidencial, Elsa Artadi defiende una postura y Puigdemont, otra; como también Torra. Y de todo ello quiere el diario sacar en conclusión que el independentismo  ha fracasado. 

Pero eso es rotundamente falso. Los independentistas no hemos fracasado. Al contrario, cada vez estamos más cerca de nuestro objetivo, mientras conservemos la unidad y también seremos más fuertes y la independencia estará más cerca. El debate, en el que los antiindependentistas quieren ver discusiones y fracturas, versará sobre el momento más adecuado para convocar elecciones en Cataluña, si antes o después de las municipales, con qué candidaturas, cómo, etc. Y saldrá una propuesta. Lo único que necesitamos es que esa propuesta sea aceptada por todo el bloque al unísono y asumida y apoyada por el verdadero motor del independentismo catalán: la gente. 

Y la gente tiene dos criterios de medida que forman el pacto de hierro entre ella y la dirigencia del tipo que sean: la liberación de los presos y el retorno de las exiliadas políticas y la realización de un referéndum de autodeterminación. Con esta unidad de acción garantizada a través de la unidad independentista, la República y la independencia estarán muy cerca.

dissabte, 14 de juliol del 2018

Política rácana o explicación de una cancelación


En mis más de seis años de andar haciéndome las Catalunyas, con decenas y decenas de actos de todo tipo en los más diversos y recónditos lugares, hoy, por primera vez me he visto obligado a cancelar uno con gran fastidio por mi parte y por las razones que a continuación expongo, no con ánimo vindicativo, sino por puro afán de que todos mejoremos en nuestras formas hacer las cosas.

La cancelación me ha dolido especialmente porque el acto esta "organizado" por el CDR de Tarragona y, al poner "organizado" entre comillas ya se ve por dónde va el asunto. Y es tanto más enojoso cuanto que ayer mismo Palinuro se hacía lenguas del carácter auténtico y espontáneo de este tipo de organizaciones. Pero es que hasta para ser espontáneo hace falta valer. Las formas asamblearias de organización son fabulosas porque legitiman de verdad las decisiones; pero, una vez tomadas estas, conviene que quienes se encarguen de ejecutarlas sepan cómo funciona el mundo.

Es el caso que ayer, viernes, 13 de julio, después de un acto por la mañana en Girona por los presos políticos, otro en Tárrega, por la tarde, con más de dos horas y media de desplazamientos y que terminó a las 23:00 horas y de nuevo otra hora de carretera, nos encontramos con que, al llegar a Tarragona, el CDR nos había reservado una habitación en un hostal cuyo nombre no revelaré porque, siendo una empresa privada, no tiene culpa de nada. El caso es que el hostal no reunía condiciones mínimas exigibles: el wifi no funcionaba y en la habitación no había ni una mesa ni una silla. Tuve que trabajar por la noche sentado en el suelo y la reserva estaba hecha, sí, pero no pagada. Tuvimos que prometer que la pagaríamos nosotros, cosa que hemos mantenido tras cancelar el acto para que queden las cosas claras. Claras en el sentido de que jamás hemos pedido nada para nosotros ni hemos cobrado nada salvo, como es lógico, el estricto coste de los desplazamientos (que procuramos repartir y por eso solemos ir a dos o tres actos de golpe) y un hotel o similar en el que, cuando menos, quepa trabajar. Porque invierto mi tiempo con mucho gusto en luchar por una causa con la que me identifico, me llevo a mi familia los fines de semana (pues, si no, no la vería) y todos aportamos a una lucha justa. Pero tengo que hacer mi trabajo personal y cumplir mis compromisos y obligaciones, porque de eso vivimos.

No es de recibo invitar a alguien a un acto y no proveerlo de las mínimas condiciones exigibles para que puede desarrollar su cometido. Y mucho menos decirle luego que el desastre puede arreglarse invitándole a comer. Eso ya roza lo esperpéntico. Porque los CDR aseguran tener pocos medios pero, como siempre, los medios aparecen cuando se trata de comidas y cenas. Una actitud muy típica de España y que plantea la cuestión de por qué querrán independizarse de ella unas gentes que actúan de forma típicamente hispánica.

La aclaración viene por último a cuento porque, según mis noticias, al público que había asistido al acto se le dijo que Palinuro estaba indispuesto, y eso no es cierto. La cancelación no fue por causa de enfermedad alguna, sino en protesta por tratamiento inmerecido e injustificable. Y la finalidad, insisto, no es vindicativa sino puramente pragmática: para corregir errores de actuación.

El PSOE es la nueva derecha

Sánchez ganó las primarias asegurando que, con él, el PSOE volvía a la izquierda. Así se probaban dos cosas: una, que la gente nos tragamos todo lo que nos echen, especialmente si nos lo echan en ese pesebre de colorines llamado televisión; otra, que Sánchez, como los del PP, casi siempre que habla, miente. Es se debe no solo a la especial proclividad a mentir del hoy presidente  sino también porque la mentira es la forma habitual de relacionarse en política. Por eso es tan divertida la escandalizada polémica actual sobre las fake news, como si hubiera alguna news que no fuera fake.

Hace unos meses, un presentador de televisión me preguntaba en directo si yo creía que el independentismo había despertado la fiera de la extrema derecha, dormida hasta el momento. Le respondí que eso no era cierto porque la extrema derecha no estaba dormida sino en el gobierno (entonces el de M. Rajoy), cuyos ministros no eran muy despiertos, aunque no tan poco que pudiera suponérseles dormidos. El presentador pareció escandalizarse y acabo diciendo algo que escucho frecuentemente del tipo "je je je, hay que ver cómo eres" o "que radical", etc. Luego supe que la doctrina de la extrema derecha "dormida" y despertada por el independentismo traía cuño de Podemos, una de sus habituales falacias rebosantes de hipocresía que llaman "análisis". Como no tienen razones para ir contra el independentismo catalán, se inventan esta patraña de que ha despertado a la fiera fascista, como si esta no estuviera presente a toda horas. Por supuesto, el escandalizado presentador de inspiración podémica ya ha sido nombrado algo en la TVE controlada hoy en gran parte por Podemos. Esto funciona así.

No hay duda. La frecuente pregunta de por qué no existe un partido de extrema derecha en España como tal se responde  con sencillez y objetividad: porque está en el PP y en C's. La derecha, la derecha de toda la vida, católica, mojigata, conservadora, centralista y bastante autoritaria está hoy representada por el PSOE que, al parece, sigue creyendo que puede engañar a la gente haciendo pasar por política de izquierda unos arreglos superestructurales en terrenos de modas, criterios morales, etc, pero sin tocar los aspectos más esenciales de los derechos de ciudadanía que siguen tan pisoteados como en tiempos del PP. 

El compañero y cómplice de esta obra de mixtificación del PSOE es Podemos, el partido neocomunista de raíz anguitista que se presentó camuflado de albacea del 15M y cuyo único objetivo real era el sorpasso a la traidora socialdemocracia. Hoy es su principal aliado y siervo como se nota porque, así como los socialistas han callado respecto a la sentencia del tribunal de Schleswig-Holstein, con la que no están de acuerdo, dejando solamente que Sánchez diga la habitual sinsorgada vacía de que "lo importante es que los indepes serán juzgados en España", los de Podemos se han cerrado en un mutismo absoluto, con lo parlanchines que son, sin decir oxte ni moxte sobre los disparates de Llarena. Prueba de que su supeditación al partido al que iban a sorpassar es ya absoluta y absoluta su entrega al nacionalismo español. Por eso aportan la falacia de que es el independentismo el que despierta el fascismo; para poder condenarlo con su buena conciencia de señoritos mesetarios.

Que el PSOE es la derecha resulta evidente. Figura como un partido dinástico, obediente a la corona y capaz de participar en la especie de conjura de políticos y periodistas cortesanos para encubrir las fechorías del Rey anterior, tapar sus presuntos robos y crímenes y su comportamiento de putero compulsivo. Su grado de abyección cortesana alcanza el paroxismo cuando una ministra socialista afirma que las trapisondas del Borbón emérito, un granuja, no afectan para nada a Felipe VI. Para entendernos, según el PSOE, si tu padre es una mangante, tu hermana otra y tu cuñado está en el trullo por ladrón, ni tú ni los tuyos tenéis nada que ver. Debe de ser cosa de la maledicencia pública.

Y no solamente hay vergonzosa sumisión a una corona restaurada por un dictador y genocida, sino también saqueo propio del país. El PSOE es el partido siervo del conjunto de la oligarquía, como se ve por el hecho de que se niegue a publicar los nombres de los defraudadores a Hacienda en la ilegal amnistía de Montoro, entre otras cosas porque entre ellos pueden encontrarse nombres de reyes, presidentes y otros parásitos. Las excusas sobre retroactividad y otras vainas solo demuestran que los socialistas saben que, para que el pueblo trague las mayores iniquidades, basta con contarle alguna burda patraña. 

A cambio de todo esto y, como queriendo fabricarse una imagen algo más progresista frente a los franquistas del Tribunal Supremo, el PSOE dice defender el sistema de euroórdenes y el espacio Schengen. Es absurdo: bastaría con que se impidiera que la extrema derecha pepera siguiera controlando a los jueces franquistas para que toda la tramoya montada por estos indeseables se haya venido abajo. Pero, no haya dudas, no es que los socialistas defiendan la democracia, las libertades o el Estado de derecho. Al contrario, defienden la dictadura neofranquista, cerrando los ojos a la crítica judicial alemana, y reafirman la trampa de que los indepes injustamente presos y exiliados serán juzgados en España. Y eso sin parar mientes un solo segundo en que, como están las cosas en el país, los jueces serán los fascistas de turno.

Avui al vespre, Palinuro a Reus

Per un acte de reconeixement del 1-O. El 1-O, on tants participem i que constitueix ja una fita en les nostres vides, es perfila com la merescuda festa nacional de la República. La Diada serà substituïda pel dia de l'alliberament. I és logic qu'el reconeixemnt no només sigui al ente merament cronològic (com 1º d'octobre) o abstract (com a referéndum), però a tots i totes dels que van fer-ho possible. Per això em sembla una molt bona idea invitar als membres de les meses, bombers, veïns, voluntaris, advocats, mússics, etc, etc. En definitiva, ens comportarem com aquells desposados de l'Evangeli que van sortir al carrer a compartir la seva alegria amb els veïns convidándolos a entrar, el cèlebre compelle intrare de totes les ànimes generoses.

Tots i totes junts vam fer possible el 1-O i tots i totes junts farem tambè possible la resta: l'alliberament del nostres presoss y l'alliberamente del nostre poble. 

Fins a demà.

Avui al matí, Palinuro a Tarragona

Avui a les 11:00 en la Plaça Cronista Sessé, farem una xerrada/debat sobre els nostres projectes per assolir la República independiente de una puta vegada, com diu en Lluís Llach. L'acte va ser organisat per els CDR de l'eixample de Tarraco.

¿Puc confessar una debilitat? Tinc un faible per els CDRs i la CUP, tot i que soc fan de qualsevol organizació catalana per tal que sigui senceramente independentista. Sol que aquestas gents em touchent au plus profond per la seva espontaneitat i les seves arrels en el poble. Ningú va crear els CDR, ningú la CUP; han sortit pel que els filosofs medievals anomenavan "generació espontània" .

I amb gents qu'hi son per generació espontània es sempre un plaer parlar. I no només un plaer: s'en apprèn molt. 

Ens veiem a la plaça Cronista Sessé.

divendres, 13 de juliol del 2018

Demá al vespre, Palinuro a Reus

Per un acte de reconeixement del 1-O. El 1-O, on tants participem i que constitueix ja una fita en les nostres vides, es perfila com la merescuda festa nacional de la República. La Diada serà substituïda pel dia de l'alliberament. I és logic qu'el reconeixemnt no només sigui al ente merament cronològic (com 1º d'octobre) o abstract (com a referéndum), però a tots i totes dels que van fer-ho possible. Per això em sembla una molt bona idea invitar als membres de les meses, bombers, veïns, voluntaris, advocats, mússics, etc, etc. En definitiva, ens comportarem com aquells desposados de l'Evangeli que van sortir al carrer a compartir la seva alegria amb els veïns convidándolos a entrar, el cèlebre compelle intrare de totes les ànimes generoses.

Tots i totes junts vam fer possible el 1-O i tots i totes junts farem tambè possible la resta: l'alliberament del nostres presoss y l'allberamente del nostre poble. 

Fins a demà.

Demà al matí, Palinuro a Tarragona

Demà a les 11:00 en laa Plaça Cronista Sessé, farem una xerrada/debat sobre els nostres projectes per assolir la República independiente de una puta vegada, com diu en Lluís Llach. L'acte va ser organisat per els CDR de l'eixample de Tarraco.

¿Puc confessar una debilitat? Tinc un faible per els CDRs i la CUP, tot i que soc fan de qualsevol organizació catalana per tal que sigui senceramente independentista. Sol que aquestas gents em touchent au plus profond per la seva espontaneitat i les seves arrels en el poble. Ningú va crear els CDR, ningú la CUP; han sortit pel que els filosofs medievals anomenavan "generació espontània" .

I amb gents qu'hi son per generació espontània es sempre un plaer parlar. I no només un plaer: s'en apprèn molt. 

Ens veiem a la plaça Cronista Sessé.

Hemos ganado una batalla; aún no la guerra

Antier decía Palinuro (Puigdemont el rebelde) que era preciso esperar la decisión del tribunal de Schleswig-Holstein, a punto de hacerse pública, como sucedió ayer, causando un sismo en España, altísimo en la escala Richter. Hasta los cimientos quedó destruido el fabuloso castillo de arena edificado por Llarena. Se aventuraba una decisión positiva para el independentismo, como ha sucedido, pero, por mor de la prudencia, se aconsejaba esperar a saber el sentido exacto ya que de este dependería en gran medida el curso de la acción posterior en cumplimiento del mandato del 1-O. La enteca reunión de La Moncloa y la cerrada negativa de Sánchez, obligaba a una reacción de la Generalitat, pero era imprescindible conocer la decisión de la justicia alemana para orientarla.

Y ya está aquí. Y es positiva; mucho más de lo que parece a primera vista. Tiene razón el reaparecido Puigdemont en cantar victoria; y victoria en una batalla decisiva, quizá la más decisiva de todas. Pero es una batalla. La guerra sigue. La táctica (la internacionalización) ha triunfado; el objetivo estratégico está más cerca. Pero no está. Los presos siguen en las cárceles, los exiliados siguen exiliados y Catalunya no ha conseguido aún el reconocimiento como la República independiente que dice ser. 

Sin olvidar este dato, desde luego, la victoria ha sido un verdadero terremoto. Todo el aparato español de la Justicia ha quedado por los suelos. Aparte de descaradamente política, la instrucción de Llarena ha sido un cúmulo de disparates que, al encontrarse una respuesta exterior en el mismo terreno judicial, abre ahora un auténtico océano de hipótesis a cuál más dañina para el escaso prestigio de los tribunales españoles y la mermada capacidad política de los gobernantes. Los tiempos próximos serán como películas de suspense en las que se plantearán situaciones espeluznantes:

- Si no hay delito de rebelión/sedición y solo de malversación, ¿qué hacen en la cárcel las presas políticas que no están acusadas de ese delito? ¿Se puede juzgar a los otros por rebelión? ¿Se puede seguir manteniendo la suspensión de Puigdemont? ¿Puede, como parece que quiere, el Tribunal Supremo retirar la euroorden o dejar de acusar a Puigdemont de rebelión/sedición? ¿Qué sucede si tampoco hay malversación? ¿Qué contará el juez Llarena a los magistrados belgas el próximo cuatro de septiembre? ¿O no va a comparecer y va a declararse en rebeldía? Estos y otros cientos de preguntas tendrán entretenido al amable público.

Aunque no es posible disimular el bofetón alemán al juez español, por extensión, a la judicatura española y por más extensión, al Estado de derecho español. Esta brizna es lo único que parece mover al gobierno, la cuestión de la imagen. ¿Cómo?¿Que España no es un Estado de derecho en todo comparable (o incluso superior) a la Gran Bretaña? Este gobierno saldrá a luchar una vez más contra la malvada leyenda negra. De hecho, ya la han mencionado. Y en Bélgica, nada menos. Son unos genios. 

Están tan histéricos que rozan el esperpento. Ayer Rivera y González Pons echaban pestes contra Europa y pedían salir del espacio Schengen. Las estupideces acaba siempre pagándolas la gente. Antes, el señor Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, se cubría de gloria pidiendo al gobierno que interfiriera en un proceso judicial en otro país por razones políticas y el gobierno añadía gloria a la gloria comprometiéndose y poniéndose a ello. No conozco las reacciones de Vox, la SCC, o los locutores más agresivos del fascio nacional pero las imagino: desde el Santiago y cierra España a los tercios de Flandes.

Especialmente enternecedora, la de Sánchez. En su partido reina un silencio pesado como el betún. A los militantes la decisión les ha sabido a cuerno quemado porque son todos unionistas a machamartillo, aunque no se atreven a decirlo y tienen que fingir afición por fórmulas federales, sospechosamente disgregadoras. Sánchez tampoco se atrevió a decir, como los del PP y de las JONS que era una afrenta a la soberanía y la dignidad de la nación. (Eso de la "dignidad" había que escucharlo al tiempo que el público se enteraba por la amante del rey de lo que el rey hacía con la amante), pero su decepción era patente. Torra no es Le Pen y Puigdemont no es un rebelde en rebeldía. Cualquier día de estos va a suceder que los políticos presos eran presos políticos. Por eso se ha reducido ladinamente a decir que lo importante es que sean juzgados en España.

En primer lugar, no se ve por qué y, en segundo, y más hilarante, es posible que no sea juzgado no ya Puigdemont sino ninguno de ellos/as; ni en España ni en la Patagonia. No hay causa judicial; no la ha habido nunca. El mismo Sánchez decía no ha muchas lunas que había sido un error "judicializar" el proceso. Lo tiene fácil: retire las acusaciones y cese la represión de todo orden, judicial, administrativo, mediático, etc.

Y ¿por qué el resultado ha sido más positivo de lo que parece? Porque, dejando en libertad a Puigdemont y con margen de maniobra, no lo hace por un tiempo indefinido, sino tasado: hasta el fallo del Supremo alemán en cuanto al recurso sobre la malversación. Dado que el propio Llarena admite que no tiene pruebas del delito, es poco probable que la acusación prospere. Pero nunca se sabe con la justicia humana, aunque, desde luego, mucho más que con la divina. 

El tiempo es tasado y, por tanto, la acción urge. Al margen de la política cotidiana, que no puede ser desatendida, y de los resultados de las negociaciones en las distintas comisiones bilaterales en las que hay que trabajar y al margen también de las medidas de ruptura más o menos simbólica que puedan aplicarse, las dos cuestiones esenciales del independentismo, los presos políticos y el referéndum, recibieron sendos "no". A la vista de lo cual, la única reacción razonable es implementarlas directamente. En el caso de los presos no es posible, salvo que se quiera provocar un incidente de violencia armada. Queda el referéndum, porque una declaración parlamentaria formal de independenia, sobre ser reiterativa, no conseguiría, en principio, el elemento esencial del reconocimiento exterior. 

Una base más amplia para conseguir algún tipo de reconocimiento exterior vendría dada precisamente por un referéndum de autodeterminación. La iniciativa es del independentismo y la forma y tiempo del referéndum, también porque, entre otras cosas, puede presentarse como unas elecciones autonómicas anticipadas. Aunque no parece necesario. Será un referéndum y así conviene llamarlo desde el principio. La desobediencia empieza con los nombres mismos.

Avui, Palinuro a Tàrrega

Avui a dos quarts de nou (hehehehe, és per despistar) del vespre, serem al Teatre Ateneu de Tàrrega per parlar d'Europa i de com Catalunya hi forma part mentre España no está ni se la espera (ho poso en castellà perquè no sé escriure en català una frase tan històrica). Serà una entrevista/xerrada amb Lourdes Cardona, directora de Nova Tàrrega. 

Hi, Lourdes: tots hem d'aprendre el camins d'Europa, que son camíns de llibertat. Potser cal recorrer-los algun dia, com ja han fet els nostres representants.

Europa es el veritable hinterland de Catalunya i no España que l'ha mantingut segrestada durant tants anys, unida per força a un destí sinistre de repressió, assimilació i genocidi cultural. Europa és terra de tolerància, democràcia y respect pels drets dels pobles; España, es el contrari. Ara, quan es preveu una separació entre Espanya i Catalunya, esta recuperarà el lloc que sempre li va correspondre. Està per veure que Espanya maniobri per excloure Catalunya de la UE i està per veure que ho aconsegueixi. És el proper repte.

Ens veiem a les 20:00 a Tàrrega..


Avui a Girona, per la llibertat dels presos/preses politiques

Enfront de l'edifici de la Generalitat, a Girona, a les 12:00. Exigirem l'alliberament dels nostres representants empresonats i exiliats contra tota raó i justicia, ostatges del franquisme recolzat pel PSOE, tot i que la justícia alemanya ha sentenciat que no hi ha causa d'extradició pels delictes de rebel·lió i sedició i, encara més, que no hi ha tals delictes. Exigirem també que es processi als responsables polítics i judicials d'aquest atropellament i que es compensi als innocents que han patit aquesta injustícia.

Fins a les 12:00

dijous, 12 de juliol del 2018

Demà a Girona, per la llibertat dels presos i preses politiques

Enfront de l'edifici de la Generalitat, a Girona, a les 12:00. Exigirem l'alliberament dels nostres representants empresonats i exiliats contra tota raó i justicia, ostatges del franquisme recolzat pel PSOE, tot i que la justícia alemanya ha sentenciat que no hi ha causa d'extradició pels delictes de rebel·lió i sedició i, encara més, que no hi ha tals delictes. Exigirem també que es processi als responsables polítics i judicials d'aquest atropellament i que es compensi als innocents que han patit aquesta injustícia.

Fins a demà.

El resultado de la entrevista Sánchez/Torra

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado Nada que perder. Los balances del encuentro han sido muy variados y, según los intereses de cada analista, positivos, negativos o ni fu ni fa ni fa ni fu. Palinuro sostiene que fue una victoria del independentismo; de Torra, desde luego, pero sobre todo del independentismo. Llega mi amigo el piloto a esa conclusión aplicando al análisis un modelo de juego de dos jugadores y suma no cero. Es muy simple. Dos jugadores: A) Torra y B) Sánchez. Dos opciones idénticas cada jugador: A) (Torra): 1) Ceder. 2) No ceder. B) (Sánchez): 1) Ceder. 2) No ceder. Asumimos que los/las lectoras saben de qué se habla al ceder/no ceder, esto es, referéndum pactado y presos políticos con todos los matices.

El juego se formaliza en cuadro de doble entrada con cuatro casillas que nos dan la clave de los resultados:

I.- A1/B1 (ambos ceden): era y es el sueño del gobierno español y su aparato de propaganda. Lo llaman "distensión", diáalogo, etc, pero no se ha dado. Ninguno ha cedido.

II.- A1/B2 (Torra cede y Sánchez no): es la crítica del independentismo radical a Torra, acusado de vuelta al autonomismo, pero que tampoco se ha dado. Torra no ha cedido.

III.- A2/B1 (Torra no cede y Sánchez, sí): es la crítica de la extrema derecha española y de PP, C's, acussando a Sánchez de "bajarse los pantalones". Tampoco se ha dado. Sánchez no ha cedido.

IV.- A2/B2 (ninguno cede). Es la que se ha dado. Pero un estudio en profundidad de este resultado demuestra que la parte ganadora y con mucho ha sido el independentismo. De eso va el artículo de elMón.cat, cuyo texto castellano sigue:


Nada que perder

Esta es la expresión que resume mejor el resultado de la entrevista de Sánchez y Torra. Aunque sea dudoso que Sánchez la entienda en todo su alcance porque es persona cargada de prejuicios, limitaciones y bambolla típicamente hispánica. ¿Acaso el Sánchez que propone ahora mucho diálogo y entendimiento con Catalunya no es el que llamaba Le Pen a Torra y quería reformar el Código Penal para convertir en delito la ideología independentista? Muy probablemente cree que el MHP habla de sí mismo, de su experiencia y ciclo vital, lo cual es verdad; pero no es toda la verdad.

Y ni esa media verdad está en situación de entender, tal es la diferencia entre la política catalana y la española. Torra le dijo que no tenía nada que perder, dándole a entender que está dispuesto a ir a la cárcel por sus ideas. Esto es definitivo porque, como ya han demostrado los dirigentes independentistas, harán frente a la represión de todo tipo: las confiscaciones arbitrarias, las proscripciones, la brutalidad policial, los políticos tramposos, la guerra sucia, los jueces comisarios prevaricadores. Es la pieza clave del éxito: nadie flaquea en el movimiento. Nadie se arredra. La unidad se mantiene y no hay manera de romperla acumulando barbaridades inhumanas al estilo del juez Llanera, quien deberá responder de sus actos en su momento.

El universo dictatorial y carcelario, pieza esencial de todo gobierno de la derecha franquista en España ha fracasado. Ahora lo administra el PSOE que confía en que sirva si se cambia el talante y se sonríe algo más, pero se mantiene la misma actitud intransigente, irracional e injusta de negar sus derechos a los catalanes.

Pero es que Torra no fue a ver a Sánchez a título personal. No hallo nada en Sánchez que pueda interesar a un hombre de la categoría del MHP. Fue a verlo como presidente de la Generalitat, como presidente de Catalunya y, como presidente de Catalunya, esa expresión de “no tener nada que perder” tiene mucho significado, aunque Sánchez sea incapaz de entenderla.

Es Catalunya la que no tiene nada que perder y mucho que ganar. Póngase en términos simples de teoría de juegos. La reunión de La Moncloa ha clarificado las opciones: Catalunya quiere la liberación de los presos políticos y el derecho de autodeterminación. El Estado español se opone. Si Catalunya implementa su República independiente y rompe de una vez con la monarquía española, haciendo valer el mandato del 1-O, del 27-O y la voluntad de más de dos millones de ciudadanos, como corresponde hacer ¿cuál será la respuesta del Estado español?

La respuesta posible comprende una gama que va desde la muy improbable aceptación de la decisión catalana hasta un incremento de la represión, con ocupación militar (la Guardia Civil es un instituto militar), intervención y anulación de la autonomía catalana y encarcelamiento o exilio del gobierno de Torra. En realidad, esta última opción es tan improbable como la primera o más.

El Estado español no puede dejar marchar sin más a Catalunya porque sería su ruina. Pero tampoco puede reprimirla como solía, para desconsuelo de la oligarquía nacional-católica y sus siervos de la seudoizquierda española, PSOE y Podemos. Europa no tolerará la ocupación militar de Catalunya ni un segundo gobierno de la Generalitat en la cárcel, por más que Borrell I “el desinfectador” trate de lavar el cerebro a las instancias europeas.

Es Catalunya quien no tiene nada que perder cumpliendo el mandato del 1-O pues, en el fondo, no siendo independiente, nada posee. En cambio, tiene un mundo que ganar con la independencia.

Eso es lo que Torra ha tratado de trasmitir sutilmente a Sánchez que, por supuesto, no lo entiende porque entre los dos, como entre sus dos países -de los que son trasuntos- las diferencias son abismales. Torra, como las otras dirigentes independentistas, son gentes de convicciones y principios; Sánchez es un hombre de conveniencias y lugares comunes. Aquellos están dispuestos a ir a la cárcel y al exilio por sus ideas; Sánchez no. Y lo más importante: el proyecto republicano independentista es mayoritario en Catalunya en donde más de dos millones de ciudadanos fueron a votar independencia arrostrando la vandálica represión de las fuerzas franquistas, mandadas por corruptos y criminales. Y, con ello, rompieron con España. En el Estado español algo así es impensable. A la manifestaciones españolistas de Barcelona van unas docenas de fachas de autobús y bocadillo a hacer compañía a Iceta y Borrell y, en una consulta republicana en Vallecas vota el 4,8% del censo.

Está todo dicho.

Demà, Palinuro a Tàrrega

Demà a dos quarts de nou (hehehehe, és per despistar), serem al Teatre Ateneu de Tàrrega per parlar d'Europa i de com Catalunya hi forma part mentre España no está ni se la espera (ho poso en castellà perquè no sé escriure en català una frase tan històrica). Serà una entrevista/xerrada amb Lourdes Cardona, directora de Nova Tàrrega. 

Hi, Lourdes: tots hem d'aprendre el camins d'Europa, que son camíns de llibertat. Potser cal recorrer-los algun dia, com ja han fet els nostres representants.

Europa es el veritable hinterland de Catalunya i no España que l'ha mantingut segrestada durant tants anys, unida per força a un destí sinistre de repressió, assimilació i genocidi cultural. Europa és terra de tolerància, democràcia y respect pels drets dels pobles; España, es el contrari. Ara, quan es preveu una separació entre Espanya i Catalunya, esta recuperarà el lloc que sempre li va correspondre. Està per veure que Espanya maniobri per excloure Catalunya de la UE i està per veure que ho aconsegueixi. És el proper repte.

Ens veiem demà a Tàrrega..


dimecres, 11 de juliol del 2018

Puigdemont el rebelde

El mismo juez que retrasa 24 horas la suspensión de cargo electo para no interferir en las conversaciones políticas entre Sánchez y Torra es incapaz de ver que, declarando en rebeldía a Carles Puigdemont, en realidad, pone en rebeldía a la mayoría del pueblo catalán, que votó por aquel, en definitiva, a la propia Catalunya. Su sensibilidad política está en sintonía con el gobierno y solo con el gobierno. El pueblo catalán es una ficción y, ahora, una ficción rebelde.

La declaración de rebeldía de Puigdemont viene bien al juez porque es lo que más se aproxima a ese delito de rebelión que se ha inventado y no consigue probar por falta del elemento constitutivo esencial, la violencia. Y, ciertamente, si rebelde es Puigdemont, rebelde es la mayoría que lo ha votado. Es más, la rebelión consiste precisamente en esa votación. Un rebelde, al fin y al cabo, es uno que se ha rebelado; o sea, que se ha alzado o intentado alzar violentamente, que ha cometido o intentado cometer el delito de rebelión. De forma que, como dijimos unos posts más atrás, la instrucción no estará acabada en tanto no se procese asimismo a los dos millones trescientos mil votantes de los que, por lo demás, consta nombre, apellidos y domicilio. 

Vaya por donde vaya esta lamentabilísima causa, burla de todos los procedimientos judiciales imaginables, acaba siempre en una situación insostenible y ridícula. Si votar es un delito, los votantes son delincuentes. Preparen campos de concentración. Es ridículo, ¿verdad? Pues más lo es que el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Lesmes, pida explícitamente al gobierno de Sánchez que defienda al juez Llarena ante la justicia belga para "salvar la integridad de la acción del Estado" y porque la demanda no es civil, sino que afecta a "decisiones soberanas" del Estado español. ¿Suena? ¿Es preciso seguir? Los jueces españoles piden al gobierno que interfiera en la acción de la justicia belga en función de razonamientos puramente políticos,  invocando la razón de Estado del ambiguo jesuita Botero, quien reconocía que no era sino "razón de intereses". Cuando los jueces anteponen los intereses de Estado a la justicia faltan a su vocación y, si, como es el caso ahora, no consiguen su objetivo, vuelven a quedar en ridículo.

Estos son los que dicen que no hay presos ni exiliados políticos, que son políticos presos. O sea, como Zaplana, Matas (de quien nunca sé si está fuera o dentro), Urdangarin, etc. Llamar con el mismo nombre a esta gente y a quienes están en prisión por sus convicciones es una desvergüenza.

Falta por conocer la sentencia del tribunal de Schleswig-Holstein sobre la extradición de Puigdemont, el rebelde. Hasta ese momento, que está al caer, será bueno contener la impaciencia y no debatir opciones sin fundamento. Aunque se espera una negativa a la extradición, no se debe ignorar la inseguridad de la fortuna en las cosas humanas. Algo sí está claro: sea cual sea la decisión, la estrategia independentista no variará; pero sí lo hará necesariamente y mucho la táctica, según que Puigdemont sea detenido para extraditar o puesto en libertad. Entre tanto, cada cual afine su táctica para ponerla en práctica apenas se pronuncie la justicia alemana.

Porque de eso se trata, de implementar la República catalana según mandato del 1º y el 27 de octubre de 2017. De la asimétrica y muy previsible reunión de Sánchez y Torra no salió nada ni podía salir. El Estado no negocia porque no tiene nada que negociar y porque cree que, si hace un referéndum, lo pierde; cosa bastante probable. No tiene margen de maniobra y está a la defensiva. Su única esperanza es que su adversario se divida y fracase; no ganarlo ni imponerse a él. Sabe que no puede ganar; esspera que el otro pierda. 

Por su lado, Torra mantiene el compromiso del mandato del 1-0 y conserva la iniciativa política. Conservada expresamente la unidad de acción, el margen de esta es muy amplio, pero a costes variados. Tal será el cálculo que sea preciso hacer al decidirse por una u otra opción: el coste. A la vista del que los políticos están soportando y el que los votantes han arrostrado, el umbral del coste es muy alto. Tanto que el Estado español quizá no pueda infligirlo.

Llegados aquí, un país declarado en rebeldía por un juez debe culminarla y, como Napoleón ante Pío VII, coronarse a sí mismo con la independencia, como pueblo libre. 

Nada ilumina más el paso de la historia que los pueblos rebeldes.

dimarts, 10 de juliol del 2018

Escenificación de un desencuentro

El mundillo oficial español se regocija del encuentro y hasta hay quien habla de "deshielo". Era tan bajo el nivel a que habíamos caído que el solo hecho de dialogar, de hablar durante dos horas y media, se considera un triunfo digno de una apoteosis. Hablar entre ellas, lo que hace a las personas ciudadanas, pues, para negarse a hacerlo, es preciso ser bestias o dioses, según Aristóteles. 

Salvadas las alharacas, el contenido de la prolongada reunión es más bien flaco. Grandes nombres, comisiones bilaterales de esto y aquello, paralizadas desde el comienzo de la plaga de M. Rajoy, para negociar transferencias, competencias y otras esencias. Es el concepto de negociación política de Sánchez. Añade, como gesto de buena voluntad la retirada de la batería de recursos del PP contra las leyes sociales de la Generalitat, detenidas, paralizadas, anuladas, suspendidas o desmochadas, según procediera.

Y prou. ¿Autoderminación? No me suena. ¿Presos políticos? No me constan.

Y hasta septiembre. 

Torra, a su vez, cual previsto, pidió la liberación de los presos políticos. Se presentó con el lazo amarillo. Y también pidió un referéndum pactado de autodeterminación. La conocida respuesta es que no cabe en la Constitución. Traducido al román paladino: que no por que no. Es decir, lo que ambos mandatarios escenificaron a la postre fue un desencuentro entre personas civilizadas. No se enfrentaron con violencia ni el uno hizo arrestar al otro y lo envió cargado de cadenas ante el juez Llarena, Némesis de la Justicia. Pero no se pusieron de acuerdo en nada; ni siquiera en ponerse de acuerdo.

Ambos interlocutores salieron como habían entrado y ahora ya saben los dos de primera mano cuáles son las intenciones del otro. El gobierno español mantiene una actitud de cerrado "no" heredada del PP y, al renunciar a hacer una propuesta alternativa, se sitúa en una posición defensiva, en reacción a lo que el independentismo pueda hacer. Desde el momento en que Torra declara no cejar en sus propósitos del 1-0 y 27-0 así como las elecciones de 21 de diciembre está claro que conserva la iniciativa política y lo más probable es que la ejerza en breve.

La iniciativa política da mucha ventaja y ahora se abre un periodo de debate sobre qué forma puede tomar. Ya hay sectores independentistas que recogen el guante de septiembre y lo fijan en la Diada. Una Diada que trascienda todo y sea una inauguración del "nou Estat d'Europa". Pero otros sectores creen que esperar hasta septiembre es aceptar implícitamente el marco autonomista y que es preciso pasar a la implementación de la República, como diría Lluís Llach, de una puta vegada. Parece que es lo que piden también los CDR

¿Hasta dónde puede llegar esa iniciativa? Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, dice que, si se implementa la República, tendremos las llaves de las celda de los presos. Una verdad como un templo pero, como todos los templos, puede caernos sobre la cabeza.  Una vez se conozca la sentencia del tribunal de Schleswig-Holstein, habrá mayor base de juicio para aventurar tácticas de implementación porque la presidencia de la República en el exilio mantiene un perfil bajo a causa de la situación judicial. 

dilluns, 9 de juliol del 2018

Teoría de Catalunya

En los Cuadernos de la cárcel, de Antonio Gramsci, en el 7º, nota 6, de la edición de Einaudi se encuentra una célebre observación que ha hecho correr ríos de tinta en la exégesis marxiana: "En Oriente, el Estado era todo. La sociedad civil era primitiva y gelatinosa. En Occidente se daba un equilibrio entre el Estado y la sociedad civil y, en el temblor del Estado se observaba de pronto una estructura robusta de la sociedad civil. El Estado solo era una trinchera avanzada tras de la cual había una robusta cadena de fortalezas y cuarteles." Innecesario decir que, a lo largo de esos Cuadernos, escritos en tan difíciles condiciones, se encuentran otras numerosas anotaciones, citas, observaciones que matizan la anterior cuando no lo contradicen. Una razón de más para que la resurrección de la dicotomía Estado-sociedad civil, que procedía de los economistas clásicos y la ilustración escocesa, abriera un horizonte de controversias en el campo del marxismo empezando por Marx en su Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel", que llega a hoy.

Nada raro. La disyuntiva Estado-sociedad civil es el meollo de la teoría gramsciana de la hegemonía, acertado giro con que el filósofo sardo consiguió aunar el espíritu revolucionario del marxismo con la práctica reformista y hasta fabiana de las sociedades capitalistas desarrolladas. Esta doctrina, que fue muy seguida en la segunda mitad del XX acabó convertida en un huero lugar común a partir de 1989 con el hundimiento de los países comunistas. En nuestro tiempo aun la emplea Podemos en un alarde de desconocimiento de sus raíces. Van a buscarlas en algunos países subdesarrollados y cambian así la China o la India por lugares como Bolivia y Venezuela, aunque el enunciado de Gramsci es un sutil quiebro a la espinosa cuestión del modo de producción asiático (el "Oriente" gramsciano), por cuanto, a estos efectos, tan "asiático" es el imperio chino como el inca en América. A este disparate se llega precisamente, al ignorar la importancia de la citada relación Estado-sociedad civil.

En realidad, Gramsci quería actualizar la dicotomía. En los cuadernos hay frecuentes referencias a Hegel y al hecho de que este hubiera contrapuesto su concepción de la eticidad del Estado a la liberal del "Estado gendarme". Una idea que el autor de los Cuadernos recogería en su postulado de un "Estado integral" o "Estado alargado", con el que daba cuenta del creciente intervencionismo estatal en los años 30 del siglo XX, con los totalitarismos y el New Deal. Prolongaba así la crítica marxista a Hegel. La fuerza de transformaación estaba en la sociedad civil en occidente Y de aquí saliéron polémicas como la de Poulantzas y Milliband sobre si la sociedad era capitalista o el capitalista era el Estado.

Marx acababa fusionando ambos términos y lo mismo hizo Gramsci. Su "Estado integral" es la suma de la sociedad política y la civil. La teoría pareció encontrar su triunfo cuando en 1989, las sociedades civiles que se habían desarrollado en los países comunistas en contra del Estado a través de movilizaciones ilegales y clandestinas se rebelaban contra la dominación totalitaria y destruían unos regímenes dictatoriales. Pero en su triunfo, la teoría encontró su fracaso pues no parece que aquellas sociedades civiles, capaces de derribar regímenes despóticos hayan podido luego poner en pie sistemas democráticos aceptables.

A pesar del interés de la teoría, no he hallado casos concretos en que se haya aplicado al caso de Catalunya y, sin embargo, parece pensada para explicarlo. Sabido es por la historia que Castilla, tras unificar y mantener por la fuerza en diversos momentos la unidad de un país al que llamó España, convertida en gigantesca cabeza de un desmedrado imperio, acabó configurando el ejemplo típico del modo de producción asiático o "despotismo oriental" que está en la base de la teoría gramsciana, esto es, una sociedad civil subdesarrollada, miserable, inexistente y un Estado hipertrófico que consumía los escasos recursos colectivos.  


Ese mismo modelo se trasladó a la periferia, a Catalunya, los països catalans, Euskadi y Galicia: estado parásito que saqueaba los recursos sociales y económicos pero con una variante. Aunque en Castilla el Estado “español” saqueaba, la población esquilmada seguía viéndolo como algo suyo pues el Estado llamado “español” ha sido casi siempre mayoritariamente monopolio de los castellanos. Todas las familias castellanas querían que sus hijos vivieran de lo público, que fueran funcionarios, militares o curas, todos ellos mantenidos por los contribuyentes. Nada de dejar entrar a periféricos, sobre todo, vascos y catalanes. Un Estado parásito anula toda posibilidad de florecimiento e innovación de una sociedad civil abrumada por las gabelas, sin iniciativa y que, además, comparte el ideal estatolátrico de sus retoños.

Frente a Castilla, las zonas periféricas, especialmente Catalunya se vieron obligadas a desarrollarse y crecer al margen del Estado. Es notorio que lo que no se dio en España, una revolución industrial, comercial, burguesa, sí se dió en Euskadi y, más profunda y ampliamente, en Cataluña. Fue aquí en donde, por pura fuerza de supervivencia, se produjo una acumulación primitiva de capital y un desarrollo de la burguesía ya desde fines del XVIII que acabó originando una robusta sociedad civil no solo al margen del Estado sino, en muchas ocasiones en contra de él. En Catalunya el Estado español no existía más que para parasitar y esquilmar recursos. Pero sí nació, creció y acabó imponiéndose una robusta sociedad civil, ágil, empreendedora, distribuida por todo el país y muy coordinada. 

Una sociedad civil que, a diferencia de las de los antiguos países comunistas, no solo será capaz de poner fin al Estado español esquilmador, sino también de construir luego una república democrática, próspera, abierta. Y aquí reside el principal problema de ese Estado español, dominado por una oligarquia castellana, nacional católica, parásita y esquilmadora. Y bastante inepta. Un Estado que no ha dudado nunca en recurrir a los medios más atroces para someter a los catalanes y asimilarlos a los castellanos a base de tratar de exterminar su lengua y cultura y prohibir sus instituciones. Y que jamás lo ha conseguido. 

Y menos que lo conseguirá ahora cuando ya está clara la situación: Catalunya lucha por su independencia de este Estado español fallido y despótico que ya no puede responder con el mismo grado de violencia y crueldad con que lo hizo en el pasado, dadas las circunstancias europeas.

Un Estado que, además, es incapaz de comprender lo que tiene enfrente, incapaz de ver que se trata de una revolución apoyada por una sociedad muy desarrollada, interclasista y transversal. Un Estado tan obtuso como los jueces franquistas de que se sirve para contener su hundimiento y que cree que su adversario no es todo un pueblo movilizado, sino un grupo de políticos a los que se puede reprimir, amenazar, encarcelar en la vana esperanza de extirpar el movimiento social que encabezan. 

Por esta profunda incapacidad para entender al otro perdió España su imperio. Y sigue haciéndolo ahora. Sánchez no es mejor que la recua de gobernantes nacional-españoles mesetarios que le han precedido. Por reaccionarios y carcundas que fueran.

La independencia de Cataluña será una realidad más pronto que tarde debido a la robustez de la sociedad civil catalana (la real, no la fake de la SCC) y el carácter gelatinoso del Estado español. Porque España es un caso acabado de despotismo oriental, aunque sea parte de Occidente.