divendres, 16 de febrer del 2018

Formación del Espíritu Nacional

Está claro lo que espera a los indepes si vacilan, si se dividen, si ceden, si fracasan en su empeño. La Formación del Espíritu Nacional (FEN) aggiornata en FEN de la FAES. 

No es algo que surja de pronto, en la oscuridad, sin avisar, como el ataque del hombre lobo. Hace años que las huestes franquistas están en la reconquista de Catalunya. Lo anunció Fraga, al avisar de que para ello estaba él dispuesto a coger d nuevo el fusil. Y lo pusieron en práctica sus gentes cuando presentaron el recurso contra el Estatut de 2006. Los dos peperos que lo registraron fueron el inefable Trillo del Yak 42 y los negocios de asesoría oral y la por entonces brillante promesa y posterior oscura realidad, Sáenz de Santamaría. El recurso que permitió al TC desnacionalizar Catalunya como el que decreta un anatema.

En su lucha anticatalana, el PP puso en marcha una iniciativa legislativa para pedir un referéndum sobre el Estatuto con el que consiguió cuatro millones de firmas (écheme aquí una firmita contra los catalanes) que llevó al Congreso aun sabiendo que era improcedente porque esa iniciativa no actúa con leyes orgánicas. De lo que se trataba era de debilitar al gobierno de Zapatero y capitalizar electoralmente la catalanofobia, alentándola, o sea, provocando una crisis de la unidad que decía defender.

Apenas comenzado su mandato en 2011, el entonces ministro de Educación ya anunció su propósito de españolizar a los niños catalanes. Al mismo tiempo suprimía la educación para la ciudadanía por considerarla adoctrinamiento y devolvía la religión al currículum educativo pues, como bien se sabe, la religión no adoctrina. Un ministro torero intensamente español que considera las corridas "patrimonio cultural". Cosa que acaba de reafirmar la misma Corona al conceder el premio nacional de cultura a un torero.

Las intenciones estaban claras desde el principio: destruir la singularidad cultural catalana; suprimir la nación catalana de hecho como de derecho lo hiciera el TC. La aplicación del 155, que consagra la dictadura, permite llevar a la práctica las intenciones. M punto Rajoy lo anunció hace unos días con la misma descarada contundencia con que acaba de avisar a la gente que se pague las pensiones y la educación porque su gobierno no ha dejado o no piensa dejar nada de ellas. El 155, aseguraba el señor de los sobresueldos, le da mano libre para intervenir TV3 y la escuela catalana.

Los medios y la educación. Lo tienen muy claro. Hay por ahí un vídeo alucinante de un programa de alguna tv española en el que Cospedal dice a Inda que TV3 es un aparato de propaganda del independentismo y corresponde cerrarla. Lo dice la Cospedal que tenía Tv de Castilla La Mancha directamente a sus órdenes y se lo dice a Inda que, en fin... Y está claro: quieren cerrarla. Ya impidieron en su día que se viera en Valencia. Ahora no quieren que se vea en parte alguna.

Y de la escuela no hace falta hablar. Con el cuento del castellano amenazado pretenden destripar la inmersión lingüística. Son canallas, pero no tontos. Van por los medios y la escuela porque saben que son el crisol de la formación de opinión a corto y largo plazo, en donde quieren entrar a saco para dividir, encizañar e imponer su ideario nacionalcatólico. 

En cuanto a los contenidos, tampoco es problema. La misma Cospedal alienta el plan del gobierno de añadir a la religión ahora otra materia de "defensa nacional", de glorificación de las fuerzas armadas, los senderos imperiales y la sublime maravilla de la Corona borbónica. Catalunya no será olvidada en esta Requeteformación del Espíritu Nacional que reconocerá las peculiaridades vernáculas de esta sana diversidad regional española. 

Las dos vías de ataque (los medios y la escuela) apuntan al corazón de la nación catalana: la lengua. La cosa es a vida o muerte. La República Catalana solo puede defenderse mediante decisiones soberanas sostenidas por tres elementos imprescindibles: la unidad de las fuerzas políticas, el apoyo de las organizaciones sociales y la firme voluntad de las instituciones de implementar el mandato formulado el 1º de octubre de 2017, aceptado el 10 del mismo mes y proclamado el 21. Si falla alguna de ellas la República Catalana se desvanecerá en el aire, dejando un vacío mortal en el corazón de varias generaciones.

Puede preguntarse qué diantres tiene en la cabeza la izquierda española para asistir a este autoritario intento de aniquilar una nación no solo política sino culturalmente sin mover un dedo o, incluso, colaborando activamente con él. Por preguntar que no quede. Pero no se espere una respuesta. Ni falta que hace. Los indepes no cuentan más que con su propio pueblo y la simpatía que su lucha movilice en el extranjero.

És el moment dels defensors de la terra i de la llengua.  


dijous, 15 de febrer del 2018

El espiritu del mal

Entre otras pruebas y papeles en que el juez Llanera basa sus pesquisas, dispone de un informe de la Guardia Civil sobre un documento requisado en un registro del domicilio de un cargo de la Generalitat independentista, que se titula Enfocats. No es un documento oficial y más parece uno de trabajo de los indepes. No obstante, sirve para que la Benemérita emita un informe de 176 páginas concebido como una novela de John Le Carré. Son émulos de aquel fiscal (q.e.p.d.) que titulaba sus escritos jurídicos de galana manera con un Más dura será la caída. Pero se les ha escapado comentar el título de Enfocats, que suena un poco a programa de tv.

En este caso, el informe/novela en manos del juez es casi un spoiler: desde el principio se revela el nombre del villano, del cerebro en la sombra, el genio que quiere dominar el mundo, Fú-Manchú y Dr. No juntos: Jaume Roures, el terrible Mefistófeles que empuja a los puñados de infelices Faustos y Margaritas a la aventura secesionista por los medios más vituperables, Señoría. 

¿Cuáles? Ir a integrarse en un "comité ejecutivo" por la independencia en condición de experto en comunicación; habilitar un centro de prensa para el seguimiento de resultados en el 1ºO; producir un vídeo sobre esa jornada del 1.O emitido por TV3. Lo que se defendía con todo ello eran las ventajas de un Estado propio.

Es decir, Jaume Roures es investigado y de antemano cargado vía fábula de la Guardia Civil con la función de ser el Masterchef del "secesionismo" por unas actividades civiles y mercantiles perfectamente lícitas y al alcance de cualquier ciudadano, sobre todo si sabe de comunicación. 

Es decir, quieren empapelar a Roures por poner en práctica sus ideas con medios legales y pacíficos. Cuando menos, quieren censurarlo.

La conspiración judeo-masónica, el oro de Moscú, la leyenda negra están al caer. 

Ras i curt: Boya

Vaya inyección de moral en vena al independentismo la declaración de Boya que Palinuro celebraba ayer por adelantado (Mireia Boya). De pronto, los negros poderes del Estado han retrocedido al ver, a la luz de la antorcha de Mireia, el abismo en el que están precipitándose. Porque detrás de esta Mireia, hay más Mireias. Y cada vez, más. Este ataque en todos los frentes a la conciencia nacional, la dignidad de Catalunya, encenderá más y ampliará el fuego de las movilizaciones. Rajoy con el 155 y el PSOE en el remolque sienta ya plaza de dictador a usanza turca por Europa. Los hiperactivos e ideológicamente motivados jueces están atacando el principio de representación democrática en todos los niveles. Los medios, convertidos en correos del gobierno, siembran cuanta cizaña pueden. Los de C's, con sus ataques a la lengua y la cultura catalanas ganarán las elecciones en España, pero no en Catalunya. La represión no funciona; no puede funcionar. No es posible gobernar un territorio en contra de la voluntad de la mitad de la población, o más, salvo recurriendo a la dictadura declarada ; latente, ya está. 

La declaración de Boya ha sido un torpedo en la línea de flotación del acorazado Supremo porque ha desmontado la pieza esencial de su ataque. Boya ha confesado  abiertamente sus intenciones independentistas, su no acatamiento a la Constitución y ha recordado que hasta el juez Llanera era partidario de la "solución política" en Catalunya no ha mucho. Su acción ha excluido la violencia. Y está en la calle, sin medidas cautelares. Ahora explíquese qué hacen en la cárcel los dos Jordis, Junqueras y Forn por exactamente el mismo comportamiento e idéntica finalidad, incluso menos, dado que el juez forzó retractaciones en algunos de ellos dando a entender que podría liberarlos sin hacerlo finalmente. Jurídicamente esto es inadmisible. Moralmente, deplorable. Políticamente, insostenible.

Es posible que hasta estos jueces lo entiendan: no acatar la Constitución no es delito; el independentismo tampoco es delito; como no lo es propugnar estos fines (no acatamiento e independencia) por cualesquiera medios al alcance de la libertad de expresión siempre que no haya violencia. Prohibir alguna de estas manifestaciones no violentas es prohibir los fines; prohibir los fines es prohibir la libertad de expresión; prohibir la libertad de expresión es prohibir las convicciones. O sea, resulta que el independentismo sí es un delito, porque lo dicen los jueces. No se puede ser independentista.

Los catalanes no pueden ser independentistas.
Los catalanes no pueden ser.
Los catalanes no pueden.

¡Alto ahí!, dice Boya, ¡Claro que podemos!
Y lo demuestra.

dimecres, 14 de febrer del 2018

Mireia Boya

En la era de la "democracia mediática" reina la convicción de que, a través del agenda setting y otros paradigmas de la comunicación, los medios ocultan, tergiversan la realidad, la manipulan al servicio de la clase o banda dominante. Y siempre desde el mismo supuesto: quien se opone al orden constituido, interpretado por el gobierno es un loco, un corrupto (sic) o un delincuente, desde rebelde a terrorista, según el libre parecer de los jueces.

Paradójicamente, una de las teorías que la derecha suele esgrimir para justificar las políticas reaccionarias anticrisis, consistentes en enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres (el llamado "efecto Mateo") es la del "goteo" (trickle down), según la cual, del enriquecimiento de los ricos rebosa siempre algo que cae para beneficio de los pobres. Teoría tan nueva que ya está en los evangelios, en la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. Con los medios sucede lo mismo. La interpretación mediática hegemónica es delirantemente maniquea: el orden es justo e inmaculado (lo llaman contra toda evidencia "Estado de derecho") y quienes a él se oponen son delincuentes movidos por las más repugnantes ambiciones. Es de risa ver a los sabuesos de Hacienda preguntando con qué dineros se han pagado unas esteladas colgadas en el balcón municipal. La misma Hacienda que amnistía a los defraudadores y no publica sus identidades.

Trickle down. Es imposible evitar el impacto mediático de un caso como el de Mireia Boya que destruye de golpe toda la estrategia narrativa del B155 y de los medios. ¿Repugnantes ambiciones? ¿Junqueras y sus compañeros? ¿Mas y las suyas? ¿Puigdemont y las suyas? Para tragarse tanta villanía interpretativa (que si Puigdemont alquila un palacete, que si las instituciones pagan los gastos y fastos de la independencia, que si fulano cobraba esto o mengana aquello) hacen falta las tragaderas de Gargantúa. Ya para tragarse que la motivación de Boya se encaja en alguna de esas figuras delictivas hacen falta las de Gargantúa y Pantagruel juntas.

Léanse las declaraciones de Boya en vísperas de la comparecencia y dígase si no se resumen en lo siguiente: "Yo no he cometido delito alguno. No hay violencia. Se me condena por mis ideas independentistas. Si voy a la cárcel será una condena injusta y yo, la víctima de un delito. De la cárcel me sacará la República Catalana." Lo último es una apostilla política de mi cosecha pero que traduce bastante bien la consecuencia de la actitud de Boya porque es esta, precisamente, la que materializa la República Catalana. No es una declaración. Es una profecía. Hecha en virtud de algo que los villanos mediáticos ni huelen. 

Mireia Boya es un símbolo que eleva un grado más la intensidad de este conflicto. Con 900 causas pendientes en toda Catalunya y las que los jueces vayan aflorando en sus actividades particulares, además de un símbolo, es un faro, que orienta la acción de quienes vienen detrás, igual que Boya viene detrás de los Junqueras y estos de los Jordis. ¿Cuándo entenderán que esto no es cosa de policías antidisturbios, ni de espías de pacotilla, ni de jueces comisarios, ni de diplomáticos camaleónicos? ¿Cuándo se darán cuenta de que es una revolución cívica, sostenida por una amplia base social, institucional y hasta económica? Dan risa las cuitas de los medios gubernamentales (todos) por profetizar la ruina económica al territorio que acaban de declarar los inversores internacionales como el más interesante para invertir. 

No le hacía falta al movimiento indepe, pero Mireia Boya ha confirmado de modo aplastante su impulso moral. Y ha abierto de par en par las puertas a su triunfo. La manera segura de destruir este proceso político es demostrar que lo es. 

La Constitución no exige su acatamiento a los ciudadanos a los que, sin embargo, protege protegiendo, entre otras, su libertad de expresión. Cualquiera puede expresar desacato a la Constitución y propugnarlo, siempre que no lo haga por medios violentos. Si, no habiendo violencia, se condena a alguien, se le/la condena por no acatar la Constitución. Y eso es injusto. Y delictivo. E inútil, porque habría que procesar a todos los independes, a los republicanos, a los monárquicos de otras familias, a los ácratas, a todos quienes propugnen pacíficamente cambios que no gusten a los jueces y a los gobernantes en nefanda coyunda. 

La dictadura española contra la democracia catalana

Mi artículo de elMón.cat de hoy, así titulado, La dictadura espanyola y la democràcia catalana. La putrefacción del absurdo régimen español puesto en pie durante la transición es hoy evidente a los ojos de todo el mundo. Lo que ha pasado será objeto de numerosos estudios de historia. Cómo un régimen dotado de una Constitución hecha por sesudos legistas, que contaba con un apoyo social multitudinario y las simpatías del exterior, se ha convertido en una sórdida dictadura unipersonal de un indeseable al frente de una banda de ladrones dedicada a saquear el país. Una organización que empezó beneficiando al Rey anterior, (cuya fortuna de 1.800.millones de euros nadie ha explicado todavía) y ha seguido hasta el último concejal pepero de pueblo que se llevaba las cucharillas de los banquetes. En medio, todos los dirigentes del PP, empezando por M. Rajoy (a) el Sobresueldos. Cómplice de este expolio a cargo del crimen organizado, de una mafia que se cobra sus venganzas, los partidos de la oposición, especialmente el PSOE que también tiene lo suyo robado en Andalucía a cuenta de los EREs, razón por la cual no solamente no hace oposición sino que apoya activamente a este gobierno corrupto, lo protege e impide que se investiguen sus crímenes.

Así ha sido posible llegar a esta situación insólita en el mundo occidental: un presidente corrupto, unos ministros reprobados que van dando lecciones de ética, un gobierno implicado en todo tipo de ilegalidades y juego sucio contra los adversarios, unos medios de comunicación literalmente a sueldo del gobierno y dedicados a mentir sin pudor alguno y un poder judicial indigno de tal nombre, compuesto por jueces siervos de los caprichos de los políticos que están instruyendo una causa política contra el independentismo y contra los principios elementales de la justicia.

Algún día coseguiremos poner nombre a esta desgracia de sinvergüenzas que ha caído sobre España como una plaga de Egipto: dictadura fascista es poco. Acabaremos consiguiéndolo. Y, por cierto, si lo conseguimos, será gracias a los catalanes porque a miseria moral e intelectual, cobardía, egolatría y estupidez no gana nadie a la izquierda española.

Aquí, el texto del artículo en castellano, un intento de ofrecer un cuadro de conjunto de esta catástrofe de España gobernada por auténticos sinvergüenzas.


La dictadura española y la democracia catalana

El conflicto en marcha sobre la investidura de Carles Puigdemont como legítimo presidente de la Generalitat pone de relieve la muy distinta naturaleza de los contendientes y sus recursos

La condición de España como Estado de derecho nunca ha sido muy clara pero, al día de hoy, es inexistente. Gracias a la aplicación del 155 y circunstancias concomitantes, España es una dictadura, porque dictadura es el régimen que concentra todo el poder en el ejecutivo (y en la voluntad de su jefe o presidente que lo es de una auténtica banda de malhechores), anulando el legislativo y el judicial, que está a sus órdenes. La dictadura se apoya además en un control absoluto de los medios de comunicación, al servicio incondicional de la política del gobierno.

La dictadura goza del apoyo de la oposición. Apoyo activo en el caso del PSOE, convertido en el botones del PP; así como de C’s que es la cara falangista de la derecha oligárquica; y pasivo en el caso de Podemos, cuya fraseología revolucionaria se detiene en el umbral del “todo por la Patria” de los cuarteles de la derecha.

Su método de acción interior es la asfixia económica y la persecución política del adversario. La guerra sucia del ministerio del Interior, la continuas amenazas a los adversarios políticos, las prohibiciones arbitrarias, las manipulaciones de los medios, van a la par con las medidas restrictivas de la Hacienda Pública que, no solo permite y ampara el fraude sistemático de los ricos al erario sino que hurta los dineros propios de la Generalitat catalana para penalizarla económicamente e impedir que sus organismos realicen su función.

En el exterior, la dictadura española se vale igualmente de todos los medios, legales o ilegales, para obstaculizar la acción de la Generalitat. El gobierno presiona bajo cuerda a las autoridades de la UE y las de Bélgica en concreto en contra de la presencia del president Puigdemont en Bruselas, lo persigue diplomáticamente, lo espía ilegalmente y trata de impedir que ejerza la función de que es titular legítimo en conexión con el Parlament que quiere elegirlo. Igualmente malversa ingentes cantidades de dineros públicos en sobornar voluntades exteriores para que no se solidaricen con el independentismo catalán y decir así que este está aislado internacionalmente. El caso más bochornoso, el de las tropas españolas desplegadas en la frontera de Letonia con Rusia y Bielorrusia para silenciar el apoyo letón a Catalunya.

La dictadura española corona su infame acción anticatalana valiéndose de unos jueces a sus órdenes para dar una pátina jurídica a lo que no es más que una persecución política. El independentismo no es un delito, por mucho que los jueces franquistas lo crean. Y tampoco lo son los actos que en su nombre se realicen siempre que no lleven violencia. Es injusto y prevaricador encarcelar independentistas por su ideología y pretender luego fabricar un delito con argucias leguleyas. En España hay representantes democráticos en la cárcel que no están protegidos por ley alguna sino directamente entregados al capricho de un juez de partido que toma las medidas que le da la gana por razones ideológicas. La dictadura española ha suprimido los principios fundamentales del derecho al juez natural, el debido procedimiento, el habeas corpus , la seguridad jurídica, el derecho a la defensa y a no declarar en contra de uno mismo. La judicatura española no solamente está al servicio del poder político sino que lo hace de mil amores y con el espíritu inquisitorial franquista que la caracteriza.

Enfrente, el adversario, la República Catalana, proclamada como resultado legítimo de unas elecciones impuestas por la dictadura y en una inferioridad de condiciones inmoral e ilegal. Los independentistas las ganaron claramente pero la dictadura española se niega reconocer y aplicar los resultados. Con la ayuda del PSOE y C’s, pretende pasar por encima de la voluntad democrática de los catalanes imponiendo la de un partido corrupto y sus ayudantes.

A la diáfana legitimidad de origen de la República Catalana añade esta una escrupulosa legitimidad de ejercicio. A pesar de la persecución política y judicial de la dictadura, todos los pasos de la República Catalana están amparados por la legalidad vigente. No obstante, es claro que siendo dictatorial esta legalidad vigente (que, por cierto, el primero que incumple es el gobierno de la Gürtel) en algún momento será preciso entrar en confrontación con los administradores de la dictadura y sus auxiliares. De hecho y a pesar del exquisito cuidado de las autoridades catalanas así debe de haber sido ya puesto que, en principio por algún motivo ignoto hay personas en la cárcel y en el exilio, aparte de por el hecho de que al juez Llarena el independentismo le parezca un delito. No lo es. Lo que es un delito es considerarlo delito y abusar del poder que la sociedad democrática le otorga para tratarlo como tal.

Las dictaduras se basan en el temor, el miedo, la incertidumbre, la inseguridad acerca de si un comportamiento es o no delito y en el hecho de estar en manos de la arbitrariedad judicial. En consecuencia, la legitimidad de ejercicio se mantendrá aunque sea preciso desobedecer leyes inicuas en atención al mandato democrático y el principio de equidad, ambos por encima de una legalidad de parte tan inicua como inepta,

La República Catalana, que está consolidándose en términos tan conflictivos como injustos cuenta con tres activos para salir adelante: la unidad del bloque independentista, el apoyo exterior y la movilización de la población catalana dispuesta a llegar a la desobediencia civil en apoyo a su dirigentes encarcelados, exiliados o presos. La primera y la tercera, la unidad del bloque independentista y el apoyo masivo de la población son alternativamente causa y efecto del propio movimiento. Este no sobreviviría de fallar alguna de las dos, que son como dos espejos enfrentados: la unidad del bloque refleja la unidad popular que viene movida por aquella.

El apoyo exterior, muy importante de momento a pesar de las actividades de las covachuelas diplomáticas españolas, se irá manifestando más y más abiertamente a medida que el conflicto consiga presentarse como lo que es.

Una lucha entre la dictadura española y la democracia catalana.

dimarts, 13 de febrer del 2018

Aristóteles y la revolución catalana

Aristóteles dedica el libro V de La política al estudio de las revoluciones, sus múltiples causas y manifestaciones que analiza minuciosamente; su distinta naturaleza, según su finalidad. Pero a lo largo de todo el libro yace la idea de que la causa eficiente de las revoluciones es un sentimiento de injusticia, el de no recibir aquello a lo que se cree tener derecho. 

Es tal cual el caso de la revolución catalana, movida en su origen por esa conciencia de injusticia al no recibir aquello a lo que la mayoría de la población cree tener derecho, el derecho a decidir. 

De ahí, de esa injusticia fundacional, han derivado todas las demás, en cadena, a modo de racimo. No se ha permitido a los catalanes hacer nada y, sin embargo, lo han hecho a un coste muy alto por ambas partes en términos simbólicos para el Estado y humanos para los indepes. Estos han conseguido asimismo un gran éxito con la internacionalización del conflicto a causa de las medidas represivas adoptadas en España. 

Pero la prosecución del proceso político contra el independentismo a cargo del Supremo solo intensifica más el sentimiento de injusticia, de maltrato, de falta de garantías democráticas que está en la base de esta revolución. Las continuas citaciones a declarar de una cantidad creciente de representantes democráticos con la amenaza de procesamiento; la expansión de las causas al nivel municipal, la incertidumbre acerca de qué están investigando los jueces y de qué se acusa a los investigados, estan abocados a provocar situaciones crecientes de desobediencia civil y mayor conflicto. 

Este gesto de las autoridades gironinas, ¿qué es sino una muestra más de este espíritu republicano, de desobediencia? Y como este, va a tenerlos el Estado a cientos. En algunos casos podrá recurrirlos; en otros, por ejemplo este, no. Es perfectamente legal cambiar la rotulación de plazas y calles por decisión de los gobiernos locales. Y hay cambios que son señales inequívocas de una dinámica de dos países distintos. El segundo, el que está haciéndose en el curso de esta revolución tan atípica pero tan profunda movida por un sentimiento de injusticia, que tiene también ya sus efemérides, como el 1ºO. Porque es una revolución por los derechos, por la democracia, por la dignidad de las personas. 

Van a tener que encarcelar a media Cataluña o declarar el estado de sitio. O ambas cosas a la vez.

Porque es una revolución al modo aristotélico. La mayoría democrática catalana contra la oligarquía.

La corrala madrileña

¡Ay los madriles! En Valencia, la asociación de presuntos malhechores (de ahora en adelante, PP), iba a lo grande material (Fórmula I, Museos de esto y aquello, aeropuertos para personas) y en lo espiritual (visita del PP y correspondiente cepillo en B, subvenciones oficiales de la Ayuda Exterior); en Madrid, Villa y Corte, va más al cotilleo, lo cutre y el cabildeo de las mafias (tambien presuntas, claro) locales. Pero afecta a todo el partido en todos los niveles. Los cuatro presidentes/as del PP de la Comunidad están pringados/as hasta las cejas en la Gürtel-Lezo-Púnica o cartaginense, por decirlo en exquisita terminología jurídica. 

A todos nos importa un rábano lo que Granados diga sobre la vida privada ajena. El asunto no es ese, aunque dé para la corrala madrileña. 

El asunto es que el PP de la Comunidad de Madrid ha funcionado como una trama mafiosa, esquilmando los recursos de esta, atropellando los derechos de los ciudadanos, conspirando en su perjuicio. Una trama delictiva que se ha asegurado la impunidad a base de comprar literalmente a la prensa y manipular el poder judicial en su beneficio, así como de financiar ilegalmente las elecciones.

La cuestión a la que estas damas y caballeros, tan altaneras y hasta soberbios antaño, deben hacer frente hoy es la de sus responsabilidades penales y/o políticas por los increíbles desmanes y fechorías que han estado cometiendo.

Recientemente se ha resuelto una de ellas tras intrincado periplo judicial en la que los tribunales ordenan derribar la horterada del campo de golf en los jardines de Chamberí (los del Canal) que Aguirre y González impusieron contra todo sentido común, en lugar de la zona ajardinada que estaba planeada en un principio. Gracias a la tenacidad de Hugo Martínez Abarca quien puso en marcha la asociación en contra de la tropelía de los peperos, los madrileños han recuperado lo suyo. Pero, además, esa acción ha servido también para dejar al descubierto los más innobles chanchullos de esta banda con el Canal. Lo de siempre: descapitalización (por restricción o saqueo directo), desmantelamiento y privatización prevista para los amigos y parientes. 

Sería razonable pedir al PP nacional que disuelva el de Madrid y lo refunde con una nueva comisión gestora; sería razonable de no ser porque eso es exactamente lo que habría que hacer con el PP nacional, previa ilegalización, por supuesto.

dilluns, 12 de febrer del 2018

La República se asienta

Los símbolos son caros. El periódico parece objetar a que los gastos de la presidencia simbólica (que, además, juzga muy elevados) vayan con cargo al erario. No se ve a qué otro  pudieran ir siendo una decisión del Parlament. Vamos, que el gobierno, muy atento a no meterse en más líos para salir mal parado, piensa no darse por enterado. 

Será a efectos internos. A los externos, el ministro de Exteriores ya ha tenido la delicadeza de meter la pata insinuando conflicto diplomático con Bélgica. En verdad, no tienen arreglo. Esto de la política les es tan ajeno como el hockey.

No querían un referéndum pactado de autodeterminación y han tenido cuatro (el 9N, el 27S, el 10 y el 21D), el último convocado por ellos mismos. Y perdiéndolos todos, uno detrás de otro. Fabuloso. 

No querían a Puigdemont de presidente y van a tener dos, uno simbólico en el exterior y otro real y efectivo en el interior que tendrá otro nombre y figura pero irá en unidad de acción con el externo. Eso no hay modo de evitarlo. Como no lo hay de evitar que esta República Catalana vaya asentándose feliz aunque trabajosamente.

Resueltos que estén los trámites de la investidura se abrirá un tiempo nuevo con nuevos planteamientos y conflictos. Según parece el frente judicial unionista tiene previsto escenificar un proceso inevitablemente político contra el independentismo hacia el otoño. Entre tanto proseguirá su tarea de procesando a más gente. 

Una vía sin salida pues no es sino la perpetuación del conflicto. Es incomprensible que los instigadores del 155, su frente mediático y judicial, no vean que la represión solo puede llevar a la generalización de la desobediencia.

No lo ven porque es una cuestión de dignidad.

Un ejemplo

Ojalá tenga éxito de taquilla esta película, recientemente estrenada. No solo por su calidad cinematográfica, altísima, las interpretaciones de Streep y Hanks, excelentes, el guión, muy logrado, todo lo cual ha sido muy señalado por la crítica, sino sobre todo por su contenido. Y, más aun, porque se ajusta al dedillo a la situación en España.

El mensaje esencial de la película es que las únicas defensas contra un gobierno corrupto con mayoría parlamentaria consiste en una prensa libre y unos jueces independientes con sentido de la justicia. Ahora, calculen.

La peli narra la historia de los Papeles del Pentágono, un gigantesco estudio multidisciplinar sobre la guerra del Vietnam (desde 1945 a 1967) encargado por el Secretario de Estado de Nixon, MacNamara, filtrados a la prensa en 1971. De los papeles se deducía que las sucesivas administraciones habían estado mintiendo al público y al Congreso sobre las actividades de los EEUU en esa guerra. Nixon se movió para parar la publicación y fue hasta el Tribunal Supremo. Este, sin embargo, acabó sentenciando en contra del gobierno, a favor de los periódicos que habían publicado los papeles, invocando la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que consagra la libertad de expresión. El Washington Post, periódico que pasaba entonces por un mal momento, decidió sumarse al New York Times y publicar los papeles, entrando en una dinámica de confrontación con el gobierno muy peligrosa para su supervivencia como empresa. Al final, triunfa la libertad de expresión, amparada por unos jueces justos. Un thriller político.

Más o menos, la película acaba ahí. Pero no la historia que, en buena medida, sigue por cuanto el Tribunal Supremo dio la razón a la prensa frente al gobierno pero este mantuvo la acusación por el delito de revelación de secretos contra Daniel Ellsberg, uno de los académicos que participó en la redacción del estudio y lo entregó luego a la prensa. En 1973, sin embargo, un juez federal archivaba la causa y exoneraba a Ellsberg al demostrarse que las pruebas que el gobierno esgrimía contra él se habían obtenido ilegalmente, delictivamente. Así salió en el curso de otro sonado proceso muy relacionado con este, el caso Watergate, en donde quedó claro que el gobierno de Nixon y el propio Nixon eran unos delincuentes que habían recurrido a todos los medios ilegales posibles para espiar a los adversarios políticos o para silenciar a la prensa o a los jueces a través de intentos de compra por promesas de cargos. Parte de esa actividad delictiva había sido fabricar pruebas contra Ellsberg.

La historia es como un triángulo: vértice A (película de Spielberg) papeles del Pentágono, revelados por Ellsberg. Vértice B (película de Pakula), caso Watergate. Vértice C, Ellsberg es exonerado y poco después, Nixon dimite. Obviamente, ya habría tenido que hacerlo con lo Papeles del Pentágono pero aguantó hasta el final, hasta que ya iban a inhabilitarlo.

Ahora aplíquese toda la historia a España. ¿Prensa similar al NYT y el Post de la época? Ni pensarlo. ¿Jueces como los del Supremo o el juez federal Byrne, que rechazó los cargos del gobierno? A la vista está. ¿Gobierno? Igual de corrupto que el de Nixon, o más, aparte de mucho más incompetente y cutre, un personal que ha realizado todo tipo de maniobras e ilegalidades para tapar sus fechorías, hacer juego sucio contra los adversarios, amañar procedimientos, preisonar y comprar jueces y, por supuesto, untar y someter a la prensa.

La única defensa contra un gobierno corrupto con mayoría parlamentaria (el del PP la tiene de hecho a través del B155) son unos medios y unos jueces independientes y libres.

Compárese con la película.

diumenge, 11 de febrer del 2018

Rajoy en amok

Rajoy parece haberse convencido ya de que en España no lo quiere nadie. Ni los suyos. Escasamente su familia y la fiel vicepresidenta. Pero esta ya no le sirve de nada, pues le han aconsejado que no recurra ante el Tribunal Constitucional los sondeos del CIS ni las encuestas de intención de voto, ni las valoraciones de los líderes. Mire hacia donde mire, todo el mundo le da la espalda. ¡Ingratitud humana! Con lo que él ha hecho por los ricos, los financieros, empresarios, delincuentes, curas y organizaciones fascistas, al tiempo que ha castigado, anulado o reprimido a "los del otro bando". ¡Y ahora quieren prescindir de él, como si fuera una zapatilla vieja!

Pues parece haber decidido dar también aquí la batalla. Si hay que luchar por la supervivencia se pasa al ataque sin contemplaciones y, después de robar el fondo de las pensiones, se le dice a la gente que ahorre si quiere tener alguna y también, de paso, para la educación de sus hijos, para la que tampoco hay dinero porque se lo han fundido en robarlo directamente, regalárselo a los bancos, invertirlo en obras faraónicas inútiles o comprar armas a los yankies y voluntades políticas en las cancillerías europeas en contra de Cataluña. Antes o después del presidente M punto Rajoy, los de su partido preparan el terreno. Villalobos quiere sisar dos eurillos al mes a los suculentos salarios de los trabajadores y no sé qué dama de las aseguradoras ya sugiere a los jubilados que les regalen sus casas a cambio de la pensión de la que el gobierno los ha despojado y sigue despojandolos.

No hay duda: esta unanimidad social en torno a la marcha de Rajoy apunta a una situación de emergencia. Unanimidad que se refleja en la ínfima valoración a lo largo de todo su mandato, siempre como el político peor valorado, aunque a veces décimas por encima de Iglesias. Un presidente del que todos quieren librarse, no solo por incompentente, sino por desvergonzado y aburrido. Y una situación de emergencia porque a la vista está que este hombre ha perdido todo control y corre en amok de un lugar a otro destrozando lo que encuentra. Vamos a ver cuánto tardamos en tener un conflicto diplomático con Bélgica a cuenta de Cataluña.

Catalunya es el nombre del episodio más catástrofico de la catastrófica gestión de Rajoy. Un desastre sin paliativos originado en el autoritarismo y la incapacidad política de un partido y un gobierno más dedicados a esquilmar el país por todas las vías, legales o ilegales, en provecho propio que a gobernar con algo de lo que Rajoy siempre presume porque no sabe lo que es, el "sentido común". Cuando por "sentido común" entiendes solo lo que te beneficia a ti, tu partido y tus amigos, sucede esto, que te quedas sin país.

Junqueras dice que el mejor regalo que puede hacérsele (por los 100 días encarcelados) es que haya un gobierno. Y en ello está el bloque independentista. Habrá govern y sus circunstancias dependerán de lo que decida el bloque indepe y de lo que las circunstancias más tarde vayan aconsejando. Lo primero será pedir la retirada del 155 y lo segundo, la cesación de todas las hostilidades represivas, con la consiguiente liberación de los presos políticos y el retorno de los exiliados. Son las condiciones ideales para iniciar una negociación entre el Estado español y la Generalitat de Catalunya.

Sí, ya sé que decir esto suena a música celestial y que es seguro que no se conseguirá o no se conseguirá todo. Pero eso no es una razón para no plantear la exigencia, pues es justa y debe quedar constancia de ella. Porque, en definitiva, mientras las cosas no cambien, la cuestión es hasta dónde desarrolla su mandato republicano la Generalitat sin entrar en nuevo conflicto constitucional con la Monarquía española, lo que queda de la Monarchia Hispanica. 

Cómo Marx se hizo marxista

Alguna crítica adversa a esta película señala que se trata de un biopic, y lo es, aunque no del todo y no solo eso. En primer lugar no cubre toda la vida de Marx, sino que se concentra en apenas seis años, entre 1843 y 1849, muy movidos, decisivos en la vida del revolucionario porque son los de su formación teórico-práctica. En segundo lugar los cuenta de un modo poco convencional, mezclando las cuestiones teóricas con la práctica y quizá generando algo de confusión para quien no esté familiarizado con los debates político-filosóficos del nacimiento del movimiento obrero internacional y del triunfo del marxismo en él a partir de la IIª Internacional.

Ya en su madurez, Marx dijo en alguna ocasión que él no era marxista. La frase puede ser un acto de modestia o un chiste, dada la hegemonía del marxismo en el último tercio del siglo XIX, hegemonía que conservó en buena parte del XX en medios académicos y políticos. Los primeros acabaron distinguiendo dos Marx, especialmente a partir de la aparición de los Manuscritos Económico-Filosóficos, descubiertos inéditos y publicados en 1932 por Riazanov. Ese marxismo académico que acabaría por configurar el marxismo como la ciencia social por excelencia a través del estructuralismo, distinguía entre el Marx "humanista" de los Manuscritos y el "científico" de El Capital. La polémica fue monumental y volaron expresiones de todo tipo: "ruptura epistemológica", regreso al positivismo, marxismo abstracto, desaparición del sujeto. Quizá por eso dijera el Marx maduro que no era "marxista". 

Efectivamente, se hizo "marxista" en estos años decisivos, penetrantemente retratados por Raoul Peck y hábilmente entrelazados con las peripecias de la acción política y la vida privada de Marx y  Engels. Por cierto, buen casting; Marx, muy conseguido, aunque bastante favorecido, al menos a juzgar por un grabado de la época que da testimonio de su expulsión de Bélgica en 1848: un tipo algo más plumpy que este esbelto joven y bastante más oscuro de tez y cabello; no hay que olvidar que los amigos lo llamaban "moro". Igualmente, Engels y fabulosa Jenny von Westphalen; gran actriz la intérprete. Los otros participantes en los debates y los hechos que llevaron a la revolución de 1848, también muy bien caracterizados, aunque se nota cierto sesgo promarxista en la fisonomías. Grün es la imagen misma del Judas revolucionario; el pobre Wilhelm Weitling se ajusta al juicio despectivo que Marx tenía de él; Arnold Ruge tiene un toque a lo Molière y Proudhon, con gesto cortesmente desconcertado, acaba huyendo; solo Bakunin conserva estatus probablemente porque su enfrentamiento con Marx fue posterior. 

Son los años de los Manuscritos, del ajuste de cuentas con los maestros el pasado en lo filosófico, de los debates con los coetáneos miembros del movimiento socialista y anarquista, de la formulación de una teoría revolucionaria consistente, "científica", de la organización del movimiento obrero, del periodismo revolucionario en la Gaceta renana. La peli empieza con el famoso artículo sobre el hurto de leña en los bosques perfectamente escenificado en una brutal carga de caballería contra los furtivos. De los Anales Franco-Alemanes, en París en el exilio. Los años de la Liga de los justos que, gracias al trabajo de Marx y Engels, acepta llamarse Liga de los comunistas y adopta como manifiesto el Manifiesto del Partido Comunista, versión de Marx, desesperado con el Catecismo comunista que había escrito el bueno de Engels, como se subraya en la peli.

El siglo XIX es el del positivismo y el romanticismo y en Marx habitaban los dos espíritus. Además de la caterva de socialistas (que él llamaría luego "utópicos") y anarquistas, Marx conoció y trató en París a Heinrich Heine que lo tenía en aprecio y se movía en medios artísticos como se prueba por la visita al cuadro de Courbet que es, a su vez, un cuadro de Courbet. El espíritu romántico habita en el ánimo del joven Marx de la época. El "biopic" podría titularse, al gusto del romanticismo precisamente, como "los años de aprendizaje del joven Marx". La peli cita su primera obra extensa, la Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel, cuya introducción (la que habla de la religión como el opio del pueblo) se publicó en los Anales de Ruge. Los especialistas conocen este texto como Manuscrito de Bad Kreuznach porque se escribió en este lugar, durante la luna de miel de Jenny y Karl.

No estoy muy seguro de que la rapidez de los acontecimientos y la necesidad de encajarlos en una práctica revolucionaria que estallaría en 1848 en toda Europa, probando la justicia del Manifiesto, permitan al espectador hacerse una idea de los puntos en debate. Weitling queda desahuciado ideológicamente con razón, pero no están claros los motivos de la crítica a Proudhon en la Miseria de la filosofía, aunque sí hay una malévola referencia al dicho de Marx de que Proudhon era el mejor economista francés para los alemanes y el mejor filósofo alemán para los franceses. Tampoco ayuda el presentar a Marx embebido en la interpretación de David Ricardo y Smith, como si eso hubiera sido determinante en la formación del joven Marx, cuando es el elemento decisivo en los años posteriores, los del Marx maduro.

Demasiado drama y demasiado complejo para tan corto espacio, sobre todo si el director no quiere dejarse fuera ninguna ocasión de lanzar un guiño a la parroquia, al extremo de convertir la peli casi en una obra de culto. En un momento decisivo (y todos lo son aquí), Marx le suelta a Engels la undécima Tesis sobre Feuerbach, ("hasta ahora los filósofos..., etc."), un escrito que este publicaría póstumamente en 1888. Y no es un anacronismo porque esas tesis también son de 1843; del joven Marx o Marx romántico. Y ya no digamos si, además, como sucede hacia el final de la película, se plantea una cuestión que no suele tratarse en el marxismo y a Marx le preocupaba justo modo: la cuestión judía, dada su condición de hebreo que un fabricante inglés le espeta. Sin duda no había leído el largo ensayo Sobre la cuestión judía que Marx había publicado en 1844 en los inevitables Anales Franco-Alemanes, en los que no le pagaban.

Por lo demás, la ambientación es muy buena. Sobre todo la de la fábrica textil de Manchester, copropiedad del padre de Engels. Las duras condiciones de explotación de las trabajadoras, junto a las escenas de la carga de caballería en el bosque renano son como una introducción práctica, real, al posterior surgimiento de una conciencia y una teoría revolucionaria frente a unas relaciones de producción feudales en un caso y burguesas en el otro. Marx se fue al exilio en París y el joven Engels escribió su obra sobre la Condición de la clase obrera en Inglaterra, que es el primer estudio empírico sociológico del tema. El hijo del burgués matrimonia asimismo con una de esas trabajadoras del textil, una irlandesa, es decir, triplemente repudiada por trabajadora, por mujer y por irlandesa. Los dos matrimonios están bien pintados y el papel de las mujeres tratado con respeto como activistas en la misma causa de sus maridos.

La peli tiene al final unas interesantes consideraciones del director sobre la importancia del Manifiesto y el movimiento obrero así como una aguda observación sobre el carácter inacabado de El Capital, tan inacabado como la realidad que retrata.

dissabte, 10 de febrer del 2018

Los vanos propósitos

El procés sigue su curso, ahora ya en forma de república en el exilio con una encantadora indiferencia hacia las reacciones que provoca. La oposición en bloque en el Parlament hace saber que ignorará todo gobierno simbólico en Bruselas y solo atenderá al real -y no títere, recuerdan los más avisados- que dé cuentas en el Parlament. Obvio. Un gobierno simbólico solo podría dar cuentas simbólicas. Y las cuentas han de ser reales de vellón.

Dada la estructura de presidencia bicéfala estilo gaullista que se perfila, eso de ningunear el gobierno en el exilio es como si la oposición en Francia dijera al primer ministro que piensa ignorar al presidente. ¡Ah! Pero se trata de Francia y de una Constitución. Y aquí se trata de Catalunya y su constitución...interna o, si se quiere "simbólica". La fuerza que lo "interno" y lo "simbólico" tengan será cosa de los indepes y nada que la oposición parlamentaria esté en condiciones siquiera de entender porque no es cosa suya.

Según noticias, Rajoy se dispone a "mirar para otro lado" si se constituye algo así como una Consejo de la República en el Exilio. Costumbre no le falta  La cuestión es si puede. Lo que se instala en Bruselas es una especie de altavoz y faro europeo del independentismo catalán, una delegación exterior de una república que está naciendo en las condiciones más contradictorias y difíciles que cabe imaginar.

Llega un govern cuya primera tarea es conseguir la retirada del 155 y el levantamiento de todos los expedientes represivos del tipo que sean contra representantes democráticamente elegidos. Son las dos condiciones necesarias para iniciar una negociación política entre el Estado y la Generalitat que llegue a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

Abaddon Buñuel

Muy buena idea escenificar El ángel exterminador en versión de Fernando Sansegundo con dirección de Blanca Portillo en el teatro Español. Los buñuelianos, sección aragonesa del surrealismo, vamos a verla en manada, en rebaño, casi como las ovejas que entran en la iglesia en la última escena de la película, de 1962, que protagonizaba Silvia Pinal (Viridiana un año antes). El arma surrealista es de doble filo. Pero no hay problema, los buñuelianos, más que espectadores, somos cómplices y actores de las obras del maestro en destruir todo lo que toca.

Por eso es un gran acierto de la directora mezclar a los actores con el público. Sabia utilización de la fuerza del teatro sobre el cine. En este, los convidados a la fiesta de los Nóbile se encuentran atrapados tras una pantalla invisible que no pueden traspasar, como tampoco pueden la del cine. Pero el teatro elimina esta segunda pantalla al llevar parte de la acción al patio de butacas. Que también consiga eliminar la primera es cosa de lo que cada cual se fabrique en la cabeza. 

El Ángel exterminador es una obra de teatro, por lo que la "versión", por lo demás, muy buena, con algunos toques de actualización y realismo acertados, en realidad es una "recuperación". La obra es teatral. Que primero haya sido película es un mero azar del destino. La película, considerada una de las mejores del mundo, es puro teatro, tanto en la forma como en el fondo, tanto en la representación como en lo representado. La vida es teatro. Su lugar está en el escenario. De hecho, también hay una ópera The Exterminating Angel estrenada en el festival de Salzsburg de 2016, cuyo libreto sigue el guión de Buñuel/Alcoriza. 

Por eso es tan grato verla en teatro, porque es su elemento natural y montada con tanta sensación de agobio, hasta el paroxismo catedralicio. Si, acaso, para mi gusto, algo estridente, pero eso es también buñueliano.

El escenario de la involución de la especie, que viene ya anunciado al principio, cuando un juez habla de hipocresía, sobrepasa enseguida la crítica sociopolítica del análisis de clase en un contexto internacional determinado para cuestionar la condición humana. Que esta sea acogida por la Iglesia en forma de rebaño tras su pastor recuerda que Abaddon es el ángel de la muerte.

La profusión de actores en escena, infrecuente en unos tiempos que han vuelto al minimalismo ateniense, no da descanso a la atención, obliga a seleccionar historias y mantiene muy vivo el interés por los pintorescos retrocesos de los personajes. 

divendres, 9 de febrer del 2018

La V República

El toque gaullista de la trayectoria de Puigdemont se acentúa y se acelera. Después de alzarse como símbolo de la Catalogne résistante y de constituirse en símbolo de la legitimidad suprimida autoritariamente, ahora estamos en puertas de la V República, el "semipresidencialismo" francés, según la fórmula que han acordado los indepes que, ya se sabe, tienen algo de gabachos.

La V República. Un presidente todopoderoso que nombra un presidente de su mayoría parlamentaria. Otra cosa es cuando no tiene esa mayoría y se ve forzado a la cohabitación, pero no parece que sea ni vaya a ser el caso en Cataluña. El presidente reúne legitimidad y eficacia gestora, pero delega esta en el primer ministro. Más o menos, el acuerdo. Solo que aquí, por necesidades de este guión cada vez más surrealista, el presidente será presidente simbólico en el exilio y el primer ministro, presidenta de la Generalitat catalana. Para evitar, dícese, abrir otro frente judicial. Tarde o temprano se abrirá, pero es prudente retrasarlo.

¡Alto ahí! truena la ministra de Defensa, no se puede ser presidente en la distancia. No se sabe por qué, ya que Rajoy lo es desde el limbo, pero no merece la pena estar a estas pequeñeces. Cuando aclaran a la ministra que se trata de una presidencia simbólica, asiente rezongando que, de todas formas, eso es "engañar a los catalanes", esos a los que tan difícil es "sacrificar" uno a uno, pero a los que, según esta Aldonza Lorenzo de las armas, se puede engañar en rebaño. Como si se pudiera. Es la idea que estos gobernantes de pacotilla tienen de los catalanes, de Cataluña y del soberbio desastre que han montado con este país al que dicen querer tanto y al que no han dejado de esquilmar desde el día primero. La misma ministra lo dijo en uno de esos lapsus veritatis que tiene, que habían "trabajado mucho para saquear este país."

La ministra no se entera; el gobierno, tampoco. No pueden impedir una investidura "pro forma" de Puigdemont complementada con una de hecho y derecho de Elsa Artadi. Y no pueden evitar que la presidencia efectiva y eficaz esté residenciada en el presidente legítimo en el exilio, dadas las circunstancias excepcionales por las que atraviesa la República. Se mantiene el principio de legitimidad gaullista, Puigdemont es presidente, como lo es la presidenta que el Parlamento elija. Y ya no hay razón para mantener el 155. 

Lo que suceda entre tanto, día a día, es un misterio. La consolidación de un govern en el exilio por muy simbólico que sea, acabará provocando roces diplomáticos con Bélgica, tierra en donde los españoles no son especialmente bienquistos, pero los catalanes, sí. Al episodio de Ferrer i Guardia me remito. Y también habrá zafarrancho en otros frentes que la fabulosa ineptitud de este gobierno ha abierto y ahora no sabe cómo cerrar, singularmente el judicial que está desatado. Como alguien no lo evite, aquí se monta un macroproceso político contra el independentismo que nos va a mostrar ante los europeos como lo que somos, un país de pandereta y metralleta. 

El frente judicial es como las bombas de racimo: expanden el destrozo. Las redes se preguntaban ayer por el paradero de Anna Gabriel, citada a declarar por los tribunales, y que parece haber desaparecido. Son previsibles actitudes de rebeldía que apuntan a una desobediencia generalizada al Estado y sus medios. 

Es imposible gobernar un país a base de encarcelar a unos representantes democráticos, mandar a otros al exilio y perseguir a los restantes hasta el descansillo de la escalera. Dicen los cínicos del B155 que nadie habla ya de gobernar, que se trata simplemente de mantener el desgobierno actual y que nadie se mueva. 

Los catalanes ya se han movido y el Estado no puede pararlos, salvo que se convierta abiertamente en lo que ya es secretamente, una dictadura. La dictadura del B155, algo imposible de defender por ahí fuera y por aquí dentro. 

dijous, 8 de febrer del 2018

En Flandes sale el sol

El sol de la rebeldía, dicho sea como metáfora celestial, por si el Supremo. El sol de la europeización del conflicto España/Cataluña. Desde el comienzo se ha reconocido que el exilio de Puigdemont en Bruselas (hábil elección) fue un gran paso en la internacionalización de la querella. Y más pasos que han venido después con botas de siete leguas. 

Permítase a Palinuro soslayar el asunto de los conciliábulos y las negociaciones entre indepes, arropado en su fe de que llegarán a un acuerdo porque no hay otra. Y no soslayar para dedicarse a la holganza, sino para plantear un asunto colateral a estas cuestiones, pero decisivo. 

Al margen de las razones de otro tipo para investir a Puigdemont, está la de que ya es un polo de autoridad en torno al cual puede fraguar una estructura institucional de gobierno en el exilio. El país sabe mucho de esto. Centroeuropa, los Países Bajos, Suiza, han sido de siempre tierras de asilo para los disidentes españoles, ahora como catalanes. 

La cuestión es hasta qué punto un gobierno de la Generalitat en el exilio puede provocar un conflicto diplomático con Bélgica. A primera vista y a juzgar por el divertido asunto de la euro-orden de ida y vuelta, el gobierno español mantiene cierta cautela y tratará de evitar enfrentamientos pero acabará obligado a presentar protesta por la actividad de un gobierno catalán en el exilio. Que es justamente uno de los fines del independentismo: ser objeto (no provocar) de un conflicto diplomático entre dos Estados de la UE en el que varios otros querrán también opinar. En Flandes vuelve a estar la batalla.

Y todo eso sin perjuicio de que los asuntos cotidianos de la República Catalana sean gestionados por un govern independentista que comenzará exigiendo la retirada del 155. 

Homo sacer

La necedad y la inconsciencia de los gobernantes roza lo sublime. "Sacrificar un catalán" soltó en su retórica farisea la vicepresidenta, creyendo pasar a la historia. Y va camino de conseguirlo, pero a la historia de la estupidez. Las redes le saltaron ayer a la yugular a cuenta del verbo que, fiel a su esencia, tiene resonancias biblícas. Sacrificar.

Sí, el empleo del verbo es inepto porque va en contra de lo que la sacerdotisa de sacrificios pretende. En efecto: el gobierno considera que investir a Puigdemont es ilegal porque se trata de un prófugo de la justicia, de un fuera de la ley, de un homo sacer, a quien cualquiera puede matar... pero no sacrificar. Está prohibido. Un ser impuro no puede ser sacrificado. 

Mayor ineptitud, imposible. Si hay sacrificio, la víctima propiciatoria no puede ser impura ni estar fuera de la ley. Claro que no: es el presidente legítimo de la Generalitat. Así que se entiende la exigencia de sacrificio: se quiere aniquilar la legitimidad, sin percatarse de que ese empeño es precisamente lo que la hace inatacable. Habrá una presidencia bicéfala cuyo funcionamiento y equilibrio interno, previsiblemente, serán objeto de debate continuo en el independentismo por mor de las cambiantes circunstancias políticas. Y funcionará el respeto al principio de legitimidad salida de las urnas el 21 de diciembre y personificada en Carles Puigdemont, a quien no se puede sacrificar, no por impureza de la víctima, sino del victimario.

dimecres, 7 de febrer del 2018

Entrevista a Palinuro en Vic

Aquí va la entrevista que me hizo el periódico Més Osona el pasado 02/02. Esta hecha en el seminario de Vic, del que di cuenta en un post anterior y versa sobre cuestiones de mucha actualidad. No la comento porque se comenta por sí sola. Pero la incluyo aquí mismo: 

 ‘El sol fet de ser català et fa ser independentista’

Entrevista a Ramón Cotarelo, filòsof i politòleg

Toni Carrasco.- Ens va sorprendre, fa un temps, al Retrats de TV3 de Jaume Barberà. Després amb Jorge Verstringe, Cotarelo, aparegué en un altre programa des de la plaça Major de Vic. I fa dues setmanes el vam poder veure al FAQS de TV3 on l’audiència va al·lucinar tant en viu com per les xarxes. Cada cop són més les aparacions públiques a Catalunya d’aquest professor de Madrid. Aquest cap de setmana l’hem entrevistat, aprofitant la seva estada a Vic convidat per Òmnium Cultural.

Per què un professor de polítiques de Madrid s’interessa tant pel procés català?

Actualment sóc professor de la UNED. I qualsevol persona a Europa s’ha d’interessar per un assumpte de tanta importància social política i econòmica com la reivindicació independentista catalana. I si a més és espanyol, en major grau, perquè és quelcom que incideix directament sobre la nostra vida col·lectiva.

Coneix o està en contacte amb Suso del Toro, o amb altres intel·lectuals que parlen clar actualment sobre el dret a l’autodeterminació de Catalunya?

No. Em porto bé amb Suso del Toro, Javier Perez Royo,... però no tenim relació freqüent. Una mica més amb Suso. Però cadascú va pel seu costat.

I on són la resta d’intel·lectuals i professors d’Espanya quan han de parlar del procés?

Amb la Guàrdia Civil, tal qual.

Jo mateix he nascut a Vic, de pares andalusos, perquè creu que també sóc independentista? Qui m’ha ajudat a ser-ho?

El sol fet de ser català. Què més vols? Pertanys a una nació oprimida per una altra.

És a dir, perquè creu que el sentiment independentista ha crescut tant a Catalunya fins i tot amb les persones d’orígens espanyols?

En primer lloc el sentiment nacional català és molt antic, té segles. Recentment s’ha accelerat molt donat el caràcter despòtic i anticatalà del govern espanyol, sobretot del Partit Popular però també del partit socialista. I en tercer lloc perquè hi ha més gent que veu que aquesta és una situació de manifesta injustícia, i les persones que tinguin una mica de sentit de la justícia han de prendre partit.

Pensaven que hi havia democràcia però ens observen i controlen amb tots els nous mitjans tecnològics, hem arribat al 1984 de George Orwell?

Estic pensant perquè la comparació és atractiva. Però jo crec que no, perquè 1984 suposa una societat unitària i el problema aquí no és el de la mega repressió en una societat unitària sinó el de l’opressió d’una part de la població per una altra majoritària. L’opressió d’una minoria nacional per una altra majoria nacional que exerceix la tirania de la majoria.

Que després dins la tirania de la majoria hi hagi una situació similar a la de 1984 és bastant possible però el que fa el característic d’aquesta qüestió no és el totalitarisme que denuncia Orwell sinó la molt més clàssica qüestió d’una minoria nacional amb perfecte dret al seu reconeixement com a tal, en el seu dret a constituir-se en estat oprimida i explotada per una altra majoria nacional que exerceix el que sempre hem anomenat tirania de la majoria; que és el que li permet disfressar la seva tirania de democràcia, és a dir, els catalans poden decidir com tots els espanyols.

Quan es nega el vot dels catalans en el vot dels espanyols significa dissimular l’opressió que la majoria dels espanyols aplica sobre els catalans. Per tant és tota la població la que està implicada en això, no només el govern.

Les set diferències Euskadi/Catalunya

Molt senzilles. L’indepen-dentisme basc no era un moviment social, era una espècie d’aprofitament dels “estertors” del franquisme, perquè comença a finals dels 60 amb un contagi de les lluites d’alliberació nacional dels pobles oprimits a Amèrica i Àfrica, una espècie de còpia però sense arrels socials profundes. La prova és que mai va ser transversal, fou sempre obra d’una minoria organitzada, sostinguda per sectors radicals que mai han estat majoritaris a la població i pels capellans, res anodí.

Mentre que a Catalunya l’independentisme és un moviment social d’àmplia base, transversal que compta també amb la burgesia. El fet que en aquest moment l’aliança política independentista vagi des de la burgesia neoliberal fins als antisistema de la CUP dóna la pista. A Catalunya és un moviment integral del conjunt de la societat i això fa que sigui molt diferent d’Euskadi. I a això li has d’afegir que la famosa frase que es deia als terroristes bascos “mentre hi hagi violència, no hi ha res a parlar, si deixeu la violència, es pot parlar de tot”.

A Catalunya han demostrat que això és mentida, aquí no hi ha violència, allò era mentida. I això és una prova evident que a Catalunya l’independentisme no té res a veure amb el basc.

Creu que el PP tapa les seves vergonyes aprofitant-se del moment a Catalunya? Fins quan?

Sí, és clar. No sé fins quan. No sé, depèn, perquè la clau la té el poble espanyol que és el que hauria de posar fi a aquesta vergonya d’estar governats per un partit que és una associació de delinqüents. I que el president del govern sigui un presumpte delinqüent també. L’electorat, però dubto molt que ho vaig a fer; primer perquè vota PP directament o el vota indirectament votant al PSOE.

Pensa que fenòmens com les xarangues de Cadis referides al procés, reflecteixen el sentiment majoritari a entre els espanyols respecte al procés?

En les xarangues hi ha de tot. Per endavant que a mi no em resulten en absolut simpàtiques. I que en general aquesta adoració pel folklorisme la veritat és que em sembla detestable. Dit això, m’ha arribat que hi ha hagut un atac directe a Puigdemont que em sembla vergonyós i mostra la mentalitat de “siervos i esclavos”. I una altra que sembla lloa als catalans, però jo crec més aviat que és del gènere equidistant, vaja que espero que res d’això tingui efecte a Catalunya. En el conjunt de l’Estat em dóna exactament igual perquè a mi tot el que té a veure amb els carnavals que em sembla una excusa que s’han buscat els capellans per donar llibertat a la gent durant un temps determinat i que la resta del temps es deixin explotar “me repatea”.

Quina opinió breu li mereix el paper d’alguns dels protagonistes principals del procés?

Soraya: “la ratita presumida”.
Xavier Garcia Albiol: un espanyol fora de lloc.
Enric Millo: “un buen cipayo”.
Mariano Rajoy: un sobresou a temps complet i president del govern a temps parcial
Carles Puigdemont: el president mític que tots voldríem tenir.
Marta Rovira: Bona senyora però li fa falta una mica més de consistència
Artur Mas: l’heroi oblidat al qual caldrà tornar a rendir tribut.
Oriol Junqueras: un bon home que està patint un destí que no és
ANC: magnifica mostra de la vitalitat d’una societat lliure
Òmnium Cultural: el mateix que ANC, i que a més és més antiga
AMI: una bona relació entre les aspiracions del poble i la resposta de les seves institucions més properes.

També, si és possible, opinió sobre 3 dates històriques recents: 9N, 1Oct, 21D

Perquè 3? No, aquí no estem d’acord. El 9N, l’1-O, el 3-O, el 10-O declaració de la independència, el 27-O, el 7-12 manifestacions a Brussel·les i el 21D, eleccions. Aquestes sí que són les dates.

Quin paper és o hauria de ser ara el dels polítics a Catalunya/Espanya. I el dels periodistes?

A Catalunya m’agradaria que polítics i periodistes ho segueixen fent tal com ho fan, posant els interessos populars i nacionals de Catalunya per sobre dels interessos de partits. I que segueixin així que tenen l’èxit assegurat. I els periodistes catalans treure’s una bona assegurança perquè venen temps molt durs, per a totes les eventualitats
A escala d’Espanya els polítics espanyols haurien de dimitir tots en bloc. I els periodistes espanyols que fossin menys venuts al capital, a l’empresa.

En resum molt breu, dues frases: d’on venim, on estem, cap a on anem? Tot sabent que vostè no és una pitonissa. L’economista i amic Santiago Niño Becerra pronostica aquest any la independència de Catalunya, vostè ho creu?

En termes polítics d’on venim? De la repressió i l’opressió més espantoses. En el present estem lluitant per alliberar-nos. I en el futur volem portar a terme les nostres reivindicacions.

Si el de Niño Becerra és un desig, ho veig bé. I si, és una profecia, ho posa fàcil perquè en uns mesos ho veurem; però et recordo que deixaria en mal lloc a Deulofeu que té pronosticat la fi de l’imperi espanyol, i en conseqüència l’assoliment real de la independència de Catalunya, per al 2029. Abans no, perquè segons la matemàtica de la història les lleis de la història són incontrovertibles.

Així vostè creu que aconseguirem fer efectiva la república catalana? I quan?

És d’esperar. Jo ja veig la república espanyola. Com vols que no vegi la república catalana, si vindrà abans que l’espanyola?


2.060.000

Aquí mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado Dos milions seixanta mil y centrado en recordar algo muy simple que tiende a olvidarse en el ajetreado día a día de la investidura y la contrainvestidura. Que detrás de las negociaciones, las amenazas gubernamentales, el activismo político-judicial y el contexto internacional hay 2.060.000 votos, la mayoría simple del electorado y 70 escaños, mayoría absoluta parlamentaria.

La República Catalana no es una invención de cuatro inconscientes ni una conjura de otros tantos conspiradores. Es una revolución que, como todas, se abre paso en condiciones difíciles, de cerrada hostilidad, recurriendo a la imaginación y la creatividad para hacer camino al andar. Una revolución democrática, cívica, pacífica, que el Estado no parece estar en condiciones de detener sin convertirse en dictadura abierta en Cataluña.

Esos 2.060.000 ciudadanos que probablemente son muchos más, están viviendo una república de hecho, luchando por recuperar sus instituciones. Constituyen el núcleo de una acción colectiva permanente, auto-organizada en redes virtuales y reales que no se puede combatir con policías ni tribunales. Es una sociedad cada vez más orientada a la desobediencia y resistencia civil pacífica, como la que difunde la iniciativa en peu de pau.

En todo caso, aquí la versión castellana del artículo:


Dos millones sesenta mil

Esa es la cantidad de votos a favor de la independencia en las elecciones del 21 de diciembre pasado. Mayoría relativa electoral y absoluta parlamentaria. Esa es la roca contra la que se estrellan las agresiones del nacionalismo español en sus múltiples variedades. Por eso prefieren ignorarla, silenciarla, como han hecho los audaces artistas en la gala de los Goyas; presentarla a través de sus medios serviles como una conspiración de un puñado se provincianos, como ha hecho el puñado de provincianos bien pagados de Tabarnia; reducirla al delirio de un solo hombre en Bruselas, como sueña el delirio de un hombre solo en La Moncloa, centro operativo de la Gürtel.

Crecientemente agresivo, el nacionalismo español en su forma de bloque del 155 (B155) esto es, el gobierno, el PSOE, C’s y el vergonzante apoyo de Podemos, dio un golpe de Estado para poner fin abrupto al independentismo catalán que él mismo había suscitado con su política autoritaria, recentralizadora y corrupta. Intervino el Parlament, destituyó el govern, encarceló indepes, obligó a otros a exiliarse, embargó las propiedades de otros más, convocó elecciones trucadas con candidatos en prisión, medios parciales, absoluta desigualdad de oportunidades… y las perdió haciendo el ridículo de paso, como se encargó de subrayar con aspavientos y declaraciones disparatadas la cabeza de lista de C’s. Con 2.060.000 votos a favor de la independencia, el electorado catalán reiteraba e incrementaba el resultado del referéndum del 1º de octubre de 2017, celebrado en unas condiciones de brutal represión policial que ha escandalizado al mundo entero.

Habiendo perdido, el B15 se niega a reconocer el resultado de las elecciones y pone en marcha la maquinaria mediática y judicial para impedir ilegalmente que pueda aplicarse. La conversión de la seudodemocracia española en la dictadura caudillista que constituye su verdadera esencia resulta patente. La necesidad de ocultar que el deseo de independencia en Cataluña es mayoritario y debe ser atendido se hace con ayuda de todos los aparatos ideológicos del Estado los medios de comunicación, la red de fundaciones y think tanks, los centros educativos, los intelectuales orgánicos del poder. Nadie sobra en esta tarea de mistificación para desfigurar la voluntad mayoritaria de los catalanes en una conspiración de cuatro iluminados o provincianos o en el delirio de un político irresponsable.

Recientemente se han incorporado las gentes del espectáculo y los bufones. Las primeras, que tenían una tradición de protesta y lucha por las causas de justicia, en su gala de los Goyas cayeron en un denso silencio, como si en España no hubiera presos, exiliados y embargados por razones políticas, como si en el momento en que ellos manoseaban sus Goyas, la Audiencia nacional no estuviera juzgando a un rapero, uno del oficio, por “delitos” de opinión. También se cuenta con la impagable aportación de la bufonada de Tabarnia que goza de acceso irrestricto a los medios públicos de comunicación reiterando la esencia misma de los bufones: tirar contra todo aquello que desagrade al poder a cuyo sueldo y servicio están.

Además de estos bufones a su servicio más o menos libre, el poder cuenta con otros medios contundentes para reprimir por la violencia la voluntad mayoritaria de los catalanes: las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, el sistema penitenciario, los jueces y, en último término, el ejército, como recurso final en el caso de que el frente mediático y el judicial no tengan pleno éxito en su misión. El mediático está cumpliendo su función bastante bien pues está al servicio incondicional del B155, miente, manipula y falsea si ningún escrúpulo, censura a los críticos y da barra libre a los propagandistas del unionismo. Últimamente amplía su servilismo a la denuncia de discrepantes a quienes se censura en los medios (públicos y privados), pero se los señala públicamente para que sean objetos de represalias.

El judicial está funcionando a pleno rendimiento con el encargo de dar una pátina de legalidad a lo que no es más que un abuso de poder político. El Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo, convertidos en instrumentos del gobierno, están perpetrando una causa general contra el independentismo catalán, un proceso político contra sus dirigentes, siempre en la esperanza de aplastar una mayoría democrática de más de dos millones de personas, atacando a sus representantes. La idea, típica de todos los despotismos y las tiranías, de que, sometiendo a estos a medidas injustas y arbitrarias, se conseguirá atemorizar a la mayoría y que se resigne a vivir en la opresión, la explotación y el desprecio.

La imagen que da la justicia es la sempiterna en España, resumida en la “justicia de Peralvillo” en la que primero se ejecutaba al reo y luego se le instruía la causa. Lo mismo que está haciendo el Supremo: primero encarcela a la gente y luego se fabrican los supuestos delitos. Y más allá incluso. No solamente el Supremo se extralimita en sus atribuciones, procede por analogías, abusa de su activismo judicial e ignora el due process of law sino que se ha convertido en un tribunal inquisitorial que castiga a los reos por sus convicciones. Como ha quedado claro en los pronunciamientos del juez Llarena: tanto Joaquim Forn como Jordi González están en prisión preventiva contra toda justicia y derecho por sus convicciones independentistas,

Estas actuaciones judiciales debieran ser objeto ya de réplicas contundentes de las instancias europeas en defensa de los derechos de unos ciudadanos atropellados por una justicia al servicio de la dictadura del B155.