dilluns, 24 d’abril del 2017

El éxito de la abstención

Les da vergüenza decir que se abstuvieron en la investidura de Rajoy para que siguiera gobernando el PP. Por eso los golpistas del PSOE se justifican diciendo que tienen al gobierno atado en corto y controlado y que, en el fondo, hace lo que ellos dicen.

El dato de la noticia nos ahorra mayores explicaciones. El PSOE de la junta gestora miente, como siempre: el PP veta toda la labor legislativa de la oposición. Esto quiere decir que el resultado es doblemente desastroso pues el PSOE trabaja como si realmente consiguiera lo que se propone, pero no lo consigue porque el PP está en contra. Realmente, la abstención solo ha servido para poner los votos de los electores socialistas al servicio del PP.  

Y el futuro inmediato aun pinta peor. El gobierno está preparando un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional para mantener su práctica de veto a todas aquellas iniciativas legislativas de la oposición que, a su juicio, modifiquen los Presupuestos al aumentar los gastos. Es decir, un proyecto para emascular el Parlamento y conseguir el tipo de gobierno que gusta a Rajoy y el PP: la dictadura. 

Con la sumisión del PSOE.

Recuerdos de Sant Jordi

Cartel anunciador.

El dragón, San Jorge, la princesa y el caballo.

Prolegómenos: Librería de La Rambla, Tarragona. De los seis de la foto, cinco nos llamamos Ramon o Ramón. Somos Los Ramones.




Firmando libros en la parada de la ANC. Y un buen ramo de rosas.


De una parada a otra. Tod@s muy ufan@s


Encuentro casual y callejero con el presidente Puigdemont.

diumenge, 23 d’abril del 2017

Hacerse la rubia tampoco sirve

Ni siquiera serlo, cuando lo son. Las feministas de buena conciencia, estilo Cifuentes, deben de estar desoladas. Las recetas del tinte son un fracaso. Hasta para quienes, como Aguirre, han llegado a encabezar la jerarquía, mandar desde la cúspide. Ahí está la lideresa en un momento de rubia gloria, maquillándose en el centro de un círculo de batracios que la miran con evidente sorna. El más lanzado, Granados, hoy en prisión. Le sigue López Viejo, hoy procesado y Juan José Güemes quien llegó a estarlo en su día, si bien la causa se archivó. Ella, sin embargo, tan ufana, creyéndose una especie de Rey Sol, cuando hacía a sus cortesanos el real favor de dejarlos contemplar cómo se levantaba o cómo hacía sus necesidades. Y hasta es posible que aquellos cortesanos tuvieran más respeto por Luis XIV que estos expeditivos espabilados por su jefa quien, haciéndose la rubia, obtenía "más de los hombres", esto es, el mayor caso de corrupción de la historia de Madrid. Y los ha habido sonados.

Este "hacerse la rubia", al parecer, jerigonza de las feministas teresianas, procede del imaginario de Los caballeros las prefieren rubias, de Anita Loos y, con ello no pretendo llevarlas a los años de aquella, pero sí a los de la adaptación cinematográfica, interpretada por Marilyn Monroe y Jane Russell. El imaginario del mundo del eterno femenino en la época de nuevas oportunidades. Estas son quienes luego dicen que las mujeres no necesitan cuotas, pues llegan a sus objetivos por sus méritos propios. Lo que no dicen es que consideran méritos propios "hacerse la rubia".

Según parece la rubia Aguirre dimitirá hoy, quizá mañana. Lo dice OK diario e ignoro qué fiabilidad tiene la noticia aunque, como están las cosas, igual es cierto. A partir de aquel Congreso en que fracasó en su intento de sustituir a Rajoy en la presidencia del PP, pues Barberá y Camps sostuvieron al presidente, este se sentó con la retranca a la puerta de su casa y ocho o nueve años después ve pasar el cadáver de su enemiga. O su alma en pena, llorando tan amargas lágrimas como las dueñas barbadas que liberó don Quijote.

Si Aguirre dimite, se va un fantástico factor de entretenimiento en la capital. Pero será sustituido con creces por Cospedal, a la que se le ha quedado chica La Mancha y empieza a asombrar a España entera con sus peculiares modos. La bandera a media asta para dolernos por la muerte de Cristo fue el toque de atención. Luego se presentó en las Nuevas Generaciones a decirles que se avergüenza de la corrupción de su partido pero que no se puede generalizar. Ciertamente, es difícil generalizar un comportamiento como el suyo al mantenerse en un cargo del que decía haber de dimitir si se descubría que alguien de su partido tuviera cuentas en Suiza, cuando es el lugar en el que más cuentas tienen. Por lo menos, esta no viene "haciéndose la rubia" sino más bien "la descarnada" con peineta y mantilla, como en un cuadro de la España negra de Solana, y con un cirio de los Novísimos. 

Rubia se hace también la candidata Díaz, que tiene encandilados a los hombres de la junta gestora de su partido y los viejos guerreros de la socialdemocracia cansada. Pero no parece que con estos especímenes vaya a alzarse mucho más de donde está. Hacerse la inocente rubia predicando paz, amor, concordia y compañerismo para difuminar la imagen de la fría ambiciosa, dispuesta a pasar por encima de sus rivales sirve de poco.

Hoy, Palinuro en la St. Jordi, en Barcelona

Pues sí, mañana estaré en la fiesta de St. Jordi, firmando libros en la parada de la ANC (de 12:00 a 13:00) y en la de ERC de 15:00 a 16:00. Me gusta mucho esta fiesta tan abigarrada como alegre en torno al libro y la rosa; un acto colectivo popular en el que sale a pasear, a encontrarse con los amigos, a que le firme el libro su autor o autora preferido(a). Me gusta la alegría, la curiosidad de la gente, la vanidad de los autores -entre los cuales me cuento-, las familias con los niños, la algazara y los trabajos y afanes de los responsables de la paradas porque todo salga bien. Hay siempre un punto de perfeccionismo catalán, de ese que está presente, aunque se oculte con discreción y es un rasgo de este pueblo que solo se reconoce cuando uno se ha hecho a verlo.

Nos vemos en las Ramblas.

dissabte, 22 d’abril del 2017

El Estado-cloaca

Sin querer, como Aguirre cuando destapó la Gürtel, el titular de Público da con la clave de la endemoniada situación española. Cuando un Estado sitúa la Fiscalía, que es el órgano encargado de velar por el interés público, en la cloaca es porque él mismo es una cloaca.

La Operación Cataluña, urdida , al parecer, desde el ministerio del Interior es otro canal de aguas fecales. Y aguas fecales, aunque mezcladas de aromas diplomáticos, las dádivas del ministerio de Exteriores para conseguir voluntades mundo adelante en contra del independentismo catalán. Cloacas asimismo las vías por las que los gobiernos de la derecha sobornan a los medios de comunicación y a los comunicadores para tenerlos a su servicio. Fondos de reptiles, vamos.

Pero esta presunta vía de injerencia del gobierno en la administración de justicia a través de la instrumentalización de la Fiscalía es ya de todo punto intolerable. La oposición quiere que Catalá comparezca. Claro que también quiere que comparezca Rajoy a explicar los usos y costumbres de la cloaca madrileña. Catalá comparecerá y, con el aplomo que lo caracteriza, manifestará que el gobierno jamás ha interferido ni interferirá en la acción de la justicia. Y se acabó. Hasta la próxima. 

Puede que, en un alarde de sentido democrático, comparezca también Rajoy a decir que no le consta que los señores González y Granados estén en la cárcel. ¿Y Granados hace ya tres años? ¿Qué me dice usted? ¿Que hay 800 cargos de mi partido investigados, imputados, procesados o condenados por corrupción? No puede ser. Eso es una campaña contra el PP. O se tratará de otro partido. Mire usted en el PSOE porque, como muy bien dijo Aznar no hace mucho, "El PP es incompatible con la corrupción". Profunda idea porque eso quiere decir que el PP es incompatible consigo mismo.

En ese Estado-cloaca, lugares emblemáticos, como la Villa y Corte, han sido -y son- hervideros de corrupción, patios de urdidores y logreros que, trasmutados en políticos de orden y probada religiosidad, han procedido a esquilmar metódicamente los fondos públicos.  Puro salvaje Oeste del robo y el trinque en el que es más fácil enumerar qué delitos no han cometido las autoridades que los cometidos.

La reina de este quilombo, la presumida, rechulapa Grande de España que venía llorada de casa, aparece ahora lloriqueando, como una muñeca rota, antigua figura desvencijada de la que se reían quienes a su sombra delinquían. Y lo más gracioso es que, cuando Aguirre dimitió hace tres o cuatro años, probablemente por un chivatazo del gobierno sobre la calaña de sus hombres de confianza, algún genio de la empresa la contrató como "cazatalentos". Lo que demuestra que los dioses reparten la estupidez con admirable ecuanimidad.

Parte poco conocida del Estado-cloaca es la de la oposición. La maniobra que acabó en el golpe de mano del 1º de octubre en el PSOE para defenestrar a Sánchez llevaba meses preparándose con los viejas glorias del partido y otros figurones igual de retardatarios y la connivencia del gobierno. O sea, pura cloaca, en donde también se "defiende al Estado", según Felipe González. No en balde el entonces SG, Rubalcaba, había sido ministro del interior. Con tal golpe, los conjurados querían conseguir dos objetivos: a) impedir un acercamiento del PSOE a Podemos y al independentismo catalán (cosa absolutamente imaginaria) y, por tanto un posible gobierno a la portuguesa y b) permitir que gobernara el partido de la derecha en la esperanza de que, de algún modo, fuera capaz de neutralizar el "desafío catalán".

Lo que no tuvieron en cuenta fue que no daban paso a un partido de la derecha sin más, sino a una asociación de presuntos malhechores, imputada ya en algunos procesos penales. No han dado paso a un gobierno, sino a unas gentes solo interesadas en seguir aforadas, utilizar sus puestos para defenderse en los procedimientos que se les siguen y mantener las llaves de los despachos de las administraciones públicas para ocultar la información sobre sus fechorías o destruir las pruebas incriminatorias. Desaparecerán los registros de los ministerios, los discos duros de las direcciones generales, los ordenadores de los despachos. Quedarán los pasillos vacíos. Al abstenerse, el PSOE no contribuyó a la estabilidad de España y mucho menos a controlar al gobierno, sino a  proteger y encubrir a la asociación presuntamente criminal. 

Mañana, Palinuro en St. Jordi

Pues sí, mañana estaré en la fiesta de St. Jordi, firmando libros en la parada de la ANC (de 12:00 a 13:00) y en la de ERC de 15:00 a 16:00. Me gusta mucho esta fiesta tan abigarrada como alegre en torno al libro y la rosa; un acto colectivo popular en el que sale a pasear, a encontrarse con los amigos, a que le firme el libro su autor o autora preferido(a). Me gusta la alegría, la curiosidad de la gente, la vanidad de los autores -entre los cuales me cuento-, las familias con los niños, la algazara y los trabajos y afanes de los responsables de la paradas porque todo salga bien. Hay siempre un punto de perfeccionismo catalán, de ese que está presente, aunque se oculte con discreción y es un rasgo de este pueblo que solo se reconoce cuando uno se ha hecho a verlo.

Nos vemos en las Ramblas.

divendres, 21 d’abril del 2017

Corral de pícaros

La realidad supera la ficción, dice el saber convencional, ignorando, por ejemplo, que gran parte de la realidad procede de la fición. Si se duda, léase la Biblia. Pero, aceptado, la realidad nunca defrauda. Llega a desbordar la capacidad de los más sesudos analistas y hace desfallecer a los más audaces cronistas. 

Nadie puede aspirar ya a confeccionar un cuadro único del desbarajuste que ha organizado en Madrid esta pandilla de mangantes desde que abrió fuego con el famoso Tamayazo. Mejor dicho, desde antes, porque el Tamayazo se dio para evitar que la oposición llegara a gobernar la CA de Madrid y sacara los trapos sucios. Pero el Tamayazo es un buen comienzo, por lo vistoso del inenarrable gobierno de La dama del cinturón castizo, famosa comedia de la picaresca española en donde, a diferencia de otros espectáculos, todo es exactamente como parece.

Una orgía de elecciones ganadas de modo aplastante con dineros presuntamente ilegales, docenas, centenares de actos públicos de exaltación, con otras tantas inauguraciones de lo que fuera, kms de autopistas, hospitales, ambulatorios, canchas de golf, todo con dineros del proveedor del catering, Mr. Gürtel, un Mefistófeles de pacotilla, que tanto proveía altavoces como confetti o viajes de ensueño.

Actos patrióticos por el bicentenario de la guerra de la Independencia y nacimiento de la nación española de majas y manolos y la verbena de la Paloma. Un torbellino de activismo según doctrina de su guía espiritual, Thatcher. Ella misma se veía como Thatcher entre su equipo y ante pías colaboradoras suyas, como la mínima consejera de Educación, Lucía Figar, verdadera pastorcilla que arrimaba las ovejas a los colegios de curas y dejaba los públicos a la intemperie. Necesitaba además el dinero para pagar campañas en las redes de ensalzamiento de su persona y obra.

Y, más que Thatcher, allá iba la dama en pos de la privatización del servicio público sanitario de la mano de otros colaboradores tan íntegros y bien elegidos como los demás, como aquel Lamela, empeñado en encarcelar a un probo funcionario o un jovencito de brillante tupé que privatizaba los servicios en los que luego se colocaba o al revés, que tanto da.

Pero los más simpáticos son los dos malandrines que durante años fueron la mano derecha y la izquierda de la Dama del Cinturón Castizo, Púnico Granado y el señor del Ático. Atendidas las explicaciones ofrecidas por la dama a lo largo de los años sobre sus peripecias, asalta la duda de si ese gracioso atolondramiento de que hace gala no es una afectación sino que la señora tiene efectivamente la cabeza a pájaros y lo que sus dos manos, Púnico Granado y el señor del Ático,  han hecho ha sido aprovecharse de la circunstancia de que, a fuer de católica, cada mano de la dama ignoraba lo que hacía la otra. La mano, la pierna y la cabeza misma. Lo más verosímil es que, endiosada por los halagos más sobados, la dama no se enterara de lo que sucedía o no quisiera enterarse.

Es más difícil de creer que la sospecha de que estuviera en el ajo y se beneficiara de él. Pero, precisamente porque es más difícil de creer puede ser real pues, lo dicho, la realidad supera la ficción. El corral de pícaros está lejos de echar el telón. De momento, González se ha negado a declarar. Y la irrupción del refinado Marhuenda ("zorra", "puta") lleva la representación más ya al género apache.

Hoy, Palinuro en Tarragona

Invitado por la Assemblea Nacional de Catalunya y Omnium Cultural, hoy, viernes, 21, a las 20 horas estaré en Tarragona, en el Colegio de Abogados y Farmacéuticos, para una conferencia sobre el provocativo título de España sin Cataluña. La gran oportunidad. Lo llamo provocativo porque, obviamente, contradice el común sentir de la gente. Los españoles tienen la sospecha de que, si Cataluña se va, se va una parte importante de los ingresos del Estado, pues aquella aporta más de lo que recibe y los demás tendrán que apretarse el cinturón. No obstante, llevo un tiempo sosteniendo esta aparentemente contradictoria posición. La 1ª vez, con motivo de la presentación de Súmate en Madrid, que tuve el honor de hacer; la segunda con el de la presentación de Alfred Bosch en un desayuno del Ritz también en Madrid, cuando acababa este de publicar un interesante libro, La independencia de Cataluña interesa a los españoles. 

Es difícil admitir que ese interés sea material y si, por tanto, la propuesta se mantiene en este terreno, no es verosímil. Pero si  la llevamos a otro, la cosa cambia. España lleva siglos gobernada por una oligarquía corrupta, meapilas, autoritaria, incompetente, ladrona y, en el fondo, antinacional. Y así sigue, como puede comprobarse con el actual gobierno de ladrones, el gobierno del hampa, de una banda de facinerosos dedicada a saquear el país. Los españoles han sido incapaces de quitársela de encima. Lo han intentado algunas veces. El actual Rey es heredero de Isabel II y Alfonso XIII, ambos exiliados. La monarquía borbónica (una dinastía de mangantes, analfabetos, disolutos y corruptos) se restauró tres veces. La tercera lo hizo un dictador genocida, Francisco Franco, si que ninguno de los reyes habidos desde entonces haya tenido el decoro o la dignidad de renunciar a esa sangrienta herencia y poner su trono en referéndum. 

Desde la Transición ni la izquierda ni la derecha españolas han sentido que fuera necesario acabar con la oligarquía nacionalcatólica y mucho menos con esta monarquía de risa. Y así ha venido a resultar que la única oposición real a este dominio oligárquico tradicional se ha dado en Cataluña, se ha territorializado en Cataluña. 

Cualquier español de izquierdas de buena fe aplaudirá el propósito catalán de independizarse y crear una república democrática. Ya que el conjunto de los españoles es incapaz de conseguirlo (y una porción nada desdeñable de votantes del PP está encantado con este gobierno de ladrones neofranquistas), por lo menos, que lo consigan los catalanes.

Sin duda, la independencia de Cataluña será un choque muy fuerte para la conciencia española. Pero es la única posibilidad de que este cuerpo yerto se reanime, cobre vida y se organice con un mínimo de dignidad y eficacia, sin vivir del robo, la corrupción, la humillación y el peloteo descarado a los poderosos, como hacen esos esbirros que la oligarquía tiene en los medios, al estilo de ese Marhuenda o las dos docenas de colegas suyos alimentados en los pesebres del Estado, del PP o de la Iglesia Católica, con la misión de mentir, abusar y engañar a la gente para que siga uncida al carro de esta tiranía de hampones.

Si no lo consigue a pesar de todo será porque España está definitivamente muerta, a manos de estos sinvergüenzas y ladrones de comunión diaria. En todo caso, lo más sensato que pueden hacer los catalanes es largarse.

dijous, 20 d’abril del 2017

El gobierno del hampa

En 2015, José Manuel Roca y un servidor publicamos un libro titulado La antitransición. La derecha neofranquista y el saqueo de España. Con el título, me ahorro explicar el contenido. Hago solo hincapié en que calificábamos a la derecha del PP de neofranquista y explicábamos cómo estaba (y está) dedicada al saqueo de su propio país. Abierta en la obra queda la cuestión de si es una especie de conjunción astral entre neofranquistas y saqueadores o si hay una relación causal, de forma que los neofranquistas son, por sí mismos, saqueadores. Roca y yo tenemos a mucha gala habernos adelantado con las claves de lo que luego ha ido pasando, hasta llegar a la sesión concentrada de fuegos de artificio de los últimos cinco días, luego de la resurrección de Cristo y de que el pendón nacional recupere el palo entero: descubrimiento de que Rato presuntamente delinquía mientras ejercía como vicepresidente y ministro de Economía, flotación del Tramabús (que viene a ser como un trailer o teaser), citacion a Rajoy a declarar como testigo, detención de Ignacio González y tutti quanti, imputación de Marhuenda y declaración hoy de Esperanza Aguirre.

Un espectáculo de sombras y silencios, del gris de los juzgados, que asombra en el exterior y tiene espantados a los del interior que dan cuenta de los hechos con vocabulario apocalíptico: Madrid, agujero negro del PP, la detención de Ignacio Aguirre por corrupción tritura al PP de Aguirre, "destrozo", "hundimiento", etc., etc. Ahorro también el relato del barullo de trapisondas, latrocinios, malversaciones, trampas, chanchullos, falsedades, prevaricaciones, extorsiones, cuñados, primos, sobrinos, amigos, clientes, enchufados. Está todo en los reportajes periodísticos. Es el habitual jardín de las delicias del expolio del erario a cargo de estos mangantes del PP.

Porque esa es la cuestión. Claro estaba desde hace tiempo que el PP no es un partido al uso, sino, al parecer, una asociación para delinquir y que, como tal, está imputado en dos procedimientos penales. En llano castellano: aquí no hay una ideología, un proyecto, una comunidad de propósito para lo público; aquí hay unas gentes que se ponen de acuerdo para organizarse con intención criminal y llaman partido a su organización, lo cual les posibilita, al ganar elecciones trucadas con financiación ilegal, acceso a los recursos públicos con el fin de expoliarlos en su propio beneficio. Caso Granados, por ejemplo.

¿Está claro ahora también qué hay detrás de las privatizaciones de bienes y servicios públicos, que defienden los expertos a capa y espada en los medios de comunicación del capital? Puro saqueo. Proyecto había de privatizar el Canal de Isabel II en el que este cogollo de ladrones centraba sus actividades. Si lo consigue, hubiera sido un puntazo: una empresa criminal gestionada por los gobernantes. Todavía quedan por conocer los resultados concretos de la otra gran ola privatizadora predicada por los neo-franquistas vestidos de neo-liberales, la de la sanidad. Lo que se va sabiendo de los famosos hospitales de Aguirre pone los pelos de punta. E imagínese lo que están dispuestos a mentir para hacerse con las pensiones públicas. 

Todo lo que ha estallado estos días era conocido por mucha gente, intuido por mucha más y visto por toda cuando se producían casos concretos que mostraban la corrupción general del sistema: el proceso de Urdagarin y su actual situación; la situación de Blesa, la de Rato. La connivencia entre el poder político, las instituciones y los delincuentes, condenados o presuntos, era total.

Esto solo era posible con unos medios de comunicación controlados y al servicio de la organización de presuntos malhechores. Y de ahí viene el frente de periodistas omnipresentes en los medios, en defensa cerrada del gobierno y su "partido" y al ataque de todos los demás. La imputación de Marhuenda, hombre clave en este comando mediático, ya permite resituar y recalibrar a sus congéneres en otros puestos de combate.

Lo incomprensible en este episodio es la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy. Esa decisión costó un golpe de mano en el partido, su fractura y una crisis sin precedentes. Se venía justificando por "razones de Estado". González pontificaba que era preciso dejar gobernar a Rajoy "aunque no lo mereciera". Una vez perpetrada la abstención, el PSOE oficial, el de la junta gestora al servicio de Susana Díaz, quería legitimarla valorando su propia oposición en una actitud patética. Por dos motivos:

1º) no es cierto que haga oposición y, además, el gobierno va a plantear un conflicto de competencias con el Congreso para cortarle las garras legislativas, invocando la ley de presupuestos;

2º) aunque la oposición fuera de verdad oposición, sería irrelevante porque Rajoy ya no quiere gobernar, si es que alguna vez lo intentó, sino seguir aforado y al mando de todos los departamentos de la administración del Estado. Evitar a toda costa que lleguen a los ministerios gentes de otros partidos. Por razones obvias.

Eso también era evidente. Y, sobre todo, era evidente que abrir camino a un gobierno que entraba en zona de turbulencia judicial era insensato. Podía pasar cualquier cosa. Y está pasando. La próxima vez que los jueces citen a Rajoy puede ser como imputado. A estas alturas nadie se atreverá a negar esta posibilidad.

Y, por supuesto, Rajoy no va a dimitir.

Ahora calcúlese con qué grado de autoridad y legitimidad puede este gobierno, sostenido por una asociación de presuntos malhechores, hacer frente a lo que la prensa llama "desafío independentista".

Mañana, Palinuro en Tarragona

Invitado por la Assemblea Nacional de Catalunya y Omnium Cultural, mañana, viernes, 21, a las 20 horas estaré en Tarragona, en el Colegio de Abogados y Farmacéuticos, para una conferencia sobre el provocativo título de España sin Cataluña. La gran oportunidad. Lo llamo provocativo porque, obviamente, contradice el común sentir de la gente. Los españoles tienen la sospecha de que, si Cataluña se va, se va una parte importante de los ingresos del Estado, pues aquella aporta más de lo que recibe y los demás tendrán que apretarse el cinturón. No obstante, llevo un tiempo sosteniendo esta aparentemente contradictoria posición. La 1ª vez, con motivo de la presentación de Súmate en Madrid, que tuve el honor de hacer; la segunda con el de la presentación de Alfred Bosch en un desayuno del Ritz en Madrid, cuando acababa este de publicar un interesante libro, La independencia de Cataluña interesa a los españoles. 

Es difícil admitir que ese interés sea material y si, por tanto, la propuesta se mantiene en este terreno, no es verosímil. Pero si  la llevamos a otro, la cosa cambia. España lleva siglos gobernada por una oligarquía corrupta, meapilas, autoritaria, incompetente, ladrona y, en el fondo, antinacional. Y así sigue, como puede comprobarse con el actual gobierno de ladrones, el gobierno del hampa, de una banda de facinerosos dedicada a saquear el país. Los españoles han sido incapaces de quitársela de encima. Lo han intentado algunas veces. El actual Rey es heredero de Isabel II y Alfonso XIII, ambos exiliados. La monarquía borbónica (una dinastía de mangantes, analfabetos, disolutos y corruptos) se restauró tres veces. La tercera lo hizo un dictador genocida, Francisco Franco, si que ninguno de los reyes habidos desde entonces haya tenido el decoro o la dignidad de renunciar a esa sangrienta herencia y poner su trono en referéndum. 

Desde la Transición ni la izquierda ni la derecha españolas han sentido que fuera necesario acabar con la oligarquía nacionalcatólica y mucho menos con esta monarquía de risa. Y así ha venido a resultar que la única oposición real a este dominio oligárquico tradicional se ha dado en Cataluña, se ha territorializado en Cataluña. 

Cualquier español de izquierdas de buena fe aplaudirá el propósito catalán de independizarse y crear una república democrática. Ya que el conjunto de los españoles es incapaz de conseguirlo (y una porción nada desdeñable de votantes del PP está encantado con este gobierno de ladrones neofranquistas), por lo menos, que lo consigan los catalanes.

Sin duda, la independencia de Cataluña será un choque muy fuerte para la conciencia española. Pero es la única posibilidad de que este cuerpo yerto se reanime, cobre vida y se organice con un mínimo de dignidad y eficacia, sin vivir del robo, la corrupción, la humillación y el peloteo descarado a los poderosos, como hacen esos esbirros que la oligarquía tiene en los medios, al estilo de ese Marhuenda o las dos docenas de colegas suyos alimentados en los pesebres del Estado, del PP o de la Iglesia Católica, con la misión de mentir, abusar y engañar a la gente para que siga uncida al carro de esta tiranía de hampones.

Si no lo consigue a pesar de todo será porque España está definitivamente muerta, a manos de estos sinvergüenzas y ladrones de comunión diaria. En todo caso, lo más sensato que pueden hacer los catalanes es largarse.

dimecres, 19 d’abril del 2017

Rajoy, testigo de descargo

Vaya, el final no ha conseguido usted evitarlo y tendrá que comparecer ante los jueces, bien es cierto que como testigo, de cuya honorabilidad no se duda; al contrario, se le da crédito de antemano pues se presume que dirá la verdad. Ignoro cómo se le dará eso, cuando lleva usted años sin hacerlo. Y no es lo peor. Lleva usted casi un mandato y medio (contando con el tiempo en funciones) concentrado no en gobernar, sino en pergeñar tácticas procesales en favor propio,  sortear los bajíos judiciales de esa condenada causa Gürtel que ya le estalló cuando aún estaba en la oposición y que le persigue sin descanso, como las Furias a Orestes.

Es inolvidable aquella escena que montó usted en la sede del PP, en la que compareció ante los medios, rodeado de la plana mayor de su partido para advertir que la Gürtel "no era una trama del PP, sino una trama contra el PP". De esa trama acaba de salir un autobús, el tramabús, en el que viajan usted y algunos de los que figuran en aquella famosa foto de Génova. Otros de la instantánea también podrían aparecer en el vehículo: Barberá, Arenas, Camps, Mato.

Usted, su gobierno y su partido han hecho lo que han podido por obstruir la acción de la justicia: han recusado y conseguido inhabilitar jueces, han destruido pruebas, han desoído autos judiciales, obligando a los jueces a ir por vías ejecutivas, se han personado en procesos con ánimo torticero de obtener información y torpedear los procedimientos. Prácticas dilatorias y embarulladoras en las que Trillo era un as. Usted mismo ha conseguido sortear tres peticiones previas de comparecencia en el proceso de la Gürtel en alguna de sus dos grandes divisiones, la de Bárcenas y la de la Gürtel.

Por cierto, sería difícil sostener que Bárcenas fuera una trama contra el PP, aunque intentos se han dado. Se ha oído a la señora Cospedal negando la existencia de una caja B (esa cuya existencia está, al parecer, probada) y afirmando que, si hubiera alguna, sería de Bárcenas. Ese Bárcenas a quien usted mandó un mensaje dándole ánimos y pidiéndole fortaleza en la adversidad. Puede ser un gesto muy cristiano con un amigo pero, en un sentido político, es inadmisible. En cualquier país democrático eso sería notivo de dimisión irrevocable.

En realidad, usted hubiera debido dimitir desde que se conoció la trama Gürtel y ni siquiera haberse presentado a las elecciones. Al ganarlas, forzó usted al país a aguantar un gobierno cuyo presidente estaba por debajo de toda sospecha y en riesgo de ser llamado por los tribunales. Como ha venido a suceder.  

No solamente no dimitió sino que blindó usted su mandato controlando férreamente los medios de comunicación y negándose de modo sistemático a dar exlicaciones o rendir cuentas en cualquier foro, en el parlamentario o ante los medios. Desde comparecer en plasma a dar ruedas de prensa sin preguntas, pactar previamente las preguntas con la prensa amiga o abandonar los lugares por la puerta de servicio para huir de los periodistas,  ha recurrido usted a todos los trucos imaginables para ocultar su gestión a la opinión pública. Esta, según parece, debería conformarse con sus confusas, contradictorias y generalmente falsas informaciones, sin posibilidad de réplica. Un modelo de gobierno autoritario.

Consiguió usted deteriorar de tal modo el debate público que el crédito de los medios es ínfimo y el suyo y el de sus conmilitones, inexistente. La opinión general es que el gobierno solo habla para mentir, tanto como órgano colegiado como los ministros uno a uno. Ahora le ordenan comparecer precisamente en calidad de testigo en este gatuperio que usted y su gente han organizado estos años. Nadie cree que vaya a decir la verdad. Al menos, así lo dictamina José Luis Peñas, denunciante de la Gürtel, Rajoy "solo va a decir mentiras", algo que piensa prácticamente todo el mundo. 

Algunos dicen que, yendo de testigo, no osará usted mentir en sede judicial. Olvidan que ya lo hizo en sede parlamentaria en su famosa comparecencia del 1º de agosto de 2014, cuando hubo de dar explicaciones sobre el mensaje a Bárcenas.

El referéndum y el Estado fallido

Mi articulo de hoy en elMón.cat, titulado No hay marcha atrás, versa sobre la cada vez más afilada relación entre Cataluña y España. Como se han desarrollado las cosas, dada la cerrada intransigencia del Estado español y la negativa del gobierno central a negociar nada, el independentismo catalán -que nunca había tenido tanto apoyo social y tanta determinación política así como unidad- carece de otra salida que seguir su hoja de ruta y hacer un referéndum unilateral ya que pactado no es posible. En el caso de que tampoco lo sea el unilateral, Junqueras ha aclarado que procederán a una Declaración Unilateral de Independencia. Mayoría parlamentaria para ello la tienen y voluntad, también. Lo que pase a continuación es ya materia de especulación. Desde luego, en Cataluña se vivirá como una victoria, aunque acabe en derrota y en España como una derrota, aunque acabe en victoria. El Estado puede someter a Cataluña por la fuerza -no será la primera vez-, pero eso no le servirá de nada porque se habrá deslegitimado por entero, se habrá convertido en un Estado fallido y la separación que pretendía evitar se producirá en cualquier caso.

Aquí, la versión castellana:

NO HAY MARCHA ATRÁS

Ya está claro que el “prucès”, del que tanta burla hacen los nacionalistas españoles, es la cuestión más importante que afecta hoy al Estado. Lo es desde hace años, pero este y sus regidores parecen enterarse ahora, cuando la situación ha llegado a un punto de confrontación y ruptura por la obstinada negativa del gobierno cntral a negociar . Nadie en el fondo quiere el enfrentamiento, pero el gobierno hace gala de no tratar de evitarlo, confiando en que esa inflexibilidad será suficiente para disuadir a los independentistas de su pretensión de un referéndum.

Es una actitud no solo inflexible sino también poco inteligente del gobierno central y amplios sectores de la llamada oposición. Tanto que comienza a cundir la alarma, dentro y fuera de España, en donde se sigue el proceso con expectación creciente ya que se trata de un país importante de la UE; de segundo orden político, pero con peso. Y no está la Unión para más conflictos.

La alarma también cunde en el interior, en donde se ve con mucha preocupación la inactividad del gobierno central frente a la hoja de ruta catalana, fiándolo todo a la judicialización del conflicto. La actitud es típica de la derecha: no se trata de una cuestión de legitimidad (y, por tanto, política), sino de una de legalidad (y, por tanto, judicial) que se resolverá, si necesario fuere, por la vía coercitiva en toda su extensión. Es el discurso del cumplimiento de la ley y la defensa de la legalidad con pulso firme. El típico discurso autoritario de reducir los conflictos políticos como este a meros problemas de orden público o “algarabías”, como dice Rajoy. El problema es si eso ya no basta para reducir el movimiento por el referéndum y el conflicto político se convierte en social.

Abundan las declaraciones. Montero, de UP, pide al gobierno central que pacte un referéndum antes de enfrentarse a un RUI. Colau relativiza el valor de un sí a la independencia en el reférendum por el que aboga, e Iglesias se adelanta a reconocer que la consulta debe ser vinculante. Por supuesto, El País, convertido en think tank liberal del nacionalismo español, amontona las encuestas probando que la independencia no es la opción mayoritaria si se ofrece una alternativa de excepcionalidad pero no la independencia. A este juicio desiderativo (ya que la alternativa no existe, por más que el diario lleve meses implorándola del gobierno) se añaden sesudas consideraciones sobre la imposibilidad material, técnica de organizar la consulta por falta de tiempo.

Tardá advierte de que, según avance el proceso, abundarán declaraciones derrotistas de “buena fe”. Lo considera una táctica y confía en que la Generalitat cumplirá la hoja de ruta. Apostilla Puigdemont que habrá referéndum en el plazo previsto y, entre tanto, pide als Comuns pactar la pregunta con la obvia intención de sumarlos a la participación y que no se deslegitime la consulta por una alta abstención. La Generalitat organizará la consulta para ver hasta dónde llega la respuesta del Estado, pues no tiene marcha atrás.
Pero lo más importante de las declaraciones de Puigdemont es que vaticina que, además, ganará el “sí”. El “sí” a la independencia. Cosa de gran trascendencia, sea cual sea el tipo de consulta que se celebre.

Hace unos años nadie habría considerado que pudiera darse una mayoría electoral independentista ¿Qué ha sucedido? Que las cosas han cambiado mucho en Cataluña precisamente porque no han cambiado nada en España. Asunto que se mide fácilmente. Entre un 75 y un 80 por ciento de la población catalana quiere un referéndum en su tierra, en ejercicio de su derecho a decidir o derecho de autodeterminación. De esas magnitudes, más de la mitad es partidaria de la independencia. Para llegar a ser mayoría del cuerpo electoral, esta última necesita los votos de la minoría no independentista partidaria del referéndum.

¿Cómo conseguirlos? De eso se encarga la inflexibilidad del gobierno español, el mismo que ya se encargó de que el 20 por ciento de independentistas del año 2010 pasara al 47 por ciento en cinco años. Con la misma habilidad conseguirá que quienes quieren ejercer el derecho a decidir para decir “no” a la independencia, cambien el sentido de su voto, pues no verán razón alguna para seguir en un Estado que les niega el ejercicio de sus derechos.

dimarts, 18 d’abril del 2017

La picota moderna

Estos de Podemos dominan el juego estudiado por el celebérrimo Guy Debord de la política como espectáculo. En realidad lo ha sido siempre pero, normalmente, espectáculo suntuoso, ceremonial, ostentoso, lleno de boato; espectáculo más del género operístico. Los de Podemos están introduciendo otros géneros, tanto en su actividad parlamentaria como en la callejera; géneros chicos, populares, zarzueleros, con algo de commedia dell'arte. Forman parte de esa función subversiva de la vida cotidiana que se adjudican como parte de su acción. Dada su obvia vocación mediática, sus espectáculos consiguen grandes audiencias.

El caso del autobús trae a la memoria otro tipo de espectáculo, el de la picota o su pariente rico, el rollo, lugares en que se exponía a los delincuentes al ludibrio público, a la entrada de las poblaciones, a veces de cuerpo entero, a veces solo la cabeza, convenientemente cortada y empalada, aunque estos eran casos extremos. La pena menor, la más habitual, era la exposición pública del malhechor. Ahora este es sustituido por su imagen, pero el efecto es el mismo. Los han puesto en la picota. Por lo demás, un espectáculo ambiguo pues si, por un lado, tiene una función ejemplarizante, por otro viene a ser como un anticlímax o sucedáneo. Creo que es en 1984 en donde hay un "minuto del odio", durante el cual la gente pasa a ver la imagen del enemigo oficial del pueblo para llamarle de todo. Y así se desahoga. Dudo de que eso suceda con el Tramabús.

Las reacciones han sido instantáneas, fulminantes, reveladoras de una irritación mal contenida y profundamente hostiles. Algo muy parecido a la recepción que tuvo el autobús de Hazte Oír del otro lado de la barrera ideológica hace unos días. Alguno ha apuntado al hecho de que el tramabús esté copiado del otro y ha aprovechado para soltar eso tan gracioso de que los extremos se tocan. Está claro que los de Podemos son unos imitadores que prácticamente lo han copiado todo, desde el nombre de la organización a su estructura y sus planteamientos. Pero en esto del autobús, en realidad, no copian, sino que siguen una tradición ya venerable en casi todos los países occidentales no solo con fines políticos y electorales, sino también publicitarios, propagandísticos. Y no solo autobuses, también trenes y hasta globos. Esto de los globos es una idea. Preveo intensas batallas judiciales a cuenta del derecho a la propia imagen.

Los socialistas, que han mantenido una exquisita neutralidad con los dos autobuses, rechazando los dos, se duelen de que aparezca el rostro de Felipe González mezclado con una tropa patibularia. Es un problema de interpretación. Como no quieren tirar al niño con el agua sucia, piden diferenciar entre las puertas giratorias que quizá sean inmorales, pero no ilegales y la Gürtel, que son delitos. Cierto es y quizá lo justo fuera que Podemos fletara un segundo tramabús con casos de puertas giratorias. No sería tan vistoso porque los de las puertas giratorias son menos conocidos que los Bárcenas, Aznar, González, Aguirre, etc. Y ese es justo el precio suplementario que paga González porque no es de recibo que se protagonice el primer gobierno de la izquierda en España después del franquismo con mayoría absoluta y se acabe en Gas Natural, cobrando un pastizal por "aburrirse", según su propia confesión.

Una de las reflexiones más interesantes de Piketty en su obra sobre el Capital hoy es la importancia que tienen las exageradas, estratosféricas rentas que por varias vías se adjudican cientos, miles de directivos en esta locura de la financiarización: salarios de cientos de miles €, pensiones de decenas de millones, retribuciones que no guardan relación racional alguna con la productividad. Cálculese la productividad de cobrar 200.000 € por "aburrirse". En el momento en que González acepta las reglas del juego, forma parte de él. Y eso vale también para Cebrián, solo que con puestas mucho más elevadas, más en el orden de los míticos brokers neoyorquinos

Se forma parte del juego y del espectáculo. En este caso, la picota. Ese autobús es un torpedo en la línea de flotación del consenso implícito en la tercera Restauración. Por cierto, lo que se echa en falta en el historiado vehículo es algún rostro de la Familia Real. Debe de haberse impuesto la sana y prudente cautela porque Urdangarin, por ejemplo, no se distancia gran cosa del resto del retablo.

dilluns, 17 d’abril del 2017

Tiempo muerto

El País sigue beligerante contra el independentismo. Ayer publicaba una encuesta de Metroscopia que daba una aplastante mayoría de catalanes a favor de una tercera opción entre independencia sí o no, consistente en una nueva forma jurídica de la relación de Cataluña con España a base de competencias blindadas. Lo malo es que esa tercera opción no existe, si bien El País lleva meses pidiéndola por favor al gobierno. Al no conseguirlo, según se ve, ha decidido convertir sus deseos en realidades y se ha inventado un referéndum y, claro, lo gana. Pero eso no significa nada ni tiene valor alguno porque es una invención lanzada al vacío.  La pregunta del referéndum hasta la fecha solo es y solo puede ser "Independencia, sí o no".

Este enfoque es parte de una campaña amplia de los medios, los políticos nacionalistas españoles y los catalanes unionistas para desmantelar el referéndum antes de realizarse. Las desavenencias en la coalición gobernante se repiten y tienen un impacto negativo en una sociedad tan movilizada como la catalana. Además, la CUP, de quien depende el gobierno parlamentariamente, aprieta en el otro extremo, exigiendo la fecha y la pregunta del referéndum ya. El gobierno catalán quiere pactar la pregunta con Els Comuns, lo cual no está mal pensado para garantizar una mayor participación y evitar así una deslegitimación de la consulta a cuenta de una elevada abstención.

En todo caso, el tiempo apremia. Se sabía, porque los mismos de JxS lo dijeron repetidas veces, que el govern mantendría abierta la oferta de pacto hasta el último minuto. Pero también se sabía que ello no sería óbice para que el mismo govern continuara con su hoja de ruta. En consecuencia, debe creerse que las autoridades catalanas controlan los tiempos del proceso. Tal cosa afirma Junqueras. Pero no sé si se han calculado los tiempos muertos que se producirán inevitablemente con las distintas decisiones del Tribunal Constitucional suspendiendo y prohibiendo.

La verdad es que el tiempo, el que no está muerto, apremia.

Al final de la escapada

Si lo de Rodrigo Rato se escribe en una novela, los críticos dirían que es una fantasía inverosímil. ¿Cabe ser gobernante y delincuente al mismo tiempo? No me refiero a esa generalización propia del huerto ácrata de que, en realidad, todo gobernante es un delincuente porque el gobierno en sí mismo es un delito. Simplemente a la posibilidad de que el gobernante cometa delitos distintos al de gobernar.

Esa posibilidad existe y según parece y presuntamente y etc., se ha hecho realidad en el caso de Rodrigo Rato. Resulta, desde luego, inverosímil que el país haya estado gobernado por alguien que delinquía mientras gobernaba y no por interés de Estado, sino en beneficio propio. El autor del "milagro económico" que venía legitimando los gobiernos de Aznar, dejó tras él una burbuja inmobiliaria y una crisis atroz. Para ir a presidir el FMI, de donde salió a toda prisa porque, según se publica ahora le habían pillado con cuentas en paraísos fiscales o blanqueando dinero o ambas cosas a la vez. De allí saltó a la presidencia de Cajamadrid con el aval y el apoyo de Rodríguez Zapatero, entonces presidente del gobierno, y Mariano Rajoy, jefe de la oposición. Es decir, llegó a presidir la caja con el apoyo de la inmensa mayoría del Parlamento. Y aquí, en una exhibición definitiva de su magia, convirtió la alicaída Cajamadrid en una ruinosa Bankia que fue preciso rescatar a un coste, ese sí, inverosímil de dineros públicos. Y siempre en su presunto beneficio.

Esta trayectoria es la de un supuesto delincuente a las riendas del poder económico español, del mundial y luego de un suculento pastel de nuevo español. Una trayectoria que revela el carácter real de los gobiernos de Aznar. Si estos trajeron una crisis económica interior pavorosa y metieron al país en el exterior en una guerra criminal que le costó el peor atentado de su historia, ¿qué le queda a Aznar para ir presumiendo de su obra como gobernante?

Aznar y Zapatero. En un artículo extraordinario en CTXT, titulado Rato y la extraña ceguera de Zapatero, Cristina Fallarás comenta que Zapatero presumía ser una de las tres únicas personas que conocían la verdadera razón de la espantada de Rato del FMI. A pesar de ello impulsó y respaldó su nombramiento para Cajamadrid. De ser esto así, no hay duda: el comportamiento de Rato, aun inverosímil, es comprensible en función de la infinita codicia del hombre. El comportamiento incomprensible es el de Zapatero. Ningún pecado capital lo explica. Si acaso la primera de las Bienaventuranzas, "bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos será el reino de los cielos".

Una última observación de homenaje a Al final de la escapada, gran película. 

diumenge, 16 d’abril del 2017

PSOE, un futuro comatoso

Por futuro comatoso me refiero al que augura aquella famosa primera fila del mitin de presentación de Susana Díaz en el Ifema, de cuyas cuentas, por cierto, seguimos sin saber nada. Aquella ristra de ex-altos cargos y viejas glorias con caras de pocos amigos que revelaban a las claras la gracia que les hacía estar allí de comparsas era el desmentido más rotundo a los trinos de la por-fin-candidata sobre el futuro radiante.

En estos días de tanto rezo y procesión, a los socialistas les ha dado por reflexionar en público y escribir artículos sobre la situación actual de su partido. He embuchado varios. Los que más me han gustado son uno de José Sanroma, España en su laberinto y otro de María Mir Rocafort, Tragar sapos, los dos de sanchistas. Se me nota el plumero, ya sé, pero es que los que he leído favorables a Díaz no tienen ni un mal pasar y sobre López no es fácil encontrar artículos.

El PSOE se ha metido en un lío o laberinto, como dice Sanroma, extendiéndolo a España. Y se ha metido en un lío por haber planteado mal las primarias. No desde el punto de vista reglamentario, práctico y estatutario, que también ha sido un desastre, sino desde el punto de vista del espíritu, el ánimo con que se convocan. No se han planteado dos candidaturas con ánimo de votar a favor de una, sino de hacerlo en contra de la otra, al menos por una de las partes, la "oficial". Mal comienzo para una campaña en la que solo se habla de "compañeros", como hace Díaz de continuo cual si quisiera disipar la reaparición del último "compañero" al que defenestró, ahora convertido en rival. Sobre eso de los compañeros y las rivalidades, el artículo de López Alba es muy ilustrativo.

Unas elecciones con voto no a favor sino en contra están mal planteadas. Si de lo que se trata es de que no gane el otro, el proyecto propio es indiferente. Por eso desde el primer momento se entendió que la candidatura de López era parte del frente contra Sánchez. Ese frente, ahora encabezado por Díaz, se organizó mucho antes de las primarias y fue la conjura de los 17, de la que salió el golpe del 1º de octubre. La candidatura de Díaz, cerradamente a la contra de Sánchez, tiene el handicap de la imagen de fría y ambiciosa conspiradora. Su objetivo declarado es reunificar un partido dividido y como credencial presenta el hecho de haber sido ella la que lo dividió. No quiero hacer comparaciones que puedan irritar, pero esto suena un poco a aquello de "la guerra es la paz y la mentira, la verdad". 

Dada la rebelión democrática que se vive en el PSOE, la ilusión que le echan los militantes, a pesar de las zancadillas de la junta gestora, un triunfo de la candidatura de Díaz, sería un golpe mortal para el partido cuyo último bloque de cinco millones de votantes fieles podría huir en desbandada. Que todo el "establishment" político, desde el PP a Podemos, y mediático, desde La Razón a El País, así como los padres de la actual patria socialista y, por supuesto, el aparato del partido apoyen la candidatura de Díaz nos exime de mayor comentario acerca de la desigualdad de trato de ambas candidaturas. Sánchez está en las redes, pero no en los medios; Díaz está en los medios, pero no en las redes. Eso también requiere reflexión: las redes son libres; los medios están todos sesgados cuando no claramente manipulados. 

Y eso también quiere decir mucho respecto el impulso, la conciencia de quienes apoyan a una u otro candidato.

La belleza interior

Después de ver ayer la última versión de King Kong, que es una variante gringa de la leyenda de la bella y la bestia, hoy nos fuimos a the real thing, la leyenda misma en la última versión de los estudios Disney. La peli es un derroche de fantasía e imaginación, tantas que, aun siendo un musical, se sigue con viva atención. Uno, que tiene amargas experiencias con Disney a base de elefantitos voladores y cerditos con un lazo rosa, agradece que no haya nada de eso aquí. Es una película de los estudios Disney -que, por cierto, según mis noticias, tienen una orientación ideológica cada vez más abierta- pero de director, Bill Condon, sumamente competente en contar historias en las que se mezclan los seres vivos, reales, con los imaginarios. 

El regodeo visual del palacio-castillo en lo alto de una peña, sometido a una maldición sobre su hundimiento similar al de la mansión Usher, los bosques nevados, las escenas de la aldea se complementa con el atento seguimiento de la trama. La leyenda tiene un origen complicado. Es obra de dos mujeres. La versión más común es la deJeanne-Marie Leprince de Beaumont, una escritora e institutriz francesa del XVIII que, a su vez, resumió y reescribió en buena medida la anterior de una compatriota suya,Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, dándole el carácter de cuento de hadas. Por eso no mencionó la maternidad de la obra.

El nudo es muy sencillo porque se trata de una historia de amor, que es una buena base, a la que se añaden dos enseñanzas: la belleza real es la interior y el valor de las doncellas, capaces de rebelarse contra las apariencias y los usos sociales. Lo del interior tiene ilustres antecedentes, el más obvio, el mito de Eros y Psique, al que echa mano Cocteau en su versión de La bella y la bestia, de 1946.


En cuanto al valor y el amor también hay antecedentes, por ejemplo, el de Alcestis, capaz de ocupar el lugar de su marido en la hora de la muerte por amor. Bella se mueve entre dos mundos: el de la fantasía (lee libros y hasta enseña a otros a leer) y la vida cotidiana. El primero está hecho de apariencias (las tazas, los candelabros, los relojes, hablan) y el segundo, de realidades. Pero, merced a su tesón y audacia, las apariencias se tornan realidades y las realidades resultan ser apariencias.


La peli está hecha para el lucimiento de Emma Watson y a fe que se luce. Ver al final un breve plano de Emma Thompson añade un toque de nostalgia a un final feliz.

dissabte, 15 d’abril del 2017

El macizo de la raza

Continuación del post de ayer, Nacionalcatolicismo. La semana santa podría llamarse la semana española porque es en ella cuando la esencia de la raza se manifiesta en todo su esplendor. Ahí está el poder político, del ganchete con el militar, participando en una ceremonia religiosa de mucha fama, la procesión del Cristo de la buena muerte. Lo de menos es que este paso sea portado por legionarios, aunque es lo que más se comenta. Por si no lo fuera suficientemente, alguien tuvo la peregrina idea de que esos mismos legionarios fueran a cantar su himno (el que glorifica a la muerte) a los niños del pabellón de oncología en un hospital de Málaga. Venían, además a acercarles el Cristo de la buena muerte.

Lo de más es el nombrecito del paso, el Cristo de la buena muerte, obviamente un deseo salido de lo más profundo de los terrores de la muerte. Los terrores del catolicismo, inventor de eso de la condenacion eterna. Un paso que condensa el espíritu de la raza: el Cristo de la buena muerte portado por los novios de la muerte. Las postrimerías en andas de una milicia especial que se llamó en su origen "tercio de extranjeros", a imitación de la legión extranjera francesa.

Estas fechas de congoja y aflicción que las autoridades civiles, militares y religiosas católicas imponen a la población general conviven hace años con la frívola tendencia de la gente a largarse a las playas a torrarse al sol. Una dualidad que permitía luego admoniciones eclesiásticas sobre la liviandad de las costumbres y el abandono de los deberes. Pero ahora les ha salido un temible competidor con internet, las redes y la multiplicación de imágenes, mensajes, memes. Un ejemplo de contestación avasallador que reproduce las noticias con comentario libre.

Muy buena idea la de El Plural de hacer un seguimiento de los tuits de un tuitero famoso, @diostuitero con un Cristo con gafas de sol en el perfil y que suele despedirse con un "Mi paz o dejo, mi paz os doy. Seguid rezando que yo me voy". Merece la pena ver los tuits que recopila El Plural porque, además, contienen imágenes francamente divertidas.

Las redes son temibles. Twitter es un equivalente a los confidenciales, pero abierto a todos. Determina lo que es noticia y lo impone en los medios, mucho más lentos, espesos y doctrinarios. Twitter es la vida que sale al paso de los pasos y los ridiculiza y los expone en su ridiculez. Porque el punto central de la esencia nacionalcatólica española es la España negra.

Las irreverencias de Twitter e internet en general (ámbitos llenos de descreídos y de elegetebés) forman también parte del macizo de la raza, la que recurre al sarcasmo, la burla, la mofa porque no puede hacer otra cosa.

La parte del humor negro.

La última escaramuza de Vietnam

Curiosa esta nueva versión de King Kong. El fondo último de la historia, la bella y la bestia, permanece aunque más comedido que en las otras dos versiones que conozco. Permanecen asimismo otros elementos que así pasan a la leyenda de Kong: la tribu de indígenas, sin contacto con ninguna otra vida humana, en un mundo aislado, poblado por criaturas monstruosas. El antiparaíso terrenal, el dominio de Kong.

El resto es una variante muy oportunamente actualizada a la retirada de las tropas de los EEUU de Vietnam en 1973. Todo lo demás cambia también. La motivación del peligroso viaje ya no es el alegre espíritu empresarial estadounidense de ir por Kong para traerlo a Nueva York y exhibirlo en público ganando así una fortuna. Ahora tiene una finalidad científica confusamente explicada en el comienzo e involucra una decisión política por la que se envía una unidad de helicópteros, destinada en Vietnam, a acompañar a la expedición al lugar desconocido. El jefe de la unidad está rabioso por la retirada y acoge la nueva misión muy contento de poder seguir la guerra. La mayor parte es pues una película del Vietnam en la que el jefe pierde los estribos, probablemente la primera víctima del llamado "síndrome de Vietnam".

La película viene a ser una especie de codicilo al testamento de aquella guerra que los EEUU "no perdieron", según el chalado al mando militar de la expedición, sino de la que "se retiraron". Ahora tienen una misión nueva, no tienen que volver a casa con el rabo entre piernas. Toca salvar a la humanidad de un oscuro peligro que anida esa siniestra Isla de la Calavera. Como cuando tenían que salvarlo del Vietminh.

Un punto de divertida innovación es que los expedicionarios encuentran un robinsón del siglo XX, un piloto de la segunda guerra mundial en el frente del Pacífico, cuyo avión se estrelló en la isla y está loco por volver a casa, a ver un partido de baseball de su quipo favorito. El naúfrago explica a los expedicionarios que la isla es una utopía en la que no hay propiedad privada y da un giro a las relaciones de los humanos con Kong que ahora no es una bestia temible, sino un protector, un dios, el que los defiende frente a los demás monstruos de la isla. Kong es bueno y, a diferencia de las otras versiones, no solo porque se hubiera enamorado, sino porque es propicio a los seres humanos, es una divinidad tutelar.

Los efectos especiales (las luchas de Kong con animales monstruosos) están muy logrados aunque, como siempre, aburren, y la ambientación de aquella jungla primordial excelente. También se proyecta en 3D y debe de ser aun más entretenida. En 2D lo es.

divendres, 14 d’abril del 2017

Nacionalcatolicismo

Ahí está, por insólito que parezca para un Estado no confesional a tenor del artículo 16,3 de la CE, que reza por una parte: Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Pero si el Estado renuncia a su confesión, su brazo armado, el ejército, que tiene, entre otras funciones, la de defender su "integridad territorial", según el art. 8, hace gala de ella y decreta luto por la muerte de su dios.

Es asombroso pero si se recuerda la continuación del citado 16,3, se entienden algunas cosas:Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. Se entienden a tavés de la habitual marrullería para colar el privilegio de la Iglesia Católica. Parece asombroso, desde luego, que el Estado se involucre a través de sus fuerzas armadas en la celebración de una leyenda religiosa de hace 2000 años que se da como un hecho fehaciente y, por razón de la fe religiosa, actual, como si se tratara de una muerte producida ayer. Pero está dentro de lo interpretable del citado artículo. ¿Qué mejor cooperación con la Iglesia Católica que participar en sus lutos?

Además, esto de andar de pasión forma parte de las creencias populares, las de la raíz tradicional en la cultura de nuestro pueblo. Como la tauromaquia, que también arranca por estas fechas y tanto nos distingue entre las naciones civilizadas del planeta.

España es católica igual que la gallina es ovípara, por naturaleza. Tengo oído al devoto ex-ministro del Interior, que quería imponer una regla trapense a la sociedad, que si España dejare de ser católica, dejaría de ser España. No es nuevo. Es una concepción muy arraigada en la derecha de siempre. El catolicismo es consubstancial a España. Está presente en la vida pública, los fastos de Estado, los medios públicos de comunicación, las políticas públicas de la administración, sobre todo en educación. La Iglesia Católica es un Estado dentro del Estado y por eso este rinde a su jefe honras fúnebres de Estado.

La ministra de Defensa de este país del siglo XXI, Cospedal, traslada al ámbito público sus convicciones religiosas. La naturaleza de estas es bien visible porque ella hace público lucimiento siempre que puede. La idea de que la confesión religiosa es un asunto privado de cada cual y no parece razonable exhibirla con todos los títulos del mando y el poder públicos ni se le pasa por la cabeza. Con lo retrechera y elegante que va ella con su peineta y su mantilla portando el cirio en la procesión de su tierra. Ella y todas las autoridades civiles, religiosas y militares, y las cofradías y hermandades, los ciudadanos pudientes, la buena sociedad y los pasos, con la rica imaginería popular, los penitentes, los nazarenos, los encapuchados, todo ello animado con música de banda militar de redobles fúnebres. 

Es frecuente escuchar el lamento (muy discutido entre historiadores) de que en España no hubo revolución burguesa. Es verdad, no la hubo, pero porque antes no había habido tampoco reforma. Al contrario, hubo contrarreforma. Y ahí seguimos.

En Trento.