divendres, 13 de maig del 2011

El pensamiento libertario.

Este pequeño volumen de Carlos Taibo (Estado de alarma, Madrid, La Catarata, 2011) es una recopilación de artículos de prensa recientes. Normalmente los autores sienten la necesidad de justificar estas recopilaciones y lo hacen aduciendo que, aunque los artículos fueron escritos y publicados en lugares y tiempos muy distintos, los recorre el hilo de una preocupación común y forman una unidad. Ya en el interior del texto resulta que el hilo común en realidad son numerosas repeticiones y, a veces, los artículos son casi coincidentes, lo que acaba haciendo la lectura bastante tediosa.

No es el caso de Taibo. Al contrario, la lectura es amena. Ha tenido el autor el acierto de agrupar los artículos en seis bloques: la crisis, el Gobierno español y sus farsas, la crisis energética, los sindicatos mayoritarios y la izquierda, sobre el decrecimiento, sobre la memoria, en particular la memoria libertaria. Así se accede a una visión sintética y ágil del pensamiento libertario acerca de las cuestiones actuales. No hay repeticiones (excepto la de las páginas 58 y 60) y la visión que la obra ofrece es bastante equilibrada. Tengo coincidencias y discoincidencias en unos u otros capítulos.

En el de la crisis coincido en que ésta no se resuelve con medidas neoliberales ni keynesianas (p. 24). Ya no estoy tan seguro de que el capitalismo se encuentre en su estado de corrosión final (p. 27) y menos aun de que la crisis pueda combatirse a base de distribuir trabajo, fomentar el "ocio creativo" y la solidaridad, reduciendo producción y consumo, la reducción de infraestructuras, la primacía de lo local, esto es, sobriedad y simplicidad voluntarias (p. 25). Ni siquiera estoy seguro de que algo así sea deseable. Es el meollo de la doctrina del decrecimiento, de la que Taibo es firme adalid.

Esta propuesta del decrecimiento, lo más interesante del libro, sostiene que al irracionalismo capitalista, basado en la publicidad, el crédito y la obsolescencia planificada (pp. 78/79) es preciso responder mediante la redistribución, la reducción y la reutilización (p. 85), porque si no se hace, todo se va al garete, como demuestra la unidad de medición llamada huella ecológica según la cual para 2050 serán necesarios dos planetas Tierra para sostener el desarrollo capitalista (p. 82). Dice Taibo que las críticas a este enfoque son refutables. Pero eso será mientras no se levante la objeción más grave, la de que el decrecimiento, en realidad, no es factible. La humanidad sólo es concebible en los términos hegelianos del progreso del espíritu hacia la libertad y la eticidad absoluta. Que eso se entienda en nuestro tiempo según el lema olímpico lo hace más trivial, desde luego, pero también más claro. La humanidad no tiene marcha atrás, salva catástrofe. No es posible retornar a la Arcadia feliz. El provenir es incierto y llevarlo al pasado no lo hace más cierto.

En otro lugar, Taibo enriquece su visión de hacia dónde apunta el decrecimiento. A los factores señalados se añade la renta básica de ciudadanía y la "reorganización de nuestras sociedades según principios diferentes, entre ellos la primacía de la vida social frente a la lógica de la productividad y de la competitividad" (p. 54). A primera vista los enunciados son convincentes, pero no parecen factibles. Reorganizar la vida social según una lógica que no sea de productividad no debe de ser sencillo, sobre todo si la base para hacerlo es la "primacía de la vida social", que es algo que suena a la vieja controversia de los antiguos y los modernos.

Son los aspectos de mayor envergadura teórica del libro. Los demás capítulos están dedicados a asuntos de política más práctica en donde hay leña crítica a repartir entre el Gobierno socialista, los sindicatos mayoritarios y hasta Izquierda Unida, cuya refundación ve el autor tan problemática como Palinuro aunque quizá no por las mismas razones.

Taibo termina la obra especificando las características de lo que sería una organización libertaria global. Un sueño, porque sólo puede estar basada en la ausencia de poder y el poder ha sido hasta la fecha un rasgo constitutivo del ser humano.

dijous, 12 de maig del 2011

Indignémonos, pero ¿para qué?

Los panfletos siguen extraños destinos. Como los libros. Algunos panfletos han cambiado el curso de la historia. Escogiendo uno por siglo, las 96 tesis contra las indulgencias de Lutero, clavadas en 1517 en la puerta de la iglesia de Wittenberg y que, en realidad, se pueden considerar como el primer pasquín, abrieron al camino a la reforma protestante. La Ley de la libertad de Gerrard Winstanley en 1652 fue el alma del puritanismo radical, comunista. ¿Qué es el Tercer Estado? del abate Sieyès en 1789 inauguró el triunfo de la Revolución Francesa. El Manifiesto del partido comunista de Marx y Engels en 1848 dió luz roja (es decir, verde) a la revolución proletaria comunista. La miseria en el medio estudiantil, de Mustafa Kayatti (internacional Situacionista, 1966) se encuentra en el inicio de la revuelta de los estudiantes (o sea, los cachorros de los intelectuales) en mayo de 1968 en París.

Hay gente que adjudica una función similar en el siglo XXI al panfleto de Stéphane Hessel, el anciano partícipe de la France combattante a las órdenes del general De Gaulle (Stéphane Hessel (2011) ¡Indignaos!, Barcelona, Destino, 60 pp). La función de provocar una gran ola de indignación que desencadene un proceso revolucionario. Podría ser, dado que ya se han vendido muchísimos ejemplares en Francia, pero hay dos razones que hablan en pro del escepticismo. La primera es que quedan 89 años para zanjar la cuestión y nunca se sabe.

La segunda razón tiene que ver con la obra en sí. Los panfletos critican una situación actual y proponen sustituirla por otra distinta. Las escasas cuarenta encendidas páginas de Hessel condenan la situación actual pero no proponen otra distinta a cambio. Proponen que nos indignemos con lo que pasa y que recurramos a la insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que sólo defienden el modelo de consumo de masas (pp. 47/48) nada más. Pero indignación es justamente lo que sobra. Quien haya leído algo sobre Islandia o Grecia recientemente lo sabe. La indignación es hoy general, cuando se comprueba que un puñado de sinvergüenzas al mando de las finanzas, amparado en otro puñado de sinvergüenzas en la política y otro más en los centros de fabricación de ideología que pasa por ciencia, han estafado al mundo entero y arruinado a decenas, centenas de miles de personas. ¿Indignación? Occidente es una santabárbara. Pero eso no se arregla sublevándonos contra los medios de comunicación de masas, aunque la propuesta no sea desdeñable.

El problema reside en que Hessel ha hecho una extrapolación de 1939 a hoy y el asunto no acaba de encajar. La indignación era producida entonces por la invasión del extranjero y es tal el fervor patriótico de Hessel que lo lleva a decir que los franceses fueron invadidos por el fascismo de Vichy (p. 17) cuando es obvio que el fascismo de Vichy no fue una invasión sino que se trataba de los franceses mismos, esto es, los franceses fascistas, que los hubo. Y colaboracionistas. Se indignaron los que se indignaron. No todos. Igual que ahora.

Otra diferencia fundamental: los indignados de 1939 (que, por cierto, recurrieron a la violencia, no al pacifismo) tenían una hoja de ruta, más o menos el Estado del bienestar y la proclamación de los Derechos Humanos universales, a la que el autor da gran importancia por que fue uno de los redactores. Pero esa no es la situación hoy. Al principio de la crisis se escucharon propósitos sorprendentes en bocas no menos sorprendentes. Sarkozy habló de refundar el capitalismo. Los dirigentes, de abolir los paraísos fiscales. A estas alturas, nada de nada, pura quimera. Si hay un objetivo estratégico es conservar lo que tenemos y para eso sirve de poco la indignación.

Hessel lleva años indignado con la situación en Palestina. No es para menos. Dentro de unos días zarpa la segunda flota de la libertad rumbo a Gaza. Veremos qué pasa. Los que van en ella tienen valor, tienen coraje y merecen todo el apoyo. Pero la situación de Gaza seguirá siendo crítica.

Nos indignamos. Pero ¿hacia dónde dirigimos la indignación? No nos han invadido. Al contrario, somos nosotros los invasores en medio mundo. No nos empobrece ningún extranjero avieso sino que nos empobrecemos nosotros mismos. El club de los ricos siempre ha tenido condiciones muy estrictas. Y la indignación la queremos ¿para mantenernos en él o para abandonarlo?

dimecres, 11 de maig del 2011

Al borde del precipicio.

Corresponde a Cristóbal Montoro, ese hombre enteco y con aspecto desmedrado, siempre con ristras de papeles en las manos, la función de San Juan en Patmos: anunciar el apocalipsis, la revelación, el fin del mundo. España está al borde del precipicio. El séptimo sello, la trompeta del Juicio. Puede parecer una deslealtad mayúscula que, además, ya viene produciéndose desde mayo de 2010. El PP se encuentra siempre del lado de los asaltantes de la ciudad. A ello invita el mismo Rajoy, aparentemente compungido: "La crisis griega afecta a España, es muy preocupante". Es un ejemplo de lo que los alemanes llaman Schadenfreude, esto es, el alegrarse del daño que sufre otro, lo cual adquiere una dimensión psicológicamente preocupante cuando el daño lo sufre también el que se alegra. Hay quien, por hundir a Zapatero, vuela el barco en el que viaja con él. Es un comportamiento parecido al de los terroristas suicidas. Y luego dicen que no los entienden.

Palinuro sospecha, no obstante, que quien está al borde del abismo es la derecha, sobre la que gravita el escandalazo de la Gürtel, de la que cada día hay una noticia nueva. En concreto el destino de Camps depende de su peripecia judicial que pinta negro barrote. En el caso de Arenas, si pierde de nuevo en Andalucía, será la cuarta vez y, si muchos consideran razonable limitar los mandatos a dos, también habrá que limitar los no mandatos en los que es especialista este campeón. En el caso de Cospedal da la impresión de que su irrefrenable codicia puede jugarle una trastada. Con que sólo se le vaya un voto por cada euro que cobra por encima del salario del presidente del gobierno, ya ha perdido las elecciones. Y el de Rajoy es, en efecto, apocalíptico. Tiene que ganar el veintidós de mayo con un margen de diez a catorce puntos porcentuales porque, si no lo hace, los suyos, que tanto lo quieren, lo despellejan, y no tengo claro que pueda hacerlo. Él tampoco. Por eso ha pasado de callar prudentemente sobre Bildu a dinamitar con Grecia. Los sondeos que se publiquen el último día permitido antes de las elecciones darán una pista. Pero al borde del precipicio aquí hay mucha gente.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

Todólogos.

Entre los años 1993 y 1998 (más o menos) fui tertuliano de Protagonistas, la tertulia que tenía Luis del Olmo en la ONCE, la emisora de los ciegos. (Mirá vos, ahora que acaba de morir Sabato). En 1998 del Olmo decidió prescindir de mí, según me malicio por presiones del gobierno del PP, cuya política (por llamarla de algún modo) en materia de comunicación gestionaba Miguel Ángel Rodríguez. No hace falta decir más. Bueno, el caso es que caigo dentro del género tertuliano que tan despiadada como certeramente retrata Taibo en este libro (Carlos Taibo (2010) Contra los tertulianos, La catarata, Madrid, 110 pp). Espero que no bajo el subgénero de todólogo que suscita la indignación del autor. Me considero exento porque no hablaba de todo sino solamente de lo que creía saber algo. Había, y hay, asuntos muy importantes sobre los que jamás hablé. Nunca dije una palabra sobre fútbol, por ejemplo; y mira que se habla de futbol en las tertulias, con el cuento del fenómeno sociológico; ni sobre toros, patrimonio cultural inmaterial, como el gótico o la capilla Sixtina; ni sobre famosos o famosas.

De todas formas el análisis del libro de Taibo no se limita a ser una diatriba contra los todólogos, aunque podría. El uso del término tertulianos con su aroma patrístico, hace bucle con el título que suena casi como una contra gentiles. Toma pie Taibo en Debord y Baudrillard, fundamentalmente, para caracterizar esas tertulias espectaculares y de simulacro que, con la desaparición del libro y otros efectos concomitantes de lo televisivo (hoy todas las televisiones tienen tertulias), que recoge el cascarrabias de Sartori, contribuyen al atontamiento general (p. 65), noble empeño en el que son de gran utilidad los tertulianos.

Taibo clasifica el género en tres grandes apartados, los periodistas, los intelectuales y los políticos y no es caritativo con ninguno de los dos primeros a los que afea que su colaboración degrada su respectiva profesión o condición (p. 48) y critica que se presten a simular un pluralismo que no existe en los medios. De los políticos ya no hablemos. Aborda cuestiones complicadas pero no espinosas, como la independencia (p. 36) y espinosas pero no complicadas, como la "lógica del dinero" (p. 103), la pastuqui que es uno de los criterios por los que se reparten las canonjías tertulianas según el inveterado principio del intercambio de favores: yo te doy una tertulia y tú me das una columna.

Dedica el autor dos capítulos especialmente felices a la figura del converso, dando cumplida fe de porqué sigue siendo cierto el dicho de la fe del converso y a la de los intelectuales que llama abducidos, una de cuyas subespecies es el intelectual vendido. Triste sino el de muchos intelectuales en todos los tiempos que tenían que venderse para vivir. Que se lo digan a Quevedo a pesar de sus muy valientes versos y que se lo digan hoy a cualquiera de los conversos cuya vehemencia discursiva suele estar en relación directamente proporcional a la nómina.

En fin que el libro está muy bien, es agudo, mordaz, realista y tiene el buen gusto de no mencionar nombres o apellidos, que ya el lector avisado los barruntará.

dimarts, 10 de maig del 2011

Mayo 22. La ministra de Defensa pasa al ataque.

En Tomelloso fue la lid, como en el Robledo de Corpes la afrenta. Allí se midieron, cada una por su lado, dos de las mujeres más emblemáticas de sus respectivas formaciones políticas, Chacón por el PSOE y Cospedal por el PP, la izquierda y la derecha en sentido muy amplio dado que hay alguna gente que niega al PSOE la condición de izquierda y otra que adjudica al PP la de extrema derecha; de forma que el bipartidismo español no sería de izquierda-derecha, sino de centro-derecha, o algo así. En el fondo, cuestión de nombres.

En último término, se quiera o no, la política es una cuestión de personas, del carácter de las personas, de sus cualidades. La personalización de la política, que muchos lamentan, tiene un lado bueno, ya que permite recuperar el factor humano puesto que los principios, los proyectos, los programas son demasiado fríos. Chacón tiene muy alta valoración ciudadana probablemente a causa de su firmeza, su laboriosidad y su curiosa mezcla equilibrada de prudencia y audacia. Desconocemos la valoración de Cospedal porque el CIS sólo pregunta por la del presidente de su partido. Pero no puede ser muy alta porque, no siendo persona que haya estado en la penumbra desde que asumió el cargo, muchas veces se ha hecho notar por salidas extemporáneas, acusaciones de delito sin pruebas y afirmaciones infamantes para instituciones del Estado, cuerpos de seguridad, etc. Todo ello es contraproducente porque suscita una reacción de rechazo.

Quizá esto vaya en el carácter de la derecha de la que Cospedal es representante modelo. Chacón, que ha tenido acertadas referencias a Rajoy y Aznar, ha clavado la esencia misma de la respuesta de la secretaria general a la pregunta acerca de sus dos sueldos que dan una cifra astronómica: chulería. Una tendencia por la que es fácil reconocer a la derecha, su arrogancia, si no quiere utilizarse el más castizo chulería. Cospedal comenzó justificando los dos sueldos porque, según dice, "trabajo el doble". La chulería consiste en que en esos dos trabajos cuenta el Senado por el que no aparece. Y más refitolera es la segunda línea de respuesta, según la cual, se cuestionan los dos sueldos de Cospedal "por ser mujer" (y no dejen de pinchar en el enlace sólo por ver la foto de Cospedal por Manu Fernández, que es un poema, un poema de Campoamor). La arrogancia, tiene razón Chacón, la chulería está en apuntar a una causa justa para justificar un privilegio.

María Dolores de Cospedal tiene una actividad frenética que, obviamente, no le permite sopesar lo que dice con la debida reflexión. Pero, desde luego, tiene pegada. Esa afirmación de "no necesito a Zapatero, Barreda es peor" es un hallazgo retórico y un buen ejemplo de lo que llaman los ingleses un innuendo o alusión maliciosa. Pero viene a ser un intento de hacer de necesidad virtud porque el propio Barreda ya dice que Zapatero no se presenta a estas elecciones y que él asume el resultado. Por supuesto. Estaría bueno que quisiera que lo asumiera otro.

De Carme Chacón se hace lenguas la prensa internacional. El Sunday Times dice que "Carme agarra las riendas de la machista España" (no pongo enlace porque es de pago) y La Nación argentina la ve como presidenta del gobierno. Y, como somos tan irremediablemente hispánicos, hemos de esperar a que vengan de fuera a decirnos lo que tenemos en casa. Cospedal es una hechura de Aguirre, tiene su desparpajo, aunque no su malévola finura. y resulta mucho más áspera. Chacón, en cambio, muestra fibra y dominio de la situación y con ella apunta la primera mujer presidenta del gobierno de España y la primera catalana desde los tiempos de Prim.

Efectivamente, estas elecciones locales y autonómicas se juegan en el tablero nacional. Pero a muchas bandas. En el PP servirán para reforzar o debilitar el liderazgo de Rajoy y en el PSOE para perfilar el (o los) candidato(s) a candidato/a en 2012. No es casualidad que el arranque de la campaña haya tenido como estrellas a Rubalcaba y Chacón. Y quédese aquí toda especulación sobre lo que pueda pasar después del 22 de mayo porque primero hay que ver qué pasa, que no está claro, digan lo que digan las encuestas.

Una única sugerencia. Como si se tratara de dar la razón al Sunday Times, ayer hubo en España dos nuevos casos de violencia machista, dos mujeres asesinadas por su pareja masculina. Parece conveniente que, cuando sucedan estas cosas, la campaña electoral se haga eco de ellas. Ahora que los políticos suscitan más atención pública, bien pueden pronunciarse sobre el asunto. Todo lo que se haga por combatir esta peste, aunque parezca ritual, será poco. Además, como dice el feminismo de hoy, lo personal es político.

(La imagen es una foto de machacon, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 9 de maig del 2011

22 de mayo.- Gürtel y las sabandijas.

A medida que se acerca el día en que el Curita tendrá que comparecer ante la justicia por los presuntos delitos de cohecho impropio, malversación, prevaricación, etc., pierde los nervios con mayor frecuencia y cada vez desbarra más, añadiendo ahora a sus habituales dislates alguna canallada que otra.

Que el hombre que, al parecer, se hace pagar los trajes por presuntos delincuentes; el que miente asegurando que no conoce al Bigotes que, sin embargo, es su amiguito del alma; el que parece amparar todo tipo de abusos, latrocinios y estafas a la administración pública que él debiera proteger; el mismo santurrón que supuestamente permite que cuatro chorizos se lucren con la visita del Papa; que el presunto mangante gürteliano, digo, haga bromas sobre un militar de la República que tuvo la integridad y la gallardía de morir por ser fiel a su juramento, cosa que el farmacéutico consorte ni huele, es algo que excede los límites morales de esta España de truhanes, ladrones, pícaros, corruptos y rufianes, para llegar a la de las sabandijas, especie muy frecuente en el rebaño de necios empingorotados que constituye la gente bien de toda la vida.

El abuelo de Zapatero murió asesinado por los facciosos en 1936, algo más de veinte años antes del nacimiento de su nieto. No es que no le diera ternura y cariño, como dice el Curita, sino que no pudo dárselos porque lo habían asesinado y lo hicieron los antecesores ideológicos de Camps. Es de suponer que no fueron los compañeros de su abuelo o su propio abuelo, que tanta ternura y cariño destiló en su nieto. Basta con oírlo hablar.

Es comprensible que en el PP estén dispuestos a todo con tal de tapar la Gürtel, como dice Felipe González. Y todo, por lo que se ve, es todo. Acusar al Gobierno de permitir la entrada de ETA en las instituciones a cuento de la sentencia del Tribunal Constitucional admitiendo las candidaturas de Bildu, además de ser un ultraje al mismo tribunal, es otro golpe bajo esta vez de Aznar cuyo abuelo, hombre fiel al Caudillo Franco, como lo fueron su padre y él hasta que le interesó disimular sis convicciones, le dio todo el cariño y la ternura que el abuelo de Zapatero no pudo dar a su nieto porque lo asesinaron los franquistas.

Hace poco que Aznar acusaba a los socialistas de ir removiendo huesos, que ya era una forma inhumana, perversa e inmoral de referirse a la Ley de la Memoria Histórica, pero la ignominia de Camps deja a Aznar reducido a aprendiz de provocador. Y aun más, este desalmado de los trajes impagos añade que, al día siguiente de las elecciones, llamará a Zapatero para exigirle elecciones anticipadas. ¿No será más propio que le pida perdón por zaherir sus sentimientos de forma tan estúpida y cruel?

Y tanta demasía no sirve para nada porque no hay quien oculte la Gürtel que no es otra cosa que la materialización delictiva del ideario neoliberal de privatizaciones, desregulación y predominio irrestricto del mercado. Materialización perfectamente instrumentada y coordinada por un partido en el que abundan las gentes que están en política para forrarse y lo hacen a rajatabla, esquilmando los dineros públicos con tanta pericia que, además, mirabile dictu, consiguen que los esquilmados los voten.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 8 de maig del 2011

La tuerka sobre Bildu en el Constitucional.


Dejo aquí el enlace al último programa de la Tuerka, en TeleK sobre la ilegalización/legalización de Bildu. Cuando se emitió, el Tribunal Constitucional estaba deliberando y no se conocía el resultado. Creo que fue un debate muy interesante y revelador.

Pongo el enlace con una foto fija porque no he conseguido encontrar la fórmula embed en Youtube. De todas formas la foto también enlaza.

ilegalización/legalización de Bildu

Elecciones 22 de mayo: arranque.

Los socialistas parten como claros perdedores según todos los sondeos, y se les nota en la flojera de ánimo. Zapatero no consiguió llenar el aforo de su primer mitín y eso que era su ciudad, mientras que Rajoy y Cospedal revientan los estadios. Están en juego bastiones tradicionales de la socialdemocracia, como Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, mientras que nada amenaza los de la derecha, Madrid o Valencia a pesar de Aguirre y de Camps. Los augures hacen al PP ganador hasta en Baleares, la tierra de Matas. Hay un aire de cambio de época, una convicción de inevitabilidad de la derrota del PSOE y el triunfo de la derecha. La cuestión no es si se producirá, sino por cuánto. El PP no parece subir en intención de voto; la distancia se da porque los socialistas se quedan rezagados por la abstención de su electorado tradicional. Hay mucho resentimiento por la política económica y social del Gobierno.

La contienda está tan exacerbada que a los otros partidos estatales casi no se los ve. Todavía Izquierda Unida levanta algo la cabeza sobre el oleaje en la voz ocasional de Cayo Lara con un discurso intermitente que apenas se entiende. Lucha contra el fantasma del voto útil pero, a su vez, no aclara qué hará con el que IU reciba, si oposición al PSOE o coalición de gobierno allí en donde pueda. Su vídeo electoral, con texto de Eduardo Galeano, es magnífico, pero no sé

si va a darle muchos votos. En cuanto a UPyD, carece de visibilidad. No ha conseguido articular un discurso propio, dado que no ha hecho hincapié en el centrismo, que es lo que a todo el mundo se alcanza.

Es la derecha la que habla de centro. El término derecha no aparece en su discurso sino, si acaso, como centro-derecha. Sólo en las proclamas de La Gaceta y esas tiende el personal a tildarlas de extrema derecha; una extrema derecha evanescente ya que, en realidad, está en el PP; hasta hay quien dice que es el propio PP. Éste sabe de sobra que el punto débil del PSOE es el paro y la crisis económica y que según las reglas del boxeo, ahí es en donde debe pegar una y otra vez. Pero le pierde el patriotismo estilo legión y está agarrado a mamporros con el Gobierno a cuenta de la legalización de Bildu. Con el Gobierno y con el Tribunal Constitucional, y tratando de desbaratar el proceso de paz en el País Vasco. Si sigue así, pondrá el resultado de las elecciones en manos de ETA. Bastará una declaración de ésta de que está considerando dejar las armas para que el de las elecciones el 22 de mayo sea distinto al universalmente esperado.

Sin duda por partir de más abajo, el PSOE muestra mayor realismo en la campaña. Su primer video se centra en la corrupción del PP, como se ve en la foto. La corrupción es el punto flaco donde debe centrar sus golpes el PSOE, sin dejarse distraer por trifulcas laterales por escandalosas que sean. Las instituciones se defienden solas. Un ataque tan desaforado al Tribunal Constitucional como el de González Pons sólo consigue mejorar la estima de aquel entre los ciudadanos. En cambio la corrupción no afecta a las instituciones del Estado sino al PP y a su gestión de gobierno. Sacarla a relucir de continuo es la única posibilidad que tiene el PSOE de "dar la vuelta a las encuestas", como dicen sus dirigentes más decididos. A su vez, el PP sigue su trayectoria ascendente, aunque corre el peligro de Ícaro si sigue jugando con el fuego de la lucha contra el terrorismo.

El arranque de Bildu, con un orfeón independentista incluido, preanuncia unos resultados electorales en el País Vasco que, por primera vez en muchos años, no van a estar condicionados, por no decir falseados, por la ausencia forzosa de la izquierda abertzale. Finalmente se va a saber cuál es la fuerza real del independentismo en la Comunidad Autónoma Vasca. A lo mejor resulta que es tal que el Gobierno de la Comunidad decide seguir el ejemplo de lo que, al parecer, pretende el de Escocia, después de la victoria electoral del otro día: un referéndum de independencia. El gobierno vasco no tiene tal competencia. Pero puede pedirla por los cauces reglamentarios. Sería interesante ver qué pasaba.

(La imagen es una foto de quinet, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 7 de maig del 2011

Gürtel abre la campaña.

En España todas las elecciones son generales, no en cuanto a su ámbito territorial pero sí en cuanto a los asuntos que se debaten. Trátese de elecciones municipales, autonómicas o, cuando toca, europeas, de lo que se habla es de la política nacional. Sin duda los presidentes autonómicos, o candidatos, y los alcaldes o aspirantes hablarán de infraestructuras, riegos, limpieza, parques, escuelas. Pero, al hacerse acompañar siempre que pueden por algún dirigente nacional, los focos se van a éste/a que, normalmente, bastante tiene con saber en qué provincia está y habla del Gobierno; bien, si pertenece a él y mal, si no pertenece. Es una ley de hierro.

Si no es por activa, es por pasiva. Los acontecimientos más noticiables, los que hacen titulares, son los nacionales que tienen incidencia directa en los ámbitos subnacionales. Por ejemplo, habiéndose inhibido el juez Pedreira, que instruía la rama valenciana de la Gürtel, en favor del Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano (TSJPV), éste ha puesto en marcha el procedimiento para imputar formalmente a varios miembros de la cúpula del PP en la Comunidad Valenciana, algunos de los cuales, nueve o diez, son candidatos en las listas de este partido. De forma que ahora no está clara la sucesión de hechos probables: si Camps será presidente y luego comparecerá como imputado ante el juez o si primero comparece ante el juez y luego es elegido presidente de la Comunidad. Sea cual sea el orden, el producto no quedará alterado: si los valencianos eligen a Camps, eligen a un presidente al que el TSJPV puede inhabilitar para ejercicio de cargo público, por lo menos. Es una perspectiva razonable y, al mismo tiempo, irracional. Resulta inverosímil que el electorado no decida ahorrarse ese trago, ya que, al parecer, a Camps le trae sin cuidado.

El otro asunto, con el que se pretende tapar la Gürtel, es la legalización de Bildu. Alguien de buena fe podría pensar que, pues se ha pronunciado el Tribunal Constitucional, no hay más que decir. Pero la buena fe es un mal adobo para pensar. De inmediato el PP se ha convertido en una ametralladora de disparates y barbaridades de todo tipo. El inevitable Mayor Oreja, cuya afición al infundio es parecida a la del rumiante a lo verde, y con la misma parsimonia, dice que la legalización de Bildu es una "mala noticia" y es lógico que a él se lo parezca. Pero también dice que el responsable de la legalización es el Gobierno, lo que da una idea de lo que este buen señor entiende por división de poderes. Debe de ser que en sus tiempos de ministro esto de que los gobernantes digan a los jueces lo que tienen que hacer era práctica común.

Escuché ayer a uno de esos periodistas que practican el intrusismo profesional del que luego se quejan, autotitulándose analistas políticos y que muchas veces no saben de qué hablan, subrayando la importancia especial del voto negativo del magistrado progresista Aragón Reyes porque era el único constitucionalista del Tribunal siendo así que Pérez Tremps, quien votó que sí, también lo es. Otra de las analistas políticas hacía de menos el Constitucional frente al Supremo porque no es un órgano judicial, sin saber que es un órgano jurisdiccional y tiene la jurisdicción que el legislador le ha dado, entre otras cosas revisar las decisiones del Supremo cuando sea debidamente instado a ello y haya lugar. Obviamente en ambos casos de lo que se trataba era de deslegitimar el fallo por mayoría del Constitucional, como se ve, sin tener ni idea. No importa, la cuestión es soltarla y cobrar. Por eso tienen estos debates el nivel que tienen.

A su vez, los políticos, que no están obligados, al parecer, a fundamentar lo que dicen, recurrieron al fuego graneado de barbaridades. Soraya Sáez de Santamaría duda de la lealtad constitucional de los magistrados del Constitucional que votan lo que a ella no le gusta. Y González Pons, cuyo afable rostro no prepara en absoluto para la ruindad de sus propósitos, atribuye el voto sí al hecho de que los magistrados se sientan seguros porque llevan escolta. Así de guapos quedan los jueces: son unos lacayos del gobierno, unos desleales y unos cobardes. Y este es el partido de la derecha, puntal de la ley y el orden.

Donde hay patrón no manda marinero, así que tercia el mando con Aguirre a la cabeza, para quien es obvio que si ETA/Bildu está en las instituciones es porque los socialistas han querido, equiparando en su esquinado modo a los seis réprobos progres con militantes del PSOE. Rajoy no puede permitir que Aguirre le coma el terreno retórico de forma que ahonda en el disparate dejando claro que la legalización de Bildu significa que el Gobierno se ha entregado a ETA. Menos mal que ninguno se cree estos dislates y si los sueltan es porque piensan que el pueblo al que en el fondo desprecian, sólo entiende el trazo grueso. Y el trazo grueso, a su vez, está para ocultar la Gürtel, que no se hable de ella, que no se sepa que un buen puñado de cargos del PP lleva años esquilmando los fondos públicos. Pero es inevitable: la Gürtel seguirá creciendo, como el cadáver de la obra de Ionesco y no se puede ocultar ni aunque a algún estratega de la derecha se le ocurra apagar el fuego con una explosión diciendo, por ejemplo, que sabe de buena tinta que las reuniones del Consejo de Ministros las preside Josu Ternera. Eso se llama política creativa.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

El derecho fundamental a honrar a los muertos.

Todas las civilizaciones conceden especial importancia al respeto a los muertos, al culto a los antepasados. Los que ahora somos, somos herencia de los que fueron y semilla de los que serán. Esa cadena no se debe interrumpir. Si por las razones que sean, normalmente bélicas, llega a romperse, la colectividad contrae una deuda con aquellos muertos que no hayan recibido la debida sepultura. De todas las pistas que los arqueólogos siguen para desentrañar una cultura la más consistente suele ser la de los ritos y usos funerarios. Porque todos los pueblos honran a sus muertos, a todos, y a nadie le gusta que los suyos yazcan arrojados en cualquier rincón

El Foro por la memoria histórica de Guadalajara convoca a una concentración el domingo para protestar por una decisión del ayuntamiento en el que el PP tiene mayoría, que le niega un plan de adecentamiento de la fosa común del cementerio municipal en donde hay enterrados unos quinientos republicanos asesinados por los sublevados del 36.

divendres, 6 de maig del 2011

Bildu y las perspectivas del PSOE.

El Tribunal Constitucional ha hecho lo que debía hacer. Y punto pelota, como dice un hijo mío. Tenía que amparar a los recurrentes porque era de justicia. No se puede privar de derechos fundamentales a unos ciudadanos de partidos legales por el hecho de que hayan formado una coalición electoral con otros ciudadanos independientes pero bajo sospecha. Eso hubiera sido un atropello, algo que invalidaría moralmente las elecciones aunque todos los demás partidos concurrieran a ellas, que estaría por ver.

Ahora estos de Bildu tienen que mostrar que sus aseveraciones de independencia frente a ETA son ciertas, trabajando en pro de sus ideales con el único medio que es admisible en democracia: la palabra. A lo mejor cuando ésta resuene en sede parlamentaria, los de las pistolas acaban de entender algo que cualquier militar autodidacta sabe, esto es, que si no puedes ganar una guerra lo mejor es que te desmovilices y te dediques a otra cosa. Esa decisión del Constitucional muestra que la democracia y el Estado de derecho son una realidad en España. Todos hemos ganado con ella.

Hemos ganado en términos políticos, morales, de legitimidad. Pero ahora comienza un proceso electoral en donde de lo que se trata es de ganar en votos. Y lo primero que salta a la vista es que, según el barómetro especial del CIS (pongo el enlace a la página de entrada; no he conseguido encontrar ese barómetro), el PSOE se hunde estrepitosamente, incluidos sus bastiones, mientras que el el PP gana con holgura. Supongo que los sociatas van a pagar los platos rotos del gran festín del capitalismo en crisis, que será un voto de castigo. Luego se verá si cabe leer los resultados como una premonición de las generales del año que viene. Las distintas respuestas dependerán de los resultados. En política práctica los razonamientos barren siempre para casa.

La presencia de Bildu presumo que no supondrá gran variación en los resultados generales. Cierto que la oposición utilizará la legalización de la coalición para atacar al Gobierno, pero eso sólo puede hacerlo a base de deslegitimar el Tribunal Constitucional insinuando que actúa a las órdenes del poder político. En realidad, lo único del País Vasco que puede impulsar las expectativas del PSOE es que ETA deponga definitivamente las armas.

También podría darse el llamado efecto underdog, según el cual mucha gente se apiada siempre del perro que cae debajo en una pelea, de forma que el eventual perdedor acaba resultando a la postre ganador. En la campaña pueden pasar muchas cosas. Si el PSOE centra sus mensajes en los dos puntos débiles del PP, que son la falta de ideas y la corrupción, cuyo nombre propio es Gürtel, y los repite machaconamente, sacándolos a relucir siempre, venga o no a cuento, es posible que el mensaje cale y haya un vuelco de la situación.

Por eso se dice siempre con razón (aunque suelen hacerlo sólo los que van perdiendo) que la verdadera encuesta, la que cuenta, es la del día de la votación. Hasta entonces, ojo con la piel del oso.

Los turbulentos sesentas.

Ara que tinc vint anys
ara que encara tinc força,
que no tinc l'ànima morta,
i em sento bullir la sang.
(Serrat, 1967)


Me ha parecido espléndida esta peli japonesa dirigida por un franco-vietnamita sobre una novela éxito de ventas (ocho millones de ejemplares sólo en el Japón) de Haruki Murakami y que no he leído. Así me ahorro tener que decir algo sobre eso tan aburrido de si la peli hace honor a la novela. Dado que las dos artes, la literaria y la cinematográfica, tienen lenguajes distintos, la cuestión del ajuste de la una a la otra es bastante vacía.

Es una historia de amor entre chavales en su muy primera juventud, casi en su adolescencia. En dos de ellos en la infancia y la adolescencia. Una historia trágica porque se abre con una muerte y se cierra con dos. El amor y la muerte forman siempre una filigrana fascinante. Si, además, es tratada con la delicadeza, la sensibilidad, la elegancia y el derroche de belleza que hay aquí la filigrana de fondo se engarza en otra de forma visual y acústica hasta lo sublime. Los escenarios son magníficos, las montañas, los bosques, los prados en las distintas estaciones del año, la mar bravía del Japón . En la banda sonora se oye, entre otros, a los Doors, a los Beatles en Norvegian Wood y juro que se dan saltos en la butaca.

La compleja y delicada trama de amores cruzados, llena de dudas, de angustia, de decisiones dramáticas, de arrepentimientos y terquedades en unas vidas que van al galope de las pasiones se encaja en los últimos años sesenta del siglo pasado. En dos o tres pinceladas Tran Anh Hung retrata el ambiente universitario hacia 1967. Los grupos de Zengakuren, con cascos y palos a carreras por los recintos, enfrentándose a la policía, interrumpiendo las clases, coreando consignas maoístas, dan la medida del barullo exterior propio de la época. Luego la historia se concentra en sus protagonistas inmediatos a los que sigue como en una campana de cristal porque viven sus tormentas aislados del conflictivo entorno. El guión sólo los saca con mucho acierto a los lugares de trabajo de alguno de ellos y a las tiendas de venta de vinilos, muy típicas de los sesentas.

El conocido sincretismo de la cultura japonesa se hace patente. Los gustos y hábitos de los jóvenes son occidentales pero atemperados por usos y costumbres autóctonos, fundamentados en el respeto mutuo, la delicadeza, el civismo y la aceptación de la autoridad, por contradictorio que pueda parecer en momentos de agitación revolucionaria. Hay trozos que, por la lentitud del ritmo y el preciosismo de las imágenes en situaciones de incomunicación, recuerdan a Antonioni. Y en algún lugar he leído que la estancia de la muchacha en un establecimiento psiquiátrico en las montañas es una especie de referencia a La montaña mágica, aunque la única coincidencia que le veo es en lo de la magia que, me parece, es propia de todas las montañas.

Pero esas son cuestiones de ambientación que la peli resuelve magistralmente. Los interiores de las casas, el colegio mayor, los apartamentos de los chicos, las viviendas, las clínicas, los edificios públicos, las calles de Tokyo sorprenden siempre por el equilibrio de las composiciones. Pero es eso, ambientación. El meollo es la historia en sí, la trama, lo que hay que contar, que era lo que normalmente faltaba en Antonioni. Un verdadero chorreo de primeros planos, de escenas de sexo muy puras nos va adentrando en el torbellino de las pasiones de gentes entre los diecinueve y los veinte años, cuando bulle la sangre, pero con la desconcertante peculiaridad de que nadie rompe la compostura ni alza la voz (mucho menos la mano) ni se le van los nervios (ni siquiera a quienes están mal de ellos), a pesar de los crueles sufrimientos que se infligen unos a otros, ebrios de felicidad. Movidos por ideales, por lecturas, por amores que los desgarran, por sentido del deber y por propósitos ingenuamente trascendentes, los jóvenes protagonistas se enfrentan por fin a la vida posterior con una experiencia y una memoria que la marcarán para siempre.

La vida, ni más ni menos.

dijous, 5 de maig del 2011

La patata ardiendo.

Bildu se la juega hoy en el Tribunal Constitucional, órgano que puede permitir o no en última instancia en España a la coalición concurrir a las elecciones del 22 próximo. Palinuro ya pensó en una entrada anterior, Ilegalizar y..., que la decisión del Tribunal Supremo de inhabilitar las 254 candidaturas de Bildu, así como las agrupaciones de electores, podía no ser prudente ni justa. Sobre todo lo que más clama al cielo es que puedan quedar fuera de las elecciones Eusko Alkartasuna y Alternatiba sólo por compartir candidatura con otros independientes de la izquierda abertzale. Esa prohibición viene a ser de hecho una interdicción de la coalición en general, cosa que ya avisó el ministro de Justicia que no podía hacerse por derecho, pues la Ley de Partidos no lo permite. Además de esto, que ya supone, en cierto modo, un fraude, se da a entender que los magistrados han inhabilitado las listas de Bildu al comprobar una a una que están contaminadas, lo cual es obviamente falso. La prohibición tiene una hipotética motivación ideológica, absurda al tratarse de EA y Alternatiba que aparecen así como seguidores de ETA.

Ya esa prohibición es más que dudosa y, si se le añade la privación de un derecho fundamental de sufragio activo y pasivo a los candidatos de un partido legal, el asunto tiene muy mala pinta, con la posibilidad de que el Tribunal de Estrasburgo falle en contra de España en un seguro recurso de Bildu que pedirá sin duda la anulación de las elecciones. Un panorama poco halagüeño. El Tribunal Supremo razona, como era de prever, que los de EA y Alternatiba ya sabían a lo que se exponían cuando integraron la coalición. Puede ser, pero no está nada claro que haya una proporcionalidad razonable entre la hipotética falta cometida y la sanción que supone privar del ejercicio de un derecho fundamental y, de paso, dejar sin representación política a un sector del electorado vasco.

La única solución posible sería que el Constitucional autorizase todas las candidaturas excluyendo, si lo considera necesario, a aquellos candidatos individuales de los que haya pruebas fehacientes de que están contaminados. Los excluidos podrían ser sustituidos por suplentes o podrían correr los puestos en las listas. Desde un punto de vista jurídico es lo justo y desde uno político, es lo necesario. No sé si cabe llamar democráticas unas elecciones en las que no puede participar un partido legal que quiere hacerlo. No es impensable que el PNV tome posición claramente exigiendo la presencia de EA bajo la amenaza de retirarse él también de la competición electoral, aunque para hacer algo así se requiere gente con más fibra que esos burukides que sólo se las tienen firmes a los micrófonos. Porque tampoco sería de extrañar que estos estrategas de corto vuelo vean la ocasión de recuperar la totalidad del voto nacionalista y caigan en la tentación de aprovecharse de una situación de injusticia que afecta a sus adversarios y competidores.

Aquí el único beneficiado en este pandemonium judicial que pone en un brete la democracia española en el País Vasco es el PP y su estrategia de tierra quemada porque este partido siempre prefiere las situaciones de placidez a las de democracia.

(La imagen es una foto de argazkiak.org, bajo licencia de Creative Commons).

Alma de niño en cuerpo de mayor.

En la galería de arte Eboli, sita en la madrileña Plaza de Ramales, en el Madrid de los Austrias, a tiro de piedra del Palacio de Oriente, se celebra la VIIIª Muestra de Arte Naïf Europeo. Es un lugar encantador, parece que antiguas caballerizas reales, unas cuevas en semisótano con el mortero visto de vaya uno a saber qué siglo y todo montado con muy buen gusto. La exposición se deja ver con agrado tanto por el contenido como por el continente.

El término naif, que recoge el DRAE, si bien le ha quitado la diéresis, menos mal, es uno de esos galicismos inexplicables porque no se imponen a causa de una carencia de nuestra lengua, ya que disponemos de los correspondientes ingenuo, inocente y cándido que reflejan bastante bien el significado del francés. La única explicación es la pereza que invita a acoger el vocablo gabacho antes que buscarle un equivalente español. Es lo mismo que sucede con puzzle, también incorporado -es asombroso- al DRAE como puzle tan difícil de pronunciar en español como en inglés (ya que en Inglaterra suena passol más o menos) y que, encima, remite al exacto equivalente español que es rompecabezas. Aquí, además de la pereza probablemente juega también la vanidad pues resulta más elegante decir puzle que rompecabezas. Esto de los barbarismos en español es atroz. Todo el mundo dice ya que se ha cambiado el look. Es más, también está en el DRAE, aunque en la edición que tengo, figura en cursiva. Sin duda cuando la pasen a redonda normal la escribirán luk; o luc.

No merece la pena seguir. Entristece escuchar y leer la propia lengua salpicada de unos términos extraños que, sin embargo, tienen su equivalente castizo. Y, si uno se entristece, recupera la alegría visitando la exposición de arte inocente. Artistas hechos y derechos, muchos de ellos de avanzada edad que ven el mundo con espíritu de niños. En verdad lo que nos pasa a todos sólo que ellos tienen la valentía o el privilegio de manifestarlo.

Es un arte aparentemente simple, de visiones directas, inmediatas de escenarios preferentemente cotidianos, tiendas, mercadillos, jardines, muelles, festivales, medios de transporte colectivos, etc, en visiones panorámicas, nada de medios y primeros planos. Su carácter especial viene dado por la renuncia a ciertas técnicas pictóricas, singularmente la perspectiva y el escorzo. Son escenas planas, sin profundidad porque se supone que los niños no ven segundos planos ni segundas intenciones. Por eso es infantil. Por eso y por los colores cálidos con mucho contraste. Suelen ser escenas polícromas

El arte inocente tiene muy notorios predecesores, algunos de los cuales, como el aduanero Rousseau, aparecen expresamente homenajeados, como en la obra expuesta de la polaca Martha Kolodziej, que se llama Exposición de Henri Rousseau en el que se ven tres de las obras más famosas del aduanero. En otros casos, la influencia es indirecta pero también muy clara, por ejemplo, en la obra de Carmen Corcelles, Luna llena, que recuerda a Delvaux. En general el arte inocente tiene fuerte influencia surrealista. Pero no solamente surrealista. Sus raíces alcanzan las escenas de la vida cotidiana en la pintura flamenca, por ejemplo, las obras de Avercamp y algunas composiciones de Brueghel, sobre todo de ambiente campesino, también en actividades de fiesta y alegría, como aniñadas.

El país invitado este año es Guatemala lo que permite apreciar otra fuente del arte ingenuo que es la pintura popular de raíz indígena como se echa de ver en las rojas sandías y las blancas calas que recuerdan los cuadros de Georgia O'Keefe y los de Diego Ribera. A través de este cae uno en la cuenta de que el famoso muralismo mexicano tiene un intenso elemento de arte inocente pero, a diferencia de lo habitual, lleva una carga política y social notable, como si la visión de la torturada historia de México y centroamérica en general estuviera a tono con el supuesto carácter infantil de los pueblos autóctonos.

Hay mucho más en la exposición. El arte inocente, siempre figurativo (resulta difícil imaginar arte abstracta inocente), refleja prácticamente todos los estilos y escuelas pero entronca más de cerca con el impresionismo y el surrealismo y con algunos pintores de estilo personalísimo a los que, en cierto modo, "purifica", como Balthus o Botero. Aparecen también las tendencias del arte pop de los sesenta. Algunas obras inocentes traen a la memoria la estética psicodélica de El submarino amarillo. La verdad es que, en cierto modo, la exposición purifica.

Al salir cayó una tromba de agua y granizo con orquesta de truenos y relámpagos. Pero, cuando escampó, Madrid parecía un cuadro de arte inocente por lo diáfano del aire.

dimecres, 4 de maig del 2011

La muerte de Ben Laden.

Operación Gerónimo. En un audaz golpe de mano un comando de fuerzas especiales (quizá parte de la Delta Force) de los EEUU asaltó el refugio de Ben Laden en el Paquistán el domingo, mató al sumo dirigente de Al-Qaeda y una cantidad indeterminada de personas y arrojó sus cuerpos a la mar. Todo en cuarenta minutos. De ser ella es la Delta Force que ya intentó lo mismo en diciembre de 2001, a dos meses del 11-S, y sólo consiguió que se desencadenara la cruenta batalla de Tora Bora, al comienzo de la guerra del Afganistán.

La misión ha sido un éxito al estilo Rambo, muy familiar en el mundo y una prueba más del carácter espectacular de nuestra sociedad. Aún me pregunto si en la Casa Blanca estaban asistiendo al asalto en directo. En todo caso un Obama radiante podía llamar a Bush a decirle que ahora sí estaba la misión cumplida.

El hecho ha provocado una oleada de vehemente patriotismo en los EEUU y reacciones encontradas en Europa en donde unos baten palmas y otros critican la ilegalidad y la inmoralidad de la acción. Como era de esperar. La eficacia militar del asalto está fuera de dudas. Su justificación política es más difícil. Pero la crítica no puede ser una condena rotunda, sin matices, que trate de explotar el antiamericanismo tosco de una parte de la opinión.

Un poco de memoria no viene mal. El 20 de junio de 1944, en el curso de la Operación Walkiria, el coronel Conde von Stauffenberg colocó una bomba a un par de metros de Hitler en su Guarida del lobo, en Prusia oriental. La bomba estalló y Hitler salió ileso. Si hubiera muerto seguramente nadie hubiera objetado nada. El fracaso lo pagaron con la vida más de doscientas personas.

El 24 de abril de 1980 se abortó la operación Garra de Águila (uno de sus nombres) por la que una escuadrilla de ocho helicópteros gringos rescataría a 52 ciudadanos estadunidenses que las autoridades revolucionarias iraníes tenían rehenes contra todo derecho en la embajada de los EEUU en Teherán. El resultado fue un desastre, se destruyeron varios helicópteros y aviones, murió un buen puñado de soldados, los iraníes diseminaron los rehenes por todo el país para impedir otra operación de rescate, el prestigio de los EEUU cayó en picado y Reagan ganó a Carter las siguientes elecciones con las consecuencias que a la vista están.

Viene lo anterior a cuento de que las operaciones de rescate en territorio enemigo o de captura de algún reconocido asesino (porque supongo que no hay duda de que Ben Laden, como Hitler o Franco, era un asesino dispuesto a hacer cien veces lo que le han hecho a él) son muy arriesgadas y pueden tener altos costes en vidas humanas o bienes materiales y un grado elevado de riesgo. De hecho ahora se sabe que el comando de la Operación Gerónimo sólo tenía un 60 por ciento de certidumbre de acertar.

Si hubo posibilidad de detener a Ben Laden a los efectos de que tuviera un juicio justo debió actuarse así. Pero no se puede olvidar que hay una guerra contra el terrorismo y en la guerra los enemigos tienden a parecerse. No hace falta ser muy exquisito para calificar Guantánamo de terrorismo. Y, en esa situación de guerra, la rapidez con que los gringos se han deshecho de Osama Ben Laden hace sospechar que temían lo que pudiera declarar en un proceso público acerca de sus presuntas actividades de colaboración con los estadounidenses en Afganistán.

Los Estados de derecho deben actuar de acuerdo con ciertos principios, so pena de perder su legitimidad y, cuando vayan contra ellos, es preciso criticarlos, denunciarlos y exigir responsabilidades. De siempre hemos sabido que el peor enemigo de la libertad es el Estado cuya razón de ser consiste en protegerla. Pero la crítica no puede llevarnos a negar las diferencias entre el imperio de la ley y la ley del crimen y a ignorar la superioridad del primero, pese a sus errores o crímenes, sobre la segunda y que, entre otras cosas, descansa en el hecho de que esa crítica puede formularse libremente.

(La imagen es una foto de David Armano, bajo licencia de Creative Commons).



dimarts, 3 de maig del 2011

Entre la mendacidad y la ignominia.

En mitad del jolgorio mundial por la muerte de Bin Laden a manos de los hombres de Barack, Esperanza Aguirre se apresuró a recordar que Bin Laden nunca ha reconocido el atentado de Madrid, una observación tan fuera de lugar y de sentido que sólo puede explicarse por un ataque agudo de conspiranoia, aunque calculada con la precisión de un pellizco de monja.

Es el caso, sin embargo, que el tal Bin Laden tuvo a bien declarar el 17 de abril de 2004 que El 11-M es la respuesta a las acciones de España en Irak, Afganistán y Palestina. Resumiendo, la declaración de Esperanza Aguirre es mendaz.

Y no sólo mendaz. Además es ignominiosa en comparación con la de Hillary Clinton en la que ésta recuerda los inocentes que murieron por culpa de Bin Laden en Atocha el 11-M, víctimas para las que Aguirre no ha tenido ni un recuerdo, ocupada como está siempre, sin parar, en todo momento y circunstancia, venga o no a cuento, en atacar al adversario y rebañar unos votos.

(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

Retorno de la noche y la niebla.

Los muertos perviven en la memoria de los vivos. La memoria, que es una potencia del alma, nos hace humanos, cercanos a los dioses por cuanto, gracias a ella, traemos de nuevo a la vida a quienes ya no son. Es una vida vicaria, una vida en la memoria de otros y aun así muy estimada por los seres humanos. Por razones que no tengo muy claras nos gusta saber que nos recordarán.

La memoria se alimenta de recuerdos. Si yo sé que tuve un abuelo del que sólo conozco el nombre será imposible que guarde memoria de él y, si quiero evocarlo, hacerlo vivir de nuevo, no podré. La memoria busca recuerdos a los que agarrarse. Esa es la razón última que mueve a quienes trabajan en pro de lo que se ha dado en llamar la memoria histórica en España, tanto a quienes buscan los restos de sus antepasados enterrados en las cunetas como a quienes los ayudan. Tratan de conseguir recuerdos de unos allegados que desaparecieron hace setenta años, dejando un vacío en la memoria de sus parientes, amigos, vecinos. Es lo que no quieren entender quienes se oponen a la eficacia de la Ley de la Memoria histórica, que ésta es el agregado de una multiplicidad de memorias individuales que luchan por sobrevivir.

La memoria histórica como se ha venido atendiendo afecta a los españoles asesinados por los franquistas en la guerra y los primeros años de la postguerra. A partir de este libro (Joaquim Pisa (2011) Un castillo en la niebla Sariñena editorial, Sariñena, Salvador Trallero, 172 pp) habrá que ampliar este criterio. Por cierto el libro es una joya editorial, está editado en formato apaisado, en cartoné, con papel couché, tipografía cuidada y abundancia de ilustraciones. No es de extrañar que el gobierno aragonés haya premiado al editor.

Volvamos al contenido. Habrá que ampliar el criterio para incluir a los españoles muertos, o sea, asesinados igualmente en los campos de exterminio nazis porque, como muy bien señala Pisa, la dictadura de Franco les retiró la nacionalidad, con lo que los nazis los trataron como apátridas y los deportaron a su antojo. Por tanto son tan víctimas de los nazis como de Franco. Por cierto ha tiempo que los alemanes pagaron las correspondientes compensaciones. No así el Estado español probablemente porque no acepta la responsabilidad directa del franquismo en el hecho que, sin embargo, la hay. En el caso de que Franco los hubiera reclamado, los alemanes se los hubieran entregado con lo cual su suerte no hubiera sido mucho mejor, pero eso no exime al Estado español de responsabilidad heredada en esos crímenes.

Al tratarse de víctimas de los nazis, casi todas ellas están escrupulosamente identificadas, con eficacia teutona, incluida la fecha de su ejecución. Casi todas. A veces en alguna falta algún dato. Es el caso de aquella cuya historia recrea este libro, sacándola prácticamente de la nada, de la noche y la niebla (Nacht und Nebel) en que los nazis la habían sumido, la historia de Mariano Carilla Albalá, un campesino de Lanaja, una aldea de Huesca. Fue el propio Pisa quien, navegando por la red, dio con el nombre entre los deportados oscenses a los campos alemanes y reparó en que era un pariente lejano suyo, algo así como un tío abuelo. Indagó y supo que su familia había perdido su rastro cuando el joven Mariano emigró a Barcelona hacia 1909 y sólo sabía que había muerto en Mauthausen, pues se lo comunicaron en los años cincuenta, con lo que inició los trámites para obtener las reparaciones previstas que resultaron ser muy modestas.

Pero de Mariano Carilla no se sabía nada. El autor se propuso investigar su vida y muerte y tras un más que meritorio esfuerzo que lo califica como un historiador de gran capacidad, consiguió los datos suficientes para probar o conjeturar de modo convincente (interrogando a parientes y amigos y escudriñando archivos y legajos) una peripecia vital que empieza en la CNT en la Barcelona posterior a la semana trágica, entre el pistolerismo sindical y el de la patronal, con el inefable Martínez Anido, el de la ley de fugas, de gobernador militar. Sigue la aventura en la guerra civil, en una sección de caballería de una columna del POUM, lo que quiere decir que los acontecimientos de mayo de 1937 lo dejan desmovilizado. Pasa la frontera francesa en febrero de 1939, va a parar al campo de internamiento de Saint Cyprien, guardado por senegaleses y de ahí se incorpora a una Compañía de Trabajadores Extranjeros. Cuando los alemanes llegan a Dunkerque encuentran a Mariano Carilla con las armas en la mano. De allí, Mariano pasa por una par de Stalags (Stamm-Lagern), que son centros de asignación de prisioneros de guerra, en la baja Silesia y en Trier (Tréveris). El 21 de enero de 1941 un convoy alemán traslada a muchos prisioneros de Trier, entre ellos 75 republicanos españoles (Rotspanier, "rojos españoles"), a Mauthausen. Unos meses después, Mariano Carilla es gaseado en el castillo de Hartheim, el de la portada del libro.

Pisa encaja esta vida así contada en los correspondientes contextos: el anarquismo barcelonés, la guerra civil, el conflicto CNT/POUM con las autoridades y el PCE, los campos franceses, la situación de los refugiados políticos, los campos alemanes. Y lo hace con conocimiento de causa. Por ejemplo, subraya el hecho de que los campos de concentración, en realidad, trabajaban para las grandes empresas alemanas y, al avanzar la guerra, para las de armamentos. Pero también dibuja las inhumanas condiciones de estos establecimientos, como de los campos de exterminio. En el de Mauthausen se detiene en especial en la famosa "escalera de la muerte" (Todesstiege) que los prisioneros tenían que subir, como se ve en la foto, con mochilas cargadas de piedras once horas diarias, hiciera el tiempo que hiciera.

Pisa comienza su libro aludiendo a otro de Juan Pérez de la Riva, Para la historia de las gentes sin historia con lo que pone de relieve la necesidad de cambiar el punto de vista del historiador en cuanto al sujeto de la historia. Me ha venido a la cabeza un pasaje de Bertolt Brecht, que no soy capaz de ubicar (creo que es de Los negocios del señor Julio César, pero no estoy seguro) en el que dice más o menos lo mismo, que la pirámide de Keops no la elevó Keops sino decenas de miles de personas que son las protagonistas de la historia. Gentes anónimas con sus destinos a veces crueles, como el de Mariano Carilla Albalá cuyo nombre figura grabado en el memorial de Hartheim aunque, extrañamente, sin fecha de ejecución.

Termina Pisa su libro con una reflexión sobre el concepto de Arendt de la banalidad del mal a propósito de Eichmann y subraya la aparente (solo aparente) contradicción que pareciera darse entre la magnitud del mal y la indiferente eficacia burocrática con que se ejecuta. Pero a veces esa eficacia falla: no consta la fecha del asesinato de Mariano Carilla, negligencia que pone una nota de melancolía en el curso de una historia terrible muy bien narrada.

dilluns, 2 de maig del 2011

Eppur si muore.

Actualización a las 11:30.

Obama contra Osama o cómo el orgullo herido de una poderosa nación se toma la revancha. "Los Estados Unidos" -dice Obama- "han matado a Ben Laden". EEUU, no un comando de 40 personas al estilo de Misión imposible. Hollywood estará ya preparando la correspondiente peli pues nada puede darse por real hoy si no pasa al cine. Y hay que reconocer que, despues de casi tres años de crisis económica, con el agua al cuello, la sufrida población planetaria se merecía algún espectáculo enardecedor.

¿Y es real? Este tipo de acontecimientos son el suelo en que crecen las más salvajes teorías conspirativas. Todavía hay gente que cree que a John Kennedy lo mató el FBI, que las torres gemelas las reventaron los Bush, que el 11-M lo hizo ETA y que el Rey Arthur descansa en Avalon en espera de su vuelta. No ayuda nada que los gringos hayan arrojado el cuerpo en el mar, al estilo rioplatense. Si no han conservado pruebas irrefutables se encenderán mil hipótesis conspirativas. Dicen los estadounidenses que no querían enterrarlo por evitar que se creara un santuario de peregrinación, pero ahora cualquier orate con un Kalashnikov puede ir por el mundo diciendo que es Osama Ben Laden y alguno será peligroso.

La muerte del capo deja cojo el esquema maniqueo del mundo contemporáneo: hundido el comunismo y muerto Osama, el polo del Bien (los EEUU y sus aliados/vasallos) ya no tiene nada enfrente; el polo del Mal se ha extinguido. Habrá que crear otro cuanto antes y será difícil que dé tanto juego mediático como dio le feu Ben Laden, que Alá conserve junto a sí por los siglos de los siglos.

(La imagen es una foto de POPOEVER, bajo licencia de Creative Commons).

Ilegalizar y...

Parece como si, llegados a este punto en el interminable proceso de retorno de la Izquierda abertzale a las instituciones, lo más prudente que podía hacer el Supremo fuera lo que ha hecho: ilegalizar las 254 candidaturas de Bildu y ya se verá cuántas de las agrupaciones electorales. Pero que sea lo más prudente no quiere decir que sea lo más justo. Prudencia y justicia suelen ir juntas y los tribunales así proceden. Pero ese maridaje no es automático y a veces tienen que elegir. Como ha hecho la sala 61 del Supremo en la que nueve magistrados han optado por la prudencia y seis por la justicia. Esos seis tienen un argumento poderoso: que los tribunales han de ser justos antes que prudentes.

A una petición previa del PP de que se ilegalizara la misma coalición Bildu respondió el ministro de Justicia que eso no es posible porque la Ley de Partidos permite ilegalizar partidos pero no coaliciones. No es un argumento brillante pero sí formalmente impecable. Por eso el Estado impugnó las candidaturas, por posible contaminación, no la coalición en sí misma por algún motivo ideológico. Sin embargo, al bloquear las 254 candidaturas el Supremo viene a ilegalizar de hecho lo que el Ministro decía que no puede hacerse de derecho, esto es, la coalición. Sólo conozco los razonamientos del Supremo por la prensa pero si es cierto que fundamenta la decisión en que Bildu está controlada por ETA y Batasuna, está claro que opta por la vía ideológica antes que por la de las pruebas materiales de contaminación, caso por caso.

Quizá esto sea ya suficiente para que el Tribunal Constitucional ampare a Bildu. Pero hay más. Es posible que, pese a todo, la decisión tampoco sea prudente. Se haya fundamentado la prohibición como se haya hecho, afecta a todas las candidaturas de Bildu. Pero en éstas, además de los candidatos "independientes", están los de Eusko Alkartasuna y Alternatiba, dos partidos legales que, por mor de la decisión del Supremo, se quedan sin representación local. En el caso de Alternatiba la cuestión es casi simbólica porque al surgir como partido en 2009 de una escisión de Ezker Batua-Berdeak, carece de representantes locales propios. Pero no así con Eusko Alkartasuna, que tiene nueve alcaldes y casi doscientos concejales en el País Vasco, sin contar diputados forales y junteros. Y ¿puede haber elecciones en el País Vasco sin la presencia de EA? Habrá que ver qué dice el PNV pero es claro que, si el resultado es la exclusión de EA y Alternatiba de las elecciones, la decisión podría ser las dos cosas, injusta e imprudente.

Claro que también cabe argumentar que, cuando aceptaron incluir sus candidatos en las listas de Bildu, tanto EA como Alternatiba ya sabían a lo que se exponían y, si aducen que no lo sabían, se les recordará ese astuto concepto de la ilegalidad sobrevenida. Es decir, ahora tendrá que pronunciarse el Tribunal Constitucional en un asunto enmarañado y con dos días de plazo. Jueces que, como los del Supremo, tienen que tomar decisiones con la rapidez de los políticos. Entiendo que si el Constitucional encuentra el modo de mantener la prohibición de Bildu pero permitir que EA y Alternatiba concurran a las elecciones habrá enmendado el destrozo y hasta es posible que puesto en el disparadero a ETA para que comprenda de una vez que tiene que deponer las armas. Pero si no lo consigue tenemos un problema.

(La imagen es una foto de www.larrabetzutik.org, bajo licencia de Creative Commons).

...beatificar.

Juan Pablo II ya es beato en medio del entusiasmo delirante de un millón y medio de personas (cálculo de la policía) llegadas de todo el mundo. La fe mueve montañas. Y les pone alas porque el papa polaco ha alcanzado la beatificación en un suspiro, con más celeridad que la madre Teresa de Calcuta. Ha sido una beatificación relámpago y la santidad está ya, según se dice, a la vuelta de la esquina.

El proceso de cononización es el modo que tiene la Iglesia de satisfacer un anhelo viejo como la humanidad misma: la divinización de los mortales. Lo que sucede es que preserva la tradición y la democratiza a su modo. Porque los hombres siempre han buscado formas de divinizarse, pero ese destino estaba reservado a contadísimos afortunados: los faraones en Egipto, algunos héroes, como Hércules, en Grecia y algunos emperadores en Roma. La Iglesia lo pone ahora al alcance del común de los creyentes, zagales de la majada y Papas. Y además hace una interpretación laxa de los requisitos que son virtudes heroicas o martirio.

Ha sido una beatificación de armas tomar porque Ratzinger ha dicho que Juan Pablo II venció al marxismo. La prensa ha traducido que venció al comunismo pero él, filósofo al fin, habló del marxismo. La conclusión es que ha quedado vencido el materialismo. Es posible. El materialismo es en efecto, una doctrina muy tosca y no hay mucho mérito en derrotarlo. Otra cosa es el racionalismo, que suele ir de la mano del materialismo pero no es idéntico a él. El racionalismo no prejuzga nada sobre la existencia o inexistencia de los querubines, por ejemplo; sólo exige que se le presenten pruebas a la luz de la razón, no de la fe. Y aquí es donde la beatificación se fundamenta en un hecho que repugna a la razón, esto es, en un milagro.

Se ha puesto en duda la validez de la beatificación argumentando que el tal milagro no está debidamente comprobado. Pero esto es un contrasentido porque implica la creencia de que, debidamente comprobados, hay milagros, esto es, hechos que no pueden explicarse racionalmente y eso es algo que la razón no puede aceptar porque no puede saber nada allí donde ella no es.

A los ojos de la razón la beatificación de Juan Pablo II es un rito de esa curiosa mezcla de magia y superstición que es el catolicismo con sus hechizos y su antigua y polícroma liturgia.

(La imagen es una foto de Roberto Luna, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 1 de maig del 2011

Fin del informe sobre ciegos.

Sabato, a quien hoy se aclama como el último grande vivo de las letras argentinas, cimentó su muy merecida fama en tres extrañas novelas y escritas con muchos años de diferencia en épocas muy distintas del escritor y de sus lectores, entre los cuales me cuento, El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador. El resto son ensayos de literatura y de política, entendiendo ésta como participación ciudadana en pos de unos ideales morales como la libertad de expresión, etc. Esa actitud lo llevó a presidir la comisión de la verdad y a redactar el famoso Nunca Más. Informe de la Comisión Nacional sobre personas desaparecidas en 1985, del que conozco retazos por la prensa. El novelista tenía que dar cuenta de una realidad que superaba lo que cualquier imaginación hubiera podido urdir. Es, guardando las distancias, lo que sucede cuando se intenta novelar el Holocausto. El hombre es capaz de producir mucho más mal del que es capaz de imaginar. Y eso desconcierta.

Pero era la persona para la tarea porque su literatura consistía esencialmente en eso, en revelar cómo el bien y el mal, el amor y el odio conviven y se entreveran de forma que muchas veces no hay modo de distinguirlos y si eso sucede en el interior de cada cual, se configura un personaje como el Fernando Vidal de Sobre héroes y tumbas. De las tres novelas ésta, la del medio, es la que más me impresionó, por ella misma y porque era yo muy impresionable a fuer de muy joven. En Abaddón, cuya fragmentación y desestructuración sitúan el relato más allá y más acá de la novela, ya daba el mal por triunfante y El túnel, que fue la última que leí, me resultó esclarecedora porque tiene las claves, empezando por aquella famosa rata viva del comienzo que era como un aviso de lo que llegaría con los otros libros pues que ya sitúa en el umbral el Holocausto mismo. Pero el impacto lo causó Sobre héroes y tumbas y más que nada el Informe sobre ciegos. No he vuelto a leer nada parecido. Esa quintaesencia de la conspiración, de la conjura para el advenimiento del mal que pende sobre nuestras cabezas como una maldición, somos nosotros mismos, es la fuerza oscura, nuestro lado ciego, allí donde destruimos lo que amamos. Es la persecuciòn de las Erinnias, la maldición que se desata sobre el transgresor que ha hecho algo que trastoca las reglas inmutables. En este caso, la violación y el incesto.

Descanse en paz un hombre que tenía una idea tan pesimista de sus semejantes que fue capaz de contemplarlos en lo más profundo de su abyección e informar sobre ello.

(La imagen es una foto de Ed. Abril Educativa y Cultural SA, Buenos Aires, 1972, en el dominio público vía Wikimedia Commons).

¿En qué quedamos?

Con una diferencia de tres días (de lunes a jueves) dos reputados entes de análisis sociológico han publicado sondeos sobre intención de voto en España no ya discrepantes sino casi antagónicos. Si el barómetro del CIS publicado el día 28 daba ganador al PP por una diferencia de 10,4 puntos porcentuales , el Publiscopio del día 25 también daba ganador al PP pero por una diferencia de 2,3 puntos porcentuales. Hay una discrepancia de 8,1 puntos en dos sondeos que son prácticamente simultáneos. Es demasiado grande para dejarla pasar sin más y está pidiendo algún tipo de explicación porque es obvio que uno de los dos tiene que ser falso o erróneo. Puede que incluso lo sean los dos. Lo que no pueden es ser ciertos o verdaderos ambos.

Dado que no tengo motivo para dudar de la competencia y la integridad de los dos encuestadores sino que, al contrario, los dos me parecen competentes y muy profesionales, la razón de la discrepancia tendrá que estar en los encuestados. Los dos sondeos se han realizado después de que Zapatero anunciara su renuncia a su tercer mandato. Si se insiste en que ese es el contexto explicativo fundamental hay que llegar a la absurda conclusión de que una misma causa produce efectos contrarios en el mismo medio, esto es: el anuncio presidencial moviliza el voto socialista y el anuncio presidencial no moviliza el voto socialista. Y eso no puede ser.

El error quizá resida en creer que el comportamiento de la gente está determinado por una sola causa cuando lo más probable es que lo esté por una multiplicidad de ellas y cuáles hayan de ser determinantes en un momento concreto sea asunto de eso, de un momento. Se dirá que cuando la causa es de suficiente empaque (renuncia zapateril) mantiene su influencia durante un largo plazo. Pero eso es muy relativo en una sociedad literalmente bombardeada por información cambiante por minutos porque va en tiempo real.

Para que la muestra aleatoria sea representiva se procura incluir en ella los porcentajes de gente bien informada, mal informada y nada informada que correspondan. El problema es que ya no queda nadie nada informado y el nivel general de información es muy alto. Es practicamente imposible no enterarse de lo que pasa cuando hay pantallas de televisión hasta en los metros, una parte importante de la prensa escrita se regala y el acceso a la información en la red es ilimitado, gratuito (siempre se ha dicho que la información tiene un coste) e instantáneo.

Esto quiere decir que el ritmo de cambio de la opinión pública se ha acelerado como todo en la sociedad red. Así resulta que el fallo estaba en creer que de un lunes a un jueves pueda hablarse de simultaneidad. Nada de eso. Tres días hoy pueden ser meses, años. En todo caso, se dé o no por buena esta explicación, lo que no puede negarse es que la situación es inestable, que no hay nada decidido y que el PP no tiene ganadas las elecciones. Es más, es posible incluso que si Aznar sigue ladrando su rencor por las esquinas las pierda. Y parece estar previsto que intervenga muchas veces en esta campaña. Con ello no solamente se ensombrece y desmadeja la figura de Rajoy, que bastante desdibujado está ya, sino que, como en el 2004, aun sin presentarse el interesado, las elecciones se convierten en un voto sobre Aznar. ¿Y qué más se necesita para despertar el adormilado voto de izquierda, de centro, antiaznarino? Justo lo que acaba de hacer, avisar de que puede volver. Esa perspectiva moviliza mucho voto socialista y centrista y, si el resultado del veintidós es negativo para el PP, este partido entra en zona de turbulencias hasta las elecciones de 2012.