diumenge, 8 de febrer del 2009

La corrupción está en dónde está.

Es curiosa la unidad de acción de la prensa de la derecha. Ninguno de sus periódicos impresos o digitales concedió ayer titulares a la supuesta trama de corrupción que implica al PP prácticamente a todos los niveles de gobierno. Algunos omitieron la noticia por entero y otros la redujeron a unas líneas perdidas en relaciones de "otras noticias". Hay que ver cómo prevalece la ideología y el partidismo hasta sobre los intereses comerciales. Porque la noticia es un bombazo que tiene un potencial destructivo incalculable.

Pues bien hasta El Mundo, un diario muy atento a las cifras de difusión, se perdía este bocato di cardinale, relegaba la noticia a un lugar poco destacado y, además, la presentaba desmereciéndola y afirmando que alguno de los detenidos por la tal trama de corrupción ya aparecían en informes y dossiers de hace dos años, como si esto restara un ápice de importancia a un asunto que por fin permitirá dilucidar ante los tribunales unos comportamientos y hechos que son de conocimiento general en el país y objeto de todo tipo de habladurías, referentes a las relaciones de los políticos del PP con cargos en las administraciones locales con el mundo de la empresa. Se trata de una tangentopolis gigantesca que afecta a muchos lugares de España y uno de cuyos símbolos es el llamado "caso Fabra" que todavía no ha podido ventilarse judicialmente debido a las maniobras dilatorias de las autoridades conservadoras y en el cual se ha dado el chusco intento de chantajear a un abogado de la acusación protagonizado por unos falsos empresarios que, al parecer, eran empleados de Intereconomía el grupo de comunicación de la derecha extrema que hace unos días patinaba majestuosamente con el vídeo del Gran Wyoming. Todo un portentoso lío.

Luego de un día de silencio, Libertad Digital llevó la noticia a portada, pero para presentarla dando la palabra al inefable señor González Pons para quien dicha supuesta trama se encuadra en una estrategia de eliminación del PP, lo que debe de querer decir que no hay tal trama y que, por lo tanto, la seis personas en los calabozos a disposición judicial deben de ser objeto de una especie de secuestro ilegal perpetrado por la policía y los jueces. No se crea que exagero. El mismo señor González Pons afirma que estos asuntos se mueven por intereses electorales del PSOE que se vale para ello de la justicia y la policía. Por supuesto, afirmaciones que no están respaldadas por prueba alguna, puros disparates.

En esto de valerse (o intentar valerse) de los jueces y la policía para obtener sus objetivos políticos el PP podría dar un máster, como se ha podido comprobar abundantemente en los últimos años, muy en especial durante el proceso por el 11-M en Madrid. A propósito, permítaseme una breve digresión sobre esta socorrida táctica de la derecha de acusar a los demás de hacer lo que ella hace que siempre me ha llamado la atención y que es una mezcla curiosa de comportamientos en la que entran a partes iguales la desvergüenza, la demagogia y la neurosis pero, que yo sepa, carece de nombre. Y habría que ponérselo porque es un recurso muy característico: se crispa la vida política cuanto se puede (por ejemplo en la legislatura anterior, aunque hay muchos más casos) y se acusa a los oponentes de crispar; se manipulan los medios de comunicación hasta convertirlos en oficinas de agitprop (por ejemplo, Telemadrid) y se acusa a los demás (que no han hecho ni la décima parte) de manipular; se instrumentaliza la lucha antiterrorista con fines electorales (por ejemplo, el señor Aznar con motivo del asesinato de Tomás y Valiente) y se acusa al adversario de hacerlo él y así de modo permanente y continuo. Es una táctica inveterada de la derecha y es curioso que no tenga un nombre. Cuando menos no lo conozco. Podría llamarse "el argumento boomerang" que capta la idea, pero no me parece satisfactorio. A ver si a alguien se le ocurre alguno porque es un recurso muy evidente. No es el socorrido "y tú más" que la señora Aguirre borda con su chulapería proverbial sino que consiste en acusar a los otros de hacer lo que uno hace al tiempo que se niega airadamente estar haciéndolo.

En todo caso, por más que se recurra a este y otros procedimientos ya nadie podrá detener la catástrofe del PP al que a dos semanas del comienzo de la campaña electoral le ha estallado en los morros un feísimo asunto de corrupción que viene a agravar el de espionaje en la Comunidad de Madrid que la señora Aguirre trata de ocultar tras la triquiñuela de una comisión amañada sin darse cuenta de que, al haber una investigación judicial paralela, el resultado será demoledor para ella, cuando los tribunales condenen a quienes ella absuelve.

Entiendo los argumentos del señor González Pons al decir, algo angustiado, que su partido es un partido honrado y sus militantes gente honrada. No lo dudo y simpatizo con su queja. El PSOE pasó por una experiencia similar hace unos años, cuando le brotaron docena y media de Rubios, Roldanes, Urralburus y Otanos y ahí se pudo ver que su condición de partido honrado con militantes honrados no era obstáculo para que, si no se da la debida vigilancia, proliferen los ladrones, randas y sinvergüenzas. Pero en el caso del PP hay otro elemento concomitante que no puede ignorarse. ¿A dónde hemos de pensar que dirigirán sus pasos los mangantes y corruptos preferentemente, a un partido que da más valor a lo público que a lo privado o a otro que hace al revés y que, además, tiene como norte y guía privatizar todos los bienes y servicios públicos que pueda? ¿En dónde hay mejores perspectivas de hacer negocios dentro o fuera de la ley? ¿No es obvio? Siempre he encontrado muy significativo que el término inglés para designar a los piratas sea privateers. Efectivamente, la piratería es privatización y en toda privatización hay mucho de piratería.

Peregrino de la memoria (XL).

Amor a pesar de todo.

(Viene de una entrada anterior de Peregrino de la memoria (XXXIX), titulada Esto puede acabar bien).

Se sienta a mi lado, en el sillón contiguo, se alisa la falda con suave manera, me mira sin dejar de sonreir y dice:

- No necesariamente. También podemos quedarnos aquí; se está muy bien. Aunque te advierto que tengo una habitación reservada.

- ¿En el Palace?

En algún momento de la noche anterior o quizá de esta mañana me pregunté a qué me iba a enfrentar, con qué clase de persona tendría que vérmelas y me dije que haría bien en prepararme o, por lo menos, preparar algo, una actitud, un discurso, una excusa, un propósito, algo. Pero creo que no lo hice entre otras cosas porque no conseguía imaginar qué tipo de persona sería Laura o quizá porque en realidad no había tenido tiempo para pensar en ello. Eso que dicen muchas gentes de acción de que actuando se piensa será verdad en algunos casos y en otros, no. Pensar qué actitud debe uno adoptar ante una persona a la que no conoce requiere, me parece, bastante atención y no creo pueda simultanearse con nada más, aunque sea mascar chicle. Ahora lo lamento porque me doy cuenta de que no salgo de mi desconcierto y que ella lleva bastante terreno ganado y sabe emplearlo. En toda mi vida jamás se me ha ocurrido que alguna vez pudiera ocupar una habitación del Palace. Pues puedo.

- Sí claro. Es el lugar más cercano a mis oficinas que están aquí cerca, en el Paseo del Prado.

- ¿En dónde? ¿En el Museo Thyssen?

- No, jajaja. Pero cerca, cerca. Voy con frecuencia, ¿sabes? Tiene cosas que serenan.

- Por ejemplo...

- El retrato de Giovanna Tornabuoni.

- Eso está más visto que el TBO.

- Sí, pero ¿sabías que es un retrato póstumo? Al parecer era costumbre de las familias ricas conservar el rostro de los que morían, sobre todo los jóvenes porque supongo que son muertes más inesperadas. Figúrate: irte dejando detrás tu imagen en el mejor momento de tu vida porque los pintores pintaban no lo que veían, claro, sino lo que imaginaban a partir de lo que veían. Idealizaban porque además había que cobrar.

- Y ¿eso te serena?

- Pues mira, sí.

- ¿De qué?

Aquí me doy cuenta de que vuelvo a quedar atrás. ¿De qué va a ser? De lo que ni me imagino. No tengo en la memoria las palabras exactas de Vlam, aunque sí registradas en el blog, pero Laura tiene algún tipo de próspero negocio delictivo. No sé cuál. Quizá pueda preguntárselo. O quizá más adelante, si hay más adelante. Pero no contesta sino que se limita a encogerse de hombros y cambiar de tema:

- ¿Sabes que dijeron que estaban completos?

- ¿Quiénes estaban completos?

- El hotel, hombre. Le dijeron a Martín, que es mi secretario que no tenían habitaciones libres.

- ¿Y entonces?

- Sí que tienen habitaciones libres.-Me puso una mano en el antebrazo y siguió sin solución de continuidad:- Estoy muy contenta de que que por fin nos conozcamos. Tenía muchas ganas por todo lo que Vlam habla de ti. Pero te has hecho de rogar. Mogollón.

- ¿Vlam habla de mí?

- Mucho. Te admira.

- Pensaba que cree que soy gilipollas.

- Eso es lo que él dice.

- ¿Qué?

- Que piensas que él cree que eres gilipollas.

- ¿Y por qué no me desengaña?

- Id los dos al psiquiatra. A mí qué me cuentas. Yo quería conocerte.

Pero para qué. Eso es lo que me pregunto desde hace días. Para qué. Ahora ya sé además que tengo pendiente una conversación con Vlam. Esperará, supongo, pero de momento tengo que poner atención en lo que está pasando porque algo está pasando. Laura no parece tener cortapisa alguna a abrirme su corazón. Había escuchado atentamente los relatos de Vlam cuando hablaba de mí, de los dos, de nuestras hazañas y buena fe juveniles y poco a poco se había ido haciendo una idea de mí. Luego se dio cuenta de que esa idea le agradaba, fue concentrando en ella sus pensamientos, empezó a pensar que la idea la atraía sentimentalmente y, al final se había enamorado de mí. Creo que es la primera vez que alguien se enamora no de mí, sino de la idea de mí. Si el amor platónico es algo, es esto. Le digo que es imposible pues no me ha conocido sino hasta ahora pero según dice me vio en algunas fotos buscando en la red, porque, al parecer, están los retratos de alguna contrasolapa de algún libro. Ella misma dice que se ha enamorado de una contrasolapa de un libro pero añade que es lo que puede pasarle a alguien que se enamora de un escritor. Sí, claro. Seguimos hablando y hablando. Consumimos un par más de tazas de café y seguimos hablando. Me interesa su biografía. Ella no me pregunta por la mía. Yo sí, yo quiero saber qué sienten las exclaustradas. Pero no parece que el tiempo que profesó en la Franciscanas Mercedarias le haya afectado. Es más, cree que aquel período se pasó volando.

- Antes de ingresar, yo, que ya estaba más o menos como ahora, ya había hecho lo que me dio la gana. Me educaron con bastante libertad; es decir, no me educaron en absoluto. Hice siempre lo que me dio la gana y nadie se encargaba de mí. Mi padre estaba siempre viajando y mi madre muy ocupada con un gran círculo de amigas y algún amante ocasional.

- Y ¿por qué te metiste monja?

- Para llamar la atención, supongo. Pero luego me fui y las cosas empezaron a marchar de forma impensada. Y ahora aquí me ves, hecha una empresaria de éxito.

- Dedicada al tráfico de ¿qué? Vlam me lo dijo, pero lo he olvidado.

- De tráfico, nada, moreno. De muy honrada exportación/importación de objetos de regalo. Somos ya un emporio. Tengo casa en New York -y dice "Nuyoooook"-, en Londres, París y Roma.

- Pero Vlam me dijo...

- Ya lo conoces ¿no? Un bocazas.

Hay que reconocer que algo de eso hay. A Vlam le encanta presumir. De lo que sea, pero presumir. De hampón como de atleta o fogoso amante. En todo caso, como no voy a dejarme avasallar quiero saber qué intenciones trae. Pero dice que ninguna, lo que yo diga le parecerá bien.

- Desde el momento en que estoy enamorada de ti, soy tuya.

Por favor, por favor, nadie habla así ya. Quiero saber qué le hace suponer que yo querré algo con ella. Se ríe de nuevo, me agarra del brazo, se frota contra mí y me dice que porque tiene algo por lo que yo daré lo que sea.

- ¿Y qué es eso?

- Puedo organizarte viajes gratis a donde quieras, cuando quieras y como quieras. Y conmigo. Puedes prescindir de mí si quieres, pero creo que no querrás.

No hace falta que diga que no sé de nadie que pueda negarse a algo así. Yo no, en absoluto. Me quedo impactado y abrumado, como si ya hubiera hecho un par de viajes de miles de kilómetros y ya soy pan comido para Laura que sabe que me tiene a sus pies. Lo único que no acaba de entrarme en la cabeza es qué diablos habrá ella visto en mí para enamorarse. ¿Quizá los relatos de Vlam? ¿Qué andará diciendo por ahí Vlam de mí? Que soy un intelectual, un hipocondriaco, un tipo algo chalado pero buena persona, el Woody Allen que todos llevamos dentro. Pero justamente ¿quién se enamora de Woody Allen? No quién lo quiere sino quién se enamora de él. Poco a poco ha ido entrándose la tarde, el público de la rotonda del Palace ha cambiado un par de veces. Ahora se ha llenado de una gente joven, no muy joven y alguna no tan joven que están preparando algún acto o acontecimiento en uno de los salones laterales. Deben de ser gente de cine o teatro, son muy vocingleros, se saludan unos a otros con mucho gesto y exclamación, se fotografían aquí y allá sonriendo y alguno viene o va haciendo declaraciones a un periodista que lo persigue micrófono en mano. Recuerdo que he dicho a Esteban que sobre las ocho estaré en su casa y son ya las siete. Se lo digo a Laura: que tengo que irme.

- ¿Cuándo volvemos a vernos?

- Cuando quieras.

- ¿Mañana?

- Vale; quedamos por el skype.- Salimos juntos al último tramo de Alcalá antes de la Plaza de Cánovas del Castillo, que la gente llama "de Neptuno" por la fuente con el carro del dios del mar. Quiero coger un taxi pero Laura no me deja.

- No te merece la pena, Ángel te llevará -y me señala un chófer esperándonos a la puerta. Yo volveré dando un paseo. Ángel, llévalo a dónde diga. -Empieza a caminar hacia su oficina. De pronto da media vuelta, me echa los brazos al cuello y me besa en la boca, luego se aparta y dice:

- Hasta mañana.

dissabte, 7 de febrer del 2009

Italia: camino de la dictadura.

Si se me ocurre comparar a Italia en 2009 con Alemania en 1932, a Giorgio Napolitano con el mariscal Von Hindenburg y a Silvio Berlusconi con Adolf Hitler seguramente estaré exagerando. En el caso de Napolitano/Von Hindenburg por exceso y en el de Berlusconi/Hitler por defecto. Que me estoy quedando corto, vaya. El conflicto que ha provocado Il premiere italiano (cuya capacidad histriónica es superior a la del cabo austriaco) pone en jaque al Estado de derecho en Italia desde el momento en que enfrenta al poder legislativo con el Presidente de la República por una parte y con el Poder Judicial (representado aquí por el Tribunal Supremo cuyas sentencia se niega a cumplir el Gobierno del Cavaliere) por la otra. Téngase en cuenta que el dominio que Berlusconi ejerce sobre el parlamento es muy superior al que ejercía al principio A. Hitler sobre el Reichstag en el que no disponía de mayoría absoluta.

Lanzar a unos poderes del Estado contra otros, al tiempo que se controlan los medios de comunicación y se cuenta con el apoyo incondicional del Vaticano (hoy en manos de un antiguo miembro de la Hitlerjugend o "Juventud hitleriana") es una vía distinta a la de la marcha sobre Roma de los fascistas mussolinianos, pero tiene la misma carga de provocar un golpe de Estado.

Abrigo la esperanza de que la Corte Constitucional italiana anule ese esperpento de ley que il Cavaliere pretende que aprueben sus siervos y lacayos en el Parlamento italiano que pasan por diputados. La base de la anulación es obvia: la ley no es una ley sino un fraude de ley pensado para desobedecer el fallo del Tribunal Supremo y soslayar el veto presidencial. Repito, un fraude.

Y si el Tribunal Constitucional fallara, cosa improbable pero no imposible dado que en la Italia de Berlusconi nada es imposible, espero que la Unión Europea intervenga porque no puede tolerar que semejante ataque al Estado de derecho quede impune.

Y a todo esto, qué canallada que la pobre Eluana y sus familiares tengan que padecer la brutal y autoritaria injerencia en los derechos humanos de un neofascista prepotente y la carcunda vaticana que siempre está al lado del poder cuando éste es criminal.

(La imagen es una foto de vas vas, con licencia de Creative Commons).

Os han pillao, tronkos.

NB: cada vez que en esta entrada se hable de algún delito o se le atribuya a alguna persona en concreto o en abstracto se entenderá matizado por los adjetivos "presunto" y "supuesto". En nuestro país rige el principio de presunción de inocencia y hasta el ladrón más desorejado tiene derecho a que se le considere persona honorable en tanto los tribunales no dictaminen lo contrario. Como en el caso de la trama de corrupción más o menos vinculada al PP están los procedimientos en sus inicios, hágase el favor de entender que aquí todo es "presunto" y "supuesto".


Por fin vuelven las cosas a sus cauces naturales. En esa (recuérdese: presunta) trama de corrupción que acaba de descubrirse con todo tipo de delitos hay ex cargos del PP, amigos del PP, conocidos del PP, allegados al PP y administraciones territoriales del PP. Y tiene pinta de ser un bombazo que va a convertir el partido en un cráter. Mira por dónde los otros asuntos del espionaje y las adjudicaciones a la remanguillé del gobierno de la señora Aguirre quedan reducidos a la mínima expresión informativa. Porque en esta trama flotan en el éter de la corrupción, el cohecho, el blanqueo de capitales miles de millones, a cuyo lado lo que hayan podido apañar los beneficiados de la CAM es calderilla.

Las aguas, como digo, a su cauce. Es lógico que salgan estos asuntos de supermangancia descomunal en el partido de la derecha porque la derecha es el partido tradicional de las fortunas, el dinero, las empresas, los pelotazos y los negocios blancos, negros o tornasolados. Cuando la corrupción aparece en los partidos socialistas, que suelen estar compuestos por pobres diablos y pringaos, como sucedió en los tiempos de Felipe González, quiere decir que algunos aprovechateguis, mangantes y arrastraculos, al estilo de Mariano Rubio, Luis Roldán, Urralburu u Otano, meten la mano en la caja común y se llevan unos cuantos millones. Malo, desde luego, condenable, sobre todo por el inmenso daño que hacen a la imagen de un partido con una tradición de izquierda. Pero nada en comparación con los pelotazos de miles de millones que organiza la derecha siempre que puede. Aquí y en todas partes. ¿Ha olvidado alguien que el Gobierno neocon del señor Bush en los EEUU estaba compuesto por mendas que eran accionistas o cargos dirigentes de las empresas tipo Haliburton a las que se encomendó primero la destrucción y luego la reconstrucción del Irak que ellos mismos ordenaron como dirigentes políticos y con las que se forraron como accionistas? Esa es la corrupción de la derecha.

Aquí, en España, la cosa iba en tono menor, casi como si el PP no quisiera estar a la altura de su alma reciamente derechista, como si de verdad estuviera tragándose el rollo centrista: que si el apeadero del AVE en Guadalajara está a trece kilómetros de la capital, en unos terrenos que son de la familia natural o política de la señora Aguirre; que si ese inverosímil campo de golf en pleno centro de Chamberí se hizo adjudicando la explotación y lo que sea a familiares y allegados del adjudicador, el señor vicepresidente del Gobierno, que si una recalificación aquí, una privatización allá, una concesión acullá. Calderilla. Menudeo. Cosa de poca monta. Era inverosímil que con tantos ayuntamientos y gobiernos regionales en manos del PP, con la permisiva legislación en materia de gestión del suelo que promovió el Gobierno del señor Aznar para que el personal pudiera hacer negocios, aun no hubiera aflorado ningún asunto realmente gordo, de esos de los que todo el mundo habla, al rebufo de la gigantesca burbuja inmobiliaria, no se supiera de ningún trinque majestuoso, de los de quitar el aliento y medir con la vara del realismo el fondo real de la acción política de la derecha.

Bueno, pues ya está aquí. Seis ciudadanos en los calabozos, una verdadera trama de corrupción (siempre supuesta, ¿eh? no fastidiemos) con decenas de implicados y ayuntamientos de buena parte de España. Y todo del PP. Como era de esperar para poder responder a la pregunta que todo el mundo se ha venido haciendo desde el comienzo de esta crisis: ¿a dónde ha ido a parar el dineral que se hizo con la burbuja inmobiliaria? Está claro, ¿no?: de un lado, a los paraísos fiscales estilo Islas Caimán, por donde al parecer cobra sus honorarios profesionales cuando menos un militante del PP, hasta ayer candidato en las próximas elecciones gallegas; de otro a los presuntos bolsillos de los presuntos mangantes que presuntamente se valen del PP para forrarse con presuntos miles de presuntos millones.

El pez más gordo de esta última operación desencadenada por el juez Garzón, al que hoy cubrirán de oprobio en todos los medios independientes de la derecha, es el señor Francisco Correa, empresario que organiza quilombos para el PP y que tiene algún tipo de relación con la familia Aznar puesto que fue testigo en la boda de la hija, aparte de estar presuntamente metido en un montón de presuntas trapisondas. Como el mundo es lo que es en punto a maledicencia, solidaridad y otras virtudes, el yerno del señor Aznar, don Alejandro Agag, se ha apresurado a dejar las cosas bien claras con la siguiente declaración con amenaza incluida: "Este señor era amigo mío pero hace mucho tiempo que no le veo. Quiero clarificar que no tengo ni he tenido ningún tipo de relación comercial o de negocios con él y si alguien insinúa lo contrario tendré que tomar medidas." Hace muy bien el señor Agag en tomar distancias y marcar territorios (lo que, de paso, prueba que las cosas deben de ser de avío), no vengan los habituales canallas a insinuar lo que no es cuando, como todo el mundo sabe, si uno necesita un testigo de boda, sale uno a la calle y pilla al primero que pasa.

Imagino que, a tenor del apartado "Y-tú-más" del manual de supervivencia política, los medios de la derecha volverán a batir el cobre como antaño con la letanía Filesa, Malesa, Time Export pero está presuntamente claro que al lado de esta operación de apandadores a la grande aquellos casos no son el chocolate del loro sino el alpiste del canario.

(La imagen, un cartel antiguo de una película del famoso Fantomas, procede de Wikipedia y está en el dominio público).

Peregrino de la memoria (XXXIX).

Esto puede acabar bien.

(Viene de una entrada anterior de Peregrino de la memoria (XXXVIII), titulada Recuerdos militares).

Había amanecido un día radiante en Madrid, cosa de agradecer después de la tormenta de las últimas fechas. Aproveché parte de la mañana para poner al día el blog, lo que me va a permitir contar dos veces alguna cosa, cuando me interese, una mientras pasa y otra mientras pienso en lo que ha pasado. Esta capacidad para revivir lo vivido, recapacitar, repensarlo es la característica más propia del ser humano. O quizá no; quizá sea propia de todos los seres vivos. Será como sea pero es apasionante y por eso la narración forma parte del ser humano en todas sus dimensiones: como narrador, como narrado, como asistente a la narración como el que la contemple en la memoria o vuelve a narrarla. Toda la vida es una narración, un relato. Todos lo tienen. Unos lo escriben; otros, no. Para eso me sirve el blog, para mantener una cadena de reflexión que va desenvolviéndose al correr de los días con algo ajeno, con lo que incluso puedo dialogar. Y hasta hacer que las narraciones se intercalen, ¿por qué no? o vuelvan a contarse algunas pero desde distinto punto de vista, como en Rashomon. Además de actualizar el blog, navegué algo por la red, leí algunos periódicos nacionales y extranjeros y me puse al día. Había un problema con la Constitución de la Unión Europea y se hablaba mucho de la crisis financiera. En esto de la Constitución europea no sabe uno qué pensar: si es conveniente, si es útil, si es posible porque son pensamientos de difíl concreción. La verdad es que si lo primero que hay que dilucidar es si es posible en absoluto algún tipo de Constitución europea, se pregunta uno para qué discutir sobre si será federal o no. Pero, al mismo tiempo, ¿cómo saber si será posible o no? dependerá de cuáles sean sus rasgos sobre si federal o no, por ejemplo.

Soy europeo. Me considero europeo cada vez que salgo de Europa y se lo digo a mis interlocutores: yo soy europeo, con lo que siento plaza de estúpido, aunque me resulta difícil evitarlo. Pero en Europa esa conciencia de europeo no me sirve para nada porque es lo que somos todos y, como no nos distingue, no nos ayuda a entendernos. Para entendernos tenemos que considerarnos y actuar como españoles, franceses, rumanos, suecos o turcos. En el caso de España habría que hacer alguna excepción respecto a catalanes, vascos y gallegos o, por expresarme mejor, tres excepciones.

Como europeo no sé si me importa mucho o influye el hecho de que la Unión tenga una Constitución o no. Supongo que debemos tenerla, pero no me parece imprescindible. Europa ha llegado hasta aquí sin Constitución, quizá pueda seguir algún tiempo más. Podría emplearse en debatir algo más no sólo el tipo de Constitución sino incluso su forma. No es cosa de olvidar que uno de los países más (y, por ello, menos) influyentes en la conciencia europea, Gran Bretaña, carece de Constitución y la única vez que tuvo una escrita era un Instrument of Government, que venía a ser un Instrument of Tyranny. Ya sé que el asunto plantea la muy apasionante cuestión de qué sea "lo" europeo desde el punto de vista cultural y de identidad, con su permanente carácter de ambivalencia o incluso de panvalencia. Decir que "lo" inglés no es "lo" europeo no puede ir contra la idea de que "lo" europeo no puede concebirse sin "lo" inglés. Y lo mismo vale para los otros "loes". Todos los países, todas las naciones europeas son ambivalentes respecto a "lo" europeo: todas son europeas pero a todas hay algo que las separa de Europa. A los británicos el canal de la Mancha; a los españoles, los Pirineos; a los portugueses, los españoles; a los italianos los Alpes; a los alemanes el Rin; a los polacos, Alemania, etc. Europa es Europa para todos los europeos y la Europa que cada europeo imagina es distinta.

Terminé de arreglarme y me dispuse a salir para ir al Palace cuando me llamó mi hijo Esteban para saber por dónde andaba. Le dije que en Madrid, que había salido con ánimo de hacer un viaje por Marruecos, de bajarme al moro, pero todo se había frustrado en Melilla.

- ¿A causa de lío de los inmigrantes ilegales?

- Sí, bueno y de la tormenta, que se suspendieron los vuelos y los ferries.- De pronto me di cuenta de que no me había enterado de cómo terminó el conflicto de la frontera en Melilla. Era como si, al abandonar la ciudad, aquello que tenía que ver con ella se esfumara. Se lo pregunté a Esteban. Me dijo que si no lo sabía yo que venía de allí. Pero como si viniese de la luna. Los viajes, cualquier viaje, cualquier desplazamiento, por breve que sea en el tiempo, introduce uno nuevo, obliga a vivir, aunque sea unos instantes, otra vida. Con mayor razón cuando el viaje es prolongado pues esa nueva vida que se abre se despliega en el trayecto y lo absorbe a uno tan por completo que no volví a sentir necesidad de informarme acerca de cómo habían quedado las cosas por obra del Delegado del Gobierno en la plaza. Ahora parecía que el asunto se había resuelto; había un par de asaltantes en el hospital y la vida seguía con normalidad, lo que quería decir que los otros asaltantes se habían retirado a los montes en torno a Melilla, el Gurugú, por ejemplo, desde el que se dominaba el Barranco del Lobo. En todo caso, él no me llamaba para charlar sobre la Guerra de África, sino sobre algo que quería proponerme. Pretendía que pasara por su casa para hablar sobre un libro que acababa de leer. Le dije que iba camino de citarme con una dama y me preguntó que cuándo quedaría libre.

- ¡Huy, libre! A saber qué es eso.

- Hombre, a saber cuándo vas a ser autónomo, vas a tomar tus decisiones por tu cuenta.

- A saber.

- Pero a saber ¿qué?

- Cuando estaré en situación de hacer esas cosas tan complicadas que dices,

- Venga, no fastidies.

- Es verdad, no fastidio. Voy a veros sobre las ocho y me echáis de cenar.

Esteban vive en un piso relativamente cómodo al final de la Reina Victoria, ya cerca de la casa de Vicente Aleixandre que aún espera que las autoridades se pongan de acuerdo y la compren para conservarla. Es guía turístico y viaja bastante por América Latina, el Mediterráneo y la India, que son sus recorridos preferidos o, como dice ahora todo el mundo por el contagio de internet, "favoritos", siendo así que en el uso del español ese término sólo se usaba en femenino. Su mujer, Beatriz, es economista y trabaja en Cajamadrid. Son una pareja muy normal, con dos críos de cuatro y cinco años y están pagando un apartamento que han comprado en la playa. Me gustará ver a mis nietos. Encuentro que los nietos son muy distintos a los hijos y, desde luego, lo que es muy distinta es la actitud que tenemos frente a ellos. Para un nieto hay el tiempo que no hubo para un hijo, y la paciencia. El cariño es el mismo, pero, claro, para el que lo da, quizá no para el que lo recibe. De ahí que las relaciones padre-hijo sean muy, pero muy distintas de las de abuelo-nieto.

Llego al Palace con un cuarto de hora de adelanto, tomo asiento a una de las mesas con sillones que hay en círculo debajo de la cúpula y me repantingo para contemplarla a mi sabor. Cuando bajo la mirada veo que se acerca sonriendo una mujer espectacular, enfundada en un traje ceñido que ondea las curvas al avanzar sobre unos tacones inverosímiles y se regocija con lo que sin duda debe de ser la expresión de estupor que se me ha puesto al verla. De pronto me parece algo excesiva. Debe de ser más alta que yo, aunque no mucho, pero con unas tetas que parecen querer saltar de una blusa ceñida. La dama es lo más explosivo que he visto en años y tratado en quinquenios. Llega sobre mí, me echa los brazos al cuello, me pega las tetas, me planta dos besos en las mejillas y se sienta en el sillón contiguo sin dejar de mirarme con una sonrisa.

- ¿A dónde vamos? -dice.

- ¿Es que hay que ir a alguna parte?

(Continuará)

divendres, 6 de febrer del 2009

En defensa de Israel.

Israel no está solo, Jehová sea loado. Frente a la oleada mundial de antisemitismo se alza el poderoso brazo del señor Aznar, el guerrero de las Azores, que en una intervención en la Universidad Hebrea de Jerusalén respaldó el reciente bombardeo de Gaza en represalia por los veinte mil cohetes que Hamás lleva lanzados sobre Israel en los últimos ocho años. Por qué haya esperado Israel ocho años a responder no es asunto que interese al adelantado de la cristiandad.

Sí le interesa en cambio seguir presionando para conseguir el ingreso de Israel en la OTAN lo que obligaría a todos los miembros de la Alianza, incluida Turquía, a acudir en ayuda del Estado judío caso de que fuera atacado. Una propuesta de deslumbrante inteligencia.

Tampoco se reprimió el escudo de Occidente en hacer lo que hace con frecuencia, esto es, hablar mal de su país en el extranjero, al rechazar que los tribunales españoles procesen a israelíes por crímenes de guerra en Palestina.

No dejen Vds. de pinchar en el enlace de El País para ver el vídeo en el que Aznar defiende la política de Israel y sobre todo para escucharlo. Su inglés es cada vez mejor. Ahora ya se parece al de Sitting Bull en las pelis del Oeste.

(La imagen es una foto de conecta9, con licencia de Creative Commons).

Contundencia frente al progre.

Así es, señora presidenta, hay que enfrentarse con decisión y coraje a esos progres insidiosos que, respaldados por El País, el infame panfleto vendepatrias, trataron de hacer pasar por verdad su habitual sarta de fabulaciones, calumnias y ficciones para mancillar la noble ejecutoria de su Gobierno. En la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), bajo su esclarecido mandato, no se ha espiado a nadie y los seguimientos que se han detectado serán obra de los propios sociatas y ese Fouché de vía estrecha que es el señor Pérez Rubalcaba. Aquí todos los funcionarios cumplen escrupulosamente con sus tareas dentro de la legalidad vigente. Si hay contratados por razones de seguridad están para eso, para garantizar la seguridad y nada más. En la CAM no se espía a nadie. En la CAM no se hacen adjudicaciones favoreciendo descaradamente a parientes y amigos. En la CAM no hay enchufismo, nepotismo ni clientelismo algunos. Por no haber, en la CAM no hay parientes ni amigos aprovechándose de la situación. Todo en la CAM es limpio y transparente como quedará acreditado a partir de hoy en esa comisión de investigación presidida por los investigados y en la que los investigados tienen mayoría absoluta.

Hace Vd. bien, señora presidenta: hay que parar los pies a estos rogelios y sociatas, enfermos mentales, moralmente inferiores a Vd. y amigos del liberticida Fidel Castro amigo a su vez por cierto de Francisco Franco y compañero de dominó del señor Fraga Iribarne. Hay que recordar a la gente que en este país los únicos que han espiado y siguen haciéndolo a todo dios son los sociatas. Y no se preocupe si alguien le dice que qué tiene que ver eso con el hecho concreto de los espionajes actuales en la CAM. Está clarísimo que la respuesta más adecuada a tanta osadía e inverecundia es su muy rotundo "y tú más" que, como es lógico, deja las manos libres a quien sea en la CAM para seguir espiando por lo menos por lo menos hasta alcanzar el rendimiento de los sociatas en el pasado. Hace Vd. muy bien. Espero que el resultado de la comisión citada sea que el responsable del espionaje en la CAM es don Felipe González, ya sabe, Mr. X. Se supone que los progresociatas votarán en contra pero así se verá cómo no tienen ni han tenido nunca interés en esclarecer la verdad sino sólo en perseguirla a Vd., en convertirla en una mártir política y acabar con su brillante carrera, llamada a más altos destinos para desconsuelo de retroprogres y masones.

(La imagen es una foto de Olmo González, con licencia de Creative Commons).

Muertes filosóficas.

Si hace unos días Palinuro reseñaba un curioso libro que contaba la historia de la filosofía a base de chistes éste no le va en zaga en cuanto a originalidad, si bien no solamente no es tan divertido sino que, por el contrario, tiene aspectos estremecedores. La obra de Simon Critchley (El libro de los filósofos muertos, Taurus, Madrid, 2008, 362 págs.) es, como dice el autor, "una historia de los filósofos más que una historia de la filosofía. Es una historia sobre cómo afrontaron sus últimos momentos una larga serie de criaturas morales, materiales y limitadas, y si lo hicieron con dignidad o con delirio, con nobleza o con sudores fríos." (p. 42) Porque, en definitiva y después de una breve disquisición sobre el inevitable ejemplo de la muerte de Sócrates, el autor repite una idea que cualquier aficionado a la filosofía ha encontrado aquí y allá, esto es, que ser filósofo "es aprender a morir: es empezar a cultivar la actitud adecuada frente a la muerte." (p. 27).

¿La actitud adecuada frente a la muerte? Y ¿cuál es ésta? ¿La resignada, la alegre, la rabiosa, la melancólica, la negativa, la...? ¿Acaso no hemos quedado en que los filósofos pueden haber muerto con dignidad o con delirio, etc? Ciertamente este asunto apunta a la principal insuficiencia de la obra y la que, además, la hace de muy difícil comentario. En efecto, se trata de una historia y de una historia bastante completa. Se habla de unos ciento noventa filósofos, de primera, de segunda y hasta de tercera fila y, en sí mismas, las historias son difíciles de reseñar ya que lo único que cabe decir es si el relato hace justicia a los hechos, si están escogidos y resaltados los más importantes y si no hay lagunas u olvidos que, desde luego, no los hay.

Se da una segunda dificultad, ésta más difícil de salvar: que al tratarse de una historia no hay ni puede haber un tratamiento homogéneo y sistemático del objeto. No es cierto que el libro verse sobre "como afrontaron sus últimos momentos, etc". Eso es así en unos casos (los menos) y no lo es en otros. A veces se narra cómo murió tal o cual filósofo (o filósofa, que uno de los méritos de la obra es dar voz a las pocas mujeres que han descollado en la historia de la filosofía), a veces se examinan sus ideas sobre la muerte y factores concomitantes como la eternidad o no del alma, la resurrección en diversas formas, etc. Y otras veces no se hace ninguna de las dos cosas sino que se dibuja un sucinto tratamiento de la doctrina de algún filósofo concreto.

Siendo esto así la reseña tiene que seguir un ritmo sin ritmo similar, de forma que se limitará a ser una especie de antología de algunos, muy pocos, de los casos que por algún motivo, parezcan dignos de atención o, cuando menos, se lo parezcan a Palinuro.

De Epiménides el cretense cuenta Diógenes Laercio que, habiéndolo enviado su padre a cuidar un rebaño, se quedó cincuenta y siete años dormido en una cueva y, al despertarse y volver a la ciudad ya puede imaginarse la situación de anacronismo que se produjo. La historia, que tiene muchos antecedentes literarios en China, la India, etc es la misma que el famoso cuento de Washington irving, Rip van Winkle. También Diógenes Laercio aporta una tercera versión a la historia de la muerte de Heráclito, que falleció cubierto con boñigas de vaca (p. 57).

Sostiene Critchley, en consonancia con Onfray, que Epicuro es el filósofo mas importante de la antigüedad porque combina una visión científica con una actitud ética. No hace falta recordar cuál es su celebérrima posición ante la muerte, a la que, por cierto, se ajustó la suya (p. 94).

De Séneca, cuya muerte es también de conocimiento general, recoge la idea, nada desdeñable y de la que se hará eco Goethe muchos siglos después, de que la única inmortalidad que nos da la filosofía es permitirnos habitar en el presente, sin preocuparnos por el futuro.(p. 117)

El capítulo feminista trae aquí a la famosa filósofa Hipatia, la sucesora de Plotino al frente de la escuela platónica, con una reflexión de extraordinaria fuerza pero que, al mismo tiempo, predeterminaba su espantoso fin: "Enseñar la superstición como si fuera verdad es la cosa más horrible." (p. 127) Tenía que acabar muerta a manos de las turbas cristianas, fanáticas defensoras de la superstición hasta el día de hoy, que la desollaron con trozos de macetas, trocearon su cuerpo y lo cremaron.

Francis Bacon, por quien siempre he sentido una simpatía mezclada con cierta prevención, murió víctima de su espíritu empírico, por empeñarse en demostrar que la carne podía conservarse en hielo igual que en sal, para lo cual compró una gallina en Highgate y la rellenó de nieve pero, en el ínterin, se resfrió y falleció de las complicaciones posteriores (p. 185).

El autor recala en un filósofo italiano de segundo orden, el conde Alberto Radicati de Passerano (1698-1737) que, en su obra principal, Una disertación filosófica sobre la muerte aborda la cuestión del suicidio que ya había tratado Montesquieu en Las cartas persas y desarrollaría Hume posteriormente. Radicati piensa que el suicidio es un derecho porque los individuos son libres de elegir su propia muerte (p. 222). Su examen saca mucho partido de un opúsculo anónimo publicado en los años de 1690 con el título de Traité des trois imposteurs en el que los tres impostores son Moisés, Jesucristo y Mahoma. No sé si hoy podría publicarse tranquilamente que Mahoma era un impostor sin mayores consecuencias.

Como se decía, Hume piensa que no debiera penarse el suicidio por cuanto es una respuesta razonable a un dolor intolerable (p. 228) No tengo duda alguna de que el cardenal Tarcisio Bertone, un ilustrado jefe de las turbas cristianas mencionadas más arriba, no coincide con el filósofo escocés.

En parcial sintonía con Séneca, como se decía antes, Goethe creía imposible que un ser pensante piense en su propia no existencia, en la terminación de su pensamiento y su vida y esta imposibilidad era la base de la inmortalidad personal (p. 244). Creo recordar que una de las más provocativas obras de Damien Hirst, la de un tiburón en formol, se titula algo así como "La imposibilidad de que los vivos puedan comprender la idea de la muerte". Pero tanto en el caso de Goethe como en el de Hirst, más que de filósofos se trata de artistas.

En Schopenauer la vida no es otra cosa que la expiación del delito de haber nacido (p. 253), una idea con ecos calderonianos y que recorre como un rayo toda la especulación filosófica y la creación poética del mundo.

Es muy interesante el tratamiento del tema en el contexto de la filosofía contemporánea, pero sería prolijo exponerlo. Se cierra la reseña demostrando que si la filosofía no se cuestionara siempre y de raíz a sí misma dejaría de ser filosofía. Al efecto es aleccionador seguir a Derrida cuando rechaza la visión ciceroniana de que filosofar sea "aprender a morir", sustituyéndola por la propuesta, muy sugestiva, de que filosofar sea "aprender a vivir." (p. 334) Y, en definitiva, como muchos filósofos han dicho, ¿no es la muerte parte de la vida?

dijous, 5 de febrer del 2009

Con la banca hemos topado.

Poco a poco va quedando claro quiénes son los villanos de esta obra en la que se ventila la crisis más grave que ha sufrido el capitalismo desde su fundación: los bancos.

Lamento repetirme pero conviene recordar que eran los bancos de inversiones, esos entes descomunales que se desarrollaron en los años de Jauja cuando había dinero en abundancia y todo el mundo se endeudaba alegremente, unos bancos especiales que surgieron al calor de la globalización y de la circulación libre de capitales, entidades opacas a los sistemas tradicionales de control que crecieron en los movimientos especulativos acumulando beneficios enormes, primas y salarios de altos ejecutivos sin parangón. Cuando la burbuja inmobiliaria en los EEUU reventó, todos estos bancos de inversiones (Lehman Brothers, Bearn Stearns, etc) naufragaron. Y no sólo ellos sino también extraños esquemas financieros que en el fondo era estafas, como la de Madoff porque en el capitalismo globalizado la línea que separa las actividades financieras legales y las delictivas es muy tenue; si es que es.

Las quiebras y las intervenciones públicas en situación de emergencia trasladaron la crisis financiera a la economía "real". Los bancos comerciales, no pudiendo saber hasta qué punto estaba comprometido cada uno de ellos con las actividades de la banca de inversiones, empezaron a no fiarse unos de otros y a no prestarse dinero recíprocamente, criterio que se mantiene aunque el euribor haya descendido. Y este credit crunch es el principio del círculo vicioso de la recesión: los hipotecas no se pueden pagar; una ingente cantidad de títulos de créditos no valen ni el precio del papel en que están impresos; falta de crédito, la economía se contrae; la economía contraída es menos empleo y mayor descontento social, más cierres de empresas y más gentes en el paro; menos posibilidades de garantizar los préstamos; menos créditos, etc.

Todos los Gobiernos han intervenido para salvar la situación facilitando liquidez a la banca comercial. ¿Y qué ha hecho ésta en España? Emplear ese dinero en enjugar sus deudas, pero sin abrir el crédito a las familias y a las pymes. Son los bancos quienes, tras haber provocado la crisis, impiden que la economía remonte. Eso es evidente en España y de ahí que un ministro del Gobierno del señor Rodríguez Zapatero profiriese algún tono más alto que otro a propósito de la banca; pero el segundo del PSOE ya lo ha contrarrestado, en una muestra de celeridad servil que prueba a qué extremos está el gobierno enfeudado a la banca.

La bajada de los tipos de interés, primero en los EEUU y después en Europa, responde al intento de facilitar la recuperación económica. Acorde con ello, también ha bajado el euribor. Pero no para la gente. Ayer, la ministra de la Vivienda, señora Corredor, en un chat con los lectores de 20 Minutos insistió en un par de ocasiones en sus temas preferidos para engañar a los usuarios que buscan vivienda. Aseguraba la señora Corredor que la situación está mejor porque el euribor está bajando. Es imposible que esta señora ignore que, aunque el euribor haya bajado, los bancos no repercuten ese descenso en los clientes porque, en lugar de añadirle un 0,70 por ciento, añaden 2,4 por ciento con lo que las hipotecas siguen igual de caras.

Sí, son los bancos los responsables de la crisis, pero no parece que el gobierno del señor Zapatero haga o vaya a hacer algo que obligue a la banca a facilitar la salida de la crisis.

(La imagen es una foto de Swisscan, con licencia de Creative Commons).

Y con la Iglesia, ni te cuento.

El Vaticano, esa vieja, sabia y cínica diplomacia, nos ha mandado al cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado y camarlengo. Es un hombre poderoso en la jerarquía de la Santa Sede: equivalente a ministro de Asuntos Exteriores y, como camarlengo, sustituto del Papa en sede vacante, así que podemos dar su visita como de muy alto nivel; y viene a España, entre otras cosas, a gestionar una invitación al Pontífice a visitar nuestro país en 2010, lo que demuestra la importancia que la Santa Sede concede a sus relaciones con su católica hija España.

Y la que concede el Gobierno a las buenas relaciones con el Vaticano. La vicepresidenta del Gobierno, señora Fernández de la Vega, que se lleva de cine con el clero siempre que sea extranjero, ha explicado al Cardenal Bertone la reforma de la ley del aborto, la ley de libertad religiosa y el espinoso asunto de Educación para la Ciudadanía, ahora que el Tribunal Supremo ya ha dejado zanjada la cuestión. El señor zapatero recibió al Cardenal y el Rey lo invitó a comer. No es que lo traten a cuerpo de rey; es que lo tratan a cuerpo de papa.

Han tenido tiempo más que de sobra para hablar y para llegar a algunos acuerdos a base de lo que Monsignore Bertone sin duda llamará "mutuas concesiones" y que en lo sustantivo, correrán todas a cargo del Estado. El Camarlengo se comprometerá, seguramente, a embridar a la montaraz clerigalla carpetovetónica pues calcula el Gobierno que conchabándose con el Vaticano y aplazando sine die los otros asuntos peliagudos del avance de la laicidad se habrá evitado, cuando menos, la feroz agresividad de los medios de la derecha y de la jerarquía católica española.

Ahora bien, si un gobierno de izquierda gobierna tratando de conseguir el apoyo o, cuando menos, la neutralidad de los banqueros y los curas, y sólo se mueve en lo social y laboral acordando las medidas con los sindicatos y con la patronal ¿qué le queda de izquierda? Sería bueno enterarse para actuar en consecuencia en las próximas elecciones.


(La imagen es una foto de R. Duran, con licencia de Creative Commons).

Doble fracaso.

En Valkiria, Bryan Singer cuenta una historia real, la del fracasado complot de militares y civiles en 1944, el décimoquinto de la serie, para asesinar a Hitler e instaurar en Alemania un gobierno que negociara una tregua con los aliados. Y la cuenta con un estilo como si fuera un thriller, lo que constituye un segundo fracaso por cuanto, como el final es sabido, la historia carece de intriga e interés.

Ese carácter de thriller obliga a una gran economía narrativa que hace prescindir de todo lo que no sea estrictamente elementos de la conspiración con lo cual nos pasamos toda la peli entre botas, gorras de plato, uniformes, abrigazos nazis, correajes, motos con sidecar, coches mercedes, bunkers, oficiales del ejército y armas. Sin embargo, en Alemania había entonces, y hoy, muchísimas más cosas, además del nacionalsocialismo. Pero sólo en un par de ocasiones consigue Claus von Stauffenberg, el coronel que encabeza el atentado, ver a sus mujer y sus hijos y nosotros a alguien que no sea militar. Al prescindir deliberadamente de cualquier contexto, individual o colectivo, de toda referencia a las condiciones sociales de la época, el relato se hace plúmbeo. Al fin y al cabo, Claus von Stauffenberg, vástago de una antiquísima familia de nobles, era un hombre culto y su decisión de asesinar a Hitler debe verse como un deber autoimpuesto en beneficio de Alemania. Hubiera sido interesante profundizar en la psicología de este hombre que regresa del frente mutilado a casa y comprende que su deber es asesinar a Hitler, mostrar algo de lo que le hizo cambiar de opinión, la brutalidad y los crímenes de los nazis, los asesinatos de judíos, algo de lo que vio y que nos haría verosímil su comportamiento en lugar de presentarlo como un hombre que sabe lo que quiere y cómo lo quiere desde el principio.

Esta carencia de contexto de todo tipo, cultural, sociológico, paisajístico, urbano, personal, etc y la correspondiente concentración en los hilos del thriller no son garantía suficiente para que el relato sea claro. Antes al contrario, la cantidad de gente implicada en el complot (entre 200 y 500) y que a su vez están en muy distintas relaciones entre sí hace que a veces sea difícil entender lo que está pasando y que, por momentos, el relato resulte confuso y hasta inexplicable. ¿De dónde salen los conspiradores civiles? ¿Cómo se relacionan con los militares? ¿Cómo se organizan todos? ¿En dónde tienen esas reuniones casi multitudinarias sin que la omnipresente policía se entere? Concentrado hasta extremos solipsistas en la persona de Von Stauffenberg el film avanza penosamente con una acción sin interés pues está en función de un final sabido y con una banda sonora más propia del robo del siglo.

dimecres, 4 de febrer del 2009

El humor es cosa de la inteligencia.

Ya es mal asunto que uno no entienda un chiste. Pero si alguien lo explica y uno sigue sin entenderlo es que la mollera de uno no tiene remedio. En fin, es lo terrible de los chistes, de la ironía, de las burlas, que son muy resbaladizos y para cuando el que ha picado quiere darse cuenta, normalmente es ya demasiado tarde. Todos los que se tomaron en serio el vídeo del Gran Wyoming metieron el remo hasta la empuñadura, sin excusa posible. Luego, cuando ya se explicó todo en el programa de aquel, El intermedio, algunos trataron de disimular, de salvar la cara, diciendo que ya se maliciaban algo, que no le habían dado crédito completo y que tenían sus reservas: blogs, foros, páginas webs y hasta algún diario digital. Por ejemplo, El Imparcial, que tras dar por bueno el vídeo en titulares tuvo que acabar reinterpretando la noticia vergonzantemente en un espacio semioculto en el interior llamado Las trampas de Wyoming donde se viene a afirmar que el vídeo no es auténtico, pero como si lo fuera que es algo así como decir que el mayordomo no asesinó a la duquesa, pero pudo haberlo hecho. Esa fue la defensa de la mayoría de blogs y foros que se tragaron la pieza: minimizar el ridículo y esperar que escampara.

Pero no es el caso de Intereconomía, en donde el señor Xavier Horcajo que tiene un problema evidente a la hora de distinguir entre lo fabulado y lo real, siguió cargando contra Wyoming con tanta saña que uno empezaba a pensar si no se trataría de otro fake, en este caso un contrafake para responder condignamente al pitorreo del programa de Wyoming. El señor Horcajo puso en brevísimo tiempo a bajar de un burro al Gran Wyoming, al que llamó "delincuente", "h.p." (hijo de puta, vamos, para no andarnos con remilgos), de "baja catadura moral", "de baja ralea", "bufón de segunda" etc, etc. Uno podría creer que estaría fuera de sí al ver cómo había caído en una trampa tan elemental, en un engaño tan tosco. Pero en lugar de reconocer que se había columpiado trataba de emborronarlo todo, sepultando a la gente del Intermedio bajo toneladas de denuestos. Como si los demás estuvieran a su altura mental.

Cuéntase de Santo Tomás de Aquino que en cierta ocasión fue víctima de una broma, de un engaño urdido por sus hermanos dominicos que lo convencieron de que saliera a toda prisa del convento para ver un burro volador. Cuando luego hicieron burla de él y le preguntaron cómo había sido tan ingenuo para creer que había burros voladores, el doctor angélico contestó que prefería creer que los burros vuelan antes de aceptar que un hermano pudiera mentir. Desde el momento en que el señor Horcajo tiene al Gran Wyoming por un redomado delincuente está claro que su reacción carece de la elegante y caritativa defensa del aquinatense.

No, su reacción es la del que no se entera y eso se prueba cuando resulta que también acusó a la colaboradora de Wyoming, doña Beatriz Montáñez, de ejercer el oficio más viejo del mundo por el hecho de salir interpretando a una puta. Lo explicó muy brillantemente la señora Montáñez recordando la diferencia entre realidad y ficción y avisando al señor Horcajo de que Leonardo di Caprio no murió en el hundimiento del Titanic. Cierto, ni Liz Taylor en El árbol de la vida. Pero no sé si el señor Horcajo entenderá estas sutilezas.

La comisión no dictaminará nada.

En el otro extremo del arco conservador, desde los comunicadores ultras a los órganos regidos por neoliberales con pedigrí, la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) no desengaña. En la entrada de ayer, titulada Sabía decision: una comisión decía Palinuro que: "Y milagroso será si la señora Aguirre no pone a presidirla (a la Comisión) al investigado, el señor Granados, presunto subjefe de la trama de espías. La presunta jefa es ella, naturalmente." Ese es el camino que llevan. No sé si aprovechando su mayoría absoluta el PP impondrá de presidente al principal sospechoso, el señor Granados, pero sí está claro ya que se reservará la presidencia, algo que va en contra de los usos y convenciones democráticos pero deja ver sin duda alguna que esta comisión de investigación no investigará nada, no concluirá nada y acabará como el rosario de la aurora, cosa que está en interés del PP a la vista de que en las próximas elecciones autonómicas tiene toda la pinta de llevarse un solemne batacazo. Estaba claro que la comisión encabezada por la señora De Cospedal no investigaría nada pero en ésta será milagroso si la conclusión no es que la culpa del espionaje la tiene Felipe González. De momento el espía más activo de todos, el señor Gamón, ya se ha negado a responder a las preguntas del PSOE e IU. Claro: ¿por qué tiene él que responder de algo cuyo culpable es el señor Felipe González? Por fortuna está en marcha la investigación judicial. De no ser así, este gobierno de desaprensivos no daría ni explicaciones de una trama de espionaje tan activa que, según parece, sus miembros se espiaban entre sí.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons)

Matrimonio de Boston.

En el muy céntrico teatro Arlequín de Madrid, que está al comienzo de la calle de San Bernardo, al lado de una galería comercial muy conocida, próxima a Santo Domingo, están poniendo una curiosa obra de David Mamet, importante dramaturgo y guionista cinematográfico en los Estados Unidos. "Matrimonio de Boston" (que ya estuvo en cartel en Madrid hace unos siete años) es una expresión acuñada para referirse a las parejas de mujeres que viven juntas por su cuenta y no tienen por qué ser necesariamente lesbianas si bien en este caso lo son.

La obra es una chispeante y matizada investigación en la relación amorosa de dos mujeres. Al comienzo, Anne (Antonia San Juan) tiene un amante del que piensa vivir cómodamente y pretende que Claire, su pareja, se quede con ella. A su vez, Claire ha venido a decirle que está enamorada de una jovencita y ahí arranca una serie de peripecias muy divertida sobre las complejas relaciones entre las dos amantes, con un diálogo muy rápido y ágil, repleto de todo tipo de consideraciones sobre el destino de las mujeres independientes, el de la pareja, las relaciones fuera de ella, la fidelidad o infidelidad, etc. Es interesante reseñar que la pieza no es una defensa o un ataque de las relaciones homosexuales en modo alguno. De hecho, desde el principio, damos las relaciones por supuestas. No es un alegato en favor o en contra de relaciones lésbicas, sino la narración de las peripecias de una de ellas en una sociedad como la finisecular en la que, dada la moral de la época, casi todo ha de expresarse mediante sobreentendidos.

Este análisis psicológico de dos mujeres que están muy unidas pero en un momento dado encaran la posibilidad de vivir cada una por su cuenta se complementa con un contrapunto sociológico visto desde el ángulo de las relaciones de clase. Tanto Anne como Claire son dos mujeres de clase media con educaciones y gustos muy similares. El contraste lo pone la chica de servir, una jovencita escocesa, procedente del campo, Catherine, caracterizada con los rasgos de la simpleza, la ingenuidad y la retranca de los aldeanos. En la adaptación española "escocesa" ha pasado a ser "gallega". Las tres intérpretes son muy buenas, aunque a veces sobreactúan un poco, cosa comprensible si se piensa que la obra adquiere rasgos de farsa con bastantes escenas disparatadas. De todo el aspecto interpretativo lo que menos me gustó fue el forzado acento gallego de la criada. Pero no su figura ni el magnífico contrapunto social que representa. Como figura en el reparto Catherine echa sus raíces en las de los criados graciosos y/o necios del teatro clásico y presta a la obra una dimensión en profundidad muy curiosa.

La acción tiene lugar en el siglo XIX y consiste sobre todo en construcciones de diálogo muy brillantes que no solamente retratan una época sino que ahondan en las complejidades de una relación amorosa a un buen ritmo que las actrices consiguen se mantenga a lo largo de una pieza. Ésta no es precisamente breve y en ella abundan cuestiones inesperadas, sobre todo la relacionada con un ostentoso collar de gemas que su amante (a quien no vemos en toda la obra) ha regalado a Anne y que hace estallar un mundo de pasiones. El autor es un maestro de lo que los anglosajones llaman el innuendo, cosa que se echa claramente de ver en la muy emotiva escena cerca ya del final en que Claire rompe y deja sin respuesta la carta de su joven conquista que la ha esperado inútilmente fuera de la casa.

dimarts, 3 de febrer del 2009

¿Quién tiene la culpa de la crisis?

El señor Rodríguez Zapatero se reunió ayer con los principales banqueros del país (que en el año 2008, según Público, ganaron dos millones de euros por hora) para rogarles que hagan el favor de canalizar a la gente y a las pymes algo de los 150.000 millones de euros de dineros públicos que el Estado les ha "inyectado" porque no es hora de acumular más beneficios, sino de arrimar el hombro.

Los banqueros le contestaron con una teórica, explicándole -y con él a todos los españoles que no ganamos dos millones de euros por hora- que si la economía no se ha hundido ya del todo es gracias e ellos y que la culpa de la crisis la tiene el Gobierno y la tenemos la gente corriente y moliente por endeudarnos en exceso, y que ahora vienen tiempos difíciles.

Eso se llama desvergüenza, vulgo tener un morro que se lo pisan. Veamos la secuencia de los hechos:

1.- La crisis estalla causa de los fondos de riesgo con los que los bancos de inversiones estadounidenses y en todo el mundo han estado especulando codiciosa e irresponsablemente.

2.- Se transfiere luego a la banca comercial (los de los dos millones de euros por hora de beneficios) en forma de falta de confianza mutua y restricción del crédito.

3.- La restricción del crédito asfixia las economías, que entran en recesión.

4.- La crisis se generaliza y los Estados -entre ellos el español- intervienen inyectando miles de millones en los bancos comerciales para mantener vivo el crédito.

5.- Los bancos comerciales no hacen tal cosa sino que dedican los fondos a sanear sus cuentas y siguen restringiendo el crédito con la recesión a punto de convertirse ya en una depresión.

Realmente, ¿quiénes son los culpables? Está muy claro: los bancos de inversión en primer lugar y los bancos comerciales en segundo lugar. O sea, los bancos. Como es lógico porque son los únicos que pueden desatar una crisis con sus medidas. Haga lo que haga la gente, nunca pondrá en marcha una recesión.

Está claro: un morro que se lo pisan e igual que los terroristas israelíes culpan a las víctimas palestinas de sus muertes, los bancos culpan a la gente de los problemas que sólo ellos han causado.

Antes había razones económicas y financieras para nacionalizar los bancos. Ahora también las hay políticas: que vayan a reírse de sus familiares.

(La imagen es una foto de Steve Rhodes, con licencia de Creative Commons).

Sabia decisión: una comisión.

La entrada de Palinuro de ayer acerca del lío de espías, enchufados y clientes en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) se titulaba Tendrán que hacer algo. Bueno: ya lo han hecho. La señora Aguirre que la semana pasada negaba de raíz cualquier espionaje en sus dominios y no veía la necesidad de una comisión de investigación para aclarar unos hechos que según ella no se habían producido, ahora acepta constituir una. La sabiduría contemporánea rebosa de juicios negativos sobre el valor de las comisiones. Se dice que si se quiere no resolver un problema se nombra una comisión. Igualmente: ¿qué es un dromedario? Un caballo dibujado por una comisión.

En el caso de la que se nombrará en el seno de la Asamblea de Madrid ese escepticismo está archijustificado. Como el PP dispone de mayoría absoluta en la dicha asamblea, querrá que la comisión refleje este hecho lo que equivale a garantizar de antemano que no servirá para nada. Y milagroso será si la señora Aguirre no pone a presidirla al investigado, el señor Granados, presunto subjefe de la trama de espías. La presunta jefa es ella, naturalmente.

La comisión funcionaría si se aceptara la propuesta de la oposición de disponer de igual número de votos (entre IU y PSOE) que el PP. Conociendo el talante democrático de este partido y el de su liberal presidenta eso no va a darse ni de lejos con lo que es claro que la comisión se nombra para dar carpetazo al asunto del espionaje en la CAM. Y con el asunto del espionaje, el de las adjudicaciones de contratos del Vicepresidente del Gobierno y el de la tupida red de influencias, amiguismos y enchufes en que funcionan las empresas públicas o semipúblicas de esta sufrida CAM administrada por una gente que es la que los madrileños se merecen porque para eso la votaron.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons)

El gran Gran Wyoming.

Pleno, Wyoming, tío, pleno. Qué golpe maestro. Cómo te conoces al personal. Con qué elegancia y sin insultar has dejado a esa gente en el más espantoso ridículo. Porque el vídeo en cuestión no engaña más que lo suficiente a los que anden escasos de meninges. La prueba es que muchos internautas en los foros y la blogosfera apostaban por el fake. Pero lo que es impagable es cómo muerden el anzuelo los pardillos de Intereconomía, con qué fingido escándalo y disimulado contento, con qué hipocresía lamentan ese comportamiento de "capitalista" y dan entera la falsificación sin comprobar nada, ni el remite del envío. ¿Y qué decir de la tertulia posterior? La plancha de Cendoya escandalizado, haciéndose cruces, Señor, Señor, estos rojos... Eso es lo más valioso de la trampa tendida: que han caído en ella ciegos de siniestra alegría, pensando que podían triturar a la competencia, que tenían un exclusiva explosiva.

Y no, ninguna pena. Estos de Intereconomía ¿no son los que enviaron unos jayanes a impedir el trabajo de una periodista haces unos meses? ¿No son los que enviaron a otros -o los mismos- contratados suyos para tender una trampa y presumiblemente chantajear al abogado que acusa al señor Fabra de Alicante? Ninguna piedad con gente que recurre a estos procedimientos. Al contrario, que quede bien claro que no sirven ni para las chapuzas y sí sólo para insultar.

Al Gran Wyoming no le hace falta insultar. Que hay clases.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).


dilluns, 2 de febrer del 2009

¿Qué es un terrorista?

La decisión del juez Andreu de la Audiencia Nacional (AN) de imputar un crimen contra la humanidad a un puñado de militares israelíes puede considerarse desde varios puntos de vista. Desde uno de izquierda es de aplaudir la iniciativa al tiempo que se subraya la contradicción de que la misma AN que investiga a los presuntos delincuentes israelíes obstaculice e impida que se investiguen hechos peores en España. Y no es tan sólo una contradicción sino un ataque al sentido de la justicia pues mientras este órgano judicial de jurisdicción especial sienta plaza de adalid de los derechos humanos en Israel, Guatemala o el Tibet (ya vemos: cuanto más lejos, mejor), se alinea en su tierra con los asesinos y trata de que sus crímenes no sólo queden impunes, como ya lo están, sino que no se conozcan, que no puedan investigarse ni tampoco reparar a las familias.

También se puede considerar desde el punto de vista opuesto, el de la derecha según el cual los magistrados de la AN que hicieron tan bien impidiendo que se abran las fosas e investiguen los crímenes de los franquistas (que, naturalmente, jamás existieron), pierden el oremus imputando esos mismos crímenes a los militares israelíes, defensores de la civilización occidental y que, por supuesto, jamás han cometido crimen alguno.

Por último, cabe también considerarla bajo el punto de vista de los mismos terroristas israelíes. Dice el señor Ehud Olmert que la investigación abierta por el juez Andreu es una prueba de doble moral de la Audiencia Nacional. La doble moral, según Olmert, consiste en que quienes ignoraron el terrorismo de Hamás en el pasado, quieran ahora empapelar a los israelíes por defenderse. Es un argumento cínico, pero nada parecido a lo que salió diciendo el ministro de Defensa de Israel, el laborista Ehud Barak quien, a la vista de la intención de la AN, se preguntaba si matar a un terrorista es un crimen contra la humanidad.

Le contesto: todo depende de lo que se entienda por terrorista. Si vamos a los resultados de las últimas acciones de Israel en Gaza habrá que aceptar que trescientos niños eran trescientos terroristas, cosa que no creo que sostenga ni siquiera el señor Barak que no me parece especialmente listo ni con mediana talla moral. Se dirá que no se estaba hablando de niños sino de hombres combatientes y que los niños fueron lo que el señor Javier Solana, fervoroso guerrero del imperio, llamaba "víctimas colaterales". Aun así es cosa de responder al señor Barak que todo sigue dependiendo de lo que se entienda por "terrorista". Estoy seguro de que su idea, coincidente con la de los Estados Unidos, la Unión Europea y los aliados de ambos no coincide con la visión de mucha otra gente. Para Hamás, muchos palestinos y musulmanes en general, los "terroristas" del señor Barak son "héroes" y "patriotas".

Mi patriota es tu terrorista y viceversa. El señor Barak y todos cuantos apoyen su siniestro discurso tienen que admitir esta relatividad de los conceptos porque les toca muy de cerca. Gentes como David Ben Gurion, fundador del Estado de Israel, o Menahem Beguin, ex-primer ministro del mismo Estado, fueron terroristas en los tiempos de la administración inglesa de Palestina, esto es, perpetraron u ordenaron perpetrar ataques con bombas y atentados diversos que técnicamente hablando, son actos terroristas. Pero estoy seguro de que el señor Barak no considera terrorista al señor Ben Gurion, sino un patriota. Lo mismo hacen los palestinos con los asesinados por los israelíes.

Es más, aunque el señor Barak no alcance a comprenderlo, eso de ser o no terrorista es tan relativo que, en algún caso, un terrorista ha llegado a ser Premio Nóbel de la Paz. Así sucedió en 1994 con Yassir Arafat, un architerrorista para los israelíes. Pero también Premio Nóbel de la Paz fue el terrorista Menahem Begin en 1978.

(La imagen es una foto de Chrisjohnbeckett, con licencia de Creative Commons).

Tendrán que hacer algo.

El escandalazo del espionaje en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) se complica por días. Y los asuntos que van saliendo a la luz son cada vez más increíbles y rocambolescos. La información que trae hoy El País sobre los teléfonos móviles de altos cargos de la CAM es una prueba más del ambiente casi histérico de espionaje y contraespionaje que se vive en el Gobierno regional en donde, según parece, actúan varias redes de vigilancia, dedicadas a actividades ilegales y presuntamente financiadas con dineros públicos.

Las reacciones del Gobierno de la CAM a las sucesivas revelaciones periodísticas, intemperantes, arrogantes, amenazadoras, dilatorias, muestran el desconcierto que reina en el lugar y el clima de enfrentamiento a que se ha llegado en las filas del PP.El señor Rajoy, probablemente, no saldrá bien parado de esta sórdida aventura con gente de controvertido comportamiento como ese Vicepresidente de la CAM, un espiado que, a su vez, presuntamente espiaba. Y por debajo de todo esto, el dinero, los ingentes capitales que se mueven en la CAM desde el comienzo del boom del ladrillo. Igual que por debajo del "tamayazo" estaba el dinero con el que se compró la traición también ahora el escándalo de los seguimientos, las escuchas, los dossiers, etc, tiene pies de moneda de curso legal. Cualquiera que haya seguido los escritos del blog de Escolar, Escolar.net se habrá convencido de que la CAM se administra con criterios de clientelismo, enchufismo y amiguismo que no dejan lugar a dudas. Las empresas públicas y todas aquellas sobre las que la CAM pueda ejercer alguna influencia rebosan de parientes y amigos de los gobernantes de Madrid o de sus amigos. Y la cabeza visible de este desastre, quien, según parece, más se beneficia con él y quien orienta la política de adjudicaciones de la CAM es el espiado vicepresidente de la Comunidad, señor Ignacio González.

Es de suponer que todos estos asuntos no queden impunes y es de esperar que los organismos de defensa de los ciudadanos, como los fiscales, que pueden actuar de oficio, lo hagan para aclarar un patrimonio como el del señor González que, si es objeto de dossiers secretos e ilegales, será porque tenga algo que resulte rentable para hacer chantaje.

Por cierto, cuanto más se demoren las inevitables dimisiones en la CAM, más cerca se producirán de las elecciones vascas y gallegas del 1º de marzo y peor efecto tendrán en las expectativas electorales del PP.


(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons)

Filosofía risible.

Este curioso libro de Cathcart y Klein (Platón y un ornitorrinco entran en un bar... La filosofía explicada con humor, Planeta, Barcelona, 2008, 220 págs.) parte de una idea sencilla, audaz y muy cierta: la de que los chistes y la filosofía están hechos de la misma materia, que ambos juegan con la mente de la misma forma y que los dos ponen de relieve verdades que a veces son incómodas sobre la vida y otras cuestiones de no menos enjundia. La idea es que cabe explicar los conceptos filosóficos a través de los chistes y que estos están cargados de un fascinante contenido filosófico (p. 12). Por supuesto, depende de la calidad del chiste; pero lo mismo puede decirse de las filosofías, que depende de su calidad. Un buen chiste -y este libro trae muchos- es normalmente una revelación; como una buena filosofía.

La compleja estructura del chiste ya había quedado clara en la interesante obra de Freud, El chiste y su relación con el inconsciente y Bergson, en su célebre ensayo sobre la risa había aportado una visión filosófica a este aspecto de lo cómico, lo risible, lo chistoso, normalmente abandonado en el terreno de las graves preocupaciones del intelecto. Pero hasta ahora nadie, que yo sepa, había llevado la audacia a exponer -en tono liviano, por supuesto- la historia de la filosofía a través de chistes y, aunque reputo la idea muy buena, no creo que tenga muchos partidarios entre filósofos y gentes con escaso sentido del humor. Los propios autores, resignados, ya reconocen en el capítulo de agradecimientos que: "No conocemos a nadie, aparte de nosotros mismos, que esté dispuesto a responsabilizarse de la idea de este libro..." (p. 219). Pero la gente lo lee con gusto. Véase si no: cuatro ediciones (imagino que quiere decir impresiones) en un año.

El caso es que, efectivamente, es posible repasar un poco a grandes rasgos y vuelapluma la historia de la filosofía, concebida como la sucesión de los temas más conocidos que han preocupado siempre a los filósofos (el telos, la ética, la epistemología, la lógica, el libre albedrío, la muerte, la razón, la política, etc) y hacerlo a través de los "filochistes", como los llaman los autores. La verdad es que casi todos son buenos y, en definitiva, el libro viene a ser como una antología de chistes que tienen interpretación filosófica. Por cierto, como los autores son judíos, hay una gran cantidad de chistes de judíos. Hablando de la virtud platónica, que es la sabiduría:

"En un encuentro que se está celebrando en la universidad, se aparece de pronto un ángel y le dice al jefe del departamento de filosofía:

- Te concedo uno de estos tres dones: sabiduría, belleza o diez millones de dólares.

Inmediatamente el profesor opta por la sabiduría.

Envuelto en un halo de luz, el profesor aparece transformado. Pero sigue ahí sentado, contemplando la mesa y uno de sus colegas le susurra:

- Di algo.

El profesor responde:

- Debería haber pedido el dinero." (p. 92)

Hablando de la existencia, la muerte y Heidegger:

PINTOR: ¿Qué tal van mis ventas?

PROPIETARIO DE LA GALERÍA: Bueno, pues tengo buenas y malas noticias. Vino un hombre y me preguntó si eras un pintor que se revalorizaría al morir. Cuando le dije que pensaba que sí compró todo lo que tenía tuyo en la galería.

PINTOR: ¡Vaya! ¡Es maravilloso! ¿Y las malas noticias?

PROPIETARIO: El comprador era tu médico." (p. 137).

diumenge, 1 de febrer del 2009

Elogio de la prensa de izquierda.

En España la mayoría de la prensa es de tendencia; como en el resto del mundo por lo demás. Tendencia sobre todo en la divisoria derecha/izquierda, esa que dicen algunos que está trasnochada, superada y, sin embargo, resulta ser la única que se da en todos los sistemas políticos. Porque los otros conflictos con traducción política pueden darse o no: puede o no haber conflictos regionales, religiosos, lingüísticos, demográficos, ciudad/campo, etc. El conflicto izquierda/derecha aparece siempre y se refleja sobre todo en la prensa. Por eso digo que la prensa es de tendencia.

Pero en España, además, es de partido. En especial la prensa de derecha. Parte del discurso mediático conservador es hablar de las "terminales mediáticas" del Gobierno socialista, preferentemente grupo "Prisa". Y sin embargo la relación entre este grupo y el PSOE y el Gobierno del PSOE es mucho menos intensa que la que hay entre el PP y los medios escritos o audiovisuales de la derecha. Algunos de estos, por ejemplo El Mundo, han llegado a hacer el programa del PP en épocas de penuria programática en los años noventa, en ellos se apoya electoralmente al PP y en la COPE incluso se apoya a unos sectores frente a otros dentro del partido de la derecha. Parte de ese apoyo se manifiesta en una actitud muy agresiva hacia la izquierda. Los columnistas de los medios de la derecha suelen ser más insultantes que los de la izquierda, entendiendo aquí por izquierda El País, Público y El Periódico de Cataluña. Algo similar con los editoriales: los de la derecha se atienen estrictamente al esquema amigo/enemigo mientras que en los de la izquierda se guardan más las formas, se es menos agresivo con el enemigo y menos encomiástico con el amigo, sin negar que haya amigo/enemigo.

Los periódicos de izquierda son de tendencia, pero no de partido. Antes de seguir hay que decir que aquí se da por supuesto que El País es un diario de la izquierda, pues mucha gente en la izquierda lo sitúa en el centro, en el centro-derecha y hasta en la derecha sin más. Algo de eso hay. Pero dado el carácter del centro-derecha real, el centro-derecha de El País es izquierda a todos los efectos. Público por lo demás, es un periódico de izquierda, como lo es El Periódico de Cataluña. Y lo que caracteriza a esta prensa de izquierda es que, interpretando la realidad, como hacen todos los que dan cuenta de ella, es mucho menos agresiva y crispada que la otra parte. Por eso, me parece, la prensa de izquierda es digna de elogio. Todo el que informa trata de convencer al auditorio para que vea la realidad como él; la diferencia está en la forma que tiene ese tratar. Se puede convencer a la gente a palos, a gritos o seduciéndola. Es digno de elogio que la izquierda trate de convencer seduciendo. Esa izquierda abertzale que mantiene el principio de que también se puede convencer a la gente asesinándola no entra aquí ni por ensoñación.

Que también hay que ver el mundo con los ojos de los lectores. Y muchos lectores, creo que la mayoría, agradecemos que los periódicos no muerdan.

España: estos jueces no te los mereces.

El estamento judicial debe sosegarse y serenar su ánimo. Nada gana un país si quienes están obligados a ser acuánimes muestran no poder controlar sus pasiones. El Cristo que se ha armado con la iniciativa del juez Andreu de la Audiencia Nacional ha desatado tal cúmulo de disparates en el ámbito público que uno duda sobre la racionalidad de los dirigentes sociales. Los israelíes se han cabreado y la han tomado con el Gobierno español sin duda porque creen que es su deber controlar qué hacen los jueces, una actitud que dice mucho sobre la idea israelí de la división de poderes y la que tienen de la que hay en España. Claro que, a continuación, escucho atónito que el Gobierno español pudiera estar pensando en la posibilidad de limitar la jurisdicción universal española. Si lo hace por ley, al menos a efectos internos puede hacerlo, pero en tal caso, la jurisdicción universal ya no será universal. Habrá o no una forma jurídica de proceder pero está claro que es ilegítima. La jurisdicción universal, que es recíproca, por supuesto, no puede depender de límites impuestos por razones políticas. Sin embargo, como suele pasar en estos casos, en gran medida lo que importa es un asunto simbólico. La decisión del juez Andreu no tiene efecto alguno porque Israel no es parte recíproca, no reconoce jurisdicción universal alguna y no admite la Corte Internacional de Justicia ni acata sus decisiones. Por tanto, no hay nada que hacer jurídicamente. Pero eso saca a la luz pública el estatus internacional de Israel en cuanto Estado... ¿cómo? ¿delincuente? ¿terrorista? Téngase en cuenta que el frente de propaganda es vital en la estrategia de Israel.

La crítica a los jueces no puede venir por el hecho de que no se plieguen a la razón de Estado, tanto si la tal razón la esgrimen unos como si lo hacen otros. Al contrario, viene si ceden a la razón de Estado y a consideraciones corporativistas. Esa AN que hoy pretende empapelar a varios cargos políticos y militares israelíes que perpetraron una matana en Gaza en 2002, ¿es la misma AN que se niega a abrir las fosas comunes de los asesinatos fascistas en España? Esa fiscalía que hoy anima al juez de instrucción a proceder contra los acusados en Israel ¿es la misma que negó competencia al juez Garzón para investigar los crímenes del franquismo en España? ¿Es la misma fiscalía que se opuso con uñas y dientes al procesamiento de don Augusto Pinochet, dictador chileno, único jefe de Estado que asistió a los funerales de su amado maestro, Francisco Franco Bahamonde?

Fuera, sí; dentro, no. Eso es lo que no resulta de recibo en el proceder de la Audiencia. Parece como si estuviera diciendo que se arroga el derecho a perseguir el delito en todas partes excepto aquí, a proteger a todos los ciudadanos del mundo excepto a los españoles. Es algo tan absurdo, tan ilógico y, en el fondo, tan inmoral que, si fuera israelí, en lugar de cabrearme por la decisión del juez Andreu, incoaría en Tel Aviv un proceso para abrir las fosas en España para buscar los huesos de las personas asesinadas en crímenes de guerra cometidos por el Gobierno español entre 1939 y 1951. Jurisdicción universal, sí señor.

De la huelga prevista por sus señorías tengo poco que decir salvo la cuestión de formas. Eso de que los jueces no tengan derecho de huelga no me ha parecido jamás ni medio aceptable. Excepto el Rey y los políticos electos, los demás ciudadanos, todos sin excepción, tienen derecho de huelga. Lo que los diferencia es la importancia de los servicios mínimos. Pero nada más.

La cuestión es de formas. La izquierda judicial anda indignada porque la izquierda política dice que la huelga es corporativa. Pero es que lo es. Y la idea de la izquierda judicial de que la huelga no es corporativa porque la apoya ella no es convincente ni para el partido de la izquierda. ¿Qué sentido tiene mantener la amenaza de huelga con independencia del resultado de las negociaciones con el Gobierno sino es el de ir a la confontación sin más?

Porque las cosas son muy complejas, señores jueces. Por ejemplo: la justísima reivindicación judicial de la necesidad de coordinar informáticamente toda la administración de justicia. ¿Qué se desprende de aquí? La pasmosa noticia, nueva para muchos ciudadanos, aunque Vds. crean que no, de que la administración de justicia en España en 2009 no estaba informáticamente coordinada. ¿Quiere eso decir que la administración española de justicia no tiene una base de datos integrada? Eso no es posible. Tiene que haber un error. Pero habría que saber en qué medida la desastrosa situación informática de la justicia no es achacable a la resistencia numantina de los jueces, sobre todo los mayores, para adaptarse a las nuevas tecnologías. Pasa en todas partes en la administración pública: los funcionarios, sobre todo donde no hay medidores de productividad (por ejemplo, los jueces) tienden a no esforzarse en adaptarse a la informática.

Conste no obstante que me parece magnífico que los jueces vayan a la huelga para presionar al Gobierno y al Parlamento para que pongan la administración de justicia española a la altura del siglo XXI europeo y no del XIX español. Por favor.

(La imagen es un cuadro de James Ensor, Los jueces prudentes)