dijous, 22 de maig del 2008

San Gil, deconstruida.

El referente por excelencia, el ejemplo moral, San Gil somos todos, donde esté San Gil estará el PP. Aluviones de halagos, elogios, ditirambos, apologías cayeron sobre la dirigente popular vasca mientras escenificaba una confusa oposición al señor Rajoy y a lo que se supone que el señor Rajoy representa, esto es, la moderación de la línea política del PP, su acercamiento al centro. Ayer, el episodio llegó a su final en el despacho del señor Rajoy que, al escuchar que la señora San Gil dejaba la presidencia del PP vasco y su lugar en el Parlamento, le puso puente de plata, no hizo nada para retenerla, pero convocó una rueda de prensa para decir que la señora San Gil se iba pero que él seguía apoyándola, supongo que para hacer oposiciones a técnico municipal. Cuarenta y ocho horas después, de la señora San Gil no quedarán ni las cenizas y, en lugar de alabanzas sólo se escuchará el ominoso silencio.

San Gil es la más reciente de las bajas causadas por el giro del señor Rajoy al centro. Pero aún vendrán otras. El desmoche de la vieja guardia ultra del PP, de los neofranquistas, avanza a buen paso. Doña Esperanza Aguirre y algunos otros, cada vez más aislados, son los últimos de Filipinas y no les queda otra esperanza salvo que alguno de los reaccionarios que todavía no han sido despedidos, presente una candidatura alternativa en el Congreso o el salvapatrias escenifique un retorno. Si esto no se produce, y es harto improbable que lo haga, ya está claro que Rajoy ha ganado la batalla, se ha asegurado la lealtad de los congresistas, se ha atraído al sumiso señor Ruiz Gallardón, cuyo plan de sustituir al jefe es bien claro, mantiene firme y unido al partido y, sobre todo, controla los mecanismos de prebendas y nombramientos que son los que operan a la hora de ver quién está con unos o con otros. El viejo ¿qué hay de lo mío, jefe?

Los neofranquistas siguen conspirando como posesos para tratar de echar al señor Rajoy y volver a secuestrar al gran partido de la derecha poniéndolo al servicio de sus consignas sectarias, carcundas y "ultraliberales". El "frente anti-Rajoy" acaudillado por la COPE y El Mundo propugna un liderazgo del partido presidido por la señora Aguirre o el señor Vidal Quadras, o Mayor Oreja, etc, cualquiera con tal de que no sea el señor Rajoy que, dicen, está entregando el PP al grupo Prisa y, además, sea lo suficientemente reaccionario; o sea, mucho.

Hay ya quien habla de escisiones en el PP pero eso me parece improbable, aunque no imposible, por cierto. Improbable porque si los neofranquistas, los persas al estilo aznarí se escindieran sólo podrían formar un partido de derecha extrema al que no votarían ni sus militantes.

También hay quien dice que los políticos rebeldes del PP pueden pedir el ingreso en el partido UPyD de la señora Díez. Lo que tampoco me parece probable. La señora Díez no es nadie y no ha dado pruebas sino de un temple político de alfeñique, sólo orientado a asegurar su carrera personal. No veo ahí a los persas, sobre todo, recordando que la señora Díez dice que ella es de izquierda. Es fantástico: hasta la derecha dice que es de izquierda. Pero los sincomplejos no van a entrar en tan confusa amalgama. Antes bien, creo que seguirán en el PP, obstaculizando los propósitos centristas del partido y esperando una ocasión propicia para dar puerta al señor Rajoy. Pero para cuando crean que pueden hacerlo, el señor Ruiz Gallardón los habrá madrugado.

(La imagen es una foto de Sagabardón, bajo licencia de Creative Commons).

Balance y proyectos.

Acaba de salir el número de primavera de la revista Trasversales cuyo apartado "cercanías" viene dedicado a analizar la pasada legislatura y a proponer distintas agendas de la izquierda. En La nueva etapa política Carlos Artola reflexiona sobre el fracaso de la derecha el nueve de marzo y la subrepresentación de la izquierda (IU en especial) a causa del sistema electoral; cree que el segundo mandato del señor Rodríguez Zapatero se caracterizará por cierta ambigüedad política y propone una agenda de izquierda que mire a las respuestas a la inminente crisis económica, la reforma de la administración pública (que, por cierto, ya está en marcha), un modelo de crecimiento sostenible, el laicismo, el aborto, la eutanasia y una nueva regulación de la inmigración. Algo básicamente compartido por Enrique del Olmo en La legislatura 2008-2012 en donde también plantea la cuestión de que la derecha haya sabido desactivar en parte la legislación social del mandato anterior así como una reforma "federalizante" del Senado; cosa que no me parece mal, aunque pienso que lo mejor que podemos hacer con esa cámara es abolirla. ¿Por qué hemos de respetar el parlamento bicameral? En Una democracia devaluada José Luis Redondo propone una reforma de la ley electoral anclada en dos puntos esenciales: subir a 400 los diputados en el Parlamento y dejar en uno los escaños asignados automáticamente a cada provincia, una reforma muy sensata que no creo acepte el PP.

En la sección "Travesía" hay varios artículos dedicados al tema candente del laicismo y el ateísmo. En un Comentario sobre el Concordato José Luis Redondo pide su denuncia y Luis M. Sáez en un trabajo sobre La religión como política que me ha parecido sucinto y brillante enumera las lacras religiosas que hemos de erradicar: oscurantismo, autoritarismo, patriarcalismo, sexofobia y homofobia. Estoy de acuerdo.

La sección "Espacios" contiene un artículo de José M. Roca sobre el Irak que es un país destrozado en el que la llamada victoria de los gringos está cada vez más lejos. Actualizo los datos de Roca que señala que si al principio de la guerra el barril de Brent estaba a 30 dólares, al escribir él estaba a 103 y al hacerlo yo ahora a 134. David Casacuberta publica un buen Decálogo para construir innovación desde la internet activista en el que hay diez opiniones que comparto sobre ideología de la tecnología, los "hackers", el software libre, etc. Especial interés me ha suscitado su propuesta de reformar la normativa sobre propiedad intelectual, en especial en lo referente a la protección de imágenes, que está anticuada.

Mención aparte merecen tres artículos sobre cuestiones de feminismo, de mucha utilidad. El estudio de María Luisa Montero García-Celay sobre La mujer o las mujeres contiene información importante sobre el feminismo y dirime la cuestión de si decir "la mujer" o "las mujeres" optando por la última fórmula por razones no esencialistas que suscribo. También suscribo su muy audaz criterio de que la desigualdad de género es el origen de todas las demás desigualdades.

Trae la revista dos trabajos, uno de Beatriz Gimeno y otro de Cristina Garaizabal sobre el peliagudo asunto de la prostitución desde la perspectiva feminista. Gimeno, que es abolicionista, reconoce que esta cuestión divide al feminismo en dos campos agriamente enfrentados de los que llega a decir que ni se escuchan. Con todos mis respetos, después de leer atentamente su magnífico trabajo en pro de la abolición de la prostitución y el de Garaizabal en pro de su regulación y, por lo tanto, mantenimiento, me resulta más convincente el segundo y espero que no se atribuya ello a mi condición masculina, sino a que las razones de Garaizabal me resultan más realistas y convincentes, aunque peor expuestas que las de su interlocutora. Por lo demás, sospecho que quienes hablan de "abolición" saben que ese término no es adecuado pero lo usan para no tener que emplear el que verdaderamente traduce sus intenciones que es "prohibición" y que no emplean porque son varias las experiencias en la historia que prueban que la prohibición legal de ciertos comportamientos o fenómenos no sirve para nada sino para fomentarlos, hacerlos más inseguros y más injustos. La "ley seca" no pudo con el alcohol en los Estados Unidos. La prohibición de los partidos políticos durante el franquismo no consiguió eliminarlos, como la persecución penal de la homosexualidad en aquel régimen estúpido y tiránico tampoco la eliminó.

En fin, felicito a los amigos de Transversales por el nuevo número.

dimecres, 21 de maig del 2008

Esquizofrenia vasca.

Por fin bajó el indómito vascón, propulsado por el último bombazo de ETA contra la oligarquía vasca (sí señor, a ver si se enteran esos capitalistas de una vez, que son tan capitalistas que parecen españoles) a colocar al señor Rodríguez Zapatero su originalísimo plan para llegar a la independentzia de Euskal Herria a través del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. (Bueno, si no gustan Vds. de Puerto Rico que al fin y al cabo son inferiores del tercer mundo, tengo los casos de Escocia, Flandes y Quebec, todos ellos racialmente fetén).

En Madrid estábale esperando el señor Rodríguez Zapatero armado con un constitucional NO y la legalidad vigente. (¿Armado? Enrocado, pardiez, en la legislación española vigente. Qué vergüenza: querer aplicarnos a los vascos las mismas leyes que a los andaluces o los extremeños y no pretendo ofender a nadie...). En La Moncloa el presidente del Gobierno explicó también al lehendakari que, si quiere traca, que convoque elecciones, a ver qué pasa y, en el ínterin que traslade al colegio cardenalicio del PNV su malestar por la moción del Parlamento vasco acusando al Gobierno de "amparar" las torturas a los gudaris. (Y me quedé corto: tenía que haberle dicho que es de vergüenza que traten de salvar sus traseros aprobando mociones gratas a los terroristas para que no los asesinen.

Volvióse pues el jelkide por do había venido con agravios suficientes para movilizar a la sana opinión de "este pueblo" a quien se niegan sus derechos de forma arbitraria. (Ahora se van a enterar los españoles: unas buenas elecciones anticipadas sobre el "derecho a decidir" de los vascos, vilmente pisoteado por los amigos de las víctimas de los gudaris. Habráse visto.)

De vuelta a casa, la eficacísima policía francesa, con ayuda de la Guarda Civil, detuvo al presunto cabecilla de ETA, un tal Thierry, y tres presuntos asesinos más, uno de los cuales había sido cargo representativo de Batasuna en esa esquizofrénica navette que hay en el País Vasco entre asesinos armados y asesinos desarmados (siempre presuntos, claro es), en esa pintoresca ósmosis de pistoleros de este o aquel lado de la frontera de la ley, muchas veces pasando por la sacristía para cambiarse de atuendo. (¡Bah! Un golpe transitorio a las ansias de libertad de "este pueblo". Por cada Thierry caído habrá veinte que ocuparán su lugar; por cada etasuno encarcelado, cincuenta saldrán empuñando la parabellum o la credencial, según convenga.)

Como gustéis. De momento, los presuntos pistoleros en el trullo y los presuntos soberanistas a convocar elecciones autonómicas en el País Vasco por haber tratado de saltarse el límite legal que impone la sana leyenda del arbol malato. Que no sé yo si, con la falta de operatividad que mostrará ETA en los próximos meses, con su presunto cerebro (es un decir) en chirona, se estarán dando las condiciones para que "este pueblo" sepa cómo debe votar al amor de la lumbre de un buen bombazo de vez en cuando.

El filo de la navaja.

En el momento de entrar en las primarias de Kentucky y Oregon, los datos de delegados de los dos contendientes demócratas (ya que el republicano carece de interés porque va él solo) eran los siguientes: Mr. Obama: 1.913 delegados, el 94,4% de los 2.025 necesarios para ganar. Mrs. Clinton: 1.715, 84,6% de los mismos 2.025.

En el momento de escribir este post ya son firmes los resultados de Kentucky: 10 delegados para el señor Obama y 33 para la señora Clinton que ha ganado en el Bluegrass State. En Oregon, que va más retrasado por la diferencia horaria, con el 16% de votantes escrutado, el señor Obama lleva el 62% y la señora Clinton el 38% lo que quiere decir que (si se mantienen estos datos) le corresponderán, más o menos, 32 delegados a Mr. Obama y 20 a Mrs. Clinton. Sumando totales, Obama: 1.955 delegados y Clinton 1.768.

Así pues, al senador por Illinois le faltan 70 delegados para llegar a los 2.025 y a la senadora por Nueva York, 257. Esto quiere decir que a Obama le faltan 70 delegados para llegar a los 2.025 mientras que Clinton necesita 257. Dado que los delegados que quedan por distribuir correspondientes a Puerto Rico, Montana y Dakota del Sur son 86, aunque la señora Clinton los ganara todos (cosa prácticamente imposible) no alcanzaría los 2.025, mientras que el señor Obama podría conseguirlo, aunque seguramente también le faltará un puñado. Por eso, cuando se conozcan los resultados definitivos, Mr. Obama querrá proclamarse vencedor moral y la señora Clinton seguirá diciendo que hay que contabilizar el voto popular y no tanto el número de delegados, dado que ninguno de ellos llega a los 2.025 y que, por tanto, tendrán que echar mano de los superdelegados.

Resultado: habrá pugna hasta la convención demócrata del verano. Esto está que arde. Interesante pugna entre una mujer y un hombre negro por la presidencia de los EEUU, el país más poderoso de la tierra. Estos progres es que no tienen remedio

¿Existe la perversión?

No estoy dispuesto a perderme una sola peli de Claude Chabrol, ese genio retratista de los valores eternos de la Francia provinciana y fuimos a ver la última, La chica cortada en dos que es magnífica desde los títulos de crédito a la foto fija final, que me hizo click en la memoria y me puso a pensar en la última de Jean Pierre Leaud en Los cuatrocientos golpes pues los viejos soldados nunca mueren y los de la nouvelle vage tampoco.

Todo me parece magnífico en este film, la dirección elegantísima, el guión perfecto, las interpretaciones llenas de matices, la fotografía estupenda. Todo. Tiene ritmo, fuerza, interés. Y es muy francesa, soit dit en passant, porque sólo los franceses se atreven a sacar a los personajes fumando en un alarde de "excepción cultural" que no sé si será muy conveniente desde el punto de vista de las campañas antitabáquicas en marcha pero, cuando menos, no es hipócrita.

Hay una cuestión en la película que, según como se mire, resulta magistral o es un miserable fracaso. Se trata de un asunto de fondo o contenido. Veamos. La historia está tomada de un hecho real, un crimen que se produjo en Nueva York, en 1906, cuyos protagonistas fueron el entonces célebre arquitecto Stanford White, en la cumbre de su carrera, una hermosa actriz de cine mudo en sus comienzos, Evelyn Nesbit, y un rico heredero de una familia de millonetis de Pittsburgh, Harry K. Thaw. Chabrol actualiza las circunstancias, lleva la acción a Lyon (se quiera o no, una ciudad de provincias; este aspecto del provincianismo está soberbiamente tratado en la peli porque ni se nota), cambia las profesiones del triángulo, el escenario del crimen, sus antecedentes y consecuentes. Pero la historia es básicamente la misma que se produjo a comienzos del siglo XX. Ya se hizo una peli en su día La chica del columpio carmesí (1955), a cargo de Richard Fleischer, con Ray Milland de Stanford White y Joan Collins de Evelyn Nisbet que seguía fielmente el guión del hecho real y presentaba una jovencita Nisbet efectivamente dividida en dos entre los dos hombres, el arquitecto, que le sacaba treinta años y el millonetis algo mayor que ella pero no tanto como el primero. También en esta película se planteaba el problema moral, que se resolvía más o menos como se había resuelto en la vida real.

El problema moral aludido que me limito a enunciar en abstracto para no estropear a nadie el interés de la peli es el del alcance del concepto de perversión aplicado a las relaciones sexuales; perversión, depravación, degeneración..., lo que se quiera. Mi tesis es que ese concepto es radicalmente inadmisible, que es falso, que no existe la llamada perversión sexual cuando las relaciones que puedan considerarse "perversas" o "pervertidas" se dan entre adultos que las consienten libremente. Si aceptamos que hay conductas perversas estamos abriendo la puerta a cualquier tipo de censura y ésta acaba siempre por meternos a todos en la cárcel. El DRAE, haciendo honor a la ideología reaccionaria, convencional, clerical y oscurantista que anima sus páginas, dice que pervertir es 1) "Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto, etc." y 2) "Perturbar el orden o estado de las cosas." Vaya por la 2) que, aunque insatisfactoria, cuando menos no mete juicios morales de rondón. Pero la primera definición sólo puede satisfacer a los roucovarelas: ¿qué es eso de las "malas doctrinas o ejemplos"? ¿Quién decide que son "malas"? ¿Qué diantres significa "viciar las costumbres o el gusto"? De la fe ya no hablo porque no la practico y me trae al pairo. Esa definición no es más que un conjunto de memeces para que cualquier trastornado se sienta con derecho a censurar y coartar la libertad de las personas y, además, en un terreno de estricta intimidad. En mi opinión sólo cabe hablar de "perversión" si alguno de los participantes en las relaciones sexuales de que se trate es menor o, siendo adulto, no las practica con su libre consentimiento.

Tanto en la historia real como en la peli de Fleischer se dio a entender que hubiera podido faltar el requisito del libre consentimiento, en cuyo caso, quizá cupiera hablar de perversión, aunque, ciertamente, para que el comportamiento pueda ser castigado penalmente tendrá que ser tipificado de otra forma.

Pero en esta peli queda fuera de duda que los comportamientos son libremente consentidos por todas partes. En consecuencia, y esta es mi duda, si Chabrol presenta el asunto como lo presenta señalando que es el resultado de la mentalidad estrecha y retrógrada, hipócrita y farisea de la burguesía de provincias, de acuerdo. Si lo hace por convicción propia, no lo encuentro admisible. Pero mi admiración por Chabrol me induce a pensar que va por la primera línea. Estoy convencido de ello. Fascinante, por cierto, el cierre de relaciones de la jovencita cortada en dos con su suegra y que reproduce al pie de la letra lo que le sucedió a Evelyn Nisbet con la familia de su marido.

dimarts, 20 de maig del 2008

El guirigay del PP.

Quién dice que no existe la opinión pública? ¿Quién que no se da el ámbito de lo que Habermas llama la esfera de lo público? Seguramente los mismos que asentían cuando la señora Thatcher decía aquella barbaridad de que "la sociedad no existe". Aunque sólo fuera por la parte de las sociedades anónimas esta señora debiera aprender a sofrenar la lengua. Igual que la señora Aguirre en España que aún no ha entendido que si causa problemas, al decir del señor Fraga, es por su locuacidad. Y tan no lo ha entendido que le ha pedido explicaciones al León de Villalba y anda por ahí diciendo que a ver quién reparte aquí carnets de buenos y malos.

De repente todo el mundo se ha puesto a hablar en el PP y el ámbito de lo público parece una tertulia de la derecha. En las últimas horas se han pronunciado sobre la situación interna del partido, además de la locuaz señora Aguirre, el señor Aznar, el señor Rajoy, la señora San Gil, el señor Ruiz Gallardón y eso sin contar con la legión de periodistas y tertulianos que, como hoplitas en la guerra del Peloponeso combaten en el bando de unos o en el de otros. Si alguna vez alguien dijo que en los partidos los trapos sucios se lavan en casa, ya no debe de acordarse. Está claro que los trapos sucios se lavan al aire libre, donde cada cual sienta su doctrina.

El señor Ruiz Gallardón ha venido abanderando la causa del centro sosteniendo que sólo el centro permite ganar elecciones y aduciendo el a mi entender falaz argumento de que los ocho años del Gobierno de Aznar son la prueba de ello. No es de extrañar que, si cree que los ocho años aznarinos fueron de centro, propugne ahora como candidato al Vicepresidente de aquellos años, señor Rajoy. Pero es que, responden los sectores más bravíos de la derecha "sin complejos" (que es como se llama hoy a la derecha extrema) los ocho años de Aznar no fueron de gobierno de centro; el centro es el blandengue señor Rajoy, con él que llevan dos elecciones perdidas.

Es obvio, el debate de los principios se hace, como los combates singulares medievales, entre dos únicos guerreros. Por el centro tenemos ya en el palenque al señor Rajoy; falta saber quién vendrá por los "sin complejos" y ahí puede haber sorpresas que está el patio muy revuelto. Hasta se dice que en el día de hoy habrá parto de los montes y unos difusos conspiradores darán a conocer a un candidato alternativo al señor Rajoy.

Puede que sí, puede que no. También algunos enfervorizados seguidores de la señora Aguirre el otro día abucheaban al señor Ruiz Gallardón y a Rajoy y hasta al señor Fraga (o tempora, o mores!), que ya es abuchear símbolos sacros. Y no sólo abucheaban a la derecha "acomplejada" sino que pedían que la señora Aguirre creara otro partido, o sea, en castellano más castizo, que levantara una partida. No sé cómo estarán los ánimos para el fraccionamiento del PP. Sería raro: las desventajas son demasiado evidentes.

Que el guirigay es majestuoso se observa leyendo con atención las declaraciones de la señora Aguirre para quien no es de recibo que desde otras instancias partidistas y mediáticas esté tratándose de imponer una determinada voluntad al PP. Que es exatamente lo que está haciendo ella, no tanto en las instancias partidistas como en las mediáticas, pues son sus emisoras y periódicos los que enarbolan su causa y pretenden deshacerse del señor Rajoy con los exquisitos modales que los caracterizan: a patadas.

Por último, el Presidente de Honor del partido ha desgranado media docenas de sus habituales vaciedades pero con cizaña dentro y metralla para el señor Rajoy a quien sólo le ocurre decir que hay que mover el partido; y se lo dice a los inmovilistas. Buen ojo, sí señor.

(La imagen es una foto de lademocracia.es, bajo licencia de Creative Commons).


Nadie quiere a los inmigrantes.

Los emigrantes lo tienen crudo en todas partes. Por si el hecho de la emigración por razones políticas, económicas, o las dos al tiempo, no fuera suficientemente angustioso y si los trayectos que los emigrantes han de hacer no estuvieran sembrados de riesgos y peligros, la acogida que los países receptores suelen brindarles todavía es peor. El hecho de que, en un momento u otro de sus historias todos los países hayan tenido que pasar por el amargo trance de la emigración no hace a sus poblaciones más sensibles, acogedoras o receptivas a los afuereños. Al contrario, parece como si el haber sido víctima de alguna injusticia en el pasado predispusiera a los pueblos que la sufrieron a infligírsela ahora a otros. El ejemplo canónico hoy día son los israelíes: los decendientes de quienes sobrevivieron a los campos de exterminio son quienes hoy abanderan el exterminio de los palestinos.

En Sudáfrica llevamos ya cerca de dos semanas de disturbios en los arrabales de Johannesburg en los que la población nativa (negra) en multitud persigue por las calles a los extranjeros (también negros, pero de Zimbabwe, de Mozambique, de Malawi, etc), los apalean, ocasionalmente los descuartizan, los queman vivos, violan a sus mujeres, derriban sus casas y roban sus pertenencias porque, dicen, ellos, los extranjeros, roban sus tierras, sus trabajos y hasta sus mujeres.

Pequeño interludio: los blancos somos racistas pero los negros también, tanto como los blancos o más, si cabe. Que cabe. Al día de hoy ningún extranjero que no hable alguna de las lenguas sudafricanas (y tampoco sirven las minoritarias) puede circular con seguridad por las calles de las townships de Alexandra, Cleveland, etc porque las patrullas armadas vigilan y cuando se tropiezan un viandante le piden que recite un pequeño párrafo en una lengua sudafricana y si no es capaz o no quiere, puede morir asesinado allí mismo. Eso es racismo, no de razas, puesto que no se distinguen, ni de religiones que son indiferentes; es racismo de lenguas. Pero racismo: identificar al "otro", al "extranjero", para masacrarlo ya que representa un peligro para nuestra seguridad, nuestro trabajo, nuestras familias, etc. Los negros pobres de los arrabales de Johannesburg creen que los tres millones de gentes venidas de Zimbawe, expulsadas por la guerra y la crisis económica, representan una competencia peligrosa por las oportunidades vitales y, por lo tanto, tratan de acabar con ellos.

Así que ya puede decir el obispo Desmond Tutu que los sudafricanos deben acordarse del Apartheid que no está tan alejado o la señora Winnie Mandela pedir perdón a "nuestros hermanos africanos". Todo eso es inútil. El Gobierno tiene que intervenir e impedir esta masacre. Pero lo que hará será salvar a los extranjeros expulsándolos de la República Sudafricana.

Que es exactamente lo que quiere hacer Italia con los rumanos gitanos que tiene en su territorio (unos 120.000), algunos concentrados en campos, como el de Castel Romano (900 personas) y Castilino (1400) cerca de Roma, o los de Nápoles. Los de Nápoles ya han sido objeto de ataques de napolitanos. Por supuesto, no tan bestias como los de la Unión Sudafricana pues ya se sabe que los europeos somos civilizados, a diferencia de los negros, y en vez de quemar viva a la gente, la apaleamos o la colgamos. Pero el hecho es que el gobierno del señor Berlusconi está preparando medidas de expulsión y de consideración de la inmigración ilegal como delito, para poder ser más expeditivo en la expulsión. El ministro del Interior, signore Maroni, insiste en que pedirá al Consejo de Ministros que se considere delito la inmigración ilegal y que, además, ello se haga por vía de decreto-ley, es decir, a toda pastilla. Ese Gobierno que ha dicho "basta" al Gobierno español por boca de su ministro de Exteriores, signore Frattini, argumentando que el Gobierno español todavía es más duro. No lo sé, quizá sí. Pero vaya argumento.

En Italia se está siendo consecuente con el contenido de la nueva directiva de la Unión Europea sobre inmigración, cuya votación está aplazada, que también endurece las medidas represivas de la inmigración en Europa con plazos de internamiento tan generosos que parecen de campos de concentración. Pero los italianos, especialmente los de Nápoles, Sicilia y el Mezzogiorno en general han olvidado ya los tiempos en que eran ellos quienes emigraban en busca de una vida mejor, como hacen ahora los africanos, y esperaban una recepción humana y no una persecución. Entonces la emigración les parecía un derecho; ahora les parece un abuso.

No es la hora de inmigración en ninguna parte. Hasta en la civilizadísima Suecia pintan bastos para los desplazamientos masivos. En el país nórdico los que "amenazan" a los autóctonos son los bálticos. Una reciente encuesta pronostica que el partido de extrema derecha, Sverigedemokraterna (SD, demócratas de Secia) puede llegar al 4% del voto (barrera legal para entrar en el Parlamento) en las próxima elecciones, esto es, el partido que pide terminar con la inmigración. Y si todavía nadie sabe en Italia de qué qué país vienen muchos gitanos porque algunos tienen pasaporte de la hoy extinta Federación de Yugoslavia, en el caso de los bálticos, los tres países son tan miembros de la Unión Europea como Suecia, por tanto tienen derecho a quedarse en el país escandinavo. Pero también van a empezar a tenerlo crudo.

La emigración es un fenómeno global. El mundo está en marcha. Pararlo es imposible.


(La imagen es una foto de Carles Ríos, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 19 de maig del 2008

Animando la fiesta.

Hasta los mejores momentos tienen un lado oscuro. Estábamos todos felicitándonos por el éxito del segundo acto de homenaje a las víctimas del terrorismo convocado por el Parlamento de Vitoria en el Kursaal de San Sebastián en el que tomaron la palabra algunas víctimas, entre ellas un guardia civil, para reclamar a la sociedad una deslegitimación activa del terrorismo cuando, a la media noche, previo aviso al DYA, ETA hizo explosionar una bomba en Getxo, en pleno corazón de esparcimiento de la patronal vasca.

Parecía que Euskadi fuera humanizándose algo más al rendir tributo a las personas asesinadas por el fanatismo nacionalista vasco (y también a las asesinadas por el terrorismo parapolicial español), al hacer que las víctimas, tantos años olvidadas, menospreciadas, cuando no vituperadas, ocuparan el primer plano de la noticia, cuando los pistoleros habituales decidieron arrebatárselo de nuevo para ponerse ellos en su lugar. La estupidez carga contra el dolor y pretende infligir una segunda muerte a las víctimas.

Faltaron los de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, siempre tan beligerantes con todo lo que no se les ocurra a ellos y su rama vasca, Covite y faltó asimismo el PP, en ruptura lamentable de la unidad democrática. Pero quienes no faltaron en su peculiar estilo, al amparo de la nocturnidad, fueron los terroristas a dar el zambombazo que pusiera digno colofón al acto en comentario.

Algunos oradores en el emotivo acto hicieron contundente balance de lo que la sociedad vasca ha avanzado en los últimos tres, cinco, diez años cuando, según dijo una oradora, aquella ceremonia se hubiera tildado de "provocación". Efectivamente, ¿quién dijo que así como hay un progreso material de la especia no lo hay moral? Bien claro está en este acto de homenaje que hace años no hubiera podido celebrarse y ahora se hace con solemnidad y a la luz pública. Pero como en todas partes hay excepciones, los terroristas se encargaron de mostrar que, además de progreso, hay también regreso moral. Regreso a la barbarie de la intimidación.

La bomba no fue solamente un epílogo al acto de homenaje a las víctimas (en especial al guardia civil Juan Manuel Piñuel, asesinado en Legutiano hace tres días) sino también un prólogo a la entrevista que mañana celebrarán en La Moncloa el lehendakari señor Ibarretxe y el presidente del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero. Porque, aunque el señor Ibarretxe insista cuanto puede en que no acepta que sea ETA quien nos dé permiso a Zapatero y a mí para negociar, lo cierto es que se presenta en La Moncloa propulsado por la onda expansiva de la bomba de Getxo.

Y se presenta ¿a qué? Mucho me temo que a dejar constancia una vez más de que "Madrid" hace oídos sordos al sentir mayoritario de "este pueblo". Él afirma en la entrevista que trae hoy Público (citada también unos renglones más arriba) que viene abierto a todas las posibilidades. Pero eso es un decir. No hay más posibilidad que una consulta referendaria en los términos que él propone... En principio, como señaló hace unos días el señor Urkullu, un Choque de locomotoras, que ya es hipérbole comparar a los señores Rodríguez Zapatero e Ibarretxe con sendas locomotoras.

Y, sin embargo, si los dos mandatorios quisieran, podría conseguirse una vía de fácil consenso perfectamente ordinaria, normal y a la catalana: reforma del Estatuto de Gernika y consulta posterior en referéndum a la sociedad vasca. Se hace la consulta para que los vascos decidan, como quiere el señor Ibarretxe, y se hace en el marco de la Constitución.

Pero me temo que una solución así produciría un sarpullido al señor Egibar y sus amigos soberanistas.

(La imagen (el Parlamento vasco en el momento de aprobar el llamado "Plan Ibarretxe" en septiembre de 2007) es una foto de Digital Owl, bajo licencia de Creative Commons).

La salud de la teoría de la democracia.

Se me había pasado este interesante libro de Philip Resnick (La democracia del siglo XXI, Anthropos, Barcelona, 2007, 191 págs) que comento ahora, antes de que se me haga tarde.

Resnick se cuenta entre el plantel de importantes nombres en filosofía y teoría política que ha dado Canadá en los últimos años, a los que también se suman, aunque en otras perspectivas, gente como Will Kymlicka o Charles Taylor entre otros. Especializado en teoría de la democracia, con singular atención a sus raíces griegas, es la suya una visión normativa de centro izquierda como él mismo reconoce (p. 50), socialdemócrata, en permanente diálogo con las otras perspectivas actuales como la liberal o la comunitarista.

La obra en comentario es una recopilación de trabajos académicos publicados en la segunda mitad de los años noventa y primeros cinco del siglo XXI con lo que se hace justicia al título, y se divide en tres apartados: a) la democracia global; b) participación y sociedad civil; y c) nacionalismo, cosmopolitismo y retos de la teoría política democrática. Efectivamente, algunos de los puntos esenciales del debate teórico político sobre democracia en la actualidad.

En el primer apartado (tres capítulos), Resnick pasa revista a las cuestiones que se plantean a la teoría política de la democracia en la época de la globalización. Tiene aquí un primer contacto con las concepciones cosmopolitas de David Held a quien, sospecho, mira con cierto escepticismo por considerar sus propuestas en el campo de lo útópico (p. 55) si bien cuando le corresponde a él hacerlas respecto a lo que serían las estructuras institucionales de una hipotética democracia global no me parece que vaya más allá (p. 71). Sí tiene, desde luego, capacidad sintética cuando afirma que dos de los problemas esenciales al hacer una propuesta de democracia global son: los problemas de la definición étnica del demos, un cuestión peliaguda que abordará luego en la tercera parte al hablar del nacionalismo y el de las identidades religiosas, cuestión no menos peliaguda y que no aborda más tarde. En todo caso, me gusta su elegante formulación de los elementos griegos trasladados a la posible democracia global: la isonomía (o igualdad ante la ley), la isegoría (o igualdad de acceso al ágora) y la isomoiría (o igualdad de condiciones económicas) que se ajustan al tiempo en que vivimos siendo la manifestación de la tercera el Estado del bienestar cuya máxima formulación, piensa Resnick, se dio en el consenso socialdemócrata de la guerra fría en Europa.

La segunda parte tercia en la polémica sobre democracia participativa y sociedad civil hoy. Luego de reconocer el interés de la distinción ilustrada entre la libertad de los antiguos y la de los modernos, Resnick se aferra a la conveniencia de impulsar la participación democrática. Admite que la democracia directa tiene pocas posibilidades en el Estado moderno (no hace ni mención a las posibilidades del ciberespacio, lo que no deja de ser curioso) pero sostiene que no está muerta, como se comprueba con el activismo político social en los Estados Unidos y Europa desde los años setenta hasta hoy (P. 89). Detecta el autor una serie de consultas populares producida en los años noventa en Europa y Canadá (en Dinamarca contra Maastricht en 1992, en Francia en el mismo año, en Suiza en contra de la Unión Europea, en el Canadá en 1992 en contra del acuerdo de Charlottetown, en Italia en 1993 para cambiar el sistema político) a los que llama "plebiscitos antipolíticos" que le parecen llenos de promesas para la participación de la gente en el futuro en contra de la política tradicional (p. 95). Termina esta segunda parte con una consideración ambivalente de la reaparición del concepto de la "sociedad civil" en Europa. Fue decisivo en su opinión en el hundimiento del comunismo cuando lo invocaron gentes como Michnik o Havel (p. 104) pero entiende que los teóricos occidentales han acabado hipostasiándolo para predicarlo a los países del Tercer Mundo un poco en la línea del imperialismo conceptual que llevaba la famosa teoría de la modernización (p. 113), un ingenioso punto de vista que el autor reconoce honradamente que se le había ocurrido a otra persona que cita.

La tercera parte aborda los temas de la democracia, nacionalismo y cosmopolitismo con una última referencia a Hobbes. Su posición es ecléctica: así como hoy el nacionalismo y la democracia comparten el mismo supuesto (la soberanía popular) y van en buena medida de consuno, tanto si se trata del nacionalismo "político" a la francesa como del "cultural" a la alemana, también hay una complementariedad entre el nacionalismo y el cosmopolitismo: "Para decirlo de otro modo, es preservando nuestras identidades locales y nacionales como identidades primarias, más que borrándolas, como tendremos una modesta posibilidad de llegar a realizar algo del ideal cosmopolita." (p. 147). No dejo sin señalar que Resnick cita con aprobación la idea crítica de Pierre Bourdieu de que lo que llamamos "globalización" es un nombre para enmascarar en buena medida la política hegemónica de los Estados Unidos (p.141).

El último capítulo A la sombra de Hobbes hace una brillante síntesis del pensamiento del filósofo inglés y le contrapone una de cosecha propia que debe entenderse como una propuesta programática normativa. Según Resnick, la concepción hobbesiana se caracteriza por tres datos: a) el hombre es un lobo para el hombre; b) el valor político máximo es el orden; y c) demasiada democracia sólo podrá entorpecer el gobierno eficaz (p. 152). Frente a ello, sostiene, hay que reconocer que: a) las tendencias a la solidaridad son tan intensas como las contrarias; b) el valor máximo es el de la libertad y no por ello vivimos en el desorden en nuestras democracias; y c) hay una clara tendencia a incrementar los mecanismos de participación democrática en nuestras sociedades (p.158).

El libro de Resnick es una exposición de una teoría política democrática razonablemente participativa, igualitaria y adaptada a las necesidades y circunstancias de la globalización.

Paisajes que alimentan.

Mi amiga Gabriela Herrera me envía esta ingeniosa presentación pwp. Al margen de la prolijidad de la prosa, la verdad es que tiene gracia, sobre todo por el contrasentido que encierra: la contemplación del paisaje suele estar alejada de las consideraciones culinarias... Pero no siempre. Salvando todas las distancias, recuerdan bastante las pinturas de Arcimboldo.

Gracias, Gabriela.

Se accede también directamente a la presentación en Google docs. pinchando aquí.

diumenge, 18 de maig del 2008

Tortura.

Hace un par de días el Parlamento vasco aprobó por mayoría una moción no de ley que acusa al Gobierno español de "amparar" las torturas en los centros de detención y, más concretamente, al ministro del Interior, señor Rubalcaba, de "amparar" a los guardias civiles denunciados por tales hechos. La moción se aprueba a escasos días de la visita del lehendakari Ibarretxe al presidente del Gobierno y parece una especie de tarjeta de visita por adelantado, como para decir a éste que se prepare, que baja el indómito vascón.

De inmediato ha comparecido el señor Rubalcaba para decir que los hechos denunciados están bajo investigación judicial y que el Gobierno "no ampara nada y menos la tortura". Naturalmente. Estaría bueno que dijera que sí, que el Gobierno ampara la tortura como lo hace, por ejemplo, el de los EEUU, si bien es cierto que a lo que ampara no lo llama tortura sino con algún otro circunloquio que no tengo ganas de ir a buscar, algo así como "interrogatorios intensos" o cualquier otra canallada.

Hasta aquí la respuesta del Gobierno español es correcta. Pero me hubiera gustado más que no hubiera habido ni el menor pie a la aprobación de la moción del Parlamento vasco. Me hubiera gustado más que España no aparezca en los informes de Amnistía Internacional como país en el que aún se tortura. Que la práctica no sea tan sistemática como en tiempos de Franco sino sólo aislada, esporádica y casual no es obstáculo para que se sancione con toda dureza cuando se produzca y se trate de evitar a toda costa.

Y ello por un criterio moral obvio e indiscutible: no se tortura. El Estado de derecho no tortura. Para torturadores ya están los asesinos de ETA, capaces (entre otros muchos casos) de torturar durante más de quinientos días a un ser humano en un inmundo agujero o de tener a otro durante cuarenta y ocho horas maniatado, cegado y amenazado de muerte para descerrajarle luego dos tiros en la cabeza.

Dice el señor Rubalcaba que los etarras tienen instrucciones de denunciar torturas no bien les ponen la mano encima. Añado yo: los dos pilares fundamentales de la difusa solidaridad social de que aun goza la organización de criminales son los presos en las cárceles y las torturas cuando se dan. Lo de los presos no es evitable mientras los etarras sigan cometiendo delitos; lo de las torturas sí.

Toda tortura es inhumana e inaceptable.

(La imagen es una foto de Perdidoenlared, bajo licencia de Creative Commons).

El día de internet.

Tenía que pasarme: todo el día pegado a la red, que es donde en realidad trabajo, y me entero tarde de que ayer se celebró el "día de internet". En un primer momento me llevé un disgusto: vaya internauta y además bloguero que no se cosca de un acontecimiento que conoce cualquiera que mire la televisión, es decir, todos, hasta los ciegos. Y si todavía fuera un bloguero aficionado a la arqueología, por ejemplo, o a descifrar los manuscritos de Qunram, que los hay, tendría una explicación pues ya se sabe lo distraídos que son los sabios; pero tratándose de uno más bien ignorante y que se preocupa por los asuntos de actualidad, la cosa no tiene mucho perdón.

Rápidamente (todo cuanto tiene que ver con el ciberespacio es muy rápido), sin embargo, encontré una vía de escape: ¿para qué hay un día de internet? Esto de los días de recordatorio y celebración a lo que la ONU es tan aficionada que va a acabar con el calendario, está muy indicado para las causas olvidadas o con tendencia al olvido, las injusticias, las desigualdades que requieren movilizar la solidaridad internacional, cualidad de difícil manifestación. Pero ¿internet? ¿Para qué necesita internet un día de recordatorio? Está presente a todas horas del día en la vida ordinaria de cientos, miles de millones de personas en el mundo. No implica más injusticia que el hecho de que aún haya lugares del planeta en las que no ha llegado o donde circunstancias económicas (como en España) o políticas (como en China o Cuba) le ponen trabas e inconvenientes.

Internet, el ciberespacio, la blogosfera son realidades tan veloces que a más de uno/a habrá sorprendido el chiste que ilustra este post por lo anticuado. Está claro que pertenece a los comienzos de internet, cuando no había webcams. Desde que éstas han aparecido, me temo, los perros tendrán que resignarse a que les vean el morro.

(La imagen es una foto de Ben Lawson, bajo licencia de Creative Commons).

La madre de todos los conflictos.

Para conmemorar el sesenta aniversario de la creación del Estado de Israel, el señor Bush ha hecho una visita al país y se ha dirigido al Knesset israelí en solemne sesión. De este modo no sólo celebra el aniversario del Estado judío sino que también pone broche de oro a su segundo y último mandato al frente de la Casa Blanca con un balance del que seguramente estará orgulloso: ni hoja de ruta, ni proceso de paz, ni creación del Estado palestino, ni nada de nada. El conflicto está más enconado, la situación de los palestinos más desesperada y los israelíes más prepotentes y agresivos que nunca.

Una vez más se comprueba que las sugerencias y propuestas (cuando las hubo) del señor Bush para resolver el conflicto del Oriente Próximo eran puras mentiras para seguir ganando tiempo a ver si, en el ínterin, los israelíes acababan con los palestinos. Una vez más se comprueba que los EEUU no son un mediador sino parte beligerante del conflicto en contra de los palestinos y que esto es así esté quien esté en la Casa Blanca. Ningún presidente, republicano o demócrata, se atreverá jamás a enfrentarse al poderosísimo lobby judío en Washington. Ni el señor Obama, estoy convencido.

Por eso es tanto más oportuno este libro de José Luis Ferrando Lada (Palestina e Israel. El interminable laberinto de la paz, UNED, Valencia, 2008, 124 págs), buen conocedor de esta zona del mundo en la que vivió mucho tiempo mientras era franciscano y en el que ha continuado viajando luego de dejar el estado regular.

La obra se compone de dos partes bien diferenciadas: una primera, sistemática, que traza un cuadro del conjunto de Palestina (Israel más Palestina hoy día) histórico, político y geográfico que constituye una buena introducción para quien quiera familiarizarse con el trasfondo del actual conflicto. Éste hunde sus raíces en circunstancias milenarias en las tierras del Libro que las tres grandes religiones monoteístas, la mosaica, la cristiana y la musulmana, consideran sagrado. La historia actual del dicho conflicto se abarca aquí desde los orígenes del Estado de Israel (la resolución de las Naciones Unidas de 1947, la guerra de 1948, etc) hasta la muerte de Yasser Arafat en 2004.

La segunda parte es una serie de artículos aparecidos en la prensa diaria sobre el tema Israel/Palestina entre 2004 y 2008; el último, fechado en enero de 2008, con lo que está claro que el libro es de innegable actualidad en una zona del planeta en la que los sucesos se producen a un ritmo vertiginoso. Los artículos siguen el día a día de las conflictivas relaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (el organismo paraestatal que surgió de los acuerdos de Oslo de 1993) deteniéndose en el análisis pormenorizado de la situación política interna en ambas partes.

Ferrando Lada trata de mantener una trabajosa imparcialidad entre las dos partes pero se le observan mayores simpatías hacia el lado palestino probablemente porque durante todo el tiempo que viene durando del conflicto ha sido el underdog. No obstante tengo la impresión de que es pesimista respecto a las posibilidades de solución definitiva en la zona. A estas alturas ya no tiene confianza alguna en la "hoja de ruta" estadounidense y parece confiar más en las posibilidades del famoso "cuarteto", un absurdo adefesio perfectamente asimétrico puesto en pie por los EEUU, la ONU, la Unión Europea y Rusia con el fin de legitimar la política de permanente interferencia de los estadounidenses. Cree el autor que el nombramiento del señor Tony Blair al frente del tal cuarteto es buen augurio. Mi opinión es la contraria. Si Blair está ahí es porque su supeditación lacayuna a los EEUU lo convierten en idóneo para lo que se persigue: seguir permitiendo que los israelís acaben con los palestinos por todos los medios a su alcance: agresiones directas, asfixia económica y sanitaria, asentamientos indebidos, separación mediante muros... un genocidio, en definitiva, por tierra, mar y aire, a cámara lenta y a la vista del mundo entero que, si acaso, a veces advierte a Israel de la conveniencia de no ser demasiado duro para no soliviantar a las buenas conciencias occidentales.

Por supuesto, los permanentes enfrentamientos internos en el campo palestino que Ferrando Lada sigue de cerca no ayudan en modo alguno a su causa, pero es difícil no entender que es una situación consecuencia del acoso israelí y el abandono a que se ven sometidos los palestinos cuyo verdadero enemigo son los Estados Unidos de América.

dissabte, 17 de maig del 2008

La izquierda y la corrupción.

Los dos asuntos que acabaron con el Gobierno socialista de Felipe González en 1996 fueron el terrorismo de Estado (los GAL) y la corrupción. Y no solamente acabaron con el Gobierno, sino que hicieron un daño inmenso al Partido Socialista y, por extensión, a la izquierda en general. Echaron una capa de ludibrio y escoria sobre la memoria de un partido centenario y sobre la conciencia que la izquierda ha tenido siempre de sí misma en punto a rectitud e integridad moral. Es cierto que era la primera vez que la izquierda gobernaba durante tanto tiempo en España y que no se había dado de bruces con el carácter corruptor del poder. De hecho, los escándalos tardaron unos diez años en emerger. Pero acabaron con el Gobierno en cuatro más.

Ahora sólo llevamos un cuatrienio pero ya han empezado a aparecer las sombras. Ese caso del señor David Taguas será todo lo legal que quiera no sé qué comisión gubernativa, pero apesta a tráfico de influencias e información privilegiada. Exactamente igual que el nombramiento de un primo suyo como asesor del Presidente también parece ajustarse a la letra de la ley. A la letra es posible, pero no al espíritu y mucho menos al espíritu de la izquierda. Los presidentes no deben contratar a sus parientes en nada. He leído algún reportaje por ahí que presenta al señor primo del Presidente como una persona íntegra, sin ambiciones personales, con una devoción casi perruna por su pariente presidencial. Todo eso será verdad, pero es el primo del Presidente y éste no debe contratarlo.

Ese oscuro mundo de los "asesores" y "fontaneros" es terreno propicio para todo tipo de trapacerías que, aunque sean legalmente aceptables, deben evitarse a toda costa si, como en los casos mencionados, son éticamente objetables. Es un terreno ambiguo y peligroso por la gran discrecionalidad que hay en él, el terreno en el que se dan casos de los que cabe esperarse lo peor, como el nombramiento del ministro de Industria, señor Sebastián, antiguo integrante de uno de esos equipos de fontaneros, cercanos al Presidente y que ejercen su influencia sobre él.

Sé que algún amigo me afeará lo que considera que es una manía personal con el tal señor Sebatián cuando de personal aquí no hay nada. Hay solamente que el Presidente tendría que haber explicado por qué premia con un ministerio a un hombre que acaba de perder estrepitosamente unas elecciones municipales para las que todo el mundo sabía, empezando por él mismo, que no valía en modo alguno. Esos procedimientos huelen a "soy el Presidente y hago lo que me da la gana; a ti te pongo de candidato a Alcalde aunque no hayas pisado un ayuntamiento en tu vida y, luego, para premiarte por tus buenos oficios de haber tenido un resultado electoral peor que el de cuatro años atrás y por haber dado la espantada, te hago ministro".

Y esos no son procedimientos.

Igual que los famosos "informes" con los que el Gobierno de izquierda de la Generalitat está repartiendo miles de euros entre afines y allegados como si esto fuera una tómbola. Que, al parecer, sea lo que hizo en su día la Generalitat de CiU no resta un ápice a la gravedad de los hechos. Salvo que se pueda demostrar su legalidad y pertinencia y conveniencia, esos pagos por "informes" inexistentes, irrelevantes o simplemente inventados son prácticas inaceptables.

Así que primos del señor Presidente, amigos del señor Presidente, informes de los amigos del tripartito puede que no sean aún corrupción en sentido estricto, pero abocan a ella fatalmente. Es el tipo de manejos que anidan en ambientes de enchufismo, amiguismo y favoritismo de los que este Gobiermo está dando abundantes pruebas. Luego, cuando se quiere poner remedio, suele ser demasiado tarde. El grito a Zapatero en las primeras elecciones era suficientemente claro: "¡No nos falles!" No es contratando primos o haciendo ministros a sus amigos como va a demostrar que no nos falla.

(La imagen es una foto de To2BoRnI, bajo licencia de Creative Commons).

La fuerza del desnudo.

Hace unos meses la Fundación Mapfre dedicaba una exposición a la obra de Camille Claudel, escultora, musa, modelo y amante de Auguste Rodin de la que di cuenta en un post titulado Genio y locura hasta la sepultura que, a su vez, remitía a otro, titulado Las edades de la vida XVII en el que comentaba el más famoso grupo escultórico de Claudel, L'âge mur. Ahora, la misma Fundación y en el mismo local presenta una exposición temática de Rodin, en concreto dedicada a los desnudos del gran escultor.

La exposición que trae las piezas del Museo Rodin, de París, se inicia con ese muchacho desnudo en bronce llamado La edad del bronce (un poco más abajo) que ya en su día, años ochenta del siglo XIX, provocó un escándalo en París por ser un desnudo que se consideraba "demasiado realista", fundido de la vida misma, esto es, poco academicista, en una palabra, "perturbador" para las conciencias de la época, como "perturbadores" tendrían que ser todos los demás desnudos que el artista fue dibujando y esculpiendo a lo largo de su vida como si fueran una auténtica obsesión. Sobre todo los de su madurez. Porque, al ser una de las primeras obras, este muchacho de bronce que tiene ese toque de sensualidad inmediata también muestra la huella del clasicismo (la estatua se da un aire al Apolo de Velvedere y la estatuística helenística) y el amaneramiento del academicismo.

La exposición contiene varias piezas ultrafamosas, como El beso y muchas otras de menor tamaño y celebridad, pero muy interesantes, yesos (patinado y sin patinar), mármoles y bronces. E incluye asimismo una respetable cantidad de apuntes y bocetos que Rodin tomaba continuamente de sus modelos no mientras posaban sino en cualquier momento, a lo largo del día pues el artista les decía que se movieran desnudas por el estudio, haciendo gestos naturales que en un instante dado él captaba a lapiz y a algunos, incluso, los coloreaba luego con acuarela. Reunió así una colección de desnudos sobre todo de mujeres, solas o en parejas (Rodin no sólo se interesaba por el desnudo sino también por la homosexualidad) en las más variadas posiciones que él estudiaba y trasladaba después al volumen.

Siguiendo una inspiración personal, Rodin concentraba su interés en el sexo de las mujeres que muestra de forma explícita en una época en que prácticamente había desaparecido de la pintura. Esa obsesión por el sexo femenino recuerda el famoso cuadro de Courbet, El origen del mundo. No sé si Rodin llegó a ver ese cuadro aunque supongo que sí porque, a semejanza de Courbet, focalizaba la atención en las partes eróticas, genitales, que mostraba abiertamente, suprimiendo todo aquello que pudiera distraer la atención, por ejemplo, la cabeza u otros atributos. Véase su Iris, de 1895 a la izquierda. Iris, se recordará, era la mensajera alada de los dioses. La de Rodin es acéfala, carece de alas, hasta le falta un brazo, pero es una figura decididamente ligera, liviana , con su feminidad anclada en una vulva prominente. ¿Cómo no iba a escandalizar este hombre? La gente debía de estar perpleja. Más o menos como hoy.

Entre la variedad de desnudos femeninos, en escultura o dibujo, hay alguno otro masculino, en concreto dos que sirvieron como preparativo o modelo para la estatua a Balzac que, como se sabe, está revestida de una especie de hopalanda. Parece ser que Rodin trabajaba así, esto es, esculpía la figura desnuda y luego la vestía. Una forma de proceder similar a la de Ingres en pintura que, a la hora de retratar a sus personajes, primero los pintaba desnudos y después los vestía. El desnudo es la forma medular de la representación artística del ser humano. Todo lo que no es desnudo son aditamentos y perifollos perecederos. Duradero no hay sino el cuerpo humano desnudo, como puede verse en esta Eterna primavera, de 1884, (a la derecha); sino ¡ay! el cuerpo humano de cada cual, sí el de la especie. Que el ser humano es un ser de especie.

Hay un elemento miguelangelesco en Rodin, una pasión por la fuerza, el músculo, la tensión que sólo pude expresarse a través del desnudo. Pero en el desnudo no sólo asoma la fuerza sino también la sexualidad y esta es la gran innovación de Rodin frente a Miguel Ángel (y a la que el genio de la Capilla Sixtina no pudo recurrir por las convenciones de la época), mostrar que parte de la fuerza es precisamente la sexualidad. En algunos casos ésta estalla en forma de erotismo que, si bien es un rasgo casi siempre presente en las obras simbolistas, no tiene con mucho la fuerza, la garra de las figuras de Rodin.

Como recuerda uno de los especialistas que escribe en el catálogo de la exposición, el desnudo acerca el arte a la verdad (pues ya se habla de la "verdad desnuda") pero en la medida en que el arte es vida, el que se la insufla a ese desnudo es precisamente el erotismo.

divendres, 16 de maig del 2008

El inefable señor Chávez.

Algo hay que reconocer al señor Chávez sin ambages: es un hombre pintoresco. La izquierda que, por definición, está más o menos en contra de los estereotipos, las convenciones, las tradiciones, las formas vacías, aprecia y aplaude con alegría los comportamientos espontáneos, sinceros, cuando se dan en los políticos. Valora que estos rompan los corsés de lo oficial para abrir nuevos cauces. Y de esto, el señor Chávez tiene un montón. Más de lo necesario. Los comportamientos no convencionales son de agradecer... salvo que se hagan excesivos, cargantes, permanentes. "De nada demasiado" decían los griegos y con mucha razón; ni de lo bueno que, cuando es demasiado, se hace malo.

El estilo del señor Chávez es demasiado estridente, histriónico, gárrulo y pretencioso. Ese insólito programa semanal que tiene en la televisión, Aló Presidente es un acto periódico de vanidad y egotismo difícil de superar. Y de impertinencia. Normalmente los perpetra en presencia de unas docenas de incondicionales tocados con la camisa roja que le aplauden las gracias y algunos otros, quizá miles, que se las ríen viéndolo en sus aparatos de televisión. Produce sonrojo por las cosas que dice y cómo las dice.

Esto tiene poco que ver con la cuestión de si, por sus políticas concretas, el gobierno del señor Chávez es o no de izquierda. Se trata únicamente de evaluar su comportamiento en asuntos de comunicación relacionados además con la política exterior. Su choque con el Rey de España en la cumbre de la Comunidad Hispánica de Naciones, sus vituperios hacia la señora Angela Merkel en vísperas de la cumbre de América Latina-Unión Europea pertenecen a lo estrambótico.

Y ahora llega lo de la subvención a las FARC. Ya imagino que el señor Chávez desautorizará el informe de la Interpol tildándola de lacayismo hacia los EEUU, igual que acusa al señor Uribe de títere y marioneta de los gringos. Y algo parecido hará el señor Correa del Ecuador a quien se acusa de haber financiado parte de su campaña electoral con dinero del narcotráfico, procedente de las FARC. También aquí se negará la acusación hablando de un montaje estadounidense con los consabidos apoyos.

No seré yo quien salga en defensa del señor Uribe, que me parece un Aznar latinoamericano. Pero las pruebas existen y ahora se trata de aquilatar su importancia; las pruebas de connivencia entre el gobierno venezolano y las FARC. Es posible que alguien diga que eso está bien y es lógico por cuanto el señor Chávez no acepta que las FARC sean una organización terrorista sino que las considera un movimiento armado de liberación nacional.

Este verboso presidente puede decir lo que quiera pero una organización que secuestra personas y las tiene en cautiverio durante años en condiciones inhumanas, sin proceso judicial alguno ni el más mínimo respeto por sus derechos humanos no solamente es una organización terrorista sino una organización terrorista de torturadores. Y por mucho que hable el señor Chávez en la televisión, colaborar con organizaciones de torturadores, ampararlas o financiarlas no tiene nada, pero nada que ver con la izquierda. Es otra cosa.

Dejo aquí un vídeo muy divertido del venezolano (residente en Miami) Orlando Urdaneta. Del señor Chávez se habla al final.






(La imagen es una foto de ¡Qué comunismo!, bajo licencia de Creative Commons).

El big bang de la nación española.

La exposición que sobre las jornadas del dos y el tres de mayo de 1808 alberga la Fundación del Canal de Isabel II y cuyo comisario es don Arturo Pérez Reverte es un canto al surgimiento de la nación española. Como puede verse, el prospecto habla de "un pueblo, una nación". La idea, compartida por buena parte de la historiografía española es que en la sublevación popular contra el francés se manifestó por primera vez la conciencia nacional española. Muy en el espíritu del señor Pérez Reverte está el subrayar que esa sublevación fue espontánea, civil, de gentes de todas las condiciones y al grito de "¡Viva España!".

Todo eso es cierto y queda suficientemente explicado a lo largo de la exposición que está concebida de una forma orientativa y pedagógica, a base de vídeos y proyecciones que reconstruyen lo que pasó en Madrid en aquellas dos jornadas. Imagino que gran parte del material que se exhibe procede de las pesquisas e indagaciones que el Comisario había hecho para escribir su última obra, Un día de cólera, esto es, cuántas partidas se formaron en Madrid el dos de mayo, quiénes las componían, de dónde procedían, cuál era su profesión, cuántos y dónde fueron luego fusilados en la represión sin piedad que ordenó Murat el día tres. Además de esto, que es meramente documental, se muestran grabados de la época, uniformes de soldados franceses (y también de los españoles, aunque se subraya varias veces que el ejército español se mantuvo acuartelado y sin munición en aquellas jornadas y sólo se batió un pequeño destacamento en el cuartel de Monteleón), armas y utensilios diversos que los sublevados utilizaron para atacar a los invasores.

El problema no es tanto de documentación como de interpretación. Sostener que la sublevación da origen a la conciencia nacional española presupone dos cosas: a) que antes no existía; b) que lo que los sublevados invocaban era la nación como nosotros la concebimos. No voy a entretenerme con el preupuesto a) porque me basta con objetar al b). Los valores que los sublevados del dos de mayo defendían eran los del antiguo régimen y el absolutismo en su mayoría. Valores contrarios a la idea de nación que, por aquel entonces, tenía un carácter eminentemente francés puesto que era lo que se había invocado para guillotinar al Capeto. Algunos afrancesados en España tomaron armas contra el invasor pero muchos de ellos colaboraron con él y se integraron en la corte de José I.

Es en las Cortes de Cádiz de 1812 donde, vencido el gabacho, se habla en serio de la "nación española" en la Constitución de aquel año, la Pepa... que duró dos años. Reinstalado en pompa y esplendor Fernando VII, el de las caenas suprimió la Constitución y, con ella, la nación española. Volvió la nación al proscenio de la mano de Rafael de Riego y esta vez duró tres años, hasta la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis que en 1823 restablecieron en el trono absoluto al Deseado. Véase a propósito el post de ayer sobre La duquesa coqueta. En verdad resulta incomprensible que se haga nacer la nación española en lucha contra el francés por valores como el absolutismo y la soberanía real y que sean luego los mismos franceses quienes invaden el país para imponer eses mismos valores con el aplauso de los que se supone son la nación española. Es absurdo, es un galimatías, salvo que se reconozca que eso de que el dos de mayo es el comienzo de la nación española es una forma de hablar y no muy afortunada.

Si un comienzo enunciativo ha tenido dicha nación es en la Constitución de Cádiz y ya se sabe que fue abolida en 1814 y 1823 sin que pudiera volver a hablarse de ella hasta el sexenio revolucionario de 1868 a 1874 con el restablecimiento de los Borbones que hubieron de convivir con una Constitución de 1876, la de la Restauración, que limitaba algo sus poderes y tenía una orientación parlamentaria como la de la vigente de 1978, casi cien años después. Durante estos dos siglos, hasta la Constitución de 1978, la nación española se ha manifestado de formas diversas en la historia, raramente como la concepción imperante, con frecuencia en medio de guerras civiles (tres carlistas y la fascista/republicana de 1936 a 1939) o como imposición de gobiernos autoritarios como los de los generales Primo de Rivera y Franco en el siglo XX.

Cuando se habla de la génesis de la conciencia de nación española el dos de mayo de 1808 ¿qué nombre se reserva se tiene preparado para lo que sucedió durante la dictadura de Franco? Un bando vencedor en una guerra civil y que jamás se reconcilió con el bando vencido al que negó todos los derechos durante cuarenta años ¿es una nación? En mi opinión, no porque doy crédito al punto de vista de Ernest Renan para quien, ya se sabe, la nación es "un plebiscito cotidiano" y, para que haya plebiscito, aunque sea simbólico, la población tiene que ser libre y no estar parte de ella en el exilio, otra parte encarcelada, otra fusilada, otra aterrorizada y el resto, viviendo como si nada. Y si eso es la nación española, que me borren.

dijous, 15 de maig del 2008

Los persas atacan de nuevo.

Pues sí, hay fuego graneado en el PP. Los tiros vienen del bando de los ultramontanos, ultrarreaccionarios o "persas", hoy finamente llamados neocons y tratan de impedir que el Presidente del partido consume lo que parece es su proyecto de situar a aquél en el centro político, sacarlo de esa actitud intransigente, agresiva y montaraz en que ha estado en la última legislatura y en la que también estuvo en las dos anteriores en que gobernó... con el señor Rajoy de pluriministro y vicepresidente del Gobierno. Es decir, tratan de impedir que el señor Rajoy marque un camino de derecha civilizada, moderada y demócrata, capaz de hacer oposición y, al tiempo, colaborar con el Gobierno en los asuntos de Estado.

Eso es lo que ha podido verse una vez que la señora San Gil convocara ayer una rueda de prensa para hablar de la crisis del PP, que ella ha contribuido decididamente a avivar y, sobre todo, una vez que la citada señora, en un encuentro con Rajoy y en presencia de otras personas, le reiteró su falta de confianza en él y lo amenazó con abandonar también la presidencia del PP en Vascongadas si no cambia el rumbo que está imprimiendo al partido. Es algo ridículo: hasta ahora son los superiores en cualquier tipo de organización (política, burocrática, económica, militar, religiosa, etc) quienes han de tener confianza en los subordinados porque es en ellos en quienes delegan poderes y funciones. Creo que es la primera vez que oigo a un subordinado decir que tiene o no tiene confianza en su jefe.

A este propósito, por cierto, muy buena la alocución inicial del señor Gabilondo en los informativos de La Cuatro La Opinión de Gabilondo y en la que se preguntaba qué hubiera dicho la señora San Gil si el señor Patxi López o el señor Odón Elorza, hubieran convocado una rueda de prensa en un día de atentado de ETA para hablar de los asuntos internos de su partido. Es muy típico de los políticos del PP: criticar en los demás lo que hacen ellos o hacer lo que critican en los demás. Es una actitud irritante por lo que tiene de desfachatez pero suele ser muy útil para sus fines sobre todo porque estos acontecimientos, atentados, crímenes, etc, tienen un fuerte impacto en los medios pero es breve y, a fuerza de repetirse, ya nadie repara en ellos. Pero lo dicho, dicho queda..

El "liderazgo" del señor Rajoy es endeble, si es que es, y está sometido a un virulento ataque persa en su propio partido. Dado que su intención -como quedó claro ayer- parece ser enmendar los yerros del pasado, hacer política de Estado, apoyar al Gobierno cuando sea necesario, en resumen constituir la derecha moderna y moderada española por la que tantos han clamado dentro y fuera del PP, es lógico que los demócratas lo apoyen. España necesita un partido de centro derecha que pueda ser alternativa al de centro izquierda. Pero ese apoyo debe ser medido y discreto so pena de que los frenéticos de los persas, cuya concepción de la política es de moros y cristianos, lo consideren la prueba irrefutable de que el señor Rajoy se ha hecho del PSOE y se ha vendido a Prisa. Ya están diciéndolo, así que conviene que se presente en el congreso de su partido en junio bien arropado de fieles y asesores porque allí le espera la de Dios es Cristo.

El fantasma de la escisión ronda por los pasillos del edificio de Génova como si en vez del PP se tratara del PCE.

(La imagen es una foto de jmendicute, bajo licencia de Creative Commons).

La duquesa coqueta.

Interesante la peli de Jacques Rivette, ese superviviente de la nouvelle vage, que se ha estrenado en España bajo el título de La duquesa de Langeais, que es el de la novela de Balzac de la que está tomada, si bien es cierto que el escritor había pensado llamarla en un principio como se llama en francés, Ne touchez pas la hache, una advertencia a los aristócratas para que no toquen el hacha que ha de segarles el cuello.

La peli es interesante sobre todo porque ilustra muy bien las relaciones entre el cine y la literatura ya que sigue la novela prácticamente al pie de la letra. Y como la novela, en realidad una novela corta dentro del ciclo de La comedia humana, tiene tanta fuerza y tanto encanto hay como un choque de géneros que llama la atención entre la narración literaria y la cinematográfica. Por ejemplo la historia en la peli aparece entrecortada con letreros en la pantalla, cual si fuera cino mudo, diciendo eso de "Diez minutos después" o "Cinco años antes". En la narración escrita esos cambios se integran en el relato mismo. De igual modo los diálogos en la peli se convierten en escenas de teatro (cámara fija con los personajes moviéndose, aunque no siempre) porque el director quiere conservarlos como en la novela.

La historia es completamente romántica: una historia de amor y de muerte cuyo trágico final tiene lugar en esa tierra misteriosa, exótica, semibárbara, iluminada: España. Balzac es, se dice, el fundador del realismo, lo que es estrictamente cierto. En esta novela, por ejemplo, se hace un sucinto estudio sociológico y psicosociológico de un barrio de París, el Faubourg St. Germain, al que se ha trasladado la nobleza de la Restauración, huyendo de las aglomeraciones de la cité, al otro lado del Sena. Pero luego, ese estudio realista es el fondo sobre el que se narra la historia retorcida y apasionada de dos seres excepcionales, la Duquesa de Langeais y el General Armand de Montriveau; ella, una señora noble, centro de la moda del todo París, semiabandonada por su marido, y él un general bonapartista del que se cuenta que atravesó el corazón del África para llegar a las fuentes del Nilo.

Hay una versión anterior de 1947, dirigida por Jean Giraudoux y protagonizada por Edwige Feuillère y un actor cuyo nombre no retengo. Parece como de otro planeta. Giraudoux se lo inventa todo y cambia los diálogos. Hace otra obra. Este Rivette, no, sino que se pega a Balzac como un velcro. Hace cambios en otras cosas. Por ejemplo, no recuerdo que Armand de Montriveau cojeara. Aquí la cojera es obligada porque a Guillaume Depardieu, el hijo de Gérard, le falta una pierna. Igualmente, Antoinette de Langeais no tiene cuarenta sino veintipocos años. La intérprete, Jeanne Balibar, tiene mucho talento y encanto pero está más cerca físicamente de su anciana tía que del personaje de Balzac. En todo caso, lo borda.

El tiempo de la historia es muy interesante: 1823. Un general que ha venido con las tropas del Duque de Angulema en nombre de la Santa Alianza a reponer a Fernando VII en el uso de su poder absoluto, derogando de nuevo la Constitución de 1812. Un general bonapartista. Ahí se ve el realismo de Balzac era legitimista, partidario de los Borbones. Porque ¿qué otra cosa iba a ser un general del ejército francés a menos de diez años de la caída del Imperio sino bonapartista? Por lo demás nadie me quita de la cabeza que en Francia hasta los legitimistas son bonapartistas Lo llamaban Buonaparte, para subrayar su condición de extranjero, de italiano; pero lo admiraban. La famosa nación española fracasaba por segunda vez en su intento de articularse como un cuerpo colectivo cívico y liberal y se sometía de nuevo al ancien régime que sólo empezó a ser desmontado con la Regencia, sentándose ya el precedente de las dos Españas, la liberal y la conservadora, tan enfrentadas entre sí que muchos creen que son dos naciones y de ahí la eterna y tan característica cuestión nacional española.

Un convento de clausura de carmelitas descalzas encaramado en lo alto de una roca en una isla balear y una bella monja que se llama Teresa. Este Balzac era un genio romántico.

Aquí dejo el tráiler en español. Suena mejor en francés pero no lo he encontrado subtitulado.

dimecres, 14 de maig del 2008

Actualización a media mañana día 14.



Otro paso de gigante en la liberación de Euskal Herria: un pikoleto, un gorrino, un maketo, un inferior, un africano, vaya, muerto a manos de los señoritos.