diumenge, 9 de març del 2008

¿Por qué hay que votar hoy?

El derecho de sufragio, el derecho al voto, es una de las más notables conquistas de la especie humana en general y del movimiento obrero en particular. Una de las primeras manifestaciones de este movimiento, que Marx y Engels consideraban antecedente del que ellos habrían de poner en marcha, fue el de los “cartistas”, que se llamaba así porque contenía sus peticiones en una “Carta” y la primera de las cuales era el derecho de sufragio que la nobleza y la burguesía gobernantes negaban sistemáticamente a la clase trabajadora. De hecho, esta clase sólo alcanzó el derecho de voto muy a fines del siglo XIX o primeros del XX. Y, si echamos una ojeada al cuadro más abajo, se verá que las mujeres todavía tardaron más en conseguirlo, en algunos casos a mediados del siglo pasado o a finales de él. Ayer mismo, como quien dice.

No, los ricos nunca han querido que los pobres voten porque con los votos se puede cambiar el mundo. Se puede, incluso, hacer la revolución o tal cosa llegó a admitir el citado Marx cuando dio el visto bueno al traslado de la Iª Internacional a Nueva York con la idea de enterrarla. En efecto, los ricos, los curas, los reaccionarios de todo pelaje, los fascistas (los que querían romper las urnas) y quienes les hacen el juego por complicidad o estupidez nunca han querido que el pueblo vote y siempre han encontrado razones muy convincentes para predicar la abstención.

Vayamos al ejemplo español hoy día. Exactamente, ¿quiénes quieren la abstención?

En primer lugar, ETA. Esta organización de asesinos tiene razones poderosísimas para pedir a la gente que no vote, que renuncie a su derecho. Como no se puede votar a las organizaciones títeres y de correveidiles que presenta, lo mejor es que la gente no vote. Así se denuncia un sistema "corrupto", en permanente "estado de excepción" que no permite que se pueda votar a partidos formados por cómplices y encubridores de criminales, partidos que admiten la posibilidad de asesinar a sus adversarios políticos y se sirven de ella. Por supuesto, si pudiera votarse a alguna de esas organizaciones-tapadera de criminales, tipo Batasuna, ETA pediría el voto y lo del sistema "corrupto", etc, etc, pasaría a segundo plano sin desaparecer del todo, claro..

En segundo lugar, la derecha. Como ésta no puede pedir la abstención a las claras como sus parientes los fascistas porque, teóricamente al menos, ha aceptado el sistema democrático y depende de los votos de sus seguidores, muchos de los cuales son -¡qué se le va a hacer!-clase trabajadora, propugna la abstención de dos modos indirectos: en primer lugar procurando desanimar a los opositores para que no acudan a votar, como paladinamente reconoció el señor Elorriaga hace unos días y, en segundo lugar, deslegitimando sistemáticamente las instituciones, torpedeando su funcionamiento, prostituyendo los medios de comunicación públicos que controla para conseguir un clima de hastío en la población, la idea de que "no merece la pena" pues "todos son iguales".

En tercer lugar una sedicente “izquierda” que dice ser la “verdaderamente anticapitalista”, la única que no se vende a los gerentes del “sistema” que son, claro, todos los demás. Esta izquierda pide la abstención, la renuncia al voto-conquista de las clases trabajadoras para no verse involucrada en el mantenimiento de un sistema político y económico corrupto y que ella detesta. ¿Y cómo pretende derribar ese tal sistema? Eso es un misterio porque, fuera de predicar la abstención en los muchos medios de comunicación que el mundo actual abre, no se le conocen actividades de alguna relevancia que vayan encaminadas a lograr ese fin. Se trata, pues, de conseguir que la gente no vote, nada más. En coincidencia objetiva con la derecha y con ETA, ahora que esta mafia pide la abstención; si pidiera el voto, sus cómplices se desgañitarían pidiéndolo a voz en grito. Por supuesto en ambos casos de modo independiente, sin que tenga nada que ver con la existencia de ETA y la derecha, ¡qué va! Si acaso, meras coincidencias, como las de las novelas.


Breve digresión sobre la abstención activa.

Pedir la abstención (activa o no activa) hoy en el País Vasco es una inmoralidad y una hipocresía propia de amanuense de asesino: los votantes de Euskadi, especialmente en los muchos pueblos en donde todos se conocen, se juegan la vida yendo a ejercer su derecho de voto. La vida. ¿Ignoran eso quienes predican la abstención? No. Entonces, ¿qué son?


Hay un último grupo digno de consideración, esto es, los abstencionistas genuinos, los de verdad, no los tácticos como los anteriores y que, a su vez, son de dos tipos: primero quienes, como los anarquistas, están en contra de cualquier sistema de representación política y aspiran a una sociedad libre en la que todos toman las decisiones sobre lo que los concierne; segundo quienes no votan (permanente u ocasionalmente) porque sencillamente no les da la gana, porque no les interesa la cosa pública y creen que, para sus asuntos personales, tanto da quien gobierne. Suele ser un porcentaje bastante fijo en nuestras sociedades, aunque oscilante, según la cultura política que tengan éstas, y no puede confundirse con quienes recurren a la abstención como forma de protesta (como quieren hacer creer ladinamente algunos de los abstencionistas tácticos de más arriba) porque estos suelen votar en blanco.

Respecto al último grupo de abstencionistas, genuinos, debe recordarse que la conquista del derecho del voto, que tanto costó en su día vino acompañada por otra de igual rango: el derecho a no votar. Aunque en algunos países de Europa y (sobre todo) América Latina, el voto sea obligatorio, el sufragio es un derecho y los derechos se distinguen de los deberes en que son renunciables. La democracia no sería democracia si no reconociera el derecho a no participar. Es ésta acrisolada doctrina liberal, la que distingue entre "libertad de los antiguos" y "libertad de los modernos" o, como decía Sir Isaiah Berlin, entre libertad positiva y libertad negativa.

No, ese derecho no está en debate. Lo que está en debate es su fundamentación. De forma que, si no es Vd. un abstencionista “genuino”, un etarra, un tipo de izquierdas con el coco comido por la derecha o uno de los que por cálculo o mera imbecilidad hacen el juego a etarras y derechistas (a veces, al mismo tiempo), le interesa a Vd. ir a votar para que su gesto no favorezca a quienes quieren acabar con ese derecho democrático eminentemente popular, revolucionario, que tanto costó conquistar.

Una orgía de sangre.

El otro día fuimos al cine, a ver la última de Tim Burton, con Johnny Depp y Helena Bonham-Carter, que es la esposa de aquel; todos en Sweeney Todd, el diabólico barbero de la calle Fleet.La sala estaba vacía y no vacía en sentido metafórico sino literal: exceptuados nosotros dos, no había nadie más. Y a pesar de todo pasaron la peli. Un avión de Iberia no hubiera despegado con dos pasajeros, aunque ya supongo que el gasto es muy distinto. En todo caso, eso no me había sucedido nunca. Desde que empezó la reconversión del cine, con el descenso rápido de las audiencias, según se generalizaban las televisiones y los vídeos, a veces hemos llegado a ser media docena de espectadores. Pero cero espectadores no me había sucedido nunca.

A lo largo de mi vida he escuchado y leído varias veces que el cine es un arte de masas.En la época de las masas, que tanto interesaban a José Ortega y Gassett, era lógico que éstas tuvieran su forma artística. El cine es el arte de masas típica pues que tiene un elemento de reproducción mecánica. Cada peli es ella misma y sus copias, que no son reproducciones sino eso, ella misma, multiplicada por x. Arte de masas; ya te digo.

Y el caso es que es de verdad arte de masas. Lo que ha cambiado es la forma de presentarse la masa que ahora aparece fragmentada, atomizada en cada hogar ante el televisor o aun más individualizadamente, ante el monitor del PC o el Mac. Lo que es la vida.

La peli quiere ser algo extraño. Empezando por la historia. No está nada claro que este Sweeney Todd haya sido personaje histórico. En todo caso, esta versión (que es la de Christopher Bond, con guión de Stephen Logan) da en la figura del repugnante Juez Turpin, del que no hay rastro en otras versiones y, así, genera una explicación "racional" al argumento, que descansa en lka venganza por una injusta sentencia del tal juez. Pero eso es casi lo de menos, luego se regodea en las actividades de Todd y su novia, Mrs. Lovett, (Helena Bonham Carter) propietaria de una tienda de Steak and Kidney Pie que hace unos pasteles de carne que nadie consume hasta que empieza a hacerlos exquisitos de la carne humana de las víctimas de Sweeney Todd, quien acostumbra a rebanar el pescuezo de sus clientes en la barbería de la calle Fleet, justo encima de la tienda de Mrs. Lovett.

Esta Helena Bonham Carter me gusta bastante. Recuerdo haberla visto en Regreso a Howards End, en donde tiene que dar la réplica a Emma Thompson, cosa nada fácil, y sale muy airosa. Aquí también, por cierto y eso que pasa toda la película con maquillaje excesivo, al igual que Todd y ello porque la obra es del género musical, como lo es la pieza de teatro en que se basa, de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler. La clara teatralidad de la historia resta mucho en cuanto "película de terror" y hasta podría entenderse como una burla del género. Cuando el negocio prospera, nos dan unos planos del establecimiento de Mrfs. Lovett a rebosar, con todos los vecinos sentados en mesas alargadas comiéndose a otros en exquisitos pasteles de carne, siente uno algo en el estómago. Algo parecido a lo que sentí yo mismo la primera vez que hinqué el diente a un steak and kidney pye en el que lo más característico era la salsa.

La narración es muy poderosa porque abarca observaciones sociológicas (como las clases sociales en la Inglaterra victoriana) y pautas del cuento tradicional (en la forma de la angelical doncella secuestrada por el monstruo, sea éste fisico o moral) todo ello administrado en un ritmo teatral que implica una estructura con un solo escenario o dos, todo lo más tres, uno de los cuales es una historia de amor, una especie de Calixto y Melibea.

Si no hay nada mejor que hacer, puede verse. El baño de sangre a cuenta de la degollina no defraudará.

dissabte, 8 de març del 2008

Tiempo de asesinos.

Esta legislatura comenzó bajo el signo de un atentado terrorista islamista que la derecha mediática y buena parte del PP trataron de endosar a ETA para beneficiarse electoralmente, y termina bajo la sombra de otro atentado del terrorismo etarra que las mismas instancias (derecha mediática y buena parte del PP) pretenden achacar al PSOE y al señor Rodríguez Zapatero, también para obtener alguna ventaja electoral.

El día de ayer pasará a la historia universal de la infamia por el descomedido afán del PP de sacar tajada electoral del crimen de Arrasate/Mondragón. Y no estoy inventando nada: empezó el señor Astarloa en sede parlamentaria provocando la ruptura del acuerdo general de hecho mediante una excepción que se sacó de la manga sobre la necesidad de que el escrito unitario de condena incluyera la exigencia del PP de que el Parlamento revoque su decisión de autorizar contactos entre el Gobierno y ETA. El fin evidente es desmarcarse de la acción conjunta y dejar flotando en el aire la sospecha de que el PSOE pretende seguir negociando con ETA, al tiempo que se presenta al PP como la única opción electoral que verdaderamente pretende luchar contra ETA y vencerla.

Siguió después el Foro de Ermua y unas docenas de manifestantes del partido derechista y de UPyD, así como algunos dirigentes del PP de la Comunidad de Madrid, en total unas doscientas personas, que ayer se echaron a la calle en la Plaza de Colón de Madrid, a protestar contra el Gobierno acusándolo de mantener viva la negociación con ETA, y ello con el cuerpo presente en la capilla ardiente de Mondragón del exconcejal del PSE. Aprovecharon asimismo para insultar al presidente del Gobierno con la falta de educación y la grosería que los ha caracterizado durante la legislatura, tremolar las banderas rojigualdas y hacer agitación callejera, al mejor estilo episcopal.

La máxima cota de iniquidad moral la alcanzó el señor Jiménez Losantos, que parece monopolizar las querellas por injurias y calumnias del Reino, quien en su blog llegó a sostener que ETA "mata porque es lo suyo, pero permite con su crimen que Zapatero se haga la víctima un fin de semana para ganar las elecciones y volver a negociar con la banda la semana que viene", es decir, hay una sintonía y complicidad entre los asesinos y los asesinados. Muy lógico, como también lo es su afirmación de que el PSC y el PSOE son los cómplices institucionales de ETA. Da la impresión de que este hombre no conoce mecanismo alguno de contención moral y que habrán de ser los jueces quienes se lo impongan.

Es repugnante pero es cierto: la derecha mediática y partidista tratan de capitalizar electoralmente el asesinato de un ex-concejal del País Vasco, faltando no solamente a la verdad sino al más elemental decoro de entender que sólo es momento de solidaridad, unidad y olvido de las diferencias. La proximidad de las elecciones, está claro, los obnubila de tal modo que no ven el abismo moral en que se sumergen. ¿Cómo podrían cuando fue su mismo jefe quien tuvo la osadía de acusar al señor Rodríguez Zapatero de "agredir" a las víctimas? Hubo de ser el señor Patxi López quien le dijera ayer claramente al señor Rajoy en sus barbas que no va a tolerar más que diga que los socialistas traicionan la memoria de las víctimas, momento que aprovechó el señor Rajoy para callar con la gallardía que lo caracteriza, mientras la señora San Gil -habitual injuriadora de sus adversarios- balbuceaba incongruencias. Ya va siendo hora de parar los pies a esta sarta de desaprensivos cuya única obsesión es beneficiarse de la insania asesina de unos imbéciles para arrimar el ascua a su sardina electoral. ¿Alguien imagina qué hubieran dicho si el asesinado hubiera sido un concejal o exconcejal del PP?

Los únicos responsables del asesinato son los pistoleros que lo ejecutaron y los canallas que lo ordenaron.

Capítulo aparte merecen los que los "comprenden", amparan, auxilian, encubren, glorifican y aplauden. De un lado, la llamada izquierda abertzale, gente sumisa a los asesinos, carente de criterio moral propio, marioneta de aquellos a los que, bien por miedo cerval o por densa estupidez, está sometida y cuyo marchamo de "izquierda" no es más que una burla que chorrea sangre. En simetría con los energúmenos de la Plaza de Colón en Madrid, otros doscientos energúmenos de esa izquierda abertzale recorrían las calles de Pamplona diciendo que sufrían mucho y que el atentado "hubiera podido evitarse". ¿Cómo? Está clarísimo, sometiéndose a los dictados de los pistoleros, como ya lo están ellos, satisfechísimos de secundar el heroico proceder de los gudaris de la "organización armada".

De otro, los llamados "izquierdistas" del Estado español que exigen plena libertad para los cómplices de los asesinos en el País Vasco, que ponen el grito en el cielo ante la menor sospecha de que las fuerzas de seguridad del Estado recurran a la tortura, pero que callan ante los inicuos asesinatos de los terroristas o los justifican o los encuentran "lamentables pero comprensibles" mientras el país no ceda a las exigencias de los pistoleros, o encuentran alguna otra sublime excusa para no plantar cara a los crímenes de esta banda de cretinos sanguinarios. Unos "izquierdistas" que atacan con espíritu indomablemente crítico la ideología patriótica burguesa de la bandera, el escudo, la patria, el himno nacional, pero luego tragan esas mismas estupideces siempre que sean vascas.

Otrosí tan incorruptible y preclara actitud de los izquierdistas españoles coincide con su interés y conveniencia de no encontrarse algún día con una bala en la cabeza como el pobre Isaias Carrasco. Por Dios, son gente muy sensible, capaz de sublevarse ante la injusticia allí en donde se produzca (sobre todo si es muy lejos), de hacer suya la causa de los oprimidos en los más remotos lugares del planeta, pero que no parece entender que, ante hechos como el de ayer lo único que vale es situarse con la víctima y plantar cara públicamente a los asesinos. ¡Ay, amigo, pero eso tiene sus peligros aquí y ahora, mientras que tronar contra el podrido capitalismo o el feroz imperialismo, también aquí y ahora, sale gratis y se recorta airosa figura de luchador indomable por las libertades, implacable crítico del "Poder".

Y una última palabra sobre la abstención en la jornada de mañana. Ya desde antes del asesinato del señor Carrasco, ETA pidió expresamente la abstención, mientras que al PP se le escapó por boca del señor Elorriaga que tal era también el objetivo de su partido. En ambos casos la fundamentación es clara aunque no necesariamente respetable. En el de ETA, la organización de criminales se reserva el derecho a decidir qué sea democracia o no. Y bien claro está: la democracia es un lugar en donde los asesinos pueden acabar con la vida de las personas a tiros en la calle, ante su mujer y sus hijos. En el caso del PP, la anhelada abstención es el mecanismo que, en principio, garantizaría que el partido de la derecha alcance el poder. Si para eso hay que decir que el PSOE no es la "verdadera" izquierda sino su remedo y traición, se dice. Unos fulanos capaces de acusar a los socialistas de querer beneficiarse del asesinato de sus compañeros, lo son también de estas villanías y de otras mayores.

¿Puede en estas circunstancias una persona honorable predicar la abstención? Puede, por supuesto, admitiendo así que los asesinos de ETA y los difamadores del PP se beneficien de su decisión. Corresponde al abstencionista decidir en su fuero interno si tal cosa es mejor o peor que ejercer el derecho del voto. Y de ahí no se puede pasar. Pero, como estamos en día de reflexión, añado que yo no lo haría jamás de los jamases. Aplico aquí la regla de oro de la ética de que no quiero para los demás lo que no quiero para mí.

divendres, 7 de març del 2008

Actualización a las ocho de la tarde del día del asesinato.

La manga de asesinos de ETA ha matado a un trabajador de Arrasate/Mondragón. Mañana hablaremos más despacio. Algunas consideraciones por hoy:

La legislatura acaba como empezó, con un atentado terrorista.

ETA copia el método Al Qaeda de participar en las elecciones.

Está clarísimo que este asesinato, aparte de su villanía moral, es una venganza contra el PSOE por no plegarse.

¿Por qué no te callas, Aznar? ¿No decías que el Gobierno estaba negociando ahora mismo con ETA, o sea, con el Movimiento de Liberación Nacional vasco? ¿Por qué no te callas? Y contigo, todos los canallas y granujas que han propalado semejante infundio.

ANV no condena el atentado. Claro, lo han cometido los de su cuerda.

El señor Ibarretxe dice estar "harto" de ETA. Menos palabrería y que retire su plan inmoral de un referéndum que se apoya en el hecho de que exista esa banda de pistoleros.

El PP ha roto la unidad democrática, como siempre, dando una baza a ETA, también como siempre.

Las demás fuerzas políticas han sentado un ejemplo de unidad democrática y templanza.

En especial Esquerra Republicana de Catalunya, organización que es prueba de que se puede ser independentista sin necesidad de ser asesino.

Estamos a la espera de ver cómo justifica este nuevo crimen la cuadrilla de cómplices y simpatizantes de los asesinos; los que se escandalizan cuando hay la sospecha de torturas en las comisarías, pero callan cuando los asesinos actúan; los que dicen luchar por las libertades de unos, pero justifican los asesinatos de otros con especiosas razones; los que compran su seguridad personal al precio de glorificar los crímenes o de callar ante ellos; los que se tiran el pliego de vivir el borde del peligro por ejercer una crítica contra el Poder que les sale gratis mientras chapotean en la inmundicia moral de su cobardía de apologetas de asesinos; los que propugnan la abstención porque eso es lo que pide ETA pues esto "no es una democracia" según dicen los pistoleros; los que hablan del "Estado de excepción" en el País Vasco cuando la única excepción que hay en el País Vasco se llama Isaías Carrasco, nombre de todas las personas de bien que no se doblegan ante el terror de los asesinos y sus valedores intelectuales.

A ver qué se lee mañana por ahí.

Última jornada de ruido.

Con los madrileños ateridos de frío por las esquinas con la rasca que llega de ls sierra norte que pone la piel de gallina bajo mil refajos, se libran las últimas escaramuzas electorales. Hoy se cierra la campaña, supongo, con mítines de las tres fuerzas nacionales (con perdón) en Madrid-rompeolas. Pero ayer se venía el cielo abajo, por Toutatis, en Barcelona (al PSOE) y en Valencia (al PP), multitudinarias demostraciones de qué caliente está la marmita. Y las solicitudes de voto por correo han aumentado, según parece, en un 40%. Todo lo cual indica alta participación. Los dos debates de TV han contado con trece y doce millones de espectadores, que tampoco tienen por qué ser exactamente los mismos. Si, como es prudente señalar, sólo un 70% de la audiencia del primer debate repitió en el segundo, quiere decir que éste lo vieron dos millones de ciudadanos nuevos. En conjunto, quince millones de ciudadanos vieron una o dos veces a los candidatos en los debates. Pero quince millones viene a ser el 70% del electorado. Es decir, si descontamos la abstención digamos "ordinaria", prácticamente cada elector ha visto uno o dos debates en la tele entre los señores ZP y Rajoy. Es de esperar que aquí vote mucha gente. Y en este momento emerge una encuesta en Andorra, publicada por El periodic d'Andorra que supongo yo será agencia del barcelonés El periodic de Catalunya, un periódico español que no puede publicar sondeos y encuestas en la última semana de la campaña, pero pude hacerlo al otro lado de la muga, en el Principat. Es lo mismo que podría hacer un periódico andaluz que montara un chiringuito que se llamara algo así como El llanito de La Línea, que sería publicar en el extranjero. Forma parte de la pluralidad de la nación española. El caso es que la tal encuesta predice una participación del 68% y una ventaja misérrima del PSOE ¡y yo aquí pidiendo el 80%! Pero, en fin, vete tú a saber quiénes son estos del periodic d'Andorra y el gabinete que hace el sondeo, GESOP. How good is your pollster?. Bueno, ayer, se mantenían en ese 68% (que no sé de dónde se lo sacan) pero elevan el pellizco del PSOE a tres punto y algo. No sé, me da que, con los obispos en pie de guerra, como las belicosas tribus de la frontera, el voto de izquierda se movilice más frente al secular enemigo de la clerigalla. Frente al "liberalismo" episcopal, el liberalismo laico. Ya está liada la de siempre cuando los sectores ilustrados de la población tiemblan ante la perspectiva de un gobierno Rajouco o Roujoy, extraño ser de oscura mitología nórdica que antaño contaba con tres cabezas, Rajoy, Rouco, Alcaraz pero desde ayer se ve reducido a la bicefalia, por lo demás tradicional del trono y el altar; la presencia del señor Alcaraz era la de la sociedad civil, no de la vil sociedad en los alfombrados pasillos del poder, algo malquisto. Por lo demás, el abandono del señor Alcaraz es incomprensible. No lo había dejado entrever y nadie se marcha cuando se encuentra en el cenit de la gloria, centro de todos los focos, rostro visible de la indignación ciudadana que se alimentaba con llamadas a la rebelión cívica. Sí señor, y el recurso a la noble desobediencia civil. Un recurso que aparece recomendado por la instancia del poder público, la Comunidad de Madrid, frente a la que debiera darse como tal resistencia. Efectivamente, la política es un territorio virgen, nunca antes hollado, siempre con asechanzas varias. Doña Esperanza Aguirre se yergue como valerosa cruzada de la libre opción de los valores cristianos, Mariana Pineda de la reacción, Juana de Arco, valedora del verdadero Rey de España que, como todo el mundo sabe, no es un Borbón, que no sabe proteger a Fede, sino el Sagrado Corazón. Así que por ahí sigue el doctor Montes, como el holandés errante, hasta que un alma se apiade de él en algún puerto que toque, razón por la cual va tocándolos todos. Y el presidente del Gobierno cierra la campaña mediática con una entrevista/estrella en El País a cargo de su director, Javier Moreno, quien también había torturado a fuego rápido al señor Rajoy veinticuatro horas antes. Va remitiendo el tiempo hosco y asoma en el horizonte una promesa de finde soleado, ideal para el PSOE porque invita a salir de casa, pero no lejos con la tortilla porque todavía hace fresco. En la entrevista ZP capea como puede una avalancha de saetas y en algunos casos desvía la atención con mayor descaro que el señor Rajoy, por ejemplo al hablar de por qué negó siempre que hubiera habido negociaciones con ETA después de la T4. ZP no se defiende bien. No sabe explicar algo elemental: con la T4 se rompieron las negociaciones; mes y medio después, digamos, el embajador de Finlandia le dice al Presi que le costa que Tirofijo Bengoetxea quiere deponer la pipa y caminar por la vía política y el Presi le dice al embajador que siga pulsando a ver a dónde llegan las actitudes políticas entre los etarras, que no es lejos porque una semana después, ETA se deja una furgoneta cargada de dinamita en alguna carretera o trata de atentar en algún lugar del país. O sea, nuestro hombre no "negoció" con ETA sino que permitió que algún afuereño tomara la medida de cómo estaba la partida por si hubiera alguna posibilidad de que ETA abandonara las armas. Además, tampoco mintió porque nunca dijo que hubiera negociaciones pero si dijo desde el primer momento que el gobierno tenía sus fuentes de información y que seguiría teniéndolas lo que, salvo para entendederas parcas en neuronas, está bastante claro . De todo esto estaremos hablando el diez de marzo, de mayorías y minorías. Dice ZP que quiere contar solo con su partido lo que tiene muy dstinta interpretación según que uno tenga mayoría absoluta o no y por cuánto. Pero, en principio, nada puede rechazarse, hasta algún tipo de coalición; por ejemplo, una compuesta por un PSOE con mayoría absoluta de escaños e IU, algo similar a lo que hizo Mitterrand al ganar las elecciones en 1982: nombrar un ministro comunista sin tener necesidad de él. Mañana es jornada de reflexión para que cada cual "procese" la miriada de imágenes, palabras, gestos, consignas, etc que ha visto, escuchado, palpado y saboreado durante los últimos quince días en los que los partidos han organizado concentraciones multitudinarias para que las masas tengan una ración de leader, que queda más finolis que caudillo, y el leader se dé un baño de masas a las que dice lo que quieren oír. Que por eso lo vitorean y aclaman y votan. Esta noche el cielo se vendrá abajo en Madrid. Será la noche en que la doña Temible Aguirre y el Caballero del Tímido Rebozo, Ruiz Gallardón, velarán sus armas y mañana todo el mundo a reflexionar, en clara evidencia del individualismo de la raza (aunque sea probable que los de el otro Mundo tengan preparada alguna traca final, en forma quizá de sensacionales revelaciones sobre la perfidia de ZP), el domingo romería general a la ermita de Santa Participación y el lunes asistiremos a la inauguración del próximo cuatrienio de moros y cristianos.

dijous, 6 de març del 2008

Blogorismos de España.

LA FORJA DE UN PRESIDENTE

El País de hoy trae una entrevista con don Mariano Rajoy que no tiene desperdicio. Es él mismo en pura salsa galaica. El mero entrevistador, Javier Moreno, director de ese panfleto masón, capta muy bien la personalidad del señor Rajoy cuando dice que abundan los "no sé". Y tanto; tanto que a partir de cierto momento, el formato que se repite es: P: ¿Tomará la medida X?.- R: (Un rollo de un minuto sobre cualquier tema).- P: Pero ¿la tomará o no?.- R: Yo creo que hay que mirar al futuro. A la pregunta de si cree que el 11-M ha condicionado la legislatura, el señor Rajoy contesta que: No me parece que haya sido un tema esencial en la legislatura. Yo creo que todos los españoles tienen un juicio sobre este asunto, y andar dando vueltas al mismo tiene poco sentido. Lo que hay que hacer es mirar al futuro. ¿Está claro? Mirar al futuro. Como las mulas.

(La imagen es de Junjan bajo licencia de Creative Commons)


JUSTICIA A LA ESPAÑOLA.

El vocal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ponente de la sentencia sobre la "objeción de conciencia" a la Educación para la ciudadanía es miembro numerario del Opus Dei. En dicha sentencia se afirma que existe un supuesto derecho de "objeción de conciencia" a la enseñanza de normas de ciudadanía en función de las convicciones religiosas de los padres.

Con mucha razón, en España no se permite que los jueces y magistrados estén afiliados a partido político alguno. Tampoco que lo estén a una secta. Pero ¿acaso no es el Opus Dei una secta?

(La imagen es de Toon bajo licencia de Creative Commons)


FRAGA Y EL LIBRO BLANCO

Con su habitual elegancia discursiva, el señor Fraga Iribarne, a quien cabe el Estado en la cabeza, según afirmara en memorable ocasión don Felipe González, declara que quiere el Libro Blanco que el señor Rodríguez Zapatero anunció el lunes en la tele para usarlo como papel higiénico.

Fantástico, ya sabemos en dónde tiene su prodigiosa cabeza el señor Fraga.


LA NIÑA DE RAJOY.

Según afirma Libertad Digital, el señor Barack Obama adopta a la niña de Rajoy para las primarias demócratas. ¡Magnánimo gesto el del senador por Illinois! Por un poquito más podía llevarse también al padre.

(La foto, con cierto sentido del humor, es de jmendicute con licencia Creative Commons.)


Largo me lo fiáis.

Hace como dos semanas que arrancó El burlador de Sevilla, dirigido por Dan Jemmett en La Abadía, un teatrito que me agrada mucho porque rompe la separación convencional entre el patio y el escenario, haciendo muy cercana, casi inmediata, la acción de las obras al público. Lo que no siempre es acertado. Por ejemplo, aquí no. Como tampoco lo es otro de los rasgos de La Abadía consistente en multiplicar la cantidad de papeles que cada actor/actriz representa pues, sobre ser compañías de poco personal, tampoco cabrían todos en el escenario. Pero esa economía, cuando se trata de piezas abundantes en personajes, como un Don Juan, induce a mucho error, aparte de dar una imagen pobrísima y como un poquito absurda. Está bien hacer teatro en lugares tan pequeños pero conviene escoger obras ad hoc y no La tempestad, por ejemplo.

La inmediatez se complementa además con montajes de rabiosa actualidad en la escenografía y attrezzo posmoderno, lo que no tiene por qué ser necesarimente erróneo, aunque sí pueda resultar sorprendente que se represente Don Juan en una barra americana a pleno rendimiento en consumo de bebidas alcohólicas. Sucede que si, como es el caso, el texto de Tirso se recita tal cual, en el sonoro español del Siglo de Oro, hay una discordancia permanente entre el sonido, la musicalidad de la obra en un sentido sinestético y su visualidad. La irrupción de entreactos o entreescenas con una música que me pareció algún tipo de techno se acompasa bien con algún número coreográfico pero que le viene tan bien a la historia como a un Cristo unas boleadoras. En fin, y puestos ya, conviene evitar los anacronismos. La acción de la obra de Tirso es el tiempo de Alfonso Onceno, o sea, mitad del siglo XIV, cuando la batalla del Río Salado. No había armas de fuego y carece literalmente de sentido que don Juan mate al Comendador de un pistoletazo como si la obra fuera un dramón décimonónico.

Porque, en definitiva, cuando va uno a ver un Don Juan, uno va en busca del personaje otra vez. Que el don Juan Tenorio es un personaje literario español proyectado sobre la cultura mundial con fuerza parecida a la del Quijote. Son figuras universales, como Ulises, Dante (tomado como personaje de él mismo), Hamlet, Fausto y no sé si me queda alguno más, pues ya los otros me parecen secundarios.

Don Juan es el único que centra todo su ser en el sexo, es un personaje fálico y probablemente por eso no hay pensador que no haya echado su cuarto a interpretación del hombre sin nombre Que si don Juan es esto o lo otro, que si tal complejo o tal otro. Cuando está claro que es quintaesencia del hombre en cuanto vir, que es un animal en celo perpetuo. Lo divertido no es él mismo sino la visión de los demás (y de lo demás) que revela. El concepto en que se tiene aquí a la mujer no puede ser más denigrante. Se concentra en el verbo activo que todos, mujeres incluidas, emplean para describir las relaciones sexuales entre hombre y mujer, gozar (el hombre a la mujer), un uso lingüístico muy frecuente en el Siglo de Oro. Alguna de las Novelas Ejemplares versan sobre las consecuencias a largo, a veces muy largo, plazo de que un hombre haya gozado a una mujer.

Es curioso que el padre de la figura literaria masculina por antonomasia sea un fraile mercedario que lo fue toda su vida. Por eso tiene don Juan, personaje sexual, una clara proyección metafísica en la que se ve que el hombre se busca la ruina por su propia demasía, fiado como está a su mera razón humana. El juramento que don Juan pronuncia y que contiene su condenación con las viejas, ancestrales resonancias que asoman en las leyendas populares tipo "sacamantecas" es, al mismo tiempo, un monumento al discurso racional. Esto es lo que el dramaturgo teólogo quería desbaratar. Dice don Juan:Si acaso/la palabra y la fe mía/te faltare, ruego a Dios/que a traición y a alevosía,/me dé muerte un hombre muerto./(Que vivo, Dios no permita).

Absolutamente racional. Don Juan quiere engañar a Aminta y lo hace en un aparte, pero que no contradice el juramento ya que éste se basa en una comprobación racional típicamente ilustrada: que los muertos no matan; que no hay milagros. Precisamente el aparte excluye un mal real, esto es, que lo mate un hombre vivo y lo hace, sí, recurriendo al milagro, "que Dios no lo permita". He aquí una contradicción en que incurre el libertino don Juan y que lo arrastra al averno, pues bien sabe fray Tirso que hay milagros, que las estatuas caminan y cenan si Dios así lo quiere.

Sentado este Deus ex machina típico del realismo español, Tirso nos coloca luego la reflexión católica de la brevedad del humano existir, de forma que Mientras en el mundo viva/no es justo que nadie diga/¡Qué largo me lo fiáis!/siendo tan breve el cobrarse. Don Juan, el héroe de la potencia sexual, es un héroe efímero a pesar de él mismo. Obsérvese, con todo, que la historia no es otra cosa que una interpretación cristiana de aquella observación que aparece en alguna obra de Esquilo y de otros escritores griegos de nunca digáis de alguien que fue feliz en tanto no haya muerto.

Qué bien suena el castellano del siglo XVII aunque sea entre acordes sincopados y no entre melodías de vihuelas y tañidos de clavicordio.

(La segunda imagen es un figurín de Christian Bérard para la estatuta del Comendador, en unDon Juan de los años cuarenta, escena III, acto 3º.)

dimecres, 5 de març del 2008

CONVOCATORIAS.

FIESTA DE LA IZQUIERDA.

Los amigos de No Nos Resignamos organizan una fiesta de la iniciativa PARA QUE EL CAMBIO AVANCE. POR EL LAICISMO, LA IGUALDAD Y MÁS DERECHOS POLÍTICOS Y SOCIALES. POR UN VOTO DECIDIDO Y EXIGENTE A LAS IZQUIERDAS. Es el jueves, 6 de marzo en la Sala Clamores, Alburquerque 14, Madrid, de 19,30 h. a 21,30 h., con la actuación de... MIFUNNE, HOLGADO, MIGUEL Y MONIKA, FLAMENCO Y PUNTO. Presenta: Iñaki Guevara.-

Ya se sabe, somos los que animamos al voto a la izquierda: al PSOE, a IU, a ERC, a la formación de izquierda que pete a cada cual; los que queremos que ni un voto de izquierda se quede en casa el nueve de marzo. Y menos con ese rollo del "todos son iguales" que, si dicho por la derecha es reaccionario, dicho por la izquierda es, además, estúpido.




CONTRA EL GENOCIDIO EN GAZA.

Y los de Avaaz quieren que firmemos una declaración dirigida al Primer Ministro israelí, Olmert, pidiendo un alto el fuego en Gaza para que puedan restablecerse las negociaciones. Vale. Me parece poco. Tendríamos que pedir que llevaran a ese Olmert y al resto de genocidas israelís ante la Corte Internacional de Justicia pero, como no parece que caiga esa breva dadas las circunstancias, pues, en efecto, lo menos que puede hacerse es firmar a ver si, por casualidad, conseguimos parar esa masacre de palestinos. Incluyo la referencia a la página de firma. Por mi parte añado la exigencia de que mi Gobierno amenace al de Israel con acciones diplomáticas si éste no cesa en su actividad criminal en Gaza de inmediato.

Hasta el último minuto.

En las primarias de ayer en Ohio, Rhode Island, Texas y Vermont los republicanos han zanjado la cuestión de quién será el candidato del GOP el próximo mes de noviembre: McCain. Ha ganado en los cuatro Estados frente al cura Huckabee (qué alivio) y de modo contundente: 58%-32% en Ohio, 65-21 en Rhode Island, 56-32 en Texas y un asombroso 72-15 en Vermont. Si atendemos a los cálculos de los delegados que cada cual ha obtenido y con las debidas precauciones ya que esas cuentas son endemoniadamente difíciles pues cada Estado fija sus delegados como quiere, el señor McCain ya es el candidato del Partido Republicano. Así, según los datos de Associated Press, si McCain, que ya tiene 1.094, gana todos los delegados en estos cuatro Estados, esto es 265, se sitúa en 1328, mucho más de lo que necesita, que son 1091. Si seguimos los datos del New York Times, más conservadores, Mr. McCain tendría 1.139, a falta de 52 para conseguir la cantidad precisa. El señor Huckabee no llega a trescientos. O sea que adiós a Mr. Huckabee, quien ya ha tenido la elegancia de reconocer su derrota en un discurso con cierta chispa de ingenio.

En el caso de que sean los republicanos quienes ganen las elecciones del próximo noviembre, el presidente será John McCain, un veterano de Viet Nam, que pasó cinco años y medio preso de los comunistas; que tiene una actitud de halcón, o sea, sumamente agresiva en el Irak, en donde dice que, si es necesario, los EEUU se quedarán diez mil años; que piensa cerrar el centro ilegal de secuestros en Guantánamo; que propugna una actitud moderada en relación con la inmigración y una política fiscal de continuación con la del señor Bush. Pero que, al margen de lo que piense, tendrá que encontrar el camino en una situación económica grave que ya apunta a convertirse en recesión, con un déficit gigantesco, un desequilibrio preocupante de la balanza de pagos y un dólar en claro descenso frente al euro y otras monedas fuertes.

El interés de la refriega en esta interminable y tensa noche ha estado en el campo demócrata. La señora Clinton salía a pelear por su subsistencia como candidata creíble frente a un señor Obama que llevaba once victorias seguidas desde el "supermartes" de febrero. Todavía ayer el expresidente Clinton decía a los tejanos en Austin que, si su mujer no ganaba en Ohio y Texas, tendría que abandonar la pugna.

Parece que, de momento, no tendrá que hacerlo, aunque el asunto ha estado en el alero, precisamente en Texas. Los resultados de esta noche de nervios han sido: Vermont para Obama (60%-38%), Ohio para Clinton (56%-42%), Rhode Island también para Clinton (58%-40%), Texas (primarias; 2/3 de los delegados) para Clinton (51%-47%) y Texas (caucuses; 1/3de los delegados) para Obama (56%-44%), lo que plantea una situación complicada. Pero la carrera sigue.

Si echamos una ojeada a los delegados que cada pretendiente lleva, el asunto está en verdad que arde. Se necesitan 2.025 para proclamarse candidato a la Presidencia de los EEUU por el Partido Demócrata. Los cálculos son aun más difíciles que en el caso del GOP porque los delegados se otorgan generalmente de forma proporcional al voto (no mayoritaria como en el caso de los republicanos), según procedimientos a veces muy complicados y, en bastantes casos, otorgando sólo una parte en el momento de la elección y dejando otra para caucuses posteriores. Lo que yo hago es promediar los cálculos de delegados que cada campo (Obama/Clinton) hace de los suyos y los del otro y me salen unos 1.200 para el señor Obama y unos 1.041 para la señora Clinton. En los cuatro estados hay 370 delegados en juego. Suponiendo un reparto de 220 (Mrs. Clinton) frente a 150 (Mr. Obama), si todos se adjudicaran ahora, que no es el caso, los resultados vendrían a ser 1.350 (Obama) y 1.261 (Clinton), es decir, escasa diferencia pero todavía a favor del señor Obama.

La carrera sigue abierta. La señora Clinton ha roto la serie sucesiva de victorias de Mr. Obama y vuelve a ser una opción posible, aunque por la mínima. En estas circunstancias es comprensible que ambas campañas adquieran un tono más duro. Ya lo han tenido con la última guerra de vídeos. He aquí el que publicó hace unos días el campo de Mrs. Clinton sobre quién cogerá el teléfono en una llamada de emergencia a las 03:00 de la madrugada en la Casa Blanca. Tampoco era tan original; es el tema que había usado McCain con la misma finalidad y las mismas imágenes. La señora Clinton lo adaptó a sus necesidades para dar a entender que ella sería más apta para atender a una emergencia nacional que el senador Obama. Este es el vídeo.

Y esta la contestación casi inmediata del campo del señor Obama:


Todo sigue abierto en el campo demócrata. De aquí a que éste pueda proclamar un candidato, el de Partido Republicano tendrá muchas posibilidades de atacar a sus rivales, dando ejemplo de un partido unido y con moral de victoria. El tiempo trabaja en contra de los demócratas, que podrían llegar a la convención de agosto prácticamente empatados, teniendo que decidir la cuestión los superdelegados que viene a ser como cuando un partido de fútbol se decide en los penalties.

dimarts, 4 de març del 2008

Estaba cantado.

Lo siento, tengo que autocitarme. A raíz del primer debate entre los señores Rodríguez Zapatero y Rajoy servidor dijo que este último no sólo había perdido aquel debate sino los dos de una tacada: El gana-pierde. Ayer el señor Rajoy me dejó de profeta con un debate en el que acabó de hundir sus ya escasas posibilidades de ser jamás presidente del Gobierno de esta "gran Nación de hombres libres e iguales", como le gusta decir. Enumero las razones por las que llego a tal conclusión:

Primera. Repitió sus argumentos del primer debate, a veces literalmente (por Dios, ¡el rollo ese de la leche, los huevos, el pan...!).

Segunda. Estuvo agresivo, faltón, insolente, despreciativo, insultante (llamó mentiroso al señor Zapatero al menos quince veces; él, que tiene a la espalda el 11-M, los hilillos de plastilina y el España se rompe).

Tercera. Estuvo farragoso y carente de rigor en el manejo de los datos.

Cuarta. El plagio del discurso autoritario de Sarkozy (quien, a su vez, lo plagió de Le Pen) sobre inmigración y educación funciona en Francia, pero no en España.

Quinta. No hizo una sola propuesta concreta de futuro. Es decir, no tiene programa.

Sexta. Su discurso final fue confuso, atropellado y la reincidencia en la memez de la niña, que es ya objeto de chirigota nacional, prueba que este hombre no está en el mundo y sus asesores debieran ganarse la vida en otra profesión porque para ésta son unos auténticos negados.

A su vez, las razones por las que, a mi entender, el señor Rodríguez Zapatero ganó de calle son:

Primera. Estuvo respetuoso y comedido, aunque a veces interrumpió parlamentos del señor Rajoy, cosa que no debió hacer. En cambio no fue lo suficientemente contundente en las respuestas a las agresiones y falacias del señor Rajoy, excepción hecha del informe PISA y un poco la inmigración.

Segunda. Hizo propuestas concretas de futuro. Le contabilicé treinta y dos, pero creo haberme quadado corto.

Tercera. Tuvo el acierto de traer un libro blanco y anunciar que esta a disposición de todos.

Cuarta. Su mejor momento y donde quizá se ganó la noche fue su oferta de apoyar al Gobierno de España en cuestiones antiterroristas sin condiciones. Eso dejó descolocado al señor Rajoy.

Quinta. Tocó todos los temas de la política nacional e internacional, desde la seguridad al cambio climático y siempre en positivo, cosa que ni de lejos hizo el señor Rajoy.

Sexta. Su alegato final fue tranquilo, moderado, comprensible y animoso.

No creo necesario repasar los resultados a pie de debate. Prácticamente todos los medios (ABC, El País, Público, 20 Minutos, Sexta y La cuatro) dan ganador al señor Rodríguez Zapatero por un margen mínimo el ABC y por 25 puntos El País. En el otro lado, sólo los lectores incondicionales de El Mundo y Libertad Digital daban ganador al señor Rajoy. Que así piensen esos lectores -que tienen mucho de militantes- no me extraña. Pero ni los periódicos de la derecha los seguían. Así, mientras, como hemos visto, ABC daba ganador al señor Rordíguez Zapatero y La Razón guardaba un prudente silencio, El Mundo titulaba Zapatero vuelve a ganar a Rajoy en un debate lleno de propuestas, mientras que Libertad digital, inasequible al desaliento, decía Rajoy gana también el segundo asalto pese al juego sucio de Zapatero. Al lado de este periódico, el Arriba en tiempos de Franco era como el Herald Tribune.

Una última observación. Estoy convencido de que el señor Rodríguez Zapatero no ganó tanto por sus propios méritos como por los deméritos de su adversario. El señor Rajoy perdió el debate porque, además de no llevar una sola propuesta, demostró que no sabe contenerse. Frente a él, el señor Rodríguez Zapatero relumbró más de lo que merece porque, si bien sus propuestas son muy atendibles, le falta energía en la respuesta a los ataques del contrincante. Es incomprensible que no explique con mayor detalle la diferencia de tratamiento entre la izquierda y la derecha en materia de inmigración y que no califique las propuestas del señor Rajoy de lo que son: demagogia xenófoba; es incomprensible que no responda a las acusaciones de haber roto el pacto antiterrorista recordando que ese pacto, precisamente, fue idea suya y a él se opuso el señor Rajoy; como es incomprensible que, a la hora de mostrar qué política de enfrentamiento ha aplicado el PP, no recuerde que el propio señor Rajoy quiso promover un referéndum contra Cataluña. Y hay más olvidos imperdonables.

Lo anterior nos lleva al entorno del señor Rodríguez Zapatero. Porque si los asesores del señor Rajoy son malísimos, los del presidente del Gobierno no parecen mejores. Y pensando en esto recordé un párrafo de un artículo del señor Cebrián que publicaba El País de ayer titulado, Demócratas, mediócratas y miedócratas, en el que, entre otras cosas más o menos aceptables decía lo siguiente:

Claro que se han cometido errores de bulto en la gestión de las instituciones y que el clientelismo y los amiguetes han ensombrecido la vecindad de La Moncloa, pero el Rodríguez Zapatero que concurre a las urnas está más preparado, es más sólido e inteligible, que el que salió de ellas hace cuatro años.

Es cierto que el señor Cebrián habla pro domo sua, a propósito del fuego amigo; pero, a mi entender, tiene razón: el principal achaque del gobierno socialista es la política de amiguismo y enchufismo que practica y que, si no se endereza, se incrementará con una nueva mayoría, especialmente si es absoluta.

Hoy, Texas y Ohio.

El debate de ayer no me dejó tiempo para ocuparme del otro proceso electoral que sigo de cerca, el de los EEUU. Hoy martes se libra una batalla crucial en los estados ricos en delegados de Texas y Ohio que empezaron pintando muy bien para la señora Clinton y poco a poco han ido escorándose del lado del señor Obama, al punto de que lo que parecía imposible hace dos meses, esto es, que Mr. Obama ganara en uno de ellos, es hoy más que probable y hasta hay quien dice que puede ganar en los dos. Si se da uno de estos dos resultados, los barandas del Partido Demócrata van a pedir a la señora Clinton que abandone la carrera antes de que el partido se divida. Está el asunto casi tan interesante como en España. Ya veremos qué sucede. Ya veremos si los Clinton son los Clinton o, como mostraron al comienzo de estas primarias, pueden convertirse en los Clanton de O.K.Corral.


dilluns, 3 de març del 2008

Día D.

El día de hoy, lunes, va a estar condicionado por el segundo debate en televisión de los dos dirigentes de los partidos mayoritarios. Es tanta la expectación creada que parece un partido de fútbol de esos de final de liga o copa. Es exagerado, pero si ello sirve para que en el futuro se admita que estos debates son un derecho de los ciudadanos y no vuelvan a hurtárseles, como hizo el PP desde 1996, se habrá prestado un servicio a la causa de la democracia.

Del debate en sí mismo se esperan pocas sorpresas y parece como si, de poder suprimirlo, todos estarían encantados de pasar al momento siguiente, el de valorar quién lo ganó, que parece lo único que importa a los medios y la opinión pública. Es curioso porque es contradictorio: se piden debates so pretexto de que la ciudadanía tenga acceso a un intercambio público de información, pero luego se desvirtúa dicho debate de dos modos. De un lado pretendiendo calcular y pactar al milímetro y al segundo movimientos, tiempos, encuadres, turnos e intervenciones lo que, como se vio en el primer debate, encorseta de tal modo el intercambio que lo vacía. De otro lado todo el mundo está ansioso por pasar al momento del postdebate en el que una miriada de periodistas, analistas, tertulianos, expertos y comentaristas rivalizan por ver quién califica mejor la situación dando ganador a uno, al otro, a los dos o a ninguno. En un país en el que prácticamente el ochenta por cien del periodismo es de partido este segundo momento es todavía más aburrido que el intento de los asesores de pactar hasta los susurros.

Pero menos da una piedra, ya se sabe. En el post que este modesto bloguero dedicó al primer debate, titulado El gana-pierde, para no marear la perdiz, ya se daba perdedor de los dos debates al señor Rajoy. Por supuesto éste, que anda por ahí diciendo que ganó el primero contra la opinión generalizada de encuestas y periodistas (no entre los de derechas, claro, para quienes el señor Rajoy ganaría aunque se hubiera quedado afásico) dirá que ha ganado el segundo. Bueno, también dice que va a ganar las elecciones aunque todas las encuestas, incluidas las suyas, le dan perdedor y su índice de popularidad sigue siendo lamentablemente bajo.

En el terreno de las realidades, las encuestas que ya van conociéndose dan de antemano ganador al señor Rodríguez Zapatero por goleada. Y efectivamente, tiene toda la pinta de ser así: trae las encuestas unánimemente favorables y le corresponde a él abrir los turnos de intervención, con lo que marcará el juego, el terreno y su ritmo. El señor Rajoy querrá ir de "positivo" pero como sus propuestas no existen o son simplemente disparatadas, al final sólo conseguirá mostrar a la audiencia que su única baza es la utilización partidista del terrorismo; su única esperanza una crisis económica que, al no materializarse, tiene que predecir como si fuera Casandra, esto es, sin que nadie lo crea; su única propuesta maltratar a los inmigrantes y enfrentarlos con la población autóctona; su único deseo, que España "se rompa". Y con esos mimbres no hará muchos cestos.

Ayer el señor Rajoy se abrazó al señor Aznar y pregonó a los cuatro vientos ser una criatura suya, esto es, del peor presidente que ha habido en la España democrática. Es curioso: los candidatos republicanos en las primarias estadounidenses marcan distancias con el señor Bush, cuyo índice de aceptación es bajísimo, ¿de dónde sacan los asesores del señor Rajoy que será beneficioso para éste aparecer como el segundo del responsable de haber metido al país en una guerra ilegal, injusta y que la inmensa mayoría del pueblo odia? Ayer en León, la guardia de hierro del aznarismo más reaccionario terminó de cavar la tumba política del señor Rajoy. Que esta noche la televisión le sea leve.

Me alegro de que me haga esa pregunta...

Muy oportuno este libro que acaban de publicar Julio César Herrero y Amalio Rodríguez Chuliá en la editorial Comunicación social (Sevilla/Zamora, 2008) sobre el tema candente en estos días: la comunicación política. Es cierto que lo abordan en las condiciones de la política ordinaria y no atendiendo a los más acelerados tiempos de las campañas, pero su relevancia es innegable.

Los autores se han propuesto -y lo han conseguido- escribir un libro eminentemente práctico, con casos concretos, en situaciones repetidas y conocidas y que además tenga valor tanto para los periodistas como para los políticos: lo que unos esperan de los otros, cómo deben relacionarse, qué es apropiado y qué no. Es decir, adoptan la doble perspectiva del periodista y del político aunque, por razón de su profesión, resultan más convincentes hablando de los primeros que de los segundos.

Si bien tratan de la comunicación política en todos los medios, era forzoso que la parte del león se la llevara el medio astro por excelencia, la televisión, que la radio tuviera una tratamiento más modesto y la prensa apenas apareciera. Con ello no hacen sino reflejar las preferencias de la población que ésta expone espontáneamente cuando se la pregunta. Como sabemos por el Estudio General de Medios, aproximadamente el 85% de la población dice mirar diariamente la tele; sólo un 50% escucha diariamente la radio y aproximadamente un 15% lee algún periódico. En cuanto a la tele, los autores especifican las cuestiones de forma acerca de cómo deben ir vestidos los políticos (nada de rayas y cuadros) , cómo comportarse hacia dónde mirar, etc.

Las entrevistas en televisión son un capítulo por sí mismas. Se entiende que el periodista pretenderá que el político "dé juego" y el político querrá "colocar su mensaje" a toda costa. Siendo esto así, es conveniente que las respuestas del político sean breves, sencillas, impactantes y familiares (págs. 46-50). En definitiva, lo que importa es dar bien en un "total" en la tele (esto es, un "corte" en la radio), el momento en que el político ocupa toda la pantalla y suelta lo que tiene interés en decir.

Hay un capítulo dedicado a las declaraciones de los políticos que los autores analizan con especial acierto ya que éstas se pueden prestar a muchos usos, según sean on u off the record, por ejemplo. Igualmente tiene interés el dedicado a las entrevistas que, además de clasificar las preguntas según el tipo de respuestas que quepa darles (cerradas, abiertas, informativas, retóricas, de control, alternativas o disyuntivas, capciosas y de integración) permite analizar algunas de las situaciones que se producen en estas interrelaciones con la complejidad de sus significados. Todo ello es territorio abonado para el interaccionismo simbólico, al que los autores no se refieren pero que obviamente es la clave explicativa de todo cuanto sucede en estas interrelaciones formales.

Luego de un capítulo sobre lenguaje verbal y no verbal en el que se adopta una actitud ecléctica respecto a las convenciones más rígidas en la materia (por ejemplo la idea de que cada gesto tenga un único significado), hay una detenida consideración de los debates y de las tertulias. Ambos sucesos afectan por igual a la tele y a la radio pero lucen más en el primer medio, al menos los debates. Acerca de estos elaboran los autores once recomendaciones sobre lo que debe hacer "el buen polemista" en conjunto bastante atinadas.

Un último capítulo versa sobre la comunicación política en internet, un territorio emergente que tiene cada vez mayor importancia. Los autores reproducen las páginas web de las tres principales formaciones políticas nacionales y hacen un somero análisis de ellas. El territorio es, sin embargo, demasiado vasto ya a estas alturas para que pueda tratarse satisfactoriamente en media docena de páginas. Basta con pensar en el alcance de la blogosfera para darse cuenta.

En conclusión un pequeño manual especialmente útil para los políticos que quieran sacar el mejor partido posible a sus inevitables relaciones con los medios en una época en que la política es mediática.

diumenge, 2 de març del 2008

Genocidio, holocausto, exterminio.

Llámenlo como quieran que por el nombre no ha de quedar. Esa matanza, esa destrucción metódica de los palestinos que lleva a cabo Israel desde 1967 es ya insoportable. Lo de menos es aquí si los palestinos radicales de Hamas (que a saber cuántos de ellos son agentes provocadores israelíes) lanzan pocos o muchos cohetes Kassam porque, si no los hubiera, Israel encontraría otra excusa para seguir machacando Gaza de momento. Más tarde continuará con Cisjordania, cuando haya conseguido masacrar a los palestinos que sigan en Gaza luego de que quien pueda la haya abandonado. Que no quede por nombres. El señor Abbas, primer ministro palestino, dice que lo que hace Israel en Palestina es un holocausto. Pudiera parecer una desmesura. Nada de eso pues con el holocausto ha amenazado un ministro israelí a los palestinos, aunque ahora diga el gobierno judío que no, que shoah sólo significa "catástrofe", lo que tiene tanto valor como cuando el señor Elorriaga se desmiente a sí mismo.

La táctica de Israel está más clara que el agua. De vez en cuando admite algo parecido a un prolegómeno de un intento de acuerdo para considerar la posibilidad de que en un futuro todavía por determinar se establezca en algún territorio de Palestina que también está por fijar algo parecido al germen de una administración de los asuntos corrientes de los palestinos en su propia casa camino de una autonomía que habrá que acordar. Cuando lo ha firmado, en menos de seis meses encuentra una excusa para ignorarlo y reanudar sus ataques. Es una política de deliberado exterminio de los palestinos hecho con los tiempos del Dios de la Biblia que son largos.

La voluntad es evidente: los palestinos nunca tendrán un Estado en Palestina. Ya pueden decir lo que quieran, reconocer el Estado de Israel, abominar de su primigenia intención de arrojar al mar a la "entidad sionista", plegarse a las condiciones que en todo momento dicte Israel: su suerte está echada y nada pueden hacer los hombres ya que el pueblo elegido quiere recuperar la tierra prometida. Pueblo elegido y tierra prometida... de Dios.

Los únicos que están en situación de frenar a los israelíes son los países occidentales, especialmente los EEUU, esto es, los que más claramente apoyan y financian al Estado israelí desde sus orígenes en 1948. Pero no quieren. Al contrario, se prestan a la farsa de hacer creer a los palestinos que median en los acuerdos a los que estos se dejan llevar y que son solamente meros paréntesis entre ataque y ataque de Israel. Es una hipocresía difícil de asimilar. Ayer mismo el Consejo de Seguridad de la ONU condenaba muy serio tanto las agresiones palestinas (los cohetes Kassam apenas alcanzan un objetivo a doce kilómetros y hace falta tirar cincuenta sobre una ciudad en hora de mercado para que muera un israelí) como la violencia israelí que sólo en el ataque de ayer causó doscientos heridos y cincuenta muertos, sin contar los destrozos materiales, procediendo así como los llamados "equidistantes" españoles entre la violencia criminal de ETA y la legal del Estado.

Estamos siendo cómplices de un genocidio. Hoy llega a la región Mr. PESC, don Javier Solana, el de los "daños colaterales". Un millón y medio de "daños colaterales". Llega a pedir paciencia a los palestinos en su sufrimiento, discreción a los israelíes en su acción de matanza sistemática y a administrar unos raquíticos fondos de ayuda humanitaria a unos palestinos carentes de agua, luz, atención sanitaria y las condiciones mínimas de subsistencia y que suponen la milésima parte de lo que los EEUU vierten sobre Israel para seguir armándolo hasta los dientes y aumentar su capacidad de destrucción.

Entre tanto poca gente se atreve a plantar cara a los sionistas, incrustados en los centros de decisión políticos y económicos más importantes del mundo y decirles lo que se merecen: que por una macabra ironía de la historia, como un gigantesco síndrome de Estocolmo, las víctimas de los nazis se han convertido en nazis.

(La imagen primera es una foto de Anomalous NYC con licencia de Creative Commons); la segunda no tiene atribución pero también está bajo licencia de Creative Commons.)

La democracia putinesca.

Las elecciones presidenciales de hoy en Rusia no tienen incertidumbre. Si acaso, el porcentaje de abstenciones. Por lo demás, todo el mundo sabe que saldrá Dmitri Medvédev, el protegé del señor Vladimir Putin. La Constitución excluye un tercer mandato del Presidente, razón por la cual el antiguo jefe de la GPU quiere que lo sustituya en la presidencia su hombre de confianza para que éste lo nombre luego presidente del Gobierno. De que esta magistratura tenga los poderes que el señor Putin quiere se encargará el propio señor Putin mediante reforma de la Constitución.

Después de setenta y cinco años de comunismo y de hombre nuevo de la sociedad soviética, Rusia ha aparecido en el siglo XXI como un país regido por una red de olgarquías más o menos locales y con una administración típicamente mafiosa, con las prácticas de este tipo de redes, basadas en el supuesto (y la realidad) de la corruptibilidad esencial del ser humano. En Moscú hay tanta huella del "hombre nuevo" como en Madrid o Nueva York, pero mucha mayor densidad de criminales por metro cuadrado. Setenta y cinco años de comunismo han dado como resultado una de las sociedades modernas más inhumanas, duras e insolidarias que hay sobre el planeta.

En los ocho años de mandato de Putin, en que se han hecho fortunas fabulosas con los procedimientos ad usum, han muerto asesinados doscientos periodistas, uno de los últimos la periodista Anna Politkóvskaya, dicen las malas lenguas que por indicación directa del Kremlin. Será verdad o no. Hoy nada es seguro en Rusia, como casi siempre por lo demás. El destino de los adversarios o antiguos aliados de Putin no puede ser más descorazonador: Boris Beresovski, que lo ayudó en Leningrado, está exiliado en Inglaterra huyendo de un proceso penal en Rusia por fraude a hacienda. Roman Abramovich, otro de primera hora, tuvo que vender sus empresas para evitar el proceso; el millonario Michail Chodorkovski, que pretendió luchar contra la corrupción, cumple en Siberia nueve años de condena por evasión de impuestos. Y ese es el poder que, al menos, emplea el aparato judicial para cometer sus fechorías. Las mafias de la sociedad civil lo hacen mediante la saneada industria del crimen organizado.

Al lado de Medveded, los otros candidatos, Ziuganov, Shirinovski o Bogdanov, son meras comparsas sin esperanza alguna. Medveded saldrá por una mayoría aplastante cercana al setenta por cien, como su maestro, sin un solo debate en la tele y sin necesidad de hacer campaña. Ya se encargan de eso los medios audivisuales de titularidad pública. Y hasta cierto punto es explicable: Rusia lleva ocho años de creciente prosperidad a causa del aumento del precio del petroleo, con crecimientos del siete por cien y niveles de consumo como los rusos no había visto jamás. El paro desciende y la población vive aceptablemente, muchas veces con estrecheces por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, pero dentro de lo admisible. Putin respalda públicamente a Medveded y su índice de popularidad oscila entre el setenta y el ochenta por cien. Lo previsible es que eso se transforme en votos.

El nuevo mandatario tendrá que lidiar con condiciones peores, pues se nota el impacto de la desaceleración mundial, con una inflación del doce por ciento y una deuda pública creciente. La cuestión es si podrá aplicar su política (incluso si la tiene) frente a la del señor Vladimir Putin e incluso si esto tiene el menor interés en una "democracia" en la que el poder organizado como una mafia atiende a las necesidades de las mafias que apoyan al poder, la gente sabe a quién conviene votar si quiere que sus asuntos prosperen, y lo demás no cuenta.

(La imagen es una foto de Mental Art bajo una licencia de Creative Commons).

dissabte, 1 de març del 2008

La abstención, el de la niña y la niña.

Señalaba servidor en el post de ayer las peregrinas concomitancias entre los descerebrados de ETA y los agitadores callejeros y mitineros señores Alcaraz y Aznar. Y decía asimismo que, tras el par de bombas, cabría esperar alguno de esos tostones ideológicos de la banda para beneficiarios de la primera de las ocho bienaventuranzas (Mat., 5, 3) que publica siempre gozoso Gara al que deben de parecerle profundas reflexiones que abren la vía del futuro al oprimido pueblo vasco. Pues ya está aquí el tostón de turno... llamando a la abstención.

Nueva coincidencia entre ETA y el PP. Precisamente ayer publicaba el Financial Times (gracias, Pedro) un reportaje en el que citaba textualmente al estratega electoral del PP, señor Gabriel Elorriaga diciendo que: "Toda nuestra estrategia se centra en las oscilaciones de los votantes socialistas. Sabemos que no votarán nunca por nosotros. Pero si podemos sembrar suficientes dudas sobre la economía, la inmigración y las cuestiones nacionalistas, quizá se queden en casa." Más claro, agua: de lo que se trata es de desmovilizar al electorado socialista (en general, de izquierda) porque, de otro modo, el PP no gana las elecciones.

La táctica es idéntica a la de la banda etarra aunque ésta la justifique como medida de combate revolucionario o alguna otra monserga de este tipo porque cree que así deslegitima el sistema democrático que considera en estado de excepción en Euskadi. Pues sí, es verdad, la mera existencia de esta organización de pistoleros ya supone un estado de excepción para muchísimos ciudadanos del País Vasco, sometidos a chantaje, extorsión, a la amenaza permanente. Por lo demás, la propuesta de abstención no es otra cosa que el recurso al pataleo: como no me dejan votar a los cómplices y encubridores de asesinatos, me abstengo para manifestar mi protesta. Muy bien. Como si hacen punto de cadeneta con los votos. La democracia no se resiente porque los tribunales excluyan de las elecciones a los asesinos y a quienes los amparan. Si acaso se resiente porque todavía hay gente de esa que no está en la cárcel.

La abstención que busca el PP tiene una justificación distinta: se trata de desmovilizar a los votantes de izquierda difundiendo falsedades sobre las magnitudes reales y tratando de provocar el desánimo en el adversario. El asunto es tan lamentable desde el punto de vista de las convenciones democráticas que los barandas del partido han obligado al señor Elorriaga a desmentir al Financial Times, un periódico que es legendariamente escrupuloso, con una declaración de la Oficina de Información del PP en la que el señor Elorriaga dice ahora que La campaña del PP está entre otros, centrada en atraer al votante socialista desencantado y, en ningún, modo en buscar la no participación. (sic). Esto de desmentir mintiendo es una de las raras habilidades de la derecha española, parte de su táctica del espejo. Como si el Financial Times fuera El Mundo. La autora del reportaje ya ha dicho que lo mantiene porque refleja lo que el señor Elorriaga dijo. Espero que el tal señor Elorriaga no nos obligue a decir quién nos merece más crédito, si una periodista del Financial Times o el señor Elorriaga.

Así pues, ya están juntos de la mano quienes propugnan la abstención: ETA, el PP y los sectores de la "verdadera" izquierda española. Por supuesto, la abstención es un derecho fundamental de los ciudadanos, equivalente al de votar (excepto allí en donde el voto sea obligatorio) y nadie tiene nada que decir al abstencionista. Sí, y mucho, a quienes piden o propugnan la abstención. Abstenerse uno mismo es algo que nadie puede cuestionar; predicar la abstención te mete de lleno en la refriega política y te sitúa en donde estás: con ETA y con el PP.

A este último le ocurre siempre lo mismo: dice o hace algo; se le vuelve en contra y pasa a decir con todo el papo que jamás dijo lo que dijo. Vengamos al famoso asunto del insulto del señor González al señor Rajoy, al que llamó imbécil. Inmediatamente la derecha mediática pone el grito en el cielo, los miembros del PP se rasgan las vestiduras y algunos sociatas de comunión diaria, como el señor Bono, lloriquean por los rincones diciendo que el señor González está arrepentido de lo que dijo. Es posible, pero me gustaría oírselo a él, al hombre que dijo que Aznar y Anguita eran "la misma mierda" y, que yo sepa, aún no ha pedido disculpas.

Como, por cierto, tampoco las ha pedido el señor Rajoy por haberse pasado cuatro años llamando al señor Rodríguez Zapatero Bambi, bobo solemne, incompetente, genuflexo ante ETA, agresor de las víctimas, traidor a las víctimas, rompedor de España, inútil y docena y media de lindezas más. Y si vamos a mirar la frecuencia de los insultos al señor Rodríguez Zapatero, los demás miembros del Gobierno, los del Partido, los simpatizantes y los votantes que todos los días se vierten desde la COPE, el torrente es abrumador. Así que ese apelativo de "imbécil" parece ser tan sólo una mínima parte de lo que este frente de insultadores de la derecha debiera escuchar.

¿Y cursi? ¿Es cursi un insulto? Porque el asunto de la niña que el señor Rajoy sacó a relucir la noche del debate es probablemente la mayor estupidez que vaya a escucharse en período electoral en muchos años. En el post del día siguiente al debate servidor decía: "¿Qué especie de tonto del nabo le escribió al candidato del PP la ñoñería de la niña que quiere que vaya por el mundo como caperucita roja? El mecanismo psicológico que pretendía justificar tal estupidez es elemental: muchacho, tú muestra los dientes en la primera ronda; muerde en la segunda y despídete después dando de comer a los pajaritos y besando bebés. No había terminado el señor Rajoy de hablar y yo no podía tener la risa." Bueno, por si acaso, ahí queda un ingenioso vídeo que demuestra a las claras cómo las ideas del señor Rajoy y de quienes le escriben estas sandeces están en estricta fidelidad al franquismo más ridículo. Véase:

Gracias, Pilar.

Las medidas del bienestar.

La Universidad de Alicante acaba de publicar un estupendo libro colectivo sobre el Estado del bienestar (en adelante, EB). Lo han hecho Salvador Salort i Vives y Ramiro Muñoz Haedo (El Estado del bienestar en la encrucijada, Alicante, 2007), recogiendo en él cinco trabajos de otros tantos especialistas sobre este tema de gran actualidad y trascendencia. Y cuando digo lo anterior probablemente me quedo corto. Al día de hoy, pasada la época de las confrontaciones ideológicas radicales, el debate político en las sociedades democráticas avanzadas occidentales versa casi exclusivamente sobre el EB. Si debe ampliarse, reducirse, reformarse, corregirse aquí o allá. En los programas de los partidos políticos, la mayor atención suele dedicarse a cuestiones directa o indirectamente relacionadas con él: las privatizaciones, las reformas fiscales (más o menos impuestos y qué tipos de impuestos), la atención a los servicios públicos, el régimen general de pensiones, etc son los temas prioritarios del debate actual.

Lejos quedan los tiempos en que la izquierda comunista consideraba que los EBs eran añagazas socialdemócratas para uncir al proletariado al carro de la explotación burguesa. Ahora, hasta las opciones políticas más radicales de la izquierda sostienen que es deber prioritario defender las conquistas del bienestar, la seguridad social, la contratación colectiva, etc, frente a la ofensiva desmanteladora de la derecha. Cuestiones como si el sistema de pensiones debe seguir siendo público o ha de privatizarse en mayor en menor medida son las más candentes en los actuales procesos democráticos.

Sobre todo ello contiene este libro interesantes y muy documentados trabajos que ayudan a hacerse una idea ajustada sobre la condición y el futuro inmediato del EB, con especial atención a España. Sin demérito de los demás me concentraré en los tres que me han parecido que pueden tener un mayor impacto en la controversia actual sobre esta forma de Estado.

En primer lugar, Antonio Escudero Gutiérrez publica un importante y madurado trabajo sobre La evolución del bienestar en España (1850-1991), un tema sobre el que ya tiene otras señaladas publicaciones y al que hace una aportación decisiva. El objetivo es ver si cabe llegar a un índice aceptable del bienestar. Para ello cruza el indicador tradicional de la renta por habitante, que es bastante insatisfactorio, con otros índices algo más complejos, en concreto, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD, el Índice Físico de Calidad de Vida (IFCV) y los datos antropométricos (en concreto, la medición de la estatura media de los mozos de reemplazo, que empezó a generalizarse a partir del Reino Unido en los años noventa) de los que disponemos series históricas que permiten observar la evolución. Como es sabido, el IDH conjuga la esperanza de vida, la tasa de alfabetización y la renta por habitante, mientras que el IFCV relaciona la esperanza de vida, la tasa de alfabetización y la renta por habitante. Si se cruzan estos índices con el primer indicador de la renta y se ordenan en aplicación del Borda rule que permite una clasificación ordenada sumando la clasificación relativa de los componentes individuales de los índices, se tiene una visión bastante ajustada de la evolución del bienestar en España. El autor reconoce que no hay un indicador sintético que recoja todas las dimensiones del bienestar (pág. 52), pero llega a una serie de conclusiones sumamente relevantes según el indicador que se emplee. Si es la renta, ésta aumentó entre 1850 y 1929, disminuyó entre 1930 y 1953 y creció considerablemente a partir de los años de 1960. El IDH muestra un crecimiento sostenido desde 1850 a 1991 (de hecho, hoy estamos entre los países de alto IDH), algo atenuado en el decenio de 1930. El IFCV muestra crecimiento atenuado en 1910 y 1930, mientras que los datos de estatura media se deterioraron en la segunda mitad del XIX (por la industrialización), luego subieron, volvieron a remitir entre 1930 y 1950 (guerra y posguerra) y están en franco crecimiento desde entonces. Añado de mi cosecha: se acabó el cliché del español cetrino y bajito.

Francisco Comín Comín publica un trabajo asimismo de sumo interés sobre El surgimiento y desarrollo del Estado del bienestar (1883-1980) que en sesenta apretadas páginas consigue dar una visión sintética de una materia tan procelosa por cuanto, como bien señala el autor, el EB no conoce obra doctrinal fundacional alguna, sino que ha ido creándose de forma empírica en distintos momentos históricos y lugares geográficos, adoptando formas muy diferentes. Toma como punto de partida la famosa obra de P. H. Lindert, Growing Public. Social Spending and Growth since the Eighteenth Century, Cambridge University Press, 2004, aceptando la clasificación de factores que el autor inglés considera decisivos en la evolución del EB: 1) democratización del sistema político; 2) envejecimiento de la población; 3) mayor afinidad de los votantes de las clases medias hacia los más pobres; 4) primera globalización; 6) cambio de actitud de los católicos hacia los programas sociales de los gobiernos (pág. 77). Pero luego lo somete a severa crítica pues cree que Lindert ignora la importancia de las guerras, no resalta la escasa función de las ideologías políticas y no explica por qué los católicos hayan de ser más importantes que los protestantes en esta cuestión. El autor aborda luego un cuadro histórico bien trabado que da cuenta del surgimiento y desarrollo del EB que, en la medida en que se le pueden poner nombres, serían los de Adolf Wagner y los "socialistas de cátedra" para el EB del período guillermino en la Alemania de Bismarck, el socialismo fabiano inglés y, por supuesto, el informe Beveridge (pág. 80), sin olvidar la influencia decisiva de Keynes. El cuadro incluye la extensión del sufragio, la crisis económica del decenio de 1930, la guerra, la globalización y la aparición de los impuestos progresivos, que considera determinante del EB (pág. 104). La evolución, pues, se articula en tres momentos: a) siglo XIX: beneficencia pública; b) 1880-1914: primeros regímenes de seguros sociales; c) segunda posguerra: la consolidación. (págs. 108-109). Si alguna crítica se le puede hacer a esto es la misma que el autor hace a Lindert pues tampoco concede gran atención al giro católico, decisivo para entender su aportación al gran "pacto de la postguerra" a partir de la formulación de la doctrina social de la Iglesia a la que Comín apenas hace referencia. No obstante, cabe subscribir su conclusión en el sentido de que es el EB el que ha garantizado la estabilidad de las sociedades industriales.

Por último, Rafael Muñoz del Bustillo Llorente publica un magnífico trabajo sobre las Perspectivas de la política social y de empleo en la UE que contribuye a refutar con contundencia empírica algunas de las falacias más generalizadas acerca de las supuestas insuficiencias del EB. Se pregunta el autor si existe un modelo social europeo, para llegar a la conclusión de que no, dado que en la UE la política social tiene muy distintas opciones en cuanto a los regímenes sociales. Procede luego a comparar ese no-modelo europeo con el de los EEUU y, por último aborda los retos de la UE. Para dilucidar el primer asunto esto es, la dispersión europea y si puede llegar a converger aplica el criterio de la convergencia sigma (que sigue el comportamiento de la desviación típica de la variable cuya convergencia se quiere estudiar) para llegar a la conclusión de que en el último decenio no se han reducido las divergencias europeas (pág. 137). En cuanto a la comparación entre el caso europeo y los EEUU, la centra en el comportamiento de los dos modelos respecto al desempleo, reconociendo que la incidencia de la alta tasa de paro en Europa (que se agudizó con la implantación de la Unión Monetaria) es una de las responsables de la euroesclerosis pero, luego de un detallado análisis, llega a la esperanzadora conclusión de que en los últimos años el empleo crece más deprisa en Europa que en los EEUU, con lo que es obvio que no se puede aceptar sin más la idea de que el EB sea incompatible con el funcionamiento del mercado (pág.140) por cuanto con los datos en la mano, tampoco cabe sostener que la política social tenga un impacto negativo sobre el crecimiento económico (pág. 147). En la tercera parte, sobre los retos, Muñoz de Bustillo muestra que la euroesclerosis no ataca por igual a todos los Estados miembros de la UE (pág. 145). En conclusión, también nuestro autor se remite a Lindert a quien cita para afirmar que los juicios respecto a la relación entre EB y desarrollo económico "responden fundamentalmente a las posiciones ideológicas, o a las predicciones sobre lo que pueda ocurrir en el futuro" (pág. 148). Pero luego añade una conclusión de su propia cosecha que este bloguero suscribe por entero: "...el objetivo de la construcción del EB nunca fue potenciar el crecimiento, sino proteger a los ciudadanos frente a determinadas contingencias como la pobreza en la vejez, la enfermedad o el desempleo y la exclusión social, de forma que es con respecto a estos objetivos con respecto a los que habría que evaluar al EB, y no en lo relativo a su contribución al crecimiento económico." (pág. 149)

La cita anterior muestra que el EB es un fenómeno complejo que debe considerarse desde una perspectiva pluridisciplinar. La mayoría de los autores de esta obra colectiva son economistas (excepto el último trabajo sobre el defensor del pueblo, que es de un jurista pero guarda escasa relación con el cuerpo central de la obra) y, salva la anterior feliz conclusión de Muñoz de Bustillo, tienden a dar una visión centrada en los factores económicos soslayando los políticos, las políticas públicas, etc. Por ejemplo, es llamativo que ninguno de los participantes en la obra cite una sola de Vincenç Navarro, probablemente la mayor autoridad española en materia de EB y políticas públicas. Por supuesto ello no desmerece en modo alguno el libro, pero pone de relieve la necesidad de que haya diálogos cruzados entre especialistas en un asunto tan complejo e importante como éste.