diumenge, 10 de juny del 2007

El surrealismo.

La exposición que hay en el Reina Sofia y que se llama algo así como "se buscan ojos", no es muy allá. Trae algunas fotos de Man Ray (aunque no la famosa del "violín de Ingres" de la izquierda) y de dos o tres surrealistas menores. Claro que tampoco le hace mucha falta a este museo que tiene una magnífica exposición permanente de surrealismo. En realidad, merece la pena visitarla sólo por el placer de deambular por las galerías y el claustro del antiguo hospital de San Carlos, obra de Sabatini, el de los jardines.

Además, para llegar a alguna de las salas en que han puesto la exposición, hay que pasar por delante del Guernica, que siempre impresiona mucho, esa especie de mural en gama de grises que sobresalta de forma que no es posible fijar la mirada en ninguna de las figuras, sino que se va de una a otra, al azar, comprobando que todas ellas tienen un registro del horror, hasta los quinqués.

Por cierto, parte de la exposición es una serie de fotografías de Juan Pando del Madrid sitiado y bombardeado durante la guerra civil. Algunas también son impresionantes, las que retratan aspectos de la vida cotidiana, comercios, una farmacia bajo las bombas. Curiosas tres fotografías de niños jugando a ser voluntarios en un descampado en 1939. Si bien se mira, verdaderamente surrealista.

Lo mejor de la exposición, a mi gusto, es la posibilidad de ver El perro andaluz y La edad de oro, que se proyectan ininterrumpidamente. La edad de oro se puede ver íntegra en You Tube, basta con pinchar en el enlace L'Âge d'Or.La calidad de la copia deja bastante que desear aunque es una obra digna de verse. Dura una hora pero como hoy es domingo, se puede dar por bien empleada. Además, tiene momentos extraordinarios, como era de esperar cuando se pone a dos genios, como Buñuel y Dalí a trabajar juntos. Es una película de 1930, sonora, con una banda musical espléndida: hay Beethoven, Schubert y Mendelssohn, que yo haya reconocido, aunque suenan fatal, y por supuesto la última parte, siempre la más noble porque es la que acompaña el desenlace de la obra (aunque, al tratarse de una surrealista, no tenga trama), con los tambores de Calanda. Por cierto que esa última parte es una mezcla de las 120 jornadas de Sodoma, del divino marqués y la figura de Jesucristo, todo mezclado en una blasfemia, que es lo que viene a ser la película.

Adelantados en todo como son Buñuel y Dalí también se adelantan en asunto de violencia contra la mujer. No es Gilda, de Charles Vidor, la primera película en que un hombre (Glenn Ford) propina una bofetada a una mujer (Rita Hayworth), sino ésta de L'Âge d'Or, en que el protagonista (por llamarlo de algún modo), atiza un tortazo a la que me parece que es la madre de su novia.

La peli encaja muy bien en el título de "se buscan ojos" en la escena de un ciego pateado por el protagonista en mitad de la calle. Y de los ojos en El perro andaluz, ¿para qué hablar? Todavía no aguanto mirar el plano del globo ocular sajado con la navaja de afeitar. En fin, esto de los ojos me recuerda siempre al Dr. Coppelius de Hoffmann que para surrealista...

dissabte, 9 de juny del 2007

Entre rejas

Vamos a un análisis político del encarcelamiento del señor Otegi. Empecemos por levantar constancia de que con el espléndido abertzale en chirona (en donde va a estar una temporada) aquí no pasa nada, ni se hunde el mundo, ni arde Bilbao. Y los 150.000 Otegis que dice el señor Barrena que tiene se lo pensarán antes de ejercer de tales. Pasa siempre con estos valientes luchadores por el pueblo oprimido de una de las sociedades más ricas de Europa: que hablan y amenazan mucho, pero luego no llega la sangre al río..., salvo que ataquen a traición, sorpresivamente y a ciudadanos indefensos. Eso sí se les da bien, el ejercicio del killing someone basque style, "matar a alguien al estilo vasco", o sea, por la espalda. Pero salir a la calle a enfrentarse con la policía, eso ya es distinto.

La prisión del señor Otegi ha suscitado todo tipo de comentarios. Sus amigos de Batasuna cargan contra el gobierno (que si venganza, que si represalia, etc) y los del PP mirabile dictu también (que si ya era hora, que rectifica y hace lo que debe hacer) y, claro es, coinciden en esto como en muchas otras cosas.

Sin embargo, es patente que al señor Otegi lo ha enviado al talego el Tribunal Supremo, nadie más. No importa, tanto Batasuna como el PP hablan del Gobierno porque, en el fondo, eso de la división de poderes les trae al pairo. Además atacar al Gobierno contribuye a embarullarlo todo y a ocultar que las cosas van bien. Los tribunales, en uso de su independencia, toman las decisiones cuando les parece y el Gobierno las acata y las aplica sin rechistar. La prisión que el Supremo ha decretado contra el dirigente abertzale obviamente se inscribe en un contexto social y político que es innegable porque está a la vista de todos, que el tribunal venía tomando en cuenta. Y eso es justicia, pues decir que los jueces aplican las leyes tomando en consideración las circunstancias sociales y políticas es decir algo de Perogrullo. Es más, precisamente en esa actitud reside la equidad, que muchos creen sinónimo de justicia.

¿Supone esto que si los jueces hubieran visto un ánimo favorable del entorno etarra al fin de la violencia y a una solución dialogada su decisión podía haber sido otra? Por supuesto. Como todos sabemos, aunque no se diga, para no dar dos cuartos al pregonero. Pero la decisión es del Tribunal Supremo, no del Gobierno. Visto lo visto a lo largo del llamado "proceso", los jueces sin duda han sopesado todos los factores y han decidido que el señor Otegi está más guapo en la cárcel. Con el aplauso de mucha gente, incluso los partidarios de la solución negociada, con derecho de autodeterminación, como yo mismo. ¿Por qué? Por lo que ya he señalado en otras ocasiones: porque a la gente le irrita que le tomen el pelo. Tomadura de pelo es (e implica bastante desprecio que suelo atribuir a racismo) decir que estamos en tregua, pero al tiempo volar una terminal de un aeropuerto, enviar cartas de extorsión a los empresarios y aterrorizar a la población quemando autobuses, cajeros y lo que haga falta.

Como tomadura racista de pelo es ese decir que se es de izquierda para criticar a la nacion española, esperando y consiguiendo la solidaridad de la izquierda española (cuyas facultades críticas parecen inexistentes) pero, luego, a su nación vasca, que no se la toquen; tomadura racista de pelo atacar a la bandera española, pero nada de bromas con su ikurriña; reírse de la pandereta, pero ensalzar el txistu. O decir que la izquierda abertzale "ha hecho una apuesta por la vía política y la senda democrática", consistente en defraudar la ley siempre que pueda e intentar un trágala sistemático porque ya se entiende que los gorrinos, sean de izquierda o de derecha, no merecen otro trato de los heroicos gudaris. Así que llega un momento en que la gente se harta de tanta prepotencia racista, los tribunales mandan a toda la tropa a la cárcel...y, lo dicho, aquí no pasa nada.

Para terminar con el dramatis personae, resulta absurdo que el PP presione para que se ilegalice a ANV y el Partido Comunista de las Tierras Vascas que él, el mismo PP, legalizó. Y es absurdo pues lo más probable es que estos se ilegalicen solos, a las primeras de cambio...y tampoco pasará nada. Porque esas amenazas truculentas de la izquierda abertzale (que tiene de izquierda lo que yo de diácono) están hechas de la misma estofa que la "rebelión cívica" de las comparsas del PP.

Algo parecido cabe decir del terrorista señor De Juana. Cualquiera podía entender que su prisión atenuada era un gesto para facilitar las cosas aun dejando un hueco fácilmente vulnerable al ataque de la derecha, dentro de las contradicciones y fallos que siempre se dan en una sociedad tan polarizada y antagónica como la nuestra. Y cualquiera puede ver ahora que el señor De Juana es, sí, rehén, pero de ETA y que lo que le suceda también será responsabilidad de ETA y su brazo político, incapaces ambos de entender que la política es cosa de matices, sobreentendidos y habilidad para encontrar acuerdos, es decir, incapaces de hacer política. Igual que es ETA quien ha hecho todo lo posible para que el Supremo meta al señor Otegi en la cárcel. Situaciones típicas de "cuanto peor, mejor" que todo el mundo sabe a quiénes benefician.



divendres, 8 de juny del 2007

El último servicio.

El caso de De Juana Chaos lleva camino de convertirse en un ejercicio práctico para las clases de ética en las universidades. Porque eso es lo que es: un problema moral, sólo secundariamente político y sólo terciariamente jurídico. Un problema moral cada vez más complicado y resbaladizo. Pero eso no será motivo para que no se trate aquí pues, como saben los lectores, en Palinuro no se escurre el bulto.

Vaya por delante que el señor de Juana no es un "preso político". Un preso político es una persona que está en la cárcel exclusivamente por sus convicciones y este señor estuvo, en un primer momento, por 25 asesinatos. O sea, es un asesino. Y en un segundo momento ha recibido una condena de tres años por amenazas. Desde el primer momento se sostuvo aquí que esa condena fue injusta, pero eso no lo convierte en un preso político sino en un asesino que, habiendo cumplido su condena, es injustamente retenido en prisión. Injustamente porque el segundo proceso que se le incoó fue un atropello que nunca debió producirse. Se produjo, sin embargo y el señor De Juana se puso en huelga de hambre. Cuando dicha huelga de hambre apuntaba a un final trágico, el Gobierno socialista -que ya había cedido a las presiones de la derecha española permitiendo que se incoara un proceso injusto- volvió a ceder ahora ante el señor De Juana y el independentismo vasco arbitrando un procedimiento atenuado de cumplimiento de la injusta condena. Es lo que pasa siempre con la socialdemocracia timorata y vacilante, que acaba pillada en sus contradicciones, lo cual es incómodo, pero me atrevo a decir que no tan malo como los triunfos de cualesquiera de los dos extremos que no son más que actos de barbarie al son de alguna fanfarria ideológica. Pasado el peligro serio para la salud del señor De Juana, el Gobierno vuelve a mandarlo a la cárcel en una decisión que es la que plantea el dilema moral que aquí se aborda.

El independentismo vasco dice que esa decisión es una venganza y el señor De Juana un rehén del Gobierno. Vayamos por partes. Este asunto puede considerarse desde un punto de vista pragmático, que es el que el independentismo aplica de hecho y entiende muy bien, y el punto de vista de los principios, que el independentismo dice aplicar pero, en el fondo, no entiende. Incidentalmente, cuando hablo del independentismo me refiero a sus dos rostros, el descubierto y el encapuchado, a sus dos lenguajes, el del político y el del asesino, puesto que, como se ve, emplea uno u otro, según le interese.

Punto de vista pragmático: no cabe hablar de venganza o de rehén, pero sí cabe entender que en los procesos políticos de tira y afloja hay concesiones, contraconcesiones, gestos, etc que, como todo el mundo sabe, dependen de los que haga la otra parte. Así que, desde el punto de vista pragmático resulta bastante estúpido encontrarse con el señor De Juana pendiente de una decisión que, si ha de serle favorable, tendrá un alto coste para el Gobierno y, sin más explicaciones, decretar la ruptura de la tregua precisamente en ese momento. Se entiende muy bien, pues se trata del habitual trágala, para tantear hasta dónde aguantan los gorrinos sin romper la baraja porque eso tiene réditos para el mundo terrorista, anima mucho a la chiquillería de la kale borroka, vivero de futuros terroristas y da seguridad a los esbirros dedicados a interpretar los crímenes en clave de emancipación histórica. Y, al fin y al cabo, sólo se trata de la vida del señor De Juana, que no es quien ha decretado el final de la tregua. Pero en algún sitio se rompe la cuerda y ahora los aprovechategis se encuentran con un fiasco, con De Juana de nuevo en la cárcel y, supongo, en una tercera huelga de hambre que esta vez pinta negro para él, el señor Otegi a punto de entrar en el talego por una temporadita y las gentes de ANV en el alero del Supremo. Un exitazo desde el punto de vista pragmático.

Pero no es este punto de vista el que a mí me agrada, aunque entiendo que es lo único que mueve los cálculos de los pistoleros pues, quien se arroga el derecho de asesinar a otro, ya se ha arrogado el de decidir por todos, amigos y enemigos. Que sus amigos no se quejen. Por lo demás, bien claro se ve: ni rechistan porque no se atreven.

Vamos al punto de vista de los principios: ¿que es eso de venganza y rehenes? El Estado de derecho no tiene tales cosas. Puede cometer injusticias y atropellos, pues es obra humana pero ni las unas ni los otros forman parte de su modus operandi. Al contrario, lo que hace es ponerles coto, siempre que se den, que son asuntos excepcionales. En cambio, ¿quieren Vds. saber quiénes recurren a la toma de rehenes de forma sistemática y como modus operandi para chantajear? Los independentistas rama encapuchados y sus cómplices, rama política. Miguel Ángel Blanco fue un caso claro y nítido de rehén ejecutado fría e ignominiosamente de dos tiros en la nuca mientras estaba maniatado e indefenso cuando el chantaje fracasó. A lo largo de los años del conflicto vasco se han hecho y dicho muchas cosas, pero ese crimen fue la más crasa evidencia de que los de las capuchas y sus amigos y cómplices son pura escoria moral. Y hay más: ¿quieren saber quién recurre, a la venganza como método de lucha y lo une a la toma de rehenes contra toda humanidad y principio ético? Los encapuchados y cómplices que tuvieron al señor Ortega Lara secuestrado durante casi dos años en condiciones de tortura que hubieran horrorizado a los nazis. Y así como los nazis, tras hacer lo que hicieron, podían cantar misa y hablar de lo que les diera la gana, estos pueden decir lo que quieran sobre la liberación de Euskal Herria o el amanecer del pueblo vasco. Son asesinos sin principios. ¿Queda claro?

Dicho lo cual, ¿que sucede si, como parece altamente probable, el señor De Juana Chaos vuelve a ponerse en huelga de hambre? Pues que el Gobierno tendrá un problema moral. Nunca debió promoverse aquel injusto proceso por los dos artículos de Gara; una vez promovido, lo único que cabía hacer era poner al condenado en libertad por la fórmula que fuera más expeditiva, por ejemplo, un indulto. Eso es lo que yo haría si fuera el Gobierno. Pero no soy el Gobierno, así que me limito a opinar sobre lo que veo y hacer algún vaticinio que otro. Mi opinión sobre el problema en concreto está ya bien clara: en contra de que el señor De Juana esté en la cárcel. Mi vaticinio es que el Gobierno aprovechará la revisión pendiente de la condena el próximo mes de agosto para acudir a alguna chapucilla que aligere la condición del preso siempre que las circunstancias se lo permitan. Y siempre también que el señor De Juana resista hasta entonces porque sigo pensando, en contra de la opinión de gobernantes y jueces, que si un hombre se pone voluntariamente en huelga de hambre no hay derecho a alimentarlo a la fuerza.


La desgracia de ser mujer.

Pues nada, que ayer nos fuimos a ver "La casa de Bernarda Alba" que tiene desde mayo en cartel con gran éxito en el Alcázar la compañía Teatro de la Danza bajo la dirección de Amelia Ochandiano. La señora Ochandiano conoce a García Lorca muy bien y casi parece que fuera él quien dirige, de tal modo están bien administrados los tiempos, los silencios, las entonaciones, que todo funciona para convertir la obra en lo que el autor quería: poesía escenificada. Si algo me sobra son los decorados y mira que son simples, austeros y al servicio de la idea como de agobiante clausura que trasmite la pieza. Cada vez llevo peor los decorados, cualesquiera decorados en estas obras clásicas. Yo no hubiera puesto ninguno o me hubiera atenido a las muy simples indicaciones del poeta que insiste una y otra vez en el color blanquísimo de las habitaciones. Obviamente para que contrastara con el negro del luto de las mujeres y se ajustara a la estética del blanco y negro que él quería conseguir cuando llamaba a su obra un "documental fotográfico".

"Bernarda Alba" es la última obra de teatro de García Lorca, antes de que lo asesinaran tres meses después y culmina la trilogía de las mujeres del campo con "Bodas de sangre" y "Yerma". Me parece que el mejor teatro del poeta granadino gira en torno a ese continente ignoto de las mujeres, lo que es claro si a las obras citadas añadimos, "Mariana Pineda", "Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores" y "La zapatera prodigiosa". "Bernarda Alba", en donde no aparece hombre alguno y sólo se habla de ellos que son los que condicionan la acción en su ausencia, reproduce de modo inigualable un universo femenino claustral, tópico, angosto, terrible que es como un retrato de la lamentable situación de las mujeres de la España rural de la época. Pero donde el genio de Lorca traspasa también la condición temporal histórica para presentar un mundo femenino clásico, hecho de pasiones cruzadas, la dominación, la rebelión, el amor, los celos, la envidia. A mi entender lo que realza más la hondura de esas pasiones humanas es la ligereza y sencillez del lenguaje. Lo dice Amelia, una de las hijas de Bernarda, de la forma simple y rotunda en que hablan las tragedias griegas: Nacer mujer es el mayor castigo. Y por supuesto, ayuda mucho a trasmitir esta sensación la gran interpretación, sobre todo de Maria Galiana, que hace el papel de Poncia, quizá el más rico y matizado de la obra, y Margarita Lozano, que hace una muy buena Bernarda, aunque sea casi imposible reconocer en ella a la Ramona de "Viridiana".

"La casa de Bernarda Alba" es además un drama de clase y de casta donde las distancias sociales, las diferencias de rango están perfectamente marcadas, una crítica, por tanto, de una sociedad cerrada, hipócrita, inhumana, supersticiosa en la que las mujeres viven una vida de ciega supeditación a los hombres. Lo dice la Poncia con la sabiduría y la resignación que da la experiencia:

A vosotras, que sois solteras, os conviene saber de todos modos que el hombre a los quince días de boda deja la cama por la mesa, y luego la mesa por la tabernilla. Y la que no se conforma se pudre llorando en un rincón.
Aquí es donde esta obra clásica habla a todos los tiempos, incluido este nuestro que, al escuchar ese parlamento, tiende a pensar cuánto han cambiado las cosas...y a volver sobre sí en un segundo momento admitiendo que quizá no tanto.

dijous, 7 de juny del 2007

Si lo sé, no empiezo.

¡Qué cruz! Ya no sabe uno si debe tomarse en serio o no el guirigay oganizado a cuenta del comunicado de ETA. Porque es muy heavy ver a la derecha en pie de guerra dialéctica utilizando ese comunicado como un arma arrojadiza contra el gobierno y capaz de todos los golpes bajos que el más estricto reglamento pueda imaginar. Es obvio que la famosa doctrina del señor Rajoy (si Vd. no cede le ponen bombas, y si no le ponen bombas es porque ha cedido) es lo que el señor Rajoy piensa y, con él, los rajoyes de su partido. Traducida a la situación actual suena así: si Vd. no cede le rompen treguas, y si no se las rompen es porque ha cedido. Lo más odioso de este modo de razonar no es que sea moralmente reprobable; es que es lógicamente inconsistente y haga lo que haga ese "Vd." (esto es, el señor Rodríguez Zapatero) no tendrá salvación, le espera el cadalso por traidor o la petición de elecciones anticipadas: si hay tregua es porque se está rindiendo ante ETA y, si no se rinde ante ETA, tiene la culpa de la ruptura de la tregua y las posibles bombas. Es algo tan perverso como obtuso y quien así "razona" no razona en absoluto, sino que embiste ciegamente.

Ayer el señor Iñaki de Juana volvió a la cárcel (no hay tiempo de dedicar un párrafo a este pintoresco asunto, pero lo haremos otro día, porque dará que hablar; a lo mejor vuelve a ponerse en huelga de hambre) y el señor Garzón no dejó salir de España a los señores Otegi y Barrena. A más a más, si yo fuera de la ANV pondría mis barbas en remojo. Según el PP éstas son las pruebas de que hubo negociaciones nefandas pues al endurecer ETA la situación, el Gobierno retira las concesiones que había hecho. ¡Luego hizo concesiones! Por cierto, no veo por qué insisten en este asunto si ya habían dado por buena la "información" de Gara de que había unos "compromisos" del Gobierno con ETA. Es más, dice el señor Acebes (o el señor Rajoy o el señor Zaplana, da igual) este Gobierno interpreta la ley teniendo en cuenta las circunstancias políticas y sociales del momento cuando todo el mundo que no sea un criminal estalinista sabe que la ley debe aplicarse cual es, sin tener en cuenta circunstancia alguna, por donde siempre se cuela la injusticia.

Es asombroso porque este Gobierno no interpreta ley alguna, cosa que compete a los tribunales que, como siempre, adoptan alguna actitud frente al viejo adagio de fiat iustitia pereat mundus. En cuanto a los actos de ejecución de la ley, los verdaderos del gobierno, ¿no han oído hablar estos integérrimos justicieros del principio de discrecionalidad de los gobernantes? Es claro que, a la hora de actuar, todo gobernante debe tener un margen para decidir en un sentido u otro según su criterio y ello teniendo en cuenta precisamente las condiciones sociales y políticas de su acción. Eso es evidente para todos excepto para los señores del PP cuando se trata de enjuiciar la labor del presidente del Gobierno socialista porque, si se trata de enjuiciar la suya, la discrecionalidad se amplia a arbitrariedad.

Todo el mundo sabe que el señor Rodríguez Zapatero no ha actuado con mayor discrecionalidad que el señor Aznar en similares circunstancias. Ayer, El País publicaba dos videos paralelos en los que estaba claro que los discursos de ambos presidentes levantando constancia de la ruptura de la tregua fueron los mismos. Los acercamientos de presos de entonces, las excarcelaciones, el Movimiento Vasco de Liberación, ¿no fueron concesiones? ¿Qué fueron entonces, bofetadas a ETA?

¿Por qué en un caso sí y en el otro no? Está claro, porque no les da la gana y porque no reconocen a los demás derechos que se arrogan para sí. Insisto, eso lo ve todo el mundo y no creo que vaya a pasar factura al PSOE como alborozadamente espera la derecha puesto que, si no lo esperara, ¿para qué pedir elecciones anticipadas?

No obstante, va siendo hora de que el señor Zapatero deje ese tono de plañidera de que "nunca antes nadie" se ha portado como se portan estos jayanes y muestre la determinación y el coraje de defender lo que es perfectamente defendible: se trató de conseguir la paz, como debe ser. Y pues no se consiguió, se lamenta la ocasión perdida y se sigue actuando contra el terrorismo en todas sus manifestaciones con la misma determinación de siempre, que nunca se ha debilitado. ¿Cuál es el problema? El lenguaje que hoy empleó el presidente en el Senado es el que queremos oírle: que la derecha se deje de monsergas y arrime el hombro

No, no, gritan desde la plataforma de ¡Basta ya!, con el señor Savater de corifeo, Zapatero debe dimitir. ¿Por qué ? Porque la tregua ha fracasado. Igual que la de Aznar en 1998 y la de Felipe González en 1989. ¿Por qué tiene que dimitir este presidente y los otros no lo hicieron ni nadie se lo pidió?

El espectáculo es lamentable pero sigo diciendo que yo, de ser del PSOE, no me preocuparía gran cosa por las elecciones. La situación está clarísima: el gobierno socialista se lanzó a tratar de conseguir la paz en el País Vasco, como era su obligación. Enfrente tuvo no solamente a ETA sino también al PP, empeñado en que el proceso fracasara como fuese. Esto es del dominio común como lo es que las patrañas sobre el 11-M, alimentadas por los medios del PP y el propio PP eran una mera maniobra de desestabilización política. Y contra eso no van a poder luchar por más que sus medios (COPE, El Mundo, ABC, La Razón, Libertad Digital) repitan la teoría de la conspiración ad nauseam. No sé quien dijo que "ETA nunca pierde una ocasión de perder una ocasión", pero acertó de lleno.

Por lo demás, ¿es tan difícil entender que este Gobierno ni ninguno otro de España no puede conceder lo que ETA pide porque no está en su mano? ¿Que ETA no va a ganar nunca? ¿Y que, en consecuencia, volver a los atentados es una decision cruel y estúpida?


Tele Madrid.

Ayer vi el teledario de Tele Madrid porque la TVE 1 emitía un partido de futbol. Esa cadena es algo asombroso, es una cadena del PP, al servicio del PP y, más concretamente, de doña Esperanza Aguirre. Hasta los locutores emiten opinión en lugar de información. Uno no da crédito a lo que ve y oye. Una TV pagada con dinero de todos los contribuyentes, pero al servicio de un partido y así resulta que los votantes del PSOE tienen que sufragar un servicio donde se les pone verdes y se ataca a sus representantes, especialmente al presidente del Gobierno. Una prueba más de lo que la derecha hace con las instituciones y los servicios publicos, instrumentalizarlos sin reserva ni "complejo" alguno en beneficio de sus intereses.

La comisión.

La comisión que ha de hacer resurgir de sus cenizas al PSM estará presidida por la señora Narbona. Dicen los socialistas que están dispuestos a todo, a no contar más que con gente pura y sin ambición personal de querer ser secretario general, con gente válida. Lagarto, lagarto, los quieren mansos. No entiendo por qué esté mal tener la ambición de ser secretario general. Lo encuentro muy razonable. Lo malo no es tener ambición sino hacer juego sucio, actuar de acuerdo con intereses creados. Ese es el peligro del PSM. Ayer el señor Blanco se reunió con los representantes de las corrientes enfrentadas en el PSM, los socialdemócratas y los acostistas. ¿Para qué? Espero que no para hacer otro reparto de influencias en el PSOE, sino para decirles que se vayan de una vez.

En todo caso y supuesto que la señora Narbona sea imparcial en el avispero madrileño, a la hora de presidir esa comisión conviene no olvide que un dromedario es un caballo dibujado por una comisión.

dimecres, 6 de juny del 2007

Claridaz, certidumbre, seguridaz y nada de ambigüedaz.

El de ayer fue un día solemne. Al comunicado de ETA siguió una sarta de declaraciones institucionales, declaraciones por institucionalizar, valoraciones, críticas, menosprecios y solidaridades internacionales. Supongo que ya nadie negará que el centro de la política española es el conflicto/no conflicto vasco y, más en concreto, ETA. Cuando dice, cuando calla, cuando mata y cuando no mata, todo gira en torno a ella. Si en lugar de dedicarse a asesinar, ETA fuera una compañía de ballet siempre agotaría las entradas, tal es la publicidad que se le hace. Quizá sea también llegado el momento de poner remedio a esta absurda situación.

Para ello, corríjaseme si me equivoco, basta con tener claro qué se hace en cualquiera de los dos posibles supuestos:

Supuesto a, ETA delinque, asesina, secuestra, extorsiona, etc. Se procede contra ella por las vías policial, judicial y, si necesario es, legislativa. Esto último puede sonar extrañamente pues, según se dice, algunas normas, como la Ley de Partidos, son inconstitucionales ya que introducen un estado de excepción de facto. Inconstitucional no es y, en cuanto al estado de excepción, tampoco debe asustar tanto. Está previsto y lo está para ser empleado. Lo que tiene que hacer el Estado es proclamarlo si se ve obligado a ello y hacerlo de iure. Es ETA quien tiene un estado de excepción de facto en el País Vasco.

Supuesto b, ETA deja de delinquir y pide conversaciones. Se atiende a cuantas conversaciones sean precisas para averiguar cómo depone las armas definitivamente, sin hacer más concesiones que las que aconsejen razones humanitarias puesto que sus objetivos políticos pueden reivindicarse libre y pacíficamente en nuestro país. Lo que sucede es que ETA no quiere reivindicarlos sino obtenerlos por cesión de "Madrid", ente misterioso y proteico que a veces tiene forma de Gobierno, a veces de Parlamento y a veces de Estado con corona o sin ella. Bien cierto, pero no hay que entretenerse con esto. Ya se sabe que, en condiciones de normalidad, ETA quiere la luna.

Ahora bien, para conseguir que la cuestión etarra-abertzale-nacionalista se sitúe en sus exactas dimensiones en la política española es imprescindible que todas las organizaciones, excluidas ETA y Batasuna, coincidan en un criterio simple: la cuestión del terrorismo no es objeto de debate político y todo el mundo respalda al Gobierno. Por supuesto, el gobierno puede cometer errores en el desempeño de su tarea, bien sea la de reprimir (en el supuesto a), bien la de conversar (en el supuesto b), pues nadie está libre de ellos. Criticar esos errores es un derecho de las fuerzas políticas que apoyan al Gobierno porque ese apoyo leal no puede ser acrítico. A este respecto, a mi entender, el Gobierno viene errando desde el principio al exigir un apoyo sin fisuras. Que el PSOE se lo diera en su momento al gobierno del señor Aznar, con lamentable falta de sentido crítico, no le da derecho a pedir que los demás hagan la misma dejación.

A su vez, la oposición conservadora no puede magnificar y desorbitar las críticas legítimas hasta convertirlas en un ataque en toda regla al Gobierno, adoptando una actitud de sistemático boicoteo de toda acción gubernativa que impide que el Ejecutivo pueda llevar adelante su política. Pero es lo que hace.

Armados con este sencillo criterio, vamos a examinar las principales reacciones de ayer al dichoso comunicado de la dichosa ETA.:

El presidente del Gobierno estuvo bien, sereno y comedido, como acostumbra, pero repitió dos errores: volvió a exigir apoyo unánime y no fue taxativo en responder a los pistoleros que si quieren supuesto a, habrá supuesto a. Y nada más.

El señor Rajoy, que tiene la costumbre de convertir las dentales sonoras "des" en fricativas interdentales sordas "cetas", volvió a negar el pan y la sal al gobierno e insistió en el embuste del "proceso de rendición" de los socialistas al pedir a su presidente que "rectifique". Vuelve a ser la actitud desleal que ha presidido esta legislatura y que tantas bazas ha dado a ETA. Escatimar el apoyo de la oposición al gobierno legítimo del Estado en la lucha contra una banda de terroristas es mezquino, irresponsable y bastante canalla. Francamente hablando.

El señor Llamazares habló con mucho sentido común. Cada vez me gusta más el secretario general de IU. Hay que ver cómo ha cambiado esa organización desde los tiempos del inefable señor Anguita. La actitud del señor Llamazares es muy constructiva, aunque no sé si es la mejor para sus intereses electorales.

Los señores del PNV y de CiU, también muy oportunos, hablando de unidad de los demócratas. Aquí de unidad hablan todos, hasta los franceses, todos menos el señor Rajoy.

Por último, los correveidiles de Batasuna hicieron el acostumbrado ridículo. El señor Otegi dijo muy serio que la responsabilidad de la ruptura de la tregua era "exclusivamente de ETA", cosa obvia por cuanto él no pinta nada cuando hay tregua ni cuando deja de haberla. Añadió que la culpa del "colapso del proceso" (sic) era del PSOE y del PNV. Interesante, jesuitica distinción entre "responsabilidad" y "culpa". No pueden evitarlo. Lo llevan en la sangre.

Llegados aquí, los mentideros hierven de suposiciones acerca de a quién beneficia y a quién perjudica electoralmente la ruptura de la tregua. Hay incluso quien dice que al PP le vendría bien algún atentado y que eso le haría ganar las elecciones. Puede que sí y puede que no. Por más que la distinguida troika conservadora se desgañite, hay dos hechos clarísimos imposibles de ocultar: Primero, el señor Rodríguez Zapatero no se había rendido a ETA, de acuerdo con la acrisolada doctrina del señor Rajoy, según la cual, si el señor Rodríguez Zapatero no cede, le ponen bombas y, si no le ponen bombas, es porque ha cedido. Una bomba más (la del 30 de diciembre no debió de parecerle suficiente) y hasta el señor Rajoy tendrá que admitir que el presidente del Gobierno no ha cedido.

Segundo, el PP se niega de raíz a apoyar al gobierno en la política antiterrorista. Y como estos dos hechos son evidentes a los ojos de todo el mundo, el resultado electoral está en el aire. Habrá que ver qué dice el barómetro del CIS que recoja la opinión posterior a la ruptura de la tregua. Si fuera el PSOE, no me preocuparía. La gente no es tonta, como ya demostraron hace unos días los navarros, cosa que reconoce ahora hasta el señor Miguel Sanz, el que decía que los socialistas pretendían vender Navarra a espaldas de los navarros.

Violencia machista.

En la última semana ha habido siete casos de asesinato de mujeres a manos de sus parejas o ex-parejas y la siniestra contabilidad de la violencia de género sigue aumentando. Sin duda las medidas de todo tipo que se han tomado y continúan tomándose, de carácter legislativo, judicial, policial, etc. presentan muchas insuficiencias pero, en líneas generales muestran una preocupación social genuina y un deseo bastante generalizado de poner coto a esta barbarie.

Lo que sucede es que para conseguir éxito en el empeño hay que cambiar la mentalidad de la gente, tanto hombres como mujeres, y eso no es fácil, ni se consigue de la noche a la mañana. Largos siglos de sometimiento de las mujeres a los hombres, prácticamente sin límite alguno, de aceptación y hasta de idealización de prácticas violentas no se borran de un plumazo. ¿Quién no se acuerda de la expresión "crimen pasional", que suponía una exculpación del criminal siempre que hubiera cometido su delito "cegado" por los celos? Son siglos embelleciendo la violencia de género como algo fatídico pero normal, hermoso, trágico. El cuadro de Frida Kahlo, "Unos cuantos piquetitos" horroriza por lo que tiene de consideración, digamos, ordinaria del hecho bestial.

Hoy cuando sale a subasta por un pastón una de las obras más famosas de Julio Romero de Torres, quien "pintó a la mujer española", cabe recordar uno de sus cuadros más famosos, Cante Hondo, una bellísima alegoría andaluza y una interpretación simbólica de la poesía y el alma de su pueblo, cuyo punto central en primer plano, es un asesinato de género del que, pintorescamente, se sigue que hemos de solidarizarnos con el dolor del asesino y no con la asesinada.

Mientras sigamos considerando como obras de arte relatos o imágenes que se sustentan en actos de violencia y crímenes machistas es evidente que tendremos un problema a la hora de ponerles coto. Y el asunto es difícil porque son obras de arte como de hecho lo es uno de los óleos más famosos de Magritte, verdadera quintaesencia del surrealismo y en el que se vuelve a hacer hincapié en la interpretación torcida, ya que se llama "El asesino amenazado", dando preeminencia a la peripecia del hombre sobre la de la mujer cuya muerte no pasa de ser una mera anécdota que da pie a la historia.

Efectivamente, no es fácil cambiar una mentalidad que se ha ido acuñando a lo largo de milenios, que tuerce nuestro juicio estético al extremo de hacerle pasar por encima del moral (¿qué diferencia hay entre estas imágenes y las concepciones del Marqués de Sade?) y que aún hoy sigue vigente en amplísimas partes del planeta. Véase, si no, el cartel de la derecha, una admonición oficial de la República Popular China en los años 70 en contra de la violencia machista.

Y no es fácil porque la emancipación de las mujeres, que tengo por la más importante revolución de todos los tiempos, consecuencia y superación de las revoluciones burguesas de los siglos XVIII y XIX, suscita la correspondiente resistencia en la parte masculina que ve cómo pierde privilegios que tenía como ley natural. No hay que cejar ni un instante en el empeño y no hay que desanimarse ya que aún ha de correr más sangre, a medida que las mujeres consigan vivir sus vidas en pie de igualdad con los varones. La libertad no se obtiene graciosamente; hay que conquistarla.

dimarts, 5 de juny del 2007

La querencia.

Vuelven los de las pistolas por donde solían. Han esperado a que pasaran las elecciones para no ponérselo imposible a los sacrificados muchachos que tienen que compartir instituciones con los gorrinos pero, una vez celebrados los comicios, que cada palo aguante su vela, sí señor.

En realidad, nunca se habían ido del todo y la tregua ya la habían volado en pedazos el 30 de diciembre, o sea que la ruptura de ahora no es que sea declaración para consumo interno, sino un verdadero mantra para iniciados. Han roto lo que ya habían roto y nunca habían dejado de romper.

Bueno, ¿y qué? Business as usual, no hay que dar al asunto mayor importancia de la que tiene, que no es mucha pues, como suele pasar con esta gente, la tregua era una añagaza. Porque decir a estas alturas que sólo conciben una negociación que acabe en la independencia de Euskal Herria equivale a decir que toda tregua es una coña y que sólo se considera un posible supuesto: la victoria incondicional de sus exigencias. Es decir, más de lo de siempre. Se me ocurren algunos comentarios:

Primero: los servicios secretos españoles no son tan malos como se supone, pues ya habían advertido que algo así estaba preparándose.

Segundo: oído a las interpretaciones del sector "político" del MLNV, esto es, de los "botones" de ETA. Supongo que saldrán diciendo que "ya lo advirtieron" ellos, como si fueran alguien a la hora de decidir y no meramente gentes que están comprando su impunidad a cambio de justificar lo injustificable, esto es, los asesinatos.

Tercero: interesante también será la actitud del PNV, una parte del cual, en concreto el sector de Josu Jon Imaz, ha estado opositando a número uno en tiro en la nuca por cipayo y gorrinamente españolista.

Cuarto: a ver cuánto se tarda en entrar en un conflicto con los electos de ANV apenas se dé un atentado y estos se nieguen a condenarlo, argumentando que ya condenaron la violencia in illo tempore en sus estatutos primigenios.

Quinto: será fascinante observar cómo encaja la derecha española esta noticia en su melopea del proceso de rendición, la venta de España, Zapatero genuflexo ante ETA y otras estupideces, digno contrapunto a las que sueltan los pistoleros en sus profundas consideraciones teóricas. No haya temor, por supuesto: en cualquier caso, volverá a hacer bandera partidista del asunto y a cargar contra el presidente del Gobierno, el principal "fascista" español en el fino análisis etarra.

Sexto: hablando de epítetos, ¿de qué me sonará esto de llamar "fascistas" a los socialdemócratas?

Decía A. Machado: "Nunca extrañéis que un bruto se descuerne luchando por la idea"... o por lo que tiene como tal.

La marcha de Simancas.

Ayer, el señor Simancas decidió escuchar la voz del sentido común y presentó su dimisión como secretario general del PSM. Cuando renunció a ser de nuevo candidato en las elecciones autonómicas, este modesto bloguero escribió: "Eso de que no volverá a ser candidato en las siguientes autonómicas es muy razonable, pero ¿para qué quiere quedarse enredando en el PSM? No soy yo quién para decir a los socialistas lo que tienen que hacer, pero desde que el mundo es mundo jamás los beneficiados de lo antiguo han sido heraldos de lo nuevo, jamás han traído cambio genuino aquellos que proceden del régimen anterior." O sea que ahora me corresponde aplaudir su actitud en el entendimiento de que lo de menos es si la dimisión ha sido cosa suya, que parece poco probable, o inducida por el señor Rodríguez Zapatero, como se malician bastantes. El caso es que se ha ido uno de los mayores obstáculos a la pendiente renovación del PSM. Corresponde agradecerle los servicios prestado y seguir adelante.

El PSM lleva veinte años perdiendo elecciones en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Ha fundido diversos candidatos (Leguina, Almeida, Simancas a la Comunidad; Barranco, Morán, Jiménez, Sebastián al Ayuntamiento) sin que ninguno de ellos haya conseguido nada. En el interín, el PSOE ha estado, dejado de estar y vuelto a estar en el gobierno del Estado. O sea, que algo pasa en el PSM. El señor José Blanco reconocía hace unos días que los socialistas tienen "un problema en Madrid". Sí, en efecto, ese problema se llama PSM y antes FSM.

Un problema porque ese partido está dividido en dos o tres corrientes sólo distinguibles por sus respectivos intereses, corrientes que viven de espaldas a la realidad de la Comunidad y del municipio más importante de España, que sólo atienden a sus pactos, equilibrios, compromisos para repartirse cargos, escaños, sueldos, compuestas en buena medida por burócratas adocenados y gentes del aparato sin otro horizonte que mantener sus respectivos chiringuitos, si es cum imperium, como decían los romanos, estupendo, pero si ha de ser sine imperium, también les vale mientras no los muevan de las sillas.

Esta permanente discordia interna, apenas contenida a través de pactos más o menos elegantes, configura un partido sin ideas, sin iniciativas, sin líderes de peso, sin pulso, sin horizonte. Un partido de ugly losers, resignados a esta condición mientras sigan beneficiándose de las rentas que trae la ley de hierro de la oligarquía que en Madrid se aplica hasta el paroxismo.

De nuevo no corresponde a nadie decir a la comisión gestora que ha de formarse para salir del cenagal cómo debe proceder, pero la mera experiencia aconseja no andar con miramientos ni contemplaciones: si el resultado de esa gestión vuelve a ser algún tipo de arreglo o apaño entre las corrientes o tendencias enquistadas por doquier, el PSM volverá a darse un batacazo electoral. Esta vez la renovación tiene que ser una verdadera refundación. No quiero dar nombres, pero es evidente que ninguno de los que se han identificado con las corrientes debiera tener nada que decir en un PSM refundado.

Recordatorio.

Me permito recordar que para pasado mañana, día siete de junio, hay convocada una jornada de protesta contra la reunión del G8 prevista para los días seis a ocho del mismo mes en Heiligendam, Alemania. La protesta consiste en hacer huelga tanto de trabajo como de consumo.

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dilluns, 4 de juny del 2007

Ambición de poder.

No tengo nada claro que el PP llegue a las próximas elecciones sin alguna sacudida interna de importancia. La apabullante victoria electoral de los señores Aguirre y Gallardón en Madrid ha proyectado a ambos repentinamente al estrellato partidista, marcando una distancia insalvable con cualesquiera otros candidatos a suceder al señor Rajoy en el caso harto probable de que éste fracase en las próximas elecciones generales. Se cumple una vez más el principio democrático de que la única legitimidad aceptable hoy día es la que proporciona el voto de los ciudadanos. Frente a aquellos, los otros posibles postulantes a la sucesión, Acebes, Zaplana e tutti quanti aparecen ahora como oscurecidos, desvaídos, caballos perdedores.

Y lo más grave para la tranquilidad interna del partido es que lo mismo pasa con el señor Rajoy quien, a diferencia de sus dos deslumbrantes segundos, no ha ganado una sola elección; al contrario, si acaso, la ha perdido, como perdió la de 2004 y como ha vuelto a perder las municipales y autonómicas de hace unos días. Porque ya está claro que en Madrid ganaron la presidenta de la Comunidad y el alcalde, y en el resto de España perdió el señor Rajoy. De hecho, el señor Rajoy es candidato a la presidencia del Gobierno por decisión personal del señor Aznar, no porque los electores lo hayan puesto en donde está.

Hay un ejemplo similar a esta situación en los últimos tiempos de la Unión Soviética. El señor Gorbachov fue presidente del país y secretario general del Partido Comunista por decisión del máximo órgano del partido, no de los electores. El señor Yeltsin, recientemente fallecido, llegó a presidente de la Federación de Rusia por elección popular y, pertrechado de su superior legitimidad, se impuso al señor Gorbachov en una memorable sesión del Soviet Supremo y, de un papirotazo, liquidó la Unión Soviética. Frente a un Yeltsin elegido por voluntad popular, el señor Gorbachov no era nadie.

Ya, ya, España no es la extinta Unión Soviética y es de esperar que los dos líderes electos, a los que ya les quedan pequeñas sus respectivas jurisdicciones, no sean tan expeditivos con el señor Rajoy como Yeltsin lo fue con su superior. Parecen más educados y, además, al ser dos, han de ir con cuidado, pues no se sabe cuál de ellos prevalecería en el caso de que hubiera una confrontación inmediata.

Lo que está claro es que el señor Rajoy tiene el liderazgo prácticamente amortizado antes de materializarlo y su derrota es un factor "descontado", como dicen quienes juegan en la bolsa. Frente a los dos astros madrileños, el señor Rajoy es un plepa. Su partido renquea tres puntos porcentuales en intención de voto por detrás del PSOE y él es el político peor valorado a escala nacional. Como para ganar unas elecciones que se convocarán en cualquier momento después del verano. Sin duda, conserva algunos fieles, pero la fuerza de estos no consiste en la seguridad del triunfo del jefe, sino en la necesidad de que ninguno de los otros dos postulantes destaque demasiado sobre el otro.

El zafarrancho de combate que está organizándose en el partido no se orienta a apoyar a su presidente sino a delimitar los campos entre la señora Aguirre y el señor Gallardón. Cada uno de estos dos tiene ya sus partidarios, sus bastiones y sus distintas posibilidades. El Alcalde cuenta con fuertes apoyos territoriales (señores Piqué, Arenas, Feijóo), buena situación en el organigrama representativo del partido (pues puede ser diputado) y con el factor ideológico de la prédica de centro. La presidenta de la Comunidad cuenta con el apoyo de otros barones territoriales, controla el partido en Madrid y dispone de un importante apoyo mediático, tanto privado como público (pues TeleMadrid es un canal a su mayor gloria) que argumenta su causa de una "derecha sin complejos", estilo neocon.

Parte de ese escudo mediático que protege a la señora Aguirre, además es beligerante en contra del señor Gallardón y no es ésta una de las menores razones que permiten barruntar la posibilidad de que el PP sufra algún sobresalto de aquí a las elecciones legislativas. Cuando hay tensiones y enfrentamientos dentro de un partido y en ellos intervienen los medios, la situación tiende a hacer crisis en poco tiempo. Los contendientes que tienen acceso mediático sacan el problema a la calle y los que no lo tienen suelen decir eso tan socorrido y triste de que "los trapos sucios se lavan en casa", haciendo de necesidad virtud.

La carrera por la sucesión del plepa señor Rajoy empezó la noche del 27 de mayo (por cierto, considérese la mirada que en la primera foto dirige la señora Aguirre al señor Gallardón; es de cine) y a estas alturas, la rebatiña del partido recuerda el episodio en que los soldados se reparten la vestimenta de Cristo crucificado. También están vendiendo la piel del oso antes de haberlo matado, pero no parece que este oso sea muy de temer. Lo son más quienes están ya vendiendo su piel.

Quieren otro juicio.

Hoy, los de Libertad Digital arrancan diciendo que varios abogados van a solicitar la anulación del juicio. Como es bien sabido, la estrategia de los de la teoría de la conspiración (que están seguros de que jamás podrá probarse en sede judicial pues se la han inventado) consiste en retrasar y, a ser posible, detener el juicio en el que ya ha quedado meridianamente claro que, de intervención de ETA, nada de nada.

También hoy trae El País un magnífico reportaje de Ernesto Ekaizer en el que se explica que hay una colusión entre algunos abogados defensores de ciertos acusados (Basel Ghalyoun y Jamal Zougam) y El Mundo. Así mismo da a entender, sin hacerlo de forma expresa, que es ese medio el que se encarga de abonar los honorarios de los abogados. De ese modo la defensa se utiliza como un mecanismo más en la estrategia de la teoría de la conspiración, pues es la defensa de estos dos acusados una de las que más ha insistido en vincular a ETA con el atentado del 11-M.

Visto lo cual, la pregunta inmediata que ha de hacerse todo aquel que lea la información de Libertad Digital es cuánto de lo que lee es información en sentido genuino y cuánto mera expresión de una intencionalidad de la defensa que se urde de consuno con el propio medio de comunicación.

Es curioso comprobar hasta qué punto en este proceso confluyen las tácticas jurídicas de unos con las políticas de otros. Y más curioso cómo las tácticas políticas pueden consistir en minar la administración de justicia. Desde el primer momento ha estado claro que el juez Gómez Bermúdez -en quien los de la seudoteoría de la intervención de ETA tenían puestas sus esperanzas- iba a presidir un proceso judicial intachable y desde ese mismo momento ha estado claro también que los partidarios de la conspiración iban a tratar de deslegitimar el proceso y, a ser posible, de anularlo. La finalidad es doble: de un lado, favorecer las expectativas del PP (que, a su vez, cumple con el papel que se le ha asignado de apoyar mediante declaraciones e insinuaciones varias la versión de la conexión etarra) y, de otro, vender más periódicos, aumentar la audiencia.

Es de esperar que este nuevo intento de embarullar, retrasar o impedir quede en nada, como en nada han quedado todas las alambicadas invenciones del ácido bórico, la orquesta Mondragón y la furgoneta Kangoo. Entre tanto, el público crítico puede aprovechar para ver hasta qué punto cabe emplear los medios de comunicación como instrumentos al servicio de dudosas políticas de partidos, de intereses electorales de unos y de mecanismos para el enriquecimiento y el aumento de poder de otros.


diumenge, 3 de juny del 2007

La partera de la historia.

¿Qué sucede con el movimiento antiglobalización o alterglobalización? Ayer, los grupos contrarios a la globalización prácticamente arrasaron la ciudad de Rostock, como preparación a la reunión del G8 en Heiligendamm. Fue una batalla campal que duró horas, con lanzamiento de objetos, cócteles molotov, vehículos incendiados, barricadas, unos 150 policías heridos y una cantidad indeterminada de heridos y detenidos entre los manifestantes. Se reproducen los hechos de Seattle y Génova. De nuevo hay un debate sobre quién empezó, si los manifestantes al agredir sin motivo a un coche de la policía o si los policías al hostigar a los manifestantes y usar los helicópteros para atronar e impedir que se escucharan los discursos de la protesta. Pero eso es ya irrelevante a la vista de la facilidad con que estas concentraciones derivan en violencia generalizada. Cuando se habla de provocación es fácil olvidar que toda provocación involucra a un provocador y un provocado y el umbral a partir del cual la provocación se materializa en violencia es muy variable.

Suele atribuirse a Marx o a Engels o a los dos a la vez la expresión de que "la violencia es la partera de la historia". Suena a propio de ambos, si bien confieso que no recuerdo haberme tropezado la expresión en los textos que he leído de ambos, ni siquiera en el Manifiesto del Partido Comunista, aunque admito que pueda habérseme pasado. En todo caso desde luego suena muy marxista a la par que marxiana y leninista y estalinista y guevarista y propia de cualquier movimiento revolucionario que trate de subvertir el orden constituido por la vía de la acción rápida. Lo incómodo de ese enunciado es que se desdobla porque, partiendo de un juicio sobre cosas pasadas, se formula como un una especie de desideratum o de concepción normativa: como siempre ha sido así, así debe seguir siendo.

Al mismo tiempo, el discurso público generalizado sobre la violencia es explícitamente condenatorio. Nadie la quiere. Entre los alterglobalizadores muy especialmente. Digamos que uno de los lazos que unen a dos mujeres por otro lado tan distintas y hasta opuestas como Susan George y Ayn Rand es una condena explícita y sin paliativos del uso de la violencia. Nada da derecho a desencadenar la violencia. ¿Por qué, sin embargo, parece acompañar siempre las manifestaciones altergloblizadoras?

En primer lugar porque bastantes de los grupos de este amplio y difuso movimiento mantienen la creencia revolucionaria en la función mayéutica de la violencia. Probablemente algo así es inadmisible, debe condenarse y, en la medida de lo posible, impedirse. Pero, al mismo tiempo, ¿cómo olvidar que aquellos contra quienes se dirige esta violencia, los representantes del G8 y el mismo G8 y que, por supuesto, la condenan expresamente, a su vez recurren a ella cuando lo estiman oportuno a su libre albedrío? ¿Qué están haciendo los estadounidenses y los británicos en el Irak sino recurrir de modo sistemático a la violencia? Desde luego, aunque un clavo saque a otro clavo, sabemos que un crimen no justifica otro y, por tanto, no cabe escudarse en la violencia que se ejerce en el Irak y en tantas otras partes (Palestina y muchos otros lugares en todos los continentes) para exonerar a los responsables de la violencia de ayer. Pero, ¿cómo impedir que la hipocresía de que sean los señores de la guerra los que hablen de la paz subleve a la gente, sobre todo a la gente joven, que tiene la sangre más caliente?

El recurso a la represión no sirve para nada, como se ve con claridad en los territorios ocupados desde 1967. Israel impone siempre como condición para negociar algo el cese definitivo de la violencia, pero la violencia renace una y otra vez porque las negociaciones no impiden la aniquilación del pueblo palestino. Sin duda, la violencia tampoco, pero es preciso entender que haya gente que entre morir sin más y morir matando prefieran lo segundo. Yo también.

En consecuencia hay que conseguir que la "negociación", esto es, en sentido general, el tratamiento pacífico de los problemas tenga mayores visos de eficacia y sea más trasparente. Al fin y al cabo, ¿qué es el G8? Una especie de dicasterio de hecho, ilegal, en el que unos representantes se autoerigen en gobernantes mundiales y toman (o dicen que toman) decisiones que afectan al planeta entero sin ningún tipo de legitimidad, sin ostentar la representación de nadie para esos objetivos y en manifiesto detrimento del sistema mundial de organizaciones multilaterales, empezando por la ONU. El G8 tiene que cambiar, institucionalizarse, hacerse democrático y participativo, un foro en el que se escuchen las voces de todos y no solo las de los más ricos. Eso o desaparecer, pues tampoco parece que esta entidad sea necesaria existiendo el sistema de las Naciones Unidas.

Como no todos podemos ir un par de días a un balneario del norte de Alemania a manifestarnos (pacíficamente, desde luego) en contra del "geochismo", me sumo a la iniciativa que ayer me dejó un lector para convertir el próximo siete de junio en una jornada de lucha a base de hacer huelga laboral y consumista. Si no sale al hacer un click sobre la imagen, háganse dos.

En especial me resulta convincente lo de la huelga de consumo. No sé cuánta gente la seguiremos porque restringir esa tendencia tan humana es más difícil de lo que parece. Está claro que la gente entiende la huelga laboral porque trabajar no es cosa que guste a todos; pero el consumo sí que es una actividad voluntaria y preferente. Por eso tiene más valor abstenerse de ella.

La música y el mal.

Ya metidos en harina, obsérvese el video de más abajo. Reproduce algunas de las últimas escenas de El último mohicano, la película de Michael Mann sobre la novela de James Fenimore Cooper. Lo que llama la atención en él es la perturbadora conjunción de una música extraordinaria, un paisaje bellísimo y una violencia cruel y atroz.

La cuestión no es solamente cómo puedan ir juntas esas tres cosas, sino por qué producen un tan extraño sentimiento de exaltación, como si la violencia, la destrucción y la muerte se apoderaran de nosotros y nos trasportaran a un plano estético superior; cómo sea posible que apenas puedan contemplarse estas escenas pero resulten tan fascinantes, con una fascinación siniestra. La música de Trevor-Jones tiene mucho que ver con ello.

Muy preocupado, me fui a repasar lo que de la música dice Sócrates en La República platónica, donde, si no lo he entendido mal, después de muy detalladas precisiones técnicas, se permiten sólo dos tipos de composiciones, ambas ensalzando lo que de más noble haya en el ser humano en la guerra y en la paz; las demás, quedan desterradas. A su vez, el concepto de guerra es muy amplio y abarca múltiples usos de la violencia. Por ejemplo, este mismo, en El último mohicano, una violencia ciega cuyos ruidos (jadeos, disparos, golpes, gemidos) se incrustan en la composición musical como una especie de contrapunto brutal que genera una fascinación capaz de tenernos contemplando y escuchando algo que repugna a la razón, la furia destructiva de la venganza. El bien triunfa sobre el mal convirtiéndose en peor que él.

Lo achaco todo a la música que, al hablar sólo y directamente a los sentimientos puede amparar los actos más sublimes o los más atroces con similar indiferencia moral.

dissabte, 2 de juny del 2007

¿Qué es un analista político?

En principio está claro: una persona capaz de analizar los acontecimientos políticos, esto es, de descomponerlos en sus últimas unidades de sentido, explicarlos del modo más objetivo posible y volver a ensamblarlos para ofrecer después una interpretación de esos acontecimientos que tenga autoridad, es decir, que sea creíble, desinteresada y productiva. "Del modo más objetivo posible" quiere decir que, desconfiando de la existencia de la Objetividad (y mucho más de quienes dicen ejercerla), se trata de acercarse a ella en el entendimiento de que es algo deseable. Más deseable que las explicaciones de parte o partidistas. Y eso suponiendo que el partidismo sea sólo ideológico; con mayor razón si lo es por interés. De ahí que la interpretación deba ser desinteresada, que sea la que es aunque perjudique a los intereses propios o los de la causa que se defiende. Además de desinteresada, la interpretación debe ser rigurosa y atenerse a los hechos, no a las invenciones. Pero, claro, eso es lo que debe ser; no lo que es.

En España, me parece, se entiende por analista político a un esbirro (intelectualmente hablando), esto es, alguien dedicado sistemáticamente a subrayar, magnificar y hasta inventarse los errores y faltas del adversario y a ocultar, embellecer y hasta negar las de los amigos, compañeros o camaradas. En realidad, van de analistas políticos, pero son propagandistas de parte; son propagandistas de la fe, de cualquier fe con la peculiaridad, nada insólita, de que esa propaganda les proporciona pingües beneficios. Y eso pasa también porque, no ya los sedicentes analistas, sino los medios en España y salvo honrosas excepciones, son medios de partido. Reproducen hoy la situación en Francia en el siglo XIX cuando cada periódico representaba una tendencia política partidista, debido a que, en virtud de la Ley Le Chapelier, que iba originalmente contra los sindicatos pero afectaba a toda forma de asociación, no había partidos. No es el caso en España hoy, donde sí los hay y, a pesar de todo, muchos medios son de partido. No todos por igual. No conozco ningún periódico de papel que sea tan del PSOE como El Mundo, el Abc o La Razón lo son del PP. Tampoco conozco radio alguna comercial tan a favor del PSOE como la COPE lo está a favor del PP. En comparación con lo que estos periódicos son al PP, El País es una especie de El berrido de Nueva Zelanda en relación al PSOE. Y, para demostrarlo no hay que hacer abstrusos razonamientos, sino que basta contar cuántos de sus columnistas permanentes, semipermanentes y alternantes son cargos del PP, electos o designados y luego, hágase la misma búsqueda en El País con cargos del PSOE.

La función de los analistas políticos de la prensa de partido es ensalzar la línea del propio y hasta recomendarle la que consideren mejor para sus intereses de partido y vituperar la del adversario, incluso aunque a primera vista, parezca mejor para el interés general. Al respecto es clave que el analista o comentarista político tenga extirpado el sentido crítico y el de independencia. ¿La crítica? Toda al adversario y ninguna para los nuestros. Y ello aunque no se ignore que en nada humano hay alguien que yerre siempre y alguien que siempre acierte. Precisamente ese conocimiento de que todo lo humano es ambiguo, mestizo, entreverado, es lo que permite a los esbirros saltarse toda barrera moral argumentativa y hacer trampas, desde tergiversar los hechos hasta inventárselos.

Es la tónica entre los esbirros de derechas y de izquierdas, que los hay. Los de las derechas no tienen que justificarse pues presuponen que su discurso está preordenado por la Providencia, y ya sabrá Ella de sobra lo que está bien y lo que está mal, sin que los imperfectos mortales tengamos que preocuparnos de tan difícil como aburrida cuestión. Los de izquierdas, pues suelen ser agnósticos, si no ateos, fian su fe en la corrección de su actuar al viejo postulado jesuita de que el fin justifica los medios; lo que les da, como a los jesuitas, esa convicción en su superioridad moral e intelectual, que tanto fastidia a Lady Aguirre o la cólera de Dios.

¿Y el público, los lectores, la audiencia de esos analistas? ¡Amigo, ese es el otro meollo del asunto! El público no está compuesto de lectores propiamente dichos, sino de militantes. Los medios son bienes altamente inelásticos; no es frecuente que la gente cambie de periódico o de emisora de radio. ¿Por qué? Porque recala siempre donde le dicen lo que quiere oír. Y cuando a alguien le dicen muchas veces lo que quiere oír, ese alguien acaba delegando en quienes hablan o escriben aquella facultad que es constitutiva del individuo ilustrado, esto es, el juicio crítico.

Y eso ¿a dónde nos lleva? Está claro: a ninguna parte. Los debates que se escenifican, las polémicas que se arman son de un nivel bajísimo. Cada cual sabe lo que va a decir el otro y el otro sabe que cada cual lo sabe y, a pesar de todo, lo dice en discursos atosigadamente partidistas. La gente, según el CIS, no confía nada en los políticos. De acuerdo. ¿Y qué sucede con los analistas políticos? ¿No debieran estos explicar los políticos a la gente y la gente a los políticos? Debieran, pero no lo hacen; porque no saben y porque están ahí para que su partido o bandería gane las próximas elecciones. O sea, que si los políticos no merecen crédito, los analistas políticos ya ni te cuento.

Si alguien piensa que me he ido a la estratosfera de la especulación, que considere un ejemplo bien cercano y actual: las interpretaciones sobre el hervidero popular a raíz de la postulación del alcalde de Madrid como sucesor del señor Rajoy. Estúdiense las reacciones de los medios y las cosas que han dicho y dicen los analistas. En la derecha política y mediática, mayoritariamente cavernícolas, se ha organizado un linchamiento del señor Gallardón. En la izquierda también, pero de otro tipo. Y todos, todos, coinciden en señalar acusadoramente al padrino Polancone. El señor Gallardón es un producto PRISA. Al margen de que no se vea por qué ha de ser condenable que PRISA o El país avalen (si lo hacen) a Mr. Y, cuando otros avalan a calzón quitado a Mr. W o Mr. Z (no pongo a Mr. X para que no me me den la murga con los GAL), uno pensaría que alguien hablaría del significado de esta situación en términos (que para eso firman como "analistas" de la cosa), esto es, el hecho de que la candidatura del señor Gallardón abre la posibilidad de que el PP se centre y se convierta en esa derecha "europea" y "civilizada" que todos dicen añorar; o de que se genere un nuevo y escindido partido de centro, posibilidad que beneficiaría a muchos, quizá no tanto al PP, pero sí al conjunto del país. De esto ni palabra, porque los analistas políticos son clientelas, no de las ideas, pues las ideas no tienen clientes, sino de quienes las representan y administran que, esos sí, tienen clientes, deudos, allegados, parientes, amigos, beneficiados, amantes, compañeros, camaradas, seguidores, halagadores, tiralevitas y bufones. Que la derecha montuna ataque al señor Gallardón es lógico, pues le va en ello la supervivencia. Que lo haga la izquierda no lo parece tanto, salvo que sea la típica venganza del esbirro por el manteo electoral que el señor Gallardón ha propinado al señor Sebastián. Manteo que el señor Sebastián se merecía más que sobradamente por su osadía al optar por un cargo del que un mes antes de que lo nominaran no sabía nada y por su modo inaceptable de llevar la campaña electoral. Cosas que son evidentes y todos sabemos. No poner eso en el debe de quien lo debe y en el haber de quien lo ha equivale a ser injusto y prescindir del juicio crítico. Dos cualidades -justicia y juicio crítico- de las que los analistas políticos de la izquierda alardean pero de las que carecen..

Claro que esto tampoco quiere decir nada, ya que yo no soy analista ni de izquierdas. Al menos en comparación con tanta tempestad en vaso de agua.


N.B.: Las ilustraciones son frescos y pinturas fúnebres egipcias de entre los siglos XIV y XIII a.d.C., de la XVIII y XIX dinastías, en diversos lugares, como Ujdat, Tebas, Abd-el-Gurna y Deir el-Medi.

divendres, 1 de juny del 2007

Despejando el campo.

Está bien que el señor Sebastián se retire de la pugna política. No es lo suyo. No supo venir, no supo quedarse y no sabe irse. Sigue teniendo un problema de falta de conciencia de sus propias limitaciones que aun le dará más disgustos en la vida. No supo venir porque el candidato a alcalde de Madrid no puede improvisarse entre grises técnicos económicos y asesores de medios pelos, a espaldas de la opinión del conjunto de su partido y no hablemos ya de sus votantes. No supo quedarse porque la campaña electoral a la alcaldía no se hace pensando que uno es Zeus olímpico que desciende (y condesciende) a resolver milagrosamente los problemas de los ciudadanos que, por cierto, le eran bien ajenos. Y no sabe marcharse porque, cuando uno ha hecho el desairado papel que el señor Sebastián ha hecho, no se despide uno diciendo que se va "sin rencor", como si estuviera perdonando la vida al pueblo porque tuviera sobrados agravios de los que quejarse. Aquí los únicos agraviados han sido los ciudadanos madrileños que se han visto burlados en la posibilidad de una sana alternativa.

Mo obstante lo anterior, insisto en que el señor Sebastián hace bien quitándose del medio. Lo que me pregunto es si no debiera hacer lo mismo el señor Simancas. Eso de que no volverá a ser candidato en las siguientes autonómicas es muy razonable, pero ¿para qué quiere quedarse enredando en el PSM? No soy yo quién para decir a los socialistas lo que tienen que hacer, pero desde que el mundo es mundo jamás los beneficiados de lo antiguo han sido heraldos de lo nuevo, jamás han traído cambio genuino aquellos que proceden del régimen anterior. No está en la naturaleza de las cosas. Si el PSM necesita una profunda renovación, ¿van a encargar de ella a uno de los principales representantes del anterior estado de cosas?

Váyanse en buena hora los señores Simancas y Sebastián y entre gente nueva en la organización, con ideas nuevas, sin intereses creados, gente con ganas de trabajar y que de entre ella se forjen los nuevos candidatos o candidatas a la Comunidad y el Ayuntamiento de la villa y corte dentro de cuatro años.

Rodriguez Sarkotero y Nicolas Zaparozy.

Buen hombre este Sarkozy. Ha venido al caladero español después de haber visitado a Frau Merkel en Alemania para recomponer el eje Berlín-París-Madrid. Gran idea. El contenido de la visita ha girado en torno al relanzamiento de Europa. El "no" francés y el "sí" español al proyecto de Constitución (Tratado-Constitución o como se llamara aquel engendro) tienen que unirse en un "ní" o un "so", en fin, una figura intermedia, otro proyecto viable, una chapuza para salir del atasco. Recuérdese: las chapuzas son lo único que funciona y los planes perfectos, y las Constituciones detalladas y sublimes que se los lleve el diablo. Corresponde ahora a los alemanes preparar un texto flexible y breve (para lo que tendrán que hacerse verdadera violencia en su teutónica Gründlichkeit) que pueda tener el apoyo de los 27 países. Una tarea que ha empezado con buen pie.

Además, M. Sarkozy ha impartido una buena lección a la oposición española al decir que el terrorismo es un asunto de Estado y ser respetuoso con la política antiterrorista del Gobierno del señor Rodríguez Zapatero. Supongo que hoy se arrancarán en la COPE hablando de los pactos secretos entre Sarkozy y De Juana Chaos. Sin querer, M. Sarkozy ha dado en el meollo de la llamada "cuestión vasca" al decir que ETA "est un problème espagnol". Él quiere decir que no es un problema francés (aunque esté dispuesto a tomárselo tan en serio como si lo fuera), pero la obvia lectura que hay que hacer a este lado de los Pirineos es que es eso, un problema español. ¿Me explico? ETA no es un problema vasco; es un problema español y hay que tratarlo con la seriedad y el sentido de Estado que se merece. Sería muy de agradecer que los señores del PP se metieran esta simple idea en la cabeza y dejaran de utilizarlo para sus mezquinos fines. Pero eso, me temo, es más que pedir peras al olmo; es pedir fresas al alcornoque. ¿No están ya movilizando al principal representante de este tipo de árbol con que cuentan para volver a las pancartas y a exigir que De Juana Chaos dé de nuevo con sus huesos en la cárcel?

Rostros de mujer.

Merodeando ayer por la red encontré este sorprendente video que es un recorrido por la pintura occidental de los últimos quinientos años a base de retratos de mujer tratados con ordenador. He contado unas 92 composiciones, pero puedo haberme equivocado y quizá sean 100 y he reconocido (es un buen ejercicio) unos cuarenta pintores, desde Leonardo (el video empieza con un fresco del gótico tardío que creo sea anónimo) a Picasso, pasando por Rafael, Giorgione, Van Eyck, Durero, Memling, Greco, Rubens, Reynolds, Gainsborough, Ingres, Manet, Renoir, Dalí, etc, etc. Es fascinante porque la técnica aprovecha los gestos y movimientos naturales del rostro (parpadeos, sonrisas, muecas, mohínes) para transformar una madona en una Diana y ésta en la esposa de un pintor. No me extraña que cuente ya con medio millón de visitas en algo más de un mes. Es un viaje por eso que los cursis llaman "el eterno femenino".

La vida de los otros.

Llego tarde, ya lo sé, pues la peli lleva un tiempito en cartel. Pero uno no puede ir ahora al cine con tanta libertad como antaño y no voy a quedarme sin opinar sobre esta historia que es una de las películas más premiadas de los últimos tiempos y sobre la que llevo mucho leído.

La verdad es que el argumento, la trama, el plot, que decía Ayn Rand, es tan fabuloso que todo lo demás pasa a segundo plano y se disculpa. Sobre todo, pasa a segundo plano que el guión deje mucho que desear, el ritmo de la narración esté desacompasado y algunas soluciones empleadas den un poquito de risa, especialmente ese providencial camión que atropella a la mujer que da la réplica al protagonista y que recuerda los salvíficos pistoletazos del teatro del siglo XIX con los que éste resolvía los problemas demasiado complicados de unas tramas que habían ido enredándose sin otro posible remedio que la muerte de alguien.

Digo que se disculpa porque el film cumple con creces su propósito: trasmitirnos de modo tangible, aplastante, atosigante el clima de una sociedad cuyos elementos convivenciales elementales han sido destruidos por un régimen político tiránico, arbitrario, policiaco, despiadado e inhumano como el de la República Democrática Alemana, el Estado comunista títere que los soviéticos erigieron en la parte de Alemania que ellos habían ocupado. Esa función de espionaje permanente de los ciudadanos, de delación continua en el que nadie puede confiar no ya en el vecino sino si quiera en el pariente o el amante, llevada a cabo con el carácter metódico, sistemático de los alemanes revela los abismos de encanallamiento a que el comunismo sometió a las sociedades en que se impuso.

A modo de contrapunto, la historia se entreteje con otra muy humana de cómo un ejemplar burócrata de los servicios de inteligencia del régimen comunista, encargado de espiar a un famoso dramaturgo bienquisto del partido al que un ministro pretende hundir para levantarle la novia, se va implicando en las vidas de los espiados hasta hacerlas suya y comprender la ignominia de su propia existencia. Esa evolución (no muy bien contada en sus tiempos, insisto) se hace al hilo de una repetida referencia a Bertolt Brecht. El capitán de la Stasi (la policía política comunista) encargado de espiar al dramaturgo, intuye la auténtica realidad de su función en el mundo leyendo el final del poema de Brecht "Recuerdo de María" y, finalmente, se hace enteramente humano escuchando la interpretación de una sonata llamada "Sonata de la buena persona" (Sonate vom guten Menschen) que es, evidentemente, otra referencia a la obra de Brecht "El alma buena de Se Chuan" (Der gute Mensch von Sezuan), esa estupenda parábola brechtiana que parece una especie de variación sobre un tema que podría salir de la "Ópera de tres centavos", "ser bueno y, a pesar de ello, sobrevivir" (gut zu sein und doch leben).

La ambientación es extraordinaria: la cutrez de aquellas sociedades comunistas que contrarrestaban sus ampulosas proclamas ideológicas sobre el "hombre nuevo" con unas relaciones sociales presididas por la inmoralidad, la corrupción, la delación generalizada, queda perfectamente reflejada. En algún lugar he leído extrapolaciones de esta situación a la España de la dictadura. Como antifranquista de antaño y de hoy y, al mismo tiempo, conocedor de las sociedades comunistas, sólo puedo decir que ni color. El franquismo era un régimen de palo y tentetieso, basado en el terror desde el Estado y en el que éste estaba interesado tan sólo en conseguir la conformidad exterior de las personas. El régimen comunista alemán, todos los regímenes comunistas que he conocido, incluido el cubano, son orwellianos, tratan de conseguir la adhesión (aunque sea falsa) interior de las personas y para ello, no vacilan en quebrar la resistencia espiritual, la fibra moral des guten Mensch brechtiano, de la buena persona.