dimecres, 9 de maig del 2007

Sorprendente Tintoretto.

Hemos ido a ver la exposición del Tintoretto en el Prado que está muy bien. Ocupa toda una galería central de la primera planta y ofrece obras famosísimas del genio veneciano que andan en diferentes museos y otras, claro, de los fondos del nuestro. Un placer contemplar ese lienzo de San Jorge (pequeño, para las dimensiones habituales de las obras de "Robusti"), que está en la National Gallery de Londres. Con esa organización revolucionaria del espacio, una línea oblicua que parte de la asustada princesa Cleodolinda y organiza toda la peripecia de San Jorge de Capadocia dando muerte al dragón que había de comérsela, hasta ascender a los cielos, en donde Dios padre bendice la escena que viene a ser un triunfo de la Iglesia como atestigua esa víctima anterior del dragón en el suelo, reminiscente del crucificado. La imponente composición se corona con la revolucionaria imagen escorzada del castillo, que separa el cielo de la tierra. Tintoretto es el último renacentista y el primer barroco.

Me llevé una sorpresa con la Danae de más arriba, obra de 1580, es decir, de avanzada madurez, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Lyon y que no conocía. También una composición curiosa y poco frecuente. No tiene la gran sensualidad que supo imprimirle en sus tres versiones su rival Tiziano, pero no hay duda de que es original y el desnudo, en una línea oblicua paralela a la de la codiciosa criada, tiene fuerza. La hija del Rey de Argos parece ajena al afán inseminatorio que se trae Zeus convertido en lluvia de oro y todo en la composición, excepción hecha de la criada, da la impresión de ignorar el prodigio que está produciéndose. Hasta el perrito mira en la dirección equivocada.

De los fondos del Prado procede esta abigarrada y dinámica escena, también obra de mucha madurez en la que la maestría de Tintoretto es apabullante, al cuadricular la escena y así fragmentarla como si fueran viñetas. Aparece rotulada como "Rapto de Helena" pero admite dos títulos, siendo el otro "Batalla de turcos y cristianos". Ambas denominaciones tienen un punto. En una batalla de turcos y cristianos, la mujer de la izquierda está de más. Pero, para ser el rapto de Helena muchos de los combatientes parecen turcos y algunas de sus armas, como la cimitarra del puente, turcas son. Las naves, sin embargo, no son galeras de guerra y el que está junto a Helena bien puede ser Paris.

Me gustaría subir más imágenes porque la exposición está muy surtida y hay bastantes bellísimas, pero no voy a dar la plasta. Me reduzco a ésta de aquí abajo, el último cuadro del Tintoretto que no llegó a terminar, una deposición,

una impresionante composición cargada de sentimiento (aunque la reproducción que he encontrado es bastante mala), concebida por un hombre que se sabía próximo a la muerte, en una perspectiva similar a la de San Jorge y el dragón, que arranca del cuerpo del hijo, sigue por el de la madre, ambos en similar actitud de crucifixión y asciende hacia los cielos a través del Calvario. Una especie de exaltado itinerario místico.

La exposición es una ocasión única y la termino con una composición de un estricto coetáneo de Tintoretto, Giovanni Pierluigi da Palestrina, un hermoso cántico polifónico, un Nunc dimittis, muy apropiado para lo que está aquí diciéndose.

Se trata del momento en que, habiendo sus padres presentado a Cristo en el templo, Simeón pide permiso a Dios para morir, pues ya ha cumplido su anhelo en la vida (Lucas, 2, 29-32).

dimarts, 8 de maig del 2007

Reflexión sobre la izquierda (I).

Esto no ha hecho más que comenzar. Ayer se oyeron y leyeron múltiples análisis de lo sucedido en Francia el domingo. Las derechas, encantadas. El señor Rajoy decía que él defenderá en España las mismas ideas que Sarkozy; pero, de momento, piensa seguir dando la murga con ETA y el País Vasco y manifestándose con el señor Alcaraz, típico exponente de la derecha moderada. Las izquierdas, más mohínas, hablaban del "triunfo de la democracia", que es lo que se dice cuando te han dado un varapalo electoral y abrían la veda para saber qué pasó, qué pudo hacerse mejor, con críticas a la campaña, a la señora Royal, al programa, al Partido socialista, etc. Hay un claro reflujo de la izquierda en Europa y un ascenso de la derecha en sus diversas manifestaciones, extremas, centristas, moderadas, neocons o "liberales" a la española

A la izquierda de los socialistas, en Francia, en España, en Italia, por doquier, la eterna cuestión del voto "útil", el de principios o el testimonial. Un problema de difícil solución porque quienes se quejan de ser laminados por el voto útil, a su vez tienen difícil explicar qué es lo que pretenden presentándose a las elecciones pero conformándose con un porcentaje tan bajo de los votos que su única posibilidad es ponerlos al servicio de alguna coalición en la esperanza de que ésta les de una fuerza mayor de la que les corresponde por su real peso electoral; mercadeo, vamos. Por supuesto, los frikies también aportaron su granito de materia gris. Hasta hubo quien dijo que la elección del domingo no había sido entre la izquierda y la derecha, sino entre dos variantes de la derecha y que, al final, los electores de izquierda, hartos de tanta superchería progresociata, habían votado the real thing, esto es, a la derecha. Notable perspicacia, ¿eh? Yo tambien di mi modesto parecer en el blog de La otra chilanga.

En Francia, una derecha triunfante interpreta el resultado como un mandato de cambio frente al que no espera oposición de una izquierda desarbolada y, su vez, en el Partido Socialista se toman posiciones para la tempestad de recapitulación y refundación que se avecina. Es mucha la movida, mucho lo que se ha jugado -y sigue jugándose- en Francia, y grande su importancia para la situación de la izquierda y la derecha en Europa y en el mundo. Pero justamente ahí es donde incide un análisis muy de moda hoy día, el que formula la énesima versión del ocaso de la contraposición izquierda-derecha, una disyuntiva superada por la realidad histórica, que ya no cuenta y en la que, en el mejor de los casos, parecen haberse invertido las tornas, de forma que la derecha (y la derecha conservadora) es hoy la audaz, la innovadora, la dinámica, mientras que la izquierda está caduca y es cobarde y retardataria, anclada en un pasado sin relevancia hoy día, incapaz de renovarse.

Es posible que el diagnóstico sobre la izquierda sea correcto, al menos, parcialmente me lo parece, y creo que ésta tiene una perentoria necesidad de renovación conceptual para hacer frente a los problemas de un mundo en rápido cambio, pero eso no supone que, de rechazo, la vieja derecha conservadora haya superado a la izquierda en su propio terreno ni mucho menos. Dedicaré los próximos posts a debatir tan interesante cuestión, pero cerraré éste antes con dos observaciones específicas al hilo de la idea de que la derecha haya conseguido vencer a la izquierda en su campo y con sus armas.

La primera hace referencia a la cuestión señalada por el señor Rajoy y otros dirigentes de la derecha: la política de principios, fundamentada en valores, paga. ¿Y qué? La falacia reside aquí en la pretensión de contraponer una política de principios y valores a otra (que se atribuye a la izquierda) carente de estos. Pero eso es falso. Si acaso hay una contraposición de valores y principios distintos: si la seguridad es un valor, no lo es menos la libertad; si el progreso y el adelanto económico, no menos la igualdad y la solidaridad; si la autoridad y la disciplina, asimismo la autonomía y la emancipación. Por lo demás, el carácter sincero o instrumental de esos valores tendrá que ver con el contexto en que se invoquen. Una invocación populista en un contexto de crisis social puede acarrear un triunfo en las elecciones, pero no los hace más auténticos ni deseables. Y, en definitiva, ¿hay algo más relativista y repugnante que instrumentalizar los valores y principios? Recuérdese la célebre anécdota de Groucho Marx: "señores, estos son mis principios y, si no les gustan...tengo otros." Presumir de principios no es garantía de que se viva según ellos; antes bien, lo contrario suele ser lo cierto.

El segundo punto específico es esa aparente expansión del Lager de la derecha que, exultante, dice haber perdido sus complejos, pudiendo ya manifestarse como realmente es, tras haberse librado del injusto sambenito según el cual sus políticas acaban siempre causando daño y sufrimientos a masas de inocentes. Tómese un ejemplo concreto: el modo en que el referente mundial de la revolución neocon, los EEUU, ha enfocado la lucha contra el terrorismo. Si la manifiesta erosión de las libertades públicas en Norteamérica y el quebrantamiento de principios fundamentales del derecho internacional o las convenciones de Ginebra no son suficientes, considérese el atroz y criminal desastre en que, como era previsible, se ha convertido la intervención armada ilegal en el Irak, basada en una sarta de mentiras y mantenida mediante el recurso a la tortura y al exterminio que han dado al traste con el prestigio internacional de la gran nación estadounidense. Esta última observación sólo presenta un punto cuestionable: que entre los tres mandatarios responsables de esta intervención criminal había un representante de la izquierda europea, el señor Blair. Este dato avala la idea ya aceptada de que la izquierda está necesitada de una revisión a fondo, pero no afecta en modo alguno a la inmoralidad radical y el carácter nocivo de las políticas de la derecha en materia de seguridad internacional.

Sobre todo ello más, mañana.

Arde Bagdad

En un día como otro cualquiera, en el Irak puede morir un centenar de personas (ayer fueron 64), entre ellas, media docena de soldados de las tropas de ocupación estadounidenses, medio centenar de civiles en algún atentado y algunas decenas víctimas de violencia sectaria. Puede haber un par de cientos de heridos, algunas mujeres violadas, casas y comercios destruidos, algunos millares más de desplazados...En un día normal, como otro cualquiera en ese infierno en que se ha convertido el país mesopotámico desde que los tres individuos que se reunieron hace cuatro años en las Azores decidieron agredirlo contra toda ley y derecho y provistos de una ingente superioridad de medios materiales y humanes, en un crimen que clama al cielo.

Mi hija Inés me ha hecho llegar la URL de una bloguera que se ha hecho famosa porque escribe desde Bagdad en un blog que se llama precisamente Baghdad Burning. Quien tenga estómago para leer cómo se convive diariamente con la atrocidad y el horror, que lo haga. Se aprende mucho sobre las distintas caras de la naturaleza humana.

¡Ah! la foto reproduce una presunta violación de una mujer iraquí por soldados estadounidenses o al servicio de los estadounidenses (un tema del que trata también el blog precitado) que saco de un artículo de Ernesto Cienfuegos (en donde hay más) en La voz de Aztlán.

dilluns, 7 de maig del 2007

Mi gozo en un pozo.

Mi candidata ha perdido la carrera al Elíseo. Y yo que ya la veía tan rechulífera de presidenta de Francia... De nada sirve lamentarse. Ha sido una clara derrota, como se ve en el gráfico que saco de Le Monde. Es evidente que el rival lo hizo mejor y convenció a más gente. Así que es preciso analizar qué hizo bien el señor Sarkozy y mal la señora Royal. Por supuesto, es bastante probable que la elección estuviera decidida antes de la primera vuelta incluso y que la campaña entre ésta y la segunda haya servido de poco a la hora de cambiar el rumbo. Pero eso es indemostrable y jamás lo sabremos. De forma que tiene sentido analizar la campaña de la segunda vuelta y ver si se pueden extraer enseñanzas de ella.

A primera vista parece claro que el candidato de la derecha supo dar buena imagen de sí mismo, no siendo tan duro y amenazador como acostumbraba y mostrándose dialogante, comprensivo y abierto. En cuanto a la señora Royal ando pensando que lo que tomamos como éxitos fueron fracasos. Y, en concreto, el famoso debate de la tele. Sigo creyendo que lo ganó en toda la línea; pero la extraña reacción posterior de la gente me hace barruntar que, a veces, conviene no ganar los debates de la tele porque eso asusta; a veces puede interesar perderlos, dar una imagen de candidatx avasallado por la prepotencia del adversario (justo la que dio Sarkozy) para movilizar el voto de quienes se pronuncian siempre por el underdog. La candidata socialista resultó demasiado afirmativa, impositiva, dura. Y esa fue la impresión que siguió dando en los breves días entre el debate y la elección.

Luego está la cuestión de los programas. El de Sarkozy es muy, muy conservador y muy, muy de derechas. Como sabemos, Le Pen lo acusa de haberle robado ideas. Es un programa centrado en "los franceses primero", seguridad y orden, claro y muy rotundo. El de Royal, para mí más convincente, por ser de izquierdas, era aventurado, experimental, innovador, pero no daba tanta seguridad como el otro y parece obvio que la gente no ha querido arriesgarse.

Porque el voto ha sido de continuidad y de más de lo mismo. Sólo en el terreno del discurso político, cuyas relaciones con la lógica son surrealistas, puede el candidato de la derecha, miembro del gobierno francés hasta días antes de las elecciones y ministro del Interior, decir que "Francia ha votado por el cambio". ¿Cambio de qué, si ha puesto de presidente al ministro del Interior?

Por último, en un mes, el 10 de junio, hay elecciones legislativas en Francia. Van a ser apasionantes porque en ellas, la segunda vuelta no reduce las opciones a dos y al Parlamento llegarán varios partidos. Se estrenará el Partido Demócrata, de François Bayrou y la cuestión para el Socialista es si se presenta como tal, lo que le daría posibilidad de pactar con los de Bayrou, o si va a la constitución del gran Partido progresista que comprenda todo el arco político, desde el centro a la extrema izquierda y los verdes, como propugnan el señor Cohn-Bendit y otrxs. El asunto no es especialmente relevante para estas elecciones, dado que no es previsible que la UPM vaya a perderlas. Pero sí lo será para el futuro y para la constitución de la izquierda francesa en este siglo XXI en que hay un corrimiento general cada vez más claro hacia la derecha que Pepín Vidal viene analizando con bastante acierto por entregas en El País .

La mota negra.

¿Se acuerdan de La isla del tesoro? y de lo que pasaba con la temida "mota negra" que, cuando le caía a un infeliz, significaba su inmediata muerte? Lo mismo parece estar pasando a los tres piratas que en 2003 planearon e iniciaron lo que seguramente pasará a la historia como la invasión ilegal de un tercer país más cruenta, salvaje, expoliadora y estúpida de los últimos doscientos años.

El primero en recibir la mota negra fue el español Aznar, al que le estalló en el rostro en forma de atentado en 2004 dejándolo en un estado de zombie desde entonces, visitador ocasional de acontecimientos deportivos o saraos vinícolas en donde dice unas estupideces que no pueden celebrarle ni los de su partido.

El segundo, el inglés Blair, a punto de abandonar el cargo de Pimer Ministro y, seguramente, la política porque, aunque consiguió ganar las elecciones de 2005, aquella inicua invasión ha dado el finiquito a su carrera política en la que ha tenido que presenciar cómo un partido nacionalista desplazaba al Laborismo en su tradicional bastión escocés.

El tercer agraciado con la mota negra, el estadounidense Bush, que según 20 minutos tiene el índice de popularidad por los suelos, 28%. Cita el periódico como fuente el Newsweek, así que allí me fui y encontré este cuadro comparativo de los momentos más bajos de otros presidentes. Por debajo del 28% del señor Bush sólo cabe encontrar a Nixon, a causa de la guerra del Vietnam y a Harry Truman, a causa de la de Corea.

El señor Bush parece más corrosivo porque, aun teniendo una capacidad intelectual similar a la del señor Aznar, es más fanático puesto que, según afirma, Dios le dice lo que tiene que hacer. Ayer murieron en el Irak otros ocho soldados de su país y una cantidad indeterminada de iraquíes que, como todo el mundo sabe, son muertos de segunda y nadie se molesta ni en contarlos bien. ¿Para qué, si, como sucedía el año de la plaga en la narración de Daniel Defoe, mañana puedes estar tú no entre los contadores sino entre los contados?

Y no es solamente que este agresivo irresponsable siga hablando de victoria en medio de las ruinas de la mayor derrota que ha sufrido su ejército desde Vietnam, es que el enemigo ya le toma directamente el pelo. En un video colgado en la red, Ayman Al Zawahri, el número dos de Al Qaeda, dice que espera haya 200.000 o 300.000 soldados estadounidenses muertos en el Irak, pero que él invita a Bush a tomar un zumo en el bar del Parlamento en el Irak. Espero se aprecie la fina ironía del islamista al hablar de un "zumo" pues a los borrachines no conviene tentarlos, sobre todo si ya oyen a Dios hablarles directamente,

Ayuda.

Ayer me dijo mi hijo Andrés que el blog le sale desconfigurado con el explorer. Lo comprobé y, en efecto, sale la caquifuti que puede verse a la izquierda. Como lo hago con Firefox no me había dado cuenta. Pero, claro, hay mucha gente con explorer por la vida. En consecuencia, me gustaría saber si algún alma caritativa con los conocimientos suficientes puede echarme un cable para enmendar el desaguisado. Está claro que la columna de la izquierda es caótica y probablemente el culpable seré yo, que habré hecho algo en el template y habré metido el patoncio. Pero el caso es que no se me ocurre qué pueda ser. Se agradecerá cualquier ayuda y/o sugerencia.

diumenge, 6 de maig del 2007

Día D.

No pinta bien el día para mi candidata a causa de las encuestas...de las malditas encuestas de las que Mme. Royal no se fía y moi, non plus. Porque de verdad que no tiene sentido: las votaciones a pie de debate de la TV (tanto en Arte como en el sondeo de Le Monde) daban claramente ganadora a Ségolène Royal. Sin embargo, misteriosamente, en las encuestas del día siguiente, las proporciones se habían invertido: más del 55% daba ganador a Sarkozy y no llegaban al 40 % quienes creían que había ganado Royal. Y no es esto la más llamativo: también inmediatamente después del debate, un 60% de los anteriores electores de Bayrou se decanta por la señora Royal. Pero, al día siguiente parecen habérselo pensado mejor y la proporción de posible votantes de Bayrou por la candidata baja al 30%.

Líbreme Dios de insinuar que los sondeos estén trucados, pero lo cierto es que no se compadecen con los hechos. Veamos: toda la izquierda ha recomendado votar por Mme Royal, el señor Bayrou ha dicho que él no votará por Sarkozy y el señor Le Pen ha recomendado a sus seguidores la abstención. ¿Cómo le sigue saliendo a Ipsos un porcentaje del 55% para Sarkozy en la segunda vuelta? ¿Será que los votantes de esos tres grupos han decidido desobedecer al unísono a sus dirigentes y votar por el candidato conservador?

Vuelvo sobre una sospecha que he manifestado un par de veces a lo largo del proceso: el voto por razones de género, que está tanto más presente cuanto menos se habla de él. Se recordará: la presentación de la candidatura de la señora Royal desató una tempestad de improperios y estupideces machistas. Luego, el tema no volvió a tocarse. Sin embargo, en una sociedad tan masculinista como la francesa, con una de las tasas de participación femenina en las instituciones más baja de Europa, esa candidatura iba a tropezar con muchos inconvenientes. Y así parece haber sido.

Si no echo mano de este tipo de razonamiento tendré que acabar creyendo que el lamentable espectáculo de André Glucksman pidiendo el voto para Sarkozy comosi fuera el Gran Timonel hace mella en la voluntad del electorado.

Claro que, precisamente por todo ello, abrigo una última y secreta esperanza en que el voto de las mujeres francesas vaya en masa a una de las suyas porque, con todos los ditirambos de Glucksman sobre la manifiesta voluntad de cambio de Sarkozy frente al inmovilismo de la izquierda, el verdadero cambio, el que todos quieren ocultar diciendo que estamos más allá de esas pequeñeces y que lo que juzgamos son ideas y no formas...corporales, el verdadero cambio, digo, es el hecho de que, por primera vez en su historia, Francia pueda estar gobernada por una mujer de izquierdas.

Se me hace muy cuesta arriba creer que los franceses no vayan a aprovechar esa oportunidad única. Se dirá que soy un optimista incorregible pues aún tengo esperanzas de que gane la señora Royal. Ya dije desde el principio que no sabía quién fuera a ganar. Lo único que sabía es quién quiero que gane y en ese deseo me mantengo tras haber seguido laa campaña electoral muy de cerca.

Por cierto, Le Monde trae uno de esos tests que sirven para saber si uno es partidario de Ségolène o de Nicolas. Es muy curioso. Yo lo he hecho y he salido "segoleno" en una proporción 17/20. Quien quiera hacerlo, que pinche aquí


Marbella la roja.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, los cerebros hablantes conservadores (llamarlos pensantes es una conclusión no avalada por la experiencia) han dado en mezclar el famoseo con la política. Uno de ellos, cuyo nombre no recuerdo, viene a decir poco menos que el señor Rodríguez Zapatero ha ordenado la detención de la señora Pantoja para desviar la atención de los asuntos que realmente preocupan a los españoles. No es mala idea abrir una vía de empleo para los políticos que van a quedar en el paro después de las próximas elecciones legislativas. ¿Quién verá al señor Acebes en algún programa de gran audiencia, algo así como Corazoncito mío o Te di la vida entera levantar primicias como las relaciones entre el presidente del Gobierno y la tonadillera? A lo mejor tiene ahí más futuro que en el Parlamento, siempre que no le hagan pasar por la máquina de la verdad.

El señor Rodríguez Zapatero ha desmentido tajantemente la acusación y lo mismo ha hecho el juez del caso "Malaya". Tener a los funcionarios públicos desmintiendo estas patrañas indica una idea peregrina del uso racional de los llamados "recursos humanos".

Aprovechando a su vez que el Tajo pasa por Toledo, el novio de la señora Pantoja, en la cárcel desde hace meses por habérselo llevado crudo (presuntamente) durante años, se ha declarado en huelga de hambre, típico recurso de los presos de conciencia, los políticos o los terroristas. Marbella, lejos de ser un supuesto nido de ladrones municipales es en realidad un soviet, como Kronstadt, que lleva adelante la revolución a pesar del torpedeo del Gobierno central, plagado de burócratas y socialtraidores. Es lástima que el señor Julián Muñoz, el famélico huelguista, haya olvidado especificar por qué razón da un paso tan grave.

Es el caso que el señor Rajoy ya lo ha igualado con el de De Juana Chaos. Y el señor Muñoz, que debe ser fiel auditorio del señor Rajoy y sus terminales mediáticas y debe de creerse a pies juntillas lo que dicen, piensa quizá, que poniéndose en huelga de hombre obtendrá su libertad, pues el gobierno socialista, que no tiene redaños españoles, acostumbra a ceder a los chantajes de los delincuentes. Y ya nos daremos con un canto en los dientes, sigue advirtiendo el señor Rajoy, si no es toda la población reclusa la que se pone en huelga de hambre para salir en libertad. Obviamente esta perspectiva es harto improbable, pero resulta lo suficientemente ominosa para asustar a la opinión. La posibilidad del señor Muñoz de conseguir algo del gobierno es cero, pero eso el señor Muñoz no lo sabe precisamente porque sus fuentes de información son las que son.


Las edades de la vida (XXII)

Ahora sí pongo fin a la serie de las edades de la vida con un breve post que muestre que también hay una semiótica del tema. El grabado de la izquierda tiene unos referentes obvios que todo el mundo entiende. Cuando se vean por separado sabremos que nos indican permisos o prohibiciones a edades de la vida: lugar en dónde pueden jugar los niños, pasear las parejas o tomar el sol los viejos.

Tengo ya dicho que esos muñecos estilizados para la semiótica de la especie son muy viejos. Son invención de un artista, grabador, dibujante alemán de fuertes convicciones de izquierda, Gerd Arntz. El grabado de la derecha, que se llama Terror blanco y es de 1932 muestra, efectivamente, una semiótica más refinada y compleja, para distinguir por sus signos a la abigarrada mezcla de tipos sociales que bulle en la composición: los gobernantes, los curas, los botones, la pareja de ricos, la policía, los manifestantes entregándose, los soldados, los jueces, los presos, más policías, un detenido, un muerto en atentado a cargo de algún paramilitar y un grupo de soldados y oficiales cometiendo alguna barbaridad. En realidad es un relato en forma de cartel y a modo de las coplas de ciego de antaño. Sólo que en este caso, en lugar de narrar lo que antes se llamaba "crimen pasional" ( y hoy, con mayor realismo se llama violencia de género o violencia machista) cuenta una historia de violencia política y social.

Así que concluyo acompañando también con una música muy apropiada al caso y que supongo más de unx recordará.

dissabte, 5 de maig del 2007

Lo que queda de las mentiras del 11-M.

Muy bueno el documental de ayer de la Cuatro con Iñaki Gabilondo. Eso es hacer periodismo y no las bazofias que presenta TeleMadrid con los charlatanes que llevan tres años fabulando todo tipo de patrañas para salvar la cara al PP. El reportaje 11-M, la derrota de los embusteros reconstruyó con minuciosidad los acontecimientos del 11 al 14 de marzo de 2004, centrándose en primer lugar en los hechos, para pasar a desmontar la maraña de la conspiración, poner en evidencia las mentiras de los gobernantes del PP, explicar los fallos e imprevisiones que llevaron al atentado y dejar claros el respeto y la solidaridad que se debe a las víctimas. Y todo ello ha sido posible gracias a la celebración del juicio del 11-M, un juicio que los granujas de la teoría de la conspiración pretenden alargar, deslegitimar, en definitiva, impedir.

Lo mejor del programa es cómo dejó en claro la premeditación y alevosía con que el Gobierno del PP de entonces trazó una campaña de mentiras para tratar de ganar las elecciones del 14 marzo. Todos y cada uno de sus actos estuvo deliberadamente orientado a defender la tesis falaz de la autoría de ETA y a tratar de que ésta aguantara hasta que se hubiera producido la votación. Para entonces esperaban enfrentar a la gente con los hechos consumados, como hacían los nazis, con lo que ya daría igual que se supiera quién había sido de verdad; lo que no podía ser era que se supiera antes. Y cuando digo todos y cada uno de sus actos, me ratifico: todas las comparecencias públicas del señor Acebes fueron una sarta de mentiras deliberadas; las llamadas del señor Aznar a los directores de los periódicos, pura intoxicación; la exigencia de condena de ETA en el Consejo de Seguridad de la ONU, un vil chantaje; la entrevista en El Mundo del señor Rajoy, el día de reflexión acusando a ETA, una ilegalidad y un embuste. Todo una gigantesca tramoya de pícaros para sacar provecho electoral al atentado. Y la prueba más evidente (que no he visto se haya aducido por ahí) es que el Gobierno no reunió el Pacto Antiterrorista, sino que Aznar, al contrario, convocó una manifa que implícitamente insistía en la autoria de la ETA. ¿Y por qué no lo reunió? Porque temía que alguien sugiriera la suspensión de las elecciones dadas las circunstancias, lo que supondría que, al volver a convocarlas ya se sabría lo que el Gobierno sabía desde el mismo 11-M a mediodía: que habían sido los islamistas. Es decir, mintieron por supervivencia, para salvar el gaznate, porque se vieron pillados.

Lo que es asombroso no es que estos sujetos intentaran una maniobra tan sucia sobre casi 200 muertos; lo verdaderamente asombroso es que, con la ayuda de un puñado de periodistas sin escrúpulos, que han estado haciendo su agosto hasta la fecha sembrando bulos y embustes y cuestionando el trabajo de las funcionarios de seguridad y justicia, hayan prolongado su fechoría hasta el día de hoy y que sean ellos mismos, los Rajoys, Acebes y Zaplanas que llevan tres años mintiendo los que que se presenten a las elecciones en lugar de retirarse de la vida pública como gentes indignas y sin honor, que es lo que son.

Cuando habla la necedad.

Francamente, me deja perplejo la escandalera que se monta cada vez que el señor Aznar habla en público y dice una de sus habituales necedades. Perplejo. Pero ¿qué esperan? ¿Opiniones sensatas? ¿Juicios profundos? ¿Severas admoniciones? ¿Puntos de vista de algún interés? Y ¿cómo va a decir algo así un hombre que, como ha dejado ya claro desde hace largos años, es un necio engreído? Y cada vez que un necio habla de su Minerva dice eso, necedades. ¿Alguien recuerda algo sensato, de interés, de enjundia, dicho por este hombre que, por lo demás es lenguaraz y parlanchín como una cotorra?

Esas memeces irresponsables sobre el vino y la conducción que producen bochorno forman parte del repertorio de gracietas tontas de este personaje, como el famoso bolígrafo en el escote de la periodista, el "milagro soy yo", la boda en El Escorial, el baile de Macarena con motivo del acto en memoria de Miguel Ángel Blanco y las innumerables bobadas de las ruedas de prensa.

Lo asombroso a mi modesto entender es cómo pudo ser presidente del gobierno de España una persona tan patentemente carente de todas luces y sobrada de mala uva y rencor. A eso es a lo que hay que encontrar una explicación porque se veía venir con toda claridad ya en los años 90, en 1996. Por qué llegó este necio a dónde llegó...para meter al país en una guerra que, entre otras cosas, nos dejó el mayor atentado de nuestra historia entre gracieta y gracieta.

Las edades de la vida (XXI).

Lo fascinante de la contemplación de las edades de la vida es la forma en que manifiesta esa peculiaridad de la vida humana que consiste en constituirse en punto de unión de lo inmanente y lo trascendente. Contemplada en sí misma en acto, que es la única forma en que cabe contemplar la vida humana en el presente, es la inmanencia absoluta. No hay más que el aquí y el ahora, una existencia autosuficiente y autorreferencial: el yo que habla y se conoce de modo intuitivo, vital, que dicen los irracionalistas.

Contemplada esa misma vida, sin embargo en su curso, a través de la sucesión de los yoes distintos pero que aparecen enlazados por la autoconciencia de la identidad, se proyecta d modo obvio hacia la trascendencia. El yo conoce su fin, pero se encuentra con la imposibilidad de realizar en sí mismo y, en consecuencia, se proyecta siempre en alguna forma de trascendencia. Hasta el materialismo es trascendente. El cuadro de más arriba, de Damien Hirst, pintado en 1991, representa un tiburón dentro de una pecera y lleva el muy significativo título de "De la imposibilidad física de representar la muerte en la mente de los vivos".

A la izquierda una canónica representación de las cuatro edades de la vida, de Edvard Munch (1902). ¿Canónica? Habría que matizar, como siempre que se trata de este sombrío genio del expresionismo nórdico. A primera vista, las cuatro figuras están compuestas de modo casual, como si se tratara de una instantánea de alguna calle cualquiera de cualquier pueblo de Noruega: una niña en primer plano paseando, quizá, con su nurse, una señora en el plano medio cruzando la calle y una anciana barriendo la puerta de su casa. Pura autosuficiencia, pura inmanencia de cuatro vidas concretas reflejadas en un instante determinado.

En un segundo momento, mirando con más atención, podremos apreciar unas señales que apuntan a la visión trascendente de la vida: la composición en pronunciada perspectiva, con el camino zigzagueante que se pierde en el horizonte entre casas y la variante sutil de la intensidad del color del rostro de las mujeres, desde el muy fuerte, bajo el sombrerito rojo de la niña (típico cromatismo expresionista), al menos acusado de la nurse, el pálido de la señora madura y el francamente desvaído de la anciana. ¿Qué es la trascendencia? La vida entera que la niña tiene por delante pero nosotros vemos a su espalda.

Puesto ya, me he animado a poner aquí la suite del Peer Gynt de Grieg, "En las cavernas del Rey de las Montañas", para que quede todo en Noruega.

divendres, 4 de maig del 2007

El caballo de Troya de Batasuna.

Lo malo de esta historia de Batasuna es que sea tan previsible. Nadie se sale del guión y la pieza llega a un final sabido. Como el Fiscal General del Estado y la Abogacía de idéntico ente presentaron ayer tropecientas impugnaciones a las listas de ASB y ANV, lxs señorxs de Batasuna, pusieron el grito en el cielo, como acostumbran y lanzaron las habituales amenazas: consecuencias muy graves si la izquierda abertzale no puede estar en las próximas elecciones municipales en el País Vasco. A buen entendedor... Está claro: si no pueden concurrir, viene el primo de la pipa y la dinamita. Para rematar la jugada, por si los españoles -que somos algo lerdos- no nos hubiéramos enterado, el señor Otegi lo puso gentilmente a nuestro alcance: si no pueden estar en las elecciones, él no tendrá argumentos para defender que aquí hay un proceso de paz y convencer a ETA de que deje las armas.

No quiero que nadie se me enfade, que tengo lectorxs muy puntillosxs, pero ¿cómo calificarían Vds. esto? Yo tengo un par de calificativos, pero no voy a utilizarlos de momento para no herir susceptibilidades. Me limitaré a describir la situación y los calificativos lo ponen lxs lectorxs. Luego lo haré yo. Veamos:

I.- Hay una Ley de Partidos mejor o peor (a mí no me gusta), pero que está en vigor y regula algunos requisitos para presentarse a las elecciones.- II. Lxs señorxs de Batasuna deciden que esa ley no reza con ellxs porque no les gusta y que no van a cumplirla.- III. Y aseguran, asimismo, que estarán en las elecciones.- IV. LLegado el momento, recurren a diferentes artilugios para conseguir su objetivo burlando la ley mediante varios caballos de Troya que, en términos jurídicos son "fraude de ley".- V. Cuando el ordenamiento jurídico pone en marcha los mecanismos para que los caballos no entren en Troya, lxs señorxs de Batasuna pasan a las amenazas y se lavan las manos por lo que pueda pasar.


¿Vale? ¿Está claro?

Nada hombre, seguiré sin calificar este comportamiento. Haré una consideración más en profundidad: uno de los caballos de Troya es una organización hibernada que en sus estatutos condena explícitamente la violencia. Es decir, para llevar adelante su terca decisión de no separarse explícitamente de la violencia (obsérvese que no digo de "condenar la violencia", ya que la Ley de Partidos no lo exige) estas gentes se valen de una organización que dice lo que ellas no quieren decir.

Me limitaré a exponer lo que creo que es la visión que de los españoles tienen lxs señorxs de Batasuna: una panda de tontos a los que se puede engañar con un caballo de Troya y, si no se dejan, se les amenaza con el uso de la violencia. Tampoco se crea que el asunto sea tan disparatado. Lo mismo pasó en Troya. Laocoonte advirtió a los troyanos que no llevaran el caballo al interior de la ciudad que era un peligro y, en divina cólera, Poseidón envió una gigantesca serpiente que allí mismo deglutió al perspicaz sacerdote y a sus dios hijos.

Y ahora sí, ahora se puede enjuiciar el empeño: aquí el hipotético castigo no vendrá de la mano de un dios, como Poseidón, sino de unos asesinos. Y los que han planificado la operación no son los inteligentes argivos con Ulises, el de los mil trucos, sino una colección de estólidos racistas.

¿Escocia independiente?

No hace falta decir que muchos ojos europeos están fijos en lo que pase en Escocia en las elecciones municipales que tuvieron lugar ayer en Gran Bretaña y, especialmente, las autonómicas de Escocia y Gales para sus respectivos parlamentos. Y menos falta hace decir que muchos de esos ojos, los que más interés tienen fuera del Reino Unido, son vascos. En efecto, por primera vez desde que se pusieron en marcha las instituciones de autogobierno en Escocia en 1999, los sondeos apuntan a que pueda vencer el Scottish National Party (SNP), aunque no por mayoría absoluta, poniendo fin a la tradicional supremacía laborista en Escocia. De darse tal victoria, el SNP pretende convocar un referéndum de independencia para 2010, dentro de tres añitos de nada.

Se entiende que cunda el interés y hasta cierta indignación entre los nacionalistas vascos: llevan viendo en los últimos años cómo otras naciones europeas emergen (o reemergen) a la luz de la historia: las bálticas, Eslovaquia, recientemente Montenegro y ahora...Escocia. Y la indignación tiene que ser mayúscula cuando se ve que algunos de estos que se salen con la suya son unos recién llegados en comparación con el vetusto PNV. El SNP, sin ir más lejos, se funda en 1934 (en 1928, si tomamos en cuenta su predecesor el National Party of Scotland), que es nada comparado con la centenaria historia del Partido de Sabino Arana.

Es una pena que, con los nuevos arreglos institucionales (votos en circunscripciones uninominales y votos en circunscripciones con listas, para mezclar el sistema matoritario con el proporcional), el recuento ahora tarde tanto. Estoy enchufado a la BBC, pero los resultados llegan con cuentagotas y nadie cree que sean medianemente definitivos antes de las seis de la mañana. O sea, que larga noche. Lo que sí parece saberse (aunque tampoco es cien por cien seguro) a la hora de redactar este post es que la participación está por encima del 60%. En las últimas elecciones estuvo por debajo del 50%. Si eso es así, me temo que los del SNP(Alex Salmond) vuelven a quedarse en la estacada. Parece que quienes están perdiendo votos son Liberales-Demócratas de Nicol Stephen.

Aunque los nacionalistas escoceses consigan ganar estas elecciones, su referéndum previsto no les daría buen resultado pues cerca de dos tercios de los escoceses se oponen a la independencia. No obstante todo ello me interesa señalar aquí dos cosas: la primera es que muchos países (Canadá, Montenegro, Escocia, etc) están dando ejemplo a España de cómo se resuelven estos problemas, esto es, civilizadamente, si ponerse histéricos y mediante un referéndum o los que hagan falta, cuyo resultado habrá que respetar sea el que sea. Al respecto, en mi modesta opinión, el principal obstáculo al referéndum en el País Vasco es la existencia de ETA. Mientras exista esa organización, y durante algunos años después de su desaparición hasta que se restablezca una atmósfera de confianza y seguridad en la sociedad vasca, convocar un referéndum me parecerá no sólo ilegal sino inmoral.

La segunda: Europa es un continente, el viejo continente, caracterizado por un hacer y deshacer permanente en todos los sentidos. Si la comparamos con América, por ejemplo, donde apenas se ha movido una frontera en los últimos 150 años y, por supuesto, ni un solo Estado ha cambiado de forma de gobierno, veremos que el viejo continente es territorio de experimentación. Caen repúblicas, se fundan monarquías, Estados separados se unen, Estados unidos se separan... ¿y qué? No pasa nada. ¿Que el País Vasco se pronuncia por la independencia (que no creo)? Bueno ¿y qué? ¿Por qué no se puede hablar de la posible independencia de vascos, catalanes, etc, sin que se te eche encima una manga de trogloditas hablando de alta traición, lesa Patria y semejantes majaderías?

Las edades de la vida (XX).

Es curioso cómo han venido pareciéndose a lo largo de los siglos las concepciones de las edades de la vida, tanto sus representaciones como las tareas que se les encomendaban...hasta el día de hoy. Me atrevería a decir que vivimos en la época de la humanidad en que por primera vez se ha roto esa especie de sabiduría inmutable.

La ilustración de la izquierda es una miniatura del siglo XIV, de uno de aquellos libros, especie de breviarios, mezcla de santorales, devocionarios, calendarios y vademecum, llamados Très riches heures... y representa la idea medieval sobre las cuatro edades del hombre; el hombre noble, claro es, la vida del villano discurría de forma muy distinta y no se diga la del siervo. En este castillo señorial, a través de cuya ventana vemos un simbólico árbol de la vida se concentran los cuatro momentos típicos de la vida: el niño que juega con un taca-taca, el joven dedicado a la caza con halcón y, probablemente a la poesía trovadoresca, el adulto, en armadura completa y con lanza, entregado a la noble actividad de la guerra y el anciano con su cayado que parece estar despidiéndose. Cada cual sabe el lugar que tiene en la vida y en eso descansa el orden que se pretende inmutable. Pero lo que está claro es que todas las edades están, por así decirlo, fuera del negocio social, son irresponsables, excepto el caballero. El niño, el joven, el anciano son "bocas inútiles"; la resposabilidad social recae sobre el guerrero, como corresponde al ideal de la sociedad "militar" que Spencer postulaba como evolutivamente anterior a la "industrial", que era la suya, la nuestra.

Somos nosotros, los contemporáneos, quienes hemos alterado sensiblemente esa distribución de las funciones sociales por edades, al reconocer mayor importancia social y capacidad de decisión a los jóvenes (algo que han conseguido ellos y nadie les ha concedido) y prolongr al mismo tiempo la actividad social de los ancianos, cosa que también se han ganado ellos. De ahí que también nos neguemos a reconocer las edades de la vida como compartimentos estancos.

En todo caso, por si alguien quiere saber cómo sonaba la música la Edad Media, aquí dejo una pieza escrita en el siglo XII por Ricardo Corazón de León para matar sus ocios en la prisión en que esperaba que lo rescataran y se llama, muy apropiadamente, Ja Nus Hons Pris e interpretada con banjo



dijous, 3 de maig del 2007

Alors, ça bouge! El debate de anoche.

Vi el debate íntegro de la cruz a la fecha. Vaya paliza que dio doña Ségolène a don Nicolas. No le dejó hueso sano. No sé quién ganará las elecciones el domingo, ya veremos qué dicen los sondeos el viernes, pero lo que está claro como el agua es que el debate lo ganó la señora Royal holgadamente. Y no lo digo yo, no crean. Lo vi en Arte TV, que es una cadena franco-alemana, que permitía votar sobre la marcha. En la imagen de la izquierda puede verse cómo iban las votaciones a los, más o menos, 20 minutos de programa, en que Royal había hablado 8'43'' y Sarkozy 11'27''. La línea roja son los votos de los telespectadores por Royal, la azul por Sarkozy. Una diferencia contundente. Compárese con la imagen al final de este post, obtenida minutos antes del fin del programa, cuando los candidatos ya habían hablado durante 140', aproximadamente 70' cada uno. Se verá que el gráfico canta la misma historia: superioridad neta de la señora Royal a lo largo de todo el debate.

Por lo demás, lo mismo reflejan los primeros sondeos, por ejemplo, el que publicaba Le Monde a las 01:15 de la madrugada: Ségolène 52,6%, Nicolas 36,7% con 16.541 votos. Muy comprensible. La candidata demostró más competencia, más iniciativa, más conocimientos y mayor flexibilidad que el hombre de la derecha, que se limitaba a dos vías: a) elaborar un discurso autoritario hecho de disciplina, respeto, autoridad por doquier (¡esa idea de que los alumnos se levanten en clase cuando entre el profesor!) con semblante dulce; y b) tratar de acorralar a la señora Royal, pillándola en algún renuncio. Estuvo a punto de hacerlo al hablar de la energía nuclear (en el gráfico de más abajo es el pequeño remonte que muestra a la altura del minuto 75) pero luego resultó que él tampoco se sabía la lección nuclear, que desconocía el porcentaje de consumo en Francia y confundía las generaciones de prototipos. Los asesores -a los que debería despedir ipso facto- le insistieron en que limara asperezas y eso lo perdió porque un reaccionario autoritario jamás dará buen juego de tolerante, dialogante y comprensivo. Y todo lo que dijo sobre la inmigración, el África, Turquía, Europa, metía miedo. Hablando de Europa creo haberle entendido que propone un impuesto nuevo sobre las importaciones. Este hombre está loco.

A su vez, la señora Royal estuvo precisa y contundente y con propuestas originales. Interrumpía demasiado, para mi gusto, y se mostró a veces dura, despreciativa con el adversario, lo que supongo le va a restar votos centristas. Ganó sin duda en toda la línea en el momento en que el otro metió el patoncio, tratando de hacer demagogia con los discapacitados; ahí doña Ségolène hizo sangre y proporcionó los primeros titulares de prensa.

Me llamó la atención la cantidad de veces que salimos a relucir los españoles y el señor Rodríguez Zapatero como referentes tanto para la una como para el otro. No sé si alguien del PP habrá seguido el debate, pero ya puede ver que los franceses tienen una opinión de España mucho mejor que la que ellos abrigan. Por último, en los tres minutos finales es donde el señor Sarkozy acabó de fastidiarla. Repito que debiera despedir fulminantemente a sus asesores porque el asunto no consiste solamente en ponerse una camisita azul, sino en aprovechar esos tres minutos vitales de declaración programática para dirigirse al electorado, a lxs francesxs. En su lugar, el señor Sarkozy se dirigió a los periodistas Arlette Chabot y Patrick Poivre d'Arvor que, por cierto, lo hicieron muy bien, y a la señora Royal. Al contrario, ésta, en su turno, no perdió ni un segundo, dirigió la mirada a la cámara, se encaró con millones de francesxs y les soltó un discurso vibrante, hablando de la VIª República, de la democracia participativa, de la democracia social, de que es madre de cuatro hijos, y pidiendo el voto de lxs indecisxs.

Un debate estupendo entre la izquierda y la derecha en Francia y, por encima de Francia, en Europa. No sé si el domingo ganará la señora Royal, pero se lo merece de todas todas.

El miedo y la máquina.

Los de Trazando caminos han propuesto como tema del mes el miedo y a mi se me ha ocurrido hacer una pequeña reflexión sobre el miedo y la máquina, tomando pie en una secuencia de 2001, la odisea del espacio, de Kubrick, que es muy impresionante. Quien quiera verla, que pinche en Trazando caminos. Hay otras aportaciones, claro, muy interesantes. De todas formas, habiéndome animado, traigo aquí también un trozo del comienzo del film, "El amanecer de la Humanidad". Miren (y escuchen) lo que se puede hacer cuando se junta el genio de Kubrick y el de Richard Strauss en el comienzo del poema sinfónico Así hablaba Zaratustra.


Las edades de la vida (XIX).

El hombre propone y Dios dispone. No sé si podré mantener la promesa de los veinte posts dedicados a las edades de la vida dada la abundancia de material interesante.

Hay una vertiente de la leyenda en la que el asunto de las edades no es el objeto del relato, sino que, por así decirlo, es la urdimbre de que está hecha una narración distinta, un cuento diferente en el que el paso de las edades de la vida se da por supuesto y no es objeto directo de la atención. Y, sin embargo, tiene una representación plástica abundantísima.

Se trata del mito de Edipo y, en concreto, el episodio del encuentro de Edipo con la esfinge. Se recordará que ésta le plantea una pregunta al futuro Rey de Tebas, la misma que plantea a todos los caminantes que están forzados a pasar por el estrecho desfiladero ante ella y con idénticas condiciones: si la contesta correctamente, pasará; si no, morirá. Y la pregunta reza: "¿Cuál es el animal que primero anda a cuatro patas, luego a dos y por último a tres?" A lo que el sagaz Edipo responde que es el hombre que de niño va a gatas, de maduro en posición bípeda y ya anciano se sirve de un bastón o cayado para ayudarse en su tembloroso caminar. Con esta respuesta correcta (niñez, madurez, ancianidad, las edades de la vida), Edipo continúa su viaje hacia su terrible destino mientras la esfinge se precipita en el vacío.

Ya dije que la leyenda tiene una abundantísima representación. Más arriba vemos un plato griego bastante grande del siglo IV a.d.C., una representación muy elegante del momento en que la esfinge, subida a una columna jónica, plantea el enigma a Edipo, ataviado de peregrino. Pero el motivo ha seguido apareciendo en el arte occidental hasta el día de hoy. A la derecha, la interpretación que hizo Ingres en 1808 y se encuentra en el Museo del Louvre, en París. Vemos al caminante en el momento de descifrar el enigma en una zona de riscos, con el paso angosto que lleva a Tebas y cierra el monstruo. En el suelo, huesos y restos de seres humanos que lo intentaron antes y perecieron. La esfinge, apenas entrevista, acentúa la voluptuosidad de los rasgos femeninos, pero sigue fiel a la imagen clásica: abdomen y patas de león y alas de ave. No entiendo bien la figura del fondo, como no sea la de alguien que se asusta de lo que supone va a pasar.

Lo curioso de esta leyenda y de la figura de Edipo, que es central en muchos campos, incluido el del psicoanálisis, es el batiburrillo que se organiza precisamente con el tema de las edades. El hijo de Yocasta responde con clarividencia: niñez, madurez, ancianidad; pero luego, al seguir su camino y cumplir su destino sin saberlo, las lía todas: tiene cuatro hijos en una relación incestuosa involuntaria con su madre de forma que, como repite horrorizado el coro en la tragedia de Sófocles, es el marido de su madre y el padre de sus hermanos.

El orden natural de las edades de la vida alterado por el ciego designio del destino contra el que nada pueden los seres humanos. Sabedor finalmente Edipo de cómo se cumplió la fatídica profecía que lo hacía asesino de su padre y esposo de su madre, se ciega arrancándose los ojos (un requisito, el de la ceguera, en el mundo mitológico para alcanzar el don de la profecía) y pasa el resto de sus días maldiciendo el día en que nació o en que no le dejaron morir abandonado en el monte. Pero no recuerdo (corríjaseme si me equivoco) que en ningún momento se arrepienta de haber resuelto el enigma de la esfinge.

dimecres, 2 de maig del 2007

El nacionalismo como enfermedad moral.

En un siglo de incertidumbres, inseguridades, ideologías fracasadas y promesas rotas, el nacionalismo emerge como la única doctrina capaz de dar aparentes garantías con un (falso) sentido de la peculiaridad individual. A diferencia del comunista, del fascista, del tradicionalista, del anarquista o de cualquier otro seguidor de un sistema universal, el nacionalista cree que sólo comparte su doctrina con los de su nación, pero que hay muchas naciones en el mundo (que él respeta, por supuesto), cada una distinta de la otra, razón por la cual piensa que no comparte con todas ellas la misma forma de razonar. Pero eso es exactamente lo que hace. Nacionalismos específicos hay muchos, pero el nacionalismo es una doctrina universal que se basa en un par de supuestos elementales que ya aparecen en el Antiguo Testamento: este es el pueblo elegido y esta la tierra prometida.

Yendo más al grano, se identifican hoy en el mundo dos formas de nacionalismo que llamaremos la radical y la moderada. La radical es aquella que supedita el juicio moral del individuo a lo que éste cree que son los intereses de su nación. En nombre del superior interés de la nación (right or wrong, my country), se puede matar porque el fin justifica los medios. La forma moderada identifica el nacionalismo con un particular apego a la patria de cada cual: su paisaje, sus gentes, su lengua o su cultura que se condensa en la increíble proposición de que uno "está orgulloso de ser...español, vasco, francés, escocés, estadounidense", etc, etc, pero sin matar. No me molestaré en refutar la fórmula radical que, entiendo, lo hace por sí sola y dicha refutación se encuentra en el código penal: todo aquel que supedita su juicio moral a una idea política (y la nación es una idea política, puesto que se refiere a la polis) es un delincuente en potencia. Que lo sea en acto es cosa de tiempo.

Es el nacionalismo llamado moderado el que requiere comentario y en concreto ese "estar orgulloso de ser..." que es la más estúpida falacia que quepa imaginar. Yo puedo estar orgulloso de lo que haya conseguido con mi trabajo, mi esfuerzo y mi tesón; pero es absurdo decir que se está orgulloso de lo que uno es por casualidad porque eso equivale a decir que uno está orgulloso de que le haya tocado la lotería. Si me toca un premio me pondré más o menos contento, pero mi orgullo tendrá poco que ver con ello.

Por las razones antedichas, me gusta pensar que no soy nacionalista en el sentido radical ni en el moderado. Y no lo soy de verdad, no como esos nacionalistas españoles que, al enfrentarse a los nacionalistas vascos, catalanes, etc, aseguran que no son nacionalistas, cuando es obvio que, si no lo fueran, carecería de sentido que se enfrentasen a ellos. Esto quiere decir que no veo ningún inconveniente en el nacionalismo moderado, fuera de la incongruencia lógica que ya he señalado y a la que tienen perfecto derecho quienes comulguen con las doctrinas nacionalistas moderadas de la nación que sea. Sí tengo, y mucho, en contra del nacionalismo radical porque no me gustan los asesinos.

A veces me dicen que esto es imposible, que todos somos nacionalistas y que yo también habré de serlo, aunque sea moderado, que me sentiré identificado con España, sus símbolos, etc. Vale, no quiero perder el tiempo discutiendo asuntos triviales, entre otras cosas porque si se dice que todos somos nacionalistas, el debate carece de sentido pues el nacionalismo no existe, al menos el moderado. Y vaya si existe y vaya si conduce a yerros morales de gravedad. Para zanjar la cuestión, tomo el toro por los cuernos invocando el derecho de autodeterminación que, como tengo publicado por doquier, me parece un derecho de los pueblos que hay que respetar. ¿Que soy nacionalista (moderado) español? De acuerdo, siempre que se reconozca que mi nacionalismo presupone una nación española voluntariamente formada por sus partes componentes, en el famoso plebiscito cotidiano de Renan. No quiero una nación española "cárcel de pueblos", que obligue a otros a integrarse en ella. ¿Que eso es lo que ha pasado en España en los últimos doscientos años? Es posible, pero ya decía yo que no soy nacionalista español al uso. Soy nacionalista español partidario del derecho de autodeterminación de los pueblos que componen España; es decir, poco nacionalista ¿verdad?

Vamos ahora al nacionalismo de los otros pueblos de España. En todos ellos se da la forma moderada, cosa perfectamente legítima pues la idea de España no puede ser un límite a la libertad de conciencia y expresión de los ciudadanos españoles que, entre otros, tienen el derecho a no querer ser ciudadanos españoles. Ahora bien, en una parte de España ese nacionalismo moderado coexiste con uno radical, uno que asesina, que lleva más de treinta años asesinando, que ha asesinado a 900 personas y causado daños y sufrimiento sin tasa ni medida. Y eso plantea otro problema. El problema de que el correspondiente nacionalismo moderado vasco no puede llamarse andana, no puede hacer que ignora que en nombre de los ideales que él profesa, unos criminales asesinan a la gente, siembran el terror en torno suyo y atemorizan a quienes no piensan en términos nacionalistas; nacionalistas de ese nacionalismo que es el vasco. Un problema moral y muy, muy grave.

No me corresponde a mí dar consejos a nadie en este resbaladizo territorio pero sí expresar mi opinión que no puede ser otra que una extrapolación de lo que ya practico. Es decir, que predico lo que hago y no lo que no hago. Igual que decía más arriba que no estoy dispuesto a admitir que mi nación obligue a otros a formar parte de ella porque eso me parece una injusticia, estoy en mi derecho de pedir a los demás que apliquen la misma regla de oro de toda ética: si en mi nación quienes no piensan como yo viven atemorizados porque pueden ser (y son) asesinados por quienes sí piensan como yo, tengo la obligación moral de distanciarme de los asesinos y situarme junto a los asesinados, incluso al precio de renunciar a mi nacionalismo porque ninguna idea, ni ésta, puede basarse en la injusticia y el asesinato de gentes indefensas. ¿O es que los nacionalistas españoles no pueden obligar a los demás a formar parte de su nación, pero los vascos sí?

Es posible que los asesinos argumenten (para ello tienen ideólogos) que asesinan en defensa propia, porque no tienen otra salida en una situación de opresión y exterminio. No me convencerán porque sostengo, con Sócrates, que más vale padecer la injusticia que infligirla. Pero si mis nacionalistas moderados no quieren recurrir a Sócrates, voy a un terreno más práctico: no es verdad que los asesinos asesinen en defensa propia o porque no tengan más remedio. España es un Estado de derecho y una democracia donde cabe defender todas las opciones políticas sin necesidad de recurrir a la violencia. Los ideólogos al servicio de los asesinos tratarán de demoler esta idea, sostendrán que España no es un "verdadero" Estado de derecho, que no es una "verdadera" democracia. Se trata de una de las más curiosas mixtificaciones de estos ideólogos que, al efecto, se apoyan en izquierdistas radicales españoles que también cuestionan estos principios. Como es un asunto colateral aquí, al que tengo planeado dedicar un ensayito uno de estos días, abordaré el problema con un caso bien concreto y específico: el del señor De Juana Chaos, de todos conocido.

Muchos luchamos porque no se consumara la barbaridad, el atropello, la ilegalidad que se quería cometer con De Juana y, al final ganamos, por la mínima y no de modo enteramente satisfactorio (puesto que el señor De Juana no tenía que haber sido condenado en aquel segundo proceso que fue una farsa del principio al final), pero ganamos. Me siento orgulloso de ello y aquí sí tiene sentido sentirse orgulloso porque nos lo curramos. ¿Quiere esto decir que hayamos olvidado que el señor De Juana es un asesino? En absoluto: el señor De Juana es un asesino que cumplió su condena, no se ha arrepentido de sus execrables crímenes y de ningún modo quiero que, por haber luchado porque no se cometiera una injusticia con este asesino se me pueda confundir con él. Los nacionalistas moderados ¿qué tienen que decir al respecto? ¿Consideran moralmente aceptable seguir defendiendo sus ideas sabiendo, como sabe el señor Ibarretxe, como sabemos todos, que los asesinos, encargados de sembrar el terror, pueden matar a quienes no coinciden con ellas? Supongo que estos nacionalistas moderados estarán de acuerdo en que quien aplaude al señor De Juana y lo toma como ejemplo es un enfermo moral. ¿Y ellos? ¿No son lo mismo, aunque no lo aplaudan y se limiten a mirar para otro lado porque a ellos no les afecta pero saben que a quienes están en torno suyo sí les afecta?

No basta con pedir perdón a las víctimas: hay que hacer que no haya víctimas, que no haya miedo que envilece y encanalla a la gente, que los asesinos sean encarcelados, que quienes asaltan, destruyen, intimidan sean puestos a buen recaudo y, mientras esto no se dé, la acción política no será sino el lamentable resultado que se obtenga de una sociedad aterrorizada y, por lo tanto, envilecida, encanallada, enferma.

La defensa de la democracia.

Gracias a Alá misericordioso, el Tribunal Constitucional turco ha anulado la primera vuelta de la elección presidencial en Turquía. Probablemente haya elecciones anticipadas; de todas formas, habían de ser en este año.

Un lector me reprochaba que dijera que el ejército es el único garante de la supremacía del poder civil en Turquía. En realidad llevaba algo de ironía y quizá no estaba muy bien redactado, pero el asunto toca a a uno de los problemas más interesantes y espinosos de la teoría de la democracia, esto es, el de la defensa de este sistema político. ¿Cómo se defiende la democracia frente a decisiones democráticas antidemocráticas, que las hay?

Como es sabido, el asunto torturó a los más preclaros pensadores de la iuspublicística alemana de la entreguerra que, con sus disquisiciones sobre el defensor de la Constitución no llegaron a tiempo de impedir que Hitler subiera al poder en la cresta de una ola de mayoría democrática y se cargara la democracia.

Desde entonces, este problema ha estado latente, pues es una variante del más antiguo y acrisolado de la "tiranía de la mayoría". La democracia descansa sobre el principio sagrado de la regla de la mayoría, pero ¿qué sucede cuando la mayoría se convierte en tiránica, esto es, quebranta los derechos de la(s) minoría(s)? En enero de 1992, entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones legislativas que, muy probablemente, ganaría el Frente Islámico de Salvación (FIS), una organización islámica integrista, el ejercito argelino dio un golpe de Estado que suspendió las elecciones, la democracia y el Estado de derecho. ¿Hizo bien o mal? Los militares devolvieron el poder en unas elecciones amañadas en 1998 y se declararon neutrales en las de 2004. Argelia no está normalizada del todo, pero ¿qué hubiera sucedido si gana el FIS?

Esto nos lleva a abordar el problema del integrismo islámico en conexión con el principio universalmente reconocido en Occidente (aunque no siempre practicado) de la separación entre la Iglesia y el Estado. En mi modesta opinión, ese principio no admite componendas ni medias tintas. Le ocurre lo que a los embarazos, según el dicho popular: o se está o no se está embarazada, pero no se puede estar "medio embarazada". Esa desconfianza radical (y nunca mejor empleado el adjetivo) es lo que me lleva a recelar del término "moderado" aplicado a los islamistas. Por la misma razón por la que pido que el Estado español denuncie de una vez los acuerdos con la Santa Sede y deje de mantener esa situación de ambigüedad que equivale a una negación del principio de separación entre la Iglesia y el Estado.

Por todo lo que hemos visto y sabemos, el Islam es teocrático y, por lo tanto, contrario a la separación entre la religión y el Estado. Creer que hay un Islam moderado, capaz de autorreprimirse en su proyecto de supeditar el Estado a la ley coránica es jugar con fuego y replantear el problema de defensa de la democracia, caso de que haya una mayoría electoral favorable a la "islamización" de Turquía. Si tal cosa se da, habrá tres medios de defensa de la democracia: la opinión laica, el Tribunal Constitucional y el ejército. La opinión laica puede sacar a la calle un millón de personas, como hizo el otro día, pero Turquía tiene 71 millones y las manifestaciones callejeras no pararían un proceso de islamización.

Queda el Tribunal Constitucional, el que ha acabado considerándose el defensor de la Constitución en la polémica citada más arriba. Pero la eficacia de su intervención depende de que haya un territorio de lealtad a las instituciones democráticas compartido por todas las fuerzas políticas, cosa que en el caso de los islamistas, veo altamente problemática. En el supuesto de que se llegue a un conflicto entre instituciones, un enfrentamiento entre poderes, la ultima ratio del Tribunal Constitucional es precisamente el ejército.

El ejército ha sido tradicionalmente la columna vertebral de la Turquía republicana, laica, modernizadora. Cierto, desde los tiempos de la guerra fría, las fuerzas armadas turcas arrastran una fuerte carga de extrema derecha, pero cada vez que los militares han intervenido, han acabado devolviendo el poder a la autoridad civil en períodos bastante breves. La cuestión es ahora que, al menos como se ve a sí mismo, el ejército es el "guardián de la Constitución laica" y el único que está en condiciones de impedir una islamización del país. La situación no es halagüeña, pero ¿cuándo han aceptado los islamistas separar el Islam del Estado pudiendo supeditar el segundo al primero?


Las edades de la vida (XVIII).

La importancia ejemplificadora y moralizante que tienen las representaciones de las edades de la vida, de las que ya llevo unas cuantas y voy a dejar en veinte, adquieren su forma más clara cuando se comparan con algún ideal, no porque con ello se vaya a tomar conciencia -por lo demás, ya archisabida- de la diferencia que se da siempre entre la realidad y la idea platónica, sino porque dentro de las formas de la realidad, de las edades de la vida, unas se aproximarán más que otras a esas ideas superiores, puras.

Para ilustrar este procedimiento recurro a un pintor al que ya comenté al comienzo de la serie y que hizo varias interpretaciones de las edades de la vida a lo largo de la suya. Se trata de Hans Baldung Grien, del que vimos "las edades de la mujer y la muerte" y de quien se podría sacar aún otra obra como "las siete edades de la mujer", en la que hace un minucioso estudio de la anatomía femenina en siete figuras de diferentes edades. Baldung pintó en 1539 estos dos paneles al óleo, titulados Las edades de la mujer y las tres gracias, que se encuentran en el Museo de El Prado, en Madrid.

La comparación que se nos invita a hacer aquí es entre el ideal de las tres gracias y la realidad de las edades de la vida de la mujer. Todo lo que en uno de los paneles es belleza, armonía y, eso, gracia, es fealdad y falta de armonía y gracia en el otro... con excepción de la figura de la joven, que es la única que puede equipararse a las tres gracias. Tampoco completamente, de eso ha tenido buen cuidado Baldung, al pintarle la piel no tan blanca como las de las semidiosas.

El contraste simbólico es intencionado, llamativo y trata de ser aleccionador. En el panel de las gracias, el paisaje es feraz, el cielo, azul, los árboles tienen hojas y las figuras pisan sobre un verde prado. En el panel de las mujeres, el paisaje es desértico, el cielo, cárdeno, los árboles no tienen hoja, el suelo es pedregoso y al fondo se divisa un molino en ruina. Las tres figuras mayores, la joven, la mujer adulta y la muerte están entrelazadas; sólo el niño en primer plano que aparece dormido está separado, como si el artista atribuyera al infante un mundo aparte.

Las tres gracias, Aglaia (Belleza), Eufrosine (Júbilo) y Talia (Fiestas) son hijas de Zeus y Eurinome, muy relacionadas con las musas. Al ir siempre desnudas, su representación permite al artista plasmar su ideal de belleza femenina. Puede que nos resulte chocante pero la verdad es que Baldung tenía una capacidad notable de representar el cuerpo femenino, al menos si lo comparamos con otros artistas flamencos de la época, Cranach, Memling o Holbein. En el panel de la derecha son evidentes los instrumentos musicales y la presencia de la música (un laúd, un violín, una partitura...), en el panel de la izquierda predominan los objetos que recuerdan el paso del tiempo y la llegada del fin, una clepsidra una guadaña partida en varios trozos y un buho, que es un animal que también simboliza a la muerte. Las tres edades de la vida se reducen a una al compararlas con el ideal, la de la juventud, que Baldung el humanista pintaba con nostalgia, teniendo él por entonces ya 55 años.



dimarts, 1 de maig del 2007

Primero de mayo.

FIESTA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

Para hacer honor al carácter internacional de la fiesta, este post se ha ido a México. Quien esté interesadx en leerlo que pinche en

La otra chilanga

Vuelven los pachás.

El lío de Turquía tiene una pinta fatal. El Primer Ministro Erdogan, a quien El País llama "islamista moderado", sin duda porque cree en el carácter taumatúrgico de las palabras, baranda del mayoritario Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP: 360 escaños de los 550 del Parlamento turco, llamado, cómo no, Gran Asamblea Nacional Turca) se obstina en presentar la candidatura a la presidencia de la República de su ministro de Asuntos Exteriores y conmilitón en islamismo "moderado", Abdulá Gül.

Turquía es una República parlamentaria laica fundada en 1923 por el pater patriae Mustafá Kemal y regida por una Constitución también laica aprobada en 1982. El propósito obvio de estos dos "moderados" pájaros al igual que el de su partido es islamizar a la sociedad turca y, si pueden, reintroducir la sharia que como bien se sabe causa la felicidad del pueblo allí en donde impera. Ellos dicen que no pero quien haya seguido la política turca en los últimos años desde las elecciones de 2002 en que el AKP obtuvo el 34,27% del voto frente al 19,39% del Partido Popular Republicano (CHP), el fundado por Kemal, sabe que la islamización de Turquía está en marcha de muy diversas formas, unas más civilizadas que otras, obligando a las chicas en las escuelas a llevar el velo o asesinando a algún infiel que otro, preferentemente cristiano.

El sistema político turco es muy inestable, las elecciones (con principio proporcional) tienen un grado altísimo de volatilidad de forma que no es de extrañar que los partidos pasen de tener doscientos diputados a no tener ninguno. Ese desequilibrio es reflejo de la falla fundamental de la sociedad turca que sigue sin estabilizarse entre los islamistas y los modernizadores kemalistas. Ayuda bastante una barrera electoral del 10%. Así se explica que, actualmente sólo haya dos representados en el parlamento (tres, si se tiene en cuenta uno que se quedó en el 9,4% del voto y al que se le hicieron unos préstamos para que llegara a cuatro diputados), a pesar de que se trata de un país multipartidista. El sistema político, pues, no será obstáculo a la temida islamización. Es bastante probable que el tal Gül consiga los 2/3 de los votos preceptivos en la segunda vuelta de mañana, miércoles, porque habrá diputados del CHP que votarán por él, con lo que será presidente de la República si el Tribunal Constitucional no anula la primera vuelta, como solicita el CHP.

De tratarse de un país normal, este riesgo no debiera preocupar pues la vigente Constitución, con gran previsión, incluye el juramento que ha de prestar el futuro presidente de la República y que lo compromete, entre otras cosas a atenerse a:

" la Constitución, a la supremacía del derecho, a la democracia, a los principios y reformas de Ataturk y al principio de la República laica", (...) y a: "los derechos del hombre y las libertades fundamentales".
Debiera ser suficiente pero, al ser islamista el que jura, los pachás del ejército no se fían. Yo tampoco. El ejército turco que ha intervenido en política cuatro veces desde 1960 y ha dado origen a algunos términos originales de la Ciencia Política, como el "golpe por memorándum" (1971) o el "golpe posmoderno" (1998), ya ha avisado de que la laicidad es innegociable, en lo que todo el mundo ha entendido como un ultimátum. Tiene gracia. El gobierno ha recordado a los pachás la supremacía del poder civil y lo mismo ha hecho la Unión Europea, que ha perdido una ocasión de oro de callarse porque, hasta la fecha, la única garantía de supremacía del poder civil en Turquía es precisamente el ejército de los pachás.

Las edades de la vida (XVII)


Hoy entramos en un territorio nuevo por dos razones distintas, una de carácter formal y otra de contenido.

La de contenido: hasta la fecha hemos dado por supuesto que las edades de la vida guardaban armonía entre sí, que se sucedían de modo suave, sin solución de continuidad en el mismo individuo o se relacionaban de forma pacífica al tratarse de personas de edades distintas, que se atienen a lo que social y convencionalmente se espera de ellas. Pero ¿qué sucede cuando las edades están en una relación conflictiva mutua, cuando entrechocan ya sea en el individuo aislado o en las relaciones entre ellos?

La de forma: las representaciones de las edades de la vida consideradas hasta el momento han sido pinturas, grabados, dibujos, estampas, impresiones, en definitiva, dos dimensiones, no tres; nada de volumen. Ya advertí que la representación del asunto es muy poco frecuente en otras artes, especialmente la escultura.

Pero hay algunos casos. El grupo en bronce que vemos, llamado L'Age mur una obra de Camille Claudel, escultora hermana del poeta Paul Claudel, está datada en 1900 y se exhibe en el Museo del Quay d'Orsay en París. A primera vista, podría decirse que se trata de una obra de Auguste Rodin, si bien si se observa con detenimiento, se apreciará un genio peculiar, distinto del rodiniano. De hecho, el hombre maduro que se aleja casi llevado en volandas por la vieja de alado ropaje, es Auguste Rodin y la jovencita desnuda arrodillada que trata inútilmente de retenerlo es Camille Claudel. Tres edades de la vida: juventud, madurez, vejez; tres edades en conflicto.

A los diez y nueve años de edad, Camille entró a trabajar con Auguste Rodin, que le sacaba veinticinco. En poco tiempo pasó de ser ayudante a ser su colaboradora, su modelo y su amante. La intensa relación duró varios años y, al final se rompió porque Rodin estaba vinculado a una mujer de su edad, Rose Beuret, la vieja del grupo. El resultado de la ruptura fue L'Age mur, una obra forjada a puro golpe de pasión, y una creciente inestabilidad emocional que acabaría con Claudel. Tuvo otra breve relación con Debussy. Hizo una última exposición en 1905 y, a partir de entonces, arruinada, despreciada por la crítica, abandonada por su familia, empezando por Paul que era exquisito poeta y piadoso cristiano, pero se portó muy mal con su hermana, cayó en estados de depresión que le hacían destruir sus obras. Por último, en 1913, a la muerte de padre, el último que aún la protegía, su odiosa familia consiguió encerrarla en un manicomio, en donde pasó los últimos treinta años de su vida sin que nadie fuera a verla, excepción hecha de una visita anual de su hermano, que no hizo nada por sacarla de allí.

En 1987 Bruno Nuytten llevó al cine la vida de Camille en interpretación de Isabelle Adjani y Gérard Depardieu (Rodin). El video recoge las últimas y tristes escenas. En 1989 Serge Reggiani compuso una canción, Camille, que forma parte de un disco fabuloso, Reggiani 89, que no he podido encontrar, pero cuyo estribillo, 2ª parte, dice:

Camille, la vie, c'est un superbe enfer
Et Dieu est un curieux sculpteur
Qui tue les statues qu'il préfère...
Actualmente, rehabilitada, se admite que Camille Claudel fue una gran escultora, con genio por derecho propio, un genio por el que hubo de pagar un terrible precio porque nadie, su familia ni sus amantes, estuvo dispuesto a reconocérselo.