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dimecres, 11 de març del 2015

Sobran las mujeres.

Ayer murieron tres mujeres supuestamente a manos de sus parejas masculinas. Dos españolas y una inglesa. Una, asesinada ayer mismo; otra fallecida ayer pero atacada hace ocho días; el cadáver de la tercera, muerta a raíz del ataque en septiembre, también apareció ayer. Dos jóvenes; una anciana. Uno de los detenidos está siendo interrogado; los otros, han confesado.

Si un grupo terrorista hiciera algo parecido, tendría a todas las policías del mundo tratando de identificarlo y persiguiéndolo. Estos otros terroristas están perfectamente identificados: son, somos, los hombres. Todos. Los asesinatos machistas vienen normalmente precedidos de violencia de género, incluso aunque no haya denuncia previa. Y la violencia de género está extendida en la sociedad, toda la sociedad, arriba, abajo, ricos, pobres, curas, seglares, analfabetos, letrados,  profesores o comerciantes. Está legitimada por siglos de literatura,  de códigos legales, religiones, sagradas tradiciones. A las mujeres hay que maltratarlas, violarlas, enseñarles su lugar en la vida y, si se empeñan en ignorarlo o cambiarlo, se las mata. Son crímenes cometidos por individuos, desde luego, o grupos de ellos, pero instigados, fomentados, justificados, tolerados y encubiertos por la colectividad, siendo cómplices, para mayor ignominia, muchas potenciales víctimas.

Bueno, ya se sabe, el machismo es un un vicio atávico, producto del patriarcado, que se irá corrigiendo con el paso del tiempo, con paciencia, con mucha paciencia. Los viejos y condenables hábitos (¡oh, sí, muy condenables!), no se cambian de la noche a la mañana, no es tan fácil, no hay que aburrir ni ser tan políticamente correcto, hombre. En el PP, por ejemplo, según Cospedal, no necesitan cuotas, porque ahí se muere y se mata al ritmo habitual.

Tres asesinatos de mujeres culpables de ser mujeres. Y no es noticia de primera. Las portadas se las llevan l@s polític@s, l@s banquer@s,  l@s corrupt@s y otr@s delincuentes. Y ningun@ ha encontrado un hueco, ni dos minutos, para condenar los tres nuevos casos de feminicidio. Están tod@s absorbid@s en otros menesteres que suponen, erróneamente, más importantes. Vamos bien.

¿Es exagerado resaltar el reciente ocho de marzo, el último terrible y magnífico Salvados y este triple crimen para pedir un momento de reflexión, un compromiso de tod@s por hacer algo en serio?

dijous, 8 de gener del 2015

Notas mínimas sobre la blasfemia.


Los responsables de la matanza de Charlie Hebdo son quienes la han perpetrado.

El Islam no es culpable. Lo es el fanatismo. Hace cuatro años otro fanático de extrema derecha, Anders Behring Breivik, asesinó en Noruega a tiro limpio a 77 personas. Y no es musulmán, sino cristiano; seguidor de los templarios, por más señas.

Las religiones son caldo de cultivo del fanatismo. Sobre todo, las tres del Libro, mosaísmo, islamismo y cristianismo. Las tres son muy crueles.

El islamismo parece la más bárbara. También es la más perseguida. Hace años que las otras dos, lo que llamamos Occidente, hacen una guerra de exterminio contra la otra. Persiguen a los islamistas, los encarcelan,  los asesinan, les roban sus tierras, les destruyen sus casas, matan a sus hijos, sus familias, todo lo cual obviamente, exacerba los fanatismos y los lleva al terrorismo, a los atentados suicidas, a la barbarie contra inocentes.

Un par de tuits de Willy Toledo ha levantado polvareda. Dice uno:  El Pentágono y la OTAN bombardean y destruyen países enteros, asesinan a millones, cada día. D verdad esperamos q no hagan nada? El propio Toledo no está justificando los atentados, los repudia, pero nos obliga a reflexionar sobre nuestro comportamiento. Lo que pasa hace años en Palestina, en Irak, en Afganistán, en Siria, también es terrorismo. Decapitar rehenes es abominable. Y Guantánamo ¿qué es?

Toledo tiene el don de la impertinencia. Está en la línea de San Mateo; "quien a hierro mata, a hierro muere" (Mat., 25: 52), sin hacer distingos sobre las manos que manejan los hierros.

Dos acontecimientos podrían ayudar a que el Islam se modernizara y entrara en la edad de la tolerancia: un cambio de actitud de Occidente y una reforma interna en la religión similar a la luterana en el cristianismo, que tanto hizo por civilizarlo. Lo primero depende de nosotros, de nuestros gobiernos, a los que hemos de presionar, cosa que no hacemos. Lo segundo depende del propio Islam, pero debiera hacerse lo posible por fomentarlo.

La lucha contra el fanatismo y el terrorismo, en defensa de la tolerancia y las libertades, empezando por la de expresión, es la lucha por la supervivencia de la civilización y la dignidad del individuo. Y debemos hacerla sin ambigüedad ni desfallecimiento.
 
Pero también debemos barrer nuestra casa y revisar nuestro comportamiento. Solo así tendremos la autoridad moral que invocamos en muchas ocasiones con harta hipocresía.
 
La Iglesia católica sigue siendo intolerante. Se ha apropiado -indebidamente a jucio de Palinuro- de la mezquita de Córdoba y la está llenando de simbología y parafernalia católica. Eso es intolerancia. El obispo de Alcalá niega sus derechos a los homosexuales y, si pudiera, seguramente haría algo peor con ellos. El ministro del Interior es fervoroso miembro del Opus, una secta que considera "pecado grave" la llamada blasfemia. No lo ha convertido en delito del código penal porque no ha podido, pero no por falta de deseos y porque, además, el delito de escarnio del Código Penal  (art. 525, 1) ya se le acerca bastante. Blasfemia es lo que los asesinos islamistas ha ido a castigar en Charlie Hebdo. La diferencia, nada desdeñable por cierto, está en la cantidad y el tiempo. Pero el parecido reside en el contenido.
 
La  blasfemia puede ser un pecado, según las convicciones morales de cada cual, pero no un comportamiento socialmente punible y mucho menos un delito. Es más, es un derecho. Mientras esto no esté definitivamente asentado, las tres religiones del Libro serán un peligro para la tolerancia y la libertad. Según la época de que se hable, unas más que otras.
 
Palinuro tributa profundo reconocimiento a todas las víctimas de ayer, mártires en la lucha por la libertad de expresión.

dissabte, 22 de febrer del 2014

Desarme simulado en diferido.

Las innovaciones cospedalianas sobre relaciones laborales se aplican también al campo de la política al más alto nivel que el Estado considera "política antiterrorista" y los terroristas, relaciones internacionales. Pero aun en ese orden excelso, de lo que trata siempre es de alguna marrullería. ETA ha escenificado en vídeo la entrega de un fusil, una pistola, dos revólveres y 16,5 kilos de explosivos. O sea el armamento de unas prácticas de seminario en algún zulo de entrenamiento. Una broma del estilo de un finiquito de Cospedal. Además ha sellado ante los mediadores internacionales un zulo, gesto cuyo valor solo será posible aquilatar cuando se sepa cuántos más están en funcionamiento.

Claro, nadie se lo ha tomado a bien. Solo los suyos del ámbito político, Bildu, advierten de que comienza el fin irreversible, pero es el gobierno con su intransigencia e inflexibilidad quien retrasa el proceso. Es una argumentación del viejo estilo, ya sin impacto. Los burgueses del PNV piden el desarme completo y tildan de "pequeño paso" el gesto. Los demás partidos exigen la disolución de la banda/organización y miembros del del gobierno hablan de "tomadura de pelo". El más estridente, como acostumbra a pesar de aspecto manso, el ministro del Interior, que rechaza la teatralización de la entrega, con ese tradicional desprecio de los cristianos viejos por el teatro.

Los mediadores internacionales parecen estar moscas, sospechando que puedan utilizarlos, y pretenden retirarse sin certificar más nada en tanto los gobiernos español y francés no se impliquen directamente. Igualmente les recomiendan que no detengan gente entre tanto, o sea, que hagan la vista gorda, lo cual es poco verosímil cuenta habida de que esos mismos gobiernos, sobre todo el español, justifican su política de negociación precisamente aplicando la ley a rajatabla.

Cierto, el desarme de ETA está siendo demasiado lento, lo cual no es muy inteligente. Su única razón para demorarlo y disolverse es mantener la amenaza de un retorno a la lucha armada. Después de dos años y medio sin atentados, ese amago carece de fuerza, es un cartucho sin pólvora. Además, los acontecimientos han demostrado sin lugar a dudas que la vía catalana, la independencia por medios políticos y pacíficos, es mucho más eficaz que los bombazos.

Quizá esta lentitud sea una táctica para dar peso a las declamaciones de Bildu culpabilizando al Estado y exigiéndole medidas favorables al proceso, como el acercamiento de presos y otras. Pero es una letanía vacua. Una vez iniciado el desarme, las reclamaciones ya no pueden respaldarse en la eventualidad de un retorno a la ilegalidad, sino en el funcionamiento de los mecanismos políticos representativos ordinarios.

Entonces, ¿por qué ese minimalismo cospedaliano, esa lentitud que únicamente fortalece a los sectores no interesados en la pacificación del País Vasco?

Solo caben conjeturas. La más obvia, la que habla de duros y blandos en la organización. Como cuando ETA se dividía en asambleas; unas enterraban el hacha de guerra y otras, no. Es normal. Pero después de más de dos años de inactividad (y gran actividad del frente independentista político que ha cosechado notables éxitos) hasta los más intransigentes deberían haber recapacitado. Aunque quizá eso sea pedir demasiado de unas gentes muy fanáticas y muy difíciles de reciclar en la vida civil. No debe de ser sencillo conseguir que quien ha vivido como un pistolero a gastos pagados acepte un puesto de conserje en una oficina.

O quizá se trate de una táctica de presión de ETA sobre el frente político. Ojo, que el comisario sigue activo y por eso aparecen los encapuchados, para desesperación del ministerio del Interior, en donde quisieran ficharlos. Aquí estamos para impedir que haya desviaciones de la hoja de ruta. Pero eso es absurdo porque redundaría en la deslegitimación de la opción política que, al aparecer como teledirigida, perdería apoyo en las elecciones, el único terreno en que pueden dirimirse las cuestiones civilmente.

Las dilaciones, los retrasos, la parafernalia internacional, con el vídeo para la BBC y los mediadores internacionales, solo revelan la desconfianza y el apego a un propósito de internacionalización del conflicto que ya ha fracasado. No le ha salido a Artur Mas, a pesar de que tiene más simpatías exteriores y mejor prensa, mucho menos le saldrá a los restos de una organización armada que lleva dos años y medio sin pegar un tiro y cuyos explosivos deben de estar ya pasados de fecha de caducidad.

Nota bene: no sé qué tal será Renzi en relación con Letta. Parece un hombre ágil y el otro un poco lento. Pero Renzi ha compuesto un gobierno paritario y ya solo por eso merece aplauso. Un aplauso crítico. ¿Por qué paritario? ¿Por qué andar calculando porcentajes para no incurrir en patriarcalismo? Porque nadie se ha atrevido aún a componer un gobierno con más mujeres que hombres. El día en que eso suceda y sea normal, podrá volver a haber gobiernos con más varones que mujeres y viceversa sin que nadie proteste. Pero parece que todavía queda algo.

dissabte, 11 de gener del 2014

De Hamburgo a Melilla, pasando por Burgos.

El fantasma de la guerra social es lento en desperezarse. Pero va llegando. De la periferia musulmana y eslava se acerca al corazón de Europa. Las imágenes a su paso se repiten: choques de manifestantes y policías, contenedores y barricadas en llamas, violencia, cargas, carreras, destellos de luces azules, coktails Molotov, pelotas de goma, gases. Se producen por sorpresa, sin planificación, en donde menos y cuando menos se espera. Son estallidos que generalmente toman a las autoridades por sorpresa. La reacción de estas suele ser la misma: mantener el orden público como sea. Pero eso no es tan fácil como cuando se trata de manifestaciones previstas y convocadas por organizaciones responsables con las cuales puede negociarse. Aquí, con estos estallidos espontáneos de rabia y violencia, anónimos, sin nadie al mando con quien parlamentar, sin un centro de imputación de responsabilidad, solo queda repartir leña, piensa la autoridad. Y recibirla, responden los enragés, vecinos, manifestantes. Y eso ya no es un panorama tan grato.

Son las ciudades, como siempre, los lugares de estas nuevas formas insurreccionales que, según se ve, tienen un efecto contagioso. Las redes, por donde las noticias de los disturbios de Hamburgo corrieron como la pólvora, ya criticaban que hubiera una especie de conspiración del silencio de los medios comerciales sobre la ciudad hanseática, tradicional bastión de la izquierda. Si los acontecimientos fueran en Caracas, se comentaba, abrirían todos los telediarios. Como es Hamburgo, silencio. Pero no en las redes. Hamburgo tenía varios #hashtags en Twitter. Sospecho que muchos de los que salieron ayer a la calle en Burgos y Melilla habían visto las imágenes de la batalla campal en la llamada Gefahrengebiet (o "zona de riesgo") como ámbito de exclusión que la prensa calificó de "estado de excepción" parcial. Incluso las imágenes falsas, porque en las redes lo real y lo falso se mezclan que es un placer. Por cierto, los manifestantes han reconquistado la zona de riesgo, al menos según Twitter.

En Burgos, cientos de vecinos del barrio del Gamonal se han amotinado y enfrentado a los antidisturbios. Otra batalla urbana. Se oponen aquellos a un plan de ordenación municipal. Quizá la oposición parecerá a algunos excesiva y sin duda habrá quienes suelten discursos sobre la necesidad de respetar los cauces legales. Pero es comprensible en un país cuyas autoridades de todos los rangos carecen de crédito; un país tan anegado en la corrupción que detrás de toda decisión pública se sospecha una corruptela, un nuevo expolio, otra malversación. Y eso mientras la gente ve que se desatienden las necesidades más elementales.

En Melilla, el estallido está, al parecer, relacionado con el reparto de empleos municipales estacionales entre la población de barrios marginales, musulmanes, como la Cañada. Algo que huele a caciquismo que apesta. A compraventa de votos. Pero por la especial naturaleza de la plaza, tiene un carácter particularmente conflictivo.  Melilla es el último bastión iconográfico del franquismo. Además de una estatuta al dictador, erigida en 1977, después de su muerte, la ciudad blasona de multitud de alegorías del llamado Movimiento Nacional. Ese carácter delicado se ha visto al saberse que en su día el Rey negoció a las escondidas con el embajador británico Gibraltar por tranquilidad en Melilla.

Suele plantearse la cuestión, sobre todo en las redes, de cómo es que, dadas las circunstancias, no hay una revolución o, cuando menos, una revuelta. Cómo no una insurrección. Hasta dónde va a aguantar la gente. El gobierno, que entró hace dos años arramblando con todo gracias a su mayoría absoluta, tiene soliviantado a todo el mundo, por clases sociales, por sexos, por sectores profesionales, por territorios nacionalistas y, últimamente, por ciudades. Es tal su ineptitud política que ha conseguido soliviantar a su propio partido con ese proyecto de ley contra las mujeres que nadie en su sano juicio puede defender.

Para hoy convocan en Bilbao los partidos nacionalistas una manifestación por los derechos humanos. Es la respuesta a la prohibición de la manifestación en favor de los presos previamente convocada. La Asociación de Víctimas del Terrorismo ha pedido también la prohibición de la segunda convocatoria. Parece que la manifestación se celebrará en un clima de especial tensión, alimentada por esa escenificación de un caso Faisán bis pero con ribetes berlanguianos, incluso estilo Gila. Esa segunda nota de prensa del ministerio del Interior que dejaba sin efecto el contenido de la nota anterior informando de unos registros, unas detenciones y unas incautaciones que aún no se habían producido, parece un ejercicio de literatura surrealista o, más todavía, del teatro del absurdo.

La fabulosa ineptitud del gobierno propicia el escenario que quiere evitar, la celebración de la famosa consulta catalana. Los socios europeos afirman que la cuestión es un "asunto interno" español y el gobierno se siente respaldado, sin entender lo obvio: que esa declaración es ambigua y puede dar por supuesta la celebración de la consulta, un referéndum. La dan ya también por supuesta algunos medios internacionales. La da el mismo gobierno, repartiendo prontuarios entre los embajadores para que defiendan la unidad nacional in partibus.

La pregunta es: ¿quién dijo a esta gente que podía gobernar un país?

(La primera imagen es una foto de Mietenwahnsinn.de, en Twitter. La segunda, una de Canal54Burgos, en Twitter. La tercera una de Informática CGT, en Twitter).

dilluns, 16 de desembre del 2013

Cuando solo queda la desobediencia

"Cuando un gobierno encarcela a la gente injustamente, el verdadero lugar de un hombre justo es la cárcel." Eso decía Henry David Thoreau, teórico de la desobediencia civil, hace más de ciento sesenta años. Y así sigue siendo a día de hoy.

Cuando un gobierno injusto, tiránico y arbitrario reprime a la población, coarta sus libertades, la castiga con leyes desproporcionadas, confiscatorias e inicuas, cuando persigue la disidencia, trata de silenciar la protesta y de acallar las críticas, cuando ciega todo cauce de manifestación pacífica y suprime la libertad de expresión e información, a los ciudadanos no nos queda más remedio que recurrir a la desobediencia civil.

Cuando ese gobierno comete las iniquidades a fin silenciar toda manifestación de disconformidad frente a sus políticas rapaces, ladronas, esquilmadoras, que empobrecen a la ciudadanía, la despojan de sus medios de vida, la cargan con exacciones ficales abusivas e injustas, privan a la gente de su sustento diario, le arrebatan su vivienda y en no pocas ocasiones también la vida, los ciudadanos no tenemos otra salida que la resistencia pacífica, entre otras cosas porque este poder tiránico está armado hasta los dientes con los medios represivos que adquiere con el dinero de todos los contribuyentes. Probablemente no haya espectáculo más repugnante que esos policías antidisturbios pateando bestialmente a ciudadanos indefensos que son quienes, con sus impuestos, pagan los salarios de esos animales coceadores.

Además de tantas iniquidades el gobierno es ilegítimo de origen y ejercicio, carece de todo crédito y autoridad moral al estar dirigido por un embustero compulsivo y sospechoso de corrupción y compuesto por ministros posiblemente tan corruptos como su jefe así como apoyado en un partido que, según los papeles a disposición del juez, es más una banda de malhechores que un verdadero partido. Por todo ello, la desobediencia a esta iniquidad es, además de una actitud ética, también estética. Que no se nos confunda a los ciudadanos con una banda de truhanes.

El ministro del Interior, miembro del Opus Dei, y más atento a los delirios de esta secta siniestra que al bien común de los ciudadanos, dice, con esa desfachatez que caracteriza a esta banda que su Ley Mordaza, pensada para amedrentar a la población, silenciarla e imponerle multas absolutamente desproporcionadas, confiscatorias mejora el derecho de manifestación. Es el mismo criterio, la misma falta desvergonzada de sinceridad y honradez que lleva a lo lacayos del diario ABC a sostener que, con su censura férrea y su trato de favor a los lameculos, La Moncloa ha devuelto la libertad de expresión a las ruedas de prensa.

Todo pura neohabla de esta asociación de presuntos malhechores que mienten cada vez que abren la boca. Mienten en el Parlamento (y al Parlamento), mienten a los jueces, mienten en los medios de comunicación, engañan y mienten sistemáticamente en sus declaraciones, a la par que agreden a insultan a los discrepantes.

En esas condiciones, ¿qué sentido tiene que los demás hagan como si el país no estuviera dominado por esta banda que lleva años robando y cumplan la función que les correspondería en el caso de que todo funcionara normalmente? ¿Qué sentido tiene que la prensa acuda a unas ruedas protagonizadas por un trilero que decide quién hace las preguntas e incluso las pacta de antemano para llevar las respuestas escritas pues él es incapaz de hablar sin chuleta? Ninguno, salvo que los periodistas quieran que se rían de ellos.

¿Qué sentido tiene que la oposición acuda a un parlamento que es un cuartel de obediencia cerrada al gobierno y en el que no le dejan cumplir función alguna en defensa de los intereses de los ciudadanos y, al contrario, se les convierte en objeto de injuria, cuando no de amenaza de agresión física, como ya ha intentado alguno de ellos, especialmente matonil y chulo? Ninguno, salvo justificar este remedo de democracia que no es sino una dictadura de hecho.

¿Qué sentido tiene que los ciudadanos cumplamos nuestras obligaciones cuando los gobernantes no cumplen las suyas? Y no solamente que no cumplan las ya mencionadas, sino ninguna.

Hemos de mantener nuestra dignidad ciudadana frente a los desmanes de un poder tiránico y arbitrario que, no teniendo suficiente con emplear a la fuerza pública como una partida de la porra al servicio de sus intereses, ahora se propone enrolar mercenarios privados, probablemente para "ajustar las cuentas" a los ciudadanos más críticos o díscolos. O sea, a los que tienen dignidad.

La desobediencia general y universal frente a la tiranía es la única salida.

(La imagen es una foto de Insumissia, con licencia Creative Commons).

diumenge, 15 de desembre del 2013

Contra la ley mordaza

Nunca jamás ha servido de nada intensificar la represión para acallar las protestas cuando estas son justas por ir contra los poderes tiránicos como el actual español. Nunca. La experiencia debiera servir de algo, pero no será el caso con este gobierno reaccionario, anclado en el franquismo y menos con los psicópatas que dirigen el ministerio del interior, unos hipócritas fascistas y meapilas que tratan de aterrorizar a la población con normas inicuas y actuaciones brutales de la policía en violación de los derechos políticos de la gente.

Cuando la Ley Mordaza que estos orates del ministerio han preparado entre en vigor, difundir imágenes como la de la ilustración (por cierto tomada de Twitter) puede suponer 600.000 o 30.000 euros de multa. Se considera falta muy grave por haber grabado a los policías haciendo lo que los granujas que han redactado este texto legal consideran que es el trabajo de la policía: patear ciudadanos indefensos de modo bestial y con abuso de autoridad, de tres, cuatro agentes (que ya debieran estar expedientados) contra un viandante al que después, sin duda, detendrán y acusarán de insultarlos y de resistencia a la autoridad. 

Frente a la tiranía de este gobierno corrupto, apoyado en un partido que es una banda de malhechores, los ciudadanos hemos de resistirnos y hacerlo por nuestra cuenta porque, como puede observarse, la oposición parlamentaria no sirve para nada.

Hay que convocar huelga indefinida y desobediencia general para parar el fascismo de estos delincuentes.

dijous, 12 de setembre del 2013

El fascismo ya está aquí.


La sesión de control del gobierno en el Parlamento fue vergonzosa. Rajoy sigue sin asumir responsabilidades, sin dar explicaciones de sus actos, sin informar a la opinión pública. Al contrario, sostiene que se mantiene en lo dicho el 1º de agosto, siendo así que no dijo nada y lo poco que dijo quedó de inmediato desmentido por los hechos. Es decir, se mantiene en seguir mintiendo. Un desprecio evidente a la representación popular, de la que pasa sin más, y tratando a la oposición con una altivez y una chulería más propias de una taberna que de un órgano legislativo.

Creí ver en la inadmisible intervención de Rajoy una muestra de ese proceso por el cual, la involución que el gobierno del PP está llevando a cabo en los órdenes laboral, sanitario, educativo, asistencial, cultural, científico, etc tiene un claro correlato en el orden político: un proceso de fascistización. Un cambio gradual y paulatino de las instituciones más o menos democráticas, subvertidas desde el interior por el partido del gobierno con el propósito de convertir el sistema político en una dictadura de hecho. Para argumentar en mi favor, rescaté una entrada del pasado mes de abril que precisamente se titulaba El proceso de fascistización, y que, leída ahora, me exime de mayores explicaciones acerca de qué se entienda por tal proceso.

Justo cuando me disponía a escribir esta entrada, desarrollando la de abril, se produjo el asalto fascista a la librería Blanquerna que todo el mundo pudo ver en directo en un vídeo. Mi primera reacción fue pensar que el asalto tenía que haberse producido con el consentimiento del gobierno, si no con su activa colaboración. Y, después de escuchar al ministro del Interior lamentando (pero no condenando) la barbarie nazi, me reafirmo en ella, como está expuesta en una entrada de ayer titulada: Los fascistas del gobierno al ataque.

A veces encuentro gente que me dice que exagero en mis apreciaciones. Son los mismos que luego las repiten tres o cuatro días más tarde como si fueran suyas. Una vez más queda claro que, de exagerar, nada. Ni en abril ni ahora. Llevamos dos años incubando el huevo de la serpiente fascista y este ha empezado a eclosionar. Tres factores, a mi juicio, han contribuido a traernos a esta situación que amenaza desastre a corto y medio plazo:

Primero. La recrudescencia del fascismo latente en las juventudes del PP, las Nuevas Generaciones, que se han pasado el verano aquí y allí, brazo en alto y exhibiendo banderas franquistas. La reacción del partido al que pertenecen estos zangolotinos ha sido restar importancia a los hechos, calificarlos de "chiquilladas", en atención a la corta edad de los participantes. Lo de la corta edad no valía para los casos, tampoco infrecuentes, en que cargos municipales del PP, incluso alcaldes, ensalzaban la figura de Franco, negaban sus crímenes, se reconocían franquistas. Aquí suele decirse que son idiosincrasias de este o aquel militante y asimismo se les resta importancia. Es la llamada banalización del mal, con ribetes de hispánica simpatía. En todo caso, el significado de estas reacciones del partido y el gobierno es el de la impunidad de las manifestaciones fascistas. De aquí a empezar a agredir a los ciudadanos y organizar pandillas para sembrar el terror no hay más que un paso que este verano se ha dado varias veces, con fascistas agrediendo a militantes de IU, por ejemplo, en Alcalá de Henares. No hay detenidos, que yo sepa, ni procesados por estos hechos.

Segundo. El gobierno de Rajoy ha vaciado de sentido las instituciones democráticas y procede como una dictadura de hecho. La mayoría absoluta en el Parlamento le permite bloquear toda iniciativa de la oposición y reducir el Congreso a una función decorativa. El empecinamiento en mantener de presidente del Tribunal Constitucional a un militante del partido del gobierno, prueba el propósito de someter los tribunales a su designio, como también lo hace con los que forman parte del Poder Judicial propiamente dicho. De hecho, cabe argumentar que su propósito es emplear la judicatura (ya lo hace con la fiscalía) al servicio de sus intereses, como antes hacía la derecha con los militares. El control sobre los medios públicos de comunicación es absolutoy estos solo sirven como máquina de propaganda y censura al servicio del gobierno.

Por supuesto, sigue habiendo Parlamento, tribunales de justicia, medios de comunicación. Pero el gobierno los controla o trata de controlarlos todos: ningunea el parlamento, obstaculiza la acción de la justicia e impone un discurso de propaganda a los medios. De derecho, es una democracia. De hecho, es una dictadura. Y, como es así, el gobierno no se molesta en ocultarlo, lo cual explica esa displicencia, impaciencia, arrogancia con que Rajoy sigue contestando con mentiras las interpelaciones de la oposición. Si esta no quiere morir arrollada, tendrá que ser más efectiva. La moción de censura ya tarda. Y, después de la moción de censura, retirada al Aventino. La oposición no puede ser testigo mudo, impotente y hasta cómplice de este proceso de consolidación del fascismo en España. Entre otras cosas porque, según muestra la experiencia, será la primera en caer si las cosas van a peor, lo cual trae sin cuidado a este gobierno.

Tercero. El enemigo exterior ha llegado en forma de separatismo catalán. Prueba evidente de que las vísperas catalanas han tenido una enorme repercusión. Los dos hechos de ayer, la cadena humana por la independencia de Cataluña y el asalto fascista a Blanquerna en Madrid son una metáfora nítida de la situación, de cómo están las cosas ahora y cómo pueden estar a corto plazo. De un lado, la reivindicación catalana: masiva, pacífica, pública, democrática, un ejemplo de civismo. Un movimiento reivindicativo político sostenido por la población civil. Del otro, un puñado de matones reventando un acto cívico, un grupo violento puesto a ladrar y rebuznar consignas elementales mientras agredía a la gente y se largaba lanzando gas lacrimógeno, probablemente del que use la policía. Ni un argumento y, el que lo ha dado, el ministro del Interior, ha recurrido a un necio esquema mental predilecto de Rajoy: la mayoría silenciosa de los catalanes no se ha manifestado. No se ocurre a estos lumbreras que la mayoría del pueblo español (silenciosa o vociferante) no ha votado al PP. O sí se les ocurre pero les da igual. Saben que gozan de impunidad. La misma que garantizan de hecho a las bandas de fascistas que amparan.

No exagero, buena gente. Mirad Blanquerna. Hay que pararlos.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimecres, 11 de setembre del 2013

Los fascistas del gobierno al ataque.


En el vídeo sobre el ataque nazi a la librería Blanquerna se ve perfectamente a varios de estos matones. ¿Por qué no están detenidos ya?

Porque son de los suyos. De los del gobierno. Si es que no fueron enviados directamente por el ministerio del Interior, uno de cuyos principales mandatarios, Cosidó, experto en provocaciones, comparte con estos animales muchos planteamientos.

¿A que la policía de Cifuentes no hace nada? ¿Cómo va a hacerlo si "son compañeros, coño"?

Blanquerna está situada en la acera de enfrente del Círculo de Bellas Artes, literalmente rodeada de policías y guardías civiles de servicio en unas u otras dependencias. Pero por allí no apareció ni uno. ¿Cómo iban as ir si quizá estuvieran de acuerdo, al contrario, para facilitar la agresión?

A ver si vamos despertando ya. Este gobierno es un gobierno fascista cada vez más escasamente disimulado. El presunto delincuente que lo preside actúa de forma dictatorial y su partido mantiene fluidas relaciones con los círculos de asesinos derechistas que pueblan el país, financiados con dineros de la patronal y organizados en las Nuevas Generaciones o esos alcaldes franquistas, añorantes de una dictadura genocida de la que sin duda se beneficiaron y que quieren ver repetirse.

La evolución de los hechos es un ejemplo de manual de cómo una endeble democracia evoluciona hasta convertirse en una dictadura fascista gracias a la política de un partido de derechas fundamentalmente antidemocrático como el PP que la vacía desde dentro, dinamita las instituciones, reprime las fuerzas sociales progresistas y protege y ampara a los criminales nazis que, repito, son los suyos.

Se veía venir desde que llegaron al gobierno y pusieron a los más fachas entre ellos -Cifuentes, Cosidó- al mando de las fuerzas de represión. Y se ha acelerado durante el verano: todos esos nazis  de las Nuevas Generaciones brazo en alto con las banderas franquistas eran los prolegómenos. Las excusas, las justificaciones, los disimulos de decir que no tenían importancia, que eran chiquilladas, apenas escondían lo que el PP lleva dos años gestionando: la vuelta de la dictadura.

Bien claro está.

dimecres, 17 d’abril del 2013

La ofensiva contra las mujeres.


Arrecia el patriarcado con fuego de todas las baterías. Desde el fondo del templo de Dios, Rouco reclama la derogación de las leyes del aborto y del matrimonio homosexual. La primera petición apunta directamente a la mujeres, para privarlas de un derecho esencial como es el de disponer de la propia vida. La segunda va contra todos los homosexuales, femeninas y masculinos. Nueva restricción de derechos para convertir a las mujeres (y, de paso, a los gais) en ciudadan@s de segunda. Rouco es el Bautista clamando a los pies del palacio de Herodes, hoy accidentalmente el Vaticano. Pero su destino es muy otro. No será su cabeza la que vaya en bandeja sino la de Eva o, mejor, Lilith, la personificación femenina del mal. 

Gallardón está ya estudiando, con su habitual capacidad para el sofisma, la forma de vaciar de contenido la ley de la interrupción voluntaria del embarazo sin que parezca que está haciéndolo. Es ese fabuloso espíritu de mixtificación que se encierra en la propuesta de que el ministerio de Justicia sube las tasas judiciales para garantizar la gratuidad de la Justicia. El hecho es que, si Gallardón cede ante las imposiciones clericales, serán los curas quienes gobiernen. Lo mismo que ha sucedido con el ministerio de Educación cuyo ministro se ha apresurado a cumplir las órdenes del episcopado en materia de enseñanza privada, supresión de educación para la ciudadanía e implantación de la doctrina religiosa. Y, en la medida de lo posible, la educación, segregada por sexos pues, según el ministro, esta segregación no discrimina, como se demuestra por el hecho de que también la hayan implantado los integristas de Hamas en Gaza.

Está claro: en donde los curas mandan, las mujeres llevan la peor parte. Siempre. Y a esa misoginia acendrada de la Iglesia se une la de una sociedad civil educada en los más preclaros principios del machismo andante. Ese alcalde que dice que las feministas lo son hasta que se casan, igual que los comunistas hasta que se hacen ricos y los ateos hasta que se estrella su avión, muestra la esencia misma del machismo. La equiparación de las tres circunstancias es tramposa. Lo del comunista y el ateo los involucra a ellos solos confrontados con circunstancias genéricas fuera de su control. Allá ellos con sus conciencias. Lo de la feminista es el resultado de una interacción entre dos seres humanos, un dominador y una dominada. Es una relación de violencia. Esa presumida renuncia al feminismo por razón de matrimonio es la formulación vulgar de la leyenda de la doma de la bravía, aunque no tan vulgar como su manifestación de sobremesa cuando los hombres explican el comportamiento de una mujer porque es una malfollá que lo que está pidiendo es un macho.

El cargo del PP que hace unas fechas dijo que las leyes, como las mujeres, estaban para violarlas, dimitió acto seguido. Era una brutalidad demasiado pétrea para edulcorarla de algún modo haciéndola pasar por una de esas estúpidas incorrecciones políticas que invocan quienes no tienen ni idea de lo que es la corrección política. El alcalde en cuestión, sin embargo, para no dimitir ha acabado diciendo lo contrario de lo que afirmaba, admitiendo que no se puede generalizar, que algunas feministas lo hacen y que él lo encuentra lamentable. ¡Lamentable! Si son esas las que prueban la veracidad del supuesto de que, en el fondo, las feministas lo que quieren, como todas, es casarse con un hombre que las mantenga. Lamentablemente, claro.

La defensa de los derechos de las mujeres es la primera línea de la defensa de los derechos fundamentales.

dimecres, 27 de febrer del 2013

Yolanda.

El 1º de febrero de 1980 dos criminales, Emilio Hellín Moro e Ignacio Abad Velázquez, secuestraban, torturaban y asesinaban de tres disparos en la cabeza a una chica de diecinueve años. Se llamaba Yolanda González, era vasca y vivía en Madrid, en donde estudiaba formación profesional y militaba en un grupúsculo trostkista. El frío relato de los hechos en Wikipedia da una idea de la época y ayuda a comprender el espíritu de la transición: los militantes de Fuerza Nueva andaban asesinando gente, como habían hecho -ellos u otros de la misma vena- con los abogados de Atocha, con la connivencia, cuando no la activa ayuda de la policía.

Hoy, treinta y tres años después de aquel crimen, nos enteramos de que el ministerio del Interior tiene contratado al asesino de Yolanda como asesor o instructor o adoctrinador de la policía y la guardia civil. Tras haber cumplido de forma bastante accidentada una parte de la condena original, el sujeto ha mudado de nombre y, entre otras, realiza las colaboraciones señaladas y alguna más para ocasionales autoridades del PP. Aquí se plantea la cuestión de qué sucede con los delincuentes cumplidos y su reinserción social. Seguramente. Pero el delito de Hellín, sobre ser especialmente odioso, tiene unos elementos de ideología política imposibles de ignorar. El asesinato de Yolanda fue un crimen político, un acto de terrorismo típicamente político. Que yo sepa, Hellín no ha pedido perdón ni mostrado arrepentimiento por el crimen cometido. ¿Acaso esas exigencias se plantean únicamente a los etarras o proetarras? Con tanta mayor razón aquí porque no existe garantía ninguna de que el Hellín de extrema derecha no aproveche su posición para orientar ideológicamente las actividades de la policía o, incluso, para cometer una nueva fechoría. La muestra de arrepentimiento tampoco sería una garantía, pero es de todo punto exigible.


Hellín fue contratado por el ministerio en 2006. Entonces era responable de Interior Rubalcaba. Quiero creer que el ministro socialista no sabía a quién se contrataba para la instrucción de la policía. No me cabe en la cabeza que lo supiera y no dijera nada. Y, si es así, ya está tardando en comparecer en público a decirlo. ¿O le parece bien contratar a un criminal fascista que no se ha arrepentido?

Veintiséis años después de su muerte, Yolanda fue asesinada de nuevo en su memoria por quien la había matado y quizá con la connivencia de quienes entonces lo ayudaron.

diumenge, 13 de gener del 2013

Mundos aparte y un poco de vinagre.

Aplausos fervorosos a la joven Camila Vallejo, candidata a diputada al parlamento chileno por el Partido Comunista. Tiene en su haber el liderazgo del movimiento estudiantil de oposición del año pasado que hizo claudicar al gobierno en sus aviesas intenciones. La presencia activa de l@s jóvenes en las instituciones es imprescindible en nuestras democracias si de verdad queremos regenerarlas. Su radicalismo y su falta de ataduras de intereses creados les dan la fuerza necesaria para ello. Los políticos, los políticos profesionales, todos de mediana edad para arriba, salvas contadas excepciones de acólit@s, no pueden resolver los vicios de funcionamiento de las instituciones porque son sus principales beneficiarios.

Según El Pais de hoy, el 96% de la población cree que hay demasiada corrupción en España o que es "muy alta" o algo así. ¡Aleluya! Por fin se percata el personal. Hace unos meses, la corrupción no era siquiera un problema. Y hace algunos más, Camps salía elegido en Valencia con mayoría absoluta reforzada. Es una muestra obvia de la profunda sabiduría popular. La vox populi, vamos. Alta lo es la corrupción un Rato largo. Llega a las más elevadas instancias del Reino. Y, además de alta, generalizada, universal, asfixiante. Los gobiernos -no todos, desde luego- se dedican al saqueo. Lo llaman privatización, externalización, liberalización y siempre quieren decir quedárselo ellos, sus parientes y amigos (a los que tienen salpimentados por la administración pública, a veces a cientos, como el tal Baltar), cofrades, seguidores y asociados en inteligentes operaciones mercantiles. Regenerar esta situación de corruptela general no va a ser fácil. Una situación en la que un hombre con la hoja de servicios de Rato es contratado como asesor por Telefónica y no sucede nada no es sencilla de remediar.

Por eso está muy bien que irrumpa la juventud en las instituciones. Los partidos de izquierda deben darle paso con generosidad. Podían también abolir esas juventudes que suelen tener como lugar en donde aparcar las energías juveniles para ir luego cooptando a l@s más dóciles. Y si, además de jóvenes, son mujeres, servicio doble a la causa. La juventud tiene un potencial de cambio muy fuerte, pero las mujeres jóvenes lo duplican. Por eso, aplausos, renovados aplausos y aplausos también al país en donde esto sucede. Ojalá pase también en España.

La foto de Camila se encuentra por doquier en la prensa. Google da 429.000 resultados. En esta época mediática la imagen es muy importante y Camila es fotogénica y atractiva. Doble valor para la causa de las mujeres que quizá sea la causa más importante de nuestro tiempo.

Porque mientras Palinuro aplaude la naticia de Camila Vallejo, no puede dejar de pensar en esas dos mujeres que, con diferencia de días, han sido violadas en grupo en la India y la primera, además, torturada y bárbaramente asesinada. De esos casos vamos a encontrar muchas menos fotos. De las infortunadas, ninguna. Algún medio se atrevió a publicar una imagen del rostro tumefacto de la primera violada agonizante, pero ha desaparecido de la red. Es otro mundo, ¿verdad? Vivimos en mundos aparte. El planeta es el mismo pero en Chile una joven atractiva puede presentarse candidata a diputada y en la India esa misma muchacha no puede subir a un autobús sin peligro para su vida.

Es injusto que la gente se muera de hambre en el África, o a tiros en Ciudad Juárez, que los gobiernos rebajen los salarios de los trabajadores, las empresas despidan sin contemplaciones y exploten trabajo esclavo e infantil en otros países, es injusto que los niños no tengan igualdad de oportunidades en educación ni los adultos en sanidad. Sin duda. Pero la metáfora de todas esas injusticias es que en la India, en el África, millones de mujeres vivan bajo el permanente temor a ser violadas, torturadas, asesinadas cuando menos lo esperen, "cualquier día, en cualquier esquina."

Los hombres no sabemos lo que es eso, aunque podíamos intentarlo.

Es más, nos tranquilizamos pensándonos superiores. Aquí "eso" no sucede. No es imaginable. Tenemos la pulsión controlada: medio centenar de asesinadas al año y unos cientos de maltratadas. O sea, no estamos tan lejos. No estamos tan lejos. Y los medios debían ayudar a recordarlo, no cediendo a los aspectos fáciles de la comunicación.

dijous, 27 de desembre del 2012

Machismo.

Bueno, vamos a ver. Esas cuarenta y seis mujeres asesinadas -la cuota sangrienta de una violencia que tiene muchisimas más víctimas- son, o deben ser, un aldabonazo en la conciencia de la colectividad. Sumadas a las cuarenta y tantas o cincuenta y tantas del año anterior y el anterior, obligan a una reflexión a fondo sobre las causas. No podemos admitir que una determinada cantidad de hombres mate a sus parejas con la misma inevitabilidad con que a partir de ciertos grados, hierve el agua.
No podemos tratar de disfrazarlo u ocultarlo con circunloquios tan falsos como cursis. Esa violencia en el entorno doméstico con que la inenarrable ministra de Sanidad pretendió, como buena cipaya de género, escamotear el comportamiento asesino del machismo, carece de toda dignidad intelectual; como ella misma.
Tampoco podemos obstinarnos en abordarlo como una problema legal. Es preciso, sí, legislar para prevenirlo y castigarlo. Legislar más y mejor. Pero no basta con legislar. Debe abordarse con un enfoque integral, haciendo intervenir todos los factores posibles. Empezando por la educación, tanto en la escuela como en la familia y la que se transmite a través de los medios.Si el ministro Wert, otro fenómeno de la España Hurraca, sostiene que la separación por sexos en la enseñanza no es necesariamente causa de discriminación en favor o contra de nadie, juega al sofisma ya que la separación, sobre ser causa, es ya efecto de la discriminación. La separación es, obviamente, discriminación.
El enfoque integral implica la revisión permanente de una infinidad de prácticas sociales por insignificantes que puedan parecer. Es un proceso también educativo, pero del conjunto de la sociedad, a lo largo de toda la vida, no solo en la escuela. Es la aplicación de la perspectiva de género, que debiera ser universal e incuestionable porque se trata de devolver a la mitad de nosotros la dignidad que hace siglos viene negándosele. Cuando un cura italiano dice que la culpa de la violencia machista es de las mujeres por ir por ahí provocando cada vez más, u otro clérigo en Canarias achaca asimismo a la desenvoltura de los chavales la pederastia del clero, la estupefacción general apenas oculta el hecho de que se trata de manifestaciones de un sentir latente muy generalizado en la sociedad patriarcal.
Lo mismo pasa con las burlas sobre la corrección política. La prensa está llena de individuos que presumen de incorrección política a título de rebeldía, como esos lacayos del poder que dicen estar contra todo poder cuando no mandan los suyos. Suelen ser los aficionados a contar chistes verdes, generalmente denigratorios hacia las mujeres, en esas sobremesas densamente estúpidas de machos ahítos que son el orgullo de la estirpe hispana de Braulios larrianos.
Más en concreto, es preciso disipar cualquier ambigüedad, conformismo y enfrentarse a toda agresión de género, se dé como se dé. Hace unos días leí un estupendo artículo de Lorena Aguilar Aguilar en Caos en la red titulado No es piropo, es acoso callejero en donde se consideraba la costumbre del piropo una forma de agresión de género. Aunque es un poco blando para mi gusto, pues parece sugerir que si la agresión fuera "de verdad" piropo, sería admisible, me sentí identificado de inmediato con él. Hace veinte años se me ocurrió decir por la radio en Onda Cero que el piropo era una manifestación de machismo y se me vino encima una avalancha de críticas de todo tipo con los manidos argumentos en defensa de esa forma de violencia: es un arte, tampoco es para tanto, a las mujeres les gusta, es inevitable, es un reconocimiento de la belleza, es ingenio popular, etc., etc. Todas falacias de manual, generalmente esgrimidas por los mismos que justifican de modo parecido la tortura y muerte de los toros en las corridas. Hay también toques patrióticos: el piropo, amig@s es muy español. Cierto, cierto, menuda desgracia. No me consta traducción aceptable del término en otras lenguas como el francés, el alemán o el inglés. Lo más cercano parece ser cumplido, también existente en español, prueba de que no es piropo. Además de otras cosas, el piropo es una grosería.
Los asesinatos de mujeres están ya en potencia en los últimos rincones y pliegues de nuestra cultura, desde los piropos a la instrumentalización del cuerpo femenino en la publicidad, hasta en el lenguaje. Y no se diga nada de la religión. De todas las religiones. ¿Cómo no va a ser feminicida una cultura cuya religión empieza por decir que la culpa del pecado original la tiene la mujer, Eva?
Y una última consideración de rabiosa actualidad. Son los nuestros tiempos de penuria, de empobrecimiento, de desempleo, inseguridad, injusticia, atropellos. La inmensa mayoría de la población pasa penalidades. Hombres y mujeres. Pero las mujeres padecen una desgracia añadida: a su regreso a casa, su pareja puede asesinarlas. No falla: las mujeres siempre llevan la peor parte. Y, si son negras, ya ni hablamos.

dijous, 15 de novembre del 2012

Después de la huelga, la manifestación.

La jornada de HG culminó con manifestaciones multitudinarias en muchas ciudades españolas que han permitido visualizar mejor el grado de oposición e indignación suscitado por la política injusta, clasista e inhumana del gobierno. En bastantes lugares se dice que son las más concurridas que se hayan visto. No obstante, Cifuentes, la gobernadora de Madrid, calcula la asistencia en la capital en 35.000 personas. De la falsedad de esta afirmación puede hacerse una idea cualquiera (incluida Cifuentes) que eche una ojeada a esta magnífica foto de Álvaro García en El País, que ha corrido por la red mundial como la pólvora. 35.000 hubo en Santander y en Valladolid. En Madrid, diez veces más.
Ese intento absurdo del gobierno por negar los hechos a la vista de todos prueba el nerviosismo de las autoridades por el aumento de la oposición y la resistencia populares a sus políticas. Un miedo que lo ha llevado a pedir y lograr una improvisada comparecencia del comisario europeo competente en la materia, Olli Rehn, a decir que no se pedirán más ajustes a España. Confía el gobierno en que los españoles otorguen más crédito a Rehn del que le conceden a él. Pero es inútil. Todos saben que Rehn miente tanto como Rajoy. Que se lo pregunten a los griegos.
En la calle, las órdenes de la policía han sido similares: a palos con los manifestantes al menor pretexto y hasta sin pretexto. Hay que escarmentar a la díscola población autóctona y mostrar a los alemanes que se está dispuesto a hacer lo que sea por cumplir sus órdenes. Así que la represión se ha extremado. La odiosa práctica de enviar agentes provocadores ("infiltrados" los llaman cuando son delincuentes de hecho) se ha generalizado en Madrid y en Barcelona. En la ciudad condal, la actuación de los Mossos ha sido especialmente brutal, con pelotas de goma a voleo y agresiones a menores de edad. Seguramente la Generalitat quiere demostrar a sus votantes que sabrá machacar a la población en una Cataluña independiente y que Madrid no ostenta el monopolio de la barbarie.
Aunque lucha con denuedo por mantenerlo. En la capital se habían preparado para los peores supuestos, como se prueba por la ostentosa presencia de policía montada frente a las Cortes. Fue tanto el hostigamiento y tanta la agresividad de las llamadas fuerzas del orden que, al final de la jornada, en Atocha y Santa María de la Cabeza se pasó a mayores con barricadas incendiadas y sedes de bancos reventadas.
Así que, a tono con las declaraciones de la directora general de la policía, Díaz, el gobierno considera "normal" una jornada de huelga general que ha paralizado buena parte del país, ha sacado a cientos de miles de ciudadan@s a las calles y ha dejado un reguero de detenid@s, herid@s y destrozos urbanos de consideración. El día en que el gobierno considere que la situación es "anormal" será preciso guarecerse en los refugios.
Esa costumbre de informar sobre la realidad negándola es la práctica de una actitud consistente en gobernar de acuerdo con una doctrina, la neoliberal, y como agente y brazo ejecutor de decisiones que se toman en otras latitudes. De ahí que Rajoy haya dicho ya que mantendrá el rumbo y no habrá cambios. Los sindicatos siguen pidiendo un referéndum, pero esa no es una actitud muy inteligente. En primer lugar es muy difícil hacer un referéndum sobre algo tan complejo como una política económica ("los ajustes") en su conjunto y, por tanto, sería en realidad un plebiscito sobre Rajoy, lo cual no nos llevaría muy lejos. En segundo lugar, en caso de ser factible, el referéndum no resolvería nada pues no revelaría alternativa alguna a las políticas que se condenaran. Salvo que sirviera para convocar elecciones anticipadas. Pero, en ese supuesto, ¿por qué no empezar por ahí y pedirlas? Razones sobran: Rajoy ha tomado medidas que nada tienen que ver con el programa con que ganó las elecciones. Fue, por tanto, una victoria fraudulenta que deslegitima al gobierno. En tercer y último lugar, las movilizaciones sociales son el único lenguaje que entiende este gobierno, cuya política parlamentaria es inexistente y coinciden con un derecho de la ciudadanía, el de manifestación. Así que eso es lo conveniente: mantener la protesta extraparlamentaria siempre dentro de los límites de la no violencia y, si acaso, la desobediencia civil que es, por definición, pacífica. Para forzar al gobierno a negociar. Igual que ya lo hace con los empresarios, con los banqueros, la iglesia y las instituciones financieras internacionales, que lo haga con la oposición parlamentaria en primer lugar, con los sindicatos y con la extraparlamentaria en segundo, incluida la comunidad de internautas, coordinada en las redes sociales. 
Eso sería lo democrático en lugar de este trágala neoliberal y nacional-católico impuesto a palos en las calles.

dimecres, 31 d’octubre del 2012

La dignidad del hombre.

El otro día, en una intervención parlamentaria, el ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo, se soltó la melena en un alegato filosófico en contra del colectivismo en el que sostenía que la base antropológica de su partido, el PP, su principio mismo, era el individualismo, entendiendo por tal aquella actitud que pone al individuo en el centro de la acción social. El individuo, el sacrosanto individuo, es el alfa y omega de la acción del PP.
Es una doctrina acrisolada que, el ministro lo sabrá, echa raíces profundas en el pensamiento occidental. Es parecer general que el Renacimiento, el espíritu moderno, tiene uno de sus orígenes en la Oración por la dignidad del hombre, escrita en 1486 por Giovanni Pico della Mirandola, Conde de la Concordia. La historia viene de mucho más atrás, de los griegos, desde luego y, con reservas, de los caldeos. Pico recoge la tradición de Hermes Trismegisto y Alá sarraceno cuando hablan de la maravilla que es el hombre. En algún lugar Sófocles hace decir a uno de sus héroes que el mundo está lleno de maravillas pero la más maravillosa de todas es el hombre. La dignidad del hombre radica en su ser maravilloso. Por el camino hacia Pico, Tomás de Aquino precisaría que esa maravilla del hombre residía en su carácter divino, en ser obra de Dios, uno con Dios. Pico, sin embargo, gran padre del humanismo, atribuye esa maravilla a la facultad que tiene el hombre de hacerse a sí mismo en uso de su libertad. Esa es su dignidad. Viene luego Kant y redondea la jugada al afirmar que la humanidad es santa en cada uno de sus individuos. La Declaración de derechos del hombre y del ciudadano respira kantismo en la universalización de la dignidad del hombre que constituye su mismo meollo. Cuando más tarde Nietzsche irrumpe impulsando al hombre a llegar a ser el que es, en realidad, cierra el círculo pues eso era lo que decía Pico: ¿Quién no admirará al hombre? (...) Pues es así que él mismo se forja.
Efectivamente, aunque un tanto tosco en su exposición, el alegato de García Margallo descansa sobre la sólida, pétrea, roca del humanismo y, probablemente, dada su adscripción ideológica, del humanismo cristiano. La dignidad del hombre. La supremacía del individuo, templo de Dios y titular de derechos.
Pero eso es la teoría. Después viene la práctica. No lo que García Margallo dice sino lo que García Margallo hace y, con él, sus compañeros de gobierno. El modo en que están gestionando la crisis no es ni por asomo compatible con ese individualismo humanista sino, en todo caso, con el individualismo darwiniano del lobo solitario. Todas las medidas del gobierno han ido en detrimento de los sectores más desfavorecidos, que provocan, desahucios, suicidios, emigración, exclusión, xenofobia. No es cosa de detallar aquí las injusticias del gobierno en términos económicos y las posibles alternativas pues es asunto suficientemente analizado. Las medidas son de rapiña. Se sustrae a los pobres para favorecer a unos ricos insacibles. El rasgo más característico de la crisis es la codicia y la codicia solo sobrevive expoliando a sus semejantes.
Esa es la práctica que atenta contra la dignidad del hombre y que deslegitima por entero la acción del gobierno porque va acompañada por una actitud de desprecio por los derechos del individuo. Lo más palmario, a la vista de todo el mundo, es que la represión policial de la disidencia política conculca sistemáticamente derechos de los individuos. Tan a la vista de todo el mundo que el director general de la policía pretende prohibir la difusión de imágenes privadas en la red que muestren las fuerzas de represión haciendo su trabajo. Los más vulnerables y débiles: jóvenes, parados, funcionarios, mujeres, dependientes, jubilados sufren directamente las consecuencias de esa acción de gobierno basada en favorecer los privilegios de los ricos, despojar de lo necesario a los pobres y reprimirlos brutalmente cuando protestan, con desprecio absoluto a los dramas individuales. Un intento descarado de imponer la censura. Un soberano desprecio a la integridad física y moral de las personas.
Pero lo más palmario no es lo más grave necesariamente. Lo más grave es el firme propósito del gobierno de imponer por ley al conjunto de la sociedad sus convicciones ideológicas partidistas y de secta religiosa como si fueran evidencias, sus prejuicios y puros delirios como si fueran verdades científicas. Más grave porque implica un intento de control de las creencias de los individuos, acompañado de otro de manipulación a través del monopolio de los medios públicos de comunicación, dedicados al adoctrinamiento de la opinión.
En la teoría todos los gatos son pardos. La práctica real es el desprecio a los derechos del individuo. El ataque a la dignidad del hombre revela  su clave profunda en la existencia de cinco a seis millones de parados. Ahí es donde el capital y la derecha sitúan la dignidad del individuo, en una condición de inseguridad y humillación, en su condición de dependencia. La derecha no quiere tratar con individuos conscientes de su dignidad sino con seres mermados, acobardados, sometidos a la arbitrariedad del capital. No quiere derechos de las personas, sino esclavos sin derechos. De ahí que su acción vaya siempre en contra de la dignidad del individuo de la que García Margallo ignora todo excepto la vacía retórica. Y de esa oposición al desprecio a la dignidad del individuo viene el movimiento de los indignados, esto es, quienes actúan en pro de su dignidad humana y, con ella, de la de todos los demás.
NB: no he considerado necesario advertir desde el comienzo que la dignidad del hombre incluye a la mujer, admitiendo de mala gana la excusa de que la forma masculina ya engloba la femenina. Pero no está de más recordar que el título correcto debiera ser la dignidad de la persona.
(Las imágen son fotos encontradas en Twitter y sin atribución de autoría. Se emplea aquí bajo presumida licencia Creative Commons. De no ser así, un aviso a Palinuro bastará para eliminarlas.

dissabte, 29 de setembre del 2012

El momento decisivo

En este momento, Neptuno está así y todavía falta por llegar mucha más gente que está en Sol. Es una foto aérea de El diario.es. Los fascistas del gobierno y, en especial, Cifuentes, están fracasando en su intento de silenciar lo que está sucediendo. Hay miles y miles y miles de gentes rodeando el congreso en Madrid. Y no solo en Madrid; también en otros puntos de España. Es un amanecer de la conciencia democrática de un pueblo que está harto de que lo expolien, lo apaleen y lo detengan.
El fracaso de Cifuentes es obvio: todos los periódicos están dando en streaming lo que pasa. Las televisiones están mudas pero esto solo es la prueba definitiva de que las televisiones son y han sido siempre meros tigres de papel o, para decirlo en recio castellano, una mierda. Lo que vale es la prensa (sobre todo la digital) y la radio.
También los medios extranjeros están dando la noticia de que el gobierno español impide que la cobertura de lo que está pasando. Ya lo he visto en Francia, Alemania e Inglaterra- El asunto es del dominio público.
Aunque Botella ha colaborado como corresponde a su fascismo también intenso, prohibiendo que se instalen medios para dar cuenta de lo que sucede, los fascistas están perplejos y no saben qué hacer. Si estuvieran seguros ya habrían dado la orden de cargar, en el entendimiento de que, antes, habrán dicho a los policías que sean especialmente brutales. Pero no lo están. Son miles, cientos de miles los ojos mirando. El secreto al garete. Y cada minuto que pasa hay más gentío y es más imposible despejar el patio.
Si, por fin, la orden llega, ¿qué pasará? Lo más fácil es que sea un espectáculo dantesco y que haya heridos quizá algún muerto.
¿Y luego? ¿Y mañana?
La revolución está en marcha y no serán las porras de unos gorilas a las órdenes de unos imbéciles fascistas los que la detengan.

Preparando la masacre
.

Desde las 16:00 del día de hoy, 29 de septiembre, la policía de Cifuentes está impidiendo que se instalen televisiones en la plaza de Neptuno y en Sol. Además, están echando a la prensa del lugar. La conclusión es obvia: no quieren testigos de sus brutalidades y delitos en contra de la población pacífica. No quieren que los graben agrediendo a gente indefensa, arrastrando ancianos, apaleando niñas. No quieren que sus delincuentes a sueldo, a los que llaman infiltrados, aparezcan grabados mientras cometen sus infamias.
Es obvio que están preparando una masacre como escarmiento.
Cualquier gobierno que impida la libertad de expresión e información y oculte las ilegalidades de su policía deja de ser un gobierno democrático y se convierte en un puñado de fascistas y forajidos. Es por tanto imprescindible que la oposición exija cuentas en el Parlamento y pida la dimisión de esta peña de fascistas, la dimisión ipso facto del ministro, Fernández Díaz, del director general de la policía, Ignacio Cosidó y de la delegada del gobierno Cristina Cifuentes. Y que lo haga toda la oposición de izquierda, clara y rotundamente. Que el PSOE abandone ya esta oscura ambigüedad de la actual dirección rubalcabiana y se sitúe por fin del lado del pueblo. Si no lo hace ahora, con la que se avecina, habrá firmado su sentencia de muerte. Todos entendemos que la izquierda debe ser moderada y pactista y procurar el entendimiento y la estabilidad... cuando se puede. Cuando no se puede, estos términos se convierten en uno solo: complicidad y el PSOE no va arrastrarnos a la complicidad con los fascistas porque, para decirlo con suavidad, no nos da la gana.
Además de protestar enérgicamente en Parlamento, la oposición y todos los ciudadanos debemos pedir la presencia de observadores internacionales, prensa extranjera, que puedan contar lo que está pasando aquí.
Muchos ciudadanos con viviendas en los lugares de las protestas están ofreciendo sus balcones y terrazas para que se pueda fotografiar y grabar desde ellos. Hay que aprovecharlos. El destino de mucha gente depende de que se pueda dar cuenta de lo que la policía está tramando.
El fascismo no quiere publicidad, quiere secreto y silencio para perpetrar sus crímenes y solo luego de perpetrados quiere que se sepan para aterrorizar a la gente. Es todo tan repugnante que da asco solo de escribirlo.
Pero hay que hacerlo. Cuando un gobierno, además de estafar y robar a los ciudadanos quiere reprimirlos, no dejarlos expresarse y masacrarlos, ya no es un gobierno legítimo sino una cuadrilla de delincuentes.
Una última consideración: es imposible que la policía se deje manipular al extremo de apalear al pueblo sistemáticamente en defensa de los intereses de los señoritos, los curas, los ricos, los banqueros. Tiene que haber algo más. ¿No estarán los los gobernantes dando pagas extras a los antidisturbios a cuenta como siempre del dinero público? Es importante que la oposición exija ver el sistema retributivo de los antidisturbios, que son funcionarios como los demás.
Y ¿qué nos apostamos a que, además de impedir las cámaras de TV y las fotos y los periodistas, estos fascistas intentan bloquear internet y las redes sociales?
Ya lo sabían los griegos: a quien los dioses quieren perder, primero lo vuelven ciego o loco. ¿No ven los fascistas que están alimentando un movimiento que no podrán parar?
(La imagen es una foto de Popicinio_01, bajo licencia Creative Commons).

dimarts, 25 de setembre del 2012

El estado de excepción no declarado de la delegada Cifuentes.

Aviso.- Esta entrada la escribí hoy sobre las 16:00, antes de ir a la concentración en torno al Congreso. A la vuelta, no veo razón alguna para cambiar una sola coma. Al contrario, tendría que añadir algo sobre la actitud chulesca y provocativa de la policía en todo momento, obviamente, ordenada por esa delegada del gobierno de talante fascista.

Hoy, 25 de septiembre, desde primera hora de la mañana y cumpliendo órdenes de la delegación del gobierno de la capital, la policía ha rodeado y acordonado el Congreso de los Diputados, impidiendo el normal desarrollo de sus actividades, causando quebradederos de cabeza a todo el mundo y afectando gravemente la actividad de los comercios de la zona. Responsable: Cristina Cifuentes.
Asimismo, como grupos de incontrolados, los policías merodean por las calles aledañas a la Carrera de San Jerónimo, hostigando a los transeúntes pacíficos, acordonando y cercando a grupos que le parecen sospechosos, actuando con total arbitrariedad, identificando sin causa alguna a los ciudadanos y tratando de amedrentar a la población. Responsable: Cristina Cifuentes.
Igualmente, como si de bandas de asaltacaminos se tratara, hay retenes en las entradas a Madrid deteniendo a su capricho los autocares que les parecen, obligando al pasaje a bajar, registrándolo y cacheándolo sin justificación alguna y levantando atestados por delitos imaginarios, como el hecho de llevar una careta de la V de Vendetta. Responsable: Cristina Cifuentes.
Todo lo anterior es, en realidad, equivalente a un estado de excepción encubierto (Cifuentes sabe mucho de encubrimientos. Ya dijo que el proyecto de rodear el Congreso era un "golpe de Estrado encubierto"), ilegal por no estar declarado y en el que la policía actúa con total discrecionalidad y arbitrariedad reprimiendo a los ciudadanos y conculcando sus derechos. Esto es, se trata de la actuación descarada de un Estado policial y represivo. Responsable: Cristina Cifuentes.
Ignoro en qué medida esta barbarie represiva que huele a fascismo a distancia y puede llegar a provocar alguna desgracia está instigada desde instancias más altas, como el ministro del Interior o el presidente del Gobierno. Lo que está claro es que el rostro visible de esta desmesura represiva en contra de los derechos y libertades de los ciudadanos es el de Cristina Cifuentes, quien ha salido en todos los medios a propagar sus embustes; a saber:
a) que la acción popular es ilegal. Mentira: es legal. Lo único ilegal es lo que hace ella.
b) que es un "golpe de Estado encubierto". Lo único encubierto aquí es el estado de excepción aplicado por la doña pero no declarado.
c) que el movimiento está infiltrado de neonazis. Los únicos neonazis que puede haber son los agentes provocadores que ella misma haya enviado.
d) que el movimiento trata de conseguir una "involución" cuando la única involución es la que han impuesto Cifuentes y sus amigos.
Lo que corresponde es dar la condigna respuesta al régimen de amedrentamiento que esta señora está imponiendo de forma pacífica pero resuelta, rodeando hoy el Congreso.

divendres, 13 de juliol del 2012

Tiempos nuevos.

Vivimos en la sociedad de la información, que ha sustituido a la del ocio que, a su vez, sustituyó a la de la abundancia, que había sustituido a la sociedad post-industrial, heredera de la sociedad industrial de la cual también derivaron otras dos formas de corto recorrido, la sociedad tecnológica y la sociedad tecnetrónica, algo casi impronunciable. Hemos atravesado tantos "post" que fatigan la memoria: hemos sido postcomunistas, postcapitalistas, postmaterialistas, postsocialistas, postindustriales (ya visto) y llevamos una temporada siendo postmodernos. Todo cambia en torno nuestro a gran velocidad y nos hemos acostumbrado a la novedad como forma de vida. Lo resumimos en esa expresión tan absurda de tiempo(s) nuevo(s); absurda dado que el tiempo solo puede ser nuevo, incluido el viejo, puesto que somos tiempo y nada más que tiempo.
Hasta en momentos de zozobra general como los actuales, en los que reina el miedo, la inseguridad, la incertidumbre, tendemos a pensar que quizá sean precisamente el castigo a esa especie de frenesí de la novedad. Pero el frenesí sigue. Estamos siempre irrumpiendo en lo nuevo solo que a veces para bien y a veces, para mal. Pero no importa: de lo nuevo se sale con más nuevo, como de las curvas se sale acelerando.
Además, hemos alcanzado niveles civilizatorios muy altos, vivimos en sociedades racionales, abiertas, democráticas y que tratan de ser justas. Somos democracias basadas en el sufragio universal y la alternancia política, los gobiernos dicen ser todos transparentes y responsables ante la ciudadanía, representada en el Parlamento. Tenemos defensores del pueblo, protectores de menores, institutos de la mujer, para defender a la gente en su conjunto y a sectores especialmente vulnerables por separado, frente a los abusos. Protegemos igualmente los derechos de los trabajadores frente a la codicia de los patronos. Tenemos prensa libre y los ciudadanos están amparados por un ordenamiento jurídico justo en el marco del Estado de derecho que les permite ejercer los suyos.
¿Es esto así? En teoría, sí; en la práctica las imágenes que vemos son como la de la ilustración: las fuerzas de seguridad siembran la inseguridad por las calles. Se puede decir: "bueno, ¿y qué? Un grano no hace granero y una foto no es una galería." Pero no es solo "una foto". Es una entre cientos que captan los ciudadanos con sus móviles o tablets y cuelgan de inmediato en las redes por medio de Instagram o de WhatsApp haciendo que se difundan viralmente, de forma que en instantes las estan viendo y reproduciendo a su vez, miles de destinatarios. Y el testimonio es unánime: todas muestran escenas de brutalidad policial contra todo tipo de ciudadan@s, muchas veces crueles y por lo general indiscriminadas. Ya no existe el secreto. El refugio de la represión lo dan hoy las declaraciones de los políticos que normalmente niegan la evidencia. Y, por si acaso, han provisto a los agentes de cámaras de fotos y vídeos pero luego no los cuelgan en las redes. Normal. ¿Qué van a grabar los policías? ¿Una manifa? ¿La gente corriendo, asustada? ¿El personal recibendo porrazos? En realidad quieren grabar los rostros para identificar luego a los manifestantes y multarlos. Nueva, muy nueva, forma de reprimir: por el bolsillo. Coincide además con las necesidades de las autoridades, cuyas cajas están vacías de lo mucho que han robado.
Ya no se protege especialmente a los trabajadores frente a los desmanes de los patronos. Con índices altísimos de paro, aquellos no tienen ninguna defensa en el mercado libre que es a donde los lleva un gobierno que tiende a verlos igual que los empresarios, esto es, como mercancías. Un gobierno para el cual el trabajo, la vivienda, la salud y la educación no son derechos de los ciudadanos sino, todo lo más, costes de oportunidad en la rentabilidad del mercado. ¿Salud? Quien pueda pagársela. ¿Educación? Quien pueda costeársela. ¿Vivienda? La que cada cual pueda permitirse. ¿Trabajo? Depende de por cuánto se esté dispuesto a trabajar. 
Con unos ajustes y recortes tan duros, tan injustos, desiguales y arbitrarios, está aumentando mucho la conflictividad social. La indignación se ha extendido de los indignados a capas muy amplias de la población, colectivos profesionales, sectores de servicios. Cunden las interpretaciones de clases: estamos en una lucha de clases. Solo que la clase trabajadora o subalterna está muy fragmentada mientras que la de los poseedores está muy unida, tiene el poder político y está dispuesta a valerse de él para aniquilar a los adversarios a los que considera enemigos. 
Lo que la avalancha de imágenes colgadas en las redes muestra es una sociedad en la que se da una suerte de guerrilla urbana de baja intensidad (a la que los ideólogos adversos ya están llamado kale borroka) contrapuesta a una acción represiva de la policía normalmente desmesurada que muy probablemente alimenta la respuesta violenta porque la provoca. Frente a la supuesta guerrilla permanente, el estado de excepción permanente. Que sea peligroso andar por la calle. ¿Qué tiene esto de nuevo?
La situación es muy tensa. La derecha suele responder a las críticas recordando que obtuvo mayoría absoluta y que su gobierno es absolutamente legítimo. Pero hay aquí una falacia: el PP obtuvo esa mayoría con un programa contrario al que ha aplicado. No distinto, no: contrario, opuesto. Ese partido ha hecho y está haciendo lo contrario de lo que dijo que haría y por lo cual lo votaron. Ha defraudado a los electores. Lo lógico y lo democrático es dimitir y convocar nuevas elecciones porque, para que esas medidas sean de verdad legítimas han de estar respaldadas por la mayoría. Ahora no lo están. ¿Qué tiene esto de nuevo en España?
(La imagen es una captura del twitter de Carlos Bardem (@carlosbardem) y representa una situación muy frecuente en Madrid en estos días: la agresión indiscriminada de la policía a tod@s l@s ciudadan@s que no sean el hombre del traje gris.

dijous, 10 de maig del 2012

Esto viene de Lizarra.

En septiembre de 1998 todos los partidos vascos nacionalistas, así como Ezker Batua-Berdeak y el Partido Carlista de Euskalerria, y distintos sindicatos y asociaciones firmaron los acuerdos de Lizarra-Garazi "para buscar un "proceso de diálogo y negociación" que lograra el cese del terrorismo de ETA". Por aquel entonces escribía yo unos billetes ocasionales en El Periódico de Catalunya, único medio progresista que me quedaba, después de que el peculiar concepto de la libertad de expresión del PP me echara de todos los demás. La mecánica era como sigue: el diario me pedía una opinión fundamentada sobre un hecho político relevante del momento. Yo la daba, ellos la publicaban al día siguiente y yo tenía que recorrer los kioscos buscando el periódico porque todavía no había ediciones online. Con motivo del pacto de Estella o Lizarra o Lizarra-Garazi me pidieron una opinión, se la mandé y no solo no la publicaron sino que interrumpieron abruptamente su relación conmigo y jamás volví a hablar con ellos. Y era un diario progresista que avisaba de que no compartía "necesariamente" las opiniones de los articulistas. No avisaba, en cambio, de que los articulistas sí debían compartir las opiniones del periódico.
Porque barrunto que la razón de una espantada tan repentina estaba en el contenido del billete. Este se felicitaba del pacto y sostenía que era el comienzo del fin de ETA y de la violencia en el País Vasco. Pero debía de ser el único. En el país se alzó un clamor indignado contra el nacionalismo vasco, especialmente el PNV, por entender que el pacto era un acuerdo entre los pérfidos nacionalistas para excluir de la vida política vasca a los constitucionalistas o españolistas, una trampa de ETA, el triunfo último de esta, la entrega del nacionalismo democrático al radical y totalitario. Precisamente ante la cercanía del Pacto, el PSOE rompió la alianza de gobierno con el el PNV, haciendo así realidad de antemano lo que será su profecía después: la exclusión. No tengo duda de que El Periódico sostenía ese punto de vista y el billete solo podía ser obra de un traidor, de un filoetarra, de un falso español. Punto final abrupto a la colaboración. El billete jamás se publicó.
Mi discrepancia radicaba en que lo importante del Acuerdo no era su carácter frentista de nacionalistas contra los autodenominados "no nacionalistas", sino el hecho de que el frente nacionalista, especialmente su parte izquierdista, radical, revolucionaria, próxima a ETA, pedía un escenario sin violencia. Ahí estaba el germen de lo que casi 15 años después ha sido el cese definitivo de la violencia etarra. Pasando por el espíritu de Anoeta. Lizarra-Anoeta-Vitoria. Pero hacía falta verlo y los españolistas no suelen ver estas cosas como se deduce de que ni siquiera se ven como españolistas sino que sostienen ser "no nacionalistas" en contra de toda prueba empírica.
Porque durante esos casi 15 años en el País Vasco ha pasado casi de todo, alternada, cíclicamente, represión-acción-más represión, períodos de calma, intentos de negociación, proyectos soberanistas, cambios de alianzas, pacto antiterrorista, en lo que, con cierto distanciamiento (pero no equidistancia) cabe considerar como la violencia de la historia. Entre tanto, el espíritu de Lizarra seguía evolucionando, daba un destello en Anoeta y acababa cuajando en una presencia política normalizada del independentismo radical a pesar de los estrechísisimos filtros de una Ley de partidos que equivale a un estado de excepción de hecho.
Si se hubiera apoyado en su día Lizarra-Garazi quizá nos hubiéramos ahorrado sobresaltos, sufrimientos, muertes. ¿Por qué no se hizo? ¿Porque excluía a los "constitucionalistas" o "españolistas"? ¿Y qué? Los partidos tienen derecho a aliarse con quien quieran y no hacerlo con quien no quieran siempre que lo hagan dentro de la legalidad. Pero, además de esto, que es evidente, hay otra faceta más interesante en Lizarra: al excluir a los "constitucionalistas" y "españolistas" (que son tan vascos como los otros) los nacionalistas vienen a confesar que lo que llaman el conflicto poniendo los ojos en el cielo es estrictamente un problema vasco que los vascos deben resolver en lugar de descargarlo sobre las espaldas de los españoles.
El problema es que son precisamente los españoles (en especial los nacionalistas que dicen no ser nacionalistas) los que, al no entender el problema de los vascos y tratar de interferir e imponerse permanentemente, lo convierten en un problema español. Un problema español que arranca de la negativa de los españoles a reconocer a los vascos (y a los demás) el derecho a decidir si quieren seguir siendo españoles, con lo cual las relaciones entre los dos territorios están envenenadas.
Tengo para mí que si ese derecho de autodeterminación se hubiera reconocido en los años ochenta, por ejemplo, el resultado hubiera sido el mantenimiento de la integridad de España. Al prolongarse el problema (o "conflicto"; no hay que hacer cuestión de las palabras; ni Aznar lo hacia), ya no estoy tan seguro y, de seguir los españoles cometiendo errores, acabará siendo segura la separación. 
La sentencia del caso Bateragune será jurídicamente irreprochable, no lo dudo, pero políticamente es una desgracia. Presenta a España como la eterna represora, incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos de reconciliación y pacificación, arbitraria, inaccesible a razones o conveniencias. En cambio proporciona mártires al movimiento independentista, que son presentados ante la sociedad como rehenes del Estado, le da una causa de lucha siempre bien vista: la liberación de unos héroes nacionales, una situación de irredentismo, que tiene siempre mucha fuerza de movilización y mantiene la lucha política en un nivel de efervescencia en el que también el nacionalismo burgués tiene que radicalizarse si quiere sobrevivir. Otegi en la cárcel es la garantía de una holgada mayoría absoluta nacionalista en Euskadi, el País Vasco, las provincias vascongadas, los territorios históricos, Euskalerria Sur, Vasconia y Hegoalde, que todos esos nombres tienen estas hermosas tierras (aunque no siempre con las mismas superficies), lo cual, probablemente, quiere decir algo. 
(La imagen es una foto de Daquella manera, bajo licencia de Creative Commons).