Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Tortura.. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Tortura.. Mostrar tots els missatges

dilluns, 3 de novembre del 2008

La barbarie.

Si quieren Vds. leer una historia espeluznante, vayan al artículo de Lali Cambra en El País del 1º de noviembre, titulado Asha: adolescente, violada y lapidada. Lo que en él se narra es tan indignante e inhumano que uno no sabe qué decir. De hacer ya no hablemos. En el fondo de nuestras conciencias, supongo, todos sabemos que todos somos responsables de lo que nos pase a todos en todas partes, incluyendo a una niña desconocida en un remoto lugar de Somalia. Pero ¿cómo hacer real esa opción moral?


divendres, 13 de juny del 2008

Guantánamo: terrorismo y tortura.

En los tiempos de mi ya lejana juventud durante la guerra del Vietnam corría un dicho según el cual "la prueba de que en los Estados Unidos cualquiera puede llegar a Presidente la tenemos en su Presidente". Se quedó corto. Sería más apropiado decir, al menos hoy por hoy: "la prueba de que en los Estados Unidos cualquier imbécil puede llegar a Presidente la tenemos en su Presidente". Un imbécil malintencionado, si es que la expresión no es una redundancia. Porque hace falta ser un rato imbécil y muy malintencionado para obstinarse en ignorar las decisiones del Tribunal Supremo (TS) de los Estados Unidos (que actúa asimismo como Tribunal Constitucional) valiéndose para ello del Congreso y provocando así una confrontación entre el poder legislativo y el judicial, con una irresponsabilidad y un desprecio por la arquitectura democrática del Estado de derecho que sólo puede caracterizar a un neoconservador, la figura humana más próxima a un nazi que yo conozca.

Porque efectivamente, la sentencia del TS del martes en el caso Boumedienne vs. Bush, reconociendo a las personas secuestradas por Bush y sus sicarios en la base de Guantánamo bajo la denominación de "enemigos combatientes" el derecho a las garantías judiciales que la Constitución estadounidense otorga a toda persona bajo la autoridad de los EEUU, empezando por el habeas corpus, es el tercer fallo en este sentido. Los otros dos, de 2004 y 2006, fueron burlados por el Presidente mediante sendas leyes aprobadas en el Congreso (entonces con mayoría republicana) que despojaban de tales derechos a los secuestrados en la base cubana, en donde están sometidos a un régimen de tortura, vigilados por soldados que son verdaderos terroristas. La decisión de 2006 reafirmaba estos derechos frente a la Detainee Treatment Act de 2005, que reconocía a los detenidos sólo el derecho de apelación ante el tribunal del distrito de Columbia en condiciones muy restringidas y esta tercera sentencia anula la Military Commisions Act de 2006 que no solamente legalizaba la tortura sino que despojaba a los "enemigos combatientes" de la garantía de habeas corpus y de todo derecho a proceso judicial legal, asignándolos a unos tribunales militares especiales que se parecían mucho a los consejos de guerra de Franco en los primeros años de la dictadura: los inculpados no tienen derecho a abogado, no reciben información sobre las pruebas contra ellos y se les puede juzgar según sus declaraciones obtenidas bajo tortura.

Esa canallada legal que el señor Bush, el que dice que habla con Dios, firmó muy contento el 16 de octubre de 2006 es la que el TS ha anulado con su veredicto del martes. Un veredicto, por cierto, obtenido por cinco votos contra cuatro, los cuatro conservadores, tres nombrados por Mr. Bush y el cuarto, Scalia, por el señor Reagan, otra lumbrera. Estos disidentes, encabezados por el presidente del TS, John Roberts Jr., aducen que el fallo del alto tribunal debilita la seguridad de los EEUU, pone en peligro la vida de los estadounidenses, va contra una norma "generosa" (la ley que autoriza la tortura) y el TS vivirá lo suficiente para arrepentirse de ella; esto es, ha suscrito la base argumental de la presidencia sin invocar razonamiento jurídico alguno, excepto la muy problemática y manoseada sospecha de que, al anular aquella vergonzosa ley de la tortura y dar un buen bofetón al Presidente, el TS está practicando un peligroso "activismo judicial".

Frente a ellos, la mayoría razona de modo impecable por boca del juez Kennedy al sostener que la Constitución y la ley están en vigor especialmente en tiempos excepcionales, que en dichos tiempos nadie bajo custodia de las autoridades de los EEUU está desprotegido por la ley y nadie está por encima de ella, que los detenidos tienen derecho al habeas corpus ante cualquier tribunal de los Estados Unidos y, por último, que "sostener que los poderes políticos pueden activar o desactivar la Constitución según quieran, lleva a un régimen en el que serán ellos y no este Tribunal quienes decidan qué es legal y qué no"; o sea, a la dictadura. Está claro, ¿verdad?

Sin duda. Excepto para el señor Bush que vuelve a decir que acatará la sentencia pero que no la comparte y que tratará de conseguir legislación (¡por tercera vez!) para burlarla. Otra vez a intentar valerse de la Ley para justificar la arbitrariedad del poder político que, al secuestrar a la gente en limbos jurídicos, sustrayéndola al conocimiento de los tribunales, en circunstancias de secreto, está actuando como un delincuente, como un terrorista y un torturador. Por fortuna, el Congreso es hoy de mayoría del Partido Demócrata y aunque no convenga fiarse de este partido más que del Republicano, el hecho de encontrarnos en año electoral y ser la guerra del Irak impopular en los EEUU permite augurar que el señor Matorral, interlocutor de Dios, no se saldrá con la suya.

Le queda además un telediario y su índice de popularidad, el más bajo en la historia de los presidentes de los EEUU, es del 33% en lo referente a la guerra del Irak. A su vez ese 33% es muy alto. En cuanto a su capacidad de gestionar la economía la puntuación que logra es 22% y la valoración general de su mandato está en 28% a favor.

Sin duda, el peor presidente de la historia de los EEUU, un verdadero terrorista y un torturador; un amigo del señor Aznar y un enemigo del señor Rodríguez Zapatero, cosa que ha dado a éste más de un voto en las últimas elecciones.

(La primera imagen es una foto de Toots Fontaine, y la segunda de Smeerch, ambas bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 18 de maig del 2008

Tortura.

Hace un par de días el Parlamento vasco aprobó por mayoría una moción no de ley que acusa al Gobierno español de "amparar" las torturas en los centros de detención y, más concretamente, al ministro del Interior, señor Rubalcaba, de "amparar" a los guardias civiles denunciados por tales hechos. La moción se aprueba a escasos días de la visita del lehendakari Ibarretxe al presidente del Gobierno y parece una especie de tarjeta de visita por adelantado, como para decir a éste que se prepare, que baja el indómito vascón.

De inmediato ha comparecido el señor Rubalcaba para decir que los hechos denunciados están bajo investigación judicial y que el Gobierno "no ampara nada y menos la tortura". Naturalmente. Estaría bueno que dijera que sí, que el Gobierno ampara la tortura como lo hace, por ejemplo, el de los EEUU, si bien es cierto que a lo que ampara no lo llama tortura sino con algún otro circunloquio que no tengo ganas de ir a buscar, algo así como "interrogatorios intensos" o cualquier otra canallada.

Hasta aquí la respuesta del Gobierno español es correcta. Pero me hubiera gustado más que no hubiera habido ni el menor pie a la aprobación de la moción del Parlamento vasco. Me hubiera gustado más que España no aparezca en los informes de Amnistía Internacional como país en el que aún se tortura. Que la práctica no sea tan sistemática como en tiempos de Franco sino sólo aislada, esporádica y casual no es obstáculo para que se sancione con toda dureza cuando se produzca y se trate de evitar a toda costa.

Y ello por un criterio moral obvio e indiscutible: no se tortura. El Estado de derecho no tortura. Para torturadores ya están los asesinos de ETA, capaces (entre otros muchos casos) de torturar durante más de quinientos días a un ser humano en un inmundo agujero o de tener a otro durante cuarenta y ocho horas maniatado, cegado y amenazado de muerte para descerrajarle luego dos tiros en la cabeza.

Dice el señor Rubalcaba que los etarras tienen instrucciones de denunciar torturas no bien les ponen la mano encima. Añado yo: los dos pilares fundamentales de la difusa solidaridad social de que aun goza la organización de criminales son los presos en las cárceles y las torturas cuando se dan. Lo de los presos no es evitable mientras los etarras sigan cometiendo delitos; lo de las torturas sí.

Toda tortura es inhumana e inaceptable.

(La imagen es una foto de Perdidoenlared, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 12 de gener del 2008

Presunción de inocencia II.

Exactamente igual que los dos presuntos asesinos Portu y Sarasola son inocentes en tanto no se pruebe lo contrario en función de la presunción de inocencia, también lo son los guardias civiles que participaron en la detención y posterior tramitación de los dos jóvenes. Los guardias son inocentes mientras no se pruebe que hayan torturado. Que se pruebe o no dependerá de lo que dictamine la justicia, que para eso está. Pero ha de decidirlo la justicia y no una instancia administrativa o incluso política. Los derechos de los detenidos deben ser salvaguardados escrupulosamente. Tanto como los de los ciudadanos en libertad o más incluso ya que aquellos están indefensos.

Ha de averiguarse si ha habido torturas o malos tratos, en el entendimiento de que la separación entre las unas y los otros es porosa. Porque la tortura tiene una prohibición absoluta en el artículo 3 de la Convención Europea sobre Derechos Humanos de 1950, una prohibición recogida en otros instrumentos internacionales, incluido un Convenio de las Naciones Unidas en contra de la Tortura, pues se trata de uno de los llamados delitos o crímenes contra la Humanidad. Tiene que haber una investigación del caso y ha de ser judicial. Asimismo debe substanciarse la responsabilidad política, que va por otros derroteros.

Aquí se dijo hace un par de posts que el ministro del Interior debería dimitir de haber sospecha de tortura. Desde luego, si los jueces deciden que puede haber materia penal en lo que lleven investigado, creo que, efectivamente, lo que corresponde es que dimita el señor Rubalcaba. Máxime porque salió en un primer momento respaldando sin dudarlo la versión de la Guardia Civil que ahora aparece en entredicho con pruebas substanciales. El juez aprecia coincidencias en las declaraciones de ambos detenidos y la declaración del testigo tardío algún peso tendrá. Según parece, es pariente de un sanguinario etarra, pero serán también los jueces quienes dirán si tal parentesco es suficiente para anular el valor probatorio de su declaración.

Materia penal, parece haberla, pues. Y yo no soy quién pero pienso que el ministro del Interior debería poner su cargo a disposición porque aquí, en España, no se tortura, no se puede torturar y, si sucede, tiene que ser algo tan extraordinario e insólito que fuerce la dimisión del responsable político.

Tengo pocas dudas respecto a cuál sea el futuro penal de los señores Portu y Sarasola. Y lo digo porque prácticamente el cien por cien de los detenidos por terrorismo que la policía española pone a disposición de los jueces con sus correspondentientes acusaciones se convierten en condenados a largas penas de prisión. Sucederá seguramente lo mismo con estos dos pájaros a quienes se imputa la voladura de Barajas por lo que pasarán gran parte del resto de su vida, que deseo larga y feliz, entre rejas.

Pero, si han sido torturados, aquí tiene que pasar algo gordo; no vale con expedientar a los guardias; no se le puede dar carpetazo. Por lo mismo por lo que, si Portu y Sarasola resulta culpables, pasarán largos años encerrados, por justicia. Si los guardias han torturado deben pagar en consecuencia y, con ellos, todos los responsables en la línea de mando hasta su cúspide, que restrinjo al ministro porque es lo que señalan las convenciones parlamentarias europeas.

Ya sé que nadie necesita que lo ilustren sobre lo que sea la tortura. Pero una cosa es decir que se sabe porque uno lo imagina y otra cosa es verlo. Así que ahí dejo un vídeo que he encontrado en la red de unas presuntas torturas infligidas por la policía egipcia a una detenida acusada de asesinato. No puedo dar fe de la procedencia porque las explicaciones están en árabe, lengua que desconozco. Los comentarios, muchos en inglés de árabes, dan por supuesto que el vídeo es genuino. Si se pincha dos veces sobre la imagen se accede directamente a Youtube y puede verse la segunda parte del mismo vídeo, si se tiene aguante. Aviso de que es bastante desagradable.

En fin, no es por fastidiar pero entiendo que entre meter a alguien la cabeza en el agua en un río o hacerle la garrocha, la diferencia es cosa de matices. El veneno es cuestión de cantidad, decía Paracelso. Una observación que me parece genial.

(La imagen del comienzo es una de las famosas fotos de Abu Ghraib, centro de torturas de los EEUU sobre prisioneros de guerra iraquíes. Imagino que no tendrá derechos de autor).

dijous, 10 de gener del 2008

Presunción de inocencia.

El supuesto terrorista Igor Portu, uno de los dos pájaros detenidos en el otro día en Arrasate-Mondragón ya está fuera de la UCI. Parece que no hubo torturas aunque, desde luego, sus derechos (los del señor Portu) están perfectamente protegidos porque hay un juez investigando con lupa los hechos. En realidad los dos presuntos asesinos tienen todos sus derechos protegidos, incluido el de presunción de inocencia. Mientras no haya sentencia condenatoria estos dos ciudadanos serán inocentes. Faltaba más. Estamos en un Estado de derecho.

Aunque dos personas se declaren autoras del atentado de la T4 en Madrid, los demás seguiremos sin creerlo en tanto un juez no diga en sentencia pública que es cierto que fueron las autoras del atentado. Igor Portu y Martin Sarasola tienen derecho a la presunción de inocencia. Pero también diremos que quiénes hayan puesto las bombas de la T4 que causaron la muerte a los inmigrantes ecuatorianos son unos canallas inmundos, unos asesinos sin entrañas, peores que las fieras.

Otrosí si las dos mismas personas o una de ellas dicen de su libre voluntad que ambas planeaban poner una bomba en las instalaciones de Azca, los demás, respetuosos del derecho de presención de inocencia, ignoraremos sus palabras y suspenderemos nuestro juicio hasta ver qué dice un juez. Pero, entre tanto, podemos decir que quienes planean atentados para asesinar a mansalva, indiscriminadamente mujeres, niños, lo que sea, son unos criminales repugnantes que merecen -y tienen- el desprecio de la Humanidad. ¿Y por qué digo de la Humanidad? Porque hasta quienes los apoyan dicen condenarlos o, en todo caso, no se atreven a apoyarlos abiertamente y derivan los asuntos a si las torturas (¡qué bien preparada estaba la maquinaria del otro día!), si los presos y el sursum corda. Pero ni ellos se atreven a decir que estos asesinos desalmados merezcan respeto o reconocimiento. Se limitan a vaticinar la prolongación "del conflicto" mientras la parte española no ceda.

Sí, hombre, sí, presunción de inocencia para estos dos ciudadanos que llevaban sendos Smith & Wesson, como si fueran Harry "El Sucio" quien, de ser ciertas las acusaciones que contra ellos formula la policía, a su lado, es San Buenaventura.

Presunción de inocencia para unos ciudadanos que guardaban celosamente en un zulo unos bidoncitos con más de cien kilos de explosivos, supongo que suficientes para volar, qué sé yo; no digo nada por no dar ideas.

Pero insisto, lo que me asombra no son estos mendas detenidos a quienes, en aplicación de la presunción de inocencia, considero inocentes en tanto no sean condenados, no. Lo que me asombra son quienes los apoyan, directa o indirectamente porque estos no tienen derecho a la presunción de inocencia, dado que nadie los acusa de delito alguno. Efectivamente, sólo de inmoralidad. Porque al menos quienes delinquen se juegan la libertad que, como sabemos, amigo Sancho, es el bien más preciado que los dioses otorgaron a los hombres. Estos otros no se juegan nada.

dimarts, 8 de gener del 2008

¿Tortura?

El asunto de las lesiones del presunto etarra Igor Portu Jaurarena tiene una pinta fatal. El ministro del Interior convocó ayer una rueda de prensa para aclarar que se habían producido cuando el joven intentó evitar la detención, y la Guardia Civil se vio obligada a emplear la violencia. Si esto fuera así no habría más que decir. Todo el mundo entiende que, si un presunto delincuente intenta escapar, las fuerzas del orden empleen la violencia para reducirlo y en el curso del inevitable enfrentamiento, puede pasar de todo.

Las declaraciones del detenido, sin embargo, aun siendo bastante confusas, se prestan a otra interpretación: la de que fue apaleado por los Guardias Civiles, es decir, aparentemente torturado. Hasta aquí esto tiene también un valor limitado pues, como es sabido, los etarras y sus cómplices suelen denunciar torturas siempre, incluso en falso y, si no pueden probarlas físicamente, hablan de malos tratos psicológicos. El caso es desprestigiar a la policía y el hecho de mentir no es cosa que arredre a quienes suelen luego ser condenados por asesinatos.

Lo que sucede es que llueve sobre mojado; que, aunque parezca haber dejado de ser práctica ordinaria de las fuerzas de seguridad del Estado, de vez en cuando se producen episodios y casos de torturas en comisarias y cuartelillos que no por ser esporádicos son menos condenables. Y, sobre todo, en esta ocasión existen las lesiones, están médicamente documentadas, hecho que no puede pasarse por alto y que requiere una investigación minuciosa y eficaz para salir de dudas.

Quiero creer que no ha habido torturas y que la versión que da la Guardia Civil, respaldada por el señor Rubalcaba, es cierta; que no se trata de un caso como los recientes de los Mossos d'Escuadra en Cataluña o de los guardias civiles en Roquetas de Mar, cuando apalearon a un detenido esposado, Juan Martínez Galeano, hasta matarlo.

Precedentes, por tanto, hay en el País Vasco y en toda España y ya se sabe que estos casos son muy difíciles de desentrañar porque a veces es la palabra del detenido contra la de las fuerzas de seguridad. Por eso es necesaria una investigación rigurosa, exhaustiva y rápida. Y, si hay sombra de sospecha, el señor ministro del Interior debe presentar su dimisión entre otras cosas porque estos casos, sobre ser inmorales y criminales, constituyen bazas preciosas para los asesinos de ETA y sus secuaces.

La tortura tiene que estar radicalmente desterrada de nuestro país; en especial, con un gobierno de izquierda.

Enviar este post a Menéame

diumenge, 15 d’octubre del 2006

LA GUERRA ESTÁ EN LAS PANTALLAS.

SOS: HACKERS!

Quiero meterme en el InSurGente para preparar mi articulillo del lunes y me encuentro con que está hackeado y, en vez de la portada del periódico, aparece lo que se ve a la izquierda. Pongo el enlace con el Insurgente para que podáis verlo con vuestros “propios” ojos, o tocarlo, como Sto Tomás las llagas de Cristo si todavía dura. ¡Bufff! ¡Buuuuufffff! Ciberterrorismo, supongo, formas nuevas de lucha política, acto de piratería.

Me faltan conocimientos para entender a los hackers. Sí llego a discriminar entre hackers buenos y malos que, como suele pasar en estas situaciones, acaban dando mal nombre a todo el hackerío o hackería. Aprovecho para proponer el término que suena como las jacqueries medievales francesas. En cierto modo, el simbólico Jacques bon homme francés puede resurgir como un hacker good man. Y, en estado de exasperación, provocar hackerías, jacqueries. Actos de terrorismo.

Y estos hackers, ¿quiénes son? A lo que parece, una federación de islamistas turcos que, según dicen, viven y mueren por el “honur”, razón por la cual es imposible que sean genocidas. Me parece un razonamiento inconsecuente, un non sequitur. No hay un genocidio armenio, afirman los mendas, sino terrorismo armenio. Para asimilar esto se necesita la matizada inteligencia del señor Aznar.

Y ¿por qué han hackeado el InSurGente? Probablemente porque hablaba de genocidio armenio en relación con el premio nobel de literatura de este año, Orhan Pamuk. Como no creo que los señores de Ne Mutlu Türküm Diyene sean lectores fieles de InSurGente, supongo que tendrán puesto una especie de sensor en la red y cada vez que una página web habla del genocidio armenio, la hackean…si pueden. La verdad es que ese atropello es bastante fastidioso para quienes hacen el periódico y quienes lo leemos. No sé cómo se liberará uno de un hacker, que debe de ser como librarse de la sarna, pero ojalá que los del InSurGente se libren cuanto antes.

Incidentalmente, quienes andan ponderando los pros y contras del ingreso de Turquía en la UE convendría tuvieran en cuenta estos factores. Hay aquí una fractura a lo largo de líneas religiosas que no sé cómo pueda resolverse. Este es uno de los problemas esenciales de hoy: las religiones, las tres religiones del libro, tienen que aprender a conllevarse. No hay otra salida. Y, de momento, a ver si esos hackers se hackean salva sea la parte.


PRODUCCIONES CiU, SA.

Calladito se lo tenían los nacionalistas catalanes burgueses. Los pillines estaban rodando un video de casi una hora de duración poniendo a caldo al tripartito y no se había enterado nadie hasta el día del preestreno y antes de su reparto masivo hoy entre la población. Una tirada de un millón de ejemplares quiere asegurar que el negativo y descalificatorio mensaje de CiU llega a todas partes. De hecho, ya ha llegado. Siempre que se organiza un escándalo avant la lettre a propósito de un libro (Grass), un montaje teatral (Rubianes) o un video (éste), el resultado es un éxito de ventas. Hasta el punto de que hay malpensados que atribuyen los escándalos a los autores del producto, cosa que parecerá poco imaginativa a alguien capaz de atribuir el atentado de Atocha a un comando compuesto a partes iguales de etarras y guardias civiles. El video suscita ya comparaciones con otros dos anteriores, el del Doberman del PSOE y el de la FAES sobre el 11-M, que no tiene desperdicio, como puede verse en la imagen.

Dado el griterío, supongo que será un ejemplo de "publicidad negativa", esto es, de la que sataniza al adversario. Habría que preguntar a CiU quién lo hecho.

Pero lo que más perplejo me deja es que dure 55'. ¿Se necesita una hora para poner de chupa de dómine un gobierno tripartito que ha durado unos tres años? ¿Puede el mercado absorber una hora de propaganda política? Uno de los principios esenciales de la comunicación política es que los mensajes sean: claros, concisos, breves y repetitivos. Para que calen. Este parece ser los 10 Mandamientos del video publicitario. ¡Ah, y todo en catalán! Que se fastidie Montilla. Será interesante ver qué impacto tiene el filmito.


MÁS SOBRE TORTURAS

El informe del Relator Especial de la ONU sobre la tortura deja en mal lugar a España. Según parece el Gobierno no ha hecho nada por aminorar los riesgos de que se produzcan torturas en los centros de detención: no ha rebajado el período de incomunicación, no ha regulado los interrogatorios de forma que se hagan ante testigos y se graben y no ha hecho nada por acercar los presos al País Vasco. A mi entender, el informe del Relator Especial no es enteramente negativo para España, pero pone de relieve que queda mucho por hacer para garantizar la desaparición de la tortura. El Gobierno sostiene que aquí no se tortura y se resiente de que el informe hable de "presos políticos vascos". Hay mucha sensibilidad sobre eso. España es una democracia y en una democracia no puede haber presos políticos. De acuerdo, no son presos políticos; pero ¿qué son, entonces? Según la versión oficial, presos comunes. Pero eso no es verdad. Una de las pruebas es que no convencen al señor Manfred Nowak, el relator especial, que es un experto independiente.

En fin, el asunto es fastidiado, pero relativamente nominal, nada comparado con la persistencia de la posibilidad de la tortura. Eso sí que es grave. El gobierno del señor Rodríguez Zapatero, que tan diligente se ha mostrado para legalizar una pequeña revolución en las costumbres españolas, parece insensible ante este vergonzoso asunto que resta legitimidad a su acción. Porque, mientras haya una posibilidad de torturar, se torturará. Convivir con la tortura, ignorarla y aun más, condonarla, es el último estadio en la degradación de una sociedad.

La imagen es un grabado de Chodowiecki, Centro de torturas, fines del XVIII, cuando la tortura todavía era pública, pues tenía un efecto intimidatorio. Ahora es secreta, pero igualmente intimidatoria.

divendres, 6 d’octubre del 2006

ENSIMISMAMIENTO ESPAÑOL.

VISIÓN DE LA III REPÚBLICA.

El Plural se califica a sí mismo de periódico progresista que es como ir pidiendo guerra en un país en el que el término "progre" ha llegado a ser de ludibrio, un concepto-omnibus en el que cabe todo lo peyorativo, desde necio a tonto del higo, pasando por cursi o farsante. Según ese periódico, Stanley Payne piensa que quien defienda la IIIª República no está en sus cabales. Con ello demuestra cuánto se ha españolizado. Porque ¿hay algo más español que mandar al manicomio al que piensa de forma distinta a la de uno? Seguramente sí: fusilarlo. Pero de eso no conviene hablar ahora por no mentar la soga en casa del ahorcado.

Los republicanos de la IIIª República, v.gr., un servidor, debemos tomar el sendero de la loquería, ha dicho el señor Payne en conferencia ante el Príncipe de Asturias. No ha sido muy audaz el conferenciante y, como buen intelectual, ha debido de dejar a S.A.R., don Felipe de Borbón, con los ojos haciéndole chiribitas. Los intelectuales son pasmosos. ¿Por qué será que en donde hay un incendiario hay un intelectual, pero en donde hay un cortesano, también, a veces el mismo, aunque no sea éste el caso?

Creo que la mejor manera de demostrar que los republicanos somos cuatro locos sería convocar un referéndum sobre la monarquía. Si yo fuera el Príncipe, sería lo primero que hiciera al acceder al trono: la monarquía a referéndum. De ganarlo, la Corona tendría la legitimidad democrática que ahora invoca pero que, en verdad no tiene, pues es la monarquía del 18 de julio; de perderlo, el señor Payne podría expatriarse en un país de cuerdos.

El republicanismo en España es hoy una magnitud políticamente baladí pero moralmente de peso. O eso supongo, con un vaticinio: la ley de memoria histórica que salga del Parlamento será más audaz, más avanzada, más justa que el proyecto que hizo el Gobierno, temeroso de la reacciones reaccionarias y anticuado. La patria está hecha, entre otras cosas, de recuerdos comunes. Si una de las partes se obstina en secuestrar los recuerdos de la otra no puede haber una patria, aunque sí pueda haber dos o más. Un vicio que a quien perjudica de verdad es a esa idea unitaria, monolítica, nacional española que dice profesar la derecha.


¡DEFIÉNDETE, PATRIA!

Las causas sacrosantas suelen encontrar paladines o defensores generalmente, cómo no, intelectuales. La Paz, a Marsilio de Padua, la Fe a Francisco Vitoria, la Constitución a Carl Schmitt, la Nación española a un grupo de políticos e intelectuales cuyo principal defecto es ser españoles. Porque sólo a los españoles se les ocurre organizar una Fundación en Defensa de la Nación Española identificando a ésta de forma agresiva con uno de los partidos que la componen, el Popular, sin caer en la elemental cuenta de que la parte nunca podrá ser igual al todo. Probablemente porque la derecha nunca ha entendido bien la idea de partido.

Esa permanente apropiación partidista de los símbolos comunes convierte la convivencia en un infierno. ¿Cómo no entienden los promotores de la idea que la Nación, además de componerse de la suma de sus territorios, cual se ve en ese frondoso árbol, se compone de la de sus partidos, confesiones y tendencias? Pues no solamente no lo entienden sino que consideran que un español de izquierda no es español y si, además, es republicano, carece de juicio.


SIN OLVIDAR LA TORTURA.

Hay cosas sobre las que no cabe bajar la guardia. Una es el racismo, otra la tortura. La existencia de la tortura muestra que una sociedad está envilecida, enferma. Y como las sociedades no son sino la suma de los individuos que las componen, son estos los envilecidos y enfermos. No se puede callar cuando el Parlamento de un país democrático en la tradición del imperio de la ley legaliza la tortura. Por eso es tan importante el movimiento de intelectuales y activistas estadounidenses en contra de la tortura de que informa Rebelión, porque es lo que acaba de hacer el Congreso, legalizar la tortura de los llamados "enemigos combatientes", de momento. Si la noticia es cierta y no responde a un wishful thinking del periódico, es un rayo de esperanza respecto a la recuperación de la dignidad moral de la sociedad, una sociedad en la que la mayoría prefiere ignorar la iniquidad que se comete en su nombre al torturar a un ser humano.

Insistir en la persecución de la tortura, de toda tortura, equivale a ponerse enfrente de la mayoría, lo que no siempre es grato. Pero la lucha por conquistar la voluntad de la mayoría acerca de un asunto tan sórdido como éste es de las más nobles que quepa imaginar. En EEUU y en España, donde la tortura no está legalizada, pero en donde no dejan de producirse casos que prueban que, sin ser legal ni, claro, inherente al régimen democrático, la tortura se produce.