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dissabte, 24 de febrer del 2018

La República Catalana, 5ª edición

Anunciar la 5ª edición de La República Catalana "me llena de orgullo y satisfacción". Me siento como el Rey anterior cuando anunciaba los muchos bienes que su democrática magnanimidad nos regalaba anualmente; aunque él no ha publicado libro alguno. Falta de olfato empresarial de los editores. Recopilando los discursos de padre e hijo, saldría un tomito muy apañado con vocación de éxito de ventas en los supermercados. Verdad es que todos los capítulos serían el mismo, pues los discursos reales son siempre idénticos. Hasta los heredan, como el trono. La corona ciñe la misma cabeza pues, como quiere la tradición inglesa, decana en estas quisicosas, King never dies ("el Rey no muere nunca"). Misma cabeza, mismas ideas, mismo discurso. Así, los lectores podrían aprendérselo de memoria. Como el himno de Marta Sánchez. Todo por la patria.

Espero que estas observaciones no se consideren injurias a la Corona y acabe Palinuro haciendo compañía a Valtonyc. Tiempo tendrán los jueces para mandar al trullo a los barceloneses que mañana, domingo, reciban a Felipe VI con la cacerolada más grande que se haya hecho jamás. El instructor encontrará fácilmente las pruebas: todo aquel que tenga una cacerola o sartén o pava (pues hay muchas argentinas por allí) abolladas en la cocina, al talego. 

Editado en 2016 por Ara Llibres, hace menos de dos años, esta quinta edición evidencia cierto interés del público que el autor agradece, pues no pertenece a ese círculo de excelsos espíritus que solo escriben para sí mismos. Está en castellano, lengua tan importante en Catalunya como en España. Sus lectores son casi todos catalanes, esa gente maligna que lee en castellano y catalán indistintamente solo para fastidiar, tratando de igualar o superar la facilidad con que el público castellano del resto del Estado lee en catalán y castellano.

dijous, 22 de febrer del 2018

El desbloqueo

Los desunidos, rajados, retractados, hundidos, acobardados, que estaban a tortas entre sí, a punto e denunciarse unos a otras, están unidos como una piña y salen con una propuesta acordada que, efectivamente, desbloquea la situación catalana. Fórmula en la estela del espíritu gaullista que Palinuro ha señalado modestamente en la evolución del independentismo desde el golpe unilateral del Estado el 27 de octubre de 2017. Puigdemont presidente de la República en el exilio, habiendo desistido de su intención de ser investido en sede parlamentaria, aunque fuera telemáticamente, y un presidente legal de la Generalitat como primer ministro. La fórmula es procedimentalmente irreprochable y debe servir para constituir el govern, presidido por Jordi Sánchez o persona que lo sustituya si el juez no deja que Sánchez ejerza.

En realidad, se trata de una forma de bicefalia gubernamental, al estilo del semipresidencialismo gaullista adaptado a las circunstancias excepcionales que vive la República. Aquellas que obligaron a su presidente a exiliarse en Bruselas como De Gaulle lo estuvo en Londres, para mantener viva la llama de la Catalogne Libre. La fórmula es sencilla: un presidente y un primer ministro que, por necesidades del guión, se llama presidente de la Generalitat y es alguien de su confianza. Las competencias del presidente legal están claras en el Estatuto; las del Presidente de la República nacen de la voluntad soberana del Parlament. Si este otorga por mayoría (asegurada) al presidente competencia para nombrar al primer ministro, convocar elecciones (que implica disolver el Parlament) y representar a la República Catalana en el exterior, es muy libre de hacerlo.

No se ve de qué modo quepa impugnar esa decisión si es de tipo meramente "simbólico" como dicen por ahí. Solo se pueden impugnar decisiones ilegales claramente identificables. Si el Parlament consulta el nombramiento para investidura con el Presidente de la República o si este disuelve el Parlament y convoca elecciones son cosas que legalmente decidirá el Parlamento o el gobierno, puesto que son sus funciones. Si el presidente de la República realiza actividades de representación exterior, estas dependerán exclusivamente de su voluntad y la de su interlocutor en cada caso.

Hay una República manifiesta, legal, frente y una latente, legítima en coordinación con aquella y que el B155 no tiene modo de impedir. Es más, frente a esta forma de poder dual, lo único sensato es levantar de una vez el 155, abandonar toda pretensión dictatorial y reconocer el resultado de ls elecciones del 21 de diciembre.

dimecres, 21 de febrer del 2018

La dictadura española y cómo combatirla

Aquí, mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado España y Turquía, un mismo combate. Es un comentario sobre la muy sensata decisión de Anna Gabriel de exiliarse en Ginebra dado que en España no puede esperar un juicio justo. Y no puede esperarlo porque, a estas alturas de la aplicación del 155, en el Estado español no queda nada de democracia, de Estado de derecho, de separación de poderes, de debido proceso, garantías procesales, habeas corpus, libertad de expresión, seguridad jurídica. Nada. Nada de nada. El país es hoy una dictadura personal de un tipo, incapaz de hablar de modo inteligible y acusado de cobrar sobresueldos en B al frente de un partido de delincuentes, con el Parlamento sometido, la oposicion a su servicio y los jueces prevaricando a su directo dictado, mientras las bandas de fascistas bajo su control cometen todo género de agresiones callejeras, pero los que van a la cárcel son siempre los de izquierdas, como Pablo Hasel y Valtonyc,.

Estando el país en manos de esta tropa de delincuentes políticos, mediáticos, judiciales y policiales, lo mejor que puede hacerse es lo que ha hecho Anna Gabriel, no aceptar el fascismo judicial y abrir un segundo frente internacional a este gobierno de indeseables.

Así avanzará la República Catalana, ejerciendo el derecho de resistencia a la tiranía, desobedeciendo pacíficamente, no dejándose avasallar por los peores delincuentes que cabe imaginar: los jueces injustos.

Aquí la versión en castellano.

España y Turquía: un mismo combate

A estas alturas ya estarán las tres “emes” (macarras, matones y mercenarios) que el gobierno de la Gürtel tiene en los medios vomitando bilis y estupideces en contra de Anna Gabriel, por exiliarse en Suiza. Una más que añadir a la lista de ataques de esta caterva de venenosos cantamañanas. Su tema: la CUP, Puigdemont, el PDeCat, Junqueras, la ERC y Catalunya en conjunto. Trabajo no les falta. Por eso, el PP y el gobierno de la Gürtel los pagan regiamente con el dinero público que les sobra de lo que van robando a diario en todas partes. Ese es el frente mediático más vociferante del bloque del 155 (B155)

Luego está el otro, el aparentemente más equilibrado, menos vulgar y chabacano, el que dicen “de nivel europeo”, como el grupo Prisa, igual de vendido a la derecha nacionalcatólica, de la que depende económicamente. Tiene una cada vez más imperceptible diferencia de forma con el otro y trata de revestir de una pátina de respetabilidad, academicismo y moderación las estúpidas diatribas cuartelarias de aquel. Pero su fin es el mismo: mentir, falsear la realidad, amenazar a la gente y legitimar la arbitrariedad y la injusticia.

Ambos coros mediáticos, el carcunda y el “liberal”, tratan de colar como incuestionable un mentira cada vez más evidente a ojos de todo el mundo: que el país es una democracia y un Estado de derecho. Quienes desobedecen las leyes, democráticamente aprobadas en parlamentos representativos, aun teniendo protegidos sus derechos, son perseguidos y castigados por unos jueces justos e independientes porque en España se respetan los derechos individuales y hay separación de poderes.

Falso. España está a la altura de Turquía, o más abajo, incluso, en cuanto a garantías jurídicas, derechos y libertades, como confirman todos los indicadores internacionales. El país está gobernado por una asociación de malhechores que ha pervertido los fundamentos del Estado liberal y democrático de derecho, anulando el Parlamento, comprando a los medios y se vale de los jueces como comisarios a sus órdenes.

La prueba más evidente la muestra la propia judicatura que actúa no solo como justicia política, sino claramente como justicia de clase. Se persigue a los/las independentistas y a la izquierda no domesticada (raperos como Hasel o Valtonyc), pero no a las bandas fascistas y parapoliciales que agreden a la población civil. Con más de 100 actos de violencia fascista/españolista probada, filmada e identificada hasta la saciedad, no hay ni un procesado por ello.

Es lógico. Son los suyos. Ninguno de los fascistas que asaltaron Blanquerna está en prisión porque son parientes de los gobernantes de la Gürtel.

La decisión de Anna Gabriel de no entregarse a merced de una justicia al servicio de la dictadura del 155 añade fuerza a la estrategia de internacionalización que en su día adoptara Puigdemont, y pone en evidencia ante el mundo lo que venimos señalando: el país es una dictadura de hecho de una asociación de malhechores apoyada por unos partidos políticos tan corruptos como aquella, el PSOE y C’s por activa y Podemos por pasiva, y sostenida en la tiranía de una mayoría española en contra de la minoría nacional catalana.

Los casos de Pablo Hasel, Valtonycc, diversos tuiteros y titiriteros, todos en la cárcel o a punto de entrar en ella, mientras que las bandas fascistas de amigos y parientes de los gobernantes campan a sus anchas, demuestran que si eres de izquierda, en España no puedes esperar justicia. A este respecto, el país es peor que Turquía. Es, como se ha dicho reiteradamente, una monarquía bananera y de bananas podridas. Pero si eres independentista catalán, de izquierda, centro o derecha, es todavía peor. La falta de justicia se intensifica hasta convertirse en una persecución criminal a cargo de unos “jueces” que actúan como comisarios del poder político corrupto, que prevarican desvergonzadamente, se inventan los delitos o violan el debido proceso legal y hasta las garantías del habeas corpus..

Eso es lo que el mundo está viendo hoy cuando, al exilio de Carles Puigdemont et al. en Bélgica, se ha sumado el de Anna Gabriel en Suiza. Es público y notorio que España está gobernada por presuntos delincuentes bajo forma de una dictadura neofranquista, nacionalcatólica y centralista que Europa conoce muy bien. Por eso es ya urgente e imprescindible que la UE tome medidas en defensa de los derechos de una población civil a merced de una banda de malhechores.

Y ha de hacerlo Europa porque ningún partido estatal del arco parlamentario español está dispuesto a controlar al gobierno y sus jueces de presa. Al contrario, tres de ellos lo apoyan y jalean mientras el cuarto, Podemos, trata de ocultar su acuerdo de base con la represión antiindependentista promoviendo debates de otro tipo que alejen el foco de lo que realmente importa, esto es, la persecución seudojudicial de unos ciudadanos por su sus ideas y prácticas independentistas.

En el Estado español, para ser libre hay que estar en la cárcel, como los dos Jordis, Oriol Junqueras y Joaquim Forn, o en el exilio, como Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Toni Comin, Meritxel Serret y Lluís Puig y ahora Anna Gabriel.

Para vaciar las cárceles de presos políticos y traer las exiliadas hay que estar dispuestos a entrar en ellas o a exiliarse.

dimarts, 20 de febrer del 2018

Ese es el mensaje

Arrecia el ataque ilegal contra Catalunya desde el B155. Tiene dos fines complementarios e imposibles. De un lado, poner algún tipo de orden presentable en Europa en el desastre que él mismo ha organizado por su incompetencia y su autoritarismo. De otro doblegar un movimiento pacífico y democrático respaldado por una mayoría social de más de dos millones de personas. Para lograr a la desesperada estos dos fines, el B155 esta dispuesto a emplear todos los medios. Iba a añadir "legales" e "ilegales" pero, al hacerse en virtud del uso ilegal del 155, ya no hay medios legales; todos son ilegales. No hay juego limpio y sucio; todo es sucio. El fin justifica los medios.

Después de las noticias aparecidas sobre el imán de Ripoll (a sueldo del CNI), es obligado seguir pidiendo explicaciones al gobierno sobre lo que sabía del atentado, como han hecho Rufian en sede parlamentaria y Puigdemont desde el exilio, máxime cuando hay quien sostiene que el Mossad informó al CNI de un atentado inminente en Barcelona y lo vinculó expresamente al tal imán, Abdelbaky Es Satty. La interpretación que suscita el silencio del gobierno por un lado y su implicación en maniobras de intoxicación por otro es siniestra. Pero aquí cabe esperar todo de un gobierno cuyo presidente dice que "no le consta" que en España haya decenas de miles de personas asesinadas por los suyos y enterradas en fosas anónimas, de las que hay pruebas estremecedoras en todo elpaís.

Con gente así puede y debe esperarse cualquier cosa. El frente judicial del B155 sigue en frenética persecución del independentismo, cada vez más enfangado en un proceso político concebido como una causa general contra una ideología, como en los tiempos de la Contrarreforma, que son los suyos. Ayer, Rovira, a la que todos daban por presa incondicional, como Junqueras, pilló al juez de buenas y salió en libertad bajo cuantiosa fianza. A cambio, la combativa jueza Lamela reaparece por otro lado con ánimo de encarcelar el viernes al mayor Trapero. Ya no se sabe cuántos jueces y fiscales andan a la caza y captura de independentistas, con qué motivo ni con qué consecuencias. Habrá que ver qué pasa también con los dibujantes de viñetas que, por ahora, a diferencia de los cantantes como Pablo Hasel, Valtonic y tuiteros diversos, están saliendo de rositas.

La persecución judicial del independentismo no solo se articula en téminos procesales y jurídicos en general sino que tambien tiene una repercusión mediática agresiva. No es infrecuente que las declaraciones "se filtren" a las horas de producirse y proporcionen titulares a los medios todos en la misma dirección: los declarantes se rajan, se arrepienten, se acusan unos a otros y están poco menos que a tortas. No se desdeñan los golpes más bajos, en lo sentimental y personal de gentes que están siendo objeto de un tremendo atropello. Tratan de conseguir desestimientos individuales porque, como buenos represores, ignoran que los/las encausados/as harán lo que estimen oportuno, el movimiento lo respetará y, si alguno decide hacerse a un lado, otra ocupará su lugar. Es la más absoluta ignorancia de la política como compromiso personal.

Y, claro, no consiguen nada. El movimiento continúa, es imparable y la República Catalana va afirmándose en condiciones de cerrada hostilidad e injusticia.

Apenas conocida la decisión sobre Rovira se hacía pública una carta suya y de Junqueras a la militancia de ERC en la que anuncian que "nunca renunciarán a sus convicciones" y piden que no se dé pábulo a las maniobras divisionistas del PP. Nadie desiste. Nadie se divide. Esa es la respuesta, el mensaje a las maniobras judiciales y la agresión mediática. No hay marcha atrás.

Hoy se debate en el Parlament la propuesta de reforma de la ley de la Presidencia para permitir la investidura telemática de Puigdemont. Este ya va perfilando un conjunto de competencias como "Presidente de Catalunya" en el exilio. Son los indepes quienes marcan los tiempos, quienes adoptan las decisiones porque para eso ganaron las elecciones del 21 de diciembre, aunque el PP, el PSOE y C's estén empeñados en ir en contra de los resultados.. 

Entre tanto, Anna Gabriel abre otro frente diplomático en Ginebra. Acaba de anunciar que no piensa acudir a la declaración, cosa de esperar, sobre todo a la vista de que los tribunales pretenden seguir encarcelando gente en aplicación del derecho del enemigo como ya está previsto que se haga con el mayor Trapero. Dice un periódico que "huye de la Justicia" y se quedará en Ginebra.  Fuera más propio decir que huya de la Injusticia, pues eso es lo que hay por estos pagos, clase práctica de lo que decía San Agustín de que, "cuando no hay Justicia, el Estado no pasa de ser una banda de ladrones". Como si lo hubiera escrito hoy mismo.

La presencia de otro foco de activismo indpendentista en el extranjero, esta vez en Suiza, concretamente en Ginebra, en donde está la sede europea de las Naciones Unidas, refuerza el proceso de internacionalización del conflicto. Y, sobre todo, de europeización. Será interesante ver cómoi explica Dastis en el país de los referéndums que en España hay más de mil heridos, más de seiscientos imputados, cuatro personas en la cárcel, tres en el exilio, cuatro embargados, un gobierno destituido y un estado de excepción en marcha para impedir un referéndum que no solamente han ganado los independes una vez, sino cuatro.

Fíjense qué enfrentados y desunidos están las tres fuerzas independentistas que siguen actuando al únisono y en coordinación con el Parlament. 

dilluns, 19 de febrer del 2018

El independentismo es delito

La situación en España como presunto Estado de derecho democrático se deteriora por días. La actividad represiva del B155 en todos sus frentes, político, económico, mediático, policial, judicial ha generado una situación de inseguridad jurídica en Catalunya para todos quienes directa o indirectamente tengan algo que ver con el independentismo. Ya nadie sabe qué están investigando los jueces, ni qué en concreto buscan las diversas policías en sus requisas por doquiera y sin aviso, al margen de que, mucha veces, estas medidas carecen de objetivo concreto pues su finalidad es exclusivamente intimidatoria. 

Nadie sabe de qué pueden acusarlo. Hasta la fiscalía reconoce que aún no tienen claro el tipo delictivo que aplicarán a quienes, sin embargo, mantienen en prisión. Por razones políticas evidentemente. Como rehenes que son. El tratamiento judicial de los procesados es arbitrario y desconcertante, más parecido a los criterios inquisitoriales que a los de una justicia moderna. Nadie puede estar seguro en estas condiciones. Es una situación más próxima a la de las lettres de cachet del absolutismo que al Estado de derecho. Diversos jueces, en una muestra de activismo casi persecutorio, llaman a declarar a políticos, representantes, funcionarios, profesores, magistrados, concejales, artistas, sin que nadie tenga claros los motivos: el 1ºO, el 27 O, las convicciones de cada cual. 

La arbitrariedad de las autoridades políticas  no es menor con el entusiasta apoyo de la oposición parlamentaria en el B155. Tampoco sabe nadie qué permitirá o qué prohibirá el gobierno o en qué iras de qué ministerio incurrirá. El B155 es de una beligerancia suma contra Catalunya. No solamente no se habla de negociación; ni siquiera de diálogo. El panorama es de confrontación a muerte, de proyecto de aniquilación de Cataluña. Las intenciones de intervenir la educación y controlar los medios públicos de comunicación, añadidas a la campaña anticatalana de todos los medios de comunicación dejan bien claro que la acumulación de ataques en todos los frentes pretende acabar con el independentismo. 

No se atreven a tipificarlo como delito pero todo lo que hacen prueba que así lo consideran. Y lo llevan adelante con una dictadura camuflada bajo la aplicación de un artículo de la Constitución, el 155 que, según la interpretación reinante, da al gobierno la posibilidad de imponer la ley saltándose la ley y decidiendo a su capricho qué es y qué no es la ley. 

Perdieron las elecciones del 21 de diciembre que, en su infinita soberbia, creían que ganarían, y no tenían plan B. El plan B ha resultado ser la imposición en Cataluña de la dictadura del 155. Y, de paso, en toda España, pues ningún Estado de derecho será tal si en una parte de su territorio rige la arbitrariedad y la tiranía. 

La confusa causa general que, contra toda razón y derecho, se sigue a los independentistas es, en realidad, una causa al independentismo. Un proceso político/ideológico que tipifica como delito otra ideología con el derecho que da el ser el más fuerte. Resulta absurda porque, llevada a sus últimas consecuencias, tendrá que investigar y procesar a más de dos millones de personas. Anímense: en principio todos los que votaron voluntariamente en un referéndum ilegal fueron cómplices de ilegalidad. Procésenlos. Tendrán que hacerlo porque el procedimiento de empapelar judicialmente solo a los representantes, basado en la muy ruin esperanza de que actúe como ejemplificador, no funcionará y a represente indepe procesado seguirá otro representante indepe. 

 De la tiranía al ridículo no hay más que un paso. El que darán cuando intenten prohibir asociaciones inependentistas, suprimiendo el derecho de asociación, tras haber suprimido el de expresión y el de sufragio.

Todo eso no ha servido de nada, ni servirá, mientras el bloque independentista mantenga incólume su principal fortaleza: su unidad. Es esta la que, en las arbitrarias e ilegales condiciones en que se encuentra, le permite seguir manteniendo la iniciativa política y marcando los tiempos. La posible apertura de otro frente político-jurídico en Suiza, según la decisión que adopte la CUP, supone un paso más en la internacionalización de un conflicto que ya está pidiendo a gritos la mediación europea.

dissabte, 17 de febrer del 2018

Los confines del imperio

Ha comenzado el ataque a los medios públicos de comunicación, especialmente TV3, y el modelo educativo anunciado por M punto Rajoy hace unas fechas como efectos benéficos del 155. Aprovechaba al tiempo para avisar a los súbditos de la monarquía de que se han quedado sin pensiones y se quedarán sin educación, gracias a su eficacia. En realidad, ¿para qué querrá intervenir en la educación en Cataluña si, con un mandato suyo más, los catalanes, como buenos súbditos, tampoco tendrán educación en catalán ni en tagalo?

Es la lucha por el mantenimiento del imperio, al que llaman nación española, en contra de la expresa voluntad de más de dos millones de forzosos compatriotas. Detrás de la imposición de la lengua en la educación (en la administración virreinal ya lo han hecho)  viene la de contenidos. La censura de un lado y el adoctrinamiento en el Espíritu Nacional por otro. España, el imperio, el himno, la bandera, el rey, las gloriosas fuerzas armadas y la cabra de la legión. 

Para los medios públicos (nidos de ratas separatistas) similar doctrina. Es difícil, pero TV3 debe alcanzar el nivel de calidad, imparcialidad y profesionalidad periodística de RTVE. Es verdad que el instituto Reuters de la Uni de Oxford, sitúa los medios españoles en el fondo de la charca en cuanto a credibilidad. No hay cuidado. Los protestantes han tratado siempre de hundir a España, una, grande, libre. Arriba España.

El gobierno y la oposición siguen una política nacionalcatólica de aplastamiento de la singularidad catalana. Y lo que trae en las alforjas de los rucios y en las mochilas de los publicistas nacionales es la España imperial que lleva 400 años contemplando los luceros. Una homologación en la unidad de destino. Una Gleichschaltung hitleriana, si pudieran. La españolización no solo de los niños catalanes sino de todos los catalanes, hasta la edad de una cada vez más tardía jubilación sin pensión. 

Lo conseguirán si el bloque indepe se divide. Por eso, todo lo que el B155 hace es para dividirlo. Si se divide, perece. Y si no se divide, se dice, también. Es posible; lo otro, seguro. Así que, a supuesta igualdad de resultados, lo mejor es no dividirse. Catalunya necesita un govern. Nómbrese, en el entendimiento de que será al unísono desde Barcelona y Bruselas, las dos capitales transitorias de la República Catalana.

divendres, 16 de febrer del 2018

Formación del Espíritu Nacional

Está claro lo que espera a los indepes si vacilan, si se dividen, si ceden, si fracasan en su empeño. La Formación del Espíritu Nacional (FEN) aggiornata en FEN de la FAES. 

No es algo que surja de pronto, en la oscuridad, sin avisar, como el ataque del hombre lobo. Hace años que las huestes franquistas están en la reconquista de Catalunya. Lo anunció Fraga, al avisar de que para ello estaba él dispuesto a coger d nuevo el fusil. Y lo pusieron en práctica sus gentes cuando presentaron el recurso contra el Estatut de 2006. Los dos peperos que lo registraron fueron el inefable Trillo del Yak 42 y los negocios de asesoría oral y la por entonces brillante promesa y posterior oscura realidad, Sáenz de Santamaría. El recurso que permitió al TC desnacionalizar Catalunya como el que decreta un anatema.

En su lucha anticatalana, el PP puso en marcha una iniciativa legislativa para pedir un referéndum sobre el Estatuto con el que consiguió cuatro millones de firmas (écheme aquí una firmita contra los catalanes) que llevó al Congreso aun sabiendo que era improcedente porque esa iniciativa no actúa con leyes orgánicas. De lo que se trataba era de debilitar al gobierno de Zapatero y capitalizar electoralmente la catalanofobia, alentándola, o sea, provocando una crisis de la unidad que decía defender.

Apenas comenzado su mandato en 2011, el entonces ministro de Educación ya anunció su propósito de españolizar a los niños catalanes. Al mismo tiempo suprimía la educación para la ciudadanía por considerarla adoctrinamiento y devolvía la religión al currículum educativo pues, como bien se sabe, la religión no adoctrina. Un ministro torero intensamente español que considera las corridas "patrimonio cultural". Cosa que acaba de reafirmar la misma Corona al conceder el premio nacional de cultura a un torero.

Las intenciones estaban claras desde el principio: destruir la singularidad cultural catalana; suprimir la nación catalana de hecho como de derecho lo hiciera el TC. La aplicación del 155, que consagra la dictadura, permite llevar a la práctica las intenciones. M punto Rajoy lo anunció hace unos días con la misma descarada contundencia con que acaba de avisar a la gente que se pague las pensiones y la educación porque su gobierno no ha dejado o no piensa dejar nada de ellas. El 155, aseguraba el señor de los sobresueldos, le da mano libre para intervenir TV3 y la escuela catalana.

Los medios y la educación. Lo tienen muy claro. Hay por ahí un vídeo alucinante de un programa de alguna tv española en el que Cospedal dice a Inda que TV3 es un aparato de propaganda del independentismo y corresponde cerrarla. Lo dice la Cospedal que tenía Tv de Castilla La Mancha directamente a sus órdenes y se lo dice a Inda que, en fin... Y está claro: quieren cerrarla. Ya impidieron en su día que se viera en Valencia. Ahora no quieren que se vea en parte alguna.

Y de la escuela no hace falta hablar. Con el cuento del castellano amenazado pretenden destripar la inmersión lingüística. Son canallas, pero no tontos. Van por los medios y la escuela porque saben que son el crisol de la formación de opinión a corto y largo plazo, en donde quieren entrar a saco para dividir, encizañar e imponer su ideario nacionalcatólico. 

En cuanto a los contenidos, tampoco es problema. La misma Cospedal alienta el plan del gobierno de añadir a la religión ahora otra materia de "defensa nacional", de glorificación de las fuerzas armadas, los senderos imperiales y la sublime maravilla de la Corona borbónica. Catalunya no será olvidada en esta Requeteformación del Espíritu Nacional que reconocerá las peculiaridades vernáculas de esta sana diversidad regional española. 

Las dos vías de ataque (los medios y la escuela) apuntan al corazón de la nación catalana: la lengua. La cosa es a vida o muerte. La República Catalana solo puede defenderse mediante decisiones soberanas sostenidas por tres elementos imprescindibles: la unidad de las fuerzas políticas, el apoyo de las organizaciones sociales y la firme voluntad de las instituciones de implementar el mandato formulado el 1º de octubre de 2017, aceptado el 10 del mismo mes y proclamado el 21. Si falla alguna de ellas la República Catalana se desvanecerá en el aire, dejando un vacío mortal en el corazón de varias generaciones.

Puede preguntarse qué diantres tiene en la cabeza la izquierda española para asistir a este autoritario intento de aniquilar una nación no solo política sino culturalmente sin mover un dedo o, incluso, colaborando activamente con él. Por preguntar que no quede. Pero no se espere una respuesta. Ni falta que hace. Los indepes no cuentan más que con su propio pueblo y la simpatía que su lucha movilice en el extranjero.

És el moment dels defensors de la terra i de la llengua.  


dijous, 15 de febrer del 2018

Ras i curt: Boya

Vaya inyección de moral en vena al independentismo la declaración de Boya que Palinuro celebraba ayer por adelantado (Mireia Boya). De pronto, los negros poderes del Estado han retrocedido al ver, a la luz de la antorcha de Mireia, el abismo en el que están precipitándose. Porque detrás de esta Mireia, hay más Mireias. Y cada vez, más. Este ataque en todos los frentes a la conciencia nacional, la dignidad de Catalunya, encenderá más y ampliará el fuego de las movilizaciones. Rajoy con el 155 y el PSOE en el remolque sienta ya plaza de dictador a usanza turca por Europa. Los hiperactivos e ideológicamente motivados jueces están atacando el principio de representación democrática en todos los niveles. Los medios, convertidos en correos del gobierno, siembran cuanta cizaña pueden. Los de C's, con sus ataques a la lengua y la cultura catalanas ganarán las elecciones en España, pero no en Catalunya. La represión no funciona; no puede funcionar. No es posible gobernar un territorio en contra de la voluntad de la mitad de la población, o más, salvo recurriendo a la dictadura declarada ; latente, ya está. 

La declaración de Boya ha sido un torpedo en la línea de flotación del acorazado Supremo porque ha desmontado la pieza esencial de su ataque. Boya ha confesado  abiertamente sus intenciones independentistas, su no acatamiento a la Constitución y ha recordado que hasta el juez Llanera era partidario de la "solución política" en Catalunya no ha mucho. Su acción ha excluido la violencia. Y está en la calle, sin medidas cautelares. Ahora explíquese qué hacen en la cárcel los dos Jordis, Junqueras y Forn por exactamente el mismo comportamiento e idéntica finalidad, incluso menos, dado que el juez forzó retractaciones en algunos de ellos dando a entender que podría liberarlos sin hacerlo finalmente. Jurídicamente esto es inadmisible. Moralmente, deplorable. Políticamente, insostenible.

Es posible que hasta estos jueces lo entiendan: no acatar la Constitución no es delito; el independentismo tampoco es delito; como no lo es propugnar estos fines (no acatamiento e independencia) por cualesquiera medios al alcance de la libertad de expresión siempre que no haya violencia. Prohibir alguna de estas manifestaciones no violentas es prohibir los fines; prohibir los fines es prohibir la libertad de expresión; prohibir la libertad de expresión es prohibir las convicciones. O sea, resulta que el independentismo sí es un delito, porque lo dicen los jueces. No se puede ser independentista.

Los catalanes no pueden ser independentistas.
Los catalanes no pueden ser.
Los catalanes no pueden.

¡Alto ahí!, dice Boya, ¡Claro que podemos!
Y lo demuestra.

dimecres, 14 de febrer del 2018

Mireia Boya

En la era de la "democracia mediática" reina la convicción de que, a través del agenda setting y otros paradigmas de la comunicación, los medios ocultan, tergiversan la realidad, la manipulan al servicio de la clase o banda dominante. Y siempre desde el mismo supuesto: quien se opone al orden constituido, interpretado por el gobierno es un loco, un corrupto (sic) o un delincuente, desde rebelde a terrorista, según el libre parecer de los jueces.

Paradójicamente, una de las teorías que la derecha suele esgrimir para justificar las políticas reaccionarias anticrisis, consistentes en enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres (el llamado "efecto Mateo") es la del "goteo" (trickle down), según la cual, del enriquecimiento de los ricos rebosa siempre algo que cae para beneficio de los pobres. Teoría tan nueva que ya está en los evangelios, en la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. Con los medios sucede lo mismo. La interpretación mediática hegemónica es delirantemente maniquea: el orden es justo e inmaculado (lo llaman contra toda evidencia "Estado de derecho") y quienes a él se oponen son delincuentes movidos por las más repugnantes ambiciones. Es de risa ver a los sabuesos de Hacienda preguntando con qué dineros se han pagado unas esteladas colgadas en el balcón municipal. La misma Hacienda que amnistía a los defraudadores y no publica sus identidades.

Trickle down. Es imposible evitar el impacto mediático de un caso como el de Mireia Boya que destruye de golpe toda la estrategia narrativa del B155 y de los medios. ¿Repugnantes ambiciones? ¿Junqueras y sus compañeros? ¿Mas y las suyas? ¿Puigdemont y las suyas? Para tragarse tanta villanía interpretativa (que si Puigdemont alquila un palacete, que si las instituciones pagan los gastos y fastos de la independencia, que si fulano cobraba esto o mengana aquello) hacen falta las tragaderas de Gargantúa. Ya para tragarse que la motivación de Boya se encaja en alguna de esas figuras delictivas hacen falta las de Gargantúa y Pantagruel juntas.

Léanse las declaraciones de Boya en vísperas de la comparecencia y dígase si no se resumen en lo siguiente: "Yo no he cometido delito alguno. No hay violencia. Se me condena por mis ideas independentistas. Si voy a la cárcel será una condena injusta y yo, la víctima de un delito. De la cárcel me sacará la República Catalana." Lo último es una apostilla política de mi cosecha pero que traduce bastante bien la consecuencia de la actitud de Boya porque es esta, precisamente, la que materializa la República Catalana. No es una declaración. Es una profecía. Hecha en virtud de algo que los villanos mediáticos ni huelen. 

Mireia Boya es un símbolo que eleva un grado más la intensidad de este conflicto. Con 900 causas pendientes en toda Catalunya y las que los jueces vayan aflorando en sus actividades particulares, además de un símbolo, es un faro, que orienta la acción de quienes vienen detrás, igual que Boya viene detrás de los Junqueras y estos de los Jordis. ¿Cuándo entenderán que esto no es cosa de policías antidisturbios, ni de espías de pacotilla, ni de jueces comisarios, ni de diplomáticos camaleónicos? ¿Cuándo se darán cuenta de que es una revolución cívica, sostenida por una amplia base social, institucional y hasta económica? Dan risa las cuitas de los medios gubernamentales (todos) por profetizar la ruina económica al territorio que acaban de declarar los inversores internacionales como el más interesante para invertir. 

No le hacía falta al movimiento indepe, pero Mireia Boya ha confirmado de modo aplastante su impulso moral. Y ha abierto de par en par las puertas a su triunfo. La manera segura de destruir este proceso político es demostrar que lo es. 

La Constitución no exige su acatamiento a los ciudadanos a los que, sin embargo, protege protegiendo, entre otras, su libertad de expresión. Cualquiera puede expresar desacato a la Constitución y propugnarlo, siempre que no lo haga por medios violentos. Si, no habiendo violencia, se condena a alguien, se le/la condena por no acatar la Constitución. Y eso es injusto. Y delictivo. E inútil, porque habría que procesar a todos los independes, a los republicanos, a los monárquicos de otras familias, a los ácratas, a todos quienes propugnen pacíficamente cambios que no gusten a los jueces y a los gobernantes en nefanda coyunda. 

dimarts, 13 de febrer del 2018

Aristóteles y la revolución catalana

Aristóteles dedica el libro V de La política al estudio de las revoluciones, sus múltiples causas y manifestaciones que analiza minuciosamente; su distinta naturaleza, según su finalidad. Pero a lo largo de todo el libro yace la idea de que la causa eficiente de las revoluciones es un sentimiento de injusticia, el de no recibir aquello a lo que se cree tener derecho. 

Es tal cual el caso de la revolución catalana, movida en su origen por esa conciencia de injusticia al no recibir aquello a lo que la mayoría de la población cree tener derecho, el derecho a decidir. 

De ahí, de esa injusticia fundacional, han derivado todas las demás, en cadena, a modo de racimo. No se ha permitido a los catalanes hacer nada y, sin embargo, lo han hecho a un coste muy alto por ambas partes en términos simbólicos para el Estado y humanos para los indepes. Estos han conseguido asimismo un gran éxito con la internacionalización del conflicto a causa de las medidas represivas adoptadas en España. 

Pero la prosecución del proceso político contra el independentismo a cargo del Supremo solo intensifica más el sentimiento de injusticia, de maltrato, de falta de garantías democráticas que está en la base de esta revolución. Las continuas citaciones a declarar de una cantidad creciente de representantes democráticos con la amenaza de procesamiento; la expansión de las causas al nivel municipal, la incertidumbre acerca de qué están investigando los jueces y de qué se acusa a los investigados, estan abocados a provocar situaciones crecientes de desobediencia civil y mayor conflicto. 

Este gesto de las autoridades gironinas, ¿qué es sino una muestra más de este espíritu republicano, de desobediencia? Y como este, va a tenerlos el Estado a cientos. En algunos casos podrá recurrirlos; en otros, por ejemplo este, no. Es perfectamente legal cambiar la rotulación de plazas y calles por decisión de los gobiernos locales. Y hay cambios que son señales inequívocas de una dinámica de dos países distintos. El segundo, el que está haciéndose en el curso de esta revolución tan atípica pero tan profunda movida por un sentimiento de injusticia, que tiene también ya sus efemérides, como el 1ºO. Porque es una revolución por los derechos, por la democracia, por la dignidad de las personas. 

Van a tener que encarcelar a media Cataluña o declarar el estado de sitio. O ambas cosas a la vez.

Porque es una revolución al modo aristotélico. La mayoría democrática catalana contra la oligarquía.

dilluns, 12 de febrer del 2018

La República se asienta

Los símbolos son caros. El periódico parece objetar a que los gastos de la presidencia simbólica (que, además, juzga muy elevados) vayan con cargo al erario. No se ve a qué otro  pudieran ir siendo una decisión del Parlament. Vamos, que el gobierno, muy atento a no meterse en más líos para salir mal parado, piensa no darse por enterado. 

Será a efectos internos. A los externos, el ministro de Exteriores ya ha tenido la delicadeza de meter la pata insinuando conflicto diplomático con Bélgica. En verdad, no tienen arreglo. Esto de la política les es tan ajeno como el hockey.

No querían un referéndum pactado de autodeterminación y han tenido cuatro (el 9N, el 27S, el 10 y el 21D), el último convocado por ellos mismos. Y perdiéndolos todos, uno detrás de otro. Fabuloso. 

No querían a Puigdemont de presidente y van a tener dos, uno simbólico en el exterior y otro real y efectivo en el interior que tendrá otro nombre y figura pero irá en unidad de acción con el externo. Eso no hay modo de evitarlo. Como no lo hay de evitar que esta República Catalana vaya asentándose feliz aunque trabajosamente.

Resueltos que estén los trámites de la investidura se abrirá un tiempo nuevo con nuevos planteamientos y conflictos. Según parece el frente judicial unionista tiene previsto escenificar un proceso inevitablemente político contra el independentismo hacia el otoño. Entre tanto proseguirá su tarea de procesando a más gente. 

Una vía sin salida pues no es sino la perpetuación del conflicto. Es incomprensible que los instigadores del 155, su frente mediático y judicial, no vean que la represión solo puede llevar a la generalización de la desobediencia.

No lo ven porque es una cuestión de dignidad.

dissabte, 10 de febrer del 2018

Los vanos propósitos

El procés sigue su curso, ahora ya en forma de república en el exilio con una encantadora indiferencia hacia las reacciones que provoca. La oposición en bloque en el Parlament hace saber que ignorará todo gobierno simbólico en Bruselas y solo atenderá al real -y no títere, recuerdan los más avisados- que dé cuentas en el Parlament. Obvio. Un gobierno simbólico solo podría dar cuentas simbólicas. Y las cuentas han de ser reales de vellón.

Dada la estructura de presidencia bicéfala estilo gaullista que se perfila, eso de ningunear el gobierno en el exilio es como si la oposición en Francia dijera al primer ministro que piensa ignorar al presidente. ¡Ah! Pero se trata de Francia y de una Constitución. Y aquí se trata de Catalunya y su constitución...interna o, si se quiere "simbólica". La fuerza que lo "interno" y lo "simbólico" tengan será cosa de los indepes y nada que la oposición parlamentaria esté en condiciones siquiera de entender porque no es cosa suya.

Según noticias, Rajoy se dispone a "mirar para otro lado" si se constituye algo así como una Consejo de la República en el Exilio. Costumbre no le falta  La cuestión es si puede. Lo que se instala en Bruselas es una especie de altavoz y faro europeo del independentismo catalán, una delegación exterior de una república que está naciendo en las condiciones más contradictorias y difíciles que cabe imaginar.

Llega un govern cuya primera tarea es conseguir la retirada del 155 y el levantamiento de todos los expedientes represivos del tipo que sean contra representantes democráticamente elegidos. Son las dos condiciones necesarias para iniciar una negociación política entre el Estado y la Generalitat que llegue a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

divendres, 9 de febrer del 2018

La V República

El toque gaullista de la trayectoria de Puigdemont se acentúa y se acelera. Después de alzarse como símbolo de la Catalogne résistante y de constituirse en símbolo de la legitimidad suprimida autoritariamente, ahora estamos en puertas de la V República, el "semipresidencialismo" francés, según la fórmula que han acordado los indepes que, ya se sabe, tienen algo de gabachos.

La V República. Un presidente todopoderoso que nombra un presidente de su mayoría parlamentaria. Otra cosa es cuando no tiene esa mayoría y se ve forzado a la cohabitación, pero no parece que sea ni vaya a ser el caso en Cataluña. El presidente reúne legitimidad y eficacia gestora, pero delega esta en el primer ministro. Más o menos, el acuerdo. Solo que aquí, por necesidades de este guión cada vez más surrealista, el presidente será presidente simbólico en el exilio y el primer ministro, presidenta de la Generalitat catalana. Para evitar, dícese, abrir otro frente judicial. Tarde o temprano se abrirá, pero es prudente retrasarlo.

¡Alto ahí! truena la ministra de Defensa, no se puede ser presidente en la distancia. No se sabe por qué, ya que Rajoy lo es desde el limbo, pero no merece la pena estar a estas pequeñeces. Cuando aclaran a la ministra que se trata de una presidencia simbólica, asiente rezongando que, de todas formas, eso es "engañar a los catalanes", esos a los que tan difícil es "sacrificar" uno a uno, pero a los que, según esta Aldonza Lorenzo de las armas, se puede engañar en rebaño. Como si se pudiera. Es la idea que estos gobernantes de pacotilla tienen de los catalanes, de Cataluña y del soberbio desastre que han montado con este país al que dicen querer tanto y al que no han dejado de esquilmar desde el día primero. La misma ministra lo dijo en uno de esos lapsus veritatis que tiene, que habían "trabajado mucho para saquear este país."

La ministra no se entera; el gobierno, tampoco. No pueden impedir una investidura "pro forma" de Puigdemont complementada con una de hecho y derecho de Elsa Artadi. Y no pueden evitar que la presidencia efectiva y eficaz esté residenciada en el presidente legítimo en el exilio, dadas las circunstancias excepcionales por las que atraviesa la República. Se mantiene el principio de legitimidad gaullista, Puigdemont es presidente, como lo es la presidenta que el Parlamento elija. Y ya no hay razón para mantener el 155. 

Lo que suceda entre tanto, día a día, es un misterio. La consolidación de un govern en el exilio por muy simbólico que sea, acabará provocando roces diplomáticos con Bélgica, tierra en donde los españoles no son especialmente bienquistos, pero los catalanes, sí. Al episodio de Ferrer i Guardia me remito. Y también habrá zafarrancho en otros frentes que la fabulosa ineptitud de este gobierno ha abierto y ahora no sabe cómo cerrar, singularmente el judicial que está desatado. Como alguien no lo evite, aquí se monta un macroproceso político contra el independentismo que nos va a mostrar ante los europeos como lo que somos, un país de pandereta y metralleta. 

El frente judicial es como las bombas de racimo: expanden el destrozo. Las redes se preguntaban ayer por el paradero de Anna Gabriel, citada a declarar por los tribunales, y que parece haber desaparecido. Son previsibles actitudes de rebeldía que apuntan a una desobediencia generalizada al Estado y sus medios. 

Es imposible gobernar un país a base de encarcelar a unos representantes democráticos, mandar a otros al exilio y perseguir a los restantes hasta el descansillo de la escalera. Dicen los cínicos del B155 que nadie habla ya de gobernar, que se trata simplemente de mantener el desgobierno actual y que nadie se mueva. 

Los catalanes ya se han movido y el Estado no puede pararlos, salvo que se convierta abiertamente en lo que ya es secretamente, una dictadura. La dictadura del B155, algo imposible de defender por ahí fuera y por aquí dentro. 

dijous, 8 de febrer del 2018

En Flandes sale el sol

El sol de la rebeldía, dicho sea como metáfora celestial, por si el Supremo. El sol de la europeización del conflicto España/Cataluña. Desde el comienzo se ha reconocido que el exilio de Puigdemont en Bruselas (hábil elección) fue un gran paso en la internacionalización de la querella. Y más pasos que han venido después con botas de siete leguas. 

Permítase a Palinuro soslayar el asunto de los conciliábulos y las negociaciones entre indepes, arropado en su fe de que llegarán a un acuerdo porque no hay otra. Y no soslayar para dedicarse a la holganza, sino para plantear un asunto colateral a estas cuestiones, pero decisivo. 

Al margen de las razones de otro tipo para investir a Puigdemont, está la de que ya es un polo de autoridad en torno al cual puede fraguar una estructura institucional de gobierno en el exilio. El país sabe mucho de esto. Centroeuropa, los Países Bajos, Suiza, han sido de siempre tierras de asilo para los disidentes españoles, ahora como catalanes. 

La cuestión es hasta qué punto un gobierno de la Generalitat en el exilio puede provocar un conflicto diplomático con Bélgica. A primera vista y a juzgar por el divertido asunto de la euro-orden de ida y vuelta, el gobierno español mantiene cierta cautela y tratará de evitar enfrentamientos pero acabará obligado a presentar protesta por la actividad de un gobierno catalán en el exilio. Que es justamente uno de los fines del independentismo: ser objeto (no provocar) de un conflicto diplomático entre dos Estados de la UE en el que varios otros querrán también opinar. En Flandes vuelve a estar la batalla.

Y todo eso sin perjuicio de que los asuntos cotidianos de la República Catalana sean gestionados por un govern independentista que comenzará exigiendo la retirada del 155. 

dimecres, 7 de febrer del 2018

Entrevista a Palinuro en Vic

Aquí va la entrevista que me hizo el periódico Més Osona el pasado 02/02. Esta hecha en el seminario de Vic, del que di cuenta en un post anterior y versa sobre cuestiones de mucha actualidad. No la comento porque se comenta por sí sola. Pero la incluyo aquí mismo: 

 ‘El sol fet de ser català et fa ser independentista’

Entrevista a Ramón Cotarelo, filòsof i politòleg

Toni Carrasco.- Ens va sorprendre, fa un temps, al Retrats de TV3 de Jaume Barberà. Després amb Jorge Verstringe, Cotarelo, aparegué en un altre programa des de la plaça Major de Vic. I fa dues setmanes el vam poder veure al FAQS de TV3 on l’audiència va al·lucinar tant en viu com per les xarxes. Cada cop són més les aparacions públiques a Catalunya d’aquest professor de Madrid. Aquest cap de setmana l’hem entrevistat, aprofitant la seva estada a Vic convidat per Òmnium Cultural.

Per què un professor de polítiques de Madrid s’interessa tant pel procés català?

Actualment sóc professor de la UNED. I qualsevol persona a Europa s’ha d’interessar per un assumpte de tanta importància social política i econòmica com la reivindicació independentista catalana. I si a més és espanyol, en major grau, perquè és quelcom que incideix directament sobre la nostra vida col·lectiva.

Coneix o està en contacte amb Suso del Toro, o amb altres intel·lectuals que parlen clar actualment sobre el dret a l’autodeterminació de Catalunya?

No. Em porto bé amb Suso del Toro, Javier Perez Royo,... però no tenim relació freqüent. Una mica més amb Suso. Però cadascú va pel seu costat.

I on són la resta d’intel·lectuals i professors d’Espanya quan han de parlar del procés?

Amb la Guàrdia Civil, tal qual.

Jo mateix he nascut a Vic, de pares andalusos, perquè creu que també sóc independentista? Qui m’ha ajudat a ser-ho?

El sol fet de ser català. Què més vols? Pertanys a una nació oprimida per una altra.

És a dir, perquè creu que el sentiment independentista ha crescut tant a Catalunya fins i tot amb les persones d’orígens espanyols?

En primer lloc el sentiment nacional català és molt antic, té segles. Recentment s’ha accelerat molt donat el caràcter despòtic i anticatalà del govern espanyol, sobretot del Partit Popular però també del partit socialista. I en tercer lloc perquè hi ha més gent que veu que aquesta és una situació de manifesta injustícia, i les persones que tinguin una mica de sentit de la justícia han de prendre partit.

Pensaven que hi havia democràcia però ens observen i controlen amb tots els nous mitjans tecnològics, hem arribat al 1984 de George Orwell?

Estic pensant perquè la comparació és atractiva. Però jo crec que no, perquè 1984 suposa una societat unitària i el problema aquí no és el de la mega repressió en una societat unitària sinó el de l’opressió d’una part de la població per una altra majoritària. L’opressió d’una minoria nacional per una altra majoria nacional que exerceix la tirania de la majoria.

Que després dins la tirania de la majoria hi hagi una situació similar a la de 1984 és bastant possible però el que fa el característic d’aquesta qüestió no és el totalitarisme que denuncia Orwell sinó la molt més clàssica qüestió d’una minoria nacional amb perfecte dret al seu reconeixement com a tal, en el seu dret a constituir-se en estat oprimida i explotada per una altra majoria nacional que exerceix el que sempre hem anomenat tirania de la majoria; que és el que li permet disfressar la seva tirania de democràcia, és a dir, els catalans poden decidir com tots els espanyols.

Quan es nega el vot dels catalans en el vot dels espanyols significa dissimular l’opressió que la majoria dels espanyols aplica sobre els catalans. Per tant és tota la població la que està implicada en això, no només el govern.

Les set diferències Euskadi/Catalunya

Molt senzilles. L’indepen-dentisme basc no era un moviment social, era una espècie d’aprofitament dels “estertors” del franquisme, perquè comença a finals dels 60 amb un contagi de les lluites d’alliberació nacional dels pobles oprimits a Amèrica i Àfrica, una espècie de còpia però sense arrels socials profundes. La prova és que mai va ser transversal, fou sempre obra d’una minoria organitzada, sostinguda per sectors radicals que mai han estat majoritaris a la població i pels capellans, res anodí.

Mentre que a Catalunya l’independentisme és un moviment social d’àmplia base, transversal que compta també amb la burgesia. El fet que en aquest moment l’aliança política independentista vagi des de la burgesia neoliberal fins als antisistema de la CUP dóna la pista. A Catalunya és un moviment integral del conjunt de la societat i això fa que sigui molt diferent d’Euskadi. I a això li has d’afegir que la famosa frase que es deia als terroristes bascos “mentre hi hagi violència, no hi ha res a parlar, si deixeu la violència, es pot parlar de tot”.

A Catalunya han demostrat que això és mentida, aquí no hi ha violència, allò era mentida. I això és una prova evident que a Catalunya l’independentisme no té res a veure amb el basc.

Creu que el PP tapa les seves vergonyes aprofitant-se del moment a Catalunya? Fins quan?

Sí, és clar. No sé fins quan. No sé, depèn, perquè la clau la té el poble espanyol que és el que hauria de posar fi a aquesta vergonya d’estar governats per un partit que és una associació de delinqüents. I que el president del govern sigui un presumpte delinqüent també. L’electorat, però dubto molt que ho vaig a fer; primer perquè vota PP directament o el vota indirectament votant al PSOE.

Pensa que fenòmens com les xarangues de Cadis referides al procés, reflecteixen el sentiment majoritari a entre els espanyols respecte al procés?

En les xarangues hi ha de tot. Per endavant que a mi no em resulten en absolut simpàtiques. I que en general aquesta adoració pel folklorisme la veritat és que em sembla detestable. Dit això, m’ha arribat que hi ha hagut un atac directe a Puigdemont que em sembla vergonyós i mostra la mentalitat de “siervos i esclavos”. I una altra que sembla lloa als catalans, però jo crec més aviat que és del gènere equidistant, vaja que espero que res d’això tingui efecte a Catalunya. En el conjunt de l’Estat em dóna exactament igual perquè a mi tot el que té a veure amb els carnavals que em sembla una excusa que s’han buscat els capellans per donar llibertat a la gent durant un temps determinat i que la resta del temps es deixin explotar “me repatea”.

Quina opinió breu li mereix el paper d’alguns dels protagonistes principals del procés?

Soraya: “la ratita presumida”.
Xavier Garcia Albiol: un espanyol fora de lloc.
Enric Millo: “un buen cipayo”.
Mariano Rajoy: un sobresou a temps complet i president del govern a temps parcial
Carles Puigdemont: el president mític que tots voldríem tenir.
Marta Rovira: Bona senyora però li fa falta una mica més de consistència
Artur Mas: l’heroi oblidat al qual caldrà tornar a rendir tribut.
Oriol Junqueras: un bon home que està patint un destí que no és
ANC: magnifica mostra de la vitalitat d’una societat lliure
Òmnium Cultural: el mateix que ANC, i que a més és més antiga
AMI: una bona relació entre les aspiracions del poble i la resposta de les seves institucions més properes.

També, si és possible, opinió sobre 3 dates històriques recents: 9N, 1Oct, 21D

Perquè 3? No, aquí no estem d’acord. El 9N, l’1-O, el 3-O, el 10-O declaració de la independència, el 27-O, el 7-12 manifestacions a Brussel·les i el 21D, eleccions. Aquestes sí que són les dates.

Quin paper és o hauria de ser ara el dels polítics a Catalunya/Espanya. I el dels periodistes?

A Catalunya m’agradaria que polítics i periodistes ho segueixen fent tal com ho fan, posant els interessos populars i nacionals de Catalunya per sobre dels interessos de partits. I que segueixin així que tenen l’èxit assegurat. I els periodistes catalans treure’s una bona assegurança perquè venen temps molt durs, per a totes les eventualitats
A escala d’Espanya els polítics espanyols haurien de dimitir tots en bloc. I els periodistes espanyols que fossin menys venuts al capital, a l’empresa.

En resum molt breu, dues frases: d’on venim, on estem, cap a on anem? Tot sabent que vostè no és una pitonissa. L’economista i amic Santiago Niño Becerra pronostica aquest any la independència de Catalunya, vostè ho creu?

En termes polítics d’on venim? De la repressió i l’opressió més espantoses. En el present estem lluitant per alliberar-nos. I en el futur volem portar a terme les nostres reivindicacions.

Si el de Niño Becerra és un desig, ho veig bé. I si, és una profecia, ho posa fàcil perquè en uns mesos ho veurem; però et recordo que deixaria en mal lloc a Deulofeu que té pronosticat la fi de l’imperi espanyol, i en conseqüència l’assoliment real de la independència de Catalunya, per al 2029. Abans no, perquè segons la matemàtica de la història les lleis de la història són incontrovertibles.

Així vostè creu que aconseguirem fer efectiva la república catalana? I quan?

És d’esperar. Jo ja veig la república espanyola. Com vols que no vegi la república catalana, si vindrà abans que l’espanyola?


2.060.000

Aquí mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado Dos milions seixanta mil y centrado en recordar algo muy simple que tiende a olvidarse en el ajetreado día a día de la investidura y la contrainvestidura. Que detrás de las negociaciones, las amenazas gubernamentales, el activismo político-judicial y el contexto internacional hay 2.060.000 votos, la mayoría simple del electorado y 70 escaños, mayoría absoluta parlamentaria.

La República Catalana no es una invención de cuatro inconscientes ni una conjura de otros tantos conspiradores. Es una revolución que, como todas, se abre paso en condiciones difíciles, de cerrada hostilidad, recurriendo a la imaginación y la creatividad para hacer camino al andar. Una revolución democrática, cívica, pacífica, que el Estado no parece estar en condiciones de detener sin convertirse en dictadura abierta en Cataluña.

Esos 2.060.000 ciudadanos que probablemente son muchos más, están viviendo una república de hecho, luchando por recuperar sus instituciones. Constituyen el núcleo de una acción colectiva permanente, auto-organizada en redes virtuales y reales que no se puede combatir con policías ni tribunales. Es una sociedad cada vez más orientada a la desobediencia y resistencia civil pacífica, como la que difunde la iniciativa en peu de pau.

En todo caso, aquí la versión castellana del artículo:


Dos millones sesenta mil

Esa es la cantidad de votos a favor de la independencia en las elecciones del 21 de diciembre pasado. Mayoría relativa electoral y absoluta parlamentaria. Esa es la roca contra la que se estrellan las agresiones del nacionalismo español en sus múltiples variedades. Por eso prefieren ignorarla, silenciarla, como han hecho los audaces artistas en la gala de los Goyas; presentarla a través de sus medios serviles como una conspiración de un puñado se provincianos, como ha hecho el puñado de provincianos bien pagados de Tabarnia; reducirla al delirio de un solo hombre en Bruselas, como sueña el delirio de un hombre solo en La Moncloa, centro operativo de la Gürtel.

Crecientemente agresivo, el nacionalismo español en su forma de bloque del 155 (B155) esto es, el gobierno, el PSOE, C’s y el vergonzante apoyo de Podemos, dio un golpe de Estado para poner fin abrupto al independentismo catalán que él mismo había suscitado con su política autoritaria, recentralizadora y corrupta. Intervino el Parlament, destituyó el govern, encarceló indepes, obligó a otros a exiliarse, embargó las propiedades de otros más, convocó elecciones trucadas con candidatos en prisión, medios parciales, absoluta desigualdad de oportunidades… y las perdió haciendo el ridículo de paso, como se encargó de subrayar con aspavientos y declaraciones disparatadas la cabeza de lista de C’s. Con 2.060.000 votos a favor de la independencia, el electorado catalán reiteraba e incrementaba el resultado del referéndum del 1º de octubre de 2017, celebrado en unas condiciones de brutal represión policial que ha escandalizado al mundo entero.

Habiendo perdido, el B15 se niega a reconocer el resultado de las elecciones y pone en marcha la maquinaria mediática y judicial para impedir ilegalmente que pueda aplicarse. La conversión de la seudodemocracia española en la dictadura caudillista que constituye su verdadera esencia resulta patente. La necesidad de ocultar que el deseo de independencia en Cataluña es mayoritario y debe ser atendido se hace con ayuda de todos los aparatos ideológicos del Estado los medios de comunicación, la red de fundaciones y think tanks, los centros educativos, los intelectuales orgánicos del poder. Nadie sobra en esta tarea de mistificación para desfigurar la voluntad mayoritaria de los catalanes en una conspiración de cuatro iluminados o provincianos o en el delirio de un político irresponsable.

Recientemente se han incorporado las gentes del espectáculo y los bufones. Las primeras, que tenían una tradición de protesta y lucha por las causas de justicia, en su gala de los Goyas cayeron en un denso silencio, como si en España no hubiera presos, exiliados y embargados por razones políticas, como si en el momento en que ellos manoseaban sus Goyas, la Audiencia nacional no estuviera juzgando a un rapero, uno del oficio, por “delitos” de opinión. También se cuenta con la impagable aportación de la bufonada de Tabarnia que goza de acceso irrestricto a los medios públicos de comunicación reiterando la esencia misma de los bufones: tirar contra todo aquello que desagrade al poder a cuyo sueldo y servicio están.

Además de estos bufones a su servicio más o menos libre, el poder cuenta con otros medios contundentes para reprimir por la violencia la voluntad mayoritaria de los catalanes: las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, el sistema penitenciario, los jueces y, en último término, el ejército, como recurso final en el caso de que el frente mediático y el judicial no tengan pleno éxito en su misión. El mediático está cumpliendo su función bastante bien pues está al servicio incondicional del B155, miente, manipula y falsea si ningún escrúpulo, censura a los críticos y da barra libre a los propagandistas del unionismo. Últimamente amplía su servilismo a la denuncia de discrepantes a quienes se censura en los medios (públicos y privados), pero se los señala públicamente para que sean objetos de represalias.

El judicial está funcionando a pleno rendimiento con el encargo de dar una pátina de legalidad a lo que no es más que un abuso de poder político. El Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo, convertidos en instrumentos del gobierno, están perpetrando una causa general contra el independentismo catalán, un proceso político contra sus dirigentes, siempre en la esperanza de aplastar una mayoría democrática de más de dos millones de personas, atacando a sus representantes. La idea, típica de todos los despotismos y las tiranías, de que, sometiendo a estos a medidas injustas y arbitrarias, se conseguirá atemorizar a la mayoría y que se resigne a vivir en la opresión, la explotación y el desprecio.

La imagen que da la justicia es la sempiterna en España, resumida en la “justicia de Peralvillo” en la que primero se ejecutaba al reo y luego se le instruía la causa. Lo mismo que está haciendo el Supremo: primero encarcela a la gente y luego se fabrican los supuestos delitos. Y más allá incluso. No solamente el Supremo se extralimita en sus atribuciones, procede por analogías, abusa de su activismo judicial e ignora el due process of law sino que se ha convertido en un tribunal inquisitorial que castiga a los reos por sus convicciones. Como ha quedado claro en los pronunciamientos del juez Llarena: tanto Joaquim Forn como Jordi González están en prisión preventiva contra toda justicia y derecho por sus convicciones independentistas,

Estas actuaciones judiciales debieran ser objeto ya de réplicas contundentes de las instancias europeas en defensa de los derechos de unos ciudadanos atropellados por una justicia al servicio de la dictadura del B155.

dimarts, 6 de febrer del 2018

El debate de investidura

Es el que está dándose ahora mismo, mientras se confrontan las distintas propuestas, unas más afines entre sí que otras. La República Catalana, esa que muchos reputan fantasmagórica, está funcionando de hecho. Lo está haciendo en las condiciones de restricción en las que se encuentra. Sería estúpido ignorarlas. Pero contar con las restricciones objetivas no supone aceptar sus planteamientos ni consecuencias.

Hay un debate sobre distintas propuestas que se estudiarán de buena fe. De aquí no se sigue ni se seguirá una fractura o división del bloque indepe. Y no se seguirá porque le va la vida en la unidad. Unido el bloque, lo puede todo; desunido, nada. Por eso, habrá una fórmula de investidura que satisfaga a las fuerzas indepes. A todas. La participación de la CUP en las deliberaciones tiene un alto contenido político tanto en lo eficaz como en lo simbólico. En lo primero, porque sus votos son imprescindibles; en lo segundo  porque su alianza con las otras posiciones del arco, la derecha burguesa y la izquierda parlamentaria, asegura la legitimidad del proceso como actividad transversal, que pone el eje nacional por delante del social y el interés de la nación por delante del de partido. 

Esa cohesión del bloque indepe es la garantía de que habrá un govern. Llegadas las cosas aquí, hay un punto ya fijo y acordado: Puigdemont ha de ser investido. El problema es cómo, de forma que el govern resultante aúne legitimidad y eficacia. La invisible República Catalana está funcionando de hecho en una situación de restricción del 155 que tratará de levantar. Su fuerza radica en la convocatoria de nuevas elecciones que Rajoy no quiere bajo ningún concepto, pues ha vuelto a su ser natural de impedir el voto de la gente al coste que sea. Abandonó esta práctica el 21 de diciembre y tuvo un resultado desastroso. En modo alguno aceptará otras elecciones cuyo resultado seguramente será peor.

El problema es que no dependen de él, sino de una decisión del Parlament que él no puede contrariar salvo que cierre el Parlament y declare la dictadura abierta en Cataluña. 

dilluns, 5 de febrer del 2018

Orzando contra el B155

El mundo del cine tuvo ayer su noche de galamour, con la repercusión y el éxito que merece. El compromiso de rigor del arte se manifestó en clave feminista especialmente porque anuncia un episodio de salidas de armarios. Estos yanquies, con su puritanismo importado, ponen el personal en evidencia. Las francesas del espectáculo, acaudilladas por Catherine Deneuve, se han plantado frente al "me too". En España hay suspense y compás de espera. Ya se verá. Nada mal el momento, nada mal la toma de posesión y el enfoque. 

Pero ahí, en los abanicos rojos se quedó la visión externa del arte. Salió Cataluña con un par de sanas bromas de un goliardesco actualizado y se apagó. Venía yo de contemplar un espectáculo que daba cuenta con luz y sonido de la quema de la ciudad de Prats de Lluçanès dos veces por las tropas de Felipe V y esa oscuridad me chocó. El arte ¿no tiene nada que decir sobre una sociedad en la que hay presos políticos? Ayer también se veía la causa ante la Audiencia Nacional contra uno del oficio, Pablo Hasel, a quien dicha Audiencia instó a decir la verdad siendo así que como él mismo señala y muchos otros creemos, comparece ante ella precisamente por decirla. ¿Tampoco tiene el arte nada que decir ante la condena penal por "delito" de opinión? 

No sé qué Goya conmemoran estos Goya.

En el mundo del cine,  la realidad no contamina la ficción. La ficción es la realidad. Y no me refiero a ese firme compromiso de proceder de ahora en adelante con criterios de rígida paridad. En absoluto.

Fuera del mundo del cine, la realidad se convierte en ficción por derecho propio en un "esperpento" (según El País) cada vez más enmarañado y enrevesado de la que el gobierno no sabe cómo salir. Buscando una metáfora para describir lo que está sucediendo con la investidura de Puigdemont y efectos concomitantes, se me ocurrió la náutica de que el bloque independentista vira a barlovento,  orza contra el B155 y resiste. Parece que se impone a la otra propuesta de virar a sotavento y aprovechar la imposición del TC. Y, en principio, se impone porque tiene un recurso nuevo: apunta a nuevas elecciones. 

La propuesta de nuevas elecciones enfurece literalmente al B155 porque lo enfrenta a una disyuntiva que, en el mejor de los casos, sería una repetición de la situación actual, lo que obligaría a más medidas represivas y, en el peor, una triunfo mayor del independentismo, lo que haría más escandalosa la repetición de medidas represivas,

De ahí que M. Rajoy anuncie en un mitin que nadie sueñe con nuevas elecciones. Por cierto, un mitin  en Córdoba ante familiares de las víctimas para reivindicar la prisión permanente revisable. Justo de lo que no se habló. A no ser que el hablar solo de Cataluña debiera entenderse como una sibilina clase práctica de la tal condena permanente. Nada de elecciones. Así como convocó de improviso las del pasado 21 de diciembre, ahora, igual de improviso, el 155 se niega a convocar otras. Dejad toda esperanza de elecciones.

Pero es que las elecciones no las convoca el gobierno, sino el Parlament. La única posibilidad de evitarlo es intervenir 155 en mano y cerrar al Parlament. Un éxito que ignoro cómo van a explicar en Europa. 

diumenge, 4 de febrer del 2018

El fin prevalece

Òmnium no pide nada que no pidan todas las personas comprometidas en el movimiento independentista en todos los niveles. Nada que no pidan los políticos y partidos indepes. Esa coincidencia y unanimidad es esencial porque es estratégica, la fuerza misma, el nervio del movimento. Por supuesto, este se nutre del esfuerzo combinado de personas y grupos, todos seres humanos y, como seres humanos, accesibles a sentimientos diversos, altos y bajos de ánimo. Si no, no serían seres humanos; serían máquinas. Personas que individual o colectivamente se enfrentan a situaciones a veces muy duras en defensa de sus ideas y convicciones, frente a un adversario poderoso, sin escrúpulos ni límites. Es comprensible y de comprensión mutua y respeto ha dado este movimiento muestras abundantes. Bien empleados porque, hasta la fecha, todos los participantes, cada cual en donde le correspondía, han sabido estar en su sitio y no ha habido fallos. En estas mencionadas condiciones. Todos se han hecho acreedores a un ancho margen de confianza.

Luego están las propuestas tácticas. Estas habrán de ser variadas, lógicamente, y deberán debatirse de buena fe siempre sobre el telón del fondo del objetivo estratégico compartido.

Ayer considerábamos dos vías que llamábamos de contemporización y de ruptura. Hoy, después del mensaje de Puigdemont por instagram y el parecer expresado por alguna miembro de JxC, merece ela pena considerar la propuesta de provocar nuevas elecciones. Desde el punto de vista práctico es fácil de implementar: se fracasa en la votación de investidura y se dejan pasar los dos meses reglamentarios antes de disolver el Parlament y convocar nuevas elecciones. Esta propuesta tiene, a primera vista, una ventaja y un inconveniente. A segunda vista ya es otra cosa. La ventaja a primera vista: las elecciones las convoca Torrent, el Parlament, no el gobierno central. Es el independentismo el que marca los tiempos. El inconveniente también a primera vista: hay dos meses de gobierno vacante que no se compadecen con la urgencia en la recuperación de las instituciones y en los cuales, probablemente, se den las inhabilitaciones express preanunciadas por el Supremo de Junqueras y Puigdemont.

A segunda vista, también de consideración obligada porque podemos encontrarnos con elecciones anticipadas tanto por mano del Parlament como del gobierno del 155. Aunque la propaganda contraria explotará un supuesto cansancio del electorado indepe, no es iluso pensar que, al contrario, el problema lo tendrá la movilización del voto unionista. En buena medida esto dependerá de cómo se articule la comunicación política de la campaña indepe. Se consolida la idea de que el conflicto no solo es sobre el derecho de autodeterminación sino y sobre todo, con carácter previo, sobre la defensa de la democracia frente al ataque dictatorial del 155 cuya negativa a aceptar el resultado de las elecciones que él mismo convoca, prueba que intentará seguir haciéndolo. Solo un aumento del voto independentista conseguirá evitarlo.

Ciertamente, esto significa devolver el juego al campo del pueblo, dado que es el que lo ha impulsado desde el principio y el que puede coronarlo.

No obstante, cualquier decisión táctica que adopten todos lo intervinientes en el proceso de acuerdo unánime estará bien.

Donec Perficiam.