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dissabte, 29 d’octubre del 2016

La incompetencia solo tiene una salida

A la espera de las novedades que pueda aportar la anunciada comparecencia de Pedro Sánchez antes de la votación de investidura, la situación parlamentaria y política en general es realmente lastimosa. Apenas empieza a entreverse la auténtica dimensión catastrófica de la abstención decidida por el CF tras el golpe de mano de los dimisionarios el 1º de octubre. Porque no es solamente que con ella se haya desgarrado el PSOE para facilitar el gobierno a un partido y una persona que no lo merecen, sino que ese desgarro del PSOE puede quizá desembocar en una ruptura del partido y, en todo caso, en su incapacitación para el gobierno del Estado durante más de cuatro años. Y si el PSOE, el único partido de la izquierda con experiencia de gobierno, se hunde, esté quedará casi como monopolio de la derecha para vaya usted a saber cuán largo.

Llama la atención lo callados que están los bonzos y los barones desde el comienzo de la crisis. Mudos como tumbas. González no ha abierto la boca, a pesar de su garrulería en los tiempos anteriores. Rubalcaba se limita a inspirar editoriales en contra de su partido en el País, el sector monaguillos también está silente. Todos ellos, que son personas inteligentes y bien informadas, no tertulianos de tres al cuarto, saben que han montado un quilombo, que han empujado al PSOE hasta el abismo y que su supervivencia está en juego. Es inverosímil que gente tan avezada y bien informada no imaginara que en los tiempos del 15M y de Podemos, una maniobra autoritaria, un golpe de mano como el que han dado sus secuaces los barones, podría acabar en una rebelión democrática de las bases que exigen un congreso extraordinario. Y un retorno de Sánchez a la secretaría general, esto es, al poder.

Que no lo imaginaran los secuaces, la señora Díaz, el señor Fernández, el señor Madina, etc, no tiene mucho de extraño pues da la impresión de que su capacidad para entender la realidad es limitada. Y su incapacidad para prever consecuencias, amplísima. Basta con ver el desastre que han organizado en el PSOE, sus órganos, el grupo parlamentario en menos de un mes. Si se estableciera un premio a la incompetencia, estos gestores de la crisis del PSOE se lo llevaría en todas sus modalidad: incapacidad a la hora de dialogar, razonar, justificar, transigir. Le ha regalado la investidura a Rajoy con la oposición de la militancia de su partido y el apoyo del electorado del PP, al que la gestora respeta inexplicabemente por encima del de su propio partido.

Misión cumplida: la gestora ha impuesto la abstención a costa de cargarse el PSOE. Tan majestuosa incompetencia debiera tener alguna compensación. Lo más lógico es que estos dimisionarios del golpe volvieran a dimitir. Si ya lo hicieron una vez con motivos torcidos, háganlo ahora con motivos rectos. Presenten todos sus dimisiones, Díaz, Fernández, Blanco, Negro o Azul y retírense a algún apartado paraje a hacer penitencia y a ver si las potencias celestiales los iluminan.

Entre tanto, lo mejor que puede pasarle al país es que el PSOE revoque su decisión anterior y vuelva a la política del NO es NO.

dijous, 27 d’octubre del 2016

Al Andalus

Menudo espectáculo el del PSOE. Con un pelín más de genio las figuras y de grandeza el objetivo final, podría ser una tragedia sheakesperiana. Hay puñales florentinos. Hernando se da un aire a Yago. Fernández trae a la memoria a Falstaff, no por el físico, pues este es enteco y grave, sino por el psíquico. Ese mandato imperativo que se ha sacado de la manga es ciscarse directamente en la Constitución que blande todos los días. Madina es unas veces Rosencrantz y otras Guildenstern pero siempre el que lleva la peor parte. José Blanco, como Nick Bottom, quiere interpretar todos los papeles. Odón Elorza, Margarita Robles y otros posibles refuseniks semejan a la inocente Cordelia, que sufre en silencio las injusticias del mundo. Esperan la llegada salvífica de Pedro Sánchez, que es como una mezcla de Bruto y Marco Antonio si tal cosa fuera posible. Pero tenga cuidado el héroe de la libertad porque del sur viene con iracundo porte Lady Macbeth ajustando cuentas al bueno de Iceta, quien ya parece el fantasma de Banquo. 

De "divorcio" se tilda la relación entre el PSOE y el PSC, lo cual es muy adecuado para quien cree que el PSOE se arregla cosiéndolo, aunque no se sabe qué camisa le coserá porque la misma señora Díaz sostiene que los socialistas no son de izquierdas ni de derechas. Pues de divorcio va la cosa. Un amor roto. Claro, lo decía Balzac: En amour, il y en a toujours un qui souffre et l’autre qui s’ennuie. Aquí el sufriente parece ser el PSC e Iceta, que ya no baila tanto, y la que se aburre, la señora Díaz que no está para contemplaciones con esos catalanes, siempre absorbiendo los recursos humanos y de capital de Andalucía.

El PSOE tiene duro trabajo de recomponerse si consigue destruir la amenaza de escisión. Un partido tan celoso de su nacionalismo español que no tolera hablar de un referéndum en Cataluña está luego fraccionado territorialmente en una tradición de taifas. La recomposición exige al partido plantearse como partido español, que es lo que quiere ser. Y, en principio, para él, España incluye Cataluña. También puede decirse que lo verdaderamente español es el fraccionamiento, pero eso no ayuda mucho. Porque, además, esas taifas son belicosas. De ellas ha venido una rebelión y un golpe de mano tan solo ante la sospecha de una querencia a la izquierda del SG defenestrado. Si el PSOE quiere refundarse como partido español y, además, distinguirse del PP, no tiene más remedio que buscar una salida razonable a la cuestión catalana, referéndum mediante, y poner coto a las rebeliones de las taifas, que más parecen ya rebeliones de vandeanos y chuanes.

dimecres, 19 d’octubre del 2016

El laberinto de la izquierda

Las desavenencias de la izquierda son en buena parte las causantes del marasmo de la política española. Otra buena parte se debe a la resistencia numantina de Rajoy a dejar su cargo para facilitar un entendimiento entre partidos. En alguna de sus salidas de pata de banco, todas ellas contradictorias, Rivera llegó a pedir que Rajoy se marchara como condición para apoyar al PP. Pero la responsabilidad mayor recae sobre la izquierda. Dadas las circunstancias, la derecha no tiene que hacer nada. Lo harán por ella. A Rajoy le bastará con sentarse a la puerta de La Moncloa a ver pasar el cadáver de su enemigo. Y es posible que lo consiga.

El PSOE se ha vuelto contra sí mismo. Los conjurados del 1º de octubre escenificaron un golpe palaciego movido, según parece, por la sospecha de que Sánchez, amparado en la decisión del CF del NO es NO, que muchos de ellos lamentaban, se preparaba para saltarse la prohibición del pacto directo o indirecto con los indepes catalanes y Podemos. Consiguieron la dimisión del SG y pusieron en pie una comisión gestora cuyo objetivo, en realidad, es saltarse a su vez la decisión anterior del NO del CF a base de obligarlo a desdecirse con maniobras tan turbias como el voto a mano alzada en la comisión ejecutiva y el voto secreto en el CF. Y todo para que, abstención mediante, gobierne el PP bajo el liderazgo de ese indescriptible personaje, Rajoy.

Un gobierno que está desmantelando el Estado del bienestar, que ha arruinado la Seguridad Social (con un déficit record este año); endeudado como nunca al país; gobernado de modo autoritario, con desprecio del Parlamento y burla a la opinión pública; amparado la mayor red de corrupción que haya habido jamás, de la que, según los jueces, se benefició directamente el PP. Un gobierno que en todos sus niveles, tiene una enorme cantidad de presuntos delincuentes, muchos de los cuales están siendo juzgados ahora y otros, probablemente, lo sean en el futuro, según vayan produciéndose revelacioness en estos procesos.

El presidente de la comisión gestora, Javier Fernández, ha resultado persona muy locuaz y se ha prodigado en todos los medios, explicando y justificando esa abstención que no tiene por qué defender. Su falta de sentido del juego limpio lo lleva a reconocer compungidamente que "ha faltado diálogo" cuando él no ha dejado de largar desde el minuto uno del golpe. Y con una ristra de falacias y perogrulladas del tipo de "abstenerse no es apoyar", "me comprenden más los de fuera que los de dentro", etc. Coronada por esa afirmación de que "el edificio político del PSOE está muy dañado, pero conservamos el solar". Más que dañado, da el edificio por destruido, por eso queda el solar. Debe de referirse al solar hispánico. Aunque lo decisivo de su juicio es la idea de que comienza la reconstrucción del PSOE, condicionada a su pase a la oposición. 

Es el lenguaje de El País, urgido en ocultar el destrozo y embellecer la situación a base de imaginar un gobierno del PP maniatado por la oposición. Este cuadro quiere abrirse camino so pretexto de ser más inteligente que el NO es NO porque opta por el "mal menor" frente a las terceras elecciones. Pero eso de que la abstención es el "mal menor" es un juicio tan subjetivo como el de quien cree lo contrario, que el mal menor son las terceras elecciones.

En todo caso, en los comités, comisiones, corrillos, consejos y conciliábulos de los mandarines la decisión está tomada: abstención. El CF decidirá y, luego, que cada palo aguante su vela. Hay quien votará "no", sabiendo que la decisión final será abstención y quien pide el ostracismo para los votantes del "no". Eso de la democracia es solo para los días de fiesta de guardar. De lo que ninguno habla es de la rebelión de las bases, justo lo más interesante para Palinuro. Los medios la acallan y los socialistas de la gestora la ignoran. Pero está, se ha abierto camino en las redes y ejercerá su derecho al pataleo con una presentación de las firmas contra la abstención y un acto público a la puerta de Ferraz.

Si sale la abstención, será contra la voluntad de una cantidad de militantes que incluso puede ser la mayoría. Y, desde luego, se abrirá un periodo en el que lo que quede del PSOE habrá de recomponerse bajo el permanente chantaje del gobierno de convocar unas elecciones anticipadas (terceras en diferido) y la presión de Podemos por la izquierda, en busca del sorpasso, como única oposición real. En esa actitud de Podemos, que le llevó a votar en contra de la candidatura de Sánchez, está el arranque de la nueva desavenencia de la izquierda, que se mantiene. Es imposible que haya un gobierno de izquierda si lo que Podemos busca es la destrucción de la socialdemocracia.

Y es imposible que, destruido el PSOE, alcance Podemos la hegemonía porque su fusión con IU y sus veleidades radical-populistas lo confinan a una franja de electores relativamente reducida. Con un espacio socialdemócrata huérfano ¿es muy arriesgado pensar que si el PSOE no se refunda de arriba abajo puede salirle un partido socialdemócrata competidor?

dimecres, 12 d’octubre del 2016

El NO de las bases

El desbarajuste del PSOE nos interesa a todos. Todos somos lo que los ingleses llaman stakeholders en el asunto. Lo son desde luego los militantes, también los votantes y simpatizantes, los no votantes y hasta los "antipatizantes". El PSOE es un puntal del Estado, partido de gobierno, con amplia experiencia y larga historia, el más antiguo del sistema político. Interesa a todos y todos podemos opinar con igal derecho. Excluir a los de fuera en un partido democrático no es práctica aceptable. ¿Quiénes son los "de fuera" y quién lo determina? ¿Lo son los ciudadanos en general? ¿Los simpatizantes? ¿Los votantes? A lo mejor resultan ser hasta los militantes. Es lo que suelen pensar las oligarquías y algo así parece suponer la junta llamada Gestora en medio de la borrasca que ella misma ha provocado.


En este momento parece haber tres corrientes en el PSOE, como siempre: la dirección, constituida mediante un golpe de mano y empeñada en que el PSOE haga presidente del gobierno a Rajoy; un sector muy numeroso y creciente de la militancia que está organizándose y planteando que se respete el NO es NO del CF; y un sector intermedio de neutrales o equidistantes que se lamentan por la unidad partidista rota como Boabdil por la pérdida de Granada y pide recomponerla, generalmente cargando contra la víctima del atropello, que fue Sánchez. Innecesario decirlo, Palinuro, que no es militante y solo ocasionalmente simpatizante del PSOE apoya la segunda opción. Es un derecho democrático fundamental de la militancia hacerse oír. De ahí las campañas que se han iniciado en change.org (hay varias), la de Twitter con hastags como #Decide, #QueNadieDecidaXTi, #ConsultaALaMilitancia, #DeTodosDepende, las de otros grupos, la del alcalde de Jun. En este momento hay en marcha una rebelión de las bases.

La cuestión en litigio es confusa, deliberadamente confusa, porque mezcla dos conflictos: el interno del PSOE en las luchas por el poder, la secretaría general, los puestos, etc y el externo de si se mantiene el NO es NO. El primero, el interno, los tejemanejes,  si Susana Díaz es una trepa ambiciosa o una líder esclarecida; si Sánchez, en el fondo, es un simple o un político honrado de los que ya no hay; si los barones son los "cuerpos intermedios" que juzgan en los asuntos de tiranicidios o unos vulgares caciques atentos a sus territorios. Todo esto interesará a los afectados y quizá a los militantes, pero al resto del personal le es indiferente. Lo que la ciudadanía quiere son partidos de trayectoria clara y, a ser posible, limpia, bien organizados, unidos, capaces de formular un programa viable con unidad de voluntad.

El segundo conflicto, el de la abstención está muy claro. Todo el mundo sabe que Sánchez cayó al haber levantado la sospecha de estar en tratos con el maligno separatista y sus tontos útiles de Podemos. Es posible que este juicio de intenciones sea cierto, pero no deja de ser un juicio de intenciones. Cualquiera puede formular otro y achacárselo igualmente a Sánchez, por ejemplo, que una actitud dialogante con el independentismo pueda dar buenos resultados, quién sabe.

Si hay un movimiento de rechazo en las bases del PSOE, la Gestora está obligada a prestar atención y buscar una fórmula de entendimiento. Se dirá que el CF no tiene por qué escuchar una opinión que nadie ha pedido en tanto no haya que elegirlo de nuevo. A su vez las bases pueden decir que su opinión es vinculante pues el CF pretende revisar una decisión trascendental con la que ellas estaban de acuerdo y hacerlo por un procedimiento torticero.

En el fondo, el asunto es más complejo de lo que  se deduce de lo anterior. La abstención del PSOE no solo abre el camino a un gobierno del PP, sino a un fracaso seguro. Justo en el momento en que el país necesita un gobierno sólido, capaz de encontrar una salida a la cuestión catalana, se inviste uno en minoría, debilitado e inseguro porque pasará más tiempo defendiéndose en los tribunales que gobernando. Un gobierno organizado y sustentado por un partido que es una presunta organización delictiva. Y ese gobierno mancado querrá resolver la cuestión catalana por los medios que le son familiares: el enfrentamiento, la represión. Abstenerse es condenar a todos a cuatro años más de este dislate de una gente cuya idea de país se llama Gürtel.

En manos de las bases está que el PSOE no se haga cómplice de la presunta delincuencia organizada.

dimarts, 4 d’octubre del 2016

Vencedores/rehenes

Enhorabuena a los conspiradores del finde. Consiguieron su objetivo de descabezar el PSOE en un momento especialmente adecuado. Se ve que urgía la cosa. Tanto urgía que se han cargado el partido, al menos por una larga temporada. Un desastre tan monumental solo puede haber sido provocado por el miedo, que obnubila el juicio. Si no, esto no se entiende. Considérense los hechos:

La semana pasada solo había dos opciones abiertas: a) un gobierno alternativo al de Rajoy, aunque sin precisar; y b) unas terceras elecciones que todo el mundo quería evitar. La otra posible opción, el gobierno de Rajoy con abstención del PSOE había sido aplastada por el peso del NO es NO. Sánchez amagaba (o eso decían los amotinados) coalición con Podemos y con los indepes catalanes. La fortuna le sonreía. La perspectiva de terceras elecciones era una buena baza. Su firmeza frente a la derecha le había ganado muchas simpatías dentro y fuera de su partido. Se configuraba como un líder de izquierda moderada en España y extremista en Cataluña.

En veinticuatro horas le montaron un motín y en otras veinticuatro lo echaron en una jornada de truculencia tal que fue necesaria la intervención de la fuerza pública. Después del divertido episodio de doña Verónica Pérez, máxima autoridad del PSOE, llamando a las puertas de Ferraz, tan cerradas como lo estuvieron las de Canossa al emperador Enrique IV, al día siguiente se produjo la toma del baluarte por las huestes baroniles y por la noche, Ferraz era sede vacante en espera de la comisión gestora nombrada por los vencedores.

Al margen de las variadas consideraciones que estos procedimientos susciten, debidamente tratados en las redes, en donde se hablaba de la Sultana, de conspiración, golpe de mano, oligarcas, caciques, submarinos del PP, cabe ver el episodio de forma más distanciada :

El lunes seguía habiendo dos opciones, pero ya no eran las mismas ni las relaciones entre ellas: a) el gobierno de Rajoy con abstención del PSOE, que ha resucitado; y b) terceras elecciones. Ha desaparecido la opción del gobierno alternativo. Lógico, pues el motín se montó para hacerla imposible. Y no tanto porque apuntara a un pacto del PSOE y Podemos (al fin y al cabo, ya funciona en alguna comunidad autónoma) como porque auguraba otro PSOE indepes, que es lo que verdaderamente preocupa a la oligarquía española.

Y, como no eran las mismas opciones ni sus relaciones eran similares, las dos eran muy malas para los socialistas. Algo peor que una victoria pírrica para los amotinados; mucho peor. A cambio de defenestrar a Sánchez, los conjurados han aceptado una derrota y de vencedores han pasado a rehenes; en el fondo, vencidos. Y vencidos por ellos mismos. La Gestora tiene como misión dejar gobernar a Rajoy con la abstención del PSOE. Para eso, insisto, dio el golpe. Pero ahora puede verse burlada porque a Rajoy no le interesa formar gobierno. Prefiere terceras elecciones que juzga ganadas frente a un PSOE descabezado y desconcertado. Alguien calcula que pueda llegar a la mayoría absoluta de nuevo sumando a C's. Escalofriante.

Y esa es la lamentable situación de rehenes en que se han colocado los dirigentes de la izquierda, por cuanto, a cambio de no convocar las elecciones, Rajoy está en situación de dictar los términos de un acuerdo implícito. No se piden responsabilidades de las tropelías cometidas en la Xª legislatura y no se toca nada de la obra legislativa (reforma laboral, ley mordaza, etc). Risa daba la oposición responsable de Rubalcaba en la Xª legislatura; esta otra producirá incontenibles carcajadas porque el PSOE irá atado de pies y manos  donde el gobierno quiera llevarlo. 

¿Qué interpretación podemos dar a esto? ¿Es posible que los estrategas andalusíes no previeran que habría resistencia militante ante el golpe de mano? Sí, seguramente, pero no les importó. Ellos actúan mejor en las comisiones, subcomisiones, convocatorias, órdenes del día, etc. Al final han compuesto una gestora cuya misión es girar del NO a la abstención, que equivale a un Sí. Y, de paso, suicidarse en brazos de la derecha.

Esa es la auténtica finalidad del golpe  al que se ha prestado la señora Díaz pensando que lo dirigía, llegar a una especie de gran coalición. La fórmula no despierta simpatía alguna en España, aunque no es práctica infrecuente en Europa. Y, además, tampoco el término es exacto. Teniendo en cuenta el supuesto problema al que quiere hacer frente, en realidad es lo que se postularía en otros tiempos como gobierno de "salvacion nacional". Es lo que se está preparando con ditirambos como esa cursilada del tiempo del hombre prudente de El País al figurón que han puesto al mando del órgano de recibir los recados.

La oligarquía sabe que se aproxima una confrontación con Cataluña y quiere una coalición fuerte, unida, con una amplia base electoral para defender la "unidad de España". Cuenta con un PSOE sumiso. Y hace bien, pues lo está. Es su rehén. 

Enhorabuena.

diumenge, 2 d’octubre del 2016

NO era SÍ, pero lo más difícil viene ahora

Dies irae/dies illa. Se cargaron a Sánchez. Los golpistas ya no son golpistas, sino la autoridad constituida. Se dirá como se quiera pero lo cierto es que un grupo, una claque, se ha cargado en un golpe de mano, a un Secretario General elegido por la militancia. Y ¿cómo lo ha conseguido? Era de suponer que Sánchez se habría asegurado una mayoría del Comité Federal antes de hacer sus propuestas.

Eso se verá en los próximos días. La exigencia de los dimisionarios y sus apoyos (esos que los medios llaman "críticos", queriendo decir protestarios o saboteadores, a elegir) de que la votación fuera pública, a mano alzada, es muy significativa. Sus amparos son muy poderosos y sus recursos, inmensos. Se trata de saber quién vota qué, en función de los juegos de influencias y lo dejo aquí por no ser más específico. Que podría. Este es un país clientelar y lo es también su izquierda.

Decíamos ayer que la posición de Sánchez era débil. No tenía argumento alguno para negociar con el CF y su promesa de procurar un gobierno alternativo al de Rajoy era vana porque no dependía de él sino también de Podemos y no es creíble que Podemos vaya a ninguna alianza con el PSOE si no es el socio mayoritario.

Así que la de ayer fue una jornada de extraordinaria tensión, digna de la naturaleza tempestuosa de la historia del PSOE. Un partido con memorias de enfrentamientos internos constantes pero que no se escinde. Lo más llamativo de la comparecencia de Sánchez para anunciar su dimisión, cinco minutos después de perder la votación fue la de veces que hizo referencia al partido, su preeminencia y el orgullo de militar en él. Para algunos espíritus suspicaces el alegato de despedida fue, al mismo tiempo el de la inauguración de su campaña para las primarias. Algo que podría ser La segunda venida de Sánchez, ya que esta defenestración ha dejado un poso de amargura en la militancia.

Un día larguísimo, dedicado casi todo a las cuestiones de procedimiento. Fuera, gentío, silbidos, abucheos, escraches, la policía apartando gente, muchos nervios, banderas, carteles. Alto voltaje de pasiones y emociones. Todavía más fuera, en la esfera mediática, programas monográficos en los que los fans animaban a los suyos, esto es, los rebeldes cuya acción beneficiaba al PP. Dentro, entre mociones, contramociones, puntos de debate, orden del día, finalmente se llegó a una conclusión, se votó y la militancia en la calle recibió la noticia como un chorro de agua de una manguera policial.

El PSOE no tenía Secretario General y se regiría por una comisión gestora. Quisieron conseguirlo de inmediato a raíz de la dimisión de los 17, pero se encontraron un ¡No pasarán! y, como la otra vez, pasaron. Dos o tres días más y una reunión tormentosa del CF que, en el fondo, pone al PSOE en el centro de la atención de los medios, lo cual suele ser bueno excepto cuando es malo, como ahora. Tapar, difuminar el escandalazo de las tarjetas blacks y los presuntos chorizos Blesa y Rato con el relato de Los últimos de Filipinas no es un acierto, pero es inevitable. Ver a los políticos poco menos que dándose de mamporros en público suele tener morbo pues son gente que, aunque se diga barbaridades, no suele llegar a las manos. Ayer casi llegan a los pies.

Con todo, esto no es más que l'écume des jours, pura apariencia cotidiana. Sánchez se ha desvanecido como una nube de verano o una brizna de paja al viento. Lo difícil, lo grave, lo temible viene ahora, en el momento de la investidura próxima, en la que el CF tiene que desdecirse de su decisión anterior y pedir la abstención del PSOE para dar el gobierno a Rajoy. Esa es la venenosa consecuencia  de propugnar la abstención. Y el problema más concreto es cómo se vende este propósito al electorado en una campaña.

Porque hay que venderlo. Toda la conspiración contra Sánchez tuvo siempre como objetivo estratégico, facilitar el gobierno del PP aunque no lo mereciera o, por lo menos, no impedir que lo formara. Sánchez se convirtió definitivamente en la pieza por batir cuando manifestó que no se abstendría y mantendría el NO es NO a todo gobierno del PP. Lo acusaron de mentiroso, engreído, egoísta, pero él sostuvo siempre que obedecía el mandato del CF. ¡Bastante que importa el CF al Ibex 35, las empresas con que se relaciona González o los ERES andaluces, que lastran de tal modo las posibilidades de Susana Díaz que quizá no vaya a primarias! Nada. Cero. El CF solo impresiona a la militancia y, justamente, la decisión de abstenerse ante Rajoy tiene pinta de producir una sangría de militantes y votantes.

Los rebeldes triunfadores ayer van a dar el gobierno al PP con el objetivo de cerrar el paso al ascenso de Podemos e impedir o, cuando menos, frenar la independencia de Cataluña. Podemos no iba a entrar en el gobierno (porque no le interesaba) y la independencia de Cataluña parece inevitable, según los datos de que disponemos hasta este momento. Quizá ocurra algo que cambie esta expectativa en un sentido u otro pero en todo caso no depende de lo que hagan los citados rebeldes. Y, detrás de ese mal trago de abstenerse en favor de Rajoy, cuatro años como mínimo, siendo responsables de haber propiciado un desastre sin parangón. Y eso mientras la militancia se les da de baja en masa y emigra hacia Podemos a falta de una opción más atractiva.

Se han quedado sin Secretario General y también sin partido y todo por el miedo a quedarse sin país.

divendres, 30 de setembre del 2016

Corte y confección

Menudo éxito han obtenido los 17 dimisionarios y sus poderosísimos animadores, instigadores y protectores. Querían destituir a Sánchez y lo han fortalecido. Lo han convertido en un símbolo sin debilitar su posición orgánica. 

Todo tiene su explicación: el plante se urdió a toda prisa entre las elecciones gallegas y vascas y la reunión del Comité Federal. Los urdidores daban por descontado que Sánchez dimitiría entonces. Por eso repetían la falsedad de que seguía perdiendo votos y no remontaba. Lo cierto, sin embargo, es que sí remonta en condiciones muy difíciles con respecto a la etapa de Rubalcaba, que fue quien hundió al PSOE. Total, Sánchez no dimitía, así que se montó el plante de los 17 entre rayos y centellas en escena, con declaraciones explosivas de González y editoriales incendiarios de El País, portaestandarte de la nueva Brunete. Es decir, como siempre, mucho ruido y pocas nueces. La confesión de González de "sentirse engañado" por Sánchez (una forma como otra cualquiera de llamarlo mentiroso) se hacía revelando el contenido de una conversación privada. Algo en verdad de baja calaña y visto como tal por la opinión. En cuanto a El País, hasta la redacción se le ha sublevado por los insultos al Secretario General socialista. El director ha respondido que en la casa manda él. No es cierto pero, si le consuela, se puede dejar en mero exabrupto.

El plante terminó a lo largo de la jornada de ayer que vivió momentos sublimes. En su arrogancia, no dudando de que esta vez Sánchez tendría que ceder, los urdidores no tenían plan B. Así que no se les ocurrió nada mejor que enviar a la señora Verónica Pérez a hacer el ridículo a la puerta de Ferraz, tratando de imponer una autoridad de la que carecía. Este broche de oro puso fin a un episodio que empezó siendo dramático y terminó en chusco. Ahora es de esperar que las consecuencias no se desmadren. Susana Díaz habla de coser. Ya solo el verbo escogido demuestra que la dama no da para mucho. Sin contar con la duda razonable de que pueda coser la responsable del desgarro. No es preciso coser nada. Basta con sentarse a hablar, deliberar, razonar, exponer los motivos y llegar a la mejor decisión colectiva posible de acuerdo con unos principios que en teoría se defienden. Y aquí se perfilan tres diálogos: a) con los 17 del plante; b) con los dos instigadores interiores, Díaz y González; c) con los instigadores exteriores, los medios, singularmente El País.

El diálogo con los 17 es muy simple. Han dimitido de unos cargos orgánicos. Sus razones tendrán. Pero eso ya no importa. Que vuelvan a sus destinos y hagan su tarea. En el fondo, no tienen culpa. Han sido piezas de un designio erróneo pero superior.

El diálogo con los dos instigadores interiores es más complicado. Según va sabiéndose, justificaban su actitud sabedores de que Sánchez tenía la intención de pactar con Podemos y los indepes catalanes. En realidad esa alianza es imposible porque Podemos nunca aceptará ser muleta de un gobierno PSOE. Lo han dicho muchas veces. Siempre encontrará una razón para votar "no". Haría bien Sánchez en propugnar esa alianza porque, si saliera, sería un acierto. Si no sale, él va cubierto a las terceras elecciones. Pero no es necesario discutir estas cosas. Sánchez no ha dicho que quiera esa alianza. Los instigadores dicen que tiene la intención. O sea, por un juicio de intenciones pasan por encima del CF y pretenden cepillarse al SG.

Seamos claros, el objetivo verdadero, desde el primer momento de los abstencionistas en el PSOE ha sido un gobierno del PP. Lo justifican señalando que, al no tener mayoría absoluta, sería controlable en el Parlamento. Saben que no es cierto, entre otras cosas porque ahora mismo, declarado en rebeldía, no lo es. Los ministros no acuden a las sesiones del pleno de control del gobierno. Es de risa. La pregunta es, ¿por qué ese empeño en facilitar un gobierno de Rajoy, de no pedir siquiera un cambio de candidato? No se sabe. Se murmura algo sobre la estabilidad, pero nadie lo toma en serio. ¿Por qué, pues? En el caso de la señora Díaz o explica por qué afirma que lo primero es constituir gobierno (del PP, claro) o tendremos derecho a pensar que ahí hay algún posible chantaje del PP. Conociendo a este partido, no sería de extrañar; ha hecho cosas peores. Pero, conociendo a la señora Díaz, algo así sería impensable. Por eso interesa conocer sus razones.

Las de González son más claras. El ambiente en que se mueve desde hace años, cancillerías, gobiernos, congresos, empresas, negocios, es profundamente de derechas y él se ha mimetizado. Muchos opinarán que fue de derechas siempre. No me lo parece, aunque admito que es discutible. No lo es que, desde hace unos años, razona entre Pinochet y George Soros. Además hay un elemento caracteriológico, una arrogancia cada vez más bombástica, anclada en la convicción de que en el PSOE se hace lo que él dice. Cuando pugnaba por conseguir la abstención de Sánchez era evidente que contradecía la decisión del CF, que había dicho que NO es NO. Y González cree seguir siendo Felipe. Y tampoco.

¿Qué decir de los medios? ¿Qué de El País? El diario parecía una lista de conscripción con un solo conscripto: Sánchez. Allí en donde se lo encuentre, oblíguesele a dimitir. El País se ha convertido en un simpático tabloide. Y el conjunto de los medios, todos ferozmente partidarios de una gobierno del PP, se han lucido con Sánchez. Incluso los teóricamente situados en la esfera de la "verdadera" izquierda: una desvergüenza que Sánchez no dimita, se dé así paso a un gobierno del PP y Podemos quede de única oposición, engordando, a la espera del anhelado Sorpasso que no le deja vivir.

Por cierto, los de Podemos tampoco esta vez han estado a la altura. Siguen sin pintar gran cosa porque todo lo que pasa pasa en torno al PSOE y hacen análisis que parecen de los mitos de Cthulhu, por lo verosímiles. Hubieran quedado como los ángeles de haberse manifestado en el conflicto del PSOE a favor de Sánchez. De hecho, siempre están hablando pestes de él. Buena ocasión para mostrar cierto espíritu caballeresco del que carecen por entero, siendo así que todo el mundo lo valora mucho.

Y de valores acabará yendo el asunto porque cada vez es más claro que vamos a las terceras elecciones. Tengo para mí que, de producirse estas ahora mismo, la gente votaría en masa a Sánchez. Desde luego, las primarias las tiene ganadas de calle. Pero también las generales.

Un éxito el plante.

dimecres, 30 de desembre del 2015

Recordad la UCD

Un lider débil o debilitado, resultados electorales razonables pero no triunfadores, una sarta de barones y caciques locales con sus intereses creados y chanchullos por crear y la ambición desaforada de algún(a) envidios@ con menos categoría que el líder al que pretendía desplazar, dieron al traste en brevísimo tiempo con aquel flamante partido que, según Suárez, iba a durar, más de cien años.

Es verdad que la UCD fue un montaje deprisa y corriendo por el que los franquistas llamados "aperturistas", "reformistas" etc. trataron de conservar el poder político, salvar lo que pudieran de aquel régimen indescriptible y dar paso a lo que, con indulgencia, pudiera considerarse una democracia. Una asociación pasajera de intereses, un tinglado. No tiene punto de comparación con el PSOE que es un sólido partido con 135 años de historia, que ha gobernado el país durante la República y la segunda restauración, que ha dejado su impronta en el ordenamiento jurídico español y es, en definitiva, parte del pasado y del mejor pasado del país. Es verdad.

Pero la longevidad no es un seguro. La transitorio, lo caduco, lo efímero es propio de toda obra humana, como insistía Hannah Arendt, a quien se lo había transmitido su maestro Heidegger. Luchamos por perseverar, por permanecer, por dejar memoria por encima de las generaciones juntando nuestro actos con los de los demás en obras colectivas que queremos estén caracterizadas por la excelencia. Y lo conseguimos o no, según que nuestro actuar esté regido por un noble afán competitivo de virtud y lucha por el bien común o caracterizado por cálculos privados miserables, de aprovechamiento personal, egoísta y mezquino. Por eso pereció la UCD, producto de un día y puede perecer el PSOE, producto de más de 100 años. 

No, la longevidad no es una garantía y, todo lo más, representa una carga de reproche moral a quienes por su incompetencia, inmoralidad o egoísmo hayan dado al traste con una obra de siglos y en la que tanta gente tiene depositadas sus esperanzas.

Sí, es verdad lo que dice Patxi López: en el PSOE están dando un espectáculo lamentable, como pasó en UCD durante su agonía. Lamentable, ridículo y, para un importante sector de la izquierda, decepcionante e irritante. No quepa duda a este conjunto de impresentables cortijeros que, si hay nuevas elecciones, el escaso voto de izquierda que les quedaba, se irá a Podemos.

Que cada cual asuma su responsabilidad en este lamentable desbarajuste de mindundis, empezando por ese secretario general puesto ahí por oscuras maniobras de palacio y que agota sus escasas capacidades en conciliábulos con media docena de aprovechados a los que escucha y su sordo combate por afianzarse haciendo concesiones vergonzosas donde debiera imponer su autoridad e imponiendo su autoridad en donde debiera transigir. Y siguiendo por esa arribista andaluza, presidenta por otras maniobras palaciegas de peor especie, sin currículum digno distinto de su militancia partidista, que opera en un ámbito angosto y clientelar andaluz sin tener ni idea de la complejidad del país, España, que contra todo sentido común, aspira a gobernar. Y continuando con la recua de sátrapas y satrapillas locales que, como los reinos de taifas, solo tienen en cuenta sus ombligos y son literalmente incapaces de articular una política de Estado a la altura que el país necesita, en lugar de esstar pendientes de sus respectivos gallineros.

Y terminando con esa militancia pasiva, abúlica, indiferente que, habiendo perdido incomprensiblemente el espíritu crítico que siempre la ha caracterizado, deja hacer y deshacer a esta cuadrilla de inútiles ensoberbecidos cada uno de los cuales vale mucho menos que el último militante de la última agrupación. 

En definitiva, amigos, si el PSOE se va al garete en este espectáculo de zancadillas, trampas, conspiraciones y navajeos, sus miembros se lo tendrán merecido. Los que no se lo tienen merecido son los votantes y la gente en general que pensaba de buena fe que esto de cambiar y regenerar el lodazal en que el PP ha convertido España iba en serio.

divendres, 28 d’agost del 2015

Acogedlos.

"No maltratarás ni afligirás al extranjero, porque tú tambien fuiste extranjero en la tierra de Egipto" (Ex.: 22, 21).

Europa es tierra de asilo. Y debe seguir siéndolo. La crisis de la inmigración no puede desnaturalizarla, hacerle olvidar sus valores y principios, dar la espalda a estas oleadas de gente que llegan a nuestras playas, nuestras tierras (que, en el fondo tampoco son "nuestras") huyendo del hambre, la injusticia, la tiranía, la persecución, la muerte. 

Mucho menos puede Europa permitir que, al amparo y cobijo de miedos egoístas, prejuicios, falta de solidaridad, indiferencia, esta crisis dé alas a los partidos xenófobos, racistas, inhumanos, fascistas; los Farage, Le Pen, Albiol.  Debemos acoger a los huidos, acomodarlos, ver qué podemos hacer por ellos sin merma de nuestros sistemas democráticos y nuestros catálogos de derechos y libertades que tocan a los inmigrantes y refugiados como a los autóctonos.

Es obvio que el problema ha tomado unas proporciones fuera de lo común. Deben buscarse soluciones a escala de la UE también fuera de lo común. Hay que revivir las políticas de inmigración y adoptar otras nuevas que permitan intervenciones humanitarias rápidas y flexibles. Y, sobre todo, hay que allegar muchos más recursos. La situación exige estar a su altura, olvidar rencillas pequeñas y entender que, como en las comunidades de vecinos, hay que hacer una derrama extraordinaria en vista de lo excepcional de la situación. Y hacerla ya, con el añadido de tres consideraciones:

1ª) hay que ayudar en especial a aquellos que, por diversas razones, están soportando las oleadas de entrada. En primerísimo lugar Grecia. Es tremendamente injusto seguir apretando las clavijas a este pequeño país y hacer como que no vemos que tiene que habérselas en primera línea con un problema al que materialmente no puede hacer frente.

2ª) hay que recordar que los europeos somos los directos responsables de esta catástrofe humanitaria. De la que viene del Sur, del África y trata de cruzar el Mediterráneo, por el desastre que el colonialismo ocasionó en el continente y sus secuelas; de la que viene del Este, de Siria, Jordania, el Irak, por la política agresiva o contemporizadora con las agresiones que hemos llevado a cabo en esta parte del mundo.

3ª) porque, con el paso del tiempo, cuando todo vaya calmándose y volviendo a su cauce, estas decenas, cientos de miles, de gentes de todas partes, serán fuente de rejuvenecimiento y prosperidad del continente que, en el futuro, debe poder mirar hacia atrás y no avergonzarse del trato que hayamos dado a estos extranjeros, peregrinos, refugiados.

diumenge, 9 d’agost del 2015

Un gobierno de delincuentes presuntos o sin presumir.



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La visita de Rato al ministro Fernández Díaz ha provocado un gran revuelo en la opinión. No ha faltado el habitual aguafiestas recordando que si tan esperpéntica cita se hubiera producido en cualquier otro país europeo, el ministro habría dimitido ya o estaría destituido entre la rechifla general. En España, no. Que un presunto delincuente acuda a una reunión "cordial" con el ministro del Interior no tiene nada de extraño. Es posible que Rato busque consejos, información privilegiada o haya ido a chantajear a la autoridad con el rollo de que si no lo ayudan, canta. Todo es posible porque la reunión, ha sido secreta. ¿Y no dimite el ministro?

Claro que no. Esto es España. Rajoy enviaba SMS de aliento a otro presunto delincuente tras saberse ya que lo era y no dimitió. De Guindos tambien recibió a Granados cuando era público que este tenía cuentas en Suiza y era carne de presidio. Y tampoco dimitió. Esperanza Aguirre tenía tanta amistad con el jefe de la patronal, Díaz Ferrán, hoy en la cárcel por presunto chorizo, que este la consideraba cojonuda. La tal cojonuda tiene también amistad con otro de estos empresarios neoliberales que viven de mamandurrias y enchufes proporcionados por sus amigos políticos. Y más aún, sus gobiernos estaban literalmente repletos de delincuentes o presuntos delincuentes que hasta se espiaban entre sí y ella misma se ha salvado de un juicio por un hit & run de típica pija por los pelos. Y no dimite

En España, hoy, no hay mayores diferencias entre gobernantes y delincuentes o presuntos delincuentes. Están mezclados. Son lo mismo. Es un gobierno de delincuentes o presuntos delincuentes, apoyado en una partido que más parece partida de malhechores. Son granujas que cometen todo género de tropelías, desde cobrar sobresueldos (caso de Rajoy y varias docenas más de chupones de la vida pública durante veinte años) a imponer comisiones, falsificar documentos, estafar, malversar... toda una ristra de delitos. El país vive gobernado por una trama de presuntos mafiosos con redes delictivas por doquier y no dimite nadie, ni se da explicación alguna, ni nadie comparece en el Parlamento, aunque solo sea para que el pobre Pedro Sánchez deje de hacer el ridículo pidiendo comparecencias que nunca se aceptan porque no tiene valor para presentar una moción de censura.

No dimiten y no entienden por qué se arma este revuelo. Los hijos y nietos de Franco creen que el país es su cortijo, que no deben explicaciones a nadie, que pueden hacer lo que les dé la gana, delinquir, ayudar o encubrir a los delincuentes, saltarse la ley cuando les parece. Y ¿por qué actúan así? Porque descienden directamente de Franco, otro delincuente que, habiendo ganado una guerra, trató durante 40 años el país como tierra conquistada y la población como vencidos a los que se podía someter a todo tipo de ultrajes, sevicias y saqueos. Para Franco no había ley. La ley era su voluntad. Para sus descendientes ideológicos y biológicos, tampoco. La ley no reza con ellos. Solo con Mas y los catalanes rebeldes. Y si reza, se cambia de un plumazo. Los fondos públicos son suyos y, cuando se los apropian indebidamente, en realidad reponen existencias para pagarse cacerías en el África, chalets en Baqueira, cocaína en fiestas o retiros millonarios, mientras el conjunto de la población pasa necesidad. No haber perdido la guerra, pringaos.

La teoría de las puertas giratorias es insuficiente. Estos del PP no eligen entre dos opciones: gobierno y empresa privada sino entre tres: gobierno, empresa privada y delito. Y no necesariamente consecutivas. Pueden ser simultáneas.

Esta explicación de la herencia de Franco con un gobierno de presuntos delincuentes es lo que aclara que puedan darse episodios tan delirantes a la par que bochornosos, como ese ex-ministro (el peor de Educación de la democracia) nombrado embajador ante la OCDE para que vaya a hacer arrumacos a su señora a costa de los contribuyentes que, siendo españoles, son súbditos a los que cabe esquilmar sin pestañear o, encima insultándolos. Eso también es lo que explica que un obispo viva en un palacio siempre a costa del erario, que un presidente del Tribunal Supremo pase fines de semana a cuerpo de rey con su novio y a costa de los contribuyentes, que un presidente de comunidad autónoma deficitaria sistemáticamente viaje a visitar a su novia también a cuenta de los ciudadanos, que una concejala del PP cargue su lencería a los fondos públicos, que cuatro enchufados llevaran veinte años cobrando fabulosa pastuqui por no hacer nada en el IFEMA, siempre a costa de los contribuyentes.

Sumen cientos de otros casos en ayuntamientos, Comunidades (especialmente la andaluza, en donde el robo sistemático cambia al color socialista pero es igualmente indignante) empresas públicas, autónomas, fundaciones, ministerios. Decenas, cientos de mangantes y delincuentes con o sin cargo público, sinvergüenzas que llevan veinte años enriqueciéndose y habrán dado con la causa de la crisis y la ruina de España.

No es una crisis. Es una estafa.

diumenge, 12 de juliol del 2015

Miedos de ida y vuelta.

Pablo Mayoral, de Podemos, decía ayer que Rajoy solo tiene miedo a Pablo Iglesias. El "solo" delata la convicción de que el PSOE y Ahora en Común no preocupan a la derecha. Es una riña por ver quién es más combativo, quién la asusta más, pues ese será quien gane las elecciones.

A su vez, Rajoy, el líder de la derecha, decía también ayer en una Conferencia Política del PP con la que ha iniciado la que promete ser la campaña electoral más larga desde 1977, que no sabe qué sea el voto del miedo. No que no sepa lo que es el miedo, como un valiente galo, sino el "voto del miedo". Y, sin solución de continuidad, se lanzaba a meter miedo en todas direcciones, asegurando que, si llega a gobernar Podemos, la pensiones se reducirán, los supermercados se vaciarán y la gente tendrá que hacer cola para sacar dinero; o sea, corralito. Nada, sin embargo, que no haya hecho él. Él ha bajado las pensiones en términos reales y ha esquilmado el fondo de reserva de la seguridad social. Los supermercados no están vacíos pero, para quien no puede pagar los precios de los alimentos (y hay mucha gente pasando hambre en España y muchos niños con malnutrición) es como si lo estuvieran. Igual que las colas para sacar dinero. Será quien lo tenga, porque los parados y quienes cobran salarios de miseria, por más cola que hagan, no sacarán nada.

Es la peculiar lógica de un presidente que vive en la paradoja y la contradicción sin que ello le preocupe. En realidad, no le preocupa nada. Si es capaz de ser presidente del gobierno de un país acerca de cuya deuda no tiene ni la menor idea, es que, en verdad, todo le importa un pimiento. Él lo que quiere es mandar en su pueblo, cobrar los sobresueldos si se tercia, que sus compadres se forren y los conserjes lo saluden respetuosamente al ir al casino a jugar la partida de mus. Lo demás es secundario excepto, por supuesto, la lectura del Marca.

En su alegato a la Conferencia ha repetido el rollo de la recuperación y ha insistido en la necesidad de que no se hagan locuras, ni cambios a tontas y a locas, que se siga por el sendero trazado con toda eficacia por su gobierno porque, de otro modo, se pondrá en peligro la susodicha recuperación. A continuación, también sin solución de continuidad, ha asegurado a su gente que frente a las vanas y alocadas promesas de otros, el PP representa el verdadero cambio. Es decir, pide el voto de la continuidad y el del cambio al mismo tiempo. Resulta absurdo, por supuesto, pero nadie seguramente lo hará notar porque el personaje, todo él, es un monumento al absurdo, un personaje del teatro del absurdo.

En realidad, la Conferencia sirve para anunciar que por fin se harán primarias en el PP, así como la novedad de que el programa electoral del PP incluirá un proyecto de reforma de la ley electoral de modo que gobierne siempre la lista más votada, otorgándole una prima. Es una práctica autoritaria con ribetes de dictadura porque se trata de fabricar mayorías parlamentarias que no reflejan las de la calle. Esa fue una de las razones de la conflictividad de la II República. Lo sorprendente es que, dado el desprecio del gobierno por la democracia, no haya tratado de hacerlo ya en esta legislatura, para garantizarse el triunfo, más o menos como lo hizo Berlusconi en Italia en su día. Pero no haya cuidado: si los dioses dan la victoria al PP en las próximas elecciones, la reforma se llevará a cabo y la derecha se perpetuará en el poder porque ni siquiera en estas circunstancias de vida o muerte será la izquierda capaz de unirse.

Sobre la corrupción, el tema dominante de su gobierno y legislatura, aquel por el que será recordado, ni una miserable referencia. Ni para anunciar medidas anticorrupción. A fin de mostrar su voluntad de cambio dentro de la continuidad, como diría el Caudillo Franco, el PP ha cambiado el logo. No es la primera vez que lo hace. Debe de ser la sexta o séptima. Ahora ha copiado el círculo de Podemos y ha sacado una imagen bastante cómica. Menos mal que están las redes para arreglar las cosas y hacer bien lo que las gentes hacen mal. El logo de la derecha trasmite mucho mejor que el oficial el espíritu del PP, que es el de la corrupción, los sobres, los sobresueldos, las comisiones, las mordidas, las estafas de todo tipo. Algunos de los intervinientes en esta conferencia de contradicciones e incongruencias sí han reconocido la corrupción de su partido pero solo para decir que los corruptos ya están fuera y la organización ha pagado el precio político por ella. Ambas cosas son falsas. Algunos corruptos pueden volver al seno de la organización, por ejemplo Bárcenas, quien deberá ser readmitido o indemnizado con 900.000 euros si prospera la demanda que tiene planteada. Otros que ahora gallean dentro de la organización y hasta en cargos públicos, pueden verse mañana ante los tribunales acusados de las prácticas corruptas que son el modus operandi del PP. Y también es falso que ehayan pagado el precio político. Este solo lo pagarán cuando pierdan las elecciones y se disuelvan como partido, pues no lo son.

Porque es así: el PP parece más una asociación de delincuentes que un partido político, al decir de algún juez en debida providencia.

Y que esa banda que ha expoliado el país vuelva a ganar las elecciones sí que mete miedo.

dijous, 9 de juliol del 2015

Volte Face.

El lunes salimos todas las izquierdas a celebrar la valentía, la dignidad del pueblo griego que, con un 61% de "no" y un 38% de "sí", había dado una lección de coraje, soberanía y patriotismo a toda Europa, diciendo "no" a la Troika, al chantaje de los bancos, a mayores sacrificios del pueblo griego. Y el primero de todos, Palinuro, que concluía que la jornada había sido un éxito para Grecia y, curiosamente, redundaría en beneficio interno del PP, que pedía el "sí" y Podemos, que pedía el "no", mientras que el PSOE había metido la pata porque no se había declarado abiertamente a favor del "no" del pueblo griego y había jugado a la indefinición más timorata.

Dos días después, ya no estoy tan seguro. Verdad es, el "no" de los griegos es un "no" valiente. Pero también suicida, si no puede sostenerse después frente a la presión de los acreedores y ese mismo pueblo se ve luego obligado a aceptar las duras condiciones que querían imponerle e incluso agravadas. Tsipras aceptaba ayer las tres principales medidas que los griegos habían rechazado indignados el domingo anterior: subida del IVA, recorte de las pensiones y no reestructuración de la deuda. Y todo eso, ya.

Una volte face completa. Para ese viaje del "no" inicial al "sí" del miércoles, no hacían falta las alforjas. La situación ha dado un giro de 180º y ahora ya no está tan claro que los beneficiarios políticos del desastre griego sean el PP y Podemos y el PSOE, en cambio, haya metido la pata y se quede fuera. El 61% del apoyo popular era un mandato fuerte para que Tsipras negociara ¿qué? Obvio: un nuevo acuerdo con la Troika o la salida de la eurozona. Esta segunda posibilidad ya se desechaba antes de saber los resultados y, con estos en la mano, el nuevo acuerdo ha resultado ser el viejo y agravado.

El discurso de Tsipras en el Europarlamento para presentar las nuevas reformas se ha moderado mucho. Ahora ya no se presenta la calamidad griega como el resultado de una conjura de bancos y capitales que quieren arruinar a Grecia, sino, en gran medida, por las negociaciones de los gobiernos griegos en las cinco años anteriores a la llegada de Syriza al poder y las condiciones de los dos rescates anteriores. Y hay más: los griegos reconocen asimismo ahora en sede parlamentaria que la culpa de su situación es básicamente suya, a causa del clientelismo, la corrupción y la evasión fiscal que practicaron los gobiernos anteriores. Justamente los rasgos más acusados de la derecha en España y del PP en esta legislatura en concreto: clientelismo, corrupción y evasión fiscal, es decir, las causas de la crisis en este país, agudizada por los latrocinios de un partido que hasta los jueces consideran una especie de banda de ladrones. La crisis griega es, sobre todo, resultado del desastre griego y la española, resultado del desastre español. Es absurdo confiar en que van a sacar al país de ella los mismos que la ocasionaron.

Así que no es cierto que el PP vaya a beneficiarse del resultado del referéndum griego. Al contrario: aparecerá como la viva imagen de los partidos corruptos griegos y habrá de pagar su parte de responsabilidad en merma de apoyo electoral.

Y lo mismo le sucede a Podemos. Si el bravo "no" griego no puede mantenerse frente a la dureza de la troika y Syriza tiene que ceder y tragar lo que antes rechazó, afectará negativamente a la campaña de imagen de Podemos. Por supuesto, es muy fácil animar a otro a saltar en el vacío y aplaudirlo. Pero ¿qué puede o quiere hacerse después de que el otro se haya estrellado contra el suelo? Si no pude hacerse nada, si no cabe evitar que se estrelle, si no se puede impedir que, para mantenerla en el euro, la Troika imponga a Grecia condiciones más dacronianas, ¿cual será el discurso de Podemos?

Vendría así a resultar que, en definitiva, la posición ambigua, moderada, indecisa del PSOE era la más acertada. Lo siento por los amigos que firman el artículo de Público Grecia: el triste papel de la socialdemocracia porque da la impresión de que el triste papel es el de los articulistas.

Nadie en Europa quiere que Grecia salga de la zona euro. Pero nadie tampoco parece fiarse de los griegos excepto los de Podemos y otros izquierdistas que quizá estén sentando plaza de ingenuos. Tsipras reconoció en el Europarlamento que la desgracia griega no era de importación sino producida en la corrupción general del país, como en España.

Pero hay algo más, algo que, de ser cierto, dejaría a toda la izquierda no socialdemócrata en una posición ridícula mientras que dignificaría la actitud del PSOE. Se trata de la hipótesis, formulada por Ambrose Evans-Pritchard (el hijo de E. E. Evans-Pritchard, por cierto, gran teórico de la antropología británica) en el Telegraph de que, en realidad, Tsipras convocó el referéndum del domingo con el deseo de perderlo, lo cual mejoraría su posición de negociación, pues no se vería obligado a mostrar que el referéndum era un bluff. Bien pudiera ser cierto. Es hasta probable y no muy infrecuente en política. Cuando estas izquierdas ingenuas recuperen la serenidad quizá recuerden un chiste que circulaba mucho en los tiempos del referéndum en España y que describe muy bien estas complejidades de posiciones que se amagan y no pueden extenderse. Se decía que el referéndum se ganaría con seguridad si la pregunta fuera: ¿Quiere usted que España se quede en la OTAN con su voto en contra?

dilluns, 6 de juliol del 2015

NO.

La crisis griega es la crisis europea. El 61º% del "no" frente al 38% del "sí", hace sonar lo que El País llama la hora de la verdad en Europa. Es la expresión que suele emplearse para liquidar una tanda de mentiras y´quizá para iniciar otra. Durante muchos años se ha criticado la Europa de los bancos y se ha propugnado la de los pueblos. Pues ha llegado la hora de la verdad: un pueblo ha dicho "no" a los bancos. "No" a los bancos, pero sí a Europa como ha señalado Tsipras al decir que interpreta el "no" como una autorización a negociar de nuevo, no como una orden de ruptura. Negociar con Europa, negociar en Europa, sin salir del euro.

Pero la UE lo tiene ahora mucho más difícil. Nadie sabe nada de las consecuencias. El intento de imposición de un plan económico venía apoyado por los razonamientos incontrovertibles de toda clase de expertos que, a su vez, se enfrentaban a otros no menos expertos a favor del "no". Porque, en el fondo, ninguno de ellos tenía la menor idea de lo que iba a pasar o pueda pasar ahora. No era cuestión de cuentas y economías, sino de voluntad política. Y así sigue, después del referéndum pero con los griegos fortalecidos. Porque hoy hay tanta incertidumbre como ayer, pero ya sabemos cómo piensa el pueblo soberano. Por eso, en realidad, nunca quisieron referéndum (el poder nunca quiere referéndums, excepto cuando los organiza él para perpetuarse), como no lo quiso y a él renunció cobardemente Papandreu.

Los banqueros y los bancarios sonreirán con escepticismo reconociendo que se trata de una victoria de la dignidad pero que la dignidad no se come y habrá que sentarse a hacer números. Cierto. Pero habrá que sentarse de nuevo, con nueva voluntad, nuevas propuestas, porque la situación así lo exige. La Troika llevó al máximo la presión para chantajear por el sí en la esperanza de sentar de nuevo a la mesa a Grecia pero aun más debilitada. Se ha encontrado con una Grecia fortalecida, pero sin que ella haya aumentado su capacidad de acción. Al contrario.

La UE no puede permitir la salida de Grecia del euro porque ignora qué consecuencias pueda tener para toda la zona y, por extensión, la UE. Pero tampoco puede dejarla en dónde está porque carece de planes para ella, al haber fracasado el propuesto. Parece una mala posición pero, si se mira bien, todavía puede encontrarse en otras peores. Por ejemplo, la situación de contagio. No se podía acceder a las peticiones griegas de quita y reestructuración por el temor al posible contagio de otros países, España, Portugal. Y ahora resulta que el temor es a que se contagie el "no" de los pueblos a los esquemas de la troika. Aparte de la mala imagen que el episodio ofrece de la UE, club de banqueros codiciosos, políticos serviles, extorsionadores financieros, tampoco el resultado trasluce habilidad o inteligencia aceptables.

A ver cómo estos banqueros y financieros, cuya voluntad europea es nula, según se ve en los secreteos del TTIP, pueden salvar su negocio ante la amenaza de que el ejemplo griego, que es como el 15M de Europa, encienda un movimiento de reconsideración de la misma UE que se obstina en hacer pagar a los pueblos las consecuencias de sus colusiones a espaldas de ellos.

Paradójicamente, España recogerá consecuencias beneficiosas del zaska heleno a la banca, a pesar de que tres de los cuatro políticos cabezas partidos españoles, propugnaron el "sí". "Grecia no es España", decía hace unos años el bueno de Sánchez. No lo será, pero el ganador del referéndum griego de ayer fue Iglesias y no él, Podemos y no el PSOE. De los otros dos poco cabe decir. Rajoy, en su cabal función de furriel del capital, pedía el "sí" con su habitual fuerza de convicción y Rivera, más dado, si cabe, a marear la perdiz que el señor de La Moncloa, también pedía el sí para que los griegos pudieran seguir siendo "compatriotas".

La competencia está entre Podemos y el PSOE. Podemos ha pedido el "no", como se esperaba y ha ganado muchos puntos, no solo por aparecer del lado triunfador sino porque ese triunfo consolida su imagen interna en España. Manteniendo las "nombres paralelos", Podemos/Syriza, toma cuerpo y verosimilitud una opción de izquierda radical no comunista. La lectura es obvia: "sí se puede plantar cara a la troika".

El patinazo lo ha dado el PSOE. Sánchez se arrancó al comienzo reconociendo el derecho de los griegos a hacer un referéndum que, recuérdese, fue rechazado en todas partes. Pero pidió el "sí" sin necesidad alguna y aunque, posteriormente, matizó dejando el asunto en que los griegos actuaran "con responsabilidad", sobre todo Tsipras era evidente que su idea seguía siendo el "sí", una metedura de pata considerable. Encontrarte entre los perdedores cuando, por tu tradición y espíritu, debieras estar entre los vencedores quiere decir que algo no te funciona.

Me atrevo a hacer una conjetura de esas llamadas contrafácticas: si Zapatero, en su día, se hubiera atrevido a hacer lo que ha hecho Tsipras en lugar de conchabarse con el PP para una vergonzante reforma constitucional, a lo mejor la crisis sí que era ya historia. En qué medida aprende el PSOE de los errores del pasado se ve en que ha vuelto a equivocarse de bando. 

dimarts, 30 de juny del 2015

Referéndum griego: fuego graneado.

Supongo que en Grecia hará tanto calor como en España y con algunos grados más por lo agitado del momento. Un referéndum es una decisión límite, equivalente a un ultimátum en diplomacia. Algo de trato diplomático hay en las negociaciones de Grecia con la troika pues, si bien la UE no es una mera organización internacional en donde los gobiernos negocian mediante embajadores, tampoco es un Estado en el que los distintos poderes  territoriales negocian con sus pares. Un referéndum es un ultimátum consistente en referir la ley o el pacto a la voluntad del pueblo, a quien se otorga la última palabra. En teoría, claro. En la práctica, ya se verá.

Mientras se decide la consulta, se decreta fuego graneado. Todos opinan, apremian, aconsejan, advierten, amenazan a los griegos. Todos disparan. La clase de tropa, los comunicadores, analistas y publicistas con toda pasión a favor o en contra. Igualmente la oficialidad, los expertos incluso los de allende los mares, los comunicadores y futurólogos. También el generalato, los gobiernos, con independencia de su cercanía. Rajoy tranquiliza a los españoles ante el temor al contagio del corralito con el argumento de que en España, al haber un gobierno serio (no uno de adanes y ocurrentes) está todo bajo control. Lo mismo que decía Zapatero al comienzo de una crisis que se lo llevó por delante. El gobierno alemán y el francés juegan a policía bueno y policía malo. El de Obama, muy preocupado por la solidez del euro, que es la del dólar, piensa,  da consejos salomónicos mientras, de paso, Puerto Rico quiebra con una deuda impagable de 44.000 millones de $. Hasta los rusos y los chinos han asomado entre bambalinas por si cabe pescar algo en las aguas revueltas de la zona euro y la UE. Por disparar o pronunciarse, disparan también los bancos, los medios, los partidos políticos, los sindicatos, los empresarios, los financieros. Unos a favor y otros en contra. ¿De qué? Primero, de que se celebre el referéndum y, segundo, de que se vote "sí" o "no".

En cuanto a la consulta en sí, el fuego graneado es mayoritariamente negativo. Los partidos dinásticos en España, los gobiernos europeos, las grandes familias políticas, las gentes de orden consideran disparatado y peligroso el referéndum. Los partidos a la izquierda de la socialdemocracia lo aprueban y, en el caso español, se meten en un lío al verse obligados a explicar por qué apoyan un referéndum en Grecia pero no en Cataluña. El referéndum griego reverbera aquí en todos los ámbitos y eso que ya Sánchez explicó con gran clarividencia hace meses que "Grecia no es España". Ni las peras, manzanas, completaría la señora Botella. Hay que saber distinguir, amigos. Los catalanes no son griegos.

En ese fuego graneado, tupido, denso, se ha escuchado todo tipo de argumentos. Hay quien recuerda el siglo de Pericles y comprueba dolorido cómo la democracia, nacida en Grecia, en Grecia encuentra su tumba. La Hélade vuelve a ser ese fulgor casi místico que atrae a los espíritus románticos. Leo que un conocido político de las nuevas hornadas anuncia su viaje a Atenas el domingo, quizá con el ánimo con que Byron fue a terminar sus días en Missolonghi, luchando por la libertad de los griegos. Porque la libertad de los helenos es la de Europa. Hay también quien recuerda con amargura cómo Grecia condonó la deuda que por reparaciones de guerra había contraído Alemania. Los nazis, para ser más exactos, cuyas responsabilidades y obligaciones heredó la República Federal. Tal es la gratitud prusiana. Otros recomiendan, casi ordenan, a los griegos que el domingo voten "sí" a la oferta de la troika y devuelvan hasta el último céntimo. Porque aquí, como en Puerto Rico, sucede que el país no puede pagar sus deudas. Es entonces cuando otros aconsejan también votar "sí" porque saben de buena tinta que, asustada la UE de las posibles consecuencias de la quiebra, está dispuesta a suavizar sus condiciones y, quizá, aceptar una quita, como urge Obama.

Todo ese fuego graneado, esas advertencias conminatorias, esos dictámenes de expertos, consejos e institutos, esas consecuencias inevitables, son pura confusión y puro ruido pues, en el fondo, nadie sabe qué pueda pasar. Nadie, tampoco, cómo se ha llegado hasta aquí y cómo quepa salir. En las últimas horas, Tsipras ha hecho dos declaraciones aparentemente contradictorias pero ambas orientadas a influir en el resultado del referéndum a favor del "no", con todas las fuerzas. De un lado da a entender que, si triunfa el "sí", él tendrá que dimitir , lo cual es una advertencia/amenaza similar a la que formuló Felipe González para conseguir el "sí" a la OTAN en España de que él él no gestionaría el "no". Tsipras viene a decir que no gestionaría el "sí". Por otro lado afirma que, en ningún caso saldrá Grecia del euro, lo que pretende quitar el miedo al voto "no". Ambas afirmaciones tratan de fortalecer su posición en las negociaciones. Pero el resultado está abierto: puede salir "sí", puede salir "no" y las consecuencias de ambas opciones son imprevisibles. Afirmar que el "no" significa la salida de Grecia de la zona euro, o el fin de la zona euro o el de la misma UE es tan verosímil como afirmar lo contrario. Tsipras cree aducir una razón de hecho al negar la salida del euro debido a su coste excesivo. Pero ¿y si la UE llegara a la conclusión de que mayor es el coste de mantener a Grecia dentro? ¿Y si estuviera tratando de reducirlo empujando a los griegos para que se vayan, dando un portazo? Si Tsipras se va, se convocarán nuevas elecciones, pero ¿qué valor tienen las elecciones griegas si un consorcio de países amigos puede anularlas? Para eso casi es mejor que se nombre un gobierno títere. Que quizá sea lo que se busque con las nuevas elecciones.

En todo caso, algo está claro: nadie sabe qué va a pasar porque todo depende de decisiones imponderables con consecuencias imprevisibles. En esas condiciones es imposible que nadie, ni siquiera el más poderoso think tank, pueda elaborar planes de contingencia para una serie infinita de posibilidades con días, quizá horas de antelación. Planes que implican la colaboración de megainstituciones financieras, bancos, complejas maquinarias burocráticas, cuya lentitud es proverbial. Y eso para atender a asuntos de urgencia. De vida o muerte.

divendres, 26 de juny del 2015

La cleptocracia.

Ya están en el aire los miles de emails de Blesa, esos que no se sabe si están bajo secreto de sumario, prohibidos por una u otra autoridad, ocultos bajo alguna querella del propio Blesa contra quienes los aireen, o amenazados de volatilización en aplicación de la ley mordaza, esa que tipifica como delito la denuncia de delitos cometidos por las autoridades. Los ha subido a la red la página de xnet, que tiene un buzón para recibir denuncias anónimas. Y, de la red, han pasado a todos los diarios digitales.

Son miles de mensajes de Blesa y otros directivos de Cajamadrid entre ellos y con terceros de gobiernos, empresas, partidos, etc. Dado su carácter presuntamente delictivo en muchos casos, la batalla será sobre la legalidad de la publicación/revelación de correspondencia, etc., etc. A nuestros efectos, procederemos como si ya estuviera resuelta a favor del derecho de la ciudadanía a saber quién ha estado robándole, desde cuándo, cómo, para qué, en qué cuantía. Todo presuntamente, por supuesto. Un derecho que deriva no solamente de haber sido expoliada y arruinada, sino, además, forzada a pagar un rescate estratosférico de la entidad quebrada.

Las cajas eran lo más parecido a una banca pública. Los partidos pasaron a administrarlas a través de su control de las instituciones con ánimo de saqueo sin límite y sin ningún sentido de la responsabilidad. Y, a fuerza de dispendios, desfalcos, apropiaciones indebidas, derroches suntuarios, estafas, consiguieron quebrar el conjunto, dejando decenas de miles en la ruina y produciendo una catástrofe en el sistema bancario. Lo llamaron crisis y los mismos que nombraron y mantuvieron a los presuntos apandadores, tipo Blesa o Rato, se autoasignaron la tarea de remediar el desaguisado con dineros públicos, o sea, con fondos de los estafados y expoliados. Insisto, lo llamaron crisis.

El panorama es estremecedor. Aznar, Rajoy, todos los gobiernos del PP, el PP en su conjunto y parte de la clase política de otros partidos así como sindical están pringados. Y, en verdad, no se entiende cómo el gobierno sigue sin dimitir y el PSOE sin presentar una enmienda a la totalidad de este desaguisado en forma de moción de censura. Salvo que los intereses creados en el desorden cleptocrático español los haga a todos cómplices en la tarea de ocultar o mitigar sus aspectos más indignos. Es posible que el asunto de los ERE, que es una verdadera vergüenza para el PSOE, le reste ánimos para confrontarse con el partido del gobierno en sede parlamentaria, en donde sin duda le sacarán los trapos sucios. Sin embargo, la respuesta, como el deber, es clara: hay que denunciar la corrupción, aunque parte de la denuncia te caiga sobre la cabeza. Más vale ponerse colorado una vez, etc., etc. Esta exposición coram populo de los tejemanejes de una pandilla de sinvergüenzas que durante años (mandato de Blesa: 1996-2009; mandato de Rato: 2010-2012) parecen haber estado viviendo a cuerpo de rey, ellos y sus allegados, a base de estafar a la colectividad no puede ocultarse en los vericuetos procesales, lentos y confusos. Deben constar de forma clara, sintética, fácil de consultar -como lo están esos emails que parecen un prontuario para granujas- y de comprobar. Porque cuentan la historia de cómo se ha gobernado este país en los últimos veinte años. Como una cleptocracia.

Las tarjetas black, los créditos a fondo perdido, los chanchullos a favor de los amigos, correligionarios o adversarios favorables, las subvenciones sin justificar, los gastos suntuarios, las trampas, las comisiones, los latrocinios, las mediaciones ilegales, los perjuicios conscientes causados a los patrimonios de impositores y clientes, la desvergüenza, son algunas de las pinceladas de un panorama de saqueo público por medios institucionales. A Blesa lo nombró y mantuvo Aznar, que aparece con tintes sombríos en muchos mails; a Rato, Rajoy, el de los sobresueldos. Aguirre acosaba a la Caja para ponerla más a su servicio. Los consejeros, con alguna excepción (supongo), una partida de pillastres que se pulían los dineros públicos en jolgorios y consumo ostentoso. Blesa tenía tratos, todos del mismo color, con Díaz Ferrán (un beneficiado que hoy duerme en Soto del real), Cerezo, Villar Mir, Gallardón, Barrionuevo y un sin fin de relevantes personalidades de integérrima virtud, aparte de constituirse en benefactor de los partidos políticos, a los que repartía millones en créditos como si fuera la pedrea. Y eso en sus ratos libres, entre cacería y cacería con unas fotos ante cadáveres de hermosas fieras de la selva que son un bochorno para el género humano, aunque quizá no para él que de humano parece tener poco.

Esos correos electrónicos deberían servir para retirar de la vida pública a todos los que aparecen en ellos, remitentes, destinatarios y sujetos en ellos mencionados. Son la manifestación de la picaresca tradicional adaptada a las nuevas tecnologías.
 
Son la marca España.

dimarts, 23 de juny del 2015

La decisión de la no decisión.


La legislatura del PP ha sido un desastre en todos los sentidos, propiciado por la incompetencia de un gobernante, ya calificado como el "líder más incompetente de Europa" por el eurodiputado británico Nigel Farage al comienzo de su mandato en 2011. Desde entonces, Rajoy se ha esforzado por hacer cierta la afirmación de Farage. Ha conseguido marcas como la de ser el presidente peor valorado por la ciudadanía desde el comienzo de la segunda restauración borbónica que, en el fondo, es la tercera. Su florilegio político es impresionante. Hay antologías de verdaderos disparates.


El desastre afecta a todo, incluso lo que el propio Rajoy considera triunfos, como la idea de que la "crisis es historia". Algo que no cree nadie. Las magnitudes que esgrime están manipuladas y la ciudadanía lo ve a simple vista. El gobierno presume de reducir el paro y todo el mundo sabe que es mentira, pues llama empleo a situaciones precarias a extremos ridículos. Hay gente que acumula cientos de contratos de trabajo al año, por días. Y todos los demás datos son escalofriantes: los índices de pobreza, de malnutrición, de desnutrición infantil, los fallecimientos por inatención médica, las cifras de emigrantes, los desahucios. Aumentan los multimillonarios y los pobres, crece la desigualdad, la desprotección de los trabajadores.

Añádase la corrupción, el signo característico de la legislatura. La corrupción lo ha devorado todo. No solo los caudales dinerarios públicos. También los morales. Nadie da crédito a Rajoy. Es imposible tomar en serio a un presidente que, estando acusado de cobrar sobresueldos de dinero en B, no ha demostrado fehacientemente que no sea cierto pero tampoco ha dimitido.

En resumen, España, que había abandonado el grupo de países subdesarrollados en los años sesenta del siglo XX, parece volver a él en el siglo XXI. Una verdadera involución social y económica que va acompañada de otra política y jurídica. La democracia está acogotada por un autoritarismo cerril y arbitrario. Se hacen evidentes cuando Rajoy exige a Mas y los nacionalistas catalanes que obedezcan la ley pero él se permite el lujo de cambiarla cuando le incomoda valiéndose de su mayoría absoluta. Esto da una idea del calibre moral del personaje.

En estas condiciones, la decisión de no tomar decisión alguna en lo del cambio de gobierno no solo concuerda con el carácter del presidente sino que quizá sea lo único que quepa hacer. El gobierno no gobierna y los políticos del PP están concentrados en perder las elecciones y dar tumbos por los juzgados de guardia. ¿Para qué cambiar los ministros? Los nuevos tampoco harían nada porque, en definitiva, ya no hay nada que hacer. Es mejor concentrarse en el decir y, por eso, se deja el gobierno como está y la materia gris se concentra en mejorar la comunicación y la propaganda. Para el resto, en breves días entra en vigor la nueva Ley Mordaza, una norma represiva de corte franquista, como el espíritu de quienes la han concebido, que muy probablemente sea inconstitucional desde el preámbulo hasta la última disposición. Su propósito manifiesto es ir con mano dura contra todo tipo de oposición, crítica o protesta.

Para la comunicación están desplegándose las baterías que apuntan a las televisiones. La conservación de Cospedal en la secretaría general significa que Rajoy confía en ella para asesorarle en materia de cómo disciplinar la televisión y, a pesar de ello, perder las elecciones. La dueña había convertido la TV de Castilla la Mancha en un aparato de propaganda manejada por un director a su incondicional servicio. Y, pesar de eso, perdió. No hay esbirro intelectual capaz de hacer digerible a la gente una figura como la de Cospedal, universalmente detestada en su Comunidad.

 Para la propaganda, se emplean los presupuestos generales del Estado. Ciertamente, Rajoy no podrá aprobarlos antes de las elecciones, pero sí presentarlos, anunciarlos a bombo y platillo, contando todo lo que piensa hacer caso de ganar. En esto de las promesas, no conoce límites, como tampoco los conoce el desprecio de la gente al escucharlas a quien se había fotografiado en la cola del INEM afirmando cuando yo gobierne  bajará el paro.

Anunciada está también una conferencia política del PP para julio. En ella se fabricarán consignas ideológicas, doctrina. Pero hasta ese viejo frente de la derecha se ha dejado arrebatar este epítome de incompetencia. Sánchez ha salido ya al circuito electoral envuelto en la bandera rojigualda, esa que el PP había diputado ya como suya. Y como se descuide Rajoy, en su próximo mitin, el socialista hace que se interprete el himno y hasta invita al Rey a título de desagravio. 

El mensaje de la proclamación de Sánchez como candidato, o sea de su nominación, era rotundo, una copia del estilo yanqui, algo frecuente en la izquierda, que se queja del imperialismo estadounidense, pero le plagia las formas. Podemos está sacado de Obama y la escenificación sanchesca, de la línea Kennedy-Clinton. Parece que el lema de campaña de Sánchez será Más España. Es difícil imaginar cómo podrá contrarrestar la derecha una consigna tan vacua. 

dimecres, 27 de maig del 2015

El mal perder.

Mi objetivo es frenar a Podemos declaraba ayer Aguirre, tras haber ofrecido a Carmona y a Ciudadanos un pacto para que el socialista ocupara la alcaldía de Madrid. En realidad, lo que quiere es frenar a Carmena, a la que profesa gran inquina personal, cosa comprensible si se consideran las biografías de ambas. Pero, por no descubrirse, invoca el nombre temible de Podemos. Y no en tono normal, sino desgarrado: hay que frenarlos para salvar las libertades, el orden democrático y, seguramente, la cristiandad occidental, amenazados por esta hidra de múltiples cabezas, bolchevique, bolivariana, populista, etarra, comunista. Para alguien que presume de flema británica, esto suena horriblemente overstated. Contrólese la señora, no le pase lo que al Dr. Strangelove en Teléfono rojo, volamos hacia Moscú a quien, en momentos de excitación se le levantaba solo el brazo derecho en saludo nazi. Perder sabe mal, desde luego, pero hay que dominarse y no decir y hacer disparates. Porque, aunque Carmena no fuera Carmena sino Belcebú mismo, la propuesta de Aguirre equivale a pedir al PSOE que se pegue un tiro en su cabeza colectiva.

Las malas lenguas dicen que, no habiendo tamayos a la vista, la llamada a los instintos más bajos de los seres humanos se convierte en un alegato en favor de la felicidad del hombre en la tierra. Si no se puede comprar a nadie en concreto con valores contantes y sonantes, se procede a engatusar al grupo con valores y principios ideales. El caso es que Carmena no sea alcaldesa. Mucho temor se adivina aquí. Para ocultarlo, Aguirre echa mano de una peculiar aritmética. La mayoría de los madrileños ha votado en contra de Carmena (61,24%) al votar PP, PSOE y C's mientras que Carmena solo tiene 31,85%. Seguramente Aguirre vota antes en contra que a favor de algo y la prueba es que su candidatura ni siquiera tenía programa. Pero los demás no tienen por qué ser como ella y probablemente voten antes a favor de sus opciones que en contra de las de los demás. Aunque si se repitiera aquí la caprichosa suma de la Dama del Imperio británico, la diferencia sería colosal: el 58,54% de los madrieños, también mayoría, votó en contra de Aguirre, a quien solo apoyó un 34,55%.

Es puro mal perder, falta de estilo y heraldo de comportamientos más absurdos y estrambóticos. A la señora no le gustará pero en su partido están todos encantados de verla derrotada, desde Rajoy a Botella. Se aferra a la presidencia de la organización en Madrid e intrigará lo que pueda en el Ayuntamiento para afianzarse ya que su posición en el partido peligra. En él, en todos los niveles, se hace siempre lo que diga Rajoy y Rajoy puede montarle una conspiración interna para echarla del cargo. Por eso probablemente está ella montándole otra a él para desalojarlo del suyo. De hecho, ya ha pedido una refundación del partido. La cuestión es quién desenfunda el primero.
 
Eso de tener que ser el primero en algo nunca ha gustado nada  a Rajoy . Para empezar, no va a hacer cambio alguno en el gobierno y en el partido. Ya dijimos, en el PP todo lo decide el Jefe consultándolo con la almohada. Hasta quién será el candidato del partido en noviembre: él, hombre, él. ¿Quién si no? ¿Uno que salga de unas primarias? ¿O de un congreso? ¿Qué congreso? El PP es un partido jerárquico de corte franquista. A Fraga lo nombró Franco. Luego lo desnombró, pero eran cosas del Caudillo, cuya vida tenía Dios que guardar muchos años. A Aznar lo nombró Fraga; a Rajoy, Aznar. A quién nombre Rajoy en su momento está por ver. De momento, a Rajoy. Y el Jefe decide asimismo si las elecciones se han ganado o perdido. Estas se han ganado, según Rajoy, razón por la cual ha nombrado candidato a Rajoy, el que las ha ganado. Esto ya no es solo mal perder. Es no saber lo que se dice.
 
Los barones, sin embargo, se le están rebelando y tomando las de Villadiego: Herrera, Rudi, Fabra, Cospedal y Bauzá, gentes inconstantes, tornadizas, de alfeñique, que se rajan en la primera dificultad. Nunca debió confiar en ellos. Nada comparable con la firmeza de un Camps, un Matas, una Mato, una Aguirre. Lástima que esta sea tan cabezota y se empeñe en sustituirlo en la Jefatura. A él, que está ahí puesto por voluntad divina y solo abandonará el cargo con los pies por delante.
 
De aquí a noviembre Rajoy está seguro de dar la vuelta a los sondeos, las encuestas, los pronósticos, de probar que estamos saliendo de la crisis, de saber comunicarlo con acierto, de recuperar la confianza de la que hoy no dispone, de caer bien a la gente. Está dispuesto a dar la vuelta al mismo principio de la realidad. Seguramente es lo que se dice cuando se mira en el espejo por consejo de su cofrade de partido, Herrera, el presidente de Castilla y León: "nadie mejor que yo para ganar las elecciones de noviembre".
 
Lo malo es que no tiene partido y de aquí a los comicios tendrá que emplearse a fondo solucionando crisis de liderazgo, conflictos territoriales y de todo tipo en un partido que pasa a ser oposición en muchos sitios y sin líder, en otros es irrelevante, como en Cataluña y el País Vasco y en otros está mal avenido. Y a ver cómo se defiende de la petición malévola de un "congreso de refundación".

Porque las elecciones no se ganan con partidos en crisis.