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dimecres, 12 de novembre del 2014

Milagros de la consulta inútil.


Menos mal que según el mandarinato, la consulta catalana es "inútil" y carece de efectos jurídicos. Si llega a ser útil el mundo cambia de base. Puede que no tenga efectos jurídicos, aunque eso es dudoso, al menos en los de carácter negativo y represivo. Pero los tiene políticos, sociológicos y hasta psicológicos. "Dar la cara", como dice la prensa al estilo llano, o sea, comparecer en público a explicar, a rendir cuentas, es algo tan impropio del carácter de Rajoy como la abstinencia en los conejos. Lo que en cualquier país democrático del mundo es un asunto de rutina, la comunicación fluida de la sociedad con los gobernantes, aquí se convierte en algo tan milagroso como el hallazgo del santo grial. En tres años los medios han conseguido no más de media docena de comparecencias presidenciales, una de ellas en plasma y las demás sin preguntas o con preguntas pactadas. La consulta será inútil pero, entre otros milagros, ha logrado que el responsable de este desaguisado de país, en efecto dé la cara cuando no pensaba hacerlo pues se ha ido a buscar un refugio en las antípodas.

Ahora es de ver qué cara da, cuánta da y cómo la da. Quizá debamos descartar el plasma. Se corre el peligro de que los medios se planten, como han hecho los catalanes.  ¿Y las preguntas? Ahí ya nadie se atreve a vaticinar gran cosa. Que Rajoy traerá el rollo escrito es obvio. Pero las preguntas distraen, son peligrosas, obligan a improvisar. Se admiten apuestas. En realidad puede pasar cualquier cosa y lo saben todos, empezando por el presidente, quien jamás dice nada, ni buenos días, sin leer.

En cuanto a la doctrina escrita seguramente será la que expuso Rajoy en su última comparecencia en sede palinura bajo el título España es una gran nación, salvo alguna cosa. Tiene medio partido soliviantado acusándolo de pantuflero cuando no directamente de cobarde. Y del otro medio teme que le esté haciendo la cama, convencido de que el líder no da una. Por eso, con un pie en el avión, deja su marca personal: España es una gran nación y aquí no pasa nada.
 
Lo bueno serán las preguntas.

Las referentes a la consulta rebotarán sobre la pared de la "falta de efectos jurídicos". Sin embargo, se ha movilizado a la Fiscalía para que investigue si se puede procesar a los dirigentes de la Generalitat. Tanto que los fiscales, incómodos, denuncian las presiones del gobierno. Este ministerio rezonga más ante la injerencia del gobierno que los magistrados del Constitucional. Aquel dice limitarse a cumplir  y hacer cumplir la ley. Y, como avisa Sáenz de Santamaría con ese gesto adusto de maestra enfurruñada, mientras el PP gobierne, aquí no habrá secesión alguna. Tampoco iba a celebrarse la consulta.

Queda por averiguar si la comparecencia abordará asimismo ese otro pivote del quehacer nacional español: la corrupción  o si es un deseo de la prensa. Tratar en comparecencia pública de media hora este mal pandémico, endémico y epidémico después de que el grupo parlamentario del PP rechazara establecer una comisión sobre tan apasionante asunto muestra no ya el minimalismo del gobierno sino su nihilismo. ¿La corrupción? El que la hace la paga; cada palo aguante su vela; no adelantemos acontecimientos; el gobierno colabora plenamente con la justicia; dejemos hablar a los tribunales; respetemos la presunción de inocencia; cuatro casos aislados no son el rebaño entero. Y, además, en breve se presentará el paquete de medidas de transparencia y regeneración de la democracia y de lucha contra la corrupción.

Dos únicas y cándidas preguntas: ¿cree el presidente que es la persona más adecuada para presentar un proyecto de transparencia, regeneración y lucha contra la corrupción? ¿No tiene sentido del ridículo?

divendres, 3 d’octubre del 2014

La ciberpolítica


El año pasado, el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales acogió entre sus históricos muros las segundas jornadas de ciberpolítica que organizamos desde la UNED. Buen comienzo, engastar las deliberaciones sobre la política del futuro en el ambiente cargado de simbolismo y añoranzas del antiguo Palacio del marqués de Grimaldi. Durante dos días, una veintena de reconocidos especialistas, procedentes de distintas disciplinas, sociología, politología, comunicación, filosofía, economía, estadística, matemáticas y análisis de redes, debatimos sobre el impacto que internet y las redes sociales tienen sobre la política en las sociedades abiertas contemporáneas. El decano de la Facultad de Políticas y Sociología de la UNED, José Antonio Olmeda y el  alter ego de Palinuro, Cotarelo, recogieron los trabajos, los editaron en el sentido inglés del término con el mayor esmero, y el citado Centro ha tenido a bien editarlos en el sentido español, con una presentación de su director, Benigno Pendás, en el que se levanta constancia de como la venerable casa se abre a los nuevos vientos de la política en la era digital. Todo ello posible también gracias a la colaboración de la subdirectora del centro, Isabel Wences, cuya competencia en materia de ilustración escocesa le hace sensible a los matices epistemológicos y de juicio moral que internet evidencia en la acción humana.

El libro recoge todas las aportaciones que cubren un vasto campo de la acción política en las sociedades democráticas, referida muy especialmente a España; aquí y ahora. Quiere ser un vademécum de la teoría y la práctica de la política 2.0. Además del cruce interdisciplinar, agrupa diversidad de enfoques metodológicos; tienen cabida estudios, análisis de casos, informes de investigaciones en curso de carácter empírico, cuantitativo y también cualitativo y especulativo. Igualmente mantiene un equilibrio entre posiciones de principio acerca de la pertinencia y hasta de la verosimilitud del concepto de ciberpolítica que, para unos es una realidad incuestionable que obliga al desarrollo de nuevos enfoques en la política y, para otros, una moda pasajera que apenas incide en el análisis político tradicional. Quien tenga la paciencia de pasearse por sus páginas, conseguirá base suficiente para formarse su propio juicio que debe de ser el objetivo de los libros serios.

Hemos dividido el material en cinco partes: la primera es teórica y repasa cuestiones como el gobierno electrónico, la creación del nuevo espacio público, las formas de la democracia, el voto electrónico y la participación en las cibercampañas electorales. La segunda parte se refiere a las nuevas formas de activismo, tanto en términos generales (sofactivismo, clickactivismo) como en casos concretos, el Movimiento por la Vivienda Digna, el 15-M, así como a la aparición de nuevos mecanismos de reproducción social, como el caso de los prosumidores. La tercera parte incluye una serie de estudios sobre nuevas formas de movilización social y partidos políticos, tanto de los tradicionales, en el sentido del uso que hacen de lo digital, como de las nuevas formaciones, constituidas en sistema-red, como el movimiento 15-M, la interacción entre los espacios públicos virtuales y los fisicos; igualmente se trata del uso de las redes sociales en la política y de la política propia de las redes sociales, que no es lo mismo. La cuarta parte versa específicamente sobre la nueva dinámica de interacción entre redes sociales y campañas electorales, muy especialmente Twitter. Como siempre, el punto candente en esta cuestión es saber si nos acercamos a esa promesa de utilizar los procedimientos de big data para pronosticar los resultados de las elecciones con un grado de exactitud superior al de los clásicos sondeos.
 
En fin, haremos una presentación en la que debatiremos estas cuestiones. El post es por si alguien quiere hacerse con el programa de mano.

divendres, 31 de gener del 2014

Destino de mujer


La Fundación Telefónica se encuentra en el edificio emblemático de la compañía, construido en 1926 con fuerte influencia de otros de esta época de modernismo arquitectónico, al estilo Nueva York y Chicago. Recuerda lejanamente el edificio Chrysler, al menos por dentro. Allí se hacen exposiciones tanto de material permanente de la Fundación como ocasional.

Ahora, y desde el 9 de noviembre, hay una exposición llamada Hedi Lamarr y el sistema secreto de comunicaciones muy curiosa. En realidad es una exposición sobre la historia de las telecomunicaciones, desde el telégrafo a internet, muy interesante en sí misma (hay que ver qué pinta tan antigua tienen los venerables teléfonos de bakelita y no digo ya las centralitas de clavijas) con una gran variedad de piezas.

Singulariza un episodio casi colateral pero tan significativo que bautiza la exhibición: el papel de famosa actriz de Hollywood de los años cuarenta, llamada en algún momento la "mujer más hermosa del mundo", en el desarrollo de las telecomunicaciones. Hedi Lamarr era austriaca, había triunfado ya en el cine y en el teatro en Berlín a comienzos de los años treinta, al tiempo que estudiaba ingeniería. Abandonó Alemania, se instaló en Hollywood y, contratada por la Metro, siguió triunfando en la pantalla con películas de éxito en los treinta y los cuarenta.  Terminó ingeniería y, con un amigo y colaborador músico, inventó un sistema de alteración de frecuencias para impedir que el enemigo interfiriera los proyectiles teledirigidos, cuya patente regaló al ejército para ayudar a los EEUU a ganar la guerra contra su propio país.

Y eso mientras interpretaba películas con los más famosos actores del momento, los Spencer Tracy, James Stewart, Robert Taylor, Clark Gable, William Powell, Ray Milland, etc. Además, arrastraba una fama de mujer libre y audaz. En una de sus primeras películas, en Checoslovaquia, Éxtasis aparecía completamente desnuda en un par de escenas y en otra de ellas simulaba un orgasmo en close up. Lo suficiente para crearle la aureola de mujer fatal y exótica.

Quizá fuera esa fama o el puro prejuicio machista lo que hizo que el ejército no desarrollara la patente, a pesar de que sí se empezó a usar en los años de la postguerra y sigue usándose hoy en muchos mecanismos de telecomunicaciones que varían las frecuencias de ondas, como bluetooth . En vez de usar el invento, el ejército usó a la inventora como reclamo para vender bonos de guerra. Quien comprara 25.000 $ en bonos conseguía un beso de Hedi Lamarr. Y en un día parece haber vendido siete millones de dólares.

Destino de mujer. Algo así le pasa a la exposición, que también acentúa el contraste entre el invento y el papel de vampiresa que la autora representó toda su vida como actriz. Hedi Lamarr era una mujer bellísima, un poco al estilo de Ava Gardner o Rita Hayworth. Palinuro alcanzó a verla siendo niño en Sansón y Dalila, en donde, claro, manifestaba su hermosa perfidia cortando la cabellera mágica a Sansón, interpretado por Victor Mature, un hombre tan feo que estaba uno deseando le cayeran encima los pedruscos del templo.

Fue, en efecto, mujer de rebosante de vida y personalidad y su existencia, un tumulto. Se casó seis veces y, según parece, tenía un problema de cleptomanía ocasional que la llevó en un par de ocasiones ante los tribunales. Publicó una autobiografía autorizada por la que luego pleiteó varias veces. Alcanzó a verse reconocida en la autoría de su invento cuando el ejército (o la autoridad civil, no estoy seguro) le otorgó un galardón en los años noventa que ella no fue a recoger, quizá por su avanzada edad o por desinterés. Murió en 2000, es decir llegó a ver y entender cómo el mundo entero acababa comunicado, globalizado, gracias a un invento suyo. 

La exposición tiene pocas pero muy interesantes piezas. Fotos, reportajes, objetos, carteles y, cómo no, el metraje de los desnudos de Éxtasis y la escena del orgasmo en primer plano. Pero la razón de su presencia allí es su invento.

 Este año es el centenario de su nacimiento en 1914. Como Palas Atenea, una diosa del conocimiento y señora de la guerra.

(La imagen de Hedi Lamarr en Argel (1938) es una foto de Wikimedia Commons en el dominio público).

dijous, 30 de gener del 2014

Del Watergate al Firegate.

La ambición de siempre de Pedro J. fue destapar un Watergate en España. Más que una ambición, una obsesión. Sus héroes juveniles eran Woodward y Bernstein, igual que para otros espíritus inflamados puedan ser Indíbil y Mandonio, Daoíz y Velarde o Aquiles y Patroclo. En un par de ocasiones los emuló en tesón, constancia y contumacia, creyendo haber encontrado la prueba de cargo definitiva, la época del infame Felipato (los GAL) y el 11-M. (ETA). Qué digo emuló: superó pues, según parece, aún no conocemos la verdad del 11-M. Y quizá no la conozcamos nunca porque el Watergate ha resultado ser un Firegate. Las presiones del gobierno, según se dice, han dado con nuestro hombre en la lona. Con una indemnización millonaria y un periodo de carencia de dos años que semeja unas horcas caudinas: te privamos de la niña de tus ojos y no podrás poner tus pecadoras manos en otro periódico durante una temporadita.Hace muchos años, en su lucha contra el felipismo, alguien lo comparó con David contra Goliat. Ahora, el mismo hagiógrafo podía compararlo con Galileo Galilei: en arresto domiciliario por orden de la Inquisición.

Al margen de las consideraciones -las habrá en abundancia- sobre el relieve del personaje, hay dos consecuencias inmediatas de la defenestración: a) la escuadra de columnistas y opinantes se moverá; b) la opción aguirrista en el PP pierde una posición importante.

Eso nos lleva al terreno en que parece estar jugándose esta partida. La lucha por el PP. Que Rajoy -según parece- acelere la caída de Pedro J. puede significar que entabla el combate final por el control del partido frente a la vieja guardia en torno al combativo Aznar.  La rebelión del delfín.  El farol del presidente: el terror de la derecha a la escisión, supone él, consolidará su posición y Aznar, ya es hora, pasará a la historia. En este momento tiene en sus manos  tres bazas: la lista al Parlamento europeo y las candidaturas a la comunidad y la alcaldía de Madrid. Muchas carreras, muchas expectativas para que nadie se mueva. 

La primera víctima en este conflicto interno del PP es Pedro J., un afuereño. Pero un afuereño que ha sido más importante que muchos ministros y compartió los momentos de gloria desde el balcón de Carabaña. 

dijous, 28 de novembre del 2013

Curso de anticomunicación política.

La próxima vez que alguien elabore una teoría de la comunicación, tómese la molestia de contrastar empíricamente sus hipotesis en España. Si saca una teoría, será a prueba de bomba, una teoría pegada a la tierra. Ya está bien de filosofías y logomaquias. Verdades como puños, lógica, precisión, qué se sepa a qué atenerse.
En España hay un criterio de certidumbre absoluta. Si Rajoy niega algo, por ejemplo, que este año se haya destruido empleo, es porque se ha destruido. Y, a la inversa, sabemos que algo no se da cuando Rajoy afirma que se da; por ejemplo, los brotes verdes, la luz al final del túnel, el fin de la crisis. Se trata de un criterio simple, por cierto, pero tan válido como su contrario (incluso más), según el cual, si la autoridad se pronuncia sobre algo, dice la verdad o algo aproximado. Aquí es al revés: un modo de entender la comunicación que tiene tres etapas: 1ª) bajo ningún concepto se dice nada; 2ª) si, por casualidad (por ejemplo, la siempre fastidiosa presencia de algún mandatario extranjero) hay que decir algo, sea ello cualquier cosa lo más alejada posible del asunto en trato; 3ª) si hay que referirse al asunto por imperativo legal, bajo ningún concepto se dice la verdad.

Una buena teoría de la comunicación es flexible, capaz de adaptarse con agilidad a las reacciones del auditorio. Ha de tener todas las opciones abiertas, incluso la del ridículo. La cúpula de orates enemigos de las libertades públicas que ha ocupado el ministerio del Interior, pasó la semana agitando sádicamente el espantajo de una ley monstruosa que multa con 600.000€ (casi tanto como la media de sobresueldos presuntamente pillados por los dirigentes del PP) el hecho de manifestarse frente al Parlamento. Vista la indignación generalizada, propone ahora rebajar la multa a 30.000€. Del programa máximo, al programa mínimo, como en los tiempos de la socialdemocracia revolucionaria. 30.000 € sigue siendo una cantidad absurda, desmesurada. Pero es bueno que se discuta de la cartera, así el personal no repara en que lo más intolerable de la ley mordaza, lo más anticonstitucional, es la prohibición de que los ciudadanos puedan grabar la actuación de la policía cuando hace su trabajo. Porque su trabajo bien puede ser matar a otro ciudadano indefenso a patadas y puñetazos como, al parecer, acaban de hacer los mossos catalanes y de lo que la opinión se ha enterado gracias a las grabaciones de los vecinos. Máxima de la nueva teoría de la comunicación: no se pueden difundir las pruebas de posibles delitos cometidos por la autoridad. El éxito de la anticomunicación es aquí total, prueba de la demencia absoluta de los redactores de este bodrio, porque lo que se está haciendo con esa prohibición es obligar a los ciudadanos a no cumplir con el deber de denunciar los posibles delitos de que fueran testigos, un deber de alcance discutido pero indudable en sí mismo.

La calidad de la nueva teoría de la comunicación se mide por su impacto directo, completo, fulminante. El mensaje se coloca de inmediato y obtiene un resultado indiscutible. Apenas propone el ministro de Educación, Cultura y Deporte otorgar una distinción a un importante músico catalán que este la rechaza y se la devuelve apuntándole al cogote. Es un triunfo rotundo de la empatía y la sensibilidad. Siendo el agraciado catalán, razonaba sin duda el ministro con su modestia habitual, se sentirá agradecido con una distinción española, de esas que españolizan. Así que, ¿para qué molestarse en sondear antes si la medalla sería bien recibida? ¿Cabía alguna duda? Y no se crea que se trata de un caso aislado. Ni hablar. Este es ya el ministro al que más feos han hecho en público los estamentos bajo su mando, al que más saludos se han negado, más se ha abucheado y pitado, más espaldas se han vuelto, más veces se le ha dicho a la cara que no es persona grata; el que más actos ha tenido que interrumpir y más veces se ha visto obligado a entrar o salir por la puerta de servicio. Un éxito universal de la anticomunicación. Todos los dichos estamentos lo detestan, alumnos, profesores, padres, investigadores, becarios, artistas, cineastas, actores, bibliotecarios, archiveros. El mensaje ha calado desde el primer momento. Así ha conseguido también ser el ministro peor valorado por la opinión pública de la historia de España desde los tiempos de Calomarde, como diría don Jacinto Benavente. 

¿La comunicación en España? Un éxito rotundo que nos envidian las naciones civilizadas de la tierra. 

(La imagen es una foto de La Moncloa aquí reproducida según su aviso legal).

divendres, 25 d’octubre del 2013

¿Qué pasa en el PSOE?


Carme Chacón reaparece inopinadamente en Madrid para presentar a Tomás Gómez... en donde maldita la falta que le hace que lo presenten. ¿De qué se trata aquí? Probablemente de una campaña de lanzamiento publicitario. Ambos dirigentes, forzados a las penumbras del segundo plano por los decorados de la conferencia política o cónclave de los cabezas de huevo que ha escenificado Rubalcaba, quieren reemerger, recuperar protagonismo, que se hable de ellos porque, si nadie habla de ti hoy es que estás muerto; cuando menos, políticamente muerto. Hacen bien. Los dos tienen sus legítimas ambiciones y quieren que el aparato mediático tome nota de ellas y no se limite a mostrar una y otra vez los rostros de los otros aspirantes, López, Madina, García Page...

¿Y qué dicen presentadora y presentado? Que haya primarias a la voz de ya, antes de las elecciones al europarlamento en mayo de 2014. Parece bastante lógico, pero desbarata los planes de Rubalcaba y los suyos que, como todo el mmundo sabe, son postponerlas hasta poco antes de las generales de 2015 y (seguramente), presentarse a ellas. Es muy probable. Pero no es toda la historia. No basta. No convence del todo. Aquí hay más bacalao del que corta el furriel. Veamos:

El PSOE se ha olvidado de la moción de censura; no hostiga al gobierno, a pesar de su carácter corrupto, autoritario, embustero e inepto; vuelve a una oposición de mentirijillas y guante blanco; se desvincula de la calle; dobla el espinazo ante el Rey y se hace monárquico; marrullea con la iglesia católica; se pasa el día secreteando con Rajoy sin exigir su dimisión por corrupto y le chivatea todos los asuntillos que trata con los levantiscos catalanes.

¿A qué huele todo esto? Bingo, querido lector: a gobierno de gran coalición PP/PSOE, a la vista de la grave situación por la que atraviesa la patria, gravedad causada por estos dos grandes estrategas. Rubalcaba no quiere primarias porque aspira a consagrar por derecho el duunvirato que ya existe de hecho entre los dos dirigentes de los partidos dinásticos, hermanados por la circunstancia de ser los dirigentes peor valorados por la opinión pública de la breve historia democrática española. Chacón y Gómez quieren primarias porque, si se arma el tablao grancoalicionista, ellos se quedan para vestir los santos de la liturgia sociata.

Y esa gravedad ¿de dónde viene? La crisis, según los mentideros oficiales y los propagandistas de la fe, está ya semivencida. ¿De dónde, pues? Obvio: de Cataluña. Cierto que hemos llegado aquí por la especial incompetencia de los dos dirigentes. La de Rajoy es la habitual en la derecha cerril y no merece mayor consideración. La de Rubalcaba nace de su cerrado centralismo, su fobia al derecho de autodeterminación (al que teme porque, en el fondo, no cree en la Nación que ensalza) y su seguridad de que los demás son tontos y van a conformarse con la piruleta federal que acaba el mozo de sacarse de la faltriquera. Habiéndose, por fin, dado cuenta de que el señuelo no engaña ni a los más tontos de la batida, se ha presentado en Barcelona con una nueva (y astuta, cómo no) propuesta: que los catalanes voten, sí; pero solo sobre la reforma de la Constitución. Sensacional: no los deja votar en la autodeterminación para ellos solos (en donde, probablemente, los independentistas perderían) y los hace pronunciarse en solitario sobre un asunto que, según dicen las gentes de orden, compete a todos los españoles y donde, también probablemente, la opción reformista ganaría, abriendo un tiempo de incertidumbre en el país que, claro, gestionaría ese gobierno de gran coalición, sabiamente dirigido por estos dos padres de la patria.

Estarán los lectores de acuerdo en que a grandes males, grandes remedios. Llegar a las elecciones generales de 2015 con un gobierno de PP/PSOE (acerca de cuyas ventajas habrá Merkel aleccionado a Rajoy germanico more, es decir, a collejas) tiene la ventaja añadida de que quizá podamos ahorrárnoslas. ¡El terrible peligro de la escisión catalana todo lo justifica! Incluso la aceptación de esa feliz consigna expectorada recientemente por un militar: la Patria está antes que la democracia. ¿Está claro? 

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Luego, si tengo ánimos, subiré algo sobre esa Fundación Felipe González Márquez, dedicada, según tengo entendido, a investigar los arcanos de la gestión de aquel gran político que fue el sevillano, hoy, al parecer, aquejado de un proceso galopante de necrosis intelectual.

dimarts, 15 d’octubre del 2013

El otro Palinuro.


Pues eso, que Palinuro tiene otra cara o, como se dice en los ciberandurriales, otra interfaz, que mola mucho más. Pinchen o cliquen sobre la imagen. Sale la página web palinuriana estrenada este verano. Contiene siempre la entrada del viejo Palinuro de toda la vida  y una selección de otras, clasificadas según criterios que los dioses nos van proporcionando. Y con la bandera tremolando en el centro. Todo lo que larga el blog se acumula luego en la página web que, de esta forma, va creciendo y aumentando en contenidos. Para los anteriores al verano hay que seguir yendo al blog y mirar en el buscador, que es muy eficaz. En la página pueden verse también críticas de libros, convocatorias y hasta un calendario pues ya se sabe que los internautas tienden a olvidar las fechas de sus días. En fin, que está muy bien y agradezco infinito a los amigos de Publicoscopia el trabajo y las molestias que se toman en mantenerla, porque lo que es yo...

dimecres, 11 de setembre del 2013

La comunicación es la base de la política.


Mañana y pasado se celebra en Granada un congreso internacional de Comunicación Política y me han elegido para pronunciar la lección de clausura. El congreso se desarrollará en inglés y mi intervención, también, con lo cual me siento un poco como Ana Botella, aunque espero no monopolizar Youtube.

Mi conferencia se titula Mastering Minds: The Fortunes of Political Advertising y constituye un intento de explicar la evolución de la comunicación política, desde sus orígenes en la propaganda política hasta el día de hoy. Se pretende asimismo trazar una línea entre propaganda y comunicación y, por último, se trata de plantear los problemas que surgen cuando se analizan las cuestiones de la comunicación política desde una perspectiva moral que afecta al comportamiento individual.

Tod@s l@s amig@s están cordialmente invitad@s.

dilluns, 9 de setembre del 2013

Del diario de viaje de Rajoy, III.


Bueno, yo estaba en donde debía estar, dando la cara, respondiendo preguntas, prodigándome en explicaciones. A las duras y a las maduras. Vayan luego los de siempre a decir que rehúyo el bulto, cuando lo que quieren es poner palos en las ruedas, esparcir insidias y rumores, debilitar mi querida Marca España. Mi deber era estar en Buenos Aires y hasta aquí he venido.

Sinceramente,  no nos merecíamos lo que estos del COI nos han hecho. Han jugado sucio. Así lo ha trasmitido fielmente mi palafrenero en La Razón, que habla de Tongo olímpico y, como siempre, ha sido el único en decir la verdad en un panorama de medios en España de tinte bolchevique. Con todo, me queda la duda de si no nos estaremos pasando. Hablar de tongo cuando se pierde en un juego es muestra de mal perder. Y no es nuestro caso porque, cuando hacemos tongo, siempre ganamos; por ejemplo, las elecciones, que financiamos ilegalmente, como Dios manda. No es eso lo preocupante de hablar de tongo sino que estemos acusando de ello a los miembros del COI con lo cual, si nuestras posibilidades eran pocas, ahora serán ya cero. He de hablarlo con García Margallo, a ver si lo distraigo de la conquista del Peñón, por donde puede llegarnos otra castaña fenomenal.

Confieso no haber estado muy feliz ayer al declarar que “A veces se gana y a veces se pierde. La clave es hacer todo cuanto está en tus manos para que las cosas salgan bien". Estaba muy cansado. Volar de San Petersburgo a Buenos Aires, del mundo eslavo al latino, de la selecta cumbre de los barandas mundiales a la chusma bonaerense, es agotador. Y luego está claro que conseguimos jugar bien nuestras cartas. Llevamos un séquito de 180 personas a todo pagado. Los japoneses, cien y los turcos, 75. No tenían media torta. Además, los nuestros iban calientes porque, al parecer, se echaron al coleto 350 cubas libres durante el trayecto. No entiendo qué pasó. No lo entiende nadie. 180 de claque y perdimos. Y ya verás ahora. Como al perro flaco las pulgas, van a llovernos impertinencias. Ya hay quien quiere ver las cuentas del Madrid 2020, a cuánta gente llevamos y por qué razón. Hasta hay quien pregunta qué pintaba Álvarez del Manzano en la fiesta. Si empezamos con pequeñeces...

La verdad, cundía el desánimo. Wert se escondía por los rincones, me malicio que algo avergonzado, García Margallo quería hacer sushi con un japonés pequeñito y los demás tragando saliva al escuchar a Ana Botella en uno de esos discursos en los que parece que está regañando al parvalurio y en cualquier momento va a ponerse a repartir guantazos. Y mira que se lo he dicho muchas veces, siempre con el debido respeto: "Ana te pierde tu temperamento". El momento inglés de la alcaldesa ya me dejó flipando el colores. Menos mal que los de La Razón dejaron constancia del elegante y fluido inglés de Ana. Ahora respiro tranquilo porque, desde luego, yo no entendí nada y, por lo que sé de mi fiel Marhuenda, él tampoco. Pero a ese no le hace falta entender para hablar, pues le pago por hacerlo sin tener ni idea. Y lo borda el hombre. Tanto que van a contratarlo en todas las cadenas de TV todo el día porque es el único del que puedo fiarme. Marhuenda por la mañana, por la tarde y por la noche. Eso es pluralismo informativo cristiano.

Ya más descansado, hoy he hecho otras declaraciones que los chicos de La Moncloa han recogido al pie de la letra, como está mandado: esta decisión no va a afectar al ánimo del país y el Gobierno seguirá apoyando el deporte. ¿Qué? ¿Soy o no soy un hombre previsible? Seguiremos apoyando el deporte. Conste que podríamos no hacerlo, que podríamos castigarlo por su mal comportamiento, como hemos hecho con la salud, la educación, la dependencia, la cultura, etc. Podríamos, pero no lo haremos pues somos unos caballeros. Un periodista (¡malhaya el cuerpo!) me ha dicho que, en cualquier caso, qué culpa tiene el deporte de que los gobernantes sean unos inútiles. Quizá no lo haya dicho así, pero era lo que quería decir. Pues sí, claro, pero no pretenderá el señor periodista que me eche las culpas a mí mismo. Eso es absurdo. Yo doy siempre la cara, ya digo, pero, como todo el mundo sabe, la culpa del desastre de Buenos Aires es de la política exterior de Zapatero. Espero que le hagan un escrache. Ya está bien de hundir España, hombre.

El Príncipe estuvo sublime al decir que Toda España quiere los Juegos Olímpicos. Pues claro porque quienes no los quieren no son España, son la Antiespaña, que ha vuelto a levantar su odiosa cabeza de Hidra de Lerna, aprovechando que el caudillo no ha resucitado. Cierto, luego el muy ladino se calló, hizo mutis por el foro con su esposa, y me dejó solo ante el morlaco. Es un Borbón típico, o sea, un felón.

Pero de esos morlacos me ventilo yo media docena. El verdaderamente peligroso, el de auténtico trapío, Bárcenas, me espera en casa, tras las rejas del toril. Por eso me fastidia haber perdido la votación del COI. Ahora podía estar yo de vuelta en España, entrando en Madrid entre los aplausos de la muchedumbre entusiasta, retornando victorioso de la guerra de la Pampa, con los bolsillos llenos de promesas de negocios para los nuestros en los próximos siete años. Bárcenas y sus sobresueldos caerían en el olvido y yo recuperaría el crédito que tengo algo perdido.

La realidad es muy otra. Tenía un sueño, mejor que el de Martin Luther King, pero el islámico y los taimados nipones lo han reventado. Hubiera pisado la cabeza a Rubalcaba, en sentido figurado, se entiende, como cuando Rubens pintaba a Enrique IV pisoteando cuerpos convulsos de infieles vencidos. Ahora tendré que hacer frente a su moción de censura. La moción del odio, el rencor; la moción del mal perdedor. Y otra vez a hablar de Bárcenas, como si no fuera bastante lo dicho el pasado 1º de agosto, cuando brilló mi inocencia en sede parlamentaria. Si Jesús Posada, el edecán que tengo en el Congreso, vuelve a plantearme una pregunta o interpelación de estos pulgosos del PSOE, lo mando a letrinas.

Ya ni las vísperas catalanas me sirven para ocultar la corrupción en la que sobrenada el partido, el gobierno y yo mismo. Cada vez nos parecemos más a los personajes de las escenas escatológicas de Bocaccio. La mierda (con perdón) llega ya a la altura del micrófono. Tengo a Mas modulando su lenguaje, pues ya habla de una consulta tolerada por el Estado. Esto de las palabras tiene su intríngulis. Hay que entender sus muchos sentidos. "Tolerar" no es "permitir". Pero tampoco prohibir. Y no creo que quienes mandan me dejen no prohibir. La verdad es que, con Bárcenas entre ceja y ceja, es difícil pensar en estas cosas.

¡Malditos nipones!

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dissabte, 7 de setembre del 2013

Del diario de Rajoy, II


Esto va viento en popa. Ayer teníamos a los españoles pendientes de nuestras ruedas prensa en lugares exóticos, como Ana Botella en Buenos Aires, yo en San Petersburgo u otros muy castizos, como mi buen amigo y hasta ayer compañero de partido, De los Cobos, el presidente del Tribunal Constitucional en Madrid. Y he decir que, cada cual a nuestro modo, superamos la prueba con elegancia y el laconismo militar de nuestro estilo, sin merma de la cazurrería que, cuando queremos, como gente auténticamente popular, nos caracteriza.

La rueda de prensa, siempre lo he dicho, es el momento cumbre de la democracia. En las elecciones, el pueblo soberano decide quién gobierna. En las ruedas de prensa ese mismo pueblo soberano se entera de qué piensan aquellos a quienes ha votado. En las primeras, habla la masa; en las segundas, la élite, o sea, nosotros. Son ámbitos de absoluta libertad. Cada cual pregunta lo que quiere y el preguntado contesta lo que le da la gana. Quien pide libertad para sí debe estar dispuesto a reconocérsela a los demás. Libertad para todos. Y, ya digo, ayer lo bordamos, cada uno en nuestro estilo.

De los Cobos, insuperable guía, habló meridianamente antes de la propia rueda de prensa, contestando a las preguntas que fueran a hacerle en ella porque en ella no pensaba contestarlas dado que el asunto de las presumibles está bajo consideración de los magistrados. Y contestó alto y claro: “No tengan duda de que pienso seguir en mi puesto”. Es un maestro, capaz de elevar a categoría metafísica lo cotidiano. ¿Dimitir nosotros por algo? Pregunta tan recurrente como impertinente en las ruedas. Ni hablar. La dimisión del cargo en el PP es un imposible metafísico. Haya pasado lo que haya pasado. Todo tiene una explicación. Y, si no aparece a primera vista, De los Cobos sabrá encontrarla.

En Buenos Aires, Ana Botella, defendiendo la candidatura de Madrid a los JJOO de 2020, estuvo sublime. Dice la fementida canalla que, por tirarse el pliego de saber lenguas, nuestra alcaldesa renunció a la traducción simultánea, no entendió ni torta de una pregunta en inglés y la contestó erróneamente. Falta de percepción de esta gente. Nada de error: agilidad mental, cintura. No era una pregunta sino una insidia, de esas que padecemos los del PP, a fuer de gentes de bien, en todo momento; fue una trampa para desviar la atención de la verdad objetiva de las infraestructuras de Madrid a ese otro concepto ambiguo, manipulable, escurridizo, del paro. Muy bien contestado, Ana: por peteneras. La conspiración judeo-masónica, con Pedro J. a la cabeza (quién iba a decírnoslo, oh, manes de Aznar), no descansa ni un minuto en su tarea de desprestigiar a España. No era que la alcaldesa no supiera para qué sirve la traducción simultánea. En absoluto. La prueba es que se encasquetó los auriculares cuando le hicieron una pregunta en español. Quería recibirla en inglés, idioma del que, como sabe todo el mundo, no tiene ni idea. Al igual que yo. Y a mucha honra. El español es tan lengua universal como el inglés. Madrid será sede de los JJOO. Lo aseguraré yo, con el sentido común que me caracteriza y, como Dios, que habla castellano del Imperio, manda.

Hasta San Petersburgo llegó el aullido de la canallesca. Dos periodistas, subgénero de marujonas de pueblo, me preguntaron por Bárcenas a más de 3.000 kilómetros del lugar. Me despaché con soltura, explicando que el asunto no había suscitado interés en el G-20 y que no se había tratado. Cosa lógica. En el G-20 no estamos a las pequeñeces y miserias de la vida de un descuidero de tres al cuarto. Eso no es competencia, hombre. Nosotros estamos a las grandes faenas, a invadir unos países, expoliar otros. Somos jefes de Estado y de gobierno y quizá tengamos algo de randas; pero a lo grande. Eso no le entiende la prensa que padecemos. Quiere carnaza, sangre, algo para vender. Lo llaman “información”, pero es mero cotorreo y ganas de fastidiar.

Que si yo cerré el trato con Bárcenas, que si tal y que si cual. Todas cuestiones ya respondidas en sede parlamentaria en su momento. Según cuentan, María Dolores de Cospedal descargó en mi persona toda la responsabilidad de haber llegado al acuerdo con Bárcenas para que no empezara a largar por ahí. Bueno, ¿y qué? Ya dije el 1º de agosto que me equivoqué con Bárcenas. Si esa explicación vale para el Rey y un elefante, no veo por qué no para mí y Bárcenas que, además, no tiene trompa. ¿En dónde está la mentira de que me acusa el frente marxista, Lara y Rubalcaba? Me equivoqué y lo confesé noblemente. Creí que Bárcenas no era un delincuente cuando lo era, igual que el Rey pensó que el elefante era un pato de feria. Somos humanos, cometemos errores y por los míos ya está pagando mi amigo Bárcenas.

No tengo la menor intención de comparecer de nuevo en el Parlamento. Posada lo está haciendo muy bien con nuestros equipos jurídicos, probando en legítima doctrina que las preguntas de IU y el PSOE no se ajustan a los requisitos del reglamento. Aunque, la verdad, los veo un poco condescendientes. Lo suyo no es argumentar que las preguntas no se ajusten a lo previsto en el reglamento de la cámara y la Constitución; lo suyo es demostrar de una vez por todas, caramba, que lo que no se ajusta al reglamento ni a la Constitución es esa puñetera manía de preguntar.

Y, ya puestos, el mismo criterio debiera aplicarse a las ruedas prensa. Estas deben ser como las del pavo: para lucirse y sin preguntas. Solo con exclamaciones y aprobatorias. Así, las ruedas de prensa serán la sublimación de la democracia plebiscitaria.

Al estilo de la que quiere Mas en sus preparativos de las vísperas catalanas. Ya lo tengo medio convencido de arreglarnos con un pacto fiscal entre bambalinas. Por eso habla ahora de unas elecciones plebiscitarias en 2016, para el caso de que no pueda celebrarse la consulta de 2014. Pues claro que no, hombre, siente usted la cabeza. ERC sostiene que la consulta ha de hacerse en 2014, sí o sí. Pero ¿qué disyuntiva es esa? Si ERC, además de regalar camisetas en el Congreso, quiere que se la entienda, debe convocar una rueda de prensa.

dilluns, 22 de juliol del 2013

Ni muerto ni vivo.

Viene el paisano de Vlad Drakul y Rajoy aprovecha la circunstancia para reaparecer procedente de... de ¿dónde? Pues quizá de la Transilvania. Reaparece en su naturaleza de muerto viviente o vivo muriente. El rito es, maldita sea, obligado: viene el afuereño y hay que hacerle los honores. Aprovechando que Van Helsing está en Moscú, explicando a los rusos lo que tienen que hacer para mitigar el paro en España, se mostrará en La Moncloa a responder a dos preguntas de periodistas españoles.

A propósito, ¿por qué dos preguntas? ¿Por qué no una y acabamos antes? O mejor, ¿por qué no ninguna? Que los periodistas le hagan todas al rumano quien, como buen hijo de la Dacia, será locuaz. De todas formas, nadie le mostrará una ristra de ajos o de crucifijos al presidente, que se las habrá amañado para pactar las preguntas con algún director fiel a la causa. Dada la notoriedad que se adquiere luego por cómo te ponen los colegas en las tertulias, sugiero que, para contribuir al desarrollo de las PYMEs, que tanto le preocupan, pacte la pregunta con el director de El berrido liberal de Pinganillo de Oreja. Seguro que le suben las ventas.

A lo mejor se le ha ocurrido al presidente que con una nueva comparecencia al compás del dos resolverá el lío en que se ha metido por ignorar una ley de hierro de la vida: cuanto más quieres evitar algo, más se te impone. Decretó toque de silencio en el campamento y la algarabía no cesa; quiso evitar el nombre de Bárcenas y se lo encuentra hasta en los semáforos; pretendió ocultarse y eso hace sus apariciones más espectaculares. Trataba de no comparecer y tiene que hacerlo varias veces, mal, arrastrado, sin elegancia, a regañadientes: una vez con el polaco, otra con el rumano, otra cuando finalmente decida a su libérrimo parecer si por plasma, en una rueda de prensa con guacamole o en una charla distendida a bordo de un avión; y otra, la cuarta, finalmente, cuando no consiga evitar la moción de censura.

Y dice este señor, con quien ya empiezan a sentirse incómodos en su partido, al menos los que no cobraron sobresueldos, que él no está para estas menudencias, sino para sacar a España de la crisis. Pero, en realidad, la crisis se llama Rajoy. Se lo han dicho ya en español, en inglés, en francés, en italiano y en las demás lenguas que no habla. El The Economist que, a veces, se parece al Private Eye;lo llamaba con elegancia británica chorizo. Está arreglando la marca España. Esa marca de la que han tenido que sacar a empujones a un señor que tuiteaba catalanes de mierda...no se merecen nada. Un señor diplomático de carrera. Si alguna vez es Cataluña independiente, sugiero que España mande como embajador a este genio. Seguro que los catalanes le dan el placet.

Una digresión. Es la segunda vez que nos insultan con eso de que Rajoy no está en política por dinero sino para arruinarse por su amor a España. Margallo lo expresó en los términos legionarios al uso entre los suyos: Rajoy pierde dinero por entregar su vida a España. Ya está bien con estos diplomáticos. En primer lugar, no es verdad. No se sabe cuánto dinero ganaría Rajoy de no dedicarse a la política porque eso no ha sucedido nunca. Lleva toda su vida en cargos públicos. Fue hacerse registrador de la propiedad, tomar posesión y calzarse su primer cargo público como presidente de la Diputación de Pontevedra y, desde ahí, con tesón, sin prisa, sin pausa, como el buey por el surco, ha llegado a presidente del gobierno. Y, en el camino, según los papeles de Bárcenas, fue cortando lorquianos limones redondos en sobres hasta que se puso de oro. Pero, en segundo lugar y aunque fuera verdad, que no lo es, ¿obligaba alguien a Rajoy a sacrificarse por España? ¿Se lo pidió alguien?  ¿Aznar es alguien? ¿Cuándo le dijo España a Rajoy que le consagrase su vida que, por lo demás, tampoco es tan apasionante? Si lo hizo fue porque quiso, porque le interesaba. ¿Por qué tenemos que estarle agradecidos? ¿Qué culpa tenemos los españoles de que no estuviera a la altura de la responsabilidad que, en su inconsciencia, se echó sobre los hombros? O, para decirlo en términos más llanos, estos ¿de qué van?

Haga lo que haga Rajoy, aparezca o desaparezca, los indignados le han preparado otro escrache para el día 26 en todo el país y tenga por seguro Rajoy que irá mucha gente. Más que a la vergüenza de las barbacoas de chorizos. Y ya han quedado todos y se han dado cita porque, en realidad, les da igual lo que pueda decir hoy este presidente zombie. Como le da igual a casi todo el país. En el fondo, lo que la ciudadanía está esperando escuchar es una sola palabra, dimito. Si no le gusta, si le amarga, si se le hace cuesta arriba, cámbiela por otra: Bárcenas.

Son la misma.

dimecres, 5 de juny del 2013

La doble visión del mundo.


Luis Arroyo (2013) Frases como puños. El lenguaje y las ideas progresistas. Madrid: Edhasa, 173 págs.


Está muy bien el último libro de Arroyo. Sobre todo que lo publique casi inmediatamente después del anterior, más extenso, La política como espectáculo, ya comentado por Palinuro en una entrada previa, El discurso sobre el discurso. Así podemos seguir mejor el pensamiento del autor y entender más cabalmente algunas de las cuestiones que plantea directa o indirectamente en el segundo, orientadas a un objetivo: dar una campanada, hacer una llamada de atención en un momento considerado límite para la izquierda y hacer una propuesta de reorientación práctica, clara.

La situación límite es la del "declive progresista" (p. 22), entendido como parte de la boga de la (falsa) teoría del fin de las ideologías (p. 28). Siendo progresista, según reiterada profesión propia, Arroyo no se resigna ante el declive e, invocando la conclusión de I. Urquizu, en un también reciente libro (La crisis de la socialdemocracia. ¿Qué crisis?), igualmente reseñado en Palinuro (Lo que quedó en la caja de Pandora) ,viene a confiar en que no hay crisis (p. 29) si los progresistas consiguen "desempolvar los principios de siempre" (p. 35) y corrigen su principal defecto: que no saben hablar.

La querella está en el lenguaje y por eso, el autor encabeza su obra con un título tan sonoro, que trae a la memoria otro casi idéntico, aunque más clásico, de Iñaki Gabilondo, Verdades como puños y, en todo caso, los dos, con su implícita referencia a la puñada o puñetazo, harían las delicias de J. L. Austin, como ejemplo del carácter performativo de las palabras. Y aun Gabilondo habla de "verdades", algo abstracto, mientras que Arroyo lo hace de "frases", o sea de palabras, con las que se hacen las cosas, según el mentado Austin. La razón viene dada en el subtítulo de la obra, que es como un programa: "El lenguaje y las ideas progresistas". Ahí está el meollo del asunto, en la relación entre el lenguaje y las ideas, más concretamente, la forma lingüística en que se dan las ideas. Esto es lo que hay que cambiar para que los progresistas dejen de estar en declive. Así lo explicita el autor: "cambiar el marco para cambiar la visión del mundo" (p. 73). Entiendo que la visión del mundo de los demás. Al fin y al cabo, Arroyo escribe desde la perspectiva del especialista en comunicación política. La comunicación política tiene algo que ver con la propaganda. Baste con recordarlo aquí, sin necesidad de extenderse más de momento. La función de ambas es convencer al prójimo de algo. En este caso de que nuestra visión del mundo es la correcta. Para lo cual es preciso cambiar el marco.

Este es el anclaje teórico del libro, la teoría del marco (Frame Theory) elaborada fundamentalmente por G. Lakoff, colaborador de la Fundación Alternativas, con la que también lo hace Arroyo. Este reconoce la paternidad anterior de la teoría a E. Goffman, cuya obra ha sido decisiva para el desarrollo de la etnometodología. Igualmente hace debida referencia a P. Berger y Th. Luckmann, con su perspectiva de la construcción social de la realidad. Con estos antecedentes y una frecuente remisión al elefante de Lakoff, Arroyo construye la armadura teórica para interpretar después los resultados empíricos del trabajo de campo que presenta como interesantísima segunda parte del libro. No sin antes reconocer que esta perspectiva frame cuenta con una "larga tradición de la filosofía y la sociología políticas" (p. 68).

Y tanto. Los interaccionistas simbólicos a lo Goffman se sirven abundantemente de la obra de G. H. Mead y los constructivistas a lo Berger de la fenomenología de A. Schutz. A su vez, todos ellos reconocen un antecesor común de múltiples matices en el pragmatismo de J. Peirce, W. James y J. Dewey, es decir, la fuente de la que mana gran parte de la filosofía, sobre todo de la filosofía social, hasta el día de hoy en la medida en que plantea que el ser humano solo es inteligible en sus relaciones con los demás. Nada nuevo, eso de que el ser humano es social. Lo nuevo es el concepto de "social" en cuanto tejido de relaciones intersubjetivas, de forma que los hombres solo entienden y categorizan el mundo a través de los significados subjetivos/sociales que reciben, en forma lingüística. Esa es la relación que el subtítulo de Arroyo plantea, qué determina qué entre el lenguaje y las ideas, relación que está lejos de decantarse en un sentido u otro, pues, por así decirlo, las espadas siguen en alto. Sin embargo, el autor tiene partido tomado casi con la firmeza de una trinchera: "El lenguaje que se utiliza determina la visión del mundo que se tiene " (p. 36), una rotunda reformulación de la versión dura de la hipótesis de Sapir-Whorf.

Pues las espadas están en alto, esta posibilidad es real; pero también lo es la contraria. Es nuestra visión del mundo la que determina nuestro lenguaje. Preguntan entonces los whorfianos de dónde ha salido nuestra visión del mundo y devuelven la pelota los interaccionistas preguntando a su vez cómo se ha hecho el lenguaje y así podemos seguir un buen rato. El propio Arroyo, quien admite, junto con Isaiah Berlin (a quien cita en un par de ocasiones en el asunto de la libertad negativa/positiva) que los seres humanos podemos albergar valores contradictorios, da la impresión de ser en esto muy humano. Junto a la nítida formulación whorfiana asoman en este libro breves destellos de las conclusiones de la incipiente ciencia de la neuropolítica (sobre la que se extiende más en su obra anterior) según las cuales, la orientación en la pareja conservador/progresista (es decir, la visión del mundo) puede tener una fundamentación neurológica, esto es, biológica, en cuyo caso, me temo, el lenguaje no podría ser determinante. Quizá coadyuvante, pero no determinante. En todo caso, no decisivo, por lo cual será necesario resignarse a aceptar que el ambicioso programa habermasiano de una "pragmática universal" solo puede realizarse en dos universos distintos, el conservador y el progresista que, al estar biológicamente determinados, no pueden confundirse en una unidad. Una dicotomía irreductible que puede estar en la base genética de los seres humanos y así seguirá por los siglos de los siglos.

Se trata entonces de saber cómo prevalece una de las dos concepciones del mundo en unos contextos democráticos en los que la hegemonía solo puede conseguirse mediante elecciones y, para ganar estas, es preciso, claro, convencer a la mayoría. Esto solo se hace imponiendo el propio marco, a través del empleo sesgado del lenguaje. Al respecto, los progresistas, piensa Arroyo, llevan bastante tiempo fracasando porque a) no han conseguido articular su visión en términos positivos, convincentes; y b) han aceptado en muchos casos los del adversario, cargados de significados contrarios. De ahí la importancia del mensaje, básico en la actividad de comunicación política a que se dedica Arroyo. Para ello ha realizado un curioso trabajo de campo mediante un sondeo a través de Metroscopia (los datos, en el libro), para averiguar si hay diferencias en las reacciones de la gente según la forma lingüística en que se le formulen ciertas cuestiones. Y, en efecto, las conclusiones le dan la razón al comparar las respuestas a cuestiones iguales planteadas en términos opuestos como mercado, libertad, la función del Estado, el patriotismo, la religión y un buen número de asuntos conexos.

 Ahí quedan dibujados los conservadores y los progresistas. Culmina sus observaciones al dejar constancia de que, en tiempos de crisis, las gentes nos hacemos más conservadoras y miramos hacia el padre con autoridad de Lakoff. Oscilamos, por tanto, cambiamos, pero Arroyo pone un límite: lo que está, se queda. En sus palabras: "Los conservadores, que de oficio se opusieron a cada uno de los cambios políticos y sociales que los progresistas promovían, hoy dan por buenos los avances y los hacen también suyos" (p. 160); en Europa muchos de los derechos laborales, civiles o sociales "se han incorporado al acervo comunitario y son ya derechos adquiridos" (p. 162). ¿Seguro? También en este orden práctico están en alto las espadas.

Una última observación que contiene en sí una metáfora del trabajo de Arroyo (y una más de las que él mismo señala) en relación con su propio y específico marco. En todo momento, la dicotomía es entre "progresismo" y "conservadurismo". No recuerdo haber leído (aunque puedo estar equivocado) una sola vez la dualidad "izquierda" "derecha" en su libro y esta ausencia, obviamente, no es inocente. Puede, quizá ampararse en la necesidad de no generar más confusión de la que ya hay, aunque, en todo caso, convendría justificarla y sin ignorar la fastidiosa tendencia de todas las dicotomías a hacerse complejas, la de izquierda-derecha no menos que la de progresismo-conservadurismo.

En todo caso los de izquierdas (o progresistas) parecemos más aficionados a nuestra vez a enredarnos en disquisiciones terminológicas y a aceptar con Hamlet que hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que caben en nuestras filosofías. 

dissabte, 25 de maig del 2013

Recordatorio de las jornadas de ciberpolítica.


Mi departamento y mi Universidad organizamos las segundas jornadas de ciberpolítica del 27 al 29 de mayo de este año. Colaboran con nosotros el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC) y el Colegio Nacional de Politólogos y Sociólogos. Las jornadas, en cinco sesiones de mañana y tarde, se celebrarán en la sede del citado CEPC, el bellísimo palacio Grimaldi (también llamado Palacio Godoy) sito en la Plaza de la Marina Española, nº 9, contiguo al Senado. Supercéntrico, frente a los Jardines de Sabatini y cerca del Palacio Real.

La inscripción es gratuita pero, dado que el CEPC es un organismo oficial, está sometido a medidas de seguridad. Por tanto se requiere de tod@s aquell@s que quieran asistir, que se inscriban previamente para el control de entrada. Pueden hacerlo en cualquiera de los dos correos siguientes:

Sebastián Zambelli: sebastianzambelli@gmail.com
Juan Pizarro Miranda: jpizarromiranda@gmail.com

En ellos pueden igualmente recabar información. Se recuerda que la primera sesión se celebrará el 27 de mayo a las 16:00 en el CEPC (conviene estar un poco antes para pasar la seguridad y coger buen sitio) y en ella se facilitará un tríptico a los asistentes sobre los horarios e intervenciones. Esta misma información consta  a continuación. No me parece exagerado decir que, si se me excluye a mí, en esta reunión presentan su trabajo l@s estudios@s (y práctic@s) mejores y más vanguardistas del momento en ciberpolítica. Es, por tanto, una ocasión única. Los debates prometen ser muy animados.

PROGRAMA


Panel 1.- Campañas electorales. Ismael Crespo. (27/05: 16:00)
Ismael Crespo (Universidad de Murcia) Tendencias de la comunicación de campaña en América Latina.
Ana Belén Campillo. (Universidad de Murcia) La propaganda electoral tradicional en la era de las nuevas tecnologías.
Cristina Moreno. (Universidad de Murcia) La comunicación de políticas públicas en el marco de las campañas electorales. La política de inmigración en el caso de España.
Alberto Mora. (Fundación Ortega y Gasset) La influencia de los factores económicos en la popularidad del gobierno de José María Aznar (año 2000) y José Luis Rodríguez Zapatero (año 2011).
Antonio Garrido. (Universidad de Murcia) Networking y crowdsourcing en las modernas campañas digitales.
Antonia González. (Universidad de Murcia) El clima político preelectoral. La satisfacción con las instituciones y actores democráticos. El caso de España.  

Panel 2.- Gobierno y democracia electrónica. José Antonio Olmeda (28/05: 10:00)
Josep Reniu. (Universitat de Barcelona). Demasiados talones para un solo Aquiles. Los riesgos del voto electrónico.
Manuel Pedro Rodríguez Bolívar. (UGR). Accountability y transparencia de información financiera pública en la Web.
Ignacio Criado. (UAM). eGobierno en perspectiva comparada.
José A. Olmeda. (UNED). Mitología digital y democracia.


Panel 3.- Redes sociales.-Mari Luz Congosto  (28/05: 16:00) 
Ismael Peña-López (UOC) Clictivismo en positivo: la política como reconocimiento de patrones y movimientos emergentes. 
Montse Fernández (Fundación Ortega y Gasset) Análisis de redes en campaña electoral: técnicas, herramientas y métodos
Esteban Moro (UC3M) Evolución de las campañas electorales en Twitter: elecciones catalanas a los 2020 y 2012.
Pablo Aragón (Barna Media) Datanalysis 15M: Evolución del sistema-red 15m a través de topología de redes.


Panel 4.- Movilización Social. Ramón Adell Argilés. (29/05: 10:00)

Ramon Adell Argilés (UNED): Interacción de los espacios físicos y virtuales en la participación sociopolítica.
José Manuel Robles Morales (Universidad Complutense de Madrid): Movilización social a través de las  redes sociales. La política con Internet y la política en Internet.
Rosa Borge Bravo (Universitat Oberta de Catalunya) y Marc Esteve del Valle (IN-3): Partidos ‘alterados’: Cambios organizativos, NTICs para la participación y entorno de protesta en los partidos socialistas europeos.  
Carmen Haro Barba (Universidad Rey Juan Carlos), José Manuel Sánchez Duarte (URJC) y Víctor. F. Sampedro Blanco (URJC): Activismo digital en campaña. De V de Vivienda al 15-M.


Panel 5.- Comunicación política y opinión pública. Ramón Cotarelo (29/05: 16:00)
Luis Arroyo (Consultores de comunicación pública) ¿La ciberutopía era esto? Sofactivismo, pandillerismo, nueva censura y privatización del espacio público .
Ramón Cotarelo (UNED) Ciberorganizaciones, ciberpartidos.
Óscar G. Luengo (Universidad de Granada) Twitter Vs Medios Tradicionales: la cobertura de la muerte de Hugo Chavez.
Víctor Sampedro (URJC), Perfiles y tipología de cibernautas en campaña electoral.

diumenge, 28 d’abril del 2013

La rueda de prensa del presunto


Rajoy, como se sabe, odia las ruedas de prensa. Odia dar explicaciones. Odia las preguntas. Por eso nunca ha asistido a una sola después del consejo de ministros de los viernes y siempre deja que sean los segundos y segundas quienes den la cara. Si por él fuera, jamás comparecería en público (de hecho, apenas pisa el parlamento) y, de tener que hacerlo, lo haría tras la pantalla de plasma. En cuanto a las entrevistas con otros políticos, en secreto, como ya ha hecho con Mas y con Urkullu. Sería el presidente secreto. En realidad, un proyecto de dictador de vía estrecha.

Pero nada de esto es posible cuando se encuentra con algún dignatario extranjero, de esos acostumbrados a responder de sus actos, dar explicaciones, decir la verdad, contestar las preguntas y tener un talante democrático y no de vendedor de crecepelo. Entonces todo su edificio de artificioso embuste, marrullería y arrogancia se viene abajo y se ve obligado a contestar las preguntas de la prensa. Es decir, los españoles solo pueden escuchar a su presidente hablando de las cosas que les conciernen cuando hay algún extranjero delante. Ya solo por tal desprecio, este sujeto merecería que lo mandaran a letrinas.

Estas prácticas típicamente franquistas dan lugar a veces a situaciones cómicas. El viernes, los tres ministros al quite dejaron claro que no habría creación de empleo antes del fin de la legislatura. Ayer, en Granada, Rajoy dijo que se crearía empleo al final de la legislatura. ¿Alguien cree que esto del empleo y el paro es una drama demasiado grande para andar frivolizando o diciendo mentiras sobre él? Pues que deje de creerlo. Se creará o no empleo antes de 2015 o después o lo que sea, según lo que interese decir en cada momento a este puñado de charlatanes irresponsables, encabezados por un presidente radicalmente deslegitimado para el cargo.

Todos sus farfulleos sobre los desequilibrios, las magnitudes, las medidas, etc, no merecen ni un segundo de atención. Lo único que es relevante en este caso es que el de Rajoy es el nombre que más aparece en los papeles de Bárcenas y el segundo que más pudo haber cobrado en negro, después de Padro Arriola. Mientras este asunto no esté aclarado y zanjado ante los tribunales, todo lo que haga Rajoy para desviar la atención será inútil. Un individuo sospechoso de haber cobrado dineros en negro por más de 320.000 euros no puede ser presidente del gobierno. Lo demás es farfolla. Su farfolla.

Salvado lo cual como, además de un presunto mangante, este hombre carece de luces, la rueda de prensa que no le quedó más remedio que soportar en Granada, luego de que los afectados por las hipotecas lo abuchearan a la entrada, fue una sucesión de chistes y majaderías.

Aseguró en un momento, e insistió en ello, en que él y su gobierno están interesados en decir la verdad. Pero lo cierto y evidente es que aún no lo han hecho ni probablemente lo hagan porque ganaron las elecciones mintiendo y es lo único que han hecho hasta hoy: mentir. Por eso, cuando los periodistas le preguntaron por el paro, empezó a mentir otra vez, como ya hemos visto, diciendo que se crearía a final de la legislatura, con tanta base para decirlo como para anunciar el nacimiento de un burro de tres cabezas. Dado que ni él cree sus trolas añade que "el gobierno sabe lo que hace", como si decirlo fuera equivalente a hacerlo cuando es obvio y patente que el gobierno no sabe lo que hace ni tiene ni la más cruda idea de hacia dónde tirar. Así quedó en evidencia el viernes cuando Sáenz de Santamaría, Montoro y Guindos evidenciaron que no tenían alternativa alguna al fracaso con el que, de hecho -quiera o no el zombi Rajoy- se ha cerrado ya la legislatura. Ni Dios ni la Virgen del Rocío saben cuándo volverá a crearse empleo en España, después del paso de estos inútiles carcundas por el gobierno.

A la vista de tan apasionante doctrina de que el gobierno sabe lo que hace, aunque sea evidente que no tiene ni idea, Rajoy asegura que no habrá crisis ni cambiará ministro alguno. Por supuesto. Hace bien porque tendría que empezar por él mismo que no solamente es el más inepto y embustero sino el que está más bajo sospecha de ser un corrupto.

La coronación del discurso del charlatán fue decir que, aunque la gente no lo vea, "estamos mejor que antes", que hace falta un "poquito de paciencia".

Paciencia en tanto te reprimen, te engañan, te roban, te echan a la calle y, encima, se ríen de ti mientras mandan a sus sicarios, regiamente pagados con el dinero de todos, a aporrearte.

Muy gracioso.

dilluns, 4 de febrer del 2013

Made in Spain: la marca España.

Rajoy ha creado un personaje de guiñol: él mismo. Su rueda de prensa sin preguntas, a través de una pantalla, es una especie de Gran Hermano orwelliano en alpargatas, de control social de la aldea por medio de las nuevas tecnologías. Está al nivel de la famosa gestapillo madrileña o los espías de la T.I.A. Aunque parece más propio del Mago de Oz, detrás de una bambalina. El homo videns de Sartori ha terminado su ciclo. Lo real no es el hombre sino su simulacro.

Este episodio se incorporará a todos los manuales de comunicación audiovisual y será objeto de sesudos estudios. De cómo la tecnología sirve para connecting people, como dice la publicidad de una marca japonesa o para disconnecting them, como es el caso. La alocución televisada en circuito cerrado tenía tres auditorios: el inmediato, allí, al alcance de su mano, como los apóstoles en la última cena; el mediato, los periodistas, como los catecúmenos; y el difuso o universal de la ciudadanía.

Se analizará el contenido de su trémulo mensaje, lo que se llama la "comunicación verbal", lo que dijo y cómo lo dijo (sin soslayar el hecho deplorable de que lo llevara escrito) y la "no verbal", los gestos, los tics, la escenografía. En cuanto al verbal, lineal, como una alocución de Academia militar: todo es falso, una conjura, una conspiración contra el presidente, el gobierno, España. Punto. Pero si creen que conseguirán variar el rumbo del pulso firme, están equivocados. Contrapunto. Rubalcaba es un felón. Coda.

En cuanto al no verbal, ya sabe todo el país que cuando Rajoy miente, guiña el ojo izquierdo. Es un tic delator. En la red hay cortes de vídeos comparando momentos similares, cuando Rajoy dice algo que luego se revela falso.

Pero la catástrofe es el impacto en el extranjero. La marca España se ha ido al garete con el conjunto del episodio: el presidente del gobierno de España salpicado en un asunto de corrupción, se niega a dar explicaciones en directo y convoca a la prensa a una sesión de cineclub. La marca España no está allí donde nosotros queremos que la gente mire sino allí donde la gente mira por decisión propia. Y la gente tiene tendencia a mirar lo extraño, lo estrafalario, lo estrambótico. Por esa razón tenían tanto éxito los gabinetes de monstruos o los fenómenos de feria. Si una tarde coincidían en una aldea un juglar de la trova y una mujer barbuda en exhibición, la gente se iba a ver la femenina barba. Es la misma razón por la que, si bien se mira, la televisión está llena de auténticos fenómenos.

Pues lo mismo con Rajoy. Por decisión propia y sin razón física o material que lo justifique, el presidente se ha convertido en un busto parlante. La escena tiene algo freaky. Por eso lo saca la prensa mundial. La marca España es un presidente balbuceante, salpicado en un caso de corrupción que no se atreve a dar la cara.

(La primera imagen es una foto tomada del twitter de javiprietoviedo Javi Prieto).

dimarts, 29 de gener del 2013

Ciberutópicos y ciberpesimistas.

Noticias de la corte.- La presentación del libro La comunicación política y las nuevas tecnologías en la librería Juan Rulfo de Madrid,  estuvo muy bien, muy concurrida y animada. Los dos invitados estelares, el alcalde de Jun y Félix Ortega, catedrático de Sociología de la UCM, tuvieron unas intervenciones interesantísimas. Muchas gracias a ambos. Las crónicas de este Real Sitio guardarán recuerdo emocionado de ellos y Palinuro los saluda efusivamente. Los dos defendieron puntos de vista encontrados y lo hicieron con enorme competencia.

Antonio Rodríguez, el alcalde, hizo una exposición completa de esa gran aventura que protagoniza hace ya casi quince años y ha convertido a Jun (Granada) en un punto de referencia mundial del gobierno abierto. Y cuando digo mundial quiero decir mundial. Jun muestra el camino del gobierno adaptado a la ciberpolítica. José Antonio es un ciberutopista nato. Con una extraña virtud: vive su utopía en la cruda realidad; mejor dicho, la convive con sus conciudadanos y, vía ciberespacio, con más de 160.000 seguidores en Twitter.

La réplica vino de Félix Ortega ciberrealista con un pellizco de ciberpesimista. Su gran capacidad analítica señaló los puntos cuestionables en el planteamiento ciberoptimista, compartido, como se sabe, por Palinuro. La parte más contundente, indubitable, de su razonamiento llegó al comienzo mismo de su intervención. Fue, por así decirlo la preparación artillera de la contienda que se siguió. Todo el avance, la ejemplaridad, el prodigio de Jun, argumenta Ortega, es indudable pero, en lo esencial, no se debe a las nuevas tecnologías, sino a la voluntad política de su alcalde. Algo indiscutible. El resto fueron agudas escaramuzas de infantería.

El animado coloquio a continuacion entró por esa línea de fractura. La de siempre, por lo demás, cuando se trata del impacto de lo nuevo en la acción humana. ¿Qué podemos esperar de las redes? Es desesperante pero cierto: todo y nada. ¿Son las redes o son los seres humanos? Las redes sin los seres humanos no serían nada; ni siquiera concebibles. ¿Y los seres humanos sin las redes? Seríamos lo que fuimos y lo que fuimos nos ha traído a las redes sin las cuales no es imaginable la vida. Por supuesto, no estoy diciendo que sea la situación del mundo entero. Pero lo será.

dilluns, 21 de gener del 2013

Comunicación política y nuevas tecnologías.


Comenzando el año.

José Antonio Rodríguez Salas, el alcalde de Jun, viene a presentarnos un libro sobre Comunicación Política y Nuevas Tecnologías. O sea, viene a hablar de un libro en el que se habla de él porque, como se sabe, es un adelantado de la política 2.0 y la gestión municipal en red y famoso por todo ello. Será un debate interesante el de un hombre con su personaje. Estará asimismo el incisivo colega Félix Ortega, un gran estudioso de los cambios vertiginosos en el mundo de la comunicación. Haremos la presentación en la libreria Juan Rulfo, en La Moncloa, el famoso lugar del Fondo de Cultura Económica.

Invitado todo el mundo que sienta interés por estas quisicosas. Y quien no lo sienta, también. A lo mejor se le despierta.

dilluns, 31 de desembre del 2012

Glosas a la valoración que la gente hace de las principales instituciones y grupos sociales.

Tomo prestado el gráfico de Metroscopia para El País de ayer. Ilustra un estupendo artículo de Fernando Garea titulado La justicia recupera prestigio que hace un agudo análisis de los datos con conclusiones muy acertadas. No obstante, Garea es periodista, escribe en un afamado medio, y está obligado a ser lo más aséptico y ponderado posible, cosa que consigue. Pero Palinuro es un humilde bloguero, escribe en un medio de su propiedad (aunque sea una que los juristas considerarían de tipo enfitéutico), lo cual le concede un mayor margen de libertad en sus apreciaciones. Esto quiere decir que expresa opiniones personales, subjetivas, si bien las fundamenta racionalmente sometidas a la aspiración kantiana de convertirse en objetivas por ganarse el acuerdo de los demás.
El cuadro es interesantísimo y refleja el estado de la opinión pública, del imaginario colectivo españoles a mediados de este diciembre con respecto a las 37 instituciones y grupos sociales más importantes en nuestro país y la oscilación de junio de este año hasta hoy. La primera conclusión es comprobar que la gente no es tonta y sabe valorar muy bien la calidad de los distintos items, sin dejarse engañar ni manipular.

Los excelentes. Intervalo del 80-99%. En los 4 primeros reglones no hay una sola institución. Son "grupos" sociales, colectividades. Resulta ilustrativo que sean los que sufren los ataques más sañudos del poder político: los recortes en I + D, la privatización de la sanidad pública y el desmoche del sistema educativo. Puede sorprender en principio el tercer lugar de la pequeña y mediana empresa. Pero se entiende con una ligera reflexión: la pequeña y mediana empresa simboliza el significado del término emprendedor para la gente corriente y moliente. Esto es, aquel que se lo monta por su cuenta, arriesga todo y se lo curra personalmente. No coincide en nada con la imagen del emprendedor de la propaganda neoliberal cuyo ejemplo más claro es el señor Adelson, propietario de Eurovegas: grandes capitales dedicados al negocio y la especulación con contactos privilegiados con el poder político que se pone a su servicio hasta el punto vergonzoso de romper un principio fundamental del Estado de derecho, el carácter de universalidad y generalidad de la ley. Si nadie recurre ante el Tribunal Constitucional esa norma aberrante, que legaliza el privilegio, nos merecemos lo que nos pasa. Así pues, los excelentes son excelentes con toda razón.

Los mejores. Intervalo del 70-79 % también eleva mucho el ánimo. A pesar de las campañas mediáticas de difamación y de la instrumentalización de algunas de ellas (pues aquí son todas instituciones) tienen el merecido reconocimiento público. Con matices. La radio ha subido 11 puntos desde junio y seguirá subiendo si la televisión continúa siendo tan mala y, sobre todo la pública, tan ignominiosamente manipulada que parece un centro de agitprop neoliberal. Es un efecto compensatorio, a pesar de que la radio aparece siempre como tecnológicamente más atrasada. La policía ha perdido 11 puntos de junio acá y seguirá perdiendo si su actuación callejera se mantiene en los niveles de agresividad, desproporcionalidad, intimidación y arbitrariedad que viene observando. Probablemente es injusto, pues ese juicio negativo debiera gravitar sobre sus mandos. pero est@s son polític@s de los que hablaremos cuando corresponde, o sea, en el fondo de la sentina. El Ejército sube 17 puntos y no bajará salvo que empiece a tontear a propósito de la cuestión catalana. Los abogados pegan un salto de 33 puntos lo cual, es de suponer, refleja el agradecimiento de la gente por su clara oposición a los desmanes del ministro de Justicia, como también sucede con los jueces, un poco más abajo. Son nuestra defensa y cuanto más independientes sean y más se enfrenten al poder, más subirán.

Los buenos. Intervalo de los 50-59%. Pasable está la cosa. La mayor alza, ya mencionada, los jueces. Insólita la presencia aquí de la defensora del pueblo, sin variación desde junio. Probablemente porque la gente no sabe quién es ni qué hace. En cuanto se entere de que es una marquesa que actúa como tal, ya veremos cuál será su puntuación. Porque esa idea de que la gente adora el tronío de la nobleza y, a falta de esta, la peineta en la cabeza, solo puede caber en la de la señora Cospedal, y no entera.

Los malos. Intervalo de los 40-49%. El salto mayor lo da el Tribunal Supremo con 41 puntos, pues parece que la gente va olvidando el bochorno de su expresidente Dívar. Suben mucho asimismo las grandes empresas españolas con 25 puntos. Pero sigue siendo significativo que se encuentren 40 por debajo de las pequeñas y medianas aventuras. Lo más llamativo es ese misérrimo 46% de la TV. Nada de extrañar. La calidad de la TV es ínfima y así se acusa en su baja valoración. Sin embargo, la TV es, con mucho, el medio de mayor audiencia, pues alcanza el 85% de la población. Y una audiencia que no se limita a mirarla así de pasada, como quien mira distraidamente un anuncio en el metro, sino que se clava frente al televisor cuatro horas y seis minutos diariamente. Es decir, la mayoría de los españoles se traga cuatro horas diarias de un producto que en su mayoría dentro de la mayoría detesta. Hay una obvia disonancia cognitiva. La iglesia católica ocupa el fondo de los malos y aun parece muy favorecida si se tiene en cuenta su trayectoria de institución conservadora, privilegiada, insolidaria, hipócrita y manipuladora del poder político dócil (todos ellos) para imponer su ideología reaccionaria al conjunto.

Los pésimos. Intervalo de los 0-39. Están quienes deben estar; todos con valoraciones negativas que se han ganado a pulso por diversos motivos: su codicia, su ineptitud, su corrupción, su intolerancia, su sectarismo, su deslealtad y su miseria moral. Ese 76% de reprobación popular a los obispos que se pasan el día metiéndose en donde nadie los llama, encendiendo conflictos, atizando el odio contra las minorías, debiera hacerlos reflexionar acerca de su función en el siglo y en la iglesia y dejar de tratar a la gente como una masa compuesta de idiotas, sus feligreses, y delincuentes, los no creyentes. El gobierno y el parlamento flanquean a los prelados en el menosprecio popular. Tanto el uno como el otro tienen tan baja puntuación que, animados por un espíritu ahorrativo, debieran despedir sin más a sus gabinetes de comunicación. Las dos instituciones carecen de todo crédito por razones conocidas pero el gobierno suscita, además, inquina, al vérsele como un agresor permanente, mientras que el parlamento solo parece inspirar desprecio. No obstante, la palma se la llevan con todos los honores los tres últimos: bancos, partidos políticos y políticos. ¡Qué acierto ponerlos juntos! Una forma gráfica y rotunda de señalar que forman una (quizá hasta delictiva) unidad, explicada a través de la actual teoría de la puerta giratoria, la clásica de las afinidades electivas o el puro hecho de que unos están al servicio descarado de los otros. En el fondo del barril, ya cerca del desagüe de la historia, los políticos individualmente considerados, cuyo retrato robot es el de un embustero, venal, corrupto, demagogo, inepto y aprovechado. Obviamente la generalización es injusta, tanto para los políticos como para los partidos, y es preciso reconocer que se trata de excepciones. Pero, como van las cosas, cabe ya preguntarse cuál es el lado excepcional, el de los corruptos o el de los honrados.