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dijous, 1 de setembre del 2016

Comentarios al debate de ayer

O por qué España nunca será como el Reino Unido ni ningún otro país de Europa occidental.

I.- ¿Cuántas mujeres subieron ayer al estrado a hablar a la cámara? Si no estoy equivocado, tres, la representante de En Marea, la de Coalición Canaria y la de Bildu, las tres dignísimas, desde luego, pero que, por razón de la aritmética parlamentaria, no debieron de llegar a la media hora entre ellas. ¿Hace falta decirlo? De las 16 o 18 horas (o las que fueran) de debate en ambos días, las mujeres tuvieron la palabra media hora. Los varones, el resto del tiempo. Pero hablaron para hombres y mujeres según esos sabios gramáticos para los cuales el carácter inclusivo del género masculino en el lenguaje no tiene nada que ver con la discriminación o el patriarcado. La naturaleza es así: los hombres hablan por las mujeres pero sin mala intención, sin querer hacerlas de menos, por economía del lenguaje. El hecho de que, al hacerlo, las invisibilicen no tiene mayor importancia. Habrá quien diga que en España hay veintitantos millones de mujeres que, a efectos parlamentarios es como si llevaran burka. También saldrá algún demócrata y liberal moderno a criticar la "corrección política" de Palinuro: si de los 16 dirigentes que ayer ocuparon la tribuna solo tres fueron mujeres será que estas no dan para más, será que entre ellas no hay el suficiente talento para competir con los varones. ¿Alguien puede creer que en el país no haya no una, sino millones de mujeres mucho más inteligentes que Rajoy? Obviamente, no. Millones de mujeres, de hombres y hasta algunos animales domésticos.

Ya me parece oír los irritados murmullos de parte de la audiencia, incluida la "progresista": ¿no tiene Palinuro nada más sustancioso que decir del debate? No. Pero no porque no tenga otras observaciones, sino porque esta en concreto, la discriminación de las mujeres, es la cuestión más importante en nuestra sociedad. Es hora de tomar en serio de una vez la perspectiva de género. Ya está bien de dárselas de feministas y que, al final, el resultado sea siempre el mismo: dominio de los machos, ninguneo de las mujeres. Las consecuencias, a la vista están: tómese nota del tiempo que los oradores (por utilizar un término que no les hace justicia) dedicaron a la violencia de género o la problemática de desigualdad y discriminación de las mujeres. ¿Recuerdan ustedes algo? ¿Alguna idea, alguna propuesta? Nada. Las habituales mentiras del Sobresueldos sobre cuánto va a incrementar las partidas que recortó y uno de esos rimbombantes pactos nacionales que no sirven para  nada. No hay mujeres. No se habla de las mujeres. Y todo sigue igual.

II.- La noble costumbre de la lectura. Todos los oradores subieron al estrado en primera intervención con su discurso escrito. Y lo leyeron. No se trata de que los parlamentarios de hoy alcancen alguna vez el nivel de los de antaño, de los Donoso Cortés, Castelar o Azaña. La vida moderna no deja mucho tiempo para cultivarse y dominar la retórica. Pero de ahí a ser incapaces de construir un discurso sin leer, todo lo más con un guión o esquema, media un abismo. Y muchos, además, ni siquiera saben leer, como el presidente del gobierno. La excusa suele ser que, al tratarse de asuntos graves, no quieren correr el riesgo de cometer errores o decir inconveniencias, al estilo de la metedura de pata de Rajoy, quien solo dijo algo en concreto y fue para reventar una fecha que se le había confiado en secreto. Pero, en la época de internet, Google, el email y las redes, los políticos podían difundir sus textos en la opinión con anterioridad y nos ahorrarían esas penosas y aburridas audiciones de lecturas insulsas. Por supuesto, todo el mundo coincide en que luego, en los turnos de réplica y contrerréplicas el debate se hace más animado. Obvio, porque es más vivo y realista, porque no se llevan las cosas escritas, hay que improvisar y ahí es en donde puede medirse la categoría intelectual de los intervinientes.

III.- Todo por la cultura De la cultura -y casi siempre vinculada al prohibitivo IVA cultural- debió de hablarse menos de cinco minutos en total. Es lógico para una gente que no sabe hablar sin leer y no sabe leer si el texto se complica un poco. Luego, si se les menciona, suelen todos afirmar que tienen la cultura en altísima estima. Totalmente falso y si quieren una prueba, pregunten a los políticos cuál fue el último libro que leyeron o la última vez que fueron al cine, al teatro, a un concierto o una exposición. Se pasan el día enganchados a los móviles o mirando la televisión, sobre todo si salen ellos, pues algunos pasan más tiempo en los platós que en sus despachos. Y no solamente no se habló de cultura en sentido positivo. Tampoco se hizo en sentido negativo. ¿Alguno de los intervinientes sacó el tema de las corridas de toros, patrimonio cultural español, según los más reaccionarios de la derecha española? Ni uno. El maltrato animal no es algo que importe gran cosa en este país de maltratadores.

Ya oigo preguntas impacientes: bueno, bueno, pero, según Palinuro, ¿quién ganó el debate de ayer? Al parecer, lo único que interesa a los auditorios y preocupa a los partidos, que dan órdenes a sus trolls en las redes para que llenen los sondeos virtuales y su líder quede ganador, aunque sea un zote y se comporte como tal.   Para mí la palma se la llevan ex-aequo Pedro Sánchez y Joan Tardá. Los dos leyeron, ya sabemos pero, al menos, fueron claros, contundentes, explícitos, llamaron a las cosas por su nombre y colocaron a la perfección su mensaje. Y son los dos porque fueron dos discursos muy distintos como corresponde al hecho de que se refieran a dos países también distintos, España Y Cataluña. Dos países que, pudiendo tener una forma de convivencia mutuamente fructífera a fuer de voluntaria por ambas partes, se encuentran enfrentadas por la fabulosa incompetencia de la oligarquía tradicional española, reaccionaria y nacionalcatólica. En esto, lamentablemente, le echa una mano el socialismo español, incapaz de remontarse a una concepción plurinacional del Estado. Los dos fueron claros y rotundos. Sánchez se ganó los laureles de líder de la oposición que los de Podemos tratan siempre de sisarle sembrando dudas sobre su capacidad de liderazgo. Tardá dejó claro (como también lo hizo Homs) que, con un referéndum en Cataluña, en España ya habría gobierno.

El resto de intervenciones tuvo un pasar, excepto la de Hernando, el portavoz del PP. Es de creer que si la derecha ha puesto a este hombre con ese estilo de macarra perdonavidas es porque le gusta provocar a la gente normal. Alguien debería decirle que tiene un efecto absolutamente contraproducente y que basta con oírle algo para decidirse por lo contrario.

Y, por supuesto, el inefable Rajoy. La opinión de Palinuro sobre el discurso del Sobresueldos del martes está en el post subsiguiente, titulado el discurso del desprecio. El suplicio a que sometió ayer a la audiencia solo puede calificarse echando mano de un adjetivo muy castizo, infrecuente hoy pero que Unamuno usaba mucho: ramplón. Todo lo de Rajoy es ramplón, pequeño, pazguato y miserable. Un edificio de embustes sin reparo alguno y sin otro objetivo que seguir desgobernando el país para que su gente continúe esquilmando el erario, abusando de los más débiles, corrompiendo las instituciones y llenando las administraciones públicas de deudos, familiares y enchufados porque creen que el Estado es su cortijo.

Veremos lo que sucede el próximo viernes, segunda sesión. Si no se produce ningún fenómeno extraordinario, tipo "tamayazo", Rajoy recibirá su segundo "no" y tendrá que marcharse, por fin, con el rabo entre piernas. Tendrá que devolver a Felipe VI la iniciativa del sondeo en busca de otro candidato porque esa nebulosa amenaza de que él seguirá intentándolo después del segundo fracaso es una especie de golpe de Estado... ramplón porque, es de suponer, se autonombraría candidato.

¿Podría haber un gobierno de izquierdas? Podría, desde luego, y Palinuro siempre lo propugnó: era el del PSOE-Podemos-indepes catalanes. Pero la combinación es muy difícil porque a) el PSOE no admite el referéndum catalán; b) Podemos no es de fiar. En cuanto al referéndum, es asombroso que un partido democrático no admita el ejecicio del derecho de autodeterminación, como ha sucedido en el Canadá y en Escocia.  En cuanto a la alianza con Podemos, su máximo dirigente carece de sentido de la lealtad y suele acabar en felón. El PSOE no haría buen negocio asociando al gobierno a una fuerza desleal que pretendería siempre chantajear la acción colectiva con amenazas de ruptura. Si hubiera suficientes garantías de que no se diera este comportamiento, cabría explorar esa posibilidad sin olvidar que el fin último de un sector importante de Unidos Podemos es el sorpasso por los medios que sea.

En caso contrario, las terceras elecciones son la opción más rápida, clara y directa. ¿No forzaron los de Podemos las elecciones del 26J  hablando de que querían "desempatar"? He aquí una nueva ocasión para el "desempate". Claro que el resultado bien puede ser el hundimiento de los dos partidos emergentes y la consolidación del aleve bipartidismo.

Con la posible aceleración del proceso independentista catalán.

dimarts, 30 d’agost del 2016

La única alternativa a Rajoy son las elecciones

Retornan los de Podemos, hasta ahora silentes por si el PSOE, al abstenerse y facilitar un gobierno de Rajoy, les sacaba las castañas del fuego. ¿No era el PSOE la misma mierda que el PP? Pues le correspondía abstenerse, según el manual de marxismo-leninismo, para que Podemos brillara como la "verdadera" y la "auténtica" oposición. El NO es NO del PSOE no se lo esperaban. No les dio tiempo a cambiar su discurso y, al retorno del bronce, hace un par de días, Iglesias hacía una de sus habituales declaraciones en las que va de sobrado y muy siete machos, diciendo que en el PSOE había tres o cuatro corrientes internas y que se dejara de marear, supongo que la perdiz.

Hoy, con la votación de investidura ante las narices, está ya todo claro. NO es NO. Y Podemos viene, como siempre, hablando de mano tendida y "alternativa de izquierdas" para convencer a un secretario general contra cuya candidatura votó hace unos meses junto al PP. Se entiende que salga Errejón a echarle voluntad al asunto, a ver si convence. Pero no sirve de nada porque el que manda en Podemos es Iglesias, tanto que Anguita ha decidido abandonar la política, habiendo dejado, eso sí, a su discípulo Monereo de intelectual orgánico de guardia para que no haya sucias componendas con la banda de la cal viva. La pregunta es obvia: ¿qué crédito tiene Iglesias? Y la respuesta no lo es menos: ninguno. El hombre no es leal, no es claro, dice una cosa y hace otra y está siempre animado del revanchismo de los viejos comunistas frente a los socialdemócratas aburguesados y poltrones.

Además, como siempre, vende la piel del oso antes de cazarlo. Afirma Errejón que hay una alternativa de izquierdas, pero no es cierto. Sus votos tampoco dan. Solo lo harían contando con los indepes catalanes. Pero estos exigen un referéndum que los socialistas no van a autorizar en ningún caso. Por eso, Tardá, de ERC, ha anunciado ya su voto "no" a Sánchez. ¿De dónde saldría la alternativa? De que creyéramos que Podemos podría convencer a los indepes, dado que admite el referéndum. Cualquiera que tenga idea de política catalana sabe que los indepes desconfían igual de Podemos que del PSOE.

En consecuencia, la solución más cómoda y democrática es ir a terceras elecciones. Palinuro se pasó meses desgañitándose por la unión de la izquierda, PSOE y Podemos (con muchos listos de Podemos diciéndole que era de bobos considerar al PSOE de izquierdas) con los indepes catalanes. Pero ya no lo considera viable, vista la mala fe de Podemos. La mejor alternativa son las elecciones que no tienen por qué ser en Navidad si el Parlamento se pone de acuerdo en reformar la LOREG, según iniciativa del PSOE y celebrarlas el 18 de diciembre.

Esas elecciones prometen ser muy reveladoras. Es del dominio común que serían un fracaso para los dos partidos emergentes y consolidarían a los dinásticos, dejando una situación más favorable a un posible gobierno de coalición. ¿De que coalición? Eso es lo que decidirán los  ciudadanos en su momento.

diumenge, 28 d’agost del 2016

Hasta aquí hemos llegado

NO es NO. Desde el principio los agudos zahoríes ya sabían que Sánchez se abstendría (si no votaba "sí") y permitiría un gobierno del PP porque en el fondo, bien lo saben los dioses y el espíritu de Lenin, son la misma mierda. Para el caso de que Sánchez se mostrara reacio, los augures contaban con la artillería pesada del PSOE, los budas, las vacas sagradas y sin consagrar. Un formidable equipo de presión respaldado por todos los medios de comunicación de masas, exhortando, exigiendo en realidad, la abstención del PSOE a favor de un gobierno del PP por razones de Estado, por el superior interés de España y, puestos ya a mentir, también del PSOE.

Cómo pueda propiciar los superiores intereses de España la continuidad de un gobierno corrupto e incompetente que ha destrozado el país es un misterio insondable. ¿Qué idea de España tienen los defensores de la abstención? Permitir un gobierno cuya única misión acabaría siendo obtaculizar la inevitable derogación de sus anteriores arbitrariedades legales carece por completo de sentido. Propugnar que gobierne España quien no ha conseguido entenderse con nadie más que con su pintoresco partido y un mohíno C's, ya arrepentido de su inútil claudicación es algo asombroso. Poner el país en manos de un partido que este otoño comienza una procelosa aventura procesal sin duda repleta de escándalos revela una inconsciencia rayana en lo patológico.

Nadie daba al comienzo un ochavo por Sánchez, atribulado líder con escasos apoyos entre los suyos y muchos frentes abiertos. Al final, ha recuperado terreno, se ha fortalecido, ha impuesto la decisión del NO, ha revigorizado su partido, ha acallado las disidencias internas y externas. Y ha dejado a Podemos agarrado a la brocha gorda de sus descalificaciones por razón del supuesto derechismo y neoliberalismo de un PSOE más cerca del PP que de la izquierda. Si el país puede librarse del gobierno de Rajoy es gracias al PSOE y a nadie más.

El presidente de los sobresueldos se sube por las paredes con tanto estilo como cuando camina. Tres o cuatro veces dice que ha llamado a Sánchez y este no se le pone al teléfono. Que le mande un SMS, por ejemplo: "sé débil, Sánchez" o "sé patriota, Sánchez" o "ten sentido común, Sánchez" o "no seas Ruiz, Sánchez". En el fondo, es lógico. ¿De qué iban a hablar en privado que no se hayan dicho en público? Eso del teléfono funciona si hay algo de qué tratar. Si no lo hay, es ridículo. Sirve para llorar al estilo del burócrata caído en desgracia: el jefe no me coge el teléfono. En fin. Aquí no hay para más. Como sabemos todos.

En cuanto a la expectativa de un gobierno de izquierda para impedir nuevas elecciones, las cosas están como siempre. Si yo fuera de los partidos emergentes, no las querría en absoluto. Si fuera de los dos dinásticos, sí. Para el PP es un mal menor: elecciones antes de que gobiernen los detestados socialistas. Para estos es un bien con su riesgo. Mucho mejor que un gobierno de izquierda con un Podemos que votó "no" a la anterior candidatura de Sánchez y pretende ahora el espaldarazo de que el PSOE lo admita en el gobierno al tiempo que trata de convertirlo en su rehén. El maquiavelismo es un escorpión que se muerde la cola.

Palinuro se fiaría más de una alianza con los indepes catalanes, más leales que los de Podemos. Solo que exigen convocatoria del referéndum catalán y no parece que el PSOE actual vaya a renunciar a su patriótica negativa, aunque debiera porque es negativa, pero no es patriótica.

En las circunstancias, las terceras elecciones son la opción más prometedora para la gobernación de España pues con estos retales no sale un paño para cubrir las vergüenzas de un sistema que ha llegado hasta aquí prácticamente en estado de colapso.

divendres, 26 d’agost del 2016

Ultimátums

Los de C's están cubriéndose de gloria. Su comportamiento en las últimas fechas es estrafalario. En las redes -esas corralas tecnológicas del sarcasmo- abundan las opiniones de quienes dicen que el ultimátum es un paripé, término muy frecuente hoy día que según eel DRAE procede del caló "paruipén" y significa "cambio", "trueque". El hecho de que sea trueque engañoso le viene, probablemente, de que es caló. Con el ultimátum, que suena casi a cañonazo, se quiere vestir la más que acordada claudicación de C's ante el inmovilismo del PP.

No será Palinuro quien avale esa interpretación sin más. Seguro que todos los intervinientes están tomándose las cosas muy en serio. Pero admitirán los seguidores de Rivera que en unas negociaciones en las que ni siquiera quienes proponen las medidas aquilatan  su alcance, hay poco margen para lanzar ultimátums. Un ultimátum equivale a un "aceptas está resolución en x horas" o rompemos las negociaciones. Lo primero debe ser que la resolución sea clara y no ambigua, ondulante y vagarosa. Si, además, el que ha de aceptar no acepta nada ni tiene intención de hacerlo y sabe que puede permitírselo, habremos de admitir que el ultimátum es algo fuera de sentido. Si los de C's quieren que los del PP los tomen en serio lo necesario no es lanzar un ultimátum. Es dar un portazo. Si los del PP quieren llegar a un acuerdo, ya llamarán a la puerta.

El otro ultimátum es por pasiva y consiste en el chantaje de Rajoy de "me votáis o hay elecciones el día de Navidad", cosa que tiene al personal sublevado porque es una jugarreta infame. Por eso, un acierto la propuesta del PSOE de reformar ipso facto la LOREG para acortar la campaña electoral a una semana. Agradecimiento eterno: la gente no tendrá que ir a votar con la servilleta anudada al cuello, nos ahorraremos un dineral y se reducirá a la mitad el fastidio de los mítines, las declaraciones, entrevistas, tertulias, debates en los cuales los cuatro mismos líderes que ya han fracasado dos veces tendrán que ingeniárselas para que alguien les preste atención.

La propuesta es una diana, además, porque deja a Rajoy de pronto ante la disyuntiva de mantener el 25 de diciembre (mediante medidas dilatorias) o tragar con el adelanto. Es decir que, como siempre con este gobernante tan parecido a varios personajes del cine cómico, en este caso del inspector Clouseau, su intriga se le ha vuelto en contra. 

Por lo demás, se vote cuando se vote, votar está perfilándose como la decisión más acertada, antes de perder el tiempo en nuevas negociaciones con Podemos y C's que tampoco llegarán a nada porque ni el PSOE parece dispuesto a revisar su actitud contraria al referéndum, ni Podemos a sentarse con C's. En realidad, los dos emergentes han resultado un fiasco por pura inexperiencia.

dijous, 25 d’agost del 2016

Los indigentes emergentes

Iban a acabar con la vieja política y la que traen es aun más vieja. Iban a terminar con el bipartidismo y lo están haciendo bueno. Los dos partidos emergentes se han dado de bruces con el principio freudiano de la realidad. Traían el ello repleto de fantasías del principio del placer (autenticidad, nueva politica, lucha contra la corrupción, contra el profesionalismo político, contra las puertas giratorias, etc.) y la realidad les ha asignado dos rincones de irrelevancia para que se adapten a ella. Los dos partidos dinásticos, el neofranquista y borbónico y su leal oposición siguen siendo los ejes en torno a los cuales se ejecuta esta comedia de intriga. Y los emergentes aparecen unidos a ellos, como rémoras, con una mezcla de sentimientos de amor-odio también muy freudiana.

Ciudadanos ve con angustia cómo la férrea resistencia del partido del desgobierno le desarbola sus condiciones. La logomaquia que han montado con el término corrupción acabará siendo una especie de amnistía. A saber lo que esperaban los mozos firmando un "pacto anticorrupción" con el partido del gobierno, "investigado" por corrupción y bajo la atenta y (probablemente) socarrona mirada de todos los militantes procesados, pendientes de proceso o sospechosos. Que son un puñado. Las otras condiciones no muestran mejores visos. Ni la cuestión de la contratación laboral ni la de la reforma de la Justicia, ninguna de las condiciones que C's traía en la billetera (tamaño en que ha quedado su cartera) van a ir muy allá y los de Rivera ven de nuevo que es imposible la negociación con quien, en el fondo, no quiere negociar. Es dejarse los piños contra el muro. Nada que hacer con un presidente que se atiene a su chantaje: o sale él elegido o hay elecciones el 25D. Y para salir él no está dispuesto a hacer absolutamente nada: ni cede, ni negocia, ni llama a Sánchez, ni habla con los demás grupos, ni tiene programa, ni promete cambiar nada en el gobierno, ni, por supuesto, considera la posibilidad de retirarse de una vez como reclama el sentido común y este sí que es común. C's se ha estrellado con la realidad.

En lo único en lo que coinciden a partir un piñón PP y C's es en hacer la vida imposible a los catalanes. Si por ellos fuera, la autonomía se habría suspendido. Bueno, para Rajoy hubiera sido mejor no establecerla. Rivera estaba por entonces jugando a la consola; si no, también se hubiera opuesto. Habiendo llegado el desbarajuste hasta aquí con eso que llaman en el colmo de la proyección psicológica, la política nazi, se reconocen camaradas en un mismo potente proyecto de renacionalización española de Cataluña. Tan fuertes y seguros se sienten que, pensando ser Dios mismo, quieren confundir a los catalanes convirtiendo sus escuelas en torres de Babel. Trilingüismo se llama el truco, que ya fracasó en las Baleares de Bauzá. Razón de más para imponerlo porque así se destroza el sistema educativo catalán para que quede a altura del sanitario.

Contra la realidad se ha estrellado asimismo Podemos. Su relación con el PSOE es igualmente de amor-odio, aunque el primer sentimiento parece mucho más retórico que el segundo. Durante estas agitadas jornadas de agosto, llenas de ruido y escasa furia, el partido morado ha estado en silencio y ha dejado claro que la única alternativa es el PSOE, por ser el  de la oposición, aquel contra el que votó en diciembre junto al PP. Una actitud que rebosa fantasías del placer presentado como el Sorpasso anguitiano, cada vez más parecido a las tierras del Preste Juan de las Indias. Así que, aplazado el sorpasso, la lucha final ahora es por el lugar de los escaños, cuestión de gran originalidad y enjundia revolucionaria. Aunque el PSOE se inclina más del lado de la derecha en la cuestión catalana, Podemos no le va muy en zaga. Con esa ambigüedad constitutiva de sus discursos, trata de socavar el terreno de los independentistas afirmando ser el más partidario del derecho a decidir de los catalanes mediante un referéndum. Es más, dice que esa es la verdadera revolución. En la letra pequeña, no obstante, se precisa que el referéndum habrá de ser negociado con el Estado. En efecto, es absolutamente revolucionario. Se necesitará la revolución del Neolítico para que el Estado español negocie alguna vez un referéndum en Cataluña.

Esa misma ambigüedad -hoy no; mañana sí ma non troppo; al otro ya veremos; y al otro, según lo que diga Anguita y los sorpasiegos- ya se la han detectado en el PSOE, a quien todo el mundo urge a que haga lo que menos le conviene, pero más interesa a ese todo el mundo, y no parece estar teniendo éxito alguno. Los del PSOE no se fían. Y lo dicen. Eso molesta mucho porque es otro de los elementos en que Podemos muestra su fibra de vieja política. Nunca dice toda la verdad. Siempre hay una reserva que justifica la posición contraria.

De seguir las cosas así, los dos emergentes habrán de ir a las terceras elecciones en posiciones de salida poco prometedoras. Este vaticinio parte del supuesto de que, además, el otro factor que aún jugó en las elecciones anteriores, el carisma, se ha agotado. Es como las pilas. Nadie sabe qué hace falta para mantener un liderazgo carismático. Pero dos elementos parecen imprescindibles. De un lado el líder carismático debe contar con una estructura partidista sólida, con apego y apoyo territorial, de gente movida por una idea común. No aspirantes a cargos venidos en el último momento en aluvión ni enjambres de fanáticos en las redes. De no ser así, el carisma dependerá exclusivamente del atractivo personal del líder.

De otro lado se requiere, en efecto, una fuerte personalidad porque, en definitiva, el carisma es un don individual. Ahora se le llama "liderazgo", para rebajar algo el eco caudillista, como si la cosa fuera de léxico. El carisma es magnetismo y este actúa sobre los seguidores a base de ofrecerles una visión de futuro clara, factible, que los movilice. Tiene que haber un discurso, una teoría discernible que los haga sentirse en un orden más limpio y noble que la mísera matraca de la vida cotidiana. Y ha de presentarse de modo claro y comprensible. Lo cual no quiere decir que sea a base de simplezas como las que estos líderes sueltan continuamente por la televisión. La idea de que el mensaje ha de hacerse llegar mediante los medios olvida que primero es preciso tener mensaje. Y esta es la hora en que nadie sabe con seguridad qué idea de conjunto del país tiene Rivera y mucho menos Iglesias. No tienen ninguna. Van fabricándola según se suceden los acontecimientos. Y es imposible averiguar a dónde quiere llevar a la gente un líder carismático que no sabe a dónde va él mismo.

El PSOE se mantiene por ahora en el NO es No y eso es lo más importante que está pasando. Ante la ira apenas ya disimulada de las gentes del PP y la perplejidad de los dos emergentes que se ven de pronto frente a la disyuntiva de ser comparsas o ser decorado.

dimecres, 24 d’agost del 2016

A una semana del fin de la plaga

Los dirigentes del PP, en ánimo ya tumultuario, presionan a Sánchez, le exigen que el PSOE se abstenga por sentido de Estado y, salidos ya de todo tino, llaman a los barones socialistas a sublevarse contra la dirección de su partido. Entre tanto, el presidente de los sobresueldos sigue recorriendo as Rías Baixas con ese estilo Forrest Gump que lo caracteriza y mueve más a risa, incluso, que oírlo hablar. Él está igualmente indignado por la irresponsabilidad de Sánchez. Tanto que también se abstiene de telefonearlo, para que aprenda. Pero Sánchez no puede aprender nada porque abstenerse es lo único que Rajoy ha hecho desde que se encaramó en el puesto de su máxima incompetencia: abstenerse de cumplir su palabra, abstenerse de dar cuenta de sus actos, de comparecer en el parlamento, de denunciar y perseguir todo tipo de corrupciones en todo el país, de gobernar con eficacia y justicia; abstenerse de trabajar para formar gobierno, esperando que se lo hagan los demás. Por tanto, ahora, también se abstiene, pero sigue haciendo esquinadas referencias hostiles al socialista pero intenta colgarle la responsabilidad de unas posibles elecciones el 25D que es la fecha que él ha provocado. Solo los más lerdos o más carotas de su partido lo han seguido en esta acusación que provoca la hilaridad general. Los demás, silencio muy molesto ante la profanación electoral de una fiesta de contenido religioso. No sé qué pensarán el arcángel Marcelo, Santa Teresa y las once mil vírgenes asesoras de los ministerios... 

Los periodistas y analistas afines, tras mucha resistencia, han tirado ya la toalla y admiten que Rajoy no será investido presidente en primera ni segunda vueltas. No querían creérselo, pero ya lo dan por descontado. Tanto que han empezado a hacer las habituales cábalas a lo loco: Rajoy no saldrá ahora pero, luego de las elecciones gallegas y vascas, la situación puede cambiar y podría presentarse de nuevo con una mayoría suficiente.

Para ello es imprescindible que al fracaso del 31 de agosto próximo se presente con 170 votos, no los míseros 137 de ahora. Es fundamental que C's se preste a esta operación y C's lo hacen encantado. Es más, baja las condiciones referidas a la corrupción hasta un punto que ni los corruptos esperaban. En un país en que la mayor parte de la corrupción se da en los ayuntamientos, C's se conforma con hacer saltar a los corruptos a nivel estatal. O sea, media docena y gracias, sobre todo porque también está dispuesto a restringir el término corrupción prácticamente a los casos de atraco a mano armada. El resto, pelillos a la mar.

Todo eso está muy bien y seguramente sea lo que piense Rajoy entre carrera y carrera. Pero olvida un dato decisivo: cosechado su segundo "no", el de los sobresueldos tendrá que ir a ver al Rey, a confesarle su fracaso y devolverle la iniciativa. Y será el Rey quien decida. Nueva ronda y el encargo puede recaer sobre Sánchez si este se muestra favorable. Y aquí es donde va a comenzar una interesante batalla, ante todo en la izquierda, por ver si puede constituirse un gobierno de esta orientación.

Sánchez no ha dicho esta boca es mía ni ha revelado sus posibles planes. Solo sabemos que no concede crédito a Podemos. Pero eso es un juicio que comparte con muchísima gente: los de Podemos no son leales ni de fiar. Ya votaron que no junto a Rajoy en diciembre y nada garantiza que no vuelvan a hacerlo ahora, aunque se pasen el día hablando de un gobierno de izquierdas. Mayoral dice que está cansado de llamar a la puerta del PSOE y solo recibe bufidos. Una afirmación tan sincera como la de que el PSOE es culpable de las elecciones el 25D. Podemos forzó las segundas elecciones confiando en el sorpasso que avizoraba el inefable Anguita. Perdieron más de un millón de votos y, de sorpasso, nada. Como unas terceras elecciones se presentaban muy foscas, empujaron al PSOE a la abstención (por la vía crítica, claro). Al ver que no había tal, que NO es NO, comenzaron a hablar de nuevo de gobierno de izquierdas. Pero todo el mundo sabe que el sector anguitista de UP, con Monereo y, sobre todo, el más fiel discípulo del viejo comunista, Iglesias, son contrarios a toda alianza con el PSOE. Prefieren al PP. A la vista está.

Con extraordinaria habilidad, Podemos ha conseguido situarse en una posición perdedora absoluta. Haga lo que haga, no saldrá bien parado. Si se alía con el PSOE (llevando este el asunto a través de notario), irá de segundón y el resultado será malo porque los segundones tienen siempre la culpa de todo, de lo suyo y lo del jefe de filas. Si no se alía con el PSOE y se va a unas terceras elecciones, acabará seguramente instalado en los mismos porcentajes electorales de IU. 

Nadie creía que Sánchez aguantara. Ha aguantado. Nadie que aguantara el PSOE. Ha aguantado, al menos de momento y cada día que pasa es más y más obvio que esta posición es la única correcta porque es la única digna: NO es NO. Queda por resolver ese incidente del diputado Císcar, pero es de esperar que se aclare cuanto antes. 

Iglesias lleva todo el mes de agosto callado. Sánchez también. La diferencia es que todo el mundo quiere que Sánchez hable, que se retrate, y nadie se acuerda de Iglesias. 

La decisión, por reconocimiento abrumadoramente mayoritario, es de Sánchez. Y esa decisión tiene un objetivo evidente e inmediato: Rajoy no. A continuación, entramos en turbulencias. Pero algo está ya claro: aquí hay un lider que se ajusta a lo que una mayoría de españoles quiere: NO a Rajoy.

NO es NO.

divendres, 19 d’agost del 2016

La investidura

Ayer la Corte hervía de bulos y rumores. Los mentideros echaban humo, fabricando historias y fantasías. El resultado de la era de la información y la comunicación es que, con las noticias importantes, puede armarse tal batiburrillo que al final, los ciudadanos se vayan a la cama sin saber lo que ha pasado de verdad. Quizá por eso recurren a unos medios fuertemente ideologizados y partidistas como los españoles, para que los adoctrinen.

Tómese la noticia principal: hay fecha de investidura. El día comenzó como terminara el anterior: sin fecha para el debate y con un displicente Rajoy haciendo de menos a Rivera. De pronto, todo cambia. La cabeza parlante del gobierno en el Parlamento, Ana Pastor, anuncia la fecha del debate para el 30 de agosto y Rajoy se declara presto a firmar las condiciones de Rivera, de las que, según él mismo, nadie le había hablado en el Comité Ejecutivo de su partido. Conclusión de los medios y los mentideros: este Rivera pesa más de lo que parece o Rajoy tiene un as en la manga, tipo tamayazo, por ejemplo. O ambas cosas.

No tuvo eco alguno, sin embargo, la otra noticia que podía explicar el repentino giro del de los sobresueldos: Sanchez avisaba de que no tenía intención de reunirse con Rajoy (quien lo había citado para hablar del asunto) en tanto no anunciara la fecha de la investidura. Esa es la verdadera razón del cambio de Rajoy. Es decir, si hay fecha de investidura es gracias a Sánchez.

Pero esa interpretación, apoyada en hechos, no se verá en los medios. Estos siguen fabulando sus deseos. El titular de El Confidencial, compartido por muchos otros, pareciendo una noticia, es una opinión, basada en el chantaje de Rajoy: o él es presidente o hay terceras elecciones y, para más INRI, el día de Navidad. Puro mentidero, puro runrún casi de eso que llaman las redes con bastante gracia cuñaos: más presión para Sánchez. Y la Iglesia, ¿qué dice? El día de Navidad vienen todos a casa, no habrá abstención, etc., etc.

Lo más grave es el hecho de plantear la alternativa como excluyente. ¿No hay otras opciones? Es patente que sí. Si Rajoy fracasa, otro, por ejemplo, Sánchez, puede aspirar al nombramiento de candidato. U otro candidato del PP. O de fuera del PP, de consenso. Claro que hay otras posibilidades, por ejemplo, el gobierno de la izquierda apoyado por los independentistas catalanes. Estos plantearán la cuestión del referéndum, algo que el PSOE debiera reconsiderar por cuanto acabará siendo inevitable, dadas las circunstancias.

Dudas cabe abrigar también respecto a la actitud de Podemos. Tras haber fracasado en sus pronósticos de que el PSOE facilitaría un gobierno del PP mediante la abstención, reaparece ahora con la habitual panoplia de arrogantes declaraciones. Empieza por señalar que él, Podemos, representa el "No" a Rajoy. Pero el único "No" a Rajoy que ha contado ha sido el del PSOE. Añade que Iglesias lleva días negociando con Sánchez sobre un gobierno de izquierdas y el PSOE lo desmiente oficialmente. La lealtad de esta gente no existe, y su palabra tiene un valor muy relativo pues está condicionada por su profundo deseo del sorpasso que implica la destrucción del PSOE. Por eso suena tan falso el propósito de formar un gobierno de las izquierdas con un partido al que se quiere aniquilar.

Y las terceras elecciones, sean el día de Navidad, el de Reyes o el de los Santos Inocentes, no están decididas ni mucho menos. Solo a los más zotes del PP puede ocurrírseles que cabrá culpar al PSOE de las elecciones el 25 de diciembre siendo así que quien ha decidido los tiempos ha sido el PP.  Ese resultado está más abierto que nunca. Quienes apoyan al PP (y no tienen por qué militar en él) vaticinan su mayoría absoluta. Otros, en cambio, tendemos a pensar que unas nuevas elecciones harían subir al PSOE y bajar al PP y a Podemos. Con C's puede pasar cualquier cosa, según sean los resultados del PP.

dijous, 18 d’agost del 2016

Un gobierno de izquierdas, desde luego

Han sido necesarios ocho meses de chantaje a cargo de ese prodigio de incompetencia, chulería, embuste y estulticia que es el de los sobresueldos para que la izquierda entienda que la unidad es la única vía. Ocho meses soportando la fanfarria franquista de esta banda de delincuentes dedicados a esquilmar un país entero. Ocho meses soportando también las graves necedades de esos fantasmones del pasado con su insoportable petulancia, los González, Bono, Leguina, Guerra, Corcuera y otros excedentes de cupo. Todos tratando despectivamente a Sánchez para que se pliegue a sus turbios designios igual que el pobre Rivera ha tragado los desprecios del Sobresueldos.

La revelación, la sorpresa del verano ha sido Sánchez. Hasta Palinuro debe confesar haber infravalorado su entereza que ahora aplaude sin reservas y más desde que ha rechazado el chantaje del Sobresueldos y lo ha puesto con elegancia en su miserable sitio. Ese es el camino, el mismo que Palinuro viene recomendando desde el comienzo: un gobierno de PSOE + Podemos con otros añadidos; luego veremos cuales.

El valor, la decisión de uno despeja las brumas que la miseria moral del Sobresueldos y la estúpida arrogancia de Podemos vienen esparciendo desde hace meses. La disyuntiva no es el Sobresueldos o nuevas elecciones, como trata de colar la derecha. Existe la posibilidad del gobierno de izquierdas. Posibilidad que se da porque los de Podemos ya no pueden seguir siendo desleales, dado que, si hay terceras elecciones, no van a quedar de ellos ni las raspas. Como tampoco de C's dado su invertebrado oportunismo.

Así que el gobierno de la izquierda debe articularse en torno a la alianza PSOE - Podemos con este de adjunto. Ambas partes deben domeñar las fuerzas contrarias al pacto en sus respectivos senos. El PSOE debe ignorar la falsa retórica de los viejos peplas que tratan de colar su venta al neoliberalismo como la razón en la historia. Podemos tiene que apartar ese núcleo de paleocomunistas al estilo Anguita o su replicante Monereo, cuya obsesión es impedir toda alianza con el PSOE, todo gobierno de izquierda, aunque sea al precio de que siga gobernando la delincuencia organizada.

Ambas fuerzas deben refrenar asimismo su tendencia al personalismo y su narcisismo. Sobre todo Iglesias, cuya agresividad dialéctica solo es comparable a su falta de sinceridad y sentido de la lealtad. Gobierno de izquierda, sí, pero no a cualquier precio.

El núcleo debe a su vez aglutinar todo cuanto pueda en su entorno. Nada sobra en el intento de librar al país de esta banda de delincuentes y parásitos. Si C's corrige por fin el tiro y abandona el intento de ir de bufón de la derecha, sea bienvenido a la alianza y que todos dejen a la puerta unas incompatibilidades que son puros pretextos.

Y lo mismo sucede con los independentistas. El PSOE debe abandonar su absurda intransigencia frente a ellos. Los indepes son gente bregada y pragmática y, desde luego, pueden dar lección y media de política y capacidad de negociación a este hatajo de fantoches españoles que llevan ocho meses paralizados por pura incompetencia. Están también interesados en tener un interlocutor mínimamente razonable en Madrid y no un puñado de franquistas. Y su derecho a pedir la independencia de Cataluña es irrefutable y no los convierte por ello en apestados con quienes no se pueda contactar. Al contrario, los muestra como gente con principios y dignidad. Algo de lo que los de por aquí pueden aprender bastante. 

De todos los demás puede dudarse legítimamente. De lo que no cabe duda es de que el independentismo catalán es la única oposición real que ha habido al neofranquismo imperante en España en los últimos cinco años y que, si hay hoy posibilidad de librar al país de esta plaga, es gracias a él.

dimecres, 17 d’agost del 2016

Si, NO, NS/NC

En los sondeos, las respuestas son "Sí", "No" y "NS/NC".Igual que en la tortuosa investidura de Rajoy, segundo asalto. Las tres respuestas son válidas y ayudan a hacerse una idea del estado de la opinión en el momento de preguntar, así como a figurarse el futuro. También igual que en la investidura, en donde, el "Sí" es "Sí" a Rajoy, el "No", no a Rajoy y el "NS/NC", "abstención". Todas asimismo válidas y no menos útiles para saber cómo están las cosas y cómo puedan estar en el futuro.

El PP da un "Sí" rotundo y acepta las condiciones de C's con matices. Las condiciones de C's, a su vez, son absolutas y su "Sí" es con matices. Es inteligente por parte de Rivera porque así se garantiza una vuelta al "No" con solo decir que los matices del PP son inaceptables, que lo serán porque nada de lo que haga ya el PP será aceptable. El problema es que si C's cambia ahora al "No" tras haber cambiado del "No" al "Sí", es difícil que alguien se lo tome en serio, por razones evidentes. El "Sí" de C's ha perdido todo su valor ejemplarizante porque a Rivera ya no le queda más remedio que seguir uncido al carro de la derecha, pero sin tirar de él; más bien como el gozque de compañía.

El "No" es del PSOE. De su Comité Federal y de su dirección. O sea, del partido. Tan válido como el "Sí". Sánchez no ha cambiado como Rivera, no ha oscilado ni matizado. NO es NO. Porque, por el motivo que sea, ha captado el fondo de la cuestión. Que es una cuestión de principios. NO es NO porque el gobierno que el "Sí" propone es el mismo desastre de desgobierno que ha traído al país a este estado de postración, por ´más que sus responsables quieran ocultarlo. Un desgobierno encabezado por el mismo irresponsable responsable que ha provocado el desbarajuste de la corrupción, la crisis constitucional y la inoperancia de las instituciones. Al paso que lleva el gobierno, puede acabar compuesto exclusivamente por su presidente, cosa que no le disgustará, dado su acendrado franquismo. Un gobierno de uno solo. Una especie de golpe de Estado en diferido. Un gobierno que no es responsable ante el parlamento y reducido a la figura de su presidente. ¿Cómo se llama eso? Es fácil, por tanto, entender, que el NO es NO del PSOE obedece a una cuestión de principios.

Sin embargo, pesos pesados del PSOE andan predicando en contra y tratando de torcer la voluntad negativa en favor de una abstencionista, un "NS/NC". En los sondeos, los NS/NC no pueden computarse en favor de ninguna de las opciones "Sí" o "No" y funcionan como indecisos. Y los indecisos, se supone, acabarán decidiéndose en el último momento, al menos parte de ellos. En la investidura, el "NS/NC" no tiene la misma función, no es indecisión ni neutralidad o indiferencia. Es un "Sí" encubierto, con engaño. Lo que se pretende es que el PSOE siga el ejemplo de Rivera, que se desdiga, que claudique, aunque no lleve su abyección a dar un "Sí". Que entregue el gobierno del Estado a un partido que va a pasarse los próximos años en los juzgados, con un presidente desprestigiado a quien puede esperar la misma suerte y sin que ninguno de los dos haya dado la mínima muestra de deseo o ánimo de enmendar los yerros.

Los de la abstención invocan siempre el supremo interés del Estado. Pero ni ellos son quiénes para imponer su idea del interés del Estado ni el interés que para ellos cuenta es el del Estado, sino el del gobierno. Y el de este gobierno. No son hombres de Estado. Son hombres de gobierno. Burócratas de una burocracia hostil. Pusilánimes dispuestos a cambiar la justicia por la conveniencia.




diumenge, 14 d’agost del 2016

Rivera de día, Rivera de noche

Ungido por el verbo patriarcal de Felipe González (que ahora anda abroncando a la judicatura venezolana y metiéndose en donde no le llaman) Rivera merece honores de portada de El País. En ese diario, además, publica una carta en forma de homilia dominical a los socialistas, o manifiesto patriótico fichteano, titulada A mis compatriotas socialistas en el que invoca los sacrosantos intereses de la Patria para justificar su cambio de posición, su claudicación ante Rajoy y la derecha, su sometimiento, y pretende arrastrar a los socialistas a la misma abyecta actitud. Forma parte de la naturaleza esencialmente oportunista del ideario de C's que solo está firme como una roca en el antinacionalismo catalán. Ahí no se le conocen vacilaciones ni fisuras. Siempre es "no". Los catalanes lo conocen bien. Pero esto son menudencias. Quien quiera calibrar el crédito que merecen las actitudes de Rivera consultará con provecho una magnífica tribuna de Miguel Ángel Vecino en El Confidencial llamada Cuestión de dignidad. Pues eso, cuestión de dignidad.

Más importante parece averiguar, si se puede, la razón del proceder de los partidos políticos, casi todos (excluyo a los nacionalistas) conchabados para presionar a Pedro Sánchez a fin de que permita un gobierno del PP con la abstención del PSOE. Parte de la presión más intensa (y menos ética) procede de las filas del propio PSOE: barones, viejas glorias, jóvenes ambiciosos, quieren que su partido claudique, como lo ha hecho C's. No reconocen que esa abstención supondría el fin del PSOE a manos de Podemos en las siguientes elecciones.

Sin embargo, considérese la situación fríamente desde el inicio. Estamos en este punto porque Rajoy no ha sumado un solo voto a sus 137 escaños. Ni uno solo. No lo quiere nadie. Probablemente ni en su propio partido. ¿No sería lo lógico, dado que a todos importa tanto el superior interés de España, que Rajoy se retirara y dejara paso a otro candidato del PP que pudiera formar gobierno? Todos sabemos que sí, que sería lo lógico y lo que, sin duda, se habría hecho en cualquier otro país democrático. El propio líder tendría que haber dimitido. En realidad, debió hacerlo al comienzo de su mandato. A estas alturas, en que el hombre lleva ocho meses de prórroga en funciones y en situación alegal de enfrentamiento con el Parlamento, todos sabemos también que no lo hará. Está dispuesto a sacrificar el país entero a su capricho personal de seguir desgobernándolo.

¿Y no da vergüenza a los partidarios de la abstención aceptar esta circunstancia indigna, en la que un candidato sin crédito ni prestigio, incapaz de conseguir apoyos, pretende chantajear a los demás, especialmente al PSOE, para que este haga no lo que conviene al país sino lo que le conviene a él personalmente? Es evidente que no les da vergüenza. Se han tragado el marco ideológico de la derecha neofranquista. Se han rendido y aceptado el criterio de esta, según el cual le corresponde gobernar porque el Estado, el país, es de su propiedad. Lo ha heredado de quienes ganaron la guerra, que son los suyos. Casi se diría que estamos como al comienzo de la transición. Entonces había que librarse de los franquistas; hoy hay que librarse de los neofranquistas. Habiendo tragado esto es lógico que no les dé vergüenza mentir abiertamente ya en el introito de la misa, al encomendar al presidente de los sobresueldos y al partido de la corrupción la lucha contra aquellos y contra esta.

Por eso, la petición del PSOE de una comisión de investigación sobre los dineros que el PP ha venido repartiendo alegremente durante veinte años entre los dirigentes del PP, incluido Rajoy, pone las cosas en su sitio. No se puede permitir que gobierne un señor que está pendiente de comparecer ante una comisión de investigación por sus presuntos manejos pasados, de un presidente que mañana puede sentarse a la vera de Bárcenas. No puede encomendarse la regeneración del país a un partido corrupto, imputado, con serio déficit democrático y que no tiene la menor intención de enmendar nada.

No es serio.

NO es NO.

dissabte, 13 d’agost del 2016

Abren fuego

Enhorabuena a Lydia Valentín por el bronce y a la pareja Rafa Nadal-Marc López por el oro

La reforma de la Ley de Montes, aprobada hace un año permite recalificar los suelos incendiados a voluntad de las CCAA cuando haya razones de interés público, asunto abierto a las más dispares interpretaciones. Según informa El País, en los últimos días han ardido más hectáreas en España que en el resto del año. Ya lo decíamos ayer, que España arde, quizá preparándose para la próxima burbuja inmobiliaria y el próximo desastre.

Decíamos también: arde en sentido literal y en sentido figurado. No solo arden los bosques, arden también los despachos, los plenos, las tertulias, los comités, las comisiones. En sentido figurado, ya digo, pero con muy distintas clases de fuegos.

Fuego vivo. El PSOE pide una comisión de investigación sobre los desmanes financieros del PP. La misma que lleva años pidiendo, siempre negada por la mayoría absoluta del partido del gobierno pendiente de investigación. Ahora, la petición apunta alto: a la comparecencia de Rajoy, Aznar y Bárcenas. Los dos primeros tienen una obvia responsabilidad política. El tercero una probable penal. Con el clima de hartazgo e indignación que hay sobre la corrupción, nadie, seguramente, votará en contra de la comisión, como no sea el PP, naturalmente. La comisión se creará y empezará a citar a los comparecientes. Se promete por tanto un septiembre muy agitado. Los de C's se han enfadado pero tienen que apoyar e igualmente los de Podemos quienes, sin embargo, ya hablan de condicionar su apoyo a que la investigación afecte a más partidos. En principio, no habrá inconveniente en que así se haga, pero que se presente como otra iniciativa, para evitar la impresión de que lo que se quiere sea retrasar o entorpecer los trabajos de la primera propuesta.

Fuego lento. Es como mejor salen los guisos. Rajoy se toma su tiempo para considerar y sopesar las seis condiciones de Rivera, mientras los miembros del comité ejecutivo más involucrados en procesos judiciales van dándose prudentemente de baja en él, para evitar más bochornos. Con la paradoja de que C's pida medidas contra los imputados a un partido que está imputado. Proceso lento. Rajoy sigue sin anunciar no ya la fecha de la investidura sino su misma comparecencia en ella. Aquí no va a quedar más que el socarrat.

Fuegos artificiales. La especialidad de Rivera, el gran prendedor de cohetes. Su habilidad es fascinar a las gentes con figuras luminosas muy variadas. Tan pronto afirma que jamás votará a Rajoy como le ofrece su apoyo a cambio de seis condiciones y un requisito. El requisito, esto es, fecha fijada de investidura, no se ha cumplido ni se cumplirá y de las seis condiciones, ya lo hemos dicho, una es innecesaria; dos, imposibles; y tres, irrelevantes. Puro fuego de artificio. Por eso gusta tanto y es el segundo líder en valoración popular, por detrás de Garzón.

Fuego amigo. Podemos ha sellado, según parece, un pacto de última hora con En Marea a base de integrarse en ella sin su marca. Bueno, no lo ha hecho Podemos en sentido estricto sino su secretario general, Iglesias, que lo ha anunciado en Twitter como signo de los tiempos. Aquí no solo se han esfumado las asambleas, los círculos y los polígonos. También se han desvanecido las mismas instancias orgánicas encargadas de la negociación. Y, sin embargo, es lo correcto. Los líderes están para esto, para corregir el rumbo cuando la tripulación falla. Porque el rumbo es la confluencia. Podemos no puede permitirse deshacerla e ir por libre a las elecciones, dividiendo más la izquierda en fuego cruzado, tan peligroso cuando es amigo como cuando es enemigo. Otra cosa es que salga bien en las elecciones gallegas, para lo cual esta debería de ser la última muestra de desavenencias internas, que suelen ser destructivas en el ánimo de los votantes.

Fuego graneado. Es el panorama catalán. Con el sistema de partidos más fraccionado del Estado y un multipartidismo muy vivo, muchas veces es difícil averiguar cuáles son los destinatarios de unas u otras decisiones de las diversas fuerzas. Se añade que hay una gran movilización de la sociedad civil y que el Ayuntamiento de Barcelona actúa de hecho como un partido más, uno que quizá se haga partido de derecho, según vengan las ciscunstancias en un juego politico complejo. Junts pel Sí y la CUP mantienen una difícil y conflictiva colaboración y ambos hacen frente a su vez al resto de los partidos que no priorizan la independencia. Con excepciones como en el Ayuntamiento de Barcelona. En Comú Podem tira contra el frente independentista y contra el unionista, aunque preferentemente el segundo. A su vez, todos cargan contra la versión catalana de Podemos, unos por su carácter vergonzantemente unionista y los otros por su carácter vergonzantemente independentista. Porque en el centro de este debate está la sempiterna cuestión del referéndum. En cuanto se lo mencionan, el PSC se convierte en un cañón giratorio y dispara en todas direcciones, incluida la propia. El referéndum es munición muy apreciada porque tiene todos los calibres: hay referéndums unilaterales, constituyentes, ratificatorios, inmediatos o mediatos. Por haber, hasta hay referéndums acordados con el Estado, pero esa munición es de fogueo, para los simulacros. No causa bajas.

Fuegos fatuos. Los que lucen en el PSOE, esos resplandores que se avistan en los cementerios, en los lugares en que se acumula materia en descomposición. La vieja guardia socialista es como la Santa Compaña, una procesión de difuntos que aparece de pronto en la noche cerrada para sobresalto de los vivos. Son los fuegos de los próceres del pasado, que se revuelven en sus tumbas al ver que el PSOE, instalado en el NO es NO, se niega a facilitar un gobierno del PP. Los próceres no entienden cómo quien ha sido siempre tan obsequioso con sus pasadas glorias, se obstina ahora en una actitud de rebeldía, impropia del empaque de un partido dinástico. Y, sin embargo es muy sencillo. Es una cuestión de principios y de sentido del ridículo.

La cuestión de princios es tan evidente que da vergüenza mencionarla. Es absurdo encomendar la regeneración democrática al gobierno responsable de su degeneración. Quizá González, Bono etc., no lo vean así, pero eso solo quiere decir que han aceptado la corrupción como forma normal de la política española y eso no es admisible.

El sentido del ridículo es también apabullante. Al pedir a Sánchez la abstención se le está pidiendo que haga al PP ganar las elecciones que ha perdido, que haga por Rajoy lo que este holgazán es incapaz de hacer por sí mismo. Es decir, se pide a Sánchez que otorgue la victoria a quien no la merece y en detrimento de sus propias aspiraciones. Hacerlo sería sencillamente ridículo.

NO es NO.

divendres, 12 d’agost del 2016

La semana cómica

(A la sonrisa radiante de Mireia Belmonte)

Ya saben: no me molesten en la siesta.

El país arde en sentido literal. Y también en el figurado. Lleva meses sin gobierno, con uno en funciones con el que podría hacerse una serie de televisión. Se enfrenta a una situación muy incierta en Europa. Está inmerso en una crisis constitucional de envergadura con el proceso independentista catalán. Se  aproxima la posibilidad de unas terceras elecciones que todos temen como la peste negra. Sobre todo porque han agotado el repertorio de discursos, tampoco muy extenso.

Y los gobernantes y sus replicantes se van de vacaciones. El presidente del gobierno es marxista, sector Lafargue, el de El derecho a la pereza. Sí señor. ¿Hay algo más español? ¿Algo que nos dé esta condición de gran nación? 

Pues, nada, una semana de jogging y footing y silloning; cines al aire libre; partida de dominó o mús; tonteos con las amistades, alguna novela, el Marca, un puro. Esto es vida.

La comicidad de la semana empieza con el titular de EL País de que el pacto PP-C's "puede modificar los impuestos". Parece periodismo del absurdo, quizá un género nuevo. Si se hace un pacto será para modificar algo y, por lo demás, los impuestos los modifica Rajoy el solo cuando le da la gana y así lo ha hecho varias veces. Es más, su primera medida fue subirlos. Para demostrar que es un hombre de palabra, ya que ganó las elecciones prometiendo bajarlos.

Se dirá que cómica es la legislatura. Sí, y la anterior. Y la anterior. Pero la comicidad de esta semana lo supera todo. Al final de ella, Rajoy reunirá el Comité Ejecutivo de su partido (por lo demás, a su vez, imputado en un par de procesos penales) y en el que hay miembros en diversos momentos procesales para que dictamine sobre las condiciones de Rivera, una de las cuales es que los imputados, fuera. Es como pedirles el hara-kiri. Pero eso es irrelevante. El órgano dictaminará lo que Rajoy quiera. El problema es que ese dictamen también será irrelevante porque la investidura depende de lo que haga el PSOE.

Y en el PSOE, NO es NO. 

Con lo cual, ni C's ni dictámenes, Rajoy tendrá que desistir. 

Y ese será el momento en que la izquierda decidirá si hay gobierno de progreso, para lo cual tendrá que contar con los nacionalistas vascos y catalanes, o nuevas elecciones.  En el fondo, la cuestión se centra en la pelea cainita de las dos izquierdas y el frente catalán. Es lo único serio.

Lo de las derechas es más de tipo astracanada.

dijous, 11 d’agost del 2016

Ya tal veremos

Según avanza el sainete de la investidura, más y mejor se expresa el inimitable carácter de Rajoy. Nada está nunca claro, sino todo confuso, sin término, pendiente de nadie sabe qué. La pauta es esperar el punto de podredumbre. A base de no decir, no hacer y, probablemente, no pensar. El país se gobierna como la diputación de Pontevedra, porque lo local es universal, según se prueba en el Quijote, lectura que, lamentablemente, no puede aventajar al Marca. La dignidad del cargo, medida según el criterio de Rajoy y no el de los demás, exige reposo y circunspección. Si quisiera ir rápido, Rajoy podría hacer esa consulta por medios telemáticos, que se lo expliquen. Pero no es el caso. Hay que seguir aguardando y ese mozo, Rivera, puede enfriar sus prisas ya que sus seis condiciones se estudiarán en su momento en el órgano correspondiente. Y, luego ya se verá. Que se asen a la parrilla de agosto estos impertinentes. Además, si se fracasa en la composición de gobierno, pues los vascos y los catalanes no dan sus brazos a torcer, siempre se puede culpar a Sánchez y lanzar al país a las terceras elecciones.

La joven promesa Rivera lleva camino de ser la novia en todos los matrimonios ratos y acabar como muerto en el funeral, apenas bautizado. Parece un becario en busca de un hueco en la empresa. Su función es la del señuelo: hay que poner al PSOE a tiro del PP con la abstención. Cómo son las cosas. Pesan más 85 abstenciones que 32 votos contantes y sonantes de unos diputados complacientes, dispuestos a decir lo que les indiquen. 170 votos reúne Rajoy y, si vascos y catalanes e tutti quanti se mantienen en el "no", la abstención del PSOE es vital para Rajoy. Rivera seguramente es muy responsable en su vida privada pero en la pública, sin el PSOE, no pinta nada.

En su ayuda llega Felipe González con una injerencia descomunal que ha sonado como un trallazo entre su propia peña. Porque, al decir que el acto de Rivera es el primero responsable tacha de irresponsables los de los demás, incluidos los de la dirección de su partido. Me atrevo a decir que González ha perdido el escaso respeto de que aún gozaba entre los militantes y votantes socialistas. Los óganos colegiados han protestado. La defensa del expresidente es clara: ¿acaso no tiene derecho a expresar su opinión personal sobre un dirigente político? Por supuesto. Como si quiere decir que Rajoy supera a Demóstenes. En efecto, es su opinión personal. Punto.

Pero NO es NO.

Los de Podemos bombardean al PSOE desde sus muchos medios con la cantinela de que mire a la izquierda, que "los números dan". Pero no hacen nada por ser más específicos, por proponer algún tipo de diálogo o intercambio. En el fondo prefieren que el PSOE facilite el gobierno del PP porque, si se forma uno de izquierdas, él tendrá que realizar una función secundaria, algo que los estrategas del sorpasso (la única razón de ser de Podemos) no pueden soportar.

En el PSOE, en este momento, están como en El Álamo, que no se rinde. NO es NO. Y si es NO, Rajoy no podrá formar gobierno y el sainete entrará en un fase agitada. El presidente de los sbresueldos no querrá ir a la investidura, pero tampoco querrá no ir a la investidura, no habrá fecha para la investidura ni para nada. Se terminarán las vacaciones, llegará un septiembre explosivo en Cataluña mientras en España no habrá gobierno ni tampoco fecha para unas elecciones inevitables. Y todo porque las cosas no han alcanzado el punto de podredumbre en el que Rajoy toma una decisión.

dimecres, 10 d’agost del 2016

Las enseñanzas de Fraga

Fraga no consiguió lo que más anhelaba en vida: ser el presidente del gobierno, mandar. Lo ha conseguido después de muerto. La derecha es franquista, pero el conjunto del país, no; es fraguista. La infacunda labia del prócer gallego impregna hoy el quehacer de la clase política toda.

El que resiste, gana. Es el lema de su más aventajado discípulo, el presidente de los sobresueldos. Atrincherado en La Moncloa no está dipuesto a irse pase lo que pase. Resistir es el lema. Aunque uno tenga la valoración popular más baja de la historia, esté uno desacreditado dentro y fuera del país por su mendacidad y su falta de escrúpulos, y todos lo consideren el obstáculo real a la normalización política española que váyase a saber cuál es.

La calle es mía. La derecha funciona en equipo y se divide el trabajo. Ahora la calle es de Fernández Díaz y su "ley mordaza". Porque la calle tiene que ser de alguien. A los socialistas se les sublevó en 2011 con los indignados de mayo. Pero eso se ha acabado. La calle vuelve ser del orden constituido, con unos indignados escondidos y otros apoltronados.

Cataluña es tierra conquistada. Suena fuerte pero así lo siente la derecha y, cambiando el conquistada por seducida también la izquierda. Para eso se anuncia ya la alianza PP-C's, los partidos del españolismo más coriáceo. El PSOE pretende reñirles el patriotismo y afirma su nacionalismo español "uninacional" con la seguridad de un santo y seña en combate. Pero los otros dos no solo quieren una España una; también la quieren grande y libre. Claro, ¿quién va a querer una España pequeña y cautiva? Así que ya tenemos el programa del próximo gobierno: España, una, grande, libre. Esto suena raro a oídos del PSOE, pero atruena a amenaza a Cataluña. Los catalanes ya sabían cuál era la razón de ser de C's. Ahora lo van a comprobar en sus propias carnes. Rivera trae seis condiciones para dar el sí a Rajoy, de ellas, la de pedir comisión para investigar la corrupción, es innecesaria pues el Parlamento puede imponérsela al gobierno. Otras dos condiciones (abolición de aforamientos y reforma electoral) no dependen de Rajoy pues requieren reforma de la CE. Y las otras tres son irrelevantes y hasta absurdas: pedir que no estén en el partido los imputados en procesos penales cuando el propio partido lo está es esperpéntico; la limitacióm de los mandatos es una tontería y el fin de los indultos a los condenados por corrupción, algo elemental. Lo único que puede poner nervioso a Rajoy es la exigencia de la fecha de investidura, pero esta podrá anunciarse si, como parece posible, ya hay gobierno minoritario de la derecha. Porque se quiere un gobierno básicamente contra Cataluña.

A Fraga le cabe el Estado en la cabeza. La frase no es de Fraga, sino de Felipe González, cuya obvia ilusión es pasar a la historia como el gran estadista en un fecundo otoño. No era verdad que a Fraga le cupiera el Estado en la cabeza; en realidad, no le cabía nada. Y a Felipe González, tampoco. Su talla de estadista se echa de ver en cómo confunde el Estado con el gobierno. Lo que le importa no es que el Estado prospere y crezca, sino que haya gobierno a toda costa, aunque sea un gobierno de ineptos, neofranquistas y presuntos corruptos. Le da igual. El caso es que el gato (el gobierno), cace catalanes, digo ratones.

La derecha y la izquierda carecen de sentido. España, lo único importante. Suena, ¿eh? Cambien "España" por "la patria" y ya tienen ustedes la aportación fraguista al ideario de Podemos, por llamarlo de algún modo. Esa "patria" del emergente no es menos una, grande, libre que la de las derechas, solo que no lo es brusca o impositivamente, sino de modo melifluo. También estos están interesados en un gobierno de las derechas. No quieren una alianza con el PSOE mientras este sea mayoritario frente a Unidos Podemos. Lo dice Monereo, así que todo el rollo ese de la mano tendida y el gobierno de izquierdas y "decídete Sánchez" es pura trola o trile. Pero, al mismo tiempo, tampoco quieren elecciones nuevas porque saben que descienden en picado, una vez que la gente ha visto que, en realidad, Unidos Podemos es la más anquilosada IU, revestida con los afeites de la novedad.

Los socialistas solo aciertan cuando rectifican. Al final, esta es la enseñanza que los sumisos socialistas González, Zapatero y resto de la vieja guardia quieren hacer tragar a Sánchez Castejón: que rectifique su NO es NO a Rajoy. Que se doblegue. Que ceda como cedió Zapatero con el 135, como cedió Rubalcaba con sus infaustos "pactos de Estado". Que se someta a la arbitrariedad, la soberbia, la incompetencia y la animosidad de una derecha a la que el país importa un pepino porque solo se interesa por sus negocios. Y, de paso, que entregue a la gente a cuatro años más de burla, expolio e injusticia. Al final va a resultar que Sánchez es la última esperanza de regeneración democrática del país. El hecho de que todos los demás, absolutamente todos, los partidos políticos, (empezando por Podemos), los medios de comunicación, los empresarios, la iglesia, manadas de intelectuales y la vieja guardia socialista concentren su fuego sobre el PSOE y sobre Sánchez en concreto está magnificando su figura. Va a resultar también que Palinuro no iba tan descaminado en su carta abierta a Pedro Sánchez, de hace unos días, que lleva 48.000 lecturas.

Y para que el alma de Fraga no sufra, véase cómo Sánchez, precisamente, también ha sabido rectificar: ha cambiado el adocenamiento, la complacencia, el seguidismo y la falta de nervio del PSOE por un claro y nítido

NO es NO.

dimarts, 9 d’agost del 2016

NO es NO. El oprobio no puede seguir

Los analistas políticos suelen enfocar sus interpretaciones basándose en elementos políticos (como es lógico) y también jurídicos, económicos, sociales, etc. Rara vez abordan cuestiones caracteriológicas. Los cotilleos en que suelen caer con frecuencia tienen poco que ver con consideraciones de tipo psicológico. Y, sin embargo, estas suelen ser decisivas. Por ejemplo, España lleva más de cuatro años gobernada por un personaje indigno porque indigno es quien falta a su palabra y más si lo reconoce, como hizo en su día Rajoy, y hasta se jacta de ello. Ese fue su comienzo: mentir para ganar las elecciones de 2011 y, acto seguido, incumplir todos sus compromisos. Faltar a su palabra y sentar así un ejemplo de bajeza moral que ha acabado por impregnarlo todo

La política tiene mala fama. A ella le gustaría ser comparada con las justas medievales de caballeros, pero la opinión común la asocia más bien a la picaresca. Aun así, la picaresca también tiene sus puntos de honor, como saben los lectores de El Lazarillo de Tormes. La situación de la España oficial desde 2011 está muy por debajo de la picaresca. El hombre sin palabra que ocupó la presidencia se rodeó de un equipo y se apoyó en un partido (a su imagen y semejanza) que no le iban en zaga en punto a inmoralidad y falta de escrúpulos.

Con una arrolladora mayoría absoluta, la X legislatura es la historia de una involución democrática brutal. Los gobernantes, todos ellos neofranquistas de raíces biológicas y/o ideológicas, carentes de cualquier convicción democrática, tomaron el Estado al asalto por considerarlo cosa suya. Todo quedó sometido a su arbitrariedad: los medios públicos y bastantes privados, férreamente controlados; el Parlamento, ignorado; la Judicatura constantemente agredida en su independencia, la administación pública al servicio de sus inquinas políticas. Y el saqueo del erario ha sido generalizado, alcanzando la corrupción cotas nunca vistas y la Iglesia, como siempre, un Estado dentro del Estado. Retroceso de todas las libertades y derechos, legislación autoritaria en todos los órdenes, impopular y clasista a extremos rabiosos.

El ataque a la democracia y al Estado de derecho fue y es tan arrollador que dejó desconcertada a la oposición de entonces. Y desconcertada sigue. En la X legislatura coadyuvó con su ineficacia e inacción a mantener la superchería de que una presunta asociación de malhechores fuera un partido político y que un gobierno tiránico, que no respetaba la división de poderes, tuviera algo que ver con un Estado de derecho. El desconcierto, la inactividad, acabaron por convertirla en cómplice de la deriva dictatorial. Una dejación de funciones del PSOE sobre todo que explica el surgimiento de Podemos.

Pues bien, la complicidad con la deriva dictatorial puede convertirse ahora en complicidad con esta especie de golpe de Estado en diferido por el que un gobierno en funciones se declara en rebeldía frente al Parlamento, interfiere en el Tribunal Constitucional y adopta decisiones sin tener competencias para ello en el asunto más grave hoy en España que es el de Cataluña. Todos los intentos de empujar a Pedro Sánchez y al PSOE a permitir un gobierno de los mismos indignos personajes implica una aceptación del oprobio y una complicidad con sus causas.

NO es NO. El oprobio no puede seguir. Las izquierdas tienen que ser capaces de acordar un gobierno, haciendo a un lado cualesquiera consideraciones tácticas. Sobre todo Podemos tiene que ganarse la confianza perdida deponiendo de una vez su proyecto de fagocitar al PSOE y aceptando su posición de segundo orden en la alianza.

Lo contrario es ir a tercerass elecciones. La minibomba del CIS de ayer apunta en la dirección del sentido común. En unas nuevas elecciones, Podemos cae y también lo hace el PP; el PSOE sube. Exactamente ¿en cuánto? Esas son ya cosas de cifras, en las que la cocina del CIS tiene manga ancha. La cuestión es clara y pertenece a un horizonte de esperanza. Si el PSOE mantiene su NO, será un faro de un voto regeneracionista que movilizará a mucha gente. Querer frustrar esa esperanza, como tratan de hacer los barones y jarrones del PSOE, significa devolver a este a la complicidad con el oprobio.

NO es NO. No haya miedo. Que los partidos deben entenderse es obvio. Que deban hacerlo a calquier precio, por ejemplo, al de prolongar el oprobio por el chantaje del presidente de los sobresueldos no lo es en absoluto. Antes está preguntar de nuevo a la gente y que la gente diga si quiere seguir en el oprobio o librarse de él.

dilluns, 8 d’agost del 2016

La charca

No hay fecha para el pleno de investidura. No se sabe si Rajoy se someterá a la sesión o no. En mes y medio desde el 26J no ha sumado un solo voto más a sus 137 escaños. El país está como estaba después de las elecciones del 20D: sin gobierno. Con uno en funciones, declarado en rebeldía ante el Parlamento. Y así pretende seguir los próximos meses. Con la presidencia del Parlamento en manos del gobierno, ninguna posibilidad de que el primero tenga algo que hacer. La obstinación de Rajoy en su candidatura ha traspasado todos los límites de lo tolerable. Y, sin embargo, lejos de afearle su falta de escrúpulos políticos, morales y hasta personales, hay un consenso de todos los partidos (excepto los nacionalistas vascos y catalanes) y de todos los medios y las fuerzas "vivas" en presionar a Pedro Sánchez para que, absteniéndose, posibilite un segundo gobierno de Rajoy. Nadie encuentra oprobioso exonerar al principal responsable de este desastre y cargar contra quien no tiene la culpa de nada ni plena libertad de acción mientras Rajoy no cumpla con su deber. 

Nadie tampoco parece escandalizarse del hecho de que el gobierno pretenda prolongar una situación de alegalidad si no de ilegalidad. Una situación con un gobierno incontrolable, un parlamento paralizado y un Tribunal Constitucional de vacaciones. Una especie de golpe de Estado de la inacción, la marrullería y la podredumbre. El caldo de cultivo de Rajoy. Su pretensión se puede reducir a un chantaje: o me hacéis presidente o aquí no hay gobierno por una larga temporada. Como todos los chantajistas, confía en que las buenas formas o el miedo de sus víctimas las haga equivocarse y decidan que lo más conveniente es ceder al chantaje, ceder al capricho de Rajoy.

La alternativa que el gobierno ofrece es otra convocatoria electoral, la tercera en un año. Una perspectiva que todos rechazan, horrorizados entre previsiones espantosas: mayoría absoluta del PP; inmensa, oceánica abstención de electorado ahíto; descenso en picado de Podemos; castigo a los socialistas; desaparición de C's; repetición milimétrica del marasmo actual. Todas son posibles, desde luego, pero la primera, la mayoría aboluta del PP suena a bulo alimentado por los medios afines a la derecha, que son todos. 

Por lo demás, entre pegar la segunda espantada -harto probable, tratándose de Rajoy- y la convocatoria de nuevas elecciones mediará un tiempo en el que quizá los demás partidos consigan llegar a algún tipo de acuerdo. Al fin y el cabo, dicen estar muy interesados sin duda porque no se les escapa el profundo ridículo de ir a unas terceras elecciones en un año con los mismos líderes que fracasaron en las otras dos. Si no por otro motivo, por este ya debiera ser suficiente para llegar a un acuerdo, el que sea, que posibilite la formación de un gobierno. Solo para probar la falsedad de la disyuntiva del PP: Rajoy o elecciones. Someterse a ese chantaje sería indigno.

La coincidencia de este vacío de poder en España con los preparativos para una rentrée catalana independentista en fuerza agrava notablemente la situación en la parte española de este enfrentamiento al que tanto ha contribuido la incapacidad política de Rajoy y su gente. Cuando llegue septiembre, lo más probable es que siga sin haber gobierno en España ni perspectiva de que lo haya. Por el lado catalán estarán haciéndose los preparativos para una Diada apoteósica. La voluntad de las entidades organizadoras sigue siendo dar una campanada. No está claro, sin embargo, que lo consigan, pues puede darse un punto de inflexión en la movilización social por causa del cansancio. No se crea un Estado de la nada y en una mañana. Eso se sabe, pero cuesta aceptarlo. Cuesta mantener altos la intención, el ideal, el propósito. 

Después de la Diada llegará la cuestión de confianza de Puigdemont. Ahí hay otro punto conflictivo. Si la CUP vota que no, habrá elecciones anticipadas también en Cataluña y no están claras las consecuencias para el ritmo de la hoja de ruta, sobre todo teniendo en cuenta que el resultado de las elecciones puede ser la pérdida de la mayoría absoluta independentista.

Pero también puede votar que sí. Las decisiones de la CUP, a fuer de asamblearias, son imprevisibles. Si Puigdemont obtiene la confianza solicitada, ya será cuestión de tiempo que se plantee una DUI. En ese momento será patente la situación de desobediencia de la Generalitat. Patente, pero no nueva. De hecho, el Parlament ya ha desobedecido dos veces al Tribunal Constitucional.

Con la DUI el gobierno ya no podrá escudarse en el TC y deberá adoptar otro tipo de decisiones. Para ese momento, en España seguirá sin haber gobierno y hasta es posible que esté en marcha una campaña electoral.

¿Qué nombre podríamos ponerle a esto?

dissabte, 6 d’agost del 2016

Carta abierta a Pedro Sánchez

Estimado señor Sánchez: menuda la que le ha caído encima. Lleva usted sobre sus hombros una responsabilidad tanto más desmesurada cuanto que está usted solo. Representa usted la última y única esperanza de un cambio en España, de una regeneración democrática, de que no habrán de padecerse otros cuatro años de gobierno ignominioso apoyado en un partido que es una asociación de malhechores.

Es mucha responsabilidad. Tiene usted enfrente, además, al conjunto del sistema político, económico, religioso y hasta cultural. Se incluyen sectores señalados de su propio partido, gentes de escaso fuste intelectual y moral, empeñadas en doblegarlo a usted para que haga como ellos, esto es, resignarse al vergonzoso desgobierno y latrocinio de la derecha.

La naturaleza profundamente corrupta del neofranquismo en el gobierno se advierte en el hecho de que la inmensa mayoría de políticos y publicistas acepte como situación de legalidad normal lo que no es más que arbitrariedad, tiranía y abuso. Y pretenda que todo el mundo juegue a este juego de equívocos de tomar por un partido una asociación con ánimo de delinquir; de considerar presidente del gobierno a quien, sospechoso habitual en varias ilegalidades, no se merece el puesto; de tomar sus arbitrariedades por leyes.

Es obvio. La presión para que se doblegue usted, abandone su loca pretensión de regenerar el sistema político, está siendo inmensa. En El País lo conminan para que acepte un desgobierno más de Rajoy. Muchos de sus antiguos compañeros, los que más han sobresalido, también quieren que ceda usted "por el bien de España". Los de Podemos no dicen a las claras que interese un gobierno del PP. Son más esquinados y lo que dicen es que, al final, el PSOE -por su naturaleza conservadora- se abstendrá dejando gobernar a Rajoy y otorgándoles a ellos la patente de la "verdadera" oposición. Decir que es inevitable y desearlo viene a ser lo mismo.

Por todo eso, está usted hoy solo y conviene que busque  apoyos porque va a necesitarlos. Cuente con el de Palinuro si de constituir gobierno alternativo al de Rajoy se trata. Y cuente también con el de los militantes de base de su partido y sus votantes. Palinuro no tiene nada que ver con usted ni con su partido al que, por el contrario, ha criticado muy duramente por el abandono de la oposición en la legislatura anterior. En buena medida, el marasmo actual de la izquierda debe achacarse a ese abandono de sus tareas que solo puede deberse a la cobardía de aceptar como válidas formas y contenidos que no lo son. Pero ahora es una situación de emegencia y se requiere rapidez.

Justo esa posición suya, señor Secretario General, es la que lo pone en todas dianas. Todos quieren que se muestre usted más "flexible" o sea, que claudique. Y lo hacen para tapar sus propias miserias y vergüenzas de haber entrado al juego de unos falsarios de la derecha, como siempre en España. A la hora de inquirir cómo sea posible que casi ocho millones de personas voten a favor de los corruptos es bueno recordar que serán ocho, diez, seis o uno, pero los corruptos son los corruptos y no merecen que se les facilite la tarea a base de prolongar la indignidad.

NO es NO, Secretario General, y todo el mundo de buena voluntad espera de usted que lleve a cabo su promesa de decir NO al neofranquismo y al expolio de España. La ocasión es única y no puede dejarse pasar. La razón por la que el PP goza aun de tanto apoyo se divide en tres momentos que dibujan la mentalidad y la cultura política de los españoles hoy día: la cobardía, inducida por cuarenta años de terror; el silencio como mecanismo de defensa; la resignación como corolario fatal de los otros dos. Cobardía, silencio y resignación. España no tiene arreglo.

Usted representa la última esperanza de ese arreglo, la de decir NO. Esté usted a su altura y se habrá ganado un lugar en la historia. Los nacionalistas vascos y catalanes ya le han cerrado la puerta en los morros al de los sobresueldos. Ahora solo queda que dimita y se vaya a su casa, dejándole paso a usted. Dos cuestiones para terminar:

Primera: no está nada claro que Rajoy se presente a investidura alguna. Pretende seguir en funciones hasta contar con mayoría absoluta porque es incapaz de fabricarla mediante pactos parlamentarios. El pájaro es además especialista en la marrullería y en bloquear lo que sea para salirse con la suya: lo hizo con el Tribunal Constitucional, bloqueándolo hasta que pudo manipularlo. Lo hizo con las pasadas elecciones autonómicas andaluzas. Tiene experiencia y es su estilo: someter al país entero a sus intereses personales. En realidad, en el fondo, es un golpe de Estado: el sobresueldos bloquea las elecciones, no responde ante el Parlamento y pretende controlar a los jueces. Un golpe de Estado y una dictadura encubierta de interregno democrático.

Palinuro entiende que debe usted sentarse a negociar con los nacionalistas vascos y catalanes y, por supuesto, negociar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Si tuviera usted una actitud más abierta y respetuosa con los derechos de las minorías nacionales todo saldría mucho mejor. Pero se entiende que, dada su mentalidad de nacionalista español clásico, no es de esperar que llegue a esa conclusión. No estaría de más, sin embargo, que empezara a hacerlo porque, al final, ese referéndum se hará.

Entre tanto es usted la última esperanza de que este desgraciado país no caiga, acobardado, silencioso y resignado en cuatro años más de la actual indignidad de un gobierno encabezado por quien no tiene ni de lejos categoría para ello.