A estas alturas del notable thriller del referéndum que no iba a ser, toda la cháchara sobre la "centralidad política" de este o aquel, tal partido o tal otro, se ha concentrado en la figura de un hombre de actitud afable, andar desgarbado y flequillo. Todos, el gobierno, la oposición, los partidos, los políticos, los medios, están pendientes no ya de las palabras sino hasta de los gestos de Puigdemont.
No es para menos. Haber prometido hace 18 meses que se realizaría un referéndum, haberlo realizado en contra del Estado con todo su aparato represivo e impuesto sus resultados tiene su mérito. Tanto que nadie se atreve ahora a sostener que no habrá DUI sino que, al contrario, se da por hecha frente a un gobierno desarbolado que ha renunciado a defensa alguna de carácter político y no sirve para nada. Lo que sucede y los partidos nacionalistas españoles se niegan ver es que la fuerza del líder descansa en una organización, una coalición muy eficaz de JxS y la CUP que articula la dimensión política de la mayoría parlamentaria. Y es sobre esa base sobre la que Puigdemont probablemente proclame la DUI el próximo martes.
Justo esa conciencia tiene a las fuerzas políticas y sociales españolas desconcertadas, frenéticas, asustadas, todas desgañitándose en pro del diálogo, de la necesidad de entenderse, de hablar, hasta con los curas que, en España, siempre acaban apareciendo. Todos se han hecho compulsivamente dialogantes, aunque con matices, faltaría más: Podemos, PSOE, Coscubiela, Iceta, Garzón. El fallo de estas almas angélicas y equidistantes de hecho es que, como prueba de buena voluntad, el gobierno renuncie al 155 (algunos, más radicales, piden la retirada de la policía) y los indepes a la DUI. Ninguno de ellos, aparentemente, ha caído en la cuenta elemental de que si los indepes renuncian a la DUI, la que ha obligado a la otra parte a pedir diálogo, lo más probable es que se quede sin diálogo y sin DUI.
Nos conocemos todos. Por eso C's no pierde el tiempo y, muy asustado por la DUI en el horizonte de 72 horas, exige a Rajoy que convoque elecciones anticipadas. La verdad, no parece muy sensato desde el punto de vista de los propios C's, dejar el país virtualmente sin gobierno en el momento en que en Cataluña se aprueba y pone en práctica la DUI. Pero a lo mejor es lo que quieren, nunca se sabe.
Esa DUI que la prensa ignora angustiada si va a proclamarse o no. Una DUI escondida, como las urnas. Dada la habilidad y la experiencia que los indepes han demostrado con estas, lo más probable es que la DUI aparezca cuando y donde menos esperan quienes menos la quieren. Y no parece que quepa enviar a la fuerza pública rompiendo puertas y cabezas a impedirla.