No deja de tener gracia que un partido sin líder, en manos de unos gestores al servicio de las ambiciones de Susana Díaz, al que las encuestas dan por perdedor frente a Podemos de haber elecciones, dividido y enfrentado consigo mismo, siga siendo el centro político y aquel al que se dirigen todas las miradas. Una prueba más de que el PSOE ocupa la centralidad política. Por lo menos es lo que espera El País que, en un editorial redactado probablemente por Rubalcaba, se felicita de las decisiones adoptadas por el Comité Federal y todavía más por la marcha de la legislatura, en la que el PSOE es decisivo, todo lo cual lo sitúa en la centralidad política.
Es el razonamiento justificativo de la junta gestora y sus partidarios: recomposición tranquila, pausada, con tiempo suficiente para dejar presentable a Susana Díaz. Entre tanto, oposición eficiente en el Parlamento. Hay gobierno y se van adoptando medidas legislativas que o bien deshacen entuertos de la legislación anterior del PP o bien abren perspectivas en un punto de vista de izquierda. Lo que no se dice es que el intento de colocar en la secretaría general de Díaz es el sello de la opción del PSOE por el nacionalismo español, el mismo que alienta en el PP y C's, aunque con leves matices en asuntos tácticos. Esta cuestión, la cuestión catalana, es la que ha fracturado al PSOE.
La repentina presentación de la candidatura de Patxi López, aun siendo vasco, no presupone nada nuevo en la recuperación del espíritu "nacional" en el PSOE. Pero tiene su impacto en el batiburrillo interno del partido. Los más encendidos "sanchistas" acusan a López de presentarse para dividir el campo contrario a Díaz y, así, dar a esta la victoria. Otros aseguran que esta candidatura trata de polarizar el PSOE en un eje territorial Norte/Sur. Ignoro qué porción de realismo tienen esos juicios, pero también se reconocerá que, con su candidatura -la primera- López desguaza todas las murmuraciones acerca de la candidatura única que la dirección gestora podría estar organizando a favor de Díaz.
La presentación de la candidatura de López a lo que, por supuesto, tiene perfecto derecho y sobrados merecimientos en los cargos institucionales que ha desempeñado, parece bastante meditada. La determinación de las fechas del congreso -que no su convocatoria- para el mes de junio ofrece la primera oportunidad de postularse y esa es la ventaja que ya lleva el candidato, cuestión importante porque, aunque el congreso se vaya a junio, las primarias están previstas en mayo y, en verdad, no queda tanto tiempo. Hay que elaborar programas, explicarlos, confrontarlos. Y hay que hacerlo a la luz pública, aunque en los partidos siempre hay confabulaciones de pasillo. No es tan fácil.
Los otros dos posibles candidatos, Díaz y Sánchez, están en situaciones muy distintas. Sánchez puede permitirse esperar un momento oportuno y seguir actuando en segundo término, sin protagonismo, en lo que llaman "perfil bajo", aunque quizá debiera vigilar que no sea tan bajo que dé en subterráneo, pues ya hay quien supone que no llegará a presentarse y lo da por difunto.
Díaz no puede esperar, tiene que presentarse como candidata y dejar de hacer esos viajes, visitas, peregrinaciones por el país. Continuar con esta actividad, que nadie le ha encomendado, sin aclarar su candidatura es, desde la presentación de la de López, puro juego sucio.