La campanada viene del interior de la CUP. Parecen ser los militantes de Poble Lliure quienes cuestionan la negativa a los presupuestos de la Generalitat y plantean reformas radicales en los procedimientos de la organización asamblearia. No es una opinión "del exterior", fácilmente neutralizable precisamente por ser "del exterior". Es una parte de la CUP, tan carne y sangre de la CUP como los demás plurales integrantes.
Antes de seguir, un aviso: carece de sentido minusvalorar estos debates en la CUP por cualesquiera vías. Son fundamentales, tanto para la organización-movimiento como para Cataluña y el conjunto del Estado; son esenciales y las personas directa e indirectamente afectadas se lo toman muy en serio. Nos los tomamos muy en serio.
La petición de Poble Lliure, basada en la proporción 29/26/3, es que sus votos se contabilicen en el conjunto cuando son contrarios a la mayoría. Es una petición democrática. Es lo que hacen los tribunales de justicia: llegado el caso, se hacen públicos los votos particulares de los magistrados que no coinciden con la mayoría. Las decisiones colectivas democráticas no deben simular la unanimidad, y menos en una organización asamblearia. Dado que esa decisión se materializa en los votos de los diez diputados de la CUP, no es justo que voten los diez en bloque como si aquella se hubiera adoptado por unanimidad. Si la CUP tiene un argumento fundamentado mejor que este, debiera exponerlo.
Por lo demás, el comentarista no duda de la complejidad de la situación. Según parece el mismo Poble Lliure que hubiera votado favor de los presupuestos, exige a cambio del govern de la Generalitat la fulminante adopción de decisiones que, a no dudarlo, provocarían una confrontación con el Estado. Un Referéndum Unilateral de Independencia (RUI) exacerbaría el conflicto con el Estado. No digo que sea impropio o inadecuado. Poble Lliure critica a la CUP haber precipitado una decisión que ha tensionado la organización sin que esta estuviera preparada para ello. La obervación valdría también en este supuesto, esto es, si una RUI no tensionaría la sociedad catalana sin que esta esté preparada para ello.
Según mis noticias el gobierno catalán trabaja con la perspectiva de instar a una Declaración parlamentaria Unilateral de Independencia (DUI) en su debido momento. La cuestión es la siguiente: ¿por qué abreviar los plazos, endurecer las formas y entrar en zona de turbulencia? ¿No se confía en el gobierno de Junts pel Sí? ¿Por qué no?En la respuesta a esta pregunta quizá estén las claves de lo que está pasando. Y lo que está pasando es grave para el proceso.