A Cospedal está saliéndole el tiro por la culata. Publicó su declaración de ingresos y bienes a regañadientes el día 31 de diciembre en la esperanza de que, no habiendo periódicos el 1º de enero, no se hablara mucho de ella que, como se sabe, es un escándalo, el que suscita una politica que predica austeridad, pide a los demás que se aprieten el cinturón, les quita los salarios, rebaja y recorta todas las prestaciones, mientras ella se lo lleva crudo a casa: 158.000€ netos, 205.000€ brutos anuales procedentes de varias pagas, todas ellas públicas y que plantean dudas sobre su legalidad, aunque ninguna sobre su moralidad: son profundamente inmorales.
Le falló la maniobra porque no contó con las redes sociales que se han encargado de mantener viva la llama de la indignación popular ante este abuso y presionan a los medios y representantes de otras fuerzas políticas y autoridades en petición de que se actúe en el caso, se exijan explicaciones a la interesada y se tomen las medidas pertinentes. Porque, según pasan las horas va viéndose que lo turbio y oscuro de la declaración no está solamente en la fecha de la presentación. El contenido tampoco está claro ni mucho menos, como advierte Escolar en una entrada de Escolar.net titulada las trampas en la declaración de la pluriempleada Cospedal y cual ya advertía asimismo Palinuro en su entrada del lunes, ese escándalo llamado Cospedal. Definitivamente, las cuentas de Cospedal no están claras y piden a gritos explicaciones y la correspondiente investigación.
Porque resalta igualmente otro dato de la peor calaña. Al parecer, la dama declara que el cigarral de Toledo valorado en más de dos millones de euros procede de una donación. Si no consta la identidad del donante, la donación es secreta. Un político en activo no puede bajo ningún concepto recibir donaciones, especialmente secretas. La interesada está obligada a aclarar ipso facto la identidad del donante, en cuánto se evalúa la donación y qué contrapartidas lleva aparejadas, si las lleva.
El PSOE clama contra el sueldo de Cospedal, exigiendo que esta se explique y aclare todos los puntos oscuros del asunto. Si es así, que espere sentado. No basta con clamar. La señora no dará explicación alguna sino, siguiendo las enseñanzas de su maestro Rajoy, la callada por respuesta en espera de que pase la tormenta.
La única posibilidad real de que Cospedal explique su actuación y aclare si sus muchos sueldos son o no compatibles, si se ha saltado o no la ley y si la famosa donación del cigarral lleva gato encerrado en detrimento de los ciudadanos o no es emplazarla a que lo haga ante los tribunales. Con todos los datos en la mano, el PSOE o quien esté legitimado para hacerlo, debe acudir a la justicia y presentar la correspondiente denuncia contra una gobernante sobre la que se ciernan densas nubes de sospecha en cuanto a la legalidad de su actuación. Respecto a la moralidad, ya se ha dicho, ni una: es profundamente inmoral.