El cadáver de la Gürtel sigue ocupándolo todo y no hay Faisán ni ERE que pueda ocultarlo. Se trata de un buen puñado de imputados del PP en una compleja trama de presunto saqueo de las arcas públicas en connivencia con unos empresarios sin escrúpulos y otros que parecen haberse hecho empresarios sólo para delinquir. Y los presuntos delitos son verdaderas filigranas de malversaciones, cohechos, fraude de ley, etc, etc que, según vayan siendo más conocidos, tienen que causar un fuerte rechazo social. Eso de que la corrupción no pasa factura no es conclusión muy fiable porque contradice el sentido común. Por lo demás, una cosa es hablar de corrupción en abstracto y otra enterarse de que Fulano, Mengano y Zutano se han llevado tantos cientos de miles o millones de la visita del Papa, sobre todo ahora que el Papa está a punto de volver a España, a Madrid, otra comunidad-territorio Gürtel. En cuanto Fabra, el nuevo presidente de la Generalitat valenciana, haga real su promesa de publicar los contratos con la Gürtel habrá nombres, rostros, hechos que van a dar para mil historias.
También cuando no se habla de la Gürtel en el fondo se habla de la Gürtel. Por ejemplo, Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia, asegura que Camps ha puesto el listón muy alto. ¿Qué listón? Camps parece haber mentido durante dos años, ha dilatado el proceso lo que ha podido, ha pretendido salvarse judicialmente mediante una especie de plebiscito, ha dimitido a regañadientes y lo han echado de un puntapié dado que primero admitió y luego denegó su culpabilidad.
Así que ¿qué listón? Camps deja una Comunidad hipotecada y un partido minado por la corrupción. ¿Está el listón aquí? ¿En dónde está el listón? ¿En los aspectos morales? ¿El aguante de Camps frente al Estado policía del PSOE? ¿Frente a la conspiración judeomasónica? ¿O bien está en la capacidad de sacrificio del mártir Camps en pro de los intereses del PP y para que Rajoy sea presidente? A su vez, Camps dimite como presidente, pero se queda de diputado autonómico; es decir, dimite pero no mucho o dimite pero no dimite. O dimite, pero sólo un poco, como diría Gila. ¿De qué listón habla Feijóo?
En el partido de Rajoy han acabado dándose cuenta de que, al no aceptar su culpabilidad, el taimado Camps (a) El Curita va camino del banquillo hacia octubre, en el peor momento posible para las fortunas electorales del PP y en período en el que, probablemente, en el PP de la Comunidad valenciana estarán tirándose los trastos a la cabeza, casi como si fueran del PSPV. Muy ágiles los estrategas de la derecha pero esto ya lo decía Palinuro hace unas fechas en El final de la escapada, en donde además aventuraba un calendario. Rajoy tiene el verano para convencer a Costa y a Camps de que acepten su culpabilidad y se evite así el banquillo. En ambos casos está difícil; en el de Camps porque, en cuanto éste acepte su culpabilidad, su carrera política se habrá acabado por más que Rajoy diga que es tan grande como Alejandro, Aníbal, César y Napoleón juntos.
El listón de Camps, en realidad, está aquí, en cuánto tiempo tardará en pasar de Molt honorable a preso nº 9.
(La imagen es una foto de Partido Popular Comunitat Valenciana, bajo licencia de Creative Commons). En ella están Cospedal, Camps, González Pons y Rajoy. Son dignos de análisis los gestos de los cuatro.