No todos los dinosaurios se extinguieron hace millones de años. Cada veinte de noviembre los que restan se reúnen en la basílica de Cuelgamuros a honrar la memoria del caudillo Franco brazo en alto bajo los luceros. La peña de caballeros algo fuera de órbita, señoras de abigarradas pieles y joyas y mozalbetes con ganas de gresca que circularon ayer por los medios trajo el olor a sentina de este barco a la deriva cargado de cadáveres que es la memoria histórica de los españoles.
Cada vez que se menciona esa memoria la derecha salta como picada por el alacrán (no se hagan chistes malos) diciendo que se quiere reabrir viejas heridas ya cicatrizadas. Sin embargo da la impresión de que los de la memoria histórica no quierebn reabrir "viejas heridas ya cicatrizadas" sino fosas comunes. En cuanto a que las "viejas heridas" estén cicatrizadas, basta con echar una ojeada a las fotos de ayer con los bracialzados impasible el ademán para darse cuenta de quiénes pretenden reabrir las "viejas heridas". Por lo demás, los mismos que viven en el universo cainita de la guerra civil, los que hablan de paseos, cunetas y muertes. Lo hicieron tantas veces, mataron a tanta gente a la que negaron la cristiana sepultura que luego pidieron para sí que se les ha quedado la murga y la nostalgia; a ellos y a sus hijos.
(La imagen es una foto de Daquella manera, bajo licencia de Creative Commons).