Estuvo bien el programa de debate de anoche en la TV1 entre cinco representantes de las cinco listas electorales que obtuvieron representación parlamentaria en las elecciones anteriores. Fueron los cabezas de listas de Coalición por Europa (CiU, PNV, Bloc Nacionalista Valencià, Uniò Mallorquina, Uniò Menorquina, Coalición Canaria y Partido Andalucista), Ramón Tremosa; Europa de los Pueblos (ERC, BNG, EA, Chunta Aragonesista, Confederación de los Verdes),Oriol Junqueras; Izquierda Unida, Willy Meyer y los segundos del PSOE, Ramón Jáuregui y del PP, Luis de Grandes. El formato de 59 segundos es muy eficaz porque obliga a los intervinientes a ser concisos y claros, no deja a nadie fuera y es muy vivo.
Si tuviera que ordenar a los candidatos por la impresión que me causaron, la jerarquía sería: Jáuregui, Junqueras, Meyer, Tremosa, De Grandes. Jáuregui es un gran político y gran parlamentario, un hombre que habla bien, con un discurso inteligente y flexible. Junqueras tuvo intervenciones muy brillantes. En especial una en que señalaba la contradicción del Gobierno español, que habla de europeísmo pero luego pretende que España entre en el G 8 o G 20 como España, no dándose por satisfecho con la representación institucional de la UE. Willy Meyer argumentó bastante bien las propuestas de IU respecto a la UE si bien es poco probable que vaya a aplicarse alguna ya que su Grupo Confederal de Izquierda Unitaria, tiene en torno a un 0,5 por ciento de los escaños. El señor Ramón Tremosa (CiU) tiene un discurso en el que mezcla el soberanismo con el pensamiento conservador. Don Luis de Grandes dio la impresión de no haberse preparado el programa en absoluto. No tomaba notas de lo que decían los demás ni les contestaba y se limitaba a reproducir el argumentario del PP, viniera o no a cuento. Ese argumentario en lo esencial es: cuatro millones de parados; siete mil parados por día; España fabrica tanto paro como Italia, Francia y Alemania juntas siendo así que, en tiempos del PP, fabricaba tanto empleo como los tres países juntos; el PP salvó al país de la ruina en 1996 y lo dejó en prosperidad en 2004; el PP pidió un crédito para pagar las pensiones en 1996 porque el PSOE había dejado la seguridad social en la quiebra; el PP creo cinco millones de puestos de trabajo; el PP puso a España en el mapa del mundo, mientras que con Zapatero España es irrelevante; etc. El señor De Grandes saltaba de uno a otro y los reiteraba pero su discurso no se ajustaba a lo que se discutía; su sola obsesión era negar todo al PSOE.
Es inevitable que, siendo el partido del Gobierno, el PSOE concite la inmensa mayoría de las apelaciones, de forma que más que un "multílogo" el debate fue un diálogo sucesivo en que el PSOE fue uno de los dialogantes en cerca de un 75 por ciento de las intervenciones. Por eso ha sido tan importante que el representante fuera el señor Jáuregui, curtido en estos menesteres quien expuso las políticas del Gobierno mejor que éste.
Los dos catalanes/catalanistas coincidían claramente en lo referente al autonomismo/soberanismo pero diferían muy agudamente en política económica y política social. Ello probablemente explica por qué fracasó la oferta de ERC de hacer una lista catalanista conjunta con CiU.
Por último, la obstinada táctica de Willy Meyer de fundamentar la teoría anguitista de las "dos orillas", con una alianza permanente de PSOE/PP en un lado e IU en solitario en el otro, era evidentemente errónea porque permitía visualizar un desequilibrio monumental pues ¿adónde van los 41 diputados del grupo Confederal de Izquierda Unitaria frente a los 501 de los grupos popular y socialista?