Segunda entrega de esta interesante publicación del Institut de Ciencies Politiques y Socials adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona, en la que se traza un balance del año político catalán en los aspectos electoral, parlamentario, gubernativo, de partidos políticos y de administración local. Cada uno de las territorios se le ha encargado a un especialista y contiene una sucinta elaboración teórica y abundancia de datos empíricos.
El capítulo de elecciones, redactado por Josep María Vallés, hace un análisis de las elecciones generales de 2008 en Cataluña, marcadas por tres características: la amenaza de la crisis económica, un clima de persistente irritación política y un inestabilidad institucional creciente (p. 9). La irrritación política venía movida por la reforma del Estatuto de autonomía y por la beligerante actitud de la Iglesia católica en materia matrimonial y educativa y, sobre todo, por el hecho de que la propia Cataluña acabara convertida en objeto y sujeto de la confrontación electoral (pp. 10/11). El resultado por partidos es conocido: sube el PSC, baja CiU, se mantiene, aunque desciende ligeramente el PP, bajan tanto ERC como ICV-EUIA y presencia residual de Ciutadans (p. 13). La interpretación de Vallés es que los ataques del PP al PSOE por sus "excesos nacionalistas" perjudicaron a éste en toda España pero lo beneficiaron en Cataluña, porque son los resultados del PSC los que han permitido al PSOE mantener la psición mayoritaria. (p. 15)
En cuanto a El Parlament de Catalunya durant l'any 2008, de Fernando Domínguez García, que es letrado del Parlamento de Cataluña y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, queda claro que el año se ha destinado a consolidar el nivel normativo de la autonomía catalana luego de la reforma del Estatuto (p. 37). El Parlamento ha aprobado 18 leyes en 2008. Una de las causas de la lentitud lgislativa es el hecho de que las minorías soliciten y la mesa del Parlameno otorgue frecuentes prórrogas (p. 38). Uno de los temas controvertidos en la legislatura, como en la anterior, ha sido el del uso del decreto-ley por el Gobierno, que no debe entenderse como una delegación del parkamento sino que es un poder propio del Gobierno según el artículo 64 del Estatuto de Autonomía. Todavía no se ha puesto en marcha el Consejo de Garantías Estatutarias, previsto en el nuevo Estatuto (p. 40).
El capítulo sobre el Gobierno, a cargo de Josep . Reniu i Vilamala, se titula Qui dia passa any empeny... ("Un año tras otro viene...") parte de señalar que los resultados electorales del PSC en 2008 fueron claves para la victoria del PSOE. El gobierno catalán ha estado condicionado por los enfrentamientos internos en el Tribunal Constitucional a costa del Estatuto y los incumplimientos del Gobierno central en la elaboración de una propuesta de financiación de las CCAA, singularmente de Cataluña. El momento álgido de esta confrontción se dio con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. (p. 62). Las dos cuestiones con las que ha tenido que bregar el Gobierno catalán han sido la sequía y los cambios introducidos en los órganos directivos de ERC, socio del PSC en el Gobierno pripartido (p. 63). La acción del Gobierno, similar a la del año pasado, muestra una intensificación de los acuerdos de Gobierno en materias sociales, territoriales y culturales. En cuanto a la calificación del Gobierno es la misma que la del año pasado.
Los partidos políticos catalanes son objeto de atención doble: de un lado Joan Marcet, director del Instituto de Ciencias Politicas y Sociales, hace una introducción de tipo general y Tània Vergés Mestre se ocupa luego de los partidos en concreto en un trabajo pormenorizado. Igual que en el caso de Vallés, la autora resume el resultado de las elecciones del 9 de marzo de 2008 en los diferentes partidos: PSC y PP aumentan en votos y escaños en el Congreso de los Diputados, CiU se mantiene y ERC y ICV-EUIA redujeron su representaión en tanto que Ciutadans, que se presentaba por primera vez, no conseguía ningín escaño. (p. 95). Por lo demás, en Cataluña el porcentaje de ciudadanos vinculados a una formacón política es del cuatro por ciento del electorado y el siete por ciento de los votantes (p. 96). Teniendo en cuenta que 2008 ha sido año de congresos de los distintos partidos, Vergés hace luego un estudio singular, partido por partido, en el que se detiene en la orientación política ideológica de cada uno de ellos así como en sus transformaciones organizativas (si las ha habido) a raíz de cada Congreso. Así es interesante saber que CiU ha integrado la visión soberanista y habla del derecho a decidir con garantías, al estilo de Montenegro (p. 103). Igualmente cómo van las relaciones entre los dos socios de la federación (CDC y UDC), pendientes de una unión más estrecha, a lo que no ayuda la visión soberanista de CDC (p. 106). En cuanto al PSC son de interés las variantes de sus relaciones con el PSOE, partido hermano con el que espera acordar la financiación. En el caso de ERC, la autora expone su régimen asambleario y el sistema electoral seguido para elegir al Presidente (Joan Puigcercós) y al Secretario General (Joan Ridao)