El PP ha solicitado personarse en la causa "Gürtel" y el juez se lo ha concedido. Esto es, lo mismo que le negó en su día el juez Garzón por entender inapropiado que se constituyera en parte acusatoria en el proceso alguien relacionado con los imputados.
La intención del PP parece ser tener acceso a los documentos que prueban las corruptelas de sus militantes, soslayando de este modo el secreto del sumario y, en segundo lugar, organizar mejor la defensa de sus imputados, a los que ha suspendido de militancia, pero no del desempeño de los cargos en los que estaban a causa de la dicha militancia. Supongo que es lo más astuto que cabe hacer para defenderse en una causa cuyo alcance se ignora. Bastante fastidiado es que el país se despierte todos los días con un caso nuevo de corrupción en un goteo que nadie puede aguantar.
Resulta que "El Bigotes" organizaba los actos de su "amiguito del alma", el presidente Camps tanto en España como en Miami y eso que éste no lo conocía. Al señor Camps ya lo buscan los diputados de la Asamblea valencian como Wyatt Earp buscaba a Billy the Kid y por motivos muy similares. El señor Rajoy dirá lo que quiera pero la verdad es que, mientras el deterioro institucional en Valencia es evidente, el señor Camps es una soga que lleva al cuello y, a medida que vayan sabiéndose cosas, la soga apretará más.
Porque las corruptelas acaban sabiéndose y las que tienen que ver con el PP no sólo no conocen fin sino que se dan en unos contextos tan variados que no se podrá argumentar eso tan socorrido de que se ha sacado de contexto una u otra porque las hay en todos los contextos: covachuelas de la administración, cruceros de lujo por el Mediterráneo, revistas semiporno con amantes picaronas, francachelas de amigotes orquesta incluida, bodorrio de la hija del jefe en escenario de ensueño, cobros bajo cuerda, paraísos fiscales y blanqueo de dinero. Es una mar océana de la corrupción en la que el PP está ahogándose.
El episodio por el que el gabinete de prensa de la señora Aguirre decidió regalar a ésta una canastilla como felicitación por haber sido abuela pero atribuyó el gesto y el pago a los periodistas acreditados en la Comunidad Autónoma siendo así que es falso, es un comportamiento que lleva la indeleble impronta de la casa: no decir la verdad ni cuando conviene.
Un poco más abajo en el callejero de Madrid, en la Carrera de San Jerónimo resulta que el bufete del abogado Michavila, exministro de justicia del Gobierno de Aznar y actual militante y diputado del PP en el Congreso cobraba por elaborar proyectos de leyes para gobiernos del PP, singularmente al del inefable señor Camps, a cuyo abogado jefe fichó para estas tareas tan poco edificantes del despacho: los legisladores como este señor Michavila, hombres en contacto con la calle y la dura realidad de la vida se encargaban de hacer leyes para los gobiernos amigos y cobraban por ello, al margen o además del salario que el Estado les paga por hacer ese mismo trabajo, aunque no en interés propio sino de la colectividad. No es mal negocio, no; pero es una práctica vergonzosamente corrupta.
De aquí a las elecciones del siete de junio hay tiempo para que la monofonía de la corrupción del PP siga sonando, con las entradas y salidas de los diputados en la Audiencia Nacional que tienen un efecto demoledor. Ayer un amable comentarista, a la vista de mi pronóstico final "la abstención puede llegar al 60 o 65 por ciento. Y no creo que el PP las gane en modo alguno. Ni tendrá buenas perspectivas para 2012", me preguntaba: "¿Pronóstico voluntarista? ¿Optimismo partidario? ¿Análisis concreto de la realidad concreta? Veremos, como dice M.A.Aguilar." Mi respuesta es: de todo un poco, pronóstico voluntarista, optimismo (aunque no partidario) y análisis concreto de la situación concreta, que era lo que pedía Lenin cuyo primer libro El desarrollo del capitalismo en Rusia era todas esas cosas al mismo tiempo, aparte de una manifiesta invención. Y le salió.
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