No suelo postear sobre asuntos de corrupción porque me resultan muy desagradables, los partidos se cruzan acusaciones de "y tú más" y es muy difícil aclararse pues todo se envuelve rápidamente en una niebla de juzgados, declaraciones, imputados, recursos y presunciones de inocencia, y casi nunca se saca algo en limpio. Es más parece como si hubiera una relación inversamente proporcional entre la opinión general respecto al alto grado de corrupción política, especialmente en los gobiernos locales y la cantidad de casos que llegan a esclarecerse por completo. Sin embargo, los acontecimientos recientes de Mallorca tienen tal alcance y traen a la memoria tantos casos anteriores que justifican un breve cuanto resignado comentario acerca del PP en las Islas Baleares, la actitud de doble rasero y política entendida como forma de hacer negocios.
El primer presidente de la Comunidad fue Gabriel Cañellas, un histórico fraguista que empezó en Alianza Popular, siguió en Coalición Democrática y terminó en el PP, lo que no es mucho cambiar dado que los tres partidos eran y son el mismo. Fue President de 1983 a 1995 y seguiría siéndolo de no ser porque el señor Aznar lo obligó a dimitir a raíz del proceso por el túnel de Soller en el que estaba imputado el señor Cañellas. Por último el Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares no le impuso condena alguna por los delitos de prevaricación y cohecho no porque no los hubiera cometido sino porque habían prescrito. Pero un delincuente es siempre un delincuente aunque no sea condenado por prescripción del delito.
El caso del exteniente de alcalde de Palma, Javier Rodrigo de Santos, es como de manual de lo que no debe ser la política. Un menda ultracatólico, opuesto a los matrimonios gays, se gasta casi 55.000 euros de fondos públicos en pagarse sus escapadas a un club de prostitución homosexual, un club de gays. El hombre, que está en la cárcel como preventivo, ha devuelto el dinero y parece dar por buenas las acusaciones. No me extraña, hay hasta videos
Un caso patente de doble moral, incluso de doble vida porque el hombre, a quien al parecer llamaban el impoluto está casado y tiene varios hijos. Hace falta tener cuajo para estar contra los homos siendo uno de ellos; cuajo y algún tipo de neurosis. Los responsables del PP de Baleares dijeron estar "avergonzados" por el tomate que se había descubierto del señor Rodrigo de Santos, habitual participante en las procesiones católicas y besamanos al obispo.
El PP de las Islas se pasa la vida avergonzándose. Ahora vuelve a hacerlo por la trama de corrupción de altos funcionarios del gobierno anterior del señor Jaume Matas. Uno de ellos está en la cárcel por sospechoso de haber desviado hasta tres millones de euros de fondos públicos a sus bolsillos, entre otras fechorías todas muy lucrativas para ciertos particulares, funcionarios y cargos del Gobierno del PP, el presidido ya por Jaume Matas.
Y el propio señor Matas, que dimitió de la presidencia del PP balear en 2007, al no poder formar gobierno a raíz de las elecciones autonómicas de 2007, presenta tonalidades tornasoladas. Si es cierto que se compró un palacete de 750 metros cuadrados construidos, edificio histórico, por menos de un millón de euros cuando el precio en el mercado supera los cinco millones debiera mediar alguna explicación satisfactoria (a lo mejor la hay y yo no la conozco) porque no es frecuente comprar las cosas por el veinte por ciento de su valor.
De los comportamientos actuales y los pasados, del presente y la historia cabe sostener que la corrupción es endémica, epidémica y pandémica en las Islas Baleares. Todo este asunto lo ha sacado el gobierno actual del PSOE. He aquí un ejemplo bien claro de la ventaja de que haya alternancias en los poderes públicos de todos los órdenes. Si no hay anternancia, el poder político acaba delinquiendo; también lo hace con la alternancia pero es mucho menos frecuente.
(La imagen es una foto de Aloriel, bajo licencia de Creative Commons).