El País de ayer domingo traía dos entrevistas, una con el señor Solbes, vicepresidente del Gobierno y ministro de Hacienda y la otra con la señora Pajín, secretaria de Organización del PSOE. Ambas, por distintas razones, merecen un breve comentario. En cuanto al señor Solbes, ya era hora de que las autoridades acepten que tenemos encima una crisis económica de gravedad desconocida, cosa que se empeñaban en ignorar e, incluso, en ocultar.
El entrevistador pone en apuros al entrevistado porque, como han venido las cosas, no se sabe qué haya hecho el Gobierno desde que ganó las elecciones. Pero el señor Solbes no se altera cuando lo acorralan, sino que se limita a decir que saldremos de ésta. Lo malo es que ha dicho ya tantas cosas y ninguna se ha cumplido que no imagino cómo espera que se le conceda crédito ahora. Es lo que tiene dárselas de profeta o zahorí por una presunta competencia técnica. Dice ahora el Vicepresidente que, cuando hacía sus profecías salvajemente optimistas ,no sabía que la situación era tan grave. ¿Y no se le alcanza que ahora puede estar pasando lo mismo cuando vuelve a poner plazos, términos, fechas y hablar de tendencias?
En todo caso, el señor Solbes da la impresión de ser persona honrada a quien no le salen bien las cosas. No parece que haya pretendido engañar a la gente pero ese es ya escaso consuelo a estas alturas. Porque lo que interesa es saber qué medidas piensa adoptar para hacer frente a la crisis que su jefe, el señor Rodríguez Zapatero, sigue sin reconocer formalmente, y me temo que la entrevista muestra que el entrevistado no tiene ideas claras ni recursos, sino que se limita a confiar en que la economía española resista gracias a su buen estado de salud porque él carece de medicamento alguno que pueda ayudarla.
En cuanto a la señora Pajín, secretaria de Organización del PSOE, una fuerza ascendente, digna representante de las nuevas generaciones, transmite determinación, energía y competencia. Sin duda dicha señora ha hecho una buena carrera en su partido, tiene experiencia y sabe cómo moverse en un territorio difícil. Y no habla por hablar.
A diferencia de la entrevista al señor Solbes, en ésta el entrevistador es más suave, parece olvidar que la señora Pajín es secretaria de Organización y no de comunicación o de otras tareas y no le hace preguntas sobre su campo específico. Por ejemplo, ¿hay planes para profundizar en la democratización interna del partido, mandato constitucional sistemáticamente ignorado por todos? ¿Qué se está haciendo para resolver la calamitosa situación de las organizaciones madrileña y valenciana del PSOE, literalmente corroídas por los fulanismos y los enchufismos? ¿Cómo se acometerá la reducción necesaria de los poderes de los barones? ¿Cómo se van a articular las relaciones, cada vez más complicadas del PSOE con el Partit dels Socialistes de Catalunya? Y así alguna más.
Me quedo sin embargo, con una afirmación de la señora Pajín que tiene una trascendencia grande de la que espero sea ella consciente. Dice doña Leire: "El partido, cuando gobernamos, debe estar más atento que nunca a los ciudadanos. No sólo cuando nos apoyan, sino especialmente cuando son críticos. Nuestro deber es trasladar esas percepciones ciudadanas al Gobierno. Es una alianza estratégica en la que Gobierno y partido se necesitan; tienen tareas distintas, pero complementarias." (Las negritas son mías).
El más frecuente error del poder es no escuchar sino los halagos e ignorar las críticas, incluso las que formulan gentes leales, atribuyéndolas todas a hostilidad o resentimiento. Y así se pierden los poderosos. Tengo la impresión de que es lo que está sucediendo al Gobierno, atolondrado ya por los tiralevitas, pelotilleros y vividores que siempre se arraciman en torno a los que mandan. Seguro que tendremos ocasión de volver sobre esto. Por ejemplo ¿es cierto que están tomándose medidas disciplinarias con el eurodiputado señor Borrell por haber votado en contra de esa infamia que es la directiva de la vergüenza a favor de la cual han votado casi todos los demás eurodiputados socialistas españoles, pero sólo los españoles?