Ya están otra vez los buitres carroñeros tratando de que el asesino De Juana vuelva al trullo contra toda ley y justicia. Igual que hicieron cuando perpetraron aquel abuso de los dos articulitos supuestamente amenazadores, ahora quieren empurarlo por el texto de una carta que sus amigos leyeron en alto en un homenaje callejero hecho por unos gamberros que decidieron apropiarse la vía pública para festejar al criminal recién excarcelado.
Leí lo que publicó Gara en su día e incluso posteé sobre ello (Blogorismo de De Juana) y no me pareció que contuviera apología alguna del terrorismo, aunque sí una ofensa a las víctimas si era verdad que él decía ser víctima a su vez mas no en un sentido jurídico sino metafórico. Como siempre en los escritos de este sujeto, era un texto torpe, apelmazado, bombástico y lleno de topicazos, pero no constitutivo de delito. De todas formas los jueces sabrán decidir. Pero permítaseme recordar que el momento es poco propicio a un juicio ecuánime, que hay un clima de linchamiento mediático e inmediático del precito De Juana que invade prácticamente a todo el mundo en nuestro país, donde es de mal tono empezar cualquier discurso sobre el poliasesino sin hablar de náuseas y vómitos.
Va a ser muy difícil que los jueces aguanten la presión que cae sobre ellos; pero tienen que hacerlo. No puede repetirse la vergüenza de los articulitos de Gara. Por el bien de todos. El asesino De Juana cumplió su condena. La ley obliga a ponerlo en la calle y nada dice sobre que tenga que arrepentirse, vivir aquí o allá o no escribir cartas llenas de memeces. Cumplamos la ley y, si el señor De Juana vuelve a delinquir, procédase contra él. Pero no se "creen imputaciones", no se retuerzan las pruebas, no se haga una chapuza para volver a enchironarlo porque eso no puede hacerse en un Estado de derecho.
(La imagen es una foto de Vicki's Nature, bajo licencia de Creative Commons).