Según parece los etarras tienen orden de anunciar que son de ETA en cuanto los detienen y de acusar de torturas a quienes los hayan detenido se den o no malos tratos. Por lo que se está viendo de las declaraciones de este chaval Arkaitz Bengoetxea y sus cómplices también deben de tener orden de cantar sin tregua, de confesar todo lo que planeaban hacer y hasta lo que soñaban con hacer. Orden incluso de inventarse las acciones, quizá con la intención de sembrar incertidumbre y zozobra con lo que hubiera podido pasar, ya que no pueden hacerlo más real y directamente. Pareciera como si, acorralada y debilitada ETA hubiera decidido sustituir su política de atentados por otra de amagos De otro modo no es posible entender la cascada de planes, a cual más complejo que está confesando esta cuadrilla de asesinos en agraz. Tenían pensado asesinar al juez Grande Marlaska, al senador del PP Ramón Rabanera, secuestrar y asesinar asimismo al concejal Benjamin Atutxa, explosionar una bomba al paso de un furgón de la Ertzaintza y realizar una serie de atentados en Andalucía, sin duda para animar el turismo en la zona. Un activismo frenético que casi parece estajanovismo del crimen.
Son demasiados planes para este puñado de descerebrados lo que induce a pensar que, en efecto, ETA debe de estar en momentos bajos para mantener en nómina a estos macabros fantasiosos que ignoran los principios elementales de la eficiencia organizativa, el primero de los cuales es no plantearse demasiados objetivos u objetivos difíciles de alcanzar
El tal Arkaitz, un mutilado físico y moral de la kale borroka, parecía soñar despierto y sabedor de que, como dice el ministro Rubalcaba, su destino más pronto que tarde era la carcel, seguramente quería entrar en ella con una historial que lo avalara como un asesino polivalente y contumaz a ojos de otros no menos curtidos criminales encarcelados con anterioridad. Que probablemente hay emulación hasta en el asesinato.
(La imagen, un cartel distribuido por la policía con los rostros de los etarras más buscados, es una foto de La ignorancia mata, bajo licencia de Creative Commons).