Todavía hay ecos de la maniobra de la ministra de la Vivienda de acudir en defensa de los empresarios del ladrillo con trescientos millones de euros. Con ese dinero, la señora Corredor, digna discípula del señor Sebastián (que acaba de presentar un "plan" de ahorro energético de mucha risa) pretende comprar suelo a las inmobiliarias y evitar así que se vean obligadas a bajar los precios a causa del exceso de oferta en el mercado y a reducir sus márgenes de beneficio. Que esto del mercado libre y el libre juego de la oferta y la demanda sólo funciona en época vacas gordas y beneficios. Cuando no hay beneficios corresponde a los trabajadores pechar con las reducciones, gracias a la decidida intervención de unos poderes públicos que el resto del año predican el abstencionismo de la administración en los mercados. Y aquí sí que no hay diferencias entre derechas e izquierdas: todos van en contra de la gente.
Aún no se han apagado los ecos de la controversia que esta decisión ha suscitado cuando leo otra noticia en 20 minutos que tiene más o menos la misma pinta: la comunidad de Madrid firma un convenio con las constructoras para sacar pisos al mercado con una rebaja del 20%. He aquí otro ejemplo del poder de las inmobiliarias, capaces de conseguir lo que no consigue nadie: que las administraciones públicas absorban sus pérdidas; es decir y dado que las "administraciones públicas" son en el fondo los ciudadanos, que seamos los ciudadanos quienes las compensemos por sus pérdidas, queramos o no. Hasta aquí llega el liberalismo de la señora Aguirre, hasta salir en auxilio de los empresarios del ladrillo a costa de los ciudadanos de la comunidad, como si fuera una bolchevique intervencionista.
Por supuesto la noticia es ambigua y como información deja que desear, lo que es también un indicio de su procedencia pues la citada Comunidad de Madrid ha demostrado ser inigualable en mezclar información y propaganda. Deja que desear porque no aclara quién pagará ese veinte por ciento de rebaja en el precio con que los pisos saldrán al mercado. Sin embargo, no debe haber duda alguna: los empresarios cobrarán el ciento por ciento de sus abusivos precios actuales, desglosado del modo siguiente: ochenta por ciento lo abonarán los compradores en el mercado y el veinte por ciento restante la Comunidad de Madrid, es decir, todos los ciudadanos, nos guste o no. Porque si los empresarios fueran a sacar al mercado las viviendas que no venden por ser excesivamente caras con una rebaja del veinte por ciento ¿para qué necesitan un convenio con la Comunidad de Madrid? Les bastaría con ir al mercado directamente y ofertar su stock con ese descuento, que tampoco les funcionará dado que, como se sabe, la vivienda está sobrevalorada en un cuarenta por ciento.
Si tienen un convenio es porque la Comunidad absorbe el lucro cesante de los empresarios a base del truco ese de reconvertir vivienda libre en vivienda de protección oficial (VPO). Como se ve, los del ladrillo están siempre "reconvirtiendo" para llenarse los bolsillos. Porque esto de las VPOs es una historia llena también de enseñanzas sobre lo sinvergüenza que es la gente, el abuso de los empresarios del ladrillo y la complicidad de los dirigentes políticos, aunque se digan socialistas, como la señora ministra Corredor. Cuando los precios de las casas crecían sin parar en un mercado que no parecía tener límites, los empresarios no construían VPOs porque los márgenes de beneficios eran menores. Es ahora cuando se acuerdan de ese tipo de viviendas para hacer una trampa: la viviendas en régimen de mercado libre a sus precios exorbitantes pueden reconvertirse en VPOs con la consiguiente rebaja para los compradores, pero que no es tal para el conjunto de la sociedad ya que la diferencia es abonada por los organismos públicos en una acción que los hace cómplices de este abuso de los ladrilleros que no solamente siguen forrándose a costa de la gente sino que ahora pueden presumir de su aportación "social" a las VPOs.
¿Y no habrá nadie que detenga este saqueo de las arcas públicas en época de crisis económica?
(La imagen es una foto de Joriel "Joz" Jiménez, bajo licencia de Creative Commons).