Los periodistas son los grandes relatores de la posmodernidad. Los políticos, los protagonistas de los relatos que pueden ser favorables, desfavorables o indiferentes. El relato de los periodistas versa sobre lo que hacen los políticos; especialmente sobre lo que hacen mal porque sólo son noticia las malas noticias. Por las buenas únicamente pagan los que las producen porque nacen, se casan y mueren y les gusta decírselo a todos a través de la prensa.
Es lógico que las relaciones entre periodistas y políticos no sean buenas, pues nunca lo serán entre el vigilado y el vigilante, pero tampoco es imprescindible que vayan a dentelladas. Algo pasa en España para que el clima político-mediático sea tan agresivo, insultante y violento. ¿Es la idiosincrasia de la raza? Espero que no. Pero alguna explicación tiene que haber para la existencia de un caso como el de la COPE, con su locutor astro condenado por los tribunales por injuriar gravemente igual que en su día la televisión de Urdaci, o sea, del PP, sufrió otra condena de los tribunales por manipulación. Esto no es normal.
La agresividad mediática es muy estilo neocon y, junto a esta orientación política aquí aparece el viejo franquismo, que goza de muy buena salud. En Pozuelo de Alarcón, sin ir más lejos, hay una Plaza de José Antonio y una Avenida del Generalísimo. Franquismo y "neocons" es el cocktail que da una doctrina dicha liberal predicada a grito pelado desde las ondas y seguida luego a pies juntillas por una militancia de carcamales muy bien ataviados.
Por todo ello es tan importante el fondo del asunto que está zarandeando al PP en estos días precongresuales.Ya desde el primero posterior a las elecciones, los medios abanderados del PP, esto es, la COPE y El Mundo pretendieron organizar el relevo en la dirección del partido y arremetieron contra el señor Rajoy. Desde el primer momento, sin embargo, el señor Rajoy tuvo los apoyos que necesitaba y acabó imponiendo su discurso. Ese discurso al que sus enemigos llaman de congraciarse con el nacionalismo fue el ganador y el señor Rajoy ha dejado ya bien claro que organizará un partido independiente de los medios de comunicación. Porque esto no es un chiste: los medios a los que había que independizar de los políticos son ahora de los que hay que independizar a lo político.