En el momento de entrar en las primarias de Kentucky y Oregon, los datos de delegados de los dos contendientes demócratas (ya que el republicano carece de interés porque va él solo) eran los siguientes: Mr. Obama: 1.913 delegados, el 94,4% de los 2.025 necesarios para ganar. Mrs. Clinton: 1.715, 84,6% de los mismos 2.025.
En el momento de escribir este post ya son firmes los resultados de Kentucky: 10 delegados para el señor Obama y 33 para la señora Clinton que ha ganado en el Bluegrass State. En Oregon, que va más retrasado por la diferencia horaria, con el 16% de votantes escrutado, el señor Obama lleva el 62% y la señora Clinton el 38% lo que quiere decir que (si se mantienen estos datos) le corresponderán, más o menos, 32 delegados a Mr. Obama y 20 a Mrs. Clinton. Sumando totales, Obama: 1.955 delegados y Clinton 1.768.
Así pues, al senador por Illinois le faltan 70 delegados para llegar a los 2.025 y a la senadora por Nueva York, 257. Esto quiere decir que a Obama le faltan 70 delegados para llegar a los 2.025 mientras que Clinton necesita 257. Dado que los delegados que quedan por distribuir correspondientes a Puerto Rico, Montana y Dakota del Sur son 86, aunque la señora Clinton los ganara todos (cosa prácticamente imposible) no alcanzaría los 2.025, mientras que el señor Obama podría conseguirlo, aunque seguramente también le faltará un puñado. Por eso, cuando se conozcan los resultados definitivos, Mr. Obama querrá proclamarse vencedor moral y la señora Clinton seguirá diciendo que hay que contabilizar el voto popular y no tanto el número de delegados, dado que ninguno de ellos llega a los 2.025 y que, por tanto, tendrán que echar mano de los superdelegados.
Resultado: habrá pugna hasta la convención demócrata del verano. Esto está que arde. Interesante pugna entre una mujer y un hombre negro por la presidencia de los EEUU, el país más poderoso de la tierra. Estos progres es que no tienen remedio