No hace falta decir que muchos ojos europeos están fijos en lo que pase en Escocia en las elecciones municipales que tuvieron lugar ayer en Gran Bretaña y, especialmente, las autonómicas de Escocia y Gales para sus respectivos parlamentos. Y menos falta hace decir que muchos de esos ojos, los que más interés tienen fuera del Reino Unido, son vascos. En efecto, por primera vez desde que se pusieron en marcha las instituciones de autogobierno en Escocia en 1999, los sondeos apuntan a que pueda vencer el Scottish National Party (SNP), aunque no por mayoría absoluta, poniendo fin a la tradicional supremacía laborista en Escocia. De darse tal victoria, el SNP pretende convocar un referéndum de independencia para 2010, dentro de tres añitos de nada.
Se entiende que cunda el interés y hasta cierta indignación entre los nacionalistas vascos: llevan viendo en los últimos años cómo otras naciones europeas emergen (o reemergen) a la luz de la historia: las bálticas, Eslovaquia, recientemente Montenegro y ahora...Escocia. Y la indignación tiene que ser mayúscula cuando se ve que algunos de estos que se salen con la suya son unos recién llegados en comparación con el vetusto PNV. El SNP, sin ir más lejos, se funda en 1934 (en 1928, si tomamos en cuenta su predecesor el National Party of Scotland), que es nada comparado con la centenaria historia del Partido de Sabino Arana.
Es una pena que, con los nuevos arreglos institucionales (votos en circunscripciones uninominales y votos en circunscripciones con listas, para mezclar el sistema matoritario con el proporcional), el recuento ahora tarde tanto. Estoy enchufado a la BBC, pero los resultados llegan con cuentagotas y nadie cree que sean medianemente definitivos antes de las seis de la mañana. O sea, que larga noche. Lo que sí parece saberse (aunque tampoco es cien por cien seguro) a la hora de redactar este post es que la participación está por encima del 60%. En las últimas elecciones estuvo por debajo del 50%. Si eso es así, me temo que los del SNP(Alex Salmond) vuelven a quedarse en la estacada. Parece que quienes están perdiendo votos son Liberales-Demócratas de Nicol Stephen.
Aunque los nacionalistas escoceses consigan ganar estas elecciones, su referéndum previsto no les daría buen resultado pues cerca de dos tercios de los escoceses se oponen a la independencia. No obstante todo ello me interesa señalar aquí dos cosas: la primera es que muchos países (Canadá, Montenegro, Escocia, etc) están dando ejemplo a España de cómo se resuelven estos problemas, esto es, civilizadamente, si ponerse histéricos y mediante un referéndum o los que hagan falta, cuyo resultado habrá que respetar sea el que sea. Al respecto, en mi modesta opinión, el principal obstáculo al referéndum en el País Vasco es la existencia de ETA. Mientras exista esa organización, y durante algunos años después de su desaparición hasta que se restablezca una atmósfera de confianza y seguridad en la sociedad vasca, convocar un referéndum me parecerá no sólo ilegal sino inmoral.
La segunda: Europa es un continente, el viejo continente, caracterizado por un hacer y deshacer permanente en todos los sentidos. Si la comparamos con América, por ejemplo, donde apenas se ha movido una frontera en los últimos 150 años y, por supuesto, ni un solo Estado ha cambiado de forma de gobierno, veremos que el viejo continente es territorio de experimentación. Caen repúblicas, se fundan monarquías, Estados separados se unen, Estados unidos se separan... ¿y qué? No pasa nada. ¿Que el País Vasco se pronuncia por la independencia (que no creo)? Bueno ¿y qué? ¿Por qué no se puede hablar de la posible independencia de vascos, catalanes, etc, sin que se te eche encima una manga de trogloditas hablando de alta traición, lesa Patria y semejantes majaderías?