El señor Wales, inventor de Wikipedia y otra alma cándida cuyo nombre no he retenido se han propuesto poner un poco de orden y educación en la blogosfera. Quieren establecer una especie de código deontológico de la bloguería para evitar esos comportamientos tan detestables que todxs encontramos en la red: gente insultando del modo más soez, amparada en el anonimato, amenazas, violencia verbal, vamos. Hasta han abierto un wiki para quienes quieran participar en la hercúlea tarea.
La verdad es que el empeño me parece baladí. Ya lo hablé hace unos meses con un bloguero valenciano que quería hacer lo mismo. Pienso que la blogosfera es otro ámbito de expresión, el más libre de todos hasta la fecha y en el que debe regir, en consonancia, la máxima libertad de expresión con los solos límites del Código Penal. Por lo demás, quienes han puesto en marcha la iniciativa no parecen dar con fórmula alguna que no esté ya inventada y se aplique de hecho. Por ejemplo, dicen que es preciso que los blogueros se responsabilicen de lo que aparece en sus blogs, tanto en los posts como en los comentarios. Me temo que es algo redundante porque ya pasa. Los blogueros somos de hecho, queramos o no, responsables de lo que se publica en nuestras páginas. Supongo que ningún juez en su sano juicio (cual deben estar los jueces) admitiría que un bloguero se declare no responsable de los comentarios que la gente pone en su blog, puesto que tiene la posibilidad de filtrarlos y/o suprimirlos cuando quiera. Resulta raro que gente tan experimentada como el señor Wales dé en una idea tan inútil.
Y conste que comprendo la preocupación que embarga a gentes tan bien intencionadas. Probablemente estén apabulladas por la magnitud del fenómeno. Una ojeada al gráfico de la izquierda, que tomo de Technorati, nos da una idea del asunto. Son datos de octubre de 2006, bastante actuales (no los he encontrado más recientes), y ponen los ojos como platos. Hace seis meses, Technorati tenía registrados 54 millones de blogs y estaban creándose 3 millones de ellos al mes, 100.000 al día. A día de hoy serán, pues, 72 millones, lo cual viene a suponer cerca de dos millones de posts diarios. Esto ya no hay quien lo controle. Al lado de tales cifras, la rebelión de las masas, de Ortega, es como la petanca frente al último videojuego.