El martes pasado hubo una jornada de violencia en la Estación del Norte, intercambiador de metro y RER para las banlieux del norte de París. En breves líneas, el asunto fue el siguiente: un joven congolés, Angelo Hoekelet, salta limpiamente la máquina picabilletes. Lo aborda un par de agentes de la empresa de transportes, RTP, hay un forcejeo, interviene la policía y reduce con violencia al pretendido polizón. Hay un tumulto, unxs 200 jóvenes más, probablemente, se piensa, convocadxs por SMS, hacen frente a los policías. De pronto, sin saber cómo, la estación se llena de cientos de CRS en pleno atavío antidisturbios, con perros policías y lanzabotes de gases lacrimógenos, que cargan sin contemplaciones contra los jóvenes y practican una decena de detenciones. Hay disturbios y actos de vandalismo. Quien quiera ver el video de Le Monde, que pinche sobre la imagen .
Hasta aquí, nada que haga sospechar algo extraño. Al día siguiente, el nuevo ministro del interior, sustituto de Mr. Sarkozy, Mr. François Baroin, dice que el polizón congoleño es un ilegal con antecedentes y que lleva veinte años sin papeles. El juicio ha quedado aplazado hasta primeros de abril y el abogado del detenido sostiene que no es un ilegal y que es ciudadano francés de pleno derecho.
Numerosos testigos presenciales que han hecho llegar sus comentarios y videos a los periódicos coinciden en que la carga de la policía fue descomedida e imprevista. Muchos dicen que los CRS actuaron como rambos, con intenciones provocativas. Por supuesto, cientos de policías (algunos hablan hasta de un millar), no se materializan en menos de tres minutos, si no están preparados muy cerca. Y, en efecto, otros testigos dicen que había decenas de autobuses de los CRS estacionados en las inmediaciones de la Estación del Norte. La opinión más extendida es que nadie se explica el comportamiento de la policía.
¿No? Pues tampoco parece tan difícil. Ayer también, a menos de un mes de la primera vuelta en las elecciones presidenciales, el candidato de la derecha, Mr. Nicolas Sarkozy presentaba por fin su programa electoral: un folleto de 16 páginas del que se han tirado ocho millones de ejemplares y cuyo capítulo fuerte es, como ya se esperaba, la seguridad. Creación de un ministerio de inmigración e identidad nacional, imposición de cupos de inmigrantes, endurecimiento de las condiciones para la reunión familiar; en una palabra, mano dura para imponer la ley y acabar con "la ley de las bandas" en las banlieux. Así pues, no es dificil de entender, ¿verdad? Cuando una actuación policial parece una provocación es porque lo es. Y ¿qué más quiere el candidato de la UMP que el día en que presenta su programa propugnando mano dura contra la delincuencia, orden en las banlieux, etc, los franceses tengan imágenes de vandalismo como la de más arriba en las pantallas de sus televisores? Por cierto, si pinchan en el video, fíjense en los policías de paisanos que acompañan a los CRS uniformados y van disfrazados de jóvenes alborotadores y cuya función, obviamente, es provocar.
Por supuesto, el programa de Mr. Sarkozy tiene otros puntos y espero poder postear sobre él en unos días, comparándolo con el de Mme, Ségolène Royal, que cada vez va peor en los sondeos. Sniffs.