La última huelga de "móviles caídos" que se convocó para el 6 de febrero pasado no dio resultado, a pesar de estar más que justificada por la intención de las operadoras de telefonía móvil de aumentar las tarifas de establecimiento de llamada en un 25% para compensar por la pérdida de beneficios que les supondrá la nueva normativa que impide la facturación por minutos. El redondeo de dicha facturación, se ha calculado, supone un gasto medio de unos 500 € por familia y año. Efectivamente, si no pueden seguir cobrando ese dinero que los consumidores pagamos por servicios no prestados, las operadoras van a perder una suculenta tajada, algo así como la gallina de los huevos de oro, porque supone un capitalazo que se embolsan por el morro. O sea, un atraco.
La falta de éxito de aquella convocatoria se debió a la premura con que se hizo y el escaso eco que alcanzó en la blogosfera y fue una vergüenza tan grande que los de Vodafone (creo; si no, otro de estos) dijo, con una punta de sarcasmo, que el día de la huelga fracasada, el consumo de móviles fue superior al habitual. Teniendo en cuenta que las tarifas de telefonía móvil en España son altísimas y que van a subir más, sólo queda concluir que la blogosfera estaba durmiendo o que somos todos millonetis que nos podemos permitir pagar lo que sea por el uso de estos ingeniosos aparatos. Más bien lo primero, ¿no?
Pues el sentido común manda repetir la huelga, anunciarla con tiempo, difundirla, a ver si, por lo menos, los de Vodafone no se ríen de nosotros. Si la huelga vuelve a fracasar, los operadotes seguramente incrementarán los precios otra vez, en función del principio de que el precio final es siempre un grado menor a aquel en el que los clientes dejarían de comprar.
A la izquierda, la convocatoria. Un sencillo procedimiento de copypaste permitirá meterla en otros blogs, a ver si conseguimos que la red haga un plante sonado sin hablar por el móvil.