Los médicos están debatiendo ya in extremis si mantienen a De Juana atado a la cama las 24 horas del día, habida cuenta de que su condición es muy delicada, de que se ha arrancado la sonda con que lo alimentan y de que, si se la vuelven a poner, puede darse un desenlace fatal. ¿Qué les parece a Vds. mantener a una persona atada veinte y cuatro horas a la cama? Hace seis meses, que colgué mi primer post sobre este caso avisando de que, si se aplicaba la "justicia" de la venganza y se caía en la tentación de retorcer el Estado de derecho para mantener injustamente a este hombre en la cárcel podríamos encontrarnos en la paradójica cuanto estúpida situación de acabar convirtiendo en un mártir por la libertad de expresión a un criminal convicto y confeso. (La ilustración de Ensor, "Mi autorretrato en 1960", dibujada en 1860)
Tal cual. Es lo que ha sucedido. No hace falta que diga que estoy amargado por haberlo previsto. Tampoco que me subleva las entrañas el estólido comportamiento del entonces ministro de Justicia, la irresponsabilidad de unos jueces capaces de dictar sentencias tan inícuas y la ruindad moral de los politicastros de la oposición al estilo del señor Acebes quien ayer decía que De Juana pretende hacer chantaje a "nuestro" Estado de derecho. Como si no fuera evidente que a De Juana no lo ha condenado en esta segunda ronda un Estado de derecho sino un clima de odio y linchamiento generalizados que no solamente trata de matar a un recluso indefenso sino, lo que es peor, de convertir ese asesinato en una provocación para torpedear todo intento de solución en el País Vasco y, de ser posible, un estallido en ese mismo País Vasco.
No, no es un plato de gusto haber atinado con el peor escenario posible. Y todavía hay más. Se me ocurrió decir entonces, y seguí diciéndolo en los meses sucesivos, que alimentar a la fuerza a una persona se me antojaba práctica cercana a la tortura, cosa que me costó recriminaciones de escandalizadxs y rectxs ciudadanxs que me acusaban poco menos que de estar a las órdenes de los terroristas. Bueno, a la vista está: ¿cómo hay que llamar a la práctica de mantener a una persona en huelga de hambre atada a la cama las 24 horas del día?
El sábado pasado, muchos de los ultras que se manifestaron con la señora Aguirre y el señor Acebes llevaban pancartas donde se leían cosas como "los 25 asesinados por el terrorista de ETA De Juana Chaos nunca podrán hacer huelga de hambre". No pongo las fotos porque me da vergüenza por mis compatriotas, pero quien quiera verlas las tiene, cómo no, en Libertad Digital, que las exhibe muy orgulloso. Nos guste o no, De Juana ya cumplió la condena por esos asesinatos; ¿acaso no es venganza pedir que cumpla otra a cuenta de ellos? Hubo más pancartas, por supuesto, de ultras y falangistas al estilo de la imagen de la derecha y de la asociación del Cdte. Ynestrillas, un golpista del 23-F. Quien quiera verlas, que lo haga en El Plural. Por cierto, ¿cómo se entiende que la presidenta de la Comunidad de Madrid y el secretario general del PP se manifiesten codo con codo con los miembros de una asociación que honra la memoria de un golpista? Francamente repugnante.
Y hay más cosas que dan vergüenza en este siniestro asunto hecho de odio, de venganza, de afán de revancha y de intento de capitalización de tan bajas pasiones para dificultar la labor del Gobierno y, a ser posible, hacer que caiga. Emplear la ya más que probable muerte de un hombre -de quien sea, haya hecho lo que haya hecho- para ver de invertir una tendencia de voto, ganar unas elecciones y sentarse en una poltrona se me antoja incompatible con la caridad cristiana que dicen profesar quienes sin embargo parecen tener tan negra la conciencia como duras las entrañas.
Hace un par de días, en Plasencia, el señor Rodríguez Ibarra pedia en público la excarcelación del terrorista De Juana, al que propinó todo tipo de calificativos (cabrón, canalla, etc) probablemente por miedo a la acusación de tener connivencias con los asesinos. Y ese es el problema de los socialistas y del Gobierno del PSOE, otro asunto que da vergüenza: el miedo cerval que le tienen a los ultras, energúmenos y otros sectarios de la derecha. Si hubieran sido menos cobardes; si el entonces ministro de Justicia, López Aguilar no hubiera dicho aquella monstruosidad de "construir imputaciones", si hubieran actuado de acuerdo con los mandatos de la justicia y la recta razón poniendo en libertad a un hombre que ya había cumplido su condena, si el propio Ibarra, o Bono, o cualquiera de ellxs, no hubiera sido a su vez tan energúmeno, ahora no se encontrarían en esta lamentable situación de llevarse todas las bofetadas porque, hagan lo que hagan, De Juana es ya un símbolo.
El único que, a mi juicio, habló ayer con sensatez fue el señor Llamazares, quien pidió la inmediata excarcelación del recluso. Claro que el señor Llamazares no tiene responsabilidades de gobierno y decir eso le sale gratis (si acaso, algún rebuzno de la caverna), pero los genios del Gobierno sí que lo tienen crudo. De Juana es de hecho un mártir con reconocimiento internacional. Si lo dejan morir, todo el mundo va a echárseles encima, incluidos los que ahora vociferan que no se les ocurra sacarlo, gentes cuyo sentido de la rectitud moral es como el del propio De Juana.