Anteayer, la candidata a la presidencia de la República francesa, Ségolène Royal, presentó en un mitin en Villepinte un ambicioso "Programa para una Francia nueva" que sus partidarios, entre quienes me cuento, aunque no tenga voz ni voto en la fiesta, han señalado como el verdadero comienzo de la campaña electoral. El "Pacto por la presidencia", que su compañero François Hollande se ha apresurado a calificar por la tele como un "programa de izquierdas", son 100 puntos de medidas y reformas concretas en sectores particularmente sensibles de la política, la economía y la sociedad francesas: más poderes al Parlamento, democracia más participativa (algo en lo que viene insistiendo la señora Royal desde hace meses), salario mínimo elevado a 1.500 € (tomen nota los gobernantes españoles: 1.500 €, cuando aquí tenemos en el horizonte utópico alcanzar los 600 €), aumento de las pensiones en un 5%, 120.000 viviendas sociales al año durante los cinco de su mandato. Y así, hasta 100 medidas concretas de izquierda que afectan, además, a la capacidad adquisitiva de los salarios, la descentralización regional, la educación, la seguridad social, la lucha contra todas las formas de violencia, la excelencia medioambiental, la política exterior pacífica...¿Quién dijo que Mme. Royal no tenía programa?
Quien no tiene programa es su rival de la derecha, el señor Sarkozy. No obstante, sus portavoces en el seno de la UMP se han apresurado a descalificar las ideas de la señora Royal por dos vías no estrictamente contradictorias pero poco armónicas entre sí: de un lado, las medidas de la candidata socialista no existen, no son nuevas, no se sabe cómo encajan en una visión de conjunto de Francia y, de otro, no se ve cómo vayan a financiarse.
Pero las medidas están, el "Pacto presidencial" ha puesto el debate en el terreno de las propuestas concretas y va a obligar al señor Sarkozy a salir de la ambigüedad del discurso implícitamente de extrema derecha para decir en concreto qué piensa hacer con los salarios, las pensiones, etc.
Es de esperar que la candidata socialista vuelva a remontar en los sondeos. Sus cifras son muy oscilantes: al principio de la precampaña, las encuestas le daban ganadora en segunda vuelta por 53% contra 47% de Sarkozy. Las que vienen publicándose en los últimos días, muy especializadas, y reflejando las intenciones de voto de muy distintos sectores sociales, la muestran perdiendo terreno frente a Sarkozy entre los jóvenes (26% de intención de voto frente al 32% para Sarkozy), los obreros y empleados (30% frente a 35%) y los jubilados (19% frente a 41%). Solamente los funcionarios prefieren claramente a Mme. Royal (43% frente a 17%). Extraigo las cifras del diario Le Figaro.
Estaremos atentxs a los próximos sondeos. Al fin y al cabo, esta plataforma electoral de los 100 puntos ha sido el fruto de una intensa actividad consultiva de la señora Royal que, en los últimos meses, ha participado en más de 5.000 actos en los que ha ido pulsando la opinión de la gente, sus deseos y esperanzas. Algo que no ha hecho el señor Sarkozy por falta de tiempo.