dimecres, 31 de desembre del 2014

"Rapiña de sobresueldos". Feliz 2015.


Por una vez, Palinuro titula con un préstamo. Eso de "Rapiña de sobresueldos" es el editorial de El País de hoy, último día de este año 2014. En él  se valoran los comportamientos presuntamente delictivos de los dos presidentes de Caja Madrid en su día, Blesa y Rato, que eldiario.es describe con detalle. Por supuesto, la acostumbrada historia de chanchullos y mangoneos para que un puñado de sinvergüenzas, en cuyas manos estuvo la gestión de una de las primeras entidades de crédito, se forrara supuestamente y se diera la supuesta vida padre a costa de la quiebra de la entidad y la ruina no supuesta sino muy real para mucha gente.

Editorial y portadas de los medios del último día del año. Da que pensar.

En realidad, la clave está en la expresión de sobresueldos. La palabra que califica el gobierno de Rajoy y la práctica de su partido durante veinte años. El PP es el partido de los sobresueldos, empezando por su presidente y hoy presidente del gobierno español. Cientos de miles de euros de sobresueldos cobrados por gentes que, a su vez, tenían un sueldo por el cargo que desempeñaban. Desde Aznar hasta Arenas, pasando por Cospedal, Rajoy, Sáenz de Santamaría, Bárcenas, Hernando y toda la plana mayor del PP viviendo a costa de los españoles por partida doble.

La práctica de los sobresueldos estaba tan extendida que en un primer momento se reconocieron sin ambages. Rajoy defendió en el Parlamento su licitud sosteniendo que, como en todas las empresas, se pagaban complementos por productividad, incluida, se entiende, la suya. Era normal, era lógico, que el partido pagara un complemento a sus cargos electos por razón de dedicación y productividad y, se decía, la cuestión era que se tributara a Hacienda. Era tan extendida la corruptela que no se consideraba tal. Sin embargo, lo era. Al margen de las cuestiones que se planteaban respecto a la vigente Ley de Incompatibilidades, está el hecho de que un partido no es una empresa y, financiándose casi por entero con cargo al erario, tampoco puede hacer con el dinero lo que le venga en gana. La prueba es que debe rendir cuentas ante un órgano fiscalizador, el Tribunal de Cuentas. Otra cosa es que las rinda, que las que rinda sean ciertas o que el propio órgano sirva para algo y no esté necesitado a su vez de fiscalización.

Poco a poco, la opinión sobre los famosos sobresueldos fue cambiando. Se seguía manteniendo su legalidad pero se admitía implícitamente su inmoralidad. En algunos casos, esa inmoralidad era casi burla sangrienta, como cuando Rajoy se negó a responder a una pregunta directa sobre su sueldo en un programa de televisión, sabiendo que era de escándalo. O cuando este mismo desaprensivo personaje respondió a un ciudadano que le preguntaba por su salario asegurándoles que tenía los problemas de cualquier otro y que miraba sus cuentas a fin de mes cuando ingresaba por encima de 200.000 euros anuales. Los sobresueldos que se embolsaban estos pintas eran tan inmorales que no podían confesarse en público.

 Así que dejaron de justificarse, incluso se ocultaban, dejó de hablarse de ellos. No se admitían preguntas, se interponía el plasma, se daban respuestas propias de jayanes tabernarios: "ya tal", "sí, hombre...", etc. Pero ese silencio duró muy poco porque enseguida empezó a vincularse el devengo de estas cantidades con la existencia de una caja B en el PP. Ciertamente, el partido y su presidente varias veces han negado la existencia de tal caja B. Pero el juez la da de hecho por probada en el curso de sus investigaciones sobre los papeles de Bárcenas y la Gürtel, entre otras. Una caja B nutrida del saqueo de las arcas públicas, de comisiones, mordidas, dinero muy sucio, de origen supuestamente delictivo pero con la que se pagaron obras en negro hasta de la sede del PP en Madrid, siendo responsable último de este latrocinio el principal perceptor de los sobresueldos, Rajoy.

O sea, no solo hubo sobresueldos, sino que estos pueden ser de procedencia ilícita. En qué grado es cosa que se verá, pero esa fórmula empleada por el juez respecto a la ministra Mato de "partícipe a título lucrativo" de un presunto delito, quizá pueda aplicarse asimismo a los receptores de sobresueldos de dineros irregulares, incluido el presidente del gobierno. Máxime si se tiene en cuenta que el mismo juez imputa esa participación también al partido en su conjunto. Y el partido en su conjunto tiene una cabeza visible y, cuando menos, políticamente responsable, que es su presidente.

"Rapiña de sobresueldos" no es solamente la nueva desvergüenza con la que los españoles van a inaugurar el año en el que se les promete salir de la crisis pero todo apunta a que, una vez más, no será verdad. Es la condición del PP hace veinte años y eso explica muchas cosas. La principal, que el PP es una asociación de presuntos malhechores que utilizan la política para su medro personal. Sueldos, privilegios, bicocas y, encima, sobresueldos. Ser miembro del PP es un chollo. Muchos de sus dirigentes sobresoldados llevan diez o veinte años viviendo de la política a costa de los ciudadanos y, si tuvieran que ganarse la vida por su cuenta, lo tendrían crudo. Se entiende que sus dirigentes y cuadros no defienden ideas, principios, criterios, políticas. Defienden sus intereses, su bolsillo, sus chanchullos, su parasitismo del erario, se cubren entre ellos, se ayudan, utilizan el partido para obstaculizar la justicia, eliminar pruebas, quedar impunes. No, definitivamente no es un partido sino que más parece una partida de ladrones, por cierto bendecida por la Iglesia a la que reservan su mordida.

"Rapiña de sobresueldos" en el país de los infrasueldos.

Feliz 2015.

dimarts, 30 de desembre del 2014

Podemos, la izquierda y Cataluña.


En el Twitter de Pablo Soto encuentro este gráfico. Es poco detallado pero muy significativo. Mucho. A partir del 15 de mayo de 2011 comienza el declive del llamado bipartidismo. En la medida en que este se considera pilar del sistema político actual, de la segunda restauración borbónica, un descenso de cerca del 90% al 50% del voto conjunto hace pensar en el desmoronamiento. Es continuo, sostenido, pertinaz pues dura ya tres años y medio. Es una tendencia.

A mediados de los 80 los politólogos debatían sobre la naturaleza del sistema español de partidos. El sosias de Palinuro que por entonces no tenía blog porque la blogosfera no existía ni había internet, sostenía que el sistema era bipartidista. Pero se quedó en minoría entre los expertos, incluso cuando, siempre con su ánimo pactista, dulcificaba la expresión con un "bipartidismo imperfecto". Nada de bipartidismo perfecto o imperfecto; España era un sistema multipartidista. Un multipartidismo en el que los dos partidos mayoritarios juntos monopolizaban entre el 85% y el 90% de los escaños una elección tras otra.

Ahora parece que tocan a difuntos por aquel bipartidismo que nunca existió. El primer  tañido del triste badajo sonó el 15 de mayo de 2011. Aquel día surgió un movimiento llamado 15M sobre el cual se cernió de inmediato furiosa controversia. Algunos nos entusiasmamos con él y hasta participamos activamente, suponiendo que allí estaba el germen de algo nuevo. Otros se pusieron en contra, formulándole muchas críticas relativas a su oportunidad, su carencia de estrategia, sus tácticas confusas, su falta de claridad, su inoperancia. No faltaron los habituales enterados según los cuales el movimiento estaba pagado por la CIA y al servicio recóndito de la derecha española. Son los mismos que ahora acusan a Podemos de ser un pelele en manos del capital. Más o menos.

Desde el 15M de 2011 han sucedido muchas cosas. Una de ellas, el segundo redoble a muerto, otro 15M de 2014, con la irrupción de Podemos, producto de aquel otro 15M. Ya nadie da un ardite por el fementido bipartidismo, término que es ahora de uso corriente, como otros puestos en circulación por estos novísimos. Como el de régimen del 78, cuya característica esencial es estar guardado por un candado. Siendo las metáforas históricas más del gusto de Palinuro podía llamársele el nudo gordiano del 78, aunque quizá la comparación no goce de aprecio, dado que tal nudo se deshizo de un tajo y los de Podemos no blanden espada sino voto.

En todo caso es opinión general que esta organización ha trastornado el predio tradicional de la izquierda. Su fuerza demoscópica es impresionante, la presencia mediática de sus líderes abrumadora y, con ello, su hegemonía discursiva. Podemos determina el contenido del debate público y los términos en que se desarrolla. El margen que resta a las otras dos fuerzas de la izquierda institucional, IU y el PSOE, es muy estrecho. IU, prima hermana repudiada, se desangra en un goteo de deserciones y en la imposibilidad de trazar un perfil propio. La crítica que está obligada a hacer no puede ir muy al fondo porque, en el fondo, comparte criterios con los criticados. 

Algo peor lo tiene el PSOE pues no solamente le es difícil pronunciarse en la izquierda con personalidad propia, sino que carga con un pasado reciente de escoramiento a la derecha y un presente como partido dinástico, pilar del régimen. Elaborar un discurso que no le enajene el voto del centro y hasta del centro derecha y el centro izquierda y la izquierda pueda escuchar sin tomárselo a burla es muy complicado. 

Téngase en cuenta, a su vez, que el discurso de Podemos es deliberadamente impreciso, casi proteico, capaz de integrar verdaderas contradicciones, lo cual lo hace inexpugnable a las críticas de las otras izquierdas. Estas suelen quejarse de la ambigüedad de los recién llegados, y afeársela. Pero eso es perder el tiempo. Por un lado es absurdo pedir posiciones nítidas, tajantes, exactas a quienes acaban de nacer y están aún tanteando el terreno; pero no ignoran que quienes las reclaman, a su vez, están lejos de tenerlas. Por otro no es ambigüedad sino un razonable aplazamiento. Podemos no tiene pasado y fía su porvenir al resultado de las próximas elecciones de mayo y, sobre todo, de noviembre de 2015. Cuando se produzcan esas elecciones, sus ambigüedades desaparecerán como las cigüeñas en invierno.

Así que, de aquí a las mentadas elecciones, quizá lo mejor que puedan hacer las izquierdas sea acudir a ellas por separado, tratando de singularizarse pero sin atacarse entre mutuamente pues a lo mejor están obligadas a pactar, y sin olvidar que el enemigo común es la derecha.

Los análisis de más interés que he leído comienzan a valorar el impacto de Podemos en Cataluña. Ya va siendo hora de que los analistas españoles se enteren de que la cuestión catalana  es de importancia capital y no una mera algarabía, como la conceptúa esa desgracia que pasa por presidente del gobierno. Pero la entienden al modo español. Concluyen que, con el mitin de Pablo Iglesias el otro día en Barcelona Podemos tendrá en Cataluña el efecto sísmico que ha tenido en España. Extrapolan.

Tengo para mí que es una perspectiva errónea. Cataluña está en otra historia.Una historia nacional en la que Podemos tiene poco que decir y cuya solución aplaza, como todo, a la ruptura del nudo gordiano/candado del 78 y la apertura de un proceso constituyente en el que "se podrá discutir democráticamente de todo". Eso suena en Cataluña de forma distinta que en España. En primer lugar, sigue sin estar claro quiénes discuten de qué y, en segundo, es algo aplazado hasta, por lo menos, 2016, siendo así que los catalanes tienen su propio proceso constituyente en marcha y hasta andan debatiendo anteproyectos de Constitución de la República Catalana, como analizaba ayer Palinuro.

Otra historia. Los soberanistas catalanes tratan de concertar una acción común inmediata en unas elecciones anticipadas. Mas y Junqueras se han reunido para ponerse de acuerdo al respecto. Estaban con representantes de las dos asociaciones más importantes de la sociedad civil en el proceso, la Assemblea Nacional Catalana y Ómnium Cultural. Ahí Podemos tiene poco que decir salvo presentarse a las anticipadas con su programa de aplazamiento. Y menos aun puede decir si, como resultado de las elecciones plebiscitarias, hay una declaración unilateral de independencia en sede parlamentaria (DUI). En efecto, ¿qué respuesta puede dar Podemos a una DUI? La directa es "no" y la indirecta "no toca".

Palinuro no es quién para decir a los soberanistas lo que tienen que hacer. Lo saben de sobra: ir a elecciones anticipadas cuanto antes y, muy decisivamente, antes de las municipales de mayo de 2015. Estas servirán como un oráculo para las de noviembre que son las que importa porque en ellas se dirime el gobierno. Pero el oráculo, los auspicios serán unos u otros según haya sido el resultado de las elecciones autonómicas catalanas. Quien hace elecciones lleva la iniciativa política e incrementa su legitimidad. Por eso los soberanistas catalanes saben que tienen un tiempo tasado para llegar a un acuerdo.

Un acuerdo que puede funcionar como un hecho democrático consumado de forma que los partidos españoles vayan a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015 con una DUI sobre la mesa. 

dilluns, 29 de desembre del 2014

La Constitución de la República Catalana.


Hace tiempo que los soberanistas catalanes hablan de proceso constituyente. Es un nombre que no designa un procedimiento específico, jurídico, a cargo de ningún agente con un mandato concreto. Es un enunciado casi político-filosófico, un lema, una consigna lanzada a la sociedad civil y las instituciones catalanas para configurar lo que, siendo deliberadamente genéricos, llamaríamos un "nuevo orden de cosas".

Ayer se filtraron a la prensa dos anteproyectos de Constitución de la República Catalana, a cargo uno de un grupo de expertos coordinado por el juez Vidal y el otro de cuatro ciudadanos anónimos. Y todavía se espera un tercero proveniente, al parecer, de expertos de la ANC. Tres propuestas. El proceso constituyente tiene base documental suficiente sobre la que debatir. Cómo se articulen luego tales debates ya será cosa del curso que sigan los acontecimientos en Cataluña. De momento y en espera de que esta primera filtración se substancie, cabe hacer algunas consideraciones.

A pesar de los diferencias, hay algo claro en los tres casos (a falta de conocer el tercero) en cuanto ninguno considera la posibilidad de que Cataluña no sea independiente. Las tres presuponen la independencia, y dado que esta está todavía por articularse siquiera como proyecto, las tres son puros futuribles, por no decir utopías. De momento. Son asimismo Repúblicas.

El proyecto del juez Vidal es el que parece más detallado. Configura una república parlamentaria frente al de los cuatro ciudadanos que la prefieren presidencialista. Parlamentarismo frente a presidencialismo es uno de los grandes debates políticos. Toda América continental, excepto el Canadá, es presidencialista y casi toda Europa es parlamentaria. Eso tampoco es grave. Hay ejemplos mixtos, como el semipresidencialismo francés. Tiene las virtudes de ambos sistemas. Y sus vicios.

El proyecto del juez quiere prescindir del ejército en medio de declaraciones de un pacifismo casi ditirámbico. No está mal si se recuerda que eso quiere decir que Cataluña saldrá de la OTAN, salvo si esta destina recursos a la defensa de un territorio que no contribuye. No suena muy factible.

La constitución quiere limitar el número de mandatos y establecer la revocación. Todo dirigido a fortalecer el control popular de los representantes. La revocación me parece imprescindible. La limitación del número de mandatos, no tanto. Si los cargos se renuevan en elecciones libres, ¿por qué no se va a permitir que la gente elija a quien quiera las veces que quiera? En todo caso, es un debate abierto.

En el asunto de las relaciones con España, la Constitución prevé la cooficialidad universal del español y reconoce a los ciudadanos la posibilidad de optar por la doble nacionalidad, catalana y española, en el primer año de vigencia del texto. Es, pues, una disposición transitoria. Es claro que la oferta se dirige a los ciudadanos residentes en Cataluña pero un alma maliciosa podría preguntar si se extiende asimismo al resto de los ciudadanos españoles.

Se elimina el Tribunal Constitucional, del que los catalanes tienen áspera memoria, y la jurisdicción constitucional se residencia en una sala especial del Tribunal Supremo con una composición asimismo especial. Eso es básicamente correcto para no incurrir en esa dualidad jurisdiccional tan molesta, pero no es asunto decisivo. Lo decisivo es el régimen de reforma de la Constitución que la propia Constitución establezca.
 
En todo caso, piensen los soberanistas en que desde el Estado se aprestan ya acciones que quizá obliguen a plantear la cuestión en otros términos. El País , que quiere ser buque insignia de la nueva Invencible en Cataluña ante la evidente inoperancia e incompetencia de Rajoy, editorializa enviando expresamente al Rey a resolver la cuestión catalana. Es casi una orden titulada La hora de Felipe VI. O sea, su bautismo de fuego. Si el Rey Felipe quiere ganarse el trono debe retornar victorioso de Cataluña, lugar en donde quizá no le lean la cartilla, sino la Constitución.

Del mito al logos


No sé cómo se me ha pasado esta estupenda exposición de Caixa-Forum en Madrid. La he cogido en sus últimos días, pues cierra el cinco de enero próximo. Se titula Mediterráneo. Del mito a la razón y su tema es el que anuncia en una réplica casi exacta del título del famoso libro de Wilhelm Nesle, publicado en 1940, Del mito al logos, y con un contenido también en todo similar: la "autoexpansión" (Selbstenfaltung) del pensamiento griego desde Homero hasta la sofística y Sócrates", según el subtítulo de dicho libro. Esto es, el paso de una explicación mitológica del mundo y del ser humano como parte de él a otra racionalista, lógica, del siglo VI al IV a.d.C. y en el Mediterráneo. Lo hace mediante la exposición de 165 piezas entre estatuas, estatuillas, cerámicas de todo tipo, relieves, urnas funerarias, joyas, frescos, bustos romanos y griegos (clásicos y helenísticos) que dan fe de las ideas, costumbres y creencias de los habitantes del Mediterráneo en aquellos siglos, tanto de la península griega como de la Magna Grecia. Casi podría decirse que la exposición viene a ser como las ilustraciones que faltan en el libro de Nesle cuyo contenido es similar si bien ordenado no por temas sino por autores, filósofos, historiadores, dramaturgos, poetas. En todo caso, una exposición espléndida, muy bien ordenada, muy bien explicada (quizá con excesiva prolijidad) por el comisario Pedro Azara.
 
Del mito a la razón, al logos. La evolución, el salto, es nítido y nos es fácilmente comprensible porque responde al espíritu que hemos llamado luego de la Ilustración y nos lo hemos encontrado ya varias veces en la historia: del mundo teológico medieval al humanista del Renacimiento; del geocéntrico al heliocéntrico con la revolución copernicana; de la superstición a las luces con la Ilustración allí en donde se haya dado. Es imagen cercana y fácil de entender pues tiene una vertiente ontogenética en la experiencia de cada cual: de la infancia a la madurez. El individuo proyecta luego sobre el grupo su experiencia y habla de la infancia de los pueblos, repleta de encantamientos, prodigios y fantasías como está el  mundo de los niños. La infancia de los griegos es mitológica y el paso decisivo hacia la  comprensión racional del mundo se da con la filosofia jonia, igual que los niños abandonan la infancia cuando dejan atrás la creencia en las hadas y los reyes magos.
 
Una concepción mecanicista ve la victoria de la razón sobre el mito como absoluta y excluyente pero no puede negar que el mundo mitológico sigue habitando a lo largo de la historia de la civilización. Aunque los mitos hayan perdido su pretendida función cognitiva (y no cabe olvidar que hay otras teorías sobre la función del mito en la cultura) cumplen otras de carácter ejemplificador, ilustrativo, orientador en definitiva, sin las cuales la historia intelectual de Occidente sería muy distinta. Sin la figura de Prometeo (de quien hay un par de representaciones en la exposición) , algunos movimimientos literarios y artísticos, como el romanticismo, tendrían otro carácter. La mitología sigue presente en el logos igual que el niño sigue presente en el adulto.
 
La exposición está ordenada en varias secciones y es imposible hacer justicia a todas las manifestaciones, algunas complicadas, por ejemplo, en el comienzo, se presenta el mito del rapto de Europa con un fresco de una casa pompeyana, cedido por el Museo Nacional de Nápoles. Hay otros frescos y hasta mosaicos pompeyanos que no sé si serán originales, porque vienen sin mucha protección. Del rapto de Europa, como referencia al ámbito en el que estamos, la exposición presenta el Mediterráneo en sucesivas referencias a tres héroes y su vida errabunda: Hércules, Ulises y Jasón. Es como si la historia arrancara no tanto con los dioses como con los héroes, alguno de ellos semidiós, como Hércules. Personalmente prefiero a Teseo, aquí escasamente representado, porque encuentro fascinante la figura del Minotauro; pero la verdad es que Hércules ha echado más hondas raíces en las representaciones occidentales: es el prototipo del héroe al que se rinde culto; su tremenda elección entre el vicio y la virtud acongoja a los seres humanos; su locura pasajera nos lo hace simpático; su doce trabajos están presentes en los intercambios cotidianos. Es extraño que todvía nadie haya hablado de la necesidad de un Hércules que limpie los establos del Rey Augías de la corrupción. El hijo de Zeus y Alcmena tiene una relación especial con España porque dos de sus trabajos los ventiló aquí, el del jardín de las Hespérides (que, según leyenda, estaba en Tartessos) y la muerte del Rey Gerión. Así que Hércules es como de la casa. Zurbarán decoró el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro para Felipe IV con diez de los trabajos hercúleos, seguramente para animar el espíriu de un rey poco dado a batallar.
 
En el resto de la exposición, el espectador tiene material suficiente de admiración para sus particulares inclinaciones en este mundo que empezaba a explicarse a sí mismo racionalmente pero seguía creyendo que las esfinges poseían secretos en cuya revelación los hombres arriesgaban su vida o decoraba las urnas con relieves alusivos a la Odisea, representando a las sirenas con cuerpo de mujer y patas de ave. La relación de este mundo con las mujeres era problemática y, al entrar en los espacios en que se expone la organización política y jurídica de los griegos, básicamente atenienses, se nos advierte de que eran invisibles en la polis. En sentido literal, pues, casadas, quedaban recluidas en el gineceo, acompañadas de los niños hasta los siete años. Los esclavos y los metecos eran políticamente invisibles pero físicamente visibles, cuando menos. Las mujeres, ni eso. Allí, en presencia de un muy conocido busto de Sócrates y otro de Platón y cerca de un mosaico pompeyano de la academia platónica, se nos explica el carácter de un simposio como el banquete y héteme aquí que las mujeres reaparecen; pero como hetairas.
 
Conmueve ver la estela con la ley en contra de la abolición de la democracia, poco antes de que la conquista macedonia la erradicara para siempre. Como consolación, otra parte nos hace visualizar el descubrimiento del alma humana, término al que llega el nous de los eleáticos y de Anaxágoras. Y la representación acude al mito de Eros y Psiche, precedido por una estatua de Afrodita con los dos representados como niños, y muy extraña, teniendo en cuenta que es ella quien envía a Eros a vengarse de Psiche.
 
Se termina la exposición con una referencia a los nuevos dioses que se expandieron en el bajo imperio romano porque los romanos, como pueblo politeísta y civilizado, no solo eran tolerantes con los cultos extraños sino que los incorporaban cuando les gustaban. Hay un Hermes portando un cordero que se quiere precedente de Cristo y, sobre todo, hay un Mitra estupendo, una representación del dios solar importado del Oriente y que se expandió mucho entre las legiones. Habida cuenta de que es un Mitra tauróctono, esto es, que sacrifica un toro, también me extraña que los defensores de las corridas a las que consideran, al parecer, patrimonio cultural español, no reclamen la protección de este dios, en lugar de remontarse vergonzantemente al culto minoico y las fiestas taurinas cretenses, que eran una depravación y acabaron con aquel horrible y nefando acto de Pasifae contra natura del que salió, precisamente, el Minotauro. Además, uno de los trabajos del primo Hércules fue acabar con el toro de Creta. Es mucho mejor enganchar con Mitra, oriental y bárbaro, pero expeditivo.

diumenge, 28 de desembre del 2014

Ya no basta con mentir.


Efectivamente, ya no basta con convocar una rueda de prensa, comparecer solemne en carne mortal y no en plasma y soltar la acostumbrada sarta de trolas y embustes. Después de tres años de engaños, silencios y excursiones por los cerros de Úbeda, no es que el crédito del presidente esté "bajo mínimos". Es que está en el cero absoluto. Nadie lo cree. Ni él mismo.

Por eso ya no se molesta en hacer verosímiles los datos que habitualmente manipula. Ahora ha decidido recurrir a la retórica, incluso a la licencia poética. Así, el 11 de diciembre anunciaba que la crisis ya es historia, una frase autorreferencial, destinada a hacer historia, como la de "ya no hay Pirineos" o "vine, vi, vencí". Pero la opinión descreída se la tomó a chirigota y hasta los suyos le dijeron que redujera el redoble. Se vistió entonces de experto ténico y anunció que 2015 será el año del despegue definitivo de la economía. Ciberlandia sacó su más afilado sarcasmo y apostó porque el despegue se haría desde el aeropuerto de Castellón de la Plana.

Escarmentado de tanta burla Rajoy redujo el núcleo de su habitual patraña a su mínima expresión, confiando en hacerla más aceptable a fuer de modesta:   "España ha conseguido superar la peor etapa de la crisis sin menoscabar lo sustancial del sistema de protección social" . Pero ya es tarde hasta para la modestia. Ni los suyos lo creen. Zarzalejos, un periodista de acrisolada tendencia a la derecha del PP, califica el año que resta de legislatura de año políticamente agónico.

Efectivamente, ya no basta con mentir, ni siquiera en sordina. Hay que echar mano a otros recursos para mantener quieto el Reino. Y a no dudarlo, se recurrirá a ellos:

La amalgama. Una vieja táctica, consistente en meter en el mismo saco a dos o más adversarios, asegurando que son todos iguales. Los estalinistas la emplearon con gran éxito en la Unión Soviética y en España, asegurando que los trostkistas eran colaboradores de los nazis. Los comunistas también se la aplicaban a los socialdemócratas en los años treinta, hablando del socialfascismo. Ahora se oye mucho hablando de la igualdad entre PP y PSOE y, desde luego, el partido del gobierno recurre a ella con fruición equiparando a Podemos con el comunismo, el chavismo y el populismo en general, y al soberanismo catalán, cómo no, con los nazis, en aplicación de la Ley de Godwin.

La intoxicación. A estas alturas no debe quedar aspecto de la biografía de los líderes adversarios más populares, especialmente en Podemos y el consabido soberanismo catalán, que no se haya escudriñado milimétricamente en busca de cualquier asunto, por insignificante que sea, que se pueda agrandar hasta convertirlo en escándalo y desprestigio. Y, si no se encuentra, se inventa. Para eso el gobierno y su partido tiene prácticamente comprados a todos los medios escritos en papel y audivisuales con la misión de cantar sus alabanzas y denigrar a sus adversarios, incluso al modo torticero en que lo hace a veces RTVE, cuando enmarca noticias sobre Podemos con anagramas de Bildu, por ejemplo.

La oración. Este recurso no debiera figurar aquí de ser España un país normal. Pero no lo es. Este gobierno no echa solamente mano del BOE, de los informes oficiales, los expedientes administrativos y los códigos para gobernar sino también, y mucho, del misal. Vari@s ministr@s ponen sus políticas públicas bajo la advocación de diversas Vírgenes, otros se asesoran directamente en las sacristías y otros hacen pública ostentación de su fe. ¿Por qué no convocar procesiones y oraciones colectivas para salir de la crisis y ganar las elecciones igual que las gentes sencillas impetran la lluvia?

La represión. El espíritu es fuerte pero la carne es débil. La gente es de una contumacia insoportable en la protesta, sobre todo los catalanes, a quienes no parecen tranquilizar las jaculatorias del Rey. Hay que estar preparados para defender el orden. La crisis y los recortes no han pasado por el ministerio del Interior que lleva años pertrechando a las fuerzas de seguridad con medios materiales de todo tipo para hacer frente no ya a manifestaciones pacíficas y alguna algarada ocasional sino a sublevaciones en toda regla, como las de los campesinos en Alemania o la revuelta de los payeses en Cataluña. Lo peor no es que estas fantasías puedan realizarse. Lo peor es que quizá haya alguien interesado en provocarlas. La nueva Ley Mordaza es la verdadera clave del sentido de la legislatura. La prueba definitiva de que estamos saliendo de la crisis es que se prepara un Estado policial.

Ya no basta con mentir.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Los límites de la fotografía.

Gran ocasión la que ofrece la Fundación Mapfre con su exposición sobre la obra fotográfica de Alvin Langdon Coburn. Siendo, quizá, uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX es uno de los menos conocidos. La razón, sencilla: aunque tuvo una larga vida (1882-1966) y aunque comenzó su brillante carrera muy pronto, pues hizo su primera exposición en Londes a los 17 años, tambien se retiró en muy poco tiempo. Al final de la Iª Guerra Mundial, con 35 años, marchó a vivir con su mujer a un lugar remoto de Gales del Norte, cosa que podía permitirse pues siempre fue hombre de abundancia de medios, dedicado a la búsqueda mística, destruyó todo su archivo de negativos, miles de ellos, y solo muy ocasionalmente retornó a su antigua profesión de fotógrafo, en especial al final de sus días y tras la muerte de su mujer.

La razón de esta especie de autoexilio del mundo, de este apartamiento material y espiritual de alguien que se encontraba en el cenit de su carrera, gozaba de reconocimiento general de público y colegas, publicaba en donde quería, retrataba a las personalidades del momento y se relacionaba con intelectuales y artistas de varios países no está clara hasta que se repasa su vida y entonces se entiende. La frustración lo llevó a dejar su profesión. La frustración, el desengaño, la decepción. Coburn fue de vocación y pasión muy temprana. Tuvo su primera cámara a los ocho años y, desde entonces hasta que la dejó de lado 27 años después, con ella lo intentó todo en una carrera fulgurante a caballo entre los Estados Unidos e Inglaterra, país en el que se instaló definitivamente en 1912 (no volviendo ya nunca a los States) y cuya nacionalidad acabó adquiriendo. Una carrera que estuvo obsesivamente presidida por una idea: elevar la fotografía al status de arte, nivelarlo con la pintura y la música (sus dos grandes e inconfesas vocaciones) y ser él su principal y más reconocido representante.

Comenzó firmemente encuadrado en la tendencia pictorialista, bajo la dirección de su jefe de fila, Alfred Stieglitz, quien lo introdujo en el grupo Photo Secession, en el que también estaba otro amigo de Coburn y célebre fotógrafo, Edward Steichen. Más tarde, los británicos, especialmente su protector Fred Holland Day, lo incluyeron en la Brothethood of the Linked Ring y Ezra Pound y Wyndham Lewis lo admitieron a su vez en el movimiento vorticista. Todo en unos breves y vertiginosos años y todo apuntando siempre a lo mismo: la fotografía podía ser un arte de vanguardia, como la pintura y él su gran maestro. Obvio: la Photo Secession reproducía la Sezession austriaca de Klimt y otros; la Brotherhood se hacía eco de la de los pintores prerrafaelitas y el Vorticismo se concebía como continuación y superación del cubismo.

Con este fuego en su interior, Coburn hizo una vida errática, en busca paisajes, de la foto al aire libre, como los impresionistas. Viajó así al Gran Cañón del Colorado, al Yosemite, a las cataratas del Niágara, lugares de los que hizo fotografías muy originales y muy dignas de verse, siempre concebidas con la mentalidad del pintor. También buscó temas abiertos en las ciudades, dejó un reportaje impresionante sobre el comienzo de la industrialización en Pittsburgh y abundantes fotografías de Nueva York, sus avenidas, sus rascacielos, desde perspectivas originales, el Central Park, en donde tomó esa simbólica imagen llamada el Octopus, que se ha escogido para el anuncio de la exposición.

Pero todo eran fotos, esto es, una visión mediada por un elemento mecánico que, de un modo sutil, pero inevitable, siempre mata la punta de creatividad que tiene la acción humana, la pluma, el buril, el cincel,  el pincel del artista que jamás serán iguales al hecho de apretar un botón.

Merced a sus buenas relaciones, Coburn, quien´compró un estudio en Hammersmith, Londres, vivió como un típico expatriado yanqui en contacto con las vanguardias. Su sólida fama como buen fotógrafo le permitió retratar a algunos de los artistas e intelectuales más importantes de su tiempo. Gracias a él, por tanto, que cambió la pintura al aire libre por el trabajo de estudio, tenemos estupendos retratos -algunos casi iconográficos, expuestos en esta muestra- de Bernard Shaw, Ezra Pound, Wells, Twain, Matisse, Stein o Rodin. Solo por ver el retrato de G. B. Shaw posando para Coburn en pelota picada como Le penseur rodiniano, merece la pena llegarse a la exposición.

Coburn, que fotografiaba por afición y no por necesidad, en el sentido en que Baudelaire defendía l'art pour l'art, quemó todas sus ambiciones en unos breves años y topó con los límites de la fotografía. Quiso luego pintar y, de hecho, cabe ver algunos de sus dibujos y acuarelas en la muestra. Quiso orientarse hacia la música. Pero para ninguna de ambas actividades tenía el talento que tenía para la fotografía; y esta se le había quedado pequeña. Por eso se retiró a la meditación mística.

Y por eso también es hoy el menos conocido de la pléyade de extraordinarios fotógrafos estadounidenses de fines del XIX y primeros del XX.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Echando el día a la fotografía, nos acercamos asimismo a ver la exposición de la obra de Pablo Genovés en el Canal de Isabel II, en Santa Engracia, que se anuncia bajo el título de el ruido y la furia buscado a propósito por las resonancias de Faulkner quien, a su vez, también lo  buscó por las suyas shakespearianas. No está mal traída la invocación pues, aunque parece fijarse sobre todo en el aspecto material del asunto, ruido y furia de los elementos desatados, la conjunción entre estos y los salones, bibliotecas, museos que las aguas invaden transmite en cierto modo esa idea de decadencia, degeneración y destrucción que las obras de los dos genios citados presentan.
 
El único inconveniente -y no menor- es que el tema se repite sin descanso. Aunque la narrativa de la comisaria, por cierto, concebida en términos casi tan gongorinos como los barrocos de algunas fotos, pretende hilvanar una secuencia desde la irrupción de la naturaleza hasta el destrozo que deja a su paso, en el fondo, es siempre la misma fotografía. Mejor dicho, el mismo montaje ya que no se trata de tomas simples, sino de superposiciones, normalmente con la misma técnica: un primer plano de elemento desencadenado, el agua y un segundo plano solemne, barroco, arquitectónico, de biblioteca, coro de iglesia o sala de antigüedades.
 
El trabajo de montaje es por ordenador y, la verdad, si la fotografía a pelo pronto revela sus límites, la trabajada digitalmente, aunque sea tan pretenciosa como esta, llega a aburrir. Una sola, como muestra, hubiera estado bien por su originalidad. Treinta o cuarenta, todas muy parecidas, son una penitencia.

dissabte, 27 de desembre del 2014

Epiménides el cretense en La Moncloa.


Entre las escasísimas virtudes de Rajoy nadie, que yo sepa, le ha reconocido la de haber resuelto por la vía rápida la famosa paradoja de Epiménides. Ayer, en su comparecencia ante los medios, la última de este año, hizo un balance triunfalista de los tres de legislatura, puro acto de propaganda, tan repleto de embustes, medias verdades y engaños como todas sus intervenciones públicas. El embustero compulsivo y presunto cobrador de sobresueldos dice que él, a diferencia de Epiménides, nunca miente. Y vuelve a mentir.

El enunciado esencial del acto es que 2014 fue el año de la recuperación y 2015 será el del despegue. El empleo de este término debe de ser aportación de algún asesor que leyó en su juventud la célebre obra de Walt Whitman Rostow, Las etapas del crecimiento económico, libro que, significativamente, se titulaba "un manifiesto no comunista". La mención se convirtió en chirigota de los internautas, especialmente los tuiteros. Un tuit de gran difusión decía que el despegue de 2015 se hará desde el aeropuerto de Castellón de la Plana. Si tenemos en cuenta que, en la aplicación del modelo rostowiano a España suele considerarse que la etapa del despegue o take off se dio en 1959, puede verse cuán errado anda Pedro Sánchez al exigir a Rajoy que no hable de "recuperación" hasta alcanzar las magnitudes de 2006, antes de la crisis, cuando precisamente quiere ponerla en 1959.

Para justificar su optimismo -propaganda para esta larguísima campaña electoral de un año que se avecina- Rajoy echa mano de una serie de datos que hablan de crecimiento cuantitativo del empleo, de más puestos de trabajo, de las afiliaciones a la seguridad social, de más pensiones, y lleva su falta de sentido del ridículo a presentar como jugosa prueba dos escuálidos aumentos de 0,25% las pensiones y 0,5% el SMI, lo que suena más como una tomadura de pelo. Tomadura de pelo sangrante cuando se recuerda que, al parecer, él se subió el sueldo un 21% hace un par de años, sin contar los sobresueldos que estuvo otros veinte percibiendo.

Por supuesto, hay una andanada de datos que desmienten de raíz la afirmación presidencial. Según las magnitudes que se elijan y los años de comparación, puede fingirse una recuperación, como hace Rajoy, o constatar que estamos peor que hace un año, como puede ver cualquiera. En realidad se han destruido más puestos de trabajo de los creados y el paro no ha disminuido, sino que ha aumentado. El más de millón de personas que han emigrado en los dos últimos años y son parados que no se contabilizan como tales lo prueba. El 35% de contratos son basura y su reflejo en la seguridad social un puro engaño. El miserable aumento del PIB se debe a que estos sinvergüenzas han empezado a contabilizar la prostitución y el tráfico de drogas. El día en que contabilicen lo que ellos mismos roban estaremos en cabeza del crecimiento mundial. Por no hablar de los desahucios, los índices de pobreza y desigualdad, la deuda, la gente buscando comida en los contenedores, etc. Todo en la comparecencia del sobresueldos fue mentira. Como siempre.
 
Rajoy comenzó su mandato haciendo lo contrario de lo que prometió en la campaña electoral y reconociéndolo paladinamente con la curiosa fórmula de que "no había cumplido sus promesas", pero había cumplido con su deber". Su deber, por tanto, era mentir. ¿Cómo puede decir ahora que "nunca ha engañado a los españoles" si no ha dejado de hacerlo? O de intentar hacerlo, porque la verdad es que en el país no le cree nadie. Más del 80% de los ciudadanos, según los barómetros del CIS no le concede crédito. Así que da igual lo que diga.

¿Para qué vamos a molestarnos en demostrar lo archidmostrado, esto es, que el presidente no solo ha engañado (o pretendido engañar) a los españoles y sigue haciéndolo? No merece la pena. Un somero repaso al cuadro de la derecha ilustra sobre las ocho más obvias mentiras de Rajoy a lo largo de esta triste legislatura que no es si no una historia de mentiras, engaños y propaganda. Este gobierno de presuntos corruptos llama:
  • "Partido político" a una asociación de supuestos malhechores;
  • "seguridad ciudadana" a un Estado policial de inseguridad e impunidad represiva;
  • "gratuidad de la justicia" a imponer tasas que imposibilitan el acceso a los tribunales;
  • "defensa de los derechos del no nacido" a negar los derechos de las mujeres;
  • "patrimonio cultural" a la tortura de animales;
  • "libertad de expresión" a un régimen de censura con periodistas esbirros a sueldo;
  • "democracia" a negar el voto a los catalanes.
Si nos atenemos a los resultados, es cierto que el sobresueldos no ha engañado a los españoles, pues no le cree nadie. Pero si nos atenemos a las intenciones es evidente que el gobierno no ha hecho otra cosa desde 2011 que mentir e intentar engañar a la gente.

El sol es Dios.

Palinuro, que tiene este mes en la cabecera del blog una reproducción de un cuadro de Turner, por el que siente una admiración rayana en la idolatría, no podía dejar de ver esta película que acaba de estrenarse. Los dos, el pintor y el piloto, aman el mar, las tormentas, las olas, la espuma furiosa, la luz del cielo confundiéndose con los vapores y las nubes, los acantilados batidos por el viento, los naufragios (no en cuanto infortunio o desgracia, claro, sino desde el punto de vista estético), las rocas, los desfiladeros, la fuerza de la naturaleza desatada, ignorante de las peripecias humanas. Los dos quisieran habitar espacios incontaminados con la presencia del hombre y ninguno de los dos puede resolver el problema de que ellos mismos son ejemplo de lo que quisieran evitar.

Solo una mirada humana puede entender la fascinación de la naturaleza virgen y, hablando ya en concreto de este gran Joseph Mallord William Turner, solo la mirada de un genio puede captarla y reflejarla de un modo que la revele a los otros ojos humanos, incapaces de verla por sí mismos; que la revele igual que Dios comunica sus ideas, o la luz del sol devuelve los colores a la realidad. Porque el autor de Anibal cruzando los Alpes siempre creyó que el sol es Dios.
 
La película de Mike Leigh quiere ser el relato de un genio. Pero solo lo consigue en parte y, además, para un auditorio que tenga algún conocimiento del lugar de Turner en la pintura británica y mundial, desde luego. Apenas se destacan las obras, ni las más conocidas, sino es de refilón o en segundo plano, objeto de comentarios por los diversos actores. No importa. No es un film sobre el arte de Turner sino sobre Turner como hombre, artista, genio, lo cual ofrece grandes posibilidades a Timothy Spall para lucirse en un papelazo a base de gruñidos, pero tampoco es un acierto del todo porque las opciones del guión son a veces confusas. En lugar de una narración cronológica de la vida de Turner, una biografía, se ha decidido concentrar la historia en los últimos veinte años y renunciar a los flash back con lo cual los episodios determinantes del pasado han de presentarse en forma dialogada, como en el teatro, y entorpecen el ritmo de la narración, tampoco muy animado.
 
En fin, se trata de una película desigual. Dos aspectos son, sin embargo, muy dignos de reseñar  y justifican los siete euros que cuesta la entrada; de un lado,  la fotografía de paisajes, marinas, montañas, bosques, lo cual obviamente  era obligado tratándose del pintor que se adelantó a todos y enseñó al mundo a ver la tierra a través de la luz, antes que los impresionistas, todos ellos, en realidad, prolongadores de su obra.
 
De otro lado, el impacto del genio en una sociedad tan plana, chata, convencional y biedermeier como la victoriana. Turner, a diferencia de otros revolucionarios del arte, gozó siempre de un gran reconocimiento social y consiguió desde muy temprano una acomodada situación que le permitió la máxima libertad de creación. Sus cuadros se exhibían en las exposiciones de la Academia Real, aunque no siempre en los lugares que a él le hubieran gustado y, aunque poca gente era capaz de apreciar en su valor su audacia estilística, su ruptura con el clasicismo, el historicismo, el naturalismo y todo tipo de figurativismo (mucha gente lo considera con razón un precedente del abstracto) todo el mundo le rendía pleitesía por seguir la moda y sus obras se vendían muy bien.
 
Pero no lo comprendían; ni él, a quien la sociedad importaba poco, se molestaba en dar pistas para hacerlo. El guión acumula escenas muy significativas del impacto del arte de Turner en la opinión de sus contemporáneos, especialmente colegas, gentes educadas, de clase alta y hasta la realeza. Son momentos que tienen el éxito garantizado, pues nada es más fácil que ridiculizar los espíritus ramplones una vez que el genio ha sido ya reconocido y consagrado socialmente. Lo difícil es preguntarse por qué se da esta incomprensión, por qué se daba y por qué sigue dándose. El gusto y el juicio estético de la imensa mayoría es siempre heterónomo, viene dado por pareceres y doctrinas exteriores que se absorben a falta de discernimiento autónomo, propio, interior. A falta de audacia, penetración, valentía. Las escenas de la Reina Victoria bufando de rabia, desconcierto e incomprension ante los cuadros de Turner regocijan nuestras almas, pero iguales se darían cambiando la Reina Victoria por Sofía de Grecia. La única diferencia es que la última, menos zoquete, se guarda su adocenado parecer y solo emite juicios a tono con los catálogos de las exposiciones.
 
Y quien dice la Reina Victoria, dice la insoportable, pedante y absurda cháchara de John Ruskin, el hombre que, como nuevo Petronio, determinaría las pautas estéticas de la segunda parte de la era victoriana, el que confundía el arte con el oficio y el estilismo de interiores. Ver a Turner conteniendo sus risotadas ante los cuadros de William Holman Hunt y el mundo artúrico de los prerrafaelitas, a los que Ruskin admiraba, es muy revelador, pero no nos dice gran cosa.  Es como si Picasso tuviera que juzgar los cuadros de Darío de Regoyos o Cézanne los de Aureliano Beruete. El genio es una fuerza interior. En el exterior, rige el decoro, la costumbre, la fama. Y hasta tal punto es atosigante esta circunstancia que no es difícil contemplar cómo gentes con espíritu gallináceo se adornan con plumas de águila pues siempre habrá tontos que aseguren haberlos visto volar como las águilas.

Esa fuerza interior del genio aplasta a su paso las consideraciones menores, pacatas, con las que los mortales nos acicalamos para parecer algo. Pero no puede aplastar las mayores. Que la genialidad haya de ir acompañada del egoísmo y el desprecio a los demás no puede darse por admisible sin más. Turner tuvo la inmensa suerte de congeniar con su padre con quien se llevó bien hasta el fin de sus días (del padre), pero no parece haber sido especiamente considerado o sensible frente a él. En cuanto al trato de las mujeres, la conducta del genio es francamente detestable. La película introduce una especie de vergonzante explicación recordando el hecho de que la madre fuera una desequilibrada mental a la que encerraron en un psiquiátrico cuando Turner tenía diez años. Es frecuente justificar la misoginia de algunos genios con desencuentros con las madres. El caso más conocido es el de Schopenhauer. Con ello se consigue una baza de añadido: echar la culpa del machismo masculino a las propias mujeres. Algo de eso hay en la película. Por ejemplo, el trato de Turner a su primera amante y sus dos hijas (cuya paternidad negaba)  es repudiable y de todo punto reprochable y no ayuda gran cosa que el guión presente a las tres mujeres, sobre todo la madre, como unas brujas histéricas insoportables. Por no hablar del trato humillante que el pintor infligía a su criada, un  ser deficiente en varios aspectos, objeto de sus libidinosos ataques. El film guarda aquí cierta mesura y no ataca cuando menos a la víctima.
 
Entre los deshilvanados retazos de este guión un poco sobresaltado hay algunas escenas muy reveladoras de dos aspectos distintos. En el comienzo, las visitas a la mansión de su amigo, protector y mecenas, el conde Egremont, lo que fue determinante en posibilitar la carrera de Turner en una época de transición a la economía de mercado pero en la que aún era decisiva en la vida de los artistas la protección de sus acaudalados amigos. Al final, la visita del también muy acaudalado cliente estadounidense, empeñado en comprar por una fortuna toda la obra de Turner, cosa a la que este, ya en sus últimos días, se niega porque tiene propósito de legarla a la nación británica. Entre medias, no hubiera estado de más que se concediera alguna atención a los abundantes viajes de Turner por Europa, especialmente a sus frecuentes visitas a Venecia, sin las cuales casi resulta incomprensible esa fascinación del pintor por la luz.
 

divendres, 26 de desembre del 2014

De no creerlo.


Este debe de ser el tercer o cuarto apunte sobre el discurso del Rey que sube Palinuro. Su opinión ha quedado bastante clara: Felipe VI, Preparao, es más de lo mismo. Más y de lo mismo que su padre quien, luego de una vida regalada, disfruta de una jubilación de ensueño con unos buenos capitales que ha ahorrado como una hormiguita y de los que no da cuenta a nadie. Más y de lo mismo. Si acaso, más soso, con menos experiencia y algo más bobo, que ya era difícil y dicho sea con todos los respetos a la institución real antes de que venga el de la cachiporra con su Ley Mordaza a poner al pobre Palinuro una multa de 600 millones de denarios. Más soso, más bobo y con menos experiencia; nada que no pueda subsanarse con el tiempo en los próximos cuarenta años con que este joven Borbón pretende deleitar a su amado pueblo.

Además del estilo inconfundiblemente borbónico, el monarca ha recitado ce por be y punto por punto el discurso triunfalista que le ha apañado el presunto cobrador de sobresueldos, okupa de La Moncloa, sobre sus habituales patrañas: la corrupción es atosigante, sí; pero gracias a los esfuerzos del principal responsable político de esa misma corrupción, será erradicada sin contemplaciones. La crisis fue muy dura, pero ya es historia, gracias a la gestión de este gobierno todo él encomendado a la intercesión de la Virgen del Parto Feliz. Cataluña anda tonteando con la idea de la independencia pero la abandonará de inmediato cuando sepa cuán cara es al corazón del Rey y, sobre todo, cuánto la aman los gobernantes que anhelan "españolizar" a sus nens. La democracia está firme, rozagante y tranquila, como lo demuestra el proyecto de Ley Mordaza gracias a la cual nadie podrá elevar el tono de voz so pena de paliza policial, identificación de lo que quede y multa al canto a los despojos.

La única diferencia entre este discurso del Rey y la habitual farfolla del presidente es que el Monarca no tiene que leer de los papeles. Lee en el teleprompter.

Para su gran pasmo Palinuro comprueba que la recepción del discurso real en lo medios ha sido de alegría, contento y algazara. En los medios y en los partidos. Al parecer en todos. Probablemente no hemos escuchado el mismo discurso o sí lo hemos hecho, pero con distintos oídos. Lo cual debe tranquilizar a la Corona. Porque lo importante no son las indudables bobadas que Felipe soltó sino la capacidad de la miriada de intermediarios y comunicadores de convertirlas en profundas y oportunas reflexiones. Así se forma una opinión pública informada y crítica.

Cómo sería la cosa de abyecta en el juicio de las reales tonterías que el elemento más crítico fue un editorial de El País con el muy significativo título de Buen discurso, pero... , pero, vamos, que le faltaba alguna precisión sin mayor importancia. En el resto, al parecer, coincidencia de criterios. Según el mismo diario, todos los partidos, PP, PSOE, UPyD y hasta Podemos  aplauden el debut de Felipe VI. Parece que el único algo más crítico, atinadamente crítico, ha sido IU. Pues muy bien, damas y caballeros, que los dioses les conserven el juicio y la capacidad de entender a qué altura debe estar el discurso de un Jefe de Estado a la población y no las divagaciones del chico de los recados de un perillán que lleva tres años desgobernando el país y mintiendo a todo el mundo.
 
De no creerlo, pero cierto.

Sobre la independencia de Cataluña.


Roser Pros-Roca (2014) 20 converses sobre la indepèndencia de Catalunya. Maçanet de la selva: Gregal (610 págs.)

---------------------------------------------------------------------------

Hace unos meses, concretamente en febrero de este año, la periodista Roser Pros-Roca se puso en contacto conmigo con el fin de hacerme una entrevista para un libro que estaba redactando a base de conversar con una serie de gentes sobre el tema de la posible independencia de Cataluña. Como es un asunto sobre el que tengo opinión muy definida, contrastada, largamente meditada y apenas compartida por nadie en el medio en que me muevo en un radio de 600 kilómetros, accedí de inmediato a la petición.
Quienes defendemos el derecho de autodeterminación de los catalanes aquí y ahora no tenemos muchas posibilidades de expresar en público nuestro punto de vista fuera de Cataluña. Para ser más realista y exacto: no tenemos ninguna. Los medios, radios, televisiones, periódicos, incluidos los digitales que alardean de más progres, los periodistas inquisitivos e inquietos, los tertulianos más parlanchines, todos nos dan la espalda y procuran silenciarnos. Me importa poco pues estoy acostumbrado a ello. No sé cómo siempre acabo defendiendo causas que despiertan pasiones masivas, casi unánimes... en sentido contrario al mío. Y, claro, debo contar con la muy dialogante política de aislamiento, ninguneo y cuarentena que se gastan los democráticos centinelas de las libertades en la derecha, centro y la izquierda. Y así lo hago. Me echa una mano en ello Palinuro con su blog, que tiene una muy confortable y difundida audiencia dividida entre una mayoría que lo sigue, lo respeta y a la que agradezco sinceramente su deferencia y una minoría que también lo sigue, no lo respeta, lo silencia pero en el silencio lo copia y saquea y a la que no solamente no agradezco nada sino que comunico mi más profundo desprecio.  
Con una puntualidad catalana, Roser se presentó en mi despacho el día acordado, puso una grabadora sobre mi mesa y me dejó hablar cuanto quise. Más tarde ordenó el texto, le dio forma y una gran  agilidad y elegancia y me lo envió por si quería precisar o matizar algo. Con excepción de alguna pequeña inexactitud en asuntos de hecho, no había nada que cambiar. Devolví el texto a Roser con mi agradecimiento y ahora me lo encuentro ya en este magnífico libro.
Vuelto a leer en el día de hoy, no tengo nada que modificar. El capítulo refleja mi perfectamente mi punto de vista de entonces. Dado, sin embargo que la realidad catalana, la única viva en España, evoluciona a gran velocidad, sí tendría algunos asuntos y criterios que añadir. Esos están ya contenidos en mi próximo libro, a punto de salir. Los que me vayan surgiendo de momento, seguro estoy, tendré ocasión de exponerlos y debatirlos la próxima vez que vaya a Barcelona.
Agradezco a Roser el trabajo meticuloso que ha realizado y no solamente por haber reflejado fidedignamente mi punto de vista sino asimismo el de una veintena de personas más: Santiago Niño Becerra, Màrius Serra, Suso de Toro, Javier Nart, Javier Mariscal, Jordi Basté, Patrícia Gabancho, Josep M. Gay de Liébana, Eudald Carbonell, Rosa Regàs, Irene Rigau, Magda Oranich, Juanjo Puigcorbé, Josep-Lluís Carod-Rovira, Eduardo Reyes, Enric Sopena, Carlos Taibo, Amando de Miguel y Ferran Mascarell. Tod@s ell@s de muchos más merecimientos que el infeliz de Palinuro, razón por la cual mi agradecimiento es doble. Es una recopilación magnífica y quien quiera tener una visión ajustada de las razones de los partidarios y los adversarios de la independencia catalana deberá consultar este espléndido libro que, además, por su carácter de transcripción de conversaciones, es muy grato de leer.

dijous, 25 de desembre del 2014

El mensaje del Rey y la corrupcion.


El Rey inicio su mensaje de Nochebuena hablando de la corrupción. Hizo bien porque es el segundo problema de España en la percepción de los ciudadanos, solo por detrás del paro. Fue tajante en la condena (¿podía ser de otra forma?) y afirmó que hay que acabar con ella "sin contemplaciones". Loable intención, pero que tropieza con una realidad tan profundamente degradada precisamente por esa lacra que, si no se tiene clara conciencia de sus dimensiones, se corre el peligro de defraudar también las muy escasas esperanzas que probablemente haya despertado ese propósito real en una ciudadanía harta de palabras rimbombantes y sedienta de hechos ejemplares. Por ello y con la mejor voluntad de contribuir a a esa necesaria regeneración institucional, Palinuro ofrece algunas reflexiones a vuela pluma:

Esa aguda conciencia de corrupción proviene en gran medida del comportamiento del gobierno, carente de autoridad moral y de legitimidad a la hora de imponer sacrificios económicos a la población, muchas veces por sectarismo ideológico y de los que sus componentes y compañeros de partido se libran. Esta oligarquía autoritaria, nacionalcatólica y ahora conversa neoliberal, no cree que el Estado y su gobierno deban ser ejemplos de atención al bien común, sino solamente a los intereses de su propia reproducción y el mantenimiento de sus privilegios. Y no da un ardite por las formas democráticas y/o propias del Estado de derecho, que exigen ejemplaridad en los gobernantes. Todo lo que necesita es el BOE, una policía eficaz y, llegado el caso, un ejército que sepa defender la Patria. Es decir, el predio.

Hay una notable coincidencia de intereses entre los políticos cum imperio, esto es, con cargos públicos y los sine imperio, es decir, en la oposición, pero que aspiran a ocupar cargos a su vez. El generoso régimen retributivo de los representantes que fijan ellos a su libre y dispendioso albedrío, escandalosamente por encima de los salarios medios del país y la multiplicidad de privilegios, suplementos, complementos, subvenciones, gastos de representación de que disfrutan, convierte a esta clase política en un grupo profesionalizado y cerrado en sí mismo, a gran distancia de la gente a la que dice representar, a la que sin embargo ignora, pero de cuyos impuestos vive. En el fondo, esos índices de preocupación con la corrupción en España debieran ser mucho más altos y, si no lo son, probablemente se deberá al fatalismo tradicional de los españoles, acostumbrados a ser gobernados por personajes incompetentes, caciques y corruptos que nunca creen que deban dar explicaciones de sus actos ni aceptar sus responsabilidades.

Siempre que se trata la cuestión de la corrupción y se mencionan los casos concretos es seguro que alguien sacará a relucir el chocolate del loro y señalará la necesidad de no perderse en minucias que sirven para el populismo y la demagogia y no para aportar soluciones reales. Suelen proponer grandes planes de regeneración, ambiciosos proyectos legislativos, códigos de buenas prácticas, pactos y compromisos de Estado para acabar de una vez por todas con esta lacra. El gobierno conservador puede haber anunciado media docena de estos grandiosos programas de regeneración democrática y transparencia sin miedo alguno a que la opinión pública los tome a chirigota viendo cómo son los mismos amparadores y beneficiarios de la corrupción quienes proponen medidas de purificación. Y no les da miedo porque dan por descontado que esa misma opinión se tomará a beneficio de inventario estos propósitos. Cualquiera puede ver que, si se quiere acabar con la corrupción de verdad, no es necesario acumular leyes, sino que basta con rendir cuentas minuciosas de los propios actos y aceptar la responsabilidad por los comportamientos ilegales o inmorales de los gobernantes. Bastaría con que el padre del Rey aclarara qué hay de verdad en el informe del New York Times acerca de su supuesto fortuna en el extranjero. Y, del Rey abajo, todos los demás:debería seguir el presidente del gobierno dimitiendo por haber cobrado al parecer sobresueldos injustificables. Y luego todos los demás cargos públicos electos o no electos que hayan incurrido en actos corruptos directa o indirectamente. Mientras estas cosas no sucedan las leyes de transparencia seguirán sin servir para nada.


dimecres, 24 de desembre del 2014

El portavoz del sobresueldos nos toma el pelo.


Hubiera sido mejor que pusieran el vídeo pregrabado que el pequeño Nikolaus pasó a Palinuro hace un par de días con el verdadero mensaje del Rey, menos lamentable, menos patético, menos estúpido, falso y vacío.

Este joven promesa minimalista ha recitado obedientemente las falsedades y embustes que el presidente del gobierno se obstina en colocar al respetable desde hace tres años contra toda evidencia. El texto recitado respondía a los sórdidos intereses de ese individuo que dice gobernar el país que está destruyendo desde un cargo del que debiera haber dimitido hace años.

Cinco puntos tuvo el penoso alegato del Borbón y un estrambote.


1.- La corrupción. Propósito firmísimo de acabar con ella con la ayuda un gobierno presidido por su principal responsable político en el gobierno y el partido, a su vez señalado por el juez como partícipe a título lucrativo en la comisión de un delito. Si alguien  imagina un guión más absurdo, que lo presente al concurso de Ubú Rey.

2.- Crisis económica. ¿Qué crisis? Hombre, por Dios, ya es historia. Todas las magnitudes son positivas y, si bien quedan algunos rezagados, ahora de lo que se trata es de no emborracharnos con la prosperidad que el partido y gobierno más corruptos y ladrones de la historia de la democracia han traído a España.

3.- Cataluña. La unidad nacional es intangible. Formamos un piña bajo la sombra de la Constitución. Aquí las habitualess mentiras y bobadas de Rajoy son palo que pinta en el juego en el que por supuesto, si el gobierno está tratando de encarcelar a Mas es solo para protegerlo de sí mismo.

4.- El Rey padre, gran servidor de España. Un ejemplo para todos, fuente nutricia del amor que este buen hombre dice haber leído en los ojos de los españoles y que le permite sobrellevar el amargo peso de una hermana presunta choriza.
 
5.- La democracia consolidada y resto de las patrañas de Rajoy. La consolidación democrática se nota en la nueva Ley Mordaza, erróneamente orientada a acallar las protestas de la ciudadanía, cuando debía dirigirse contra las memeces propagandísticas de la pandilla de inútiles que detentan los poderes del Estado. El Estado del bienestar que el gobierno del partido de los sobresueldos ha desmantelado, preservado con el mismo éxito con que flota el plomo. Y ya no hablemos del gran peso en Europa de España, gobernada por un menda al que los demás consideran el líder más incompetente de la Unión.
 
Estrambote:  vamos a regenerar la vida política, aunque nadie sabe por dónde empezar cuenta habida de que todo va de cine y, por supuesto, no se olvide, vamos a preservar nuestra unidad dentro de la pluralidad. Por si acaso.
 
Llegados a este punto descubrimos que el resto del mensaje sobraba.
 
Quieto todo el mundo.

No son lo mismo.

Desde el minuto uno de la admisión a trámite de la querella contra Mas por desobediencia han comenzado a formarse colas de ciudadanos que voluntariamente acuden a autoinculparse junto a su presidente. Una especie de espontánea leva del orgullo patrio. Porque, como era de esperar, la persecución judicial a Mas se ve como el enésimo ataque castellano, mesetario, español, a Cataluña y un paso más en la afirmación de un espíritu de desobediencia civil que está incubándose. "He aquí", argumentarán los independentistas, "otra razón a favor de la independencia: que no vengan de fuera a perseguir a nuestros presidentes". No solo de la independencia en un brumoso futuro, sino de la independencia aquí y ahora, ya, a través de una declaración unilateral. Y todo aparecerá simbolizado en la persona de Mas, como un nuevo Moisés, que lleva a su pueblo tras de sí.

No se me alcanza en qué situación habría de estar Rajoy para que los ciudadanos españoles acudieran en masa a autoinculparse de un delito, prestos a desobedecer. Por tanto, la equiparación de ambas figuras en peripecias tan distintas es francamente desacertada, además de una afrenta a muchísimos catalanes. Pero es que, se dice, no es esa la cuestión. Nadie duda de la gallardía de Mas, capaz de arrostrar consecuencias personales desagradables por sus convicciones, cosa que el otro ni huele, y si no se menciona es por algún lamentable olvido. Pero el asunto es más profundo. No afecta a las personas concretas de Rajoy y Mas sino a lo que ambos representan, los programas que defienden, las políticas que aplican, siempre iguales, a fuer de casta. Casta española, casta catalana y con la casta no se va ni a cobrar el aguinaldo, mucho menos a bautizar el niño.

Ciertamente, pero ese tampoco es el problema. Nadie niega que Mas represente los mismos intereses económicos, industriales, financieros que Rajoy. La cuestión es si, además, personifica un ánimo, un espíritu, una reivindicación nacional compartida hasta ahora por una mayoría de diputados del Parlament y, es de suponer, del electorado. Y así parece ser por reconocimiento de sus partidos aliados y amplios sectores de la sociedad civil. La equiparación entre Rajoy y Mas en este campo presupone que solo se admite un eje social como linea de fractura y no otro nacional. Podemos niega a Mas y CiU legitimidad para liderar un proyecto soberanista cuando todo el bloque soberanista se la reconoce, como se prueba, entre otras cosas, por la oferta de Junqueras a Mas de presidir la Generalitat aunque pierda las elecciones.
 
Esa negativa al reconocimiento de la dimensión nacional solo puede hacerse por dos vías, ambas poco admisibles. Por la primera, poniendo en duda la sinceridad del espíritu soberanista de CiU. Un partido que tiene sedes embargadas por asuntos de corrupción y que ha llegado a institucionalizar esta es casta y con la casta, lo dicho, ni a la esquina. La idea de que corrupción y patriotismo son incompatibles necesita muchos matices y no merece la pena porque hay una hipótesis más simple. En la medida en que el bloque soberanista cierra filas con la Generalitat y su partido, CiU, en un proyecto de construcción nacional, Mas puede ser un bandido sin entrañas, un estafador o un trilero, pero se verá obligado a personificar la figura del líder que consiguió la libertad de su pueblo, el padre de la nación catalana, a interpretar una historia heroica como la del General della Rovere. Porque es la gente la que lo quiere así. Y la gente no es casta, ¿no?
 
Por la segunda vía el dedo no se pone en la llaga de la sinceridad, sino en el del concepto mismo de soberanía. Esta no es, según Podemos, una cuestíón de banderas y otros símbolos, sino de realidades materiales, tangibles. Es un renacimiento de la vieja distinción de Lassalle entre la constitución material y la constitución formal. Muy afortunada, como siempre y como siempre, muy opinable porque tan legítimo es propugnar la primacía de lo material y tangible sobre lo simbólico y formal, como al revés.  Podemos llama soberanía a someter todo, lo material y lo formal, a debate en un proceso constituyente salido de unas futuras elecciones legislativas en el marco de la Constitución de 1978. A someter todo a debate de todos, cosa en la que no todos coinciden. El bloque soberanista, en cambio, quiere conocer antes el alcance de los poderes de cada cual porque él también tiene un proceso constituyente en marcha y bastante más avanzado que el español, hasta el punto de que incluso está redactándose un proyecto de Constitución de la Repúblican Catalana.
 
Y aquí ya se mezclan dos conceptos que son anatema en el debate público español, independencia y república.
 
Definitivamente, no es cosa de nombres. Es cosa de proyectos.  

dimarts, 23 de desembre del 2014

La ambigüedad sigue.


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Después del mitin de Vall d'Hebron, Pablo Iglesias acudió a una entrevista en TV3, en donde pudo matizar, explicar mejor sus propuestas, extenderse en ellas, ahondar en su significado, darles otra faz, con más razones y menos pasiones. Gran entrevista, por cierto. Gran entrevistadora, que pregunta con tino, no se deja regatear, pero permite hablar al entrevistado. Y gran entrevistado, contundente, claro, preciso y valiente. Sin duda un discurso con el que Palinuro se siente mucho más a gusto que con las arengas tribunicias al aire libre en las que se enardece a los seguidores.
 
Respondiendo a las críticas, Iglesias repitió varias veces que en sus propuestas no había "ni gota" de ambigüedad. Lo dijo, insistió y remachó con gesto claro y mirada diáfana pues su control del lenguaje no verbal es tan prodigioso como su oratoria.
 
Pero el sabor y olor a ambigüedad, como el de las legumbres socarradas, impregna toda la entrevista y cuanto más se niega, más se crece entre palabras medidas al milímetro y juicios aderezados según una nueva idea de la corrección política.
 
No hay duda, en los grandes temas, la composición suena de maravilla: ¿Es Cataluña una nación? Pregunta la periodista. Sí, es la respuesta, remachada con un lo dije ayer. España es país de países o país de naciones. ¿Es Cataluña un sujeto jurídico soberano? pregunta de nuevo la periodista. Eso tendrán que decidirlo los ciudadanos catalanes. En su momento, claro. Obviamente, no ahora. La ambigüedad comienza a enseñar su patita. ¿Por qué no ahora? Porque la ley no lo permite. Iglesias asegura que él no ha hecho la ley y no le gusta, pero es la ley.  En teoría de juegos esto se llama ventaja por opciones restringidas: "yo quisiera concederos lo que pedís", dice el patrón a quienes protestan, "pero la ley no me deja. Cambiemos la ley". Mientras tanto... ¿qué? 
 
Suspendamos el hilo un instante y vayamos a las distancias cortas, cuando el asunto se aclara aun más. ¿Pueden/deben los catalanes decidir su futuro por su cuenta, incluida su "relación jurídica" (linda fórmula) con el Estado?" Sin duda, declara rotundo el líder de Podemos, sin duda. Pero... con un proceso constituyente en el que podrá hablarse de todo; de todo. De la soberanía, cómo no. Pero recordando que la soberanía no es concepto que se agote en lo territorial pues afecta a todas las relaciones sociales: los hospitales, las escuelas, los ancianos, los dependientes, Andorra, Suiza. La soberanía, la Patria no son cuentas en paraísos fiscales a favor de traidores. La soberanía es un concepto grávido con el Todo hegeliano y el proceso constituyente la tabula rasa sobre la que se erigirá el futuro. Pero después, cuando llegue su hora, luego de las elecciones de 2015 que Podemos sale a ganar a todo el mundo. La ambigüedad es aquí ya apabullante.
 
¿Y mientras tanto? No en noviembre, diciembre del año que viene, enero, etc de 2016 sino aquí y ahora. De eso no se habla. No se habla del 9N; no se habla de las elecciones autonómicas anticipadas, de su carácter plebiscitario o no o del derecho de autodeterminación en este momento, derecho dimanante de la condición nacional de Cataluña que previamente se ha aceptado.
 
"No toca", que diría Pujol, uno de los personajes más denostados en el escenario catalán de Podemos. La ley no deja. Cuando cambie la ley, todo; antes, nada. Y, entre tanto, a sacudir a Pujol, a Rajoy, a Mas, a Sánchez, en una amalgama que suena bien en multitud de oídos, sobre todo españoles. No tanto en los catalanes. No nos dejemos engañar por "la casta"; no se trata de un eje de fractura nacional, sino social. Ahí está el núcleo duro de la ambigüedad y patente. El que justifica a ojos de Iglesias poner a la par a Rajoy y Mas, poner a la par un tipo desprestigiado, presunto corrupto, autoritario, embustero, cobarde y con un índice de popularidad el más bajo de la historia con otro con gran apoyo y prestigio, al que solo cabe achacar corrupción a base de endosarle la ajena ladinamente, un demócrata, que no ha mentido, lleva su valor al extremo de afrontar la represión judicial española y goza de la estima y el apoyo de muchísimos conciudadanos. Esa comparación no solo indica la falta de comprensión del proceso nacional (¡no hay eje nacional en Cataluña!) catalán, sino que comete la villanía de denostar a alguien por algo que no le hace merecedor de ello sino lo contrario.
 
Y todo porque no se puede aceptar que, aunque la doctrina diga que el eje es social, la realidad muestra el nacional. Por eso se oculta, se niega, se substituye por otro y se juega a la ambigüedad.
 
Si los catalanes hacen elecciones anticipadas (están en su derecho) y el gobierno resultante proclama un referéndum de autodeterminación, por ejemplo, para junio de 2015, ¿qué hará Podemos? Está claro; no hay ambigüedad alguna: unos militantes harán campaña por la independencia, otros en contra y otros se quedarán en casa. ¿Y la organización como tal? Esa dirá que no toca y que hay que esperar al proceso constituyente cuando toque.
 
Incidentalmente y por si acaso: Palinuro no solo lleva tiempo defendiendo el proceso constituyente sino, siendo más específico, singularizando la cuestión territorial en una Convención aparte del proceso constituyente para que todas las naciones en España puedan decidir en condiciones de igualdad y no dentro de otra amalgama del totum revolutum en la que, como se discutirá de todo, quizá no se discuta de nada y menos aun de soberanía que, según se nos dice no es cosa de banderas y balcones. No claro. Pero sin banderas y balcones y claras competencias y jurisdicciones territoriales, lo siento, pero la cosa suena un poquito a truco.
 
Si se quiere eliminar ese sabor a ambigüedad que sigue destilando la entrevista, casi rascando ya la garganta, aclárese otra cuestión: si la ley no nos deja actuar ahora y nos obliga a esperar -muy a nuestro pesar, claro- hasta el año que viene; si, entre tanto los soberanistas (ese extraño e incompresible maridaje entre gentes buenas y gentes perversas según el ficticio eje nacional) celebran elecciones anticipadas, ¿por qué no se piden también elecciones anticipadas en España? ¿Porque se sabe que el presunto sobresueldos no cederá?
 
Bueno, pero pedirlas sería un gesto no solo de claridad y contra la ambigüedad que ahora es ya casi como la noche oscura del alma, sino también de perspicacia e inteligencia. Los catalanes llevan la inciativa hace años. Han comprendido algo elemental para cualquier demócrata (condición que Iglesias parece reservar para él y los suyos), esto es, que lo que da legitimidad para hablar y hacer son las elecciones. Quien las hace gana, aunque en términos numéricos pierda; quien las impide, pierde, aunque en los mismos términos gane.
 
Pero, ciertamente, el líder de Podemos dice que Mas no le marca su calendario u hoja de ruta. Mucho menos el infeliz de Palinuro.

Mensaje de Nochebuena de S.M. el Rey.


El pequeño Nikolaus, también conocido como Tiny Claus, íntimo amigo de Palinuro, le ha pasado el vídeo del mensaje que dará mañana el Jefe del Estado. Al parecer, lo ha obtenido mediante sus contactos en el CIO o Centro de Inteligencia Obtusa, aunque no ha debido de verlo entero. Esta es la transcripción en primicia para los lectores del clan McPalinuro.

Buenas noches: en este momento solemne, cuando por primera vez me dirijo a vosotros como vuestro Rey en el tradicional mensaje de la Nochebuena, quiero dedicar un emocionado recuerdo a mis antecesores. En primer lugar a mi padre quien llevado por su amor a España, abdicó en mi persona. En segundo por orden cronológico inverso y no de importancia, al general Francisco Franco, mi abuelo putativo, a cuyos Principios juró lealtad mi progenitor; lealtad que me corresponde renovar por cuanto la idea dinástica está basada en el respeto a la tradición.

Fue mi padre quien, hace dos años, aseguró aquí mismo que la Justicia en España es igual para todos. Con matices. Él, por ejemplo, goza de aforamiento vitalicio ante el Tribunal Supremo por sabia decisión del legislador. Cualquier causa en su contra, como las demadas de paternidad, el asunto de la ingente fortuna que la revista Forbes le atribuye, las acusaciones de haber cobrado mordidas por el petróleo importado del Golfo Pérsico o las hipotéticas reclamaciones tras la reciente ruptura con la señora Zu Sayn-Wittgenstein se verán en el Supremo, un tribunal animado de un excelso sentido de la Justicia y el Patriotismo al mismo tiempo.

Igual será para mi hermana, enfrentada a la cruel situación de dar cuenta de unos actos de los que, me consta, no recuerda nada; nada de nada. Como si no los hubiera realizado, pues quizá fueran obra de su cónyuge, el jugador de balonmano. La fidelidad conyugal, por la que los Borbones somos mundialmente famosos, tiene estos momentos amargos que sufrimos por nuestro amor a la familia, institución perenne de la sociedad cristiana, compuesta por un hombre, una mujer y los hijos que Dios sea servido enviarles.

El año que dejamos atrás ha sido complicado y difícil para todos. Lo sé. Pero Rajoy me ha dicho que somos una gran nación. Gracias a él y sus duras pero necesarias medidas, estamos saliendo de esta crisis tan prolongada y tan profunda y que tanto nos ha hecho sufrir. Por fortuna España es ya un jardín de brotes verdes en el que los ciudadanos empiezan a recoger los frutos de sus sacrificios y miran con confianza el año en que entramos. Los baremos del CIS dicen lo contrario, pero Arriola me asegura que los hace un gabinete de republicanos y masones y, en lugar de consultarlos, debemos leer diariamente La Razón.

La Gran Nación es una, pero plural y libre de forma que, como dije en mi discurso de entronización, hoy cada español es libre de sentirse español como mejor le venga en gana, incluso en Cataluña. Faltaba más.  Esa libre unidad plural deriva su fortaleza de la Constitución de 1978, a la que pusimos de largo como señorita de 18 años en 1996 y hoy es ya una augusta matrona que ha conservado su virginidad exceptuados dos achuchones sin importancia en 1992 y 2011. Aquí sigue ella, garante de la soberanía de los españoles y su igualdad a la hora de sentirse españoles y de la unidad de la Patria, supremo fin de las fuerzas armadas, si llega el caso. Que no llegará pues la función moderadora de la Corona asegurará el respeto a la gobernanza civil del Reino.

Ciertamente la corrupción, esa lacra de nuestro tiempo es vuestra segunda preocupación. Pero, la verdad, no se entiende bien esa reacción cuando, según la señora Cospedal, la corrupción es hoy endémica en España. Muchos políticos son corruptos; muchos funcionarios, venales; muchos empresarios, delincuentes, pero eso pasa con todos, según afirma la dicha señora entre procesión del Corpus y novenario de Santa Casilda. No me agrada la idea pero quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

Nuestra fe católica, administrada por los curas, nos protege de la desesperación y nos permite mirar con confianza el futuro. Almas perversas sostienen que la Iglesia es un Estado dentro del Estado, un enorme parásito que succiona la riqueza material e intelectual del país desde hace siglos, que su régimen de privilegios es muy superior al que tenía el clero en al antiguo régimen y contrario a la aconfesionalidad del Estado. Pero, aunque esta  Iglesia muestre algunos defectillos, ¿qué son estos y los costes que se atribuyen a este cuerpo místico en comparación con la bienaventuranza de tener una sociedad tan obediente y sumisa, que solo se manifiesta en forma de mayorías silenciosas?

El gobierno, inspirado en el espíritu de la monja fundadora, verdadera santa y guerrera, llevará al Parlamento en los próximos días unas medidas de purificación y regeneración democráticas que, sin perder su ánimo católico, dejaran chiquita la moral calvinista, demostrando cómo el puritanismo es un disfraz del más codicioso afán de lucro. Aquí, en España se impondrá la regla de San Benito. Para dar ejemplo, el presidente del gobierno, acusado de haber cobrado sobresueldos, en expiación, renunciará en público a los sobres y a los sueldos y lavará todos los días los pies a un sintecho.

Mi esposa, la Reina que, como sabéis, es periodista suele prevenirme contra los de su profesión pues dice que son chismosos, malévolos, a todo le sacan punta y capaces de vender a su progenitor por una exclusiva que los haga famosos. Pero yo soy abierto y accesible y respondo a las preguntas con la campechanía que caracterizaba a mi padre y mi mayor preparación. No ignoro que me llaman Felipe VI Preparao. El pueblo español es ingenioso y sus periodistas, su más digna representación. Un verdadero baluarte de la Corona. Admiro el espíritu con el que muchos de ellos van de tertulia en tertulia, como haciendo las estaciones de una vía áurea, batiéndose el cobre en pro de la verdad, la familia, la Corona, el orden. Dicen que cobran mucho por ello, que no son caballeros desfaciendo entuertos sino mercenarios. Pero en todo hemos de ser relativistas. ¿Cuánto puede costar una buena defensa de la familia cristiana, bien de valor incalculable?

A pesar de los brotes verdes, hemos de reconocer compungidos que, al salir de la crisis, partimos de una situación lamentable: tenemos la mayor cantidad de parados, los salarios son los más bajos, los impuestos los más altos, los peores servicios públicos, las pensiones más cutres, no nos cuidamos de los dependientes y el Estado del bienestar lleva camino de ir a parar al museo de antigüedades, junto a la rueca y el huso. Es una cita culta de Federico Engels, que me ha pasado un joven asesor recién contratado en La Zarzuela que pertenece a un círculo de Podemos.

Eso me lleva a hablaros con el corazón abierto de esa otra preocupación de nuestros conciudadanos, los políticos y los partidos. Nadie respeta más la libertad de partidos, pivote de la democracia, que la Corona. Los partidos son la garantía de la alternancia en el buen gobierno del Reino y, lógicamente, en un sistema binario o, como dicen los analistas, bipartidista. Pero los partidos son también instrumentos que canalizan las preocupaciones y los deseos de innovación y cambio del pueblo. Y la Corona, os lo aseguro, está atenta a esos anhelos. Por eso me fijé en cómo el lema de la última convocatoria de Podemos en Barcelona fue comença el canvi. Y, en efecto, cuando Felipe González prometió el "cambio", ganó las elecciones. Cuando lo prometió Rajoy, también las ganó. Ahora se promete el "canvi" porque los tiempos traen aires catalanes, pero es y será siempre el "cambio". Se ve cuánta razón tuve al contratar el asesor de Podemos que ahora tiene un Círculo Podemos La Zarzuela. Los de los otros partidos no saben por donde se andan. Estos están en la longitud de onda de la gente y, como la gente no sabe lo que quiere, de estos a veces no se sabe lo que dicen.

Pero otras, sí. Por eso os comunicaré hoy, en la intimidad de vuestros hogares una decisión que he tomado por mi cuenta, una sorpresa, algo que no os esperais. Habéis visto cómo los de Podemos no quieren ver banderas republicanas, ni oír hablar de la República, cual si fuera la tiranía de los Pisistrátidas. Eso los hace cercanos a mi corazón. Tampoco hablan mucho del aborto, ni de la separación de la Iglesia y el Estado. Se concentran en cambio en la soberanía, el amor a la Patria y la honradez de la vida pública. La verdad, no entiendo por qué salen personas avisadas, como Esperanza Aguirre, Condesa de Bornos, Grande de España y Dama Comendadora Honorífica de la Orden del Imperio Británico, diciendo que son un partido antisistema. Dentro de ese espíritu constructivo, Pablo Iglesias dijo en cierta oacsión que si el señor Felipe de Borbón quiere ser Jefe de Estado, que se presente a unas elecciones. Y aquí es donde viene mi revelación y la sorpresa que quiero daros: estos de Podemos son de mi generación, me entiendo con ellos, me fío de ellos, hablamos el mismo lenguaje.

Sí señor: he decidido presentarme a unas elecciones. Me gustaría contar con el voto de Podemos, pero no ando muy seguro con gente tan escurridiza. Si no lo consigo, tendré que fundar mi propio partido que podría llamarse, lo tengo pensado, RRR o Reagrupación Republicana Real. Este partido...
 
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La emision se interrumpe; hay un fundido en negro y luego aparece un comunicado del ministerio del Interior que reza: "En aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana, también llamada "Ley Mordaza", aún no promulgada pero ya en vigor, esta emisión ha sido censurada al comprobarse que se hace desde una IP sita en La Zarzuela y desde la que se efectúan continuas visitas a redes yihadistas. En breve se restablecerá la comunicación con el Palacio de La Moncloa, desde donde se impartirán las órdenes oportunas.

(La imagen es una foto de Wikimedia Commons, con licencia Creative Commons).