dijous, 4 de febrer del 2016

Desde mi más profundo desprecio

Parece que, por fin, se van ustedes. Usted, aferrado a la poltrona como una garrapata, resistiéndose con todas sus fuerzas y dispuesto a que el país se hunda antes que abandonar su puesto en La Moncloa, en el que no ha hecho usted más que daño a la inmensa mayoría de los españoles. Mentiroso, altivo, autoritario y servil con los de arriba, presunto corrupto y amparador de corruptos y ladrones, falso, inculto, vulgar y pretencioso, realmente es usted una vergüenza para cualquier país civilizado. Y la banda de ladrones a la que llama usted partido, cortada a su imagen y semejanza. O al revés, tanto da.

No han dejado ustedes un euro público sin metérselo en el bolsillo; han robado en prácticamente todos los cargos públicos que han ejercido. No hay más que ver Valencia. Han malversado, despilfarrado o simplemente trincado en todas las actividades de la administración pública, en las adjudicaciones, licitaciones, contratas, concesiones y subvenciones. Se han apropiado dineros públicos de todas partes, desde las instituciones más solemnes a los colegios de niños y los programas de solidaridad internacional, desde las dotaciones de infraestructuras hasta las contratas de suministros a los hospitales. No es que carezcan ustedes del mínimo sentido de la ley moral kantiana; es que son ustedes una banda de granujas.

Constituyó usted desde el pincipio un gobierno de analfabetos, imbéciles, psicópatas, corruptos, meapilas, cínicos sin escrúpulos, ultrarreaccionarios, aprovechados e inútiles, todos, claro está, muy atentos a lo que pudieran afanar y cómo podían amargar la vida a la gente despojándola de todo. Han provocado ustedes una involución democrática única, según sus cánones neofranquistas. Han reprimido los derechos y libertades, suprimido la democracia en los espacios públicos. Han esclavizado a los trabajadores, empobrecido a la gente y obligádola a emigrar,  aumentado la cantidad de parados sin prestación, robado a los pensionistas, privado de ayudas a los dependientes y esquilmado el erario

Han corrompido el Estado de abajo arriba, han llenado la administración de funcionarios venales, parientes, enchufados, deudos, allegados o simples pelotas; han destruido la objetividad de los medios de comunicación públicos, empleados sistemáticamente como aparatos de agit/prop, de ese fascismo "amable" y sonriente que los caracteriza y que llaman ustedes "liberalismo"; tienen periodistas-provocadores directamente a sueldo de ls grandes empresas como el Corte Inglés (y a saber cuántas más), engañando a toda la ciudadanía, verdaderos esbirros como la colección de sinvergüenzas que según parece han cobrado sobresueldos o han estafado en Valencia, Galicia, Madrid, etc.

Y han destruido ustedes el país por su infinita codicia, mezclada con su incompetencia e irreductible estupidez. Los catalanes se van y hacen bien porque nadie con un ápice de dignidad puede soportar estar gobernado por un hatajo de sinvergüenzas, corruptos y ladrones.

Un desastre que durará muchos, muchos años y el principal responsable es usted, el de los sobresueldos. Váyanse ya rodeados todos del oprobio, el ludibrio y el desprecio de sus conciudadanos. Pasen antes por caja, devuelvan lo afanado y preséntense al juez.

Con estos mimbres, pocos cestos

Al aceptar el encargo de formar gobierno, Sánchez ha desbaratado la táctica del sobresueldos de bloquear la situación hasta que la investidura le cayera como fruta madura. El designado se puso a trabajar de inmediato y las primeras reacciones ya permiten atisbar qué sucederá finalmente con este hipotético gobierno de la izquierda:

Del PP solo cabe esperar un "no" cerrado a Sánchez pues su interés es que haya elecciones nuevas. De los independentistas catalanes otro "no" cerrado en virtud de otra estrategia, consiste en que no haya gobierno en España para que el suyo en Cataluña tenga las manos más libres, estrategia qu veremos en el post siguiente. En IU, encantados con la idea, se sacan la espina de los desprecios de Podemos. Coalición Canaria también se apunta y el PNV ve con buenos ojos un posible acuerdo para apoyar a Sánchez. Hasta los de C's, asustados por unas elecciones nuevas, dan a entender que negociarían una posible abstención.

La reacción más virulenta viene de Podemos y no solo por el rebote de Iglesias, cuyo narcisismo soporta mal que no lo llamen a él y que no sea la "centralidad política", sino porque están atrapados en sus propios problemas, que tratan de presentar como problemas ajenos. Ayer salieron todos en todas las televisiones y radios que controlan afirmando que Sánchez solo tiene tres posibilidades: a) un gobierno de Gran Coalición con el PP; b) un gobierno de progreso con Podemos e IU (y, por supuesto, bajo las condiciones leoninas impuestas por ellos); c) nuevas elecciones. De C's no quieren ni oír hablar.

Enfrentar a tu interlocutor con una dilema (o trilema), si cuela, es una vieja estratagema de toda polémica o combate para llevar al otro a tu territorio. Tan vieja que ya no funciona para lo que se pretende, que es otra cosa.

No es Sánchez ni el PSOE quienes están ante un dilema (o trilema) sino Podemos, entre: a) seguir en la política del sorpasso y tratar de aniquilar al PSOE, como le pide su referente anguitiano y su alma neocomunista, lo cual conduciría a nuevas elecciones; y b) gobierno de coalición en unas condiciones no impuestas por el diktat de Iglesias, sino surgidas de un acuerdo con un PSOE dirigiendo. Hace un par de semanas, la opción a) llevaba las de ganar porque pensaban los morados que unas nuevas elecciones los pondrían, por fin, en la cabeza hegemónica gramsciano-laclauana. Pero, desde que se ha decubierto el pastel de la fragmentación interna de la organización, eso ya no está tan claro y mucho menos si, finalmente , tienen que ir a unas elecciones con el sambenito de haber sido ellos quienes las han provocado. Eso será el fin de la partida.

Porque no es el PSOE el que tiene que elegir. Es Podemos.

Los catalanes, a lo suyo: desconexión

Ayer, mientras Junts pel Sí y la CUP presentaban tres proposiciones de ley en el Parlament para iniciar el camino a la desconexión de España o sea, la independencia, el juez de la Audiencia Nacional mandaba, al parecer, orden a los alguaciles para que investiguen si diversas asociaciones civiles independentistas pudieran estar incursas en los delitos de rebelión y sedición con una intención fácil de imaginar. Empieza el baile.

Para que haya rebelión, el código penal exige que se recurra a la violencia y, para que haya sedición que se recurra a la fuerza. Es decir, los alguaciles pueden volverse por donde vinieron porque ninguna de las entidades ha recurrido jamás a la una ni a la otra. Son asociaciones compuestas por gentes muy pacíficas. Así que, nada de nada. Aunque es un signo de por donde vienen los vientos porque el juez actúa a instancias de la fiscalía y la fiscalía tiene que haber recibido las órdenes pertinentes del gobierno de empezar ya a incordiar. 

A su vez, el Parlament debatirá las tres proposiciones de ley de desconexión: Hacienda, régimen jurídico de la administración y seguridad social catalanas. Es una propuesta de Constitución catalana in nuce. Cuando los tecnócratas franquistas (el catalán López Rodó y sus secuaces del Opus) pusieron en marcha la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado y la Ley de Procedimiento administrativo, allá por 1957 y 1958, proclamaron que, en realidad, se trataba de una Constitución para un verdadero Estado de derecho administrativo. López Rodó había aprendido esta pintoresca doctrina del portugués también catedrático de derecho administrativo, Marcelo Caetano, luego presidente de la República.

Obviamente, no es el caso de Cataluña hoy por entero; pero sí en parte ya que los catalanes, de momento, no pueden dotarse de una Constitución. La Ley de Régimen Jurídico cumple esa función transitoria y no se expone a impugnación al no llamarse -ni, en el fondo, ser- Constitución.

Pero lo más inteligente, a mi entender de este primer paso legal en busca de la desconexión es que se presenten como proposiciones y no como proyectos de ley, es decir, emanados del propio parlamento y no del gobierno de la Generalitat. Es una sobreabundancia de precaución: siempre será más difícil para el gobierno español impugnar un acto del Parlament que del gobierno.

Y, políticamente, bien claro está: los catalanes siguen con su hoja de ruta o, como dicen ellos, per feina mientras que los españoles aún no saben si tendrán o no gobierno porque están discutiendo sobre el precio del desayuno en la cafetería del Congreso.

dimecres, 3 de febrer del 2016

Cabildeos

A petición del Rey, Sánchez se dispone a hacer un gobierno de coalición de perdedores, según fabula el ABC. Es verdad, es curioso que quienes perdieron las elecciones acaben formando gobierno. Eso da una idea de cómo será el que las ganó.

El socialista se ha tirado a la piscina y ha desbaratado la primera parte del plan marrullero del Sobresueldos, a ver si podía tener el país cuatro años sin gobierno, como lo tuvo sin Tribunal Constitucional y siempre por motivos de típico ruiz. Pero queda la segunda: esperar que la izquierda no pueda formar gobierno y haya elecciones, la única posibilidad que le queda de seguir en La Moncloa atendiendo a su padre dependiente con el dinero de todos, incluidos quienes tienen dependientes en su casa y no reciben prestación alguna porque él se la ha quitado.

¿Será posible que la izquierda no forme gobierno? Por supuesto. Es la izquierda española. Antes incluso de que Sánchez compareciera en rueda de prensa, Iglesias dio otra con esa actitud tan carpetovetónica de atosigamiento y perdonavidas que suena a bullying y no pasa de ser bullshit. Quien se lanzó a conquistar los cielos y, como Ícaro, se dio una castaña que se cura hoy en el gallinero, quien -tic-tac mediante- iba a echar del mundo a la casta y a gobernar desde la centralidad política se encuentra ahora tuiteando el precio del desayuno en el bar del Congreso. Y es comprensible que esté descompuesto e irritado al ver que el Rey no le ha devuelto el detalle de juego de tronos encargándole formar gobierno y que la centralidad política corresponda al fementido PSOE, el corrupto PSOE, al casta PSOE, al PSOE = PP, pero al que se urge a pactar y al que se le imponen condiciones pintorescas.

Realmente, creo que estos de Podemos debieran llevar una L cosida en la espalda, mientras toman nota de los usos mundanos y dejan de hacer el ridículo. Considérese la última advertencia: será imposible un gobierno PSOE Podemos IU y C's. Eso es una necedad. Claro que es posible, perfectamente posible, tendría 199 diputados y funcionaría muy bien. Y también es posible uno del PSOE Podemos IU con la abstención de C's. Pero la actitud es "no". Como también la de C's: "no" a un gobierno con Podemos. Es el odio de los gemelos univitelinos. 

Ya se les pasará a ambos sobre todo porque, si se empecinan, aparecerán como responsables de las elecciones nuevas y, si las hay, mi intuición, contraria a las encuestas al uso, es que perderán todos, especialmente Podemos y el PP, cuyos votos se irán a C's. Y el PSOE remontará mucho.

Sánchez, que hizo un lindo discurso pidiendo a los demás que depusieran sus vetos, arranca sus negociaciones con dos. Uno es bastante lógico: no al PP. Por supuesto, no cabe seguir con la superchería y el engaño de que esta presunta banda de ladrones con el sobresueldos a la cabeza sea en verdad un partido político. El otro, en absoluto: diz que hablará con los independentistas catalanes para hacerles saber que es contrario a sus pretensiones. Pues o dice algo más o puede ahorrarse (y ahorrarnos) la llamada. Cree que este españolismo de cuarto de banderas lo beneficia y no es así, sino al contrario. Basta ver las tribulaciones del PSC.

Aparte de las bravuconadas de Podemos, que no hacen daño, el peor enemigo de Sánchez está entre su gente. Si va al congreso del PSOE sin haber formado gobierno, la baronías territoriales y los mastines desdentados de las viejas glorias dejarán de él menos de lo que queda de un burro comido por pirañas. Si, en cambio, se presenta como presidente recién electo, todo serán parabienes y apoyos inquebrantables. La victoria tiene siempre muchos padres y la derrota, muchos cuñaos.

Para luego es tarde

España es un sistema parlamentario. En este sistema, el Parlamento es la más alta instancia de poder del Estado. Depositario de la soberanía popular. Con monopolio legislativo supremo. Conviene recordarlo porque el sainete que ha montado el de los sobresueldos con su no-candidatura a la presidencia del gobierno, además de ser propia de Alicia en el país de las maravillas, es un anacronismo.

El Rey aquí no pinta nada (en opinión de Palinuro, tampoco lo hace en ningún otro punto del planeta... como Rey) y la investidura del presidente del gobierno debiera hacerse sin contar con él. Que el Rey proponga un candidato es una reliquia de los tiempos de liberalismo doctrinario, cuando los gobiernos tenían que tener la doble confianza, del Rey y del Parlamento porque ambos compartían la soberanía. Pero eso se acabó. La soberanía reside solo en el Parlamento y debiera ser este quien, a través de su presidente, que ya está ejerciendo, propusiera un candidato a la presidencia del gobierno. Así se visualizaría el carácter "civil" de la investidura y el Rey podría dedicarse a dar de comer a los patos de la Casa de Campo.

Si no pasa así es porque la clase política española es un manojo de pusilánimes que no se atreve a poner la dignidad del legislativo por encima de los demás poderes del Estado, como le corresponde.

Sin embargo, con esta medida que el Congreso anuncia de iniciar la derogación de las leyes más arbitrarias, injustas, antipopulares y estúpidas de Rajoy, en especial, la Ley Mordaza, la LOMCE, la reforma laboral, aunténticos atropellos basados en el abuso de poder de los últimos cuatro años, puede estar recuperando algo de la autoridad y el prestigio perdidos. Y eso no es más que el comienzo. Conviene, sin embargo, que la labor derogatoria sea rauda pues, si se retrasa, se corre el peligro de que en las próximas elecciones gane lo más retrógrado y nacionalcatólico que enseguida pondrá de nuevo en vigor estas barbaridades.

Por cierto, aprovecho la situación para apoyar una reivindicación gremial que considero justa. Según la normativa vigente (sin duda impuesta por la banda de presuntos malhechores que ha desgobernado este país) los escritores, los intelectuales, los artistas jubilados no pueden compatibilizar sus magras pensiones con sus ingresos por derechos de autor. Dos consideraciones al respecto y una petición urgente al Congreso:

1ª consideración: Hacienda persigue, como siempre, a los trabajadores y gente menuda, pero tolera y ampara la corrupción general, con políticos con pensiones increíbles, que compatibilizan con todo.

2ª consideración: los carcundas del PP no solo han desmochado la investigación científica en España, descapitalizándola, sino que también impiden la labor creativa. Que la gente no pueda disfrutar de una novela o una composición musical o una pieza de teatro porque, al estar realizadas por jubilados, lo prohiben los inspectores de Hacienda.

Petición urgente al Congreso: incluyan en la obligada derogación las normas que contribuyen a esta barbaridad autoritaria, muy propia del páramo intelectual del presidente de los sobresueldos, lector del Marca
.

dimarts, 2 de febrer del 2016

Del voto al veto y del veto al voto

Hace mes y medio, cuando los políticos catalanes andaban a la gresca y sin gobierno, era frecuente oír chanzas y chirigotas en Madrid sobre que los catalufos eran incapaces de ponerse de acuerdo y tendrían que repetir las elecciones. Hicieron gobierno y evitaron las elecciones. Ahora, la situación en el Estado es la misma. Los partidos son incapaces de formar gobierno y la amenaza de nuevas elecciones se configura en el horizonte. Quien ríe el último... Se da además la pintoresca circunstancia de que algunas posibles coaliciones en España dependen de que los independentistas catalanes las permitan porque tienen la llave. La llave de la gobernabilidad del país por la izquierda. Pintoresco y hasta sarcástico.

A primeros de diciembre pasado, los amigos de Trasversales me pidieron un artículo sobre las subsiguientes elecciones del 20D. Escribí uno titulado Un sobresueldos y tres mindundis. Si tuviera que escribirlo de nuevo hoy, a más de un mes de esas elecciones , escribiría lo mismo y con el mismo título.

Los políticos catalanes fueron capaces de llegar a un acuerdo y poner en pie un gobierno que ya está actuando, al menos mientras el Tribunal Constituciona español, a las órdenes del PP, le deje. Dudo que los españoles sean capaces de hacer lo mismo. Lo dudan ya casi todos los mentideros de la Villa. Y eso que, como los catalanes, cobran de nuestros impuestos por hacer su trabajo. Entender esta situación no requiere grandes dotes analíticas. A estas alturas las apuestas van triple a uno a que hay nuevos  comicios porque los políticos españoles serán incapaces de pactar una fórmula para evitarlos.

¿Quién está interesado en nuevas elecciones? En primer lugar Rajoy, el de los sobresueldos, que convencido ya de que nadie quiere juntarse con él (ni en su partido), sabe que no será presidente y, como tiene con el poder la misma relación que un parásito con el parasitado, quiere nuevas elecciones en la esperanza de que el resultado le sea más favorable. Que el país pueda hundirse en una incertidumbre y una espera de cuatro cinco meses más sin nadie al mando no le importa. Que en este tiempo los independentistas catalanes ganen una ventaja definitiva que España no podrá recuperar, todavía menos. Al sobresueldos solo le interesa seguir en el poder, aunque se hunda el país. Confía, supongo en Montoro, experto en salvamentos imaginarios.

Interesados en nuevas elecciones están también los independentistas catalanes quienes, calculan, con razón, que un Estado sin gobierno hará menos daño a la hoja de ruta independentista y seguirá sin tener iniciativa política alguna. Es más, Rajoy quiere elecciones nuevas, pero no está en situación de bloquear la formación de un gobierno. ERC y CiL, sí. No solo son favorables a nuevas elecciones, sino que pueden provocarlas.

Los tres partidos parlamentarios españoles restantes, PSOE, Podemos, C's, tienen intereses menos claros. En un principio, tanto Podemos como C's, habiendo obtenido resultados por debajo de lo que esperaban, querían nuevos comicios, en la esperanza de incrementar su voto. El PSOE, con el peor resultado de su historia, prefería no tentar más la suerte so pena de encontrarse como el PASOK. Sin embargo, las cosas cambian vertiginosamente. Los sondeos no auguran nada bueno para C's en nuevas elecciones y Podemos se fragmenta a ojos vistas, siendo muy problemático que vaya no ya a aumentar sino a repetir sus resultados con las confluencias en estado de rebeldía. Sánchez, en cambio, al dar la imagen del único que pretende garantizar un gobierno de pacto, acuerdo y estabilidad, seguramente recogerá mejores resultados si se repiten las elecciones. Que se repetirán, si los dos partidos llamados emergentes siguen impidiendo alcanzar un acuerdo que evite al país la ordalía de otra consulta electoral. También se debe contar con IU, pero su representación liliputiense no tiene relevancia.

Los motivos de los tres mayores son bastante obvios: Sánchez -cuyos enemigos están fuera y dentro de su partido- trata de sobrevivir jugando su única baza: convertirse en gobernante antes de que el congreso del PSOE lo convierta en cesante. Rivera, cuyo narcisismo y vacuidad rivalizan en todo con los de Iglesias, antes se dejará cortar en trozos que permitir que el otro se lleve los focos y lo deje abandonado a la oscuridad de una triste oposición, aguantando chistes de Rajoy en casa del señor obispo. Iglesias, tan narcisista y huero como el otro, tiene asimismo un factor que le activa un anhelo dormido, especie de viejo sueño de sustituir al PSOE, deseo antañón de generaciones de comunistas reciclados.

Las circunstancias y las conveniencias -no sus propios méritos- han hecho que Sánchez tenga un rol más racional y razonable en su intento de formar un gobierno pactando con Podemos, C's e IU. Es lo que le interesa, ciertamente, pero es el único que está haciendo algo por evitar las nuevas elecciones.

Calíbrese el grado de mindundez de los otros dos recordando que, después de hartarse de decir que bajo ningún concepto permitirían que Rajoy siguiera en el gobierno ahora hacen justamente lo que más le interesa para quedarse: provocar nuevas elecciones. 

Conclusión: cada país tiene el gobierno que se merece y la oposición que también se merece.

dilluns, 1 de febrer del 2016

Un acierto y un error

Se abre una semana interesante con la nueva ronda de consultas que nadie sabe cómo irá porque la posición de perro del hortelano adoptada por Rajoy, abre todas las incertidumbres. Ya dijo en memorable ocasión el de los sobresueldos que no tomar una decisión era una decisión. Esa actitud tan marrullera deja en mal lugar al Rey, sobre todo porque evidencia que, en realidad, no sirve para nada. Por primera vez se cuestiona -y ya era hora- su intervención en el nombramiento del gobierno. Se trata de un formalismo tipo reliquia, de cuando los gobiernos debían contar con la doble confianza. Hoy, que basta con la del Parlamento, la intervención del monarca es inútil, como bien se ve. Siendo el Parlamento un órgano autónomo y sede de la soberanía, esta tarea habría de corresponderle en exclusiva a través de su presidente, que para eso está.

Rajoy ha conseguido cubrirse de ridículo una vez más. A él no le importa, ya se sabe; pero los suyos van a acabar sublevándosele y ya es raro que los neonacionales se subleven. Si, llamado a consultas, Rajoy acepta encargarse, le darán un buen revolcón en el Congreso y los plazos para investidura/nuevas elecciones empezarán a contar. Si no lo acepta quedará ya definitivamente fuera de juego y dispondrá de más tiempo para preparar su defensa procesal, que le hará falta y leer el Marca, única actividad intelectual que se le conoce.

Aquí entra Sánchez. La ocasión la pintan calva y esta es la del secretario general del PSOE que ha tenido el acierto, a mi juicio, de declararse dispuesto a intentarlo y de hacerlo con un programa detallado para conseguir una base amplia de apoyo parlamentario. Los requeridos aliados, según parece, serán C's, Podemos, IU, PNV, CC. El orden no es inocente. Sumar a una alianza a C's y Podemos parece una quimera y quizá lo sea, pero es una buena jugada para cortar las alas a Podemos por cuanto, si los morados ponen dificultades en una situación que ellos mismos consideran de urgencia y no se forma gobierno, aparecerán como responsables de las nuevas elecciones, lo que no es un acierto. La oferta del PSOE, el de la centralidad política, mete a Podemos en el totum revolutum de un pacto a varias bandas en el que el único protagonismo es el de Sánchez en lamentable detrimento del narcisismo de Iglesias.

Si, en una iluminación repentina de todos los intervinientes, fuera posible un gobierno de PSOE, C's, Podemos, IU, cuando menos, sería un exitazo de solidez porque pasaría de 200 diputados y podría hacer lo que quisiera. Pero esa combinación es muy poco probable. No lo es tanto, sin embargo, un gobierno de PSOE, Podemos e IU con apoyo del PNV y la abstención de C's. Si esa abstención se diera, aunque los partidos independentistas votaran en contra, no podrían hacer nada y, sabedores de que no iban a conseguir nada, seguramente no votarían en contra para evitar la imagen muy destructiva de aparecer del brazo con el PP.

La abstención de C's tendrá un precio y, si Podemos quiere estar en el gobierno -no, según sueña,  como quien emite el Diktat, sino más bien como socio menor- tendrá que transigir. Y tampoco le será fácil. Tanto el PSOE como C's son dos partidos unionistas a machamartillo, refractarios de plano a toda idea de referéndum. Pero si Podemos se sienta en un consejo de ministros alérgico al referéndum, es muy posible que pierda los diputados catalanes y quizá los gallegos y su posición sea más problemática. El gobierno seguirá estando seguro, pero algo más débil y pendiente de esa abstención de C's que inspira tanta confianza como un proyecto de paz perpetua firmado por un cocodrilo.

Así, pues, la disposición de Sánchez de formar gobierno de amplia base, dejando fuera al partido de la corrupción es un acierto. Arriesgado, peligroso, pero un acierto. Si, al final no le sale, podrá ir a las elecciones nuevas argumentando que no ha sido él quien las ha provocado.

¿Y el error?

El error, a juicio de Palinuro, consiste en empecinarse en ese cerrado nacionalismo español que lleva a Sánchez a rechazar hasta la idea de un diálogo con los independentistas catalanes. Desde el punto de vista táctico, a corto plazo, efectivamente, es lo mejor para salir de La Zarzuela con el encargo de formar gobierno. Pero a medio y largo plazo, en sentido estratégico, esa decisión es un error. El independentismo catalán no va a desaparecer por el hecho de que los nacionalistas españoles, empezando por este Borbón, que ya está metiendo la pata, lo ignoren y no quieran reconocerlo. Cuanto antes se restablezcan los puentes y se reabra el diálogo, mejor para todos.

Los socialistas están aterrorizados con la idea de que el PP enarbole en solitario la bandera de la unidad de España y los deje en la oscura luz de un partido vendepatrias. Tengo para mí que es una actitud obcecada, poco inteligente y que ignora el grado de tolerancia real de la opinión española hacia el referéndum. Los de Podemos lo incorporaron -verdad que a regañadientes, pero lo hicieron- a su programa y no les fue tan mal en las elecciones del 20D. Tampoco tan bien como ellos fabulan con sus trolas sobre los 69 diputados y los cinco millones de votos, a las que siguen aferrados, pero esto no se debe al referéndum en sí sino a la petulancia de los dirigentes.

Si el PSOE apunta su disposición a explorar fórmulas que abran el camino a la consulta catalana quizá se lleve una sorpresa en cuanto al grado de apoyo que tendría en España. Al fin y al cabo, su obligación como partido progresista es explorar fórmulas nuevas.

Por otro lado, si analiza la cuestión con desapasionamiento y no con el espíritu de la cabra de la legión, verá que, tarde o temprano, ese referéndum se realizará porque lo impondrá la UE.

También en Vasconia

Tendría gracia que la nueva forma del café para todos del siglo XXI fuera que se generalizara la reclamación del derecho a decidir. Si los catalanes deciden, y los vascos y quizá los gallegos, hay pocas dudas de que, detrás, vendrán los andaluces, los canarios, etc. Y si frenarlo en un caso es endemoniadamente difícil, a ver cómo lo consiguen los de la "una, grande, libre" con media docena más.

Dentro de una semana Palinuro participa en una mesa redonda en Bilbao, convocada por el servicio Diplocat de la Generalitat catalana y la Universidad del País Vasco, sobre legalidad, legitimidad: el derecho a decidir. Lo hace en compañía de muy ilustres colegas: Jule Goikoetxea, María de Alba Nogueira y Josep Maria Vilajosana, todos presentados por Mario Zubiaga y Albert Royo. Creo que será muy interesante y la asistencia, libre.

diumenge, 31 de gener del 2016

No quito ni pongo rey, pero...

...ayudo a mi señor."

La complejidad alcanzada por el sistema de partidos tras las elecciones de 20D va a dar para mucha cábala. Mucho fino análisis. Mucha sardina arrimada a la propia ascua. Mucho sondeo interpretado con cándida intencionalidad. En fin, algún contertulio saldrá del programa en una camisa de fuerza.

Como en los graves momentos de la historia patria, El País interviene con un editorial producto de su profunda identificación con la estabilidad de esta monarquía parlamentaria, y con formulaciones verdaderamente audaces: El PSOE no es la CUP. La idea del diario parece ser advertir de ello a Pedro Sánchez que, si lo ignora, debe de ser el único en todo el país. La advertencia se estructura en una cadena de razonamientos, sentados como verdades incuestionables pero que son altamente cuestionables. Se parte del supuesto de que el propósito de Sánchez de someter a consulta a las bases del partido la posible coalición es un disparate producto de sus lamentables errores que el diario refuta minuciosamente.

El primero es tratar de imitar a Podemos. Un error, no porque consultar esté mal, sino porque, según el editorialista, Podemos lo dice, pero no lo hace, sino que recurre a unos rituales controlados por la dirección leninista. Esto no es un error; es un juicio de intenciones del editorialista.

El segundo es que se trata de un golpe de efecto y un intento de vencer a los barones. Que sea un golpe de efecto o no, no quiere decir nada respecto a la justificación de la medida considerada errónea, y que Sánchez quiera ganar por la mano a los barones es lógico. O ¿ha de entenderse que,  como son los barones, él debe dejarse gobernar y adaptar su criterio a lo que se le imponga?

Error es también por cuanto el recurso a las bases, populista por definición, revela problemas de liderazgo dentro de la categoría de "políticos mediocres". Ni se le ocurre al editorialista que quizá los problemas de liderazgo sean mejores para el interés general que el liderazgo sin problemas. Un ejemplo bien a mano, el sólido liderazgo de los cuatro inenarrables años de Rajoy. Y en cuanto a la categoría de "políticos mediocres" pues, en fin, el mismo caso viene al pelo.

Igualmente erróneo es ocultar estos planes a los barones y saltarse, dice el editorial, "a la torera" las reglas del juego democrático del partido. Suponiendo que la idea no se le haya ocurrido en el último momento (sin que ello vaya en detrimento de su calidad), lo que haría irrelevante la intervención de los barones, lo de saltarse "a la torera" las reglas de juego es afirmación cuyo contenido de verdad descansa exclusivamente en el empleo del sintagma "a la torera". Las tales reglas del juego vienen en los estatutos y estos son susceptibles de tantas interpretaciones como personas ocupen los cargos.

Sánchez reincide en el error por ignorar un hecho que el editorialista enuncia como incontrovertible, esto es, que el PSOE es más un partido de electores que de militantes. Por supuesto, la distinción no quiere decir nada a nuestros efectos. Desde el momento en que los partidos se mantienen gracias a la financiación pública cuya cuantía se mide por la cantidad de votos y no de afiliados, lo que los partidos quieren son electores, no militantes. Pero mientras los electores no puedan identificarse como electores de un partido, las decisiones sobre este las tomarán los militantes, lógicamente. Consultarlos no es una demasía.

Lo errores se trasladan del orden teórico al práctico. Sánchez, según parece, no se ha enterado de que las elecciones del 20D no han dado una mayoría clara de izquierdas ni de derechas. Como con los errores, si no se ha enterado, debe de ser el único del país y es de suponer que alguien le habrá informado. Un tertuliano, por ejemplo, siempre en la pomada.

Error es igualmente pasarse de simpático en la vida. A El País le parece irresponsable ese propósito de ir tendiendo la mano "a derecha y a izquierda". En fin, supongo que para eso tiene dos. El diario, sin embargo, insiste en que es un error porque Iglesias y Rivera no se tragan. Cada vez las reflexiones son más profundas. Yo no sé si alguien habrá encontrado alguna vez en la naturaleza un animal con unas tragaderas más grandes que las de los políticos.

Pero el error definitivo, el que llevará al suicidio a Sánchez si lo comete, es no seguir los sabios consejos de Felipe González, dios menor tutelar del diario que le dio hace poco cancha en una entrevista para exponer su pensamiento. Un juicio salomónico: que ninguno de los partidos dinásticos sea un obstáculo para que el otro gobierne. Así, sin más, tercera vía de concordia.

Ignoro qué entenderá González por "gobernar". Apuesto algo a que el resto de los mortales entendemos "aplicar un programa". Corresponde a los socialistas demostrar a su antiguo secretario chino y actual jarrón general por qué deben gobernar ellos y aplicar su programa. No es mi tarea.

Mi tarea es preguntar González, como ha hecho, Iñaki Gabilondo si él cree que se debe dejar gobernar otros cuatro años al Rajoy de los sobresueldos y el partido imputado en un proceso penal. Y preguntar, algo más allá, si cree que el gobierno del PP es un gobierno y el PP un partido. O son otra cosa, procesalmente hablando. Y, aun más allá: si conoce cómo las está pasando la gente, si tiene idea de los indicadores de desigualdad, pobreza, miseria, emigración, etc.

Propiciar que este gobierno arbitrario, injusto, abusivo, autoritario, corrupto, expoliador siga campando por sus respetos otros cuatro años sí que es un error. No hace falta un editorial para verlo. Basta con abrir los ojos.

El Tribunal Constitucional a las órdenes del gobierno

Aquí, mi artículo de hoy en elMón acerca de una cuestión que dará mucho que hablar en próximas fechas y en torno a la que se ventilará muy probablemente el enésimo contencioso en el enfrentamiento de Cataluña con el gobierno del Estado.

Habitualmente es difícil contener la risa en las comparecencias de los gobernantes del PP, una banda de presuntos malhechores, mezcla de personajes de la picaresca quevediana y la comicidad berlanguiana, con unas gotas de fanfarronería al estilo del Capitán Fracasse. Debiéramos pagar entrada por ver balbucear mentiras al presidente de los sobresueldos; escuchar la desfachatez de Cospedal, la chulería de Hernando o los delirios de Casado. Pero, en no pocas veces, el pináculo de la desvergüenza lo alcanza ella sola la vicepresidenta del gobierno. En su comparecencia del viernes, 29 de enero pasado, anunció con gesto serio y trascendental que el gobierno instaría al Tribunal Constitucional a anular las decisiones que pudiera tomar la Generalitat consecuentes con la previa declaración de independencia del Parlament catalán. Lo términos eran graves y sonaban respetables: tribunal, Justicia, derecho, ley, procedimiento... Cualquiera diría que estaba hablando de algo serio: de someter a la prueba del Estado de derecho las posibles decisiones de un órgano de una Comunidad Autónoma.

Solo que ese Tribunal Constitucional tras cuya pretendida autoridad quiere ampararse el gobierno en su lucha contra la Generalitat no es un tribunal en serio ni merece más respeto que el que merezca cualquier órgano del PP. Está presidido por un exmilitante de ese partido y puesto ahí por el rodillo de la mayoría absoluta parlamentaria del partido del gobiern y, durante un tiempo, entre sus magistrados figuró otro servil ayudante de ese partido, Enrique López -también puesto con calzador- que hubo de dimitir cuando lo pillaron conduciendo beodo como una cuba y a quien sus propios colegas han apartado dos veces de causas penales contra el PP por su evidente partidismo.

En esas condiciones, llamar a esto "tribunal" es una hipérbole. Precisamente el problema de estos órganos constitucionales no judiciales pero a los que se quiere asimilar a órganos judiciales es una fina cuestión de legitimidad que es la primera que se rompe cuando, como es el caso con este, se puede probar que se utiliza como un ariete para justificar las arbitrariedades políticas del gobierno de turno. En fin, de eso va el artículo cuya versión española es la siguiente:



El Tribunal Constitucional, ministerio del gobierno español

El gobierno español presume de enfrentarse al independentismo catalán solo con las armas de la ley y el Estado de derecho. Dentro de ese espíritu, su vicepresidenta, en rueda de prensa del viernes, tras el consejo del ministros, anunció que el gobierno instaba al Tribunal Constitucional a anular todos los actos que la Generalitat realizara emanantes de una declaración de independencia. Sostenía que ello era lógico pues si tal declaración fue anulada en su día por ese mismo tribunal, sus consecuencias han de ser nulas.

En efecto, es muy de agradecer que el gobierno español no emplee en principio el ejército, la guardia civil, la represión y la violencia, como ha hecho tradicionalmente para contrarrestar el soberanismo catalán. Que recurra a la justicia e inste a los jueces a actuar en el marco de la legalidad en vez de proceder reventarla a cañonazos según inveterado proceder imperial.

Solo que esas declaraciones y ese espíritu son falsos y un engaño.

Alguien podría decir que el engaño, el fraude, consiste en “judicializar” un problema que no es jurídico sino político, esto es, en instrumentalizar a los jueces para que resuelvan un problema que los políticos no pueden solucionar. Fue una queja muy frecuente entre especialistas y estudiosos en los comienzos del rodaje del Estado de las Autonomías en los años 80, cuando se planteaban continuos recursos competenciales al Tribunal Constitucional y hasta los magistrados se quejaban de que el gobierno y los partidos los usaran como parapeto para ocultar su incapacidad de resolver los problemas por vía de negociaciones políticas.

Pero esto también era, no ya totalmente falso y embustero como las intenciones del gobierno actual, sino erróneo.

Y era erróneo entonces y es falso hoy porque el Tribunal Constitucional no es un órgano judicial ni forma parte del Poder Judicial. Llevar los problemas políticos ante él no es “judicializarlos”. Eso es falso, una estratagema. El Tribunal Constitucional es un órgano político compuesto por juristas nombrados políticamente y con una finalidad política. Su actual presidente está ahí porque fue militante del PP, del partido del gobierno, por cuanto sabemos, subjetivamente sigue siéndolo y su función es resolver los asuntos en sentido favorable a una parte, al PP que es quien lo puso en donde está.

O sea, usar el Tribunal Constitucional para zanjar un contencioso político no es “judicializarlo”; es “politizarlo”. El hecho de que la Constitución residencie la jurisdicción constitucional (esto es, la competencia para resolver problemas constitucionales) en un órgano ad hoc llamado Tribunal Constitucional, al que se acompaña de la parafernalia léxica de la justicia (autos, sentencias, providencias, etc) no quiere decir nada. El invento es una triquiñuela autorreferencial que no otorga a sus decisiones legitimidad alguna sino solo una legalidad de parte y, por tanto, inútil. El ejemplo más obvio: por sentencia de 2010, ese Tribunal Constitucional decidió que los catalanes no podían considerarse a sí mismos una “nación”. Como decidir este disparate carece de todo sentido jurídico hubo que hacerlo de tan alambicado modo que la decisión no es justa ni injusta sino, simplemente, ridícula porque el de “nación” no es un concepto sino un sentimiento y ningún tribunal del mundo podrá jamás imponer o arrebatar a nadie un ápice de sentimiento nacional.
Por tanto, la decisión del gobierno, anunciada a bombo y platillo, de no ir por la vía de la pura represión y de acudir a los tribunales es un engaño más consistente en emplear la represión disfrazada de acción judicial, utilizar los mismos elementos de violencia camuflándolos como magistraturas que, en realidad, obedecen las consignas del gobierno como podrían hacer los militares o la guardia civil.

Y eso es lo que hay que destapar como lo que es, como una superchería. Y hacerlo con atención porque puede resultar difícil explicarlo en el extranjero, en donde, en principio, la patraña de “judicializar” falsamente los problemas políticos puede encontrar crédito en función del prestigio que entre gentes civilizadas tienen palabras como “tribunal”, “jueces”, “magistrado” o “justicia”.

Quede claro que no hay tal. Se trata de referir a un órgano político una decisión política en el sentido favorable a los intereses del gobierno de turno. ¿Valor de este procedimiento a los ojos de la justicia, del Estado de derecho? Cero. ¿Valor para justificar luego un posible recurso a la violencia si el soberanismo persiste? Todo. Ahí reside el peligro y eso es lo que hay que denunciar.

dissabte, 30 de gener del 2016

Cada cual en su sitio

La frenéticas negociaciones para constituir gobierno en España y no ser menos que los catalanes, quienes lo hicieron en tres meses, están consiguiendo casi un milagro. Lo que la naturaleza no parece haber dado a los habitantes de la península, según generalizada opinión, esto es, capacidad de pactar, lo aprenderán en seis semanas. Es como si estuvieran acudiendo a un crash course de "pactología".

El PSOE, con sus raquíticos 90 diputados, ocupa la centralidad política, como si tuviera entrada numerada y con la misma seguridad con que Podemos ejerce un insólito "derecho de pernada", al decir del ex-ministro socialista Corcuera, ánimo en perpetua y clamante ira que ha vuelto del reino del olvido. El joven jeque Sánchez es el primero que parece dispuesto a liberarse de la apolillada tutela del viejo gurú González a quien todos respetan en público y maldicen en privado.

Los socialistas parecen haber pillado a los de Podemos alquilando una escalera para asaltar los cielos, menester al que se dedican los fines de semana igual que los demás  van a setas o visitan a su anciana madre. Porque, de no ser así, jamás permitirían ellos que alguien les arrebatase ese lugar de centralidad política al que están abonados como las peñas futbolísticas de los barrios periféricos y que, al parecer, dominan por mor de su brillante oratoria y sus probadas capacidad metafórica y esterilidad conceptual.

Ciudadanos, cuyo jefe se había acostumbrado ya a que, fuera de Cataluña, alguien prestara atención a las sinsorgadas que dice con la misma vacua solemnidad e idéntica sonrisa con que Primo de Rivera decía las suyas, está insólitamente callado. Tanto que alguno ha apuntado la posibilidad de que el flamante líder del neofalangismo haya sufrido un shock traumático como el que Naomi Klein sostiene que los psicópatas capitalistas aplican a las sufridas masas de consumidores occidentales cuando ya no queda nada por consumir.

Los partidos independentistas catalanes, ERC y el mutante Democràcia i Llibertat (DiL), cada vez parecen más una especie de embajadores hirsutos de los confines del Imperio que invaden los espacios capitalinos con sus guturales voces. Desconocedores del protocolo servil de la corte, agravian casi sin querer al monarca, al que tratan con el desprecio propio de los pueblos libres para los cuales nadie es más que nadie y, según las oscuras fórmulas de los juramentos en sus apartadas selvas, cada uno vale tanto como vos y, todos juntos, más que vos.

El PP, viejo casino fané y descangallado, refugio inmemorial de bandidos de la sierra, asaltacaminos, bandas de gangsters, jugadores de ventaja, busconas en decadencia y vendedores ambulantes de crecepelos, espera a que se restablezca el orden tras el paso del huracán del 20D para evaluar daños. Algunos de sus más afamados cuadrilleros han buscado santuario en el grupo mixto, mientras los seguidores de las germanías valencianas desfilan camino de las galeras del Rey. Su jefe, nostálgico de los tiempos de gloria en que le bastaba guiñar el ojo izquierdo para que las cohortes aplastaran toda resistencia, trata de sobrevivir en el parque jurásico de su residencia a la sublevación de sus jefes de mesnadas, dispuestos a ocupar su sillón y entregarlo a él en manos de los inmisericordes jueces.

Estos, los jueces, crecidos en su independencia al ver que los partidarios del príncipe están obligados a abandonar sus antiguas posesiones y no mandan ni entre los forajidos más fieles, comienzan a recobrar el resuello y a actuar con el sentido de la rectitud y la justicia que siempre se les atribuyó, incluso cuando no los demostraban. Mantener a la Infanta Cristina en el banquillo de los acusados, como el resto de los supuestos ladrones de guante blanco y sangre azul es un acto de rebeldía. Librarse de los dos jenízaros procesales encargados de la impunidad de los exactores del imperio una prueba de la alborada inicial de la justicia en el páramo castellano.

El Comité Federal quiere, dice, marcar los límites de actuación del cónsul Sánchez, ciñéndole los poderes a pactar a medias con los representantes de la plebe de coletas y negar el saludo a los independentistas más allá del limes, de los que no podrá solicitar ayuda activa ni pasiva. Según mandato de estos conmilitones, el compañero secretario general no podrá beneficiarse de los votos independentistas y tampoco de su abstención ni ausencia. Es algo absurdo porque eso significa que Sánchez tendrá que emplazarlos y exigirles que voten en contra suya, aunque no quieran, lo cual parece más difícil y maravilloso que ver licuarse la sangre de San Pantaleón.

Pero, sin duda, la más fantástico de la situación es que la estabilidad de un hipotético gobierno de la izquierda española dependa de  los independentistas catalanes cuyo interés lógico (quizá no muy español en el sentido de don Pelayo, pero bastante razonable) es que no haya gobierno estable alguno en España que pueda mover a la represión de su programa de independencia. Sobre todo ahora que, careciendo el imperio de legiones, pretende sofocar los movimientos emancipadores a base de magistrados o comisarios del Príncipe disfrazados de jueces.

Las jóvenes esperanzas plebeyas con su promesa de sangre renovada, pueblan las gradas más altas y lejanas del anfiteatro en la alegre barahúnda de mocosos y núcleos irradiadores mientras envían ultimata al centro de mando de Imperio, exigiendo posada y pernocta para los suyos en los aposentos del Señor en condiciones de igualdad con su servidumbre. Pero la guardia del pretor prefiere llegar a un acuerdo con Ciudadanos, valorando en estos dos virtudes sobre otras: son más modestos y realistas, menos bocazas y presuntuosos que los de Podemos y más de fiar que ellos porque no albergan en su seno los cestos de manzanas de la distintas discordias troyanas.

Al final, la combinación más posible que permita a los patricios llegar a los Idus de marzo dejándose por el camino el alma en pena del Sobresueldos del castillo, es un gobierno del PSOE con un Podemos al que los dioses hagan comprender que ni están solos en el mundo ni este les pertenece, con un compromiso firme de los neofalangistas de ciudadanos de abstenerse siempre que una confluencia de votos negativos amenace la continuidad del gobierno.

Solo esta combinación eliminaría, de un lado, que el independentismo catalán destruya los gobiernos centrales uno tras otro como las cargas de la caballería númida destruía las formaciones romanas y, de otro, que los espectrales pobladores del castillo gótico de la derecha, con el maléfico y balbuceante Sobresueldos vuelva a sumergir España en otros cuatro años de estupidez y opresión.

Eso o elecciones nuevas que no interesan a nadie salvo a los independentistas catalanes para seguir adelante con su hoja de ruta hacia la independencia  y a la derecha troglodita y cleptómana para que no se hable de su corrupción crónica.

divendres, 29 de gener del 2016

Palabras mayores

¡Qué vergonzoso senado el de esos antiguos socialistas apoltronados en sus privilegios, sus miedos y sus miserias! Menos mal que Susana Díaz ha tenido la rapidez de reflejos de distanciarse de este tanatorio ideológico, de este puñado de pretenciosos cobardes. No hace falta seguir con los calificativos. Basta con los nombres y apellidos: González, Guerra, Leguina, Rubalcaba, Corcuera, Barrionuevo, Solana, Bono, Almunia, Chacón, etc.

Hace decenios que no pisan la calle, ni tratan con la gente del común; que deambulan por los consejos de administración, los cargos sin cargas bien pagados, con sus suculentas pensiones. Hace decenios que no saben cómo las está pasando la inmensa mayoría de la gente, sin trabajo o con trabajo precario, sin futuro, sin vivienda, teniendo que marchar al extranjero o exprimir sus magras pensiones para sacar adelante a hijos y nietos.

Por eso presionan desde sus mullidos sillones para que el PSOE permita un gobierno del PP de una forma u otra. La derecha, claro, aplaude a rabiar su "sentido de Estado" y ellos, ansiosos por conservar sus ganancias y beneficios, se prestan a engañar a la buena gente, valiéndose de los restos de un prestigio que algunos -no todos, ni por asomo- tuvieron hace mucho tiempo y han perdido ya, sacrificado en el altar de Mamón.

Engañar a la gente para que permita la continuidad de este gobierno de sinvergüenzas y corruptos, apoyado en un partido de ladrones y mandado por un embustero y presunto mangante sin escrúpulos. Su ejecutoria es que, en cuatro años, España es el país más corrupto de Europa, el penúltimo en igualdad en la OECD (en el que el 1% de la población acumula más riqueza que el 99%), con los salarios más bajos y los impuestos más altos, cuya tasa de paro (¡y sin prestaciones!) dobla la media europea, cuya fuerza de trabajo tiene que emigrar, con una deuda pública que es el 100% del PIB, cuyos funcionarios tienen los sueldos congelados desde hace seis años y a los pensionistas les han subido un 0'25 (¡lineal!) la pensión, amén de haberles robado el 60% de la caja de reserva. Un país, roto, desmoralizado, con las cunetas aún llenas de asesinados de la pasada dictadura cuyos herederos, hoy en el gobierno, impiden que se los desentierren pero entregan miles de millones a la banca y la Iglesia. Un país con decenas de miles de niños en la pobreza, que no tienen para comer y en el que hay gente que pasa hambre y ha de buscar la comida en la basura, debido a que los gobernantes llevan años expoliando el erario.

Parece mentira que haya que recordar esto a gentes que dicen militar en un partido socialista. Si el PSOE escucha a estos tipos, cavará su tumba. Y merecida. Porque una cosa es patente hoy día en España para quien tenga un mínimo de dignidad y vergüenza: bajo ningún concepto puede el país estar ni un minuto más en manos de esta mezcla de ladrones, franquistas, chulos y meapilas. 

Si aquí quedara un ápice de vergüenza habría una alianza de todos los partidos, incluido C's, para echar a la banda de malhechores del PP de todas las instituciones, premisa indispensable para que pueda regenerarse el país. Pero no es el caso porque los corruptos han cooptado con tarjetas black o block, enchufes y canonjías, a muchos que se dicen demócratas y progresistas pero están interesados en el mantenimiento de esta situación. Piden estos pájaros un gobierno del PP y C's con la abstención del PSOE. A la gente, que le den. Ellos a lo suyo que, curiosamente, es lo de todos, pero nos lo han quitado.

Palinuro lo dijo ayer y lo repite hoy. Si tan interesados están en que haya un gobierno estable en España, ¿por qué no uno del PSOE con Podemos y la abstención de C's para lo cual bastará con que  el Ibex 35 se lo ordene? Porque eso no interesa a estos cómplices de la derecha.

Pero es lo único que todavía puede garantizar la supervivencia del PSOE. Eso o nuevas elecciones.

Y aquí entramos en otro asunto de las relaciones entre la izquierda en el que también conviene hablar sin tapujos. Nadie sabe de cierto lo que busca Podemos, si un verdadero gobierno de izquierda para el cambio o el sorpasso anguitiano del PSOE. Ambas cosas son legítimas, quede claro, y si al PSOE le pica que quieran desplazarlo por la izquierda y pasokizarlo, que espabile, que hubiera espabilado antes, que no se hubiera dejado mangonear por esa gente con sentido de Estado.

Repito, ambos proyectos -formar gobierno de coalición o machacar al PSOE- son legítimos. Pero no compatibles. Hace falta ser literalmente un imbécil pagado de sí mismo para pretender que otro vaya contigo mientras lo acosas, lo atosigas, lo insultas y lo ridiculizas. Y hace aun más falta ser un petulante engreído para pensar que la gente no se percata de que tienes un grupo cogido con alfileres que se te va a fragmentar si sigues con exigencias absurdas.

Tambièn parece mentira que sea necesario recordar cómo el enemigo de Podemos no es el PSOE, sino el PP, igual que el del PSOE tampoco es Podemos, a pesar de todo y diga lo que diga, sino igualmente el PP. El enemigo de la izquierda (que no tiene fuerza suficiente si no se une) es la derecha, la cual nunca se ofusca ni se equivoca. Cuando Aznar dice que Podemos son diablos bolcheviques, como cuando el tabernario Hernando los llama "golpistas", solo atienden al que consideran el enemigo principal. Si Podemos desapareciera volverían a decir que el PSOE es una banda de radicales. 

Del mismo modo, cuando González llama "leninistas" o algo así a los de Podemos, está haciendo más el juego al PP, si cabe. Aunque lo sean. 

En resumen, en esta situación de emergencia, el PSOE y Podemos tienen el deber moral de aparcar sus diferencias por una larga temporada  y gobernar en interés de la gente del común, sin zancadillas, sin juego sucio, sin líneas rojas, verdes o negras, sin reservas y con la plena responsabilidad que estas circunstancias dramáticas del país exigen.

Y, si eso no es posible, el PSOE debe jugar su gran baza: no al PP en todo caso y nuevas elecciones porque, en contra de lo que los pusilánimes, titubeantes y entreguistas presumen, saldrá fortalecido.

Johann Deckenbrunner simula una exposición de Fontcuberta

Hace un mes y algo, el famoso cosmotaxidermista y entomófago Johann Deckenbrunner llegó a Madrid y, haciéndose pasar por el no menos famoso fotógrafo y artísta catalán Joan Fontcuberta, convenció a las autoridades de que le dejaran montar una exposición con sus más recientes superchererías.

Dicho y hecho. Picó la Comunidad de Madrid y los museos de antropología y ciencias naturales; picó la prensa, los críticos y hasta los expertos. Todos acudieron en masa a contemplar el ingenio del profesor catalán, premio Nacional de Ensayo,  y salieron convencidos de haberlo visto. Lo que vieron, en realidad fue un remedo de sus obras, eso sí, tan perfectamente elaborado que era imposible percatarse de la patraña. Incluso en un par de ocasiones Deckenbrunner dio unas ruedas de prensa en un impecable castellano con acento catalán de Sant Cugat del Vallés. 

Admito que los dos párrafos anteriores son sendos spoilers, pero a Palinuro siempre le ha gustado ir con la verdad científica por delante, incluso en asuntos de arte y poesía. Así que, una vez aclarado cómo el taimado Deckenbrunner no lo engañó, no tiene ya inconveniente en seguirle la corriente y dar noticia de la exposición como si de verdad fuera de Fontcuberta quien, y ello me consta, está en este momento en una expedición en la Atlántida, en donde se ha descubierto un sepulcro que, según parece, contiene el verdadero y único original del Necromicón. 

La Fundación Canal de Madrid tiene una exposición completísima de la obra de Fontcuberta que es preciso ver so pena de quedarse sin comprender el mundo contemporáneo y, lo que es peor, sin comprendernos a nosotros mismos. Y, la verdad, para una vez que se nos ofrece esa posibilidad, no tiene perdón de los dioses no aprovecharla. Lástima que esté en sus últimos días. Ojalá la prolonguen, porque está teniendo mucho éxito.

Fontcuberta es un extraordinario fotógrafo. Pero no solo eso; también es un literato, un ensayista, un profesor universitario, un artista de performance y un escultor. Todas las plantas que forman la base de la asombrosa colección Herbarium, especie de réplica de las fotos de Karl Blossfeldt, gran representante de la Neue Sachlichkeit (la nueva objetividad alemana), son pequeñas esculturas fabricadas por él mismo con materiales de desecho y fotografiadas después en perfecta imitación de las flores y plantas reales que Blossfeldt reprodujo en primeros planos de meridiana nitidez en el libro Urformen der Kunst (1928), uno de cuyos ejemplares figura en la exposición. E igual que el alemán quiso mostrar que la naturaleza daba las pautas del arte, en su caso el modernismo o Jugendstil, Fontcuberta, que bautiza sus especímenes con imaginativos nombres latinos, los empareja con la New Topographics, al estilo de Edward Weston o Imogen  Cunningham y hasta, por qué no, Georgia O'Keefe.

La exposición alberga los trabajos más conocidos del autor, algunos de los cuales llevan muchos años rodando por el mundo, exhibidos en los más conocidos museos, como el MoMA. El conjunto de su obra responde a un espíritu postmodernista que Rorty llamaría ironista y, así lo hace también Josep Ramoneda que, en el prólogo al catálogo, habla de la ironía de Fontcuberta. Tal viene siendo una especie de deconstrucción general casi diríamos como método. Pero deconstrucción no solo discursiva. Sin duda esta es importante y creo que el vídeo en el que un perfecto philosophe, típico representante de la teoría francesa, hila un disparatado discurso con toda la jerigonza postmodernista, postestructuralista, lacaniana, deconstructivista, es un hilarante hallazgo. Es una sana burla de estilo tradicional, en el que resuenan las farsas rabelaisianas y los discursos de Fray Gerundio de Campazas pero con la refitolería de lo que algunos burlones han llamado la línea DerriDADA.

La deconstrucción de Fontcuberta se testimonia en series de fotos magníficas, en las que capta no solo la imagen que corresponde a la realidadd sino su misma esencia más formal, para lo cual las imágenes fotográficas se dividen entre las directamente producidas por él y las que podríamos llamar de "ambientación" o de Umfunktionierung, al estilo de lo que en los cincuenta y sesenta pusieron de moda los situacionistas. La finalidad, obviamente, es dar realismo a la burla y, con ello, difuminar la frontera entre realidad y ficción para crear absolutas fantasías. A las imágenes acompañan parafernalias de objetos, documentos, muestras, u otras fotografías manipuladas. Se da así cuenta de un acontecimiento no-acontecimiento (un segundo Sputnik ruso, luego del real de Gagarin) que, habiendo fracasado, fue ocultado por las autoridades soviéticas, pero nuestro hombre ha sacado a la luz en la tradición de las grandes investigaciones del fotoperiodismo... solo que falso.
Deconstrucción es también la magnífica burla de ese convento misterioso de Valhamönde, en lo más profundo de la Carelia, entre Rusia y Finlandia y el que los monjes tienen un master para enseñar a hacer milagros, siendo el mismo Fontcuberta quien personifica algunos de los más señalados con fotos inolvidables, como las lágrimas de sangre, el milagro de la ubicuidad o el de la androginia. O la que lleva a cabo con la figura de Osama bin  Laden, quien resulta ser un  conocido actor de televisión que incluso filmó anuncios de Mecca Cola.

En alguno de sus eruditos ensayos sobre fotografía, Fontcuberta recuerda que esta, en cuanto acción de imagen, tiene autonomía y no precisa (pero, en el fondo, sí precisa) explicación narrativa. Algunas de las muestras de la exposición sorprenden directamente al espectador haciéndole visualizar exclusivamente a base de imágenes mundos discursivos complejos, por ejemplo, la llamada Securitas que relaciona de forma plástica y abrumadora los perfiles de las llaves y los dientes de las sierras de las cordilleras o la llamada Pin-zhuang (al parecer, "montaje/dessmontaje" en chino) en la que se figura que la República Popular China, habiéndose hecho por accidente con un último modelo de avión de reconocimiento estadounidense, finalmente se lo devuelven a las autoridades yanquies desparramado pieza por pieza hasta el último tornillo. Las proyecciones, croquis y fotos del aparato desmontado son geniales. La última deconstrucción, Trepat, en honor de la primera fábrica de maquinaria agrícola de Cataluña, J. Trepat, cuyo museo se encuentra hoy en Tárrega, es una estupenda captación de la historia de una gran saga industrial, muy al estilo de la novelística europea (Buddenbrooks) y americana de primeros de siglo, con un deje catalán de la época, en la saga de los Rius y Mariona Rebull y estética constructivista.

El experimento (porque un experimento es) más conseguido, seguramente el que más fama le ha dado y el más trabajado, polífacético, el más incisivo desde el punto de vista del cuestionamiento de las convenciones epistemológicas que organizan los criterios de verdad, objetividad del mundo real a lo largo de líneas foucaultianas de genealogía del poder, es Fauna secreta. La imposición autoritaria de la verdad científica como discurso del poder institucionalizado es aquí patente. Fauna Secreta ha de verse habiendo visitado previamente el museo de antropología en Madrid, en donde hay una parte y el de ciencias naturales, también en Madrid, en el que hay otra, concretamente en el gabinete real del pìso bajo y en el que se exponen las partes materiales, las muestras de animales y otros testimonios de esta historia y de las que no podemos hablar más precisamente para no destriparla. La parte del museo de Antropología muestra el increíble hallazgo de unos precusores acuáticos del hombres, cuyos restos fosilizados y datados en el mioceno aparecen al borde del río Tormes y son estudiados por unos jesuitas franceses paleontologos que no dudan en clasificarlos entre los sirénidos. Allí están, para quien quiera verlos: cabezas de mamíferos, extremidades superiores como brazos con manos y sin extremidades inferiores sustituidas por una gran aleta caudal.

La parte que arranca en el museo de ciencias naturales y prosigue en la exposición es una historia magnífica, que no solamente capta un territorio ambiguo entre la verdad empírica y positiva de la ciencia y la superchería (igualmente alimentada por científicos), sino también el territorio de lo monstruoso y milagroso. Y todo ello con permanentes pinceladas y referencias cultas con una impronta cronológica que a alguien como Palinuro, cercano a la generación de Fontcuberta, le resultan bien divertidas. El relato tiene como protagonista a un extraño científico, Peter Ameisenhaufen, y su ayudante Hans von Kubert (en realidad el propio Joan Fontcuberta y su coautor, Pere Formiguera), con claras reminiscencias de otras parejas famosas. Ya el nombrecito del profesor (víctima del convencionalismo académico de la Universidad de Munich), esto es, Pedro Hormiguero da una pista del desenfado iconoclasta con que está concebido todo el relato (con sus pruebas tangibles) en el que hay serpientes con patas, ostras con brazos, un ratón con cola de cobra y un genial chupacabras, objeto de una tesis doctoral n la UNAM, redactado por su gran estudioso, Miguel Perillán. Habiéndose convertido luego en lider estudiantil de los sesenta y participado en la acción de la plaza de las Tres Culturas, Perillán se ve obligado a exiliarse en Rumania en donde hace frecuentes visitas a Transilvania. Atrás, en su México natal, queda el pueblo en el que era posible estudiar al extraño chupacabras, Parangaricutirimícuaro, sepultado bajo la lava del volcán Pericutín que, sin duda, también sepultó a aquel indio que merodeaba por el campamento vendiendo peyote y se llamaba don Juan. 

Vayan a ver Imago, ergo Sum. Es una experiencia.

dijous, 28 de gener del 2016

El garrapata

La primera línea del famoso libro de Jean François Revel, El conocimiento inútil, publicado en 1988 reza: La mentira es la primera fuerza que dirige el mundo. Una verdad como un castillo que, en el caso del Sobresueldos se convierte en una montaña. La mentira rige la vida de Rajoy las veinticuatro horas del día. Vive mintiendo. Vive para mentir. No hace otra cosa que mentir. Ganó las elecciones de 2011 mintiendo como un bellaco y mintiendo ha seguido hasta el día de hoy. Es tan obvio y evidente y hasta tal punto del conocimiento general que nadie da crédito jamás a lo que dice y por eso su calificación es la más baja de todos los presidentes democráticos.

Un mentiroso compulsivo que miente incluso cuando no sería necesario, que es bien pocas veces, quizá cuando le pregunten por el tiempo. De este modo, las entrevistas que se le hacen -y en las que ahora se prodiga, tras haber pasado cuatro años sin darlas, sin contestar a las preguntas de los periodistas e, incluso, sin dejar que las hicieran- no son otra cosa que retahílas de mentiras, de mentiras desvergonzadas, mentiras patentes. Miente. La gente sabe que miente. El sabe que la gente sabe que miente. Pero le da igual. Lo suyo es mentir y mentir a ver si consigue continuar al frente del gobierno para seguir destruyendo y esquilmando el país al frente de un partido que no es otra cosa que una banda de ladrones. Para seguir empobreciendo a la gente, desahuciándola, dejándola sin trabajo, sin ingresos, sin pensiones, en beneficio del 1% de la población, en pro del que gobierna.

La entrevista de la TV de ayer, una pura antología de la mentira: el PP no está imputado (dice), cuando sí lo está; todas las empresas borran los discos duros de los ordenadores (dice), cuando es mentira y muy probable que ni siquiera sepa qué quiera decir "disco duro"; Barberá y Camps están "limpios" (dice) cuando están de lodo de corrupción hasta las cejas; no sabe nada de Rato (dice) y era su amigo del alma y lo puso él en Caja Madrid.

Podríamos seguir. No merece la pena. Un tipo indigno y despreciable que, viéndose ya en la puerta de la calle, se arrastra implorando una investidura que ni el país puede permitirse ni los españoles tolerar. Después de cuatro años de autoritarismo, chulería, trágala e imposición de leyes retrógradas como la Ley Mordaza, la reforma laboral o la LOMCE que hace una semana no estaba dispuesto tocar, ahora ofrece modificarlas en lo que sea a cambio de pacto. Está dispuesto a ofrecer un riñón para seguir desgobernando España y no ser el único presidente que no ha repetido mandato.

Y está también dispuesto a instrumentalizar las instituciones al servicio de sus indignos fines, bloqueando el sistema democrático, como ha hecho siempre que le ha convenido, como tuvo bloqueado el Tribunal Constitucional durante años, como retrasó la aprobación del presupuesto de 2012 para no perder las elecciones de Andalucía. Un caradura que de todo se aprovecha para mantenerse en el poder como las garrapatas se aferran a los perros.

Hay que decir que le ayuda mucho una parte de los socialistas. Imbuidos estos de un falso sentido de Estado, sostienen que, debiendo haber un gobierno en España, el PSOE ha de posibilitar a la banda de mangantes seguir con sus latrocinios. Ese grupo de viejos dirigentes, todos correosos reaccionarios, solo miran por sus intereses personales e ignoran -o simulan ignorar- que este gobierno que quieren perpetuar ha sido un ataque sistemático a los derechos y el bienestar de la gente, una agresión franquista y nacionalcatólica a las libertades públicas, un indignante atropello de la dignidad de las personas, un insulto constante a los catalanes y un saqueo universal del erario, en provecho de auténticos truhanes militantes y dirigentes del partido del gobierno, empezando por su presidente.

Ignoran que este, el mentiroso compulsivo presidente de los sobresueldos suscita no ya rechazo general sino auténtico odio.

Pero ellos no lo ven porque no saben cómo lo está pasando la gente en la calle. Si no están en las puertas giratorias, cobran saneados emolumentos por cargos públicos y desconocen la situación real del país. Solo cuenta su egoísmo. Y por eso pueden hacerse propuestas moralmente tan repugnantes como la de que el PSOE (que, de todas formas, no ha sido capaz de oponerse a los atropellos de los últimos años) permita con su abstención un gobierno del PP, el partido de la corrupción, en alianza con C's, el partido del programa últraliberal para terminar de arrebatar a los trabajadores sus últimos derechos.

Si tanto preocupa a estos padres de la patria, empezando por Felipe González, la gobernación de España, les propongo otra fórmula: un gobierno de PSOE y Podemos con la abstención de C's. Para garantizar esta basta con que los magnates que pagan a los Gonzáleces llamen a Rivera y le den la orden. Fácil, ¿verdad?

No querrán, claro, porque, en el fondo, prefieren a los franquistas. Pero, por si acaso se impusiera esta opción, un último ruego a Podemos: estaría bien una cura de humildad, después de llevar meses haciendo el ridículo, el pedante y el prepotente. Si quieren sobrevivir, tienen que aliarse con el PSOE, bajar sus estúpidos humos y garantizar un gobierno serio y responsable a la par que radical en las medidas en favor de la regeneración democrática y la recuperación de los derechos arrebatas por esta derecha a las gentes del común.

Y si no lo hacen y siguen tratando de destruir al PSOE con tácticas de catón de tercera, nuevas elecciones, en las que desaparecerán porque no podrán reproducir sus franquicias ni siquiera en Andalucía. No darse cuenta de esto ahora que están a tiempo y esperar a hacerlo tardíamente será dar la razón al Revel con el que empezaba este post cuando, en el libro citado, señalaba que comprender las cosas tarde equivale a no comprenderlas.

Mañana en Vic

No nos callarán.

Mañana nos vemos en Vic, en el auditori de la Fundació Antiga Caixa Manlleu, rambla Hospital, 11, a las 20:00, entrada lliure, a parlar del procès soberanista català en perspectiva des de Madrid

Bueno, esto es una forma de exponerlo porque la perspectiva desde Madrid se acaba a la altura de Alcalá de Henares. El resto es terra ignota. La clase política e intelectual española es la única del mundo que conozco que se enorgullece de su ignorancia.Vean, si no, sus medios de comunicación: siempre están l@s mism@s, hablando de lo mismo y diciendo lo mismo. Franco los dejó tan marcad@s, a fuego, a ell@s y sus retoños y sucesivas generaciones que tienen una imposibilidad esencial de comprender el pluralismo y la diversidad. Una persona bilingüe, capaz de hablar dos lenguas con igual competencia, les parece la mujer barbuda, algo digno de asombro y espanto. Y, si es un grupo, una colectividad, una nación, lo consideran un agravio, un insulto a la esencia de la raza monolingüe, monológica, monomaníaca y mononecia

Y, como ya no pueden  silenciarnos, están que bufan y van a hacer rogativas desde sus púlpitos y sus televisiones (que pagan con nuestro dinero) a fin de que, para Pentecostés, vuelva el Espíritu Santo, pero no para traer el don de lenguas, sino para quitárselo a los catalanes, y que solo puedan hablar la lengua de este imperio andrajoso.

La propuesta de Felipe González

Entiendo perfectamente la propuesta de González de que gobierne el PP con C's y la abstención del PSOE. Es una sugerencia de estadista, de hombre que se preocupa por el destino de su país y no por intereses de partido. Es un ejemplo de mesura y prudencia. Al fin y al cabo, el PP es el partido más votado y C's, una organización nueva (no tanto en Cataluña) de carácter regeneracionista. Sin duda actuará de contrapeso a la propensión del PP al robo, el fraude y la corrupción. Además, para mayor seguridad, Rivera pedirá la retirada de Rajoy, principal responsable de este gatuperio. Sin duda la propuesta tiene el aval de Rubalcaba, Bono y Zapatero, tres políticos de fuste. Y el apoyo de Susana Díaz y Carme Chacón, dos socialistas de empuje y brío y, par dessus le marché,  mujeres, lo que da a la idea un aire transversal en cuestión de género. Muchos de los barones la verán también con agrado, García Page o los de Extremadura, el que fue, Ibarra, y el que es, Fernández Vara. Definitivamente, un acierto en punto a contener la locura secesionista catalana y mantener la unidad de España. Y no solo eso, también está llena de razón y enjundia para dar una lección a estos advenedizos pretenciosos de Podemos que se han creído que todo el monte es orégano y han faltado al respeto a las venerandas barbas del abuelo Iglesias Posse; que no se conforman con los trasportines que les han asignado en el Congreso y pretenden primera línea de proscenio, bajo los focos, porque les pierde la vanidad y la petulancia. Es igualmente una propuesta sensata, que tranquilizará a los mercados internacionales y a la Gorgona germánica, Merkel, así como la arpía del FMI, Lagarde, y mirará por la prosperidad de España. Y no solo eso: también es una propuesta moderada y templada, que pretende reconciliar a los españoles de una vez, ahora que andan los bolcheviques cambiando los nombres de la calles y, sobre todo, dar una segunda oportunidad a la derecha del PP, en donde todavía quedan militantes que no han robado lo que podían robar y a otros no les ha dado tiempo de destruir las pruebas de sus latrocinios. Sí, definitivamente, es una propuesta sensata que trata de evitar el caos que se desataría en España con un gobierno de coletas, bebés, núcleos irradiadores, ogros catalanes, y socialistas díscolos de los que todavía quedan algunos en las periferias de las ciudades e instituciones. Una propuesta que Sánchez debiera hacer suya por el bien de la "gran nación" y esperar a tiempos mejores.

Desde luego, merece todo el apoyo de los analistas y comentaristas independientes de esos que sueltan estopa en televisiones de la Iglesia, radios de la Iglesia, medios de los magnates y canales públicos repletos de esbirros a suculentos sueldos. Sin duda.

Pero ¿sabe usted qué, don Felipe? Métasela en donde le quepa. Usted y todos sus amigos de derechas, los meapilas y cómplices con esta degradación a que ha llegado este desgraciado país. Sigan ustedes rezongando su envidia y su odio a la nueva izquierda y al independentismo catalán, que son las únicas puertas que se han abierto en esta situación de agobio, abuso y corrupción a que la incompetencia de la vieja oligarquía nacionalcatólica, con su ayuda, ha condenado a este país. Y la única -y última posibilidad- de que el PSOE se levante de ese cenagal en que lo han arrojado todos ustedes y pueda recuperar algo de su dignidad perdida.

Siga haciendo propuestas. Llegará usted a ser más inmundo que el Sobresueldos.

dimecres, 27 de gener del 2016

Un país gobernado por delincuentes

Imagino que mucha gente recordará a  Aznar diciendo en 2010 o 2011 con su habitual facundia que el PP es incompatible con la corrupción. El contenido de veracidad de tal aserto era más o menos el mismo que cuando aseguraba que en el Irak había armas de destrucción masiva. Dos mentiras como pianos dichas por quien sabía muy bien lo que decía. En el PP no hay sino corrupción y la banda de ladrones y forajidos que lo componen ha arruinado el país a base de robar. En el Irak no había armas de destrucción masiva, pero la intervención de este personaje sin principios ni moral fue la causa política indirecta de cientos de miles de muertos. Hoy el tal Aznar es un hombre próspero, que ha acumulado una considerable fortuna, producto de sus desvelos y sacrificios por la Patria, de la que no deja de hablar.

Veintitrés de los treinta y cuatro ministros del mismo individuo están salpicados en diversos grados por esa corrupción que era incompatible con el PP. Y quien quiera ver alguno de los rostros más conocidos de ese gatuperio de sinvergüenzas que es la Gürtel solo tiene que visualizar el vídeo de la inenarrable boda de la hija del mismo Aznar en El Escorial. Un Aznar, antaño irrefrenable parlanchín, que lleva meses en un silencio de cartujo.

El tiempo está encargándose de poner a cada cual en su sitio que, en el caso de los ladrones del PP, según se ve, es el trullo, en el que ya entran por docenas. Seguirán haciéndolo en los próximos tiempos y ya veremos en donde paran por último el señor Aznar y su sucesor, el señor Rajoy, reconocido cobrador de sobresueldos de procedencia dudosa y beneficiario de dádivas de los ladrones de la Gürtel parecidos a los que recibía su amigo Francisco Camps, otro presunto ladrón de la cruz a la calva.

Por supuesto, todos estos ladrones y sinvergüenzas son gente de orden, bien trajeada y defensora del orden constituido. Todos ellos predican los valores de la civilización cristiana, van a misa y son muy amigos de los curas, esa otra agrupación sistemáticamente dedicada a vivir a cuenta de los demás mientras les predican patrañas sobre la otra vida. Van a procesiones, condecoran trozos de palo a los que llaman vírgenes y se preocupan porque los niños sean adoctrinados en sus supersticiones. Y todos, también, defienden el credo de la libre iniciativa sin regular en el mercado y la necesidad de expoliar todo lo público y privatizarlo para beneficio de sus parientes, amigos y enchufados. Lo llaman liberalismo y contratan esbirros en los medios de comunicación (también pagados con dinero de todos) para que lo prediquen a berridos mientras difaman las alternativas. Por eso se han puesto de nombre Partido Popular, como un banco.

Imagino que mucha gente recordará también cómo, cuando comenzaron a aflorar los casos de corrupción, en 2009, ¡hace ya siete años!, Rajoy reunió a la plana mayor de esta asociación de malhechores para proclamar que no se trataba de una trama del PP, sino de una trama contra el PP. Véase la foto de la derecha: parece un who's who in robolandia. Por que sí era una trama del PP, un partido cuajado de chorizos. Después de esta foto, vinieron los SMS a Bárcenas-Luis-sé-fuerte, la sistemática obstrucciòn a la justicia hasta culminar con la destrucción de los discos duros de Bárcenas, prueba procesal imprescindible y por la cual está imputado hoy todo el PP como persona jurídica.

¿Alguien cree que hay un solo país en el mundo en el que el partido del gobierno esté imputado en un proceso penal y pueda seguir gobernando? ¿Un partido con todos sus tesoreros también imputados, un montón de dirigentes y cargos en la cárcel por ladrones, administrando los recursos públicos? ¿Un partido cuyo presidente, y presidente del gobierno, que lleva cuatro años mintiendo y está acusado de cobros irregulares, presentándose a las elecciones como si no pasara nada?

¿Nadie ve que esto es un disparate inimaginable, solo posible en un lugar en que las normas más alementales de la moral no existen? Pues, sí, según parece, nadie. Y menos que nadie una oposición que en estos años de latrocinio generalizado ha seguido haciendo el juego a la banda de malhechores como si fueran un partido de verdad y un gobierno y un parlamento y no lo que son. 

En cualquier otro lugar civilizado del planeta esta gente estaría toda procesada, empezando por el presidente, el partido ilegalizado y disuelto y convocadas nuevas elecciones para que la gente pudiera elegir políticos menos sinvergüenzas.

¡Ah, pero esto es España! Una "gran nación", según el Sobresueldos.