diumenge, 16 de gener del 2011

Feliz patriotismo.

Todo el mundo conoce el dicho de Johnson que trasmite Boswell de un modo bastante enigmático de que el patriotismo es el último refugio de un canalla. El propio Boswell se cree obligado a dulcificarlo interpretando a su amigo al precisar de modo harto dudoso que se refería al "falso" patriotismo. Para liarla más hay quien afirma que Johnson estaba hablando de Burke. En fin, como sea, el genial Ambroise Bierce en su Diccionario del diablo corrige a Johnson diciendo que el patriotismo no es el último refugio de un canalla, sino que, con todo el respeto a un lexicógrafo ilustrado pero inferior ruego se considere que es el primero.

El patriotismo es el encendido amor a la Patria que, salvo que se esté hablando de un solipsismo atroz, comprenderá a alguien más además de mí mismo; esos "alguien más", cuando son más que la familia y que el barrio ya pasan a ser la nación, una comunidad imaginada, al decir de Benedict Anderson, esto es, un montón de gente, millones, cientos de millones y, en algún caso, miles de millones de personas que se sienten unidas por algún tipo de vínculo aunque no se conozcan entre sí. La patria, la nación, la comunidad imaginada.

Toda acción política se da en una comunidad de éstas; es más, la presupone. Si no hay comunidad, la política deja paso a la guerra. Por tanto toda política formulada en términos extremos, bélicos, incendiarios, tiende a destruir la comunidad que se presupone. El momento en que el patriotismo aparece en el debate político es porque la comunidad se cuestiona. Y eso sucede siempre que al adversario político no se le reconoce estar movido por el mismo amor a la patria que uno sino que se le considera un vendepatrias, un enemigo de la comunidad imaginada, un traidor.

Eso es lo que tiene de malo el discurso agresivo, belicoso, provocador de la derecha, que excluye de la comunidad no a quien ataca su esencia sino a quien simplemente discrepa de la forma de administrarla. Es lo malo que tienen los discursos catastrofistas de Aznar y sus seguidores, que socavan la nación y la patria de los que se proclaman firmes adalides. La idea de que los socialistas rompen España, que la venden, la trocean, la arruinan, la empequeñecen, la endeudan, etc, etc se resume en realidad en un término que tiene hondas raíces en la derecha: los socialistas son la Antiespaña. Y en cuanto se identifica a los enemigos de la Patria, ya tenemos al patriota de Johnson/Bierce.

El discurso de la Patria debiera estar excluido del debate político. Radicalmente. No concibo a ningún expresidente o exprimer ministro estadounidense, francés, inglés o alemán recorriendo el mundo y poniendo cual no digan dueñas al Gobierno legítimo de su Patria. Que Aznar lleve años haciéndolo demuestra, como bien intuía Johnson, que su patriotismo empieza y acaba en su bolsillo. Como el de los vociferantes patriotas mediáticos de la derecha: lo que les importa es el bolsillo.

En fin, aparte de las peculiares convicciones morales de Aznar, a la situación especial de la política española contribuye el hecho de que, además del patriotismo español, hay una serie de patriotismos no españoles a los que son de estricta aplicación las consideraciones anteriores. Con las obvias variantes. La vertiente armada y violenta del patriotismo vasco, por ejemplo, según parece, está dispuesta a decretar un "alto el fuego" pero no está dispuesta a dejar las armas. A la luz de este último dato, ¿no habrá que revisar un porcentaje elevado de lo que se dijo sobre el famoso comunicado, del que se han sopesado hasta las sílabas y las comas cuando estaba claro desde el comienzo que era perfectamente inútil? Tanto espabilado que vio en el comunicado lo que ni estaba ni se esperaba. ¡Ah, el patriotismo!

(La imagen es una foto de rstrawser, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 15 de gener del 2011

¿Se puede criticar a los expresidentes?

Palinuro ayer sobre Túnez




¿Criticar? Sin duda, supongo.

El asunto arranca de los recientes fichajes de los expresidentes González y Aznar como asesores de sendas empresas transnacionales de electricidad (y gas) con emolumentos cuantiosos y sobre lo cual también hay una entrada de Palinuro en días pasados, titulada Hay cosas que no se hacen. Así me ahorro reiterar qué me parece la cosa en sí que, a diferencia de la kantiana, está clarísima.

Pretendo ahora proseguir el asunto y, de paso, examinar algún argumento que he leído por ahí.

En cuanto al asunto, otro de los aspectos más feos es que a dos semanas de anunciar a los españoles que el recibo de la luz va a subirles un 10 por ciento, dos de las empresas eléctricas anuncien que van a gastar 200.000 euros en pagar los servicios de Aznar como asesor y unos 150.000 (o algo así, las cifras bailan) los de González. Así que ya saben los españoles a qué bolsillos va a parar una parte de ese aumento del 10 por ciento. Los que tengan sentido del humor pueden preguntar por qué sale más caro el asesor de la derecha que el de la izquierda. Es un desdoro para ésta. González debiera poner un precio más alto a sus servicios. Claro que, como se centran en Latinoamérica (a diferencia del otro, con más altos vuelos cosmopolitas), se habrá tenido en cuenta la relativa pobreza de la región.

Al margen de esto, que es un asunto de coyuntura y de mal o buen gusto, la decisión de González es criticable desde la izquierda en un plano concreto y otro abstracto. En el concreto, procede aclarar la naturaleza de las actividades de la empresa a la que asesora en América Latina y, más específicamente, en Guatemala. Hay que investigar la acusación de que esa empresa esté involucrada en el asesinato de activistas contrarios a su implantación en el país. Si la acusación no es cierta, que se proceda judicialmente; si es cierta, un político de la izquierda no puede asesorar a una empresa bajo tal sospecha.

En el campo abstracto tiene uno la impresión de que alguien de la izquierda (incluso la socialdemócrata que reconoce la importancia de la empresa en la sociedad), especialmente alguien que acumula una experiencia única, debe tender a emplear sus energías en difundir sus ideas y luchar por sus ideales. Si, al tiempo, quiere rentabilizarlas, está en su derecho: que escriba libros, dé conferencias, cursos y seminarios, haga películas y/o vídeos, monte una academia, una editorial, una universidad y cobre por ello; que invente algo. Pero reconozco que esto es muy subjetivo.

Es obvio que González no es Aznar. Pero eso no lo pone por encima de la crítica ni mucho menos hace bueno lo que puede ser malo. Esa es una actitud acrítica impropia de la izquierda. González debe ser objeto de crítica precisamente porque tiene una autoridad moral nada frecuente. Si esa se ensombrece su responsabilidad es doble. El valor de la crítica política, como el del movimiento, se demuestra andando. Confiar la legitimidad de la propia posición en la capacidad para criticar y ser criticado, pero trocar toda crítica en una alabanza servil es una actitud lamentable, aunque pueda ser conveniente.

El caso de Aznar, con quien ahora puede compararse a González, cosa que antes de esa decisión de asesorar no podía hacerse, es muy distinto, desde luego. Empezando por el hecho de que este contrato de asesor del político de la derecha no es el primero sino el tercero o el cuarto o váyase a saber. Siguiendo por el de que alguna de las empresas asesoradas, (omo esta Endesa y al igual que Gas Natural en relación a González) en su día se benefició de una decisión tomada por el ahora asesor en su condición entonces de gobernante. Y terminando con el de que todo ello lo hace en un clima de escándalo retórico permanente. El hombre se ha convertido en una figura mediática originalísima, el personaje de un género nuevo del periodismo que podríamos llamar periodismo del corazón de oro.

Lo criticable de Aznar no es que firme contratos de asesor bien remunerados a porrrillo. Eso es congruente con la derecha. Sus militantes suelen intercambiar los cargos políticos con presidencias de bancos, cajas, organismos financieros, consejos de administración y todo tipo de bicocas. Si bien es cierto que parte de la izquierda también gusta de figurar en la pasarela de entes financieros. Lo criticable de Aznar no es lo que asesora o por cuánto lo hace, sino lo que va diciendo por los caminos del Señor, entre consejo y consejo. Esas soflamas apocalípticas de "arrepentíos, pecadores, que llega el fin del mundo", provocan reacciones indignadas y encendidas del partido gobernante. Ahí está el señor Zarrías llamándolo mercenario y felón minutos después de que el propio Aznar calificara al Gobierno de la Nación (según adora decir el personal) de incapaz, incompetente e insolvente, que tampoco está mal como muestra de la forma en que la derecha arrima el hombro en momentos de zozobra generalizada.

Esas reacciones airadas a los despropósitos aznarinos en realidad alimentan la tremolina que el personaje se cree obligado a montar dentro del modelo del mencionado periodismo del corazón de oro. Aznar cosecha porque siembra y quienes lo enfilan en sus ataques le abonan el terreno. ¿Qué cómo puede decir el que hablaba catalán en la intimidad que lo de las autonomías es insostenible? Pudiendo. Lo suyo es montar el escándalo. ¿Por qué?

Primero porque así firma más contratos. Segundo porque de ese modo se pasan por alto tres circunstancias que afectan decisivamente a su partido: 1ª) no tiene programa salvo aplicar las medidas que, según dice, está obligado a aplicar Zapatero y multiplicadas por dos; 2ª) está literalmente corroído por por las causas judiciales abiertas, alguna tan pasmosa como la Gürtel; 3ª) su interior es un patio mal avenido en un compás de espera tenso y que de vez en cuando estalla en alguna reyerta. La última, la de Álvarez Cascos, de mucho tronío.

(La imagen de Felipe González es una foto de www_ukberri_net; la de José María Aznar, de Pontificia Universidad Católica de Chile, ambas bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 14 de gener del 2011

Túnez, internet, la multitud.

Después de la conmoción que causó el asunto WikiLeaks en medio planeta (el otro medio ya sabe de sobra que eso es todo un cuento chino de la CIA para mejor seguir oprimiendo y engañando a todo el mundo), los tumultos que se suceden en Túnez desde hace un mes, con manifestaciones, enfrentamientos callejeros con la policía, muertos por disparos de bala, montones de detenidos, pillajes y sabotajes en todo el país, son el segundo ejemplo de la importancia de internet en todo tipo de acontecer político contemporáneo. Una importancia de primer orden. Vamos a dejar en una caritativa sombra la influencia que hayan podido tener páginas web como la de Sarah Palin en el tiroteo mortal de Tucson y la consiguiente oración fúnebre/discurso de Obama al que ya andan buscando antecedentes hagiográficos, desde el de Lincoln en Gettysburg hasta el de Martin Luther King en el National Memorial.

WikiLeaks y Túnez son dos caras de la política 2.0, extraordinariamente potente y muy rápida. La diferencia, que no es poca, se da en el territorio del conflicto. Mientras WikiLeaks se libra en el ciberespacio, entre ideas, leyes, teorías, procesos, diplomacia, movilizaciones virtuales y ciberguerrilla, en Túnez se libra también en la más inmediata realidad tradicional, con muertos y heridos, en el terreno de la violencia física. Lo que no quiere decir que la importacia de internet sea menor. Al contrario, es una muestra de la capacidad de la red para transformar la realidad de modo casi instantáneo, en tiempo real, que se dice.

La revuelta tunecina asusta a los vecinos. El gobierno español aconseja a los turistas que no se adentren en Túnez. Puro miedo. Al fin y al cabo Túnez es un país musulmán y con los musulmanes nunca se sabe. Ni una sola consideración a que quizá se trate de una sublevación popular democrática en lucha contra un régimen despótico, represivo, autoritario y corrupto (aunque, eso sí, firme bastión contra el fundamentalismo islámico), o sea, un régimen detestable, con un presidente prácticamente vitalicio desde 1987, que gana elecciones cada cinco años como la última de 2009 con cerca del 90 por ciento de los votos.

La derecha francesa lo ha entendido mucho mejor: Ben Ali es de los nuestros, así que la ministra de Asuntos Exteriores, Alliot-Marie, ha propuesto que la policía francesa ayude a la tunecina en su tarea de orden público. Dado que la policía tunecina viene tirando con bala contra los manifestantes no sé qué quiere la ministra que haga la francesa, si enseñarla a apuntar mejor o convencerla de que utilice la porra. Con la tradición que tiene Francia (sobre todo su policía) en el norte de África, lo menos que cabe decir de esta ministra de Asuntos Exteriores es que luce el tacto de un paquidermo.

Y no obstante, es comprensible. El propio Ben Ali, antes de su claudicante y lloriqueante comparencia de ayer, reaccionó a lo bestia, o sea, a la antigua usanza: a tiros. Cuando empezó a caer la gente en la calle pero la revuelta se extendió, Ben Ali destituyó al ministro del Interior, como si él (que lo había sido antes, en el tiempo del primer presidente , Burguiba, al que él destituyó) no supiera lo que estaba pasando.

Y es verdad también que no lo sabía. No tenía ni idea. Creyó encontrarse con un motín callejero por los altos precios, el paro, la marginación juvenil, un poco estilo banlieu francesa. Un movimiento espontáneo, no organizado, fácilmente reprimible. Y así fue en un principio: un motín callejero espontáneo, no un proyecto, programa o plan de alguna organización o partido. La izquierda tunecina sabía tanto de lo que estaba pasando como el Gobierno.

Porque el motín popular ha resultado un movimiento de multitud que se ha dado una especie de vertebración a través de la red. Con esto no contaba Ben Ali. Y la multitud lo ha tumbado. Cede en todo: baja los precios de los artículos de primera necesidad, promete 300.000 empleos, levanta la censura en la prensa y en internet, prohibe el fuego real de la policía en la calle y crea una comisión de investigación en contra de la corrupción. Todo eso a cambio de que le dejen quedarse hasta acabar su mandato en 2014, prometiendo, además, que no querrá reformar la Constitución (como pretendía) para presentarse de nuevo.

Suena a inverosímil en todos los sentidos. Sin ir más lejos, esa comisión de investigación tiene que empezar por investigar a su familia y a él en persona, fuente de enriquecimiento propio y corrupción general del Estado. Pero lo más inverosímil de todo me parece que le dejen quedarse hasta 2014. Puede que lo consiga pero es muy probable que las redes sigan movilizadas, sobre todo ahora que ya se puede acceder a Youtube y otros mecanismos colectivos de comunicación y acción, y le pidan que adelante su marcha de 2014 a mañana por la mañana. Tiempo real.


EL NACIONALISMO

Esto del nacionalismo es complicado. Hay quien dice que enajena a la gente. No estoy seguro. La elección de Miss Bélgica, honor que ha recaído en una flamenca, ha sido de inmediato impugnada por las candidatas valonas. Y una televisión francófona plantea si, como están las cosas en Bélgica, tiene sentido elegir una miss Nacional. Y para bien o para mal es verdad.

(La imagen es una foto de R. D. Ward en el dominio público, accesible a través de bajo licencia de Wikimedia Commons).

dijous, 13 de gener del 2011

De la mentira al crimen y del crimen a la mentira.

Para contrarrestar las acusaciones de ser una instigadora indirecta del crimen de Tucson, Sarah Palin ha subido un vídeo a su página web bajo la doctrina de que la mejor defensa ee un buen ataque y afirmando que la víctima es ella, víctima de un blood libel, el término que se usaba para justificar los pogroms en la supuesta sed de sangre de los judíos, dándose la circunstancia de que la congresista Gifford es judía. Es fascinante a qué extremos de crueldad puede llegar la estupidez aliada a la maldad.


He aquí el vídeo



Sarah Palin: "America's Enduring Strength" from Sarah Palin on Vimeo

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Maldad y estupidez que forman el engrudo en el que hierven la agresividad y el carácter incendiario y vitriólico del discurso político de la derecha. La derecha furiosa, una mezcla de fundamentalismo político e integrismo religioso extraordinariamente vociferante. Lo mismo, más o menos, pasa en España en donde, gracias a los dioses, las armas no están al alcance de los desequilibrados. Al menos no todas y no de todos.

La época es la del reinado de la comunicación política elevada a categoría de estudio universitario como rama de la comunicación en general y que es la que más abunda en el terreno práctico a juzgar por la cantidad de consultorías políticas, consultores políticos, expertos en comunicación política que hay. Es lógico. Lo que esa actividad práctica persigue es garantizar el éxito de la opción política que la contrate. Para ello se emplean técnicas puramente publicitarias porque, en definitiva, de lo que se trata es de "vender" algo, un líder, un partido, un programa. La publicidad soslaya las cuestiones morales y la comunicación política también.

Pero el problema es si eso es posible teniendo en cuenta que la teoría de la comunicación más próspera y extendida, la de la acción comunicativa habermasiana, la que da origen a las teorías de la democracia deliberativa y/o participativa, tiene un fuerte contenido moral. Moral racional universal, pero moral. Dos de las cuatro condiciones de la acción comunicativa de Habermas son que los hablantes digan la verdad, que sean objetivos y, además, que sean veraces, que no mientan. Y esto es cercano a lo utópico porque la mentira define al hombre como eso, como el único animal que miente. No que finja, como dice Pessoa que hace el poeta, sino que miente, se miente, engaña y se engaña.

Esa comunicación vitriólica de la derecha que centra los ataques al adversario en sus cabezas visibles, sus representantes, y lo hace diciendo que son antipatrióticos (antiamericanos, antiespañoles, anticlericales) arranca de una mentira. La mentira se remacha con el insulto (puesto que de un antipatriota siempre se puede decir cualquier cosa), lo que destruye toda posibilidad de comunicación. Pero ésta es un requisito imprescindible de la racionalidad. Si no hay comunicación, no hay racionalidad y reina la irracionalidad en las relaciones sociales. Tal es el camino del fascismo. Por eso también atentaban los etarras contra los representantes populares, municipales, autonómicos, nacionales. La irracionalidad reconoce en la fe a su hermana y por eso también las soflamas incendiarias de la derecha llevan incorporada una parte de guerra santa.

Así que ya sabemos: si un discurso incendiario incita a alguien indirectamente a cometer un crimen la responsabilidad del crimen no recae sobre el incitador sino sobre la víctima que algo habrá hecho. Por ejemplo, ser demócrata. O judía. O cualquier otra cosa que el incitador (o incitadora) considere disparable.

(La imagen es una foto de monado, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 12 de gener del 2011

Miscelánea.

HAY COSAS QUE NO SE HACEN.

Ya, ya sé que es todo legal, que según los términos de la Ley de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno etc el hecho de que los dos expresidentes, González y Aznar, hayan aceptado recientemente sendos cargos de consejeros de esto o lo otro suculentamente remunerados (unos 120.000 euros anuales el primero y 200.000 el segundo que, además, los junta a otras bicocas no menos millonarias) en empresas transnacionales con las que ambos tuvieron que ver en sus épocas de mando es jurídicamente irreprochable pues ha pasado el plazo de carencia que establece la norma. Es legal, muy legal; pero no sé si es ético y, desde luego, no es nada estético sino todo lo contrario: está muy feo.

Cuando casi todo el mundo en España ve cómo descienden sus ya magros ingresos y muchos no sólo ven que descienden sino que se quedan sin ellos por estar en el paro; cuando a causa de la crisis hay un drama general en el país y particular en millones de hogares, estos dos exmandatarios multiplican por "n" sus rentas de una forma tan escandalosa como la de los grandes banqueros o quizá más. Parece como si, al igual que a estos, la crisis los beneficiara. Y no sólo lo hacen sino que tienen el rostro de ir por ahí predicando austeridad, ahorro, contención y sacrificios. Y eso los dos, al unísono, cantando la misma canción. Es decir predican lo contrario de lo que hacen.

Añádase que en los dos casos es defendible que las empresas que les ofrecen estos momios, en su día, resultaron beneficiadas por las decisiones de los Gobiernos que ambos presidían. En el caso de González Gas Natural, que ahora lo contrata, pudo absorber la empresa Enagas privatizada por su Gobierno por un precio muy inferior al que tenía en el mercado, haciendo un negocio redondo; mientras que en el de Aznar Endesa, que ahora lo ficha, empezó a privatizarse en tiempos de González pero la gran operación se produjo en los suyos siendo él quien nombró presidente al señor Pizarro, de tan pintoresca cuanto breve carrera política.

Además de esto ambas empresas son transnacionales cuyas prácticas en países del Tercer Mundo, en especial en América Latina no son precisamente ejemplares. Endesa en Chile y Unión Fenosa-Gas Natural en Guatemala y México, por no citar más que dos casos, están acusadas de actividades éticamente condenables, incluidas sospechas de asesinatos y violación de derechos humanos. Legal será muy legal, pero no es nada estético.

Fue José María Valverde, el gran catedrático de Estética de la Universidad de Barcelona, el que, cuando el fascismo despojó arbitrariamente de sus cátedras a Aranguren, Tierno Galván y García Calvo en 1965, tuvo el coraje cívico de dimitir de la suya con una frase que lo hizo célebre: Nulla estética sine ética. Y la inversa también es hoy cierta: Nulla ética sine estética.

Imagino que esta situación a la derecha le da igual porque está en su cultura política: uno va a la política para "forrarse", bien en el ejercicio del poder o con posterioridad a él, como sucede con Aznar que acabará siendo el expresidente de Gobierno más pluriempleado y rico del planeta. Supongo que los auditorios que sigan escuchando las agresivas admoniciones aznarinas y su petición de "reformas" (o sea de congelar y/o bajar los sueldos de los demás, eliminar sus derechos laborales, recortar o suprimir sus pensiones y desmantelar el Estado del bienestar que es "insostenible") no encontrarán nada incongruente en ello. Es lógico que quien pretende empobrecer a los otros, especialmente a los trabajadores, esté enriquecièndose vertiginosamente. Lógico y digno de imitación, cosa que sucede si no legalmente, como en este caso, ilegalmente como en el de la Gürtel. Va en la ideología neoliberal de "elimina regulaciones, privatiza, pilla el dinero y corre".

Pero en el caso de la izquierda el asunto tiene otro aspecto. No sé con qué cara va a decir ahora González a la gente que hay que hacer sacrificios. En la izquierda tendemos a ser románticos y a creer que eso de predicar una cosa y hacer otra es moralmente repugnante. En estos momentos especialmente difíciles para la gente, su ejemplo es demoledor. González es muy libre de seguir los pasos de Aznar y hacer lo que hace un mes aseguraba que no haría: enriquecerse; sobre todo porque 120.000 euros anuales son bastante más que treinta monedas o un plato de lentejas (al menos a mi me lo parecen) pero ¿de qué se extraña la gente si, al final, muchos votantes socialistas, engañados y desengañados al mismo tiempo, amargados, sacrificados, empobrecidos, burlados, se quedan en su casa y gana la derecha por goleada?


EL NO COMUNICADO DE ETA.

A quienes sosteníamos ayer que el comunicado de ETA no servía para nada y era el enésimo engañabobos nos cayó un buen chorreo por no ver que amanecía un nuevo día en España, en el mundo y más allá -como argumentaba uno de los barandas de Batasuna- y que se daba una ocasión histórica para resolver el "conflicto". Cinco horas después Batasuna en pleno estaba pidiendo a ETA otro comunicado. Viendo que se queda otra vez a la intemperie, esta organización hoy ilegal implora a la desesperada a ETA que dé un paso al frente. Puesto que ETA está al borde del abismo, hago mío el deseo de Batasuna.


LAMENTABLEMENTE COSPEDAL.

Sostiene la prensa que De Cospedal se "lió" cuando dijo que Lamentablemente, y digo lamentablemente, el próximo gobierno va a ser del PP. Pero no hay tal lío: si se da un Gobierno del PP lo más seguro es que De Cospedal, al formar parte de él, pase a ganar la mitad de lo que ahora se embolsa. ¿Cómo no va a parecerle lamentable?


(La imagen de Felipe González es una foto de www_ukberri_net; la de José María Aznar, de Pontificia Universidad Católica de Chile, ambas bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 11 de gener del 2011

Un comunicado inútil.

Habitualmente los comunicados de ETA eran unos textos farragosos, llenos de doctrina antediluviana y memeces fantasiosas para consumo de sus incondicionales que nunca se caracterizaron por su capacidad crítica. Pero cuando menos tenían ilación. Eran aburridos, pretenciosos y delirantes, pero guardaban cierta conexión de sentido. El de ayer, no. Es breve, sí, (primera muestra de que algo no va ya en esa gárrula banda), lo que es de agradecer, pero carece de sentido lo que prueba que, sometida a multitud de presiones, en especial las muy timoratas de sus agentes civiles y queriendo contentar a todos, esto es a Batasuna, a los mediadores internacionales, a los presos y a sus propias bases, al final ha hecho una declaración que no sirve para nada.

El texto reparte órdenes e impone tareas a todo el mundo, dice cómo ha de ser el proceso en el País Vasco, qué deben hacer los Estados español y francés (y qué no hacer), qué objetivos han de cumplirse (territorialidad y autodeterminación, es decir, el cien por cien de su programa), quién debe hablar en el País Vasco y quién no y hasta cómo debe ser el futuro. Lo gracioso es que si antes ETA pretendía alcanzar esos fines a tiro limpio, ahora dice que quiere alcanzarlos sin pegarlos. ¿No entiende que, si con los tiros no consiguió nada, sin tiros será menos que nada lo que consiga?

Obviamente lo entiende, pero lanza la cosa por si cuela ya que si no pega tiros y asesina no es porque no quiera sino porque no puede, y por si el Estado democrático baja la guardia, sus alevines políticos pueden presentarse a las elecciones, obtienen alguna tajadilla de poder y las cosas vuelven a la normalidad. Por normalidad se entiende que los partidarios de asesinar a la gente indefensa y por la espalda digan que España no es una democracia y que, en cambio, la banda de asesinos sí lo es. Así dicho, esto puede parecer demencial pero es que en el entorno de la banda terrorista y la izquierda abertzale hay mucho demente. El párrafo nuclear de la declaración, que ayer comentaba Palinuro en una actualización del post, el que contiene esa trampa para hipopótamos es: ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional. Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la lucha armada. Ahí están todas las falacias de este comunicado que nadie con sentido común puede aceptar.

Dice ETA que acepta una "verificación internacional" del alto el fuego. Pero ¿para qué queremos eso? Para verificar un alto el fuego que consiste sólo en que las armas dejan de disparar basta con tener oídos y levantar acta de que no hay disparos. Pero los terroristas siguen con las armas y, obviamente, se reservan el derecho a volver a utilizarlas cuando lo estimen conveniente; es decir pretenden que la gente tome la amenaza de unos asesinos como el alborear de la paz.

Habla ETA de su "compromiso" con el "final de la confrontación armada", como si esta confontación fuera un terremoto, una inundación o alguna catástrofe natural y no el resultado de una decisión unilateral de ETA y a la que sólo ETA puede poner fin y si no lo hace es porque no quiere.

En resumen el comunicado de ayer no sirve para nada, como ya le ha dicho a la banda todo el mundo en el país, desde el gobierno a los independentistas catalanes, pasando por la oposición de derechas, la de izquierdas, las víctimas y hasta los nacionalistas vascos, los que no asesinan ni simpatizan con los asesinos. Sólo queda Batasuna, la voz de su amo que con su habitual clarividencia ha vuelto a caer en la trampa que le tiende su soberbia, simulando que ese jesuítico comunicado es un nuevo "marco histórico", nada menos y que abre no sé cuántas puertas cuando lo que está claro es que no abre ninguna ni siquiera la de las elecciones muncipales a Batasuna a la que, por lo demás, el comunicado desprecia ignorándola.

¿Cómo va a participar en las elecciones Batasuna si, con esta interpretación del comunicado que no comparte con nadie más en España demuestra que sigue hablando al dictado de los asesinos y tratando de engañar al resto del país?

Como le ha dicho ya todo el mundo a la banda y a sus admiradores, el único comunicado de ETA que será eficaz sera el que anuncie no su compromiso con el fin de la confrontación sino el fin de la confrontación armada que sólo depende de ella; no un "alto el fuego" blab, bla, bla sino la entrega de las armas definitiva e irrevocable.

Al paso que van las cosas, mañana este comunicado parecerá del tiempo de las guerras carlistas a cuyo mundo, en el fondo, pertenece.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 10 de gener del 2011

ETA al final de la escapada.

Quiere la rumorología que estemos esperando de un momento a otro un comunicado de ETA en el que diga que deja las armas para siempre, que lo hace de modo verificable y que no reclama contrapartidas políticas de ningún tipo. La cuestión es: ahora ¿qué?

Ahora, nada. El Estado de derecho ha vencido y comienza el proceso de normalización del País Vasco. Un proceso de duración indefinida; meses, años. No lo sabe nadie.

Ignoro si alguna vez hubo una posibilidad de un fin distinto y plantearlo ahora es ocioso; porque, si la hubo, los mismos etarras se encargaron de volarla con aquella bomba de la T4 en 2006. Con ella ETA cerró toda vía para un final pactado e inició una huida hacia delante, una escapada que ahora termina en lo que, al parecer, es inminente: el anuncio de su derrota.

La noticia, de producirse, es excelente para todo el mundo y habrá que celebrarlo. Se termina uno de los más graves problemas (si no el más grave) para la democracia española que ahora será plena en todo el Estado. Tarde o temprano acabará el estado de excepción material que vive el País Vasco. La izquierda abertzale volverá a las instituciones y todo juicio acerca de cómo se dibujará allí la política es ahora temerario. Y no sólo en el País Vasco. Se abre un periodo en que cabe esperar una revitalización de un espíritu similar al de Galeuzca, debidamente actualizado, supongo. Veo a los catalanistas animando a los galleguistas a pedir de consuno sendos conciertos. España sigue tan indefinida como siempre.

Hay dos invitados a esta fiesta de triunfo de la democracia que están en ella a regañadientes: la derecha del PP y cierta izquierda española radical que simpatiza con el independentismo vasco. La primera, cuya tendencia es interpretarlo todo en un cálculo de costes/beneficios electorales cree que es un fastidio que los etarras se entreguen a un gobierno socialista que, en su opinión (puesto que es lo que ella haría) capitalizará la entrega electoralmente. Por ello es probable que ponga todos los obstáculos que pueda a la normalización política vasca, por ejemplo, tratando de impedir que la izquierda abertzale participe en la vida democrática imponiendo condiciones imposibles o absurdas.

Los otros invitados a la fiesta, diversas izquierdas españolas (y supongo que vascas, pero no estoy seguro) ven el fin del terrorismo como una derrota: el fin de la violencia y de la lucha armada como vía revolucionaria. En realidad éstas ya fueron un disparate cuando prendieron en Europa en los años sesenta, con la radicalización política del continente y el prestigio de las luchas armadas del Tercer Mundo, tanto en forma movimientos de liberación nacional (estilo FLN argelino) como de procesos revolucionarios marxistas (estilo Tupamaros en el Uruguay), que inspiraron muchos intentos en Europa en aquellos años: ETA (en la senda de los Frentes de Liberación), la Fracción del Ejército Rojo en Alemania, o el Ejército Rojo Japonés. El disparate consistía en trasladar a sociedades industriales desarrolladas modelos de lucha armada del Tercer Mundo.

ETA es el último bastión de los años sesenta.


Espero que todo lo anterior no sea un mero wishful thinking. Que la situación se normalice y que pueda volver a hablarse de todo. Aunque, como está la la derecha furiosa, eso de hablar puede convertirse en ocupación de alto riesgo. Los que hablen mucho corren el peligro de que venga uno de esos "jovenes inestables", alimentado con un pienso compuesto de odio, agresividad, demagogia, xenofobia, clericalismo, autoritarismo y otros ismos también temibles y haga una barbaridad. No se olvide que la política es la continuación de la guerra por otros medios.


Actualización a las 15:00. ETA ha publicado el comunicado de que se habla aquí, pero vuelve a ser una declaración decepcionante por la insufiencia de las intenciones, lo alambicado y retorcido de las palabras y la indefinición del compromiso. De todo el comunicado el único párrafo interesante es éste: ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional. Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la lucha armada. Como siempre, ambigüedad, zorrería y creencia en que los demás son tontos y no ven las trampas. Porque ¿qué quiere decir que un alto el fuego sea verificable? Estaría bueno. Para verificar un alto el fuego basta con tener oídos y no escuchar disparos. Para eso no hace falta la comunidad internacional. Puede haber alto el fuego y callar las armas, pero estas siguen empuñadas y apuntando. Lo que tiene que ser verificable es la entrega de las armas. Lo demás son monsergas jesuíticas muy propias de la banda. Sobre esto más mañana en Palinuro.



FUERA HUMOS Y FUERA RUIDOS

Esa ley contra el consumo de tabaco en público está muy bien. A ver si conseguimos acabar con esta hispánica costumbre de echar el humo al vecino en el café. Los fumadores tendrán que acostumbrarse a que, por encima de su placer, están los derechos de los demás a no respirar sus miasmas. Que fumen en donde les está permitido. Y que se den con un canto en los dientes que se les permite. Los fumadores de marihuana o hachís no tienen sitios. Y tan droga es uno como los otros.

Ahora hay que ir por la otra plaga de la convivencia nacional: el ruido. Palinuro está harto de sostener que la contaminación acústica es tan odiosa y delictiva como todas las demás, con el inconveniente añadido de que sus efectos perniciosos se padecen al instante, no sólo en el futuro: aquí y ahora, además del futuro. Los lectores pueden hacerse a la idea (si es que lo necesitan) de lo que es convivir con el ruido insoportable causado por gente sin escrúpulos visitando el vídeo del enlace, que se titula Cinco años de tortura.

(La primera imagen es una foto de Indymedia Barcelona en el dominio público. La es una foto de Rarebeasts, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 9 de gener del 2011

El Estado es ilegal.

Palinuro rinde tributo de admiración a Gabrielle Giffords, representante demócrata por Arizona en el Congreso de los EEUU, a pique de pagar con la vida la defensa pacífica de sus ideales. Y a las demás víctimas del tiroteo de ayer en Tucson. Y aprovecha la ocasión para señalar que esos actos detestables son en buena medida resultado de un lenguaje incendiario, vitriólico y muy violento en el debate público, cosa que se experimenta todos los días en Norteamérica y en España.



El nuevo proyecto de ley que prepara el Gobierno para acabar con todas las formas de discriminación promete ser el pimpampum del final de la legislatura. Doble contra sencillo a que algún genio del PP dice que es una cortina de humo. El resto de los comentaristas de la derecha, muy militantes, sacará lo más potente de la bateria libertaria, con aroma a cuartel y sacristía, para zumbar al Gobierno y su partido por su obsesión totalitaria. Nada que decir; ya lo harán esos mártires que, como Javier Vizcaíno, visitan el campo de batalla o se desayunan con varios venenos, como José María Izquierdo y eso todos los días. Loor a ellos.

Esta ley es muy necesaria, desarrolla la Constitución y trata de erradicar la odiosa cuanto generalizada práctica de la discriminación. Por eso y porque está en fase de consultas Palinuro osa hacer algunas propuestas para mejorarla desde el comienzo porque de lo que se trata es de que, por una vez, a la hora de legislar para la sociedad, el Estado lo haga también para sí mismo y se aplique el cuento. Porque, en este caso concreto, el mayor discriminador que hay en la sociedad es el mismo Estado. Se trata, pues, de sumar y no de restar; de conseguir que el Estado deje de ser ilegal en el sentido de que sistemáticamente actúa al margen o por encima de la ley, lo cual es lo más contrario al Estado de derecho que quepa imaginar. Pondré cuatro ejemplos.

Ejemplo primero: los monopolios. Todos los Estados de derecho conocen algún tipo de legislación contra los monopolios y/o las prácticas monopolistas. Sin embargo el mismo Estado se permite tener monopolios. En España llegó a haber una empresa semipública, CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio del Petróleo S.A.) que llevaba el delito en el propio título. Televisiones, trenes, tabacos, loterías, etc, etc son muy diversos los productos y servicios que han sido objeto de monopolio estatal en uno u otro momento. Si el monopolio está prohibido y el Estado lo practica, el Estado está fuera de ley y no lo devuelve a ella invocar razón de Estado alguna. Es, además, un caso de discriminación flagrante a su favor y en contra del libre mercado. No estoy diciendo que deba privatizarse todo sino sólo que, si hay una ley antimonopolio, el Estado debe ser el primero en someterse a ella o derogarla. Otra cosa es discriminación.

Ejemplo segundo: la discriminación propiamente dicha. El proyecto de ley ataca todas las formas de discriminación, incluida la que lo es por razón de la edad. Efectivamente, aunque más admitida que las otras, no es menos injusta porque se trata de perjudicar a alguien en razón de una circunstancia de la que no es responsable. Igual que no se es responsable de ser extranjero, negro, mujer, inválido, tampoco de ser joven o viejo o de mediana edad. En los EEUU no se puede tomar una decisión negativa laboral en función de la edad; ni siquiera se puede preguntar ésta. Aquí sería de agradecer lo mismo. Y que también se lo aplicara el Estado cuyo ministerio de Educación, por ejemplo, discrimina en todas las ofertas contractuales en función de la edad. Sin contar con que ese Estado administra una institución discriminatoria como es la jubilación, obligatoria para una porción de la población trabajadora. La jubilación debiera ser siempre voluntaria (supeditada a la aptitud al puesto de trabajo) en el límite máximo y obligatoria en el mínimo. Esto es, debe haber una edad (quizá entre 60 y 65 años) a partir de la cual el trabajador pueda retirarse si quiere con plenos derechos y nadie pueda obligarlo a seguir trabajando. Los que no quieran, que sigan. Sería bueno que la nueva ley eliminara la discriminación por edad que practica el Estado.

Ejemplo tercero: los privilegios. Todo privilegio es una discriminación. En la hora en que se recortan los salarios de todos los trabajadores, no sólo de los funcionarios, en que descienden los ingresos de las familias, en que millones de personas sobreviven con un salario mínimo que es de los más bajos de Europa, sólo por encima de Montenegro, Portugal, Eslovaquia y Eslovenia en la zona euro, es impresentable que los representantes políticos de la más variada condición cobren sueldos doce o catorce veces el salario mínimo, además de gajes, bicocas y beneficios. Ya sé que esto suena algo demagógico pero entre la demagogia y la sensibilidad la línea es tenue. Y lo mismo pasa con las pensiones: cuando se anda rateando con las de la gente no es de recibo que los cargos públicos, la "clase política", tenga unas condiciones de retiro escandalosas. Es decir, tanto en salario real como en diferido, el Estado practica una notable discriminación en relación con la población en su conjunto; su personal, en buena medida el que hace la ley, se sitúa por encima de ella porque goza de privilegios.

Ejemplo cuarto: la Corona. La razón misma de ser de la Monarquía es la discriminación por razón de nacimiento. La Corona está por encima de la ley. Las razones para justificar este absurdo son otros tantos absurdos.

Estaría bien que la nueva ley contra la discriminación tomara medidas eficaces para acabar con la discriminación que practica el Estado. Así éste volvería a estar dentro de la ley, a ser legal, a ser un Estado de derecho y no uno de privilegios. Si alguien puede hacer algo así es el PSOE. ¿O tampoco?

(La imagen es una foto de Richard Loyal French, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 8 de gener del 2011

Las fosas, la Iglesia, la Cruzada.

La Asociación pola recuperacion da memoria histórica de A Coruña ha pedido a monseñor Rouco Varela que visite las fosas comunes donde yacen los republicanos asesinados por los franquistas. Es un buen paso. Denota coraje cívico. Ha puesto a la jerarquía en un compromiso. Si el interpelado no va, falta a su deber no ya solo como jerarquía sino como cristiano a secas. Si va se arma una buena porque, entonces, será inevitable una concatenación de hechos posteriores: tendrá que ir a las demás fosas; además de ir, tendrá que bendecirlas; la Iglesia tendrá que revisar su relación con la guerra civil, con la Cruzada como tuvo la desfachatez de llamarla; tendrá que revisar el hecho de que sólo honre a los "mártires" de un bando y no de los dos; tendrá que pedir perdón por haber amparado, ayudado y justificado una dictadura criminal que provocó una verdadera matanza de españoles en tiempos de guerra y de paz con una política de exterminio que hoy cabe razonablemente suponer pueda calificarse de genocidio o, cuando menos, delito de lesa humanidad.

¿Pedir perdón por haber coadyuvado a la comisión de un crimen de lesa humanidad? Creo que no va a pasar. Monseñor no irá a las fosas. Quizá pida perdón la Iglesia, sí, dentro de 400 años.

Ahora no lo hará. La Cruzada está muy cerca y la Iglesia española es, más o menos, la misma que la que la proclamó. La transición para ella se acabó en 1979, con los Acuerdos de España con la Santa Sede. Desde entonces hasta ahora se ha tratado de volver al antiguo régimen y se ha conseguido en tan gran medida que algunas de las estipulaciones de los Acuerdos son más progresistas y laicas de lo que es la situación actual. Por ejemplo, en materia material o sea de financiación de culto y clero que es lo que de verdad importa a la Iglesia. Y todo eso lo ha conseguido sin mover un dedo y sin decir ni pío sobre la vesania fascista, los asesinatos de civiles, las fosas comunes y el carácter nacionalcatólico de aquel régimen. No es verosímil que la jerarquía cambie de actitud. La guerra civil sigue siendo una Cruzada, una cruzada en la que muchos moros pelearon al lado de unos cristianos contra otros cristianos, que tiene bemoles.

El problema es que la recuperación de la memoria histórica no hay ya quien la pare. Se ha hecho todo tipo de trampas y demagogias, se ha puesto todo tipo de trabas e inconvenientes, se ha mareado a la gente, se ha elaborado todo tipo de falacias para descreditar el empeño, desde la de las "heridas reabiertas" a la de "todos hicieron fechorías", pasando por el inevitable "mejor es no meneallo". Pero los asesinados siguen emergiendo de las fosas, recuperan nombres, apellidos, rostros, vuelven a ser ciudadanos y tienen derechos que ahora ejercen sus sucesores, los que han estado esperando setenta años a que se les hiciera justicia. Así las cosas, esto no se para. Al contrario, se acelera con hechos como la entrada en vigor de la nueva Convención sobre Desaparición Forzada que, a juicio de Palinuro, viene a dar la razón (más de lo que ya la tenía) al juez Garzón en su interpretación de los supuestos crimenes del franquismo como delitos continuados porque aún no se ha dado cuenta ni razón de las personas desaparecidas, que son las que salen hoy de las fosas. La Iglesia no podrá evitar pronunciarse sobre un asunto que ya tiene las proporciones que tiene. Y más vale que lo haga pronto, antes de que los de la recuperación de la memoria histórica pasen al segundo y mucho más vergonzoso capítulo del furor nacionalcatólico: el robo de niños, como han empezado a hacerlo. Y antes de que alguien se ponga a investigar qué funciones cumplió el clero en aquellos robos de niños del franquismo.

divendres, 7 de gener del 2011

El tabaco y la boca de ganso.

La virulencia con que la derecha ha acogido la nueva ley sobre el tabaco, las metáforas que emplea, su retórica en general revelan, paradójicamente, el triunfo de las ideas de la izquierda que son las que se esgrimen para justificar el plante. Es verdad que la ley es prohibitiva; también es verdad que prohibir es actividad consustancial a la derecha desde que la hay. Oponerse a algo que es consustancial a uno debe de ser muy difícil y seguramente por eso los que lo hacen ya no saben lo que dicen.

A sto se añade que, gracias a esa hegemonía de las ideas de la izquierda hasta hace poco, la derecha viene hablando por boca de ganso ya de tiempo atrás y eso es probablemente lo que hace sus discursos tan disparatados. De las insólitas pero periódicas declaraciones del alcalde de Valladolid se ha dicho de todo. Falta añadir que, con lo de los judíos y el holocausto, el hombre menciona la soga en casa del ahorcado. Cuando se vive en un país que tiene un Valle de los Caídos y se pertenece a un partido que fundó un ministro del que hizo dicho Valle debe uno tener más cuidado con lo que dice y no andar recitando el poemario de la izquierda y la resistencia que, además, no se conoce.

Toda la andanada del frente mediático de la derecha rezuma cultura izquierdista, libertaria, ácrata, la libertad irrestricta del individuo, la lucha contra los liberticidas. Prohibido prohibir. Caramba. ¿No decían hace nada estos liberales que había que acabar con el "espíritu del 68"? Bueno, no hay que ser exquisitos. Si de lo que se trata es de tirar el Gobierno como sea, bien puede decirse una cosa y su contraria al mismo tiempo y con igual agresividad. Los gansos graznan.

A graznido me suena la afirmación de María Dolores de Cospedal de que el Gobierno socialista ha establecido un "Estado policía". Y no el Estado policía o gendarme de la teoría económica liberal sino el Estado policía soviético, nazi o franquista, supongo. Y eso sí que es boca de ganso. Bueno, en este caso, de gansa.

Una boca de ganso gigantesca, colectiva, que lleva a la derecha de toda la vida, la del nacionalcatolicismo y el rosario en familia, la de las marquesas, los obispos, y los falangistas a decir que es "liberal". Liberalismo, esa doctrina que esa misma derecha condenaba como nefanda no ha mucho tiempo; nefanda en el cielo y en la tierra; condenada por la Iglesia y abominada por una derecha, todavía activa, que la llamaba con gran desprecio "demoliberalismo". Se ha descubierto que la nefanda doctrina no era tan nefanda pues, bien entendida, entendida en su sentido puro del individualismo más extremo, aparte de justificar la privatización del planeta, de países enteros (¿por qué no?), recupera la verdadera igualdad frente a las tiranías de la izquierda, la única verdadera y la única necesaria: la igualdad ante la ley.

Un discurso que pone el liberalismo en la etapa anterior a la crítica de la izquierda, aquella que se refleja con tanta claridad como ironía en la fórmula de Anatole France cuando en El lirio rojo decía que admiraba "la igualdad majestuosa de la ley que prohíbe por igual al rico y al pobre robar pan y dormir bajo los puentes."

(La imagen es una foto de latino_soyyo, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 6 de gener del 2011

El entierro del pasado.

Hay dos noticias en este comienzo de año y decenio que llaman la atención por el desconcierto y la nostalgia que despiertan: el fin de la revolución cubana y el ascenso al puesto de mando mundial de la China. Son noticias que vienen a sacudir la ya atribulada conciencia de la izquierda, su incierta y dubitativa identidad.

Cuba se apaga. Los planes de amputación del Estado en la isla superan en mucho los más drásticos recortes conservadores y neoliberales. Probablemente deba ser así porque en otros lugares ya no había en dónde recortar pues era y es una economía de supervivencia. Los fieles a la causa dirán que se trata de reformas para preservar el espíritu del socialismo. El espíritu es posible; la práctica, desde luego no, cuando está prevista la privatización del cincuenta por ciento de la economía. Es el primer cincuenta por ciento; después vendrá el segundo y Cuba volverá al redil capitalista mundial con ciertas peculiaridades en su estructura social que provocarán crisis pero poco más. Si Cuba se apaga los mismos fieles achacarán su hundimiento al bloqueo y otras circunstancias exteriores adversas. Quizá tengan razón pero el hundimiento no por ello será menos completo.

Hay en el medio siglo de la revolución cubana mucha memoria y cultura para mucha gente. Cuba fue visible como no lo había sido nunca ningún país latinoamericano. Ahora esa visibilidad tendrá otro cariz. En cierto modo el destino del Che Guevara preanuncia el de su revolución.

Con la China ocurre algo similar en el impacto que no en su carácter. La China no sólo no se hunde sino que emerge como líder mundial. La China manda. Lo ha dejado clarísimo el Viceprimer ministro chino, Li Kejiang, al que la opinión ya ha bautizado con encomiable acierto como Mr. Marshall porque ha venido a repartir miles de millones, a apuntalar el sistema capitalista mundial en una de sus peores crisis. No es Rey Mago solamente para España, también parece traer regalos para Alemania y Gran Bretaña. Sobre todo trae confianza materia prima de la crisis.

Pero la China es un país oficialmente comunista, regido de modo dictatorial por un Partido Comunista que monopoliza los tres poderes del Estado y dentro del cual se gestan las carreras políticas de los miembros de la élite gobernante, los mandarines comunistas. No sé si el país tiene partidarios hoy en la izquierda. Se oye decir mucho que la China sólo es aparentemente comunista porque en ella existe la iniciativa privada y se dan formas tremendas de explotación de la clase obrera. Si el sistema político chino es capaz de mantenerse cerrado mientras administra un sistema económico abierto es cosa que está por ver. De momento lo es y no hay duda de que el sistema económico es muy abierto y muy competitivo, algunos dicen que depredadoramente competitivo.

En todo caso China manda y no da la impresión de querer ser un mando imperial a la antigua usanza, de dominio militar, político y cultural. Antes bien, pues que la China no tiene tradición expansionista (asunto distinto es lo que ocurra dentro de sus fronteras) cabe pensar que su intensa presencia internacional se concibe más como el de árbitro. O sea, se pasa de los que los ingleses llaman Empire a lo que llaman Umpire. Lo único problemático es la abismal diferencia cultural entre la China y el resto del mundo, algo que tendrá que cambiar, aunque no sepamos cómo. Hay en marcha una revolución cultural mundial sobre la que la izquierda debería tener algo que decir si no le asusta la otra revolución cultural que la izquierda china puso en marcha hace cuarenta y tantos años. Cuba se apaga, pero se enciende la China. Se apaga una llama y se enciende una hoguera. Pero lo que está claro es que el país no es un factor de revolución anticapitalista permanente o no permanente.

En ambos casos, Cuba y la China, la izquierda pierde sus últimos dos y ya muy problemáticos referentes de carácter propositivo, esto es, los ejemplos que podían ponerse acerca de la realidad práctica de las teorías. La pérdida afecta a la teoría que ahora se ha quedado en una desconcertada negatividad, sin capacidad de propuesta alguna. No hay modelo orientativo cualitativamente diferente del capitalista. Con ello sólo queda por reconocer que los modelos posibles no pasan de ser reformas del capitalismo que alguien criticará como justificaciones o embellecimientos de la explotación.

Siempre se dijo que el capitalismo era radicalmente injusto porque suponía la explotación del hombre por el hombre. Es verdad. Y no sólo el capitalismo: todos los modos de producción incluido, como se ha visto y se ve, el socialista. El ideal de la izquierda, abolir esa explotación del hombre por el hombre, sigue vivo. Y la izquierda sigue sin saber cómo hacerlo realidad.

(La imagen es una foto de Luiz fernando / Sonia Maria, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 5 de gener del 2011

La religión es la madre de todas las guerras.

En el blog de Manolo Saco, Fuego amigo, en el diario Público, que sigo asiduamente, las dos últimas entradas se refieren al catolicismo español, una titulada Vírgenes y solteros y la de hoy titulada Su obsesión es la mía (Segunda taza). La visión del catolicismo y de la religión de Manolo suscita cierta controversia. Se echa de ver en el segundo título. Ya le han salido dos o tres católicos con sus habituales jeremiadas en defensa de su fe. El catolicismo es muy dado a las jeremiadas cuando no puede encender hogueras para achicharrar a los manolos de la época. La incongruencia de la visión católica en la crítica a los antirreligiosos y anticatólicos se plasma en esa expresión que les es cara del anticlericalismo trasnochado. Trasnochado por anticlerical. Vaya, resulta entonces que el clericalismo es el presente y hasta el futuro. Algo no cuadra, ¿verdad? Dícese entonces, para salvar la cara, que el anticlericalismo es trasnochado porque ya no hay clericalismo. Cincuenta obispos, con el arzobispo de Madrid y cardenal Rouco Varela al frente oficiando la misa el domingo pasado en la plaza de Colón, cabe la banderaza aznarina ante de miles de fieles no es clericalismo. Claro que no; en España es business as usual desde los tiempos de Maricastaña.

Coincido con Manolo en que lo más irritante del catolicismo es su carácter impositivo, más o menos, según le vengan dadas con el poder político de turno, pero impositivo. Los católicos están convencidos de que España es católica como el puercoespín tiene púas. Los no católicos no somos españoles; somos la Antiespaña que tan pronto escribe artículos en la prensa como tiene que escribirlos en las paredes de las mazmorras.

Lo que pasa, creo, es que la pasión nos ciega y no nos deja ver que hay religiones y religiones. Hay religiones que no son impositivas, muchas, y algunas hasta es dudoso que sean religiones si por religión entendemos el catolicismo. Por ejemplo, ¿qué son los diversos budismos? Las variantes del hinduismo son religiones y filosofías. No sé si cuando se ataca en las religiones la manía de crear una metafísica de comic para engañar a la gente se está siquiera tocando esas religiones en las que la perfección es la nada, la aniquilación del yo. Y son creencias de miles de millones de personas.

Frente a esto el problema religioso parece el de las llamadas religiones del libro, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo con todas sus variantes, esto es, las religiones monoteístas. Dentro de éstas también hay una gradación. La más insoportable me parece la islámica porque es intolerante y tan impositiva que mantiene el concepto terrible de guerra santa en toda su vesania. De cómo organiza la vida interna de sus sociedades ya ni hablo porque es terrorífica. Basta con ver la condición de las mujeres desde Indonesia hasta Mauritania.

El cristianismo ocupa una posición intermedia. Por fortuna ya no predica la guerra santa (otra cosa es porqué no lo hace), aunque lo hizo durante siglos. En el siglo pasado hubo una en España. La llamaron Cruzada a propuesta y con bendición de la Iglesia. Y hay recuerdos. Por doquier. Desde el discurso del rey al lado del portal de Belén hasta la existencia del clero castrense. Y todavía tiene tendencias y pujos impositivos, inquisitoriales, francamente irritantes. La manía de imponer un modelo de familia, una forma de vida y de muerte, unas relaciones humanas en base a unos u otros derechos.

Por último, la más liberal y aceptable se me antoja la judaica porque, aunque también tiene el concepto de guerra santa a rajatabla, éste es de dimensiones estrictamente territoriales. Los judíos consideran que su territorio es Palestina, la Tierra Prometida. Otra cosa es qué sucedará con los palestinos. Ese es problema distinto que, a juicio de Palinuro, no tiene otro final probable que la desaparición de Palestina como algo que no sea el Estado judío. Con independencia de lo que se piense de esto, lo cierto es que, fuera de su territorio, Israel no tiene guerra santa y no pretende convertir a los gentiles, lo que es muy de agradecer.

Si alguien tiene alguna duda, porque eso de "convertir" goza de buena prensa en un mundo poblado de "chinitos", que recuerde que donde hay un convertidor hay un convertido y, en vez de ponerse en el lugar del primero, hágalo en el del segundo; a ver qué tal se siente cuando a uno lo han convertido.

Por eso el catolicismo no gusta de convertir; prefiere insuflar desde la más tierna infancia y antes del uso de razón. El motivo es obvio. El catolicismo es el cristianismo no reformado, el de la Contrarreforma, el de Trento. Es una versión especialmente ruda del cristianismo. La condición subalterna de la mujer, la obsesión con la sexualidad (estas dos características están entrelazadas), su pretensión de organizar la vida pública y su obstinada oposición al espíritu, la teoría y la práctica de la ciencia (estas dos también lo están ya que la ciencia es pública o no es nada), son elementos que condicionan para mal la vida social

Aun así todo esto tiene un pasar. Lo que encuentro incomprensible en el catolicismo es su afición a creer lo que es absurdo y porque es absurdo. Por ejemplo, la infalibilidad pontificia. ¿Cómo puede creerse en serio que un ser humano sea infalible, hable ex cathedra o hable ex patibulo?

(La imagen es una foto de IISG, bajo licencia de Creative Commons y es un cartel de 1930 del soviético N.B. Terpsikhorov cuya leyenda reza "la religión es veneno" ).

dimarts, 4 de gener del 2011

Las enseñanzas de la Iglesia.

Arranca un 2011 negro en muchos aspectos, incluido el de las sotanas. Fortalecida por su vigorosa lucha contra las injusticias, la explotación, las desigualdades, la esclavitud, la violencia de género, los abusos sexuales y la pederastia en el decenio pasado, la Iglesia vuelve los ojos a esta España, tierra de misión, según monseñor Rouco Varela, y adalid de la fe. Que no nos durmamos en los laureles pues tenemos tajo por delante. Quienes un día fuimos el pendón de la cristiandad debemos volver a serlo. El Papa Benedicto XVI, el que condena el uso del preservativo, incluso como profilaxis contra el SIDA (aunque admite algún tipo de excepción, según parece), sostiene que los españoles tenemos que fortalecer nuestras raíces cristianas, al igual que debe hacerlo el conjunto de Europa.

Traducido al español castizo que habla monseñor Rouco a pesar de ser gallego, este fortalecimiento quiere decir que los españoles estamos llamados a una nueva reconquista. No sé yo si tanto año jacobeo (que, al fin y al cabo, es el de Santiago Matamoros), tanta raíz cristiana, tanto don Pelayo (cuya encarnación hoy es el inconfundible Cascos) y tanta reconquista no acabarán produciendo algún tipo de oscuro conflicto con nuestro primo el rey de Marruecos o con el millón más o menos de magrebíes que viven entre nosotros. El término "reconquista" desde luego no parece muy oportuno... salvo que se nos ordene predicar el Evangelio a los vecinos del quinto derecha en algún momento libre del ramadán y liarnos a mamporros para convertir al infiel.

A su vez, las huestes de Rouco, los obispos, como una legión celestial, esgrimen espadas flamígeras para zanjar las cuestiones morales de la actualidad más candente. Es un frente teológico tan pintoresco, tan alejado de la realidad, tan hostil a la razón y hasta al sentido común que parece rozar lo poético. La frontera entre la poesía y la locura ha sido siempre difusa y muy porosa. Ello se sigue no solo de las biografías de innumerables poetas, como Hölderlin, Panero, Pound, Apollinaire, etc, sino también de la misma esencia de ambas condiciones, la poética y la lunática, consistente en la enajenación. El poeta es vate y vive habitado por una otredad que le dicta lo que dice; el lunático también. La diferencia está en si lo que dicen sirve para aclarar (a veces como el relámpago) o para oscurecer el mundo a quienes escuchan. Los obispos se acercan a lo poético pero no salen de lo lunático. Y eso que la otredad que los habita es un dios. Él sabrá lo que busca pero lo que los obispos dicen es para mandarlos al psiquiátrico.

Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba dice que la UNESCO tiene programado hacer homosexual a media población mundial. Es cierto que lo dice citando a otro prelado; pero lo hace aprobadoramente. Podría haber dicho: "escuchen qué imbecilidad se le ha ocurrido a un colega". Pero no, lo cita porque él también lo piensa, a pesar de ser una imbecilidad. Y no porque la mitad de la población sea homosexual tenga algún sentido negativo, que no lo tiene, sino por creer que esa tontería sea un plan estratégico de la UNESCO. La Curia debe de creer que la UNESCO y el conjunto del sistema de la Naciones Unidas son como los protocolos de los sabios de Sión. Saben tanto de la UNESCO como Palinuro del smorrebrod.

El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, sostiene que la violencia doméstica se da menos en los matrimonios canónicos que en las parejas de hecho. Se ha echado encima a toda la izquierda, con o sin cargo público, diciendo que falsea los datos, que no sabe de lo que habla y que las cosas no son así. Pero sí, son así. En términos estadísticos relativos hay más violencia en las parejas de hecho que en los matrimonios canónicos. La falacia del obispo no está en los números, sino en la cosa. Y la izquierda no sabe verlo, lo que habla mucho sobre una izquierda incapaz de contestar a monseñor Reig que la misma institución del matrimonio canónico es violencia y que sea consentida por la parte subalterna (la esposa/madre) no la hace menos violencia. Si se toma esto en cuenta el matrimonio canónico es infinitamente más violento que las parejas de hecho, que son libres e iguales.

El arzobispo secretario de la Congregación para el clero, Celso Morga, dice que la culpa de la pederastia en la Iglesia la tiene la sociedad, o sea, el siglo. No sé cómo van a conseguir los curas que los feligreses aprendan a combatir a los tres enemigos del alma, el mundo, el demonio y la carne cuando ellos mismos han sucumbido ya a los tres y, de colofón, añaden la hipocresía.

La última enseñanza de la Iglesia en su conjunto, jerarquía y organizaciones católicas de movilización, va dirigida a Zapatero: subir el estipendio a la Iglesia en la declaración de la renta, dejar en vigor el Concordato de 1953 y los Acuerdos de 1989, aplazar sine die la ley de libertad religiosa, mantener los símbolos religiosos católicos en los ámbitos públicos no le ha servido de nada. En la misa del pasado día 2 en pro de una familia católica que nadie amenaza, la Iglesia, ya se ha visto, pidió la reconquista y se despachó contra las políticas del gobierno, especialmente el aborto, el matrimonio homosexual y el derecho a una muerte digna.

Roma sigue sin pagar traidores.

(La imagen es una foto de cntvalladolid, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 3 de gener del 2011

La civilidad politica de Cascos.

Cascos, el hombre de quien Felipe González decía que razonaba con el apellido, motivo por el cual probablemente la otra lumbrera del PP, Esperanza Aguirre, lo considera un cerebro privilegiado, pide ahora civilidad política porque dice que lo han insultado, vejado, maltratado en su partido.

No entiendo el motivo por el que muchos políticos recurren a esta práctica de añadir el adjetivo "político" a determinados sustantivos salvo que quieran quitarles su significado. Parece como si cuando se dice de alguien que carece de "vergüenza política" no se estuviera llamándolo desvergonzado sin más; cuando de otro que no tiene "coraje" o "valor políticos" no se está llamándolo cobarde. Es decir en boca de los próceres el adjetivo "político" sirve para desnaturalizar el sustantivo calificado, incluso para negarlo. Y eso en el mejor de los casos. En el peor el uso del calificativo no sirve literalmente para nada porque no añade ni quita nada al sustantivo. ¿En qué varía "civilidad" porque se la califique de "política"? En nada. Aunque Cascos lo ignore no existe una civilidad política, como no existe la civilidad económica o la jurídica o la literaria. Hay civilidad o no y eso es todo. Nuestro hombre, por tanto, pide que lo traten con civilidad. Es lógico: a nadie gusta que lo traten con incivilidad porque todos tenemos nuestro orgullo y nuestro sentido de la dignidad.

Pero, ¿puede Cascos pedir civilidad a los demás? En sus años de secretario general de un PP en la oposición, igual que en los que estuvo como vicepresidente del Gobierno y ministro de Fomento, Cascos fue un broncas, una máquina de insultar, agredir y vituperar a todos los que no se plegaban a las directrices de su jefe Aznar, de quien era fiel servidor. En sus años de vida pública no dejó de actuar como un jayán tabernario arremetiendo contra los órganos del Estado de derecho o presionando a los tribunales. Es célebre su barbaridad dirigida al Tribunal Supremo con motivo del proceso de los GAL cuando lo amenazó con que se desprestigiaría si no fallaba de acuerdo con "el veredicto de la opinión pública" (El País, 29 de septiembre de 1995). En román paladino y por si hiciera falta: si no fallaba de acuerdo con lo que él quería.

El mismo Cascos que sostenía en sede parlamentaria en febrero de 1998 que la etapa del gobierno socialista había sido una época de "anormalidad democrática". El mismo que decía que los GAL eran "terrorismo de bodeguiya" (El Mundo, 30 de septiembre de 1996), acusando así directamente al presidente del Gobierno socialista no ya sólo de ser el famoso Mr. X, (en lo cual coincidía entonces con su aliado Anguita y ahora con los seguidores de éste, que lo repiten siempre que pueden) sino de ser "el abecedario completo" (Diario 16, 6 de agosto de 1995).

Reclama ahora para sí "civilidad política" un hombre que calumniaba a diestro y siniestro. Igual que Cospedal acostumbra a calumniar al Gobierno socialista acusándolo sin prueba alguna de haber montado un "Estado policial", Álvarez Cascos decía del general de la Guardia Civil Rodríguez Galindo que tenía "grabados a todos los ministros del Interior" (Diario 16, 30 de septiembre de 1996). ¿Pruebas? Ni una. Es el mismo Cascos que decía del general Sáez de Santamaría cuando éste se mostró dispuesto a declarar sobre la guerra sucia de todos los gobiernos que carecía de "catadura moral" porque era un "estómago agradecido" (El Mundo, 27 de enero de 1996).

Pasado de la oposición al Gobierno, Cascos siguió insultando, agrediendo a sus adversarios, calumniándolos. Supongo que nadie habrá olvidado aquella sucia (y falsa) campaña que orquestó el primer gobierno de Aznar -y repitió Cascos por toda la geografía nacional- de que los socialistas habían perdonado trapaceramente 200.000 millones de pesetas en Hacienda a los amiguetes (El País, 30 de enero de 1997). Ni uno de ellos pidió jamás perdón por esta y muchas otras afrentas. Cuando aquel gobierno de Aznar se embarcó en la aventura de intentar amordazar PRISA y encarcelar a Polanco y Cebrián en base a una acusación falsa tramitada por un juez prevaricador, Cascos llegó a decir algo tremendo, algo que lo retrata. Según Ernesto Ekaizer, que lo dijo entonces un par de veces por la radio, esto: "Polanco no puede ganar. Y si, para que no gane, hay que cambiar las leyes, se cambian las leyes". Debe recordarse esta barbaridad, como la del supremo, como tantas otras para que no se olvide qué tipo de gente ha llegado a gobernar este país y pretende volver a hacerlo.

Podría seguir acumulando ejemplos de la "civilidad política" que Cascos se gasta con sus adversarios pero, como muestras las anteriores serán suficientes para que todo el mundo entienda porqué Miquel Roca hablaba de "comportamientos fascistoides" (El País, 11 de septiembre de 1995), refiriéndose al "general secretario" y El País llegó a llamarlo "nazi" (El País, 5 de febrero de 1997).

Conste que Palinuro es partidario de que se trate con civilidad a un supuesto fascistoide y nazi. Pero sin olvidar de quién se está hablando. En concreto de alguien a quien Josep Borrell retrató a la perfección al decir que: "estamos hartos del insulto y de la actitud mezquina del matón de barrio que sólo sabe gargarizar con palabras gruesas porque le falta la inteligencia de la razón" (El País 16 de abril de 1998).

(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 2 de gener del 2011

Ya está armada.

El triunfalismo de Rajoy hace unos días, dando por descontada su victoria en las elecciones de 2012 se presentara quien se presentara suena hoy realmente temerario y un poco ridículo; una tartarinada. Aparecía Rajoy como un general victorioso al frente de un ejército unido y he aquí que se le subleva parte del generalato. Porque Álvarez-Cascos no es un quidam sino un ungido de los dioses, como su mismo jefe, secretario general del PP, vicepresidente del Gobierno y ministro de Fomento. Si, con este enfrentamiento que acaba de estallar a Rajoy en las manos, se pasa a peores, es posible que el actual presidente del PP no llegue a las elecciones. Según lo que suceda.

En Asturias hay una típica pelea de intereses y lealtades personales. Puro fulanismo. Lo cual es legítimo, desde luego. Ya dicen algunas feministas (aunque desde otro ángulo) que lo personal es político. En el PP de Asturias hasta la exasperación. Se nota en la frecuencia con que los dos bandos hablan del servicio al Partido (con mayúscula), de los intereses del Partido, como si el Partido fuera una especie de entidad mística distinta de la suma de sus miembros, que es lo que la acrisolada teoría neoliberal quiere. Basta recordar a la señora Thatcher zanjando la cuestión con un rotundo ¡la sociedad no existe!; existen los individuos, las familias, pero ¿la sociedad? Eso es, muy bien ¿el Partido?

A simple vista y por tratarse de la derecha (o el "centro-derecha", como se llaman a sí mismos los sectores más integristas del PP), la derecha de toda la vida, la de Trento, la Santa Alianza, el nacionalcatolicismo y la familia como Dios manda, la que sabe que eso del neoliberalismo es más cosa de atrezzo que de fondo, la invocación al Partido es un trasunto a la de la Patria. La Patria es el Partido y el Partido es la Patria. Suena un poco a bolchevique pero es doctrina de la derecha militante moderna que quiere actuar unida, en una sola organización que, a diferencia de la bolchevique, más que de vanguardia es de retaguardia. Pero organización única, nada de escisiones, mando en plaza.

Con todo la trifulca política viene rugiendo en el seno del PP, como el rumor en lo profundo del volcán, desde los tiempos de María San Gil en los que ya se dibujaron dos sectores que pueden calificarse de "ultras" y "moderados" con tantas salvedades que a veces la tipificación parece un chiste. El antagonismo existía pero la conciencia de la necesidad de la unidad de acción de la derecha prevalecía. Las dos opciones, "almas", sensibilidades del PP han estado conviviendo con cierta incomodidad y también creando sus respectivas redes de lealtades en el partido, moviendo influencias, en preparación de algún tipo de conflicto.

Con el órdago de Álvarez Cascos, quizá consultado previamente con Aguirre, quién sabe si con Aznar, se da la señal de comienzo de las hostilidades entre los dos bandos. El resultado obviamente está abierto y depende de muchas cosas, entre otras el impacto que cause en un partido dividido la posible apertura de la vista oral del caso Gürtel que pesa sobre la conciencia del PP como la culpa en la de Raskolnikoff. Dicen que no les afecta pero ¿cómo no va a afectarles estar bajo sospecha de latrocinio a mansalva, que donde quiera que vayan les digan que se paguen unos trajes o unos décimos de lotería?

Ahora está en el PP todo mucho más abierto que cuando Rajoy vendió la piel del oso antes de cazarlo. No obstante, hay una cuestión en la baja vociferada de Álvarez-Cascos, siempre tan vehemente, que pone la querella en un punto muy difícil: el abandono del Partido es el abandono de la Patria, algo con lo que se puede amenazar pero no se debe hacer porque lo peor que puede pasarle a un político, especialmente de la derecha, es que lo acusen de falta de patriotismo. La derecha es patriota como el cuervo es negro. Lo que sucede es que Álvarez Cascos debe de pensar que las amenazas no son creíbles si no se cumplen; sin reparar en que, si se cumplen, dejan de ser amenazas. Tampoco hay que pedir mucho a esta gente tan temperamental.

Pero peor y más grave es, además de marcharse de la Patria, amenazar con fundar otra, otro partido, proyecto que rompe limpiamente la convicción de la prevalencia de la unidad de la derecha. La ruptura del Partido, la de la Patria convierte al rebelde no ya en "poco patriota" sino en "antipatriota", un estigma definitivo.

Esto de escindirse no es propio de la derecha. Se da en el ámbito nacionalista, pero nada más. Las derechas son siempre unitarias. Es la izquierda la que lleva una historia de tanta escisión, separación, exclusión que pareciera una característica de la idea. Un partido casquista sería de ámbito autonómico asturiano y no favorecería las expectativas electorales de la derecha en el Principado. Pero cuando se trata de los principios, los Principados cuentan poco. ¿Por qué no va a ser el plante de Álvarez Cascos el comienzo de una operación de los sectores más ultras del Partido para desplazar a Rajoy por blando, indeciso y poco de fiar por un valor seguro, contundente, agresiva y oro de ley de la doctrina neoliberal?

(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 1 de gener del 2011

Los discursos del poder.

Mientras en España el Jefe del Estado se dirige a la ciudadanía en la Noche de Paz, Noche de Amor, al ladito del portal de Belén, en otros lugares de la vieja Europa el momento de la doctrina se reserva para la noche de San Silvestre, que es más laico y menos mojigato. Es verdad que sobre los otros países europeos no pesa la memoria de la costumbre franquista de hablar a los españoles todos en aquesa noche de villancicos. Tampoco está tan mal porque así los partidos pasan luego el día de Navidad, más pagano, tirándose mutuamente a la cabeza las palabras del rey, que tampoco harán mucho daño porque suelen ser bastante hueras.

Hasta el Papa, que tiene su momento estelar también con la Natividad del Niño Dios propiamente dicha, no desaprovecha la ocasión de mostrarse de nuevo a los creyentes al llegar la fiesta de fin de año. Vieja costumbre de la Iglesia de poner una vela al de arriba y otra al de abajo. El pretexto de la aparición de este año ha sido el final del año jacobeo como podía haber sido el centenario de la muerte de un mártir del Japón. Aunque, por ser año jacobeo, la regañina ha vuelto a tocarnos a los hispanos, que tenemos que actuar como portaaviones de la fe para las fortalecer las raíces cristianas de Europa, aparte naturalmente, de tener las propias como saludables boniatos. Sí señor, España en defensa de la Cristiandad de la que es adelantada. No era para menos, cuenta habida de que un día antes, el 30 de diciembre, el mismo Papa, mediante carta apostólica, ordena poner en orden las finanzas vaticanas para sacar a Roma de la sospecha de ser un paraíso fiscal en Europa. Uno más. Como se ve, la Carta del Papa califica de errores los comportamientos bancarios y financieros vaticanos y que están siendo investigados por la justicia italiana. Errores como los pecados de pederastia a lo largo del tiempo. La Iglesia es una institución humana, demasiado humana.

Los otros discursos más notorios, al menos para Palinuro, son los de Merkel y Sarkozy. También son importantes los de Cameron y Berlusconi, pero estos dos hablan de cosas marginales a la cuestión europea: Cameron de lo mal que seguirán pasándolo los britanicos si quieren recuperar el terreno perdido y Berlusconi de sí mismo. Merkel y Sarkozy coinciden en la defensa del euro. Los dos vienen a decir que, si se acaba el euro, se acaba Europa. No el continente, claro, sino la idea de Europa, la Unión Europea, lo cual bien puede ser cierto. Lo que sucede es que la salvación del euro tampoco garantiza la de la Unión, como se está viendo ahora mismo con una moneda que no puede defenderse porque nadie manda en ella salvo unas abstractas reglas del mercado quer son, por definición, ciegas a todo lo que no sea la valoración del capital.

Así que esos discursos, con toda su buena intención, contribuyen a añadir leña al fuego porque lo que más muestra la debilidad del euro es que hayan de salir los gobernantes a defenderlo. ¿Es imaginable que la reina de Inglaterra o el presidente de los Estados Unidos salgan la noche de San Silvestre a señalar la importancia de la solidez del dólar o la libra esterlina? La moneda tiene un gran valor político. Es más, su valor económico depende del político que, en último término, es militar. La guerra mundial hoy es económica y la moneda simboliza el poderío bélico de cada cual. Una de las versiones sobre la guerra del Irak es que ésta se desencadena cuando Sadam decide recomendar al cártel del petróleo que la moneda de referencia deje de ser el dólar y sea el euro. Adiós, Sadam.

El valor político del euro es inexistente por falta de unidad, de mando único, obviamente. De Europa se dice hoy lo que se decía de Alemania cuando la partición, que era un "gigante económico y un enano político".

Son discursos del poder; de un poder impotente.

(La imagen es un cuadro de Mabuse titulado El Consejo Supremo y pintado hacia fines del siglo XVI).