dimecres, 7 de gener del 2009

Echando una manita.

Aparte del deseo de poner la zancadilla al señor Rajoy para que se partiera los morros, por decirlo de un modo familiar ¿alguien entendió alguna vez cuál era la discrepancia concreta de los señores Mayor Oreja y San Gil frente a la dirección del partido? ¿En qué diferían? ¿Qué aspectos específicos de táctica y/o estrategia los enfrentaban? Nunca se supo. Se mencionaron difusamente unos "principios" y "valores" (recurso muy socorrido de quienes carecen de ellos o no saben en qué consisten) y se insinuó, contra toda evidencia, que el señor Rajoy pretendía contemporizar con el nacionalismo vasco. Es decir, nadie aclaró nunca las razones del enfrentamiento entre el dúo dinámico Mayor Oreja/San Gil y el señor Rajoy probablemente porque no las había, fuera del deseo del sector más raccionario del PPde seguir monopolizando el partido. Lo cual explica este resultado tan curioso del rifirrafe a cuenta de los principios: el señor Mayor Oreja confirmado en su importante puesto de mando europeo y la señora San Gil voluntariamente apartada de la política y libre para valorar la lealtad de su mentor.

Todos hemos interpretado el nombramiento del señor Mayor Oreja como una claudicación del señor Rajoy frente al conglomerado neocón de la FAES y la división azul. Ahora, el rescate de la señora San Gil de las tinieblas exteriores para colaborar con ese centro de luminarias de la derecha sans souci parece abonar la tesis de que lo más retrógrado del PP quiere seguir acosando al señor Rajoy a quien, y nunca mejor dicho, le crecen los enanos.

Está claro que el fichaje no tiene justificación alguna (la señora San Gil no es experta en nada, que se sepa, ni atesora conocimientos o méritos intelectuales que la hagan codiciable para una fundación de ideas) salvo la de seguir acosando al señor Rajoy. Segunda edición, pues, del plante del dúo dinámico en los pasados meses de abril y mayo.

A propósito, esto demuestra también qué ingenuos somos los analistas políticos españoles. Porque ¿quién nos ha dicho que el objetivo del señor Mayor Oreja al frente de la lista del PP en las próximas elecciones europeas sea ganarlas y no perderlas?

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 6 de gener del 2009

¿Es Israel una democracia?

Sí, sin duda. Hay elecciones periódicas y libres, con multiplicidad de partidos, y gobierna siempre una representación de la mayoría. Las decisiones de gobierno están pues respaldadas por la mayoría. ¿Se sigue de aquí que, por ser una democracia, Israel puede llevar la política exterior que le plazca, por ejemplo, una de agresión? Está claro que no. La democracia legitima la acción interior de Gobierno, pero no la exterior, ya que ésta afecta a terceras personas que no han elegido representantes en los órganos de decisión de Israel. Esa acción exterior habrá de legitimarse a través de las normas y usos del derecho internacional que rige entre naciones civilizadas.

No es difícil entender que en un Estado democrático pueda darse una mayoría a favor de una política exterior agresiva, de ocupación, de confiscación, incluso de exterminio. Basta con que la mayoría crea que esa política le es beneficiosa y no considere que haya razones morales para rechazarla. En el fondo es una versión del conocido problema de la tiranía de la mayoría que suele considerarse en sus aspectos internos pero no en los externos. En estos sólo cabe contrarrestar la tiranía de la mayoría mediante decisiones vinculantes de organismos internacionales que el Estado agresor se vea obligado a respetar. No es el caso de Israel que hasta la fecha ha ignorado todas las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que lo incomodaban y, gracias al apoyo incondicional de los Estados Unidos, ha bloqueado cualesquiera decisiones del Consejo de Seguridad que restringieran su política exterior.

A veces se escucha decir que , siendo Israel una democracia y muchos de los países musulmanes que se le oponen no, debemos apoyar al primero en contra de los segundos. Pero esto no es cierto necesariamente en política exterior. Estar a favor de la democracia no implica estar a favor de cualquier política exterior de la democracia. La política exterior ha de ser respetuosa con las normas y usos del derecho internacional civilizado y, desde luego, con los derechos humanos con independencia del tipo de régimen político que tengan los otros países. Podría argumentarse en favor de un derecho de injerencia en esos otros países en defensa precisamente de los derechos humanos de sus respectivas poblaciones, pero esa no puede ser nunca una decisión unilateral de un país sino una adoptada en un contexto multilateral y con acuerdo de algún organismo internacional legitimado para ello.

Hay quien dice que la política exterior israelí es de legítima defensa lo que justificaría que no se atuviera estrictamente a los criterios más arriba señalados aunque fuera deseable que lo hiciera. Pero eso tampoco es cierto ya que la política exterior de Israel ahora es inseparable de las consecuencias de una situación de guerra que ha prevalecido en los últimos cuarenta años en que, siendo Israel la potencia vencedora y ocupante, no puede esgrimir el argumento de legítima defensa que opera en cambio en el caso de sus víctimas.

Igualmente se dice que Israel tiene derecho a vivir en seguridad dentro de sus fronteras, pero eso tampoco es cierto sin más. En primer lugar Israel no está actualmente "dentro de sus fronteras" sino fuera de ellas y ocupando territorios. También puede decirse, por supuesto, que la ocupación de territorios está legitimada por el derecho de conquista en cuyo caso todo el debate sobra ya que se está en presencia del derecho del más fuerte en la guerra, lo cual es inaceptable. En segundo lugar, la actividad permanente de ocupación y asentamiento territoriales, de hostigamiento, de estrangulamiento y restricción arbitraria de las actividades económicas son actos de guerra que niegan la validez de aquel derecho a la seguridad. No se puede exigir derecho a la seguridad a quien se le niega esa misma seguridad.

También puede argumentarse que la política de Israel en los territorios ocupados y resto de Palestina no es estrictamente hablando "política exterior" ya que no afecta a otro Estado como sujeto de derecho internacional. Pero este argumento es aun peor porque si no es política exterior es política interior y, en tal caso, el comportamiento de Israel se ajusta todavía más al modelo de comportamiento delictivo tipificado por la Convención de las Naciones Unidas para la prevención y la sanción del delito de genocidio de 1946 como genocidio.

En resumen, Israel es una democracia cuya política exterior en relación con los palestinos es inaceptable por ser genocida.

(La imagen es una foto de seccad, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 5 de gener del 2009

El genocidio en Palestina. ¿Qué se puede hacer?

Desde luego manifestarse y seguir manifestándose hasta que nuestras autoridades encuentren el coraje perdido en algún oscuro lugar de su miedo cerval a desagradar a los Estados Unidos y a los grupos de presión sionistas y hagan alguna declaración medianamente digna. Porque parece mentira que no se les caiga la cara de vergüenza por las abyectas majaderías que protagonizan. ¿Qué pintaba ayer la señora vicepresidenta del Gobierno español en la India hablando muy seria de la "alianza de civilizaciones" mientras los sionistas israelíes masacran palestinos? ¿Es que está en Babia esta respetable señora o es que Palestina y los palestinos le importan tan poco que no los tiene en cuenta? ¿Piensa el señor Rodríguez Zapatero seguir hablando de la consabida "alianza" sin haber dicho aún esta boca es mía respecto al genocidio de Gaza?

Lo mismo sucede con esa ridícula delegación de la Unión Europea en El Cairo compuesta por la comisaria (in)competente y los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Suecia y la República Checa (esos que dicen que el ataque israelí en Gaza es "defensivo", que ya hace falta carecer de escrúpulos) a la que, al parecer se sumará hoy el aerodinámico señor Sarkozy que cada vez se parece más a supermicky mouse y viene a obtener parejos resultados. Según dicen van a mediar pero no tienen previsto entrevistarse con nadie de Hamás. Van a hacerlo con los criminales israelíes y sus serviles criados de Al Fatah, pero no con los bombardeados, los que mueren, los que se desangran en los hospitales sin medios porque esos, ya se sabe, pertenecen a una "organización terrorista". Cada vez me quedo más asombrado de cómo hemos podido llegar a este grado de encanallamiento moral que ni las más flagrantes injusticias nos conmueven.

De los Estados Unidos ya ni hablo. Esos son responsables directos del genocidio porque alientan, arman y empujan a los israelíes y, encima, culpan a los palestinos de la desgracia que se abate sobre ellos. Es lo que hace el presunto criminal de guerra, señor Bush, en una muestra perfecta no sólo de estupidez sino de inmoralidad.

Aparte de manifestarnos, cada cual puede intentar hacer algo en su respectivo campo. En la Universidad, por ejemplo, podemos iniciar una campaña para pedir el boicot de Israel en tanto siga practicando el genocidio de palestinos y la política del Apartheid. Ayer recibí un texto de una Asociación de Profesores Universitarios de Gaza pidiéndonos que decretemos ese boicot, cosa que me parece bien. He subido el documento a Google docs. Quien quiera verlo, que pinche aquí.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).


Actualización a las 14:00 del lunes, 5 de enero de 2009.

Diez días después del comienzo de la masacre fríamente planificada y sistemáticamente realizada por Israel en Gaza, el señor Rodríguez Zapatero ha comparecido para decir que Desde la amistad con el gobierno de Israel, tengo que decir a sus responsables que éste no será el camino que lleve a la paz y a la seguridad de su pueblo, un lenguaje de trapo y bastante hipócrita que contrasta con las duras condenas sin paliativos que profiere cuando se trata de hablar de otros terrorismos y otros genocidios. Pero, en fin, menos da una piedra. Los otros dirigentes occidentales siguen callados, por ejemplo, el señor Obama, o si hablan es para jalear a Israel y acusar a los palestinos, como hace esa desgracia del género humano que se llama George W. Bush.

Creo útil señalar que, a estas alturas, los buenos propósitos formulados por el señor Rodríguez Zapatero de "lograr la paz mediante la existencia de dos estados con fronteras 'justas' y el respeto a Naciones Unidas" están ya lamentablemente desfasadosy demuestran que los asesores del presidente viven en la luna o son sionistas más o menos encubiertos. Después de la sistemática rapiña de territorios realizada por Israel, consagrada por los asentamientos judíos y protegida por ese infame muro, la reivindicación justa ya no es la de dos Estados independientes en Palestina sino la de un solo Estado en el que convivan israelíes y palestinos en democracia, libertad y mutuo respeto.

La autonomía del líder.

Acosado por los sectores más carcundas de su partido, hostigado desde la frontera radiofónica episcopal, baqueteado por lo más retrógrado del columnismo patrio, el señor Rajoy ha dado un puñetazo sobre la mesa y, mostrando su gran independencia de espíritu, ha confirmado al candidato de la reacción, señor Mayor Oreja, como cabeza de lista del PP para las próximas elecciones europeas. De paso ha dejado de nuevo en desairada situación a su fiel escudero, eterno aspirante a más altos designios, el señor Ruiz Gallardón, vara mayor del Reino.

Triste sino el de este dirigente dirigido, lider perpetuamente liderado, que comprobará una vez más en propias carnes el magro negocio que hacen siempre los pusilánimes. Porque si el PP sale airoso de tales elecciones, el mérito será del inefable candidato, y si aquel sucumbe ante el PSOE y queda segundo en la convocatoria, la responsabilidad y culpa exclusivas serán suyas y sólo suyas. Y que se prepare entonces, cuando las aguerridas huestes de ultraliberales de FET y de las JONS tratarán de echarlo por inútil.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Genealogía de los intelectuales.

Este libro de González Seara (La aventura del intelectual antiguo, CIS, Madrid, 2008, 383 págs.) es una original aportación al estudio de esa figura del intelectual que tanto interesa, en especial a los intelectuales. Habitualmente los estudios sobre este tipo humano arrancan del célebre J'accuse! de Zola y se mueven luego por los terrenos de las vanguardias y las relaciones entre los intelectuales y el compromiso político, los intelectuales como legitimadores del poder o críticos de éste, los intelectuales como conciencia moral de la colectividad, etc. O bien consumen páginas y páginas tratando de formular una definición y alguna clsificación de este fenómeno esencialmente proteico e inclasificable. Como si esta función fuera algo exclusivo de los siglos XIX y XX. González Seara rompe con esa costumbre y, en un estudio minucioso y muy bien documentado, un magnífico ejemplo de eso que se llama la "historia de la cultura", ha ido a buscar los orígenes de la figura del intelectual a la noche de los tiempos, pues lo situa en el paleolítico a través de sus testimonios en las pinturas rupestres de Altamira o Lascaux.

Los hombres de las cuevas son cazadores que se convierten en hombres y no hombres que se ponen a cazar. El lenguaje y la caza presiden el proceso de hominización y, echando mano de los trabajos de Herbert Read que sostiene que el arte es un elemento esencial en el desarrollo de la conciencia humana (p. 36), deduce que esas pinturas rupestres son una buena prueba del ingenio humano, la tercera forma del ingenio en la clasificación de Huarte de San Juan, esto es, el "ingenio superior acompañado de demencia" (pp. 30/31). Las cuevas prueban ya la existencia de los primeros profesionales, magos artistas que, junto al mago médico, quizá sean los hombres especializados originarios (p. 43). El arte del neolítico abre el camino a la escritura (p. 45). Los símbolos llevan ya a las formas superiores de religión y las conquistas de la ciencia (p. 46). Luego del cazador y el chamán llegan el forjador y el alfarero como las formas siguientes de especialistas (p. 57). Con la revolución urbana aparecen las clases, los caudillos, los reyes, las bases mismas del escritor, quien controla la palabra escrita (p. 61).

Avanzada algo más la civilización el escriba es el antecedente del intelectual (p. 71). El primer ejemplar de la clase ociosa es el sacerdote, una profesión distinta a la del profeta que es un tipo más ocasional y carismático (p. 74). Los sacerdotes y los escribas son los primeros intelectuales de lo que Marx llamará el "modo de producción asiático" y Seara hace buen uso de la clásica obra de Wittfogel sobre esta materia. En Egipto el faraón es dios; en Mesopotamia no, pero la institución procede del cielo y en Israel es el pueblo el primer responsable de la monarquía cuando pide un Rey y Samuel unge a Saúl (p. 90). En las culturas del Cercano Oriente aparece una clase de sacerdote y escriba que monopoliza la escritura y establece las bases del sistema dominante. Mientras en Mesopotamia no hubo profetas que cumplieran funciones críticas o revolucionarias y en Egipto sí aparecieron algunos sabios que cuestionaron el orden existente, la función profética fue esencial en Israel y también en el mundo griego, desde Delfos a Eleusis (p. 108). Sin embargo son los sacerdotes y los escribas los que tienen verdadera importancia porque son las figuras de una función duradera, permanente, fundamental en Israel, por ejemplo, en la interpretación de la Torah. La clase se divide en dos grandes sectores, el de los conservadores (saduceos) y el de los innovadores (fariseos) (pp. 123/125), quedando en un lugar más indeterminado el de los esenios, de los que habla Filón de Alejandría, quien constituye el enlace entre la filosofía griega y la doctrina revelada judía p. 133).

Me resulta de especial interés el capítulo dedicado al brahmán y el mandarín, las figuras más orientales de los intelectuales que el autor acierta a exponer en el abigarrado contexto cultural y filosófico de la India y la China. Ya en sus orígenes védicos en la India el Rey aparece siempre acompañado de un consejero, el Purohita, un sacerdote, especie de protointelectual. Las Leyes de Manú que imponen los más horribles castigos para quienes osen ofender en lo más mínimo al brahmán ordenan que cada Rey tenga su Purohita (p. 157). Recoge y expone el autor la idea de Karl Jaspers acerca del tiempo-eje, como ese feliz periodo en la historia de la humanidad (entre el 800 y el 200 a.d.C.) en el que florece el más importante plantel de grandes hombres y fundadores de religiones de la humanidad. La figura más importante en China es la de Confucio, padre de la concepción de la administración encomendada a los letrados (p. 161), seguido de su discípulo Mencio, cuya idea antropológica positiva contrasta con la negativa de Hun-tsé, llamado "el Hobbes chino" (p. 167). Otras escuelas se refieren al pacifismo conservador de Mo Tse o Mo Ti y el taoísmo de Lao Tsé (p. 172). En todo caso, la figura del intelectual chino, prevalezca quien prevalezca, queda simbolizada en la del mandarín (p. 175). En el caso de la India, la primitiva supremacía de los brahmines se consagra con las Brahmanas, comentarios sacerdotales a los Vedas que culminan en los Upanishads que constituyen la expresión de la crisis espiritual de los sacerdotes brahmínicos al combinar la magia con la mitología y las interpretaciones rituales con las enseñanzas sobre la unidad entre el alma individual y la realidad espiritual universal que constituye el descubrimiento fundamental del Vedanta anterior a Buda, cuya culminación se daría mucho después en la obra de Samkara, un filósofo del siglo IX d.d.C (p. 179). Por su lado Buda, un iluminado chatriya de formación védica, se opone a los principios brahmánicos, niega la existencia del brahmán, el atmán del Vedanta y la práctica de los sacrificios. Su doctrina es la de las cuatro nobles verdades mediante las que se alcanza el nirvana en el "camino medio" de las ocho vías (p. 184), doctrina de predicación a través de monjes, sea en la forma de pequeño vehículo (hinayana), gran vehículo (mahayana) o la del Zen en el Japón (p. 196). En Samkara cristaliza la restauración brahmánica que une la doctrina samkhya con la idea mística de la identidad con Brahma lo que permite absorber el budismo mahayana en la nueva religiosidad hindú, cosa que ya venía facilitada por la síntesis anterior del Baghavad Gita (p. 214).

Los dos últimos capítulos están dedicados a las formas de los intelectuales en la antigua Grecia que el autor analiza en una proyección de índole cronológica, aplicándole una especie de creencia en el progreso del espíritu humano, cosa que cristalizaría en la sucesiva preeminencia de los poetas, los sofistas, los filósofos y los científicos. En la figura de estos últimos, cuyo ejemplo inmortal es Aristóteles, culmina la genealogia del intelectual antiguo.

La democracia ateniense no llega sin lucha y es muy significativa la que mantienen las fuerzas burguesas ascendentes en la polis con los representantes del viejo espíritu aristocrático, cuyos exponentes más preclaros son poetas como Teognis y Píndaro, ambos cantores de la antigua areté aristocrática (p. 260). Hay una evolución y modulación de la poesía en su manifestación social más característica del mundo griego que es el teatro. El drama de Sófocles y la escultura de Fidias, son la expresión de las virtudes de la nueva polís, la de la "templanza" o sofrosine (p. 265). En el proceso de evolución progresiva que durante muchos años se consideró ajena al mundo conceptual griego, los nuevos intelectuales continuadores de los poetas son los sofistas, al menos la primera sofística (cuya alta valoración por Hegel suscribe el autor) frente a las exageraciones y amaneramientos de la segunda (p. 284). Ese progreso es el reflejo del de la creencia en el de la humanidad que se encuentra en Jenófanes, Demócrito o el Prometeo de Esquilo (p. 293).

Por último con Sócrates, símbolo de la nueva intelectualidad que los conservadores quieren ahogar, se cierra el primer periplo de la intelectualidad sofista para dar paso a la de la Academia y otras escuelas (p. 313). Sócrates, según la obra clásica de Nestlé, es a la vez la superación y la culminación de la sofística. Es el momento de proliferación de las escuelas filosóficas y los filósofos que, como harán siempre los intelectuales, oscilan entre quienes se ponen de moda como especies de bufones de las cortes, al estilo de Aristipo en la corte de Dionisio y quienes se apartan por entero de los ambientes cortesanos, como Antístenes y el cinismo (p. 335). Platón, un hombre para el que la política era el fundamento de la vida espiritual (aunque sus relaciones con ella fueran muy accidentadas), es el representante del nuevo espíritu filosófico, posterior a la sofística (p. 340). Seara aborda en la huella de Popper la idea platónica del Estado perfecto como aquel que excluye toda posibilidad de cambio en el culmen de la "sociedad cerrada" popperiana. Esa condena del cambio culmina en Las leyes en donde éste queda proscrito en aras de los intereses superiores del Estado. No obstante hay en Platón una gradación que viene impuesta por la amarga experiencia de las cosas. Después del mundo ideal de La República, aborda el problema de los gobiernos imperfectos en El político y en Las leyes, vista la naturaleza humana, acaba admitiendo que el Estado se asiente sobre el derecho, que fundamenta el dominio del hilo de oro de la ley (p. 353). Lo cual da paso a Aristóteles, con cuya consideración cierra el autor este gran periplo de la genealogía de los intelectuales. Analiza la contraposición entre Platón y Aristóteles a la luz del fresco rafaelista de las estancias vaticanas, La escuela de Atenas (357) y coincide con una opinión muy generalizada que ve en el estagirita la primera personificación del pensamiento científico como llegará hasta nosotros (p. 371).

La obra de González Seara es un vasto cuadro clarificador de la evolución y distintas manifestaciones históricas de ese fenómeno tan difícil de precisar pero tan importante de la presencia de los intelectuales en la historia humana. Y una lección magistral de historia del espíritu.

diumenge, 4 de gener del 2009

Sigue el genocidio.

Han entrado por la noche, como los ladrones. A sangre y fuego, como los bárbaros. Lo han hecho en sábado, en contra del mandato de su propio Dios que ordena no hacer nada el sábado, sin que la prohibición excluya el genocidio. Lo llaman guerra con la misma razón con que pueden llamarlo poesía porque, para que haya guerra, son precisos dos contendientes con alguna posibilidad de comparación en efectivos militares, aunque sea remota. Es una masacre sistemática, metódica, formidable contra una población civil inerme defendida por una organización de milicianos pertrechados con armas ligeras inútiles en la oscuridad de la noche que no es tal para el ejército invasor cuyos soldados llevan visión nocturna. Contra una población civil, pues, que ya sólo puede defenderse con palabras, con amenazas como las que estuvieron profiriendo ayer los portavoces de Hamás. Ya no son piedras contra tanques, como en la intifada, sino palabras contra tanques. Es una invasión armada de un territorio al que el invasor tenía cercado, aislado, asediado, hambriento, extenuado desde hace meses y sometido a bombardeo desde hace una semana.

Esta barbarie, esta obra de exterminio, este odioso abuso se hace con el apoyo económico y militar de los Estados Unidos cuyo presidente, un presunto criminal de guerra, culpa de la matanza a las víctimas. Se hace también con el beneplácito de los países democráticos, entre ellos el nuestro, ninguno de los cuales ha tenido el mínimo gesto de decencia de protestar cuando menos por la matanza. Al contrario, el país presidente de la Unión Europea, la República Checa, ha dicho en declaración oficial que la acción de Israel es defensiva justificando lo injustificable en nombre de unos pueblos cuya opinión pública se manifestaba ayer en las calles en contra de la matanza. Nadie más defiende a los palestinos, ni siquiera los países árabes que oscilan entre la indiferencia y la complicidad.

Las comparaciones que asimilaban el comportamiento israelí al de los nazis se han quedado obsoletas y cortas porque los nazis jamás entraron a sangre y fuego en ninguno de sus campos de concentración como hizo ayer Israel en Gaza. Los dirigentes judíos han abandonado ya todo disimulo, se han quitado el disfraz, la máscara con la que llevan más de cuarenta años torpedeando, boicoteando cualquier arreglo pacífico y justo que permita la supervivencia de Palestina. Esta invasión es el comienzo de la solución final sionista: el exterminio de los palestinos. Algo que los occidentales hemos amparado, alentado, propiciado y, últimamente, hemos justificado por boca de ese presidente checo de la UE que no sé a quién representa porque a mí, desde luego, no.

La única defensa de los palestinos somos los pueblos de los países occidentales y bien magra es dado que, aunque nos movilicemos en la calle, estamos muy lejos de conseguir que nuestros gobiernos hagan lo único que es eficaz frente a Israel: obligarlo por la violencia a detener la masacre. Porque la violencia está justificada aquí por la legítima defensa en nombre de un pueblo que no puede ni defenderse. Menos frente a la aplastante superioridad militar israelí y muchísimo menos frente a la estadounidense que es beligerante en el conflicto.

No creo que sea posible encontrar caso alguno en la historia que pueda semejarse a este acto inicuo de genocidio.


(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

La nación demediada.

La convocatoria de elecciones autonómicas vascas para el próximo 1º de marzo en coincidencia con las gallegas prueba el nulo respeto del PNV y el presidente Ibarretxe hacia los intereses de uno de los miembros de esa organización Galeuzca de la que tan orgullosos dicen sentirse. Y es prueba asimismo de que el nacionalismo vasco es el más oportunista, de regate corto, el más regionalista de todos los de la Península, a pesar de sus vociferantes protestas de soberanismo, derecho a decidir y peculiaridad vasca. Si cree que puede rebañar unos votos jugando en clave de política española con una artimaña de este jaez, lo hace sin dudarlo. El derecho a decidir del pueblo vasco se reduce al derecho a decidir del señor Ibarretxe, un pollo que ya intentó engañar a cuarenta millones de personas colando un referéndum independentista como si fuera una consultilla parroquial y que ahora recurre a un ardid de tercera regional a ver si lo beneficia.

No hay grandes dudas acerca de la motivación del gobierno vasco al buscar una coincidencia que tanto rebaja su simbología nacionalista y tan alto coste tiene en términos de imagen: cree que así debilitará a los partidos españolistas en Euskadi, singularmente al PSE/PSOE porque obligará a que los dirigentes nacionales se dividan entre las dos autonomías. Es un cálculo verdaderamente provinciano. Casi paleto, por utilizar un término que me parece detestable por la carga discriminatoria que tiene pero que el señor Ibarretxe se ha ganado por derecho propio. Porque sólo a un paleto se le ocurre pensar que el señor Zapatero o el señor Rajoy no puedan estar por la mañana en Puentedeume y por la tarde en Amorebieta y con más facilidad aun en las capitales de provincia.

Compárese este regate oportunista del señor Ibarretxe con el exquisito cuidado que el señor Pujol puso siempre en separar las elecciones autonómicas catalanas de cualquier otra consulta en España consciente como era de que el nacionalismo es, ante todo, una cuestión simbólica que es en el terreno de los símbolos en donde se gana o se pierde la partida. Se verá así la diferencia de categoría entre el nacionalismo catalán y el vasco. El catalán es un nacionalismo de la sociedad civil, burgués; el vasco, un nacionalismo de monaguillos y funcionarios.

Convocando las elecciones el 1º de marzo el señor Ibarretexe sale de perdedor. De hecho aquí ha empezado a perder las elecciones cuyo resultado puede depararnos el hito histórico de un triunfo socialista que demostraría dos cosas: 1ª) que es posible cohesionar territorialmente a España a pesar de las tendencias centrífugas del nacionalismo; 2ª) que el único que está en situación de hacer tal cosa es el PSOE. Es mucho lo que nos jugamos en esas elecciones y el intento del señor Ibarretxe de vender la singularidad nacional vasca por el plato de lentejas del manejo de los presupuestos así lo demuestra.

(La imagen es una foto de jkarteaga, bajo licencia de Creative Commons).

Caminar sin rumbo (XXXIII)

La frontera cerrada.

(Viene de una entrada anterior de Caminar sin rumbo (XXXII), titulada La tormenta.

Después de desayunar, habiendo remitido algo el temporal, mientras visitábamos los comercios de la Avenida de la Duquesa Victoria a fin de aprovisionar a Eugenio de lo imprescindible para mudarse un par de días percibimos una extraña efervescencia en la ciudad. Había corros de curiosos que se guarecían como podían del temporal mientras charlaban animadamente y una presencia notoria de policía nacional por las calles. Fue así como nos enteramos de que por la noche se habían dado varios intentos de cruzar en masa y al asalto por diversos puntos la valla metálica que aísla la ciudad de Marruecos. Al parecer había intervenido la fuerza pública a ambos lados de la frontera para rechazar a los asaltantes, varios cientos de africanos negros, de los que llaman en España subsaharianos. Según se decía hubo refriegas, disparos, con resultado de algún muerto y los puestos fronterizos cerrados. Volvimos al parador y propuse a Eugenio que nos acercáramos al puesto de la carretera de Farhana, para ver cómo estaban las cosas. La Guardia Civil había bloqueado el acceso antes de la frontera y no nos dejó pasar. El número que nos salió al paso no quiso o no pudo darnos explicaciones pero sí nos confirmó que la frontera estaba cerrada hasta nueva orden. Dimos media vuelta, de regreso al centro y pudimos ver grupos de musulmanes por el camino que también parecían alterados y como a la expectativa. Había bastante tensión y Eugenio parecía estar pasándolo en grande. Se paró a hablar con la gente en un par de ellos pero sólo obtuvo noticias más y más confusas. Pensé por mi parte que si el cierre de la frontera se prolongaba algunos días, la ciudad estaría bloqueada por entero. Aislada de la Península por el temporal y cortadas las comunicaciones con Marruecos a lo mejor tenía que cambiar de planes y renunciar a mi proyecto inicial.

Tenía y tengo algunos amigos en Melilla y decidí llamar a uno de ellos, un militar, presidente de una Asociación Cultural Melillense que era muy activa y que me había invitado en alguna ocasion a participar en actividades de debate y algún ciclo conmemorativo. El comandante Heriberto Lobo estaba en su despacho de la Asociación, ubicado en el Círculo Cultural de la ciudad y nos dijo que fuéramos a visitarlo al final de la mañana. Hicimos tiempo tratando de enterarnos de qué pudiera haber sucedido, mientras seguían pasando dotaciones de la policía, alguna ambulancia y coches de bomberos. El Telegrama de Melilla había hecho una tirada especial en la que se daba cuenta de los sucesos de la noche. Al parecer, hasta tres grupos de un par de cientos de africanos cada uno habían tratado de asaltar la verja armados con piedras y palos por tres puntos distintos al amparo de la tromba de agua. Probablemente era una acción concertada. Hubo enfrentamientos con la policía y la guardía civil de nuestro lado y con la policía marroquí del otro, disparos, dos muertos de momento y varias docenas de heridos, entre ellos un par de agentes españoles y algunos gendarmes, sin que se supiera cuántos. Encontramos un café con wi-fi y recogimos los últimos datos en la red que confirmaban las informaciones de El Telegrama y precisaban que la situación era complicada, no se descontaban nuevos asaltos la próxima noche ya que la valla había quedado dañada y, desde luego, la frontera estaba cerrada. El temporal comenzaba a aflojar pero no había servicio de ferry ni vuelos a la Península. Un bloqueo completo.

- ¿Ves? Esta ciudad es muy peculiar. Puedes tomarla como un enclave ejemplar para poner en marcha la llamada "alianza de las civilizaciones". La mitad de la población es musulmana y la otra mitad, cristiana. Una situación muy desequilibrada.

- ¿Por qué? Si hay mitad y mitad...

- Sí, pero ya sabes que los cristianos son mucho menos cristianos que los musulmanes musulmanes.

Al parecer no se le había ocurrido pero aseguró que la ciudad molaba un pegotón y que no se arrepentía de haber venido.

- Luego, si quieres, vamos a visitar la ciudadela, que tiene una fortaleza del siglo XVI ampliada y reforzada en los posteriores y seguro que te gustará.

Heriberto Lobo nos recibió a la hora convenida en pleno esplendor de sus funciones como el gran pope de la vida cultural ciudadana. Años atrás habíase hecho cargo de un Círculo Cultural Castrense, lo había rebautizado dejando caer el "castrense" y abriéndolo a la sociedad civil, se las ingenió para conseguir el apoyo económico de la Ciudad Autónoma que era el ente en que se había trasmutado el antiguo Ayuntamiento cuando la ola autonómica llegó a la plaza y ahora presidía una institución que pesaba mucho en la vida ciudadana. Era un hombre enteco, adusto, cetrino que, a pesar de su condición, casi nunca vestía de uniforme y gastaba unos trajes oscuros que combinaba con corbatas chillonas, como si quisiera contrastar con el aspecto algo sombrío de su semblante. Había estudiado Filosofía, tenía una genuina pasión por la cultura y, en el fondo, detestaba al ejército, si bien estaba embebido en un espíritu de disciplina y sentido del deber particularmente militares. Tenía una mirada escrutadora, era parco de expresión, muy observador y gastaba un sombrío sentido del humor que a veces no era bien entendido. Yo había trabado amistad con él a raíz de una invitación suya a dar una conferencia en un ciclo sobre el Mediterráneo. Me dijo que había leído un artículo mío sobre el asunto y que eso lo movió a invitarme. Congeniamos en aquella ocasión, la invitación se había repetido tres o cuatro veces más con diversos motivos pues siempre se daba alguno por mor de la gran actividad que desplegaba el círculo y acabamos intimando en el trato con una bienquerencia mutua que ahora se manifestaba de nuevo.

Le presenté a Eugenio, explicándole que era el hijo de un amigo pero sospecho que por su cabeza debió de pasar la idea de que Eugenio y yo pudiéramos tener algún otro tipo de relación, más íntima. Seguramente lo imaginó porque le hubiera gustado que fuera así sólo para dar pruebas de su talante avanzado y abierto. Saludó a mi acompañante y me preguntó cómo diablos se me pudo ocurrir venir a la ciudad en mitad de un temporal y con lo que estaba sucediendo en la frontera. Le expliqué que era una desgraciada coincidencia. Mi intención original, aunque tampoco muy firme, había sido pernoctar si acaso en la plaza y continuar luego viaje por Marruecos. Pero parecía que el destino estaba empeñado en torcer mis designios. En primer lugar se me había sumado Eugenio.

- Que aunque no te lo creas no estaba previsto inicialmente.- Aquí esbozó una sonrisa, como dándome a entender que no eran necesarias las explicaciones y que él no me preguntaba nada, lo cual me hizo sentirme incómodo. Heriberto estaba casado con una mujer que por lo menos le sacaba una cuarta y con la que tenía cinco hijos. Le gustaba exhibir convicciones avanzadas en asuntos de costumbres pero en su vida personal se atenía a un modelo moralizante y austero que valoraba la virilidad como superioridad sobre la mujer y un comportamiento caballeresco y jerárquico que contrastaba agudamente con opiniones casi libertarias en lo que no fueran sus asuntos personales y familiares.

Seguí explicándole que la tormenta se había presentado casi de improviso y respecto al conflicto en la frontera, ¿quién podría haberlo imaginado sólo veinticuatro horas antes?

- Pues mira, creo que te vas a divertir. Tenemos en marcha un ciclo sobre el ser de la Nación española que sabes que es tema querido en esta histórica plaza y no tengo la menor intención de interrumpirlo porque además está teniendo mucho éxito y para hoy por la tarde está prevista una conferencia de Augustín del Valle que llegó ayer antes que tú y anda por ahí de visita. Hablará sobre el Futuro de la Nación española. Si te interesa, bueno, si os interesa, estáis invitados. ¿Conoces a Del Valle?

- Personalmente no. Lo conozco de oídas y he leído algunas cosas suyas. La verdad, no soy muy aficionado a esos izquierdistas que se ha pasado a la derecha con grandes fuegos de artificio

Efectivamente Agustín del Valle era un publicista que había destacado en los primeros momentos de la transición española por un izquierdismo extremo más radical que el del Partido Comunista. Era ensayista, hombre polivalente, crítico músical, guionista de televisión. Había publicado un par de libros de bastante éxito, un ensayo sobre la literatura del exilio y otro sobre la idea de España a comienzos del tercer milenio. En un momento dado que no sabría determinar, siendo ya conocido, abandonó sus ideas políticas, convirtiéndose en uno de los más característicos representantes de una derecha resurrecta. En sus columnas en los periódicos, frecuentes tertulias en la radio y algunos programas de televisión atacaba ahora con saña lo que antes defendía con fanatismo. Tenía muchos seguidores y bastantes detractores. Eugenio dijo que también lo conocía y los dos prometimos asitir a la conferencia por la tarde, si se mantenía.

- ¿Te refieres a lo de la frontera? No tendrá mayor importancia, ya lo verás. Los peninsulares creéis que esto es un polvorín a punto de estallar en cualquier momento. Pero nunca pasa nada. Lo de anoche es lo habitual. Quizá haya habido algo más de violencia, lo que es lamentable pero, por lo demás, es el pan nuestro de cada día.

- Sí pero aquí hay dos muertos -interrumpió Eugenio y me sentí en la obligación de apoyarlo pero sólo pude decir como eco suyo:

- Dos muertos; ¿que vas a hacer?

- ¿Yo? Nada por supuesto. Ya se ocupan otros. Y si, cada vez que hay un conflicto en la frontera, suspendiéramos actos, aquí no se movería nada.

Después de la conferencia estaba prevista una cena a la que asistirían autoridades como el presidente de la Ciudad Autónoma o el delegado del Gobierno. Estábamos invitados. Salió de estampida porque dijo que tenía un almuerzo apalabrado al que ya llegaba tarde y si queríamos que nos recogiera en algún punto. La dije que no, que haríamos nuestra vida, pero iríamos a la conferencia. Tenía curiosidad por escuchar lo que venía a decir Del Valle quien, cuya evolución de la izquierda casi hasta la extrema derecha se había hecho precisamente a cuenta del patriotismo español.

Siempre he pensado que el llamativo resurgir del nacionalismo hispánico debe mucho a las actividades de los nacionalistas llamados periféricos hostiles a aquel. Sé de mucha gente, amigos, conocidos, que se pasó media vida predicando el cosmopolitismo e internacionalismo de la izquierda, seguramente como reacción al estomagante hipernacionalismo heredado de Franco y que pareciera haber sufrido una especie de trasmutación genética, convertida de pronto en patriota a machamartillo. Se lo comenté a Eugenio tomando unos bocadillos en el bar del Círculo Cultural, antes de seguir nuestro camino con ánimo de visitar el pueblo viejo y la zona fortificada.

- El nacionalismo de Franco era vomitivo y como reacción dio las generaciones más antinacionalistas que quepa imaginar. Además, era de pacotilla. Había vendido su sagrada patria, la soberanía nacional bla bla bla a los estadounidenses por un poco de reconocimiento internacional, algo de calderilla y un par de viejos navíos de la segunda guerra, pero cuanto más vendepatrias, más patriotero, y era insufrible.

Eugenio masticaba un bocadillo de lomo, pensativo, como si sólo estuviera escuchándome a medias. Alcancé a oírle comentar con cierta desgana como si aquellos afanes le resultaran exóticos:

- Esa bronca de los nacionalismos en España aburre a las ovejas, tío. Es que yo paso, de verdad.

- Sí, es aburrido, pero es lo que hay. Y si queremos vivir aquí, hay que sobrellevarlo. Pues esos antifranquistas que eran antinacionalistas por estar contra Franco se han hecho todos ahora nacionalistas españoles, como reacción a los nacionalismos vasco, catalán... O sea, que se hace verdad el viejo dicho del doctor Johnson de que el nacionalismo es el último refugio de un canalla.

- Eso mismo dice mi padre. Os parecéis mucho. Pero yo creo que no os coscáis una mierda de lo que pasa.

- ¿No?

- No.

- ¿Qué pasa?

Eugenio se volvió hacia mí como para dar mayor empaque a sus palabras y como con cierto cansancio, como si supera de antemano que su explicación no serviría de nada pero, en lugar de hablar del nacionalismo dijo:

- ¿No íbamos a visitar no sé qué fuertes?

Mientras el coche subía por las empinadas callejas del pueblo viejo volví sobre el asunto. Me había quedado la curiosidad de averiguar cuál podía ser la original opinión de Eugenio sobre un asunto del que yo creía que no podía tener ni la décima parte de idea que su padre o yo. Tardó en decidirse a hablar y sólo lo hizo cuando, al ver que arreciaba inopinadamente la lluvía, renunciamos a nuestro paseo por el segundo recinto fortificado y nos refugiamos en el museo municipal en el que se conservan muy interesantes piezas arqueológicas de origen púnico y romano.

- Es muy sencillo. Todo los conversos neonacionalistas españoles y vosotros también, no creáis, tenéis complejo de excedente de cupo.

- Pero ¿tú sabes qué es eso? -pregunté con sorpresa-. Si no has hecho el servicio militar.

- Bueno, a lo mejor no es una expresión muy adecuada. Te cuento lo que quiero decir: dábais por supuesto que la finca era vuestra. Os permitíais el lujo de criticar al franquismo por su visión de la nación española pero, en el fondo, coincidíais en que había tal nación y tenía para tooooooodos la misma dimensión. Os jodía lo de "una, grande, libre" pero, en el fondo, pensábais lo mismo. Las diferencias eran de matiz. Nacionalismo fascista, nacionalismo liberal, tanto da.

- Pero, hombre, ¿cómo va a dar igual?

Se plantó ante un ánfora de la antigua Russadir, la contempló en silencio y dijo:

- Sí, sí, tanto da. Franco os quitaba de encima la molesta tarea de ser nacionalistas agresivos que es la única forma de ser nacionalista, por cierto. Y vivíais como Dios. Hasta que llegaron los otros con sus nacionalismos y de pronto os distéis cuenta de que querían separarse de verdad y llevarse con ellos un trozo de vuestra nación y eso sí que os jode.

Como le dije que no le entendía, aunque no era del todo sincero porque sí creía intuir lo que decía y, en efecto, me daba cuenta de que me fastidiaba, lo aclaró:

- Muy sencillo. Estáis en vuestra casa. Decís en ella lo que os parece. Habláis pestes del casero, de lo que sea. Pero es vuestra casa. Estáis a gusto. De pronto llegan unos y os dicen que parte de vuestra casa no es vuestra casa, que estáis de okupas y que os abráis que no tenéis derecho a estar allí. Todos esos amigos tuyos convertidos al nacionalismo español están indignados porque otros quieren despojarlos de lo que creen que es suyo. Peroi no suyo como algo que has comprado y te pertenece pero que no eres tú mismo... A ver si me explico: algo que véis como vuestro, como inherentemente vuestro, no como algo que tenéis, sino como algo que sois. Es como os quisieran quitar una libra de vuestra carne, como quería hacer Shylock con Antonio,. ¡Os quieren trocear la Patria! -Aquí engoló la voz y, reconociendo que tenía razón, no me quedó más remedio que reír- ¡Quieren dejaros sin nación! ¡Dios mío! ¡Quieren desnacionalizaros, dejaron en el aire, colgando de un sueño! ¡A vuestros años! Es natural que algunos muerdan.

Seguí riendo un buen rato y le confesé que tenía razón. Lo de "excedente de cupo" no era muy acertado pero lo de "okupas" estaba muy bien. Cuando terminamos con el museo, como parecía haber escampado, nos acercamos a la plaza de los aljibes en donde se quedó muy impresionado contemplando los sillares que forman la pared de la entrada. Anduvimos todavía un tiempo, ahora sí, visitando las defensas de segundo recinto y, como se empezaba a echar el tiempo encima, decidimos volver a escuchar a Del Valle a quien, después del discurso de Eugenio, ya imaginaba mordiendo.

(Continuará).

(La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley (1894).

dissabte, 3 de gener del 2009

Es genocidio.

(Dedicado al cooperante español Alberto Arce y sus compañeros del movimiento Free Gaza que han decidido quedarse en Gaza en espera de la invasión israelí con el fin de ser testigos de los crímenes contra la población palestina. Es un acto heroico que algo compensa de la ignominia en que estamos todos inmersos).


Por menos de la décima parte de lo que Israel está haciendo y lleva hecho en Palestina desde 1967 hay gente respondiendo ante el Tribunal Penal Internacional acusada de crímenes de guerra y genocidio.

Si lo que Israel está haciendo en Palestina y hoy mismo en Gaza puede calificarse de genocidio o no se aclara repasando la definición de este delito del artículo II de la Convención de las Naciones Unidas para la prevención y la sanción del delito de genocidio de 1946, según el cual es genocidio "cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpretados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) matanza de miembros del grupo;

b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;

d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;

e) traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo."

Un sucinto repaso a los elementos de la definición hace ver que Israel cumple casi todos los requisitos en al caso de Gaza; lleva años cumpliéndolos en toda Palestina y fuera de Palestina, en los campos de Sabra y Chatila, en Cisjordania, en todos los territorios ocupados, desde luego en Gaza. Y lo hace contando con la indiferencia de la llamada Comunidad Internacional y la ayuda activa de alguno de sus miembros, especialmente los Estados Unidos.

Lo cual nos convierte a los occidentales en cómplices de este brutal, permanente, sistemático crimen contra la humanidad.

Las razones que esgrimen los israelíes y quienes los apoyan en Occidente, en la izquierda y en la derecha, políticos, magnates, empresarios, financieros, periodistas, intelectuales, clérigos, artistas científicos, etc no resisten un examen crítico. Hamás ganó limpiamente las elecciones parlamentarias de enero de 2006 pero Israel y los EEUU se negaron a reconocer el resultado y los primeros procedieron al bloqueo de Gaza contra toda razón, llegando incluso a retener los fondos de la correspondiente agencia de la ONU que canalizaban y por lo tanto no eran suyos. Tras la guerra civil de 2007 Gaza se separó de la Autoridad Nacional Palestina y quedó bajo dominio de Hamás, que está en la lista de "organizaciones terroristas" de los Estados Unidos, la Unión Europea y otros países. Se justificaba así un endurecimiento del bloqueo de la zona en que vive un millón y medio de personas en condiciones similares a las de un campo de concentración. La reacción de Hamás a esa situación desesperada de estrangulamiento, esto es, el lanzamiento de cohetes caseros sobre el sur de Israel ha dado pie al Estado judío para desencadenar la ofensiva actual, la enésima, contra Gaza, otra más en la tarea final de exterminar a los palestinos, aniquilarlos, expulsarlos de sus tierras.

Pero este debate es insulso e inútil. Aunque los israelíes tuvieran razones para proceder como lo hacen las pierden a la vista de la desproporción del castigo que infligen sobre la población civil inerme. Porque cuando un Estado pertrechado con las armas más mortales y destructivas machaca por vía aérea y se apresta a invadir con carros de combate un territorio habitado por gentes que no pueden responder más que con armamento ligero y piedras, que no pueden defenderse de los ataques aéreos y que ni siquiera pueden curar a sus heridos, se ha quedado sin una sola razón válida para semejante crimen, aunque las tuviera todas, que no es el caso.

¿Y los demás? ¿Cómo toleramos este genocidio a pleno sol? Porque tenemos miedo a que nos acusen de antisemitas si señalamos que los judíos están comportándose con los palestinos como los nazis hicieron con ellos, si decimos que los dirigentes israelíes son fascistas o que los militares judíos están haciendo en Gaza lo mismo que hizo el general nazi Jürgen Stroop con el ghetto de Varsovia. Tenemos miedo a que nos acusen de defender a terroristas, siendo así que los verdaderos terroristas aquí son quienes acusan de terrorismo a los demás. Tenemos miedo a que nos digan que defendemos las autocracias árabes frente a la democracia israelí; a que nos digan que negamos el derecho del pueblo a israelí a defenderse.

Todo eso son patrañas. Ni democracia ni derecho a defenderse ni nada: Israel es un Estado criminal que, en permanente violación de una serie de resoluciones de la Asamblea General de la ONU y de las convenciones de Ginebra, pretende exterminar a un grupo étnico y eso nos obliga moralmente a los occidentales a intervenir e impedir por la fuerza que este genocidio se consume. El no hacerlo es una muestra de cobardía y nos convierte en cómplices de esta barbarie.

Esta última agresión de exterminio en Gaza, fríamente calculada, tiene una faceta política doble. De un lado los principales dirigentes israelíes que se presentan a las próximas elecciones legislativas el 10 de febrero (Benjamin Netanyahu, del Likud, Tzipi Livni de Kadima y Ehud Barack, del Partido Laborista) rivalizan en agresividad en busca de un voto tinto en sangre palestina; cuanta más sangre, mejor. De otro lado todos ellos están de acuerdo en aprovechar los últimos días de su cómplice Mr. Bush en la Casa Blanca y el consiguiente vacío de poder en los EEUU para enfrentar al señor Obama con un hecho consumado, en la más pura tradición nazi, de forma que cuando el presidente electo tome posesión, la barbarie esté ya cometida. Pocas esperanzas permite albergar el hecho de que Mr. Obama aún no haya encontrado tiempo para pronunciarse sobre la masacre de Gaza. Es la habilidad israelí para convertirnos a todos en cómplices.

Y no solamente cómplices. Israel es un cáncer que está destruyendo los fundamentos mismos de la legitimidad moral occidental. ¿Cómo podemos presumir de derechos humanos, de respeto a la dignidad de la persona, a la vida, cuando hacemos la vista gorda ante lo que está pasando en Gaza? ¿Cómo podemos tolerar que se hable de "daños colaterales" cuando se bombardea día y noche un territorio indefenso con una densidad de más de cuatro mil personas por kilómetro cuadrado? ¿Cómo presumimos de campeones de la libertad cuando en nuestro nombre hay millón y medio de personas viviendo en práctico cautiverio y condiciones de inhumanas de abandono, humillación y miseria desde hace cincuenta años?

Gaza, el genocidio de Gaza, es la vergüenza del mundo occidental y la prueba de qué monstruosos crímenes se cometen en nombre de nuestros ideales. Y el territorio y sus castigadas gentes no pueden esperar nada de entidad oficial alguna, sea gobierno occidental o musulmán, organización internacional, asociación de partidos etc. La única esperanza de los palestinos reside en que los pueblos del mundo nos movilicemos al máximo para exigir a nuestras autoridades en primer lugar que se detenga la masacre de Gaza y en segundo que se obligue por la fuerza al Estado terrorista israelí a respetar las Convenciones de Ginebra, las resoluciones de la ONU, a retornar a las fronteras de 1967 y a abandonar sus planes de exterminio, de limpieza étnica, de genocidio en Palestina.

Hoy hay una manifa convocada contra la matanza en Gaza a las 11: 00 de la mañana ante el Ministerio español de Asuntos Exteriores en Madrid. Para ver la convocatoria en otras ciudades españolas y otros días, pínchese aquí.

Firman la convocatoria:

Asociación de la comunidad Hispano-Palestina "Jerusalén", CCOO, UGT, IU, Red Solidaria contra la ocupación de Palestina, Red de Jóvenes Palestinos, PCE, ASGCG, Izquierda Anticapitalista, Vía Democrática, PCPE, SodePaz, Asociación Haydée Santamaría, Paz con Dignidad, REMCODE, Corriente Roja, USO, Comité de Solidaridad Causa Árabe, Foro Social de Madrid, Iniciativa Comunista, Asociación Paz Ahora, Asociación de periodistas y escritores árabes en España, Fundación Araguaney.

No veo al PSOE.

(La imagen es una foto de jesuscm, bajo licencia de Creative Commons).

Caminar sin rumbo (XXXII).

La tormenta.

(Viene de una entrada anterior de Caminar sin rumbo (XXXI), titulada La elasticidad del tiempo.

Según Eugenio se sentaba y se acomodaba a mi lado pude comprobar por la ventana que el tiempo, ya desapacible cuando llegué al Comercial, empeoraba perceptiblemente. Ya daba por casi cierto que para cuando hubiera terminado mi conversación con el hijo de Daniel, estaría lloviendo, lo que no me permitiría ir disfrutando del paisaje durante el trayecto. Como si adivinara mis pensamientos, Eugenio dijo:

- He oído que viene una tormenta fenomenal.

- ¿Cómo te va?

- Bien.

- ¿Bien, bien?

- Fenomenal.

Todo era fenomenal.

- Tu padre dice que quieres abandonar la carrera.

- Jo, el viejo. Da mucho la brasa con eso pero no es verdad.

Tenía a Eugenio por un chaval excelente y lo quería casi tanto como a mis hijos con los que, sin embargo, él no congeniaba porque los encontraba muy mayores o ellos muy pequeño a él. Lo conocía desde niño y siempre me llamó la atención una madurez suya superior a su edad. Además me parecía muy guapo y muy inteligente. Seguramente por eso nos llevábamos tan bien.

- ¿No es verdad?

- No. A ver: estoy en tercero, tengo veinte años, que no está mal y llevo estudiando desde ni me acuerdo. Le he dicho que quiero parar un poco, esperar, largarme, pensar. Corto por una temporada, quizá un año, quizá menos, luego vuelvo. Voy a terminar, no soy gilipollas. Quiero ver un poco el mundo, no pasar.

- Pero corres el peligro de no reengancharte, de abandonar; luego, cuesta mucho volver...

- Sí, eso es lo que dice el viejo. Pero bueno, ¿y qué? Es mi vida, ¿no? Que no, hombre, que eso no va a pasar.

- Además, si andas tonteando, aflojando, te bajará el expediente académico.

- ¿Y para qué quiero tener un buen expediente? Los McDonalds están llenos de expedientes geniales.

- Y ¿por qué crees que vas a terminar en un McDonalds? Puedes hacer oposiciones a juez.

- Paso como de la mierda.

La cosa estaba peor de lo que suponía. Eugenio no era ya un chaval. Tenía las ideas claras. Probablemente equivocadas pero claras. Pensé que no iba a ser tan fácil como creía en un primer instante. El tiempo corría y el día se oscurecía por momentos. En la calle se había levantado viento. Tendría que aplazar la conversación con Eugenio. Se lo dije. Le dije que tenía algo de prisa, pues salía de viaje.

- A dónde vas?

- No sé. A Melilla en un principio.

- ¿Cómo?

- En coche.

- ¿Asuntos de negocios?

- No. Estoy de excedencia. Me voy de visita. Quizá siga luego por Marruecos.

- Pues si quieres que sigamos hablando, puedo ir contigo.

- ¿Hasta Melilla?

- O me vuelvo antes; no sé. No tengo nada que hacer y me apetece dar un rulo.

- ¿Y qué van a decir tus viejos?

- Nada, supongo. Ya los aviso ahora- y sacó el móvil- si estás de acuerdo.

"¿Por qué no?", me dije para sentirme fiel a mí mismo. Una novedad. Y era cierto: podríamos hablar por el camino. Además sería entretenido. Nos pusimos de acuerdo, pagué y salimos. El viento arreciaba. El cielo estaba oscuro, la luz era gris plomo. Venía tormenta. La gente apresuraba el paso. Mientras Eugenio hablaba por su móvil yo llamé a Caridad pero no la encontré. En cambio di con Olga y le dije que llamaba para despedirme pues me iba de viaje.

- Pero si llevas diez o veinte días de viaje, tío.

Era cierto. Entonces recordé que ya me había despedido de ellos. Simplemente se me olvidó y, al advertirme Daniel de que avisara a los míos no se me vino a la memoria que ya lo había hecho. Es lo que pasa con las admoniciones de la vida ordinaria: se imponen revestidas de cierta dimensión moral que te empequeñece y te hace sentir culpable, sin capacidad de respuesta.

- Bueno es que ahora estaba de paso y vuelvo a marcharme. Ya os cuento más si consigo conectarme esta noche.

- Vale, ciao.

- Tú ¿qué tal estás?

Pero Olga ya había colgado. Era una muchacha expeditiva. Me di cuenta de que Eugenio me alargaba su móvil.

- Es mi viejo. Quiere hablar contigo.

- ¿Qué coño vais a hacer? -bramaba Daniel.

- Ya ves. Quiere venirse conmigo. ¿Tienes algo en contra?

- No pero mándalo pronto para casa. ¿Habéis hablado algo?

- Sí pero está muy duro. Creo que vas a tener que dejarlo de momento.

- Bueno, bueno, tú sigue; no quiero perder las esperanzas.

Salimos de Madrid por la carretera de Andalucía y, viendo que llevábamos la tormenta pegada a los talones, traté de pisar el acelerador, pero Eugenio no me dejó, diciéndome que respetara los límites de velocidad. Era algo que me llamaba la atención en la gente de su edad que combinaba un radicalismo ideológico y social grande con una actitud de respeto por bastantes normas de convivencia civilizada, cosas que en mi concepción bastante estereotipada de la juventud no solían ir de consuno. Así que me atuve a las normas, siempre con la tormenta detrás. Cruzamos una Mancha con un cielo bajo y oscuro que metía miedo pero el clima entre nosotros había ido distendiéndose y charlamos alegremente saltando de un tema a otro. Creo que los dos estábamos contentos de la decisión. Él rompía una rutina y yo me había buscado un compañero de viaje con el que congeniaba. Me habló de la música techno y de los escritores de ahora. No tenía aficiones literarias. Simplemente estaba bien informado. Le tiraba más la acción colectiva, el voluntariado. Daba vueltas a pasar unos meses en algún punto de la costa del Sur en contacto con inmigrantes, sinpapeles y cosas así. Yo le hablé de la vida de mayor y de lo que él llamaba el glamour del triunfo, protestando de que me tuviera por un triunfador cuando no paso de ser un pringao. Hablamos también de política en la que él se inclinaba por los partidos verdes a los que criticaba que no fueran capaces de unir fuerzas; la política nos llevó a preguntarnos por la idea de justicia y de la justicia saltamos al Derecho. Quise volver por mi compromiso de plantearle algún tema profesional pero se zafó diciéndome que el Derecho era siempre el mismo rollo, según de qué lado te situaras en la polémica entre la idea de Protágoras de que el Derecho es la ley del más fuerte y la de Licofrón de que es la ley del más débil y así, en ese vaivén se resume toda la preocupación jurídica. Ese era el segmento en el que estamos todos insertos. Del Derecho volvimos a la música a través de la idea de armonía y de aquí, por una sencilla asociación de ideas, al matrimonio que formaban sus padres. Eugenio estaba convencido de que en la pelea que mantenía con su viejo, la madre estaba de su lado. Yo tenía mis dudas aunque sus razonamientos, adornados de experiencias concretas y recuerdos eran convincentes.

La tormenta nos alcanzó tomando café en el alto de Despeñaperros. Empezó a caer agua y salimos disparados de nuevo porque se me ocurrió pensar que, si nos retrasábamos y dejábamos que la tormenta fuera por delante y llegara a Almería antes que nosotros, era posible que cancelaran el servicio de ferry a Melilla. Pasado Bailén, en donde Eugenio se empeñó en que lo dejara conducir, tomamos la carretera de Sierra Nevada y, a la altura de Albolote, giramos a la izquierda, buscando Almería a donde llegamos siempre con la tormenta detrás. La mar estaba picándose cuando alcanzamos al muelle. Allí mismo Eugenio, al que hacía ilusión embarcarse en aquellas circunstancias, decidió seguir conmigo hasta el otro lado. Tuvimos suerte porque nos admitieron en un ferry a punto de salir y del que luego supimos que era el último con lo que, cuando llegamos a Melilla, con una travesía muy movida, la plaza se había quedado aislada de la península en lo que ya era un temporal. Estaban decretadas alertas de varios colores y, según las noticias, los servicios de emergencia no daban abasto en Andalucía oriental. Llegamos de noche cerrada. La subida al parador, atravesando un barrio moruno por cuyas calles pinas bajaba el agua a raudales tuvo algo de aventura. Sólo entonces se le ocurrió a Eugenio preguntarme si conocía Melilla.

- Sí, claro, mucho.

- Y ¿tú crees que esto es España?

- Esa es algo que aquí levanta pasiones. No se te ocurra cuestionarlo.

- Pero tú ¿lo crees o no?

- Mira, yo no creo nada. Sólo te digo que la ciudad me gusta mucho. Una vez escribí un cuento por entregas en un periódico ambientado aquí. Se llamaba Intriga en Melilla.

- Vaya.

Era una historia de crímenes, como de detectives. Ya no recuerdo bien. Es que, aunque parezca mentira, uno puede olvidar incluso lo que uno se haya inventado.

- Ya te digo. Eso lo que más.

Pedimos una habitación doble para ahorrar y pasamos un rato en un balcón, respirando al viento y a la lluvia ante lo que, según mis cálculos, había de ser el Monte Gurugú que ahora no se veía por estar oculto tras la tromba de agua.

- ¿Y la verja? ¿Se ve la verja?

No, no se veía y yo empecé a pensar que quizá no hubiera sido tan buena idea que Eugenio se sumara al viaje. Pero ahora ya no tenía remedio. Por la mañana le propuse que saliéramos a a desayunar algo a la ciudad y a comprar algo de ropa para él. Camino de la calle más comercial, mientras el agua seguía cayendo a raudales, le dije:

- No sé si esto es o no España pero te puedo decir que Melilla es una de las ciudades más españolas que conozco.

- Eso sí que mola- respondió.

- De las más españolas- insistí. Y muy catalana.

- Remola.

(Continuará).

(La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley (1894).

divendres, 2 de gener del 2009

Tendencia de izquierda.

El sondeo que trae hoy el diario Público da mucho en qué pensar. Aunque la crisis económica esté resultando más grave de lo que los expertos y zahoríes vaticinaron y aunque la reacción del Gobierno no haya sido especialmente rápida, oportuna o brillante, el PSOE aventaja netamente al PP en 2,1 puntos y 6,2 si tenemos en cuenta la intención declarada de voto. Esta ventaja invierte la situación que se daba en septiembre cuando el PP sacaba al PSOE ocho escasas pero significativas décimas. La explicación de esta inversión de tendencia podría encontrarse mirando el gráfico. Se ve cómo el PSOE se precipita entre agosto (43,6% de intención de voto) y septiembre (38,3%), perdiendo cinco puntos porcentuales y cómo, a partir de septiembre comienza a remontar hasta el mes de noviembre, manteniéndose en diciembre en ese 4,3%. En mi opinión, el descalabro de agosto-septiembre se debió a la irritante actitud del Gobierno de negar lo evidente, la crisis; y la recuperación se ha dado cuando el señor Rodríguez Zapatero recobró la cordura, llamó a las cosas por su nombre y probó estar trabajando con ahínco en resolver una situación que agobia a todo el mundo en vez de ejercitarse en logomaquias que parecían tomaduras de pelo. Los sondeos subsiguientes nos ilustrarán sobre cómo va juzgando la gente el resultado de las medidas adoptadas.

El PP muestra una línea de paulatino e inexorable descenso que cada cual interpretará a su gusto. La ultraderecha (los llamados "liberales") dirá que la culpa es de la falta de liderazgo del señor Rajoy y el señor Rajoy culpará a la labor diversionista y de zapa de la ultraderecha. En mi opinión los magros resultados del PP se deben a su modo bronco y crispado de hacer política que no gusta en España. Los medios conservadores, en especial la COPE y El Mundo pueden pensar que esa actitud es la adecuada y quizá lo sea para sus audiencias (aunque se pueda sospechar, visto el último Estudio General de Medios, que tampoco) pero las elecciones no las ganan los menos de dos millones de oyentes de la radio episcopal sino los ocho o nueve millones más de personas que hay que añadir para alcanzar la mayoría en el Congreso. En esos nueve millones hay mucha gente a la que repele la agresividad dialéctica de la derecha mediática. En los treinta años de democracia, el PP sólo ha ganado dos elecciones y no es insensato pensar que fue debido a la profunda postración en que se encontraba el PSOE, literalmente destartalado por los desastres del último Gobierno del señor González. No ganó el PP sino que perdió el PSOE. Y el PP no ganará mientras siga sin centrarse en serio (no cosméticamente) y continúe con un lenguaje crispado y agresivo. Es un error garrafal creer que la política de trinchera paga.

Los datos de los demás partidos, a distancia considerable de los dos mayoritarios, sólo ofrecen como nota relevante la recuperación de IU tras su asamblea federal hasta el tercer puesto y la moderación (con descenso) del espectacular crecimiento de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) en los meses de septiembre y octubre hasta el cuarto lugar. Pero en ambos casos trátase de 4,5% y 3,5% de intención del voto, magnitudes escasamente relevantes y que apenas si darán para uno o dos diputados. Es cierto que UPyD sigue triplicando sus resultados con respecto a 2008, pero siguen siendo insuficientes para que aumente en representación, salvo que esa intención triple de voto se concentre en alguna circunscripción, por ejemplo Madrid.

Lo sorprendente es la valoración de los distintos dirigentes políticos. La más alta (4,9 puntos) es para el señor Rodríguez Zapatero. Le sigue el señor Rajoy a cinco décimas de distancia. Pero la señora Rosa Díez consigue equipararse con el presidente del Gobierno. De haber alguna relación entre esta puntuación y la del partido, UPyD habría de sacar más de ciento cincuenta diputados en las próximas elecciones, lo que sería realmente extraordinario para una fuerza que cuenta con uno solo. Esa alta valoración de la señora Díez es la del político maverick o el tributo que el personal gusta pagar a la zona de esperpento de la política, un resultado que probablemente satisfaga el ego bastante abultado y las ambiciones personales, que no lo son menos, de la antigua militante socialista, en quien la gente cree ver a una especie de Pepito Grillo del Gobierno, pero que aún está lejos de afectar a la relación real de fuerzas políticas parlamentarias. Queda mucho tiempo hasta las elecciones y sólo si la señora Díez tiene la fuerza del corredor de fondo podrá hacer mella en el alto índice de concentración de los dos grandes partidos que es casi del 84 por ciento en el voto y, con sus 322 diputados en conjunto, del 92 por ciento en la representación parlamentaria. Pero, de conseguirlo (y está por ver a costa de cual de los dos partidos), podría funcionar como el menor de una hipotética coalición parlamentaria con uno de aquellos, quizá como un partido bisagra. Y dado que la señora Díez y su partido son más que nada una creación de los medios, especialmente de Telemadrid y del señor Buruaga (que estuvo meses llevándola a su programa como "representante del PSOE") será un buen momento para ver qué resultados obtienen los llamados partidos mediáticos.

(Las imágenes son gráficos de Público, bajo licencia de Creative Commons).

La Unión Europea y otros asuntos.

El número 142 de la Revista de Estudios Políticos (Madrid, octubre-diciembre de 2008, 279 págs) aborda una extensa gama de asuntos, desde los más teórico-filosóficos hasta los más empíricos y en varios órdenes de intereses, con algún hincapié en la Unión Europea (UE).

Fernando Criado Alonso (La política de democratización de la Unión Europea y el caso de Cuba) toma como modelo para su ensayo el de Levitsky y Way para la democratización en general en relación con la Comunidad Internacional que atiende a dos variables: la influencia y la vinculación a Occidente. Estas políticas no han dado mucho resultado. La UE tiene abundancia de recursos para fomentar la democratización de terceros países, pero sus políticas tienen limitaciones que hacen que sean más de consolidación que de transición. Con respecto a Cuba la UE adoptó una posición común en 1996 tras la entrada en vigor de la Ley Helms-Burton en los EEUU. Esta posición común coexiste con una "política no común". Hay cuatro tipos de países en la UE en relación a Cuba: a) los "abogados de los derechos humanos" (nórdicos, etc); b) los "comprometidos" (España, Italia, etc); c) los "atlantistas" (como Alemania o Reino Unido); y d) los "duros" (antiguos comunistas). El autor concluye que la combinación de la unanimidad requerida por la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y la falta de voluntad compartida frenan la política de la EU para la democratización de la isla y que se requiere una posición común más realista (p. 38). Lo que no veo es que España, que es la más interesada en sacarla adelante pueda conseguirlo con la misma facilidad con que el señor Aznar consiguió hacerlo con la actual.

Rodolphe Gouin y Jean-Baptiste Harguindéguy (¿Qué pueden aportar las ciencias cognitivas al análisis de las políticas públicas?: un análisis comparado) sostienen que los análisis de políticas públicas se hacen en dos correintes tradicionales: las secuencialistas tradicionales que arrancan de Lasswell y las basadas en factores cognitivos. Quienes utilizan los enfoques cognitivos pueden hacerlo bien sea metafóricamente o bien aplicar realmente los postulados de las ciencias cognitivas a sus investigaciones. Los autores consideran tres tipos de integración: la terminológica, la metodológica y la teórica, que entienden plena (p. 47). Analizan a continuación cuatro teorías en cuanto al uso de las ciencias cognitivas: el "modelo de equilibrio puntual" de Baumgartner y Jones, el de los "paradigmas de políticas públicas" de Hall, el "modelo de coaliciones de expertos" de Sabatier y Jenkins-Smith, y la "teoría de la percepción sesgada", de Jervis para llegar a la conclusión de que Hall ignora las ciencias cognitivas mientras que las demás las integran en mayor o menor medida. La gran aportación de estas ciencias a las políticas públicas radica en "el modelo alternativo de racionalidad que proponen al considerar que los modelos más recientes de la elección racional no han esclarecido en nada este concepto desde que lo expresara Aristóteles" consistente en entender el comportamiento como una suma de creencias más deseos (p. 64). Lo que está por ver es que estos modelos alternativos alcancen el éxito que ha tenido la teoría de la elección racional.

Sebastián Lavezzolo y Lluís Orriols (El liderazgo de Blair y Aznar hacia el centro político) parten del modelo tradicional de Downs según el cual los partidos que quieren maximizar su voto han de moverse hacia el votante mediano, lo cual deja de lado un fenómeno muy importante en la competición política que es el liderazgo, es decir, no reconoce que las preferencias de los votantes puedan ser endógenas al proceso político. Ponen pues a prueba el modelo espacial de las preferencias exógenas con dos hipótesis: 1ª) las preferencias individuales no son del todo exógenas al proceso político sino que los partidos tienen capacidad de liderazgo e influencia sobre las preferencias de los votantes; 2ª) la capacidad de liderazgo de un partido sobre los votantes depende de la identificación de estos con el partido. La comprobación empírica se hace en los casos de liderazgo de Blair y Aznar en la reorientación de sus respectivos partidos hacia el centro y los resultados se basan en sendas regresiones variables con datos de encuestas de tipo panel para Gran Bretaña así como para España si bien en el caso español de mucho menor alcance (encuesta CIS del año 2000). En ambos casos confirman las dos hipótesis y ponen en cuestión el supuesto de preferencias fijas de los votantes tan extendido en Ciencia Política y Economía. Una interesante conclusión que, al ser la explicación "postdictiva" antes que predictiva, si se generaliza, vuelve a dejar en el aire la cuestión de qué mueva la preferencia de los votantes.

María Luz Martínez Alarcón (La Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres y la Sentencia del Tribunal Constitucional 12/2008 de 29 de enero) es un artículo en el que se reflexiona sobre la citada Ley Orgánica (tanto en el Congreso como en el Senado) en el marco de los problemas de la discriminación positiva y se discrepa de la dicha sentencia que reconoce la constitucionalidad de la cuota introducida en la Ley Orgánica fallando una cuestión de inconstitucionalidad promovida por un juzgado de lo contencioso-administrativo de Sta. Cruz de Tenerife y un recurso de inconstitucionalidad interpuesto por más de cincuenta Diuputados del Grupo Parlamentario del PP. Especifica la autora que habría dos posibles objeciones: una, la colisión de la cuota electoral con otros bienes constitucionales, ya suscitada en un informe previo del Consejo de Estado al creer que pudiera ser incompatible con el derecho de sufragio (pasivo) del art. 23, 1 de la Constitución Española. Queda desechada la colisión por cuanto la condición de elector pasivo se adquiere sólo tras haber sido candidato. La otra objeción (en la que la autora discrepa del TC) se suscita en la medida en que la cuota afecta al derecho de partidos (p. 127). Una medida así obliga a los partidos políticos -asociaciones privadas- a organizarse de forma que puede ser incongruente con sus posibles programas. Basta con pensar en partidos feministas o de ideología machista. La objeción puede parecer sin embargo algo mecanicista desde el momento en que: a) la obligación de la cuota (incluso en las listas de cremallera) puede entenderse como parte del mandato constitucional de funcionamiento democrático de estos del art. 6 CE y b) la defensa de ideologías feministas o machistas (incluso extremas) no tiene por qué estar mecánicamente acompasada con la adscripción a géneros porque entonces dejarían de ser ideologías. Esto es, igual que hay hombres feministas, hay mujeres machistas. Otra cosa es que se niegue la plena posesión de derechos políticos por razón de sexo. Pero ese es un supuesto inconstitucional.

Ruth Ferrero y Gemma Pinyol (¿Cómo gestionar la inmigración irregular? Los procesos de regularización en la construcción de una política europea de inmigración). Según la OCDE (2004) hay veinte millones de inmigrantes en situación irregular en todo el mundo. Diez de ellos en los EEUU. En Europa, las cifras no son bien conocidas. Se han dado distintas formas de regularización de estos inmigrantes por motivos laborales o de residencia, permanentes o de duración determinada, individuales o colectivas, de fait accompli o de protección. Entre 1986 y 2007 ha habido bastantes regularizaciones en Europa. A este respecto la UE se divide en tres grandes grupos: a) la Europa erscandinava, en donde ha habido pocas regularizaciones y se es reacio a ellas; b) la Europa central en donde ha habido regularizaciones puntuales en los años 70 y 80; y c) la Europa meridional que ha tenido varias y masivas. Estudian las autoras los casos país por país y especifican que en España ha habido seis regularizaciones entre 1986 y 2005. Sería deseable que hubiera un modelo único pero es difícil de conseguir. Un paso adelante viene a ser la propuesta de Franco Frattini de establecer un mecanismo de información mutua que se aplique no sólo a las regularizaciones sino a cualquier mecanismo que afecte a la legislación sobre inmigración y asilo. Con el más ambicioso Pacto Europeo de Inmigraciones va avanzándose poco a poco. Pero entiendo que el asunto llevará bastante tiempo en atención a las muy distintas relaciones que varios de los países de la UE (especialmente Reino Unido, Francia, Países Bajos, España e Italia) tienen con sus antiguas zonas de influencia, centros de emigración a Europa.

Francisco Arenas-Dolz (El modelo retórico deliberativo aristotélico) estudia la teoría aristotélica de la deliberiación (bouleusis) en la Retórica recuperando el valor de la retórica para la teoría de la acción. Según Aristóteles se delibera sobre cinco asuntos: la adquisición de recursos, la guerra y la paz, la defensa del territorio, las importaciones y las exportaciones y la legislación (p. 176). El fin de la deliberación es el logro de la felicidad (eudaimonía) (p. 177). Hay cuatro formas de entender la felicidad en la Retórica: 1) el éxito acompañado de virtud; 2) la independencia económica; 3) la vida placentera y segura; 4) la pujanza de bienes materiales y del suerpo con la facultad de conservarlos y usar de ellos (p. 178). El objeto de la deliberación son los medios que conducen a la felicidad, en los que la justicia (en sus varias formas) ocupa un lugar destacado. En lo esencial, la justicia es virtud (p. 187). La amistad (philia) es otra de las estructuras básicas de la vida humana (p. 190). La verdadera retórica no es el arte del engaño sino el modo propiamente racional de argumentación (p. 191). La felicidad sólo puede darse en la ciudad; de ahí que la Retórica señale la importancia del estudio de la política. Sigue una interesante reflexión sobre la variante aristotélica de las formas de gobierno en relación con el modelo de la Política y se concluye que el objeto de la retórica deliberativa aristotélica es el discurso "acerca de lo bueno y lo malo, lo útil y lo inútil, lo justo y lo injusto" (p. 198).

dijous, 1 de gener del 2009

Los que no descansan.

En el día de ayer, día de jolgorio universal en el que hasta quienes marchan con calendarios distintos, como los chinos o los musulmanes, estaban celebrando el tránsito del año, dos organizaciones terroristas estuvieron presentes en su ordinario quehacer, como señalando que para ellas no contaba la festividad y que era día laborable como otro cualquiera. ETA por un lado y el Estado sionista por otro. Debieron de pensar que, pues lo suyo es el fuego, era cosa de sumarse a los de artificio y festejo del momento.

ETA atentó contra el edificio de la televisión vasca con una bomba previamente avisada. Los israelíes siguieron bombardeando Gaza en preparación del ataque que lanzarán previsiblemente en las próximas horas. En ambos casos estos actos de barbarie tienen interpretaciones que no pueden dejar de hacerse.

Los etarras comunican a la sociedad que, como el buey, vuelven al surco, que si no matan es porque no quieren. Lo de menos es el sitio del atentado: la televisión. Subrayarlo sólo sirve para acrecer la autoconciencia de los medios sobre su propia importancia. Pero ETA atenta y atentará contra cualquier valor simbólico, incluidos los asilos de la tercera edad, excepto los eclesiásticos, según muy atinado comentario de Max en esta entrada. Lo que los etarras pretenden con su estólida insistencia es que se cuente con ellos y con sus pretensiones. Como éstas consisten en liberar al pueblo vasco de la oprobiosa tiranía española, son justas por definición y por el intrínseco valor de la raza, sólo desistirán si hay una negociación. En su primitivo concepto del ser negociar significa salirse con la suya tous azimuts. El sentido de la historia está con ellos. Es un discurso que no deja lugar a dudas, y las cosas seguirán así hasta el fin de los tiempos. No hay nada que hacer sino aceptar un porvenir hecho de policía, jueces, cárceles, más bombas, más policías, más jueces, etc.

En el caso de los sionistas, atrapados en su política genocida, tampoco pueden hacer algo distinto. Desde que empezaron las ocupaciones, esta situación estaba preescrita. La estrategia la marcan los ultras. Los llamados moderados, los israelíes comprensivos, los demócratas, sirven de hoja de parra para que los genocidas que quieren limpiar Palestina de lo que no sean ellos se salgan con la suya. Son como ETA pero a diferencia de ésta, llevan las de ganar. Entre tanta gente como hay en Palestina siempre habrá grupos dispuestos a morir matando antes que vivir humillados, de rodillas, permanentemente maltratados, esquilmados, preteridos. Igual que hay terroristas suicidas individuales hay decisiones colectivas suicidas. Obligar a Israel a exteriorizar y acelerar sus planes de exterminio puede ser una decisión táctica de los palestinos o de la parte radical de ellos. Quizá su único recurso: forzar a los demás países musulmanes y los occidentales a reconocer y tragarnos que estamos siendo cómplices de un genocidio que dura ya sesenta años. Ignoro cuál será su rendimiento. Pero es cierto que no tienen opciones.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Año Nuevo.

La fraternidad universal. Los recuerdos. Los propósitos. Las enmiendas. Examen de intenciones. Formulación de deseos. ¿Por qué pasa el tiempo? ¿Para qué? El bien y el mal avanzan a la par. Todas las visiones. Abrumado por la responsabilidad. La conciencia de ser. El gemido del cautivo. Sensaciones. Palabras. Saludos. El camino sin retorno. El valor de la amistad. Curarse de amores. La persecución. La novedad. El sentido de la belleza. La espera sin esperanza. La especie humana. Los dioses. Un castillo de mentiras. El valor del guerrero. La indiferencia. Un segundo de plenitud. De la gloria hacia arriba. Los encuentros fortuitos. Los cambios. La conciencia de los cambios. Saber. Conocer. Engañarse. De lo más bajo a lo más alto. Coincidencias. El vano empeño de enderezar la existencia. Los seres queridos. La sinceridad. Ocultarse a uno mismo. Sísifo, nuestro númen tú siempre serás. Que los demás te vean. La serenidad del justo. El dolor de la ausencia. Aunque parezca mentira, todos contamos. Compartir la vida. Entender al prójimo, no sé si quererlo. La búsqueda de la felicidad. El contrato del trato humano. Las ilusiones. Las desilusiones. Vernos, oírnos, sentirnos en los demás. Lo mucho que hay por aprender. Encajar el desorden de la existencia. Sobrellevarnos. No hay respeto a los símbolos. El anhelo del pasado. Desentendernos de los sueños. Esbozar un gesto. ¿Fue tan decisivo aquel momento? Las flores de los afectos. Pedir perdón por el daño causado. La vista no descansa. El color de los recuerdos. Nadie sabe hasta dónde puede llegar. Torciendo el destino. Los puntos de referencia. La extraña conciencia del ser. Tras el paroxismo, el llanto. Caminar sin descanso. Estaríamos mejor dormidos. Contar mentiras. ¡Dejadnos a nosotros! Las raíces, nuestras raíces. El día en que supieron. No te dejes matar. Las temibles convicciones. Nada hay peor que infligir injusticia. Inspirar confianza. La mirada que te cautivó. Muestras de entereza. Por fortuna no hay fondo. Nada que valga tiene precio. La sonrisa del lactante. Los amores de antaño. De cómo se camina erguido. Los que dan órdenes. Los que las acatan. El mundo es de los decididos. Y las decididas. La nada que nos espera. El silencio ahí fuera, muy fuera. El grito del agonizante. Los sentidos sublevados. Volver es muy sencillo pero no al lugar de partida. ¿Quién dijo que fuera fácil? Resuena el eco del entusiasmo. La memoria de la reencarnación. De cómo la justicia se apaga con un soplo de venganza. Ocupar el sitio que nos corresponde. Ejercer. Sucumbir al misterio. Sacar de donde no hay. La benevolencia del espíritu. Exteriorizar los sentimientos. Nunca los tuvimos en cuenta. Lo que te costará conseguir lo que quieres. Dar vueltas sobre uno mismo. Pensar en los padres. En los hijos. El mundo se mira en sí mismo. La cárcel del yo. Intercambios sin prisas. Estirar lo inevitable. Vivir.Vivir.

(La imagen es una foto de Soul Sense (Oscar Ordenes), bajo licencia de Creative Commons).