dissabte, 12 de juliol del 2008

Llegar aunque sea muertos.

Si naces en el África, especialmente en la llamada África subsahariana, tienes una esperanza de vida de unos cincuenta años...y ¡qué vida! Según en qué parte de esa llamada África subsahariana te hayan dejado caer los dioses tienes una probabilidad más o menos elevada de contraer SIDA a lo largo de tu existencia, siempre que no lo traigas ya del seno materno; de que te violen o te asesinen o ambas cosas y no necesariamente en ese orden; de que te recluten de niño para ser soldado; de que te mutilen genitalmente; de que te ejecuten por algún tipo de comportamiento sexual; de que mueras de hambre; de que mueras de un sinfín de enfermedades que ya se han erradicado en otros lugares del planeta, desde el sarampión al paludismo; de que te asesinen porque sí los policías de éste o los sicarios de aquel; de que caigas en las redes de alguna mafia que te prometa sacarte de ese infierno y llevarte hasta El Dorado en una patera por trescientos euros.

Trescientos euros es lo que vale la diferencia entre la muerte y la vida y, para un porcentaje, entre la muerte y la muerte. Trescientos euros. El año pasado iba el viaje a mil. El precio del negro a secas (no del oro negro) es lo único que baja.

¿Y nos extrañamos de que estén dispuestos a morir con tal de llegar? No es tan difícil. También nosotros emigramos a cientos de miles hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX y dejábamos atrás, por invivibles, condiciones que a los subsaharianos de hoy parecerían de lujo. Así que podemos comprenderlo perfectamente. Otra cosa es que queramos.

En principio la libertad de circulación es un derecho de ciudadanía reservado en España a los españoles y, ahora, a los ciudadanos de la UE. Pero, en el fondo, es un derecho humano fundamental y no debiera estar limitado por ley alguna. Según se asegura esto no es posible porque se produciría un "efecto llamada" que España no podría gestionar. La cantidad de pateras y cayucos se multiplicaría; y la de muertos. Todavía no es así y en algunas costas españolas la situación es dramática, por ejemplo, en las islas Canarias en cuyas playas a veces se da la aguda contradicción moral del mundo, la contraposición entre el lujo, la abundancia, el ocio de los ricos veraneantes y la miseria y el hambre de los ilegales. Los del negocio turístico están que trinan. Los clientes no vienen a las islas afortunadas a ver desgracias tan sórdidas. ¿O quizá sí? No seré yo quien niegue la posibilidad de que algún empresario "listo" se le ocurra ofrecer paquetes de vacaciones con percance de patera de ilegales vivos/muertos incluido. De momento, en todo caso, algo hay que hacer para apartar esas imágenes de los televisores a la hora del almuerzo habitualmente en sobredieta. Y ese algo no consiste en abrir de par en par las puertas porque eso no se atreve a proponerlo nadie en Europa.

Dicen nuestros gobernantes que lo que corresponde hacer es contribuir al desarrollo de la región a fin de dar a los nativos alguna razón para quedarse. Bendita intención. ¿Cuánto hay que "contribuir" para conseguir ese milagro? Porque los ilegales que abandonan sus países, con riesgo de que los revienten por el camino, los estafen al llegar a la costa y los engañen al embarcarlos hacia una muerte casi segura, esos ilegales, digo, saben perfectamente a dónde vienen, lo han visto cientos de veces en televisión. Porque en esos países no hay hospitales ni escuelas ni nada, pero sí hay televisión en la que lo que se muestra es todo producido en Europa o los Estados Unidos. Y viendo lo que hay aquí, los autóctonos allí saben que la distancia entre ellos y nosotros no solamente no se achica sino que se agranda a marchas forzadas. Así que la pregunta es pertinente: ¿cuánto hay que "contribuir" para conseguir el dicho milagro? ¿Podemos permitírnoslo? ¿Queremos?

NB: tengo idea de haber visto alguna carta o artículo del señor Carlos Carnero, eurodiputado socialista y de algún otro/a de sus colegas protestando airadamente de que se cuestione su ejecutoria de gente progresista y de izquierda por haber votado la directiva "de la vergüenza". Incluso creo haber leído que alguno de esos mendas sigue sosteniendo que la tal directiva es un avance porque justamente convierte a los inmigrantes ilegales en sujetos de derechos en países en que no los tenían. Pero eso simplemente no es cierto: los convierten en sujetos de no derechos, que no es lo mismo. Se los puede recluir sin procedimiento judicial y deportar con una simple decisión administrativa. Es cierto que se admite que los afectados puedan recabar asistencia letrada y judicial pero sólo se conceden en el marco de las disponibilidades de cada cual o sea, puede que nunca. ¿De qué derechos hablarán sus señorías?

Entre tanto, los muertos siguen arribando a nuestras costas para amargarnos el verano y mezclados con unos vivos medio muertos a los que ahora podremos garantizar el derecho que han proclamado sus señorías de volver allí de donde llegaron para que la próxima vez vengan bien muertos.

(La imagen es una acuarela de José Aja titulada “sin papeles”, foto de Fotos CNT (en precario), bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 11 de juliol del 2008

Nubarrones en la derecha.

Maquillar los problemas no es un buen modo de resolverlos. Durante semanas el Gobierno de España se ha negado a reconocer que la economía está en crisis. Su Presidente evitaba a toda costa pronunciar la palabra maldita y del Presidente abajo ninguno osaba decirla. De forma que la situación era chusca: de un lado el país, la España real, perfectamente consciente de que nos encontramos en una crisis de gravedad y teniendo que bregar con ella; de otro, el Gobierno y las autoridades públicas, la España oficial, negandose obstinadamente a reconocer la realidad y buscando circunloquios para enmascararla como "frenazo", "parón", "ralentización" y otros hallazgos, como si el hecho de no darle a la cosa fea el nombre que le corresponde y de disfrazarla con eufonías pudiera hacer que aquella desapareciera del horizonte.

Se trata de un fenómeno relativamente frecuente en el caso de los gobiernos (y, por supuesto, otras entidades políticas, en especial los partidos) por el que estos pierden el contacto con la opinión pública y se alejan del común y obvio parecer humano. Pasó con el Gobierno del PP en 2004, cuando se empeñó en que la sociedad diera por buenas sus patrañas sobre una autoría etarra de los atentados del once de marzo. Y vuelve a pasar ahora con un Gobierno que se obstina en negar lo que todo el mundo sabe.

Algo parecido viene a suceder con el PP. A las dos semanas de haber cerrado su congreso entre mutuos parabienes y felicitaciones de cómo han resuelto sus problemas internos, estos reaparecen y con mayor fuerza. El bloque sólido, frontalmente opuesto al "viaje al centro" del PP (que es el nombre que damos al intento del partido de adoptar una línea política más flexible y moderada) se encuentra en el País Vasco. La señora San Gil, el señor Mayor Oreja y otras personas de su partido, convertidos en Don Pelayos, defensores de los integérrimos principios. Y detrás de ellos se oye ominosa la voz del señor Aznar, advirtiendo de que renovar el partido no significa dividir o restar sino sumar. Los "modernizadores" o "centradores" están lejos de haber ganado la batalla.

El tumulto vasco se trasmite en forma de intranquilidad o disconformidad al resto del partido, especialmente a territorios en los que soplan vientos contrarios al señor Rajoy como la Comunidad de Madrid, con la COPE agrediendo e insultando diariamente al lider ya al día siguiente de que éste perdiera las elecciones del nueve de marzo. Y no me lo invento. Según leo en El PLural, los insultos del señor Losantos al señor Rajoy son tantos que han dado para que un señor Gérard Malet escriba un libro.

El episodio catalán que sólo concluyó (de momento) con una presidenta del PP en Cataluña impuesta por la dirección del partido después de que los tres candidatos no se pusieran de acuerdo en uno de consenso y la señora Nebrera, la otra candidata, incluso se negara a retirar su candidatura en favor de la impuesta por los órganos superiores.

Los nubarrones en la derecha sólo presagian tormenta.

(La imagen es una foto de Rumyaku, bajo licencia de Creative Commons).

Un Calderón divertido.

Ayer se estrenó en los jardines del Galileo y dentro del programa de los Veranos de la Villa el montaje de Manuel Canseco de No hay burlas con el amor, del insigne don Pedro Calderón de la Barca.

Está bien esto de los jardines del Galileo y es buena idea la de poner unas mesas para cenar al aire libre y seguir viendo luego la pieza. Sin embargo encuentro los precios demasiado altos para los productos que allí se consumen.

La puesta en escena, aprovechando las condiciones arquitectónicas del lugar, está muy bien así como la ambientación que descansa sobre todo en los trajes de los personajes, todos ellos soberbios y cuidados hasta el menor detalle. Esa indumentaria presta mucho donaire a la representación dándole un aspecto de danza, cosa que cultivan los actores, todos muy buenos, que no paran quietos en el escenario. Excelente don Alonso, interpretado por Alberto Closas hijo. Un acierto.

La obra es indudablemente española e indudablemente del Siglo de Oro por cuanto es un lance de amor y honor entre hidalgos fainéants, criados más o menos ingeniosos, padres pundonorosos y doncellas recatadas. El teatro es el reflejo de la sociedad en que nace y en aquella sociedad de los últimos Austrias, que ocultaba la decadencia bajo el oropel del esplendor, no había guerreros, burgueses, financieros, aventureros o revoluionarios sino sólo es, clases parásitas. Por el argumento parece especialmente apropiada para esta época en que se afirma la política de la igualdad de género por cuanto la trama viene a ser la cuestión de si está bien que las mujeres sean sabias o cultas y la conclusión es que no más que el marido. Por eso dice don Diego, uno de dos personajes que son de apoyo a la obra: Porque el ingenio la sobra;/que yo no quisiera, es cierto,/que supiera más que yo/mi mujer, sino antes menos".Doctrina preclara, tradicionalmente mantenida por el mundo masculino y que, supongo, Calderón podía encontrar prudente

La obra presenta dos hermanas, Beatriz y Leonor, femenina, enamorada, discreta mujer la segunda allí donde la primera es pedante, culterana, inapropiada y, por ello mismo, víctima de los engaños generales. Doña Leonor, a fuer de sencilla, conoce el amor verdadero; doña Beatriz, a fuer de rebuscada, sólo a través de las burlas. Juntamente con estas dos hermanas, personajes muy conseguidos, aparecen dos criados/graciosos/discretos, Moscatel e Inés, enamorados entre sí, en un clima amable de final feliz. La obra es ingeniosa y tiene un punto de vodevil. El propio autor era tan consciente de no estar escribiendo una obra en su habitual espíritu que, en un momento dado, don Alonso, en un alarde vanguardista de Calderón, se pregunta: ¿Es comedia de don Pedro/Calderón, donde ha de haber/por fuerza amante escondido/o rebozada mujer? Y por cierto que los amantes se esconden aquí en una alacena y la mujer rebozada es la que se revela debajo del rebozo de la cultura.

Pero el elemento fuerte, lo que se establece casi como cuestión de derecho natural que nadie discute es que las mujeres deben vivir acordes con su condición subordinada y no pretender más saberes que los que precisan para la función conyugal a que están reservadas. Véase, si no, con qué contundencia se lo dice don Pedro a su adorada hija doña Beatriz: Libro en casa no ha de haber/de latín, que yo no alcance;/unas horas de romance/le bastan a una mujer./Bordar, labrar y coser/sepa sólo; deje al hombre/el estudio, y no te asombre/esto; que te he de matar/si algo te escucho nombrar/que no sea por su nombre. Es bueno escuchar y ver a los clásicos pero cada vez hay que ponerlos más en un contexto que no es el nuestro y ese trabajo hermenéutico tampoco puede ser obstáculo a una reflexión acerca de cuán antiguos y profundos son los veneros de la actual posición de subordinación de las mujeres.

¡Cómo cambian los tiempos por fortuna!

dijous, 10 de juliol del 2008

De crisis, taza y media

Ahora que ya se puede hablar de crisis porque el presidente ha conseguido superar su curiosa imposibilidad glótica, parece que han decidido salir todos a la tribuna a anunciar males sin cuento. Ya no debe de ser antipatriota expresarse como lo hace el gobernador del banco de España, señor Fernández Ordóñez, que adquiere tonos churchillianos por instantes. Ayer nos auguraba que todavía nos esperan tiempos peores y, en general, los vaticinios son muy negros en todos los órdenes. En un artículo de Francisco Martín Seco en InSurGente, titulado ¿Crisis o recesión? el autor recuerda que el déficit por cuenta corriente español es el 10% del PIB y que, en las condiciones actuales de restricción del crédito, eso es una situación explosiva. Porque menuda carga financiar un déficit del 10% del PIB. Lo que quiere decir que eso de que estamos en mejor situación que nunca para hacer frente a las vacas flacas, según dice el señor Rordríguez Zapatero suena a muy poco convincente.

La cascada de malas noticias, que predispone los espíritus a noticias todavía peores, con lo que en verdad se producen y el descenso no conoce fin es un mecanismo fatal del que será imposible salir en tanto no se recupere la confianza. Todos los expertos afirman que la crisis es una crisis de confianza. Pero recuperar la confianza es algo muy sutil y delicado que nadie puede predecir. Lo que está ya claro es que había una crisis, ya veremos si se traduce en recesión o no (lo más seguro es que sí si el señor Solbes sigue diciendo que no) y que en buena parte, su gravedad viene condicionada por la estrambótica, absurda resistencia del señor presidente del Gobierno a pronunciar la palabra.

(La imagen es una foto de Trinitas Imaging\Oodit, bajo licencia de Creative Commons).

¿Superioridad moral?

Leo y no acabo de creer lo que leo que el PP está distribuyendo un argumentario interno en el que niega la "supuesta superioridad moral" de los "progres". ¡Bendito siglo éste!

Lo primero que cuestiono es la necesidad de esos "argumentarios". ¿Qué es un "argumentario"? Según parece un escrito en el que se explica al lector en términos para él comprensibles cómo hay que razonar en determinados supuestos con ejemplos. Un argumentario tiene que ir preparado para que la mayor cantidad posible de seguidores lo racionalice y haga suyas sus conclusiones. Los argumentarios desconfían de la capacidad de raciocinio de los lectores y seguidores en general.

Luego está el asunto del contenido. En este caso el "argumentario" parece destinado a refutar la propuesta de que la izquierda (el PP le llama "los progres") sea moralmente superior a la derecha. No dudo de que haya alguien en la izquierda que sostenga esa bobada porque, como decía al parecer Belmonte, tiene que haber "gente pa tó", pero me atrevo a pensar que esa no es una idea de la izquierda. Más parece una obsesión de la derecha y una obsesión que delata una pintoresca situación: precisamente porque la derecha se ve como inmoral, reta a moralidad a la izquierda, para demostrarle su superioridad

No está claro a qué o quién se refiera la expresión "superioridad moral de la izquierda", si a las ideas de izquierda o al comportamiento concreto de quienes se consideran de izquierda. En cuanto a la moralidad o inmoralidad de las ideas hay poco que decir salvo que quizá pueda sostenerse que la idea de la superioridad moral de la izquierde se origine en el hecho de que algunas de sus propuestas parecen en principio más cercanas a los mandatos evangélicos. Al margen de que en verdad sea más moral ocuparse de los pobres de preferencia sobre los ricos se da la circunstancia de que esa preocupación es también compartida por la derecha. También la derecha dice ocuparse de los pobres y los trabajadores. Su propio nombre así lo indica: populares, son gentes del pueblo; no socialistas o comunistas (pues esto puede serlo cualquier aristócrata) sino exactamente gente sencilla del pueblo.

Además, el debate sobre la moralidad mayor o menor de las ideas pierde su interés si se recuerda que, no habiendo mucha diferencia (al menos nominalmente) en cuanto a las ideas, el debate se desplaza a ser uno sobre los medios y aquí sí que la diferencia es cero puesto que tanto un partido como el otro se valen de los mismos medios en democracia para conseguir fines que sí habrán de acabar siendo distintos una vez se vea que, al margen de lo que digan, los populares favorecen más a las rentas altas que a las bajas. El PSOE también, pero lo hace menos, con peor conciencia y procura compensar con beneficios a las rentas bajas.

Vaya la cosa por donde vaya, lo de la "superioridad moral" de la izquierda es más una obsesión de la derecha, una obsesión que delata complejo de inferioridad moral, lo cual es absurdo.

Mucho más injustificado estará el debate si pretende plantearse en el terreno de los comportamientos personales de las gentes de izquierda y de derecha, como si la idea de la pretendida superioridad moral de la izquierda supusiese que las gentes de izquierda tuviesen garantizado el recto camino por el hecho de ser de izquierda, como el que está vacunado contra alguna enfermedad infecciosa sabe que no la contraerá. Pero la doctrina socialista no es una substancia sino un discurso y, como tal discurso, es mudo respecto a la rectitud o doblez de quienes lo reciten. Cada cual es responsable de sus actos y son estos los que se deben juzgar en función de sus resultados. Son los resultados los que son morales o inmorales y esos caen por igual en el campo de la izquierda que en el de la derecha.

Conozco santos y crápulas de derecha y de izquierda indistintamente.

(La imagen es una foto de psd, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 9 de juliol del 2008

Adiós a las cucarachas.

En su sentencia sobre el caso del ácido bórico la Audiencia Nacional ha desmentido la ultima patraña que los fabuladores de la conspiración etarra/moruna habían fabricado con la intención de deslegitimar el proceso por los atentados del 11-M. Y no solamente de deslegitimar dicho proceso sino también de atacar el buen nombre a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de insinuar connivencia entre el PSOE y los terroristas del 11-M, en definitiva, con la intención de hacer el trabajo sucio al PP y conseguir triunfar allí donde aquel fracasó, esto es, en el intento de hacer creer a cuarenta millones de personas, contra toda evidencia, que ETA era la autora de la matanza del 11-M.

Durante la legislatura pasada la COPE y El Mundo se emplearon a fondo para generar una versión alternativa, distinta de la "oficial" sobre qué pasó el 11-M. Los episodios más chuscos de ese empeño, los "peones negros" de Luis del Pino, la mochila de Vallekas, la cinta de Mondragón, la furgoneta Kangoo, hicieron correr ríos de tinta y fueron objeto de rechifla general. Todo ello, sin embargo, no obstó para que en una admirable conexión de intenciones, el PP convirtiera en interpelaciones parlamentarias cualquier disparate con el que abriera su información El Mundo. Cuando se les preguntaba a los políticos conservadores si no creían estar haciendo el ridículo dando pábulo a las memeces de la teoría de la conspiración, respondían inevitablemente que las "investigaciones" periodísticas habían servido para destapar la corrupción del Felipismo a pesar de no contar con las simpatías de casi nadie. Esto es, el modelo que se aplicaba a la presunta conspiración española (y en la que se hacía cómplices a los terroristas etarras, los musulmanes, los policías y guardias civiles corruptos, los políticos del PSOE) era el de Watergate, una obsesión para El Mundo.

La sentencia de la Audiencia Nacional deja claro lo que ya estaba claro desde el principio, desde que se conocieron los hechos: que los peritos deslizaron en su informe una imaginaria vinculación entre los islamistas del 11-M y ETA con el fin de liarla, más o menos de acuerdo (vaya Vd. a saber cuánto acuerdo y a qué precio) con El Mundo que sus superiores eliminaron; que los superiores no cometieron delito alguno. Hasta aquí está bien, se ha hecho justicia judicial y los cuatro mandos policiales son muy de felicitar por ello. Pero no creo se haya hecho justicia por así decirlo "total". Creo que los cuatro mandos policiales han sido repuestos en su honor, pero queda por establecer ahora la conducta de los peritos que los acusaron.

Se recordará que la primera vez que este sumario llegó a un juez, lo fue al señor Garzón, quien estaba aquel día de guardia, el cual, tras tomar las declaraciones debidas empezó imputando a los peritos un delito de falsedad en documento público. Se armó entonces el habitual bochinche en los medios, con El Mundo y La Cope bramando contra el juez y poniendo todo lo imaginable en entredicho. Finalmente hubo una decisión judicial por razón de competencia que separó el sumario del juzgado del señor Garzón y lo llevó a uno de instrucción presidido por una juez, Gemma Gallego, que fue la que decidió imputar a los mandos policiales, esos a los que la sala de lo penal de la Audiencia Nacional acaba de absolver.

Pero ¿y los peritos, que acusaron falsamente a los mandos de falsificación, los que alteraron a sabiendas una fecha en un informe para falsearlo? ¿Van a irse de rositas? Espero que los mandos policiales absueltos procedan judicialmente contra ellos. Y si no lo hacen estos espero que lo haga el PSOE. Es importante que se impida la judicialización sistemática de la política que realiza el PP y la instrumentalización de los tribunales de justicia, cosa que va muy en detrimento de su dignidad. Es necesario que sean estos tribunales de justicia los que establezcan si los peritos cometieron delito o no al acusar a los mandos superiores y que sean los mismos tribunales los que establezcan si ese intento de comisión de un delito a su vez se hizo de modo gratuito o mediante algún tipo de pago. ¿Cómo olvidar al señor Trashorras, el delincuente Trashorras diciendo que mientras "estos" (los de El Mundo) paguen, yo les cuento la guerra civil"?

La vida pública no puede estar a merced de la chequera de algún desaprensivo. ¿O sí?

(La imagen es una foto de Rinzewind, bajo licencia de Creative Commons).

Anillo de fuego.

No sé cómo di ayer en Radio cinco con alguien recordando a Johnny Cash en The Ring of Fire. Decía unas cosas muy interesantes sobre la relación del "hombre de negro" con su mujer, que debió de ser tempestuosa y de ahí lo de ring of fire. Hay versiones posteriores de gente principal, alguna de las cuales escuché con interés. Pero luego me fui a comparar con el genuino, the real thing, y no hay ni color. En Youtube se encuentran decenas de interpretaciones. Por ejemplo, ésta, grabada en directo ¡en 1963! Hace cuarenta y cinco años. Fue la primera interpretación y suena como una mezcla de balada y ranchera:

Atención al contrabajo, el batería, los dos guitarras, los trompetas, todos encorbatados y peinados al estilo de los primeros sesenta. Son totales.

dimarts, 8 de juliol del 2008

El capital vuelve a la carga.

Con esto de que no hay crisis (y quien diga lo contrario miente como un fementido bellaco, traidor y antiespañol), casi nadie entiende el repentino fervor de los empresarios por conseguir que el Gobierno haga lo que ellos recomiendan bajo pena de males mayores, mayores crisis y desgracias.

Primero fueron los capitostes catalanes, siempre unos adelantados en defensa de los intereses del sector, quienes advirtieron de que no había tiempo que perder si el Gobierno quería evitar una catástrofe económica. Así venía a decirse en mi post de primero de junio de 2008 Aquí no pasa nada. Más tarde en la entrega del cuatro de julio de 2008, La patronal amenaza, se señalaba que los empresarios (en este caso, la CEOE) están sirviéndose de la crisis para conseguir posiciones más ventajosas en el mercado laboral, mejorar la situación fiscal de las grandes fortunas, doblegar la resistencia de los obreros, aumentar la tasa de explotación y romper las conquistas del derecho del trabajo en los años veinte en la República de Weimar y, posteriores. Y así siguen.

Ahora han sido los empresarios de Madrid, ya impacientes de que no se haga nada, quienes exponen el decálogo de sus actividades y recetas para hacer frente a la crisis inexistente desde la seguridad de que estarán en el espíritu del capitalismo, matizado por la comprensión socal propia de la doctrina social católica. Para todo lo demás: hacia el lanzamiento económico. Lo hacen desde un órgano de reflexión "científica", como el Círculo de empresarios, desde el que se abordan todos los asuntos que contribuyan a legitimar el punto de vista del mando en la sempiterna dicusión sobre los méritos y deméritos del capitalismo. Un verdadero Think Tank que, como los órganos de este tipo en el mundo entero, a imitación de los estadounidenses, está repleto de antiguos estudiantes izquierdistas, pasados a las disciplinadas filas conservadoras que viven de convertir en práctica científica la traición de sus ideales de juventud. Una especie de FAES en serio.

En su análisis de coyuntura actual, el tal Círculo de Empresarios ha presentado un catálogo de medidas urgentes e impopulares pero necesarias para salir de la crisis y evitar que ésta se convierta en una recesión en toda regla a fines de año. Recuérdese que es afición de estos científicos (como en el caso de los de la CEOE) amenazar a la gente, a los políticos, a las izquierdas con aquellas mismas catástrofes de las que se supone serían ellos quienes debieran protegernos en función de su pretendida competencia técnica.

Por boca de su presidente, señor Claudio Boada, y de su vicepresidente, señor Fernando Eguidazu, nos hemos enterado de que el Gobierno tiene que tomar medidas más que a paso para:

a) "flexibilizar el mercado de trabajo" (despido libre en otros términos);

b)"incentivar los contratos a tiempo parcial" (subvencionar la contratación de ciertos trabajadores);

c) "liberalizar" ciertos sectores, como la energía (esto es, barra libre para fijar precios, acordarlos previamente y otras estrategias "creativas");

d) reducir el impuesto sobre sociedades (que les quiten los impuestos a los ricos, cosa que hacen todas las derechas en el mundo entero);

e)"conceder privilegios fiscales al ahorro a largo plazo" (o sea, a los capitales acumulados y no reinvertidos de inmediato).

¿Está claro cómo se sale de la crisis? Haciéndosela pagar a los de siempre y beneficiando a los de siempre, que no se cansan de pedir la intervención del Estado en su beneficio tras decenios de críticas a esa misma intervención estatal como origen de todos los males.

(La imagen es una ilustración de Théophile Steinlen, Capitalistas cortando el cupón, 1899)

Después de la boda.

He tenido tres feedbacks (como dicen los cerebros empresariales) a raíz de la boda, que no me resisto a lucir aquí.

En primer lugar, la foto de todos los participantes en la ceremonia que mi hijo Andrés ha colgado en Facebook. Es la mejor que he visto hasta la fecha. Estamos todos en el salón de actos del Ayuntamiento de Pozuelo en el que se celebró la ceremonia ante un retrato de Juan Carlos I a quien, por fortuna, no se ve. Sentados en primer término, nuestros dos hijos, Héctor y Ramón. Detrás, los dos contrayentes. El resto, familiares de Celia y otros dos de mis hijos, Andrés (delante de las banderas) y Paulino, a mi izquierda. A la derecha de Celia, su hermana Mabel Redondo, su madre y su otra hermana, Mercedes. Todos muy sonrientes.


En segundo lugar, un bello poema de Juan de Asís, Bambolotto, el hijo de mis amigos Pepe y Lupe, que me hizo llegar al día siguiente y en el que describe con donaire el ambiente de nuestras conversaciones. Bambolotto es arabista e inspirado poeta. Transcribo el poema y doy al autor mis más efusivas gracias:

Fuentes, Palinuro, y tantos árboles: de tu casa a las estrellas esa noche con Mabel y Celia y madres y Pepe
y tú arriba escriba, patriarca y ángel.
Sí, claro: también el día anterior: ¡el cordero!o la mañana otra vez, Robinson y Zizek.
Para resumir: atalayas, montañas, castillos, Torrelaguna: allí Juan de Mena, Cisneros...
Rueda, esos detalles, Zamora, el Camino,
el románico, más paneles solares y el Sol,
el viento y los miles de molinos, la idea
de un Summertime diferente, más lento.
Bueno, bueno, que vayan los pitufos creciendo,
Ramón y Héctor. Que volvamos al papel. Fuentes, Palinuro, y tantos árboles.


¿Qué podré yo decirle que a su altura esté? Que las palabras tejen las sedas suaves de las arañas románticas. Que no hay diferencia entre la presencia y la ausencia si se atiende a la esencia. Que en la venida y la ida hubo mucha sabiduría. Que sólo se habla de lo que se calla, cuando el espíritu mudo de asombro descubre fuera de sí lo que tanto le atormenta dentro de sí. Que dejar las aladas palabras en el hueco del seno de los vientos diviniza la naturaleza, que es nuestra fuerza nutricia y nuestra únic sin razón de ser.

El grabado es obra de Utagawa Hiroshige, Admirando los ciruelos en flor (1840)


Por último, un curioso apotegma que me hizo llegar mi amigo Félix desde Nueva York y que dice así:

Ramon y Celia contraen matrimonio.
Rafael Nadal gana Wimbledon.
La seleccion de Futbol de España gana el campeonato de Europa.
Caballero: ¿¿¿¿¿¿¿Tiene usted alguna queja??????????????

(La imagen es un grabado de Klinger, titulado El cortejo nupcial de psiche.).

dilluns, 7 de juliol del 2008

El manifiesto y la controversia de las lenguas.

¡Pardiez, señores, que se ven en el siglo usos desaforados que fueran más propios de los tiempos pretéritos! Al decir de gentes avisadas la lengua castellana o española (que de ambas formas es conocida como se ve en el título de la obra de Covarrubias, editada por el insigne Martí de Riquer) es objeto de menosprecio en las nacionalidades bilingües y hállase próxima a su extinción merced a las órdenes, pragmáticas y decisiones que emanan de las públicas autoridades locales. Siéntese asi movido un grupo de ingenios de la Corte a dar a luz un Manifiesto por la lengua común. Forman la compaña al viajero los nombres siguientes: Mario Vargas Llosa, José Antonio Marina, Aurelio Arteta, Félix de Azúa, Albert Boadella, Carlos Castilla del Pino, Luis Alberto de Cuenca, Arcadi Espada, Alberto González Troyano, Antonio Lastra, Carmen Iglesias, Carlos Martínez Gorriarán, José Luis Pardo, Alvaro Pombo, Ramón Rodríguez, José Mª Ruiz Soroa, Fernando Savater y Francisco Sosa Wagner. Como se ve hay de todo pero abunda la gente culta, inteligente y brillante.

Tal temprana luminaria refulgirá en el firmamento, desde donde llegará al último rincón del globo, como próvido maná acrecido por la homilía semanal del pregonero mayor del Reino desde el temor por el fin del mundo que las generaciones venideras llamarán "plataforma mediática". Héteme aquí que en su día se juzgó provechoso para el bien común que tanto preocupaba al Aquinatense, y la gloria del magnánimo Borbón permitir que los habitantes de los lugares con lengua vernácula puedan servirse de ésta entre sí y en sus tratos con los agentes de la autoridad. Al tiempo debía asegurarse que en todas las posesiones de la Corona en donde se hablan lenguas vernáculas, el castellano o español reine como lengua franca de común entendimiento. Échase de ver, no obstante, que en el ejercicio práctico del poder en las nacionalidades bilingües, las autoridades actúan en provecho local y menoscabo de Corte. Anhelan que desaparezca la lengua común castellana y pretenden imponer el solo uso y cultivo de la suya vernácula. ¿Ha de obligar el Rey a sus súbditos en lueñes tierras a falar la lengua del Imperio?

Adviértese aquí de que no se trata sólo de la justa indignación que experimentan las almas refinadas cuando oyen hablar la lengua común a la que creen en franco deterioro, pues "ya nadie habla un castellano correcto", sino de la aventura de sumarse al movimiento del Manifiesto amparándolo y dotándolo de portentosos artificios para que su causa se oiga en tierras recónditas y ampare los derechos de todos. Porque son los seres humanos los titulares de derechos y no los territorios y menos aun las mismas lenguas. Este argumento se esgrime con frecuencia en un sentido equívoco. Nadie negará que son los seres humanos los titulares de derechos y no los territorios o las colectividades. Suspende el ánimo no obstante que quienes así de sagazmente discurren no caigan en la cuenta de que esos derechos de titularidad individual pueden ser antagónicos y habrá que establecer un orden de prioridades. La prioridad castellana puede encontrarse enfrente de la prioridad catalana y ¿cuál es el orden de preferencia?

¿Cual ha de ser? Por supuesto, el español porque es una lengua universal en permanente expansión, sólo superada por el inglés y el chino. Pero esto no es una razón convincente. No es disparatado que alguien invoque como mérito del orden de preferencia inverso que el carácter frágil, exiguo y minoritario de una lengua debe ser un criterio de la política de las autoridades educativas. Además, si tan seguro y próspero es el español, ¿por qué le atribula que en una porción relativamente pequeña de tierra, en Cataluña o en el País Vasco deje de hablarse? Obviamente porque el español es una lengua potente e impotente al mismo tiempo, en expansión o en contracción, según quién hable.

El discurso de la lengua es y ha sido siempre el discurso del poder político. Dios concede a Adán la potestad de poner nombre a las cosas, le da poder. Y de poder es de lo que se discute en esta controversia de la lengua; del poder de imponer la lengua. Si, lejos de querer forzar exclusivamente el castellano, el Rey, mediante disposición tan generosa como justa según dicen los del Manifiesto, autoriza el empleo de otra lengua vernácula en situación de confrontación a muerte, ese es el punto de vista del Rey, que compartirá quien lo comparta, que habrá que cumplir por imperativo legal pero no hay por qué aceptar sin más. Otrosí si el criterio es el número, lo mejor es que todos aprendan chino.

Argumentan los redactores del Manifiesto que el derecho de todos los españoles (incluidos los que viven en la marca cataláunica) deriva de lo preceptuado en la Constitución Española, art. 3, 1: El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Y digo que deriva de la Constitución (algún sentido había de tener el famoso "patriotismo constitucional") porque es la Constitución la que crea tal derecho y deber. Barrunto que los redactores no tendrán una concepción iusnaturalista del derecho a usar el español que les haga decir que la Constitución no lo crea sino que lo reconoce porque es anterior a ella, como un derecho fundamental, con lo que habría que luchar porque todos los habitantes del planeta pudieran ejercitarlo.

Ahora bien, que algo esté amparado por la Constitución no quiere decir que quede hipostasiado a juicio de los manifestantes. Al contrario: ellos mismos piden del Parlamento español una normativa legal del rango adecuado (que en su caso puede exigir una modificación constitucional y de algunos estatutos autonómicos).... O sea, la Constitución puede modificarse en lo atingente a la regulación jurídicamente vinculante de la lengua. Pero podrá hacerse en más de un sentido. ¿O no pueden los nacionalistas pedir también una reforma de la Constitución para que el artículo 3,1 diga algo así como: "Las lenguas oficiales del Estado serán las cuatro oficiales en las distintas comunidades autónomas"?

Con razón han elegido el término "Manifiesto" para el título de su acción, un término político, insurreccional, a veces militar y en otras artístico. Pero siempre un texto para dejar clara de forma sucinta la posición de un grupo o bandería en una controversia.

(La imagen es una foto de Visentico/Sento, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 6 de juliol del 2008

El Congreso de la dicha.

Comparado con el congreso del PP, el 37º del PSOE ha sido una balsa de aceite. Demasiado balsa de aceite para mi gusto pues siempre prefiero que haya algo más de controversia y menos autoadmiración. En todo caso, el acontecimiento dio una indudable imagen de unidad de propósito, integración y sentido de la innovación, cosas ellas no tan fáciles de reunir como debiera ser en un partido político. Que el señor Rodríguez Zapatero haya salido reelegido secretario general con más del noventa y ocho por ciento de votos favorables era de esperar y es hasta razonable. Entre los nombramientos nuevos la prensa destaca la consolidación del señor José Blanco como vicesecretario general. Quienes quieren derribarlo, que son algunos, tienen un trabajo difícil pues el hombre parece haber blindado su mucho poder. Ascenso también para Leire Pajín que ocupa la portavocía que deja libre el señor Blanco. Da la impresión de que si el primer nombramiento obedece a la intensa colaboración entre los señores Rodríguez Zapatero y Blanco durante la legislatura anterior, el segundo está más en la línea de las relaciones de poder e influencia dentro del PSOE, algo que no es privativo de este partido sino norma frecuente de actuación en muy diferentes órdenes, algo tan típico del país como el Sacromonte de Granada y nada tan original.

Se confirma lo escrito en el post de ayer: el PSOE tratará de institucionalizar los avances de la vida social, para lo cual tendrá que demostrar (y demostrarse a sí mismo) que, en efecto, son avances sociales, es decir, aumentan en algo el grado de bienestar de la sociedad o aportan algún conocimiento nuevo y, en consecuencia, la gente está dispuesta a dedicarle algún tiempo de su vida El tiempo es la única y verdadera unidad de medición del valor. Entre los avances sociales aparece la laicidad del Estado, el aborto y la eutanasia, posibilidades de mejorar la vida de la gente sobre el planeta y que ya de antemano se sabe ganará al PSOE y al Gobierno la hostilidad de la Iglesia a través de sus medios de comunicación.

De momento, el señor Rajoy ha respondido con la ineptitud que lo caracteriza que el señor Zapatero se ocupa de lo que no importa a nadie, lo cual es absurdo por que sí importa. Hace falta ser merluzo para pensar que a la gente no le importa cómo se le pondrán las cosas a la hora de la muerte, por la que hemos de pasar todos. Verdaderamente merluzo. Otra cosa es preguntarse si es lo que más importa a la gente en un momento de crisis económica, inflación, paro e impago de hipotecas. Pero apreciar esto implica ver que la oposición es también cuestión de matices y no suele haber sitio para los matices en la oposición del PP.

(La imagen es una foto de Pablo Garp, bajo licencia de Creative Commons).

La boda de Palinuro.

El enlace formal se ofició en el Ayuntamiento de Pozuelo y lo presidió el concejal de Nuevas Tecnologías, señor Calvo-Sotelo, del PP. Me pareció estupendo que fuera el responsable municipal de las nuevas tecnologías el encargado de la ceremonia, lo consideré una especie de premonición o feliz coincidencia de aficiones. No me hubiera gustado nada que me casara el concejal responsable de clero y culto, por ejemplo, si al Ayuntamiento le diera por tenerlo.

Da fe la foto superior que quizá no sea de calidad excelente pero es la mejor que he encontrado por ahí se sigue que ambos somos conscientes de ls importancia del momento. Tenemos la más clara figura de contrayentes que quepa imaginar. Digo esto porque al día siguiente, mi amigo Ferri me preguntó si me había puesto nervioso. Y ¿por qué iba a ponerme nervioso? La gente, me dijo, se pone nerviosa cuando se casa. Francamente, no lo entiendo. Nerviosa ¿por qué?

Ayer celebramos el hecho con una fiesta para los amigos en el jardín de la casa del pueblo. Tampoco es una foto excelente la de la derecha, pero da una idea del ambiente. El fotógrafo se ha dejado fuera de campo otra mesa más a la izquierda. La verdad es que pensé que si no podía representar las bodas de Fígaro, que es el momento culminante de la subversión del antiguo régimen, basado en la más flagrante injusticia de la humanidad, que es la desigualdad, podría escenificar las bodas de Camacho el rico, que no consigue sin embargo ganar en ingenio a su rival Basilio el pobre, quien se alza con la mano de la bella Quiteria, prometida de Camacho y enamorada de Basilio. Un bello ejemplo de ómo el amor triunfa obre las asechanzas de la vida.

Creo que lo pasamos bien. Gracias a quienes vinísteis y a quienes no lo hicísteis por causa de fuerza mayor.

dissabte, 5 de juliol del 2008

Gente de izquierda.

En el 37 Congreso del PSOE, que se clausura hoy, parece haberse querido enviar un mensaje a la ciudadanía de que el partido no se ha escorado a la derecha y que sigue siendo un partido de izquierda, como se echa de ver en que, a pesar de las dificultades (no hay crisis, dice el jefe) económicas no habrá recortes en las prestaciones sociales. Además, el izquierdismo se verá en que se adoptan decisiones sobre el avance en la laicidad del Estado, en el derecho al aborto y la eutanasia.

Es un izquierdismo que los marxistas llamarían "superestructural" pues afecta al campo de las ideas, las mores, costumbres, normas éticas antes que a las realidades materiales y económicas, a las relaciones de producción. De eso, en el Congreso no se ha dicho ni palabra.

Sí, y muchas, sobre las cuestiones lingüísticas que, sin ser de naturaleza material o económica, tampoco son estrictamente hablando pertenecientes al reino de lo numinoso. Cuestiones de administración social de las lenguas en España, esa que se ha resuelto habitualmente a cañonazos. En la confrontación abierta a propósito del manifiesto en defensa del castellano, el PSOE ha adoptado una prudente línea media que no sé si atiene siquiera a lo que piensa la mayoría de su propio electorado.

En todo caso, el balance de este congreso demuestra qué lentas son las maquinarias burocráticas en relación con la realidad. Está claro que la comisión que hace un año recibió el encargo de preparar el Congreso, redactar los documentos que se leerían luego en las agrupaciones, recoger las enmiendas, etc, se basó en un análisis y criterio de hace un año, cuando no había crisis económica y las cuestiones que preocupaban eran otras; eran... las que se han discutido en el congreso y éstas, que siguen siendo importantes, ya no son las que más procupan a la gente. Véase, si no, el último barómetro del CIS: cuestiones económicas, paro y vivienda. Lo de los crucifijos le importa al personal una higa. Y no digo que no haya que quitarlos; más que a paso. Pero también digo que hay que denunciar los acuerdos con la Santa Sede y el Gobierno, compuesto por meapilas, se niega a tocarlos. Y puede que tenga razón tácticamente. Para no propiciar excesiva oposición. Ya están los cura que trinan. Así que dejamos la cuestión con el 7º de caballería (los socialistas) rescatando a los colonos (la población) acosados por los indios (los curas), pero sólo lo justo. Veremos en unos años.

Orgullo lésbico.

La festividad del orgullo gay que ha tenido despendolada este año a Chuecatown culminará en el día de hoy con una marcha del orgullo lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero y travesti. El recorrido de la manifa, que irá desde la plaza de la Independencia hasta la Plaza de España, pasando por Alcalá, Cibeles y Gran Vía demuestra que el movimiento gay ha adquirido respetabilidad burguesa: su itinerario es como el de CCOO o la UGT, dos instituciones puntales del capitalismo tardío en España, un Estado capitalista de segunda línea.

Me encantan esos festivales del orgullo gay y las manifas de todos, los gay, los travestís etc bajo los animados colores del arco iris, pues el movimiento tiene una bandera, algo esencial para llevar adelante la ceremonia pero prescindible en todos los demás movimientos de la sociedad civil. No me sumo a ellos por mis complejos, porque no veo a un oscuro profesor universitario de ya avanzada edad con una diadema de plumas en la cabeza, los labios pintados de bermellón incendiario enfundado en una camisa con espumillón rosa, calzas abullonadas y borceguíes de terciopelo y que además es honrado padre de familia y está en su primer día de casado por lo heterosexual, pero me gusta verlos pasar con sus números, sus músicas y sus bailongos más o menos provocativos y villanos. Me parecen muy bien.

Nos queda mucho por hacer. En el caso de la homosexualidad masculina o femenina se ha avanzado mucho, pero es siempre en el ámbito público, caracterizado por una gran hipocresía e ideolatría; perdón por el neologismo. Es un caso en el que se ve que las leyes en España van por delante de la evolución de las costumbres. Es necesario que las visiones homófobas, propias de la sociedad patriarcal vayan siendo arrinconadas y sustituidas por una visión de España que transcurra en una imagen de convivencia pacífica entre la pluralidad de opciones en lo genério, político, económico o de lo que sea.

Por todo eso me parece también de perlas que la ministra Bibiana Aído encabece la manifa y se ponga una vez más al alcance de los bramidos de la derecha más cavernaria. Ya lo de "miembra" fue un toque sabiamente tañido. ¡Hay que ver la cantidad de sinsentidos que se dijo por entonces! Se veía a los gacetilleros soltando espuma por la boca mientras aporreaban los teclados de los ordenatas: "estupidez", "incultura", "señorita", etc. Esta Bibiana puede causar un destrozo allí donde fuere. Hace bien. Ya era hora.

(La imagen es una foto de Philippe Leroyer, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 4 de juliol del 2008

La patronal amenaza.

Hay quien dice que el paro es el terrorismo del capital; el terrorismo que ejerce el capital. No hay bombas ni pringaos suicidas ni tiros en la nuca ni secuestros en la selva. Simplemente se cierran las fábricas, se llevan a otro país con mano de obra más sumisa y barata y a la de aquí, que le resuelva el problema el Estado del bienestar, también llamado (¡estos franceses...!) Estado Providencia o Estado benefactor. A los efectos de infundir miedo a la gente la amenaza del paro es más poderosa que una bomba en un supermecado. De todas formas, además, en ambos casos las víctimas son las mismas.

De forma que muy en su papel de jefe de la patronal, la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), el baranda, señor Díaz Ferrán, se pidió ayer el micrófono y anunció que, de seguir las cosas como hasta ahora, a fines de año tendremos un millón y medio de parados más. O sea, a los dos que hay se le suma uno y medio y nos ponemos en tres millones y medio de parados. Piénsese. 3.500.000 parados. Una situación explosiva. Y esto, el señor Díaz Ferrán ¿lo augura? ¿lo teme? ¿amenaza con ello?

Parece como si ese millón y medio de parados más no tuviera un origen en alguna causa exterior que nadie puede controlar sino en la voluntad de los empresarios de que sea así y por si alguien tiene duda, lo reconoce el propio señor Díaz Ferrán cuando dice que reclama al ejecutivo que ponga en marcha las medidas propuestas por la CEOE "para que, finalmente, los empresarios no tengan la necesidad de deslocalizar las empresas, "que es justo lo que no queremos hacer" ¿Queda claro? No quieren deslocalizar pero si el Gobierno no hace lo que dicen, deslocalizan; al deslocalizar, la gente se va al paro. Ya lo han calculado: un millón y medio de trabajadores más en la calle. Haces lo que digo o te monto un Cristo. ¿Se acuerdan de La ley del silencio (On the Waterfront,) de Elia Kazan, con Marlon Brando? Quienes colaboran con los matones tienen trabajo; quienes no lo hacen, no. El desempleo es el arma de los gangsters. Extiendan la práctica a una ciudad, una provincia, región o Estado. Los obreros que aceptan las condiciones del capital tienen trabajo; los que no, al paro. ¿Qué condiciones? Algunas de las que componen el paquete de medidas que el señor Díaz Ferrán soltó ayer en la Asamblea Anual de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) con aire de desdeñoso ultimátum conminando a que lo aplique el Gobierno central o las Comunidades Autónomas, el siguiente: aumento de la flexibilidad laboral, unidad de mercado, menos intervencionismo, más desregulación, menor presión fiscal, incrementar el gasto en I+D+i e infraestructuras o la internacionalización empresarial. Traduzcamos esto al román paladino:

flexibilidad laboral = despido libre.

Unidad de mercado = homologación de CCAA.

Menos intervencionismo = y más subvenciones.

Más desregulación = y más subvenciones.

Menor presión fiscal = los impuestos que los paguen los pobres que son quienes se benefician de ellos.

Incrementar el gasto en I + D + i = con dinero público para privatizar los beneficios.

Más gasto en infraestructuras = más autopistas, más puertos, más suelo urbanizable a costa del contribuyente para que los rentabilice la iniciativa privada.

Internacionalización empresarial = los capitalistas no tienen patria; su patria es el capital. ¡Y hubo alguien en el siglo XIX que dijo que el proletariado no tiene patria! Es precisamente lo único que tiene, patria. Y no le sirve de nada.

Por un momento soñé que el señor Díaz Ferrán hablaba de otra forma y vertía propósitos como los siguientes: "Habida cuenta del momento crítico que atraviesa la economía, en aras al bien común, los empresarios, especialmente los de la construcción, que llevamos cinco años forrándonos vendiendo viviendas que, segun los cálculos más solventes están sobrevaloradas en un cuarenta por ciento (ver mi post Más sobre el timo del ladrillo), vamos a bajar nuestros márgenes de beneficios. Igual que pedimos moderación salarial estamos dispuestos a renunciar a nuestros márgenes del cincuenta por ciento y dejarlos en un cinco por ciento en estos tiempos de vacas flacas". El resultado sería muy bueno: con las viviendas y otros bienes duraderos que hayan estado sobrevalorados en la mitad de su precio, se produciría un fuerte aumento de la demanda (todo el mundo compraría) y la economía se relanzaría. Basta con que los empresarios reduzcan sus abusivos márgenes de beneficios a las cantidades habituales en Europa. Pero eso es un sueño. Como el de la cueva de Montesinos. Aquí la patronal lo único que está dispuesta a reducir sos los salarios y los puestos de trabajo. Una forma de terrorismo que se pueden permitir porque en el otro lado ya no hay nadie que la amenace en serio. Los viejos sindicatos han perdido los colmillos a fuerza de rumiar el pasto de la financiación pública y los partidos de la izquierda no tienen interés alguno en enemistarse con el capital, cosa que sucedería si, por ejemplo, dijeran estar dispuestos a hacer lo único que el capital teme: socializarlo.

(La imagen es una foto de Bright Tal, bajo licencia de Creative Commons).

A pedos por el Imperio.

Este Mendoza es un grandísimo escritor de pura cepa hispánica, irónico, equilibrado, inteligente, con muchísimo oficio y un estilo tan refinado que no se nota; un caballero de las letras, si se quiere y se puede hablar así; un caballero andante de las letras. Le encanta el artificio, el misterio, la intriga, como en el Caso Savolta o la Cripta Embrujada, que se pueden mezclar con alienígenas, como en Gurb, o con el mundo clásico, como en esta divertida novela (El asombroso viaje de Pomponio Flato, Seix Barral, Barcelona, 2008, 190 págs) de los tiempos de Cristo.

El protagonista, Pomponio Flato que en realidad es Pomponio "el pedorro" recorre Palestina al ruido de sus ventosidades y flatulencias producidas por su manía de probar las aguas de los más remotos ríos en búsqueda filosófica del manantial de la eterna juventud o algo así. Ya se sabe: te echas a andar en demanda del Grial y te encuentras en mitad de la mierda. Aparte del estricto valor filosófico de esta observación, hay en ella un elemento pantagruélico que también está presente en el estilo de Mendoza. Hay que ver con qué naturalidad se daba por culo la gente en el siglo I d.d.C., según dice nuestro novelista que, a veces, recuerda al Apuleyo del Asno de oro.

Arranca la novela en estilo epistolar. Pomponio, de viaje al 0riente, escribe a un amigo que queda en Roma y le cuenta su prodigiosa aventura en Nazaret. El estilo epistolar se diluye al poco de arrancar en una narración normal en primera persona y sólo de nuevo hacia el final, cree el autor necesario recordarnos que el relato era epistolar. Me parece una muestra de la madurez de estilo de Mendoza. No hace falta repetir el relato de los hechos, basta con una pincelada, al modo impresionista.

No destriparé la trama de la historia porque ésta tiene sólida base: Pomponio acepta el encargo de demostrar que el humilde carpintero José, condenado a muerte por el asesinato del rico Epulón es inocente. Quien le hace el encargo y lo acompaña en sus andanzas por cumplirlo es un niño, hijo del carpintero, que se llama Jesús y el encargo lo hace en demanda de su madre, María. Y aquí salen muchos personajes familiares a quienes se interesan por lo que la Iglesia llama la "Historia sagrada": escribas, fariseos, nabateos, samaritanos, griegos, grandes sacerdotes, hetairas, bandidos, legionarios, procuradores romanos, Juan el Bautista, su padre Zacarías, su madre Isabel, Barrabás, los dos ladrones, Lázaro (el de la parábola del rico Epulón, una especie de pícaro sinvergüenza que vive de sus pústulas) y, por supuesto, José, María y Jesús.

El equites Pomponio Flato, fisiólogo itinerante, seguidor de Aristóteles, va desgranando sentencias a lo largo del libro que valen su peso en oro. Y algunos relatos especialmente simbólicos del duro mundo del pasado en relación con los aspectos mendocinos que comento. Pomponio describe cómo son las tribus que habitan cerca del Vístula, a donde ha ido a probar las aguas de un río que insuflan capacidad para pronunciar oráculos extraordinarios. Desde luego, no es su caso. Estos habitantes queruscos rinden culto a Thor, dios de las batallas, y su caudillo es siempre el varón más aguerrido, más audaz y más diestro en el manejo del hacha. A éste, mientras conserva la fortaleza, todos le respetan y obedecen y le dan por el culo sin esperar a que él lo solicite. Pero cuando sus fuerzas empiezan a menguar, lo despojan de todo rango y lo uncen a una noria, donde acaba sus días dando vueltas sin cesar." En lo que parece que hemos ganado moralmente a los siglos pretéritos es en que hoy no hay Vae victis!

Nada, una novela alegre, optimista, irónica, distanciada. Muy grata de leer.

Palinuro se casa.

En el día de hoy Palinuro contrae matrimonio civil con la madre de sus hijos más pequeños, Celia, su compañera de últimas fatigas. En el día de hoy, cuatro de julio, festividad de la Independencia en los EEUU. Bueno, ¿para qué se quiere la independencia? Para rendirla a alguien, sobre todo si es alguien bien amado, como decía Sartre que queríamos la libertad, para comprometerla por algo. Y de ahí salió el "compromiso" del intelectual o "intelectual comprometido", que era término que siempre me repateó porque sonaba a crónica de revista cristiana "comprometida", digo yo que con el siglo, porque las otras cosas, el mundo, el demonio y la carne, son muy comprometidas (en otro sentido, claro) y los cristianos deben huirlas. Me parecía obvio que el término no era inocente: el compromiso político era y es como el compromiso conyugal, algo muy serio y pesado. Conyugal es lo propio de quienes conllevan el yugo, el iugum que, como lo soportan dos, parece ser más liviano y entretenido, pues se va charlando.

Ya les contaré.

(La imagen es el célebre cuadro de Jan van Eyck, El matrimonio Arnolfini (1434) que se encuentra en la National Gallery de Londres. Este Arnolfini era un banquero. Quién lo diría, ¿verdad? viendo a los banqueros de hoy...

dijous, 3 de juliol del 2008

La ciencia sombría.

La verdad por delante. El señor Rodríguez Zapatero no quería comparecer y pretendía mandar al vicepresidente, señor Solbes, como digno representante de lo que Carlyle llamaba la ciencia sombría. Pero los grupos de la cámara exigieron de forma unánime que compareciera el jefe máximo, dada la gravedad de la situación. Y allí estuvieron unas horitas, crisis sí, crisis no, mareando la perdiz. Es muy llamativo el interés de todos los grupos por conseguir que el Presidente acepte pronunciar el vocablo, como si se tratara de un rito mágico, de una invocación para neutralizar los efectos de la cosa. O quizá lo que pretendan sea darse el placer de torcer el brazo presidencial en un asunto de no mayor gravedad. Hasta el señor Rajoy (que ya está claro que no es Einstein) salió diciendo algo sorprendente, que lo apoyará si reconoce la gravedad de la crisis.

Casi parece un ejercicio en un máster de liderazgo: si te mantienes firme en tu curso frente a las presiones generales para que lo cambies, eres un lider. O te das una castaña. Por lo demás, el debate es pueril. Al fin y al cabo, tampoco "crisis" es un término exacto excepto en medicina; en los demás lugares se usa aproximativamente. El término técnico es recesión y ahí parece que todavía no estemos aunque nos acerquemos a velocidad acelerada, con todos los indicadores dando tumbos hacia abajo que es un primor y los precios pegando saltos hacia el cielo, hacia las nubes, que es donde la gente los tiene colocados metafóricamente se entiende.

En su comparecencia forzosa, el Presidente aseguró estar ocupándose del asunto y haber tomado una serie de medidas paliativas y de reactivación de la economía. No me pareció que dijera nada de bajar los impuestos o de recortar las prestaciones sociales. Al contrario, habrá aumento de gasto público. O sea, en algunos aspectos las medidas son expansivas, en parte keynesianas, cosa que me parece un acierto. Lo de bajar los impuestos vale para otros momentos; no para éste.

Es posible que esta crisis salga al señor Rodríguez Zapatero más cara de lo que imagina. Sigue haciendo vaticinios respecto a cuándo habrá recuperación con tanta base como la que tenía cuando hizo los anteriores, todos ellos erróneos, como a la vista está. Podría invocar la experiencia pero este es uno de los escasos ejemplos en que no conviene porque se trata de la experiencia de equivocarse

En cualquier caso, de buena fortuna anda el gobierno que debe sus triunfos en situación de minoría parlamentaria no a sus habilidades retóricas, que son muchas, sino a la pavorosa incompetencia de la oposición. El señor Rajoy parece un disco rayado (de los de vinilo; los de ahora se rayan de otro modo) diciendo siempre lo mismo, del mismo modo, con el mismo tono. No me extraña que hasta los suyos quieran cambiarlo. No seré yo quien diga qué es lo que hay que hacer cuando se está en la oposición pero tengo por cierto que nadie se tomará a mal que el dirigente de la oposición, además de ridiculizar a su adversario y zarandearlo, aporte alguna ideílla, algún plan de lo que sea, alguna propuesta positiva que dé para discutir porque con el señor Rajoy ya no se discute ni en las barras de los bares (bars' bars que suena así como a "bárbaro") a la hora del aperitivo.

<(La imagen es una foto de igdelvalle, bajo licencia de Creative Commons) y se trata de un asistente a una de las numerosas manifas de la AVT en contra del señor Rodríguez Zapatero y que apareció con su perro ataviado de esta guisa...)

Ingrid Betancourt liberada.

Es una noticia excelente. Uno sentía a esa mujer en el fondo de su alma, seis años secuestrada en lo profundo de la selva. Ve uno la foto de lo que fue y la foto de lo que es y lo asalta a uno la indignación. ¿En nombre de qué se puede hacer algo así a un ser humano? ¿En nombre de una quimérica revolución que no sabe explicarse a sí misma? Me da igual lo que digan quienes la secuestraron y me da igual lo que digan quienes la han liberado. El hecho maravilloso es que está en libertad junto a otras catorce también retenidas en contra de su voluntad.

La libertad, Sancho, es el don más preciado que dieron los dioses a los hombres; por ella la vida se ha de dar. Ciertamente la vida sin libertad es la muerte. Viendo esa foto que hoy reproducen todos los periódicos de la señora Betancourt en cautiverio, ¿no parecía una muerta en vida? Y ahora que tiene la libertad, resucita, vuelve a la vida. Una vida que ya sólo será la continuación de aquella injusta muerte.

(La imagen es una foto de www.alexcano.com, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 2 de juliol del 2008

De la crisis nos sacará San Judas Tadeo.

A estas alturas el debate sobre si hay crisis o no ya parece el de los galgos y los podencos, y el único que sigue empeñado en negar la evidencia como si de esta forma pudiera suprimirla es el señor presidente del Gobierno que prefiere recibir a la victoriosa selección que encarar el hecho de que la gente está empezando a pasarlas canutas. Ayer el vicepresidente económico y ministro de Hacienda, señor Solbes, el que antes de las elecciones del nueve de marzo pasado vaticinaba que la situación se normalizaría durante estos meses y habría recuperación a fines de este año, ese mismo, decía que el PIB ha crecido "por debajo" del 0,3% en el último trimestre ("por debajo" quiere decir cualquier cosa desde 0,3 hasta 0), que a finales de este año la situación será peor, que se mantendrá alta la inflación y que el paro aumentará pues ya lo ha hecho hasta un 10% aproximadamente.

Ayer un lector de El País, don Joé Pauner Sala, decía en cartas al director: "Después del debate televisado sobre economía entre Pedro Solbes y Manuel Pizarro realizado durante la última campaña electoral, la mayoría de las encuestas hechas por los medios de comunicación dieron como claro vencedor a Solbes. A toro pasado, la crisis económica que estamos sufriendo demuestra que la razón la tenía Pizarro. Y que aún se quedó corto." Tengo dicho que las cartas de los lectores son fuente inagotable de ideas, de hallazgos. Esta en concreto pone de relieve con toda claridad la charlatanería, el trampantojo, el embuste sistemático de esas aparentemente fundadas predicciones económicas a largo, medio y ¡hasta cortísimo plazo! ¿Quién no recuerda al suficiente señor Solbes cargado de razones y estadísticas, de gráficos e informes, diciendo exactamente lo contrario de lo que se ve obligado hoy a admitir? Aquel debate salió tan bien al señor Solbes y apuntaló de tal modo las expectativas electorales del PSOE (aparte, por supuesto, de dejar a los pies de los caballos al señor Pizarro) que es razonable plantear la sospecha de si el ministro socialista de Hacienda no estaría atendiendo antes al interés del Gobierno por mantenerse en el poder que al conocimiento riguroso de lo que estaba pasando en la economía. Pero tampoco hay que exagerar: ni el señor Solbes ni nadie tenía ni idea de lo que se avecinaba a la vuelta de unas semanas. La prueba es que, de haberla tenido, no se hubiera puesto el Gobierno en plan rumboso con las ayudas de 2.500 euros por niño y los 400 euros de devolución de los impuestos, medidas de populismo electoral que hoy son inimaginables. .

Ahora tenemos la crisis encima. Los últimos datos del sector de la vivienda lo confirman de modo apabullante: frenazo brusco a la construcción (y caídas de pedidos a las empresas y los servicios que la nutren), descenso del precio medio de la vivienda de nueva construcción y la de segunda mano en lo que no es más que el comienzo de un ciclo que va a dejar en nada la famosa "burbuja inmobiliaria". Hoy comparece de nuevo el gobernador del Banco Central Europeo probablemente con un mensaje de aumento de los tipos de interés que amargará las vacaciones a quienes tengan hipotecas y eso si pueden ir de vacaciones porque con la gasolina a precio de rubíes y encareciéndose, mucha gente decidirá quedarse tan tranquila en la ciudad en la que viva, tomando el autobús.

Según dice el señor Rodríguez Zapatero, estamos mejor preparados que nunca para hacer frente a la crisis, esa que no existe. A juzgar por la velocidad a la que se ha volatilizado el superávit, temo que esa preparación no resistirá una semana. ¿Y luego? Luego tanto da escuchar al señor Solbes como poner una vela a San Judas Tadeo, patrono de los imposibles. También se le puede poner a Santa Rita, igualmente patrona de idéntico negociado.

(La imagen es una foto de Katy Lindemann, bajo licencia de Creative Commons).

La nación desmejorada.

Andrés de Blas es uno de los más importantes estudiosos españoles de la cuestión nacional. Si digo que es el más importante se notará de inmediato que, además de estudioso del nacionalismo, Andrés es amigo mío y, aunque soy más amigo de la verdad que de Platón, por no parecer lo contrario, dejaré estar el que De Blas sea uno de los más importantes estudiosos españoles de esta interesante y sempiterna cuestión.

El propio autor, en una especie de prólogo a este libro (Escritos sobre nacionalismo, Biblioteca Nueva, Madrid, 2008, 216 págs) avisa de que se trata de una recopilación de trabajos publicados a lo largo de los años y que, en cierto modo, constituyen una especie de antología de una trayectoria, de una vida dedicada al estudio del nacionalismo. Y nos ahorra la habitual advertencia en estos centones de que hay un "hilo conductor" en todos los trabajos porque es obvio que lo hay en la vida del propio autor, el estudio del nacionalismo en todas sus facetas, como ideología, como movimiento, hecho histórico, mito, reflejo literario y en muy variados soportes, desde monografías hasta artículos de prensa, pasando por artículos en revistas especializadas y capítulos de libros.

El libro en comentario aparece dividido en dos partes: la primera y más amplia, artículos y capítulos de libros sobre el nacionalismo y la cuestión nacional (en España y en general) y sobre autores específicos en relación al nacionalismo (Azaña, Pío Baroja y Senador Gómez) y una segunda parte con artículos publicados en El País entre 1990 y 2007 sobre el tema nacional.

En síntesis, la posición de De Blas es que la distinción que estableció Meinecke entre "nación política" (la que lleva detrás un Estado) y "nación cultural" (la que no lo lleva) es de plena aplicación hoy día en todos los casos en que se manifiesta el nacionalismo y singularmente en España. Entiende el autor que esta división (en la que también ve un eco de la celebérrima distinción de F. Tönnies entre "sociedad" y "comunidad") no sólo es, sino que está bien que sea así. Dicho de otro modo: no tiene sentido que las "naciones culturales" pretendan ser "naciones políticas". El Estado es el que es, abarca a las naciones que abarca y algunas de éstas que pretendan la secesión carecen de argumentos siempre que el Estado del que quieran separarse sea democrático y cumpla con el requisito del respeto a los derechos de las minorías nacionales. O sea, el derecho de autodeterminación como derecho de secesión no tiene cabida aquí.

Aplicado esto a la realidad española quiere decir que los nacionalismos periféricos, catalán, vasco y gallego, deben conformarse con su condición de "naciones culturales", en cuyo caso todo funcionará a la perfección por cuanto habrá doble jurisdicción y asimismo "doble lealtad" nacional. Incluso triple si se recuerda que los procesos contemporáneos (al menos en Europa) implican descentralización hacia abajo y transferencia de poderes del Estado "hacia arriba" en proyectos de integración regional como la Unión Europea. O sea que un ciudadano vasco puede ser y sentirse al tiempo vasco, español y europeo.

Esta es mi discrepancia con el autor, una discrepancia que no afecta a los aspectos específicos o concretos de sus valiosas investigaciones sino al modo de plantearlas, el punto de partida, por decirlo así, lo que dan por supuesto y que, a mi entender, se basa en una petición de principio: que las "naciones culturales" deben aceptar esa especie de distribución de funciones que las deja en una situación de subalternidad política. Si no es así, si las "naciones culturales" se obstinan en ser "naciones políticas" (a través de las peticiones de autodeterminación de sus partidos nacionalistas, por ejemplo), el asunto cambia, el Estado recobra su fuerza y recuerda que no reconoce a nadie el derecho a separarse de él. Y punto. La idea de De Blas, como yo la entiendo, es que este cerrojazo es correcto en tanto se trate de Estados democráticos que han sido muy funcionales para el desarrollo de colectividades liberales avanzadas, esto es, de naciones: "Los Estados nacionales son los artefactos que han organizado la vida política europea a lo largo de los últimos siglos y los impulsores básicos de una predominante idea de nación política, especialmente desde los inicios del siglo XIX" (pp. 53/54).

La condición que hace que el Estado como tal sea respetable y su negativa a reconocer secesión alguna por los motivos que sea aceptable es su historicidad, según reitera De Blas en varios de sus trabajos. Esto es, el Estado es un precipitado histórico y, si esto quiere decir algo, es por eso mismo contingente. El Estado no es una "necesidad" en ninguno de los sentidos imaginables del término necesidad, sino una realidad contingente. Debo reconocer que este extremo no escapa a la perspicacia de De Blas, pero la remite a un largo plazo parecido a unas calendas graecas (y siempre como "superación") que, en consecuencia, no puede ni debe condicionar nuestras posiciones en su defensa en este momento: "Todo tipo de nación es un artefacto, construido mejor que inventado, en el curso de la historia moderna y contemporánea de Europa. Tener conciencia de esta historicidad equivale a estar prevenidos de su posible superación en un horizonte a largo plazo." (p. 88). A mi entender cualquier realidad contingente, histórica, no puede reclamar más respeto a su integridad y permanencia que el que los estudiosos y analistas quieran darle que a veces es ninguna y a veces mucha, como ya señalaba quejándose Julien Benda en su sorprendente La trahison des clercs.

Este es un punto muy complicado de las ciencias sociales y de la actitud de los científicos en este campo. ¿Debe ser su norte entender que es recomendable la preservación de la realidad tal cual es siempre que cumpla ciertos requisitos? ¿O bien debe ser el admitir que la realidad puede cambiar en función de factores internos a ella misma y que la cuestionan, nos guste o no? Obviamente, si la actitud es de respeto a la realidad como es, la realidad no cambiaría nunca y no habría mucho de qué hablar; si, por el contrario, la actitud es admitir la posibilidad de cambio endógeno, se abre la posibilidad de trastornos, revoluciones, guerras y otros fenómenos no deseables. La cuestión reside en escoger uno de los dos campos respetando, entiendo, la elección que no coincida con la nuestra. Habrá quien diga que hay un derecho de autodeterminación de los pueblos y quien, como en el caso de Quebec, llegue a implementarlo con unos u otros resultados. Lo que no parece muy operativo es negar el ejercicio de un derecho cuya reclamación y eventual ejercicio es una cuestión política y tan contingente como la forma Estado en la que quiera ejercerse.

En la transferencia de estos criterios y conclusiones al caso español, De Blas se concentra en la defensa de una nación española de corte liberal que ha sido tradicionalmente preterida y cuya fuerza, obviamente, se ha visto debilitada frente al poderoso resurgir de los nacionalismos periféricos que, aprovechando el desmejoramiento de la nación española, pretenden deconstruir España en una especie de arriesgada aventura confederal. Al margen de que esté uno más o menos de acuerdo con este punto de vista (y sin olvidar la petición de principio de la "historicidad" del Estado), es muy de apreciar el gran trabajo que ha realizado De Blas a lo largo de los años para identificar las razones por las que esa nación española liberal, además de tener una existencia problemática en la historia, ha visto socavada su legitimidad por los sectores intelectuales. Considero un hallazgo su síntesis de los tres frentes de ataque a la nación liberal española como a) los reaccionarios, ultraconservadores que no querían ver la necesidad de substituir la lealtad al trono y al altar por la del Estado y la nación liberal; b) los anarquistas, que jamás se interesaron por nación alguna, liberal o no liberal; c) los marxistas, que tendieron a identificar la nación liberal con la ultrarreaccionaria y a subrayar las "especificidades" españolas (como la falta de revolución burguesa) para justificar la inexistencia de tal nación. Entiendo que, en efecto, la izquierda no ha hecho mucho por legitimar la nación liberal española que pudiera contraponerse a la labor fraccionalista de los nacionalismos periféricos. Poco a poco eso se ha ido corrigiendo y hace ya años que la izquierda, singularmente la socialista, ha pasado de defender el derecho de autodeterminación a no cuestionar la existencia de una nación española con raíces históricas y proyección futura.

Pero el hecho es que, como también señala agudamente De Blas, la mayor amplitud de derechos de autogobierno en las Comunidades Autónomas españolas no ha mermado en nada la solicitud soberanista/independentista de los nacionalismos periféricos sino todo lo contrario y nos encontramos así con que el factor de inestabilidad sigue tan presente como nunca y sin que la petición de principio de "nación política" versus "nación cultural" parezca ser capaz de resolver la cuestión.

Los tres ensayos sobre el nacionalismo en Azaña, Pío Baroja y Senador Gómez son tres buenas muestras tanto de la curiosidad intelectual de De Blas como de su ajustado sentido de la interdiscipinariedad. El dedicado a Senador Gómez tiene algún momento especialmente hilarante en la visión crítica que del arbitrismo tiene De Blas. Le sale aquí una vena jocosa y zumbona que aparece muy de tarde en tarde en su obra. Pero aparece. Véase el artículo de El País de 28 de agosto de 2003 titulado El discurso ya visto de Pasqual Maragall: "La vieja Castilla poblada de semitas y bereberes, sus calles pululantes de militares y funcionarios, de unas clases ociosas en contraste con el ambiente burgués y trabajador de las calles catalanas, queda reducida al enloquecido Madrid y a su arrabal Marbella" .

Por último, los artículos de prensa (veinte en total) son como una síntesis de los puntos de vista del autor aplicados, siempre con rigor y buen estilo académico, a cuestiones candentes a lo largo de casi veinte años. En alguno de ellos encontramos una especie de fórmula condensada del programa intelectual y vital de De Blas que explica mucho de lo que se decía más arriba respecto a cuál haya de ser la actitud del científico social, el politólogo, el historiador, esto es, comprender las realidades conflictivas y complejas refugiado en la neutralidad axiológica weberiana (que alguien podrá acusar siempre de ser una quimera o, más modestamente, un "tipo ideal") o tomar partido por una de las posiciones en conflicto por las razones que sean. Véase la posición nítida de De Blas: "Contra una injustificada confianza en la capacidad reparadora del paso del tiempo y las imaginadas virtudes de la inhibición sistemática ante lo problemático, parece llegada la hora de una ponderada pero firme y explícita defensa de la nación y el Estado españoles frente a ofensivas ideológicas que en el silencio y la pasividad solamente encuentran estímulo para su radicalización" (p. 159). En conjunto, el estilo de De Blas es connotativo. Los calificativos más frecuente (los de las "idea fuerza") son "razonable", "prudente" o "moderado", lo que permite dividir el mundo argumentativo entre la parte que los merece (y por lo tanto es deseable, pues coincide con el reconocimiento de la realidad de hecho de los estados existentes, empezando por el español) y la que no los merece sino los contrarios, "no razonable", "imprudente" o "radical". Me permito observar que en la cita anterior De Blas opta por la defensa de la nación española porque lo otro conduce a la radicalización; no porque haya de ser necesariamente falso, lo que constituye una muestra clara de un procedimiento científico que, defendiendo sus conclusiones, no es intransigente con quienes no coincidan con ellas.

Enhorabuena, Andrés.

dimarts, 1 de juliol del 2008

Triunfo y fracaso.

Todo Madrid, al menos el más vociferante, se echó ayer a la Castellana a festejar el retorno de la selección nacional como si se tratase de las legiones que volvieran milagrosamente ilesas del bosque de Teotoburgo. Los tropos hiperbólicos y los ditirambos que ya se dispararon en el estadio vienés galoparon por las ondas como heraldos del renacer nacional. Hasta una escuadrilla de cazas surcó un par de veces el paseo histórico, el que vio deambular a Larra y Mesonero Romanos, trazando en el cielo los colores rojigualdas. ¿Qué más cabe pedir? Cientos de miles de ciudadanos envueltos en la bandera nacional o en alguna autonómica, pintado el rostro con los tonos patrios, tocando el bombo, soplando bocinas, revolviendo carracas, dando berridos o fotografiando todo lo anterior con las cámaras de los móviles daban fe, por sí y ante la historia, de la existencia de la nación española, siempre preterida, cuestionada, omitida. Estoy seguro de haber leído en algún lugar que no recuerdo (razón por la que no hay hipervínculo) al señor Rodríguez Zapatero diciendo que la victoria de Viena es la prueba evidente de que en España hay una nación capaz de grandes cosas. Lo de "capaz de grandes cosas" lo he puesto de mi Minerva, pero estoy seguro de que el Presidente dijo algo parecido, si no eso mismo. E si non è vero, è ben trovato.

Son magníficos los nacionalistas españoles. Se pasan el día diciendo que la nación que veneran goza de excelente salud pero se la chequean cada lunes y cada martes porque no se fían. Cada lunes y cada martes aparece alguien poniéndola en cuestión, a veces de muy malos modos. Y no un "alguien" que sea un "don nadie" sino alguien representativo de alguna opción nacionalista que representa a decenas de miles de votantes y hasta tiene o puede tener responsabilidades de gobierno in partibus. Cada señor Puigcercós diciendo que mientras no juegue la selección catalana la victoria española se la trae al pairo, por decirlo con cierto desenfado, equivale a una Castellana llena en Madrid. ¿Y cómo encajar aquí la imagen de los centros de ERC enarbolando la bandera de Alemania (¡quintacolumnistas!) en el encuentro? Sin duda el señor Puigcercós y el señor Urkullu de quien se se asegura que prefería que ganara Rusia o incluso (dice el plumilla del que tomo el relato) Turquía antes que España, actúan dentro de las pautas de una sociedad democrática, nadie puede imponerles el sentir de sentimiento alguno y no parece que la práctica del tambor batiente sea el modo de hacerlo. Antes bien, al contrario: más tambor de un lado, más tambor del otro. Cuando los nacionalistas vascos hablan de "choque de locomotoras" entiendo quieren decir topetazos como los machos cabríos.

Por algo dicen sus aficionados que el futbol es mucho más que un deporte. Es una luz, una empresa, un gobierno, un organismo internacional, una razón de ser. Una razón de ser de tanta ciudadanía celebrante. Igual que "el Barça es más que un club" y el PNV más que una sociedad anónima. El retorno de la selección vincitora coincidió con el desplome estrepitoso de las bolsas europeas. Cuanto más saltaba Luis Aragonés más se hundía el Ibex 35 que está hoy en los doce mil y pico cuando se comenzó el año con más de quince mil. La bolsa ha cedido un 20,9% según El País que aprovecha para titular: La Bolsa española cierra el peor primer semestre en 135 años de historia, un texto sin duda concebido para inyectar confianza en los mercados. Es una crisis (aunque el señor Rodríguez Zapatero diga que es opinable y que su opinión es que no la hay) ya en franca estampida en los mercados bursátiles internacionales. Ayer bajaron todas las bolsas en torno al 20%. Y una crisis de estanflación, de esas en que cualquier medida que se tome es contraproducente y en la que la recomendación más certera que cabe dar es: "no hagas nada, que es peor".

Por supuesto, todos los expertos están al cabo de la calle y saben perfectamente de qué se trata y cuáles son las causas, y por cada explicación que dan se cargan la que dieron hace seis meses. Según la señora Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia de Renta 4, "El año pasado se pensaba que la salida de la crisis crediticia iba a ser más rápida" y se "pensaba" seguramente con la misma seguridad con que hoy se piensa lo contrario. A veces no hace falta ni el paso del tiempo para que los expertos incurran en contradicciones que convierten sus juicios en piezas de frenopático. ¿Qué me dicen de la autorizada opinión de don Antonio López, de Fortis, quien dictamina que el segundo semestre será mejor que el primero porque en el primero se produjo una "importante aceleración de la ralentización económica, que nadie esperaba tan rápida"? ¿A que es genial?

Aparte de cargar con estos expertos en España pechamos con una crisis inmobiliaria propia, no inducida (es decir, además de la inducida) que amenaza con consecuencias catastróficas para los cientos de miles de hipotecados que aguantan un euríbor en el máximo histórico del 5,36%, lo que significa más encarecimiento de unas cuotas que ya los tienen contra las cuerdas. Según el mismo medio, Los expertos creen que el indicador "ha tocado techo," lo que quiere decir cualquier cosa desde que empiece a bajar hasta que siga subiendo, rompiendo el tal techo pues en este caso los expertos observarán que ellos hablaron de "tocar techo", no de no romperlo. Añádase en el hispánico coso una inflación del cinco por ciento, cuyo diferencial con la media europea sigue aumentando. A propósito, entiendo que hay aquí un interesante problema monetario que planteo como digresión: ¿cómo se refleja esa variación de inflación en el valor único de la moneda única? Al fin y al cabo, "moneda" quiere decir "testigo", indicador de algo, en este caso del valor de la moneda española. ¿Es posible que los euros fabricados en España empiecen a valer menos que los fabricados en Alemania? Teóricamente entiendo que no pero en la práctica creo que sí.

Debe de tener razón el señor Rodríguez Zapatero y verse la nación española unida en esa victoria de la Eurocopa. En todo lo demás, la nación española está de almoneda.

(La imagen es una foto de jose_herran, bajo licencia de Creative Commons).